viernes, 24 de diciembre de 2021

 

Iglesia de Gaceo, Álava

Introducción

La pequeña localidad de Gaceo (Gazeo en euskera), con su apenas medio centenar de habitantes censados, se sitúa a poco más de 20 kilómetros de la ciudad de Vitoria, en plena comarca de la Llanada Alavesa y muy cerca de su villa más importante: Salvatierra-Agurain, a cuya Cuadrilla pertenece.

La población es atravesada por un ramal secundario del Camino de Santiago denominado Camino Vasco del Interior o Vía de Bayona, el cual, aprovechando en parte la antigua calzada romana Astorga (Austurica Augusta) - Burdeos (Burdigala), desde la frontera desciende desde Irún para, tras atravesar Vitoria y Miranda de Ebro, entroncar con el Camino Francés en Burgos surcando tierras burebanas.


Gaceo no sería más que una de las numerosas minúsculas aldeas que salpican la fértil Llanada Alavesa con su pequeña iglesia románica al servicio de una reducidísima feligresía hasta que en 1967 el descubrimiento de sus pinturas murales del gótico lineal le puso en el mapa de historiadores, expertos y aficionados al arte.


Quince años después del descubrimiento de las pinturas murales de Gaceo apareció en la vecina localidad de Alaiza otro ciclo pictórico aparentemente contemporáneo pero de una misteriosa estética totalmente distinta a los cánones habituales, lo cual motivó que en torno a ambas se haya suscitado un interés de lo más especial (que a veces trasciende lo meramente artístico) convirtiéndose en uno de los principales activos turísticos de la comarca.


La iglesia de San Martín de Tours

Exterior

En su actual estado, la iglesia de San Martín de Tours de Gaceo es la consecuencia de numerosas intervenciones cuyo resultado poco tiene que ver, al menos en su aspecto exterior, con su apariencia original. Incluso apreciando fotos de los años 50 de la centuria pasada es palpable una sobreelevación del ábside e incluso la existencia de una sencilla espadaña hoy desaparecida.

Responde el templo al modelo rural de nave única que, tras un tramo recto, culmina en un ábside semicircular de buena sillería y que contrasta con el aparejo mucho más vulgar del resto del inmueble.


En el muro sur fue añadido un pórtico bajo el cual se cobija una sencilla portada de triple arquivolta apuntada que descansa sobre pilares la más interna y sobre columnas acodilladas con capiteles esquemáticos (algunos rehechos) las dos exteriores.


En el muro occidental, totalmente reconstruido en su última restauración, se abre un ventanal reinterpretado imitando al que quizás es el elemento más aparente del conjunto exterior, que no es sino otra elegante ventana horadada en el muro sur del tramo recto y que conserva restos en sus tres roscas y en el guardapolvos fragmentos de su decoración vegetal original.


Interior

Al interior, la nave queda dividida en cuatro tramos cubiertos por bóveda de cañón apuntada reforzada por fajones del mismo perfil que descansan sobre repisas a modo de ménsulas decoradas con bolas.


El arco triunfal, también apuntado, se sustenta sobre medias columnas culminadas en capiteles de cuyos cimacios penden bolas, decorándose el de la derecha con decoración incisa en la parte inferior de la cesta.

En el muro norte del presbiterio, quizás reaprovechada de alguna otra construcción y probablemente destinada en origen a disponerse en exterior, llama la atención una elegante hornacina goticista coronada por un dosel trilobulado concebido quizás para albergar una figura de bulto redondo. Descansa sobre unas columnillas sostenidas por un atlante y dos cabecitas.


Pero como veníamos adelantando, si hay algo en Gaceo que convierte la visita a su iglesia de San Martín de Tours en algo imprescindible, son sus maravillosas pinturas murales del gótico lineal, uno de los mejores y mejor conservados conjuntos pictóricos medievales no solo del País Vasco, sino de toda España.


Las Pinturas Murales

Las pinturas murales de la iglesia de Gaceo fueron descubiertas por su párroco en 1967, ocultas tras el retablo barroco y varias capas de cal. De inmediato alertaron del hallazgo al Obispado de Vitoria, quien recurrió al conservador del Museo del Prado para corroborar el valor del mismo. Poco tiempo después, uno de los mayores expertos en la materia como Josep Gudiol, recomendó la retirada del retablo y una inmediata restauración.



El programa pictórico ocupa el cascarón absidial, las paredes del hemiciclo, así como los muros y la bóveda del tramo recto presbiterial. Igualmente, tanto en el arco triunfal como en los muros de la nave se observan restos muy residuales de pintura, lo que demuestra que, como era denominador común en cualquier iglesia medieval, estaba pintada al completo.




Fueron realizadas al fresco con detalles en temple durante la primera mitad del siglo XIV siguiendo los cánones estilísticos franco-góticos o gótico lineal, aunque tanto en lo iconográfico como en su inspiración estética, son palpables los resabios inerciales románicos.


En el cascarón absidial preside el programa el Trono de Gracia ("Thronum Gratiae"), un formato de representación de la Santísima Trinidad que triunfó en la Baja Edad Media en la que aparece Dios Padre entronizando sosteniendo entre sus piernas a su hijo Cristo crucificado, todo ello acompañado del Espíritu Santo en forma de paloma.


La Trinidad se presenta individualizada en una mandorla tetralobulada de inspiración aún románica, apareciendo a cada lado de ella y en tres registros compartimentados diferentes personajes celestiales como santos, vírgenes y ángeles en ademán de adoración.


En el registro inmediatamente inferior al cascarón se despliega un precioso Calvario con el Crucificado en el centro, Longinos clavándole la lanza en el costado y Stefatón presentándole la esponja. Cerrando la composición, a un lado una delicadísima representación de la Virgen y San Juan Evangelista al otro.


A la derecha del vano e individualizados en arquerías reconocemos la escena de la Psicostasis o pesaje de las almas por parte de San Miguel, en la que de nuevo inspirándose en la iconografía románica, aparece un pícaro "demioniejo" tratando de desequilibrar la balanza.


Mientras que frente a él, otro ángel recoge las almas salvadas que son llevadas al Seno de Abraham, personificado por una gran figura que acoge y mece entre sus brazos las almas que alcanzaron la gloria.


Detrás de San Miguel aparece la efigie de Santa Marina con un demonio encadenado.


El muro presbiterial norte perdió la práctica totalidad de su programa pictórico, sin embargo, su correspondiente meridional conserva junto a la ventana un expresivo caldero hirviente al que son lanzadas las almas condenadas y, bajo él, la boca de Leviatán hacia la que desfilan guiados por un ángel más pecadores.


Por último, ocupando la totalidad de la bóveda de cañón apuntada del tramo recto presbiterial y presentadas también en compartimentos individualizados por estructuras arquitectónicas, una sucesión de escenas alusivas a la vida de Cristo empezando por el Ciclo de la Infancia (Anunciación, Visitación, Natividad, etcétera).


Continúa posteriormente con varios milagros de la Vida Pública de Jesús para concluir con un completísimo Ciclo de la Pasión con la Última Cena, Lavatorio, Calvario, Descendimiento, Santo Entierro, Santas Mujeres ante el sepulcro vacío y Noli me Tangere.


En definitiva, un programa pictórico completísimo destinado a aleccionar al fiel y cuyo aceptable estado de conservación la sitúan unánimemente entre los conjuntos de pintura mural medieval más importantes de España.

https://www.arteguias.com/monumentos/iglesiagaceo.htm

 

Iglesia de Sant Miquel d'Engolasters, Andorra

La Iglesia de Sant Miquel d'Engolasters se localiza en las proximidades de la localidad de Engolasters, perteneciente a la parroquia de Escaldes-Engordany. Se trata de un templo datado del siglo XII d.C. (de estilo lombardo) y que constituye un claro ejemplo del románico andorrano. En la actualidad se considera uno de los más genuinos e interesantes templos medievales de Andorra al poseer todas sus características genuinas: pequeño tamaño, decoración mural exterior de tipo lombardo, torre campanario también lombardo y pinturas murales de la corriente italobizantina en el exterior.

El templo conserva sus elementos originales, a excepción del pórtico de la fachada sur que fue construido en el siglo XX y que, quizás, sustituyó a otro de los siglos XVII o XVIII.


Al parecer, la iglesia fue casi abandonada durante el siglo XIX, por lo que fue empleada por pastores locales para cobijar su ganado, hecho que aceleró su proceso de degradación.


A principios del siglo XX se realizaron algunas modificaciones en el templo que no respetaron muchas de las partes originales del templo. Las más evidentes, además del ya citado pórtico, es la apertura de un vano en el muro norte de la nave para que el visitante pudiera observar el interior de la iglesia desde el exterior. En el mismo muro se abrió una puerta, actualmente tapiada, en la que se puede leer una inscripción tallada a cincel con la fecha de realización de las obras: 1902.

Más tarde, en los años sesenta del pasado siglo, fue restaurada por el Departamento de Patrimonio Artístico Nacional de Andorra.


Exterior

El conjunto destaca por la evidente desproporción existente entre el pequeño templo y la torre-campanario, debido a la elevada altura de ésta última.


Cabecera y nave

La iglesia cuenta con una planta de una única y pequeña nave rectangular con cubierta a dos aguas. Al este se localiza el ábside semicircular decorado con arquillos de estilo lombardo y cuenta con vanos de iluminación de dimensiones muy reducidas. La puerta de acceso al templo se ubica en la fachada sur, cuenta con un arco de medio punto y se encuentra protegida por el citado pórtico.


Torre campanario

La torre-campanario es de estilo lombardo, presenta una planta cuadrada y alcanza una altura de más de 17 metros, con una anchura de sólo 3, lo que refuerza su carácter ascensional. Toda ella presenta un aspecto rudo, tanto a la hora de crear los arcos de los vanos, los maineles y disponer los sillarejos que conforman los arquillos lombardos. Como suele suceder en los campanarios de esta tipología, abundan los mechinales en sus muros.


Detalle de la torre campanario

Tiene tres pisos y cuenta con vanos de iluminación geminados con diferentes decoraciones: en las dos primeras alturas los vanos se rematan con arquillos lombardos y en la tercera altura con arcos de medio punto. En estos arcos de medio punto aparecen esculpidas cabezas humanas y son uno de los pocos restos de la escultura románica que se conservan en Andorra.

Interior

Reproducción de las pinturas murales originales

El interior de la iglesia cuenta con las reproducciones de la decoración pictórica que se localizaba en el ábside y que fueron realizadas mediante la técnica del fresco por el Maestre de Santa Coloma.


Como en otros casos, los originales fueron arrancados en 1922 y fueron a parar al MNAC. Esta reproducción data de 1982 y se emplearon las mismas técnicas y materiales que hace 900 años.


Se representa al Cristo en Majestad dentro de una mandorla y rodeado por el Tetramorfo que representa a los cuatro evangelistas en su forma animal.


Conviene precisar, sin embargo, que en este caso Mateo aparece sustituido por el arcángel San Miguel, a quien está consagrada esta iglesia. Existen dudas sobre si este cambio fue premeditado para dar relevancia al patrón del lugar o si fue debido a una falta de espacio en el ábside para representar al Tetramorfos y a San Miguel. Éste se encuentra alanceando al dragón, figura que se halla casi perdida.


También aparecen representados siete de los doce apóstoles en la parte inferior del ábside, el Cordero de Dios en un clípeo sostenido por dos ángeles y varios bustos de santos.





https://www.arteguias.com/iglesia/santmiqueldengolasters.htm

 





























 





































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