LITERATURA CATALANA
Primeros textos
Los
primeros textos en lengua catalana proceden del siglo XII. Se trata de
documentos que no estaban escritos en latín, sino en catalán. Originalmente se
trataba de correspondencia personal, así como de escritos mercantiles y
jurídicos, o bien de tema científico, traducciones, etc. Entre los primeros
documentos en catalán se encuentra el Liber
Iudicum, de la primera mitad del siglo XII. Se trata de una traducción del
latín del código de leyes visigóticas si bien podemos considerar como uno de
los primeros textos en catalán con importancia literaria las Homilies d’Organyà, que datan de finales
del siglo XII y principios del XIII. Las homilías son extractos comentados del
evangelio que forman parte de un conjunto de nueve sermones, de los cuales se
han conservado únicamente seis. A pesar del considerable número de palabras en
lengua occitana que podemos hallar en este texto, la base es ya catalana.
Trovadores
A
partir del siglo XII surge toda una serie de textos creados por un público
culto que cultivan el arte del trovar. La lengua utilizada para la elaboración
de estas composiciones poéticas solía ser el provenzal, variedad occitana
hablada en el sur de Francia. Era la lengua de la poesía, no de la prosa, que
en el siglo XIII todavía seguía escribiéndose mayoritariamente en latín. Entre
los trovadores más célebres se encuentra Cerverí de Girona, Jofre de Foixà,
Ramon Vidal de Besalú o Guillem de Berguedà.
Las
4 grandes crónicas
A
finales del siglo XIII y durante el siglo XIV se escriben cuatro crónicas
relacionadas con la historia de Cataluña.
La
primera de ellas es la crónica escrita por el rey Jaume I, llamada el Llibre dels Feits. Se trata de una obra
autobiográfica donde se explican algunos de los actos más importantes de este
monarca, son particularmente importantes los pasajes donde describe la
conquista de Mallorca y Valencia. Tal y como solía ser habitual, se trata de
una crónica dictada por el rey, no escrita por él. Las dudas que a menudo
surgen sobre la autoría de esta crónica quedan aclaradas por el gran número de
detalles íntimos que explica el rey y que, de hecho, sólo podría conocer y
atreverse a escribir él mismo. Si bien no se dispone de ningún ejemplar
original, se conserva su traducción al latín y dos manuscritos en catalán
derivados de esta traducción. La obra cuenta con una evidente dimensión
didáctica y justificadora de las acciones más polémicas del rey.
La
segunda crónica es la que escribió Bernat Desclot entre los años 1283 y 1288.
En su texto Desclot se dedica principalmente al período de gobierno de Alfonso
I el Casto y Pere II el Grande. La obra de este autor es importante desde el
punto de vista documental, ya que Desclot se basa en numerosos documentos de la
época que ofrecen una gran precisión de información y multitud de detalles. La
intención del autor, sin embargo, no es otra que la de glorificar el reinado de
Pere II.
La
crónica de Ramon Muntaner es la más extensa de las cuatro. Recoge el período de
reinado de Jaume I y hasta la coronación de Alfons III en 1328. Al igual que Desclot,
Muntaner basa su relato en fuentes historiográficas, pero hay una gran
aportación de su experiencia propia como soldado al servicio de la monarquía
catalana. Muntaner deja claro en su crónica que hay tres elementos que
caracterizan a la sociedad catalanoaragonesa: la sangre, el destino común y la
lengua, en lo que podría llamarse un claro sentimiento patriótico catalán.
Desde el punto de vista historiográfico, la crónica de Ramon Muntaner es
especialmente importante por su valor histórico y literario.
La
crónica del rey Pere III incluye el período de su gobierno y el de su padre,
Alfons el Benigno. El motivo principal por el cual el rey Pere III escribe esta
crónica no era otro que el de justificar su política. La crónica tiene, como en
el caso del texto de Jaume I, forma autobiográfica y constituye una
recopilación de documentos de todo tipo, incluyendo recuerdos del monarca. La
lengua utilizada no se caracteriza por su riqueza, tampoco cuenta con la épica
de las crónicas anteriores, tan típica de la Edad Media.
Las
cuatro crónicas mencionadas tienen una clara intencionalidad política. Es
decir, sus autores no tenían intención de crear una obra de arte, sino de
agrandar la figura de sus protagonistas, explicando sólo aquellos detalles que
les sean favorables. En cualquier caso estas crónicas constituyen un claro
testimonio de cómo se vivía en la época. Se describen situaciones cotidianas y
hechos históricos, como la coronación de príncipes. Gracias a ellas podemos
conocer también la indumentaria de los soldados o las estrategias militares de
importantes batallas que condujeron a la expulsión de los moriscos de tierras
catalanas.
Ramon
Llull
http://www.musicaantigua.com/el-ultimo-peregrinaje-cronica-del-viaje-musical-de-ramon-llull/
Ramon
Llull está considerado como uno de los escritores más grandes de todos los
tiempos. Principalmente por el gran número de obras escritas que se le
atribuyen (más de 300) y la diversidad de temas sobre los que versaban sus
libros. Ramon Llull vivía en la corte del rey Jaume II. Después de varias
apariciones de Cristo, decidió dedicar su vida a la religión con tres objetivos
en mente: crear escuelas para futuros misioneros donde pudieran estudiar los
textos religiosos y aprender idiomas que les permitieran difundir estos
conocimientos, escribir libros para difundir el cristianismo y convertir a los
infieles a la que consideraba la única y verdadera religión. La consecución de
esos tres objetivos implicaba una gran erudición, especialmente en lenguas y en
conocimientos de todo tipo que le ayudaran en su labor misionera. Entre su obra
más importante se encuentran las de carácter filosófico, didáctico, religioso y
místico, así como su narrativa y poesía. Escribía en cuatro lenguas: latín,
catalán, árabe y provenzal, en función de los destinatarios de sus obras. El
gran número de obras que escribió implicaba, asimismo, la creación de nuevas
palabras para hacer referencia a elementos nuevos de la ciencia y la técnica,
así como el establecimiento de unas normas gramaticales y ortográficas en
catalán que dieran coherencia lingüística a su obra. Es por este motivo que
Ramon Llull es para muchos el creador del catalán literario, ya que creó un
modelo de lengua que se mantuvo vigente durante muchos años. Entre sus
numerosas obras destacan, por ejemplo, en el campo de la filosofía el Arbre de Sciencia, o el Art d’atrobar veritat. En lo que
respecta a obras de carácter didáctico y religioso destacan, por ejemplo, el Llibre de l’orde de cavalleria, una guía
para la adecuada formación de los caballeros cristianos, o Doctrina pueril, dedicado a la educación de los niños. En narrativa
es Ramon Llull un pionero europeo, gracias a su obra Lo romanç d’Evast e Blanquena, una novela utópica formada por cinco
libros y en la que aparecen toda una serie de personajes alegóricos como la Fe,
la Vedad, la Religiosidad, etc. La obra, que el propio Llull denominaba “Romanç” podría considerarse una de las
primeras novelas de carácter burgués. En sus páginas, el joven Blanquerna
inicia un viaje iniciático hasta conseguir la máxima perfección espiritual que
le llevará por los cinco estados de la vida religiosa: monje, abad, obispo,
Papa y ermitaño. Otra de las obras más imponentes de Ramon Llull es el Llibre de les meravelles o Félix, nombre
del protagonista principal que viaja y establece toda una serie de diálogos con
sabios y filósofos. La obra mística de Ramon Llull tiene algunos de sus máximos
exponentes en textos como el Llibre de
contemplació en Déu, el Llibre d’Amic e Amat o l’Arbre de filosofía d’amor.
En lo que respecta a la producción poética de Ramon Llull destacan obras como
el Cant de Ramon, Plany de la Verge o Lo
Desconhort, quizás la obra poética más importante de este autor.
Ausiàs March
La
obra poética de Ausiàs March es importante por lo que supone de ruptura con la
lírica trovadora y por el abandono definitivo del provenzal para la escritura
de este tipo de obras. El amor constituye uno de los principales temas tratados
por March. En la obra del poeta la mujer deja de ser abstracta para convertirse
en una persona con nombre y apellidos, una característica más que supone un
cambio fundamental con la tradición poética de la Edad Media. Su obra suele
dividirse en cuatro ciclos temáticos: cantos
de amor, cantos de muerte, cantos morales y cantos espirituales. El primer
grupo corresponde a poemas cuya temática gira en torno a las experiencias
amorosas exaltadas, insatisfactorias y desafortunadas de Ausiàs March, los
cantos de muerte son un total de seis composiciones cuyo eje central es el
dolor causado por la muerte de la dama, los cantos morales desarrollan toda una
serie de motivos de carácter más teórico, donde el objetivo final es la
búsqueda de la virtud. En los cantos espirituales el poeta entabla un diálogo
con Dios para expresar su arrepentimiento por los errores cometidos y la
necesidad de obtener el perdón. La poesía de March gozó de gran popularidad
entre algunos autores del siglo de oro español, como Garcilaso, Lope de Vega o
Juan Boscán.
Novelas de caballería
Entre
las primeras obras en prosa de la época destaca la novela de caballerías
escrita por Joanot Martorell y llamada Tirant
lo Blanc. La novela está dividida en 487 breves capítulos interconectados
por la presencia de un único protagonista principal, Tirant, que vive numerosas
peripecias y recorre prácticamente todo el mundo conocido en la época. Una de
las características principales de esta obra es el hecho de que el personaje
adquiere un carácter mucho más humano, carente en las novelas de caballería
previas. La influencia de esta monumental obra de la literatura catalana se
hace patente en autores de renombre como William Shakespeare o Miguel de
Cervantes, quien hace mención a la misma en el Quijote al salvarla del fuego
que consumía los libros de caballeros andantes de Alfonso Quijano. Otro de los
aspectos más importantes de la obra de Martorell es la inclusión de diálogos,
humor y de numerosos capítulos de carácter erótico que la convierten en una
obra moderna. Otra de las novelas de caballería más importante de la literatura
catalana es el Curial e Güelfa, una obra anónima escrita a mediados del siglo
XV. La novela está dividida en tres partes y explica la historia de un joven
Curial que se forma caballero y que pasa por toda una serie de vicisitudes
hasta contraer matrimonio con Güelfa. Asimismo, muestra el proceso por el que
una persona de origen humilde consigue la fama y el honor propios de un
caballero convertido en héroe moderno.
La
Decadencia
La
literatura entre los siglos XVI y XIX suele denominarse con el nombre de
decadencia. El desplazamiento hacia Castilla del centro de poder implicó,
asimismo, un uso más significativo del castellano como lengua de la corte,
además del desplazamiento de la actividad comercial del Mediterráneo al
Atlántico. Con la emigración de una mayor parte de la aristocracia catalana al
centro de la península también de disiparon muchas de las posibilidades de
financiar obras y autores en lengua catalana. Este largo período también estuvo
caracterizado por diversos conflictos bélicos con España que dejaron a Cataluña
en una situación económica y política muy degradada y poco adecuada para la
producción literaria. En cualquier caso fue una época propicia para la literatura
popular que, sin duda, contribuyó a la supervivencia de la lengua catalana. Uno
de los autores quizás más destacados del renacimiento catalán son Pere Serafí,
Joan Timoneda o Miquel Comalada. En el siglo XVI destaca el género
historiográfico, de la mano de Cristòfol Despuig, ya
había constatado la visión castellanocèntrica de la historia elaborada por
muchos historiadores castellanos de su tiempo. A Los
coloquios de la insigne ciudad de Tortosa, escrito en 1557
pero no publicado hasta el siglo XIX.
Por
otro lado, el barroco catalán siguió las pautas del barroco español, donde los
autores catalanes buscaban la inspiración y la modernidad que a menudo no
encontraban.
El
representante más destacado del barroco catalán es Francesc Vicenç Garcia,
también conocido con el seudónimo de Rector de Vallfogona. Es, sin duda, el escritor más reconegutt del siglo XVII.
Lo que más destaca de la sevs producción es el ingenio con que sabe construir
los sonetos, Género en el que alcanzó una gran maestría y que llevó
a la madurez en nuestra tradición poética. El rigor del soneto le permite
establecer el proceso de contradicción barroco y su predilección por la
literatura entendida como juego y artificio. En esta sesión, formularemos
propuestas de trabajo en el aula sobre una decena de sonetos, desde
perspectivas muy diversas y con especial atención a aspectos lúdicos y
definitorios de la época.
Pere Serafí
https://educacionlibreencasa.wordpress.com/2019/10/15/juan-de-timoneda/
El
clasicismo catalán está representado por dos autores, Joan Ramis i Ramis, autor
de obras dramáticas y poéticas y Rafael d’Amat, conocido también como el Baró
de Maldà. La obra de este último, el Calaix
de sastre, puede considerarse como una importante crónica de la vida
barcelonesa a caballo entre los siglos XVIII y XIX.
Rafael de Amat y de Cortada (Barcelona 1846-19),
conocido popularmente como varón de Maldà.
https://www.museudebadalona.cat/es/cycle-of-lectures-about-the-baron-of-malda-and-his-time/
La
Renaixença
La
Renaixença es un movimiento de recuperación de la lengua y la cultura catalanas
que tiene lugar en el siglo XVIII. Además de ello, la Renaixença supone una
renovación total de la percepción de la realidad catalana y abarca un amplio
abanico de campos de acción, desde la historia a las instituciones jurídicas, la
política, las tradiciones, el arte, el teatro, la prensa … Igualmente conlleva una revalorización del
pasado nacional y de la cultura de los pueblos, ideas propias del romanticismo.
Se considera como inicio de la Renaixença la publicación del poema La pàtria de Bonaventura Carles Aribau
(1833) y su culminación en 1877 con el galardón en los Juegos Florales a Jacint
Verdaguer y Àngel Guimerà. La calidad y la intensidad de las obras catalanas de
la época dejaban entrever claramente que la literatura catalana podía emprender
el camino de la normalización equiparándose al resto de literaturas europeas
después de tres siglos de parca producción. Uno de los elementos más
importantes en el campo de la literatura de esta época son los Juegos Florales.
Uno de los máximos representantes literarios, Joaquim Rubió i Ors, propuso la
creación de un concurso literario que fomentara la redacción de textos catalanes
y que tuvo su primera edición en 1859 con el lema de Patria, Fe y Amor. Las
obras presentadas a concurso debían responder a alguno de estos tres temas y
los autores optaban a tres premios: la mejor poesía patriótica, la mejor poesía
religiosa y la mejor poesía amorosa. Quien obtenía estos tres galardones era
considerado Mestre en gai saber. Al
frente de este concurso había personalidades del ámbito cultural y social, que
se esforzaron por crear una literatura en catalán en todos los géneros posibles
y que buscaban la creación de una nueva generación de escritores y,
particularmente, poetas que continuaran con la tradición de autores como Ausiàs
March.
Fue
una época de reconstrucción de la historia catalana y de florecimiento del
sentimiento nacional, de traducción de los clásicos de Grecia y Roma y de la
Edad media, así como de recopilación de poesías y leyendas basadas en la
tradición oral. Todo ello acompañado de la creación de un modelo de lengua a
partir de su codificación y del renacimiento de instituciones que debían velar
por su conservación y fijación. La aparición de los primeros periódicos en
lengua catalana y el incremento en el consumo de literatura escrita en catalán
implicó, asimismo, la creación de nuevas imprentas. El ideario de la Renaixença
se transmitía también a través de revistas como El Vapor, el Propagador de la
libertad o el Europeo.
Jacint
Verdaguer i Santaló
Uno
de los autores más importantes de la segunda mitad del siglo XIX es Jacint
Verdaguer. Su influencia en el campo de la poesía y de la lengua es comparable
a la influencia que tuvo en su día Ramon Llull. Participó en diversas ocasiones
en los Juegos Florales con un éxito abrumador, llegando a convertirse en Mestre
en gai saber, es decir, vencedor de las tres modalidades de poesía. En 1870 fue
investido sacerdote y después de dos años de viaje por el Atlántico entre
América y Cataluña, escribe l’Atlàntida (1877),
una de sus obras más conocidas. Otra de sus obras poéticas cumbres es Canigó, en la que busca las raíces de
Cataluña sobre la base de motivos mitológicos y épicos en la Edad Media.
Verdaguer era principalmente poeta, aunque también escribió obras en prosa que
se hicieron muy populares, en particular sus Excursions i Viatges (1887). La obra de Verdaguer supone un pilar
sobre el que futuros autores construirán su obra.
Àngel
Guimerà i Jorge
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/guimera.htm
Si
bien este poeta y dramaturgo de origen canario inició su obra en castellano, no
tardó mucho tiempo en abrazar el ideario de la Renaixença y dedicar parte de su
obra a contribuir a los objetivos de restauración de la lengua y la literatura
catalanas que planteaba. Guimerà estaba comprometido políticamente con el
nacionalismo catalán y fue miembro del Institut d’Estudis Catalans. Junto a
Jacint Verdaguer se le considera como uno de los autores literarios más
influyentes del siglo XIX. Su obra poética posee un tono patriótico que
impregnan sus versos y que quedó recogida en dos antologías. Pero Guimerà se
hizo realmente popular, principalmente, por su obra dramática, a la que dio
inicio cuando su obra poética ya se había hecho un camino claramente definido. Entre
sus obras dramáticas más conocidas se encuentra Mar i Cel (1888), Terra baixa
(1897) o La filla del mar (1900). Una
de las características principales de la obra dramática de Guimerà es la
tensión creada por sus diferentes personajes y que explota en las últimas
páginas con una enorme carga emocional.
Naturalismo
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/oller.htm
La
prosa catalana de inicios del siglo XIX estaba caracterizada por las obras
costumbristas, la novela realista y la novela histórica. La novela catalana
había estado en clara decadencia durante los tres siglos anteriores y
prácticamente había que remitirse a las obras de la Edad Media para encontrar
una novela que marcara las generaciones posteriores. La escena cambiaría con
Narcís Oller. La obra de Oller tiene varios hitos, algunos de ellos
caracterizados por la gran influencia del realismo francés, como la obra La papallona, gracias a la cual Oller
consiguió el reconocimiento internacional. Prueba de ello es que la
introducción a la edición francesa fue escrita por Émile Zola. Entre el resto
de novelas escritas por uno de los prosistas catalanes más internacionales de
la época se encuentra L’escanyapobres,
Vilaniu, La febre d’or, La bogeria o Pilar Prim, obra esta última en la que
pueden apreciarse ya rasgos modernistas.
Modernismo
El
modernismo es un movimiento que tiene lugar a caballo entre los siglos XIX y XX
y caracterizado por su amplia base cultural. Su inicio suele fecharse en 1892,
coincidiendo con la primera Fiesta Modernista de Sitges organizada por el
artista Santiago Rusiñol. En Cataluña este movimiento influyó en todos los
aspectos de la vida civil, desde la arquitectura hasta la pintura o literatura.
El modernismo implica un rechazo radical del romanticismo, fue un movimiento
muy complejo y contradictorio en cierto sentido. Su intención era transformar
la sociedad a través de la cultura. Una de las características principales es
el abandono del pasado y el intento de crear una cultura nacional
autosuficiente, moderna y europea.
La
industrialización de Cataluña conllevó toda una serie de cambios relacionados
con la organización de la sociedad. La burguesía barcelonesa se había ido
modernizando progresivamente, pero de forma insuficiente en comparación con el
nivel de modernización europea, un aspecto duramente criticado por los artistas
modernistas que consideraban que la sociedad catalana arrastraba un retraso
cultural considerable.
En
el terreno cultural y artístico, revistas como L’Avenç, Catalònia, Els Quatre Gats, Pèl i Ploma o Joventut, entre
otras, jugaron un papel decisivo en la propagación del ideario modernista en
Cataluña. Recogían las sentencias europeas y servían de escaparate del nuevo
espíritu creativo y rompedor, caracterizado por dos corrientes estéticas y de
pensamiento bien diferenciadas, el regeneracionismo y el esteticismo. Los
partidarios de la primera criticaban de forma contundente el conservadurismo de
la burguesía y luchaban por la regeneración del país desde un punto de vista
cosmopolita y nacionalista. Los esteticistas, a menudo referidos también como
simbolistas, se consideraban víctimas de la sociedad materialista de la época y
se refugiaron en el arte, a menudo obtuso, desde el cual intentaban dar
respuesta a los problemas a los que se enfrentaba la sociedad de la época.
Uno
de los aspectos en los que el modernismo destacó de manera excelsa en Cataluña
es la arquitectura, especialmente a través del genio de Antoni Gaudí, creador
de un estilo propio de gran originalidad y modernidad. Entre las obras más
conocidas de este famoso arquitecto se encuentra la Sagrada Familia, la Casa
Batlló, la Pedrera o el Parc Güell.
Joan Maragall
https://es.wikipedia.org/wiki/Joan_Maragall
Joan
Maragall está considerado como uno de los principales representantes del
modernismo literario en Cataluña. Además de poeta, Maragall ejerció como
traductor del alemán de algunas de las obras de Goethe o Nietzsche,
introduciendo en el país estas corrientes alemanas de pensamiento. Maragall
basa su poesía en el vitalismo de este filósofo alemán y adopta una actitud muy
crítica contra el estamento burgués, del que forma parte. Sus temas apenas se
diferencian de los propios del romanticismo, la naturaleza, el paisaje, la
tradición… la diferencia radica en la manera de afrontarlos, mucho más intensa
en la obra de Maragall. Su obra se caracteriza por lo se conoce como la teoría
de la “palabra viva”. Esta peculiar manera de escribir tiene como base la
espontaneidad de los versos, frente a la artificiosidad propia de otros
autores, es decir, una escritura natural utilizando la lengua del pueblo, sin
retórica ni adaptaciones posteriores. Si bien esta teoría dejaba claro el
pensamiento de Maragall con respecto a cómo debía desempeñar su labor el
escritor, en la práctica su obra no puede considerarse en absoluto espontánea y
es evidente el trabajo de perfeccionamiento realizado con posterioridad sobre
la misma. Entre las obras más destacadas de Joan Maragall destaca El Comte Arnau, inspirada en una leyenda
romántica del siglo XIX, Elogi de la
parula y Elogi de la poesia donde desarrolla su teoría de la palabra viva.
Durante el modernismo la obra dramática jugó un papel muy importante. Se
representaban obras de los grandes clásicos dramáticos con un especial énfasis
en la música y la escenografía, no únicamente en el texto. Entre los autores
más destacados de este género destaca Santiago Rusiñol, Adrià Gual, Felip
Cortiella o Ignasi Iglesias.
Santiago
Rusiñol i Prats
https://sites.google.com/site/barcelonamodernista/santiago-rusiol-i-prats
Está
considerado como uno de los principales representantes del simbolismo catalán,
gran conocedor de la cultura y el arte francés. Fue también uno de los
precursores del modernismo en Cataluña, especialmente a través de las Fiestas
Modernistas, celebradas en la población costera de Sitges. Entre sus obras
dramáticas destacan, por ejemplo, L’alegraia
que passa o Cigales i formigues, donde realiza una dura crítica a la
sociedad de la época. Una de las obras más conocidas de Rusiñol, sin embargo,
está escrita en prosa, L’auca del senyor
Esteve, donde se hace latente el conflicto del artista con la burguesía a
través de la historia del protagonista principal que no quiere continuar la
tradición mercantil de su padre y prefiere dedicarse al arte, ante el
descontento y la incomprensión de su familia.
La
novela modernista trataba, igualmente, de reflejar el conflicto existente entre
la sociedad y el individuo. La nueva narrativa debía hacer frente a la crisis
de la novela naturalista y poco a poco los nuevos elementos estéticos fueron
abriéndose camino en un período considerado de transformación y concretización
de la actitud del artista. En cualquier caso, la novela modernista no conllevó
cambios significativos en el género de la novela. La novela La bogeria de Narcís Oller puede
considerarse el fin del naturalismo y Croquis
pirinencs de Jaume Massó el inicio de dicha transformación. La novela
modernista no cambió radicalmente las directrices marcadas por el naturalismo,
aunque sí que es cierto que adoptaron una actitud diferente. Un ejemplo de ello
es la obra de Josep M. Folch i Torres, donde trata la problemática social en la
relación individuo y sociedad, del individuo asfixiado por la masa, todo ello en
un entorno claramente urbano. Otro conocido novelista de la época es Prudenci
Bertrana.
En
el contexto de la novela catalana modernista cobra una especial relevancia la
novela rural, cuyas raíces hay que buscarlas en el romanticismo. La novela
rural había estado caracterizada por la visión idílica que representaba la vida
alejada de la ciudad y en plena harmonía con la naturaleza. Los modernistas,
sin embargo, rechazaban esta visión y trasladaron a este entorno originalmente
idílico el conflicto entre el individuo, caracterizado por su ánimo de cambiar
las cosas, y una sociedad pasiva, representada por la tradicionalidad
campesina, equiparable a la burguesa, que lo paraliza y ahoga. La naturaleza
representa, asimismo, los instintos y las bajas pasiones, un elemento más
desestabilizador del individuo, a quien arrebata la libertad y la fuerza
creativa. Los representantes más destacados de la novela rural catalana son
Raimon Caselles, Joaquim Ruyra, Marià Vayreda y la escritora ampurdanesa Víctor
Català.
Raimon Casellas
https://www.escriptors.cat/autors/casellasr/castellano
Su novela Els
sots feréstecs aparecida en 1901 cambia el panorama de la novela rural
escrita hasta entonces, gracias a la manera en que trata la realidad. Puede
considerarse, quizás, la primera novela modernista, al menos cronológicamente
hablando, pero también una de las que marcará un nuevo estilo y que servirá
como referencia. El protagonista de la novela es un sacerdote que debe
enfrentarse a sus feligreses con la intención de despertarlos del letargo en el
que viven. No es otra que la postura regeneracionista de los propios modernistas
que pretendían cambiar la sociedad inerte en la que vivían. El fracaso del
protagonista simboliza, asimismo, el fracaso del intelectual ante la sociedad.
También escribe
narrativa corta, como Les multituds (1906), traducida al
castellano en 1921 bajo el título Las multitudes. Novelas breves y Llibre
d'històries (1909). Colabora con artículos sobre estética y crítica de
arte en L'Avenç, La Vanguardia, L'Esquella de
la Torratxa i Cucut!, entre otros. En 1899 pasa a ser el
redactor jefe de La Veu de Catalunya, y con sus artículos influye
decisivamente en el mundo artístico catalán de la época. Se quita la vida en
plena madurez artística, y deja inédito una recopilación de artículos
publicados en La Vanguardia, que edita póstumamente Eugeni d'Ors en
1916.
Víctor
Català
Caterina
Albert i Paradís, o Víctor Català, nombre con el que se dio a conocer en la
literatura, escribió poesía, prosa y teatro, pero fueron sus relatos cortos y
sus novelas las que la hicieron más célebre. En su primera etapa como escritora
destaca Drames rurals, una obra que
causó polémica por la intensidad con la que se describe la violencia y por el
secreto que escondía el pseudónimo de Víctor Català. Es en estos primeros años
de consolidación de su carrera literaria cuando publica una de sus obras más
conocidas, Solitud. Es sin duda, la etapa más importante de Víctor Català,
tanto en lo que respecta a la cantidad de obras publicadas como a la calidad de
las mismas. El modernismo permite a la autora dar rienda suelta a su
imaginación en un entorno de personajes que luchan continuamente por encontrar
su lugar en una sociedad que no entienden y que tampoco les comprende. Víctor
Català se convierte en una de las representantes más significativas de la
narrativa rural, no sólo por el número de obras publicadas ambientadas fuera de
las grandes urbes, sino también por la originalidad en el tratamiento de las
historias, que puede resumirse en dramatismo y crueldad. Entre las obras
posteriores de Víctor Català cabe destacar Un film (300 metres), Contrallum o Jubileu.
Noucentisme
Se
trata, por tanto, de un movimiento político-cultural que recoge las
aspiraciones de los grupos más activos de la burguesía catalana y que tiene
como finalidad explicar la realidad a la vez que establece unas pautas de
comportamiento social con el objeto último de producir reformas. La conexión
entre cultura y poder político posibilita la institucionalización del
movimiento a través de la creación de un aparato ideológico, la fijación de la
lengua literaria y la construcción de infraestructuras culturales que
permitirán la difusión de la cultura catalana. Entre los logros más destacados
de principios del siglo XX y atribuibles a esta nueva corriente de pensamiento
identitario se encuentra el Institut
d’Estudis Catalans, la Biblioteca de
Catalunya y la red de bibliotecas populares que poco a poco van apareciendo
a lo largo y ancho de la geografía catalana. Entre los impulsores del
Noucentisme cabe destacar la figura d’Eugeni d’Ors y la publicación de su Glossari, donde, bajo el pseudónimo de
Xènius, comentaba la situación actual política y cultural del país.
Entre
los géneros más destacados de la literatura noucentista destaca la poesía, con
nombres como Josep Carner o Guerau de Liost, entre otros muchos. La poesía era
la forma más idónea de presentar su ideario estético, por lo que la novela
quedó en un claro segundo plano, a diferencia de lo que había ocurrido en el
modernismo. La poesía noucentista partía del principio de que el poeta no nace,
sino que se hace. El trabajo y la buena disposición son dos de los requisitos
necesarios del hombre de letras, que tiene la obligación moral de escribir en
interés de la cultura de la comunidad.
La
muerte del político catalán Prat de la Riba en 1917, así como la crisis
económica derivada de la Gran Guerra, entre otros acontecimientos, debilitaron
la posición de la política catalana que vio como en 1923 se implantaba en
España la dictadura de Primo de Rivera, que puso punto a final al activismo
nacionalista y cultural catalán.
Eugeni
d’Ors i Rovira
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/ors.htm
El
papel de este escritor barcelonés fue principalmente el de verbalizador del
Noucentisme. En 1906 inicia una colaboración con el diario La Veu de Catalunya donde escribe sus populares Glosses, a través de la cuales ejerce
una verdadera labor de ilustración, con un lenguaje plástico y sugeridor que
establecerá los límites y el alcance del proyecto transformador iniciado por la
burguesía. Mediante este lenguaje delimitará claramente los rasgos de la nueva
estética, empezando por el término que daría nombre posteriormente a este
movimiento, el noucentisme, es decir el rechazo absoluto al romanticismo y a la
exaltación del papel tradicional que desempeña la naturaleza, el imperialismo,
entendido genéricamente como un proyecto de expansión cultural, no política, el
arbitrarismo, la exclusión de todo aquello que no tiene sitio en el nuevo
ideario noucentista, es decir desnaturalizar la realidad a través de la
abstracción con el objetivo de alcanzar el ideal, el civilismo, que va más allá
de la polémica entre entorno rural y urbano y que tiene como finalidad la
supresión de los conflictos básicamente obreros mediante un modelo social
propio, y que aparecía representado por un modelo de ciudad que imitara el
mundo clásico griego y romano, y por último el clasicismo, que en comunión con
lo mencionado anteriormente, debería aportar a la burguesía el orden, la
tradición, la harmonía de los que carecía en una simbiosis perfecta entre
estabilidad social y dinamización de la cultura.
Entre
sus obras más destacadas se encuentra La
Ben Plantada, publicada en checo con el nombre de Ztepilá, que es sin duda
la obra mejor valorada y más conocida de Eugeni d’Ors, en lo que sería un
compendio de la estética noucentista y donde Ors llevó a la práctica la teoria
noucentista expuesta a través de sus glosas.
Guerau
de Liost
https://www.catalunyamagrada.cat/es/efemerides/30-de-agosto-nace-guerau-de-liost_39748102.html
Jaume
Bofill i Mates, su nombre real, escribió primordialmente obra poética, entre la
que destaca La muntanya d’ametistes, y
que se convirtió en uno de los manifiestos teóricos más importantes del
noucentisme. Fue uno de los primeros autores en defender y difundir a través de
su obra las normas gramaticales y ortográficas promulgadas por Pompeu Fabra. El
ideario noucentista, perfectamente planificado ya desde los inicios de su
producción literaria, irá perdiendo fuerza y variando de rumbo según pasan los
años, con una poesía más humanizada y menos programática, que reincide en
elementos satíricos e irónicos. Su andadura noucentista terminaría en medio de
grandes diferencias con los principales ideólogos como Eugeni d’Ors.
Josep Carner
https://www.pinterest.co.uk/pin/351210470944589391/
La
carrera literaria de Josep Carner se inició con la publicación de algunas obras
en drama, aunque no tardó excesívamente en publicar sus primeras poesías,
género en el que tuvo un amplio reconocimiento y que cultivó hasta el final de
sus días. La obra de este “príncipe de los poetas” como en ocasiones se le
conoce es muy voluminosa. Sus primeras obras en verso como Llibre dels poetes seguía la tendencia propia de autores literarios
de la restauración, como Bécquer en la literatura española, o Verdaguer y Guimerà
en la literatura catalana. El contacto de Carner con la poesía modernista
fueron en un principio escasos y Verdaguer se convirtió, en este caso, en uno
de sus grandes referentes. Carner se opuso en un principio al pensamiento
simbolista del modernismo que abogaba por la artificiosidad del texto, pero no
muchos años después abrazaría el papel del poeta como contrario a la sociedad,
que utiliza el artista para después destruirlo. No sería hasta 1906 con la
publicación de su tercer libro de poesías Els
fruits saborosos que Josep Carner parece haber encontrado su lugar como
poeta, entrando a formar parte del reducido pero selecto número de poetas
noucentistas. Con el libro Els fruits saborosos se lleva por primera vez a la
práctica en poesía la estética noucentista, es decir el arte arbitrario del que
hablaba Eugeni d’Ors en sus glosas. Con esta obra se inicia también el período
más conocido y más idealizado de Carner, un escritor que empezaba a cultivar
una imagen de dandy al más puro estilo Oscar Wilde. La necesidad de emanciparse
de su yo verdadero le permitía teoretizar sobre una sociedad urbanita ideal
ocupando un lugar periférico. La recopilación de poemas de Els fruits saborosos
tiene como motivo principal la pérdida de la juventud y el carácter engañoso y
feliz de la infancia, ignorante de la realidad. La madurez y la vejez, por el
contrario, representan la asunción del paso del tiempo con juicio y cordura,
sin tensiones, una estabilidad basada en recuerdos. Carner perfeccionaría su
estilo y estética con dos libros publicados a partir de 1914, Auques i ventalls, de temática
plenamente noucentista donde el civilismo de Barcelona y sus barrios son
protagonistas, y La paraula en el vent,
donde emprende una aventura de temática amorosa que sigue los pasos de los
trovadores y poetas como Ausiàs March. Los años de madurez de Carner, años 20 y
30, están caracterizados por un cambio profundo en su manera de crear y
concebir la poesía. Su obra es mucho más reflexiva y meditativa. El hecho de
vivir en el extranjero como diplomático provoca también un sentimiento de
añoranza que tendrá su punto álgido en la obra Nabí, donde además de la nostalgia se pregunta por el papel del
hombre en el mundo. Después de haber ejercido como diplomático del bando
republicano después de 1939, trasladó su residencia a Bruselas.
La
actividad creativa de Carner se extiende durante más de cincuenta años en los
que el escritor intentó reflejar los aspectos esenciales de su país, su gente,
su historia. Este amplio campo temático le obligó, asimismo, al cultivo de la
lengua catalana, convirtiéndose junto con Jacint Verdaguer en uno de los
renovadores modernos del catalán.
Carles Riba
https://es.wikipedia.org/wiki/Carles_Riba
El
inicio de la obra poética de Carles Riba está caracterizado por la indecisión
entre las tendencias modernistas o noucentistas. Con su primera obra Primer llibre d’estances, Riba se aleja
claramente de las directrices marcadas por Joan Maragall y crea según el
ideario noucentista. La primera etapa poética de Riba está caracterizada por la
alegría que el amor provoca en el ser humano y que sirve de inicio para el
proceso literario creador. Esta alegría, sin embargo, conlleva también una
lucha interior entre el espíritu y la carne, entre los sentidos y la mente que
dificultan la labor del poeta. En su segundo libro, Estances, el autor abandona el tema de la alegría de amar y se
vuelca hacia senderos menos idealistas donde el amor físico y libre de
emociones gana terreno.
Una
de las obras más destacadas de Carles Riba son las Elegies de Bierville escritas en 1943 durante su exilio en Francia.
Está considerada una de las obras más significativas de la poesía catalana. En
ella Riba funde de manera magistral la experiencia autobiográfica con la
literaria, sobre el fondo de un espíritu metafísico con una clara connotación
religiosa. La recopilación de poemas Salvatge
cor, de 1952, escrito en un período de madurez difícil debido a su
situación fuera de su tierra natal, es un libro dedicado al amor en todas sus
vertientes.
Pero
Carles Riba destacó también por su labor como traductor de autores clásicos
griegos y latinos, autores hebreos y de lengua alemana, entre ellos Franz
Kafka, autores ingleses, franceses e italianos. En este sentido la labor de
Carles Riba es excepcional, no sólo por la calidad de sus traducciones, sino
también por la posibilidad de que autores todavía no traducidos al catalán
pudieran ser conocidos de primera mano por sus compatriotas.
La
literatura catalana después de la guerra civil española estaba condenada a la
extinción. Después de tantos esfuerzos durante el período de la Renaixença, el
Modernismo o el Noucentisme podrían haber quedado en nada si un grupo de
intelectuales y políticos no se hubiera interpuesto en el camino de la férrea
dictadura española. Es difícil hablar de un movimiento cultural o literario de
resistencia, sino más bien de individuos comprometidos con su país que
intentaron en la medida de lo posible, ya fuera desde el exilio o desde
Cataluña, proseguir con una actividad literaria reducida pero continua a la espera
de tiempos mejores. La literatura posterior a 1939 puede dividirse en varias
etapas, la primera daría inicio al acabar la guerra en 1939 y finalizaría con
el armisticio de la segunda guerra mundial en 1945. Se trata de un período de
silencio literario, con publicaciones en el extranjero o de carácter ilegal. Si
bien la mayoría de exiliados durante la guerra se marchó a Francia, hubo un
nutrido grupo de escritores que se trasladaron a países sudamericanos, como
México, Chile o Argentina. Muchos de ellos continuaron allí su labor literaria
en catalán y en la lengua del país que les acogió. Una prueba del afán
normalizador de estos exiliados es la considerable cantidad de libros en
catalán publicados fuera de Cataluña y de revistas (más de ciento cincuenta).
En una segunda etapa, a partir de los años 50 del siglo XX, la literatura
catalana empieza a salir poco a poco de la ilegalidad y llegar al público en
general. Aparecen las primeras editoriales, como Barcino y Moll y los primeros
premios literarios. Durante estos años reaparecen autores que habían estado
silenciados y que renuevan sus publicaciones (Riba, Carner…) después de sufrir
el drama de la guerra civil y que queda bien reflejado en sus obras. Por otro
lado surge una nueva generación de escritores con una clara intención
ideológica y de normalización lingüística después de muchos años de represión
de la lengua y la literatura catalanas. No hay que olvidar que desde el final
de la guerra hasta el final de la dictadura en 1975 el catalán no se enseñaba
en las escuelas. La tercera etapa corresponde a los años 70, caracterizada por
la aparición de autores nuevos que tienden a la profesionalización. Se dirigen
principalmente a un público joven y tratan temas relacionados con muchos de los
tabúes todavía existentes en la sociedad catalana y que, con sus textos,
pretenden derrumbar.
Josep Maria de Sagarra
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/sagarra.htm
Sagarra
fue un escritor que cultivó prácticamente todos los géneros literarios hasta el
inicio de la guerra. Su profesionalización se produce a través del periodismo,
como corresponsal en Berlín. Entretanto escribe numerosas obras de teatro que
le otorgan gran popularidad, como por ejemplo L’hostal de la glòria o El café de la Marina. En poesía tiene dos
referentes claros, Carner y Maragall. Escribe numerosas recopilaciones de
poemas como Cançons de taberna i d’oblit,
donde refleja el desengaño y el escepticismo frutos de su estancia en Alemania,
o Cançons de rem i de vela con eje en
la descripción del paisaje ampurdanés y a través del mismo la presentación de
un estado de ánimo. Además de estas y otras obras líricas, Sagarra escribe
también poesía épica, como es el caso del extenso poema de nueve mil versos El Comte Arnau. La experiencia narrativa
de Sagarra tiene como objetivo definir una sociedad, algo que ya se había hecho
en las literaturas europeas, pero que según Sagarra todavía no se había llevado
a cabo suficientemente en la literatura catalana. Entre las obras en prosa más
destacadas de Sagarra están All i
salobre, Vida privada o Paulina Buixareu.
Josep Pla
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20140721/ineditos-josep-pla-3395316
Son
muchos quienes consideran a Josep Pla como uno de los representantes más
importantes de la prosa catalana moderna. Lo cierto es que su extensísima obra
no puede pasar desapercibida y se ha convertido en un referente a menudo citado
por el público en general. Pla trabajó como corresponsal periodístico en varios
países. Si bien su carrera literaria se inició en español, las obras más
importantes de su amplio catálogo fueron escritas en catalán una vez se
restauró la libertad de publicar en esta lengua. Pla quiso reproducir en papel
una imagen total de la Cataluña contemporánea, un testimonio de lo que
percibían todos sus sentidos. Todo ello recogido con una lengua propia de las
gentes y los lugares que visitaba. Este es uno de los motivos por los que Josep
Pla ha sido y continúa siendo un autor cercano al lector. Pla consiguió hacer
que en una situación de extrema dureza para la lengua catalana, tanto en lo que
al uso cotidiano como literario se refiere, el público volviera a interesarse
por la literatura escrita en catalán. Para ello Pla utiliza un lenguaje
cercano, cómodo y fácil que no provoque rechazo en su primer contacto con el
lector que había perdido la costumbre de leer en catalán. Para él la literatura
es un espejo de la sociedad de la época, de ahí su afán por recogerlo todo.
Entre las obras más conocidas de Josep Pla se encuentra Quadern gris, un dietario de carácter autobiográfico, La vida amarga, Homenots o literatura
de viajes como Viatge a la Catalunya
vella, Sobre París i França, etc. La obra de Josep Pla ha sido publicada ya
prácticamente en su totalidad y cuenta hasta el momento con 46 volúmenes.
Llorenç Villalonga
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/villalonga.htm
Villalonga
fue principalmente novelista, aunque escribió también cuentos y obras de
teatro. Está considerado como uno de los grandes autores de la literatura de
postguerra. Su formación francesa le hizo asimilar su obra a la de autores como
Anatole France, Marcel Proust o Voltaire. Tras la guerra fue un autor próximo
al régimen de Franco y hasta 1952 escribió en castellano. Su primera novela en
catalán fue Mort de dama en 1931. Con
ella da inicio a lo que sería uno de los temas presentes en prácticamente toda
su producción, la crítica a una aristocracia venida a menos económica y
culturalmente de la isla de Mallorca. Esta primera novela sentó las bases de la
que sería su obra más conocida, Bearn, novela con la que puede decirse que
Villalonga llenó el vacío existente en la novelística catalana entre los siglos
XVIII y XX.
Mercè
Rodoreda i Gurguí
http://joanponc.cat/es/merce-rodoreda
La
obra clave de Mercè Rodoreda es, sin duda, La
plaça del Diamant (1962), traducida al checo con el nombre de Diamantové
náměstí. También está considerada como la obra más importante del período de
postguerra y es una de las obras más traducidas de la literatura catalana.
Rodoreda escribió este libro durante su época de exilio en Suiza y marca la
madurez de la escritora. La protagonista de esta novela es una mujer, como en
la mayoría de sus textos, y la guerra civil que trunca todos sus sueños. La
primera época literaria de Rodoreda está caracterizada, principalmente, por su
novela Aloma (1938), quizás la novela psicológica más importante de la autora y
que trata la atormentada relación entre un hombre maduro y una mujer joven. La
Plaça del Diamant se encuadra en la literatura de postguerra y recoge la
situación de la protagonista, Natàlia, antes, durante y después del conflicto
bélico. De su tercera etapa destaca Jardí
vora el mar (1967) o Mirall Trencat
(1974), donde Rodoreda describe la vida de tres generaciones de una familia
imaginaria de Barcelona. Uno de los elementos claves de la narrativa de Mercè
Rodoreda es el tratamiento de sus personajes femeninos, unas mujeres explotadas
hasta límites insospechables y de una solidez emocional que les permite superar
los numerosos obstáculos a los que deben enfrentarse por circunstancias ajenas
a ellas.
Pere Calders
https://esthercopacabana.wordpress.com/2013/08/04/pere-calders-un-escritor-en-el-olvido/
La
mayoría de la obra escrita por Pere Calders son cuentos y su obra novelística
se considera complementaria. Estuvo 23 años exiliado en México tras el
desenlace de la guerra civil y regresó en 1962 a Cataluña. Durante todo el
tiempo que Calders pasó en el extranjero no dejó de escribir. Entre las obras
más importantes destaca, sin duda, la recopilación de cuentos Cròniques de la veritat oculta (1954) y
las novelas L’ombra de l’atzavara
(1964) y Aquí descansa Nevares (1966).
En sus cuentos Calders recrea la realidad a través de la imaginación y la
fantasía, de manera que el mundo real e irreal se confunde en uno solo. Los
personajes de Calders se enfrentan a situaciones inverosímiles, pero creíbles
en el contexto en el que aparecen. Dibuja unos personajes que asumen la
condición del ser humano con condescendencia, aceptando unas convenciones que
no acaban muy bien de entender.
Manuel de Pedrolo
La Generalitat declaró el 2018
como Año Pedrolo
https://artxipelag.com/converses/41195/?lang=es
Pedrolo
fue uno de los novelistas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Su
obra cuenta con más de sesenta títulos de narrativa muy diversa: novelas
policíacas, políticas, ciencia ficción… La situación política no le permitió
publicar sus novelas hasta diez o quince años después de redactarlas, un hecho
que influyó considerablemente en que su obra apareciera ante el público con la
cohesión necesaria. Una de las características de la novela de Manuel de
Pedrolo es la técnica diversa con la que afrontaba cada título. Un ejemplo de
ello es el ciclo de once novelas Temps
obert, donde cada novela parte de una situación idéntica: el protagonista
vive con sus padres y hermanos en una casa de Barcelona que sufre un bombardeo
durante la guerra civil. A partir de aquí cada novela explora caminos
narrativos totalmente diferentes con técnicas diferentes. Entre sus obras más
destacadas se encuentran Estrictament
personal (1955), Les finesters
s’obren de nit (1957), Joc brut
(1965) o Totes les bèsties de càrrega
(1972), donde Pedrolo describe de forma simbólica el mito de la patria sometida,
pero que todavía está viva y mantiene su carácter combativo, y Mecanoscrit del segon origen (1974),
quizás una obra menor pero sin duda una de las más populares. Pedrolo escribió
también obras de teatro, entre las que destaca Cruma (1958) y Darrera versió
per ara (1963). Acumuló reconocimientos como el Premio Joanot Martorell, el Premio Mercè Rodoreda de Cuentos y Narraciones,
el Premi
Sant Jordi de novela, varios Premios Crítica Serra d’Or y
el Premio
de Honor de las Letras Catalanas, entre muchos otros
galardones. El 26 de junio de 1990, víctima de cáncer, Manuel de Pedrolo encontró
la muerte en Barcelona.
Baltasar Porcel
https://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/09/archipielago_gulasch/1234167753.html
La
calidad de sus novelas hacen de Baltasar Porcel uno de los novelistas más
destacados de la segunda mitad del siglo XX. La temática de su obra está
centrada en el mito mallorquín de Andratx. Una de sus obras más importantes es Cavalls cap a la fosca (1975), donde el
autor retorna a su infancia y describe el mundo de su Andratx natal y sus
antepasados. Otras novelas destacadas son Les
pomes d’or (1980) y Cada castell i
totes les ombres (2008).
Montserrat Roig
http://loquesomos.org/monserrat-roig-la-memoria-historica/
Alternó la escritura de cuentos y novelas con
su trabajo periodístico. Roig continuó en parte la tradición realista del siglo
XIX de Narcís Oller y describe la pequeña burguesía barcelonesa a través de
historias que van más allá del realismo para adentrarse en mundos simbólicos
muy cercanos a la narrativa de Mercè Rodoreda. Roig también cultivó la novela
psicológica, como en su novela L’hora
violeta (1980), donde recoge personajes de novelas anteriores que explican
la misma historia desde tres puntos de vista diferentes que acaban siendo uno
solo. Montserrat Roig murió, muy joven, a la
edad de 45 años en la última década del siglo XX (ésa que jodió ya de inicio a
nuestro siglo XXI), en plena Guerra del Golfo, 1991. Luchadora hasta el final,
ya muy enferma, asistió acompañada de una amiga que la ayudó a caminar a una
manifestación contra aquella guerra.
Quim Monzó
https://www.monzo.info/bioe.htm
El
género preferido por Quim Monzó es el cuento y constituye la mayor parte de su
obra. Una de las características principales de su obra es la ironía oculta y
la reinterpretación de textos propios o ajenos en circunstancias diferentes a
las originales. Sus protagonistas, a menudo, parten de situaciones cotidianas
que sin saber ni cómo ni por qué acaban en grandes dramas, acompañados de unas
dosis de ridículo que no dejan indiferente al lector. Entre sus obras más
destacadas se encuentra El perquè de tot
plegat (1993), Guadalajara
(1996), Mil cretins (2007), o la
novela Benzina (1983).
Albert Sánchez Piñol
https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_S%C3%A1nchez_Pi%C3%B1ol
Sánchez
Piñol inició su carrera literaria con un ensayo satírico llamado Pallassos i monstres (2000) donde
describe con humor e ironía la vida de varios dictadores africanos y la
crueldad con la que gobernaron. La popularidad, sin embargo, le llegó con la
novela La pell freda (2002),
traducida al checo como Studená kuže
y una de las obras catalanas más traducidas de todos los tiempos. La novela es
la primera parte de una trilogía todavía no terminada, cuyo segundo título es Pandora al Congo (2005). Sánchez Piñol
es también un excelente escritor de cuentos, entre los que destaca Les edats d’or (2001) o Tretze tristos tràngols (2008). En 2012
publicó Victus, novela escrita
originalmente en español que trata sobre la Guerra de Sucesión y el asedio de
Barcelona de 1714.
Traducciones
Según el informe CAT 2013 elaborado por
Plataforma per la Llengua, la lengua catalana era en 2013 la 22ª lengua más
traducida del mundo, con un peso muy superior al que le correspondería por
número de hablantes. El catalán ocupa el puesto número 26 en lo que respecta al
volumen de traducción de otras lenguas.
https://www.poemas-del-alma.com/blog/biografias/manuel-de-pedrolo
No hay comentarios:
Publicar un comentario