martes, 24 de noviembre de 2020

 

PADUA: LA JOYA OLVIDADA DEL VÉNETO

A media hora en tren de Venecia, esta encantadora ciudad invita a disfrutar de su arquitectura y de la atmósfera típica del Véneto.

 

Dos joyas olvidadas separan el recorrido ferroviario entre Verona y Venecia, las dos grandes capitales del turismo del Véneto: Vicenza y Padua no son las ciudades en las que el turista promedio se detendría, pero es gracias a eso que conservan una atmósfera típicamente véneta que es difícil encontrar en sus vecinas más famosas.

Padua debería ser una parada obligada para los amantes del arte y, en particular, de la arquitectura: el majestuoso Palazzo della Ragione, el salón más grande del mundo; Prato della Valle, un campo pantanoso convertido en plaza monumental; o las salas ricamente decoradas del histórico Caffè Pedrocchi son solo algunos de los ejemplos de las desconocidas maravillas que esta pequeña ciudad véneta tiene que ofrecer.

El efecto imán que ejerce la vecina Venecia ha tenido el efecto de preservar en Padua un ambiente local: aunque sabedora de sus atractivos turísticos, es una ciudad véneta para los vénetos, que no se ha vendido a los visitantes ocasionales y en la que aún es posible disfrutar del mercado local en las plazas de la ciudad, saborear un café con vistas a un palacio de la Edad Media o relajarse dando un paseo por sus murallas, ahora convertidas en paseo ajardinado.

Entre la romántica Verona y la fascinante Venecia, Padua ofrece un cóctel autóctono de elegancia y autenticidad, un sorbo de la dolce vita véneta.


PRATO DELLA VALLE: DE TEATRO ROMANO A PLAZA MONUMENTAL

La plaza más famosa de Padua es única en su estilo. Situada en el emplazamiento del antiguo teatro romano, durante el Renacimiento era un campo pantanoso donde se realizaban simulacros de batallas de caballería. A finales del siglo XVIII la zona fue saneada y se convirtió en la plaza monumental que vemos ahora, mientras que las aguas se aprovecharon para crear el canal en forma de anillo que la circunda.


DÍA DE MERCADO EN PIAZZA DELLE ERBE Y DELLA FRUTTA

Estas dos plazas fueron durante siglos el corazón latente de la vida de Padua: allí se ubicaban el mercado de verduras y de frutas respectivamente, que todavía tienen lugar hoy en día y son de los más grandes de Italia al aire libre; y eran además el escenario de las festividades populares. Ambas se encuentran separadas por el Palazzo della Ragione, antigua sede de gobierno y de justicia.


EL SALÓN MÁS AMPLIO DEL MUNDO

El Palazzo della Ragione (Palacio de la Razón) es un tipo de edificio característico de la Edad Media italiana, cuando cada gran ciudad se gobernaba a sí misma. Estaba destinado a acoger las reuniones del consejo municipal y los juicios públicos, de ahí su gran capacidad: el de Padua en particular es el más grande de su tipo y alberga el salón más amplio del mundo, decorado con un grandioso ciclo de frescos y presidido por la estatua de un gigantesco caballo.


UN RELOJ DE 24 HORAS EN LA PIAZZA DEI SIGNORI

Antiguo espacio para las celebraciones cívicas, la Piazza dei Signori está ocupada hoy en día por diversos cafés donde tomarse un descanso mientras se admira la magnífica Torre del Reloj. El diseño del reloj astronómico, del siglo XV, resulta particular: está dividido en veinticuatro horas en vez de doce como es habitual; y entre las figuras astrológicas que lo decoran falta la de Libra, mientras que Escorpio ocupa dos cuadrantes.


ECLECTICISMO ARQUITECTÓNICO EN CAFFÈ PEDROCCHI

En pleno corazón de la ciudad se encuentra este histórico café-restaurante con casi 200 años de historia. El Pedrocchi es famoso por sus elegantes salones de la planta superior, cada uno decorado con un estilo particular, y por haber sido un lugar de encuentro de intelectuales, artistas y personalidades de todo tipo. El sitio ideal para una comida con estilo o para comprar dulces para regalar: a precio de café histórico, naturalmente.


LA JOYA DE GIOTTO: LA CAPILLA DE LOS SCROVEGNI

El parque público de los Jardines de la Arena toma su nombre del antiguo anfiteatro romano en el que está situado, aún con parte de los muros en pie. En él se encuentra una de las joyas artísticas de Padua: la Capilla de los Scrovegni, famosa por su ciclo de frescos de Giotto. Su conservación impone unas condiciones de temperatura y humedad constantes que hacen que solo se pueda entrar por turno en grupos reducidos, pero vale la pena: los frescos están considerados entre los mejores del Renacimiento temprano italiano.


HISTORIA DEL ARTE EN LA BASÍLICA DE SAN ANTONIO

A pesar de que la dignidad de catedral la ostenta la Basílica de Santa Maria Assunta, la de San Antonio de Padua es el edificio religioso más espectacular de la ciudad por su imponente fachada románica con arcos. El interior está decorado con obras de varios periodos que conforman un gran recorrido por la historia del arte italiano, desde el románico hasta el barroco; mención especial merece la Capilla de las Reliquias, con una gran colección de relicarios.


UN PASEO ENTRE MURALLAS Y EL CASTILLO CARRARESE

Conocido popularmente como Castelvecchio, el Castillo Carrarese se encuentra a orillas del río Bacchiglione y es el último reducto de las murallas medievales de la ciudad: derruidas para dejar paso a las más amplias murallas renacentistas, aún se pueden apreciar los estratos más bajos en los edificios que se alzan en su perímetro. Las murallas renacentistas, en cambio, han sido convertidas en un paseo arbolado que circunda todo el centro histórico de la ciudad.

https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/padua-joya-olvidada-veneto_16186/8

 

LA PUGLIA ES SIEMPRE NECESARIA

Esta región del sur de Italia enamora por sus playas, sus pueblos encalados y su resistencia al progreso.

 

La Puglia compensa su sencillez monumental encarnando la esencia de puro Mediterráneo. El extranjero es mera anécdota en esta región del sudeste de Italia que tiene como seña identificativa la península de Salento, el popular «tacón de la bota». Se diría por su autenticidad que los italianos guardan en secreto este territorio, que oscila entre lo rural y el mar, entre el puchero casero y el pescado fresco servido sin aderezo, entre las playas de arena del mar Jónico y la costa abrupta del Adriático.

 


HOLA, BARI

El mejor acceso a la región es Bari, su capital, por la que pasaba el último tramo de la Vía Apia que venía de Roma y concluía en la actual Brindisi. Su monumento principal es la basílica de San Nicolás, edificada para albergar las reliquias de este peregrino del siglo IV, arrabatadas a los turcos en 1087; siglos más tarde, los nórdicos se apropiaron de su leyenda para fundar el mito de Papá Noel.


DESTINO GIOVINAZZO

Bari ejerce de base para visitar atractivos enclaves. Por la costa del Adriático hacia el norte destaca el pueblo fortificado de Giovinazzo, mientras que hacia el sur sorprende Polignano a Mare, que se encarama en un farallón poblado de grutas y cafés agazapados. Si se opta por ir hacia el interior veremos que la bella Gravina in Puglia también trepa sobre un roquedo, en un territorio rural con olivares y huertos donde abren sus puertas docenas de masserie, antiguas casonas de terratenientes de los siglos XVII y XVIII, hoy convertidas en acogedores alojamientos.


OVERBOOKING DE TRULLI

Más sorprendentes son los trulli, las curiosas construcciones coronadas por un cono de piedra que se ven en Alberobello, 55 kilómetros al sudeste de Bari. Cuando en el siglo XV se repobló esta tierra azotada por los turcos, el noble feudal Guercio de Apulia mandó construir las casas con piedra pero sin argamasa para que parecieran inacabadas y así evitar el pago de impuestos al virrey español de Nápoles. Hoy son Patrimonio de la Unesco.


RECUERDOS DE ESPAÑA

La presencia española en el sur de Italia se deja sentir en la Historia y también en la abundancia de arte barroco. Esto se comprueba especialmente en Martina Franca, a 15 kilómetros de Alberobello. Se trata de una localidad conocida por sus festivales de música, que ocupan escenarios de excepción como la plaza del Plebiscito. En ella se erige la basílica de San Martino, una joya del barroco que hace conjunto con varios palacios y las cuatro puertas por las que se accedía a la ciudad hasta 1861.


OSTUNI, LA VERDADERA CAPITAL

Tras un corto trecho hacia el mar aparece Ostuni como un espejismo entre olivares. Las calles laberínticas de esta «ciudad blanca» suben hacia lo alto como en un pueblo andaluz encalado, pero en este caso medieval. La extraordinaria imagen de Ostuni prepara para la apoteosis barroca de Lecce, también blanca pero por el mármol de algunos de sus edificios. 


LA ENCANTADORA SENCILLEZ DE OSTUNI

Considerada la principal ciudad monumental de la Puglia, dicen que fue fundada durante la mítica guerra de Troya con el nombre de Sybar. Vivió su esplendor en el siglo XV, de cuando son el duomo y la iglesia de la Santa Croce. Asimismo destaca la plaza de Sant’Oronzo, donde queda una columna que indicaba el cercano final de la Vía Apia. Pero lo mejor de Lecce llega al atardecer, cuando el sol pinta de naranja el blanco de las fachadas.


Y MIENTRAS TANTO, OTRANTO

Desde Lecce, y ya en plena península salentina, siguen los pueblos con encanto, aunque ahora el protagonista principal de la ruta es el mar. Hay etapas ineludibles en los farallones de la Torre de Sant’Andrea y en la Reserva Natural de Le Cesine, con dunas y humedales poblados por aves limícolas.

Otranto nos espera a 40 kilómetros. Antigua plaza bizantina, de la época en la que era lugar de paso para peregrinos y cruzados, guarda la catedral románica que construyeron los normandos. De su oposición a los turcos es testigo el castillo Aragonés que, como otros de la Puglia, tiene torres cilíndricas ensanchadas por la base.


PENÍNSULA DE SALENTO

Si el viento sopla en la costa norte de la península de Salento no hay que pensarlo dos veces y dirigirse al lado sur, que baña el Jónico y en el que se esconden tesoros cristalinos como la cala de Leporano. Pero antes de cambiar de mar podremos detenernos en Santa Maria di Leuca, el confín de Italia, para degustar un sabroso pescado fresco en uno de los puestos que se montan en el puerto. 


Y AL FINAL, TARENTO

A partir de aquí, solo queda seguir la línea de playas de arena fina que se extienden desde Gallipoli hasta las puertas de Tarento. Una costa con carteles que anuncian marinas y calas idílicas en las que se paga por tumbona, sombrilla y una mayor privacidad.

https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/puglia-secreto-mejor-guardado_8285/9


































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