domingo, 31 de mayo de 2020


COMARCAS   ESPAÑOLAS (9)

  LA  BABIA

 LEÓN,  ESPAÑA



Montañas y pastos en la carretera a San Emiliano. A la izquierda de la imagen Peña Ubiña (2.417 m) y la Ubiña Pequeña (2.197 m). Babia. León. Castilla y León.
javierprietogallego.com

A los reyes leoneses del medievo les encantaba la idea: salir escopetados de sus castillos, enfilar con sus mesnadas hacia las montañas del norte, cabe las Ubiñas, y dedicarse al trote y a la caza hasta que les doliera el trasero. O eso, al menos, se ha ido extendiendo como una de las explicaciones a la expresión “estar en Babia” cuando se usa en el sentido de “estar en un sitio pero parecer alelado pensando en otro”. Esta teoría justifica que para esos reyes trotones “perderse” por los valles babianos era la manera preferida de apearse de sus obligaciones sin dejar rastro. De hacer unos paréntesis tan intensos que, cuando alguien preguntaba por ellos en palacio y no les encontraban, se acabó acuñando la expresión “No sé, estará en Babia…”.
El otro cuento del que siempre se tira para alabar el encanto de esta tierra de valles siempre verdes y montañas de alucine es el de los pastores babianos que se pasaban casi la mitad del año con sus rebaños de ovejas en las dehesas extremeñas, esperando que las nieves se fundieran en los puertos de su querida Babia para poder regresar. Dicen que extrañaban tanto la belleza de su terruño y se les hacía tan largo el retorno que cuando les veían con la mirada fija, colgados en una ensoñación, estando sin estar, sabían dónde andaban en realidad: en Babia, claro.
La Cueta. Babia. León.

El caso es que al viajero de hoy no le hace falta perderse en ningún sentido para disfrutar a fondo de un territorio que lo tiene casi todo para provocar el encantamiento. Y tampoco es necesario quedarse “colgado” pensando en el regreso. Por suerte, lo tenemos tan a mano, tan lejos y tan cerca que podemos ir y volver cuando queramos. Escaparnos y regresar del paraíso según convenga. Según nos dejen las nieves o nos lo permitan nuestras obligaciones.
De todas formas, y por si acaso, aquí van cinco pistas, cinco rincones de esta tierra mágica que deberías buscar en tu viaje a Babia antes de que el hechizo te alcance y olvides, para siempre, el camino de regreso a casa.
Disfrutamos de este tranquilo y bonito paseo por los alrededores de La Cueta, llegando hasta la Majada de Chagüezos, enmarcada por Peña Chana. Estamos en Babia, gozando de los verdes valles alfombrados de flores en primavera.
Volvemos a Babia para pasar un fin de semana de junio. En esta ocasión nos centramos en la pequeña aldea de montaña de La Cueta, perteneciente al municipio de Cabrillanes. Se trata del pueblo más alto de la provincia de León, a 1442 m de altitud, rodeado de montañas. En La Cueta se acaba la carretera. Uno no pasa por ahí casualmente, sino que se va si se quiere ir allí.
Las montañas de la Cordillera Cantábrica delimitan la frontera entre León y Asturias. Hacia esta cara sur de las montañas se emplazan los valles de Babia, en León, mientras que al otro lado se localiza el Valle de Somiedo, ya en Asturias.
Al igual que en otros pueblos babianos, la tradición trashumante ha permanecido en La Cueta hasta hace unos años. Los pastores trasladaban estacionalmente sus rebaños buscando los mejores pastos. A las dehesas extremeñas acudían en invierno, mientras que en verano regresaban con el ganado a los prados de montaña de Babia.
El suelo de esta zona, formado a partir de roca caliza, contiene muchos nutrientes, originando excelentes pastos en Babia.
Para empezar a tomar contacto con el lugar, realizamos esta cómoda y fácil ruta nada más llegar, a media tarde. En esta época del año los días son tan largos que no hay que tomarse las cosas con prisa.
Iniciamos la ruta en La Cueta, por el camino que sube al lado de la iglesia, dejándola a nuestra izquierda.
El camino es ancho, en continua y ligera subida, muy cómodo de caminar.
Está todo precioso en primavera, muy verde y lleno de flores. Muy diferente a los paisajes invernales, que en ocasiones se prolongan hasta bien entrado el año, cuando la nieve predomina en el paisaje. Cuando llega la primavera en Babia, es realmente explosiva, tapizando los prados de flores y más flores, mientras que los sonidos de pajarillos y grillos acompasan nuestro paseo.
De frente, Peña Chana de Somiedo, límite entre León y Asturias.
En poco menos de una hora alcanzamos el punto más alto de la ruta (1770 m), en la Majada de Chagüezos. Esta pradera ocupa la base de Peña Chana.

En la Majada de Chagüezos se acaba el camino. Para evitar regresar por el mismo sitio, rodeamos la majada, y buscamos hueco entre los brezos, intentando no pisarlos. Poco más adelante, nos encontramos con otra estupenda vista, aderezada por la niebla infiltrándose entre las montañas.
Cruzamos un enorme jardín silvestre de infinitas florecillas. Brezos rosados, y montones de flores: blancas, amarillas, azules, violetas…..que en poco tiempo se han abierto al desaparecer la nieve. ¡Esto sí que cura el estrés!


En nuestro camino de regreso, pasamos por otra majada con una cabaña de pastores, justo antes de comenzar a bajar por una ladera pronunciada. Al fondo, los Picos Blancos.
Los refugios de pastores son imagen inseparable de Babia.

Mientras descendemos, contemplamos los Picos Blancos de frente y escuchamos los sonidos de los cencerros de las vacas, iluminando la escena una preciosa luz de atardecer.
Finalmente, tras unos kilómetros monte a través, enlazamos con un ancho camino, por donde regresamos La Cueta.

Para dormir y cenar en La Cueta

El Rincón de Babia es una preciosa casa de turismo rural, ubicada en el barrio de Quejo de La Cueta. Sus dueños, Marta y Gerardo, hacen todo lo posible para lograr que la estancia de sus huéspedes resulte absolutamente deliciosa.
Gerardo es el rey de los fogones, y desde el principio conquistó nuestro paladar con delicias tales como: croquetas de cecina, morcilla con crema de maíz, churrasco de cordero, crema de limón. Todo riquísimo!

La Laguna Grande de Babia es uno de los puntos seleccionados para la observación de estrellas. Babia. León. Castilla y León. España

BABIA PARQUE ESTELAR
Los encantos de Babia no solo se disfrutan de día y a plena luz. También de noche. Así lo reconoce la inclusión de dos de sus municipios en el programa Starlight asociado a la Unesco. Este programa busca la promoción de aquellos rincones del planeta cuyos cielos nocturnos gocen de una protección especial. Sobre todo que, a salvo de contaminación lumínica, proporcionen cielos estrellados de calidad en los que disfrutar sin estorbos de las actividades astronómicas. Babia fue declarada Parque Estelar en 2014 y tiene dos puntos de observación astronómica. Uno, en la ermita de San Bartolomé, en Torrebarrio. El otro junto a la Laguna Grande, en Lago de Babia.

Torrebarrio desde su iglesia. Babia. León. Castilla y León. España

PEÑA UBIÑA
La esencia del paisaje babiano son sus valles y sus montañas. En realidad, se trata de un territorio de frontera. Una frontera cuya divisoria viene delimitada, en ocasiones de manera difusa, por la línea de cumbres de la Cordillera Cantábrica. En ese cordal montañoso sobresale la mole caliza de Peña Ubiña (2.417 m.), montaña mágica por la que todo veterano montañero o montañera se siente atraído de inmediato en cuanto conoce su existencia: no importa que nunca se hayan encontrado cara a cara, basta con haber escuchado a cualquiera el relato de su ascenso, o sabido del éxtasis que se adueña del espíritu tras hollar la cumbre. Las vistas desde arriba son tan infinitas como lo permita el buen tiempo y la suave calima que tan menudo enturbia el aire de las montañas. Si nada lo impide se llega a ver hasta el mar. Uno de los puntos de ascenso a la cumbre -solo recomendada para montañeros con experiencia- está en Torrebarrio.

La Casa del Parque Natural de Babia y Luna se aloja en el antiguo Palacio de los Quiñones en Riolago de Babia. León. Castilla y León. España 

Riolago de Babia. León. Castilla y León. España

RIOLAGO DE BABIA.
Otro rasgo fundamental del paisaje babiano es el dibujo de sus pueblos. Sobrios, austeros, antañones… En la mayoría predominan aun las construcciones de mampostería y sillarejo, de tejados de pizarra y chimeneas rústicas. Muchos de ellos atesoran viejos caserones señoriales llegados de un tiempo en el que la posesión de pastos y rebaños valían su peso en oro. O en escudos nobiliarios.
A lo largo y ancho de Babia encontramos varios de estos caserones de noble abolengo. En Torre de Babia, Piedrafita, Robledo, Vega de Viejos o Riolago campea el escudo de los Flórez, señores que fueron de casi todo por estos lares. En Villasecino se alza el caserón de los García Lorenzana, en la Majúa el de los Quirós y en Riolago de Babia, uno de los conjuntos urbanos mejor conservados de este territorio, el palacio amurallado que perteneció a una de las familias más poderosas de León, los Quiñones y, más tarde, a los marqueses de Acedo. Hoy el palacio, que mantiene intacto su imponente aspecto de construcción feudal, acoge la Casa del Parque de Babia y Luna. O sea, visita obligada por partida doble (Tel.: 987 687 554).
Hórreo a cuatro aguas en Torrestío. Babia. León. Castilla y León. España
Casa solariega de los Garcia Lorenzana, del siglo XVII. Babia. León. Castilla y León. España
TORRESTÍO.
Una de las localidades que mejor reflejan la fusión de las dos vertientes montañosas, la norte y la sur, es Torrestío. Paso obligado en el tránsito por el histórico puerto de La Mesa, entre las dos vertientes cantábricas, conserva entre sus calles evidencias de esa fusión. La más obvia es su conjunto de hórreos de perfiles claramente asturianos, los últimos hórreos a cuatro aguas que quedan derechos en Babia. Esta construcción es fundamental para la supervivencia en zonas de montaña en las que el clima siempre es un enemigo a batir. Especialmente durante el invierno. Es entonces cuando este almacén, en el que se guarda la cosecha y la matanza a salvo de la humedad y los ratones, asegura la alimentación hasta la temporada siguiente. Desde Torrestío puede arrancarse la travesía de montaña que, por una pista de tierra, alcanza los lagos de Somiedo, en Asturias, desde la vertiente leonesa.
Desde Torrestío iniciamos esta ruta al Pico Calabazosa, un excepcional mirador hacia Babia y Somiedo. Después seguiremos cresteando a La Colorada y Pena Cualmarce. Durante el recorrido, divisaremos los lagos de Somiedo, valles y montañas, que componen paisajes de impresionante belleza. Finalmente, alcanzaremos la pista de La Farrapona para regresar a Torrestío.

Ruta al Pico Calabazosa

Nuestra ruta elegida para hoy es la ascensión al Pico Calabazosa. Para comenzar la caminata nos desplazamos al valle de San Emiliano, dominado por el imponente macizo de Ubiñas, con más de 2400 m de altura.

Antes de llegar al Puerto de la Ventana, nos desviamos al pueblo de Torrestío, situado a 1350 m de altitud, donde comenzamos esta ruta.
Torrestío es un pueblo leonés pegado a Asturias. Se nota en el habla. La Peña La Redonda domina el entorno.
Recuerdo nuestra visita del año pasado a Torrestío, bajo una intensa nevada. Ahora, presenta un aspecto primaveral, recién estrenado el verano.


Partimos andando desde del pueblo, por la pista que conduce al alto de La Farrapona. Tras salir de Torrestío  nos desviamos a la izquierda, siguiendo las indicaciones al Valle de Valverde. Una cuesta empinada, desde donde tenemos una bonita panorámica de Torrestío.
Seguimos el curso del río La Majúa. El lugar es precioso. De frente, Morronegro, y a la izquierda los picos de Solarco, Calabazosa, Cualmarce, Redonda.



Seguimos por el valle. A nuestra izquierda vemos el MorroNegro. A la derecha, Calabazosa y Redonda. De frente, Solarco, que vamos a bordear, para emprender la subida al Pico Calabazosa.
El río fluye por el fondo del valle. Montones de orquídeas silvestres, y otras florecillas, dan colorido al valle.

Desde el Valle de Valverde, a 1700 m de altura, contemplamos la belleza de estas moles calizas.
Llegamos al Alto de Queixeiro, 1750 m, con unas vistas magníficas. Hemos alcanzado vistas al otro lado del valle, a la llanura de Congosto, rodeada de varios picos de más de 2000 m.

Seguimos bordeando el Pico Solarco, con el río Valverde a nuestra izquierda, que baja saltarín.
Ya vemos el Calabazosa, que será nuestro objetivo de hoy. ¡Buen circo glaciar!
1900 m, estamos entre Pico Blanco, La Peña, y Peña Calabazosa. ¡Magnífico espectáculo entre montañas!
1970 m, alcanzamos Collado Congosto. Vistas imponentes………….también!

Desde la cumbre, 2113 m, el espectáculo es soberbio.
Vemos el valle de Valverde, el valle de Congosto, Valle Calabazoso, y parte del valle de Somiedo. Valles todos coronados por montañas. Al este, el macizo de Ubiñas, el MorroNegro, los Huertos del Diablo. También vislumbramos el embalse de Luna. Al oeste, las cumbres de Babia: Peña Orniz, el Montihuero, y más lejos, el Cornón. Al norte, Los Bígaros, los Picos Albos y otras cumbres que protegen el valle de Somiedo. También vemos ligeramente el lago Calabazosa. Al sur, las sierras leonesas.
Ya es oficialmente verano…..y aún queda nieve. ¡Esto es histórico!

Bocata y descanso en la cumbre, contemplando este panorama. Vemos pasar a una pareja por el valle de Calabazosa, que se nos quedan mirando desde abajo. ¡Internet es todo un mundo! ¡Qué casualidad! Hemos contactado por internet, y ya nos han enviado la foto que nos hicieron desde abajo. Montañeros empedernidos, de los de verdad. Hemos compartido fotos porque cualquier día nos volveremos a encontrar por las montañas, y podremos saludarnos ahora que ya nos conocemos.
En la cumbre del Pico Calabazosa


Seguimos por la cresta, y vamos ganando visión hacia el valle de Somiedo. Vemos cómo los lagos de Saliencia quedan encajados entre montañas.

Bajamos con cuidadín, y volvemos a subir para alcanzar la cima de La Colorada. Otra vez a 2010 m. Disfrutamos de unas vistas magníficas de los lagos de Saliencia desde lo alto. Panorama majestuoso. Una de las mejores vistas del entorno.

Ahora vemos la pared este del Pico Calabazosa, tan vertical que da vértigo pensar que hemos estado en aquel piquito.

Desde las Peñas de Trespando tenemos otra estupenda panorámica de los lagos de Somiedo.

Desde las praderías, la vista de los picos de donde venimos resulta impresionante, paredes verticales con crestas picudas. Al otro lado, tenemos el macizo de las Ubiñas.
Tras pasar por la caseta del Icona (futuro refugio), enlazamos con la pista de La Farrapona. Esta pista de tierra une Torrestío con el Alto de la Farrapona, donde se sitúa el límite Asturias/León.

En bar del pueblo nos encontramos con César, a quién conocimos anoche en la cena a ciegas. Algo aprendimos sobre setas.
Una ruta preciosa, de 17 Km. Me he quedado con la impresión de que es la que más me ha gustado en Babia y alrededores hasta el momento………y ya llevamos unas cuántas!
LAS FUENTES DEL SIL. 
Entre el abundante abanico de rutas señalizadas que encontramos en Babia esta, en concreto, nos asoma al paisaje de brañas y canchales en las que el Sil comienza a juntar sus primeras aguas. La ruta (circular, 13,2 km, 5 horas) tiene el aliciente de partir de La Cueta, uno de los pueblos ubicados a mayor altura de la provincia de León y uno de los más remotos, escondidos y con mayor encanto de todo Babia.
Caballos en los pastos de Babia. Torrestío.
Y DE COMER
Uno de sus productos tradicionales de Babia es el botillo, alimento estrella de la gastronomía leonesa, que aquí se conoce como chosco o yosco. Los babianos lo elaboran aprovechando los huesos sin limpiar de la carne, la panceta y, al gusto de cada cual, algún trozo de carne magra. El adobo tradicional es con orégano, guindilla y ajo machacado, todo ello mezclado con pimento local y picante al gusto, en una cantidad que se aproxima a los 40 gramos de pimentón y 13 de sal por cada kilo de carne. Después de dos días de maceración se rellena la tripa -casi siempre es la vejiga o estómago de cerdo- y se cura al humo de roble durante 15 días.

Poblaciones de Babia de Abajo (San Emiliano)

 CANDEMUELA









GENESTOSA 





SAN EMILIANO



Su situación estratégica, dentro del Valle del mismo nombre le han servido para que hace 105 años, pasara a ser cabeza del municipio, anteriormente era La MajuaSan Emiliano es el pueblo donde se encuentran la mayor parte de los sectores de servicios de la zona, AyuntamientoMédico, Guardia Civil, Juzgado de Paz, cajas, comercios, almacenes de materiales de construcción, sus casas de piedra bien conservadas hacen de la cabeza de comarca de la Babia baja un lugar digno de conocerse.

   San Emiliano es Integrante de la comarca de Babia, el municipio tiene identidad propia. San Emiliano se estructura como un conjunto de valles definidos por los arroyos tributarios del Río Luna, cuya imagen más característica son las inmensas praderas que se extienden bajo moles de caliza de más de 2.000 m de altitud.


Si hay una expresión que identifique estos valles es la de “estar en Babia”. Cuentan que antaño, cuando la zona estaba aun cubierta por extensos bosques y la caza en ellos era abundante, a los reyes de Asturias y León les gustaba venir hasta aquí a cazar, ausentándose de sus obligaciones entre la quietud de estas montanas. Cuando el rey estaba en Babia, no se le debía molestar.


Entre las Fiestas de San Emiliano tenemos:

– Fiesta de San Miguel el 29 de Septiembre.

– Fiesta del veraneante 8 de Agosto. (El año que se hace)

– Exposición caballar en Agosto.

– Feria de ganado el 10 de Agosto en el alto del Campo.

En cuanto a alojamientos rurales hay:




La Lecheria de Babia:



Hotel Valle y Restaurante:



Comida Típica de San Emiliano:

En la comarca de Babia se sigue siendo muy fiel a la tradicional matanza o San Martino, en la que producimos unos embutidos y salazones excelentes ya que el clima de estas montañas es muy propicio para llevar a cabo un buen proceso de curación. Otras carnes de la zona se abren camino dentro del reino de la ternera que, aunque está siempre presente, cederá terreno al cordero o al potro, animales que se crían en los verdes pastos de los valles y puertos y que permiten preparar a fuego lento el exquisito frite o caldereta.

   Cada vez está más presente en Babia la carne de potro de Hispano Bretón, siendo muestra de ello las jornadas gastronómicas que realiza cada mes de noviembre nuestra Asociación, basadas en este tipo de carne y siempre acompañadas de postres tradicionales babianos.

   Es de considerar también las posibilidades culinarias que ofrece la caza (rebeco), la pesca (trucha) y la micología (seta de San Jorge) que encuentran un buen acompañamiento en la gran variedad de bayas, frutos silvestres y plantas aromáticas que nos ofrecen nuestros montes. Siempre podemos terminar una comida con una refrescante infusión de té de peña. ¿Y qué decir del bollo babiano? Todos nos apuntaríamos a degustar esta crujiente hogaza de pan, amasada en casa, y rellena de jamón, lacón, chorizo, morcilla, lomo.

   Asimismo hay otra muestra culinaria que se prepara tradicionalmente para la merienda que son los frisuelos acompañados de chocolate: una masa de leche, huevos y harina que se fríe dándole la forma de espiral/rosca y a la que se espolvorea azúcar. Comidas típicas son:

    – Cocido Babiano:

   – La Chanfaina.

   – El Frite

   – Guerrifa

   – La Caldereta de Cordero


TRUEBANO-BABIA






VILLASECINO

 Villasecino pertenece al municipio de San Emiliano, en la Babia Baja. Peña Ubiña domina los valles de Babia que confluyen en la cuenca alta del río Luna.






Poblaciones de Babia de Arriba (Cabrillanes)


POBLACIÓN
HOMBRES
MUJERES
TOTAL
24
25
49

Cabrichanes en leonés. Capital de la comarca de Babia Alta, antiguo concejo de Suso, donde se sitúa el Ayuntamiento. Su Iglesia parece una de las más modernas de toda la comarca. Limita al norte con el Principado de Asturias; al sur los municipios de Murias de Paredes y Riello; al oeste con el municipio de Villablino; y al este con el municipio de San Emiliano. Esta a 86 km de León.

La iglesia de la localidad es de las más modernas de la comarca, datada a finales del siglo XVIII.

QUINTANILLA DE BABIA



Quintanilla e Babia es un pueblo pequeño que apenas llega a los dos centenares de habitantes enclavado en el extremo más occidental de Babia limitando con El Valle de Laciana al oeste, al este con Luna, con la comarca de Omaña al sur y con el Parque Natural de Somiedo, este último en Asturias, al norte.
El patrimonio artístico se centra en su Iglesia románica; sin llegar al conjunto total de la obra, que sometido a un detallado análisis, sólo los aleros y el ábside se mantienen dentro de los cánones estilísticos románicos.
Quintanilla de Babia lo forman siete barrios: Otero, Corrales, Campas, Perida, Puente, Bolada y LLama; rodeado de un tupido monte cubierto de robles y piornos.


CARRASCONTE
Población: 7 habitantes.

El Santuario de Carrasconte se encuentra entre las comarcas de Babia y Laciana, construido sobre tierras de ambas comarcas. Los babianos presumen de tener la Virgen en sus tierras, mientras los lacianiegos dicen que la imagen mira a Laciana.

Frente a la portada norte del Santuario está la "Piedra Furada", que sirvió de referencia a Alfonso X El Sabio en el año 1270 para definir los límites de Babia y Laciana, mediante el documento llamado "Carta Puebla".







MEROY
Población: 22 habitantes.

La localidad de Meroy, cuyo nombre se cree de origen germánico, está situada junto al cañón del río del Puerto. Ha sabido mantener a la perfección la arquitectura tradicional de la comarca y conserva varias casas con fornu y un buen hórreo con tejado de pizarra a cuatro aguas.

Cuenta además con una capilla dedicada a San Antonio de Padua cuya construcción se atribuye, según la tradición oral, al primer habitante del lugar.


Peñalba de los Cilleros


Población: 60 habitantes.

En Peñalba se conservan varias casas blasonadas, fuentes, pilones y demás construcciones tradicionales. La iglesia parroquial de Peñalba es de las más interesantes de Babia, con una peculiar espadaña con escalera y un retablo barroco de 1859. En tiempos, hubo varias capillas y una fragua de las que no quedan restos.

Por Peñalba discurrió un camino romano que comunicaba La Cepeda con Asturias, la misma ruta del cordel de merinas que enlaza Quintanilla de Babia con la Cañada Real de La Vizana.



Cerecedo

(CERASEUS o lugar poblado de cerezos). En el año 953, tiene posesiones en este pueblo el monasterio de Sahagún. Cerecedo dista 1,4 kms. de Boñar y está situado en un lugar encajonado entre montañas.

      En otro tiempo, perteneció al Concejo de Boñar. Su iglesia parroquial es del siglo XVII y está dedicada a San Pantaleón. Celebra fiestas patronales el 27 de Julio.

Según parece, está documentado que, en lo alto de La Salona, existió un Castillo-Fortaleza del siglo X. Entre otros usos, servía para controlar los pasos hacia Asturias.












































































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