Las palabras que el euskera le dejó al español (y puede que uses a
diario sin saberlo)
Son dos idiomas
geográficamente muy próximos, que conviven codo con codo desde hace cientos de
años. Y, sin embargo, son dos lenguas muy alejadas.
Nos referimos al
castellano, el idioma materno de unos 480 millones de personas, y al euskera,
la lengua que hablan en la Comunidad Autónoma del País Vasco,
Navarra (ambos en España) y una zona del suroeste de Francia unas 700.000
personas y celebra su día los 3 de diciembre.
El origen del
euskera aún se desconoce, pero en cualquier caso es muy anterior al español.
Y aunque hablamos
de dos lenguas que físicamente están muy próximas, no son muchas las palabras
que el castellano tomó prestadas del euskera, si se compara con otras lenguas
con las que tuvo contacto.
Según el diccionario de la Real
Academia Española, sólo 95 palabras del castellano actual
provienen del euskera, frente al alrededor de 4.000 que, por ejemplo, pasaron
del árabe al español.
El euskera es hablado por unas
700.000 personas del País Vasco, Navarra y el suroeste de Francia, pero algunas
de sus palabras son usadas a diario por los hispanohablantes de todo el mundo.
Pero, aunque sea pequeña, la huella del euskera en el español se deja
sentir.
Palabras de uso tan extendido como izquierda, mochila, cencerro o alud proceden
del euskera.
Incluso el vocablo "perro" podría, según algunos especialistas,
ser una donación del euskera al castellano.
Origen vasco
Algunos apellidos muy extendidos por España y por toda
América Latina también proceden del euskera, tales como Madariaga (proviene
de madari, pera en euskera), Izaguirre o Yzaguirre o Isaguirre
(lugar expuesto al viento), Alberdi (pizarral), Ugarte o Huarte (entre ríos),
Garay o Garai (alto), Mendizabal (monte ancho)….
"Las aportaciones léxicas del euskera al español se han producido
en distintas épocas y siguiendo diversos caminos", explica Andoni Sagarna,
miembro de Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca, una
institución creada en 1918 con el objetivo de velar por el idioma vasco.
Durante el gobierno
de Franco, el uso del euskera estuvo prohibido.
"Algunas de
esas aportaciones se deben a que hay realidades propias del ámbito
sociocultural del euskera a las que corresponden palabras de esta lengua que,
al no tener equivalente en el español, han pasado a este idioma sin
más adaptación que algún cambio en su forma gráfica", agrega.
Un ejemplo
sería aizcolari, palabra que tiene su origen en el vocablo
euskera aizkolari y que sirve para denominar a los deportistas
que cortan troncos con hacha, una afición muy extendida en el País Vasco.
Otros serían pelotari (deportista
que juega a la pelota en el frontón), ikurriña (ikurrina en
euskera), nombre por el que se denomina a la bandera vasca, o lendakari (lehendakari),
como se conoce al jefe del gobierno de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
Todas esas
palabras figuran en el diccionario de la Real Academia Española. Y no hace
falta ser un experto en etimología para adivinar su origen vasco.
Sin embargo otros
préstamos del euskera al castellano no son tan transparentes, aunque su origen
es indudablemente vasco.
Además de en la Comunidad
Autónoma del País Vasco, situado en el norte de España, el euskera también se
habla en zonas de Navarra y en el suroeste de Francia.
Ese sería el caso de vocablos como chatarra, órdago, aquelarre,
chabola, cococha, izquierda o gabarra.
"Izquierda viene de la palabra en euskera ezkerra, que
sirve tanto para denominar la izquierda como a una persona zurda", revela
el académico Andoni Sagarna.
Y hay otros préstamos del euskera al castellano aún son menos
evidentes, que han sido desvelados por los etimologistas.
La palabra angula, por ejemplo, pasó del latín anguilla al
vasco, y desde este al español. Bacalao llegó al vasco desde
el neerlandés medio cabbeliau, adoptando la forma bakailao y
de ahí al español.
Y luego está perro, una de las palabras del español cuyo
origen resulta más misterioso.
¿Perro perdiguero?
El diccionario de la Real Academia de la Lengua se limita a decir que es
de origen incierto. Pero algunos especialistas opinan que procedería del
euskera.
"Resulta sorprendente que en ninguna de las lenguas románicas la
palabra que corresponde a ese animal se parezca a 'perro'. En francés
es chien, en portugués cão, en italiano cane,
en catalán ca (además de gos), etc., palabras
todas ellas emparentadas con la española 'can', del latín canis. ¿Y
perro?", se pregunta Andoni Sagarna.
Una teoría es que
"perro" proviene de una palabra compuesta vasca para describir a un
perro perdiguero.
Este miembro de la
Euskaltzaindia señala una teoría, que apunta a su posible origen en el euskera.
"En vasco la
palabra usual hoy en día para denominar perro es txakur. Hay
otra palabra que tiene ese mismo significado, or, pero que
es un arcaísmo y hoy en día tiene un uso muy residual. Pero hay quien dice que
tanto txakur como 'perro' tendrían su origen precisamente
en or", señala.
La explicación de
cómo de or se llegaría a perro sería la siguiente: "La
palabra vasca eper significa perdiz. Se puede formar una
palabra compuesta eper + or = eper-or (perro
perdiguero) y de ahí perro", subraya Sagarna.
El castellano, a
su vez, también ha prestado palabras al euskera. Sobre todo en los últimos dos
siglos.
"Hasta el
siglo XVIII la industria en el País Vasco tenía un alto nivel, equiparable al
de otros lugares. Pero a partir de ese momento, el estado español fue creciendo
económicamente y adquirió tecnología", explica Andoni Sagarna.
"A raíz de
eso, la modernización del léxico se produjo más intensamente
en el castellano que en el euskera, que adoptó algunas de esas nuevas palabras
que había incorporado el castellano", indica.
Y, probablemente,
el euskera y el español seguirán intercambiándose palabras.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-55035078
¿Euskera y armenio? La curiosa teoría que conecta el origen de la
lengua vasca con la de Armenia
Las lenguas vasca y armenia
comparten un gran número de palabras, sobre todo relacionadas con agricultura.
A pocos pasos de la entrada de la catedral del Buen Pastor, uno de los
lugares más visibles de San Sebastián por su alta aguja gótica, se encuentra un
sencillo monolito de dos caras.
En este rincón del País Vasco, en el norte de España, parece un tanto
fuera de lugar. En uno de los lados, muestra una cruz apostólica tallada; en el
otro, caracteres de un alfabeto no latino, por lo que obviamente no es euskera,
la enigmática lengua vasca famosa por no tener vínculos claros con otras
lenguas vivas.
Es un 'jachkar' armenio (una
estela conmemorativa), que fue colocado ahí en 2017 por la comunidad armenia de
la ciudad para conmemorar el centenario de la matanza de armenios por los
turcos otomanos, la cual es reconocida oficialmente por cinco parlamentos en
España, entre ellos el del País Vasco.
Lo cierto es que pareciera haber una insólita razón para la buena relación entre estos dos pequeños y distantes grupos étnicos que provienen de lados opuestos de Europa.
Aunque sus idiomas no muestran
parecidos a primera vista, sí comparten una serie de palabras y
elementos gramaticales que son reconocidos por estudiosos armenios y vascos,
aunque no deja de causar polémica.
En San Sebastián, un 'jachkar'
simboliza los lazos entre las comunidades vasca y armenia.
Cuando vi por
primera vez el 'jachkar' acababa de llegar de Biarritz, en el País Vasco
francés, donde la asociación armenio-vasca AgurArménie proclama de igual manera
la fuerte amistad entre dos grupos aparentemente muy distintos.
Es más, cuando
pasé junto al monumento con la maleta en la mano, noté que el 'jachkar' de San
Sebastián me resultaba familiar.
En el Museo Vasco
de Bayona, a poca distancia de Biarritz, había visto estelas funerarias
medievales vascas con motivos artísticos parecidos a los que encontré en San
Sebastián.
¿Era solo una coincidencia? Muchos armenios creen que no.
Contraria a la
creencia popular de que los vascos son una especie de isla cultural, la teoría
del vínculo armenio destaca los vínculos lingüísticos, toponímicos, mitológicos
e incluso de ADN entre armenios y vascos.
Aunque existe
desde hace siglos, la idea recobró fuerza por el trabajo del lingüista armenio
Vahan Sargsyan, quien publicó numerosos libros y estudios sobre el tema,
incluido el primer diccionario armenio-euskera en 2001.
Pero es una
hipótesis controversial: para la mayoría de los vascos, su lengua tiene un
origen etnolingüístico aislado.
Esto significa que
su idioma y ADN son únicos, y derivan directamente de
los cazadores que llegaron a esta área mucho antes de que la agricultura
neolítica se instalara en la región hace 7.500 años.
La teoría del origen armenio
asegura que hay vínculos lingüísticos, toponímicos, mitológicos e incluso de
ADN entre armenios y vascos.
Sin embargo, según la revista Science, en 2015 las pruebas del genetista
de poblaciones Mattias Jakobsson, de la Universidad de Upsala en Suecia,
hicieron mella en esta teoría cuando su equipo encontró fuertes coincidencias
de ADN entre los esqueletos de los agricultores neolíticos ibéricos, de entre
5.500 y 3.500 años de antigüedad, y los vascos de hoy.
Pero el descubrimiento no fue concluyente.
Los investigadores también admitieron que no podían "descartar por
completo la posibilidad de que el euskera tenga sus orígenes en un idioma de
cazadores-recolectores que se conservó y consolidó a medida que la agricultura
se extendía por toda Iberia".
Lo que deja el misterio sin resolver.
Palabras en común
Pero la teoría armenio-vasca tiene sus adeptos y durante mucho tiempo ha
sido apoyada por investigaciones lingüísticas.
Un artículo del lingüista vasco-británico Edward Spencer Dodgson en
1884, y después estudios del filólogo alemán Joseph Karst en 1928, descubrieron
más de 300 coincidencias léxicas, gramaticales y fonéticas entre el euskera y
el armenio, como por ejemplo en tegi ("lugar")
y zati / zat ("porción", "parte"en
euskera y armenio, respectivamente).
Algunos lingüistas
encontraron cientos de palabras compartidas entre los idiomas de los vascos y
los armenios.
Más recientemente,
en 1998 el trabajo en equipo de Sargsyan con lingüistas armenios y vascos identificó
casi 600 palabras compartidas entre los dos idiomas, que el experto
sugiere se introdujeron a través de la metalurgia y la agricultura, gracias a
una antigua migración de armenios a esta zona.
"No es casual
que los idiomas armenio y vasco tengan una cantidad de palabras casi idénticas
relacionadas con la agricultura", escribió en un artículo de 2006 en la
revista Yerevan, refiriéndose a las palabras en común ardi ("oveja"), urti ("agua
abundante") y gari ("trigo" en euskera;
"cebada" en armenio).
Tenía curiosidad
por probar el vocabulario armenio-vasco para ver si era comprensible para
ambos, así que les pregunté a hablantes de euskera en ambos lados de la
frontera hispano-francesa.
El paisaje vasco es una tierra de
vegetación brillante que atraviesa grandes áreas de hierba y montañas brumosas.
El fuerte vínculo a la vida rural que prevalece en el País Vasco ha
creado numerosos dialectos del euskera, pero en las escuelas e instituciones
públicas vascas se emplea uno estandarizado llamado batua ("unificado").
Términos obsoletos
Le mostré a Manex Otegi, nacido en San Sebastián, a quien conocí a
través del apartamento que alquilé para mis vacaciones, una lista de 26
palabras compartidas entre el armenio y el euskera de la recopilación de
Sargsyan.
"Es euskera, pero es un poco raro; parece muy antiguo", dijo refiriéndose a la lista.
"Sólo seis palabras en esta lista son batua", agregó,
como zati ("porción") y txar ("malo").
"No estoy seguro de dónde vienen las demás, y creo que las que no
conozco es porque son muy antiguas y quizás se hayan perdido debido a la falta
de uso a lo largo de los años y a la población poco numerosa".
Un fuerte vínculo a la vida rural
en el País Vasco ha creado numerosos dialectos del euskera.
Repetí el mismo experimento con algunos amigos armenios en Bayona,
quienes solo reconocieron una palabra de la lista, ovejas
(ardi), como un término armenio anticuado.
A partir de conversaciones en trenes y bares de "pintxos", y
más tarde con académicos, parece deducirse que las palabras más compartidas
entre armenio y euskera están obsoletas y no forman parte de ninguno de
los idiomas contemporáneos.
Desafortunadamente, no hay oradores vivos conocidos que hablen con
fluidez ambos idiomas, y Sargsyan, quien fue autodidacta a la hora de aprender
euskera, falleció después de un repentino ataque al corazón en 2011 a la edad
de 54 años.
Según su hija Arevik, dejó atrás cientos de palabras adicionales
compartidas entre ambos idiomas, que aún no se han publicado.
Pero ¿es realmente posible que dos culturas etno-lingüísticas tan
aisladas comparten tantas palabras?
Comparación inválida
Muchos académicos tanto armenios como vascos, incluido el lingüista
vasco Charles Videgain, me dirigieron hacia Bilbao, donde se encuentra la sede
de Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca), para hablar con las
mentes más notables sobre la historia de la lengua vasca.
Todos los expertos con los que hablé ahí rechazaron oficialmente
cualquier vínculo entre los vascos y los pueblos del Cáucaso (incluidos
los armenios o los georgianos).
El secretario de Euskaltzaindia, Xabier Kintana, me dijo que las
palabras compartidas de la lista de Sargsyan "se toman al azar de los
diferentes dialectos modernos de la lengua vasca" y "son seguramente
antiguos préstamos del latín, celta y otros idiomas, en su momento vecinos del
vasco, lo que invalida su comparación".
La Academia de la Lengua Vasca
descarta vínculos entre el euskera y el armenio. En la imagen, el presidente de
Euskaltzaindia, Andrés Urrutia, junto al presidente español, Pedro Sánchez.
Insistió en que para que un estudio de este tipo pueda encontrar con
éxito un origen compartido se deberían hacer comparaciones entre las formas
antiguas de ambos idiomas para eliminar los préstamos de otros idiomas, tanto
en el caso vasco (latín, íbero, celtíbero, etc.) como en el armenio (árabe,
turco, siríaco, etc.).
Sin embargo, comparar idiomas antiguos a menudo depende de muestras muy
pequeñas a partir excavaciones arqueológicas, lo que se traduce en que obtener
una imagen completa sea prácticamente imposible.
Incluso si se encuentra una conexión entre idiomas, en última instancia
no existe evidencia física sólida que vincule a los dos pueblos.
"La única relación entre estos pueblos es la similitud de algunas
palabras", me
dijo la arqueóloga vasca Mertxe Urteaga. "No hay pruebas arqueológicas de
la presencia armenia en el País Vasco y Navarra".
Eso me dejó en el lugar donde empecé, sin poder encontrar pruebas de un
vínculo entre los dos grupos étnicos, pero aún no estoy convencido de que el
hecho de que dos idiomas compartan cientos de palabras pueda ser pura
coincidencia.
Por ahora, parece que la historia de la génesis vasca sigue siendo uno
de los enigmas más grandes de Europa: un raro tesoro por descubrir en un mundo
que ya está en gran parte trazado, esperando a que alguien finalmente lo abra.
*Puedes leer la nota original (en inglés) en BBC Travel.
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