De palacio a
mausoleo... la historia detrás del Monumento a la Revolución
El Monumento a la Revolución Mexicana es uno de los sitios icónicos de la capital mexicana.Un espacio en
el que convive la historia nacional
y la vida cotidiana de millones de personas que visitan esta joya
arquitectónica.
Pero a pesar de su popularidad, pocas
personas conocen la historia detrás de su peculiar diseño. El conjunto
integrado por la singular edificación, la Plaza de la República y el Museo
Nacional de la Revolución fue originalmente pensado para ser el palacio
legislativo nacional.
En 1897 el ex presidente Porfirio Díaz lanzó una convocatoria
internacional para construir la nueva sede de la Cámara de Diputados y de
Senadores en el marco del centenario de la Independencia, que se celebraría en
1910.
Como en la mayoría de los proyecto porfirianos, el elegido fue el de un
arquitecto francés, en este caso Émile Bénard, quien inspirado en el
Capitolio de Estado Unidos y el Parlamento de Budapest, buscaba construir un
recinto con estética europea neoclásica.
Cambio de planes
Los planos de lo
que debía ser uno palacios legislativos más lujosos del mundo tuvieron
que ser modificados a causa de la naturaleza lacustre del suelo de la ciudad,
por lo que el presupuesto original se incrementó para construir una plataforma
de acero y concreto que pudiera mantener en pie el edificio.
"En 1906, la construcción de lo
que iba a ser un lujoso edificio proyectado con la estética europea neoclásica
comenzó con una masiva estructura metálica y tecnología de vanguardia para su
cimentación", indica el sitio web del
Monumento a la Revolución.
La construcción inició el 1910, año en el que estalló la Revolución
Mexicana, lo que provocó que la obra se suspendiera dos años después al
quedarse sin recursos, pues fueron utilizados para combatir los
levantamientos armados.
La estructura quedó abandonada por 20 años, tanto por falta de
dinero como por la intención de gobierno posrevolucionario de borrar toda
herencia de Díaz. En 1922, Émile Bénard intentó salvar su proyecto y presentó
al gobierno de Álvaro Obregón una adaptación de la estructura para convertirla
en un panteón para los héroes de la guerra. Sin embargo, la idea no prosperó
tras las muertes de Obregón en 1928 y del francés en 1929.
Durante la década posterior varios arquitectos propusieron alternativas
para renovar la inconclusa estructura e incluso se evaluó la posibilidad de
demoler los pocos avances para aprovechar el espacio.
https://glocal.mx/el-monumento-a-la-revolucion-mas-de-100-anos-de-historia/
"En 1933, el arquitecto Carlos
Obregón Santacilia rescató la obra inconclusa de Émile Bénard que tenía un gran
valor arquitectónico. Reinterpretó la estructura y los espacios para otorgarles
un nuevo significado: el uso de la plaza como espacio público en torno a la
conmemoración de una revolución constante", explica el museo del sitio.
Obregón Santacilia,
también autor del Banco de México, aprovechó la cúpula del nunca
terminado Salón de los pasos pedidos, y construyó el edificio sin
muros que ahora muestra el mestizaje entre el arte prehispánico y el art
decó, mientras que las esculturas del maestro Oliverio Martínez en
cada pilar simbolizan la Independencia y las Leyes de Reforma.
De palacio a mausoleo
En 1936 se decidió
que el recinto fungiría como mausoleo de personajes revolucionarios y se
construyeron criptas en la base de los pilares. En 1942 el monumento recibió
los restos de Venustiano Carranza, en 1960 los de Francisco I. Madero, de
Plutarco Elías Calles en 1969 y Pancho Villa en 1976. Además,
tras la muerte del ex presidente Lázaro Cárdenas en 1970 también se le asignó
un lugar en el espacio histórico.
“Esto en si mismo es
conflictivo: nuestra historia oficial reconcilia de manera póstuma a
sublevados que conspiraron entre sí. Villa se decepcionó de Madero,
Carranza trato de aniquilar a Villa, Cárdenas rompió con Calles. Todos están
juntos." explica en tono irónico el escritor Juan Villoro en su
libro Vértigo Horizontal y señala que “el verdadero heroísmo
del caudillo mexicano consiste en compartir la última morada con sus
enemigos".
En el marco del centenario de la
Revolución Mexicana, en 2009 se inició un proceso de renovación del
edificio en la que la totalidad de la Plaza de la República fue
remodelada e integraron un nuevo acceso al Museo Nacional de la
Revolución, además de recuperar la posibilidad de ascender al mirador por medio
un elevador panorámico que desde 1970 no funcionaba.
https://glocal.mx/el-monumento-a-la-revolucion-mas-de-100-anos-de-historia/
Tras ocho décadas desde su
inauguración, el complejo cultural ha sido testigo de la transformación de la
urbe y escenario de múltiples manifestaciones populares así como de expresiones
artísticas. En la actualidad es uno de los lugares imperdibles para cualquier
visitante de la Ciudad de México.
El Museo Nacional de la
Revolución cuenta con ocho salas que cuentan la historia de este importante
evento para México:
o
La consolidación del Estado mexicano
o
El Porfiriato
o
La Revolución Democrática
o
La Guerra Civil
o
La Constitución
o
Museo de Sitio
o
Nueva exposición permanente
o
ala para exposiciones temporales
También el museo permite
conocer la historia del Monumento a la Revolución, ya que además del Museo de
Sitio, podemos realizar un recorrido por la cimentación, estructura interna,
mirador y linternilla del edifico.
https://amp.milenio.com/cultura/monumento-a-la-revolucion-la-historia-del-edificio-que-era-palacio
https://www.viajabonito.mx/mexico/historia-monumento-revolucion/
https://glocal.mx/el-monumento-a-la-revolucion-mas-de-100-anos-de-historia/






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