COLONIAS DE LA CAPITAL QUE ANTES FUERON
PANTEONES
De México se encuentran varias
colonias, calles y avenidas en espacios que antes fueron panteones. El día de
hoy hablaremos de siete de estos lugares que se han olvidado con el paso del
tiempo, la traza urbana y el crecimiento de la población
El territorio al que llamamos “Ciudad de
México” se ha ido expandiendo a lo largo de su historia; en sus
inicios alcaldías enteras no se consideraban parte de la
capital —y eran referidas como “las afueras”— y en lugar de ejes
viales, viviendas, empresas u oficinas había canales, llanos o milpas.
Conforme la ciudad fue creciendo se asentaron barrios y
con ello sitios donde los habitantes pudieran tener acceso a servicios tanto
físicos como espirituales, como mercados, templos o panteones;
algunos de ellos perduran hasta nuestros días aunque otros tantos quedaron
desdibujados y olvidados por el paso del tiempo y la traza urbana.
Hoy hablaremos de siete panteones a lo largo de la
capital que por el crecimiento de la ciudad se quedaron prácticamente en el
olvido y en cuyos predios se erigieron algunas colonias como la Doctores,
la Guerrero, Roma Sur, la San Andrés
Tetepilco en Iztapalapa, Guadalupe
Tepeyac o la colonia Xoco, entre
otras, que hoy en día son testigos de la vida cotidiana y cambiante de la
metrópoli.
Vista del que fue panteón de Santa Paula
en el siglo XIX. La imagen enviada por don Julio Romo Michaud, forma
parte del Álbum Pintoresco de la República Mexicana, publicado en 1849 por don
Julio Michaud.
Años 50, niños jugando encima del
panteón y su ermita
Este es un detalle de una vista aérea de
la Ciudad de México, lograda desde un globo por el gran artista Casimiro Castro
a mediados del siglo XIX y publicada en México y sus Alrededores por V. Debray
en 1869. Aquí se aprecia la ubicación del cementerio muy cerca del hospital
referido y la iglesia de Santa María, hoy conocida como la Redonda Una de
las razones de la fama de este panteón fue que allí enterró Antonio López de
Santa Anna, con honores militares, uno de sus pies, que perdió en la batalla de
Veracruz contra tropas francesas en 1838.
De la misma litografía de Casimiro
Castro, ahora se muestra un sector más amplio de la ciudad a mediados del siglo
XIX, que nos permite ubicar con mucha precisión el sitio donde estuvo el
panteón de Santa Paula y a la vez como era entonces el panteón de San Fernando.
A la fecha del primero solamente permanece la iglesia de Santa María la
Redonda, colindando con el trazo del actual Paseo de la Reforma Norte. Del
segundo subsiste el panteón en forma de museo, junto a la iglesia de San
Fernando, por el contrario el convento del mismo nombre desapareció
paulatinamente al promulgarse las Leyes de Reforma en 1859.
http://mexicomaxico.org/Reforma/rotonda.htm
Fotos: "La
Ciudad de los Palacios, crónica de un patrimonio perdido"/ Colección
Villasana – Torres y Google Maps. Diseño web: Rodrigo Romano.
En la colonia
Guerrero
Para
conocer sobre la historia de algunos de estos camposantos nos acercamos al
cronista Rodrigo Hidalgo y a la historiadora
Bertha Hernández. Rodrigo comenta que en parte de la actual colonia
Guerrero estuvo el panteón de Santa Paula,
muy cerca del templo de Santa María la Redonda y junto
a lo que ahora es el Eje Central:
“Aunque
fue clausurado en 1871 y poco después se fraccionó el terreno, la capilla
sobrevivió hasta la ampliación del Paseo de la Reforma en la
década de 1960; incluso en la esquina de esta avenida y la calle de Riva
Palacio queda un pequeño monumento que recuerda su existencia. Santa Paula tuvo
un anexo que fue conocido como el Camposanto de San Andrés, y así
aparece en los mapas del siglo XIX”.
En el plano de la Ciudad de México de
1869, pueden verse claramente el sitio que ocupaban los panteones de Santa
Paula y San Andrés. Cortesía.
En la misma demarcación, en la Guerrero,
está la plaza y el templo de Nuestra Señora de los Ángeles, que
para 1880 aún contaba con su panteón, hoy desaparecido. La iglesia también tuvo
varios cambios y se le agregó una cúpula.
Templo de Nuestra Señora de Los Ángeles
en 1880 (hoy colonia Guerrero); sobre la explanada hay diversos puestos en los
días cercanos a la fiesta patronal. Colección: Villasana - Torres.
El caso de Campo
Florido en la colonia Doctores
En la colonia Doctores estuvo el
panteón del Campo Florido, de éste permanece la capilla en la calle
de Doctor Lavista, que fue dañada durante los combates de
la Decena Trágica en 1913. Sobre este camposanto,
Bertha Hernández compartió que aquí fue enterrado por sus amigos el
poeta Manuel Acuña en 1873 después de que se quitó
la vida:
“Cuando Acuña fue llevado a enterrar, el Panteón del
Campo Florido estaba casi en las afueras de la ciudad de México. Como ocurrió
con el cercano Panteón General de la Piedad, fue
una burrada monumental la elección de esos emplazamientos para construirle
cementerios a una ciudad que ciertamente los requería a gritos, pues los viejos
camposantos heredados de los años previos a la Reforma,
aparte de estar enclavados en las parroquias de la ciudad, eran objeto, un día
sí y otro también, de críticas y recelos debido a los 'miasmas' (emisiones de
los cuerpos en descomposición) que los panteones verticales podían
esparcir por toda la ciudad. Ya se acababa el siglo XIX, y había muchos a los que no
se les olvidaba que en varios de aquellos cementerios, Santa Paula y San
Fernando incluidos, reposaban las víctimas de las grandes epidemias de
cólera que habían azotado en otros tiempos a la capital mexicana.”
En este Plano General de la Ciudad de
México de 1880, de la Mapoteca Orozco y Berra, podemos ver la ubicación del
Panteón Campo Florido.
De acuerdo con sus investigaciones, para 1890 este
cementerio ya era considerado como un foco de insalubridad ya
que la zona sobre la que reposaba era de chinampas y
la “ocurrencia” de las autoridades hacer un cementerio en este tipo de suelo
provocaba filtraciones contaminantes a los cuerpos de agua.
Las condiciones lo llevaron a ser un cementerio donde
únicamente los pobres enterraban por voluntad
propia a sus seres queridos, porque no alcanzaba para un lugar mejor.
Tres años después
del funeral de Acuña, en 1876, los vecinos de la zona solicitaron a las
autoridades que se clausurara el cementerio y para 1878 el panteón iniciaría su
proceso de desaparición, tanto por el abandono como por orden del gobierno de
aquél entonces.
Para 1885 se tomó parte de los terrenos del panteón para
abrir una vía para el tránsito y así nació la calle Doctor
Andrade y tres años después se originó una parte de lo que
hoy integra Doctor José María Vértiz; ya para la década de 1890, documentos
oficiales ya se referían a este sitio como “extinguido panteón del Campo
Florido”, explicó Bertha.
Sobre los restos de Acuña, sus amigos los salvaron de
Campo Florido y organizaron su traslado al Panteón de Dolores,
en donde permanecieron hasta 1917, cuando se decidió que serían llevados a
la Rotonda de los Coahuilenses Ilustres, en Saltillo, lugar
en el que aún permanecen.
Daños causados por los combates de la
Decena Trágica en el templo del Campo Florido a inicios de 1913. Esta iglesia
formó parte de un antiguo panteón; la toma fue realizada desde el actual cruce
de Doctor Lavista, Doctor Ruiz y Doctor Andrade, en la colonia Doctores.
Colección: Villasana - Torres.
La Roma Sur
Por su parte, Rodrigo Hidalgo dice: “una parte de la
actual Roma Sur alojó al Panteón General de la Piedad, sobre el terreno se construyeron el Centro Escolar Benito Juárez y el Estadio
Nacional, que años más tarde dio paso al Multifamiliar Juárez, como lo muestra el plano cortesía de la Mexico
Tramways Company, Lines and Properties in Mexico City”.
Vista de la portada del Ex Panteón General de La Piedad (hoy
parte de la colonia Roma Sur) a principios del siglo XX. Este cementerio y el
del Campo Florido (hoy parte de la colonia Doctores) alcanzaron gran
importancia tras el cierre del de Santa Paula (hoy parte de la colonia
Guerrero) y de los atrios de las iglesias para este fin; en 1882, el Panteón
Civil de Dolores se convirtió en el general de la ciudad y aquel fue
clausurado. Colección Villasana - Torres.
Planos del panteón de La Piedad en
1910, hoy parte de la colonia Roma Sur. Crédito: Library of Congress.
Al norte y oriente de la capital
Al norte, en los alrededores de la Villa de Guadalupe,
se encontraba el Panteón del
Tepeyac, que estaba rodeado de las cúpulas y
torres de la antigua Basílica, del Convento de Capuchinas y de la Capilla del Cerrito, cuya imagen es nuestra fotografía principal.
En la colonia San Andrés Tetepilco de Iztapalapa se encuentra el templo de San Andrés
Tetepilco, construido en el siglo XVII y que continúa en pie con algunos
cambios en la fachada; hasta 1930 aún conservaba su antiguo panteón y
en la actualidad, en el espacio que ocuparon las tumbas, hay un jardín.
Templo de San Andrés Tetepilco en la Alcaldía
Iztapalapa en 1930, Crédito: INAH.
La desaparición de los cementerios
Bertha Hernández comenta: “no todos los viejos cementerios de la capital desaparecieron en fast track como
Santa Paula o los panteones de los atrios de las parroquias. En la medida en
que la secularización de cementerios, establecida por las leyes de Reforma,
comenzó a consolidarse pudo comenzar a documentarse con cierta solidez lo que
ocurrió con algunas de nuestras necrópolis”.
Dos de los panteones que fueron reducidos en su tamaño
pero que han sobrevivido al paso del tiempo son el Panteón de San Fernando, muy cerca del Centro Histórico, y el de Xoco, a unos metros de
la Cineteca Nacional.
Al primero se le “rebanó al menos un muro” para la
construcción de una calle, que en teoría, permitiría la construcción de
diversos proyectos, entre ellos un Panteón
Nacional donde reposarían
los restos de los Héroes de la
Patria, pero que nunca se llevó a término.
Sobre el cementerio
de Xoco, en donde se encuentra la tumba
de Francisco Sosa, escritor, historiador y periodista campechano,
Bertha dice que vecinos del antiguo pueblo de Xoco le compartieron
que los predios donde hoy en día se encuentran el IMER y la Cineteca Nacional,
alguna vez fueron parte del panteón que hoy está en los límites de esta colonia
capitalina, entre las calles de Mayorazgo y Río Churubusco.
Poco vemos hoy de
estos camposantos; sin embargo, podemos recrear estos sitios y muchos más de
nuestra capital compartiendo con las nuevas generaciones estos relatos que
ayudan a generar interés y a valorar el viejo rostro de la CDMX.
La fotografía principal es el pantéon del Tepeyac, al
norte de la ciudad y en los alrededores de la Villa de Guadalupe, que estaba
rodeado de las cúpulas y torres de la antigua Basílica, del Convento de
Capuchinas y de la Capilla del Cerrito. La imagen es de 1938, del Archivo
Fotográfico Manuel Ramos.
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