domingo, 19 de septiembre de 2021

 

IMMANUEL KANT


LA RAZÓN ES EL HOMBRE

Immanuel Kant sostenía que podemos conocer la apariencia de las cosas, pero no su esencia porque el entendimiento es limitado.

Hay un acuerdo generalizado en considerar a Immanuel Kant como el padre de la filosofía moderna. Y aquí se acaba el consenso porque la complejidad de su pensamiento permite diversas interpretaciones, entre otros motivos, porque el profesor de Königsberg introdujo importantes matizaciones sobre el sentido de su obra al final de su vida.

Intentar explicar a Kant incurre en el riesgo de distorsionar o simplificar su legado, por lo que sólo cabe remitir a la lectura de su “Crítica de la razón pura”, publicada en 1781 y revisada seis años después. En ella se interroga sobre la naturaleza del conocimiento, sus límites y la posibilidad de una ciencia universal.


Kant, Immanuel: Kritik der reinen Vernunft. Riga: J. F. Hartknoch 1781, 856 Seiten, Erstdruck.

Kant intentaba superar el callejón sin salida al que llevaba el empirismo de Locke y Hume, que, al afirmar la experiencia sensible y particular como única fuente de conocimiento, hacía imposible la existencia de leyes de carácter objetivo y universal. También se daba cuenta de las limitaciones del racionalismo cartesiano, que sacaba sus conclusiones de una razón innata al margen de la observación empírica.

Por tanto, el gran reto que se plantea Kant es dar una estructura inteligible a los hechos “singulares y amorfos” que existen fuera del sujeto. Ello sólo será posible si nuestro entendimiento es capaz de formular juicios sintéticos a priori, que, a partir de la observación, tengan validez universal.

Kant construye todo su edificio conceptual sobre la base de estos juicios sintéticos a priori, que son necesarios y objetivos. Son objetivos porque son formulados a partir de la experiencia y son necesarios porque son de validez universal. Pero, a diferencia de Aristóteles o Leibniz, quien confiere esa universalidad al conocimiento es el sujeto y no el mundo externo.

Esto es esencial porque la estructura inteligible de la realidad reside en las formas y las categorías del conocimiento que son inherentes al sujeto, que es quien proporciona el sentido a una naturaleza externa, amorfa y caótica. Por ello, el pensamiento de Kant es una filosofía del sujeto y el conocimiento es “trascendental” en la medida que va más allá de la percepción.


Kant con sus amigos Christian Jakob Kraus, Johann Georg Hamann, Theodor Gottlieb von Hippel y Karl Gottfried Hagen

Kant señala que el espacio y el tiempo son “formas a priori” de la sensibilidad, lo que significa que todo lo que captan nuestros sentidos está contextualizado en un marco temporal y espacial. Ello equivale a decir que ni el tiempo ni el espacio tienen una existencia objetiva, simplemente son condiciones necesarias para la percepción.

Tras dar este paso, Kant afirma que existen categorías en nuestro entendimiento, que no son empíricas ni intuitivas, sino que forman parte de la estructura interna del sujeto. Estas categorías son doce y están encuadradas en cuatro grupos: la unidad, la cantidad, la relación y la modalidad. Un ejemplo para entender esta noción: la distinción entre causa y efecto, algo en lo que se aparta de Hume.

Si todos los seres humanos comparten las mismas formas y categorías, podemos concluir que hay un entendimiento general o universal, algo que Kant era reacio a aceptar. Aquí está la base del idealismo y de la filosofía de Hegel, que, aunque siempre rechazó el sistema kantiano, estaba muy influido por él.

Kant afirmará, sin embargo, que no podemos conocer el “noumenon” o esencia de las cosas, ya que nuestro entendimiento sólo nos proporciona luz para establecer relaciones lógicas sobre el “phenomenon” o apariencia externa de lo real.


 Kant University en Kaliningrad.La escultura de Kant fue creada en Berlin por el escultor Christian Daniel Rauch en 1857

Por tanto, nuestra razón, entendida como la capacidad de formular juicios de validez universal y establecer sus relaciones, no puede concluir la existencia de Dios ni la inmortalidad del alma, que Kant no cuestiona pero que le parecen indemostrables. Dice literalmente que son paralogismos. 

El filósofo prusiano, nacido en el seno de la familia de un guarnicionero y educado en los estrictos principios del pietismo, aplicará esta filosofía del sujeto a su concepto de la ética, expresado en su “Crítica de la razón práctica”. Kant sostiene que la moral es individual y está regida por el imperativo categórico, que enuncia de esta manera: “Obra de tal suerte que tu acción pueda servir de norma universal”.

Esta concepción implica que la moral implica la libertad de elegir porque cada ser humano es autónomo a la hora de fijar sus pautas de comportamiento y tomar sus propias decisiones. No es posible imponer a nadie lo que debe hacer en el terreno de la conducta, una afirmación que le creó problemas con la autoridad. Kant fue también el primero que propuso un gobierno supranacional que garantizara la paz entre las diferentes naciones, una idea que hace más de dos siglos resultaba excéntrica.

Su inquietud y sus vastos conocimientos quedan reflejados en un libro titulado “Teoría de los cielos”, escrito en su juventud, en el que explicaba que los cuerpos celestes nacen de nebulosas en expansión y contracción, una teoría similar a la de Laplace.

Kant, fascinado por la Revolución Francesa, fue el gran pensador de la Ilustración al reivindicar la absoluta autonomía de la razón y el derecho de los individuos a actuar según el dictado de su conciencia. Ese fue su mayor legado.

https://www.alejandradeargos.com/index.php/es/completas/42-filosofos/41857-kant-biografia-pensamiento

 

FRANCIS BACON

El arte como reflejo de los sentimientos más crudos


Francis Bacon. Fotografía de John Deakin, 1962. En bremser.tumblr.com

Francis Bacon es, sin duda, una figura a contracorriente. Tanto en su vida como su obra: sin ir más lejos, sus cuadros hicieron que Margaret Tatcher le definiese como “ese horrible artista que pinta asquerosos trozos de carne”. Una visión tan simplista como incorrecta: la obra de Bacon es deslumbrante, profunda, cambiante y magnífica, con una técnica inspirada en maestros como Velázquez y una capacidad de evocación que desafía a las décadas y las escuelas. Durante sus primeros años como artista, la sociedad rechazó sus pinturas; los surrealistas, por su parte, no le quisieron considerar uno de ellos. Su homosexualidad provocó el alejamiento de su familia desde su adolescencia, definiendo además su personalidad y su vida a través de una serie de relaciones tortuosas, que fueron reflejadas en lienzos inolvidables. Marcado por la figura de un Papa, por el grito de una madre en la película “El Acorazado Potemkin” o en un cuadro de Nicolás Poussin, Bacon vivió una vida a medio camino entre un talento indiscutible y un poderoso afán por amar y sobrevivir.

 

De Irlanda a Berlín: una adolescencia marcada por el rechazo 

 

Francis Bacon nace en Dublín en 1909. Su padre procede de una familia de linaje aristocrático, si bien su madre desciende de padres acomodados. Durante su infancia, el futuro pintor cambia de residencia varias veces, entre otros motivos por el estallido de la I Guerra Mundial, momento en el que se mudan a Londres. Su adolescencia está marcada por dos circunstancias: el asma que le acompañará toda su vida y su homosexualidad. En 1926, su padre le expulsa de casa tras encontrarle probándose la ropa de su madre; Bacon se traslada a Londres, donde vive unos meses gracias al escaso dinero que le envía su madre. Durante esta época sobrevive realizando trabajos ocasionales, a los que añade el dinero obtenido de encuentros sexuales con hombres mayores y de pequeños hurtos. En 1927, su padre le propone acompañar a un amigo de la familia a Berlín. La capital alemana supone un descubrimiento social, cultural y sexual para el joven Francis, que empieza a interesarse por el cine, la pintura y la arquitectura. Es posible que fuera en Berlín donde ve por primera vez El Acorazado Potemkin (1925) de Sergei Eisenstein, una película que le influenciará durante toda su vida. De hecho, la expresión de la madre que ve cómo cae el cochecito de su niño aparecerá de forma recurrente en su obra, pasando a formar parte de pinturas inmortales como las inspiradas en el Retrato del Papa Inocencio X de Velázquez.


Masacre de los inocentes. Nicolás Poussin, S. XVIII. En descubrirelarte.es

Berlín acoge al pintor en ciernes durante dos meses, transcurridos los cuales viaja a París. Su carácter, fuertemente tímido, no le impide relacionarse con personas que serían fundamentales en su vida, capaces de reconocer su talento. Una de ellas, Yvonne Bocquentin, le permite quedarse en su casa de Chantilly, una estancia que se quedará grabada a fuego en la memoria del joven Bacon. Es entonces cuando descubre el cuadro de Nicolás Poussin La masacre de los inocentes: al igual que le sucedió con la película de Eisenstein, la expresión de dolor de la madre que está a punto de perder a su hijo le genera un intenso impacto. “Probablemente sea el grito humano mejor pintado jamás”, comentaría años más tarde. Poussin no será el único artista que le impresione; en la capital francesa descubrirá también a Pablo Picasso, Francis Picabia, Giorgio de Chirico y Chaim Soutine. Todos ellos irán conformando la estructura de sus propias obras, siempre a medio camino entre el expresionismo, la abstracción y el arte figurativo.

 

La vida en Londres: supervivencia y pintura


Composición, Figura.1.933. En hoyesarte.es

En 1928, Francis Bacon se traslada a Londres y comienza una carrera como decorador y diseñador de muebles. Su talento para ambas disciplinas es innegable, pero aun así su trabajo solo es requerido por conocidos y allegados. Durante esta época, el artista pinta y diseña alfombras; en 1930 organiza su primera exposición en Queensberry Mews, en la cual muestra sus cuadros y sus alfombras junto con obras de otros artistas. Es entonces cuando conoce a uno de sus primeros mecenas y amantes, Eric Hall, un hombre casado con quien mantendrá una aventura secreta durante más de 15 años. A pesar del apoyo de artistas y protectores, son años difíciles para el joven artista; en 1933 se marcha a vivir con su antigua niñera, Jessie Lightfoot, con quien compartirá distintos alojamientos a lo largo de dos décadas. Durante esos años, Francis y Jessie sobreviven gracias a las escasas ventas de sus obras y sus muebles, y a ocasionales estafas, hurtos y robos.


Crucifixión. 1933. En jaquealarte.com

Ese mismo año, Bacon pinta su primera obra totalmente original. Hablamos de Crucifxión, una obra en blanco y negro que revela claras influencias del arte de Pablo Picasso, pero también deja ver por primera vez la personalidad única del artista. El cuadro lo compra Sir Michael Sadler; este prometedor inicio, sin embargo, se ve truncado por la dificultad para seguir vendiendo cuadros. En 1936 presenta una obra para la Exposición Internacional Surrealista de Londres, que es rechazada por no ser lo “suficientemente surreal”. El joven artista cae en una época autodestructiva (que durará aproximadamente hasta 1943) y se dedica a pintar y repintar encima de sus propios cuadros, causando su total destrucción.

 

Primeros éxitos. El despegue de una carrera fulgurante


Tres estudios para figuras en la base de una Crucifixión. 1944. En museodelprado.es

 

La II Guerra Mundial estalla en Europa. Francis sigue sufriendo de asma y es declarado no apto para el servicio. En 1943 se traslada a un apartamento que perteneció en su día al pintor John Everett Millais, junto con Jessie Lightfoot. Ese año empieza a pintar Tres estudios para figuras en la base de una Crucifixión, el cuadro que supondría su descubrimiento como pintor por parte del público especializado. En 1944, el lienzo fue expuesto en la Galería Lefevre y fue adquirido por Eric Hall, quien después lo llevaría a la Tate Gallery. Son años fructíferos para el artista, cuyo talento ha estallado y adquiere nuevas formas e intensidades. Su ambición extrema queda patente en su obra Pintura (1946), un impresionante lienzo lleno de sugerencias, conceptos y profundidad. La obra es adquirida por la marchante y coleccionista Erica Brausen, y más adelante pasa a pertenecer al MoMA de Nueva York.


Pintura. 1946. En historia-arte.com

En pleno éxito y con dinero en el bolsillo, Francis Bacon se traslada a Montecarlo, donde disfruta de la vida nocturna y entabla sucesivas relaciones. En 1949 regresa a Londres para organizar una exposición en solitario; las prisas para crear obra hacen que desarrolle un nuevo estilo artístico, trabajando solo con blancos, negros y grises y creando lienzos más simples, plenos de detalles inquietantes y simbólicos. En esa época, el pintor comienza a trabajar sobre el reverso de los lienzos, en lugar de pintar en la cara imprimada. El resultado le satisface: se acerca a su carácter crudo, a sus imágenes destructivas y diseccionadoras. Bacon continuará pintando por la cara sin imprimar durante toda su vida, hasta su fallecimiento. En la exposición, una pintura destaca por encima del resto de las composiciones monocromáticas: Cabeza VI. Se trata de una versión de la cabeza del Retrato del Papa Inocencio X, pintado por Velázquez en 1650. En la obra, Bacon combina la cara del papa con el gesto del grito de la mujer que aparece en El Acorazado Potemkin, así como con la influencia de la obra de Poussin. Al año siguiente pintará otra versión de este cuadro, Estudio según Velázquez; y de nuevo, retomará el tema en su Estudio del Retrato del Papa Inocencio X de 1953.


Estudio según Velázquez. 1950. En arsmagazine.com

 

 

África, la Bienal y el estudio de Reece Mews


Estudio de figura en un paisaje. 1952. En atlasofplaces.com.

 

A principios de la década de los 50, Francis Bacon viaja a África a visitar a su madre y a sus hermanas. Empieza a interesarse por la vida salvaje y las impresionantes imágenes del continente, al tiempo que trabaja también en obras cuyo tema principal es el desnudo. Son años duros para el pintor: rompe definitivamente con Eric Hall y Jessie, su compañera y amiga, fallece en 1951. Al año siguiente comienza una relación destructiva con el luchador y piloto Peter Lacy; cuando este se muda a Tanger, Bacon le acompaña. Durante los años siguientes, el pintor vivirá a caballo entre Marruecos y Londres. A su agitada vida personal le acompaña un éxito que no deja de crecer, y se ve refrendado con su participación en el Pabellón Británico de la Bienal de Venecia, cuya obra acompaña a la de Lucian Freud y Ben Nicholson. Durante estos años expone en solitario en Nueva York y París, al tiempo que su arte se transforma: la pincelada se hace gruesa y empastada, y los colores, más intensos y puros. En 1958, Bacon firma un contrato con Marlborough Fine Art tras conseguir que la galería cubra una deuda que el pintor tenía pendiente. Será un punto de inflexión en su vida y su obra.


Tres estudios para una Crucifixión. 1962. En icon-icon.com

 

En 1961 tiene lugar un acontecimiento crucial para Bacon. Ese año, el pintor se hace con unas antiguas caballerizas en Reece Mews y convierte el primer piso en un estudio que se convertirá en el lugar más importante de su vida. Un espacio que se llenará progresivamente de pinturas, objetos, fotografías pegadas en las paredes, papeles y cientos de añadidos, que el pintor reflejará repetidas veces en sus lienzos. En 1962 pinta su primer tríptico a gran escala, Tres estudios para una Crucifixión, que formará parte de una gran retrospectiva que le dedicará la Tate Gallery ese mismo año. De nuevo, la existencia del artista se ve alterada por una nueva pareja: George Dyer, un hombre con tendencias depresivas y con un turbio pasado a sus espaldas. A través de las fotografías de John Deakins, que también retrató al propio Bacon, el pintor empieza a retratar a su amante de forma compulsiva. Son años de plenitud artística: las obras se suceden y reflejan todo tipo de estados de ánimo, desde los más lúdicos y los más amenazantes. 


En memoria de George Dyer. 1971. En francis-bacon.com

 

En 1968 Bacon viaja a Nueva York por primera vez en su vida para inaugurar una exposición organizada por la Galería Marlborough. A su vuelta, la relación con Dyer se hace cada vez más complicada: el artista huye de él y se marcha a vivir fuera de Londres. Despechado, acusa falsamente a su ex amante de posesión de cannabis; el artista es llevado a juicio, donde es declarado inocente. Bacon centra entonces todos sus esfuerzos en la exposición retrospectiva sobre su obra, que organizará a principios de los años 70 el Grand Palais de París: un auténtico honor para un artista vivo. Dos noches antes de la inauguración, Dyer aparece muerto por sobredosis de alcohol y barbitúricos. Si bien Bacon parece no sentirse afectado por su fallecimiento, algunas de sus obras posteriores (como En memoria de George Dyer, 1971) revelarán el auténtico alcance de su duelo. En los años 70, el artista pasa largos períodos en París; al mismo tiempo, el MoMA de Nueva York le dedica una muestra de sus últimas obras. En esa década Bacon conoce a John Edwards, con quien entablará una relación de amistad que le aportará estabilidad y sosiego.

 

Las últimas décadas. Fama mundial, pasión y muerte


Tres estudios para un retrato de John Edwards. 1984. En invertirenarte.es

 

“Seguiré hasta que caiga”, dijo Francis Bacon en una ocasión, cuando contaba con 82 años. Una afirmación que cumplió hasta su fallecimiento. Durante los años 80 y 90, el artista continúa pintando y empleando nuevas técnicas, como la pintura en spray. Las exposiciones se suceden en distintos continentes y su reconocimiento alcanza el máximo nivel, al tiempo que ciertas figuras del conservadurismo reniegan de su arte, como fue el caso de Margaret Tatcher. Su obra se expone en Moscú en 1988, siendo la primera retrospectiva de un artista occidental celebrada en la Unión Soviética. 


studio para retrato. Marzo. 1991. En nationalgalleries.org

 

La pintura de Bacon alcanza en esos años una cualidad nueva: la calma, largamente esquivada por el artista y que parece acompañarle en sus últimos años. Sin embargo, nunca renunció a la pasión: en 1987 inicia una relación con su último amante, un joven intelectual español llamado José Capelo. En 1992 Bacon viaja a España, contraviniendo los deseos de su médico, y fallece en Madrid de un ataque al corazón. Sus cenizas son devueltas a Inglaterra; anteriormente, el artista había designado a John Edwards como único heredero de todos sus bienes. Su última obra queda inacabada y es encontrada por su hermana en el estudio de Reece Mews: un retrato que parece combinar los rasgos del propio artista y los de George Dyer, su pasión más profunda y destructiva.

 

En 1985, la Tage Gallery de Londes organizó una exposición retrospectiva sobre Francis Bacon. Este magnífico documental, con guion de Richard Francis basado en sus conversaciones con el artista y narrado por el actor John Hurt, realiza un recorrido por las obras más importantes de la muestra.

La muestra celebrada en la Hugh Lane Gallery de Dublín (Irlanda) sirvió para conmemorar el centenario del nacimiento del pintor, que nació en la capital irlandesa. La muestra reunió para la ocasión distintas pinturas, dibujos, fotografías y lienzos cortados, con el objetivo de ofrecer una nueva y sorprendente visión de la obra de Francis Bacon.

El Museo Guggenheim de Bilbao abrió sus puertas y sus espectaculares salas a la obra de Francis Bacon en 2016, con una gran exposición formada por ochenta obras originales. De dichas obras, cerca de la mitad nunca habían sido mostradas en nuestro país. La exposición se centró en las influencias de artistas como Pablo Picasso o Diego de Velázquez en la pintura de Bacon, que actuaron como hilo conductor para descubrir el alma de su pintura.

Con la intención de rebatir la creencia general de que “Bacon no dibujaba”, el Círculo de Bellas Artes de Madrid organizó esta exposición de más de 50 obras a lápiz, pastel y collage. Las obras, fechadas entre 1977 y 1992, pertenecían a la Francis Bacon Foundation. En su día fueron regaladas por el propio artista a su íntimo amigo (y pareja durante años) Cristiano Lovatelli Ravarino.

  

La Tate Gallery homenajeó en la exposición “All too human” a dos de los más grandes artistas figurativos del siglo XX, ambos obsesionados con la representación de la figura humana y sus diversos grados de degradación. Además de las obras más representativas de Francis Bacon y Lucian Freud, en el museo se pudieron ver obras raramente expuestas de otros artistas que vivieron y pintaron en su misma época.

La última exposición organizada por el Centro Pompidou de París antes del cierre causado por la pandemia del COVID reunió una magnífica selección de obras de Francis Bacon, realizadas entre 1971 (año en el que tuvo lugar la gran retrospectiva que dedicó al pintor el Grand Palais) y 1992, cuando pintó sus últimos trabajos. La muestra, con más de 60 piezas, se inspiró en la influencia de la literatura en la obra de Bacon.

Libros

Francis Bacon, Anatomía de un enigma. Michael Peppiatt. Editorial Gedisa, 1999

Muchos fueron los periodistas, críticos y escritores que conversaron y entablaron amistad con Francis Bacon, y posteriormente reflejaron sus palabras sobre el papel. Es el caso del libro escrito por Peppiat, quien conoció al pintor en 1963, cuando empezaba a disfrutar del éxito y la aclamación por parte de la crítica. La amista entre ambos duró treinta años, hasta la muerte de Bacon. Años después, el escritor y crítico de arte construyó este libro imprescindible, a la vez galería y radiografía de la obra del artista.

 

Francis Bacon: de Picasso a Velázquez. Manuela B. Mena y Sarah Whitfield. Editorial Turner, 2017

Creado para registrar la gran exposición organizada por el Museo Guggenheim Bilbao, este magnífico catálogo refleja las cincuenta grandes obras que la institución bilbaína seleccionó para el evento. Las obras van acompañadas de treinta imágenes de lienzos creados por otros maestros, clásicos y modernos, que en su día ejercieron una poderosa influencia en el artista. Lejos de ser una mera recopilación de cuadros, el catálogo también profundiza en la huella indeleble que culturas como la española o la francesa dejaron marcada en el alma del artista británico.

 

Entrevista con Francis Bacon. David Sylvester. Ed. DeBolsillo, 1003

A lo largo de doce años (entre 1962 y 1974), Francis Bacon y el crítico de arte David Sylvester conversaron en numerosas ocasiones. Las conversaciones, plasmadas a través de distintas entrevistas, proporcionaron a Sylvester un material invaluable con el cual redactó este libro. Una obra esencial para cualquier amante del arte y de la pintura, pero también para todo aquel interesado en conocer los entresijos del alma humana. La fascinación que la figura y la obra de Bacon causaron en el crítico y escritor convierte al libro en un auténtico placer para los lectores.

 

https://www.alejandradeargos.com/index.php/es/completas/32-artistas/41852-francis-bacon-biografia-obras-y-exposiciones

 

 

 

 

BEEPLE

El artista que vendió una obra que no existe


Beeple y su imaginario creativo. En infopeople.com

En marzo de 2021, una obra de arte fue vendida en una subasta online por un precio cercano a los 70 millones de dólares. A pesar de la astronómica cifra, la noticia en sí no es ninguna novedad: sin ir más lejos, en 2019 Jeff Koons vendió su famoso Rabbit por 91,1 millones de dólares. Lo increíble en este caso es que la obra de la que hablamos, Everydays: The first 5.000 days, no existe. O, para ser más exactos, no existe en el mundo “real”: es un archivo NFT (non-fungible token) y ha sido concebida en, y para existir en, el mundo virtual. Más concretamente, online.

El creador de esta obra se llama Mike Winkelmann y es conocido mundialmente como Beeple. En 2021, Winkelmann pasó a formar parte del Olimpo de los (hasta el momento) tres artistas vivos más cotizados, compartiendo podio con David Hockney y el ya mencionado Jeff Koons. Beeple generó una obra al día durante trece años, y con todas ellas creó un gran collage virtual que hizo saltar el mercado del arte de forma totalmente inesperada. Ante esta situación, las opiniones de los expertos en arte se dividen: por un lado están quienes ven en su obra el inicio de una nueva era para la creación, y por otro, se alzan las voces que auguran el estallido de una nueva burbuja. Una burbuja, como no podía ser de otra manera, inflada de forma artificial. Frente a ellos, Winkelmann (AKA Beeple) continúa creando obras que se caracterizan por su imaginario, tan familiar como inquietante, y su acerada crítica social.

 


Everydays: The first 5.000 days. En elpais.com

  

Everydays: una obra al día

Hasta su arrolladora entrada en el olimpo del arte contemporáneo, Mike Winkelmann era un diseñador gráfico que disfrutaba de una apacible vida en Appleton, Wisconsin (EEUU). Un padre de familia con un coche poco pretencioso y una existencia similar a la de millones de personas. La diferencia, en este caso, parte de una decisión personal: crear una obra al día a lo largo de trece años, y formar con todas ellas un enorme fresco a medio camino entre la iconografía popular, la ciencia-ficción, la política y el orden mundial (Everydays: The first 5.000 days). Si su decisión fue, cuando menos, curiosa, más aún lo fue el soporte escogido posteriormente por Winkelmann para comercializar sus obras. Se trata de los famosos NFTs o non-fungible tokens, archivos no fungibles que existen directamente en la nube, pero sin soporte físico alguno. Como artista, Winkelmann eligió un seudónimo que revela su lado más geek: Beeple, el nombre de unos peluches interactivos que aparecieron en las tiendas en los años 80 y que hoy se venden como objetos de coleccionismo. 


Everydays: The first 5.000 days. Astronaut. En trustnodes.com

Preguntado sobre el origen del proyecto Everydays, el propio Winkelmann confesó que no fue idea suya: “descubrí que otro artista, Tom Judd, había hecho algo parecido hace unos años. Me pareció una gran idea, y pensé que sería una forma fantástica de mejorar mi técnica para dibujar. Desde entonces he empleado este proceso como herramienta para aprender sobre fotografía 3D y animación”, señaló en una entrevista.

 


Everydays: The first 5.000 days. Kim Yong-Un Rebrand. En scmp.com

 

Sin embargo, decir que Winkelmann era un diseñador gráfico más antes de su fulgurante éxito no se ajusta a la realidad. Antes de la famosa subasta ya había realizado audiovisuales en 4D para personajes tan célebres y mediáticos como Justin Bieber, Kate Perry o Nicki Minaj, además de colaborar para multinacionales como Apple. Su renombre alcanzó incluso a la SuperBowl: el muro de fuego que atravesó Shakira durante su actuación en 2020 era obra de Beeple. Su talento también le ha conseguido encargos de firmas como Louis Vuitton: aparentemente, el director creativo de la firma de alta costura vio su trabajo en Instagram y contactó con él para emplear algunas de sus imágenes en colección de primavera-verano de la firma para 2019. Las imágenes, por supuesto, formaban parte del proyecto Everydays; todo el mundo podía (y puede) verlas y descubrirlas día a día en su página web y su cuenta de Instagram.

 

De archivos JPG a NFTs: una decisión millonaria


Everydays: The first 5.000 days. Emoji. En conceptualfinearts.com


La enorme fama de Beeple, sin embargo, no se entiende sin tres siglas cruciales: NFT. A finales de 2020, el artista oyó hablar sobre los non-fungible tokens y empezó a valorar la idea de convertir sus obras en este tipo de archivos, en lugar de trabajar con los clásicos JPGs. ¿El motivo? Los NFT se pueden autentificar, y por lo tanto, vender como obras únicas. El comprador posee un archivo “firmado” por el artista, que posteriormente puede volver a vender. En diciembre de 2020, Winkelmann puso a la venta veintiún NFTs (o nifties, como ya se les conoce) realizados a partir de sus obras en internet, a un dólar por obra. En pocos minutos, los archivos habían sido adquiridos en su totalidad y empezaron a ser vendidos y comprados repetidas veces, hasta alcanzar el medio millón de dólares. Para el artista, el proceso solo tuvo ventajas: además de impulsar su nombre como creador, cada venta de uno de sus NFT le reporta un porcentaje. Un sistema innovador con sus pros y sus contras: si por un lado permite que los artistas obtengan ganancias constantes de sus obras, los compradores corren el riesgo de que sus adquisiciones pierdan todo su valor de un día para otro. E incluso, de que desaparezcan.

 

 The Complete MF Collection y Everydays: The first 5.000 days

 

El impulso final para el ascenso de Beeple tuvo lugar cuando The Complete MF Collection, un conjunto de NFTs que puso a la venta en una subasta online, se vendió por 777.777 dólares. El motivo: una increíble oferta que llegó a la subasta cuando solo quedaba un segundo para que finalizara. Esto llevó a Noah Davies, especialista en arte contemporáneo de la prestigiosa casa de subastas Christie’s, a proponerle al artista la oferta que ha cambiado su vida (y el devenir del arte actual). Davies encargó a Winkelmann una obra para venderla a través de la casa, pero el resultado no le pareció adecuado para el público objetivo de Christies. Entonces, el propio Beeple propuso realizar un mosaico digital con todas sus obras, algo que ya habían hecho otros creadores con anterioridad (es el caso de Jiří Georg Dokoupil y su Goldfinger). El artista tituló el archivo Everydays: The first 5.000 days; cuando se puso a la venta su precio fue subiendo como la espuma. En poco tiempo, los activistas de la criptomoneda Metakovan y Twobaduor, alias de los empresarios Vignesh Sundaresan y Anand Venkateswaran, se hicieron con la obra por más de 69 millones de euros. El vídeo de Winkelmann en su casa, viendo cómo su obra se vendía por una cantidad impensable hasta la fecha para una serie de arte digital, es ya historia en las redes. 


Everydays: The first 5.000 days. Meat Head. En beeple.tumblr.com

 

 ¿Una nueva burbuja o un nuevo paradigma?


Everydays: The first 5.000 days. Infected Culture. En Pinterest.

 

Sobre la calidad del arte de Beeple, el propio artista tiene sus dudas. En una entrevista concedida a businessinsider.com tras la venta de la obra, aseguró: “todavía soy [un artista] malo, malísimo, como se puede comprobar en la pieza de Christies”. Sin duda, no le falta talento; sus imágenes son inquietantes, perturbadoras y críticas, y conforman un imaginario propio con un estilo plenamente reconocible. Pero si hablamos de innovación, se quedan evidentemente cortas. Son obras figurativas de obvia inspiración surrealista y pop, que beben de fuentes como la distopía, el imaginario post-apocalíptico e incluso el steam punk. En este caso, lo novedoso no está tanto en la obra en sí como en el soporte en el que se genera, y en la forma en la que se comercializa y difunde. La polémica, desde luego, está servida.

En la actualidad, los críticos y expertos en arte contemporáneo se dividen entre los que vislumbran una nueva forma de hacer, vender y poseer arte, y una inquietante burbuja que puede estallar en cualquier momento. A día de hoy, ya hay numerosos casos de compradores de NFTs que han visto desaparecer sus adquisiciones de un día para otro. Por otra parte, está el problema de la enorme huella de carbono que generan los procesos de blockchain, las cadenas de bloques donde se registran. Y lo más importante: ¿qué pasa cuando el arte se crea solo para la especulación? ¿Y cuándo deja de ser un medio de comunicación, método de provocación y herramienta para el progreso social y cultural? 

 

Libros

 

Everydays. The first five years. Beeple.

Este volumen recoge la obra de Mike Winkelmann como Beeple, durante los primeros cinco años en los que comenzó a crear una imagen diaria. El subtítulo del libro no deja lugar a dudas acerca del concepto que el propio artista tiene de su talento: "Esta es una colección del trabajo menos mierdoso (shitty) realizado durante ese periodo". En sus páginas encontramos dibujos realizados a mano y obra gráfica y digital, en un proceso en el que se aprecia claramente la evolución de Beeple. Tanto en lo que respecta a su habilidad como dibujante y artista digital, como en estilo e imaginario. Un libro sin texto, arrollador y sugerente, perfecto para descubrir al creador que se esconde detrás del ruido de la fama mediática.

https://www.alejandradeargos.com/index.php/es/completas/32-artistas/41858-beeple-biografia-y-obras







































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