martes, 28 de abril de 2020


PANTEON DE LOS REYES NAVARROS

EN

LA ABADIA BENEDICTINA DE

SANTA MARÍA LA REAL DE NÁJERA





Introducción.
      
La antigua abadía benedictina de Santa María La Real de Nájera, hoy convento franciscano venido a menos, no es sólo el panteón de algunos reyes navarros que convirtieron a Nájera la segunda capital de su viejo reino. Es también el panteón de ilustres personajes que hicieron la historia de Castilla, el reino que se deshizo en el esfuerzo fecundo de hacer a España en la península Ibérica, en Europa y a ambos lados del Atlántico y del Pacífico. Es de Castilla de quien se puede cantar con propiedad aquello tan bello de "¡Gloria a la Patria que supo seguir, sobre el azul del mar, el caminar del sol!"
En esta ocasión he escogido recordar los monumentos funerarios de la vieja abadía najerina donde descansan algunos personajes directa o indirectamente relacionados con un momento crucial en la historia de Castilla y en la del futuro de España: la batalla de las Navas de Tolosa (16 de julio de 1212).
Mi intención, además, es ir más lejos. La presencia en Nájera de esos personajes y de sus panteones—personajes en absoluto vulgares y obras de arte nada desdeñables -, si queremos explicarla, nos plantea la necesidad de intentar reconstruir hasta donde podamos la Nájera de su tiempo.


1.- El contexto de la batalla de las Navas de Tolosa.

1.1.- Contexto externo.
A Ortega y Gasset se le escapó una frase célebre, tan brillante como necia, repetida con nada disimulada fruición por todos los historiadores empeñados en "desmitificar" la Reconquista española 1: "Yo no entiendo cómo se pudo llamar reconquista a una cosa que dura ocho siglos".2
Los hechos desmienten a Ortega. España, para seguir perteneciendo a la cristiandad, o lo que es lo mismo, para seguir siendo occidental y europea y para permitirle a Europa desarrollar la cultura y civilización, que hoy es el más precioso patrimonio del Mundo Libre, aguantó a lo largo de nueve  siglos (710 - 1609) cuatro invasiones islámicas efectivas y algunas otras más, frustradas, que estuvieron a punto de hacer real y verdadera aquella no tan pesada broma francesa que dice que "África comienza en los Pirineos"
La primera invasión, la de "la perdida de España", siguió a la batalla del Guadalete en el año 711 y pareció terminar con la reconquista de Toledo por Alfonso VI, en 1085.
La segunda, la de los almorávides, se inicia con la derrota de Alfonso VI en Sagrajas (1086), y agudiza su declive la conquista de Almería por Alfonso VII el Emperador, en 1147.
En la tercera, los almohades toman Sevilla en 1148 y la hacen su capital. Culmina con la derrota cristiana en la batalla de Alarcos (1195). El comienzo del fin es la batalla de las Navas de Tolosa de 1212.
Fue la cuarta cuando, después de las conquistas de Jaime I y de Fernando III, parecía definitivamente conjurado el peligro musulmán en la Península. Pero entre 1275 y 1285 se consolidan los benimerines, que serán derrotados por Alfonso XI, en 1340, en la batalla del río Salado, y expulsados de Algeciras en 1344.
En 1453 los turcos toman Constantinopla y fiados en su ayuda, los granadinos atacan por sorpresa en 1481 a los castellanos, que, después de una desesperante guerra de diez años, toman Granada en 1492. Pero el peligro no había terminado.
Los moriscos, fiados una vez más de los turcos, se mantendrán sublevados desde 1568 a 1570. Serán definitivamente expulsados en 1609. Si queremos entender algo de lo que pasó, recordemos la situación en el Mediterráneo en aquellas fechas — Lepanto (1571) no fue el final de nada— y la del mismísimo centro de Europa donde Viena fue peligrosamente asediada en 1529 y 1683.

1.2.- Contexto interno.
Entre la muerte de Alfonso VII el Emperador (21 de agosto de 1157) y la batalla de las Navas de Tolosa (16 de julio de 1212) transcurrió una disparatada época en la que una desmadrada "experiencia de España plural y multinacional", como dicen ahora los "progres", condujo al desastre de Alarcos, el aciago 19 de julio de 1195.
En 1196 la mismísima Toledo, la capital espiritual de la España común, corrió serio peligro de ser reconquistada por los almohades. Los reinos hispánicos, ante el muy grave peligro común, dejaron de jugar a ser caprichosas, cerriles, enrabietadas y suicidas taifas y, volviendo unidos a la tarea común de rechazar al invasor, ahuyentaron el peligro con la victoria de las Navas.4 Alfonso VIII, rey de Castilla, como último responsable de lo que allí sucedió, recibiría para siempre en ella el honroso apelativo de "el de las Navas".



2.- El sepulcro de doña Blanca Garcés o de Navarra.

Doña Blanca Garcés o de Navarra fue la esposa del rey de Castilla Sancho III el Deseado y la madre de Alfonso VIII el de las Navas.
Que doña Blanca fue enterrada en la abadía najerina lo demuestran documentos fidedignos de su marido Sancho III y de su hijo Alfonso VIII.5 De su primer sepulcro sólo se conserva la tapa o lauda que lo cerraba.
La Lauda del primer sepulcro de doña Blanca, una joya del románico, pudo ser tallada entre 1156 y 1158. José Manuel Ramírez Martínez6 afirma que manifiesta una clara influencia languedociana recibida a través de Navarra y Aragón.
Dentro de la iglesia abacial najerina, durante la última restauración (1963)7, el ámbito de la que fue Real Capilla de la Santa Cruz se organizó para formar lo que ahora se llama "el Panteón de Infantes". En su centro se colocó la tapa o lauda del sepulcro de Doña Blanca. 8
Una lauda (latín, lapis, lapidis) es una losa o lápida que se coloca sobre la sepultura para facilitar la identificación del difunto, invocar una oración por su alma, o dejar constancia del papel que ha tenido en la comunidad.
En el caso que nos ocupa es un bloque de piedra arenisca con la forma de un prisma recto cuadrangular sobre cuyas caras laterales se superpone sin solución de continuidad otro prisma triangular. Una serie de bajorrelieves decora toda la superficie de las cuatro caras rectangulares laterales visibles. Los de las dos bases pentagonales se han perdido.

2.1.- El programa iconográfico.

2.1.1.- Dos cuadros, delantera y trasera de la lauda, de composición paralela.

El programa iconográfico está muy bien pensado y perfectamente organizado en dos cuadros de composición estrictamente paralela porque ambos constituyen el significante y el significado del mensaje esculpido en la piedra: el relato y la interpretación religiosa de la "buena muerte" de doña Blanca.
Ambos cuadros, la parte delantera y la parte trasera de la lauda, están divididos en dos espacios, celeste el uno, terrestre el otro.
Son escenas únicas, relacionadas con el Juicio Final personal, las del espacio celeste: en la delantera se cuenta el Juicio Final personal de la reina. En la trasera, una parábola evangélica directamente relacionada con la preparación que se ha de hacer de dicho Juicio.
Hay una triple escena de la vida real en el espacio terrestre: en la delantera es la muerte de sobreparto y el velatorio de la reina, contados en tres escenas simultáneas. En la trasera son dos escenas plausibles y una vituperable, muestras del comportamiento de distintos reyes con los niños y sus madres a lo largo de la Historia de la Salvación.

2.1.2.- El relato de la muerte de la reina.

La vista lateral delantera está dividida en un espacio inferior y otro superior. En el inferior, el terrestre, se desarrolla una escena central en la que dos ángeles llevan el alma de la recién fallecida doña Blanca ante el Divino Juez representado en toda su majestad en el plano superior. A la derecha del espectador, separada por un árbol de adorno, se representa la escena del dolor del rey de Castilla, Sancho III el Deseado, su marido, y a la izquierda, separada por otro árbol de adorno, la del dolor de su hermana doña Sancha Garcés, casada con Gastón, vizconde de Bearne, que terminaría enterrada en este mismo sepulcro.
En el superior, el celeste, se representa a Cristo Majestad, con mandorla y tetramorfos, en su función de Divino Juez, flanqueado por todo el colegio apostólico dividido en dos grupos de seis Apóstoles, en su función de celeste corte judicial.
En una solución más avanzada, la unión entre los dos planos, el terrestre y el celeste, se dará en la escena central y será el nexo entre ambos un ángel que ascienda de la tierra al cielo, conduciendo el alma del difunto, alma niña (Mt, 18,3; Jn, 3,1-21), a la presencia del Divino Juez. El Greco en "El entierro del Conde de Orgaz" dictará la lección definitiva. Un buen ejemplo del inicio está aquí, claro que siguiendo una vieja tradición iconográfica bizantina.
Este mismo motivo de los ángeles psicopompos y del alma niña del difunto está también en el sepulcro de la beata Urraca Díaz de Cañas, en Cañas. En el oficio de difuntos del ritual romano (que tantos recuerdos medievales conservaba) se cantaba una antífona que decía: In paradisum deducant te angeli in tuo adventu sucipiant te maryres, et perducant te in civitatem sanctam Jerusalem....

2.1.3.- La interpretación religiosa de la muerte de la reina.

La vista lateral trasera está dividida también en un espacio inferior y otro superior. En el inferior, el terrestre, se desarrollan tres escenas bíblicas. Entre la primera y la segunda encontramos el ya conocido árbol separador. No así entre la segunda y la tercera. En la primera se representa la adoración de los Magos (Mt 2, 1­12). En la segunda, el juicio de Salomón (1 Re 3, 16-28). Y en la tercera, la matanza de los Inocentes (Mt 3, 16-18). Son tres acciones reales relacionadas con el respeto o falta de respeto a la dignidad de los niños y al amor de las madres por sus hijos. Las dos primeras laudables, la tercera vituperable.
En el superior, el celeste, se representa a Cristo Esposo abriendo las puertas del recinto de bodas a las jóvenes prudentes y cerrándolas a las necias (Mt 25, 1-13.
La escena de los Magos y la del juicio de Salomón caen justamente debajo de las vírgenes prudentes y la puerta abierta del recinto de las bodas, a la derecha de Cristo Novio (y Juez) y la matanza de los Inocentes, debajo de las vírgenes necias y de la puerta cerrada del recinto de las bodas, a la izquierda de Cristo.
La lauda explica bien cuál ha sido la sido la virtud heroica que ha llevado a la Gloria Eterna a doña Blanca. El traer al mundo el heredero del Reino de Castilla, cumpliendo su deber de esposa y de reina, le ha costado la vida. A diferencia del infanticida Herodes, ha sido generosa como los Magos, sabia como Salomón y por ello ha merecido el destino de las vírgenes prudentes: el estar a la derecha de Cristo Juez y tener abierta la puerta de acceso a la Vida Eterna (Mt 25, 31-46).

2.2.- El epitafio.

2.2.1.- Texto.

Sobre el sepulcro hubo un epitafio que decía:
"NOBILIS HIC REGINA IACET, QUAE BLANCA VOCARI PROMERUIT.
PULCHERRIMA SPECIE, CANDIDIOR NIVE, CANDORIS PRAETIUM FESTINANS.
GRATIA MORUM FOEMINEISEXUS HANC DABAT ESSE DECUS.
IMPERATORIS NATUS REX SANCIUS ILLI, VIR FUIT, ET TANTO LAUS ERAT IPSA VIRO.
PARTU PRESSA RUIT, ET PIGNUS NOBILE FUDIT.
VENTRIS VIRGINEI FILIUS ASSIT EI.
ERA MILLENA CENTENA NONAGESIMA QUARTA REGINAM CONSTAT OBIISE PIAM".

 2.2.2.- Traducción.
"Aquí descansa la noble reina que mereció llamarse Blanca.
Bellísima de aspecto, más blanca que la nieve, capaz de subir el precio de la pureza.
La elegancia de sus costumbres hacía que ésta fuese de las mujeres honra y espejo.
El rey Sancho, el hijo del Emperador, fue su marido, y a tan alta persona le fue ella motivo de alabanza.
Murió de sobreparto, después de dar a luz una noble prenda.
El Hijo de la Virgen (el fruto del Vientre Virginal) la asista.
Consta que la Reina halló la muerte en el cumplimiento de su deber de esposa y reina en 1156".

 3.- Biografía de doña Blanca de Navarra.

Sabemos muy poco de doña Blanca Garcés o de Navarra. Parece que nació en Laguardia, después de 1133, quizás en 1137. Fue hija de García Ramírez el Restaurador, de Pamplona, y de Margarita de L'Aigle. Por parte paterna eran sus abuelos Ramiro Sánchez de Pamplona, nieto, por línea bastarda, del rey don García el de Nájera, y su esposa Cristina Rodríguez, hija de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.
Su padre y su hermano la utilizaron como baza política para jugársela en los diversos pactos que debieron hacer con los monarcas vecinos.
En 1140, García Ramírez el Restaurador, para neutralizar un peligroso pacto antinavarro de Alfonso VII el Emperador con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, concierta con Alfonso VII la boda del primogénito de éste, Sancho con su hija doña Blanca, ambos niños de seis y tres años de edad. Menéndez Pidal cree que pensando en estos esponsales y en su descendencia escribió el trovador en el Cantar de Mío Cid: «Oy los reyes d'España sos parientes son» (v. 3724).9
En 1143, Alfonso VII el Emperador recupera Logroño, en poder del Restaurador desde el pacto de Nájera de 1135, y con Nájera lo encomienda a la gobernación de su hijo Sancho. El Restaurador, viudo en 1141, para detener el expansionismo del Emperador, se casa con una hija bastarda de éste, Urraca, en León el 19 de junio de 1144.
Fiel vasallo de el Emperador, después de prestarle ayuda en importantes empresas guerreras, García Ramírez el Restaurador muere el 21 de noviembre de 1150 y es enterrado en Navarra, sin que se hayan celebrado las bodas entre doña Blanca y Sancho.
En noviembre de 1150, Sancho VI el Sabio sucede en el trono navarro a su padre García Ramírez el Restaurador y tiene que neutralizar los acuerdos antinavarros de Tudején, tomados otra vez, por Alfonso VII el Emperador y el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV el 27 de enero de 1151. Acuerdos en los que había participado Sancho, el prometido de Blanca.
El medio del que se sirve el monarca navarro es exigir la celebración inmediata del matrimonio, concertado 11 años atrás, de su hermana Blanca con Sancho, más tarde llamado el Deseado, el hijo primogénito del Emperador. La boda se celebró entre el 30 de enero y el 2 de febrero de 1151. Matrimonio de conveniencia que se convirtió en verdadera unión por amor. La lauda de doña Blanca y la documentación de su marido no mienten en este aspecto.
La noche del viernes 11 de noviembre de 1155 nace su primer y único hijo Alfonso VIII, el de Las Navas, probablemente en Nájera que repetidamente fue corte tanto de Alfonso VII como de Sancho III. De éste, al menos desde 1135. Doña Blanca, quizás de sólo 18 años, no se repone del parto y muere el 12 de agosto de 1156. Es enterrada en Santa María La Real de Nájera.
El 21 de agosto de 1157 murió Alfonso VII el Emperador y heredó la corona de Castilla Sancho III el Deseado, viudo de doña Blanca desde el año anterior, que fallecería dos años después, el 31 de agosto de 1158, no sin disponer antes cómo se debía sufragar el mantenimiento de la lámpara de plata que perpetuamente iluminase el sepulcro de su esposa10.


4.- El sepulcro de don Diego López de Haro.

En el espléndido claustro de la vieja abadía najerina, a la salida del panteón real, nos encontramos con los sepulcros de don Diego López de Haro y de su esposa doña Toda Pérez de Azagra 11. El de don Diego López de Haro es un monumento funerario que ha sido muchas veces rehecho a lo largo del tiempo, desde su construcción a mediados del s. XIII. Ello deja muy clara la importancia dada a lo largo del tiempo por el linaje de los Haro al personaje considerado poco menos que como el fundador de su linaje.
Los relieves de ambos sepulcros nos cuentan la inhumación de don Diego (muerto el 16 de octubre de 1214) y la de doña Toda (fallecida el 16 de enero de 1216) con una naturalidad que ya nos sitúa en el comienzo de los frescos aires realistas del gótico. La perfección de esas mismas representaciones las encontramos en el sepulcro de la condesa doña Urraca Díaz de Cañas, su hija12 (fallecida el 7 de julio de 1263), en la abadía cisterciense de Cañas.


5.- Epitafios.

Hay memoria de dos latinos conservados. Del segundo se nos ha transmitido esta traducción libre en versos castellanos no carentes a veces de gracia 13.
No pases de largo aquesta memoria,
¡Oh caminante! Detente un poquito.
Aqueste blasón que ves aquí escrito
De un gran caballero contiene la historia.

Fue de Vizcaya en un tiempo la gloria,
Defiende a Castilla en su libertad,
Sufriendo el destierro y cautividad,
 Lo cual sobrepuja con honra notoria.

Don Diego de Haro fue dicho por nombre,
Fama, riqueza, bondad y saber,
Cuanto en el mundo se pudo tener
Tuvo más bien que ningún otro hombre.

De fuerte guerrero tuvo renombre,
Contra los moros señor animoso,
Que en la de las Navas del rey don Alonso
Se sabe que fue más recio que un robre.

La muerte, con todo, dio fin a sus hados,
Y en este sepulcro sus huesos se encierran,
La ánima al cielo y el cuerpo a la tierra Dejó,
y en el mundo sus hechos nombrados.

Los cuales de todos serán alabados.
Ruega, por tanto, por él al Señor,
Que tenga su alma en paz sin dolor,
Y ¡mueve tus pasos apresurados!



6.- Biografía de Don Diego López II de Haro 14.

Don Diego López II de Haro el Bueno o el Malo, según la época y los autores, nació hacia 1152 y murió el 16 de octubre de 1214.
Hijo y heredero de de don Lope Díaz I de Haro, conde de Nájera (circa. 1126 -1170), y de la condesa Aldonza Rodríguez.
Estuvo casado con Toda Pérez de Azagra, hija de Pedro Ruiz de Azagra, primer señor de Albarracín. Le sucedió en el señorío de Vizcaya su hijo Lope Díaz II de Haro (Cabeza Brava). Fue padre también de Urraca Díaz de Haro quien contrajo matrimonio con el conde Álvaro Núñez de Lara y, una vez viuda, fue abadesa en el Monasterio de Cañas. Su nieto don Diego López V de Haro será el fundador de Bilbao.
Fue un político muy influyente en la Castilla de Alfonso VIII (1158 - 1214), su paisano. Casi se puede afirmar con toda seguridad que los dos eran najerinos. Pero don Diego López II de Haro era ante todo un noble cuidadoso de sus intereses personales que eran también los de su familia.
Como en los casos posteriores, por ejemplo, del Marqués de Santillana o del Duque de Nájera, era un noble que servía al rey, su señor, si le recompensaba generosamente sus servicios a él o a los suyos y mientras así lo hiciera. Don Diego López II de Haro fue un genio a la hora de sacarle partido a las desnaturalizaciones y a los exilios que conllevaban. Sirvió a Navarra y a León cuando consideró que le era conveniente para regresar a Castilla con mayor poder y prestigio.
Como su padre, obtuvo el gobierno de La Rioja, Castilla la Vieja y Trasmiera. Añadió además la tenencia de la Asturias de Santillana y de la Bureba. Con el tiempo extendió todavía más sus dominios en el nordeste de Castilla, llegando a gobernar "de Almazán hasta el mar" (1196).
En 1204, Alfonso VIII le reconoció la propiedad de la totalidad de Vizcaya, territorio que sus antecesores habían gobernado en el siglo XI, comenzando así a poner la base del poder de los Haro en el siglo XIII. Añadió Durango en 1212, poco después de la batalla de Las Navas de Tolosa. Dio un paso decisivo en la patrimonialización de estas tenencias cuando empezó a compartirlas con su hijo, Lope Díaz II de Haro. Éste gobernó Castilla la Vieja a partir de 1210, Asturias de Santillana en 1211, y Álava en 1213.
Fue muy importante su decisiva colaboración política y militar en el gobierno de Castilla y su estrecha relación personal con Alfonso VIII, pero, con mucho, fue más importante el hecho de que tuvo un papel decisivo en el ascenso del linaje de los Haro y en el fortalecimiento de la identidad como familia noble de tal linaje. Téngase en cuenta que los Haro van a dominar la sociedad política castellana, y después la castellano-leonesa, durante todo el siglo XIII.
Reforzó el papel del jefe de familia entre sus parientes, pasando así de una organización horizontal a otra vertical de la familia, convirtiéndola en un linaje. Fue el primero de su familia que usó el apellido Haro, lo que consta en los documentos a partir de 1184. Fue también el inventor probable de su símbolo heráldico, el lobo con un carnero en la boca, que consta en su sello de 1198.


7.- La leyenda negra de don Diego.

Una guerra de propaganda y contrapropaganda sobre el personaje, entre sus sucesores y las familias nobles rivales o la monarquía, le construyó, a finales del s. XIII, una leyenda negra y una leyenda dorada, lo que explica sus dos apodos opuestos. Un momento clave puede situarse entre 1270-1280, cuando Lope Díaz III de Haro se enfrentó con el rey de Castilla y León Alfonso X el Sabio en revueltas nobiliarias cada vez más abiertas.
Veamos algunos detalles.
El aciago 19 de julio de 1195, en Alarcos, en primera línea estaba la caballería pesada cristiana al mando de Don Diego López de Haro, al que acompañaban sus propias tropas. Llegado el mediodía, tras tres horas de batalla, la caballería pesada cristiana fue cercada por la caballería ligera musulmana. Diego López de Haro trató de abrirse paso a toda costa, teniendo finalmente que refugiarse en el inacabado castillo, que tras haber sido también cercado, tuvo que rendir, aunque se le permitió marchar, tras haberse comprometido a pagar el recate.
A finales del siglo XIII, Don Diego López de Haro sería acusado de cobardía por estos hechos.
El lunes 16 de julio de 1212, en las Navas de Tolosa, Don Diego López de Haro volvía a estar al mando de la vanguardia cristiana. Cuenta la leyenda de don Diego López de Haro el Malo que, "Cuando amaneció, los dos ejércitos estaban formados frente a frente a una cierta distancia. En la vanguardia del cristiano, capitaneando sus tropas de choque, don Diego López de Haro escuchaba esta advertencia de labios de su hijo: "Padre, que lo hagáis de modo que no me llamen hijo de traidor y que recuperéis la honra perdida en Alarcos". A lo que el viejo guerrero respondió: "Os llamarán hijo de puta, pero no hijo de traidor". (Lo decía don Diego porque su esposa era de costumbres libres y lo había abandonado)... Don Lope prometió a su padre: "Seréis guardado por mí como nunca lo fue padre por su hijo, y en el nombre de Dios entremos en batalla cuando queráis. "15
Expliquemos lo de "hijo de puta". La leyenda negra le atribuyó a don Diego un matrimonio, que nunca contrajo, con María Manrique de Lara, hija del conde Manrique Pérez de Lara, primer señor de Molina y la condesa Ermesenda, vizcondesa de Narbona. Fruto de este matrimonio habría nacido Lope Díaz II de Haro (Cabeza Brava) quien sucedió a su padre en el señorío de Vizcaya, pero no hay constancia documental de este primer matrimonio. Aunque la leyenda si da sabrosos detalles.
"... Esta señora Doña María Manrique se le fue a don Diego con un herrero en Burgos. Cuando murió en satisfacción de su culpa, si bien se mandó que fuese enterrada en el monasterio de Huerta, pero no en el capítulo donde estaban sus padres, sino fuera de la iglesia a la entrada de ella para que todos hollasen su cuerpo, sobre el cual se puso una lápida de alabastro con su bulto de relieve, donde estuvo hasta los tiempos del emperador Carlos V, el cual pasando por aquel monasterio, y preguntada y sabida la causa de que sepultura tan lustrosa ocupase lugar tan humilde, mandó quitarle de allí y que la pusiesen dentro del capítulo con sus padres diciendo que ya había hecho harta penitencia."16


8.- La Nájera de Alfonso VII, de Sancho III y Alfonso VIII.

A mí, desde muy joven, hay un poema alemán cuyas preguntas me resultan muy inquietantes cuando trato sobre temas históricos:
"Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas?¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla china,
¿adónde fueron los albañiles? Roma la Grande
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes? Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse
su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II ganó la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la ganó, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién paga sus gastos?
Una pregunta para cada historia."
      
B. Brecht, Preguntas de un obrero ante un libro.
Apliquemos la "metodología Brecht" a nuestro tema. Entre 1160, fecha aproximada de la construcción del sepulcro de doña Blanca, y 1260, fecha aproximada de la construcción del de don Diego, ¿cómo era política, económica, culturalmente la Nájera que pagaba estas obras de arte para colocarlas y disfrutarlas en la vieja abadía?
Se supone que la época dorada de Nájera acabó en junio-julio de 1076 con el asesinato de Sancho el de Peñalén, buscado, querido y consentido por su propia familia y sus propios nobles.
Se supone que García Ordoñez, con la colaboración de su esposa Urraca (hermana del asesinado Sancho) para acabar política, económica y socialmente con la Nájera, que había sido concapital con Pamplona del reino de Navarra desde el 923, había conseguido fueros para Logroño, de forma que la vieja aldea del vado del Ebro se convirtiese en la gran capital castellana de la zona17.
Se supone bien, pero esa no es, ni mucho menos toda la verdad. Tras el asesinato de Sancho (1076), la crisis se apodera del viejo reino navarro que a punto está de desaparecer. Pero, un poco más adelante, los almorávides (Sagrajas, 1086; Uclés,1108) y la muerte de Alfonso VI sin descendencia masculina (1109) hacen que Castilla caiga en una crisis tan honda como la navarra. La tierra de Nájera (la Rioja actual) cambiará de manos una y otra vez siendo botín codiciado por aragoneses, navarros y leoneses- castellanos o castellano-leoneses, según las circunstancias.
Nájera volverá a ser una plaza fuerte estratégica deseada por unos y por otros. Alfonso el Batallador, Alfonso VII el Emperador, Sancho III el Deseado y Alfonso VIII el de las Navas se instalaran en nuestra ciudad durante el tiempo que políticamente sea preciso para defender sus realengos intereses. Así sucederá hasta la definitiva incorporación de la tierra de Nájera —la Rioja— a Castilla el 15 de abril de 1179 18, acordada por Alfonso VIII y por Sancho VI el sabio en un lugar entre Nájera y Logroño.
Por otra parte, una familia noble, dominadora de la política castellano-leonesa, desde los tiempos de Lope Díaz I de Haro, conde de Nájera (a. 1126-1170), habitará en la ciudad. Es la poderosa Casa de Haro.
La Casa de Haro protegerá a san Juan de Ortega y su labor de cuidar del vital Puente de Piedra y de la buena administración de los hospitales de peregrinos como el de La Cadena o el del Emperador.
El libre comercio consigue de la protección regia acabar con obstáculos que sólo son tributos arbitrarios para engordar clases sociales parásitas.
La muy activa comunidad judía crece y se enriquece con el buen manejo de la inteligente iniciativa privada.
La sociedad civil va fortaleciendo la vida ciudadana como un envidiable ámbito de libertad.
Los monarcas y la Casa de Haro mantendrán en Nájera una brillante corte literaria a la que acudirán trovadores y juglares desde más allá del Pirineo19.
En Nájera quedan, pocas, pero importantes pruebas de que se fomentan las bellas artes. A los monumentos funerarios de doña Blanca y de Don Diego hay que añadir un cuarto, que es el llamado sepulcro de Garcilaso de la Vega, de excelente factura; sin olvidar la magnífica talla de Santa María la Real que indudablemente pertenece a esta misma época que va de mediados del XII a mediados del XIII 20.
Y me queda por citar lo que para mí es el más valioso fruto del amor a la cultura, a la civilización y al más que alto nivel de "buena vida". Me refiero a la fundación por la Casa de Haro najerina del monasterio femenino cisterciense de Cañas.
Las mujeres más nobles, las más cultivadas y las que más apreciaban un vivir sin aguantar el insoportable machismo de señores y guerreros, crearon allí un excelente refugio de fe, de cultura y de convivencia civilizada donde la belleza, en todas sus facetas, encontró cómodo asiento21.1

 NOTAS
Le es suficiente al lector buscar en Google "el mito de la invasión árabe en España" para encontrar textos que se hacen extenso eco de ello. Suelen fundamentarse en Ignacio Olagüe Videla, La Revolución islámica en Occidente (1974) Emilio González Ferrín , Historia General de Al-Andalus (2006), y en ellos se suele citar mal la frase de Ortega diciendo: " En su España invertebrada, José Ortega y Gasset afirmaba que «Una reconquista de seis siglos no es una reconquista".
2 "Pero los visigodos, que arriban ya extenuados, degenerados, no poseen esa minoría selecta. Un soplo de aire africano los barre de la Península, y cuando después la marca musulmana cede, se forman desde luego reinos con monarcas y plebe, pero sin suficiente minoría de nobles. Se me dirá que, a pesar de esto, supimos dar cima a nuestros gloriosos ocho siglos de Reconquista. Y a ello respondo ingenuamente que yo no entiendo cómo se pudo llamar reconquista a una cosa que dura ocho siglos. Si hubiera habido feudalismo, probablemente hubiera habido verdadera Reconquista, como hubo en otras partes Cruzadas, ejemplos maravillosos de lujo vital, de energía superabundante, de sublime deportismo histórico." J. Ortega y Gasset, España invertebrada, Revista de Occidente en Alianza Editorial, Madrid,1988, p.103. Subrayado mío.
3 Ya antes del s. XIX, España adquiere ante los viajeros europeos una tonalidad claramente romántica, siendo descrita como una tierra de terratenientes aristócratas, con todos los defectos y ninguna de las virtudes de los del Antiguo Régimen; campesinos pobres e ignorantes, gitanos folklóricos y coloristas, exóticos y románticos toreros, viejas y mal encubiertas raíces musulmanas y judías, todo ello fatalmente impregnado de una intensa religiosidad medieval. España era vista más como país del Norte de África, que como nación de la Europa industrializada y moderna. Sensación que se expresó con acierto en el dicho "África comienza en los Pirineos". La frasecita de marras Se atribuye a Alejandro Dumas, padre (1802 - 1870), conocido novelista y dramaturgo francés.
4 Antonino M. Pérez Rodríguez, "La guerra en la Crónica Najerense" en José Ignacio de la Iglesia Duarte (coord.), La guerra en la Edad Media, Actas de la XVII Semana de Estudios Medievales. Nájera, 2006, IER, Logroño, 2007, ps. 509 -510.
5 María Jesús Álvarez-Coca González, La escultura románica en piedra en La Rioja Alta, IER, Logroño, 1978, p. 28, cita y transcribe en parte la documentación de Sancho III, su marido, y la de Alfonso VIII, su hijo, referente a la sepultura de doña Blanca en la abadía najerina.
6 José Manuel Ramírez Martínez, Guía histórico-artística: Nájera, Anavia, Logroño,1991 ,p. 40.
Saturnino Nalda Bretón, Real Casa de Santa María de Nájera, Logroño, 1966, p. 92. La restauración del panteón real, comenzada en 1960, (o. c., p.265) es severamente criticada en José Manuel Ramírez Martínez, Guía histórico-artística: Nájera, Anavia, Logroño, 1991 ,p. 43.
8   Sobre el sepulcro de doña Blanca creo que lo más acertado es lo escrito por Elizabeth Valdez del Álamo, " Lid for the Sarcophagus of Dña. Blanca" en The Atr of Medieval Spain. A.D. 500-1200, New York, The Metropolitan Museum of Art, 1993, ps. 232 ss.
9 Copio el texto entero en versión modernizada de Pedro Salinas.:
"Pero dejemos ya a esos infantes de Carrión,
muy pesarosos están de sus castigos los dos.
Hablemos ahora de éste que en tan buenhora nació.
¡Qué grandes eran los gozos en Valencia la mayor,
por honrados que quedaron los tres del Campeador!
La barba se acariciaba don Rodrigo, su señor:
"Gracias al rey de los cielos mis hijas vengadas son,
ya están limpias de la afrenta esas tierras de Carrión.
Casaré, pese a quien pese, ya sin vergüenza a las dos".
Ya comenzaron los tratos con Navarra y Aragón,
y todos tuvieron junta con Alfonso, el de León.
Sus casamientos hicieron doña Elvira y doña Sol,
los primeros fueron grandes pero éstos son aún mejor,
y a mayor honra se casan que con esos de Carrión.
Ved cómo crece en honores el que en buenhora nació,
que son sus hijas señoras de Navarra y Aragón.
Esos dos reyes de España ya parientes suyos son,
y a todos les toca honra por el Cid Campeador."
De las hijas "reales" del Cid, una (María Rodríguez) se casó en primeras nupcias con Pedro de Aragón, hijo del rey Pedro I de Aragón y de Inés de Aquitania; posteriormente (hacia 1099) con el conde de Barcelona Ramón Berenguer III; y la otra (Cristina Rodríguez) se caso con Ramiro Sánchez de Navarra.
10  Acepto la cronología de Juan Ramón de Andrés Martín ( director), La gran aventura del Reino de Navarra, La Esfera de los Libros, Madrid, 2011.
 11  José Manuel Ramírez Martínez, Guía histórico-artística: Nájera, Anavia, Logroño,1991 ,p. 62.
12   Fray Juan de Salazar, Náxara ilustrada, Patronato del monasterio de Santa María la Real de Nájera, Logroño,1987, p. 49.
13  Fray Juan de Salazar, Náxara ilustrada, Patronato del monasterio de Santa María la Real de Nájera,Logroño,1987, p. 184-185.
14 He tomado numerosos datos
de «http://es.wikipedia.org/wiki/Diego_L%C3%B3pez_II_de_Haro»
15 Versión muy semejante en Fray Juan de Salazar, Náxara ilustrada, Patronato del monasterio de Santa María la Real de Nájera, Logroño,1987, p. 50.
16 Versión muy semejante en Fray Juan de Salazar, Náxara ilustrada, Patronato del monasterio de Santa María la Real de Nájera, Logroño,1987, p. 49.
18 C.G. Mínguez. Notas sobre la exencion de pgrtazgo de Naj era dialnet. unirioja. es/servlet/dcfichero_articulo ?codigo=81555... 0
19 M.I. Rodríguez, Trovadores occitanos en la ruta jacobea riojana. dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=554288...0 -
20 Minerva Sáenz Rodríguez, Imaginería románica en la Rioja. Tallas de Cristo crucificado y de la Virgen con el Niño, IER, Logroño, 2005, p. 229.
21 Miguel Ibáñez Rodríguez, Monasterio de Cañas. El monasterio de la luz, Edilesa, León, 2000. No es la mejor introducción al monasterio de Cañas. Es la mejor exposición de la común opinión sobre dicha institución. Las ilustraciones son excelentes, que es lo que importa.






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