EUROPA MEDIEVAL
La masacre de
los valdenses de Mérindol en el siglo XVI
A medida que la Reforma se desarrollaba en Francia en la
primera mitad del siglo XVI, se produjeron varios episodios de fuerte
represión que precedieron a las Guerras de Religión (1562-1598). Fueron tiempos
de gran penuria y opresión contra los que abrazaban las enseñanzas
protestantes. Un capítulo significativo de la persecución tuvo lugar en la
región francesa de Luberon contra los valdenses (vaudois), descendientes
espirituales de Pierre Waldo, que condujo a la masacre de Mérindol en 1545.
Masacre de los Valdenses en Mérindol
Gustave Doré (Public Domaine)
Las
primeras persecuciones
A principios del siglo XII, Pierre Waldo (1140-1218) hizo un
voto de pobreza, confirmado por el Papa Alejandro III (en el cargo de 1159 a
1181), y se convirtió en el líder de una secta conocida como los valdenses.
Waldo fue uno de los precursores de la Reforma que buscó purificar y reformar
la Iglesia católica desde dentro mediante un retorno a la enseñanza apostólica.
Al principio, no buscaba la separación de la Iglesia católica ni el
establecimiento de una nueva secta. Con el tiempo, en parte debido a su énfasis
en la predicación del evangelio en la lengua local, el Papa Lucio III (en el
cargo de 1181 a 1185) prohibió a Waldo y a sus seguidores predicar. Waldo fue
excomulgado en el Concilio de Verona en 1184, y la enseñanza valdense fue
condenada en el Cuarto Concilio de Letrán en 1215.
Exiliados de su ciudad de Lyon, los valdenses se extendieron a
los valles del Delfinado y los Alpes del Piamonte, al Languedoc y a España. La
Inquisición no consiguió acabar con ellos y muchos de los exiliados se
instalaron en la región del Luberon, en el sur de Francia. Los valdenses
buscaron vivir en paz en los valles protegidos del Luberon, donde drenaron los
pantanos y cultivaron las tierras de los señores italianos. Se dice que los
habitantes de las llanuras temían a los valdenses, que tenían fama de
hechiceros. En aquella época, tenían líderes espirituales llamados tíos (barbes) que
tenían autoridad sobre el pueblo. Los barbes eran
considerados sabios y venerables, y se les atribuían poderes misteriosos. Sus
hermanos del Delfinado habían sufrido anteriormente persecuciones y muchos
habían huido a Luberon en busca de seguridad.
El arzobispo de Aix temía que esta concentración de herejes
pudiera abrazar la Reforma. Hacia 1530, se envió al inquisidor Jean de Roma a
investigar a los valdenses, donde cometió atrocidades y se enriqueció a costa
de ellos. Como resultado de esta violencia inicial, dos valdenses, Maurel y
Masson, cruzaron las fronteras de Alsacia y Suiza para consultar con los
líderes reformados en Ginebra.
Se los convenció de la necesidad de reformar sus creencias, de romper
definitivamente con las prácticas supersticiosas, y se los envió de regreso con
cartas para sus hermanos de Mérindol. Solo Maurel llegó sano y salvo; Masson
fue arrestado y quemado vivo en Dijon. En 1532 se realizó una reunión decisiva
en el Piamonte con dirigentes valdenses de diferentes regiones. Al cabo de seis
días, Guillaume Farel (1489-1565) los convenció de conservar solo dos
sacramentos, el bautismo y la eucaristía, sin el sentido místico que les daba
la Iglesia católica. Farel los acogió en la fe reformada con entusiasmo y los
llamó "los hijos mayores de la Reforma".
Intervención
papal y real
Con su integración en un movimiento europeo más amplio, los
valdenses dejaron de sentirse aislados. Acogieron a todos los que buscaban
refugio en sus montañas, en particular a los antiguos sacerdotes católicos, que
eran valorados por su alfabetización. Ante el temor de que la nueva religión se
propagara al enclave papal de Venaissin, el Papa Clemente VII (en funciones
entre 1523 y 1534) ofreció una indulgencia plenaria a los valdenses que
renunciaran a su fe reformada en un plazo de dos meses. Durante el período de
espera, sus soldados se apoderaron de mujeres y niños para convertirlos por la
fuerza, y las jóvenes fueron secuestradas en el pueblo de Cabrières-du-Comtat.
Sus padres, armados con palos y horquillas, no fueron rivales para los soldados
entrenados y se los detuvo sin dificultad. La noticia de los secuestros y del
encuentro armado circuló por todo el pueblo. Se formó una turba que provocó la
muerte de funcionarios en Agoult y Apt. El Papa escribió al rey Francisco I
(que reinó de 1515 a 1547) para informarle de la violencia que se estaba
produciendo en las puertas de los estados pontificios. El rey dio instrucciones
al Parlamento de Aix para que interviniera y siete valdenses fueron quemados en
la hoguera, entre ellos un barbe.
Estatua
de Pierre Waldo
Alexander
Hoernigk (CC BY)
La intervención del rey propulsó a las comunidades a la
revuelta. Se calcula que unos 6000 hombres pertenecían a la secta valdense en
ese momento, y los obispos de Sisteron, Apt y Cavaillon temían la propagación
del movimiento por toda Provenza. Los miembros de la secta fueron perseguidos y
arrestados porque negaban el purgatorio, no rezaban a los santos y se negaban a
pagar el diezmo al clero. Los valdenses más activos fueron encarcelados y
algunos fueron ejecutados. Enfurecidos por la actuación de los tribunales
eclesiásticos, los valdenses tomaron las armas para liberar a sus hermanos y
asaltaron las cárceles de Apt, Cavaillon y Roussillon. El rey, informado de
estos acontecimientos, ofreció clemencia a los herejes y la liberación de todos
los prisioneros aún no liberados con la condición de que renunciasen a su fe en
un plazo de seis meses. Sin embargo, nadie aceptó su propuesta y en 1538 el rey
ordenó la detención de los herejes y la confiscación de sus bienes.
Rumores y arrestos
En el Parlamento de Aix
se rumoreaba que los valdenses se preparaban para un asedio y que habían
almacenado pólvora y armas. Se arrestó a más de 150 valdenses, 14 de ellos de
Mérindol. Un juez de Apt procedió a la detención de un molinero y confiscó su
molino tras su ejecución. En represalia, los habitantes de Mérindol se
levantaron en armas, quemaron el molino hasta los cimientos, saquearon granjas
y robaron ovejas por el camino. Se ordenó la detención de otros diecinueve
habitantes de Mérindol, algunos con sus familias, a partir de denuncias
anónimas. Mientras reinaba un clima de pánico en Aix, circularon más rumores infundados
de que los valdenses estaban construyendo fortalezas en los bosques y que había
600 hombres en Mérindol armados con arcabuces, un tipo de arma larga. La
cantidad total exagerada aumentó a 8000 combatientes. Poco después se dio la
orden de detención que incluía la captura de mujeres embarazadas, pero antes de
que se llevara a cabo, los parlamentarios se dieron cuenta de que los líderes
locales los habían engañado. En realidad, los mérindoles habían huido a sus
montañas para evitar el arresto tras enterarse de que el 18 de noviembre de
1540 se había dado una orden por la que se condenaba a 19 de ellos a ser
quemados en la hoguera en tres lugares diferentes: Tourves, Apt y Aix. Las
casas de Mérindol se demolieron, la zona quedó inhabitable y sus posesiones se
confiscaron.
Indulto temporal
Farel fue avisado por
correo de la orden y se puso en contacto con ciudades suizas y alemanas para
interceder diplomáticamente ante Francisco I. El rey encargó al gobernador del
Piamonte, Guillaume du Ballay, que investigara a los valdenses. Cuando Ballay
entregó un informe favorable, el rey suspendió la orden y exigió la
comparecencia de los ancianos valdenses ante el Parlamento en un plazo de tres
meses. La persecución se desarrollaba en todo el reino y el rey no podía permitirse tratar a los valdenses a la ligera.
En lugar de enviar a los ancianos ante el Parlamento para que renunciaran a su
fe, el 6 de abril de 1541 los valdenses enviaron a sus barbes para
explicar su fe en Jesucristo y
las Escrituras, y afirmar su espíritu de obediencia a las autoridades civiles.
Estaban dispuestos a someterse a todas las leyes, pero pedían que se les
permitiera practicar su fe. Los inflexibles parlamentarios denunciaron la
audacia de esta súplica y la reafirmación de los artículos de fe de los
valdenses. El rey concedió otro plazo de tres meses y el Parlamento envió al
obispo de Cavaillon a Mérindol para que recibiera su renuncia in situ.
Mujeres
Valdenses como brujas
Unknown
(Public Domaine)
Fragmento
de un manuscrito
iluminado que muestra a
las mujeres valdenses como brujas. Los valdenses
fueron considerados una secta herética y perseguidos por la Iglesia católica en
Francia en el siglo XVI. De "Lady Champion" de Martin Le Franc, 1451.
Manuscritos Iluminados
Página
que muestra el mes de enero en el Libro de Horas conocido como
Les Très Riches Heures du Duc de Berry (creado hacia 1412-1416 y 1485-1489 d.
C.). Se le conoce frecuentemente como el "rey de los
manuscritos iluminados " debido a la grandeza y complejidad
de sus pinturas. Esta página en particular muestra el intercambio de regalos de
Año Nuevo en la casa de John, duque de Berry (en azul, sentado, en la parte
frontal derecha).
https://www.worldhistory.org/image/8256/les-tres-riches-heures/
Tras nuevos retrasos y el rechazo de la
renuncia, el rey finalmente resolvió ejecutar la orden contra Mérindol en marzo
de 1543. Una vez más, los príncipes protestantes alemanes, instados por Farel y
Calvino, intervinieron ante el rey. En abril de 1544, los valdenses presentaron
una petición al rey para obtener justicia de quienes les reprochaban su fe con
la intención de confiscar sus posesiones. El rey era consciente de la avaricia
de los obispos y legados papales, y también sabía que los parlamentarios de Aix
no estaban libres de reproches. También dudaba en enviar fuerzas militares a
una provincia lejana. Así que decidió enviar a tres miembros de su consejo y a
un teólogo para determinar si los valdenses eran herejes. En caso de ser
herejes, se les concedería un plazo de dos meses para renunciar a su fe. El
Parlamento de Aix recibió la orden de ceder sus responsabilidades al Parlamento
de Grenoble. Como resultado, los valdenses intuyeron que el rey dudaba en
emplear la fuerza contra ellos y que los defendería de la codicia de los
príncipes de la Iglesia. Muchos refugiados acudieron a los valles valdenses
para refugiarse de la persecución. Los de Ginebra llegaron a pensar que habían
hecho retroceder el poder real. Al menos por un tiempo.
Vana
resistencia
En diciembre de 1543,
Jean Meynier (1495-1558) sustituyó a Chassané como presidente del Parlamento de
Aix. Había jurado obtener la revocación de las cartas de indulto y aniquilar a
los valdenses. El cardenal Francisco de Tournon, enemigo declarado de la
herejía, estuvo de acuerdo. El gobernador local confirmó el informe de Meynier
de que los valdenses tenían una fuerza de 10.000 hombres armados listos para
marchar sobre Marsella. Los valdenses, con poca confianza en los señores de Aix
y Aviñón, fortificaron sus pueblos, especialmente Cabrières. El rey firmó una
orden el 1 de enero de 1545, aparentemente sin leerla, donde revocaba el indulto
que había concedido. La persecución en Francia se reanudó con la quema de
estacas en Toulouse, Burdeos y Grenoble. Meynier ocultó el texto a sus colegas
parlamentarios mientras esperaba la llegada a Provenza de un capitán procedente
de Italia,
Paulin de La Garde (1498-1578). Era el líder de una temible banda de
mercenarios errantes que había luchado bajo el mando de Francisco I. Una vez
que llegó, el Parlamento dio la orden de proceder a la aniquilación total de
los herejes.
Estatua de Francisco I de Francia
Mark Cartwright (CC
BY-NC SA)
La Garde marchó sobre Cabrières-d'Aygues, donde
al parecer había 600 valdenses reunidos. Los valdenses huyeron y dejaron a La
Garde preguntándose por qué lo habían llamado a emplear su ejército contra los
débiles aldeanos. En Cadenet, los líderes del ejército y del Parlamento de Aix
acordaron capturar a los herejes y quemar sus casas como ejemplo para los
demás. Los hombres de La Garde eran soldados profesionales, a los que se
unieron las tropas reunidas por Meynier y los voluntarios deseosos de
beneficiarse del saqueo. Los habitantes de Mérindol huyeron a los bosques del
Luberon mientras se quemaban 200 granjas. Escondidos en los barrancos, los
aldeanos se enteraron de que el ejército había entrado en Mérindol y lo vieron
arder desde la distancia. Los hombres subieron y se unieron a sus hermanos en
los pueblos de La Coste y Cabrières-du-Comtat. En la aldea fortificada de
Cabrières, decidieron resistir con 300 combatientes valdenses.
En el combate que siguió, hubo muchos muertos y
heridos en ambos bandos. Dirigidos por Marron, los valdenses hicieron todo lo
posible, pero no estuvieron a la altura de la tarea de resistir los cañones del
enemigo. Propusieron abrir las puertas si se les prometía un pasaje seguro a
Alemania o si se les daba la promesa de un juicio justo. Recibida la promesa,
Marron y sus partisanos salieron primero del pueblo. Inmediatamente fueron
apresados y ejecutados en un prado cercano. Solo se salvaron Marron y el pastor
Guillaume Serre, que fueron llevados en custodia por el legado del Papa a
Aviñón para ser juzgados y quemados vivos. Las combatientes fueron encerradas
en un granero que fue incendiado. Las que intentaron escapar fueron masacradas,
sus cabezas se llevaron en triunfo en las puntas de las lanzas. Los soldados
buscaron a los supervivientes y forzaron la puerta de la iglesia. En el
santuario, las mujeres fueron violadas, degolladas y algunas arrojadas desde el
campanario. Las pocas mujeres que sobrevivieron se vendieron como esclavas en
L'Isle-sur-le-Sorgue. En un mes se quemaron 900 casas, se destruyeron 24
pueblos y se masacraron 3000 personas. Solo se salvaron los hombres más
robustos y se vendieron para pasar sus últimos días en las galeras del rey. El
Parlamento tipificó como delito la asistencia a los miserables que morían de
hambre. Cualquiera que mostrara piedad sufría la confiscación de sus bienes. La
caballería de Agoult, instalada en la Tour-d'Aigues, recorrió el campo cometiendo
atrocidades. Los campesinos se vieron obligados a viajar a Aix o Marsella para
encontrar y pedir rescate por sus hijos secuestrados. Cuando el Parlamento
envió a dos miembros a investigar la barbarie, regresaron horrorizados. Los
campesinos de Luberon ya no podían trabajar sus tierras sin que los soldados
les robaran los bueyes y asaltaran a las mujeres. En función de este informe,
el Parlamento dictó una nueva orden que autorizaba a las autoridades a ayudar a
la población.
Encubrimiento
y controversia
El rey ordenó una
investigación y exigió la rendición de cuentas de la expedición. De Tournon
apoyó la causa de Meynier y el 8 de agosto de 1545 el rey emitió su veredicto,
donde aprobó las medidas tomadas para exterminar a los valdenses. Calvino y Farel
quedaron desolados por la noticia y solicitaron la intervención de los suizos.
La justificación del rey ante los suizos fue que los valdenses eran súbditos
desleales y castigados porque se negaban a pagar el diezmo. A la muerte de
Francisco I, las cosas cambiaron. Meynier trató de continuar la persecución y
arrestó a dos hombres con fuertes conexiones en el Parlamento. De Tournon cayó
en desgracia ante el rey Enrique II de Francia (que reinó de 1547 a 1559),
quien designó una comisión para investigar a Meynier y a otros implicados en
los crímenes. El acta de acusación contra Meynier lo acusó de falsear la verdad
sobre los herejes, de emprender las masacres por iniciativa propia y de
condenar a los vagabundos a morir de hambre. Se salvó gracias a su elocuencia y
no expresó ningún remordimiento por sus acciones contra los valdenses. Al
final, Jean Meynier fue liberado, restituido en sus funciones y nombrado
caballero de San Juan de Letrán por el Papa.
Conclusión
¿Qué fue de los
valdenses? Algunos escaparon a Ginebra, donde fueron bien recibidos. Otros se
refugiaron en comunidades del Delfinado. En cualquier caso, ayudaron mucho a
que la causa reformada se afianzara en las Cevenas y el Languedoc. Varios años
más tarde, Sébastian Castellion (1515-1564), que ejerció su ministerio junto a
Calvino durante un tiempo en Ginebra, escribió en el prefacio de su Traité
des hérétiques: "¿Quién querría hacerse cristiano cuando ve que los que
confiesan el nombre de Cristo son heridos por las manos de los cristianos, por
el fuego, por el agua, por la espada, y tratados más cruelmente que los
ladrones y los asesinos?"
Bibliografía
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Davis, Stephen M. & Edgar, William. The
French Huguenots and Wars of Religion. Wipf and Stock, 2021.
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Delumeau Jean. Le
Christianisme va-t-il mourir ?. Hachette, 1978.
·
Leconte, Hubert. Sur les
traces de Vaudois des Alpes au Luberon: Parcours historique. Avignon: Éditions Cardère, 2003.
·
Miquel, Pierre. Les
guerres de religion. Paris:
Fayard, 1980.
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Pouzet, Philippe. "Les
origines lyonnaises de la secte des Vaudois". Revue d'histoire de l'Église de France , 1936,
https://www.persee.fr/doc/rhef_0300-9505_1936_num_22_94_2757.
Diez
datos de la Reforma protestante
La Reforma Protestante (1517-1648) fue uno de los acontecimientos culturales,
políticos y religiosos más importantes de la historia de Europa y contribuyó a configurar el mundo moderno. Fue un
acontecimiento complejo que duró más de 100 años y que cambió radicalmente la
forma en que las personas se entendían a sí mismas, la religión, la sociedad y,
en última instancia, la forma en que uno define la verdad.
“Monumento Internacional de la Reforma”
Henri Bouchard and
Paul Landoeski (CC BY-SA)
Antes de la Reforma, la Iglesia católica era la
única autoridad espiritual en la Europa medieval (c. 476-1500). La Iglesia medieval proporcionaba orden y sentido a las vidas
de los fieles, desde el bautismo de los niños hasta la asistencia semanal a los
servicios, los ritos matrimoniales y la extremaunción. Después de la muerte, la
Iglesia enseñaba que el destino de la persona estaba determinado por un Dios amoroso que también era justo y castigaba a los que
morían en sus pecados con una eternidad de tormento, ya que habían rechazado el
don de la gracia de Dios. No se podía discutir con los principios de la Iglesia
porque no había otra autoridad espiritual a la que se pudiera recurrir como
opción.
La Reforma protestante
cambió por completo esa dinámica cuando el teólogo alemán y monje
católico Martín
Lutero (1483-1546) desafió, sin quererlo, la autoridad de la
Iglesia, al cuestionar la práctica de la venta de indulgencias (escritos que
prometían acortar la estancia de uno o de un ser querido en el purgatorio). El
activismo de Lutero en Alemania inspiró a otros a adoptar su propia postura,
basada en la interpretación individual de la Biblia y
en el concepto de que solo la fe y las escrituras eran todo lo que un creyente
necesitaba para comunicarse con Dios. Los protestantes entendían las enseñanzas
de la Iglesia como corrupciones del hombre, que los verdaderos creyentes debían
rechazar.
Aunque hay muchos datos
interesantes sobre la Reforma, los diez siguientes resumen los conceptos clave
del movimiento en general. Los estudiosos de hoy en día no se ponen de acuerdo
sobre las fechas exactas de la Reforma, pero se puede afirmar con seguridad
que, en los 100 años siguientes a las 95
Tesis de Martín Lutero escritas en 1517, la sociedad europea
se había transformado radicalmente y seguiría recibiendo la influencia de la
visión de los primeros reformadores hasta la era moderna.
Hubo
reformistas antes de Martín Lutero
Antes de que las 95 Tesis de
Martín Lutero llevaran a la Reforma, se habían hecho otros intentos de corregir
lo que se consideraban abusos y falsas enseñanzas de la Iglesia católica. Los
paulicianos y los valdenses habían abogado por la reforma, mientras que
los cátaros se
separaron completamente de la Iglesia. Sin embargo, los dos proto-reformistas
más conocidos son el teólogo y sacerdote inglés John Wycliffe (1330-1384) y el
sacerdote bohemio Jan Hus (c. 1369-1415). Wycliffe inspiró a Hus, cuyos
esfuerzos fueron el motor de las guerras husitas (1419- c. 1434) y de la
Reforma bohemia (c. 1380 - c. 1436), dos de los primeros intentos de
reforma. Martín Lutero se referiría más tarde a Hus, que fue ejecutado en 1415
como hereje, como modelo para los cristianos en la búsqueda de una verdadera
relación con Dios basada únicamente en la fe y en la propia interpretación de
las escrituras. Sin embargo, en contra de la leyenda, Hus nunca "predijo"
el activismo de Lutero; esta historia es una invención posterior de los
seguidores de Lutero.
Jan Hus, quemado en la hoguera
Fb78 (Public Domaine)
Inicialmente,
Martín Lutero no quería separarse de la Iglesia
Lutero no tenía
intención de separarse de la Iglesia y establecer una nueva visión del cristianismo en
1517. Era un sacerdote y teólogo católico cuyas 95 tesis fueron
escritas como una invitación a debatir el tema de las indulgencias, que según
él eran antibíblicas. Las 95
tesis fueron publicadas y traducidas por sus seguidores, cuyo
apoyo alentó a Lutero a tomar su posición contra la Iglesia. Al igual que las
97 tesis de Lutero un mes antes, en un principio, estas también eran solo una
invitación al debate académico. Una vez que la Iglesia reaccionó intentando
silenciar sus objeciones a las indulgencias, Lutero contraatacó denunciando la
política y la práctica de la Iglesia, y así comenzó la Reforma.
Puede que
Lutero nunca clavara sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg
La icónica imagen de
Lutero clavando sus 95 tesis en
la puerta de la iglesia de Wittenberg el 31 de octubre de 1517 es sin duda la
más famosa de la Reforma protestante, pero, según los estudiosos modernos, es
posible que nunca haya ocurrido. La historia no apareció hasta años después,
cuando Felipe Melanchthon (1497-1560), la mano derecha de Lutero, que ni
siquiera estaba en Wittenberg en el momento en que supuestamente tuvo lugar el
acontecimiento, la difundió. El propio Lutero no menciona que clavara las tesis
en la puerta de la iglesia en 1517 ni después, solo dice que envió sus tesis al
arzobispo de Maguncia. Sin embargo, la historia ha sido aceptada como una
verdad histórica durante tanto tiempo que se suele repetir de forma acrítica.
La
Reforma no fue un movimiento unido
Aunque siempre se habla
de la Reforma protestante, en realidad fue una serie de movimientos separados,
más exactamente llamados reformas.
En Alemania, donde Martín Lutero lideró la causa, también estaba Martín Bucer
(1491-1551), que no estaba de acuerdo con aspectos de su visión, y Andreas
Karlstadt (1486-1541), que tenía sus propias ideas sobre el
"verdadero cristianismo", al igual que el reformador alemán Thomas
Müntzer (c. 1489-1525). En Suiza, Huldrych Zwingli (1484-1531) no estaba de
acuerdo con Lutero en cuanto a la naturaleza de la Eucaristía, y Juan
Calvino (1509-1564) promovió su propia agenda, que difería de la
de Zwingli. Además, estos reformadores inspiraron a otros que luego iniciaron
sus propios movimientos reformados dentro de la Reforma más amplia, como en el
caso de los anabaptistas, que rechazaron la ciudadanía de segunda clase de las
mujeres y, en oposición a otras sectas protestantes, elevaron a las mujeres a
puestos de autoridad.
Muchas
mujeres participaron en los primeros años de la Reforma
Aunque los historiadores han destacado a los
reformadores masculinos durante siglos, muchas mujeres contribuyeron
significativamente a la Reforma, especialmente en los primeros años, ya que
vieron en las "nuevas enseñanzas" la esperanza de tener una voz
igualitaria en los asuntos públicos y una mayor autonomía. Entre las más
conocidas están Katharina von Bora (1499-1552), esposa de Martín Lutero; Argula
von Grumbach (1490 - c. 1564), Katharina Zell (1497-1562), Margarita de Navarra (1492-1549), Marie Dentière (c. 1495-1561), Jeanne d'Albret (Juana
III de Navarra, 1528-1572), y Olympia Fulvia Morata (1526-1555). Estas mujeres
y muchas otras impulsaron la causa de la Reforma, pero a medida que el
movimiento se convirtió en la corriente principal y las creencias se
codificaron, las contribuciones de las mujeres quedaron al margen, y la
igualdad que esperaban nunca se materializó.
La
Reforma tuvo éxito gracias a la imprenta
La Reforma tuvo éxito,
mientras que los esfuerzos anteriores de reforma habían fracasado,
principalmente debido a la invención de la imprenta hacia 1440. Wycliffe y Hus
expusieron muchos de los mismos puntos que posteriormente articularon los
reformistas, pero carecían de la tecnología necesaria para compartir sus puntos
de vista con un público más amplio. Las 95 tesis de
Martín Lutero se popularizaron a través de la imprenta, al igual que sus otros
escritos, que se tradujeron e imprimieron en otros lugares, inspirando un
movimiento más amplio fuera de Alemania. Mujeres como Argula von Grumbach o
Marie Dentière no habrían tenido voz pública si no fuera por la imprenta, y
también fue utilizada eficazmente por Jeanne d'Albret para promover el mensaje
protestante durante las Guerras de religión de Francia. Las traducciones de la
Biblia, los comentarios a las escrituras y los ataques a la Iglesia católica
(así como de la Iglesia a las sectas protestantes) fueron posibles gracias a la
producción masiva de libros y folletos. La popularidad de estas obras
religiosas impresas contribuyó a un aumento de la alfabetización en Europa, que
es un aspecto de la Reforma que a menudo se destaca.
La
Reforma contribuyó a algunas de las guerras más devastadoras de la historia
europea
El desafío a la Iglesia,
que hasta entonces se consideraba la única autoridad espiritual en Europa, dio
lugar a una serie de conflictos que aumentaron en alcance, salvajismo y número
de víctimas, empezando por las guerras husitas y continuando con la revuelta de
los caballeros (1522-1523) y la guerra de
los campesinos alemanes de 1524-1525. Aunque la guerra de los campesinos
alemanes, al igual que algunos de los conflictos posteriores, no fue causada
únicamente por diferencias religiosas, la visión de la Reforma desempeñó un
papel importante al animar a la clase más baja a creer en la esperanza de un
nuevo orden en el que tendrían mayor autonomía. Las Guerras de religión de Francia
(1562-1598) fueron el resultado directo de desacuerdos religiosos, y las
diferencias religiosas también contribuyeron a la Guerra de los Ochenta Años
(1568-1648) y a la Guerra
de los Treinta Años (1618-1648), que mataron a más
de ocho millones de personas.
La matanza de San Bartolomé
François Dubois (Public
Domaine)
La Contrarreforma inspiró
el arte y la música
La Contrarreforma
(también conocida como la Reforma católica, de 1545 a c. 1700) fue la respuesta
de la Iglesia católica a la Reforma protestante, durante la cual instituyó
reformas al tiempo que se esforzaba por restaurar su antigua centralidad. Uno
de los aspectos de estos esfuerzos fue el énfasis en el arte, la arquitectura y
la música, que elevaría las mentes de los adeptos y contrastaría fuertemente
con las austeras iglesias de los protestantes, que habían rechazado la
iconografía, la música (en mayor o menor grado, dependiendo de la secta) o
cualquier representación artística de Jesucristo u
otras figuras bíblicas. En la música, algunas de las figuras centrales fueron
el compositor inglés Thomas Tallis (c. 1505-1585), su alumno William Byrd (c.
1540-1623) y la compositora italiana Isabella Leonarda (1620-1704). En el arte,
la Contrarreforma inspiró las obras de Caravaggio (1571-1610), El Greco
(1541-1614), Gerard Seghers (1591-1651) y Peter Paul Rubens (1577-1640), entre
otros. La arquitectura de las iglesias católicas enfatizaba la grandeza de Dios
y el mensaje elevador del perdón y la redención, al tiempo que dejaba claro el
poder y la preeminencia de la Iglesia en comparación con las iglesias más
modestas de las sectas protestantes.
La
Reforma fomentó los ideales democráticos
Aunque el propio Lutero
habría rechazado el concepto moderno de democracia, el movimiento que puso en
marcha fomentó los ideales democráticos. Las propias obras de Lutero
contribuyeron a la guerra de los campesinos alemanes, en la que la clase más
baja luchó por la igualdad de derechos y la representación en el gobierno, y
los reformadores que siguieron a Lutero fomentaron lo mismo. El reformador
suizo Heinrich Bullinger (1504-1575) abogó por una dirección democrática de la
Iglesia Reformada, y el reformador escocés John Knox (c. 1514-1572) estableció
la Iglesia Presbiteriana de Escocia como una democracia. Dado que los
reformistas protestantes rechazaban la jerarquía de la Iglesia católica, se
inclinaron por una estructura política y administrativa más igualitaria, que
fue codificada por Juan Calvino, cuyas enseñanzas informaron las creencias de
los puritanos y
los separatistas, que finalmente establecieron las colonias
de Nueva Inglaterra en lo que se convertiría en
Estados Unidos. Los Padres Fundadores, aunque no eran puritanos en ningún
sentido, más tarde basarían su forma de gobierno en el gobierno eclesiástico
con el que los colonos estaban más familiarizados. La estructura seguida por
los cuáqueros, que también influyeron en el desarrollo de la democracia moderna
en Estados Unidos, procedía directamente del rechazo protestante a la
jerarquía, lo que fomentaba el idealismo y el gobierno democráticos.
No hay
acuerdo sobre cuándo terminó la Reforma
Aunque las fechas de la
Reforma protestante se entienden generalmente como 1517-1648, no existe un
consenso académico universal al respecto, y algunos estudiosos abogan por una
datación diferente. Hay estudiosos que afirman que el acontecimiento debería
datarse desde la época del activismo de Jan Hus hasta la era preindustrial
(1400-1750) o desde las 95 Tesis de Martín
Lutero hasta la revocación del Edicto de Nantes (1517-1685) porque la
revocación fomentó el éxodo masivo de protestantes de Francia que luego se
establecieron en otros lugares como sectas claramente definidas. Las fechas más
acordadas señalan las 95 Tesis de Lutero
como el inicio y la Paz de Westfalia que puso fin a la Guerra de los Treinta
Años como la conclusión, ya que ese conflicto fue inicialmente alentado por
diferencias religiosas, que la Paz de Westfalia de 1648 trató, en parte, de
resolver.
Conclusión
La Reforma protestante
rompió la unidad y la autoridad de la Iglesia católica, creando una pluralidad
en el cristianismo que no existía antes. Aunque antes había habido las llamadas
"herejías" que desafiaban la autoridad de la Iglesia, estas fueron
aplastadas, y la primacía de la Iglesia se mantuvo siempre. Los conceptos
renacentistas de humanismo, que elevaban el estatus del individuo, así como la
tecnología, como la imprenta, junto con la abierta corrupción de la Iglesia
medieval, se combinaron para desencadenar un movimiento que transformaría el
pensamiento, la cultura y lo que se entendía como "verdad" en Europa.
La académica Ulinka Rublack comenta:
Las reformas
enfrentaron a los europeos con el hecho de que el cristianismo contenía
reivindicaciones de la verdad radicalmente diferentes: entre los protestantes,
entre los protestantes y los católicos, y entre todas estas confesiones y los
cristianos ortodoxos orientales. Esto significó que la historia y los
argumentos de las afirmaciones de la verdad se reconstruyeran y cuestionaran
constantemente. Con el tiempo, esto contribuyó a la aparición de posiciones
intelectuales que reconocen las religiones como sistemas culturales de
significado y exploran sus ideas, tensiones y limitaciones. (3)
Alrededor del año 1500,
la verdad espiritual se entendía como lo que la Iglesia decía que era; cien
años después, la "verdad" era mucho más difícil de definir porque,
como señaló la Iglesia al comienzo de la Reforma, si cualquiera que pudiera
leer la Biblia podía definir la "verdad", entonces ya no había una
"verdad" última que definir. Este aspecto de la Reforma fue
probablemente el más profundo, ya que puso de manifiesto el poder del individuo
para determinar su propia verdad, ya sea en la religión o en cualquier otro
ámbito de la vida, y marcó la transición de los paradigmas medievales de
pensamiento a los de la era moderna.
Preguntas y respuestas
¿Cuáles
son las fechas de la Reforma protestante?
Las fechas de la
Reforma protestante se suelen dar entre 1517 y 1648, aunque se han sugerido
otras fechas.
¿Martín
Lutero tuvo la intención de separarse de la Iglesia católica?
Inicialmente, Martín
Lutero no pretendía separarse de la Iglesia católica. Sus 95 Tesis solo
invitaban a discutir la política de la Iglesia de vender indulgencias.
¿Las
mujeres participaron en la Reforma protestante como líderes?
Muchas mujeres
participaron inicialmente en la Reforma protestante, pensando que se les daría
voz pública e igualdad de derechos. Sin embargo, a medida que las sectas
protestantes fueron formando su liderazgo, las mujeres pasaron a tener un
estatus de segunda clase, a excepción de los anabaptistas.
¿Clavó
realmente Martín Lutero sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg?
La historia de
que Lutero clavó las 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg fue
relatada por su mano derecha, Felipe Melanchthon, años después. Los estudiosos modernos
dudan de que el acontecimiento haya tenido lugar realmente, ya que Melanchthon
ni siquiera estaba en Wittenberg en ese momento.
Bibliografía
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University Press, 2010.
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Rublack, U. The Oxford Handbook of the
Protestant Reformations . Oxford University Press, 2019.
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https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2003/diez-datos-de-la-reforma-protestante-que-debes-sab/
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