Simbolismo Románico 2
"El románico habla al corazón del hombre
y a su inteligencia más profunda" (Jaime Cobreros)
Bestiario Medieval
Procedente
del mundo grecorromano, bizantino y persa, el bestiario fantástico se apodera
del mundo cristiano románico no sin resistencias y críticas por pensadores de
la época.
Pero el
románico sacraliza esta estética pagana convirtiendo a los animales -tanto
reales como imaginarios- en portadores de virtudes o perversiones, por lo que
su aparición en capiteles, canecillos, metopas, tímpanos, etc., es reinventada
y usada con sentido de enseñanza y advertencia.
Es innegable
que el bestiario fantástico es uno de los motivos escultóricos que más
interés genera entre nosotros y el que mayor efecto de intimidación provocaría
en el hombre medieval.
Estas
peculiares e imaginativas bestias se generaban por combinación de partes de
animales diferentes, creando estampas, en ocasiones, atroces. Estos animales
podían ser representados solos o en lucha entre sí o con hombres indefensos,
con el objetivo de conmover y motivar al creyente en su esfuerzo por evitar las
tentaciones y renegar del pecado.
Aunque
cualquier símbolo tiene dualidad de significados, incluso completamente
opuestos, el románico usó ciertos animales con predilección para manifestar el
bien y otros como formas del mal y del diablo.
Bestiario
real de signo positivo
Aves. Entre los
animales genuinamente positivos y benignos se encuentran las aves en general, y
especialmente las palomas (VER IMAGEN LATERAL de un capitel interior de la
ermita - cementerio de Rebollo, en Segovia) sobre todo por su directa similitud
con la naturaleza del alma humana, ya que las aves pueden volar y ascender.
De esta
manera, la paloma y el pájaro simbolizan el anhelo del espíritu por alejarse de
lo terrenal, de lo proteico, en busca de valores más altos, del cielo en
definitiva.
En ocasiones
se les representa picando sus patas para poder despegar de la tierra y volar
hacia las alturas (VER IMAGEN LATERAL de un capitel del Monasterio de Leyre -
Navarra).
Cigüeña. Un ave
especialmente representada como ejemplo del bien es la cigüeña, por su carácter
de ave de buen agüero, además de ser monógama y comer serpientes (se le
representa a menudo con una serpiente en su pico).
Águila. El águila,
por su fuerza y nobleza, suele representar valores positivos, inclusive al
propio Cristo. En ocasiones se representa capturando con sus garras o pico a un
conejo o a una liebre. Esta escena representaría el poder de Dios sobre el
hombre.
Pelícano. Se trata
de un animal cristológico por antonomasia. Está presente en el arte desde el
mundo paleocristiano hasta nuestros días. Aparece picando su pecho o lomo para
-sacrificándose- dar alimento a sus crías, como Cristo derramó su sangre para
la salvación de la Humanidad.
León. De nuevo
representa nobleza y fuerza. Es frecuente encontrar leones, águilas y grifos en
las enjutas de las portadas, y también muy frecuentemente en las mochetas de la
puerta (VER IMAGEN LATERAL de la mocheta de la portada de San Miguel de
Estella).
En estos
casos, los animales citados representan a los guardianes del templo. Estos
animales no impiden el paso al recinto pero advierten que el umbral que se está
apunto de traspasar separa el recinto sagrado del templo y el profano del
exterior y debe ser el propio hombre quien debe preguntarse si se encuentra en
condiciones de dar ese paso.
Una variedad
muy interesante de la representación de animales guardianes del templo es la de
los leones andrófagos, cuya más genuina representación se encuentra en la
puerta navarra de Artaiz (VER IMAGEN SUPERIOR). En este caso, además, se
simboliza con ello la muerte iniciática que supone el paso de toda puerta
sagrada.
Bestiario
real de signo negativo
En la nómina
de los animales frecuentemente relacionados con el mal solemos encontrar
al mono, frecuentemente con cuerdas y atados, como caricatura
grotesca del hombre, la serpiente, símbolo por antonomasia del
pecado y del demonio, la liebre y el conejo asociados
con la lujuria por su fertilidad, el jabalí y el cerdo por
ser lujuriosos, sucios y perezosos, la cabra, el macho
cabrío, etc.
Bestiario
Fantástico
Sin embargo,
la nómina de animales fantásticos maléficos es mucho más amplia.
Dragones. Son
los más genuinos enemigos de Dios y el hombre. Son símbolos demoniacos.
Su
representación en el románico se alejan bastante de las formas que las leyendas
nórdicas de siglos posteriores han hecho llegar hasta nuestros días.
El dragón
románico, aunque conceptualmente es un tipo de serpiente alada, se muestra en
el arte románico más bien como una especie de ave bípoda con cabeza perruna de
grandes ojos y cuencas profundas, con orejas puntiagudas y alargadas fauces
amenazantes. Su cola es de serpiente y en ocasiones en lugar de patas de ave
muestra pezuñas.
En otras
ocasiones el dragón sustituye su cuerpo de ave por el más genuino de serpiente
alada.
Anfisbena. Es de
aspecto similar al dragón, pero la anfisbena tiene dos cabezas. Es decir, su
cola es rematada por una pequeña cabeza de serpiente. (VER IMAGEN INFERIOR, de
una anfisbena luchando con un león, tallada en un capitel de la iglesia de
Valgañón en La Rioja)
Suele
representarse en lucha con animales o atrapando a hombres. Para ello usa
simultáneamente sus dos mortales bocas. Como en el caso de la serpiente y el
dragón, es un animal maléfico, demoniaco.
Arpía. Es otro de
los animales maléficos por antonomasia, compuesto de cuerpo de rapaz, busto
femenino -aunque en ocasiones también masculino- y con frecuencia, cola de
serpiente. (VER IMAGEN INFERIOR de las hermosas arpías representadas en un
capitel del claustro bajo del Monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos).
Sirena. Formada por cuerpo
femenino -aunque también aparecen con rostro masculino- y cola o dos colas de
pez simétricas y repletas de escamas. En este último caso las colas están
abiertas y sujetas por sus propias manos (VER IMAGEN LATERAL de un capitel de
la iglesia de Pineda de la Sierra). Tanto la arpía como la sirena representan
básicamente la seducción y atrapamiento por los placeres carnales.
Basiliscos. Curioso
animal formado por una cabeza monstruosa con cresta de gallo unida a cuerpo con
dos patas y cola de serpiente. Matan con la mirada y el aliento. Los basiliscos
son los encargados de transportar las almas de los condenados al
infierno. Simbolizan la muerte y al propio diablo.
Centauros. Tienen
cabeza y tronco humanos (masculinos) y el resto de caballo o equino. En algunos
casos el cuerpo es de asno (llamado, entonces, onocentauro).
Simbolizan
la brutalidad de las pasiones y la lujuria. Con frecuencia se les representa con
arco y flecha (sagitarios) disparando a sirenas. (VER IMAGEN LATERAL de
sagitario de Pineda de la Sierra).
FIN 2ª parte.
https://www.arteguias.com/bestiario.htm
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