La era Meiji, la modernización de Japón
Esta revolución
tuvo una particularidad única en la historia, pues la misma clase
dominante fue la que vio la necesidad del cambio y de renunciar a sus derechos
especiales. Por eso estaban divididos en dos bandos:
- Los Ishin Shishi
eran los terratenientes que estaban en contra del shogunato.
- Los partidarios
del shogunato.
Los partidarios
del shogunato contaban con diferentes fuerzas para enfrentarse a estos
revolucionarios; entre ellos el Shinsengumi que era una fuerza
paramilitar-policial situada en Kyoto.
El movimiento
revolucionario había conseguido un avance decisivo hacia el año 1867 y el
emperador Meiji, que no tenía poder real dicta la orden de disolver el
bakufu.
El
emperador Meiji en 1873
El shogun Tokugawa Yoshinobu se resistía a dejar el poder en
manos del Ishin shishi y en el año 1868 tuvieron lugar cinco batallas,
conocidas con el nombre de guerras Bosnin.
Los samuráis,
después de los radicales cambios realizados por el emperador, se sublevaron
contra éste, formando un ejército. El enemigo era el emperador que había
abolido los privilegios de la clase samurái.
Los contrincantes
fueron el reciente fundado cuerpo de policía, formada en gran parte por
samuráis que se pusieron al servicio del emperador y samuráis de los clanes
vencedores de las guerras Boshin: Satsuma y Chozu.
Los resultados de
las cinco guerras fueron determinantes y el shogun convocó un consejo al ishin
Saigo Takamori, en el cual estuvo presente la cabeza de marina shogunal, Katsu
Kaishu. El resultado de este consejo fue la rendición del shogunato.
En el año 1868 se
produce la revolución Meiji, y el emperador recupera su poder. Se emprenden
unas reformas legales tendentes a equiparar la sociedad japonesa con la
europea, tomando como modelo la Prusia liberal del emperador Guillermo
II.
El tres de febrero
del año 1868, Mutsuhito sucedió a su padre, el emperador Komei. Fue proclamado
emperador Meiji y una nueva Era de Meiji, que significa culto a la regla.
La restauración Meiji puso fin a 265 años de gobierno del Sgogunato
Tokugawa.
La primera reforma
fue la promulgación de la Carta del Juramento en el año 1868, que era una
declaración general con el propósito de que la oligarquía Meiji consiguiera el
empuje necesario para ganar la confianza y el soporte financiero del Gobierno
del Japón Meiji. Los cinco estatutos consistían en:
Imagen
de la modernización Meiji
- El establecimiento de asambleas deliberativas.
- La integración de todas las clases en la tarea
de sacar adelante al Estado.
- La sustitución de las costumbres nocivas por
leyes naturales.
- La búsqueda internacional del conocimiento.
- El fortalecimiento de los cimientos de la
regla imperial.
Se intentaba con
el Juramento acabar con la exclusividad política del Bakufu y moverse hacia una
participación más democrática en el gobierno. Para completar los estatutos del
Juramento, fueron elaborados once artículos constitucionales.
Se creó un nuevo
Consejo de Estado, cuerpo legislativo y sistema de rango para los nobles y
oficiales, se limitó la permanencia en los cargos a cuatro años, se permitió la
votación pública, se estableció un nuevo sistema de impuestos y se
establecieron nuevas leyes locales administrativas.
El Gobierno Meiji
aseguró a las fuerzas extranjeras que deberían seguir los antiguos tratos negociados
con el Bakufu [1] y que deberían actuar según las leyes
internacionales. El emperador Mutsuhito, que reinó hasta el año 1912, obtuvo el
título Meiji, o Culto al Gobierno como señal del comienzo de una nueva era en
la historia japonesa.
La capital fue
trasladada de Kioto, que había sido la capital desde el año 794, a Tokio, nuevo
nombre para Edo. La mayoría de los daimyo entregaron voluntariamente al
emperador sus tierras y archivos de censo durante la abolición del sistema han,
simbolizando que la tierra y la gente estaban bajo jurisdicción del
emperador.
Confirmadas sus
posiciones hereditarias, los daimyo se convirtieron en gobernadores,
y el gobierno central asumió sus gastos administrativos y pago los estipendios
de los samurái. El han fue reemplazado por las prefecturas desde el año 1871, y
la autoridad continuó fluyendo hacia el gobierno central.
Los funcionarios
favorecidos por los anteriores han, fueron puestos en cargos en los nuevos
ministerios. Los nobles que no eran favorecidos por la Corte y los de menor
rango y samuráis más radicales reemplazaron a las personas asignadas por el
Bakufu, Daimyo, y antiguos nobles de la Corte mientras aparecía una nueva
clase gobernante.
A medida que la
Restauración Meiji intentaba retornar al emperador a una posición superior, los
esfuerzos se concentraron en establecer un estado Shinto [2] más
parecido al estado de hacía mil años. Aunque el Sintoísmo y el Budismo se
habían moldeado en una creencia sincretista durante los anteriores mil
años, un nuevo Estado Shinto había sido construido para ese propósito.
Se adoptaron las
ideas Kokutai de las escuelas Mito, y se enfatizó en la divinidad ancestral de
la familia imperial japonesa. El gobierno apoyó a los maestros Shinto.
Aunque la Oficina
de Culto Shinto fue degradada entre los años 1872 y 1877, la Casa de Ministro
controlaba todos los santuarios shinto y el Estado reconoció a ciertas sectas
Shinto.
La religión Shinto
fue separada de la administración Budista y se restauraron sus características.
Aunque el Budismo sufrió el apoyo del Estado al Shinto, tuvo su propio
resurgimiento.
El cristianismo
fue legalizado, y el confucionismo se mantuvo como una doctrina ética de
importancia. Sin embargo, aumentó cada vez más el número de pensadores
japoneses identificados con ideologías y metodologías occidentales.
Tras la
Restauración Meiji, la gente que había sido obligada a estar apartada de los
asuntos del gobierno, conoció el éxito de las instituciones representativas en
otros países del mundo y presionaron al gobierno.
Comenzó una
escuela y un movimiento que buscaba establecer una monarquía constitucional y
una Asamblea legislativa. Itagaki, junto a otros, escribió el Conmemorativo
Tosa en el año1874, criticando el poder desenfrenado de la oligarquía y llamando
al establecimiento inmediato de un gobierno representativo.
Entre los años
1871 a 1873 se promulgaron una serie de leyes sobre impuestos y tierras, como
base para una política fiscal moderna. Se legalizó la propiedad privada, se
crearon escrituras, y se tasaron las tierras a un precio justo en el mercado,
con impuestos a pagar en efectivo en vez de como se hacía anteriormente con
tasas ligeramente más bajas.
Descontento con el
ritmo de las reformas, tras reunirse con el Consejo de Estado en el año 1875,
Itagaki organizó a sus seguidores y a otros proponentes democráticos en una
Sociedad de Patriotas a nivel nacional para impulsar un gobierno representativo
en el año 1878.
Itagaki ayudó a
fundar el Partido Liberal en el año 1881, el cual favorecía las doctrinas
políticas francesas. Okuma Shigenobu fundó el Partido Progresista
Constitucional en el año 1882, que buscaba un estilo británico constitucional
demócrata.
Los burócratas del
gobierno, los oficiales locales del gobierno, y otros conservadores, establecieron
en el año 1881, el Partido del Gobierno Imperial, un partido del gobierno. El
posterior surgimiento de numerosas protestas políticas, algunas de ellas
violentas, dio como resultado algunas restricciones del gobierno.
La Conferencia de
Osaka en el año 1875 dio como resultado la reorganización del gobierno con una
magistratura independiente y un Consejo de Ancianos designado con la finalidad
de analizar las propuestas de la legislatura.
El emperador
declaró que “un gobierno constitucional debería ser establecido en
etapas graduales”, al ordenar al Consejo de Ancianos crear un borrador para
una Constitución.
Tres años más
tarde, la Conferencia de los Gobernadores de las Prefecturas estableció una
asamblea electa. Aunque limitada en su autoridad, esta asamblea representaba un
movimiento en dirección a un gobierno representativo a nivel nacional.
Se formaron
asambleas en los pueblos y ciudades en el año 1880, y delegados de veintidós
prefecturas llevaron a cabo una convención nacional para establecer una
Asamblea Nacional.
Aunque el gobierno
no estaba opuesto a un gobierno parlamentario, continuó tratando
de mantener control de la situación política. Nuevas leyes establecidas,
en el año 1875, prohibieron a la prensa criticar el gobierno o discutir las leyes
nacionales.
La Ley de Asamblea
Pública del año 1880, limitó severamente las reuniones públicas, prohibiendo la
asistencia de funcionarios públicos y requiriendo permiso policíaco para todas
las reuniones.
El emperador
concedió una porción de su autoridad y le dio derechos y libertades a sus
súbditos. La Constitución del año 1889, provista por la Dieta Imperial, estaba
compuesta por miembros electos de la Casa de Representantes y debían cumplir
algunos requisitos:
- Derecho al voto limitado a ciudadanos hombres
mayores de 25 años.
- Debían pagar 15 yenes en impuestos nacionales.
La gente que podía
votar representaba el 1% de la población, y la Casa de los Nobles, compuesta
por la nobleza y miembros imperiales designados, y un gabinete responsable al
emperador e independiente a la legislatura.
La Dieta podía
aprobar legislaciones del gobierno y leyes y enviar las peticiones al
emperador. Sin embargo, a pesar de estos cambios institucionales, la soberanía
aun residía en el emperador y en la base de su divinidad ancestral.
La nueva
Constitución especificaba una forma de gobierno, donde el emperador mantenía el
poder supremo y tenían solo unos pocos privilegios el resto del pueblo. La
participación de los partidos fue reconocida como parte del proceso político.
La Constitución Meiji se mantuvo como ley fundamental hasta el año 1947.
En los primeros
años del gobierno constitucional, salieron a relucir las fortalezas y
debilidades de la Constitución Meiji. Un pequeño grupo de la élite Satsuma y
Choshu continuó gobernando Japón.
Colectivamente, se
tomaron decisiones reservadas al emperador, y era el Genro [3] y no
el emperador quien controlaba el gobierno políticamente. Durante toda la era,
sin embargo, los problemas políticos eran resueltos usualmente mediante compromisos,
y los partidos políticos gradualmente fueron incrementando su poder sobre el
gobierno y como resultado mantuvieron un rol cada vez mayor en el proceso
político.
Entre los años
1891 y 1895, Ito fue nombrado primer ministro con un gabinete compuesto en su
mayoría por miembros del Genro, que buscaban establecer un gobierno
partidista para controlar la Casa de Representantes. Se estableció una
tendencia hacia una política partidista.
LA SOCIEDAD EN LA ERA MEIJI
El emperador en
una de las primeras acciones del gobierno fue el establecer nuevos rangos para
la nobleza. Quinientas personas de la antigua nobleza de la Corte, entre los
que se encontraban los daimio y samurái que habían prestado servicios valiosos
al emperador. Fueron organizados en cinco rangos: príncipe, marqués, conde,
vizconde y barón.
El intelectual
Yukichi Fukuzawa escribió el influyente ensayo Datsu- A Ron en el año 1885,
argumentando que Japón debería orientarse a ser uno de los países civilizados
de Oriente, dejando atrás el subdesarrollo sin remedio de sus vecinos
asiáticos.
Este ensayo
contribuyó al surgimiento de los avances económicos y tecnológicos durante el
Período Meiji, pero pudo también haber fomentado los cimientos para una futura
política en la región colonialista japonesa, hecho que se hizo patente en
el preámbulo de la II Guerra Mundial.
La reforma administrativa
Una condición para
la formación del Japón unitario fue la eliminación de la antigua
estructura federalista del país. Sus unidades
eran principados autónomos, controlados por un daimio.
Durante
la Guerra Civil, entre los años 1868 y 1869, el gobierno
japonés confiscó las posesiones del Shogun y las dividió en
jefaturas. Sin embargo, los principados han permanecieron fuera de su control
directo.
Museo
Imperial de Ueno, fachada principal realizada por Josiah Conder
A cambio de la
tierra, los daimios se convirtieron en las cabezas de las oficinas
regionales del gobierno central, a sueldo del Estado. Si bien la tierra de los
han fue transferida formalmente al Estado, los han en sí mismos no fueron
eliminados.
Sus daimios
mantuvieron el derecho de recaudar impuestos y de formar ejércitos en sus
tierras, y así se mantuvieron semiautónomas. Debido a estas tibias políticas
del gobierno central, el descontento en las regiones era creciente.
El 2veinte de
enero del año 1869, los daimios de los cuatro han
pro-gubernamentales, Satsuma, Choshu, Tosa y Hizen,
que habían sido los más decididos adversarios del shogunato,
aceptan devolver sus dominios al emperador.
Otros daimio lo
aceptan igualmente, y por ello lleva por primera vez, a tener un gobierno
central, que ejerce el poder sobre todo el territorio.
Los antiguos
daimio se trasladaron desde las regiones a Tokio. Antes del año 1888 el número
de jefaturas se había reducido desde 306 a 47. Se situó un distrito especial
en Hokkaido, y se hizo el mismo en las jefaturas de las tres principales
ciudades, Tokio, Kioto y Osaka.
La reforma social
Para la
construcción del estado nacional japonés, el Gobierno
Imperial también llevó a cabo una activa política social.
El veinticinco de junio del año 1869 se formó dos clases
privilegiadas:
- La nobleza con
título, kazoku. Estaba formada por los aristócratas de la capital y
los daimios de los desaparecidos han.
- Los sin título,
shizoku, estaba formada por antiguos samuráis.
Debido a la
formación de dos clases, el gobierno trató de superar la oposición secular
de samuráis y aristócratas, y también intentó eliminar la
diferenciación social y el modelo medieval de la relación maestro - esclavo en
el entorno de samurái.
El poder imperial
proclamó la igualdad de los agricultores, artesanos y comerciantes,
independientemente de la ocupación y del cargo. Fueron conocidos como los
comunes.
Los comunes
estaban obligados a tener un nombre, que hasta entonces sólo habían tenido
los samuráis, y ahora se permitían los matrimonios mixtos entre ambas clases de
aristocracia. Las tradicionales restricciones a los viajes y al cambio de
profesión fueron eliminadas.
El Gobierno
Imperial promulgó una ley sobre el registro de la población el cuatro de abril
del año 1871. Al año siguiente, la población fue inscrita en el registro y
dividida en tres categorías, las dos clases de nobleza y los plebeyos.
La nobleza
japonesa estaba toda dentro del Estado. Los nobles recibían una pensión anual,
que era el 30% del presupuesto total del país. Para aligerar la carga en el
Estado, en el año 1873 el gobierno promulgó la “Ley del regreso de
las pensiones al emperador”, y la nobleza fue obligada a abandonar
el pago periódico de las pensiones a cambio de un pago único.
Sin embargo, el
problema no había sido resuelto, y la deuda estatal de pensiones siguió
creciente, motivo por el cual, en el año 1876, las autoridades finalmente
abolieron la práctica de sus cobros y pagos.
En este sentido,
la diferencia legal entre los samurái, a los cuales se los prohibió el mismo
año de llevar la katana en público, y el pueblo era total. Para
asegurar su existencia, se habían convertido en parte de la clase privilegiada
de los funcionarios públicos: empleados públicos, policías y maestros.
Muchos empezaron a
cultivar. Sin embargo, la mayor parte de los samurái se dedicó al comercio pero
no prosperó y rápidamente fue a la quiebra, debido a la carencia de habilidades
empresariales.
Para salvar a los
samuráis, el gobierno introdujo subsidios y los animó a colonizar una Hokkaido
a medio civilizar. Sin embargo, estas medidas no fueron suficientes, lo cual
fue la causa de futuros disturbios.
La reforma
religiosa
A medida que la
Restauración Meiji avanzba, intentaba devolver al emperador a una posición
superior. Los esfuerzos se concentraron a establecer un estado Shinto más
pareciendo al estado de 1.000 años atrás.
Se estableció
una Oficina de Culto Shinto, que estaba por encima en importancia del
Consejo de Estado. Se adoptaron las ideas kokutai de las escuelas Mito, y se
puso el énfasis en la divinidad ancestral de la familia imperial
japonesa.
Era una movimiento
pequeño, pero importante, el gobierno apoyó a los maestros Shinto. Aunque la Oficina
de Culto Shinto fue degrada en el año 1872, hacia el año 1877, la Casa de
Ministros controlaba todos los santuarios Shinto y el Estado dio reconocimiento
a ciertas sectas Shinto.
La religión Shinto
fue separada de la administración budista y se restauraron sus características.
Aunque el budismo careció del apoyo del estado, tuvo su propio
resurgimiento.
El cristianismo
también fue legalizado, y el confucianismo se mantuvo como una doctrina ética
de importancia. Sin embargo, incrementó cada vez más la cantidad de pensadores
japoneses identificados con ideologías y metodología occidental.
LA ECONOMÍA EN LA ERA MEIJI
Considerando que
la estructura económica y producción del país era muy parecida a la época
isabelina inglesa, convertirse en una potencia mundial en tan poco tiempo
equivale a un progreso notable.
Existían al menos
dos razones para la gran velocidad con que Japón se modernizó:
- El emplear a más de 3.000 expertos extranjeros
especializados en campos como la enseñanza del inglés, las ciencias,
ingeniería, la milicia y la navegación.
- El envío de estudiantes japoneses al extranjero, especialmente Europa y América.
El conocimiento
será buscado a través del mundo para consolidar los cimientos de la regla
imperial. Este proceso de modernización fue fuertemente subsidiado y dirigido
por el gobierno Meiji, realzando el poder de las grandes firmas como la Mitsui
y Mitsubishi.
El gobierno
trabajó para traer tecnología de Occidente. Japón fue tomando el control
gradualmente de gran parte del mercado asiático de la manufactura de
mercancías, comenzando por los textiles.
La estructura
económica se hizo sumamente comercial, importando materias primas y exportando
productos acabados. Esto delataba la pobreza de materias primas en Japón.
Japón emergió de
la transición Tokugawa-Meiji como la primera nación industrializada asiática.
Las actividades comerciales domésticas y el limitado intercambio extranjero
satisfizo las demandas de material cultural en la era Tokugawa, pero la
modernizada de la Era Meiji demandó diferencias radicales.
Desde el comienzo,
los gobernantes Meiji adoptaron el concepto de una economía de mercado y
adoptaron las formas británicas y norteamericanas de mercado libre capitalista.
El sector privado adoptó el cambio con una buena acogida.
Las reformas
económicas incluyeron una moneda unificada basada en el yen, banca, comercio y
leyes de impuesto, bolsa de valores, y una red de comunicaciones.
La transformación
de una estructura institucional moderna a una economía capitalista avanzada
llevó su tiempo pero fue completado durante los años 1890. El gobierno había
relegado gran parte del control directo de los procesos de modernización,
principalmente por razones presupuestarias.
Muchos de los
antiguos daimyo, cuya pensión había sido pagada toda de un golpe, se
beneficiaron en gran medida mediante las inversiones realizadas en nuevas
industrias.
Prosperaron
aquellos que habían realizado intercambios con los extranjeros antes de la
Restauración Meiji. Los antiguos servidores del Bakufu, que se aferraron a sus
formas tradicionales, no pudieron acoplarse al nuevo ambiente comercial.
El gobierno estaba
inicialmente envuelto en la modernización económica, proveyendo un número de
fábricas modelo para facilitar la transición a una era moderna. En los primeros
veinte años de la era Meiji, la industria económica se expandió rápidamente
hasta cerca del año 1920, con los avances tecnológicos occidentales y las
grandes inversiones privadas.
Estimulados por
las guerras y mediante la cuidadosa planificación económica, Japón surgió como
una de las principales naciones industriales tras la I Guerra Mundial.
La tierra y la
reforma fiscal
El objetivo
primordial del Gobierno Imperial en la construcción de un Japón modernizado fue
la creación de un sistema financiero sólido. La principal fuente de las arcas
del Estado era el impuesto a la tierra en forma de rentas naturales, que
durante siglos los labradores japoneses habían pagado a sus amos.
Después de que el
principado hubiera sido eliminado, el gobierno se hizo cargo de sus
obligaciones de deuda y derechos, motivo por el cual conseguir el dinero del
presupuesto era extremadamente difícil. Las autoridades se comprometieron a
realizar reformas agrarias y fiscales para estabilizar las finanzas japonesas.
El Gobierno
Imperial creó nuevas tierras de cultivo en tierras vírgenes en el año 1871, y
en el año 1872 fue cancelada la prohibición de la venta de terrenos y se
reconoció la existencia de la propiedad privada. Los propietarios recibieron
certificados de propiedad de la tierra, donde se indicaba el precio de la
parcela.
Sobre la base de
este sistema de gobierno imperial empezó la reforma del impuesto sobre la
tenencia de la tierra, el veintiocho de julio del año 1873, que
acabó en el año 1880. La reforma, en lugar del criterio de rendimiento
inestable de la fiscalidad, se convirtió en un precio estable para la tierra, y
los propietarios de la tierra se convirtieron en contribuyentes.
La contribución
territorial tenía que pagarse en efectivo por la cantidad de 3% del valor de la
tierra. Los bosques y tierras de montaña, que eran utilizados por los miembros
de la comunidad en conjunto, eran considerados por el gobierno como tierras sin
amo.
Estas
transformaciones proporcionaron una manera estable de llenar las arcas del
Estado y contribuyeron al desarrollo de las relaciones monetario-mercantiles de
la región. Sin embargo, causaron una nueva diferenciación social y el aumento
de la presión fiscal sobre el pueblo y, además, trajeron al descontento
campesino.
Se legitimó el
sistema de arrendamiento de tierras introducido durante el periodo Tokugawa. A
pesar de los esfuerzos realizados por el shogunato por la congelación de las
cuatro clases de la sociedad, en su lugar, los aldeanos empezaron a arrendar
tierras a otros agricultores, y por lo tanto se enriquecieron. Esto perturbó el
sistema de clases muy definidas, declarado por el shogunato, y contribuyó a su
caída.
El crecimiento
industrial
La rápida
industrialización y modernización de Japón permitieran un gran incremento de la
producción y de sus infraestructuras. El país construyó industrias como por
ejemplo astilleros, plantas siderúrgicas y textiles que fueron vendidas a
emprendedores relacionados con la industria occidental.
Los productos
fabricados con tecnología occidental podían ser vendidos muy fácilmente en un
contexto internacional. Las zonas industriales crecieron enormemente, lo cual
provocó migraciones masivas desde el campo.
La
industrialización se materializó también en forma de desarrollo de un sistema
nacional de ferrocarril y de un moderno sistema de comunicaciones. Las clases
sociales bajas, mujeres, marginados, jornaleros, prostitutas y campesinos
formaron la mano de obra de este crecimiento industrial.
EL MILITARISMO DE LA ÉPOCA MEIJI
A pesar de las
críticas de la oposición, los líderes Meiji continuaron con la modernización de
la nación mediante iniciativas como el cableado telegráfico a las ciudades más
importantes, la construcción de ferrocarriles, astilleros, fábricas de
municiones, minas, instalaciones para fabricación de textiles, fábricas, y
estaciones experimentales agrícolas.
Preocupados de la
seguridad nacional, los líderes realizaron esfuerzos significativos en la
modernización militar, los que incluyeron el establecimiento de un pequeño
ejército permanente, un amplio sistema de reserva, y un servicio militar
obligatorio para todos los hombres.
Estudiaron los
sistemas militares extranjeros, se contrataron consejeros extranjeros, y se
enviaron cadetes a las escuelas militares y navales de Europa y los Estados
Unidos.
Educación
El gobierno llevó
a cabo una serie de reformas fundamentales en educación. Se creó el
primer Ministerio de Cultura en el año 1871, institución central
responsable de la política educativa. Se emitió un decreto sobre educación
estatal en el año 1872 basado en el modelo francés. Bajo este sistema,
Japón fue dividido en ocho distritos universitarios.
Cada distrito
tendría una universidad y 32 escuelas secundarias. Cada escuela formó un
distrito escolar independiente, y tendría 210 escuelas primarias. Sin embargo,
la decisión del Ministerio fue más declarativa que otra cosa, y no tuvo en
cuenta las posibilidades reales de los educadores y de los ciudadanos.
El Ministerio
emitió un Decreto de Educación en el año 1879, por el cual se abolía el sistema
de distritos y la educación pública obligatoria se limitaba en la escuela
elemental, según el modelo alemán. Por primera vez en las escuelas públicas los
niños y las niñas estudiaron juntos.
El gobierno
también hizo esfuerzos para el desarrollo de la educación universitaria
japonesa. Se fundó la Universidad de Tokio en el año 1877, para la cual,
el gobierno japonés contrató muchos especialistas extranjeros.
Se establecieron
instituciones educativas e instituciones de educación superior para las
mujeres. La iniciativa estatal recibió el apoyo de personajes públicos. Por lo
tanto, Fukuzawa Yukichi se convirtió en el fundador de la escuela
privada de Keio, futura Universidad de Keio y Nijima Tse, siendo el
fundador de la escuela Doshisha, la futura Universidad de Doshisha.
Algunas
regulaciones gubernamentales en cuanto a primaria, secundaria, terciaria y
universitaria fueron adoptadas en el año 1880.
LAS RELACIONES EXTERIORES
Para que Japón
pudiera salir de la era feudal, tenía que evitar el destino colonial de otros
países asiáticos estableciendo una independencia e igualdad nacional genuina.
Tras la victoria
contra China en Corea durante la I Guerra sino-japonesa en los años 1894 y
1895, Japón irrumpió como una potencia internacional con una victoria contra
Rusia en Manchuria en la guerra ruso-japonesa en los años 1904 y 1905.
Aliados con Reino
Unido mediante la alianza anglo-japonesa en Londres del treinta de enero del
año 1902. Japón se unió a los Aliados en la I Guerra Mundial, buscando hacerse
con el territorio que tenía Alemania en China y el Pacífico, pero sin tomar un
gran protagonismo en el conflicto.
Tras la guerra,
una debilitada Europa dejó una gran parte de los mercados internacionales
a los Estados Unidos y Japón, quienes salieron muy fortalecidos.
La competencia
japonesa hizo una gran incursión en el hasta entonces dominado mercado europeo
en Asia, no solo en China, sino en casi todas las colonias europeas como India
e Indonesia, reflejando el desarrollo de la era Meiji.
BIBLIOGRAFÍA
Beasley, William G. “The
Meiji Restoration”. 1972. Stanford: Stanford University Press.
Beasley, William G. “The Rise of Modern Japan: Political, Economic and
Social Change Since 1850”. 1995. St. Martin's Press. New York.
Breen, John. “The Imperial Oath of April 1868: ritual, power and
politics in Restoration Japan”. 1966. Monumenta
Nipponica.
Craig, Albert M. “Choshu in the Meiji Restoration”. 1961.
Harvard University Press. Cambridge.
David M. Earl “Emperor and Nation in Japan”. 1972.
University of Washington Press. Seattle.
Harry D. Harootunian. “Toward Restoration”. 1970. Berkeley:
University of California Press.
H. Van Straelen, Yoshida Shōin, “Forerunner of the Meiji Restoration: A
Biographical Study”. 1952. E. J. Brill. Leiden.
Jansen, Marius B. “The Making of Modern Japan”. 2000.
Harvard University Press. Cambridge.
Maurice Herbert, Dobb. “Du Feodalisme au capitalisme : Problèmes de la
transition”. 1977. F. Maspero,
Murphey, Rhoads (1997), “East Asia: A New History”. 1997. Addison
Wesley Longman. New York.
Najita Tetsuo. “The Intellectual Foundations of Modern Japanese
Politics”. University of Chicago Press. Chicago / London.
Paul, Akamatsu. “Meiji-1868: revolución y contrarrevolución en
Japón”. 1977. Editorial Siglo Veintiuno.
Satow, Ernest Mason. “A Diplomat in Japan”.
Wall, Rachel F. (1971), “Japan's Century: An Interpretation of Japanese
History since the Eighteen-fifties”. The Historical
Association. Londres.
W. G. Beasley. “The Meiji Restoration”. 1972. Stanford University Press.
Stanford.
[1] El bakufu estaba presidido por la
autoridad del shōgun, jefe supremo del poder ejecutivo, asesorado por un
consejo de tres miembros encargados, respectivamente, de la guerra, las
finanzas y la justicia. Con algunas ligeras modificaciones, fue la
estructura básica de la administración japonesa hasta 1867.
[2] Sustantivo masculino. Religión nativa de Japón. Involucra la
adoración de los kami o espíritus de la naturaleza. Algunos kami son muy
locales y son conocidos como espíritus o genios de un lugar en particular, pero
otros representan objetos naturales mayores y procesos, por
ejemplo, Amaterasu, la diosa del Sol.
[3] Fue una designación no oficial dado a ciertos estadistas
japoneses jubilados de prestigio, considerados como los “padres
fundadores” del Japón moderno, y sirvieron como consejeros
extraconstitucionales informales del Emperador, durante el Imperio de
Japón (1868-1945).
No hay comentarios:
Publicar un comentario