sábado, 23 de diciembre de 2017

GREGORIO M. DE GUIJO
DIARIO
1648 - 1664

Se consignan día por día los hechos notables, así del gobierno como de los particulares, dándose puntual noticia de los fenómenos naturales, de las acciones públicas y aun de lo que corresponde a los individuos de más viso. Apuntamientos formados a la hora misma y bajo la impresión de los sucesos, es como un boletín de la ciudad y de la Nueva España, y viene a desempeñar el papel de esa multitud de párrafos que hoy acostumbran nuestros periódicos, para poner al corriente a nuestros suscriptores de cuanto se susurra en la ciudad y en los Estados. Según palabras del Presbítero Bachiller don Gregorio Martín de Guijo.

AÑO DE 1648

Domingo 18 de enero, se publicó la elección de abad de San Pedro, en el Lic. D. Gonzalo Carrillo de la Cerda, abogado de presa del Santo Oficio y capellán del santuario de Nuestra Señora de los Remedios.

Navío de Panamá. Viernes 20 de febrero, vino nueva de Autlán de que se había visto nao de Filipinas; no fué sino de Panamá, que venía a llevar al virrey conde de Salvatierra al Perú; y por haber dos años que no venía nao de China, el dicho conde despachó ésta de Panamá con socorro a aquellas islas, y por capitán de ella a Juan Romero.

Fuego de Acapulco. Por este mes de febrero se prendió fuego en la iglesia de San Nicolás del puerto de Acapulco, y de allí, por hacer viento, pasó y prendió en las casas y se quemó la mayor parte, y mucha hacienda; y de treinta y seis cajones grandes que tenía allí D. Sebastián de Corcuera, gobernador que había sido de Manila y al presente estaba allá preso, sólo se pudieron escapar los seis, y los treinta restantes se abrasaron, y perdió en esta quema dicho Corcuera millares de ducados.

Dedicación de la iglesia de la Encarnación. En 7 de marzo, día sábado, témporas de Cuaresma, se dedicó la iglesia de la Encarnación, que fabricó Álvaro de Lorenzana, su patrón, habiéndose puesto la primera piedra en esta segunda edificación a 18 de diciembre de 1639.

Fuego. Domingo 29 de marzo, en la noche,se prendió fuego en los cajoncillos de las negras, orilla de la acequia real: huno sospechas de que alguno hizo este daño.

Auto del Santo Oficio. Lunes 30 de marzo, celebró el Santo Oficio auto de fe particular, en la iglesia de la casa Profesa, de veintiocho personas. A las siete de la mañana se comenzaron a leer las causas, y duraron hasta las seis de la tarde: uno fue Gaspar de los Reyes (a) fray Gaspar de Alfar, que llamaron "abad de San Antón", por haber administrado los sacramentos y haber dicho mucha cantidad de misas sin tener órdenes algunos. Otro fue Martín de Villavicencio, aquien unos llamaron Martín Droga, y otros Martín Lutero, que fue el famoso Martín Garatuza, por haber dicho misas y confesado diferentes personas sin estar ordenado; otro por haberse casado siendo religioso profeso y sacerdote; por por sospechoso en la secta de Mahoma; otro por dos veces casado; una partera y curandera por sospechosa de pacto con el demonio, y los demás por judaizantes.
     Martes 31, azotaron por las calles a los penitenciados en el auto del día antecedente. Al abad de San Antón, que fue condenado a galeras perpetuas, le dieron trescientos azotes; a Garatuza doscientos, y condenados en cinco años precisos de galeras.

Despacho a Filipinas. Domingo de ramos 8 de abril, se hizo a la vela el navío que se despachó a Filipinas, que había venido de Panamá a llevar al Conde de Salvatierra por virrey. Fueron treinta religiosos dominicos.

Incendio. En 18 de abril a las once de la noche, hubo un incendio en la calle de San Francisco, en las casas que eran de Cuéllar y en otras en que vivía el Dr. de Prado Serna.

Corsario. A 26 de abril, saliendo del puerto de Campeche una fragata para esta Nueva España, que traía valor de cien mil pesos, la varó en tierra un corsario y robó cuanto en ella iba.

Aviso de esquina. Mercedes. A 30 de dicho, vino nueva de que a 25 de él llegó a la Veracruz aviso de España. Vinieron proveídas las cuatro canongías de oposición, y por gobernador de este reino el obispo de Campeche D. Marcos de Torres y Rueda, promoviendo el conde de Salvatierra al Perú. Oidor de Filipinas el Dr. Francisco de Solís, catedrático de prima de cánones, que al presente estaba preso por ser de la parte del Sr. Palafox. Vinieron cédulas de reprensión a dicho Salvatierra y al arzobispo, y multado en mil pesos el asesor del virrey D. Mateos de Cisneros, por los pareceres que dió contra el Sr. Palafox, y otras a los provinciales de Santo Domingo y la Compañía, de severa reprensión, por haber nombrado conservadores en causa remota, y que éstos los absuelva al señor obispo, y que se remitam al consejo todas las bulas que alegan para reconocer si están pasadas por él. La residencia de D. Luís Valdés que fue gobernador de la Nueva-Vizcaya, viene cometida al oidor D. Andrés Gómez de Mora. Vinieron en este aviso proveídas las cuatro canongías de oposición en los sujetos que adelante se menciona,
     Miércoles 13 de mayo de 1648, entre diez y once del día salió de esta ciudad el Sr. Conde de Salvatierra, virrey que fue de ella, y la gobernó desde el 15 de noviembre de 1642 hasta dicho día, que son cinco años y seis meses menos dos días. Fuése a la villa de San Agustín de las Cuevas, de donde salió para el puerto de Acapulco, a 16 de dicho mes, y llevó en su compañía a la señorasu mujer para embarcarse para el reino del Perú, donde va por virrey. Hízose a la vela a 6 de junio de dicho año.

Gobierno del Illmo. Sr. Dr. D. Marcos de Torres y Rueda, obispo de Yucatán, provincia de Campeche. Miércoles 13 de mayo de 1648, después de las cinco horas de la tarde, vino el dicho señor obispo a esta ciudad de México, de la villa de Tacuba, extramuros de esta ciudad, acompañado de todos los señores de la real hacienda, crimen y fiscales, regimiento y nobleza del reino.
     Entraron en carrozas, vía recta por la Calzada de Chapultepec y calle de San Juan, hasta la esquina dl convento de San Francisco, y de allí a palacio. Colgáronse las calles para este efecto, y dadas las oraciones, se encendieron por toda la ciudad luminarias, por mandado de D. Diego Orejón, caballero del orden de Santiago, regidor de esta ciudad y corregidor nombrado de ella por el conde de Salvatierra, e ínterin que S. M. le proveía en propiedad. Respecto de no haber cumplido esta ciudad con el asiento que hizo con S. M. de los millones para los alimentos para la armada real, que gobernó este reino el marqués de Cadereita, armó en el puerto de la Veracruz para guarda de las flotas que de él se despacha. Llegado el señor obispo al real palacio, mostró la real cédula de S. M. y fue recibido por gobernador, y asimismo se abrió un pliego que llegó en el aviso que este mes de mayo surgió en dicho puerto, y en él se halló una real cédula en que S. M. manda al dicho señor obispo no estorbe el viaje al dicho conde, ni le detenga por cualquier causa que se ofrezca; y otra cédula para que no innove en las provisiones de corregidores, alcaldes mayores, justicias, y otros oficios que haya dado eldicho conde, salvo si tuvieren causa para removerlos. El dicho señor obispo llegó a este reino de los de Yucatán, en 24 de noviembre de 1647, y estuvo en dicha villa retirado hasta dicho día de 13 de mayo, que fueron cinco meses y veinte días, donde le alimentaron los dichos condes, y porque hubo nuevas en este reino de haber llegado un navío del Perú a Acapulco, a los 20 de febrero de dicho año, y pareciéndole al dicho señor obispo haber llegado el caso para tomar el gobierno, entró en esta ciudad a 22 de este mes y se aposentó en una casas enfrente de San Agustín, y en ellas estuvo un día y una noche. Habiendo hecho sus diligencias, el día siguiente 23 se le notificó una provisión del real acuerdo para que se volviese a la villa hasta que llegue el caso, y así se volvió luego al punto; y llegando a la huerta donde posaba, halló toda la casa descolgada, y la plata y camas y demás adorno que el dicho conde le había puesto, se trajo a México, y fue necesario buscar nuevo aliño, y con él pasó hasta que llegó el aviso y trajo nueva cédula para que el dicho conde entregase luego el gobierno y saliese para el Perú.

Corregidor. A 15 de dicho mes de mayo de 48, nombró el dicho señor obispo por corregidor de esta ciudad a Francisco de Córdoba, mercader y vecino de ella, persona que sirve la vara d alguacil mayor de corte, por empeño que de ella le hizo D. Nicolás de Bonilla, ínterin que acababa la alcaidía mayor de San Luís Potosí. Y el real acuerdo recibió en él a dicho corregidor y nombró por juez de residencia al Dr. D. Pedro de Oroz, alcalde de corte, para que se la tomase al dicho D. Diego Orejón, y la feneció y condenó, y de la condenación resultó retraerse él y los que habían sido sus ministros en el colegio de San Gregorio de esta ciudad.
     Lunes 18, recibió la ciudad por corregidor al dicho Córdoba, a quién dio el señor obispo la comisión de juez del pulque y de la policía de esta ciudad. El dicho D. Diego Orejón pidió se le volviese su vara de corregidor ínterin que S. M. la proveía, y alegaba la cédula real que está referida atrás; y no habiendo letrado ni procurador que le quisiese ayudar, pidió a la real audiencia los nombrase, imponiéndoles pena para ello, y fue nombrado el Lic. Alejo Félix Salvador, abogado de la real audiencia, y Diego Villagrán por su procurador; los cuales presentaron una petición ante el dicho señor obispo cerca de su petitorio, y visto, los mandaron poner presos en la real cárcel de corte, donde estuvieron tres días, y fueron condenados, el letrado en 200 pesos y el procurador en 100; y continuando el dicho Orejón en su pedimento, el señor obispo remitió los autos, para que diese su parecer a D. Francisco Manrique de Lara, fiscal de la sala del crimen, por enfermedad del Dr. D. Pedro Melian, que lo es de S. M; y habiéndolos visto, pidió se pusiese con los autos un tanto de la cédula real de S. M., que alega el dicho Orejón para poder dar su parecer, y visto por el señor obispo le notificó al dicho D. Francisco Manrique la cédula de suspensión de oficio, que estaba suspensa en el tiempo del gobierno del conde, y notificada luego, publicó la residencia contra dicho conde el Dr. Andrés Gómez de la Mora, oidor de esta real audiencia, a quien S. M. la cometió, y corrieron los términos desde 12 de junio de 48: entre las demás demandas que se le pusieron al dicho Orejón, fue una de los procuradores del señor obispo de la Puebla, D. Juan de Palafox, en que le pide todos los autos y demás papeles tocantes a la averiguación que contra su persona hizo en la dicha Puebla de los Ángeles, de que fue escribano Melchor Juárez, escribano de provincia en esta corte, al tiempo y cuando el dicho señor obispo se ausentó de sus obispado, por los disturbios que se causaron entre sus señorías y los padres de la Compañía de Jesús, sobre pedirles exhibiesen las licencias de confesar y predicar la Cuaresma d 47, y sintiéndose agraviados nombraron dos jueces conservadores, que lo fueron Fr. Juan de Paredes, prior de este convento de Santo Domingo, y Fr. Agustín de Godínez, de dicha orden, y usaron de su comisión desde esta ciudad con auxilios religiosos, prisiones y destierros de clérigos y frailes, y padres de la Compañía, y otras personas, y de la una y otra parte se promulgaron censuras hasta la de anatema, y hubo varios pareceres cerca del uso y ejercicio de dicha conservaturía, y D. Agustín de Valdés, alcalde mayor de dicha ciudad de la Puebla, hizo secuestro de bienes en los del dicho señor obispo y en su prebenda, conque todo el reino universalmente se disturbió, y los inquisidores nombraron comisarios que fuesen a dicha ciudad, e hicieron muchas causas y prisiones en muchas personas, clérigos y seculares. Fueron los comisarios los doctores Cristóbal Gutiérrez de Medina, cura de esta catedral, y D. Miguel de Ibarra, clérigo presbítero, y para efecto de prender al señor obispo y hacer informaciones contra su persona, fue el dicho Orejón con provisión acordada, y lo que escribió se le pide, y se disculpa conque todos los recaudos paran en el dicho señor Melchor Juárez, escribano de dicha causa y de provincia de este reino, secretario que fue de la visita general del dicho señor obispo y su criado; Y procediendo contra el dicho escribano para su exhibición, se retrajo en el dicho colegio de San Gregorio, con que no tuvo efecto la exhibición. Los conservadores obraron desde esta ciudad, promulgando autos públicos por la ciudad, auxiliados por el dicho conde de Salvatierra, sin acuerdo de la real audiencia, que estaba recusada antes de nombrar a los conservadores, y admitió el dicho conde la recusación general en todos y así obraba con provisiones reales por sí solo, con parecer del Lic. Mateo de Cisneros, su asesor. Y a los pregoneros públicos que se hacían en orden  de que ninguna persona obedeciese a dicho señor obispo, ni le tuviese por visitador general, y diesen crédito a los autos y escritos de los conservadores, imponiendo a todos los que lo contrario hiciesen, penas pecuniarias y destierros. Asistían en las plazas y calles con los ministros de la real justicia los padres de la Compañía, y en especial el padre Juan de San Miguel, con notable escándalo del reino: llegó a tanto extremo, que los frailes conservadores suspendieron por sus autos al dicho señor obispo de la visita general, embargaron todos los papeles tocantes a ella, que tenía en la casa donde venía a posar en esta ciudad, y le privaron del uso y ejercicio pastoral d su oficio. Con pretexto de haber incurrido en las censuras y ser inobediente a los mandatos de S. M., dicho señor obispo obró en su obispado fijando a los conservadores por públicos excomulgados hasta la de anatema, y ellos hacían lo mismo en esta ciudad, y las censuras que los dichos ponían en esta ciudad contra el dicho señor obispo, amanecían tildadas con inmundicias y otras cosas indecentes, y públicamente negaban la autoridad de los jueces; y considerando esto el Dr. D. Antonio de Gaviola, fiscal del Santo Oficio, pidió se pusiese el remedio conveniente, por excusar los grandes inconvenientes que amenazaban y la cisma que sembraban, y la dicha petición que presentó en dicho tribunal la remitieron al Sr. arzobispo D. Juan de Mañosca, como visitador de dicho tribunal, y mandó sobreseerla; y volviendo a pedir el dicho fiscal insistiendo en su primer petitorio, lo desterró el señor arzobispo para Orizaba, y estando para irse, le removieron el destierro para el pueblo de Tepozotlán, casa y doctrina de los padres de la Compañía, poniéndole guardas dentro de él, y después de esto el dicho tribunal nombró los comisarios dichos, y fueron a la Puebla, y amparados con los religiosos del orden de San Agustín, posaron en su convento y pusieron sitial en la portería, y obraron prendiendo a muchas personas y remiténdolas a esta ciudad, y en especial a un clérigo presbítero que metieron en ella sobre una bestia de enjalma a la hora del mediodía, con prisiones; y considerando el señor obispo el mal estado de su justicia y no tener recurso a tribunal alguno, se fue sin saber persona alguna de su persona, y dejó nombrado por gobernador de su obispado al Dr. D. Alonso de Salazar Baraona, chantre de su iglesia, y sabiendo en esta ciudad su ausencia, salió de ella el dicho Orejón,como está dicho, y los conservadores, y llegado a dicho obispado, fueron recibidos con repique de campanas y otos aplausos, y obrando en su comisión pretendieron nombrar por gobernador de si iglesia al dicho Dr. Cristóbal Gutiérrez de Medina; y entendido por los prebendados, declararon sede vacante y nombraron provisores y removieron los ministros puestos por el señor obispo, y algunos de ellos se sujetaron a la obediencia de los conservadores, y el deán de dicha iglesia Dr. D. Juan de Vega, fue el que más se extremó, pues salió en su carroza y fue a las puertas de las iglesias donde estaban fijadas las censuras del señor obispo y las rompió, y los jueces conservadores metieron en posesión de sus colegios y licencias de confesar y predicar a los padres de la Compañía, rstituyéndolos por las razones que alegaron; y esto hecho con auxilios despachados por el conde y otras cosas más, y las que Orejón obró quebrantando el convento del Carmen y los rincones de él, con notable escándalo de toda la ciudad, en busca del señor obispo para prenderle, dejando en esta pacificación el obispo a su parecer y en su posesión a los dichos padres, y al cabildo en la sede vacante; siendo contrario a lo que los capitulares habían dicho por escrito en favor de la jurisdicción ordinaria y contra los jueces y dichos padres, se volvieron a esta ciudad, obrando todavía en conservaturía, porque en sus autos reservaban en sí todo lo que conviniese hasta tanto pareciese el señor obispo.

Flota de España de 1647. Estando las cosas en el estado referido, llegó a esta ciudad nueva de la Veracruz, de haber llegado a su puerto la flota de España, y en ella vino nombrado por gobernador de este reino el señor obispo de Yucatán, y por virrey del Perú el dicho conde, sin residencia, y llegadas estas nuevas, cesaron los jueces en sus comisiones, y dentro de pocos días volvió el dicho señor obispo Palafox a su obispado, y no queriéndole recibir en su iglesia dicho deán y el racionero Montesinos, ocurrió ente el dicho conde, y hablándole por alteza, representó lo referido y despachó provisión real de ruego y encargo para que lo recibiesen en su iglesia, y luego la ejecutaron; y aunque los padres de la Compañía parecieron para que se suspendiese la dicha provisión, no hubo lugar de sobreseerla por estar informado el dicho conde del padre maestro Fr. Buenaventura de Salinas y Córdoba, comisario general de la orden de San Francisco, que le desengañó de no estar excomulgado el señor obispo, ni ser legítimos jueces los conservadores. Y así la despachó, y cesaron los padres de la Compañía en todo los que los dichos jueces les habían metido en posesión, y se retiraron los comisarios de la inquisición, y se calló todo con las nuevas del nuevo gobierno. Y asimismo le vino plaza de oidor de las Filipinas al Dr. D. Francisco Solís, catedrático de Prima de Sagrados Cánones en la Real Universidad, que desde los disturbios y principios de ellos estaba preso en la cárcel pública de esta ciudad por mano del dicho Orejón, y sin saber porque orden, y con estas nuevas ni hubo quien librase mandamiento de soltura, porque el virrey decía que no estaba por su orden, los jueces conservadores lo negaban, con que el dicho doctor admitió la plaza y salió libre de la cárcel. Este doctor negó la autoridad de los jueces, y jamás coadyuvó sus escritos, y así por esto como por no querer asistir con el tribunal del Santo Oficio, en el acto que celebró de las honras del príncipe nuestro señor en el convento de Santo Domingo, en que predicaba el dicho Fr. Juan de Paredes, por tenerle por excomulgado, le quitó el señor arzobispo la plaza de abogado del Santo Oficio, y asimismo suspendió al Lic. Nicolás de Escobar, abogado de la real audiencia, y sustituto del señor obispo de la Puebla en su visita, al cual le dio un grave tabardillo, de que dentro de pocos días murió.
     A 30 de abril de 48, vino nueva de la Veracruz de que a 27 de dicho llegó aviso de España, y en él vinieron diferentes cédulas en favor del dicho señor obispo, y corrección al virrey y oidores y al señor arzobispo, y una gran multa al dicho D. Mateo de Cisneros, y mandó S. M. cesar a los conservadores en su oficio y todo lo demás, y recoger sus escritos y remitirlos al consejo, dando orden, caso que suceda otra recusación de audiencia, y como se ha de admitir y a qué tribunal ha de recurrir la parte agraviada, y en ella ha de ser oída y cumplida de justicia.
     Habiendo tomado la posesión del gobierno el señor obispo de Yucatán, proveyó todos los oficios de alcaldes mayores, corregidores, tenientes y justicias del reino, sin embargo de la real cédula de S. M. de que se ha hecho mención.

Día de la exaltación de la Cruz. En 14 de septiembre de 48, la reedificación de la Cruz de piedra en el cementerio de la catedral, y jubileo de las cuarenta horas en ella y procesión de sangre, religiones y cofradías, salió de San Francisco a la catedral por la peste que se temía en esta ciudad, por la que había en el puerto de la Veracruz.
     En dicho aviso de 30 de abril de 48, vinieron proveídas las cuatro canongías de esta catedral, a que se opusieron el año pasado grandes sujetos; son las personas siguientes: en la penitenciaría, el Dr. Pedro Mejía de León, beneficiado que era del partido de San Mateo Texcaliacaque, de este arzobispado, el cual habiendo hecho oposición no le dieron lugar en la calificación, y por tener notocia el consejo de sus letras y oposiciones, se la dieron. En la magistral, el Dr. Juan Hidalgo Barrios, beneficiado d Tenango, de este arzobispado. En la doctoral, el Dr. Juan Díaz de la Barrera, cura de la parroquia de la Santa Veracruz d esta ciudad. En la de escritura, el Dr. Marcos de Portu, originario del obispado de la Puebla, que en prosecución de ella se embarcó y la consiguió.
     Habiendo salido de esta ciudad el conde de Salvatierra, le pusieron graves capítulos ante el dicho señor obispo gobernador, diferentes personas, y entre ellas la iglesia de la Puebla, y visto por el real acuerdo, se remitieron al consejo real.
     Héchose a la vela el dicho conde para los reinos del Perú, procedió el señor obispo de la Puebla contra sus prebendados, en especial los que declararon la sede vacante, y remitió el conocimiento al Dr. Juan de Merlo, obispo de las Honduras y su provisor, y que lo fue el disturbio referido, y fue traído a esta ciudad. Y no procedieron los jueces conservadores contra él en cosa alguna. Prendió a los prebendados culpados, y secuestró sus bienes y prebendas, y los condenó en cantidad de pesos de oro común, por haber contravenido a los autos que ellos mismos hicieron en favor de la jurisdicción ordinaria, y entendido esto por el dicho deán y racionero Montesinos, se ausentaron de su iglesia, y se vinieron a esta ciudad, y posaron en el colegio de San Pedro y San Pablo, de la Compañía de Jesús; y como ausentes,procedió el provisor contra ellos, y sustanciada su causa, los declaró por incursos en 16, V. 17, censuras puestas por el concilio Tridentino; y teniendo de ello noticia, representaron ante la real audiencia por vía de fuerza, y no se atrevieron a determinarlo: Y estando así el dicho D. Juan de Vega, deán y comisario de la cruzada, celebró el santo sacrificio de la misa en cierto día festivo en dicha casa y colegio, y denunciaron de él ante los señores inquisidores, los cuales remitieron la causa al señor arzobispo, y no se determinó ni se hizo diligencia alguna.
     Asimismo pidió el auxilio real el dicho señor obispo a la real audiencia, para proceder contra algunos seglares que habían escrito en su ausencia contra su persona, y se le dio, y especial contra don Agustín de Valdés Portugal, alcalde mayor que había sido de dicha ciudad de la Puebla, y había acabado y vuéltole a dar el conde el recogimiento de Tepeaca; le trajo preso a la dicha ciudad y procedió contra él; y habiéndose hecho muchos autos, el dicho don Agustín se presentó en esta real audiencia por vía de fuerza, y se declaró hacerla, y se mandó traer los autos y la persona para conocer de su causa, y se remitió todo, y llegado a esta ciudad, fue puesto en la casa de cabildo, y dentro de dos días se le dio la ciudad por cárcel, y se iba viendo su pleito.
     Luego que el dicho Francisco de Córdoba tomó posesión de su oficio, mandó por auto que se juntasen todos los regidores de esta ciudad y estándolos todos juntos, exhibieron las protestas que tenían hechas, en orden al apremio que el conde de Salvatierra les hizo para que recusaran al señor obispo de la Puebla, su visitador. Y dijeron muchos lauros y alabanzas de su gobierno, y la mucha cristiandad conque había procedido en su comisión y los beneficios que generalmente hizo a todo el reino, y esto sucedió en los principios de los disturbios referidos. Y hecho en la forma dicha, se remitió todo al dicho señor obispo, que se dice lo remitió a España.

Flota y aviso de 1647. En el aviso y flota con once naos y dos pataches, de 10 de septiembre de 47, le vino la merced de la presentación del obispado de La habana al Dr. Don Nicolás de la Torre, deán de esta santa iglesia catedral, catedrático de prima de Sagrada Escritura en la real Universidad, el cual admitió; había sido canónigo magistral y arcediano.
     En dicho aviso de abril de este año de 48, vino removido de la plaza de comisario general de la cruzada del obispado de la Puebla, el dicho Dr. don Juan de la Vega, y multado en mil ducados; y por comisario al Dr. don Luís de Góngora canónigo de dicha iglesia, y uno de los que fueron traídos a esta ciudad en compañía del Dr. Domingo de los Ríos, asimismo canónigo de dicha iglesia y provisor de él, nombrado por la sede vacante, por ausencia del Dr. Nicolás Gómez, que lo fue por nombramiento del señor obispo en su ausencia; y viendo las violencias de los conservadores, se ausentó de dicha iglesia. Y estando los dos canónigos en esta ciudad, los desterró el dicho conde, y lo estuvieron hasta que volvió a su iglesia dicho señor obispo, que al punto los remitieron sin dar causa ni razón de su destierro.
     A los principios de junio de 1648, mandó el señor obispo gobernador, arbolar las banderas del batallón de esta ciudad, que gobernándola el señor D. Juan de palafox, las levantó; el cual se componía de doce compañías, cada una de más de ciento veinte infantes, de las cuales son capitanes las personas siguientes: Don Pedro Díez de la Barrera regidor de esta ciudad y correo mayor; don Juan de Vera caballero del orden de Santiago, regidor de esta ciudad y tesorero de la real casa de la moneda. Don Cristóbal de la Mota Portugal, secretario de cámara de esta real audiencia, al cual nombró asimismo por sargento mayor de este reino; Don Carlos de Luna y Arellano, mariscal de Castilla, caballero del orden de Alcántara, patrón del convento de San Diego de esta ciudad; don Antonio Alfonso Florés, caballero del orden de calatrava, yerno de don Antonio de Vergara; don José de Montemayor, secretario de cámara de la real audiencia; don Rodrigo Mejía Altamirano, hijo de don Juan Mejía Altamirano, y yerno de Luís de Tovar, secretario del gobierno de esta ciudad; Juan de Echávarri, hombre de muchos dineros, patrón de la iglesia del convento de San Lorenzo de esta ciudad, cuñado de don Luís de Vivero, conde de Orizaba; don Pedro Velázquez de la cadena, hijo de Juan Velázquez de León y yerno del dicho secretario Luís de Tovar, y secretario de gobierno de este reino por muerte del dicho Tovar y heredero del patronazgo del convento de Santa inés de esta ciudad; don Tomás Morán, regidor de esta ciudad; Juan Lozano de Balbuena, maestro de arquitectura y regidor de esta ciudad; hubo muy grandes gastos, y los capitanes daban a sus soldados en los días que marchaban la pólvora que gastaban.

Venida a México del obispo de Oaxaca. En 23 de julio de 1648, entró en esta ciudad el Sr. D. Bartolomé de la Cerda y Benavides, obispo de la iglesia de la ciudad de Oaxaca, valle de Antequera, que viene a averiguar ciertas querellas que dieron en la general inquisición contra cierto señor inquisidor de este tribunal y otras causas: tomó casa enfrente de la iglesia de San Agustín, en la misma que el señor obispo gobernador posó, como se ha dicho atrás. Visitóle todo el reino y la real audiencia y el gobernador, y el señor arzobispo y religiones, y los dos señores inquisidores Dr. Don Francisco de Estrada y Escobedo y Lic. Don Bernabé de la Guerra y Amarilla, lo cual no hizo el Sr. Dr. D. Juan Sáenz de Mañosca; pagó sus visitas a todos, y acabando presentó la carta ordinaria en la inquisición, y vista, el dicho Sr. don Juan Sáenz le recusó y el dicho señor obispo se presentó ante el señor gobernador para que se le diese el auxilio real contra el señor arzobispo, que como visitador de dichos señores, les había notificado no le obedeciesen, y ellos respondían que el señor obispo de Oaxaca asentase su jurisdicción con el señor arzobispo, y asentada le obedecían, y están en estos litigios. Y le visitan algunas personas agraviadas por los inquisidores. Teniendo noticia del señor Dr. don Antonio de Gaviola, fiscal del santo tribunal, de esta venida del señor obispo, vino a la ciudad, y se presentó ante el dicho señor obispo de Oaxaca, y sabido por el señor arzobispo le hizo poner por público excomulgado, por inobediente a sus mandatos; y estando en el convento de San Sebastián, acometió a quererle prender don Fernando de Gaitán, presbítero fiscal de este arzobispado, y se levantó a las horas de las once del día tan gran tumulto de gente ordinaria en defensa del señor fiscal, que se presumió un gran tumulto o estrago, si no acudiera el señor obispo gobernador con guardia de soldados y presencia del sargento mayor a sosegarlos, de donde resultó mandar la real audiencia al dicho señor fiscal se volviese a Tepozotlán, hasta tanto que otra cosa determinase el consejo supremo de la inquisición, y así se fue luego al instante y se sosegó la borrasca.

Flota. A 13 de septiembre de 1648, llegó la flota al puerto de Veracruz, y en ella vino por corregidor de esta ciudad don Gerónimo de Bañuelos, caballero del orden de Álcantara, sobrino de la marquesa de Cadereita, que gobernó este reino; y por gobernador del estado del marqués del Valle, por muerte de Luís Carrillo Alarcón, contador de la real caja de este reino, don Diego valles, caballero, mozo de nobles partes y buen cristiano; por gobernador de Guadiana don Diego Guajardo Fajardo, castellano que era del puerto de..... el cual casó en esta ciudad con la hija de don Fernando de Silva, caballero del orden de Santiago, gobernador que fue de las islas Filipinas en tiempo del marqués de Cerralvo, por muerte del que lo era; por castellano de Acapulco vino el maestre de campo don Gerónimo Manrique, caballero del orden de Santiago; por arzobispo de Manila vino el Dr. Miguel de Poblete Casasola, maestre escuela de la santa iglesia de Tlaxcala, obispado de la Puebla, y uno de los multados y presos por el Dr. Merlo, según se ha dicho; por fiscal del crimen en la de Don Francisco Manrique de Lara, vino el Lic. Francisco calderón romero, y tomó posesión el jueves 8 de octubre, y trae la plaza de juez del estado del Marqués, por ausencia promoción del Dr. don Francisco de Rojas; el Dr. Juan Bautista Muñoz de Zepeda, canónigo de México, por obispo del santo nombre de Jesús en Filipinas.
     Vino en esta flota el padre Andrés Pérez, que fue procurador en Roma.
     En dicha flota vino el Lic. Silverio de Pineda, presbítero domiciliario de la Puebla, a quien envió a Roma el señor obispo Palafox, a la determinación de los disturbios con los padres de la Compañía, y trajo determinada la causa y otras muchas cosas más en favor de la jurisdicción ordinaria y obispado de la Puebla contra los dichos padres, según consta de un traslado de un buleto autorizado por el señor obispo de Cádiz, porque el original se llevó al consejo para su vista, y luego el señor obispo lo hizo notorio al señor obispo gobernador, con que en todo punto cesaron los disturbios de este caso. Asimismo vino en su compañía don Martín de Pamplona, caballero del orden de Santiago a quien el dicho señor obispo envió a la corte para el informe de este caso; trae la alcaldía mayor del pueblo de.... jurisdicción de dicho obispado, por cinco años. Vino el pliego a la Compañía de Jes´s para elección de provincial y rectores.
    En 14 de septiembre murió en el barrio de San Juan, el esclarecido Francisco Muñoz Siliceo, clérigo de singulares virtudes.
     En 17 de septiembre hubo en la Huasteca una gran tempestad de aire, agua y temblor, que corrió muchas leguas, derribando casas, iglesias y sembrados, cerrando los caminos.
     En 25 de dicho se hizo procesión de sangre en México por la peste de que ha muerto mucha gente, y asimismo en Alvarado, Puerto Rico, Campeche y dicen que en Guatemala.
     Por agosto de 48, vino a los vecinos de la Veracruz una incurable peste, que en breves días se asoló toda ella, y duraban las personas tres y cuatro días, y de ella participó la gente de la flota con que obligó al general subirse a la Puebla a casa del señor obispo, que se dice es su sobrino; duró más de cuatro meses; llámase dicho general don Juan de Pujadas yGamboa.
     Lunes 5 de octubre de 48, salió de esta ciudad el señor obispo de Oaxaca para su obispado, sin haber ejecutado su comisión.
     Miércoles 7 de octubre de 48, tomó posesión del corregimiento de esta ciudad el almirante don Gerónimo de Bañuelos, y las comisiones del pulque, caminos, obrajes, carros y carretas y de mulatos libres; se las sobreselló el señor obispo gobernador.

Rector de escuelas Fr. Diego de los Ríos. A 11 de noviembre, el señor obispo gobernador nombró por rector de la real Universidad al padre maestro Fr. Diego de los Ríos, del orden de San Agustín y su confesor, provincial que acababa de ser de dicho orden, y asimismo nombró conciliarios, quitando a los que eran su derecho de nombrar rector y conciliarios.

Navío de permiso. En este mes de noviembre llegó a la Veracruz un navío de permiso con gran mercadería de Castilla, y trajo por nuevos ciertos disturbios que algunos grandes de la corte de S. M. habían causado perdiéndole el respeto, y asimismo que había llegado la flota que despachó el señor obispo gobernador, libre de las manos del enemigo holandés y portugués, en que venía por general don Pedro Vélez Medrano, del hábito de Santiago, general que fue de la armada real de Barlovento de este reino, año de 1646, persona que estuvo en este reino en tiempo del dicho conde de Salvatierra, y su mujer e hijos dejó en la Villa de Atlixco, jurisdicción de la Puebla: que habiendo pretendido la plaza de castellano de Acapulco, no se la dieron, y se pasó al portugués, y se quitó el hábito de Santiago y se puso el de Cristo. Y así vino cédula de S.M. para que se trajese a su mujer e hijos a esta ciudad, y se remitiesen a los reinos de Castilla con toda comodidad, y en su cumplimeinto despachó al señor obispo gobernador a Francisco de Córdoba, alguacil mayor y juez del pulque y de la policía, para que la trajese, y la trajoy tiene en su casa con todo respeto hasta que llegue el despacho de la flota. Y en el dicho navío vino un pliego intitulado por la real audiencia.

Capítulo de San Francisco. Provincial Fr. Alonso de Lima. Miércoles 8 de diciembre, día de la Concepción de Nuestra Señora. Gobernando este arzobispado el Illmo. Sr. Don Juan de Mañosca, arzobispo de él, se abrió en su catedral la capilla de los plateros, y fue muy solemne la fiesta.Predicó el Dr. Don. Cristóbal Gutiérrez de Medina, cura del Sagrario, y se colocó la imagen de plata, y hubo jubileo toda su octava, y cantaron todo él la salve los prebendados, y hubo gran concurso de gente.

Aviso de Filipinas. Miércoles 9 de diciembre, llegó correo a esta ciudad a las once del día, de haber visto una vela en la carrera de Filipinas, y haber saltado el gentilhombre en tierra: fue grande la alegría, y se regocijó con repique general de campanas por haber dos años no se sabía de las Filipinas.
     Martes 15 de diciembre, tuvo cartas el señor arzobispo de como había llegado el conde de Salvatierra, a 22 de julio, al Callao, y hubo repique general de campanas en todas las iglesias de esta ciudad.

Vicario provincial de San Agustín. Martes 29 de diciembre de 1648, se juntaron en el convento de San Agustín de esta ciudad los definidores, y eligieron por vicario provincial al padre Fr. Diego Pacheco, prior que era de dicho convento; y el dicho, en conformidad de sus constituciones, eligió por prior y en su lugar al padre Fr. Diego de Toledo, ambos castellanos, por ser este trienio de los de España.
     Este año se han gastado en México ochenta mil carneros en la carnicería y otros tantos en el rastro.

BIBLIOGRAFÍA

Gregorio M. de Guijo, Diario, 1648-1664, edic. de Manuel Romero de Terreros, México, Porrúa, Colecc. de Escritores Mexicanos n° 64, 1986, 2a edición.

García Icazbalceta, Joaquín, Colección de documentos para la Historia de México, México, Porrúa, 1980, t. 1.


(Continuará...)































No hay comentarios:

Publicar un comentario

  El beaterio de San Antonio (collación de San Vicente, Sevilla). Siglos XVII-XIX”   “Jamás en la vida encontraréis ternura mejor   ...