Historia del Tabaco
En
esta sección de tabacopedia, vamos a hablar de la historia del tabaco y del
origen del tabaco.
Los
primeros europeos que llegaron a América observaron que los indígenas fumaban
unas hojas de tabaco secas, y llevaron esta práctica a Europa a mediados del
siglo XVI.
LA PLANTA DEL TABACO, ORIGEN DEL TABACO | HISTORIA DEL TABACO
El
tabaco o planta del tabaco pertenece a la familia de las solanáceas y al género
Nicotiana como se describe en la sección de TEMÁTICAS / BOTÁNICA.
La planta del tabaco ha mantenido siempre una estrecha
relación con el desarrollo de la humanidad y se sabe que por lo menos se cosechaban
dos especies diferentes de tabaco en el Nuevo Continente, una era la Nicotiana Rústica (América
del Norte), un tabaco cuya hoja tenía un alto contenido de nicotina y que por
ser muy amarga era fumada en pipa para fumar y también mezclada con otras
hierbas, la otra variedad, la Nicotiana
Tabacum (América Central y del Sur), era mucho más
suave.
Esta última en concreto,
la Nicotiana Tabacum, parece tener su origen en las tierras de la cultura
maya sobre el año 2000 a.C. abarcando Guatemala, Honduras y los estados
mexicanos de Chiapas, Campeche y Yucatán; estos pueblos eran grandes marinos y
comerciaban por todo el Golfo de México y las islas del Caribe. Esto hace
pensar que todas estas islas tengan en común el tabaco de México, lo que
denominaban los mayas como "CIKAR" que en maya significa FUMAR. Fue
en estos viajes como llegó a Cuba, donde lo denominaban los aborígenes
"COHIBA".
El Fumador, sacerdote maya fumando y Talla sacerdote fumando
(Templo de Palenque en México) | Origen del tabaco
De
la Nicotiana Rústica, otro de los nombres científicos del tabaco, se tienen
pruebas de su utilización desde antiguo, ya que arqueólogos en Marana y el
Valle de Santa Cruz (Arizona, EE.UU) han encontrado importantes piezas
arqueológicas recuperadas en el yacimiento de LAS CAPAS entre las que hallaron
pipas de piedra que aún contienen residuos de tabaco.
Pipa de piedra (yacimiento de LAS CAPAS,
Arizona. EEUU) | Origen del tabaco
Ceremonia de la pipa (indios América del
norte) | Origen del tabaco
Dentro de la historia
del tabaco, hay que comentar que el hombre fumaba tabaco,
como hemos visto, desde mucho antes del descubrimiento de América. Desde hace
mucho tiempo, el tabaco era utilizado en rituales religiosos y se le concedían
poderes mágicos en el continente americano. La primera descripción completa que
se realiza de la planta
del tabaco fue en 1535 por Gonzalo Fernández de Oviedo,
que era en ese momento el gobernador de Santo Domingo (La Española), en su
Historia General y Natural de la Indias, si bien el médico sevillano Nicolás
Monardes fue quien divulgó las propiedades curativas del tabaco en su obra
"La Historia Medicinal" de las cosas que se traen de nuestras Indias
Occidentales (1565-1574), editada en Sevilla en 1580. Encabezando la segunda
parte de esta obra, Nicolás Monardes hace una rigurosa descripción botánica de
la planta del tabaco y aporta el primer grabado conocido sobre la planta del
tabaco.
Grabado que muestra a Nicolás Monardes y
libro de Monardes con ilustración sobre tabaco | Origen del
tabaco
Sigamos hablando de la interesante historia del tabaco. Francisco
Hernández de Bóncalo, médico de la corte de Felipe II, fue enviado para
estudiar las distintas plantas de tabaco del Nuevo Mundo y especialmente las
que tenían carácter medicinal o con propiedades terapéuticas. Hernández de
Bóncalo permanece allí desde 1570 a 1577 y escribe un buen número de volúmenes
(posiblemente 17) que se pierden al ser devorados por las llamas en el incendio
del Monasterio del Escorial en 1671. Solamente conocemos parte de su obra
gracias a dos obras providenciales: un compendio publicado en 1625 que Felipe
II encomienda a otro médico de la Corte, el napolitano Nardo Antonio Rechi: Rerum Medicarum Novae Hispaniae y otra
obra más extensa que se publica en 1615 por Francisco Jiménez (discípulo
de Bóncalo), se trata de cuatro libros de naturaleza y virtudes de los árboles,
plantas y animales de la Nueva España. En ambos se describen las propiedades
terapéuticas del tabaco en el tratamiento de diversas enfermedades, por ejemplo
el asma.
Hernández de
Bóncalo sembró por primera vez tabaco en unas tierras denominadas los
cigarrales, porque solían ser invadidas por plagas de cigarras, y situadas en
los alrededores de Toledo. Por este motivo algunos historiadores han asociado,
que el nombre de cigarro pudiera proceder de esta denominación, donde el tabaco
vio por primera vez la luz en el Viejo Mundo.
El nombre que los
aborígenes daban a la planta de tabaco es distinto dependiendo de cada zona,
así en la descripción del tabaco que hace Hernández de Bóncalo en su segundo
libro habla de que los aztecas la llamaban picietl
o quauh iyetl, según la variedad de
tabaco, pito en Brasil, patoun o petún, o finalmente cohiba, que realmente era la ceremonia de fumar
y no la propia planta de tabaco.
Igualmente se piensa que la palabra tabaco dado a
nuestra planta de tabaco solanácea, pudiera proceder
(equivocadamente) del tubo bifurcado en forma de "Y" que los
indígenas taínos usaban para aspirar el humo, que denominaban tobago, aunque
también utilizaban otro instrumento o pipa de tabaco más sencillo que consistía
en un solo canuto de caña con el cuál aspiraban el humo aplicando una de sus
extremidades a la nariz.
Con el paso del
tiempo se intercambiaron los nombres, pues el vocablo maya CIKAR que
significaba FUMAR se asignó al CIGARRO o CIGAR y el TOBAGO o utensilio en forma
de "Y" con el que lo aspiraban lo asignaron a la propia planta de
TABACO, lo cual se puede leer en las crónicas de Gonzalo Fernández de Oviedo.
Utensilio usado para fumar llamado por los indios
"tobago" | Origen del tabaco
* * * *
LOS
EUROPEOS DESCUBREN EL TABACO
Como todos sabemos, una de las cosas importantes en
la historia del tabaco se produce cuando el Almirante
Cristóbal Colón emprende el viaje que le llevaría a descubrir América,
realmente el objetivo principal del primer viaje fue la quimera del oro de
Cipango (antiguo nombre dado por los europeos y chinos a Japón en la Edad
Media). Era un proyecto complejo, en él se mezclaban intereses comerciales, políticos
y religiosos. Se deseaba encontrar una nueva ruta hacia los mercados de Oriente
y establecer relaciones con las Indias, el Gran Khan de la China y la isla de
Cipango (Japón).
Animado por las
leyendas, el sueño del almirante Colón era encontrar esas tierras
extraordinariamente ricas de las que Marco Polo hablaba en su "Libro de
las Maravillas", escrito en 1298. Colón, siguiendo a Toscanelli, creía que
las primeras tierras que se encontraban por el Atlántico, navegando hacia el
Oeste, serían precisamente las de Catay y el imperio del Gran Khan y la isla de
Cipango (Japón). Por eso solicitó a los Reyes Católicos una carta para aquel
soberano oriental.
El 12 de octubre
de 1492 al amanecer, en un lugar cercano de la actual Cuba en el litoral
nordeste, el Almirante Cristóbal Colón tomó por primera vez contacto con el
Nuevo Mundo en una isla a la que los pobladores indios (los arawak) llamaban
Guanahani, bautizando el lugar como la Isla de San Salvador. Guanahani es una
de las islas del archipiélago de las Bahamas (las Antillas más
orientales).
Cuadro que representa la llegada de Cristóbal Colón
al nuevo mundo | Origen del tabaco
Retrato de Cristóbal Colón | Origen del
tabaco
Se sigue dudando
cuál fue la primera isla a la que llegara Colón en su primer viaje. La National
Geographic Society mantiene desde 1986 que Cayo Samaná es el sitio más probable
del primer desembarco de Colón, y por lo tanto de la ubicación de la isla
Guanahani. La isla estaba habitada mayoritariamente por los Taínos. Cristóbal
Colón fue muy bien recibido por los indios, que le hicieron ofrendas con frutos
y unas toscas hojas secas en señal de amistad entre los nativos y sus hombres,
que fueron despreciadas por los españoles al entender que no tenían ninguna
utilidad.
Dentro de la historia
del tabaco los españoles tienen una gran repercusión porque fueron los que
dieron a conocer el tabaco en Europa. La versión más aceptada se basa en el
análisis de las crónicas del viaje del descubrimiento, éstas afirman que fueron
los propios compañeros de Cristóbal Colón, quienes observaron por primera vez a
la población nativa hacer uso de la aromática hoja de tabaco, y por lo tanto
serían los descubridores de las primeras plantas de tabaco en la parte oriental
de la isla de Cuba en las márgenes del río Caunao en presencia de dos de sus
hombres de confianza, Rodrigo de Jerez y Luís de Torres.
Ilustración que representa Rodrigo de Jerez junto
un indio que le entrega hojas de tabaco | Origen del tabaco
Luís de Torres médico e intérprete del viaje de
Colón | Origen del tabaco
Menciona Cristóbal Colón en sus crónicas del viaje, que han llegado
hasta nosotros a través de transcripciones del padre Bartolomé de las Casas:
"los nativos nos trajeron frutas, lanzas de madera y ciertas hojas secas
que emitían una fragancia especial". Insatisfecho con lo encontrado, tomó
rumbo directo hacia Poniente sin detenerse en otras pequeñas islas que
divisaba.
Primer viaje a América de Colón |
Origen del tabaco
En el anochecer
del 27 de Octubre avistó una enorme costa. Había recorrido 17 leguas (unos 82
Km.) desde que dejó los cayos de las Bahamas, y el día 28 al amanecer arribaba
a tierras de la actual Cuba, nombrando a este lugar San Salvador. La isla
estaba habitada entonces por diferentes tribus indígenas: Guanajuatabeyes,
Ciboneyes, Taínos, Arawaks, así como por tribus antropófagas, los Caribes.
Parte de nuevo con
sus naves el 29 de Octubre y llega a su segundo lugar de desembarco en la Isla,
que el mismo Colón denomina Río de Mares y que se cree está localizado cerca de
la actual ciudad de Manatí, a unos 30 Km. de la bahía de Puerto Padre.
El
lunes 12 de noviembre abandonan Río de Mares y Cuba definitivamente, ya que
Colón no volvería a estas costas. Colón, en algún momento de su estancia en
Cuba (San Salvador), decide enviar a dos hombres de su confianza con la misión
de contactar con el Gran Khan y entregarle unas cartas de los Reyes Católicos;
envía a Luís de Torres (judío converso) como intérprete ya que sabía
castellano, hebreo, mozárabe y árabe y a Rodrigo de Jerez a título de embajador
a reconocer el interior de la isla para informar de sus recursos y sus
gobernantes, convirtiéndose así estos dos onubenses en los primeros
occidentales en pisar tierras cubanas. Ambos hombres pasan varias jornadas
reconociendo la isla y son recibidos amigablemente por algunos de sus
aborígenes que les mostraron unas hojas secas que desprendían una peculiar
fragancia, y les enseñaron la costumbre local de secarlas, meterlas en unas
especies de cañas hechas con hojas de palma y maíz "a manera de un
mosquetón hecho de papel", quemarlas e inhalar el humo que emanaban. A su
vuelta, describieron esta escena en la que por primera vez observaron el uso de
unas peculiares hojas. Iban pues muchos indios con tizones encendidos en la mano
y ciertas yerbas secas que hacían un rollo o canuto, lo encendían por un lado y
se ponían en la boca el otro, chupaban el humo y lo echaban después al
aire". Luís de Torres y con Rodrigo de Jerez, protagonizaron el primer
contacto europeo con el tabaco.
El 5 de diciembre de 1492 Colón descubre
la isla de Santo Domingo, y fue precisamente en su costa atlántica norte, en la
zona que llamó Puerto Plata por
el color de sus aguas, donde se hundió la embarcación Santa
María, en la Nochebuena de ese mismo año. A la
nueva tierra se le asignó el nombre de La
Española. Con los restos de la carabela se construyó
un asentamiento al que llamaron Fuerte Navidad,
donde Cristóbal Colón dejó
al mando a Luís de Torres con
38 hombres, de quienes se pierde el rastro tras la destrucción del fuerte por
los ataques indígenas. Colón pone rumbo de regreso a España a bordo de La Pinta.
En su segundo viaje, el 10 de
diciembre de 1493, regresó al fuerte encontrándolo destruido.
Se reconstruyó de nuevo y fundó una ciudad a la que llamó La
Isabela, en honor a su reina Isabel, sería la
primera ciudad del continente americano.
Casa del Almirante y placa conmemorativa de
la primera ciudad de América | Origen del
tabaco
Rodrigo
de Jerez, vuelve a la península a bordo de la carabela La Niña, trayendo
consigo el hábito de fumar, que enseña enseguida a sus vecinos Ayamontinos. El
humo que echaba por la boca y nariz asustó a los habitantes de esta localidad,
que acusan a Rodrigo de Jerez de brujería, diciendo que "sólo el diablo
podía dar a un hombre el poder de sacar humo por la boca", llegando estas
noticias al Tribunal de la Inquisición, lo encarcela por este rito endemoniado.
Sin embargo cuando siete años después Rodrigo de Jerez es puesto en libertad,
esa insólita costumbre ya estaba bien vista y se extendía irremediablemente por
toda Europa.
* * * *
DIFUSIÓN Y USOS DEL TABACO
La
planta de tabaco, junto con otros muchos productos descubiertos en el Nuevo
Continente, se difundieron por todo el mundo con una gran rapidez. El tabaco en
concreto siempre estuvo rodeado de una impronta mágico-religiosa y de
distinción social, consecuencia directa del uso propio que los mismos indígenas
hacían de ella en sus ceremonias y rituales.
Ciertos elementos como el fuego, el humo y el aroma, se
añadían a su atractivo natural, además de un cierto adormecimiento de los
sentidos, que lo hacían singular entre todos los productos y experiencias
halladas en América. Pero, lo más importante eran sus propiedades
curativas o terapéuticas, que los caciques indios
se encargaban de enseñar y propagar dentro de sus funciones de sacerdote,
curandero y adivino. Ese carácter mágico y curativo del tabaco, sumado al
componente exótico que adornaba en general a todo lo que se importaba del
recién descubierto Nuevo Continente Americano penetraba con fuerza en las
supersticiosas e ignorantes sociedades europeas, colmadas de leyendas, mitos,
historias y cuentos.
Su
hermosa apariencia y lo exótico, un uso realmente exitoso, un aroma agradable e
intenso, y sin olvidar su conocida fama de estimulante en situaciones de
esfuerzo, recogido ya por los primeros cronistas españoles, hacían del tabaco
una planta realmente interesante, tanto que un siglo después del viaje de
Colón, el cultivo del tabaco ya se había extendido además de por España,
Italia, Inglaterra, Bélgica y Suiza, y al terminar el siglo por las Filipinas,
China, Japón, India y África Occidental. Desde China es llevado por los
mercaderes a Mongolia y Siberia.
A
mediados del siglo XVI dicha planta era objeto de cultivo en diversos jardines
botánicos de España, Francia y Holanda. Aparece en los jardines reales de
Bélgica hacia el 1550.
En
1560, en Portugal, donde ya se conocía el tabaco a través de las tribus
indígenas del actual Brasil, el embajador de Francia en Portugal Jean Nicot
(1530-1600) descubrió en la Farmacia Real de Lisboa una planta de las Indias
que curaba enfermedades, era el tabaco. Manda traer plantas de tabaco para
aplicar a Catalina de Médicis, quien lo consumía en forma de rapé para tratar
sus migrañas y ulceras, y que aplicadas convenientemente hacían sanar con gran
rapidez. Esto contribuye a aumentar aún más la fama del tabaco como poderosa
medicina. El tabaco recibió el sobrenombre popular de "hierba de la
reina". Jean Liébault bautizó la planta del tabaco con el nombre de
Nicotiana, en honor a Nicot. No obstante, parece haber sido realmente el monje
que además era geógrafo y astrónomo real André Thevet (1502-1590) el primero en
introducir y cultivar tabaco en Francia, al regreso de la expedición del
almirante francés Villegaignon a Brasil, en 1555. El monje André Thevet en su
obra "Les Singularitez de la France Antartique" (1558) reproduce
grabados alusivos al tabaco y sus usos.
El
cardenal Próspero se encargó de introducir el tabaco en la península italiana
en 1561. En Italia lo denominaron "Hierva de la Santa Cruz", en honor
a los cardenales Tornabora Y Santa Croce, que se encargaron de generalizar su
uso.
Un
capitán de la Armada Real Inglesa, sir John Dawkins, fue quien llevó el tabaco
a Inglaterra en 1564. Además tuvo el dudoso honor de ser el primer mercader
inglés de esclavos. A finales del siglo XVI el consumo se había extendido por
toda Europa. De mano de los portugueses el tabaco llegó a la India, China y
Japón. Y siguió extendiéndose.
Para
hacer frente al monopolio español del tabaco, en 1612 John Rolfe comenzó a
cultivar tabaco en Jamestown (Virginia) para la corona inglesa. Su producción
igualó en pocos años la española.
Prueba
del interés despertado por la planta de tabaco en pleno siglo XVI es la gran
cantidad de autores que la describen en libros monográficos o en capítulos de
otras obras. En 1554 Rembet Dodoens, en su libro "Sruvboeck", muestra
por primera vez un grabado reproduciendo la variedad Nicotiana rústica. Pietro
Andrea Mattioli en su "New Kreuterbuch", Praga 1563, inserta su
grabado de la planta del tabaco y hace referencia también a la misma. Girolamo
Benzomi, autor de "La Historia del Mondo Nuovo" (Venecia, 1565),
describe el tabaco y el modo como lo usaban los indoamericanos para la cura de
sus dolencias. Fierre Pena y Matthias de Lobel, en su obra "Stirpium
Adversaria Nova" (Londres, 1571), hablan profusamente del tabaco,
reproduciendo grabados de la cabeza de un indio fumando un tabaco de
forma cónica y el primer grabado conocido de la variedad Nicotiana Tabacum, que
es la cultivada en Cuba.
Nicolás
Monardes en su obra sobre el tabaco La Historia Medicinal de las cosas que se
traen de nuestras Indias Occidentales (1565-1574), escribió a mediados del siglo
XVI una frase que demuestra que el interés por el tabaco en aquel momento se
debía en exclusiva a su empleo ornamental y medicinal del tabaco. Él dedicó en
esta obra un extenso relato al tabaco, en que narra la manera en que cómo los
indoamericanos cultivaban y empleaban la planta del tabaco, a la que dicho
autor no le atribuye virtudes extraordinarias, ofreciendo en su relato una
larga lista de las dolencias que el tabaco podía aliviar y aún curar por
completo (...). Su libro fue pronto traducido a los idiomas inglés, francés e
italiano, y su lectura, en extremo curioso y plena de interés, trajo sin duda
la atención de los hombres de ciencias sobre dicha planta de tabaco que sirvió
de base para otras obras referentes a la misma publicadas por aquellos días y
posteriormente.
Posterior
a esta obra, el francés Jacques Gohory publicó un libro que está considerado el
primero dedicado exclusivamente al petum,
nombre por el cual lo conocían los aborígenes del Brasil, país de donde, como
comentamos antes, la había traído el monje André Thevet, y que fue como se
denominaba en Francia en aquel momento.
Todo
esto es prueba del interés que en Europa se tenía por la nueva planta de
tabaco. Se indagaba sus orígenes, propiedades y sus múltiples usos.
Ya desde el inicio de su conocimiento, la planta del
tabaco es objeto de selección botánica por
los españoles, que distinguían entre el tabaco de las Antillas y otra especie
hallada en el continente americano. En 1535 en las Antillas se realiza la
primera elección de la historia, trayendo de Yucatán la especie Nicotiana
tabacum (flor roja y corola gamopétala con cinco puntas), en lugar de optar por
la Nicotiana rústica (Común en Cuba, de tamaño menor, amarga, con flores de
bordes ondulados y de color amarillo verdoso).}
* * * *
AUGE, DECLIVE, LEYES Y NORMAS DEL TABACO
Como
otros remedios medicinales de aquella época, el tabaco tuvo una evolución
similar, con tres periodos diferenciados:
En
una primera etapa, se usa y aplica de forma profusa para combatir
multitud de dolencias, dada el ansia de aquellos médicos por encontrar remedios
a tantas enfermedades y sufrimiento de la gente, diríase la panacea a todas
estas dolencias. Dura hasta mediados del siglo XVII.
En
una segunda etapa, se produce una gran estabilidad. No se producen
avances, hay desconcierto con los efectos terapéuticos contradictorios que
presentaba el uso de la planta de tabaco de forma continuada. Dura hasta finales
del siglo XVII.
Finalmente
en una tercera etapa, las propiedades curativas que se presuponían
comienzan un rápido declive, y coincidiendo con ello es cuando penetra con
fuerza su uso más conocido y popular, el del placer, aprovechando su efecto
narcótico enlaza con los usos originales que los indios hicieron de él. La
sensación de agrado y bienestar es lo que mueve al europeo a consumir tabaco.
De esta forma el consumo de tabaco (fumar), poco a poco se va imponiendo con un
sentido social mucho más amplio e intenso, sin duda más popular, y cada vez
menos ritual y solemne, que finalmente se hace y se convierte en hábito,
imponiéndose como moda que reforzaba los vínculos sociales. Esta etapa comienza
al principio del siglo XVIII.
Aunque
en España su primer uso fue como tabaco fumado a modo de "torcido",
su consumo no se generalizó hasta principios del siglo XIX, coincidiendo con el
declive del tabaco aspirado (rapé), que fue el primero en usarse profusamente
en toda Europa y en América durante los siglos XVII y XVIII. El rapé era la
hoja de tabaco seco y a veces aromatizado, que se convertía en polvo después de
rallado o raspado (de ahí su nombre) por medio de raspadores o pequeños
molinos.
En 1520 el Padre de las Casas condena el
consumo del tabaco en su "Historia
General de las Indias".
Aparecen
las primeras restricciones y prohibiciones al uso del tabaco, siendo su primer
gran opositor en 1603 el rey Jaime I de Inglaterra (Jaime VI de Escocia) que
publicó "Diatriba contra el tabaco" y creó el impuesto del tabaco y
elevó las tasas aduaneras para su importación en un 4.000%. Finalmente prohibió
el consumo del tabaco en todo el país "cuyo humo negro y apestoso evoca el
horror de un infierno lleno de pez y sin fondo". Esta prohibición duraría
poco debido al perjuicio económico que provocaba.
En
Rusia penaban con cortar la nariz a los que usasen “petún” (rapé).
El Papa Urbano VIII prohibió el consumo de tabaco
en todas las iglesias de la diócesis de Sevilla bajo amenaza de excomunión, en
una Bula de 1642, ya que los eclesiásticos solían aspirar el rapé mientras
celebraban la misa, y les culpa de usar "una sustancia tan degradante para
el alma como para el cuerpo". Si bien, en 1732 el Papa Benedicto XIII, que
era fumador, dejó sin efecto los edictos que prohibían su uso. Esta normativa
sólo era válida para zonas cristianas, por lo que a principios del siglo XVII,
mientras Europa central comenzaba a explorar los efectos terapéuticos que se
atribuían al tabaco, otros países como Rusia, Turquía y China aún castigaban a
los fumadores con amputación o pena de muerte.
Los
monarcas europeos contrarios al tabaco emitieron normas o leyes que limitaban
su consumo, venta o importación. España, dado su carácter de principal
productor en sus colonias de Cuba, México o Filipinas, intentaron sacar el
mayor beneficio de la planta de tabaco. Con la imposición en 1606 de la Corona
de España, de que el tabaco sólo podía exportarse a través de determinados
puertos, provoca la aparición del contrabando con ingleses, franceses y holandeses
que ofrecían mejores condiciones. Como reacción, Felipe III emite una cédula de
26 de Agosto cuyo decreto ordena la prohibición de la siembra por 10 años
(hasta 1616) en varios lugares, entre ellos Cuba, Venezuela, Puerto Rico,
Santo Domingo). El decreto intenta conseguir que los nativos trabajasen en las
minas de oro y otros cultivos más rentables para la corona Española.
Los
ingleses ven un gran negocio en el tabaco y por ello pretenden romper el
monopolio de España. John Rolfe, colono inglés en Norteamérica, famoso por su
matrimonio con Pocahontas (hija del jefe de la tribu india powhatan), lleva
semillas de tabaco de las Antillas a Virginia. En 1631 se realiza la primera
plantación de tabaco en Maryland.
La reacción del monarca español, Felipe III es la derogar
el decreto de 26 de Agosto de 1606 y autoriza que pueda sembrarse libremente el
tabaco, pero con la disposición de que todo el tabaco producido en el Nuevo
Mundo sea transportado hasta Sevilla donde se centralizará su comercialización
por parte de la Hacienda española, concentrando toda la manufactura y
elaboración en las fábricas de España, siendo la primera fábrica de tabaco
europea la fábrica de tabacos de Sevilla (1620). También impone la pena de
muerte para contrabandistas e impone los primeros impuestos a la introducción
del tabaco.
Se
construyen molinos en la Habana, molinos para producir rapé (tabaco en polvo)
viendo el consumo generalizado que se hace en Europa de él, y es que durante
todo el siglo XVIII, el tabaco no se fumaba sino que se inhalaba por la nariz
pulverizado, particularmente entre las clases altas. Fue la época dorada del
rapé. Carlos II de Inglaterra lo puso de moda entre la aristocracia.
El
rey Felipe IV decide por medio de concesiones periódicas a particulares crear
la figura del Estanco del Tabaco. Con
la Real Cédula de 28 de Diciembre de 1636, estableció las normas para la puesta
en práctica del Estanco de tabaco. Se establecía el Estanco del Tabaco
únicamente para los territorios del reino de Castilla, pudiendo realizarse
ventas al por mayor, o por menor, pero sólo en Castilla. Las rentas del citado
Monopolio se destinarían a obras públicas y objetivos sociales y culturales. La
fábrica de Sevilla quedaba como centro productor en exclusiva de las diferentes
labores: manufactura de cigarros y polvo para aspirar. Esta forma de
administración de concesiones de arrendamiento privado sucesivas llegaría hasta
1701 con un breve periodo de monopolio directo de la Hacienda Real entre 1684 y
1687, en el que la fábrica de tabacos de Sevilla pasa a depender directamente
de Hacienda. Es el comienzo de la instauración del Monopolio del Tabaco.
Una
vez extendido el cultivo de tabaco, en el 1838 se produce una crisis de precios
debido a la gran producción en las diferentes colonias de América. Sólo queda
excluida Cuba, cuya producción, por ser de calidad muy superior al de Virginia
y el resto, siguió creciendo sin verse afectados sus precios.
Ya
con los Borbones reinando en España, Felipe V ordenaba el cese de los arriendos
privados, devolviendo a la Administración del Estanco a la Real Hacienda. Desde
1701 hasta 1730 se fueron dictando órdenes con la intención de mejorar y
reforzar el negocio tabacalero, con penas al contrabando, disposiciones
anti-fraude y otra serie de medidas que garantizaran las compras en La Habana.
La Fábrica de Sevilla queda como pieza fundamental de la Renta. Estas medidas
proporcionaron grandes beneficios a la Corona, hasta el punto que en 1714 su
aportación superaba la tercera parte del total de ingresos por concepto de
rentas.
El 11 de abril de 1717 se promulga otra Real
Cédula, en la cual se dispone que todo el tabaco producido en Cuba fuera
comprado por cuenta de la Real Hacienda para el abastecimiento de la fábrica de
Sevilla. Desde ese momento, la Monarquía Española ejerció un control total
sobre todos los negocios asociados al tabaco, obligando a los cosecheros a
vender toda su producción al estado, creándose a tal efecto la Real Factoría de Tabacos de la Habana.
Siendo
tan colosal el negocio, el Estado español debe asegurarse el abastecimiento de
la península y controlar la competencia del comercio extranjero, lo que
aseguraría la gran Renta que el Tabaco producía. Sin embargo, desde los
primeros años del siglo XVIII, el aumento de la demanda y de forma paralela del
contrabando, tanto en España como en Cuba, afecta al abastecimiento de las
"fábricas reales" de la península. Esta situación se prolonga, pero
sin reacción por parte del Estado español, obligando a los productores de
tabacos a destruir las cosechas de tabaco que las fábricas no compraban y
provocando revueltas a lo largo de todo el siglo y especialmente en 1792.
Con
el Real Decreto de 20 de diciembre de 1730 se constituye la administración
directa del Estanco por el estado. Se van dictando y aplicando paulatinamente
nuevas instrucciones para mejorar la coordinación entre los distintos agentes
de la Administración de la Renta del Tabaco. Para conseguir su funcionamiento
se estableció un sistema de control de consumos y de recaudaciones de cada
unidad productiva.
El
proceso de reforma de la Hacienda concluye en 1749. El tabaco queda
administrado de forma independiente por la Dirección General de Rentas
Estancadas junto con el resto de monopolios fiscales como aguardientes, naipes,
pólvora, etc.
Se
van estableciendo más leyes y reglas encaminadas todas a la centralización
comercial del tabaco, que ha pasado a la historia con el nombre de Estanco del
Tabaco, llegando a nuestros días la denominación de estanco para aquellos
establecimientos dedicados a su venta minorista de tabaco. Se van estableciendo
desde 1740 un sistema de Monopolios empezando por el Estanco Peninsular, en
1760 Estanco de Cuba, y así paulatinamente en las diferentes posesiones de
América.
El
rey Carlos III en 1760 establece el Estanco
de Cuba y la segunda Factoría de
Tabaco de La Habana cuya misión principal era almacenar en La Habana todo
el tabaco cosechado en la Isla comprándolo a sus productores. Se pretendía
combatir el contrabando y garantizar el abastecimiento de las fábricas sevillanas.
En 1762 los ingleses ocupan La Habana y parte de la isla de Cuba a lo largo de
un año. Queda suspendido durante un año el Estanco Cubano.
Carlos
III en 1764 establece el Estanco de México estableciendo de este modo el
Monopolio del Tabaco e instaurando la Real
Renta del Tabaco para su explotación y control. El estanco prohíbe la
siembra de la planta en todo el territorio (Nueva España) a excepción de las
zonas de Córdoba, Jalapa y Orizaba, siempre bajo control. También prohibió la
venta de puros y cigarros en las tiendas y se construyeron grandes fábricas de
elaboración, abriéndose estancos para la comercialización. La explotación del
comercio del tabaco en México se convierte en un gran negocio para la corona
española.
Sin
embargo, otras zonas sufren el declive económico del tabaco. Esto lleva a
Carlos III a decretar la liberalización del cultivo de tabaco y comercio del
tabaco en toda Cuba. Las guerras con Inglaterra y Francia dificultan la
navegación entre España y sus colonias, evitando en parte la efectividad de
esta decisión. Aun así, estimularon la producción de tabaco y dotó a la Isla de
una continua fuente de ingresos, que, además de garantizar la compra de todas
las cosechas, estimuló la economía cubana.
Entre
1772 y 1781 se construye en la Habana la Real
Factoría del Tabaco de la Habana. Es la sede de la Administración Central
del Monopolio y su finalidad era almacenar, clasificar y procesar la hoja de
tabaco antes de ser exportada a Sevilla. Era un gran almacén con salas para
clasificar las hojas de tabaco por su calidad y azoteas que permitían secarlas.
El
Real Decreto de 23 de junio de 1817, hace desaparecer el Estanco del Tabaco en
las colonias permitiendo a las colonias vender su tabaco no sólo en España sino
a cualquier otro país. Esto permite incrementar considerablemente las ventas
del tabaco cubano. El 24 de abril de 1816 se había ya inhabilitado oficialmente
la Factoría de Tabacos de la Habana. A pesar de querer imponer leyes parecidas
en España, éstas no tienen éxito, y mientras en algunas colonias como Cuba se
nota la abolición del estanco y proliferan pequeñas empresas dedicadas a la
elaboración de cigarros y cigarrillos, que son la base de importantes empresas
tabaqueras con el tiempo.
En
los años 1831 en adelante, la reconocida calidad del tabaco de Cuba, hace que
se produzca un espectacular incremento de la exportación de cigarros elaborados
en la Isla. Al principio se envasan a granel, pero para evitar la falsificación
y fraude se comienzan a empaquetar mazos o en cajas de madera de cedro de no
más de 50 ó 100 unidades. También se decide poner en el interior de las cajas
etiquetas bellamente diseñadas o estampas litografiadas, para dar mayor
garantía y seguridad y contribuir a una mejor presentación. Aparecen en la
segunda mitad del siglo las primeras vitolas o anillas.
Años
después, en 1868, la primera guerra de independencia de Cuba contra España
(Guerra de los 10 años), provoca la emigración a Estados Unidos de muchas
personas vinculadas con el mundo del tabaco. Pequeños empresarios tabaqueros y
trabajadores se destinaron sobre todo hacia Florida. Crean fábricas que
elaboraban cigarros con materiales de gran calidad importados de Cuba. También
emigraron hacia México y otros lugares propicios para el cultivo de tabaco.
El
año 1881, en Filipinas como en otras colonias se produce el desestanco del
tabaco la industria del tabaco filipino se ve extraordinariamente beneficiada.
La consecuencia más inmediata sería la creación de la Compañía General de Tabacos de Filipinas el 21 de noviembre de ese
mismo año.
También
en este año se decreta que Cuba se convierta en provincia española de hecho y
de derecho, dejando de ser colonia, con lo que logró mejorar ostensiblemente su
situación, aunque no se hizo lo mismo con Filipinas.
El
Monopolio del Tabaco en España acaba en 1887, ante la imposibilidad de hallar
una figura tributaria capaz de gestionarlo eficazmente.
Con
la ley de 27 de abril de 1887 el Banco de España recibe el arriendo por parte
del gobierno del antiguo Monopolio de Tabacos de España, que crea la Compañía Arrendataria de Tabacos C.A.T.
que perduró hasta el año 1944. Su misión era por un lado, la privatización
tanto de la fabricación como la venta de tabacos, y por otro, mejorar la
gestión y reducir los costes de producción.
* * * *
PRODUCCIÓN A ESCALA INDUSTRIAL
En
la segunda mitad del siglo XIX, aun habiéndose generalizado la costumbre de
fumar, el cigarro era todavía un artículo de lujo. Esto se debía a que éstos se
hacían a mano. Fue necesario que se iniciara la fabricación en cantidades
industriales para que esa circunstancia cambiara definitivamente.
En
la última década del siglo XIX aumentan los consumidores en Estados
Unidos. Este aumento se debió en buena medida a los agricultores de
Carolina del Norte, que habían desarrollado un proceso de fermentación de
tabaco, curado de tabaco y secado del tabaco que elevaba el contenido de
azúcares en las hojas de la planta. Se le denominó "Tabaco Rubio" por
el color que adquiría, y al fumarlo producía un humo que era mucho más suave y
fácil de inhalar.
En
1875 los empresarios de Richmond (Virginia) Lewis Ginter y John Allen fundaron Allen & Ginter Tobacco Factory,
y convocan un concurso público con un premio de 75.000 dólares a
quien inventara una máquina con capacidad para elaborar miles de cigarrillos al
día. El concurso lo gana un estudiante universitario, James Bonsack, que dejó
sus estudios para dedicarse de lleno a inventar una máquina para fabricar de
forma automatizada los cigarrillos de tabaco. Lo consigue tras 5 años, pero no
hay datos de la razón por la cual, Allen y Ginter no utilizaron la máquina.
Este invento transformaría radicalmente la fabricación de cigarrillos y su
comercialización a gran escala más adelante.
James Bonsack y su Máquina automatizada para
cigarrillos, James Buchanan Duke | Origen del
tabaco
El empresario del tabaco y de la energía eléctrica James
Buchanan Duke adquirió los derechos de la máquina automática de cigarros
inventada por James Bonsack, y de esta forma se convirtió en el primer
fabricante que consiguió elaborar miles de cigarrillos al día (unos 12.000 a la
hora). Fue el propio Buchanan quien convenció a sus 4 competidores a
unirse y crear una gran empresa. De
esta forma los fabricantes Allen & Ginter (Richmond), William S. Kimball
& Co. (Rochester), Washington Duke, Sons & Co. (Nueva
York y Durham), Kinney Tabaco Co. (Nueva York) y Goodwin & Co. (Nueva York)
crean la American Tobacco Company (ATC)
en 1891 convirtiéndose en la mayor empresa de fabricación de tabaco del mundo.
Más adelante también se unen los fabricantes de Baltimore Marburg Bros, y Gail
y Ax. La ATC acapararía el mercado tabaquero hasta entrado el siglo XX. También
se convierte en el principal proveedor de tabaco a Europa y Asia, monopolizando
la producción de todas las labores del tabaco, exceptuando los cigarros puros,
donde Cuba seguirá siendo el mayor exponente de calidad.
Los
fabricantes europeos con más tradición como España, Alemania e Inglaterra
reaccionaron también, realizando sus propias irrupciones en la automatización
de la industria tabaquera, a la que fueron sumándose otros países, como Rusia,
Japón y China.
Son
la última década del siglo XIX y la primera del Siglo XX cuando se realizan las
vitolas
(anillas) más preciadas por su mayor calidad artística. La vitola
distinguía y daba un toque de exclusividad al cigarro, por lo que se llegaban a
personalizar para entidades o personajes en particular.
Con
la producción masiva de cigarrillos mecanizados, comienzan las grandes campañas
publicitarias para comercializar los cigarrillos producidos en grandes
cantidades.
En
1901 James Buchanam Duke fusiona dos de sus empresas, la Continental Tobacco y
la American Tobacco en la poderosa Consolidated
Tobacco Company. Compra también fábricas de cigarros. Habiendo adquirido
alguna pequeña empresa en Gran Bretaña comienza a comercializar en el mercado
británico marcas por debajo de su precio de coste. La reacción no se hace
esperar, y un grupo compuesto por los 18 fabricantes más importantes de tabaco
británicos constituyeron un mini Trust con la denominación de Imperial
Tobacco Company. Finalmente llegan al acuerdo en 1902 entre Imperial
Tobacco y la ATC, de modo que ni Buchanam puede vender en Reino Unido ni las
empresas Británicas en Estados Unidos.
En 1911
la ATC fue declarada monopolio en los Estados Unidos y se deshace en cuatro
empresas, obligada por el tribunal supremo de los Estados Unidos al aplicar la
ley anti trust Sherman que consideraba que toda restricción al libre comercio
constituía un delito.
La
ATC logra perfeccionar por medio de Rufus Lenoir Patterson en 1929 la primera
máquina torcedora capaz de producir puros hechos a máquina, con la que tendría
tanto éxito como lo tuvo con la máquina James Bonsack con los cigarrillos. En
poco tiempo la mitad de la producción de tabacos torcidos de Estados Unidos se
realizaba 100% de forma mecanizada (torcido, despalillado, escogido, etc.)
creando la asfixia económica de las empresas de torcido artesanal.
James Buchanan Duke, además de ser el creador
del cigarrillo moderno, también
fue el precursor de la comercialización, distribución, propaganda y publicidad
que hicieron posible su rápida expansión por todo el mundo.
* * * *
TABACO Y CONFLICTOS BÉLICOS
Es
indudable que desde que se conoce el tabaco y se fuma, los diferentes
conflictos bélicos "ayudaron" a difundir su consumo.
Cuando
los ingleses ocuparon durante un año La Habana y una parte de la isla de Cuba
en 1762, los soldados tomaron el hábito de fumar cigarros habanos. Al abandonar
la isla se llevaron este hábito a Inglaterra y a las colonias del Norte de
América.
El
éxito de la producción tabaquera en las colonias inglesas de América consiguió
un logro económico que influyó en la Guerra de independencia estadounidense
(1775–1783). Francia peleó junto a los rebeldes contra Gran Bretaña, a partir
de 1778, y lo hizo con dinero, munición, soldados y fuerzas navales que fueron
esenciales en la victoria estadounidense sobre los británicos. Además, Francia
aceptaba ser "pagada" con tabaco, el dinero y ayuda prestada a los
insurrectos estadounidenses al mando de George Washington.
La
Guerra de la Independencia de España contra las tropas de Napoleón que se
desarrolló entre los años 1808 y 1814, da a conocer el cigarro y el hábito de
fumar durante la permanencia de los franceses en la península. Aunque Napoleón
no fuma puritos, sí consume rapé, y sus oficiales aprenden a fumar cigarros al
modo español. El cigarro lo fuman las clases pudientes, y el cigarrillo lo
consumen las clases bajas. Ambos salen fuera de nuestras fronteras, cambiando
rápidamente los hábitos europeos por el cigarro en detrimento del rapé.
En este cuadro anterior a la invasión Francesa, podemos
observar como fuma el personaje tumbado en primer término en el suelo y que
inmortalizó Goya en 1778. Posteriormente Francisco de Goya plasmó el horror de
la Guerra de la Independencia en algunos de sus cuadros mundialmente conocidos.
"La cometa", Francisco de Goya,
1778 (Museo del Prado, Madrid) | Origen del
tabaco
Los
mercenarios y voluntarios ingleses e irlandeses que apoyaban a los rebeldes que
combatían en las distintas guerras por la independencia que se desarrollaron
entre 1808 y 1811 en las diferentes posesiones españolas contribuyeron a
difundir el consumo de cigarros.
La
participación de los ejércitos europeos en la Guerra de Crimea (1854-1856),
hace que éstos adopten la costumbre de fumar cigarrillos de los turcos.
Franceses e ingleses adoptaron rápidamente esta nueva forma de consumo que
difundieron por Europa.
En
América tuvo lugar un proceso similar durante la Guerra Civil Americana (1866),
cuando los soldados de ambos bandos fumaron las existencias de las fábricas
tabaqueras. Su uso se popularizó y el consumo de cigarrillos se disparó en
todos los Estados Unidos al término de la guerra.
Tras la automatización en la elaboración de cigarrillos el consumo de
tabaco se disparó.
La
actitud de la sociedad en general era permisiva ya que entendía que el tabaco
aliviaba tensiones y no tenía efectos nocivos (se desconocían).
Fumar
en los frentes de guerra durante la I y II Guerra Mundial se convierte en
indispensable. Los mandos militares lo consideraban esencial para la moral de
los soldados. Durante la II Guerra Mundial los médicos recomendaban enviar
cigarros a los soldados, por lo que se incluyeron en sus lotes de raciones.
Esto fue posible porque las compañías tabaqueras regalaban el tabaco.
Consecuencia de ello es que los soldados volvieron a sus hogares con el hábito
a fumar. Es en la II Guerra Mundial cuando se consume más tanto en los frentes
de combate como entre la población en general.
Marines de EEUU en el frente del Pacífico
(S.G.M.) | Origen del tabaco
Winston Churchill, primer ministro Británico
durante la S.G.M. | Origen del tabaco
General Douglas MacArthur, Comandante Supremo
de las Fuerzas Aliadas en el Frente del Pacífico Sur (S.G.M.) | Origen del
tabaco
También influyó en el consumo, la publicidad de las marcas de tabaco y
el efecto imitación que la gente hizo de los actores y actrices que fumaban en
los filmes.
Fumar
cigarrillos está de moda, y es aceptado por la sociedad como hemos dicho. El
consumo de los cigarros desciende a favor del cigarrillo. Muchas mujeres
decidieron unirse al ejército al declararse la II Guerra Mundial. Esto
significó la incorporación de la mujer al mundo del tabaco. La American Tobacco Company aprovechó la
contienda bélica para incrementar sus ventas con estudiadas estrategias de
publicidad, cambiando el diseño de sus cajetillas haciéndolas más atractivas
tanto para los hombres como para las mujeres. En Gran Bretaña durante esos
cuatro años de contienda, el consumo de tabaco se duplicó entre los hombres, y
cuadruplico entre las mujeres. En Estados Unidos en 1949 más de la mitad de los
hombres eran adictos y casi un tercio de las mujeres también.
Por
contra, en la Alemania nazi, durante la II Guerra Mundial, no fumar era un
“deber nacionalsocialista”. Alemania tuvo un fuerte movimiento de lucha contra
el tabaquismo en la década de los años 30 y 40, que consiguió prohibir fumar en
espacios públicos, prohibir la publicidad de cigarrillos, restringir las
raciones de tabaco para las mujeres (se decía que provocaba abortos) y terminó
por establecer por primera vez el estrecho vínculo entre fumar y desarrollar
cáncer de pulmón.
Pocos
años antes de la II Guerra Mundial, durante la Guerra Civil Española, también
se repartían cigarrillos entre los soldados, incluyéndolos en sus raciones
reglamentarias de campaña. Entre las anécdotas con referencias al tabaco, figuran
las treguas que ambos bandos pactaban en mitad de la batalla para permitir su
suministro a las posiciones en vanguardia. Incluso en algunos momentos los
"enemigos" se intercambiaban tabaco por otros productos como
chocolate. El número de fumadores al final de la guerra en España aumentó de
una manera significativa.
Algunos
combatientes revolucionarios como el "Che" Guevara dice en su
"Manual de Guerra de Guerrillas", un complemento habitual y sumamente
importante en la vida del guerrillero es la fuma, ya sean tabacos, cigarros o
picadura para la pipa, pues el humo de tabaco que puede echar en momentos
de descanso es un gran compañero del soldado solitario".
* * * *
INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Y NICOTINA
Los
primeros estudios pseudo-científicos sobre los principios activos del tabaco se
realizaron en 1648 por el médico y filósofo francés Juan Crisóstomo Magnen y
posteriormente en 1671 por el médico italiano Francesco Redi. Ambos analizaron
químicamente el tabaco. En él hallaron en proporciones muy pequeñas, una
sustancia muy fuerte, venenosa y de olor vomitivo, que llamaron magneno en honor a su primer
descubridor. Volviendo a Jean Nicot, de él se toma el nombre para denominar
nicotina al famoso alcaloide contenido en el tabaco. Nicot no descubrió la
nicotina, y de hecho, hay que esperar hasta 1828 para que se logre aislar este
agente del tabaco. Fue el equipo del químico alemán Karl Louis Reimann con el
fisiólogo W. Posselt quienes logran aislar el poderoso alcaloide y estudian sus
efectos en animales, publicando los resultados obtenidos. Este equipo de
científicos fue el primero en documentar los efectos de la nicotina del tabaco
en el ser humano. Estas conclusiones fueron confirmadas y ampliadas a lo largo
del siglo XIX. Fue su compatriota y también químico Adolf Pinner quien, en
1893, determinó la estructura de la nicotina del tabaco.
Junto
al científico norteamericano Morton Levin que publica en 1950 un artículo
científico en el que por primera vez vincula la correlación entre el hábito de
fumar y cáncer de pulmón, se realizan otros estudios negativos sobre la
relación entre consumo y graves enfermedades. Estas señales de aviso dan
comienzo a las campañas antitabaco. A partir de ese momento van a sucederse una
serie de normas y prohibiciones hasta llegar a la situación actual: prohibición
de la venta de tabaco a menores, campañas antitabaco, prohibición cada vez más
general de fumar en sitios públicos, etc.
* * * *
LAS
REALES FÁBRICAS DE TABACO DE ESPAÑA
Otras de las cosas más interesantes en la histoira del tabaco es que
el gran incremento del consumo de tabaco en el siglo XVII propició la necesidad
de fabricarlo a escala industrial al no poder satisfacer ya, la demanda de la
forma artesanal tanto del tabaco
en polvo como más adelante los cigarros. De esta forma fueron
apareciendo las distintas fábricas de tabaco, que funcionarían según las normas
que fijaba en cada momento el Estado.
La fábrica de Sevilla fue la primera de tabacos de España (¡y de Europa!). A Sevilla llegaban los productos
provenientes de América, y la hoja de tabaco era uno de ellos. Lo hacían por
barco navegando por el Guadalquivir.
La construcción de la Real fábrica de Tabacos de Cádiz fue
ordenada en 1741 por Felipe V, y tenía por objeto complementar a la de Sevilla.
En la primera década de 1800 se construyó una serie de
fábricas de tabaco: Alicante, La Coruña y Madrid, y se reorganizaron las de
Sevilla y Cádiz. Para la fábrica de tabaco de Madrid, se reutilizó un edificio
construido en 1790 para fábrica de manufacturas reales de todo tipo. Para la
conexión con las otras fábricas de tabaco se emplea el ferrocarril como medio
de transporte. Al no estar ubicada en la costa, genera una conexión en forma de
red radial de transporte entre fábricas.
De 1830 a 1840 se construyen una segunda serie de
fábricas de tabaco en Gijón, Valencia y Santander. La fábrica de tabaco de Valencia
estaba muy bien conectada con la fábrica de tabaco de Madrid.
En 1876 se extiende el monopolio al País Vasco con una
nueva ley de 21 se julio de 1876, y dos años más tarde se instalan las fábricas
de tabaco de San Sebastián y Bilbao. En esta última existían hornos donde se
molía y cocía el tabaco procedente de Virginia, Kentucky y Barbados, que
llegaba en barcos con pabellón inglés, francés u holandés. Las conexiones entre
ellas las fábricas de tabaco se hacían por vía marítima.
En 1890, se construye la fábrica de tabaco de Logroño.
Las dos últimas fábricas de tabaco fueron la de Málaga y la de Tarragona. La
fábrica de tabaco de Málaga se construyó entre 1923 y 1928, y se utilizó más
como Centro de Experimentación del cultivo de Tabaco.
También
se crean Depósitos de tabaco distribuidos en diferentes zonas de España:
-Depósito de tabaco Centro de Madrid en 1895, en la calle
General Lacy. Se accede por ferrocarril y abastecía a las fábricas de tabaco de
Madrid y La Coruña.
-Depósito de tabaco Norte en Santander en 1901, que
abastecía a las fábricas de tabaco de Gijón, Santander, Bilbao y San Sebastián.
-Depósito de tabaco Sur en Cádiz en 1910, que abastecía a
las fábricas de tabaco de Sevilla, Cádiz, Alicante y Valencia.
A excepción de Cádiz y Palazuelo donde secaderos y campos
de cultivo de tabaco están en zonas cercanas, el resto de las zonas de
producción del tabaco y las fábricas de tabaco no se ubican en el mismo lugar.
Esto es debido a que el proceso de obtención del tabaco tiene dos fases
principales, el proceso primario y proceso secundario.
En el proceso primario, la hoja de tabaco se seca
en los secaderos, el clima es decisivo en el caso del secado del tabaco al
aire. En otros métodos de secado, no.
En el proceso secundario, el tabaco llega ya tratado
a las fábricas, por lo que el clima es indiferente.
Todas las fábricas de tabaco elaboraban inicialmente
cigarros y picaduras, y Sevilla también rapé. Posteriormente se especializaron
en las diferentes labores. De cigarros se encargaban Gijón, Santander, Bilbao,
Málaga y las antiguas fábricas de tabaco de Logroño y Cádiz. De la elaboración
de Cigarrillos (San Sebastián, Logroño, Tarragona y Alicante). De la
elaboración de Picaduras y Cigarrillos (Valencia), y de la elaboración y
fabricación de cigarros, cigarrillos, picaduras y filtros La Coruña y Madrid.
La fábrica de tabaco de Cádiz nueva se dedicó a Planta de Preparación de Ligas
(PPL.) de tabaco rubio, expandido y reconstituido, y como almacén de
añejamiento. La de Palazuelo también se dedicó a PPL de tabaco negro, Planta de
Preparación de Rama (PPR) y almacén en general. Hoy en día, la mayoría de estas
fábricas de tabaco ya no existen o están cerradas, otras han cambiado de
utilidad, además de sufrir modificaciones en su estructura según el nuevo uso dado,
los menos han adaptado su uso a las necesidades actuales.
* * * *
Las fábricas de tabaco según orden de creación:
Sevilla (1620), Cádiz (1741), Alicante (1801), La Coruña (1808), Madrid (1809),
Gijón (1823), Valencia (1828), Santander (1835), Bilbao (1878), San Sebastián
(1878), Logroño (1890), Málaga (1923), Tarragona (1932), Navalmoral de la Mata
(1931) y Palazuelo (1991), estas dos últimas en la provincia de Cáceres.
* * * *
REAL
FÁBRICA DE TABACOS DE SEVILLA
La antigua fábrica de Tabaco que estaba ubicada en la que
hoy es plaza de San Pedro y que databa de 1620 se queda pequeña a comienzos del
siglo XVIII lo que lleva a planificar la construcción de un nuevo edificio que
albergara la nueva fábrica. El proyecto de la nueva fábrica de tabaco, se
presentó el 25 de enero de 1728, y después de pensar en varias ubicaciones
finalmente se eligió el lugar llamado de las Calaveras, (fue un enterramiento
en épocas romanas). En previsión de las posibles avenidas del río, se elevó un
pie más alto que la riada del 1684 y dos más que la del 1728. La construcción
se realizó con piedra de cantería de Carmona. El emplazamiento elegido para la
fábrica de tabaco crea una nueva área de expansión para la ciudad, (hoy en día
está en pleno centro). El diseño y la construcción de este edificio fueron
debidos a los ingenieros militares procedentes de España y Países Bajos;
Ignacio Sala, Diego Bordick Deverez y Sebastián Van der Bosch, quienes tras 16
años de obras junto a otros arquitectos y aparejadores locales, consiguieron
finalizar el edificio.
Es un gran edificio, ejemplo de la arquitectura
industrial española del siglo XVIII, solamente superado en tamaño por El
Escorial.
En la fachada principal estaban las viviendas para los
jefes. Delante de esta fachada, la capilla y prisión complementan el edificio
principal. La parte trasera era la zona industrial.
Era la única fábrica de tabaco del momento. El monopolio
aseguraba los grandes ingresos. La materia prima venía principalmente de las
colonias españolas y de Virginia. Empleaba a unos mil trabajadores y utilizaban
unos 200 caballos para mover unos 170 molinos.
Con el cambio de hábito del tabaco en polvo a cigarrillos
al comienzo del Siglo XIX trajeron consigo la necesidad de dar empleo a numerosas
mujeres para la elaboración de las labores. A comienzos del siglo XIX llegó a
tener 12.000 trabajadores, en su mayoría cigarreras, influyendo en los usos y
costumbres de la ciudad donde llegaron a constituir un prototipo de
comportamiento femenino, inmortalizado por Merimée y por Bizet en la famosa
ópera Carmen. En este comienzo del Siglo XIX la Real Fábrica de tabaco de Sevilla ya no puede abastecer la
demanda y se crean diversos centros de este género en España.
En 1953, la fabricación de las labores del tabaco se
traslada a la factoría en Los Remedios. De esta forma y tras finalizar su
actividad como fábrica de Tabacos el edificio se reforma para adaptarse a su
nueva utilidad universitaria. Estas obras de acondicionamiento se llevaron a
cabo en 1953. Hoy día es la sede del Rectorado
de la Universidad de Sevilla y de algunas de sus Facultades.
Óleo de
Gonzalo Bilbao “las cigarreras”, Museo Bellas Artes de Sevilla | Origen del
tabaco
Óleo de
Gonzalo Bilbao “las cigarreras”, Museo Bellas Artes de Sevilla | Origen del
tabaco
* * * *
REAL FÁBRICA DE
TABACOS DE MADRID
Con diseño del arquitecto Manuel de la Ballina, fue
construido entre 1781 y 1792 como edificio industrial en tiempos del rey Carlos
III. La fachada principal está situada en la calle de Embajadores, frente al
antiguo Casino de la Reina, si bien se extiende por las calles Miguel Servet y
Provisiones ocupando casi 30.000 metros cuadrados.
Inicialmente
el edificio se dedicó a fábrica de producción de naipes, aguardientes, licores,
papel sellado y depósito de efectos plomizos. José Bonaparte ordenó en 1809 que
el edificio se convirtiese en la Real
Fábrica de Tabacos (cigarros y polvo de tabaco). En 1945 se convirtió en la
sede de la Tabacalera Española,
hasta su cierre en el año 2000, pasando el edificio a pertenecer al Estado.
Aunque
inicialmente fueron unas ochocientas, en la época de mayor producción llegaron
a trabajar en sus instalaciones más de 3.000 trabajadoras, "las cigarreras".
Contaban en el propio edificio de una escuela y de una guardería que les
permitía dejar a sus hijos mientras realizaban su trabajo.
Real Fábrica
de tabacos de Madrid | Origen del tabaco
Real Fábrica
de tabacos La Coruña | Origen del tabaco
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