PANTEON
DE LOS REYES NAVARROS
EN
LA
ABADIA BENEDICTINA DE
SANTA
MARÍA LA REAL DE NÁJERA
La antigua abadía
benedictina de Santa María La Real de Nájera, hoy convento franciscano venido a
menos, no es sólo el panteón de algunos reyes navarros que convirtieron a
Nájera la segunda capital de su viejo reino. Es también el panteón de ilustres
personajes que hicieron la historia de Castilla, el reino que se deshizo en el
esfuerzo fecundo de hacer a España en la península Ibérica, en Europa y a ambos
lados del Atlántico y del Pacífico. Es de Castilla de quien se puede cantar con
propiedad aquello tan bello de "¡Gloria a la Patria que supo seguir, sobre
el azul del mar, el caminar del sol!"
En esta ocasión he
escogido recordar los monumentos funerarios de la vieja abadía najerina donde
descansan algunos personajes directa o indirectamente relacionados con un
momento crucial en la historia de Castilla y en la del futuro de España: la
batalla de las Navas de Tolosa (16 de julio de 1212).
Mi intención, además, es ir más lejos. La presencia en Nájera de esos
personajes y de sus panteones—personajes en absoluto vulgares y obras de arte
nada desdeñables -, si queremos explicarla, nos plantea la necesidad de
intentar reconstruir hasta donde podamos la Nájera de su tiempo.
1.1.- Contexto externo.
A Ortega y Gasset se le
escapó una frase célebre, tan brillante como necia, repetida con nada
disimulada fruición por todos los historiadores empeñados en
"desmitificar" la Reconquista española 1: "Yo no
entiendo cómo se pudo llamar reconquista a una cosa que dura ocho
siglos".2
Los hechos desmienten a
Ortega. España, para seguir perteneciendo a la cristiandad, o lo que es lo
mismo, para seguir siendo occidental y europea y para permitirle a Europa
desarrollar la cultura y civilización, que hoy es el más precioso patrimonio
del Mundo Libre, aguantó a lo largo de nueve siglos (710 - 1609) cuatro invasiones islámicas efectivas y algunas
otras más, frustradas, que estuvieron a punto de hacer real y verdadera aquella
no tan pesada broma francesa que dice que "África comienza en los
Pirineos"
La primera invasión, la de "la
perdida de España", siguió a la batalla del Guadalete en el año 711 y
pareció terminar con la reconquista de Toledo por Alfonso VI, en 1085.
La segunda, la de los almorávides, se
inicia con la derrota de Alfonso VI en Sagrajas (1086), y agudiza su declive la
conquista de Almería por Alfonso VII el Emperador, en 1147.
En la tercera, los almohades toman
Sevilla en 1148 y la hacen su capital. Culmina con la derrota cristiana en la
batalla de Alarcos (1195). El comienzo del fin es la batalla de las Navas de
Tolosa de 1212.
Fue la cuarta cuando, después de
las conquistas de Jaime I y de Fernando III, parecía definitivamente conjurado
el peligro musulmán en la Península. Pero entre 1275 y 1285 se consolidan
los benimerines, que serán derrotados por Alfonso XI, en 1340,
en la batalla del río Salado, y expulsados de Algeciras en 1344.
En 1453 los turcos toman
Constantinopla y fiados en su ayuda, los granadinos atacan por sorpresa en 1481
a los castellanos, que, después de una desesperante guerra de diez años, toman
Granada en 1492. Pero el peligro no había terminado.
Los moriscos, fiados una vez más de los turcos, se mantendrán sublevados
desde 1568 a 1570. Serán definitivamente expulsados en 1609. Si queremos
entender algo de lo que pasó, recordemos la situación en el Mediterráneo en
aquellas fechas — Lepanto (1571) no fue el final de nada— y la del mismísimo
centro de Europa donde Viena fue peligrosamente asediada en 1529 y 1683.
1.2.- Contexto interno.
Entre la muerte de
Alfonso VII el Emperador (21 de agosto de 1157) y la batalla de las Navas de
Tolosa (16 de julio de 1212) transcurrió una disparatada época en la que una
desmadrada "experiencia de España plural y multinacional", como dicen
ahora los "progres", condujo al desastre de Alarcos, el aciago 19 de
julio de 1195.
En 1196 la mismísima Toledo, la capital espiritual de la España común,
corrió serio peligro de ser reconquistada por los almohades. Los reinos
hispánicos, ante el muy grave peligro común, dejaron de jugar a ser
caprichosas, cerriles, enrabietadas y suicidas taifas y, volviendo unidos a la
tarea común de rechazar al invasor, ahuyentaron el peligro con la victoria de
las Navas.4 Alfonso VIII, rey de Castilla, como último responsable de lo que
allí sucedió, recibiría para siempre en ella el honroso apelativo de "el
de las Navas".
2.- El sepulcro de doña
Blanca Garcés o de Navarra.
Doña Blanca Garcés o de Navarra fue la esposa del rey de Castilla Sancho
III el Deseado y la madre de Alfonso VIII el de las Navas.
Que doña Blanca fue enterrada en la abadía najerina lo demuestran
documentos fidedignos de su marido Sancho III y de su hijo Alfonso VIII.5 De su
primer sepulcro sólo se conserva la tapa o lauda que lo cerraba.
La Lauda del primer sepulcro de doña Blanca, una joya del románico, pudo
ser tallada entre 1156 y 1158. José Manuel Ramírez Martínez6 afirma que manifiesta
una clara influencia languedociana recibida a través de Navarra y Aragón.
Dentro de la iglesia abacial najerina, durante la última restauración
(1963)7, el ámbito de la que fue Real Capilla de la Santa Cruz se organizó para
formar lo que ahora se llama "el Panteón de Infantes". En su centro
se colocó la tapa o lauda del sepulcro de Doña Blanca. 8
Una lauda (latín, lapis, lapidis) es una losa o lápida que se coloca
sobre la sepultura para facilitar la identificación del difunto, invocar una
oración por su alma, o dejar constancia del papel que ha tenido en la
comunidad.
En el caso que nos ocupa es un bloque de piedra arenisca con la forma de
un prisma recto cuadrangular sobre cuyas caras laterales se superpone sin
solución de continuidad otro prisma triangular. Una serie de bajorrelieves
decora toda la superficie de las cuatro caras rectangulares laterales visibles.
Los de las dos bases pentagonales se han perdido.
2.1.1.- Dos cuadros, delantera y trasera de la lauda,
de composición paralela.
El programa iconográfico
está muy bien pensado y perfectamente organizado en dos cuadros de composición
estrictamente paralela porque ambos constituyen el significante y el
significado del mensaje esculpido en la piedra: el relato y la interpretación
religiosa de la "buena muerte" de doña Blanca.
Ambos cuadros, la parte
delantera y la parte trasera de la lauda, están divididos en dos espacios,
celeste el uno, terrestre el otro.
Son escenas únicas,
relacionadas con el Juicio Final personal, las del espacio celeste: en la
delantera se cuenta el Juicio Final personal de la reina. En la trasera, una
parábola evangélica directamente relacionada con la preparación que se ha de
hacer de dicho Juicio.
Hay una triple escena de
la vida real en el espacio terrestre: en la delantera es la muerte de
sobreparto y el velatorio de la reina, contados en tres escenas simultáneas. En
la trasera son dos escenas plausibles y una vituperable, muestras del comportamiento de distintos reyes con los niños y sus madres a lo largo
de la Historia de la Salvación.
2.1.2.- El relato de la
muerte de la reina.
La vista lateral
delantera está dividida en un espacio inferior y otro superior. En el inferior,
el terrestre, se desarrolla una escena central en la que dos ángeles llevan el
alma de la recién fallecida doña Blanca ante el Divino Juez representado en
toda su majestad en el plano superior. A la derecha del espectador, separada
por un árbol de adorno, se representa la escena del dolor del rey de Castilla,
Sancho III el Deseado, su marido, y a la izquierda, separada por otro árbol de
adorno, la del dolor de su hermana doña Sancha Garcés, casada con Gastón,
vizconde de Bearne, que terminaría enterrada en este mismo sepulcro.
En el superior, el
celeste, se representa a Cristo Majestad, con mandorla y tetramorfos, en su
función de Divino Juez, flanqueado por todo el colegio apostólico dividido en
dos grupos de seis Apóstoles, en su función de celeste corte judicial.
En una solución más
avanzada, la unión entre los dos planos, el terrestre y el celeste, se dará en
la escena central y será el nexo entre ambos un ángel que ascienda de la tierra
al cielo, conduciendo el alma del difunto, alma niña (Mt, 18,3; Jn, 3,1-21), a
la presencia del Divino Juez. El Greco en "El entierro del Conde de
Orgaz" dictará la lección definitiva. Un buen ejemplo del inicio está
aquí, claro que siguiendo una vieja tradición iconográfica bizantina.
Este mismo motivo de los
ángeles psicopompos y del alma niña del difunto está también en el sepulcro de la beata Urraca Díaz de Cañas, en Cañas. En el
oficio de difuntos del ritual romano (que tantos recuerdos medievales conservaba)
se cantaba una antífona que decía: In paradisum
deducant te angeli in tuo adventu sucipiant
te maryres, et perducant te in civitatem
sanctam Jerusalem....
2.1.3.- La interpretación
religiosa de la muerte de la reina.
La vista lateral trasera
está dividida también en un espacio inferior y otro superior. En el inferior,
el terrestre, se desarrollan tres escenas bíblicas. Entre la primera y la
segunda encontramos el ya conocido árbol separador. No así entre la segunda y
la tercera. En la primera se representa la adoración de los Magos (Mt 2, 112). En la segunda, el juicio de Salomón (1 Re 3, 16-28). Y en la tercera, la
matanza de los Inocentes (Mt 3, 16-18). Son tres acciones reales relacionadas
con el respeto o falta de respeto a la dignidad de los niños y al amor de las
madres por sus hijos. Las dos primeras laudables, la tercera vituperable.
En el superior, el celeste,
se representa a Cristo Esposo abriendo las puertas del recinto de bodas a las
jóvenes prudentes y cerrándolas a las necias (Mt 25, 1-13.
La escena de los Magos y
la del juicio de Salomón caen justamente debajo de las vírgenes prudentes y la
puerta abierta del recinto de las bodas, a la derecha de Cristo Novio (y Juez)
y la matanza de los Inocentes, debajo de las vírgenes necias y de la puerta
cerrada del recinto de las bodas, a la izquierda de Cristo.
La lauda explica bien
cuál ha sido la sido la virtud heroica que ha llevado a la Gloria Eterna a doña
Blanca. El traer al mundo el heredero del Reino de Castilla, cumpliendo su
deber de esposa y de reina, le ha costado la vida. A diferencia del infanticida
Herodes, ha sido generosa como los Magos, sabia como Salomón y por ello ha
merecido el destino de las vírgenes prudentes: el estar a la derecha de Cristo
Juez y tener abierta la puerta de acceso a la Vida Eterna (Mt 25, 31-46).
2.2.1.- Texto.
Sobre el sepulcro hubo un
epitafio que decía:
"NOBILIS HIC REGINA IACET, QUAE BLANCA
VOCARI PROMERUIT.
PULCHERRIMA SPECIE, CANDIDIOR NIVE,
CANDORIS PRAETIUM FESTINANS.
GRATIA MORUM FOEMINEISEXUS HANC DABAT ESSE
DECUS.
IMPERATORIS NATUS REX SANCIUS ILLI, VIR FUIT, ET TANTO LAUS ERAT IPSA VIRO.
PARTU PRESSA RUIT, ET PIGNUS NOBILE FUDIT.
VENTRIS VIRGINEI FILIUS ASSIT EI.
2.2.2.- Traducción.
"Aquí descansa la noble reina que
mereció llamarse Blanca.
Bellísima de aspecto, más blanca que la
nieve, capaz de subir el precio de la pureza.
La elegancia de sus costumbres hacía que
ésta fuese de las mujeres honra y espejo.
El rey Sancho, el hijo del Emperador, fue
su marido, y a tan alta persona le fue ella motivo de alabanza.
Murió de sobreparto, después de dar a luz
una noble prenda.
El Hijo de la Virgen (el fruto del Vientre
Virginal) la asista.
Sabemos muy poco de doña
Blanca Garcés o de Navarra. Parece que nació en Laguardia, después de 1133,
quizás en 1137. Fue hija de García Ramírez el Restaurador, de
Pamplona, y de Margarita de L'Aigle. Por parte paterna eran sus
abuelos Ramiro Sánchez de Pamplona, nieto, por línea bastarda, del
rey don García el de Nájera, y su esposa Cristina Rodríguez, hija
de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.
Su padre y su hermano la
utilizaron como baza política para jugársela en los diversos pactos que debieron
hacer con los monarcas vecinos.
En 1140, García Ramírez
el Restaurador, para neutralizar un peligroso pacto antinavarro de Alfonso VII
el Emperador con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, concierta con
Alfonso VII la boda del primogénito de éste, Sancho con su hija doña Blanca,
ambos niños de seis y tres años de edad. Menéndez Pidal cree que pensando en
estos esponsales y en su descendencia escribió el trovador en el Cantar de Mío
Cid: «Oy los reyes d'España sos parientes son» (v. 3724).9
En 1143, Alfonso VII el
Emperador recupera Logroño, en poder del Restaurador desde el pacto de Nájera
de 1135, y con Nájera lo encomienda a la gobernación de su hijo Sancho. El
Restaurador, viudo en 1141, para detener el expansionismo del Emperador, se
casa con una hija bastarda de éste, Urraca, en León el 19 de junio de 1144.
Fiel vasallo de el
Emperador, después de prestarle ayuda en importantes empresas guerreras, García
Ramírez el Restaurador muere el 21 de noviembre de 1150 y es enterrado en
Navarra, sin que se hayan celebrado las bodas entre doña Blanca y Sancho.
En noviembre de 1150,
Sancho VI el Sabio sucede en el trono navarro a su padre García Ramírez el
Restaurador y tiene que neutralizar los acuerdos antinavarros de Tudején,
tomados otra vez, por Alfonso VII el Emperador y el conde de Barcelona Ramón
Berenguer IV el 27 de enero de 1151. Acuerdos en los que había participado
Sancho, el prometido de Blanca.
El medio del que se sirve
el monarca navarro es exigir la celebración inmediata del matrimonio, concertado
11 años atrás, de su hermana Blanca con Sancho, más tarde llamado el Deseado,
el hijo primogénito del Emperador. La boda se celebró entre el 30 de enero y el
2 de febrero de 1151. Matrimonio de conveniencia que se convirtió en verdadera
unión por amor. La lauda de doña Blanca y la documentación de su marido no
mienten en este aspecto.
La noche del viernes 11
de noviembre de 1155 nace su primer y único hijo Alfonso VIII, el de Las Navas,
probablemente en Nájera que repetidamente fue corte tanto de Alfonso VII como
de Sancho III. De éste, al menos desde 1135. Doña Blanca, quizás de sólo 18
años, no se repone del parto y muere el 12 de agosto de 1156. Es enterrada en
Santa María La Real de Nájera.
El 21 de agosto de 1157 murió Alfonso VII el Emperador y heredó la corona
de Castilla Sancho III el Deseado, viudo de doña Blanca desde el año anterior,
que fallecería dos años después, el 31 de agosto de 1158, no sin disponer antes
cómo se debía sufragar el mantenimiento de la lámpara de plata que perpetuamente
iluminase el sepulcro de su esposa10.
4.- El sepulcro de don
Diego López de Haro.
En el espléndido claustro
de la vieja abadía najerina, a la salida del panteón real, nos encontramos con
los sepulcros de don Diego López de Haro y de su esposa doña Toda Pérez de
Azagra 11. El de don Diego López de Haro es un monumento funerario que ha sido
muchas veces rehecho a lo largo del tiempo, desde su construcción a mediados
del s. XIII. Ello deja muy clara la importancia dada a lo largo del tiempo por
el linaje de los Haro al personaje considerado poco menos que como el fundador
de su linaje.
Los relieves de ambos sepulcros nos cuentan la inhumación de don Diego
(muerto el 16 de octubre de 1214) y la de doña Toda (fallecida el 16 de enero
de 1216) con una naturalidad que ya nos sitúa en el comienzo de los frescos
aires realistas del gótico. La perfección de esas mismas representaciones las
encontramos en el sepulcro de la condesa doña Urraca Díaz de Cañas, su hija12
(fallecida el 7 de julio de 1263), en la abadía cisterciense de Cañas.
5.- Epitafios.
Hay memoria de dos
latinos conservados. Del segundo se nos ha transmitido esta traducción libre en
versos castellanos no carentes a veces de gracia 13.
No pases de largo aquesta memoria,
¡Oh caminante! Detente un poquito.
Aqueste blasón que ves aquí escrito
De un gran caballero contiene la historia.
Fue de Vizcaya en un tiempo la gloria,
Defiende a Castilla en su libertad,
Sufriendo el destierro y cautividad,
Lo cual sobrepuja con honra notoria.
Don Diego de Haro fue dicho por nombre,
Fama, riqueza, bondad y saber,
Cuanto en el mundo se pudo tener
Tuvo más bien que ningún otro hombre.
De fuerte guerrero tuvo renombre,
Contra los moros señor animoso,
Que en la de las Navas del rey don Alonso
Se sabe que fue más recio que un robre.
La muerte, con todo, dio fin a sus hados,
Y en este sepulcro sus huesos se
encierran,
La ánima al cielo y el cuerpo a la tierra
Dejó,
y en el mundo sus hechos nombrados.
Los cuales de todos serán alabados.
Ruega, por tanto, por él al Señor,
Que tenga su alma en paz sin dolor,
6.- Biografía de Don
Diego López II de Haro 14.
Don Diego López II de
Haro el Bueno o el Malo, según la época y los autores, nació
hacia 1152 y murió el 16 de octubre de 1214.
Hijo y heredero de de don
Lope Díaz I de Haro, conde de Nájera (circa. 1126 -1170), y de la
condesa Aldonza Rodríguez.
Estuvo casado
con Toda Pérez de Azagra, hija de Pedro Ruiz de
Azagra, primer señor de Albarracín. Le sucedió en
el señorío de Vizcaya su hijo Lope Díaz II de Haro (Cabeza Brava).
Fue padre también de Urraca Díaz de Haro quien contrajo matrimonio
con el conde Álvaro Núñez de Lara y, una vez viuda, fue abadesa en
el Monasterio de Cañas. Su nieto don Diego López V de
Haro será el fundador de Bilbao.
Fue un político muy
influyente en la Castilla de Alfonso VIII (1158 - 1214), su paisano. Casi se
puede afirmar con toda seguridad que los dos eran najerinos. Pero don Diego
López II de Haro era ante todo un noble cuidadoso de sus intereses personales
que eran también los de su familia.
Como en los casos
posteriores, por ejemplo, del Marqués de Santillana o del Duque de Nájera, era
un noble que servía al rey, su señor, si le recompensaba generosamente sus
servicios a él o a los suyos y mientras así lo hiciera. Don Diego López II de
Haro fue un genio a la hora de sacarle partido a las desnaturalizaciones y a
los exilios que conllevaban. Sirvió a Navarra y a León cuando consideró que le
era conveniente para regresar a Castilla con mayor poder y prestigio.
Como su padre, obtuvo el
gobierno de La Rioja, Castilla la Vieja y Trasmiera. Añadió además la tenencia
de la Asturias de Santillana y de la Bureba. Con el tiempo extendió todavía más
sus dominios en el nordeste de Castilla, llegando a gobernar "de Almazán
hasta el mar" (1196).
En 1204, Alfonso VIII le
reconoció la propiedad de la totalidad de Vizcaya, territorio que sus
antecesores habían gobernado en el siglo XI, comenzando así a poner la base del
poder de los Haro en el siglo XIII. Añadió Durango en 1212, poco después de la
batalla de Las Navas de Tolosa. Dio un paso decisivo en la patrimonialización
de estas tenencias cuando empezó a compartirlas con su hijo, Lope Díaz II
de Haro. Éste gobernó Castilla la Vieja a partir de 1210, Asturias de
Santillana en 1211, y Álava en 1213.
Fue muy importante su
decisiva colaboración política y militar en el gobierno de Castilla y su
estrecha relación personal con Alfonso VIII, pero, con mucho, fue más
importante el hecho de que tuvo un papel decisivo en el ascenso del linaje de
los Haro y en el fortalecimiento de la identidad como familia noble
de tal linaje. Téngase en cuenta que los Haro van a dominar la sociedad
política castellana, y después la castellano-leonesa, durante todo el siglo XIII.
Reforzó el papel del jefe
de familia entre sus parientes, pasando así de una organización horizontal a
otra vertical de la familia, convirtiéndola en un linaje. Fue el primero de su
familia que usó el apellido Haro, lo que consta en los documentos a
partir de 1184. Fue también el inventor probable de su símbolo
heráldico, el lobo con un carnero en la boca, que consta en su sello
de 1198.
7.- La leyenda negra de
don Diego.
Una guerra de propaganda
y contrapropaganda sobre el personaje, entre sus sucesores y las familias
nobles rivales o la monarquía, le construyó, a finales del s. XIII, una leyenda
negra y una leyenda dorada, lo que explica sus dos apodos opuestos. Un momento
clave puede situarse entre 1270-1280, cuando Lope Díaz III de Haro se
enfrentó con el rey de Castilla y León Alfonso X el Sabio en
revueltas nobiliarias cada vez más abiertas.
Veamos algunos detalles.
El aciago 19 de julio de
1195, en Alarcos, en primera línea estaba la caballería pesada cristiana al
mando de Don Diego López de Haro, al que acompañaban sus propias
tropas. Llegado el mediodía, tras tres horas de batalla, la caballería pesada
cristiana fue cercada por la caballería ligera musulmana. Diego López de Haro
trató de abrirse paso a toda costa, teniendo finalmente que refugiarse en el
inacabado castillo, que tras haber sido también cercado, tuvo que rendir,
aunque se le permitió marchar, tras haberse comprometido a pagar el recate.
A finales del siglo XIII,
Don Diego López de Haro sería acusado de cobardía por estos hechos.
El lunes 16 de julio de
1212, en las Navas de Tolosa, Don Diego López de Haro volvía a estar
al mando de la vanguardia cristiana. Cuenta la leyenda de don Diego López de
Haro el Malo que, "Cuando amaneció, los dos ejércitos estaban formados
frente a frente a una cierta distancia. En la vanguardia del cristiano,
capitaneando sus tropas de choque, don Diego López de Haro escuchaba esta
advertencia de labios de su hijo: "Padre, que lo hagáis de modo que no me
llamen hijo de traidor y que recuperéis la honra perdida en Alarcos". A lo
que el viejo guerrero respondió: "Os llamarán hijo de puta, pero no hijo
de traidor". (Lo decía don Diego porque su esposa era de costumbres libres
y lo había abandonado)... Don Lope prometió a su padre: "Seréis guardado por
mí como nunca lo fue padre por su hijo, y en el nombre de Dios entremos en
batalla cuando queráis. "15
Expliquemos lo de
"hijo de puta". La leyenda negra le atribuyó a don Diego un
matrimonio, que nunca contrajo, con María Manrique de Lara, hija del
conde Manrique Pérez de Lara, primer señor de Molina y la
condesa Ermesenda, vizcondesa de Narbona. Fruto de este matrimonio
habría nacido Lope Díaz II de Haro (Cabeza Brava) quien sucedió a su
padre en el señorío de Vizcaya, pero no hay constancia documental de
este primer matrimonio. Aunque la leyenda si da sabrosos detalles.
"... Esta señora Doña María Manrique se le fue a don Diego con un herrero
en Burgos. Cuando murió en satisfacción de su culpa, si bien se mandó que fuese
enterrada en el monasterio de Huerta, pero no en el capítulo donde estaban sus
padres, sino fuera de la iglesia a la entrada de ella para que todos hollasen
su cuerpo, sobre el cual se puso una lápida de alabastro con su bulto de
relieve, donde estuvo hasta los tiempos del emperador Carlos V, el cual pasando
por aquel monasterio, y preguntada y sabida la causa de que sepultura tan
lustrosa ocupase lugar tan humilde, mandó quitarle de allí y que la pusiesen
dentro del capítulo con sus padres diciendo que ya había hecho harta
penitencia."16
8.- La Nájera de Alfonso
VII, de Sancho III y Alfonso VIII.
A mí, desde muy joven, hay un poema alemán
cuyas preguntas me resultan muy inquietantes cuando trato sobre temas
históricos:
"Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los
nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes
los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida
tantas veces,
¿quién la volvió a
construir otras tantas?¿En qué casas
de la dorada Lima vivían
los obreros que la construyeron?
La noche en que fue
terminada la Muralla china,
¿adónde fueron los
albañiles? Roma la Grande
está llena de arcos de
triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron
los Césares? Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para
sus habitantes? Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se
la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus
esclavos.
El joven Alejandro
conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni
siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al
hundirse
su flota. ¿No lloró nadie
más?
Federico II ganó la
Guerra de los Siete Años.
¿Quién la ganó, además?
Una victoria en cada
página.
¿Quién cocinaba los
banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez
años.
¿Quién paga sus gastos?
Una pregunta para cada
historia."
B. Brecht, Preguntas de un obrero
ante un libro.
Apliquemos la
"metodología Brecht" a nuestro tema. Entre 1160, fecha aproximada de
la construcción del sepulcro de doña Blanca, y 1260, fecha aproximada de la
construcción del de don Diego, ¿cómo era política, económica, culturalmente la
Nájera que pagaba estas obras de arte para colocarlas y disfrutarlas en la
vieja abadía?
Se supone que la época
dorada de Nájera acabó en junio-julio de 1076 con el asesinato de Sancho el de
Peñalén, buscado, querido y consentido por su propia familia y sus propios
nobles.
Se supone que García
Ordoñez, con la colaboración de su esposa Urraca (hermana del asesinado Sancho)
para acabar política, económica y socialmente con la Nájera, que había sido
concapital con Pamplona del reino de Navarra desde el 923, había conseguido
fueros para Logroño, de forma que la vieja aldea del vado del Ebro se
convirtiese en la gran capital castellana de la zona17.
Se supone bien, pero esa
no es, ni mucho menos toda la verdad. Tras el asesinato de Sancho (1076), la
crisis se apodera del viejo reino navarro que a punto está de desaparecer.
Pero, un poco más adelante, los almorávides (Sagrajas, 1086; Uclés,1108) y la
muerte de Alfonso VI sin descendencia masculina (1109) hacen que Castilla caiga
en una crisis tan honda como la navarra. La tierra de Nájera (la Rioja actual)
cambiará de manos una y otra vez siendo botín codiciado por aragoneses,
navarros y leoneses- castellanos o castellano-leoneses, según las
circunstancias.
Nájera volverá a ser una
plaza fuerte estratégica deseada por unos y por otros. Alfonso el Batallador,
Alfonso VII el Emperador, Sancho III el Deseado y Alfonso VIII el de las Navas
se instalaran en nuestra ciudad durante el tiempo que políticamente sea preciso
para defender sus realengos intereses. Así sucederá hasta la definitiva
incorporación de la tierra de Nájera —la Rioja— a Castilla el 15 de abril de
1179 18, acordada por Alfonso VIII y por Sancho VI el sabio en un lugar entre
Nájera y Logroño.
Por otra parte, una
familia noble, dominadora de la política castellano-leonesa, desde los tiempos
de Lope Díaz I de Haro, conde de Nájera (a. 1126-1170), habitará en
la ciudad. Es la poderosa Casa de Haro.
La Casa de Haro protegerá
a san Juan de Ortega y su labor de cuidar del vital Puente de Piedra y de la
buena administración de los hospitales de peregrinos como el de La Cadena o el
del Emperador.
El libre comercio
consigue de la protección regia acabar con obstáculos que sólo son tributos
arbitrarios para engordar clases sociales parásitas.
La muy activa comunidad
judía crece y se enriquece con el buen manejo de la inteligente iniciativa
privada.
La sociedad civil va
fortaleciendo la vida ciudadana como un envidiable ámbito de libertad.
Los monarcas y la Casa de
Haro mantendrán en Nájera una brillante corte literaria a la que acudirán
trovadores y juglares desde más allá del Pirineo19.
En Nájera quedan, pocas,
pero importantes pruebas de que se fomentan las bellas artes. A los monumentos
funerarios de doña Blanca y de Don Diego hay que añadir un cuarto, que es el
llamado sepulcro de Garcilaso de la Vega, de excelente factura; sin olvidar la
magnífica talla de Santa María la Real que indudablemente pertenece a esta
misma época que va de mediados del XII a mediados del XIII 20.
Y me queda por citar lo
que para mí es el más valioso fruto del amor a la cultura, a la civilización y
al más que alto nivel de "buena vida". Me refiero a la fundación por
la Casa de Haro najerina del monasterio femenino cisterciense de Cañas.
Las mujeres más nobles,
las más cultivadas y las que más apreciaban un vivir sin aguantar el
insoportable machismo de señores y guerreros, crearon allí un excelente refugio
de fe, de cultura y de convivencia civilizada donde la belleza, en todas sus
facetas, encontró cómodo asiento21.1
1 Le es suficiente al lector buscar en Google "el mito de la invasión
árabe en España" para encontrar textos que se hacen extenso eco de ello.
Suelen fundamentarse en Ignacio Olagüe Videla, La Revolución
islámica en Occidente (1974) Emilio González Ferrín , Historia
General de Al-Andalus (2006), y en ellos se suele citar mal la frase
de Ortega diciendo: " En su España invertebrada, José
Ortega y Gasset afirmaba que «Una reconquista de seis siglos no
es una reconquista".
2 "Pero los
visigodos, que arriban ya extenuados, degenerados, no poseen esa minoría
selecta. Un soplo de aire africano los barre de la Península, y cuando después
la marca musulmana cede, se forman desde luego reinos con monarcas y plebe,
pero sin suficiente minoría de nobles. Se me dirá que, a pesar de esto, supimos
dar cima a nuestros gloriosos ocho siglos de Reconquista. Y a ello
respondo ingenuamente que yo no entiendo cómo se pudo llamar reconquista a una
cosa que dura ocho siglos. Si hubiera habido feudalismo,
probablemente hubiera habido verdadera Reconquista, como hubo en otras partes
Cruzadas, ejemplos maravillosos de lujo vital, de energía superabundante, de
sublime deportismo histórico." J. Ortega y Gasset, España
invertebrada, Revista de Occidente en Alianza Editorial, Madrid,1988,
p.103. Subrayado mío.
3 Ya antes
del s. XIX, España adquiere ante los viajeros europeos una tonalidad claramente
romántica, siendo descrita como una tierra de terratenientes aristócratas, con
todos los defectos y ninguna de las virtudes de los del Antiguo Régimen;
campesinos pobres e ignorantes, gitanos folklóricos y coloristas, exóticos y
románticos toreros, viejas y mal encubiertas raíces musulmanas y judías, todo
ello fatalmente impregnado de una intensa religiosidad medieval. España era
vista más como país del Norte de África, que como nación de la Europa
industrializada y moderna. Sensación que se expresó con acierto en el dicho
"África comienza en los Pirineos". La frasecita de marras Se atribuye
a Alejandro Dumas, padre (1802 - 1870), conocido novelista y dramaturgo
francés.
4 Antonino M. Pérez
Rodríguez, "La guerra en la Crónica Najerense" en José Ignacio de la
Iglesia Duarte (coord.), La guerra en la Edad Media, Actas de la XVII
Semana de Estudios Medievales. Nájera, 2006, IER, Logroño, 2007, ps. 509
-510.
5 María Jesús
Álvarez-Coca González, La escultura románica en piedra en La Rioja Alta,
IER, Logroño, 1978, p. 28, cita y transcribe en parte la documentación de
Sancho III, su marido, y la de Alfonso VIII, su hijo, referente a la sepultura de
doña Blanca en la abadía najerina.
6 José Manuel
Ramírez Martínez, Guía histórico-artística: Nájera, Anavia,
Logroño,1991 ,p. 40.
7 Saturnino Nalda Bretón, Real Casa de Santa María de Nájera,
Logroño, 1966, p. 92. La restauración del panteón real, comenzada en 1960, (o.
c., p.265) es severamente criticada en José Manuel Ramírez Martínez, Guía
histórico-artística: Nájera, Anavia, Logroño, 1991 ,p. 43.
8 Sobre
el sepulcro de doña Blanca creo que lo más acertado es lo escrito por Elizabeth
Valdez del Álamo, " Lid for the Sarcophagus of Dña. Blanca" en The
Atr of Medieval Spain. A.D. 500-1200, New York, The Metropolitan
Museum of Art, 1993, ps. 232 ss.
9 Copio el texto
entero en versión modernizada de Pedro Salinas.:
"Pero dejemos ya a esos infantes de
Carrión,
muy pesarosos están de sus castigos los
dos.
Hablemos ahora de éste que en tan buenhora
nació.
¡Qué grandes eran los gozos en Valencia la
mayor,
por honrados que quedaron los tres del
Campeador!
La barba se acariciaba don Rodrigo, su
señor:
"Gracias al rey de los cielos mis
hijas vengadas son,
ya están limpias de la afrenta esas tierras
de Carrión.
Casaré, pese a quien pese, ya sin vergüenza
a las dos".
Ya comenzaron los tratos con Navarra y
Aragón,
y todos tuvieron junta con Alfonso, el de
León.
Sus casamientos hicieron doña Elvira y doña
Sol,
los primeros fueron grandes pero éstos son
aún mejor,
y a mayor honra se casan que con esos de
Carrión.
Ved cómo crece en honores el que en
buenhora nació,
que son sus hijas señoras de Navarra y
Aragón.
Esos dos reyes de España ya parientes suyos
son,
y a todos les toca honra por el Cid Campeador."
De las hijas "reales" del Cid, una (María
Rodríguez) se casó en primeras nupcias con Pedro de Aragón, hijo del
rey Pedro I de Aragón y de Inés de Aquitania; posteriormente (hacia 1099) con
el conde de Barcelona Ramón Berenguer III; y la otra (Cristina
Rodríguez) se caso con Ramiro Sánchez de Navarra.
10 Acepto la cronología de Juan
Ramón de Andrés Martín ( director), La gran aventura del Reino de Navarra, La Esfera de los Libros, Madrid, 2011.
11 José Manuel Ramírez Martínez, Guía
histórico-artística: Nájera, Anavia, Logroño,1991 ,p. 62.
12 Fray Juan de
Salazar, Náxara ilustrada, Patronato del monasterio de Santa
María la Real de Nájera, Logroño,1987, p. 49.
13 Fray Juan de Salazar, Náxara ilustrada, Patronato del
monasterio de Santa María la Real de Nájera,Logroño,1987, p. 184-185.
14 He tomado numerosos datos
de «http://es.wikipedia.org/wiki/Diego_L%C3%B3pez_II_de_Haro»
15 Versión muy semejante en Fray Juan
de Salazar, Náxara ilustrada, Patronato del monasterio de
Santa María la Real de Nájera, Logroño,1987, p. 50.
16 Versión muy semejante en Fray Juan
de Salazar, Náxara ilustrada, Patronato del monasterio de
Santa María la Real de Nájera, Logroño,1987, p. 49.
18 C.G. Mínguez. Notas sobre la exencion de pgrtazgo de Naj era dialnet.
unirioja. es/servlet/dcfichero_articulo ?codigo=81555... 0
19 M.I.
Rodríguez, Trovadores occitanos en la ruta
jacobea riojana. dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=554288...0 -
20 Minerva Sáenz Rodríguez, Imaginería
románica en la Rioja. Tallas de Cristo crucificado y de la Virgen con el Niño, IER, Logroño, 2005, p. 229.
21 Miguel Ibáñez Rodríguez, Monasterio
de Cañas. El monasterio de la luz, Edilesa, León, 2000. No es la mejor introducción al monasterio de Cañas. Es la mejor exposición de la
común opinión sobre dicha institución. Las ilustraciones
son excelentes, que es lo que importa.
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