PARTE 2
HISTORIA DE UN CARTEL
Ocho años duró la suspensión del intercambio de
toreros entre México y España. En ese largo ínterin, la torería nuestra alcanzó
su mayor esplendor, mientras la guerra civil destrozaba a España y, de entre
los escombros, surgía “Manolete”, en primerísimo lugar, y otros toreros tan
considerables como Pepe Luis Vázquez y Antonio Bienvenida. Marcial Lalanda,
artífice del boicot de 1936, se despedía a finales del 42, y Domingo Ortega,
sin perder un ápice de su personalidad, vio cómo su toreo recio y dominador
desmerecía ante los utreros sobrevivientes a una contienda feroz que acabó con
muchas ganaderías.
En 1944, la empresa de El Toreo, operada por
Antonio Algara con Maximino Ávila Camacho como poder tras del trono, decidió
que era tiempo de promover el regreso de los españoles. Y voluntarioso como
era, el hermano del presidente de la república despachó a Algara a España
con la encomienda de negociar lo que fuera necesario. La fórmula propuesta
consistía en una reparación: que el intercambio se reanudara con la vuelta de
los mexicanos a las plazas de donde se les había expulsado, en justo anticipo
del retorno a México de diestros españoles. Así se llegó a la firma del primer
Convenio entre los sindicatos taurinos de ambos países; la contraparte ibera se
aseguró en él que sólo viajaran a la península espadas aztecas con un mínimo de
tres contratos en la bolsa, limitante que no existía en los tiempos del boicot del miedo. Sólo restaba elegir al mexicano que
sellaría, en la plaza de Las Ventas, el anhelado concordato.
Cómo y porqué Arruza. Carlos Ruiz-Arruza Camino (México DF,
17.02.1920-La Marquesa, 20.05.1966), hijo de españoles pero mexicanísimo en su
trato, sus costumbres y su toreo, se encontraba en Lisboa cuando le avisaron,
con pocos días de anticipación, que era el elegido para participar en la
corrida madrileña del martes 18 de julio de 1944. Entre los nombres que se
habían barajado quedaron dos finalistas: Fermín Rivera y el propio Carlos. Y
Algara le indicó a la empresa que Arruza era el más afín, incluso por su origen
criollo, a los gustos del aficionado hispano. Así fue como entró en el
histórico cartel.
Mucho se ha escrito –y Carlos Arruza lo recordaría
siempre—acerca de las vicisitudes del apresurado viaje desde Portugal, la
demora para que el sastre al que acudió terminara su vestido de torear –al
grado que se estaba enfundado en una taleguilla prestada por el mismísimo
Manolete cuando llegó al hotel el terno celeste y oro con el que partiría plaza
hora y media después—, y también sobre sus temores a ser violentado, dentro o
fuera del coso, por toreros españoles contrarios a la firma del Convenio. Nada
de esto sucedió y, por el contrario, una prolongada ovación saludó la presencia
del cavaleiro portugués Simao da Veiga y las cuadrillas encabezadas por el caraqueño-sevillano
Antonio Bienvenida, el mexicano Carlos Arruza y el toledano Emiliano de la Casa
“Morenito de Talavera”. Los toros salmantinos de Vicente Muriel pesaron entre
415 y 482 kilos en pie: una corrida ni más chica ni más grande que las que se
acostumbraba lidiar por entonces.
Simao, de largo magisterio como rejoneador, fue muy
ovacionado al abrir plaza. El sobrio y elegante Bienvenida dio vuelta al ruedo
en sus dos toros. Morenito de Talavera no pasó de discreto. Y el desconocido
mexicano ofreció un concierto banderillero de tal magnitud que la plaza era un
frenético tremolar de pañuelos durante el segundo tercio del cuarto toro, algo
jamás visto ni repetido en Madrid; los cuatro pares de su antológico recital
banderillero precedieron a una faena de gran emotividad, por su entrega y
torerismo, que se premió con las dos orejas. Y, al final, con una tumultuosa
salida en hombros.
Impresiones y recuerdos. En sus memorias, aparecidas en la revista
mexicana Tiempo –que dirigía Martín Luis Guzmán—Arruza refiere
con sencillez sus sensaciones del día del debut. Señala que, excepto en
banderillas, se sintió incómodo y nervioso con el toro de la confirmación,
bronco y huidizo; y que en el cuarto, luego del formidable escándalo del
segundo tercio, anduvo como entre nubes hasta que se vio con las orejas del
toro en las manos, entre el entusiasmo del público y la euforia incontenible de
los suyos.
Ahora bien, ¿cómo vio la crítica hispana su debut?
“Giraldillo” (Manuel Sánchez del Arco) “Cuarto– Chorreao en verdugo. Arruza da unos lances, parando en la
ejecución. Cuatro varas con una caída… Arruza torea con el capote a la espalda.
Antonio por chicuelinas y Morenito a la verónica… Ovaciones a los tres. De
nuevo toma las banderillas el mejicano. Dos pares, llegando a la cara de manera
sencillamente formidable. Los palos quedan en las péndolas. (Ovaciones).
Cuarteo otro, monumental, y previo permiso, pone un par más reuniéndose con el
toro de manera fantástica… la gente comienza a pedir la oreja.
Arruza brinda a sus compañeros, Antonio y Morenito. Cinco pases con la
izquierda, ajustándose mucho. (Olés). Sigue toreando al natural, y hay unos
pases de pecho de gran valor. En cuanto el toro se cuadra, entra muy recto y
mete todo el estoque, saliendo rebotado. El toro rueda sin puntilla. (Ovación
muy grande, vuelta al ruedo, entusiasmo y oreja)… El público madrileño le
ovacionó clamorosamente lo mucho que hizo como banderillero, lo que mejor le
hemos visto. Llega y cuadra con arrojo y elegancia. Muleteo bien, valeroso,
aunque sin la plasticidad de la moderna escuela española, tan depurada y
excelsa, y mató con seguridad… En suma, un gran torero, que nos mostró que en
México vive la fiesta española, vida que es continuidad de la nuestra…”
Peso de los toros: 415, 416, 420, 482,
481 y 436 kilos. (ABC, 19 de julio de 1944)
“K-Hito”
(Ricardo García). “Los
que hemos seguido paso a paso la evolución de la fiesta en los países
hispanoamericanos, singularmente en México, donde el toreo ha logrado un
esplendor magnífico, esperábamos el éxito de Carlos Arruza y sabíamos que es un
torero largo y florido, un rehiletero asombroso, un lidiador con la muleta
eficaz y valiente y un estoqueador fácil y seguro.
Durante los ocho años sin intercambio entre toreros
mexicanos y españoles, se ha operado aquí una verdadera revolución en la lidia
de reses bravas. Es un afán de depuración y, en un sentido loable, de
superación, donde se ha desarrollado, cabe decir, el culto al pase natural. Se
torea casi exclusivamente al natural y se cuentan los milímetros que separan el
cuerpo del torero del pitón del toro. Arte parsimonioso, rítmico, que ha ganado
en calidad lo que ha perdido en cantidad. Esta escuela, que puede llamarse
cordobesa, la consideramos la quintaesencia del toreo.
Sería pretensión absurda tratar de situar a Carlos
Arruza en esta escuela tan nuestra que acaba de conocer… Carlos Arruza es nada
menos que eso que hemos dicho. Y basta…. Con ser todo eso, con manejar el
capote maravillosamente, con valerse bien de la muleta y con la facilidad para matar
a los toros por las agujas, donde radica su extraordinario mérito es en la
suerte de banderillas. Sólo el esfuerzo de Pepe Bienvenida nos hablaba aquí del
segundo tercio, que Arruza ha revalorizado ante el público de Madrid. Así,
llegando y cuadrando, levantando los brazos al clavar, baderilleaban Fuentes y
Blanquito, Gaona y Facultades… Los pares de Arruza, por su factura, por su
precisión, fueron asombrosos.” (Dígame, semanario. 23 de julio de 1944).
Puntos sobre las íes. Evidentemente, K-Hito presume de más: ¿que lo
sabía todo sobre lo que ocurría con el toreo en México, incluida la ignorancia
del “culto al pase natural” operado en la península a partir de Manolete? ¡Como
si no existieran Armilla, Garza y Silverio, vaya! Ambos cronistas ponderan, eso
sí, la grandeza de los segundos tercios de Carlos Arruza al hacer su
presentación en España. Pálido anuncio de lo que se venía, cuando la crítica
hispana en pleno no dudó en aclamar a Carlos de manera unánime.
Ah, y las fotografías lo muestran con las dos
orejas del toro de su apoteosis y no solamente con una, como lo reportaron
algunas crónicas por quién sabe qué motivos.
Claves evolutivas de Arruza. Carlos y su hermano Manuel empezaron su
andadura como becerristas bajo la tutela de Samuel Solís, contemporáneo de
Rodolfo Gaona y discípulo, como el leonés, de Saturnino Frutos “Ojitos”. Manolo
–nacido en Madrid y víctima, muy joven aún, de un accidente mortal—apuntaba
hacia un estilo de severidad castellana. Carlitos, en cambio, derrochaba
alegría por los cuatro costados. Pero no una alegría andaluza, sino la pícara
del capitalino amiguero y relajiento que fue, inquieto de temperamento, de
despierta inteligencia y carácter tenaz. Sobre esas pautas se fue desarrollando
un torero dominador sin drama, con arrebatos de risueña valentía. Así era
cuando “Armillita” le dio la alternativa (Toreo, 01.12.40) y por ahí continuó
durante las temporadas siguientes, de triunfos frecuentes pero discretos, pues
aún carecía de un sello rotundamente propio que lo equiparara con las figuras
señeras de la época de oro.
Y entonces vio torear a Manolete. Y nada menos que
como alternante suyo (Lisboa, 04.06.44). Quedó Carlos profundamente
impresionado con el estilo del cordobés: “O invado sus terrenos o no tengo nada
que hacer aquí”. Y en cuanto pudo dio ese paso adelante –pero cruzándose—que no
sólo electrizó a los públicos, lo distinguió del Monstruo y le permitió
competir con él al tú por tú. De paso indujo a un errático José María Cossío a
llamarlo “torero deportivo”; un arrebato a la mexicana –basado en su poderío
natural, una audacia jovial y una irrefrenable pasión de mando— que la crítica
tardó en captar pero la afición española notó y aceptó de inmediato. Algo de
eso está ya reflejado en los textos repasados, pero sin que avizoraran sus 108
corridas de 1945.
La madurez del Arruza inmortal –poderoso, largo,
emotivo, alegre y personalísimo—llegaría con el tiempo hasta culminar a
principios de la década del 50. De sus andanzas finales, a caballo y a pie –que
fue como lo conocí y me maravilló, en pleno auge de El Cordobés—ya habrá
ocasión de platicar en la historia del cartel correspondiente.
https://www.lajornadadeoriente.com.mx/puebla/historia-de-un-cartel-48/
Breve historia
del cartel taurino
…Sale del anonimato de la mano de ilustradores,
dibujantes y..."
Desde fechas tempranas, el espectáculo de las corridas de toros se ha convertido en hecho inseparable del cartel que lo anuncia. En los comienzos, el aviso de este acontecimiento, correspondía al pregonero, quien a viva voz, daba cuenta de la organización de este tipo de festejo y el motivo de lo que producía, dictando asimismo, las normas que habían de observarse durante el desarrollo de la fiesta.
Con el paso del tiempo y, en ciudades de relativa importancia, el anuncio que realizara el vocero, es recogido por los tipos de imprenta, trasladándose a papel, el mensaje que, a modo de bando, quiere darse a conocer al público. Estos primeros carteles se reducen a mera tipografía, siendo el texto el principal elemento visual que, en todo caso, queda resaltado mediante una orla o cenefa en la que se incluye una cierta intención decorativa.
En cuanto al orbe taurino, desde fechas tempranas circulaban impresos en papel y en tela de raso referentes a fiestas reales, como las celebradas en Sevilla en 1738 y 1740 con motivo de bodas dinásticas, en las que, además de cañas y otros juegos caballerescos, se corrieron toros con el concurso de varilargueros y estoqueadores. Precedentes del cartel taurino que, sin embargo, atañen a celebraciones extraordinarias y denotan más el propósito de conmemorar el suceso que de anunciar un espectáculo popular para estímulo de la concurrencia.
Sistematización del aviso impreso taurino que corre pareja de la codificación estable de la lidia y de la creciente regularización de los toros como el gran espectáculo nacional. El cartel cortesano andaluz se atiene puntualmente al sobrio arquetipo madrileño: pliegos horizontales de unos 30 por 40 centímetros, con orlas más o menos elaboradas que encuadran textos de tipografías jerarquizadas en las que se resaltan la autoridad o institución que auspicia el festejo
En el primer tercio del XIX el cartel taurino, se muestra ya completo, con todos los elementos y detalles pertinentes del festejo. Para fines de la década de 1830, en un proceso que no es ajeno a los cambios sociopolíticos (disolución del Antiguo Régimen, extinción de los privilegios corporativos en la organización de corridas…), las innovaciones técnicas (papel industrial, grabados en madera y galvanizados, litografía…) y la evolución de la tauromaquia (primacía de los matadores…), el encorsetado aviso cortesano deja paso a un modelo de anuncio que refina su lenguaje y recursos propagandísticos, hasta consolidar un género de la publicidad y las artes gráficas con plena personalidad.
Se modifican
igualmente el contenido y gradación de los textos; sobre un fondo de apretada
escritura con toda la información del espectáculo (cuadrillas, horarios,
avisos, tarifas, "Habrá trenes especiales…"), en lugar de los
formalismos oficiales se resalta ahora en grandes rótulos "Plaza de toros
de…", "Famosa corrida…", "Toros de muerte…",
"Novillos…", las fechas, las ganaderías, y, con titulares
protagonistas, los diestros, los matadores, reflejando su encumbramiento en la
jerarquía del toreo.
Entre la gran variedad de soluciones gráficas y utilidades que asumen los impresos de las corridas (programas de mano, anuncios de diferentes dimensiones y composición para un mismo espectáculo, carteles de recuerdo tirados en seda…), por estas fechas sobresalen los de formato "banderilla" (de mano, muy estrechos y verticales) y, en especial, los grandes carteles murales, que sustancian el que se ha designado como “cartel integral”: el anuncio no es ya resultado de la yuxtaposición más o menos estudiada de orlas, viñetas, letreros y textos, sino que funde en una composición unitaria un amplio campo de imagen multicolor con elaborados rótulos y otros elementos textuales.
Imágenes variadas que van de los lances en el ruedo, las más de las veces, y cuadros de aire costumbrista dentro o en el entorno de la plaza, a escenas camperas de toros y muchas otras composiciones. Bajo esta orientación, el cartel taurino adquiere un fuste artístico cada vez mayor y sale del anonimato de la mano de ilustradores, dibujantes y pintores reconocidos, desde los precursores Daniel Perea y Marcelino de Unceta a los prolíficos Ruano Llopis, Julián Alcaraz o Roberto Domingo, que llevan a la cúspide este género, contándose entre los artistas andaluces que también firman carteles de toros Rico Cejudo, J. Lafita, Dubois, M. Viñó, A. Gherssi, M. A. Moyano y un largo etcétera.
Bibliografía:
Cabrera Bonet, Rafael. "Orígenes y evolución del cartel taurino en España". Junta de Andalucía, Sevilla, 2010.
Preguezuelos Rodríguez, Maribel. "El cartel taurino. Arte y pasión". Universitat Politécnica de Valencia. 2006.
Zaldivar, Rafael. "El cartel taurino". Espasa Calpe.
Colección La Tauromaquia No. 26. Madrid. 1990.
https://altoromexico.com/?acc=noticiad&id=35385
MUSEO TAURINO DE SALAMANCA
NUESTA HISTORIA
Si nuestro teatro tuviese el temblor de las fiestas
de toros, sería magnífico. Si hubiese sabido transportar esa violencia
estética, sería un teatro hermoso como La Iliada. Una corrida de toros es algo
muy hermoso. --Ramón del Valle Inclán.
El Museo Taurino de Salamanca nace con una clara
vocación: dar realce y reconocimiento a la Fiesta de los toros y a los toreros
de Salamanca. Fue creado por la Federación de Peñas Taurinas de Salamanca
"Helmántica" y en la actualidad es gestionado por el Ayuntamiento de
Salamanca a través de Turismo, Comercio y Promoción Económica de Salamanca,
S.A.U.
Dicha federación se creó en el año 1989 con el
propósito de acoger las peñas de toreros salmantinos que por aquel entonces
existían en la provincia. Entre las peñas fundadoras estaban la Peña Taurina
"Paco Pallarés", Peña Taurina "El Viti", Peña Taurina
Salmantina, Peña Taurina "Niño de la Capea", Peña Taurina
"Tendido Universitario", Peña Taurina "Cesterito", Peña
Taurina "Víctor Manuel", Peña Taurina "Tom´s Pallín", Peña
Taurina "Rui Bento Vázquez" y Peña Taurina "Julio Robles".
Durante
los primeros años de su andadura estuvo al frente de la federación D. José
Silguero Honorato, miembro de la Peña Taurina "Paco Pallarés".
En
los primeros años de su fundación se llevaron a cabo diferentes actos y
homenajes, como el realizado a El Viti con la colocación de una estatua que le
representa a la puerta de la plaza de toros de La Glorieta
https://es.wikipedia.org/wiki/Manolete
En los primeros años de su fundación se llevaron a cabo diferentes
actos y homenajes, como el realizado a El Viti con la colocación de una estatua
que le representa a la puerta de la plaza de toros de La Glorieta
Con el transcurso de los años se irán sumando más
peñas, como la Peña Taurina "Pepe Luís Gallego", la Peña Taurina
"José Ramón Martín" y la Peña Taurina "José Luis Ramos".
En el año 1991 accede al cargo de presidente, por unanimidad,
D. Eusebio Cembellín Lorenzo, perteneciente a la peña de El Niño de la Capea.
Durante estos años la junta directiva tiene a bien nombrar socio de honor al
recordado Julio Robles. Igualmente, comienzan a trabajar en la creación de un
museo dedicado a ganaderías y toreros salmantinos.
El
año 1993 comienza para la Federación con la misión de poner en marcha
definitivamente el museo taurino; así se crea una comisión encargada de
recopilar direcciones de toreros, ganaderos y aficionados que ceden o donen
distintos objetos que, bien por su valor artístico o histórico, puedan ser
expuestos para su admiración
Tras largas jornadas de trabajo, el Museo Taurino de
Salamanca se inaugura el 29 de diciembre de 1993 en un local cedido por el
Ayuntamiento de Salamanca en la céntrica calle Doctor Piñuela.
A lo largo de los años siguientes el museo continúa
trabajando con el fin de atesorar nuevos fondos, sin descuidar otras
actividades como la realización de conferencias, fiestas taurinas, galas de
entrega de trofeos. Todo ello encaminado a la difusión de la Fiesta Nacional.
En
el año 1995 la Federación le pone apellido al Museo Taurino, pasándose a llamar
Museo Taurino de Salamanca "Primitivo Sánchez Laso" en honor de un
gran aficionado que durante muchos años fue presidente de la Peña Taurina
Salmantina y que, al tratarse de un museo creado y gestionado por aficionados,
se consideró una forma excelente de rendirle homenaje.
En el año 2002 D. Eusebio Cembellín no se presenta a
la reelección como presidente y accede al cargo D. Felicísimo Mesonero
Mesonero, quien ha permanecido al frente de la junta directiva hasta 2007, año
en que toma posesión al frente de la federación D. José Martín Hernández.
Desde
2016 la Federación está presidida por Luciano Sánchez Hernández.
La actual junta directiva tiene entre sus objetivos
la modernización y difusión del Museo Taurino a través de acciones como las
exposiciones temporales con la creación del llamado "Museo
Itinerante", que trata de acercar el arte taurino a todos los rincones de
la provincia.
El 30 de noviembre de 2017, el alcalde de Salamanca,
Alfonso Fernández Mañueco, y el presidente de la Federación de Peñas Taurinas,
Luciano Sánchez, presentan la nueva musealización del Museo Taurino.
El principal objetivo es que el Museo sea un espacio
de referencia en la ciudad para la difusión, defensa e investigación de la
cultura y el patrimonio en torno al toro, sus artistas y el paisaje de dehesas;
para el conocimiento de la realidad del mundo taurino, su difusión y conservación
y el conocimiento de sus valores relacionados con la identidad local.
A lo largo de los años el Museo Taurino se ha
convertido en un centro de referencia para todos aquellos aficionados que
quieren disfrutar del arte de Cúchares y recordar a grandes glorias del
panorama taurino que jamás desaparecerán de la memoria de los aficionados al
haber escrito una página con letras de oro en el libro de la tauromaquia
salmantina.
https://www.museotaurinosalamanca.es/historia.asp
El vestido de torear no hace a un torero, pero
verdaderamente no hay torero, ni fiesta como mandan los cánones, con un tipismo
tradicional, sin un traje de luces.
Y es que constituye un elemento fundamental, completado con el resto de
instrumentos de torear, de la ceremonia de la corrida, desde que el torero se
viste en el hotel o en casa, y después del paseíllo, durante toda la lidia.
Además del traje de luces, existen otras variedades utilizadas por los
toreros en otras ocasiones. Tal es el caso del llamado traje goyesco, más sencillo y con menos carga decorativa,
inspirado en los que se lucían en época de Goya. Se utiliza simplemente en
contadas ocasiones como las corridas goyescas, destacando fundamentalmente la
que cada año se celebra en Ronda.
Es particularmente hermoso
el traje corto o traje campero, inspirado en las faenas del campo y utilizado para las
tientas y festivales.
Destacan los trajes de picador de Juan María
y Aurelio García, grandes
varilargueros salmantinos así como los bordados en plata del banderillero Jose
Luís Barrero.
https://www.museotaurinosalamanca.es/auxiliar.asp?sec=3
HISTORIA
TAURINA DE SALAMANCA, FERIA, PLAZAS Y ESCUELAS
Salamanca es una
de las regiones de mayor tradición taurina de España. Su campo es tierra de
toros y, además, ha sido cuna de grandes toreros como El Viti, Julio Robles y
El Niño de la Capea, entre otros. Por todo ello, en Salamanca se vive La Fiesta
de manera especial, gracias al arraigo que ésta ha tenido en la capital charra
a lo largo de los siglos.
La feria de la
Virgen de la Vega es el máximo exponente de las celebraciones taurinas que se
celebran en Salamanca. Sus raíces se encuentran en las ferias de ganado que se
celebraban siglos atrás en la ciudad.
Cada año en
septiembre, los mejores diestros del panorama actual se dan cita en la Plaza de
Toros de La Glorieta. Inaugurada en 1893, este impresionante coso taurino de
aire neomudéjar alberga un total de 10.858 espectadores y se encuentra situado
en el Paseo de la Merced.
La Escuela de
Tauromaquia de Salamanca fue creada en 1985. En ella, los alumnos son formados
con enseñanzas teórico prácticas relacionadas con las diversas suertes del
toreo y reciben al mismo tiempo información sobre los aspectos culturales y
profesionales que rodean al mundo taurino, cumpliendo así los objetivos de
promover una enseñanza de calidad y fomentar la afición taurina.
https://www.museotaurinosalamanca.es/auxiliar.asp?sec=2
PLAZAS
DE TOROS
Como testigos de la importancia que los
festejos taurinos siempre tuvieron en esta Comunidad, permanecen a lo largo y
ancho de toda la geografía de la Comunidad las plazas de toros de variada
factura: de amplio perímetro y rodeadas de viviendas con balcones como la
de Peñafiel (Valladolid); plazas históricas construidas a partir del siglo
XVIII como las de Villafranca de la Sierra (Ávila), Toro (Zamora) , Béjar
(Salamanca) o Santa María La Real de Nieva (Segovia), o plazas desmontables y
portátiles entre las que destaca el coso de Huerta del Rey (Burgos).
PLAZAS
DE TOROS DECLARADAS BIEN DE INTERÉS CULTURAL:
PLAZA DE TOROS DE BÉJAR
(SALAMANCA)
https://www.lagacetadesalamanca.es/hemeroteca/impulso-ancianita-plaza-toros-bejar-JTGS256087
El coso de Béjar, en Salamanca, España, data de
1667/Cortesía: Sabios del Toreo
Sobre algunas plazas de toros relevantes del Orbe
Taurino señalaremos varias de las más relevantes, como que la plaza más antigua
es la de Béjar (Salamanca), España, siendo su primera construcción en 1667, de
figura cuadrada y ya redonda desde septiembre de 2001, tocando a México tener
la segunda más antigua, la “Rodolfo Gaona” en Cañadas de
Obregón, Jalisco, levantada como plaza de toros en 1680.
La plaza de Cañadas
de Obregón, Jalisco, se fundó en 1680 | Cortesía | Cañadas de Obregón
Es oportuno mencionar que en España el Real Decreto
número 145/1996 organiza las plazas de toros en tres categorías, según la
antigüedad, tradición, tamaño y número de festejos anuales.
Tal documento igualmente impone un peso mínimo de
los toros y un número mínimo de sobreros y caballos según la categoría de la
plaza. Las comunidades autónomas pueden añadir nuevas disposiciones según la
categoría. La categoría de la plaza también afecta al precio de las entradas,
los seguros y los profesionales que deben estar presentes durante la corrida.
Las principales plazas de toros se encuentran
localizadas en Europa, casi exclusivamente en España, Portugal y el sur de
Francia, además de América del Sur y México, así como algunas en los Estados
Unidos y otras en el continente africano como Angola, Luanda, Argelia, Orán,
Tanger y Marruecos, entre otras.
Declarada Bien de Interés Cultural el 7 de
mayo de 1998.
La Plaza de Toros de «El Castañar» en Béjar
(Salamanca), es un polígono exento que encierra un coso circular de 41 m. de
diámetro, construida entre 1711 y 1714 es la más antigua de cuantas existen en
España.
Declaración
de Bien de Interés Cultural: DECRETO
89/1998, de 7 de mayo, por el que se declara Bien de Interés Cultural con
categoría de Monumento, la Plaza de Toros de «El Castañar», en Béjar
(Salamanca).
Enlaces de
interés:
PLAZA DEL COSO EN PEÑAFIEL
(VALLADOLID)
https://www.pinterest.es/pin/391813236307154513/
La Plaza del Coso es
una plaza urbana de la localidad de Peñafiel,
en la provincia de Valladolid, comunidad autónoma de Castilla y León, España.
A lo largo del año, hace las veces de plaza
de toros, durante las fiestas de San Roque de
agosto, y sirve de lugar para la Bajada del Ángel,
el Domingo de Resurrección.
Conocida como
"Corro" o "Corro de los toros", su existencia se encuentra
documentada desde la Edad
Media. Conformada por 48 edificios, se accede a ella por dos
calles. Bordea un espacio de 3500 m². Los balcones de la plaza, adintelados,
se realizaron en los siglos
XVIII y XIX,
en madera, y se encuentran decorados con motivos arabescos. La función de estos
balcones desde su origen hasta hoy es la de servir de lugar para presenciar los
espectáculos.
Actualmente se atribuye a
esta plaza el ser «una de las primeras plazas mayores de España», dada
por su singularidad. Su emplazamiento no constituye un espacio en el que
preside un ayuntamiento, concejo o una iglesia parroquial. Su construcción se
realizó desde antiguo para fines lúdicos, entre los que destacaban las justas y
torneos medievales y posteriormente las sueltas y corridas de toros.
El concepto de Plaza Mayor
va unido a la presencia en dicha plaza de las Casas Consistoriales, por lo que
la Plaza de Peñafiel es más bien un palenque, lugar dedicado realizar justas y
torneos,es decir: juegos derivados de la guerra y de la caza. Estos lugares
evolucionaron y en algunos casos fueron aprovechados para el entrenamiento de
tropas, es decir, a la instrucción militar justas y torneos y se los denominó
Campos de Marte. En otros casos evolucionaron hacia juegos taurinos, que hasta
el S.XVIII se realizaba a caballo y a partir de la dinastía del romero de ronda
comienza a realizarse a pie. Este es el caso de Peñafiel donde, como en muchos
otros lugares, se construyeron una serie de edificaciones dedicadas a la
exclusiva misión de palcos desde donde disfrutar de las diversas actividades
del recinto que incluían procesiones, festejos patronales, ferial de ganado,
etc. El origen de las Plazas Mayores españolas está en Valladolid cuando en el
S.XIII se desplaza el mercado desde la plaza de Sta. María hasta un descampado
extramuros en torno al Convento de san Francisco, donde poco a poco se van
construyendo edificaciones diversas sobre todo con función comercial. Los Reyes
Católicos trasladan allí las Casas del Concejo. En el S.XVI, ya se denominaba
Plaza Mayor. Tras el terrible incendio de 1561, que arrasó la zona, se inició
la reconstrucción bajo los auspicios del Rey Felipe II y proyectó una
urbanización integral de la zona dirigida a la actividad comercial, con calles
porticadas y que incluía un gran espacio para la Plaza Mayor. Esta plaza, de
grandes dimensiones, presidida por la Casa consistorial, se dedicó también a
recinto para celebraciones de tipo diverso: espectáculos civiles y actos
religiosos. El modelo generó la construcción en España y América de recintos
similares con la doble función comercial y representativa.
Declarada Bien de Interés Cultural el
25 de marzo de 1999
La Plaza del Coso, en Peñafiel (Valladolid),
ha sido desde la Edad Media lugar de celebración de fiestas, justas y torneos.
La plaza conserva su fisonomía del siglo XVIII, flanqueada por viviendas de dos
o tres pisos, con galerías abiertas bellamente adornadas con carpintería de
madera.
Declaración
de Bien de Interés Cultural: DECRETO
53/1999, de 25 de marzo, por el que se declara bien de interés cultural con cat
egoría de monumento, a favor de la Plaza del Coso, en Peñafiel (Valladolid).
Enlaces de
interés:
PLAZA DE TOROS DE TORO (ZAMORA)
http://www.turismotoro.com/index.php/es/72-ciudad-toro/191-plaza-toros
Declarada Bien de Interés Cultural el 28 de
agosto de 2008.
La plaza de Toros de Toro (Zamora) constituye
uno de los conjuntos conservados más singulares de la arquitectura popular
española, por su antigüedad –fue inaugurada el 18 de agosto de 1828 reinando
Fernando VII– y por su amplitud y conservación de estructuras y materiales
originales, interesante ejemplo de construcción de una peculiar tipología de
trazado circular exenta de edificaciones, que constituye junto al contiguo
teatro «Latorre» un conjunto monumental de gran relevancia.
Los elementos constructivos son el tapial,
ladrillo de tejar y sobre todo predomina la madera. De estética sencilla con
los tendidos y los balconcillos cubiertos, recuerdan los patios castellanos de
comedias. Su albero lo han pisado las figuras y ganaderías más relevantes del
toreo.
Reformada, restaurada y reinaugurada en 2010
en la actualidad conserva toda su estructura y elementos de soporte empleados,
madera y adobe. Tras años de abandono en el año 2000 fue adquirida por el
consistorio, en el 2008 fue declarada bien de interés cultural con categoría de
monumento, en el 2008 se comenzó a restaurar y, finalmente, en julio de 2010,
fue re-inaugurada por las autoridades locales.
Declaración
de Bien de Interés Cultural: ACUERDO
90/2008, de 28 de agosto, de la Junta de Castilla y León, por el que se declara
la plaza de Toros de Toro (Zamora), Bien de Interés Cultural con la categoría
de Monumento.
Enlaces de interés:
Acceso a la Web de patrimonio "Plaza de toros de Toro (Zamora)".
PLAZA DE TOROS DE SALAMANCA
http://www.salamanca.bmftoros.com/eventos-salamanca/
HISTORIA
Se construyó en el
siglo XIX, con proyecto del arquitecto Cecilio González Domingo, debido a la
iniciativa de un grupo de comerciantes de la ciudad de Salamanca que buscaban
de esta forma atraer a nuevos clientes durante los festejos de septiembre. La
sociedad que sufragó los gastos estaba compuesta por doscientas trece personas,
dedicadas al comercio y a la industria para su construcción se tardó año y
medio.
La plaza se sitúa
entre las carreteras de Fuentesaúco y de Valladolid, y fue inaugurada el 11 de
septiembre de 1893. Ese día torearon Mazzantini y Torerito, con toros de la
ganadería de Eloy Clairac.
Anteriormente Salamanca
tuvo otras dos plazas: la primera databa de 1840 y se encontraba en el Campo
San Francisco; la segunda se usó entre 1864 y 1892 y estaba cerca de la Puerta
Zamora. Fue conocida como plaza de Toros de los Mínimos, fue derribada y los
materiales y piedra franca se utilizaron para la construcción de los “Hoteles
de Mirat” que también proyectó Cecilio González Domingo.
Antes de ello las
corridas de toros se habían celebrado en la Plaza Mayor de Salamanca, como
ocurría en todas las ciudades y pueblos, entre los festejos taurinos celebrados
en ella destacan las corridas que celebraban la concesión de algún grado
académico por parte de la Universidad.
Desde la
construcción de la Glorieta se han celebrado en ella mayoritariamente corridas
de Toros, aunque a veces se celebraban otros espectáculos; por ejemplo el 16 de
octubre de 1960, la plaza albergó la celebración de un rodeo como parte de un
espectáculo a beneficio de las Escuelas Profesionales Salesianas de Pizarrales.
Los componentes del rodeo eran militares estadounidenses destinados en la Base
Aérea Conjunta de Morón de la Frontera (curiosamente los militares americanos
pensarían que estaban mostrando algo de su folclore, cuando el rodeo, empezando
por la misma palabra es español). En otra ocasión se celebró la llegada de una
etapa contrarreloj de la Vuelta Ciclista a España. En 1978 los toros que debían
torear el Viti se encontraron muertos en los toriles.
La plaza se tardó
en construir año y medio y salió por un precio final de 452.193 pesetas. El
aforo era de 12.000 localidades, con una circunferencia central de cincuenta y
cuatro metros. El círculo exterior es de ochenta y ocho metros.
Uno de los
aspectos que se estudió con minuciosidad era su desalojo en caso de siniestro
que, según se calculaba se podía hacer en cuatro minutos.
La plaza se
cataloga dentro de la arquitectura ecléctica en la que destaca la novedad de la
articulación exterior por galerías y el empleo del hierro lo que le da gran
esbeltez y ligereza a su galería superior.
Estas galería enlazan
con seis pabellones con un estudio tripartita del arco del triunfo, más
acentuado en la puerta principal por un arco que se extiende a los dos pisos.
En todos ellos destaca el contraste cromático derivado del empleo del ladrillo
y de la piedra franca.
Se contó con la
participación del Ingeniero de obras públicas Canals en la configuración de los
planos de situación, pues el solar está situado entre dos carreteras. En el
interior destaca la participación de Mariano Cardera, arquitecto que había
proyectado con anterioridad la plaza de toros del Puerto de Santa María. Las
referencias musulmanas se reducen solo al interior y obedecen al supuesto
origen islámico que se atribuía a la fiesta. Por lo contrario el exterior no
cuenta con ningún elemento hispanoárabe como si se entendiera que no se
adecuara a la arquitectura de la ciudad.
En 1993 fue
restaurada para celebrar su centenario y posteriormente se añadieron butacas
para mejorar la comodidad de la plaza. En la actualidad la plaza de toros de
Salamanca es de 2ª categoría pero tiene una relevancia importantísima dada la
importancia ganadera del campo charro. El coso tiene un aforo para 11.800.
Los principales
festejos que se celebran en el coso de la glorieta se desarrollan entorno a la
festividad de la virgen de la vega el 8 de septiembre. También es tradicional
el festejo con motivo del día de San Mateo el 21 de Septiembre y el día de San
Juan de Sahagún el 12 de junio.
Jueves 12 de Septiembre de 2019
Sábado 14 de Septiembre de 2019
Viernes 13 de
Septiembre de 2019
http://www.salamanca.bmftoros.com/la-plaza-de-toros-de-salamanca/
https://youtu.be/hOYPthlMXtE
https://youtu.be/4LF8q3elcaQ
Arte, leyenda e historia: José Tomás
Vivir sin torear, no es
vivir”
José Tomás Román Martín nace en 1975 en Galapagar
(Madrid) y ya desde la cuna comienza a sentir esa pasión por el toreo al formar
parte de una familia de tradición taurina (sobrino nieto del ganadero Victorino
Martín).
Debutó de luces con tan sólo 16 años, con picadores dos años más tarde y
se presentó como novillero en la Plaza de Toros de Madrid con 20 años. Tomó la
alternativa ese mismo año de manos de Jorge Gutiérrez y con Manolo Mejía en
México, lugar al que desde su inicio ha estado muy unido tanto en sentimiento
como en afición y trabajo. La alternativa la confirma un año más tarde en 1996
en la capital española, esta vez acompañado por José Ortega Cano y Jesulín de
Ubrique. Y ahí comenzó a ser reconocido por su arte, en plazas como las Ventas
o en la Monumental de Barcelona.
Torero
madrileño de corte clásico,
una de las grandes figuras de la tauromaquia durante los últimos años. Maestro
del toreo a pie que ha ido dibujando poco a poco su carrera profesional en un
menesteroso círculo de la fama, la riqueza y la gloria profesional.
Una gloria
nacional que ha hecho que sea, a día de hoy, discutido y
admirado por muchos. Me atrevería incluso a decir que, en el momento actual por
el que está pasando el toreo, está ocupando el trono de la tauromaquia, al
igual que otros seres legendarios y figuras de renombre como han sido a lo
largo de la historia diestros como “Joselito”, Juan Belmonte o
“Manolete”.
De forma certera y sin renunciar al adorno, puedo definir
al gran José Tomás como el torero que el día de mañana va a enmarcar en la
historia del toreo sus hazañas, su estilo, su valentía y firmeza ante el
astado. Cualidades, todas ellas, que se van engrandeciendo al pasar de boca en
boca hasta convertir cualquier detalle banal en acontecimiento; y ese
acontecimiento en parte de la historia taurina. Siendo hoy referencia e ídolo
de aquellos que empiezan a incorporarse en este mundo del toreo.
Y me gustaría
recordar y compartir la opinión que tenía Felipe Benítez Reyes, cuando hablaba
de Juan Belmonte: “Se torea como se es”, algo que se puede
aprender y que se puede enseñar, pero que en el fondo no se aprende ni se
enseña, sino que se tiene o no se tiene. Y José Tomás tiene
de eso. Desde su comienzo, los aficionados han mostrado admiración por él,
muchos son sus seguidores y muchos son los expertos que lo consideran como un
torero de época o una figura de leyenda que poco a poco ha revolucionado las
grandes ferias, porque José Tomás donde lidia… llena las plazas.
El
valor y la cercanía con el toro, el ultraje y la burla al riesgo, e incluso, a
la muerte, hacen de cada aparición de José Tomás en el albero de las plazas,
algo excepcional y único.
Y este es el mérito de este maestro
madrileño; José Tomás está consagrado al toreo, sin importarle la suerte que
pueda correr cada vez que se pone frente a un toro, porque su sosiego,
serenidad y pureza han hecho que este ARTE que demuestra, se convierta en
LEYENDA, y esa leyenda, en parte de la HISTORIA del mundo taurino.
FUENTES CONSULTADAS:
Entrevista de Joaquín Sabina a José Tomás:
http://www.ganaderoslidia.com/webroot/jose_tomas.htm
http://www.portaltaurino.com/enciclopedia/doku.php/jose_tomas
http://www.burladero.com/inicio
http://www.elmundo.es/magazine/m51/textos/josetomas1.html
https://lagloriadeltoreo.wordpress.com/2010/11/03/arte-leyenda-e-historia-en-el-mundo-del-toreo-jose-tomas/
El traje del torero
en imagen
Trastos
a 10.000 euros
El esportón. La maleta que sirve para trasladar los
capotes y muletas asciende a la cantidad de 500 ó 600 euros
en el mercado.
El fundón. La cartuchera de material de las espadas y
los descabellos tiene un precio de 300
ó 400 euros. El precio varía según las figuras con las que
se adornan y la procedencia.
El capote. Uno de los trastos de torear principales y
como tal tiene su coste, aproximadamente de 300 euros la unidad.
Dependerá si va gravado el nombre del torero.
La muleta. La tela o paño en este caso es menos
costoso. La vida útil variará según el uso que reciba, pero se encuentra entre
los 10 y 15 festejos. Su precio es de 150 euros y el estaquillador está
cercano a los 10
euros.
Juego de espadas. Un juego completo de descabellos y
espadas supera con creces los 6.000 euros. Por separado, comprar un estoque
resulta más caro, oscilando entre los 3.000 y 4.000 euros la unidad, varía si lleva
gravado el nombre del matador de toros. En muchos casos son cedidas de unos
toreros a otros.
Hablamos
de chismes
Capotes, muletas, estoques simulados o de acero y, si esto no es
suficiente para derribar al astado, los descabellos. Un fundón y un esportón
con “trastos de torear” valorados en más de 10.000 euros.
Los trastos de torear, también denominados
“chismes”, son los instrumentos que utilizan los matadores de toros para
realizar su faena en el ruedo. Cada uno, para un momento concreto y con unas
características peculiares; y en su conjunto pudiendo llegar a superar los
10.000 euros.
Sale el morlaco de los toriles y el diestro pisa el ruedo
con el capote,
instrumento con el que se para al toro, de color rosa y con el envés amarillo.
Éste, de tela bastante gruesa y pesada y con corte de capa. Seguidamente, el
tercio de varas, con la faena de castigo con los picadores.
A partir de aquí, no en vano pasando por el de
banderillas, llegamos al último tercio de la corrida, la faena suprema y la más
vistosa de todas, la de la muleta,
instrumento de paño rojo y de menor peso que la tela del capote, con la que se
busca templar la embestida del toro. La muleta se sujeta por una vara
resistente de madera, que recibe el nombre de estaquillador (nombre
que proviene del sustantivo estaca).
Para mantener la tela extendida, se emplea un estoque simulado,
o también conocido como ayuda,
de madera o de metal, como antiguamente. A día de hoy la mayoría de los
diestros, por su seguridad, la emplean de metal.
Llega el momento definitivo para el espada. Para poner
fin a la lidia del toro, coge el estoque
de acero, espada que usa el diestro para dar muerte al toro. Si
el toro no muere y cae, se emplea el descabello: basta con acertar en el sitio,
clavarlo bien y que el toro se derribe; labor que, en ocasiones, cuesta más de
lo esperado. Es el momento de broche para el espada, que, junto con el resto de
la lidia, le brinda o no un trofeo; o incluso una tarde por puerta grande.
https://lagloriadeltoreo.wordpress.com/category/trajes-de-luces-y-trastos-de-torear/
Capas del toro de lidia
https://lagloriadeltoreo.wordpress.com/2012/05/01/capas-del-toro-de-lidia/
La música torera
Con alegres y toreros compases, la banda de música
deleita con partituras de pasodobles las tradicionales tardes de toros. “Santiago
Martín ‘El Viti’, siempre que sale a la arena, arma la marimorena“:
estas palabras forman parte del estribillo del pasodoble dedicado al diestro de
Salamanca. El pasodoble,
música típica del baile español, suena en todas las corridas de toros, a
excepción de Las Ventas de Madrid.
Pasodobles tradicionales que llegan a las ferias y a los
cosos taurinos en concreto combinando en sus partituras diferentes tipos de
instrumentos, viento madera, viento metal y percusión. De hecho, es este tipo
de melodía popular al que se emplea como acompañamiento
y realce en un momento concreto de este ambiente taurino: en el paseíllo y
cuando la faena de muleta ofrece lucimiento al espada
y emociona al público.
El repertorio de la banda recoge interpretaciones
instrumentales en las que se ofrecen historias relacionadas con el mundo
taurino, y que narran, en esas letras que no se escuchan, faenas
curiosas, anécdotas o el simple día a día de un diestro o maletilla.
“Manolete“,
“Nerva” o “Tercio de Quite”
son algunos de los muchos títulos que se repiten durante las faenas
música del baile español que se arranca y anima a los tendidos y al propio
torero. Es más, son de esas melodías tradicionales que dan la vuelta al
mundo con nuestra Fiesta Nacional.
LOS DETALLES:
De los 150 a los 3.000 euros. Dentro
del bagaje de instrumentos que forman la banda destacan los de viento
madera: saxofones, flautas, oboes y
clarinetes; viento metal:
trompas, trombones, trompetas, bombardinos; y de percusión,
entre los que se encuentran cajas, platillos y bombos. El instrumento más
barato está entre 150 ó 200 euros, flautas, trompetas o clarinetes; y el
ejemplar más caro, entre 2.000 ó 3.000 euros, un saxofón, un tenor, una trompa
o un oboe.
Pasodobles que sean conocidos. Éste
es uno de los requisitos indispensables que tiene en cuenta el director de la
banda de música a la hora de elegir el pasodoble que va a tocar el grupo.
Canciones conocidas por el público del tendido, pasodobles “de toda la vida”,
cercanos a la tierra y dedicados a faenas o a prominentes figuras del toreo,
maletillas o banderilleros.
Pasodobles taurinos: http://torosintempore.wordpress.com/pasodobles-taurinos/
https://lagloriadeltoreo.wordpress.com/2011/10/17/la-musica-torera/
La plaza de toros de la puerta de Alcalá, en una
vista aérea del Madrid de 1854 dibujada por el grabador, litógrafo y arquitecto
francés Alfred Guesdon. Se aprecian, además, el Palacio del Retiro, la Puerta de Alcalá y el Real Pósito.
https://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_toros_de_la_Puerta_de_Alcal%C3%A1
https://tauromaquia.jcyl.es/web/es/patrimonio-cultural-taurino/plazas-toros.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_del_Coso
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