La casa de
Calderón de la Barca, la antigua Farmacia de la Reina Madre y el edificio de
viviendas para Don Roberto Moreno
Y
LA FARMACIA LEÓN
Este edificio de viviendas fue
construido sobre una serie de edificio más antiguo que constituía un conjunto
histórico, formado por una serie de casas muy estrechas.
Actualmente el edificio, construido en
1912-1914 por el arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina en estilo modernista
(uno de los mejores ejemplos en Madrid), es un edificio de viviendas que acoge
en un local de la planta baja con mucha historia. Este local no es más ni menos
que la Farmacia de la Reina Madre, el local más antiguo de Madrid, que data de
1578.
El nombre de la farmacia lo obtuvo del
rey Felipe V, que agradecido por la ayuda dada a su segunda esposa, Isabel de
Farnesio, le concedió diversos privilegios.
Actualmente posee una cueva en su
parte subterranea, que se puede acceder por unas escaleras. En su interior se
puede ver una colección inmensa de documentos, libros antiguos y objetos de gran
valor, como una receta otorgada a Miguel de Cervantes y unos azulejos de
Talavera u otros cristales azules.
Tiene una trampilla que da acceso a un
pasadizo que se supone da conexión con el Palacio Real, aunque de ser así,
obviamente está tapiado por medidas de seguridad.
Junto con este edificio hay 2
edificios muy estrechos que miden cada uno de ellos, menos de 4 metros. Y el de
la parte derecha destaca por ser la última vivienda de Calderón de la Barca
antes de morir. Al fallecer el escritor, fue enterrado en la vecina Iglesia de San Salvador.
Destacar tambien que el actual
edificio donde vivió Calderón poseía solo 2 pisos con un balcón. Aunque esta
última característica la ha conservado, se añadieron otros 2 pisos adicionales
para darle uniformidad al conjunto de edificios. Estos edificios tan estrechos
eran cotidianos tras la llegada de Felipe II y el traslado de la Corte, con
todo el incremento demográfico que llegó. Estas viviendas aprovechaban el poco
espacio que había en la Villa, y eran las nuevas construcciones llevadas a cabo
de nueva planta, ya que no fue suficiente con las medidas de realengo y sus
casas de la Malicia.
Finalmente, si nos
ha llegado este edificio a nuestros días es gracias a la ayuda de Mesonero
Romanos, cronista clave de Madrid, que se plantó delante de la casa, con su
bastón en mano y amenazando a los mandados del Ayuntamiento de que no se
acercaran. Incluso hizo noche en la calle para vigilar el edificio.
Dos de las casas
más estrechas de Madrid, la farmacia y local más antiguo de Madrid y la
vivienda de Calderón. Un rincón pequeño de Madrid pero que posee mucha
historia.
Foto farmacia:
Farmacia
León, un pedazo de historia en el barrio de las Letras
Más de uno ya
conoceis la historia de la calle León y de la cantidad de la misma que conserva
actualmente. Si habeis paseado por aquí para visitar la que fue la última
residencia de Miguel de Cervantes, justo al lado vereis una farmacia que llama
la atención por su antigüedad y por lo cuidado que está su estética. Hablamos
de la Farmacia León.
Esta farmacia
tiene gran relevancia por su antigüedad, pero tambien por su localización
geográfica. Ya hay constancia de ella en 1625, aunque no sería hasta 1700
cuando se puede certificar que su boticario, Pedro Serrano, recibió sepultura
en la vecina y desaparecida Iglesia de San Sebastian (actualmente hay una
iglesia totalmente reformada por daños). En ese momento se hizo un inventario
con el contenido de la botica, donde se encontraron diversos elementos en la
cueva y el pozo, donde se elaboraban las fórmulas magistrales.
No fue hasta 1882
cuando la farmacia consiguió dar un impulso. Matías Velasco Baltasar, en el
primer tercio del siglo XIX, pasaría la propiedad a José López Girón y Mora, el
cual vendió posteriormente la propiedad a Germán Ortega Mateo. Germán fue el
encargado de promover la farmacia en 1882 en la Exposición Farmacéutica
Nacional. Además instaló un laboratorio dedicado a la fabricación de
especialidades farmacéuticas.
Su sobrino, Rufino
Escribano Ortega, fue el siguiente propietario, llegando a ser presidente de la
Unión Farmacéutica Nacional. A su vez, les vendió en 1930 la farmacia a
Leonardo Gutiérrez-Colomer y Sánchez.
Leonardo mantuvo
el negocio hasta 1990, momento de su fallecimiento, siguiendo el negocio María
Luisa Matesanz Menager, la actual propietaria.
La farmacia se
llama oficialmente “Farmacia Colomer-León”, aunque en la fachada se puede
observar simplemente el nombre de “Farmacia León”. Su nombre obviamente
proviene de la calle donde está situada.
Actualmente se
conserva la cueva y el pozo originales, aunque el pozo está cegado. La cueva
era utilizada por los vecinos de los alrededores para protegerse de las bombas
del bando nacional durante la Guerra Civil.
El interior
conserva perfectamente el aspecto que tenía en el siglo XIX, conservando parte
de su botamen, aunque parte del mismo fue donado por García-Colomer al Museo de
la Farmacia Hispana. En el exterior, está decorada por azulejos en azul y
blanco, realizados por María Luisa Matesanz, imitando el aspecto que tenía
anteriormente.
Un pequeño tesoro
que podemos visitar cuando paseemos por el maravilloso Barrio de las Letras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario