HISTORIA UNIVERSAL
LA CAÍDA DE NAPOLEÓN III
Desde el fallecimiento de Rafael
Carrera, cinco años atrás, Guatemala seguía bajo la dictadura de Vicente Cerna
Sandoval. Recientemente se había producido un levantamiento en su contra
dirigido por Serapio Cruz y Justo Rufino Barrios, pero
el 1
de enero de 1870 los rebeldes fueron derrotados, Cruz fue decapitado y su cabeza
fue expuesta públicamente. Barrios logró huir a México.
El 3 de enero fue investido como presidente de
Liberia Edward James Roye. Había nacido en Ohio, donde había
llegado a cursar estudios universitarios. Hacía más de dos décadas que había
emigrado a Liberia, donde organizó un negocio como comerciante. Había sido
parlamentario y presidente del tribunal supremo de su país de adopción.
El 5 de enero Louis Riel se entrevistó con
delegados del gobierno canadiense para tratar de llegar a un acuerdo sobre la
incorporación a Canadá de los territorios británicos en Norteamérica.
El 6 de enero tuvo lugar la segunda sesión
del Concilio Vaticano I. El Espíritu Santo debía de estar
ocupado en otras cosas, porque los obispos discutieron sobre varias cuestiones
y no se llegó a aprobar nada. A partir de entonces las discusiones se centraron
rápidamente en dos temas: la infalibilidad papal y la relación entre fe y
razón.
El 9 de enero algunos de los procanadienses que
los mestizos seguidores de Louis Riel tenían retenidos en Fort Garry lograron
evadirse.
El 10 de enero el presidente
haitiano Sylvain Salnave fue capturado y entregado a su rival, Nissage Saget.
De regreso en Puerto Príncipe, fue juzgado y condenado a muerte por traición y
por haber ordenado matanzas. Fue ejecutado el 15 de enero.
Habiéndo fracasado la anexión a España,
el dominicano Buenaventura Báez había negociado un acuerdo encaminado a la
anexión de la República Dominicana a los Estados Unidos. El presidente Grant
había exigido en una primera etapa la instalación de una base naval en
territorio dominicano y un lugar en el que pudieran asentarse colonos negros. A
cambio los Estados Unidos asumirían 1.5 millones de dólares de la deuda
dominicana, pero el Senado estadounidense rechazó la propuesta y al final quedó
en nada.
El 17 de enero el Estado de
Mississippi aprobó las enmiendas decimocuarta y decimoquinta a la constitución
estadounidense. El 26
de enero Virginia fue readmitida en el congreso de los Estados Unidos.
El 3 de febrero el Estado de
Iowa aprobó la decimoquinta enmienda y así ya eran 28 de 37 los Estados que la
habían aceptado (las tres cuartas partes), lo cual la hacía entrar en vigor.
Texas la aprobaría unos días más tarde (junto con la decimocuarta) y sólo
quedaban sin ratificarla Nueva Jersey, Delaware, Oregón, California, Maryland,
Kentucky y Tennessee. Ese año el Tribunal Supremo rechazó la pretensión del
Estado de Virginia de que Virginia Occidental, escindida durante la guerra
civil, fuera reincorporada a su territorio. De este modo, el único cambio
territorial que se había producido durante la guerra fue ratificado para
siempre. Ambos Estados seguían discutiendo sobre cómo debían repartirse las
deudas de Virginia previas a la guerra.
El dictador paraguayo Francisco Solano
López había emprendido una marcha desesperada que le resultó muy exitosa, pues
logró matar a más de dos mil de sus hombres en pequeños combates, además de por
el hambre y las enfermedades. El 8 de febrero llegó a Cerro
Corá, donde se dispuso a esperar a los brasileños que le perseguían.
El gobierno español andaba a la busca
de un rey que reemplazara a Isabel II. Una propuesta fue la de Fernando de
Sajonia-Coburgo, el que había sido rey de Portugal por su matrimonio con la
reina María II, regente durante la minoría de edad de su hijo Pedro V y padre
también del rey actual, Luis I. Sin embargo, el príncipe rechazó la oferta y
hubo que seguir buscando. Otro candidato más interesado era Antonio de Orleans,
el duque de Montpensier, que había sido en su día candidato a esposo de Isabel
II y que al final acabó casado con su hermana Luisa Fernanda. Otro candidato
(aunque éste por iniciativa propia y no del gobierno español) era Enrique
de Borbón, cuñado de Isabel II, con un amplio currículum revolucionario a
sus espaldas (incluso había solicitado ser admitido en la AIT). Tres años atrás
había sido expulsado de España por sus ataques al gobierno, y sólo había podido
regresar después de que se fuera la reina. Ahora iniciaba una ácida campaña
electoral con panfletos contra su primo Antonio. Naturalmente, entre los
candidatos autoproclamados estaba también Carlos María de Borbón, el
pretendiente carlista, que ya se consideraba el legítimo rey Carlos VII de
España.
El general Prim (que rechazaba de plano
a cualquier Borbón como rey de España) había propuesto otro candidato: Leopoldo
de Hohenzollern-Sigmaringen, hermano del domnitor Carlos de Rumanía,
cuyo principal inconveniente era que a los españoles les costaba recordar su
nombre (había quienes lo llamaban Leopoldo de ¡Oleole si me eligen!).
El propio Prim se entrevistó con Carlos Antonio de
Hohenzollern-Sigmaringen, el padre de Leopoldo y Carlos, para negociar la
cuestión, y el canciller Otto von Birmarck se mostró muy interesado. Sin
embargo el emperador Napoleón III de Francia se opuso rotundamente a que un
Hohenzollern fuera rey de España, de modo que Francia quedara atenazada en caso
de un conflicto con Prusia. Tras la debida negociación diplomática con el rey
Guillermo I de Prusia, el príncipe Carlos Antonio anunció la retirada de la
candidatura de su hijo. Prim también había estado tanteando al duque Amadeo
de Aosta, el segundo hijo del rey Víctor Manuel II de Italia, que
también rechazó la oferta.
El 13 de febrero se estrenó el
vals para coro y orquesta Nueva Viena, de Johann Strauss. No
lo dirigió el compositor porque tenía un compromiso para la misma fecha.
El 14 de febrero desembarcó en las
costas venezolanas un exiliado llamado Antonio Guzmán Blanco, que
había huido del país el año anterior cuando una multitud partidaria del
gobierno irrumpió en una fiesta que había organizado y atacó con piedras a los
presentes. Llegó al país sabiendo que contaba con numerosos partidarios y, en
efecto, al cabo de unos días había reunido un ejército de unos 7.000 hombres
con los que puso en jaque al gobierno de José Ruperto Monagas.
Después de que se hubieran producido
algunas evasiones más de Fort Garry, en vista de que las negociaciones con los
canadienses iban por buen camino, el 15 de febrero Louis Riel
liberó al resto de detenidos con el compromiso de que harían lo posible por
contener la agitación contra los mestizos y el gobierno provisional. Pero, desde
hacía varios días, diversos grupos de procanadienses se estaban organizando y
reclutando hombres para deponer el gobierno provisional mestizo. El 17 de febrero los hombres de
Riel capturaron a 48 hombres cerca de Fort Garry, y otros que
estaban a punto de reunirse con ellos huyeron hacia Ontario. Riel quiso que el
cabecilla, el mayor Charles Boulton, recibiera un castigo
ejemplar y un juicio lo condenó a muerte por oponerse al gobierno provisional.
Sin embargo, los negociadores canadienses lo convencieron para que lo
indultara.
El 23 de febrero Mississippi fue
readmitida en el Congreso de los Estados Unidos.
El 1 de marzo un ejército de unos 2.600
brasileños llegó hasta la posición de Francisco Solano López, que había logrado
reducir su ejército hasta 409 hombres. La batalla fue una carnicería, pero esta
vez el dictador no pudo huir. Fue herido de un lanzazo en el vientre y de un
sablazo en la frente, hasta que fue rematado de un tiro por un soldado. Sus
últimas palabras fueron ¡muero con mi patria! y, así era,
había logrado matar a su patria antes de morir. Se calcula que antes de la
guerra el Paraguay contaba con unos 450.000 habitantes, mientras que ahora
quedaban unos 150.000, de los cuales unos 28.000 eran varones adultos. En
algunas regiones la proporción entre mujeres y hombres era de 20 a 1.
América Latina había conocido hasta
entonces decenas de dictadores despóticos que habían expoliado y expoliaban más
o menos a sus patrias respectivas, pero jamás ninguno había llegado a provocar
la aniquilación completa de su país como lo había hecho López, cuya enajenación
lo había llevado a declarar la guerra a dos naciones mucho más poderosas sin
más motivo que el orgullo herido porque una de ellas no había aceptado su
mediación y la otra no se había mostrado dispuesta a colaborar con él, y luego
había preferido llegar hasta la aniquilación total antes que rendirse y ser
desterrado como lo habían sido tantos otros dictadores indeseables antes que
él. Hoy en día los paraguayos celebran en su honor cada primero de marzo
el Día de los Héroes, una muestra entre otras muchas de cómo
la gente está dispuesta a divinizar al mismo diablo para no reconocer la
estupidez sin sentido que supuso haberlo seguido ciegamente. El caso histórico
mejor documentado es la reacción de los seguidores de Jesús cuando se lo
encontraron muerto en la cruz, con la diferencia de que Jesús era un infeliz
que bien podía pasar por hijo de virgen, mientras que el carácter del dictador
paraguayo sólo induce a situar a su madre en el extremo opuesto de la
virginidad (aunque la pobre mujer pudiera no haber tenido en realidad culpa
ninguna).
(Hablando de estúpidos, el mormón
Martin Harris, el hombre con más elementos de juicio para haber comprendido —de
haber tenido dos dedos de frente— el espectacular fraude que había sido Joseph
Smith, a sus 87 años se trasladó al territorio de Utah, donde fue aceptado y
rebautizado por la comunidad de Bigham Young. Seguía jurando y perjurando que
había contemplado con sus ojos las planchas doradas del Libro de Mormón.)
Los pocos focos de resistencia que
quedaban en Paraguay depusieron las armas pocos días después en cuanto se
enteraron de la muerte de López. A mediados del año anterior se había creado en
Asunción un gobierno paralelo al de López presidido por tres triúniviros: Cirilo
Antonio Rivariola, Carlos Loizaga y José Díaz de Bedoya. Brasil,
Argentina y Uruguay se pelearon por las condiciones del tratado de paz que
impondrían al Paraguay, y esto dio juego al gobierno paraguayo para negociar en
aguas revueltas y evitar al menos que todo el país fuera repartido entre los
vencedores. Finalmente Argentina y Brasil se quedaron con una buena parte del
territorio paraguayo y los tres aliados exigieron una fuerte indemnización que,
desde luego, Paraguay no estaba en condiciones de pagar en ese momento, sino
que se convertiría en una deuda que tardaría años en saldar. Por lo demás, el
país quedó bajo tutela brasileña mientras se organizaba un nuevo gobierno.
Brasil era en esa época la nación más
próspera de América después de los Estados Unidos. La afluencia de inmigrantes
era cada vez mayor y estaba experimentando un rápido desarrollo económico. Era
el único país americano en el que la esclavitud era legal (aparte de las
colonias españolas de Cuba y Puerto Rico). Entre sus pocos, pero enérgicos,
detractores estaba el emperador Pedro II, que, no obstante, carecía de poderes
constitucionales para abolirla, si bien estaba haciendo una intensa campaña
para lograrlo.
La decisión de Louis Riel de indultar a
Boulton había sido tomada como un signo de debilidad por otro de los
prisioneros, Thomas Scott, quien empezó a insubordinarse
contra los guardianes que lo vigilaban, hasta el punto de que éstos pidieron
que fuera juzgado por insubordinación. En el juicio insultó a todo mestizo
viviente y se mostró violento en varias ocasiones con los guardias, hasta el
punto de que el juez acabó condenándolo a muerte. Nuevamente hubo intercesiones
en su favor, pero esta vez Riel se mostró inflexible. El 4 de marzo Scott fue
fusilado.
Terminada la guerra contra Paraguay,
era buen momento para empezar otra: desde que los colorados uruguayos se
hicieron con el control de su país gracias a la ayuda que Brasil prestara al ya
fallecido Venancio Flores, los blancos habían sido sometidos a toda clase de
persecuciones y amenazas, de modo que buena parte de ellos no había tenido
mejor opción que exiliarse, principalmente en Argentina. En la madrugada
del 5
de marzo, 44 de estos exiliados mal armados dirigidos por Timoteo
Aparicio cruzaron el río Uruguay.
El 11 de marzo murió el rey
Moshoeshoe I de Basutolandia. Desde primeros de año había abdicado en su hijo y
sucesor Letsie I.
Harto de los ataques de Enrique de
Borbón, el duque de Montpensier lo desafió a un duelo, que se celebró en Madrid
el 12
de marzo, y en el que Enrique acabó muerto. Sin embargo, la opinión pública
no vio el suceso con buenos ojos. Además los duelos estaban prohibidos y el
duque fue sometido a un consejo de guerra que lo condenó a un mes de destierro
de Madrid. Pero la consecuencia principal fue que sus posibilidades de ser
elegido rey de España habían disminuido considerablemente. Enrique de Borbón
dejó cinco hijos que fueron adoptados por su tío, Francisco de Asís.
Ese mismo día el sultán Abdülaziz I
promulgó un edicto por el que se constituía el Exarcado Búlgaro, es
decir, la Iglesia Ortodoxa búlgara, que adquiría así una organización propia,
aunque seguía supeditada al patriarca de Constantinopla. Esta medida era una
concesión al creciente nacionalismo búlgaro, que tenía una gran componente
religiosa, y fue apoyada por el embajador ruso en Constantinopla. El año
anterior se había creado en Rumanía un Comité Central Revolucionario
Búlgaro.
El 16 de marzo se estrenó la
obertura Romeo y Julieta de Chaikovsky bajo la batuta de Nikolái Rubinstein. El
día anterior Rubinstein había sido declarado culpable en un pleito a causa de
un escándalo relacionado con una estudiante. El público quiso mostrar su
solidaridad con el director y toda la atención giró a su alrededor. La obertura
pasó inadvertida. Chaikovsky se decidió a aceptar algunas críticas de Balákirev
y se dispuso a rehacer la pieza. La autocrítica lo llevó a destruir las
partituras de algunas piezas compuestas anteriormente, como el poema
sinfónico Fatum y su ópera El vóivoda. Ambas
fueron reconstruidas tras su muerte a partir de las partituras para los
distintos instrumentos de la orquesta.
El 19 de marzo Nissage Saget
fue elegido presidente de Haití para un mandato de cuatro años.
Anna Leonowens se encontraba en Nueva
York, donde el año anterior había abierto una escuela para chicas y enviaba
periódicamente relatos a un periódico de Boston en los que narraba sus
experiencias en la corte del rey Rama IV de Siam. Ahora los reunía en un
volumen que le proporcionó cierta fama, aunque también algunas acusaciones de
sensacionalismo, así como de exagerar la influencia que llegó a tener sobre el
rey.
El 30 de marzo Texas fue
readmitida en el Congreso de los Estados Unidos. El 31 de marzo un vigilante de
un colegio de Nueva Jersey llamado Thomas Peterson se
convirtió en el primer negro en votar tras la aprobación de la decimoquinta
enmienda. (La votación era sobre el status jurídico de su ciudad, Perth
Amboy, dentro del Estado). Posteriormente Peterson sería el primer negro en
formar parte de un jurado. Los negros tenían la mayoría absoluta en las
legislaturas de Mississippi, Luisiana y Carolina del Sur, y alcanzaron el 40%
de los votos en otros Estados ex-confederados. Esto había provocado una
reacción blanca, principalmente a través del Ku Klux Klan y otras agrupaciones
paramilitares de "demócratas" (valga la contradicción) la cual a su
vez provocó una reacción por parte del gobierno federal, que ese mismo día
prohibió el uso del terrorismo, la fuerza o el engaño para evitar el voto de
los ciudadanos por motivos raciales. El presidente recibió autoridad para
emplear el ejército federal contra toda organización que tratara de coartar el
derecho de voto. Durante los años siguientes, muchos miembros del Ku Klux Klan
fueron arrestados y tratados como terroristas. La ley permitía incluso
suspender el habeas corpus.
En los Estados Unidos de Colombia se
celebraron elecciones presidenciales, y Eustorgio Salgar, perteneciente
al sector radical del partido liberal, obtuvo la victoria frente a Tomás Cipriano
de Mosquera. Pese a ello, Salgar tomó posesión del cargo el 1 de abril.
El 4 de abril se celebró una reunión regional
en Suiza de la Asociación Internacional de Trabajadores en la que se produjo un
desencuentro entre un sector marxista y otro bakunista: los bakunistas
consideraban que los trabajadores debían abstenerse de toda participación en la
política, pues esto sólo servía para preservar el orden de cosas establecido,
mientras que los marxistas veían en la actividad política una poderosa
herramienta de agitación. Ese año Engels trasladó su residencia a Londres, para
trabajar más estrechamente junto a Marx.
El año anterior había muerto de
meningitis la hija de 13 meses de Edvard Grieg. Una vez repuesto de la
desgracia, se animó a aprovechar la beca que el gobierno le había concedido
para viajar a Italia, y en Roma se encontró con Liszt, a quien le presentó su
concierto para piano y orquesta. Liszt tomó la partitura que contenía tanto la
parte de piano como la de la orquesta e interpretó ambas al piano en tiempo
real, sin ensayos previos. La audiencia quedó impresionada, pero Grieg no por
ello dejó de indicarle que había tocado demasiado rápido el primer movimiento.
Liszt le hizo algunas sugerencias para mejorar la orquestación y, sobre todo,
le dio muchos ánimos. Le dijo: Siga firme en su camino. En verdad le
digo que usted tiene capacidad. Y sobre todo no se deje intimidar. Estas
palabras le servirían de mucho en lo sucesivo.
Los federales argentinos estaban cada
vez más descontentos con Justo José de Urquiza, que había apoyado al gobierno
en la lucha contra el Paraguay y no había apoyado las rebeliones federales. Por
ello, el 11
de abril unos cincuenta hombres dirigidos por el coronel Simón
Luengo entró en su residencia y acabó con su vida. Urquiza trató de
defenderse con un fusil, pero recibió un disparo en la cabeza y fue rematado a
puñaladas. Poco después dos de sus hijos también resultaron muertos. En
realidad el ataque lo había organizado el general Ricardo López Jordán, cuyo
destino, con un magnicidio a sus espaldas, no podía ser otro: el 14 de abril fue elegido
sucesor de Urquiza como gobernador de Entre Ríos. Naturalmente, el gobierno
nacional no vio esto con buenos ojos y el 19 de abril se presentaba
en Entre Ríos un ejército de veteranos de la guerra del Paraguay bajo el mando
de Emilio Mitre (hermano del ex-presidente Bartolomé Mitre).
Jordán consideró su presencia como una agresión y llamó a los entrerrianos a
defenderse del ejército nacional. En correspondencia, el presidente Sarmiento,
declaró a Jordán en rebeldía dio orden de reducirlo. Se inició así la típica
guerra civil sudamericana.
El 24 de abril el Concilio
Vaticano I aprobó la Constitución Dogmática Dei Filius con los
contenidos siguientes:
- En
el prólogo se condena el protestantismo, el racionalismo, el panteísmo, el
materialismo y el ateísmo.
- En
el primer capítulo se afirma la existencia de un Dios personal que ha
creado el mundo libremente y lo gobierna con su providencia (según lo
cual, por ejemplo, rezar para conseguir que un enfermo se cure no sería
mera superstición, porque la sanación o la muerte del enfermo dependería
de lo que Dios decida y no de lo que haga tal o cual virus).
- En
el segundo capítulo se sostiene que la existencia de Dios puede conocerse
y demostrarse mediante la razón (al parecer, en casi 100 años, los obispos
no habían encontrado un rato para leerse la Crítica de la Razón
Pura), pero al mismo tiempo la revelación es necesaria.
- El
tercer capítulo explica la naturaleza de la fe, que es un don sobrenatural
de Dios y una libre adhesión de la inteligencia humana movida por la
voluntad.
- En
el cuarto capítulo se afirma que no hay oposición entre fe y razón, que
son dos órdenes de conciencia distintos, pero no contradictorios. Esto es
especialmente gracioso si se tiene en cuenta que poco antes se afirma:
Por lo tanto, todos
los fieles cristianos tienen prohibido defender como legítimas conclusiones de
la Ciencia aquellas opiniones que se sabe son contrarias a la doctrina de la
fe, particularmente si han sido condenadas por la Iglesia y, más aún, están
absolutamente obligados a sostener que son errores que tienen la engañosa
apariencia de verdad.
En suma, que si la
razón contradice a la fe, hay que tener fe en que la razón se equivoca. ¡Así
cualquiera hace coincidir fe y razón!
- Finalmente,
se excomulgaba a todo el que pensara de forma diferente a lo expuesto (o,
dicho más brevemente, a todo el que pensara).
El 27 de abril se produjo un
golpe de estado rutinario protagonizado por Tomás Guardia Guitiérrez, que
depuso al presidente costarricense Jesús Jiménez Zamora y puso en su lugar un
presidente títere llamado Bruno Carranza Ramírez.
Al mismo tiempo, tras haber obtenido
varias victorias decisivas, Antonio Guzmán Blanco entraba en Caracas. José
Ruperto Monagas firmó la rendición del gobierno y Guzmán se convirtió en el
nuevo presidente, si bien los seguidores de la "revolución azul"
seguirían oponiendo resistencia durante más de un año, sobre todo al sur del
país.
A pesar de que la ejecución de Scott
había complicado bastante las cosas, las autoridades canadienses habían llegado
finalmente a un acuerdo con los mestizos y el 12 de mayo su territorio
fue integrado en la Confederación Canadiense como la provincia de Manitoba.
Tras la retirada de la candidatura de
Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen, el general Prim había empezado a barajar
otras alternativas, su siguiente opción fue el duque Tomás de Génova, sobrino
de 16 años del rey Víctor Manuel II de Italia. Las Cortes Españolas habían
aprobado su candidatura a condición de que se casara con una de las hijas del
duque de Montpensier. Sin embargo, al final el duque también se echó atrás. El
único candidato viable parecía el duque de Montpensier, pero Primo no lo
quería. Así, el 13
de mayo llegó a escribir una carta al general Espartero, que tenía ya 77 años,
preguntándole con mucho tacto si aceptaría la corona en caso de que el
parlamento decidiera concedérsela. El general rechazó cortésmente el
ofrecimiento en un escrito breve en el que aconsejaba además no entregar la
corona a ningún príncipe extranjero.
El 20 de mayo el rebelde argentino Ricardo
López Jordán fue derrotado en la batalla de El Sauce.
El 25 de mayo se estrenó en París el
ballet Coppélia, de Léo Delibes, la obra que lo llevó a la
fama.
Mientras tanto, unos 600 miembros y
simpatizantes de la Hermandad Feniana se reunieron en el
Estado de Vermont para llevar a cabo una nueva invasión al Canadá. La llevaron
a cabo, pero fueron fácilmente rechazados en la batalla de Eccles Hill, de
donde huyeron perseguidos por los canadienses dejando cinco muertos. Entre las
fuerzas británicas que les hicieron frente estaba el príncipe Arturo, el
séptimo hijo de la reina Victoria, que tenía entonces veinte años.
Ismaíl Pachá, el virrey otomano de
Egipto, había intentado convencer a Giuseppe Verdi para que escribiera una
pieza (una oda) para la inauguración del canal de Suez, el año anterior, pero
Verdi se había excusado explicando que "no componía piezas de
circunstancias". El año anterior también se había inaugurado (con Rigoletto)
el teatro lírico de El Cairo, pero la directiva estaba presionando a Verdi para
que compusiera una ópera para el teatro. Verdi se negó también, pero cuando se
enteró de que la propuesta podría aceptarla Charles Gounod o, peor aún, Richard
Wagner, cambió de idea. Le presentaron un libreto que le pareció interesante y
el 2
de junio aceptó poner música a Aída.
Los españoles capturaron a Óscar
de Céspedes, hijo del revolucionario cubano Carlos Manuel de Céspedes.
Le propusieron liberarlo si renunciaba a la lucha por la independencia, pero su
respuesta fue: Díganle al general Caballero de Rodas que Óscar no es mi
único hijo: soy padre de todos los cubanos que han muerto por la revolución. El 3 de junio los españoles
fusilaron a Óscar.
El 4 de junio el gobierno español aprobó
la libertad de vientres para Puerto Rico, es decir, estableció
que los hijos de esclavos serían libres.
Desde principios de año, con el
consentimiento de su médico, Charles Dickens había iniciado otra serie de
lecturas por Gran Bretaña, para compensar las que había tenido que cancelar el
año anterior. Pero el 8 de junio sufrió un ataque que lo dejó
inconsciente y murió al día siguiente, el 9 de junio.
A primeros de año, Seguéi Necháyev se
había presentado de nuevo en Ginebra ante Bakunin. Enterado de que Rusia había
solicitado su captura y extradición para ser juzgado por asesinato, Bakunin
movilizó a la AIT en defensa de su compatriota. Sin embargo, Negáchev terminó
estafando una importante suma de dinero a sus defensores. Cuando Bakunin
comprendió que había sido engañado le escribió una larga carta en la que le
censura sus métodos inmorales y manipuladores.
El 25 de junio Isabel II
abdicó en favor de su hijo Alfonso, de 13 años, que se
convertía así en el rey Alfonso XII para los monárquicos no
carlistas, y un candidato más que el parlamento podía considerar en su búsqueda
de un rey para España. Sin embargo, los recelos a que se convirtiera en una
marioneta de su madre le hicieron ganar muchos detractores.
El 26 de junio Wagner estrenó
en Munich La Valkiria, la segunda parte de su tetralogía a la
que había titulado El anillo de los Nibelungos.
El 2 de julio Bismarck anunció que Lepolodo de
Hohenzollern-Sigmaringen aceptaba de nuevo la candidatura a la corona española.
La noticia inflamó a la prensa francesa. El 6 de julio el ministro francés de asuntos
exteriores, Agénor de Gramont, pronunció un discurso belicista
contra Prusia ante la asamblea legislativa que fue muy aplaudido y del que la
prensa se hizo eco el 7 de julio. Los periódicos más importantes
reclamaban una declaración de guerra contra Prusia. En Berlín, el secretario de
Estado afirmaba no saber dónde estaba Bismarck. El embajador francés, el
conde Vincent Benedetti, se trasladó el 9 de julio a Ems, donde
el rey Guillermo I realizaba una estancia en un balneario. Allí le pidió que
hablara con el príncipe Leopoldo, el cual retiró por segunda vez su candidatura
el 12
de julio. Estas conversaciones se habían producido a espaldas de Bismarck, quien
al enterarse montó en cólera y amenazó con dimitir si el rey recibía otra vez a
Benedetti. Sin embargo, el 13 de julio Benedetti pidió
una nueva audiencia y el rey accedió a entrevistarse con él en un paseo
informal. El embajador solicitó en nombre de Francia que Guillermo I confirmara
por escrito la retirada de la candidatura de Leopoldo, pero el rey se negó
cortésmente a poner nada por escrito sin consultar antes a Bismarck, así que le
dijo que no tenía más información que el propio embajador sobre la retirada de
la candidatura, pero que le mantendría informado.
Esa misma noche Guillermo I encargó a
uno de sus consejeros que enviara un telegrama cifrado a Bismark, en Berlín. El
texto enviado decía lo siguiente:
Su Majestad me ha escrito: "El conde Benedetti me ha abordado
durante un paseo para pedirme finalmente, de un modo muy indiscreto, que le
autorice a telegrafiar inmediatamente al emperador que yo me comprometo a no
dar jamás mi consentimiento si los Hohenzollern renovaran su candidatura. Yo he
terminado por negarme con bastante contundencia, dado que ni debía ni podía
comprometerme indefinidamente de ese modo. Le he dicho, naturalmente, que
todavía no he recibido ninguna información y, puesto que él estaba mejor
informado que yo, tanto por la vía de París como por la de Madrid, debería
comprender que mi gobierno no tenía de momento nada que decir".
Después Su Majestad ha recibido una carta del príncipe. Como Su Majestad había
dicho al conde Benedetti que esperaba noticias del príncipe, ha resuelto,
aconsejado por el conde Eulenbourg y por mí mismo, no volver a recibir al conde
Benedetti a causa de sus reclamaciones, y comunicarle simplemente a través de
un ayudante que Su Majestad ha recibido confirmación por parte del príncipe
confirmación de la noticia que Benedetti había recibido ya de París, y que no
tenía nada más que decir al embajador. Su majestad deja a Vuestra Excelencia
que examine si hay o no necesidad de informar directamente a nuestros
embajadores y a la prensa sobre la nueva exigencia de Benedetti y de la
negativa que se le ha dado.
Cuando Bismark recibió el telegrama,
estaba cenando con dos generales: Helmuth von Moltke, el
comandante en jefe del ejército prusiano, y Albrecht von Roon, el
ministro de la guerra. Hasta el momento estaba convencido de que su estrategia
había fracasado y se planteaba dimitir, pero tras leer el telegrama preguntó a
sus comensales si creían que sería posible derrotar a Francia en caso de una
declaración de guerra inminente, y la respuesta fue afirmativa sin reservas.
Entonces Bismarck redactó la siguiente "versión resumida", según sus
propias palabras, del conocido como telegrama de Ems:
La noticia de la renuncia del príncipe heredero de Hohenzollern ha sido
oficialmente comunicada al gobierno imperial francés por el gobierno real
español. Después, el embajador francés aún ha dirigido en Ems a Su Majestad el
Rey la exigencia de autorizarlo a telegrafiar a Paris que Su Majestad el Rey se
comprometía para siempre a no dar su consentimiento si los Hohenzollern
volvieran a proponer su candidatura. Su Majestad el Rey ha rehusado recibir de
nuevo al embajador francés y le ha comunicado a través del ayudante de servicio
que Su Majestad no tiene nada más que comunicar al embajador.
Acto seguido, "siguiendo las
instrucciones del Rey", lo difundió entre toda la prensa prusiana al mismo
tiempo que lo enviaba a todas las embajadas. En virtud de los acuerdos de
colaboración entre las agencias de prensa europeas, el 14 de julio la noticia
aparecía en los periódicos franceses, que la interpretaron como un desaire
inaceptable hacia el embajador francés por parte del rey de Prusia. Una
muchedumbre salió a las calles de París gritando ¡Abajo Bismarck!, ¡Al
Rin, al Rin!
El 15 de julio Émile
Olivier, protegido de Napoleón III y una especie de primer ministro
extraoficial, declaró:
Quiero dejarlo bien claro: Puede suceder que un rey se niegue a recibir
a un embajador. Lo que es insultante es la negativa intencional, divulgada en
suplementos de periódicos (La Gaceta oficial de Berlín) y en telegramas
enviados a todas las cortes de Europa.
En efecto, Bismarck había hecho
imprimir un suplemento especial para divulgar la noticia lo antes posible.
Ese mismo día Georgia fue readmitida en
el Congreso de los Estados Unidos, con lo que ya todos los Estados
ex-confederados habían recuperado la normalidad política.
Por otra parte, una vez resuelto el
conflicto con los mestizos, el gobierno británico transfirió a Canadá todo el
territorio bajo su soberanía en Norteamérica, excepto la llamada Columbia
Británica, que permanecía como colonia británica independiente. La Compañía de
la Bahía de Hudson recibió 300.000 libras como compensación por la expropiación
de la Tierra de Rupert.
El 17 de julio Olivier, en una
reunión de estudiantes y obreros en la Bastilla, impulsado por el clamor
generalizado, declara la guerra a Prusia.
Mientras tanto el Concilio Vaticano I
discutía sobre la infalibilidad papal. El Papa había dado orden de mantener las
discusiones en secreto, pero los obispos no consideraron importante hacerle
caso y la información llegaba a la prensa. Unos periódicos la defendían y otros
la atacaban. Tras muchas discusiones, el 18 de julio fue aprobada la
infalibilidad del Papa en cuestiones puramente teológicas (cuando define
doctrinas de fe o de costumbres).
El 19 de julio la declaración
de guerra a Prusia se hizo oficial. Bismark logró lo que quería: todos los
miembros de la Confederación Alemana apoyaron a Prusia sin reservas.
Suiza se declaró neutral en el
conflicto, y ambas partes lo aceptaron. No obstante, desde hacía ya cuatro días
Suiza había movilizado 37.500 hombres para proteger sus fronteras.
Ese mismo día el gobierno español
reconoció la independencia de Uruguay.
El 22 de julio murió el
compositor Josef Strauss. Durante una gira por Polonia se había desmayado y su
esposa lo había llevado a Viena, donde murió poco después.
Ese mismo día la expedición alemana al
Polo Norte levantó su campamento en Groenlandia e inició el viaje de regreso.
El 27 de julio la emperatriz
Eugenia es nombrada regente de Francia, y el 28 de julio Napoleón III
llega a Metz para ponerse al frente del ejército.
El Comité Central
Revolucionario Búlgaro eligió como presidente al escritor Lyuben
Karavelov, que desde el año anterior editaba el periódico Svoboda, difusor
de las ideas revolucionarias. El 1 de agosto, en una reunión
celebrada en Ginebra, presentó un programa destinado a fomentar un
levantamiento en toda Bulgaria contra el poder otomano. Para ello se puso en
contacto con Vasil Levski, que desde el año anterior estaba
organizando comités revolucionarios locales en Bulgaria (mientras que Karavelov
se dirigía principalmente a exiliados búlgaros).
El 2 de agosto un ejército
francés cruzó la frontera alemana y tomó con escasa resistencia la ciudad
de Sarrebruck, que los prusianos habían evacuado unos días
antes.
El 4 de agosto el ejército
alemán (compuesto por unidades prusianas, bávaras, de Baden y de Wurtenberg)
atacó la ciudad de Wissenbourg y al cabo de dos horas entró en
la ciudad, de la que los franceses tuvieron que retirarse. Luego recibieron
refuerzos, pero no tardaron en ser rechazados por los prusianos.
Ese mismo día las tropas francesas que
protegían Roma empezaron a evacuar la ciudad, en parte para emplearse en la
guerra contra Prusia, en parte porque Napoleón III quería ganarse el apoyo
italiano para ésta.
El 5 de agosto el ejército
prusiano inició una ofensiva contra Sarrebruck. El 6 de agosto los franceses
se retiraban de la ciudad, pero cometieron una serie de errores al no destruir
los puentes sobre el río Sarre, ni el telégrafo ni las vías
ferroviarias, con lo que los alemanes lo tuvieron fácil para perseguirlos hasta
territorio francés. Allí se libró ese mismo día la batalla de
Forbach-Spicheren, donde los prusianos, que superaban en número a su
enemigo (45.000 hombres frente a 30.000) obtuvieron la victoria, aunque con
bastantes más bajas que los franceses.
Paralelamente, el ejército alemán que
había tomado Wissenbourg, que tras haber recibido refuerzos sumaba más de
80.000 hombres, había avanzado en territorio francés bajo el mando del príncipe
Federico de Prusia y derrotó a 37.000 franceses cerca de la ciudad de Wörth, los
cuales terminaron huyendo, perseguidos por los alemanes, dejando unas 20.000
bajas en el campo de batalla.
El 7 de agosto los prusianos
entraron sin resistencia en Forbach.
Desde que John Cox Stevens ganara con la América la
regata organizada durante la exposición universal de Londres, nadie había
aceptado el reto de reclamar la copa según lo dispuesto por Stevens, hasta
ahora, cuando un británico llamado James Lloyd Ashbury desafió
a los neoyorquinos con su yate Cambria. La competición tuvo
lugar el 8
de agosto en Nueva York. Del mismo modo que Stevens había competido contra
catorce barcos del Real Escuadrón de Yates, ahora Ashbury tuvo
que enfrentarse a diecisiete barcos del Club de Yates de Nueva York. Los
neoyorkinos ganaron la que fue la primera edición de la Copa América.
Mientras tanto otro ejército prusiano
ponía bajo asedio otro puesto fronterizo francés: la ciudad de Bitche, después
de que la guarnición francesa rechazara varios intentos de ocupación.
Ese mismo día el presidente
costarricense Bruno Carranza presentó su dimisión por sus desavenencias con el
general Tomás Guardia (quien mandaba realmente) y éste la aceptó
inmediatamente. El 9
de agosto Guardia era reconocido como presidente provisional de Costa Rica.
El 10 de agosto, las tropas
francesas que se retiraban de Wörth empezaron a llegar a la fortaleza de Toul, que
el príncipe Federico de Prusia fijó como su objetivo siguiente.
El uruguayo Timoteo Aparicio estaba
recorriendo el país reclutando simpatizantes blancos para su causa y ahora se
le unía el general Anacleto Medina con 1.200 hombres.
Con la retirada de Roma de las tropas
francesas, la Santa Sede estaba defendida por unos pocos soldados voluntarios
de varios países que no suponían ninguna amenaza seria ante una invasión
italiana. Sin embargo, el gobierno italiano no quería entrar en guerra con
ninguna potencia europea a causa de Roma, así que se inició una batalla
diplomática entre Italia y los Estados Pontificios: el Papa pedía el soporte de
las potencias europeas y el gobierno italiano la neutralidad. Ese mismo día el
ministro de la guerra italiano, Giuseppe Govone, dio órdenes
al general Raffaele Cardona de que protegiera la frontera con
los Estados Pontificios de todo intento de invasión por parte de cualquier
ejército popular que pudiera formarse, así como reprimir cualquier intento de
insurrección en Italia que propugnara la conquista de Roma.
El 12 de agosto, debido a
problemas de salud, el emperador Napoleón III cedió el mando supremo del
ejército francés al mariscal François Achille Bezaine.
El 14 de agosto emisarios
prusianos pedían la rendición de Toul. Mientras tanto un ejército francés que
se dirigía hacia Metz fue interceptado por un ejército prusiano en Borny-Colombey. Los
franceses tenían la superioridad numérica (83.000 hombres frente a 67.000),
pero empeñados en abrirse paso para llegar a su destino no la supieron
aprovechar. Los prusianos tampoco tenían previsto el encuentro y no pusieron
mucho empeño. Finalmente dejaron el paso libre a los franceses, pero los
retrasaron doce horas, lo que fue decisivo en los días siguientes.
Mientras tanto el príncipe Federico
tomó la ciudad de Mosela y el 15 de agosto trató
infructuosamente de tomar Toul, así que el 16 de agosto inició un
asedio.
Ese mismo día una división prusiana de
30.000 hombres se encontró accidentalmente en Mars-la-Tour con
la vanguardia del ejército francés, los 127.000 hombres bajo el mando del
mariscal Bezaine. Creyendo que se trataba de la retaguardia del ejército que se
retiraba hacia Metz, los prusianos atacaron, y no tardaron en recibir 50.000
hombres de refuerzo que nivelaron las fuerzas. La firmeza de los prusianos
contrastó con la actitud vacilante de los franceses. La maniobra más destacada
fue una carga de caballería que llevó a cabo el mayor Friedrich Wilhelm
Adalbert von Bredow, que fue preparada bajo el humo de los cañones, de
modo que, en un momento dado, los franceses vieron salir de la nada la
caballería prusiana a unos 1.000 metros de sus líneas. La "Carga
de la Muerte de von Bredow" tuvo éxito, alcanzó las líneas de
artillería francesas, dispersó a la infantería francesa. Con ello silenció la
artillería enemiga, sembró el pánico entre la infantería y neutralizó a su
caballería, que al intentar contraatacar sufrió el fuego de la infantería
francesa, que disparaba a cualquier jinete que se ponía a tiro, sin entrar
pararse a hacer averiguaciones.
Finalmente, el 18 de agosto, se produjo el
choque entre el grueso del ejército francés (113.000 hombres bajo el mando del
mariscal Bazaine) y el grueso del ejército prusiano (188.000 hombres bajo el
mando del general Helmuth von Moltke). Se produjo en Saint-Privat, cerca
de Metz. La batalla se prolongó durante todo el día y al anochecer las bajas en
ambos bandos eran enormes: 20.000 prusianos frente a 12.000 franceses. Bazaine
decidió entonces retirarse a Metz en lugar de proseguir la lucha al día
siguiente. El 20
de agosto los prusianos pusieron bajo asedio la ciudad.
Ese mismo día el cardenal Giacomo
Antonelli, secretario de Estado del Papa Pío IX, envió una petición a
los gobiernos europeos para que se opusieran a "las violencias del
gobierno sardo por las que son amenazados". La mayoría de los
países se limitaron a no responder, mientras que otros contestaron que no era
asunto de su incumbencia.
Ante la resistencia de Bitche, los prusianos
instalaron varias piezas de artillería pesada en una colina cercana y el 23 de agosto los
franceses se despertaron con el sonido de las explosiones de los obuses. Al
cabo de unas horas los prusianos cesaron el fuego y pidieron nuevamente la
rendición de la fortaleza, pero la respuesta fue negativa, así que el asedio se
prolongó a la espera de recibir artillería aún más potente.
Mientras tanto otro ejército alemán, formado por
soldados de Baden y Wurtemberg, inició el asedio de Estrasburgo. La artillería
alemana destruyó importantes edificios, documentos históricos y obras de arte.
El 24 de agosto llegó
a la colonia de Río Rojo una expedición militar canadiense con la misión de
acabar definitivamente con las hostilidades de los mestizos. Teóricamente éstos
ya habían dado por finalizada su rebelión, pero Louis Riel tuvo noticias de que
algunos de los milicianos que formaban parte de la expedición planeaban
lincharlo, así que huyó hacia la frontera estadounidense. Con la llegada de los
militares terminaron por completo los disturbios en la provincia de Manitoba.
El 25 de agosto Richard
Wagner se casó con Cosima Liszt, la ex-esposa de Franz von Bülow.
A las dos de la mañana del 30 de agosto la guarnición
francesa en Bitche hizo una salida durante la cual destruyó varias
instalaciones prusianas.
En Paraguay se había aprobado una nueva
constitución basada en la constitución argentina, el triúnviro José Díaz de
Bedoya había dimitido hacía unos meses y el 31 de agosto lo hizo Carlos
Lozaiga. Ese mismo día la Asamblea Constituyente que había redactado la
constitución cesó al tercero, Cirilo Antonio Rivarola, y eligió como presidente
a Facundo Machaín.
Mientras tanto el ejército prusiano que
asediaba Bitche recibió refuerzos con la orden de tomar la plaza. Mientras
tanto el mariscal Bazaine trató de romper el cerco de Metz saliendo con algo
mas de 3.000 hombres. Esperaba reunirse con un ejército de 120.000 hombres que
el propio emperador Napoleón III conducía con la misión de liberar Metz. Sin
embargo, el general von Moltke había iniciado una maniobra envolvente y
el 1
de septiembre inició un ataque cerca de Sedán en el que los
franceses terminaron completamente rodeados por 200.000 soldados prusianos y
bávaros. Por su parte, Bazaine fue rechazado y se vio obligado a replegarse a
Metz.
El Paraguay habría perdido una guerra y
la mayor parte de su población, pero no su dignidad, y no estaba dispuesto a
pasar la vergüenza de ser gobernado democráticamente. A pesar de que apenas
quedaban militares, Cirilo Antonio Rivarola se las arregló para dar un golpe de
estado tan sólo un día después de que Facundo Machaín hubiera sido elegido
presidente, y se hizo reconocer como presidente provisional.
El 2 de septiembre, tras varios
intentos frustrados de romper el cerco alemán, sumando ya 17.000 bajas, el
emperador Napoleón III ordenó izar la bandera blanca. Así los prusianos
capturaron a 80.000 soldados franceses, entre los que se encontraba el
mismísimo emperador, la rendición fue presenciada por el propio rey Guillermo I
de Prusia y por Bismarck, que habían acudido a Sedán (aunque manteniéndose a
una prudencial distancia del campo de batalla). También estuvo presente el
general estadounidense Philipp Sheridan, en calidad de invitado del rey de
Prusia. A petición propia, el presidente Grant lo había enviado como observador
a Prusia. Cuando regresó a los Estados Unidos, su informe fue que, aunque los
prusianos habían luchado muy valerosamente en cada batalla, no había nada que
aprender de ellos.
El 3 de septiembre los alemanes
agruparon los prisioneros franceses en la península de Iges, que es
un gran meandro que hace el río Mosa cerca de Sedán. Sin apenas alimentos, a la
intemperie en una época de frecuentes lluvias, muchos trataban de escapar hacia
Bélgica. Los centinelas alemanes, distribuidos por la orilla del Mosa,
mostraban descaradamente sus provisiones a los franceses, al tiempo que
disparaban a los que intentaban escapar. La disentería se extendió entre los
prisioneros, en gran parte porque bebían agua del Mosa, contaminada por los
cadáveres en putrefacción. Mientras tanto Napoleón III salía de Francia con
destino al castillo de Wilhelmshöhe, en Prusia.
Animados por el éxito de la primera
salida, los franceses de Bitche habían protagonizado otras salidas similares
con cierto éxito, hasta la madrugada del 4 de septiembre, en la que los
prusianos ya habían tomado medidas y estaban alertas y, tras tres horas de
combate, rechazaron a los franceses.
La noticia de la captura del emperador
Napoleón III dio alas en París a los parlamentarios republicanos. Allí, unos
manifestantes invadieron la Asamblea Nacional e interrumpieron sus actividades,
hasta que desde un balcón del ayuntamiento se proclamó la república (como ya se
había hecho poco antes en otras ciudades del país, especialmente el Lyon). El
gobernador de París, el general Louis Jules Trochu fue puesto
a la cabeza de un gobierno provisional conocido como Gobierno de la
Defensa Nacional. La multitud invadió también la residencia de la
emperatriz Eugenia, que se refugió en la casa de su dentista, el
estadounidense Thomas Wiltberger Evans, quien organizó su
huida a Gran Bretaña.
En Londres se produjeron
manifestaciones republicanas. En un encuentro en Trafalgar Square los
manifestantes pidieron que se derrocara a la reina y varios parlamentarios
radicales hablaron en su contra.
El 6 de septiembre terminó la
publicación de Una ciudad flotante, una novela que Julio Verne
había publicado por entregas diarias a lo largo del último mes en el Journal
des débats politiques et littéraires, que narraba un viaje del
transatlántico Great Eastern. Desde su inauguración diez años
atrás, había transportado pasajeros durante unos pocos años, pero no resultó
rentable y pronto fue destinado al tendido de cables submarinos. Durante la
Exposición Universal de París se empleó de nuevo para traer visitantes desde
los Estados Unidos, pero luego volvió a destinarse al tendido de cables.
Ese día Timoteo Aparicio llegaba a las
puertas de Montevideo y se dispuso a asediarla. En pocos días llegó a reunir
unos 4.000 hombres. No obstante, no tenía efectivos suficientes para mantener
el asedio y pronto tuvo que enviar sus tropas a otros lugares.
El 8 de septiembre el rey Víctor
Manuel II de Italia escribió una carta al Papa Pío IX explicándole que era
necesario que sus ejércitos entraran en Roma para "asegurar la
seguridad de Italia y la de Su Santidad". Dos días después el
Papa respondió sucintamente que la carta que había recibido no era digna de
un "hijo afectuoso que dice profesar la fe católica". Al
emisario italiano que entregó la carta al Papa y recibió su respuesta, el
conde Gustavo Ponza di Sanmartino, le dijo: Yo no soy
profeta ni hijo de profeta, pero os digo que no entraréis en Roma. Y
era cierto: el Papa ni era profeta ni hijo de profeta (y si su infalibilidad
teológica estaba a la par de su infalibilidad secular...)
El 10 de septiembre el nuevo
gobierno francés envió un comunicado al gobierno italiano en el que declaraba
que "no puede aprobar ni reconocer el poder temporal de la Santa
Sede".
El 11 de septiembre los alemanes
habían emplazado numerosas y potentes baterías alrededor de Bitche e iniciaron
un feroz bombardeo que se prolongó al día siguiente. Al caer la noche del 12 de septiembre, edificios en llamas
iluminan la ciudad, mientras el humo oscurece el cielo. También Toul estaba
siendo sometida a un intenso bombardeo.
Los prisioneros franceses de Sedán
habían sido distribuidos paulatinamente por Alemania, con lo que sus
condiciones mejoraron sustancialmente. Ese mismo día el "campamento
de la miseria", como se conocía el campo improvisado de Iges,
estaba ya vacío.
En Uruguay se produjo el primer
enfrentamiento serio entre los rebeldes de Timoteo Aparicio y el ejército
gubernamental, dirigido por José Gregorio Suárez, en la
batalla de Paso Severino. Suárez terminó huyendo por la noche
perseguido por los rebeldes.
Una vez su detestado Napoleón III
estaba a buen recaudo de los prusianos Víctor Hugo volvió de su exilio y entró
triunfalmente en París.
El 15 de septiembre Bakunin entraba
en Lyon y no tardó en organizar una revolución socialista.
Desde Sedán, el ejército alemán estaba
avanzando hacia París sin casi oposición y estaba ocupando posiciones alrededor
de la ciudad, preparando un asedio. Tanto el rey Guillermo I de Prusia como el
canciller Bismarck supervisaban las operaciones desde los alrededores de la
ciudad. Debido en gran parte a que tanto el rey como el canciller estaban en
Francia, Prusia era la única potencia europea que todavía no había confirmado
al gobierno Italiano que se mantendría al margen en caso de que éste ocupara
Roma, pero finalmente, el 20 de septiembre llegó un comunicado de Berlín en
el que se aseguraba la no injerencia prusiana en el asunto. Ese mismo día el
general Cardona recibió la orden de entrar en Roma. Su artillería abrió una
brecha de treinta metros en los muros de la ciudad y el ejército italiano
penetró por ella. La resistencia de los voluntarios suizos, belgas, austriacos,
neerlandeses y españoles fue más bien simbólica (al parecer, así lo había
pedido el Papa). Cardona pactó una rendición honorable con ellos y salieron de
la ciudad con honores militares.
Para entonces, el ejército prusiano
completaba el cerco a París.
El 23 de septiembre Toul, sometida
al incesante bombardeo alemán, terminó capitulando. Ese mismo día, un globo
aerostático, el Neptune, burló el asedio alemán y salió de
Paris, transportando correo.
Ese día murió en Cannes el escritor
francés Prosper Mérimée.
El 25 de septiembre un segundo
globo aerostático salió de París y se usaron palomas mensajeras para confirmar
el éxito de la misión. Viendo que los bombardeos contra Bitche no tenían ningún
efecto provechoso, los alemanes los suspendieron y, en su lugar, se aseguraron
de que nadie pudiera entrar ni salir de la ciudad y se limitaron a esperar. No
obstante, los habitantes de las ciudades cercanas se las arreglaban para romper
el bloqueo e introducir víveres en la ciudad.
En Roma se organizó un gobierno provisional
que fue reconocido por el general Cardona.
El 27 de septiembre el gobierno
provisional de París regularizó el uso de globos para transporte de correo y de
palomas mensajeras adiestradas para regresar a París, con lo que se organizó el
primer servicio de correo aéreo de la historia.
El 28 de septiembre Estrasburgo se
rindió a los alemanes. Mientras tanto varios miles de obreros tomaron las
calles de Lyon. Una delegación entró en el ayuntamiento, pero no encontró a
nadie con quien negociar. Desde el balcón del ayuntamiento, Bakunin leyó un
manifiesto y nombró al general Gustave Paul Cluseret "general
en jefe de los ejércitos revolucionarios y federativos del sur de
Francia". Le encargó llamar a las armas a la guardia nacional,
pero Cluseret instó a sus miembros a presentarse sin armas en el ayuntamiento.
El resultado fue que los miembros de la guardia nacional simpatizantes de los
obreros acudieron sin armas, pero los procedentes de los barrios burgueses
acudieron armados, entraron en el ayuntamiento y arrestaron a Bakunin y sus
seguidores. Bakunin fue liberado poco después, pero su proyecto de revolución
había fracasado.
El 29 de septiembre los rebeldes
uruguayos obtuvieron una nueva victoria en la Batalla de Corralito.
El 2 de octubre se realizó un
referéndum en los Estados Pontificios sobre su posible incorporación a Italia.
El resultado fue de 133.681 votos a favor frente a 1.507 en contra.
Garibaldi se había puesto a disposición
de la república francesa y, aunque con ciertas vacilaciones, ésta había terminado
aceptando sus servicios. El 7 de octubre fue recibido
con entusiasmo en Marsella. Mientras tanto Léon Gambetta, el
ministro del interior de la república francesa, salió de París en globo para
unirse en Tours al gobierno paralelo que se había formado al quedar aislada
París. Gambetta confió a Garibaldi la organización de un ejército al este del
país.
Mientras tanto el mariscal Bazaine
trataba de salir de Metz, pero se vio obligado a retroceder y en el intento
perdió más de un millar de hombres.
Ese mismo día murió el sultán Majid bin
Said de Zanzíbar, que fue sucedido por su hermano Barghash bin Said. Majid
había basado la prosperidad de su reino en el tráfico de esclavos. Barghash
firmó un tratado con los británicos por el que se prohibía la venta de esclavos
en Zanzíbar (pero no abolía la esclavitud).
En Argentina, los seguidores de López
Jordán acumulaban una derrota tras otra. No obstante, el 12 de octubre logró una
sangrienta victoria en la batalla de Santa Rosa, donde, al
frente de 9.000 hombres, derrotó a un ejército de 4.000 soldados nacionales.
El 13 de octubre Garibaldi
instalaba en Dole su cuartel general, donde llegó a reunir
unos 4.000 voluntarios, franceses, polacos, húngaros, españoles,
estadounidenses y sobre todo italianos.
El 17 de octubre los prusianos
ocuparon Luxeuil y Vesoul.
El 18 de octubre un ejército
alemán entró en Châteaudun, ciudad que había atacado sin éxito
unos días antes. Se produjo una sangrienta batalla en las calles que terminó
con una dura represalia por parte de los alemanes, con asesinatos, incendios,
violaciones y ejecuciones. Al día siguiente abandonaron la ciudad.
Los asistentes al Concilio Vaticano I
habían empezado a salir de Roma desde el mismo momento en que se declaró la
guerra francoprusiana, aunque el concilio nunca había sido clausurado. El 20 de octubre el Papa Pío IX
suspendió oficialmente los trabajos del concilio sin indicar una fecha de
reanudación, y ahí quedó la cosa. Nunca se reanudó ni se concluyó.
El 21 de octubre los prusianos
tomaron Chartres sin resistencia.
Adolphe Thiers había
sido uno de los mayores partidarios de la guerra contra Prusia, pero en cuanto
fue declarada y se vio que el ejército prusiano era imparable, cambió de
estrategia y empezó a hablar contra la guerra. Cuando se formó el Gobierno
de la Defensa Nacional, se distanció de él y empezó a recorrer las
cortes europeas en busca de apoyos que pudieran asegurar a Francia unas
condiciones razonables cuando se firmara la paz. Sin embargo, terminó
convenciéndose de que lo único que serviría para algo sería tratar directamente
con Bismarck. Éste le comunicó que entre las condiciones que exigía Prusia para
firmar la paz se encontraba la cesión de Alsacia y Lorena. Entonces Thiers se
reunión en Gran Bretaña con la emperatriz Eugenia, la cual escribió una carta
al rey Guillermo I pidiéndole que renunciara a la anexión de territorios
franceses. El 26
de octubre el monarca prusiano rechazó educadamente la proposición desde
Versalles:
Señora:
He recibido la carta que Su Majestad ha tenido a bien dirigirme y que me ha
evocado momentos del pasado que no puedo recordar sin pena.
Nadie más que yo deplora la sangre vertida en esta guerra que, Su Majestad lo
sabe bien, no ha sido provocada por mí. [...]
Yo amo mi país como usted, Señora, ama el suyo, y por ello comprendo las
amarguras que llenan el corazón de Su Majestad y las comparto con total
sinceridad. Pero habiendo hecho grandes sacrificios por su defensa, Alemania
quiere estar segura de que la próxima guerra la encontrará mejor preparada a
responder la agresión que podemos esperar en cuanto Francia haya repuesto sus
fuerzas y haya encontrado aliados. Es sólo esta consideración, y no el deseo de
agrandar una patria cuyo territorio es suficientemente grande, lo que me fuerza
a insistir en la cesión de territorios, que no tiene otro fin que el de hacer
retroceder el punto de partida de los ejércitos franceses que, en un futuro,
vendrán a atacarnos.
Yo no puedo juzgar si Su Majestad estaba autorizada a aceptar en nombre de
Francia las condiciones que pide Alemania, pero creo que de haberlo hecho
habría ahorrado a su patria muchos males y la habría preservado de la anarquía
que hoy amenaza a una nación cuyo emperador había logrado desarrollar
prósperamente durante veinte años.
Creed, Señora, a los sentimientos que me hacen un buen hermano de Su Majestad.
Guillermo
Mientras tanto los prusianos entraban
en Gray.
El 26 de octubre los blancos
uruguayos volvieron a asediar Montevideo con 5.000 hombres.
En Metz más de 15.000 enfermos se
apiñaban en los hospitales, el agua y los alimentos estaban racionados y la
población empezaba a pedir la rendición. Finalmente, el 27 de octubre el mariscal
Bazaine cedió a las presiones y rindió la ciudad.
El 28 de octubre los parisinos
lograron arrebatar a los prusianos el pueblo de Bourget, cerca de la capital
francesa.
El 29 de octubre el ejército
alemán entró triunfalmente en la ciudad, donde hizo unos 150.000 prisioneros y
se apoderó de bastante material de utilidad.
Ese día, tras vencer cierta
resistencia, los prusianos entraron en Dijon.
El 30 de octubre los prusianos
recuperaron Bourget. La noticia llegó a París al mismo tiempo que la de la
rendición de Bazaine (que contaba con unos 100.000 hombres estado de combatir),
y que fue vista como una traición. Ese mismo día llegó a París Adolphe Thiers
con un salvoconducto concedido por los prusianos con la finalidad de discutir
con el gobierno la posibilidad de un armisticio. Los rumores sobre una posible
rendición aumentaron la indignación popular, hasta el punto de que el 31 de octubre se produjo una
revuelta contra el gobierno de Trochu. El motín fue sofocado, y el 3 de noviembre Trochu convocó
un plebiscito pidiendo el apoyo de los ciudadanos, y lo ganó por una amplia
mayoría, tanto de civiles como de militares, que votaron separadamente.
Mientras tanto los prusianos intentaron
asediar Belfort, pero la guarnición de la ciudad realizaba
salidas diariamente apoyadas por la artillería, de modo que los progresos
prusianos fueron muy lentos.
La flota francesa era muy superior a la
alemana, razón por la cual Prusia no intentó ninguna acción naval de
envergadura. Sus barcos permanecían en sus puertos o en los de países
neutrales. Por su parte, los franceses no estaban en condiciones de transportar
tropas a territorio alemán, así que se limitaron a bloquear los puertos
alemanes, cosa que no perjudicaba seriamente a Alemania, que podía abastecerse
perfectamente por tierra. No obstante, en el transcurso de la guerra se
produjeron algunos combates marinos aislados. Uno de ellos tuvo lugar el 9 de noviembre frente a las
aguas de La Habana, en Cuba, donde un buque francés descubrió a otro alemán. El
resultado fue indeciso: el barco alemán escapó, pero el francés quedó muy
dañado.
Ese mismo día el parlamento italiano
convirtió a Roma en la nueva capital de Italia.
Mientras tanto, un ejército francés
obtenía una victoria sobre otro bávaro en Coulmiers. Esto se
debió principalmente a que los bávaros se encontraron en inferioridad numérica,
fueron tomados por sorpresa y estaban agotados. Esta victoria permitió a
los franceses recuperar Orleans el 11 de noviembre.
Los prusianos habían encargado la
construcción de cañones especiales para disparar a los globos que los parisinos
usaban como medio de comunicación (los primeros cañones antiaéreos de
la historia). El 12
de noviembre lograron abatir un globo con dos tripulantes, que fueron
apresados. Los prusianos devolvieron a París las palomas mensajeras con falsos
mensajes de derrotas francesas, pero los firmaron con el nombre de un
secretario del gobierno que estaba en París, así que las noticias no resultaron
muy creíbles. Desde entonces los globos salieron de noche, lo que era más
peligroso en cuanto a la navegación, pero más seguro en cuanto a los prusianos.
Ningún otro globo fue abatido (aunque algunos fueron capturados al aterrizar en
lugares imprevistos y a causa de otros incidentes).
Por esas fechas Bismarck estaba
empezando a cosechar los frutos de la guerra que había sembrado: los reinos de
Baviera, Wurtemberg y Baden, que no se habían unido a la Confederación Alemana
del Norte en el momento de su creación, pero que estaban apoyando a Prusia en
la guerra contra Francia, se incorporaron a una confederación mayor que
inicialmente recibió el nombre de Deutscher Bund (como la
anterior Confederación Alemana), con el rey de Prusia como
presidente.
El argentino López Jordán se enfrentó
con resultado indeciso a un ejército nacional en la batalla de Don
Cristóbal.
Prim seguía buscando un rey para España
que no fuera Borbón. Falto ya de ideas, volvió a insistir al rey Víctor Manuel
I de Italia sobre la posibilidad de que su hijo Amadeo aceptara la corona. Se
puso como condición que las grandes potencias europeas dieran su conformidad, y
ninguna puso inconveniente. El 16 de noviembre tuvo lugar la
votación en las Cortes Españolas para elegir al nuevo rey de España. El
resultado fue: Amadeo de Saboya 191 votos, República Federal 90 votos, duque de
Montpensier 27 votos, Baldomero Espartero 8 votos, Alfonso de Borbón 2 votos,
República Unitaria 2 votos, República 1 voto, Luisa Fernanda de Borbón, 1 voto,
más 19 votos en blanco.
El 18 de noviembre López Jordán
tomó Villaguay.
El 19 de noviembre Ricotti Garibaldi (uno
de los hijos del militar italiano) obtuvo una victoria frente a los prusianos
en Châtillon-sur-Saône.
El 26 de noviembre Garibaldi
intentó expulsar a los prusianos de Dijon, pero fracasó.
El 27 de noviembre un ejército
prusiano derrotó en Villers-Bretonneux a un ejército francés
que acabó retirándose y dejando el camino libre al enemigo para tomar Amiens,
que tuvo que ser evacuada.
El 28 de noviembre un ejército
francés que trataba de abrirse camino hacia París se enfrentó a los prusianos
en Beaune-la-Rolande. A pesar de que eran 35.000 franceses
contra 16.000 prusianos, los franceses acabaron retirándose con 4.000 bajas,
mientras que las bajas prusianas no llegaban al millar.
En Uruguay los blancos tomaron una de
las fortalezas que protegían Montevideo, situada en el Cerro de
Montevideo. Ese mismo día el presidente Lorenzo Batlle hizo una salida
con 3.000 hombres y se produjo un enfrentamiento que terminó indeciso.
El 29 de noviembre 80.000 soldados
franceses bajo el mando del general Auguste-Alexandre Ducrot salieron
de París por la zona de Champigny, vigilada por la división de
Wurtemberg del ejército prusiano. Los franceses avanzaron con lentitud y a un
alto coste para ambos bandos. El 1 de diciembre pactaron una
tregua y enterraron a sus muertos. El 2 de diciembre los alemanes
contraatacaron y los franceses empezaron a verse en dificultades, entre otras
cosas porque la temperatura alcanzaba mínimos de 14 grados bajo cero.
Mientras tanto, 35.000 prusianos
derrotaban en Loigny a un ejército francés de 90.000 hombres,
que dejaron 8.000 muertos y 3.000 prisioneros.
El 3 de diciembre los prusianos
estuvieron finalmente en condiciones de bombardear Belfort. Al principio, la
reacción de los asediados fue enérgica, pero al cabo de poco más de una semana
los prusianos intensificaron los bombardeos y los defensores dejaron de salir.
Mientras tanto los prusianos lanzaron
un ataque sobre Orleans, que cayó de nuevo en su poder el 4 de diciembre. Ese día también
tomaron Ruan. Allí los soldados ocuparon la casa de Gustave Flaubert, que desde
entonces tuvo crisis nerviosas.
Ese día Amadeo de Saboya recibió en
Florencia a una delegación española, aceptó definitivamente la corona y se
dispuso a trasladarse a España.
Ese mismo día Ducrot estaba de vuelta
en París con más de 9.000 hombres menos que cuando había salido, y empezó a
presionar a Trochu para que negociara la paz con Prusia.
El 5 de diciembre los prusianos
entraban en el pequeño pueblo de Dieppe, donde Alejandro Dumas
(padre) se había establecido (en una casa de campo de su hijo). Ese día murió
de un ataque al corazón. Se le atribuyen más de trescientas obras.
El argentino López Jordán atacó Paraná
con 3.000 hombres, pero fue rechazado por el coronel Francisco Borges con
1.000 soldados.
El 9 de diciembre, ante el avance
prusiano, el gobierno francés de Tours se trasladó a Burdeos.
El 10 de diciembre Bismark logró que
los miembros de la recientemente ampliada Confederación Alemana cambiaran
su nombre por el de Deutsches Reich (dominio Alemán) y que el
rey Guillermo I de Prusia recibiera el título de Kaiser (emperador)
en calidad de presidente de la Confederación Alemana. Ahora
sólo faltaba encontrar un buen momento para convertir este mero "cambio
lingüístico" en el establecimiento de un auténtico imperio.
El 16 de diciembre Timoteo
Aparicio se vio obligado a levantar el sitio de Montevideo para salir al
encuentro de Gregorio Suárez, que se dirigía avanzaba con un ejército para
liberar la capital.
El 17 de diciembre los prusianos
evacuaron Dijon, ante un informe sobre un ejército francés que se acercaba.
El 18 de diciembre los voluntarios
de Garibaldi se dirigieron de nuevo hacia Dijon, pero se enfrentaron a los
prusianos frente a Nuits-Saint-Georges. Tras un día de
combate, los milicianos se retiraron, perseguidos por los prusianos. Algunos
fueron acogidos por los habitantes de la ciudad, que les proporcionaron ropa de
paisano. Los prusianos se enteraron y saquearon la ciudad, casa por casa.
El 21 de diciembre los franceses
asediados en París hicieron un intento de recuperar Bourget, pero la operación
fue un fracaso.
El 22 de diciembre murió a los 34
años el escritor Gustavo Adolfo Bécquer. Entre sus últimas disposiciones
dijo: Si es posible, publicad mis versos. Tengo el presentimiento de
que muerto seré más y mejor conocido que vivo. Y no se equivocó. Sus
amigos organizaron una colecta para recaudar fondos, que en parte se destinaron
a la publicación de sus obras completas y en parte para ayudar a su familia.
El 24 de diciembre el general
Louis Faidherbe obtuvo una modesta victoria ante los prusianos cerca de Amiens.
El general uruguayo Gregorio Suárez se
las había arreglado para esquivar durante la noche al ejército de Timoteo
Aparicio que le cortaba el paso, llegó así a Montevideo, obtuvo refuerzos y
provisiones y después se lanzó contra el ejército blanco, al que encontró
el 25
de diciembre en la batalla de Sauce, donde obtuvo una reñida y
sangrienta victoria. A su término, Suárez ordenó degollar a todos los
prisioneros.
El 27 de diciembre el general Prim
salió del Parlamento en un carruaje con destino a su casa, donde tenía que
prepararse para salir hacia Cartagena al día siguiente, para recibir al duque
de Aosta, cuya llegada estaba prevista para tres días más tarde. Por el camino,
el cochero tuvo que detener la marcha al encontrarse dos carruajes atravesados
en la calle. En unos pocos segundos, varios hombres armados se acercaron al
vehículo y dispararon contra el general, que quedó herido de gravedad. El
cochero logró dar media vuelta y salir corriendo hacia el ministerio de la
guerra, donde Prim fue atendido. La herida de mayor gravedad la tenía en el
hombro. Tenía al menos ocho balas, de las cuales lograron extraerle siete.
Mientras tanto los prusianos iniciaban
un bombardeo sobre París que se prolongaría sistemáticamente durante los días
siguientes. El 28
de diciembre Péronne empezó a sufrir también el bombardeo de un
ejército prusiano.
El 30 de diciembre, mientras Amadeo
de Saboya desembarcaba en Cartagena, el general Prim moría en Madrid por las
infecciones de las heridas sufridas en su reciente atentado. Todo parece
apuntar a que los ejecutores del crimen fueron republicanos, pero que el
instigador fue el duque de Montpensier, cuya candidatura a la corona había sido
combatida por Prim en todo momento. Los culpables nunca fueron capturados.
Algunos huyeron a Sudamérica y otros se quedaron en España. El duque silenció a
los primeros con dinero y a los segundos haciéndolos asesinar discretamente.
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