EL
CAMPESINADO Y LA CRISIS ECONÓMICA
DE 1929
INTRODUCCIÓN
El objeto
de este pequeño ensayo es el de acercarnos a algunas manifestaciones del
campesinado expresadas durante los años en que impactó la crisis de 1929 a varios estados y
regiones del país: Yucatán, Lombardía y Nueva Italia (Michoacán), La Laguna y Tamaulipas.
Cuando
surgió la crisis, las propiedades de las zonas agrícolas más productivas
estaban prácticamente en manos de familias pertenecientes al antiguo régimen o
habían pasado a ser parte de políticos relevantes, todo ello originó numerosas
acciones: La transformación de asociaciones de labriegos y la emergencia de
conflictos. Surgieron disidencias entre los grupos gobernantes. Destacaron
movimientos políticos como: La Rebelión
Militar “Escobarista”; el final de la “Rebelión Cristera”; El
“Vasconcelismo”, el asesinato de Obregón, etc. Son los años llamados del
“maximato”.
En las
crisis, las manifestaciones obreras y agrarias fueron base para la movilización
social y la política de reformas de los años posteriores.
La crisis
de 1929 hizo sentir sus efectos en México. Resultaron afectados la industria
minera, el petróleo, la agricultura de exportación, los ferrocarriles, etc.
Quedaron desempleados cientos de miles de trabajadores; el peso se devaluó
(bajó en 12.5% del PIB). Los cereales bajaron en un 14% respecto a 1929.(1)
Por esos
años existió la Confederación
Nacional de Agricultura, en esta asociación había personajes
influyentes y miembros de la “Familia Revolucionaria”. Fue esta agrupación la
que pregonó la suspensión del reparto de tierras. Algunos Latifundistas
enfatizaron el fracaso de la reforma agraria: “El agrarismo había ido a la
banca rota en casi toda la república”(2).
En México
se fue creando poco a poco un ambiente de cuestionamiento y de rechazo a la
débil y vacilante reforma agraria realizada durante los años ’20. Los rasgos
fundamentales de las distintas administraciones gubernamentales durante la
crisis y su política en materia agraria fueron, en primer lugar, al concluir el
gobierno de Plutarco Elías Calles; el programa agrario era uno de los más
relevantes. Se decretaron leyes, se distribuyeron tierras y se llevó una
política crediticia y educativa en el campo. Se estableció una Comisión
Nacional de Irrigación y la de Caminos.
El
latifundismo estaba en pie, las grandes haciendas casi no se tocaron y el
sistema de financiamiento en el capo se hizo vicioso y operaba “con
propietarios particulares, no ejidatarios con recomendados y políticos,
mediante garantías o sin garantías …”(3).
La
relación de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación
frente a la situación en el campo, Marte R. Gómez, un especialista del tema
escribió que: “de 1920 a
1928 la SCJN fue
el baluarte a los que nuestros terratenientes acudieron para frenar la aplicación
de la Reforma
Agraria” (4), era un
“… instrumento ciego de los hacendados y, se está poniendo su veto a la
revolución”(5).
Durante
el periodo de Emilio Portes Gil, se aceleró el reparto agrario y, en menos de
dos años se distribuyeron más de dos millones de hectáreas entre 156 mil
campesinos.(6)
El
gobierno de Pascual Ortiz Rubio distribuyó alrededor de un millón doscientas hectáreas, cifra
inferior a la que repartió Portes Gil. Ortiz Rubio fue un defensor del
latifundio. Deseaba concluir la acción agraria en estados donde ni siquiera se
formaron brigadas de ingenieros que tramitaran las solicitudes ejidales
pendientes. (7)
El
presidente Abelardo Rodríguez ejerció su mandato cuando algunos sectores del
PNR, reclamaban cambios en el gobierno sobre la manera de enfocar y resolver
los problemas del campo.
También
se expidió el primer Código Agrario, documento mediante el cual se derogó un
conjunto de leyes, acuerdos, decretos y disposiciones anteriores. El nuevo
Código fue un instrumento legal que Lázaro Cárdenas utilizó después para
realizar los cambios agrarios en el país.
Durante
estos gobiernos de Portales Gil, Ortiz Rubio y Rodríguez fue clara la política
de que a pesar de las carencias y problemas del campo, la reforma agraria se
terminó. El “callismo” fue cómplice de la clase terrateniente y no pacificó al
campesinado rebelde. Sin embargo, durante esos años, ciudadanos, pueblos y
Ligas campesinas mostraron su enojo frente a la labor antiagrariarista del
“maximato”.
Yucatán
El henequén,
principal generador de recursos de la entidad fue un producto que tuvo
descensos, bajó en áreas de cultivo. La fibra estuvo sujeta a vaivenes del
mercado exterior de los monopolios foráneos. La producción henequén no se
recuperó al terminar la crisis.(8)
La
situación de los henequeneros fue uno de los casos que más ha impactado a la
sociedad mexicana. Si bien es cierto que con la revolución se otorgaron algunas
tierras a los campesinos, la mayor parte carecía de lo necesario para ser libre
frente al poder de los hacendados.
Por otro
lado, los latifundistas seguían apoderándose de las pocas tierras campesinas.
Así, además de los 19 mil peones acapillados de la haciendas, había en la zona
26 mil ejidatarios a la explotación de sus milpas, tenían que trabajar en sus
fincas. (9)
A la
dieta de la población henequenera le faltaba del 55 al 70% de las calorías esenciales para conservar
la existencia. Con un salario de 84 centavos diarios, la desnutrición y las
enfermedades del hambre destruían a la población Maya.
Hacia los
años 1935-1936, “… el salario mínimo estaba entre 1 peso 50 centavos y los 3
pesos, según la zona, pero ganar este salario era una ilusión que pocas veces
se alcanzaba”. En marzo de 1936, en el municipio de Humucmá, muy pocas personas
encontraban trabajo “… y las que tenían la suerte de hallarlo sólo podían
aspirar a un salario de 0.75 centavos”. (10)
Durante
el gobierno de Carrillo Puerto, el gobierno fue apoyado por las Ligas de
Resistencia iniciando algunas medidas en beneficio popular. Se impulsó la
agricultura, la educación en el campo, expropiaciones de tierras, etc. Es un
periodo que se dio mucha fuerza al campesinado yucateco.(11)
Más tarde
estalló una revuelta militar apoyada por los hacendados locales. Estos se
consolidaron, desmantelaron y debilitaron a las asociaciones y grupos
campesinos. Los campesinos resistieron al latifundismo y ello provocó más
tensión y conflictos. Se realizaron huelgas de jornaleros, con choques
violentos para la toma de tierras.(12)
Lombardía y Nueva Italia (Michoacán)
Michoacán
ha sido siempre una de las entidades con agricultura importante. La crisis de
1929 afectó al medio rural, la disminución y descenso de los precios de los
productos de exportación. La agricultura agraria latifundista originó un
descenso en las condiciones de vida del campesino. Las fincas de Lombardía y de
Nueva Italia fueron propiedades de la familia Cussi y se convirtieron en
escenarios de luchas entre trabajadores y patronos. Esto surgió en un estado
donde el latifundio, el comercio y la iglesia siempre estuvieron en lucha
contra el campesinado.
Se
constituyó la Liga
de Comunidades Agrarias de Michoacán, con gran influencia en los pueblos purépechas
(Tasejero, Pátzcuaro, Naranja). La
Liga fue una de las más fuertes de la época. Los hacendados
estaban acostumbrados a aplacar cualquier intento de lucha campesina. La Liga , preparó invasiones a
las fincas. (13)
Una de
las actividades de la Liga
fue la de preparar congresos con las comunidades locales con la Liga de Veracruz y otras
entidades formó la Liga Nacional
Campesina (LNC). Con el apoyo del gobernador Lázaro Cárdenas se constituyó la
confederación Revolucionaria Michoacana del Trabajo (CRMDT), parra organizar a
las masas trabajadoras y transformar el medio rural.
Grupos
pertenecientes al agrarismo michoacano fueron utilizados para combatir la
rebelión cristera. Estas haciendas
vieron a sus trabajadores en luchas agrarias.(14)
La
agricultura fue muy golpeada y los precios sufrieron fuertes descensos. Además,
la sequía de 1930 provocó la pobreza de muchos trabajadores. La
Comarca Lagunera era considerada como la zona agrícola
más rica del país. El desarrollo del regadío y el transporte ferroviario
produjo la llegada de miles de trabajadores de distintos lugares de México. Se
convirtió en una fortaleza del latifundismo con capitales extranjeros. (15)
En cuanto
a la mano de obra, un buen número de trabajadores estaban en situación de
peones acapillados, sujetos a la tienda de raya. En pocas haciendas edificaron
escuelas. No había una política médico- asistencial que brindara servicio, ni
viviendas a sus peones, otros no tenían un trabajo definitivo.
En un
informe del jefe del Departamento del Trabajo al presidente de la república, se
encuentran datos interesantes: La población campesina (unas 40 mil personas) ganaba
menos de un peso. El jornal medio “no puede ser inferior a los dos pesos con
ochenta centavos”.
La crisis
económica de 1929 ocasionó diversos estragos, por ejemplo:
1.-
Político patronal de modernización de métodos laborales y maquinaria agrícola.
2.- Miles
de “piscadores” de algodón perdieron el empleo.
3.-
Salarios muy bajos, y
4.-
Expulsión de campesinos pobres. (16)
Armando
Bartra considera que para el caso lagunero, hay que explorar los antecedentes
de lucha campesina y que ello nos puede ayudar a la comprensión de la
movilización social: La formación de comités agrarios (1916) al constituirse el
de Tlahualillo; las ocupaciones de tierra
como la de la Vega
de Caracol en 1922 y por el sindicato “Miguel Hidalgo”; las solicitudes de
tierras ejidades a las que se respondió con la quema o inundación de pueblos
con las aguas de riego; en 1927 los solicitantes de la Federación de
Sindicatos de Gómez Palacio son mandados a la Goma , hacienda periférica”(17).
De este
modo se aceleró la actividad y la política, creció la fuerza del sindicalismo
magisterial, del campesinado y otros sectores. Se tomaron la Federación Sindical
Revolucionaria de Torreón, la
Federación de Sindicatos Obreros y Campesinos de Gómez
Palacio. Se sindicalizaron cerca de 20 mil trabajadores y, desde la
constitución de Uniones Campesinas se pasó a la formación de sindicatos.
El
conflicto más relevante de la invasión de tierras fue el que estalló en la
hacienda Manila en 1935. Las demandas iban desde aumentos salariales, hasta la
disminución de la jornada de trabajo a 8 horas.(18) Esta huelga fue el inicio que repercutió en la
expropiación de tierras y en medidas que cambiaron la región.
Tamaulipas
La zona
algodonera del norte se destacó por actividades reivindicativas que fueron
esenciales para la expropiación de tierras en manos de hacendados gringos.
El
petróleo ocasionó la llegada de inversiones extranjeras, técnicos y mano de
obra industrial. Las llanuras del centro y del norte poseían territorios
fértiles. El campesino padecía una situación de miseria y marginación social.
Los hacendados parecían señores feudales frente a los aparceros, peones y
trabajadores del campo.
En los
primeros tiempos de la crisis económica de 1929, los municipios de Reynosa y
Matamoros dedican unas 40 mil hectáreas al algodón. Según un cálculo se podían
dedicar a este cultivo unas 250 mil hectáreas.(19)
La
producción algodonera daba enormes ganancias a los propietarios, pero la
situación rural era de pena. A principios de 1935, Graciano Sánchez (dirigente
de la CCM ) y el
ingeniero Antonio Villarreal informaron al presidente Cárdenas sobre el
alojamiento campesino. En la finca “Las Rusias”, en muchas habitaciones vivían
4 ó 5 familias.(20)
En
septiembre de 1934 el gobernador Villarreal de Tamaulipas solicitó tropas para
desalojar a los campesinos que se habían tomado varios predios. El jefe de la
guarnición de Matamoros recurrió al desarme, luego notificó a los pobladores
que tenían que abandonar sus casas y los terrenos. Como argumentó que los
campesinos tomaron las tierras por la fuerza.(21)
La
importancia de esta zona y la situación de violencia provocaron que el general
Cárdenas enviara una delegación.(22)
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(2)Rivera
Castro, José. El campesino y la crisis económica de 1929: El impacto
regional. Perspectivas históricas, n-1, julio – diciembre de 1997, Centro
de Estudios Históricos Internacionales (CEHI), pp. 127-149. (p.129)
(3)Zevada,
R. Calles El Presidente. México, Editorial Nuestro Tiempo, 1971. p.117
(4)Gómez,
Marte R. La Reforma Agraria
en México. México, Librería de M, Porrúa, 1964. p.44.
(5)Ibidem, p.46.
(6)Ibidem,
p.26-28.
(7)Ididem,
p.63.
(8)Laborde,
Hernán. Cárdenas, reformador agrario en: PAIM, N-1, Vol IV, enero-marzo
de 1952. pp.57-86
(9)Ibidem,
p.75.
(10)Sierra,
J. y José P. Cárdenas y el reparto de los henequenales. Mérida, Consejo
Editorial de Yucatán, 1986. p.142
(11)Carta del
Ing. Candelario Reyes al Presidente L. Cárdenas, en: AGN- Presidentes, L.
Cárdenas, Exp 404. 1/706, 06 de Octubre de 1936.
(12)Rivera
Castro, José., op. Cit., p.134
(13)Laborde,
H. Op.cit., p. 74
(14)“Informe
de la CRMDT ”,
en: AGN-Presidentes, Abelardo L. Rodríguez, Exp. 06-36; Diego, Manuel. En
torno a la historia de la CRMDT ,
en jornadas de Historia de Occidente. “Lázaro Cárdenas”. México, 1988. p.125.
(15)Laborde,
Hernán. Op. Cit., p.83
(16)Destrepo,
I. y Eckistein, S. La agricultura colectiva en México. México, siglo
XXI, 1975. p.23
(17)Bartra,
Armando. Los herederos de Zapata. México, Edit. Era; 1985. pp. 62-65.
(18)Liga de
Agrónomos Socialistas. El Colectivismo Agrario en México, La comarca
Lagunera. México, talleres de Industria Gráfica, 1940.
(19)Informe
de Cuauhtémoc Esparza al Departamento Agrario. AGN-Presidentes, Abelardo L.
Rodríguez, Exp. 552.5/518, p.14, 18 de Octubre de 1934.
(20)Informe
de la Comisión
desempeñada en Tamaulipas. AGN-Presidentes, L. Cárdenas, Exp. 404./, 106. p.5,
28 de Enero de 1935.
(21)Informe
de Cuauhtémoc Esparza…, op. Cit. Pp.1-2.
(22)AGN-
Presidentes, L. Cárdenas. Exp. 404/206, legajo 1, 28 de Enero de 1935.
BIBLIOGRAFÍA
Ayala, J.
Estado y Desarrollo. La formación de la economía mixta mexicana, 1920-1982.
México, FCE, 1988.
Rivera
Castro, José. El campesino y la crisis económica de 1929: El impacto
regional. Perspectivas históricas, N-1, julio – diciembre de 1997, Centro
de Estudios Históricos Internacionales (CEHI).
Zevada,
R. Calbes el presidente… México, Editorial Nuestro Tiempo, 1971.
Gómez,
Marte R. La Reforma Agraria
en México. México, Librería de M. Porrúa, 1964.
Laborde,
Hernán. “Cárdenas, reformador agrario”, en PAIM, México, 1952, vol. IV,
N-1.
Sierra,
J. y José P. Cárdenas y el reparto de los henequenales. Mérida, Consejo
Editorial de Yucatán, 1986.
Carta del
ingeniero Candelario Reyes al presidente L.Cárdenas en: AGN-Presidentes, L.
Cárdenas, Exp.404. 1/706, 6 de Octubre de 1936.
“Informe
de la CRMDT ”,
en AGN-Presidentes, Abelardo L. Rodríguez, Exp. 06-36.
Diego,
Manuel. “En torno a la historia de la CRMDT ”, en jornadas de Historia de Occidente.
Lázaro Cárdenas. México. 1981.
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