Milán en la
época de los Visconti
Durante el Renacimiento, Milán encarna el éxito y
el poder de las llamadas señorías urbanas como Urbino, Ferrara y Mantua, frente a otros sistemas de gobierno como el de
las repúblicas de Florencia, Venecia o Génova. Careciendo de río navegable,
Milán construye su crecimiento económico en los fértiles campos que la rodean y
su proximidad con el lago de Como, el Lago Maggiore y los pasos alpinos. En
1288, el escritor Bonvesin da la Riva ya alaba su riqueza, su densidad de
población y su pujanza industrial: los Visconti acababan de conquistar la
comuna autónoma de Milán que se encontraba bajo el poder de la dinastía rival
de los Della Torre, tomando la forma de un señorío hereditario cuya caída no tendría
lugar hasta 1447. A pesar de la oposición de las vecinas ciudades
lombardas a este nuevo régimen, el expansionismo alcanzó su cenit con Gian
Galeazzo Visconti (1385-1402), cuyas pretensiones dinásticas dieron como
resultado la creación del Ducado de Milán por el emperador (1395). [:]Los
franceses pretendían ser los herederos legítimos del ducado, argumentando el
matrimonio de Valentina, hija de Gian Galeazzo Visconti, con Luis duque de
Orleans (1387). La comuna libre de la República Ambrosiana fue solo un
interludio que duró tres años (1447-1450) falta de apoyo económico y social. A
los Visconti les sucedieron los Sforza (1450-1499) quienes se vieron obligados
a mostrarse más cautelosos: el ex mercenario Francesco Sforza no podía
prescindir de los Médicis ni desafiar a los nobles de las otras ciudades de su
ducado. Esencialmente, los Sforza continuaron la obra de los Visconti con la
ayuda de administradores profesionales y de expertos contratados por Ludovico
Sforza llamado El Moro. Es significativo que el asesinato de Galeazzo Maria
en 1476 no ocasionara disturbios. Ludovico fue incluso aclamado a su regreso
del exilio (1500). El papel político de Milán creció de forma sostenida en el
siglo XVI hasta la llegada de Luís XII de Francia quien instaló un gobierno de
ocupación desde 1500 a 1521. Francisco I y Carlos V se disputaron el gobierno
de la ciudad. El emperador nombra duque a Francesco II Sforza (1521-1535) hasta
que finalmente las tropas españolas toman el control directo de Milán en 1535.
La industria siguió creciendo. El censo eclesiástico de 1576 muestra que, con
90.000 almas, Milán había recuperado su tasa de población de finales del siglo
XV.
Donación de Napo della Torre a Otón
Visconti, detalle, c.
1314, Maestro de Angera (Angera, Fortaleza Borromeo). La fortaleza de Angera
se encuentra en una colina rocosa que domina el lago Maggiore y fue construida
en el siglo XIII por Otón Visconti. El fresco se encuentra en el Salón de la
Justicia y forma parte de un ciclo, en su mayoría destruido, que representa el
momento cumbre de la larga lucha para el control de la ciudad, entre
Otón arzobispo de Milán y la familia Torriani a la que pertenecían los della
Torre .
Milán y Lombardía
ocupan un lugar especial en el arte europeo del siglo XV. A mediados del siglo
XV, el cambio de dinastía entre los Visconti y los Sforza también marca la
transición entre el gótico tardío y los nuevos modelos
renacentistas. En la primera
mitad del siglo, una obra realizada en Lombardía es sinónimo de objeto de
valiosa factura, como expresión del gusto refinado de una corte elitista y
rara, perfectamente ilustrado por las miniaturas y la orfebrería. Considerado
como uno de los centros más importantes del estilo gótico internacional, el
ducado de Milán ve aumentar su relación con las primeras manifestaciones de la
cultura humanista del Renacimiento, gracias a su densa red de rutas comerciales
que favorecen los intercambios (especialmente con Flandes) y a su política
dinástica. La construcción de la catedral que había comenzado en 1386, acoge a
maestros franceses, borgoñones y alemanes, lo que contribuye a acentuar el
carácter internacional de la cultura artística milanesa y a promover el
desarrollo de una escuela local de escultura, esencial para el desarrollo del
imponente programa decorativo. Después de la extinción de la rama principal de
los Visconti (1447) y la breve experiencia de la República Ambrosiana, Milán
pasa a manos de los Sforza (1450) siendo el comienzo de una serie de
espectaculares creaciones arquitectónicas gracias a la ayuda de maestros
venidos de la Toscana. Con Vincenzo
Foppa y después con Bergognone y Bramantino,
en Milán se desarrolla una prestigiosa escuela de arte, gracias al mecenazgo de
Ludovico el Moro, que contrata a maestros del centro de Italia como Bramante y Leonardo da Vinci, activos durante largo tiempo en la capital y en otras ciudades de
Lombardía.
https://www.barcelo.com/guia-turismo/es/italia/milan/que-ver/catedral-de-milan/
Catedral de Milán, detalle de la fachada. Fundada en
1386 por iniciativa del obispo Antonio da Saluzzo, esta catedral se sitúa en el
corazón del centro religioso de la ciudad, en sustitución de la antigua
basílica de Santa Maria Maggiore. La construcción del imponente edificio
continuó durante un siglo y medio, a expensas de la densa red urbana medieval.
La orientación definitiva hacia modelos del gótico transalpino se llevó a cabo
a partir de 1387 por el duque Gian Galeazzo Visconti, quien en su deseo de
competir con las grandes catedrales de Francia y Alemania, manifestaba así sus
lazos políticos con las potencias europeas y su ambición de hacer de Milán la
capital de un gran estado. Esto explica la elección del mármol – inusual en la
tradición local – y la llegada a Milán de maestros de obra extranjeros,
arquitectos, escultores y vidrieros. A lo largo de los siglos, intervendrán en
este gran edificio varios arquitectos de prestigio. Las últimas intervenciones
datan de 1853.
Cortesanos jugando al tarot, detalle de un fresco anónimo del siglo XV (Milán, casa de los Borromeo).
Esta escena se caracteriza por la elegancia de las figuras que representan
personajes de la nobleza en torno a una mesa concentrados en el juego del
tarot. Este pintor desconocido llamado Maestro dei Giochi (juegos) Borromeo,
lleva el nombre del palacio donde se encuentran los frescos, el Palacio
Borromeo. Muestra la influencia de la pintura del gótico internacional y
especialmente de Pisanello,
evidente en sus típicos tocados femeninos.
La corte de los Visconti bajo el gótico
tardío
En Milán, como
capital del estado y sede de la corte, centro político y económico y polo de
expansión sobre el territorio circundante, el mecenazgo acoge cualquier
expresión artística susceptible de celebrar su grandeza y poder. Ya desde el
siglo XIII, Milán había emprendido una importante reconstrucción de toda la
ciudad lo que había atraído una numerosa mano de obra extranjera,
principalmente artistas de Campione, que van a trabajar más tarde en el Duomo.
Por otra parte, las órdenes monásticas jugaron también un papel
importante, ya que van a confiar a esos artistas la reconstrucción de diversas
basílicas antiguas. Los alrededores de la Piazza del Duomo ya había
experimentado un gran cambio desde la época de las Comunas y más aún desde la
llegada al poder de los Visconti. Con la construcción hacia 1230 del Broletto
Nouvo (Nuevo Ayuntamiento) se abre el período de la arquitectura gótica
milanesa. La arquitectura civil milanesa perpetúa las formas góticas mucho más
allá del siglo XIV, como lo demuestran algunos palacios de la nobleza que datan
del siglo XV. La casa de los Borromeo y algunos edificios de la Plaza del
Mercado (Piazza dei Mercanti) son los mejores ejemplos de arquitectura civil
milanesa del siglo XV, con sus fachadas de ladrillo, sus portales en forma de
arco gótico coronado con un pequeño pináculo y decorados con mármoles de
distintos colores. Esta plaza, situada en el núcleo románico y gótico de la
ciudad, representa una de las cumbres de la arquitectura civil. Muestra los
diferentes estilos arquitectónicos que se sucedieron desde la época en que
Milán era solo una comuna (Palazzo della Ragione), hasta los edificios
construidos en la época de los Visconti como la Loggia degli Osii construida
por Matteo Visconti y la Scuola Palatina, uno de los edificios que se
construyeron durante la dominación española. Verdadero corazón económico de
Milán, la Piazza dei Mercanti reunió durante mucho tiempo todas las
corporaciones de mercaderes y las instituciones cívicas. Era allí donde
circulaba la eterna riqueza de Milán.
Loggia degli Osii (Milán, Piazza dei Mercanti).
Ejemplo de edificio de estilo gótico tardío en Milán, la Loggia degli Osii era
el lugar donde las autoridades de la ciudad anunciaban a los ciudadanos edictos
y sentencias. El balcón principal está decorada con un águila agarrando una
presa, símbolo de la justicia.
Los Visconti
comprendieron enseguida las ventajas políticas y culturales que suponía el
mecenazgo artístico. Después de Otón y Matteo Visconti, será especialmente
Azzone quien dejará la marca de la nueva tendencia, un estilo gótico
esencialmente cortesano. En su residencia familiar, se anexó una iglesia, y su
campanario es un símbolo de la arquitectura lombarda del siglo XIV. Según
Galvano Fiamma capellán de los Visconti y cronista milanés, el interior de San
Gottardo era increíblemente rico en adornos de oro y lapislázuli, con
pavimentos y púlpitos cubiertos de marfil. Fue también Azzone (fallecido en
1339) quien contrató a Giotto como
pintor, pero quizá también como arquitecto, siendo la primera vez que Milán
llama a artistas de la Toscana. Giotto fue el responsable de llevar a cabo en
el palacio Ducal el fresco Hombres célebres, hoy perdido, celebrando la fama de Azzone en compañía
de Carlomagno y diversos fundadores de ciudades antiguas, personajes
pertenecientes al mundo pagano, lo que indica que en la corte de Milán estaba
naciendo una especie de pre-humanismo secular. Y no es casualidad que Petrarca viviera en
la ciudad durante ocho años, dando un impulso importante a los estudios
humanísticos en el norte de Italia. Visconti no sólo se interesó al arte de la
Toscana, sino también a las modas transalpinas. Prueba de ello es que en este
periodo (finales del siglo XIV), se crea en la corte una biblioteca de
manuscritos iluminados, como la que poseían los Saboya en Italia y los Valois
en Francia. Este gusto de los Visconti por el arte de la miniatura se encuentra
también entre los otros príncipes del norte de Italia como los Este de Ferrara. La miniatura
lombarda estará marcada durante mucho tiempo por la influencia boloñesa, y
adoptando al mismo tiempo las innovaciones
introducidas por Giotto.
Caballero y damas, anónimo
lombardo del siglo XV (Oreno – Milán, casino Borromeo). En este fresco figura
un halconero a caballo. A cada eslabón social le correspondía un tipo de halcón
como símbolo de su rango: el águila real era prerrogativa del emperador, el
grifón, del rey, el halcón peregrino, al príncipe, y así sucesivamente. Los halcones
eran parte del patrimonio del príncipe y en ocasiones los ofrecían como regalo
a otros soberanos. La cetrería tiene orígenes antiguos, se cree que ya se
practicaba en China y Mongolia durante el segundo milenio antes de Cristo. Esta
práctica había llegado a Europa con las invasiones medievales y era uno de los
pasatiempos favoritos de la aristocracia, conllevando normas rígidas y
complejas.
El rey Arturo y un caballero se
enfrentan al ajedrez, miniatura del manuscrito de Guiron le Courtois de Rusticiano de Pisa, copiado y pintado en Milán alrededor
de 1370-1380 (París, Bibliothèque nationale de France). La novela Guiron le
Courtois permite penetrar en el mundo de la corte lombarda a finales del siglo
XIV. Las partidas de ajedrez, como sucede en las epopeyas, compromete el
destino de reyes y héroes, y encajan perfectamente en el mundo cortesano y
caballeresco. El miniaturista del libro de Guiron utiliza códigos iconográficos
que permiten comprender el motivo de la imagen. Las posiciones del cuerpo y los
gestos de los personajes corresponden a un significado bien definido. La
disposición de las casas con planta baja y logia, y los muebles, corresponde a
las casas de la época; los trajes de los personajes corresponden a la moda de
la segunda mitad del siglo XIV. Las armas y armaduras de los caballeros
permiten una datación bastante aproximada del manuscrito.
El
arte de la miniatura lombarda
En Milán, el arte
tradicional de los manuscritos iluminados ya producía obras importantes en
torno al año mil, tanto es así que la ciudad era considerada como el más
importante centro de Italia en la época de Otón. Fue también probablemente un
scriptorium milanés el que realizó copias de manuscritos para el obispo de
Tréveris y sus modelos iconográficos sirvieron luego de inspiración para los
frescos de iglesias y abadías. De hecho, el arte de la miniatura medieval ha
proporcionado muy a menudo los prototipos para la producción pictórica y
también para la orfebrería. Esta tradición se hace todavía más efectiva cuando
la corte ducal de los Visconti refuerza su poder. A partir de 1331, Azzone
Visconti hizo copiar e iluminar un importante manuscrito antiguo, el Liber Pantheon. Hacia finales
del siglo XIV, Giangaleazzo, tal vez bajo la influencia de Petrarca, pidió a
Giovannino de ‘Grassi ilustrar el libro de oraciones llamado Offiziolo. Con su precisión
y riqueza decorativa, ese trabajo debía rivalizar con los manuscritos
parisinos, considerados entonces de una calidad
incomparable. A través del miniaturista del libro de Guirón, Bernabò Visconti
(señor de Milán 1355-1385) activo mecenas en el arte de la miniatura, conoció a
grandes artistas, comitentes y escritores de su tiempo como Petrarca. Otro
artista importante en el arte de la miniatura es Michelino
da Besozzo, pintor y miniaturista del gótico tardío que ejerció
una larga actividad artística entre Milán y Pavía. Trabajando para la corte de
los Visconti ejecutó la miniatura para el Elogio fúnebre de Gian Galeazzo
Visconti.
Al igual que otros
soberanos de su época, Bernabó quería impresionar a sus contemporáneos
organizando torneos y fiestas. Estos eventos pretendían ser manifestaciones del
fasto característico de la sociedad cortesana y la pasión de la aristocracia
italiana por las novelas de caballería. La novela artúrica en prosa, que ve la
luz a principios del siglo XIII con las aventuras de Lancelot y de Tristán, se
había desarrollado a partir del siglo XII basándose en temas célticos y
bretones, tuvo un gran éxito en Italia, sobre todo a partir de 1250. Esta
leyenda artúrica fue adoptada principalmente por la nobleza, cuyo conocimiento
de la lengua francesa constituía un signo de distinción.
Miniatura del manuscrito de Guiron le
Courtois de
Rusticiano o Rustichello de Pisa, copiado y pintado en Milán alrededor de 1370-1380
(París, Bibliothèque nationale de France). La novela Guiron la Courtois, muy
popular en las cortes galas fue probablemente comisionada por Bernabó Visconti.
Posterior al ciclo de Tristán, la novela pretende ser una
continuación-retrospectiva del ciclo artúrico, puesto que narra las aventuras
de los padres de sus héroes más relevantes.
Ilustración para el Elogio fúnebre de Giangaleazzo
Visconti, c. 1402-103, Michelino da Besozzo (París, Biblioteca nacional)
Gian Galeazzo
Visconti, nacido en 1351,
fue duque de Milán desde 1395 a 1402. Hijo de Galeazzo II Visconti y de Blanca
de Saboya, en 1360 se casó con Isabel de Valois, hija de Juan II de Francia,
recibiendo como regalía el condado de Vertus en Champagne, lo que le valió el
apodo de « conde de la Virtud ». Tras la muerte de su padre (1378),
fue proclamado señor de Pavía, Novara, Vercelli, Tortona, Alessandria, Valenza,
Casale y Asti. Tras la muerte de su primera esposa, se casó con Caterina, hija
de su tío Bernabé o Bernabò. Su asombrosa capacidad política enmascaraba una
despiadada frialdad. En 1385, un hábil y audaz golpe de mano le permitió
apoderarse de su padrastro y desterrar o encarcelar a sus sobrinos, reuniendo
bajo su control todas las tierras de los Visconti. Su poder fue afianzado con
el matrimonio de su hija Valentina con Luís de Orleans, hermano de Carlos VI
(1387) y su elevación en 1395 al rango de duque por Wenceslao emperador del
Sacro Imperio. Su rapidez de intervención en las situaciones delicadas, su
secretismo y su falta de escrúpulos, los puso al servicio de una serie de
campañas diplomáticas y militares para asegurar su hegemonía sobre Italia. Gian
Galeazzo Visconti encarna la imagen típica de un príncipe del Renacimiento. Su
fe en la astrología no le impidió tomarse muy en serio su misión de mecenas
artístico y literario: promovió la Universidad de Pavía, contrató a humanistas
como secretarios, pregonó su admiración por las miniaturas de la escuela
lombarda y comenzó la construcción de la Cartuja de Pavía.
La Virgen y el Niño con Gian Galeazzo
Visconti como donante
y sus hijos, detalle, 1500-1522, Bergognone (Pavia, Certosa di Pavia). En
este fresco Gian Galeazzo Visconti presenta a la Virgen la maqueta de la
Cartuja que había construido en 1396.
Castillo de Milán, parte de la construcción de los
Visconti (Milán, Castello Sforzesco); Presunto retrato de Gian Galeazzo
Visconti, siglo XV,
atribuido a Giovanni Ambrogio de Predis.
Cartuja de Pavía, fachada. La cartuja fue construida
por Gian Galeazzo Visconti; la construcción empezó en 1396, pero los trabajos
fueron interrumpidos por la muerte de Gian Galeazzo en 1402 y no se reanudaron
hasta 1412 con la llegada al poder de Filippo Maria Visconti.
Filippo Maria
Visconti, nacido en 1392, fue duque de Milán desde
1412 hasta 1447, y el último de la saga de los Visconti en reinar sobre Milán.
Roído por la enfermedad, la fealdad y el recelo, sólo se mantenía en el poder
por la fuerza de su férrea voluntad. «Me importa menos mi cuerpo que mi alma,
pero mi gobierno pasa antes que los dos.» El reinado de su hermano Giovanni
María (1402-1412) permitió a los mercenarios (condottieri) y a las facciones locales, tomar el control
de gran parte de sus tierras. Se casó con Beatriz, viuda del poderoso
mercenario Facino Cane, dueño de numerosas tropas y varias ciudades (entre
ellas Pavía). Seis años más tarde la ejecución de su esposa acusada de
adulterio lo dejó libre. Con la ayuda del condottiero Carmagnola, Filippo María
consagró nueve años en recuperar gran parte de las posesiones lombardas
de los Visconti. Después de Génova (1412) se apoderó del valle Levantino
venciendo a los suizos en la batalla de Arbedo en 1422. El siguiente paso solo
podía llevarse a cabo contra Venecia y Florencia. Violó el acuerdo contraído
con Florencia en sus respectivas esferas de influencia. La guerra, inevitable,
duró desde 1423 hasta 1428. En 1425, Venecia cedió a la tentación de aliarse
con la República de Florencia. El conflicto entre los tres estados duró desde
1431 a 1444 y finalmente Filippo Maria tuvo que admitir que se había mostrado
demasiado codicioso. Sus múltiples derrotas lo habían convertido en rehén de su
propios condottieri, a la cabeza de los cuales se encontraba Francesco Sforza,
el más poderoso de todos ellos, a quien entregó la mano de su hija Bianca
Maria. Sin heredero varón, ya no se molestó en organizar su sucesión. Sus
contemporáneos vieron en ello, tal vez con razón, el signo que el propio duque
esperaba: «después de mí, el caos». Con Filippo Maria Visconti se extingue la
rama de los Visconti. Su yerno, el condottiero Francesco Sforza se convirtió en duque de Milán en 1450.
El
juego del Tarot de los Visconti
Durante mucho
tiempo, el estilo cortesano de la pintura gótica será la principal fuente de
inspiración de los pintores más vinculados a la tradición, como los Bembo. Es a
ellos a quien debemos las espléndidas cartas del juego llamado Tarot. Expresan
de forma exquisita la cultura que los Visconti habían difundido en la primera
mitad del siglo XV. Las figuras alegóricas y fantásticas de este juego se
muestran sobre un fondo salpicado de decoraciones; han sido trazadas a
base de líneas armoniosas que da a sus rasgos una expresión casi infantil. Más
o menos en la misma época, el juego del Tarot fue pintado en los muros de las
salas de la Casa Borromei, el mayor ejemplo de arquitectura del gótico civil
milanés. Se trata de sofisticados personajes inmersos en una atmósfera onírica.
Otros cortesanos fueron inmortalizados dedicándose a pasatiempos como el juego
de la pelota, en una forma de danza muy refinada, pero sin movimiento real. La
obra es casi un manifiesto de la tendencia cortesana que marca el gótico
tardío. El arte de la miniatura – y su relación con la pintura, la orfebrería,
los vitrales, la escultura e incluso la arquitectura – constituye una
importante etapa de la rica cultura figurativa del gótico
internacional que dominaba
en Milán en la época de los Visconti.
Tarot, c.1445, Bonifacio Bembo (Brescia
hacia 1420, actividad documentada hasta 1477), (Bergamo, Academia Carrara).
Esta magnífica baraja de tarot, fue creada por Bonifacio Bembo con motivo de la
boda de Filippo María Visconti y María de Saboya (un primer matrimonio del
duque). Aunque vinculado al gótico tardío lombardo, Bembo percibió las
novedades del Renacimiento y de los naturalistas, introducidas en Lombardía
por Gentile
da Fabriano y Masolino.
La figura del Mago, Tarot Colleoni-Baglioni, siglo
XV, Bonifacio Bembo, (Nueva York, The Pierpont Morgan
Library)
La leyenda de Teodolinda de los hermanos
Zavattari
La obra maestra de
los hermanos Zavattari es el ciclo de frescos que representan las Escenas de la vida de la reina Teodolinda para la capilla del mismo nombre de la Catedral de
Monza. Esta legendaria historia de gusto típicamente
cortesano, con elegantes fondos arquitectónicos
de estilo gótico, en los que se reúne un público aristocrático lujosamente
vestido y adornado con oro y piedras preciosas, es el mayor ciclo de frescos en
Lombardía durante la primera mitad del siglo XV. Fue realizado en la década de
1440 por el taller de los Zavattari, una familia de artistas artesanos, de los
cuales se tiene noticia a lo largo de cinco generaciones, desde finales del
siglo XIV a principios del siglo XV. El tema del ciclo de frescos es la Historia Langobardorum escrita por Paolo el Diácono. Se divide en cuarenta y cinco
escenas que narran algunos episodios de la leyenda de la reina Teodolinda. Hija
del duque de Baviera, en 590 se casó con Autari, rey de los lombardos; dos años
más tarde, al quedarse viuda, se casó con Agilulfo duque de Turín. Durante este
tiempo la reina se había convertido al cristianismo y apoyaba al papa Gregorio
el Grande en su obra de conversión de los lombardos. Finalmente, después de una
visión, Teodolinda comenzó a construir la Catedral de Monza. Los hermanos
Zavattari recrearon este episodio del siglo VI trasladándolo al siglo XV, en un
ambiente plácido y festivo que quería representar la corte de los Visconti. A
pesar de haberse pintado en un lugar sagrado, dentro de una iglesia, los
pintores han reservado un amplio espacio a los aspectos profanos, sobre todo en
el registro superior, que representaban grupos de nobles mientras reciben a
embajadores, participan en banquetes, bailes, luchas, cazas o viajes a caballo.
El fondo dorado de las escenas de los frescos contribuye a dar al relato un
tono de cuento maravilloso, cuyo esplendor y magnificencia se ve incrementado
con la decoración de las riendas de los caballos, armas, coronas, tejidos y una buena parte de los ropajes, a base de pequeñas piezas de
metal de gran efecto escénico.
Teodolinda,
una donna nata per essere Regina
Teodolinda llega a la corte lombarda, c.1430, hermanos Zavattari , (Monza, Catedral)
Teodolinda y Agilulfo cazando; el sueño
de Teodolinda y la salida del cortejo real, c.1430, hermanos Zavattari (Monza, Catedral)
Estos murales se encuentran en la capilla septentrional del presbiterio de la Catedral de Monza, donde también se encuentran las tumbas de la reina Teodolinda y de su segundo marido Agilulfo.
A
Monza, nel braccio settentrionale del transetto del Duomo, si apre la Cappella
della Regina Teodolinda. Capella di
Teodolinda, Catedral de Monza
En una de las
escenas hay una inscripción en latín fechada en 1444, con la firma de los
autores; además, los frescos figuran en un documento fechado el 25 de marzo de
1445 que se conserva. En la parte superior de las pinturas figuran los emblemas
de Filippo Maria Visconti y del ducado de Milán, así como el emblema de
Francesco Sforza, casado en 1441 con Bianca Maria Visconti. Probablemente,
ambos duques fueron mecenas de esta rica y suntuosa decoración con el fin de
presentarse como herederos y dignos sucesores del reino de los lombardos.
https://www.aparences.net/es/arte-y-mecenazgo/el-ducado-de-milan/milan-en-la-epoca-de-los-visconti/




















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