domingo, 20 de marzo de 2022

 

Simbolismo Románico 1


"El románico habla al corazón del hombre y a su inteligencia más profunda" (Jaime Cobreros)

 

 

Introducción a los símbolos del románico

Cuando se estudia el románico frecuentemente se admiran los aspectos estéticos que indudablemente tiene. Un autor francés dijo de este arte algo parecido a que el románico nos deslumbra por la armonía de sus volúmenes y la fantástica imaginación de su escultura.


Un acercamiento que parece opuesto es el de aquellos estudiosos que analizan el románico y el arte medieval en general desde el punto de vista fundamentalmente simbólico. Es decir, ven en él el esfuerzo por crear verdaderos espacios sagrados donde revelar al alma humana lo transcendental, lo no manifiesto, mediante el símbolo.

Ambas perspectivas, en realidad, coinciden. De hecho la admiración y hechizo que este arte causa en el hombre moderno, por encima de cualquier otro estilo artístico, se debe a que el románico es un arte unitario. Empleando unas formas artísticas sencillas logra transmitir un mensaje de armonía intelectual en quien lo percibe.


En este apartado sobre la simbología o el simbolismo románico somos conscientes de que la empresa iniciada es harto compleja. Estamos frente a una de las más delicadas materias que se pueden tratar acerca del arte románico, y que ha llenado verdaderos tratados bibliográficos por eruditos en la materia. Todavía algunos recordamos el viejo libro de Champeaux y Sterckx "Introducción a los Símbolos" de la colección "Europa Románica" de Ediciones Encuentro y que, siendo para los autores una "introducción", llenaba casi 600 páginas de densa erudición sobre el tema.


Otra dificultad añadida, además de la complejidad citada, es que la simbología románica y, por extensión el arte medieval, no permite realizar una especie de diccionario perfecto o guía precisa de equivalencias. No se puede expresar con carácter inequívoco que una determinada imagen representada en una iglesia o catedral "significa" o "quiere representar" algo concreto. De hecho, un símbolo no es un signo o una alegoría que quiere representar algo previamente convenido, sino es una unión entre lo manifiesto y lo no manifiesto que ha de ser descubierto por cada persona según su alcance espiritual, pudiendo llegar a evocar a personas diferentes mensajes muy distintos. Jaime Cobreros expresa, con admirable claridad, este concepto:

"el error consiste en buscar claves interpretativas a los símbolos que desde portadas, capiteles y canecillos ofrece gratuitamente el románico. Esto sería puro reduccionismo por intentar hacer pasar por un esquema preconcebido la totalidad del significado simbólico"


Sin embargo, si lleváramos este concepto de la "imposible interpretación inequívoca" de los símbolos a sus últimas consecuencias, sería imposible decir o escribir nada sobre el símbolo románico más allá de lo dicho y sin embargo hasta este gran autor, en sus obras, interpreta y descifra numerosos símbolos presentes en la arquitectura y escultura románicas de nuestras iglesias.

Más bien lo que debemos hacer es insinuar posibles interpretaciones sin darles categoría de incuestionables, para orientar al observador hacia el símbolo e invitarle a desentrañar su mensaje, sacando sus propias conclusiones. De una manera coloquial podemos decir que el símbolo nunca "significa", sino más bien "sugiere" o "induce" un conocimiento "subyacente" a la realidad visible.


Otra sugerencia que queremos hacer desde aquí a nuestros lectores es que, antes de adentrarnos es esta temática, es imprescindible hacer un esfuerzo por situarnos realmente en la Edad Media.

Esta época de casi un milenio de duración fue bautizada así despectivamente por los eruditos del Renacimiento, y ha sido con frecuencia mal entendida y rodeada de tópicos que la han desvirtuado hasta llegar a nosotros como unos tiempos oscuros y bárbaros.


Situarnos en las formas de vida, creencias y pensamientos de aquellos hombres nos ayudará a entender la intensa espiritualidad de la época que permitió la creación de muchas de las manifestaciones artísticas más admirables de toda la historia de la Humanidad.

¿Simbolismo o mero virtuosismo estético?

Queda por expresar las distintas opiniones que importantes autores han realizado sobre el alcance del mensaje simbólico en el arte románico y medieval.

Para el gran estudioso Jaime Cobreros, el alcance es total. Ninguna manifestación artística del románico es casual. Siempre existe intención transcendentalizadora. En palabras textuales suyas:

"Las formas y figuraciones que muestra el románico ni son caprichosas ni gratuitas.... El arte sagrado no puede permitir a sus constructores frivolidades de tipo profano ya que desvirtuarían totalmente aquél. Todo lo que construye o talla la civilización románica tiene una función transcendentalizadora".


Sin embargo, otra eminencia del románico y del arte medieval español, el catedrático Isidro Bango Torviso, niega que haya que buscar en toda figuración escultórica románica, mensajes simbólicos, sino con frecuencia, manifestaciones meramente decorativas, sobre todo en los elementos vegetales y animales:

"Se insiste mucho por una parte de los especialistas en el mensaje puntual de todos estos temas secundarios (vegetales y animales)... Aunque en un momento determinado alguna mente culta de la época pudiera dar una interpretación puntual a estos temas, lo normal es que no haya en el deseo de los que han dispuesto su representación más que la simple intención de la decoración."


Para este juicio, Bango Torviso se basa en textos de San Bernardo de Claraval y Aymeric Picaud, que siendo grandes eruditos de la época, omiten o desprecian la figuración escultórica del bestiario y de aquellas manifestaciones iconográficas no relacionadas con la propia Biblia. Si estos eminentes hombres cultos no valoraban el carácter simbólico de ciertas manifestaciones secundarias del románico, es lógico pensar -según Bango- que con más razón, los creadores de la obra y los hombres corrientes, a quien iba dirigida, desatenderían tales fines.


En nuestra modesta opinión y sin ánimo de eclecticismos, pensamos que el románico es una arte básicamente simbólico ligado a una época de intensas vibraciones espirituales.

Sobre todo en el románico clásico de grandes monasterios y rutas de peregrinación se construyó con arreglo a una intención de manifestación espiritual de elevado signo.

Otra cosa es que la pluralidad geográfica y temporal del románico generase la copia de elementos originalmente con valor simbólico y que al caer en manos menos cultas se usara de manera repetitiva y más decorativa que otra cosa. Tal es el caso del bestiario usado frecuentemente en el románico rural tardío donde, en ocasiones, percibimos su intención moralizadora, pero en otras más bien la representación de algo meramente ornamental.

En este sentido es apasionante -más que decepcionante- percibir este proceso de evolución y decaimiento del simbolismo románico al pasar de unos maestros a otros.

Un conmovedor ejemplo es el crismón de la portada la Virgen de la Peña de Sepúlveda, donde el autor talló ingenuamente esta figura sin conocer su significado preciso, pues en lugar de letra griega "omega" talló un extraño símbolo indescifrable, además de invertir la "S" del Espíritu Santo.


Sin embargo, hasta estas manifestaciones de ingenuidad y desconocimiento del románico rural nos siguen generando, a los amantes de este arte, una atractivo que ningún otro estilo tiene.

Simbolismo de la Arquitectura medieval

Simbolismo de la arquitectura románica

La arquitectura románica es, por sí misma, profundamente simbólica. En frase de la experta en simbolismo románico, María Ángeles Curro:

"Todo el conjunto románico guarda una concepción unitaria. La temática decorativa [...] está insertada en esa unidad constructiva. La escultura está supeditada como la pintura a la construcción arquitectónica, por eso la iglesia románica ya es objeto de interés, porque es ya simbólica."

Es lógico que se desease diferenciar el templo, que es la "casa de Dios", del resto de edificios profanos y que su arquitectura fuese más allá de lo meramente funcional adquiriendo carácter simbólico. El símbolo que subyace en la arquitectura del templo románico es el de la fusión de la profunda dualidad de lo que existe, es decir, lo divino con lo humano, y lo celeste con lo terrestre.


Al igual que en otras religiones celestes, la morada de Dios está en lo alto (en el cristianismo, a Dios también se invoca como "El Altísimo") Por ello, lo primero que se eligió para su construcción es una ubicación en alto. Normalmente la iglesia de la población se sitúa sobre el monte que domina la aldea, o si ello no es posible, por la horizontalidad del terreno, se elevan sus muros -dentro de lo que permitía la tecnología arquitectónica del románico- y se alzaban dominadores campanarios. En muchos casos, se hacían ambas cosas, como en la conocida iglesia de El Salvador de Sepúlveda, encaramada en lo alto de la villa y con una potente torre que se alza hacia el cielo (VER IMAGEN SUPERIOR)

Con la misma intención, el arquitecto románico plantea sus templos en base a figuras geométricas simples, a su vez de profundo simbolismo. Dado que los tres elementos esenciales de una iglesia románica son la cabecera, nave y torre, veremos cómo esos "módulos" se refuerzan sinérgicamente para simbolizar la unión de dos mundos, el del hombre y el de Dios. Para empezar, la nave es de estructura cuadrada o rectangular lo cual simboliza, con sus cuatro lados, la Tierra. El "4" es el símbolo terrestre por definición (4 elementos, 4 estaciones, 4 puntos cardinales...). La cabecera es normalmente de perfil semicircular pues representa el Cielo, tanto por su forma (lo perfecto es circular, amén de representar al sol) como con su bóveda de horno que simboliza la esfera celestial. También las cúpulas son símbolo de lo celeste.



La unión de la nave con la cabecera representa, de esta forma, la unión de lo terrenal con lo celestial.

Otro símbolo de la comunión de lo terrestre con lo divino es la torre románica que, bien asentada y cimentada en el suelo, se alza gloriosa apuntado al cielo que quiere alcanzar.

Por si esto fuera poco, las iglesias románicas de mayor complejidad desarrollan una estructura en cruz latina adquiriendo la "forma" de Cristo. De ahí que en el vocabulario arquitectónico habitual se siga usando los términos "cabecera", "brazos del transepto" y "pies de la iglesia" en total equivalencia con las partes del cuerpo de Cristo.

El simbolismo arquitectónico del templo románico va mucho más allá y se relaciona con la luz. Toda iglesia medieval tiene su cabecera orientada (hacia el este). El simbolismo subyacente es que el altar, situado en la cabecera, debe estar del lado donde aparecen los primeros rayos de luz del alba. En el altar está Cristo y Cristo es la luz del mundo que ilumina al hombre y le saca de sus tinieblas. El hombre permanece en "su noche" hasta que la luz de Cristo le ilumina espiritualmente, como hace la luz solar desplazando la noche al amanecer.

Simbolismo de la arquitectura del puente medieval

Desde el punto de vista del simbolismo románico el puente románico y por extensión todo puente medieval, con su característica forma tiene una expresión espiritual ligada a la transición entre dos estados espirituales.

Según el experto en simbolismo J. Cobreros:

“Las dos orillas representan dos estados diferentes del ser, vinculados por el hilo fino que es el puente... El paso del puente no será otra cosa que el recorrido del eje, medio por el cual se unen los diferentes estados. Se pasa así del sentido más horizontal, como puede ser el puente concebido como línea que une dos orillas, al sentido estrictamente vertical de eje del Mundo... Esto explica en el orden constructivo las acusadas pendientes de muchos grandes puentes medievales. Porque todos esos puentes con perfil de lomo de asno no están buscando otra cosa que la verticalidad..."


Simbolismo de la arquitectura gótica. Una nueva sensibilidad para una nueva arquitectura

El estilo gótico se desarrolla en Europa, sucediendo al románico desde la cuarta década del siglo XII hasta bien entrado el XVI.

La denominación peyorativa "gótico" fue inventada por los eruditos del Renacimiento con sentido de desprecio a un arte que consideraban bárbaro (el "arte de los godos") muy inferior en consideración al arte grecorromano.


Sin embargo fue revalorizado y exaltado en el siglo XIX por los movimientos nacionalistas y románticos europeos y en la actualidad se considera universalmente como uno de los momentos más brillantes desde el punto de vista artístico, del mundo occidental.

Aunque el gótico nace a partir de la evolución arquitectónica del románico del siglo XII, lo cierto es que ambas arquitecturas responden a principios inspiradores opuestos. Como sostiene el gran experto Otto von Simson, con el gótico se produce una de las más radicales rupturas estilísticas que han conocido la arquitectura occidental.

La razón de tal revolución es el cambio de la mentalidad medieval sobre el conocimiento y la verdad existente. Los siglos XII y XIII contemplan la derrota del idealismo de Platón, defendido por San Agustín, que fue la base filosófica de los siglos altomedievales. Desde estas fechas, se recupera la filosofía basada en la preeminencia de los sentidos de Aristóteles, intensamente defendido por personajes de la talla de san Alberto Magno y santo Tomás Aquino.

La idea de que sólo la racionalidad humana es el único sistema de conocimiento y que las formas sensibles son sólo una apariencia engañosa de la verdad, es desplazada por la convicción de que de los sentidos son necesarios descubrir las cosas de la naturaleza, verdadera fuente de conocimiento.

Como consecuencia de este cambio de mentalidad, en el campo del arte y la arquitectura, el obstinado equilibrio simétrico y la regularidad y geometrismo del románico, son desplazados. El arquitecto ya no tiene que apegarse a formas regulares para construir (círculos y cuadrados fundamentalmente) sino que se ve libre para trabajar, no como une geómetra sino como un ingeniero. Por tanto, si en el campo de las ideas se sustituye el idealismo por el naturalismo, en el campo del arte se sustituye la inteligencia abstracta por el empirismo.

René Huyghe escribe estas bellas palabras sobre la arquitectura gótica:

"Una estética pragmática edifica monumentos donde, descartadas las superficies planas, se erizan de puntas, de calados, de proyecciones, se rompen en el juego complejo de los salientes y las aberturas, donde las líneas tropiezan, se cortan, se interseccionan con aspereza, donde todas las previsiones de la inteligencia son derrotadas por el imperioso dictado de los hechos"




En este contexto y aunque la arquitectura sigue sujeta a ciertas reglas básicas de geometría, los edificios se liberan del rigor racional anterior y a sus estructuras se les permite la vida y la espontaneidad. Como afirma Huyghe, un edificio gótico puede entenderse como un organismo vivo que crece hacia el sol.

Por último, esta nueva arquitectura, utiliza este empirismo ingenieril es inventar ingeniosas soluciones tectónicas para el fin de crear espacios de gran altura y colorido. La manera del siglo XIII de simbolizar la Jerusalén Celestial es mediante la creación de un grandioso espacio de luz y color. Como indica el eminente Profesor Santiago Sebastián:

Se prefiere a causa de su valor sensible las relucientes paredes de piedras preciosas, la transparencia de paredes y puertas, las calles de oro puro y en general la abundancia de luz que adquiere un carácter sobrenatural. Lo que ahora se trata de representar es el "ser" cielo.

No es de extrañar que el hombre medieval, al entrar una catedral gótica se sintiera sobrecogido por el espectáculo de luz y color, transportándoles a una plena sensación celestial. No es extraño, en este contexto, que el liturgista Durandus escribiese a finales del siglo XIII:

Las vidrieras son las Escrituras que esparcen la claridad del sol verdadero, es decir, de Dios, en la iglesia, iluminando los coros de fieles.

 

FIN de la 1ª parte

https://www.arteguias.com/simbolismoromanico.htm#:~:text=Simbolismo%20romanico%20(ARTEGUIAS)&text=Cuando%20se%20estudia%20el%20rom%C3%A1nico,fant%C3%A1stica%20imaginaci%C3%B3n%20de%20su%20escultura.

 

https://www.arteguias.com/simbolismomedieval.htm



































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