COMARCAS
ESPAÑOLAS (9)
LA BABIA
LEÓN, ESPAÑA
Montañas y pastos en
la carretera a San Emiliano. A la izquierda de la imagen Peña Ubiña (2.417 m) y
la Ubiña Pequeña (2.197 m). Babia. León. Castilla y León.
javierprietogallego.com
A los reyes leoneses del medievo les encantaba
la idea: salir escopetados de sus castillos, enfilar
con sus mesnadas hacia las montañas del norte, cabe las Ubiñas, y dedicarse al trote y a la caza hasta que les
doliera el trasero. O eso, al menos, se ha ido extendiendo como una de las
explicaciones a la expresión “estar
en Babia” cuando se usa en el sentido de “estar en un sitio pero parecer
alelado pensando en otro”. Esta teoría justifica que para esos
reyes trotones “perderse” por los valles babianos era la manera preferida de
apearse de sus obligaciones sin dejar rastro. De hacer unos paréntesis tan
intensos que, cuando alguien preguntaba por ellos en palacio y no les
encontraban, se acabó acuñando la expresión “No sé, estará en Babia…”.
El otro cuento del que siempre se tira para
alabar el encanto de esta tierra de valles siempre verdes y montañas de alucine
es el de los
pastores babianos que se pasaban casi la mitad del año con
sus rebaños de ovejas en las dehesas extremeñas, esperando que las nieves se
fundieran en los puertos de su querida Babia para poder regresar. Dicen que
extrañaban tanto la belleza de su terruño y se les hacía tan largo el retorno
que cuando les veían con la mirada fija, colgados en una ensoñación, estando
sin estar, sabían dónde andaban en realidad: en Babia, claro.
La Cueta. Babia.
León.
El caso es que al viajero de hoy no le hace
falta perderse en ningún sentido para disfrutar a fondo de un territorio que lo tiene casi todo
para provocar el encantamiento. Y tampoco es necesario quedarse
“colgado” pensando en el regreso. Por suerte, lo tenemos tan a mano, tan lejos
y tan cerca que podemos ir y volver cuando queramos. Escaparnos y regresar del
paraíso según convenga. Según nos dejen las nieves o nos lo permitan nuestras
obligaciones.
De todas formas, y por si acaso, aquí
van cinco pistas,
cinco rincones de esta tierra mágica que deberías buscar en tu viaje a Babia antes
de que el hechizo te alcance y olvides, para siempre, el camino de regreso a
casa.
Disfrutamos
de este tranquilo y bonito paseo por los alrededores de La Cueta, llegando
hasta la Majada de Chagüezos, enmarcada por Peña Chana. Estamos en Babia,
gozando de los verdes valles alfombrados de flores en primavera.
Volvemos a
Babia para pasar un fin de semana de junio. En esta ocasión nos centramos en la
pequeña aldea de montaña de La Cueta, perteneciente al municipio de
Cabrillanes. Se trata del pueblo más alto de la provincia de León, a 1442 m de
altitud, rodeado de montañas. En La Cueta se acaba la carretera. Uno no pasa
por ahí casualmente, sino que se va si se quiere ir allí.
Las
montañas de la Cordillera Cantábrica delimitan la frontera entre León y
Asturias. Hacia esta cara sur de las montañas se emplazan los valles de Babia,
en León, mientras que al otro lado se localiza el Valle de Somiedo, ya en
Asturias.
Al igual
que en otros pueblos babianos, la tradición trashumante ha
permanecido en La Cueta hasta hace unos años. Los pastores trasladaban
estacionalmente sus rebaños buscando los mejores pastos. A las dehesas
extremeñas acudían en invierno, mientras que en verano regresaban con el ganado
a los prados de montaña de Babia.
El suelo
de esta zona, formado a partir de roca caliza, contiene muchos nutrientes,
originando excelentes pastos en Babia.
Para
empezar a tomar contacto con el lugar, realizamos esta cómoda y fácil ruta nada
más llegar, a media tarde. En esta época del año los días son tan largos que no
hay que tomarse las cosas con prisa.
Iniciamos
la ruta en La Cueta, por el camino que
sube al lado de la iglesia, dejándola a nuestra izquierda.
El camino es
ancho, en continua y ligera subida, muy cómodo de caminar.
Está todo
precioso en primavera, muy verde y lleno de flores. Muy diferente a los
paisajes invernales, que en ocasiones se prolongan hasta bien entrado el año,
cuando la nieve predomina en el paisaje. Cuando llega la primavera en Babia, es
realmente explosiva, tapizando los prados de flores y más flores, mientras que
los sonidos de pajarillos y grillos acompasan nuestro paseo.
De
frente, Peña Chana de Somiedo, límite entre León y Asturias.
En
poco menos de una hora alcanzamos el punto más alto de la ruta (1770 m), en
la Majada de Chagüezos. Esta pradera ocupa la base de Peña Chana.
En la
Majada de Chagüezos se acaba el camino. Para evitar regresar por el mismo
sitio, rodeamos la majada, y buscamos hueco entre los brezos, intentando no
pisarlos. Poco más adelante, nos encontramos con otra estupenda vista,
aderezada por la niebla infiltrándose entre las montañas.
Cruzamos
un enorme jardín silvestre de infinitas florecillas. Brezos
rosados, y montones de flores: blancas, amarillas, azules, violetas…..que en
poco tiempo se han abierto al desaparecer la nieve. ¡Esto sí que cura el
estrés!
En nuestro
camino de regreso, pasamos por otra majada con una cabaña de pastores, justo
antes de comenzar a bajar por una ladera pronunciada. Al fondo, los Picos
Blancos.
Los
refugios de pastores son imagen inseparable de Babia.
Mientras
descendemos, contemplamos los Picos Blancos de frente y
escuchamos los sonidos de los cencerros de las vacas, iluminando la escena una
preciosa luz de atardecer.
Finalmente,
tras unos kilómetros monte a través, enlazamos con un ancho camino, por donde
regresamos La Cueta.
Para
dormir y cenar en La Cueta
El Rincón
de Babia es una preciosa casa de turismo rural,
ubicada en el barrio de Quejo de La Cueta. Sus dueños, Marta y Gerardo, hacen
todo lo posible para lograr que la estancia de sus huéspedes resulte
absolutamente deliciosa.
Gerardo es
el rey de los fogones, y desde el principio conquistó nuestro paladar con
delicias tales como: croquetas de cecina, morcilla con crema de maíz, churrasco
de cordero, crema de limón. Todo riquísimo!
La
Laguna Grande de Babia es uno de los puntos seleccionados para la observación
de estrellas. Babia. León. Castilla y León. España
BABIA PARQUE ESTELAR
Los encantos de Babia no solo se disfrutan de
día y a plena luz. También de noche. Así lo reconoce la inclusión de dos de sus
municipios en el programa Starlight asociado a la Unesco. Este programa busca
la promoción de aquellos rincones del planeta cuyos cielos nocturnos gocen de
una protección especial. Sobre todo que, a salvo de contaminación lumínica,
proporcionen cielos estrellados de calidad en los que disfrutar sin estorbos de
las actividades astronómicas. Babia fue declarada Parque Estelar en 2014 y
tiene dos puntos de observación astronómica. Uno, en la ermita de San
Bartolomé, en Torrebarrio. El otro junto a la Laguna Grande, en Lago de Babia.
Torrebarrio
desde su iglesia. Babia. León. Castilla y León. España
PEÑA UBIÑA.
La esencia del paisaje babiano son sus valles
y sus montañas. En realidad, se trata de un territorio de frontera. Una
frontera cuya divisoria viene delimitada, en ocasiones de manera difusa, por la
línea de cumbres de la Cordillera Cantábrica. En ese cordal montañoso sobresale
la mole caliza de Peña Ubiña (2.417 m.), montaña mágica por la que todo
veterano montañero o montañera se siente atraído de inmediato en cuanto conoce
su existencia: no importa que nunca se hayan encontrado cara a cara, basta con
haber escuchado a cualquiera el relato de su ascenso, o sabido del éxtasis que
se adueña del espíritu tras hollar la cumbre. Las vistas desde arriba son tan
infinitas como lo permita el buen tiempo y la suave calima que tan menudo
enturbia el aire de las montañas. Si nada lo impide se llega a ver hasta el
mar. Uno de los puntos de ascenso a la cumbre -solo recomendada para montañeros
con experiencia- está en Torrebarrio.
La
Casa del Parque Natural de Babia y Luna se aloja en el antiguo Palacio de los
Quiñones en Riolago de Babia. León. Castilla y León. España
Riolago
de Babia. León. Castilla y León. España
RIOLAGO DE BABIA.
Otro rasgo fundamental del paisaje babiano es
el dibujo de sus pueblos. Sobrios, austeros, antañones… En la mayoría
predominan aun las construcciones de mampostería y sillarejo, de tejados de
pizarra y chimeneas rústicas. Muchos de ellos atesoran viejos caserones
señoriales llegados de un tiempo en el que la posesión de pastos y rebaños
valían su peso en oro. O en escudos nobiliarios.
A lo largo y ancho de Babia encontramos
varios de estos caserones de
noble abolengo. En Torre de Babia, Piedrafita, Robledo, Vega de Viejos o
Riolago campea el escudo de los Flórez, señores que fueron de casi todo por estos
lares. En Villasecino se alza el caserón de los García Lorenzana, en la Majúa
el de los Quirós y en Riolago de Babia, uno de los conjuntos urbanos mejor
conservados de este territorio, el palacio amurallado que perteneció a una de
las familias más poderosas de León, los Quiñones y, más tarde, a los marqueses
de Acedo. Hoy el palacio, que mantiene intacto su imponente aspecto de
construcción feudal, acoge la Casa
del Parque de Babia y Luna. O sea, visita obligada por partida
doble (Tel.: 987 687 554).
Hórreo a cuatro aguas
en Torrestío. Babia. León. Castilla y León. España
Casa solariega de los
Garcia Lorenzana, del siglo XVII. Babia. León. Castilla y León. España
TORRESTÍO.
Una de las localidades que mejor reflejan la
fusión de las dos vertientes montañosas, la norte y la sur, es Torrestío. Paso
obligado en el tránsito por el histórico puerto de La Mesa, entre las dos
vertientes cantábricas, conserva entre sus calles evidencias de esa fusión. La
más obvia es su conjunto de hórreos de perfiles claramente asturianos, los
últimos hórreos a cuatro aguas que quedan derechos en Babia. Esta construcción
es fundamental para la supervivencia en zonas de montaña en las que el clima
siempre es un enemigo a batir. Especialmente durante el invierno. Es entonces
cuando este almacén, en el que se guarda la cosecha y la matanza a salvo de la
humedad y los ratones, asegura la alimentación hasta la temporada siguiente.
Desde Torrestío puede arrancarse la travesía de montaña que, por una pista de
tierra, alcanza los lagos de Somiedo, en Asturias, desde la vertiente leonesa.
Desde Torrestío iniciamos
esta ruta al Pico Calabazosa, un excepcional mirador hacia Babia y Somiedo.
Después seguiremos cresteando a La Colorada y Pena Cualmarce. Durante el
recorrido, divisaremos los lagos de Somiedo, valles y montañas, que
componen paisajes de impresionante belleza. Finalmente, alcanzaremos la
pista de La Farrapona para regresar a Torrestío.
Ruta al
Pico Calabazosa
Nuestra
ruta elegida para hoy es la ascensión al Pico Calabazosa. Para comenzar la
caminata nos desplazamos al valle
de San Emiliano, dominado por el imponente macizo de Ubiñas,
con más de 2400 m de altura.
Antes de llegar al
Puerto de la Ventana, nos desviamos al pueblo de Torrestío, situado
a 1350 m de altitud, donde comenzamos esta ruta.
Torrestío es un
pueblo leonés pegado a Asturias. Se nota en el habla. La Peña La Redonda
domina el entorno.
Recuerdo nuestra visita del año pasado a Torrestío, bajo una intensa nevada. Ahora, presenta un aspecto primaveral, recién estrenado el verano.
Recuerdo nuestra visita del año pasado a Torrestío, bajo una intensa nevada. Ahora, presenta un aspecto primaveral, recién estrenado el verano.
Partimos andando
desde del pueblo, por la pista que conduce al alto de La Farrapona. Tras salir
de Torrestío nos desviamos a la izquierda, siguiendo las indicaciones
al Valle de Valverde. Una cuesta empinada, desde donde tenemos
una bonita panorámica de Torrestío.
Seguimos el curso
del río La Majúa. El lugar es precioso. De frente, Morronegro, y a
la izquierda los picos de Solarco, Calabazosa, Cualmarce, Redonda.
Seguimos
por el valle. A nuestra izquierda vemos el MorroNegro. A la derecha, Calabazosa
y Redonda. De frente, Solarco, que vamos a bordear, para emprender la subida al
Pico Calabazosa.
El río fluye por el fondo del valle. Montones de orquídeas silvestres, y otras florecillas, dan colorido al valle.
El río fluye por el fondo del valle. Montones de orquídeas silvestres, y otras florecillas, dan colorido al valle.
Desde
el Valle de Valverde, a 1700 m de altura, contemplamos la belleza de estas
moles calizas.
Llegamos al Alto de Queixeiro, 1750 m, con unas vistas magníficas. Hemos alcanzado vistas al otro lado del valle, a la llanura de Congosto, rodeada de varios picos de más de 2000 m.
Llegamos al Alto de Queixeiro, 1750 m, con unas vistas magníficas. Hemos alcanzado vistas al otro lado del valle, a la llanura de Congosto, rodeada de varios picos de más de 2000 m.
Seguimos
bordeando el Pico Solarco, con el río Valverde a nuestra izquierda, que baja
saltarín.
Ya vemos el Calabazosa, que será nuestro objetivo de hoy. ¡Buen circo glaciar!
Ya vemos el Calabazosa, que será nuestro objetivo de hoy. ¡Buen circo glaciar!
1900 m, estamos
entre Pico Blanco, La Peña, y Peña Calabazosa. ¡Magnífico espectáculo entre
montañas!
1970 m, alcanzamos Collado Congosto. Vistas
imponentes………….también!
Desde
la cumbre, 2113 m, el espectáculo es soberbio.
Vemos el valle de Valverde, el valle de
Congosto, Valle Calabazoso, y parte del valle de Somiedo.
Valles todos coronados por montañas. Al este, el macizo de Ubiñas, el MorroNegro, los
Huertos del Diablo. También vislumbramos el embalse de Luna. Al
oeste, las cumbres de Babia: Peña
Orniz, el Montihuero, y más lejos, el Cornón. Al
norte, Los
Bígaros, los Picos Albos y otras cumbres que protegen el valle
de Somiedo. También vemos ligeramente el lago Calabazosa. Al sur, las sierras
leonesas.
Ya es oficialmente verano…..y aún queda nieve. ¡Esto es histórico!
Ya es oficialmente verano…..y aún queda nieve. ¡Esto es histórico!
Bocata y descanso
en la cumbre, contemplando este panorama. Vemos pasar a una pareja por el valle
de Calabazosa, que se nos quedan mirando desde abajo. ¡Internet es todo un
mundo! ¡Qué casualidad! Hemos contactado por internet, y ya nos han enviado la
foto que nos hicieron desde abajo. Montañeros empedernidos, de los de verdad.
Hemos compartido fotos porque cualquier día nos volveremos a encontrar por las
montañas, y podremos saludarnos ahora que ya nos conocemos.
En la cumbre del
Pico Calabazosa
Seguimos por la cresta, y
vamos ganando visión hacia el valle de Somiedo. Vemos cómo los lagos de Saliencia quedan
encajados entre montañas.
Bajamos
con cuidadín, y volvemos a subir para alcanzar la cima de La Colorada. Otra
vez a 2010 m. Disfrutamos de unas vistas magníficas de los lagos de Saliencia
desde lo alto. Panorama majestuoso. Una de las mejores vistas del entorno.
Ahora
vemos la pared
este del Pico Calabazosa, tan vertical que da vértigo pensar que hemos estado
en aquel piquito.
Desde
las Peñas de
Trespando tenemos otra estupenda panorámica de los lagos
de Somiedo.
Desde las
praderías, la vista de los picos de donde venimos resulta impresionante,
paredes verticales con crestas picudas. Al otro lado, tenemos el macizo de
las Ubiñas.
Tras
pasar por la caseta del Icona (futuro refugio), enlazamos con la pista de
La Farrapona. Esta pista de tierra une Torrestío con el Alto de la Farrapona,
donde se sitúa el límite Asturias/León.
En bar del
pueblo nos encontramos con César, a quién conocimos anoche en la cena a ciegas.
Algo aprendimos sobre setas.
Una ruta
preciosa, de 17 Km. Me he quedado con la impresión de que es la que más me ha
gustado en Babia y alrededores hasta el momento………y ya llevamos unas cuántas!
LAS FUENTES DEL SIL.
Entre el abundante abanico de rutas
señalizadas que encontramos en Babia esta, en concreto, nos asoma al paisaje de
brañas y canchales en las que el Sil comienza a juntar sus primeras aguas. La
ruta (circular, 13,2 km, 5 horas) tiene el aliciente de partir de La Cueta, uno
de los pueblos ubicados a mayor altura de la provincia de León y uno de los más
remotos, escondidos y con mayor encanto de todo Babia.
Caballos en los pastos
de Babia. Torrestío.
Y DE COMER
Uno de sus productos tradicionales de Babia
es el botillo,
alimento estrella de la gastronomía leonesa, que aquí se conoce como chosco o
yosco. Los babianos lo elaboran aprovechando los huesos sin limpiar de la
carne, la panceta y, al gusto de cada cual, algún trozo de carne magra. El
adobo tradicional es con orégano, guindilla y ajo machacado, todo ello mezclado
con pimento local y picante al gusto, en una cantidad que se aproxima a los 40
gramos de pimentón y 13 de sal por cada kilo de carne. Después de dos días de
maceración se rellena la tripa -casi siempre es la vejiga o estómago de cerdo-
y se cura al humo de roble durante 15 días.
Poblaciones
de Babia de Abajo (San Emiliano)
CANDEMUELA
GENESTOSA
SAN EMILIANO
Su situación
estratégica, dentro del Valle del mismo nombre le han servido para que hace 105
años, pasara a ser cabeza del municipio, anteriormente era La
Majua, San Emiliano es
el pueblo donde se encuentran la mayor parte de los sectores de servicios de la
zona, Ayuntamiento, Médico, Guardia Civil, Juzgado de Paz, cajas, comercios,
almacenes de materiales de construcción, sus casas de piedra
bien conservadas hacen de la cabeza de comarca de la Babia baja un
lugar digno de conocerse.
San Emiliano es Integrante de la comarca de Babia, el municipio tiene
identidad propia. San Emiliano se estructura como un conjunto de valles
definidos por los arroyos tributarios del Río Luna, cuya imagen más
característica son las inmensas praderas que se extienden bajo moles de caliza
de más de 2.000 m de altitud.
Si hay una expresión que identifique estos valles es la de “estar en Babia”. Cuentan que antaño, cuando la zona estaba aun cubierta por extensos bosques y la caza en ellos era abundante, a los reyes de Asturias y León les gustaba venir hasta aquí a cazar, ausentándose de sus obligaciones entre la quietud de estas montanas. Cuando el rey estaba en Babia, no se le debía molestar.
Entre las Fiestas de San Emiliano tenemos:
– Fiesta de
San Miguel el 29 de Septiembre.
– Fiesta del
veraneante 8 de Agosto. (El año que se hace)
– Exposición
caballar en Agosto.
– Feria de
ganado el 10 de Agosto en el alto del Campo.
En cuanto a alojamientos rurales hay:
La Lecheria de Babia:
Hotel Valle y Restaurante:
Comida Típica de San Emiliano:
En la comarca
de Babia se sigue siendo muy fiel a la tradicional matanza o San Martino,
en la que producimos unos embutidos y salazones excelentes ya que el clima
de estas montañas es muy propicio para llevar a cabo un buen proceso de
curación. Otras carnes de la zona se abren camino dentro del reino de la
ternera que, aunque está siempre presente, cederá terreno al cordero o al
potro, animales que se crían en los verdes pastos de los valles y puertos
y que permiten preparar a fuego lento el exquisito frite o caldereta.
Cada vez está más presente en Babia la carne de potro de Hispano
Bretón, siendo muestra de ello las jornadas gastronómicas que realiza cada
mes de noviembre nuestra Asociación, basadas en este tipo de carne y
siempre acompañadas de postres tradicionales babianos.
Es de considerar también las posibilidades culinarias que ofrece la
caza (rebeco), la pesca (trucha) y la micología (seta de San Jorge) que
encuentran un buen acompañamiento en la gran variedad de bayas, frutos
silvestres y plantas aromáticas que nos ofrecen nuestros montes. Siempre
podemos terminar una comida con una refrescante infusión de té de
peña. ¿Y qué decir del bollo babiano?
Todos nos apuntaríamos a degustar esta crujiente hogaza de pan, amasada en casa, y rellena de jamón, lacón,
chorizo, morcilla, lomo.
Asimismo hay otra muestra culinaria que se prepara tradicionalmente
para la merienda que son los frisuelos
acompañados de chocolate: una masa de leche, huevos y harina que se
fríe dándole la forma de espiral/rosca y a la que se espolvorea azúcar.
Comidas típicas son:
– Cocido Babiano:
– La Chanfaina.
– El Frite
– Guerrifa
– La Caldereta de Cordero
TRUEBANO-BABIA
VILLASECINO
Poblaciones
de Babia de Arriba (Cabrillanes)
POBLACIÓN
|
HOMBRES
|
MUJERES
|
TOTAL
|
24
|
25
|
49
|
Cabrichanes en leonés.
Capital de la comarca de Babia Alta, antiguo concejo de Suso, donde se sitúa el
Ayuntamiento. Su Iglesia parece una de las más modernas de toda la
comarca. Limita al norte con el Principado de Asturias; al sur los
municipios de Murias de Paredes y Riello; al oeste con el municipio de
Villablino; y al este con el municipio de San Emiliano. Esta a 86 km de
León.
La iglesia de la
localidad es de las más modernas de la comarca, datada a finales del siglo
XVIII.
QUINTANILLA DE BABIA
Quintanilla e Babia es un pueblo
pequeño que apenas llega a los dos centenares de habitantes enclavado en el
extremo más occidental de Babia limitando con El Valle de Laciana al oeste, al
este con Luna, con la comarca de Omaña al sur y con el Parque Natural de
Somiedo, este último en Asturias, al norte.
El patrimonio artístico se centra
en su Iglesia románica; sin llegar al conjunto total de la obra, que sometido a
un detallado análisis, sólo los aleros y el ábside se mantienen dentro de los
cánones estilísticos románicos.
Quintanilla de Babia lo forman
siete barrios: Otero, Corrales, Campas, Perida, Puente, Bolada y LLama; rodeado
de un tupido monte cubierto de robles y piornos.
CARRASCONTE
Población: 7
habitantes.
El Santuario de
Carrasconte se encuentra entre las comarcas de Babia y Laciana, construido
sobre tierras de ambas comarcas. Los babianos presumen de tener la Virgen en
sus tierras, mientras los lacianiegos dicen que la imagen mira a Laciana.
Frente a la
portada norte del Santuario está la "Piedra Furada", que sirvió de
referencia a Alfonso X El Sabio en el año 1270 para definir los límites de
Babia y Laciana, mediante el documento llamado "Carta Puebla".
MEROY
Población: 22
habitantes.
La localidad de
Meroy, cuyo nombre se cree de origen germánico, está situada junto al cañón del
río del Puerto. Ha sabido mantener a la perfección la arquitectura tradicional
de la comarca y conserva varias casas con fornu y un buen hórreo con tejado de pizarra
a cuatro aguas.
Cuenta además con
una capilla dedicada a San Antonio de Padua cuya construcción se atribuye,
según la tradición oral, al primer habitante del lugar.
Peñalba de los Cilleros
Población: 60 habitantes.
En Peñalba se conservan varias casas
blasonadas, fuentes, pilones y demás construcciones tradicionales. La iglesia
parroquial de Peñalba es de las más interesantes de Babia, con una peculiar
espadaña con escalera y un retablo barroco de 1859. En tiempos, hubo varias
capillas y una fragua de las que no quedan restos.
Por Peñalba discurrió un camino romano
que comunicaba La Cepeda con Asturias, la misma ruta del cordel de merinas que
enlaza Quintanilla de Babia con la Cañada Real de La Vizana.
Cerecedo
(CERASEUS o lugar poblado de cerezos). En el
año 953, tiene posesiones en este pueblo el monasterio de Sahagún. Cerecedo
dista 1,4 kms. de Boñar y está situado en un lugar encajonado entre montañas.
En otro
tiempo, perteneció al Concejo de Boñar. Su iglesia parroquial es del siglo XVII
y está dedicada a San Pantaleón. Celebra fiestas patronales el 27 de Julio.
Según parece, está documentado que, en lo
alto de La Salona, existió un Castillo-Fortaleza del siglo X. Entre otros usos,
servía para controlar los pasos hacia Asturias.