jueves, 22 de agosto de 2019


EL CAMPESINADO Y LA CRISIS ECONÓMICA DE 1929




INTRODUCCIÓN

El objeto de este pequeño ensayo es el de acercarnos a algunas manifestaciones del campesinado expresadas durante los años en que impactó la crisis de 1929 a varios estados y regiones del país: Yucatán, Lombardía y Nueva Italia (Michoacán), La Laguna y Tamaulipas.
Cuando surgió la crisis, las propiedades de las zonas agrícolas más productivas estaban prácticamente en manos de familias pertenecientes al antiguo régimen o habían pasado a ser parte de políticos relevantes, todo ello originó numerosas acciones: La transformación de asociaciones de labriegos y la emergencia de conflictos. Surgieron disidencias entre los grupos gobernantes. Destacaron movimientos políticos como: La Rebelión Militar “Escobarista”;  el final de la “Rebelión Cristera”; El “Vasconcelismo”, el asesinato de Obregón, etc. Son los años llamados del “maximato”.
En las crisis, las manifestaciones obreras y agrarias fueron base para la movilización social y la política de reformas de los años posteriores.

La crisis de 1929 hizo sentir sus efectos en México. Resultaron afectados la industria minera, el petróleo, la agricultura de exportación, los ferrocarriles, etc. Quedaron desempleados cientos de miles de trabajadores; el peso se devaluó (bajó en 12.5% del PIB). Los cereales bajaron en un 14% respecto a 1929.(1)

Por esos años existió la Confederación Nacional de Agricultura, en esta asociación había personajes influyentes y miembros de la “Familia Revolucionaria”. Fue esta agrupación la que pregonó la suspensión del reparto de tierras. Algunos Latifundistas enfatizaron el fracaso de la reforma agraria: “El agrarismo había ido a la banca rota en casi toda la república”(2).

En México se fue creando poco a poco un ambiente de cuestionamiento y de rechazo a la débil y vacilante reforma agraria realizada durante los años ’20. Los rasgos fundamentales de las distintas administraciones gubernamentales durante la crisis y su política en materia agraria fueron, en primer lugar, al concluir el gobierno de Plutarco Elías Calles; el programa agrario era uno de los más relevantes. Se decretaron leyes, se distribuyeron tierras y se llevó una política crediticia y educativa en el campo. Se estableció una Comisión Nacional de Irrigación y la de Caminos.
El latifundismo estaba en pie, las grandes haciendas casi no se tocaron y el sistema de financiamiento en el capo se hizo vicioso y operaba “con propietarios particulares, no ejidatarios con recomendados y políticos, mediante garantías o sin garantías …”(3).

La relación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación frente a la situación en el campo, Marte R. Gómez, un especialista del tema escribió que: “de 1920 a 1928 la SCJN fue el baluarte a los que nuestros terratenientes acudieron para frenar la aplicación de la Reforma Agraria” (4), era un “… instrumento ciego de los hacendados y, se está poniendo su veto a la revolución”(5).

Durante el periodo de Emilio Portes Gil, se aceleró el reparto agrario y, en menos de dos años se distribuyeron más de dos millones de hectáreas entre 156 mil campesinos.(6)

El gobierno de Pascual Ortiz Rubio distribuyó alrededor de  un millón doscientas hectáreas, cifra inferior a la que repartió Portes Gil. Ortiz Rubio fue un defensor del latifundio. Deseaba concluir la acción agraria en estados donde ni siquiera se formaron brigadas de ingenieros que tramitaran las solicitudes ejidales pendientes. (7)

El presidente Abelardo Rodríguez ejerció su mandato cuando algunos sectores del PNR, reclamaban cambios en el gobierno sobre la manera de enfocar y resolver los problemas del campo.

También se expidió el primer Código Agrario, documento mediante el cual se derogó un conjunto de leyes, acuerdos, decretos y disposiciones anteriores. El nuevo Código fue un instrumento legal que Lázaro Cárdenas utilizó después para realizar los cambios agrarios en el país.
Durante estos gobiernos de Portales Gil, Ortiz Rubio y Rodríguez fue clara la política de que a pesar de las carencias y problemas del campo, la reforma agraria se terminó. El “callismo” fue cómplice de la clase terrateniente y no pacificó al campesinado rebelde. Sin embargo, durante esos años, ciudadanos, pueblos y Ligas campesinas mostraron su enojo frente a la labor antiagrariarista del “maximato”.

Yucatán

El henequén, principal generador de recursos de la entidad fue un producto que tuvo descensos, bajó en áreas de cultivo. La fibra estuvo sujeta a vaivenes del mercado exterior de los monopolios foráneos. La producción henequén no se recuperó al terminar la crisis.(8)

La situación de los henequeneros fue uno de los casos que más ha impactado a la sociedad mexicana. Si bien es cierto que con la revolución se otorgaron algunas tierras a los campesinos, la mayor parte carecía de lo necesario para ser libre frente al poder de los hacendados.

Por otro lado, los latifundistas seguían apoderándose de las pocas tierras campesinas. Así, además de los 19 mil peones acapillados de la haciendas, había en la zona 26 mil ejidatarios a la explotación de sus milpas, tenían que trabajar en sus fincas. (9)
A la dieta de la población henequenera le faltaba del 55 al  70% de las calorías esenciales para conservar la existencia. Con un salario de 84 centavos diarios, la desnutrición y las enfermedades del hambre destruían a la población Maya.

Hacia los años 1935-1936, “… el salario mínimo estaba entre 1 peso 50 centavos y los 3 pesos, según la zona, pero ganar este salario era una ilusión que pocas veces se alcanzaba”. En marzo de 1936, en el municipio de Humucmá, muy pocas personas encontraban trabajo “… y las que tenían la suerte de hallarlo sólo podían aspirar a un salario de 0.75 centavos”. (10)

Durante el gobierno de Carrillo Puerto, el gobierno fue apoyado por las Ligas de Resistencia iniciando algunas medidas en beneficio popular. Se impulsó la agricultura, la educación en el campo, expropiaciones de tierras, etc. Es un periodo que se dio mucha fuerza al campesinado yucateco.(11)

Más tarde estalló una revuelta militar apoyada por los hacendados locales. Estos se consolidaron, desmantelaron y debilitaron a las asociaciones y grupos campesinos. Los campesinos resistieron al latifundismo y ello provocó más tensión y conflictos. Se realizaron huelgas de jornaleros, con choques violentos para la toma de tierras.(12)

Lombardía y Nueva Italia (Michoacán)

Michoacán ha sido siempre una de las entidades con agricultura importante. La crisis de 1929 afectó al medio rural, la disminución y descenso de los precios de los productos de exportación. La agricultura agraria latifundista originó un descenso en las condiciones de vida del campesino. Las fincas de Lombardía y de Nueva Italia fueron propiedades de la familia Cussi y se convirtieron en escenarios de luchas entre trabajadores y patronos. Esto surgió en un estado donde el latifundio, el comercio y la iglesia siempre estuvieron en lucha contra el campesinado.

Se constituyó la Liga de Comunidades Agrarias de Michoacán, con gran influencia en los pueblos purépechas (Tasejero, Pátzcuaro, Naranja). La Liga fue una de las más fuertes de la época. Los hacendados estaban acostumbrados a aplacar cualquier intento de lucha campesina. La Liga, preparó invasiones a las fincas. (13)

Una de las actividades de la Liga fue la de preparar congresos con las comunidades locales con la Liga de Veracruz y otras entidades formó la Liga Nacional Campesina (LNC). Con el apoyo del gobernador Lázaro Cárdenas se constituyó la confederación Revolucionaria Michoacana del Trabajo (CRMDT), parra organizar a las masas trabajadoras y transformar el medio rural.
Grupos pertenecientes al agrarismo michoacano fueron utilizados para combatir la rebelión cristera.  Estas haciendas vieron a sus trabajadores en luchas agrarias.(14)

La Laguna

La agricultura fue muy golpeada y los precios sufrieron fuertes descensos. Además, la sequía de 1930 provocó la pobreza de muchos trabajadores. La  Comarca Lagunera era considerada como la zona agrícola más rica del país. El desarrollo del regadío y el transporte ferroviario produjo la llegada de miles de trabajadores de distintos lugares de México. Se convirtió en una fortaleza del latifundismo con capitales extranjeros. (15)
En cuanto a la mano de obra, un buen número de trabajadores estaban en situación de peones acapillados, sujetos a la tienda de raya. En pocas haciendas edificaron escuelas. No había una política médico- asistencial que brindara servicio, ni viviendas a sus peones, otros no tenían un trabajo definitivo.

En un informe del jefe del Departamento del Trabajo al presidente de la república, se encuentran datos interesantes: La población campesina (unas 40 mil personas) ganaba menos de un peso. El jornal medio “no puede ser inferior a los dos pesos con ochenta centavos”.

La crisis económica de 1929 ocasionó diversos estragos, por ejemplo:

1.- Político patronal de modernización de métodos laborales y maquinaria agrícola.

2.- Miles de “piscadores” de algodón perdieron el empleo.

3.- Salarios muy bajos, y

4.- Expulsión de campesinos pobres. (16)


Armando Bartra considera que para el caso lagunero, hay que explorar los antecedentes de lucha campesina y que ello nos puede ayudar a la comprensión de la movilización social: La formación de comités agrarios (1916) al constituirse el de Tlahualillo; las ocupaciones de tierra  como la de la Vega de Caracol en 1922 y por el sindicato “Miguel Hidalgo”; las solicitudes de tierras ejidades a las que se respondió con la quema o inundación de pueblos con las aguas de riego; en 1927 los solicitantes de la Federación de Sindicatos de Gómez Palacio son mandados a la Goma, hacienda periférica”(17).

De este modo se aceleró la actividad y la política, creció la fuerza del sindicalismo magisterial, del campesinado y otros sectores. Se tomaron la Federación Sindical Revolucionaria de Torreón, la Federación de Sindicatos Obreros y Campesinos de Gómez Palacio. Se sindicalizaron cerca de 20 mil trabajadores y, desde la constitución de Uniones Campesinas se pasó a la formación de sindicatos.

El conflicto más relevante de la invasión de tierras fue el que estalló en la hacienda Manila en 1935. Las demandas iban desde aumentos salariales, hasta la disminución de la jornada de trabajo a 8 horas.(18) Esta huelga fue el inicio que repercutió en la expropiación de tierras y en medidas que cambiaron la región.

Tamaulipas

La zona algodonera del norte se destacó por actividades reivindicativas que fueron esenciales para la expropiación de tierras en manos de hacendados gringos.

El petróleo ocasionó la llegada de inversiones extranjeras, técnicos y mano de obra industrial. Las llanuras del centro y del norte poseían territorios fértiles. El campesino padecía una situación de miseria y marginación social. Los hacendados parecían señores feudales frente a los aparceros, peones y trabajadores del campo.
En los primeros tiempos de la crisis económica de 1929, los municipios de Reynosa y Matamoros dedican unas 40 mil hectáreas al algodón. Según un cálculo se podían dedicar a este cultivo unas 250 mil hectáreas.(19)

La producción algodonera daba enormes ganancias a los propietarios, pero la situación rural era de pena. A principios de 1935, Graciano Sánchez (dirigente de la CCM) y el ingeniero Antonio Villarreal informaron al presidente Cárdenas sobre el alojamiento campesino. En la finca “Las Rusias”, en muchas habitaciones vivían 4 ó 5 familias.(20)

En septiembre de 1934 el gobernador Villarreal de Tamaulipas solicitó tropas para desalojar a los campesinos que se habían tomado varios predios. El jefe de la guarnición de Matamoros recurrió al desarme, luego notificó a los pobladores que tenían que abandonar sus casas y los terrenos. Como argumentó que los campesinos tomaron las tierras por la fuerza.(21)

La importancia de esta zona y la situación de violencia provocaron que el general Cárdenas enviara una delegación.(22)

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NOTAS 
 (1)Ayala, J. Estado y Desarrollo. La transformación de la economía mixta mexicana, 1920-1982. México, FCE, 1988. pp. 125-126

(2)Rivera Castro, José. El campesino y la crisis económica de 1929: El impacto regional. Perspectivas históricas, n-1, julio – diciembre de 1997, Centro de Estudios Históricos Internacionales (CEHI), pp. 127-149. (p.129)
(3)Zevada, R. Calles El Presidente. México, Editorial Nuestro Tiempo, 1971. p.117
(4)Gómez, Marte R. La Reforma Agraria en México. México, Librería de M, Porrúa, 1964. p.44.
(5)Ibidem, p.46.
(6)Ibidem, p.26-28.
(7)Ididem, p.63.
(8)Laborde, Hernán. Cárdenas, reformador agrario en: PAIM, N-1, Vol IV, enero-marzo de 1952. pp.57-86
(9)Ibidem, p.75.
(10)Sierra, J. y José P. Cárdenas y el reparto de los henequenales. Mérida, Consejo Editorial de Yucatán, 1986. p.142
(11)Carta del Ing. Candelario Reyes al Presidente L. Cárdenas, en: AGN- Presidentes, L. Cárdenas, Exp 404. 1/706, 06 de Octubre de 1936.
(12)Rivera Castro, José., op. Cit., p.134
(13)Laborde, H. Op.cit., p. 74
(14)“Informe de la CRMDT”, en: AGN-Presidentes, Abelardo L. Rodríguez, Exp. 06-36; Diego, Manuel. En torno a la historia de la CRMDT, en jornadas de Historia de Occidente. “Lázaro Cárdenas”. México, 1988. p.125.
(15)Laborde, Hernán. Op. Cit., p.83
(16)Destrepo, I. y Eckistein, S. La agricultura colectiva en México. México, siglo XXI, 1975. p.23
(17)Bartra, Armando. Los herederos de Zapata. México, Edit. Era; 1985. pp. 62-65.
(18)Liga de Agrónomos Socialistas. El Colectivismo Agrario en México, La comarca Lagunera. México, talleres de Industria Gráfica, 1940.
(19)Informe de Cuauhtémoc Esparza al Departamento Agrario. AGN-Presidentes, Abelardo L. Rodríguez, Exp. 552.5/518, p.14, 18 de Octubre de 1934.
(20)Informe de la Comisión desempeñada en Tamaulipas. AGN-Presidentes, L. Cárdenas, Exp. 404./, 106. p.5, 28 de Enero de 1935.
(21)Informe de Cuauhtémoc Esparza…, op. Cit. Pp.1-2.
(22)AGN- Presidentes, L. Cárdenas. Exp. 404/206, legajo 1, 28 de Enero de 1935.




 BIBLIOGRAFÍA

Ayala, J. Estado y Desarrollo. La formación de la economía mixta mexicana, 1920-1982. México, FCE, 1988.

Rivera Castro, José. El campesino y la crisis económica de 1929: El impacto regional. Perspectivas históricas, N-1, julio – diciembre de 1997, Centro de Estudios Históricos Internacionales (CEHI).

Zevada, R. Calbes el presidente… México, Editorial Nuestro Tiempo, 1971.

Gómez, Marte R. La Reforma Agraria en México. México, Librería de M. Porrúa, 1964.

Laborde, Hernán. “Cárdenas, reformador agrario”, en PAIM, México, 1952, vol. IV, N-1.

Sierra, J. y José P. Cárdenas y el reparto de los henequenales. Mérida, Consejo Editorial de Yucatán, 1986.

Carta del ingeniero Candelario Reyes al presidente L.Cárdenas en: AGN-Presidentes, L. Cárdenas, Exp.404. 1/706, 6 de Octubre de 1936.

“Informe de la CRMDT”, en AGN-Presidentes, Abelardo L. Rodríguez, Exp. 06-36.

Diego, Manuel. “En torno a la historia de la CRMDT, en jornadas de Historia de Occidente. Lázaro Cárdenas. México. 1981.









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