Conoce los platillos más populares de Israel y su historia culinaria
Enlace Judío México e
Israel – La cocina es una de las expresiones culturales más importante de todas
las épocas, en la infancia recordamos los lugares por los sabores que los
distinguen y cuando viajamos conocemos al lugar por sus platillos. Los judíos han
estado en todas partes del mundo y han ido adquiriendo los hábitos culinarios
de los lugares que habitan, creando una forma propia de cocinar mezclándola con
lo que ya conocían. A Israel han llegado platillos de todas partes del mundo,
de Alemania, de España, de Italia y de América, sin embargo, por razones obvias
la influencia culinaria más fuerte ha sido la árabe. A continuación hablaremos
de los alimentos que uno se encuentra con mayor frecuencia en la calle las
tiendas y las casas cuando viaja a Israel.
Faláfel
El faláfel es un alimento muy común en toda
la zona árabe. Se piensa que data desde 1,000 años antes de la Era Común, que
su origen es egipcio y se fue expandiendo a través del comercio por los ríos de
esa región hacia lugares como Jordania Egipto, Siria y Líbano. Sin embargo
también se ha adjudicado la creación del mismo a los primeros cristianos,
quienes probablemente buscaban un sustituto a la carne, o a los judíos de la
era bíblica. Consiste en bolitas fritas hechas a base de garbanzo y perejil y
aderezadas con diversas especies. Se comen envueltas en un pan suave o plano
como lo son la lafa y el pan pita y se acompañan con todo tipo de verduras como
jitomate, pepino, lechuga, pimiento, chile o zanahoria. En Israel especialmente
se come con berenjena y papas fritas, tjiné (salsa de semilla de sesámo) y
hummus (pasta de garbanzo). Junto con el shawarma es el alimento callejero más
común y más consumido, al punto tal que se ha vuelto un símbolo nacional.
Originalmente se hacía con habas en vez de
garbanzo y hasta la fecha la receta cambia conforme a la región, hay lugares en
que se sigue haciendo de esa forma y lugares en los que se mezclan ambas
legumbres. También dependiendo de la región se le agrega perejil, cilantro,
comino, ajo, limón o pimiento. En Israel, con la llegada del sionismo su
consumo se incrementó, pues los judíos europeos siempre romantizaron la cultura
culinaria árabe de la tierra a la que llegaban, pues las recetas de su patria
eran difícil de hacer sin los ingredientes propios de Europa y el faláfel desde
siempre fue un alimento muy sencillo de preparar, barato y utiliza los
ingredientes propios de Medio Oriente. Sin embargo, la llegada de judíos
yemenitas a Israel también incrementó la popularidad de este alimento, pues traían
las costumbres de su casa y carecían de dinero para hacer comidas muy
elaboradas. Hoy ya es un alimento internacional pues se come a lo largo de todo
el globo y en Israel mismo han surgido variaciones de todo tipo: se hace
falafel rojo con pimiento tostado y naranja con camote.
Shakshuka
Otro alimento callejero muy común de Israel
es la shakshuka; su nombre quiere decir “todo mezclado” y consiste en cocinar
huevos pochados dentro de una salsa de tomates y pimientos rojos. A veces se le
agrega cebolla, hierbas y queso y se sirve en el sartén que fue cocinado
acompañandolos con pan, el cual se da a la persona para que lo remoje en la
salsa y el huevo. Dependiendo de la región se le pone canela, cilantro,
azafrán, romero, perejil o tomillo.
México e Israel: con la riqueza gastronómica en común
Su origen es del Norte de África, donde se
cocinaba con carne. Se cree que los judíos del lugar fueron los primeros en
cocinarlo con sólo huevo, pues buscaban una alternativa parvé. Al Israel
moderno llegó a través de las grandes inmigraciones que hubo de judíos
yemenitas, tunecinos, libios y algerinos. Los ingredientes que usa lo hacen
perfecto para consumir proteínas sin gastar mucho dinero, esto lo hizo común en
el Ejército. Hoy en Israel ya se le llama shakshuka a cualquier platillo de
huevo cocinado en salsa y abarca desde salsa de espinaca y acelga, hasta salsa
de queso o berenjena.
Shawarma
Al igual que el faláfel es una de las comidas
callejeras más vendidas en Israel, de hecho suelen venderse juntos. Es muy
parecido a los tacos de pastor mexicano, sólo que en vez de ser carne de cerdo
se usa carne de pavo o borrego y en vez de tortilla un pan plano como la lafa o
el pan pita. Consiste en un trompo vertical de carne sazonada o caramelizada
que se rostiza girando en el fuego; con un cuchillo largo se van cortando
rebanadas muy finas, las cuales son las que se sirven.
La idea de comer carne de borrego rostizada
sobre un pan plano es muy común en todo Medio Oriente desde tiempos
inmemorables. Para los judíos esta tradición se hace desde tiempos bíblicos en
los que se comía el sacrificio de Pésaj (un borrego rostizado con hierbas y
matzá, pan plano). Sin embargo, el rostizador moderno, vertical fue inventado
en Anatolia en 1830 y fue Turquía quien hizo popular en el mundo esta forma de
cocinar el borrego. La palabra shawarma proviene del turco “çevirme” que quiere
decir “rotar”, en otros países se llegó a conocer como “döner kebab” “döner”
también es rotar. En países europeos como Alemania e Inglaterra que han
recibido numerosas cantidades de turcos, es un platillo muy común. En Israel
moderno se popularizó a raíz de los judíos turcos, se hizo muy popular porque
antes era difícil conseguir hornos y esta forma de cocinar el borrego, te
permite comerlo rostizado sin la necesidad del horno. También por lo caro del
borrego empezó a surgir la versión en pavo. Hoy es tan popular que ya se vende
la carne del shawarma preparada para que la gente la cocine en su casa con una
sartén si así lo desea.
Humus
Gracias a las inmigraciones judías, libanesas
y árabes hoy en día el humus es popular en todo el mundo. Consiste en una pasta
suave hecha a base de garbanzo y tjiné (salsa de semilla de sésamo), es tan
común en Medio Oriente que incluso existen restaurantes llamados hummusia en
donde lo único que se sirve es hummus. Dependiendo del estilo y la familia que
lo cocine se le agrega ajo, jugo de limón, comino, nueces o aceite de oliva;
hay quienes le ponen bicarbonato de sodio para ayudar a darle suavidad y
cohesión a la pasta. Se sirve en un plato adornado con aceite de oliva,
especies, páprika o incluso habas cocinadas, hay regiones donde se mezcla con
huevo duro, pero generalmente se come con pan pita.
Al igual que el faláfel es un alimento que
siempre se ha comido en Medio Oriente, sin embargo era considerado de baja
calidad y sólo digno de las clases más pobres, con el tiempo esta ida fue
cambiando en la región. El primer registro que se tiene de dicho alimento es en
un libro de recetas del Cairo del siglo XIII. Al Israel moderno llegó como un
alimento que los judíos árabes consumían con regularidad, sin embargo, no
existía fuera de las casas pues su elaboración era tardada y cansada puesto que
se tenía que hacer a mano y era impráctico y caro para los restaurantes. En
1944 el grupo Strauss impulsó una campaña en la que vendía ensaladas
empaquetadas y puso especial énfasis en el humus (el cual era una de ellas)
volviéndolo así popular entre la gente. Pronto ya había otras compañías
produciendo este alimento y compitiendo por crear sus propios sabores y una
marca distintiva. Si ya era popular en Israel, la llegada de los procesadores
de comida al mercado, el humus se volvió un alimento producido cotidianamente
en casas y restaurantes. Hoy hay muchos estilos y variedades que van desde el
uso de aceitunas, chile, pimientos y jitomate seco.
Cholent
Otro de los platillos altamente consumidos en
Israel no se encuentra en las calles ni en restaurantes, sin embargo, para
muchos no existe Shabat sin él. Su nombre es el “cholent,” “chund” para
algunos. Originariamente es un platillo ashkenazi que se come en todo el mundo
y llegó a Israel a través de los judíos ortodoxos que habitan Jerusalén y las
regiones observantes. Consiste en un caldo de carne con habas, especias y carne
espesa. Dependiendo de la región se le agrega, grasa, huesos, papas,
zanahorias, garbanzo, arroz, trigo o cereales. Ha estado en el mundo judío por
más de ocho siglos y es uno de los platillos más amados y requeridos.
Todo empezó en España su nombre era “adafina”
al igual que hoy era el plato que cocinaban los judíos para Shabat; consistía
en un caldo de habas con rebanadas ligeras o albóndigas de carne. La maravilla
de este platillo es que se cocina a fuego lento, entonces puede dejarse
cociendo toda la noche del viernes, sin necesidad de alterar el fuego y estará
listo para el sábado a la hora de comer. Fue tan popular que en el siglo XII
los judíos francés ya lo habían adoptado de entre sus vecinos Españoles. Cuando
la Inquisición empezó a perseguir judíos en España la adafina dejo de cocinarse
o se le agrego cerdo, pues podía ser un signo altamente incriminatorio. No fue
así en Francia donde la tradición prosiguió por varios años y la adafina
adquirió el nuevo nombre de “schalet”.
Al pasar la costumbre a Alemania y otros
países del este como Austria, Hungría y Polonia, el platillo adquirió su actual
nombre como “cholent” o “tchond” en idish. Sin emabargo, no fue el único cambio
que el platillo sufrió los rabinos de Bohemia a diferencia de los de Francia no
permitan regular el fuego durante el Shabat, por lo cual el cholent debía ser
cocinado sobre una superficie cuyo fuego no necesitara o pudiera ser regulado,
como es el caso de un horno de piedra. En esas épocas no era común que la gente
tuviera hornos en sus casas por lo general sólo había uno o dos hornos en todo
el pueblo y pertenecían al panadero. El horno además se sellaba con barro para
no dejar escapar el calor cada vez que se horneaba una determinada cantidad de
hogazas.
Se empezó a acostumbrar que la gente dejara
su olla sellada con barro con el panadero una vez que recogía las hogazas de
pan el viernes antes del Shabat. El panadero colocaba en su horno todas las
ollas y lo sellaba antes del viernes al atardecer. Para el sábado el platillo
ya estaba listo, se abría el horno y la gente recogía sus ollas. Hasta la fecha
es el platillo más consumido en Shabat.
Za’atar
El za’atar es un arbusto que crece de forma
natural en el Levante en montañas y en lugares hóstiles como rocas donde otras
especies no lo hacen. Se parece mucho al orégano y es familiar del mismo. Es
una especie que siempre se uso en la región y era muy común entre los
campesinos. Se piensa que la Torá se refiere a esta planta como “eisov” y es la
especie que se usaba en los sacrificios del Templo. El eisov también fue la
planta que se usó para pintar con sangre los dinteles de las puertas durante
las Diez Plagas, con la que se realizaban las purificaciones de la vaca roja y
con la que se comía el sacrificio de Pésaj. Maimonides le ponía a su jarozet de
este arbusto porque defendía que era el eisov.
En Israel se hizo popular una mezcla a la
cual también se le llama za’atar la cual lleva: sumac (una mora roja de la
región) seco y pulverizado, semillas de sesámo tostadas y pulverizadas y el
zaátar mismo. Se usa para casi todo, para hacer aceites, pastas, aderezos y
como especias. Se le pone a la carne, al pesacado, al pollo, a las bebidas y es
especialmente famoso un platillo en el cuál se fríe la lafa y se le agrega el
za’atar.
Dado a la sobre explotación, en 1977 se
declaró al za’atar una especie protegida y se prohibió su recolección salvaje.
A partir de entonces empezaron a existir cultivos industriales de za’atar y
empresas que venden y distribuyen la mezcla ya empaquetada. Y hay empresas y
restaurantes que han querido imitar el sabor mezclando orégano y mejorana, pues
es muy difícil conseguir la planta fuera de Israel.
Tipos de panes judíos y su origen histórico
El pan es uno de los
alimentos más importantes en la tradición judía es necesario para honrar el
Shabat y las festividades y es considerado la base del sustento en el judaísmo.
Tiene una cantidad interminable de significados y peso en el judaísmo. ¿Qué
hace que el pan sea pan? Es distinto para cada grupo, conforme los judíos han
radicado en distintos lugares han adquirido las tradiciones del lugar y las han
mezclado con las suyas, de tal forma que existen una cantidad de panes variados
en el mundo judío. Ya sea para celebrar el Shabat, acompañar la comida o
simplemente tomar un sandwich antes del trabajo existe una diversidad enorme de
panes que se comen a diario. A continuación hablamos un poco de la historia de
algunos panes que por tradición o cultura son consumidos por judíos a lo largo
de todo el mundo.
Bagel
Cualquiera que viaje por Estados Unidos, se
sorprendería al saber que el “bagel” ese pan redondo que está en todas partes
era desconocido por el estadounidense común apenas hace unas décadas. Este pan
es casi un ícono de la cultura estadounidense, sin embargo antes de la década
de 1950 era común sólo entre judíos y en siglos anteriores ésta también era la
realidad de ese pan. Lo que distingue al bagel de otros panes en forma de dona
es que la pieza se hierve antes de ser horneada, eso le da su textura y sabor
tan particular.
La primer registro histórico que tenemos
sobre este pan data de 1610 en los archivos de la comunidad judía de Cracovia,
sin embargo se piensa que ya era común entre la comunidad judía polaca desde
varios años antes. Lo cierto es que a mediados del siglo XVII ya era común
entre las comunidades de los estados bálticos. En Europa el pan siempre se
conoció como un pan consumido sólo por judíos, la producción era casera, si
acaso llegaba venderse lo hacían mujeres que cargaban sus canastas y lo
ofrecían en la calle a trabajadores, aunque todos los judíos lo comían, nadie
lo incluyo en una panadería.
Eso cambió con las inmigraciones a Estados
Unidos, los judíos extrañaban la comida de su casa y el bagel empezó hacerse
comercialmente y fue muy popular en las comunidades judías europeas, tanto así
que para 1907 ya había 300 panaderías únicamente dedicadas a producir este pan
y existía el sindicato de los que producían bagels. Con el tiempo los judíos
neoyorquinos fueron agregando ingredientes al pan casero, los rodearon de
semillas y en su transformación lo convirtieron en un pan típico para hacer
sandwiches, el salmón con queso crema, fue un excelente sustituto al típico
brunch americano de los años 50 que usaba jamón y queso. Y aunque ya era un pan
americano que distaba bastante de su origen europeo, el estadounidense común
seguía sin tener contacto con él. Fue hasta la década de los 60’s en que se
empezaron a usar máquinas para hacer bagels que el comercio del pan rebasó a la
comunidad judía y empezó a ser popular fuera de estos ámbitos. Para 1985 ya era
el pan más consumido en el desayuno.
La jalá. El pan de Shabat, una forma de elevarse a través del placer.
Lafa
Cuando uno viaja por Israel lo primero que ve
en los mercados, puestos de comida callejeros y uno que otro restaurante son
unos panes blancos y alargados como de 30 cm de diámetro que se venden con
comida. Éstos son llamados lafa fueron traídos a Israel por judíos iraquíes que
migraron a mediados del siglo pasado. Se volvió una comida muy popular y es uno
de los alimentos que más se consumen hoy en día, tanto que ya se encuentran en
casi todas las tiendas judías fuera de Israel.
Tiene una textura suave y esponjosa, en Irak
suele estar acompañada de un mango en curry y huevo o tomate. Sin embargo, al
llegar a Israel perdió su característica dulce y empezó a usarse como la base
para hacer cualquier tipo de sandwich. Usualmente viene acompañada de hummus,
tjine, jitomate, lechuga y falafel o algún tipo de carne como shawarma, pollo o
kebab. Los ingredientes suelen ponerse en el centro de la lafa y enrollarse, de
tal modo que uno se lleva el rollo a dondequiera que vaya. Aunque también se
usa para comer todo tipo de pastas, salsas, quesos o cualquier cosa que
necesite un pan como base. Otra forma de cocinarla muy popular es la lafa
cortada en tiras frita y servida con zaatar.
Pan
pita
El pan pita es uno de los panes planos más
conocidos del mundo. Está en todos los supermercados y tiendas de comida árabe
y la verdad es que probablemente es uno de los panes más antiguos de la
historia. Aunque se le asigna un origen griego, ha sido consumido por la gente
del Medio Oriente desde tiempos bíblicos y ha acompañó a los judíos en Shabat
innumerables veces.
Bollo
sefardí
Los sefardíes suelen diferenciar entre panes
a los cuales sólo se le han agregado harina y sal y aquellos que cuentan con
huevo o endulzantes, los cuales ya no se consideran pan propiamente y no sirven
para festejar el Shabat con él. Durante siglos el pan que se usaba para las
celebraciones era el pan pita, pues este cumple con todos los requerimientos
que una hogaza debe de tener. Sin embargo con el tiempo se le empezó a agregar
especies a la pita, se cambió su forma de cocción y surgió otro estilo de pan
en Medio Oriente que se haría popular por el mundo. Así surgieron los bollos
tradicionales con forma de esfera. Éstos son usados por judíos como una forma
de desayuno o acompañante a la comida aparte del pan tradicional de Shabat. Un
distintivo característico entre las distintas formas de cocinar bollos en las
comunidades judías son los ingredientes que se le agregan, los judíos
marroquíes los cocinan con todo tipo de nueces y frutas secas, los judíos que salieron
de España usaban aceite de oliva y anís, otros usan semillas de amapola y es
muy común encontrarlos dulces cocinados con miel o ázucar.
Malawa
Uno de los puestos más requeridos en el shuk
(el mercado judío de Jerusalen) es de un judío yemenita que sirve una especie
de pan con huevo y salsa de tomate. Aunque es del tamaño parecido al de una
lafa tiene una textura y sabor completamente distintos y se llama “malawa.” Se
hace con un tipo de masa “ajin” proveniente de Yemén; su proceso es parecido al
del hojaldre en el sentido que ambos usan mantequilla o aceite y harina, y
ambos llevan proceso en el que la masa se dobla sobre sí misma para crear una
textura de capas. Sin embargo, el sabor final de esta masa y su textura es muy
distinta al del hojaldre; ésta es mucho más suave y esponjosa. La masa puede
usarse para todo tipo de platillos, el malawa es uno de ellos y es el pan que
las comunidades judías usaban para ocasiones especiales como Shabat y
ceremonias en Yemen. En Israel se usa como un pan común pues su cocción es
rápida y fácil: se coloca sobre un sartén, se permite que la masa se infle y se
voltea.
Injera
El “injera” es el pan central de Etiopía, es
plano, poco más grueso que una crepa, muy flexible, esponjoso y pareciera que
tiene hoyos en la superficie. En muchos restaurantes etíopes suele usarse como
sustituto a un plato y sobre él se sirve la comida al centro. Se prepara con un
grano especial, el “tef”, que es uno de los pocos granos que puede fermentar
por sí mismo sin levadura. Para su preparación se deja que la masa fermente
tres o cuatro días y después se cuece sobre un sartén cubierto, no se voltea y
solo se cocina de un lado. Existen más de 250 tipos de “tef” de distintos
colores entre rojo, blanco y marrón, dependiendo del grano será el color del
pan. Es un platillo que aún no es tan popular en Israel pero que se encuentra
presente entre los judíos etíopes.
Potatonik
Si uno navega sitios o grupos de cultura
ashquenazi, se dará cuenta como los judíos estadounidenses están obsesionados
con el kuguel, y no es para menos pues durante muchos años fue la base del
alimento que tuvieron los judíos de Europa del Este y los recuerdos que la
gente tiene de sus abuelas y madres muchas veces viene ligado a ese platillo.
El kuguel es una especie de pudin hecho a
base de huevo, harina y casi cualquier verdura. Suelen ser de papa, zanahoria o
calabaza, existe dulce o salado. El más común y consumido de todos es el kuguel
de papa. El potatonik es ese mismo kuguel a base de papa, en vez de pudin hecho
pan. Básicamente a la masa se le agrega más harina y levadura para lograr la
consistencia de pan. Suele hacerse con papa cruda para que estás mantengan su
sabor al ser horneado. Era un platillo muy común entre judíos ucranianos que se
hizo popular en Estados Unidos, sin embargo nunca se cocinó fuera de las casas
y últimamente ha dejado de ser popular entre las familias. Sin embargo, es una
muestra de la creatividad culinaria y la variedad que puede alcanzarse.
https://www.enlacejudio.com/2020/11/18/tipos-de-panes-judios-y-su-origen-historico/
¿Conoces el profundo significado de la bendición del pan? No lo podrás
creer
Técnicamente, una comida se
considera cualquiera en la que se consume pan, por lo que las comidas judías
comienzan con la bendición del pan, para luego compartirlo.
La bendición que la acompaña es ampliamente
conocida por la mayoría de los judíos, que la han escuchado desde la infancia y
que incluso pueden haberla memorizado simplemente por haberla dicho tan a
menudo. Muchos judíos siguen el precedente judío tradicional al comenzar cada
comida de esta manera; otros lo reservan para ocasiones festivas como banquetes
de bodas o cenas festivas.
En cualquier caso, decirlo logra dos cosas.
Primero, llama la atención sobre el
privilegio de tener comida para comer. En segundo lugar, las palabras de la
bendición conectan una comida ordinaria con una lección simbólica sobre el fin
de los tiempos. Las palabras de las bendiciones son sucintas y van al grano:
“Bendito eres Tú, Adonai nuestro Dios, gobernante del universo, que sacas el
pan de la tierra”. (Barukh ata Adonai Eloheinu melekh ha’olam hamotzi lehem min
ha’aretz.)
¿Cómo hacer las comidas de Shabat? y ¿qué instrumentos necesitas?
Dar gracias por el
“sistema de entrega”
Es normal que las bendiciones sobre la comida
se refieran a los medios, o “sistema de entrega”, por el cual la comida llega a
nosotros. Las manzanas, por ejemplo, invocan la bendición “Bendito eres … que
creas el fruto del árbol”. Las papas obtienen “Bendito seas … que creas el
fruto de la tierra”. Por lo tanto, referirse a Dios como Aquel que “saca pan de
la tierra” no es del todo inesperado. Pero el pan en realidad no proviene de la
tierra, excepto en su forma cruda como grano, por lo que la bendición debería
haberse referido al grano, no al producto terminado, el pan. Eso, al menos, es
lo que los rabinos insinúan en dos comentarios lacónicos pero perspicaces.
Pan en el huerto
del Edén
El primero proviene de un midrash llamado
B’reishit Rabbah, parte de una compilación de muchos volúmenes de comentarios
rabínicos que cubren varios libros de la Biblia. En esta, una colección de
midrash del siglo V a Génesis, encontramos una discusión de los diversos tipos
de árboles que debieron haber existido en el Jardín del Edén.
Dios les dice a Adán y Eva que no pueden
comer de un árbol en particular, “el árbol de la ciencia del bien y del mal”
(Génesis 2:18), identificado de otra manera como “el árbol en medio del jardín”
(Génesis 3:3). Pero todos los demás árboles estaban disponibles para su placer,
y los rabinos se preguntaron, pensativos, qué eran.
Este era el Edén, después del paraíso puro.
Sin duda, el Edén tenía árboles que superaban con creces a los que ahora
conocemos. El rabino Z’ira cree que el Edén era tan perfecto que contenía
“árboles de pan del tamaño de los cedros del Líbano”.
Él extrae su lección del hecho de que cuando
Adán y Eva son expulsados del jardín, Dios dice: “Porque
comiste del árbol del cual te mandé, diciendo: ‘No comerás de él’ … con el sudor de tu frente
obtendrás el pan para comer”. El Rabino Z’ira concluye que antes de la
expulsión no debían haber tenido que hornear su propio pan.
Lo que se necesita para llevar pan a nuestras mesas.
Hoy en día, la mayoría de nosotros simplemente
entramos en una panadería para comprar pan, pero el rabino Z’ira sabía lo
difícil que es hacerlo. En todas partes en la antigüedad, y en gran parte
del mundo todavía hoy, los agricultores primero aran la tierra con implementos
tirados por animales que son difíciles de usar; luego siembran la semilla a
mano. A partir de entonces, esperan ansiosamente y rezan por la lluvia, sin la
cual no habrá cosechas en la primavera.
Incluso si el grano crece y madura, todavía
existe la difícil tarea de cosecharlo y clasificarlo para eliminar la materia
no comestible. Luego, el grano debe extraerse de la cáscara mediante trillado.
Luego se avienta, es decir, se arroja al aire con una horquilla para que la
capa liviana de los granos, llamada paja, se vuele, dejando solo los granos más
pesados que se pueden moler y convertir en harina.
La harina ahora se tamiza, nuevamente para
separar cualquier materia extraña, luego se mezcla con líquido y se amasa hasta
obtener una masa. Solo entonces se puede hornear. Muy consciente del trabajo
intensivo que implica el pan, la imaginación rabínica evocó una existencia
edénica en la que las hogazas de pan frescas y terminadas realmente crecen en
los árboles.
Entonces, ya tenemos la lección moral en
contra de dar por sentado el pan que comemos.
Una vez y un
paraíso futuro: con pan
Pero hay más. Los rabinos percibieron el tiempo como dividido en
tres eras: un tiempo pasado mítico, cuando todo era perfecto y parecido al
Edén, y cuando el pan que crecía en los árboles podía consumirse sin trabajo;
la realidad del tiempo ahora, la era del tiempo histórico en que vivimos,
cuando conseguimos nuestro pan con dificultad para que tengamos la suerte de
tener algún alimento; y un tiempo esperado por venir, una era mesiánica al
final de los días cuando el paraíso volvería como en los días del Jardín del
Edén.
El rabino Nehemías y la mayoría rabínica no estuvieron de
acuerdo con la bendición que decimos sobre el pan. El rabino Nehemías dijo: “La
bendición que decimos: ‘Bendito eres … que sacas el pan de la tierra’, se
refiere al hecho de que Dios lo sacó de la tierra en el pasado”. La mayoría
rabínica sostuvo: “La bendición se refiere al hecho de que Dios la sacará de la
tierra en el futuro”.
Sorprendentemente, ninguna de las partes sostiene que la
bendición sobre el pan se refiere al pan real que tenemos en nuestras manos en
el momento en que se dice la bendición. La opinión minoritaria del rabino Nehemías
es que nuestro pan de cada día nos recuerda el pasado, cuando los árboles del
pan crecían en el suelo del Edén. La mayoría, y por tanto la sabiduría oficial
judía de hoy, identifica el pan de la bendición como el pan de un futuro
mesiánico. Nuestra bendición es mucho más que un voto de agradecimiento por
nuestra comida diaria. También constituye una declaración de fe en un tiempo
por venir en el que todos tendrán suficiente para comer, libres del trabajo
agotador que ahora requiere la mayoría de la población mundial solo para poner
comida en la mesa.
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