SICILIA
Y
SUS
CIUDADES
Sicilia es una
isla con un gran patrimonio y con un montón de lugares de interés. Pero también es una isla grande en
dimensiones, en número de localidades y en número de habitantes. De entrada, te
diremos que las distancias en Sicilia engañan mucho, y que hay más cosas para
ver de las que te imaginas y de lo que tu tiempo de viaje te pueda permitir. Basándonos
en nuestra
propia experiencia de viaje, y como aperitivo siciliano, nos hemos atrevido a
escribir esta completa guía de viaje por las ciudades más importantes de Sicilia para visitar. Disfruta
de estas visitas
imprescindibles que todo viaje por la isla más grande del
Mediterráneo debe incluir sí o sí. Buon viaggio!
Índice de contenido
Los kilómetros
cuadrados y las distancias entre las principales ciudades de
Sicilia son un dato que hay que tener muy en cuenta a la
hora de planificar una ruta en coche por Sicilia. Te
adelantamos que yacimientos arqueológicos, Etnas, playas e islas aparte,
las ciudades sicilianas podrían ser
motivo de un viaje específico a la isla. Para ponerte en situación, echa
un vistazo al siguiente mapa:
Para visitar los pueblos con encanto, más reseñables y
las ciudades más turísticas, vas a necesitar más de una semana de viaje. Da
igual que vayas con tu propio coche o en transporte público. Incluso andarás
justita/o con dos semanas. A ver, no te queremos agobiar, pero queremos ser
realistas y sinceros contigo. Sicilia es muy grande.
Más allá de las
dimensiones de la isla y de las enrevesadas carreteras, para ponerte en tesitura,
te diremos que Sicilia tiene más de 5 millones de habitantes.
Aunque parezca mentira, Sicilia es una de las regiones más pobladas de Italia. Este dato, íntimamente ligado al número de ciudades y
pueblos relativamente grandes de la isla, es algo que nos sorprendió muchísimo.
Dicho esto, te abrimos ya de par en par las puertas a un recorrido turístico
por las ciudades imperdibles de Sicilia y su
accidentada geografía. Andiamo!
Sicilia está llena de sorpresas
Palermo:
la caóticamente encantadora capital de Sicilia
La capital de Sicilia es
la personificación del más absoluto de los caos. Tráfico horroroso, mercados
callejeros donde se venden productos a grito pela’o, zonas
degradadas y suciedad, bocinazos y ruido, motocicletas que te adelantan por
sitios inverosímiles… Todo parece negativo hasta que le pillas el tranquillo. Palermo
es una ciudad con muchos atractivos, una ciudad con mucho encanto.
Palermo es un maravilloso caos
Para comprobarlo,
basta darse un paseo por la zona peatonal que va desde el Teatro Massimo hasta
la plaza octogonal de Quattro Canti, punto donde cuatro espléndidas
fachadas barrocas hacen confluir con parsimonia las principales arterias de la
ciudad.
La plaza octogonal más famosa de Palermo,
¡y de Sicilia!
Es una ciudad en
la que el aire barroco serio de muchos emblemáticos edificios contrasta con la
elegancia y delicadeza de otras obras, por ejemplo la impresionante Fontana Pretoria,
una enorme fuente también conocida en su día (por las escenas que en ella se
representan) como ‘fuente de la vergüenza’.
¿”Fuente de la vergüenza”? No es para
tanto…
Palermo es una
ciudad que se puede recorrer perfectamente a pie. Todo queda a mano: la
catedral, el palacio de los normandos y su capella palatina, Porta Nuova… la Palermo
monumental es
una maravilla que engancha a todo tipo de viajeros.
Hablando de
experiencias que enganchas: no dejes de darte una vuelta por el caótico mercado de Ballarò, lugar singular y lleno de vida
donde los haya.
El Mercado de Ballarò sigue latiendo con fuerza en
el centro de Palermo
Y por
supuesto, sus innumerables iglesias, entre las que destacamos la concatedral
de Santa Maria dell’ Ammiraglio, popularmente
conocida como iglesia de La Martorana. Reserva
algo de tu tiempo para visitar el interior de este discreto templo, que por
fuera no dice nada, pero que con sus infinitos frescos bizantinos pintados en
el techo consigue hacer sombra incluso a la propia catedral de Palermo.
Discreta por fuera, impresionante por dentro. Así
es “La Martorana”
Ni se te
ocurra mover el coche para visitar Palermo en un día.
Apárcalo tranquilamente y captura la esencia de la capital de Sicilia dándote
un paseo desde el centro hasta la zona del puerto deportivo.
Si tienes
hambre, no dudes en hacer una parada en la terraza de Franco u Vastiddaru, donde preparan unos arancini y otras especialidades locales que están
de muerte. El street food palermitano
acabará por conquistar tu estómago.
Franco u Vastiddaru es uno de los sitios más
conocidos para comer streetfood en Palermo
Para
terminar el recorrido por los principales lugares de interés en Palermo,
te recomendamos hacer la digestión caminando por Villa Giulia, los jardines de una antigua villa romana
convertidos hoy en un parque público, frente al paseo marítimo, junto al jardín
botánico de la ciudad.
Los jardines de Villa Giulia están decorados con
esculturas y la Fontana del Genio di Palermo
No te preocupes ni
te dejes llevar por la primera impresión de Palermo. Es una ciudad a la que
solo le basta una mañana para hacerte pasar del odio y el estrés al
enamoramiento más profundo. Palermo, con sus casi setecientos mil habitantes,
es así.
Catania:
belleza gris y barroca a los pies del Etna
Catania es
la segunda ciudad más poblada de Sicilia tras
Palermo. Sus más de trescientos mil habitantes y una extensa área metropolitana
la convierten en una señora urbe al este de Sicilia. No te asustes.
Las ‘grises’ arterias principales de la
ciudad desembocan en la Piazza del Duomo
Si la primera
sensación en Palermo puede rozar lo desquiciante, el primer contacto con
Catania bien podría calificarse como ciertamente gris y oscuro. Largas calles
adoquinadas, edificios que denotan dejadez, fachadas oscuras y zonas
prácticamente en el centro de la ciudad, de aspecto muy degradado, donde la
suciedad y el anti-urbanismo campan a sus anchas. Lo más alucinante es que tras
la tenebrosa fachada de algunos edificios que pueblan estas grises arterias, se
esconden reliquias como el teatro grecorromano de Catania. Así, como sin darle demasiada
importancia.
Visto el edificio por fuera, jamás
imaginarías sus dimensiones
La transición y
cara amable de Catania comienza alrededor de la Piazza del Duomo,
una plaza rectangular donde evidentemente destaca la catedral de Santa Ágata,
barroca donde las haya.
Barroco del bueno
Pero el
protagonismo también se lo lleva la fontana dell’Elefante, símbolo de la ciudad, y
la fontana dell’Amenano, en un lateral que da paso al
bullicioso mercado de pescado de la ciudad.
Merece la pena
subirse a la terraza y a la cúpula de la iglesia de la Badia de Santa
Ágata, ubicada en un lateral de la catedral, desde donde
acertarás a comprender por qué la ciudad de Catania mira siempre de reojo, con
cierto temor, al volcán Etna.
Catania siempre mirando al Etna
Catania es una
ciudad que entre erupciones volcánicas y terremotos, como el de 1693, ha tenido
que resurgir de sus cenizas, nunca mejor dicho, en al menos siete ocasiones. La
moral, el tesón y el orgullo de los catanese está
fuera de toda duda. Es el precio que hay que pagar por vivir en las codiciadas
faldas del volcán en activo más grande de Europa.
Terraza de la iglesia Badia di Santa
Agata
Incluso el
entramado urbanístico de Catania se ha ido modificando y optimizando a lo largo
de los años, en base a las catastróficas experiencias, con el objetivo de
prevenir posibles nuevos escenarios no deseados. Una de las principales
arterias comerciales de la ciudad es la Vía Etnea, una
moderna línea recta que parece querer rendir homenaje al misterioso volcán
Etna.
Una de las arterias principales y más
modernas de la ciudad
Recorriendo esta
amplia y luminosa arteria, casi por accidente, es posible descubrir los bellos
edificios de la plaza de la Universidad de Sicilia, el anfiteatro romano de
Catania y el parque y los jardines Bellini.
La vía Etnea cruza por esta luminosa
plaza universitaria
Gastronómicamente
hablando, te recomendamos perderte por Santa Filomena,
una zona trendy y alternativa que se ha puesto de moda en
la ciudad, con numerosas terrazas, vinotecas, y pequeños restaurantes coquetos donde probar vinos y especialidades
locales, por ejemplo, la famosa carne de caballo (cavallo en
italiano).
Un barrio de Catania que se ha puesto de
moda para comer
Sin olvidar la
visita al peculiar castillo Ursino, la florida y adoquinada cuesta de
la vía Antonino di Sangiuliano, y el arco de San Benedetto,
que nos planta junto a la altiva iglesia de San Francisco de Asís.
El curioso castillo es ahora un museo
Catania es una
urbe con luces y sombras. Si la zona de la piazza del Duomo y la vía Etnea
conforman la luz de la Catania más turística, estaríamos tentados de decir que
las sombras de la ciudad se ciernen sobre el entramado de grises arterias
erigidas en honor a Vittorio Emanuele y Giuseppe Garibaldi.
Dime qué balcón tienes… Y te diré quién
eres
Señoriales edificios y destartalados palacios se afanan
en destacar ante la mirada del viajero, pero esta zona de la ciudad requiere de
una profunda mirada, llena de comprensión y paciencia. Es la única forma de
lograr admirar el patrimonio barroco que atesora.
Semejante obra de tantos siglos de antigüedad…
Ahí, como si nada…
Reinventada una y
otra vez ante las perrerías del Etna, Catania es una ciudad que ofrece más
luces que sombras, con sitios más luminosos y mejor ‘alumbrados’ que otros.
Confiemos en el tesón y criterio de las y los catanese para
ligar de forma adecuada los diferentes emplazamientos turísticos de la
ciudad.
Siracusa (y Ortigia): sabor
salado a la Antigua Grecia
Más allá del Valle de los Templos y de otros
importantes yacimientos arqueológicos de la isla como Segesta, probablemente
Siracusa sea la ciudad de Sicilia que más suena y sabe a la Antigua Grecia.
Curioso y emblemático monumento en
Siracusa
A ello contribuye
especialmente el Parque
Arqueológico de Neapolis, una visita ‘must‘ para los amantes de la Historia, un laberíntico
recorrido por una ciudad horadada en la piedra, con su espectacular teatro griego, su anfiteatro romano y la famosa ‘oreja de Dionisio‘.
Ortigia,
la isla-fortaleza de Siracusa
Pero si hablamos
de Siracusa, tenemos que hablar de la preciosa isla de Ortigia, un islote conectado por medio de dos
puentes a la parte continental de la ciudad, que se ha convertido en la
referencia turística de este antiguo centro cultural de la Grecia clásica.
Uno de los dos puentes para cruzar a la
isla de Ortigia, la parte más bonita de Siracusa
Ortigia fue el germen de
Siracusa, una pequeña
península convertida en ciudad fortificada que esconde un sobresaliente
patrimonio en sus reducidas dimensiones.
Puerta de acceso a la ciudad amurallada
de Ortigia, la parte más bonita de Siracusa
Rodea el perímetro
de la isla para descubrir las ruinas del templo de Apollo, la curiosa Fonte di Aretusa y el castillo Maniace, reservado ahora para fines militares.
Las ruinas de lo que debió ser el
grandioso templo erigido en honor a Apollo
Una curiosa fuente-pozo frente al mar
Callejeando sin rumbo fijo, tendrás grandes
probabilidades de dar con la coqueta playa de aguas cristalinas que se extiende
al pie del conjunto amurallado.
Una
pequeña playa con encanto frente al mar Jónico
Y con la Piazza del Duomo,
un lugar donde admirar en vista de 360 grados el enorme patrimonio del que
hablamos.
Una plaza rectangular de ensueño
En esta plaza se
encuentra la catedral o Duomo de Siracusa, así como la iglesia de Santa Lucía alla
Badia, que esconde en su interior una de las pinturas más
bellas y representativas del pintor Caravaggio.
El Duomo di Siracusa está en Ortigia
El entierro de Santa Lucía es un cuadro del pintor
italiano Caravaggio,
de 1608. Fue pintado después de su huida
de Malta a Sicilia, y muestra a la santa momentos antes de
ser sepultada en una fosa, un tema menos representado en la pintura que otros
como el martirio de santa Lucía.1Se
encuentra en la Basílica de Santa Lucía del Sepulcro (Basilica di Santa Lucia al
Sepolcro) en Siracusa (Italia).
Por último, no
olvides perderte por el barrio judío de Ortigia, un entramado laberíntico
de calles estrechas que en su día fue convertido en gueto, pero que hoy se ha
transformado en una zona muy tranquila y agradable para pasear.
Rincones coquetos a raudales en la
antigua judería de Ortigia
Es un bello y estrecho caos engalanado con restaurantes
con encanto y con antiguas casas y patios donde destacan flores, plantas,
bicicletas y otros mil detalles.
Fuente-escultura en el centro de Ortigia
Yacimientos arqueológicos aparte, Ortigia es sin duda la
perla de Siracusa.
La piazza del Duomo
si Siracusa es impresionante
Ragusa: la ciudad más bella y
aguerrida
Ragusa es la capital de la provincia del mismo nombre,
tras arrebatarle protagonismo ancestral a su vecina Módica, otra de las grandes
localidades del sureste de Sicilia. Como supondrás, el pique entre ambas
ciudades es y será, para siempre, eterno.
Ragusa Ibla y Ragusa Alta desde la
carretera
Ragusa es otra de
las ciudades de Sicilia que más sufrió las
consecuencias del devastador terremoto que asoló la isla en 1693.
Ragusa Ibla parece sacada de un cuadro de
dibujos animados
Encaramada en la
loma de un profundo cañón en la zona de los Montes Ibleos, gran parte de la Ragusa primitiva fue
completamente destruída.
La humilde capilla que sobrevivió al
terremoto
Así, especialmente
a partir de aquel fatídico día se diferencia claramente entre Ragusa Ibla (Ragusa
‘La Vieja’, la que más sufrió el terremoto), y Ragusa Nueva o Ragusa Alta,
construida a posteriori en la parte alta, sobre la meseta del cañón, siguiendo
ya directrices urbanísticas más seguras y mejor pensadas, orientadas a paliar
los efectos de posibles nuevos desastres.
Ragusa Alta, la zona más “nueva” de
Ragusa, está enclava en la parte alta del cañón
El desnivel entre la parte nueva y la parte vieja de la
ciudad es tal que se aconseja empezar la visita en la parte alta, que no tiene
demasiado para ver (en comparación con la parte vieja) pero que ejerce de
atalaya perfecta para divisar la grandeza de Ragusa Ibla.
La panorámicas desde las escaleras es
sobrecogedora
Ragusa Ibla: la parte más antigua de la ciudad
De hecho, el
recorrido más habitual es el de dar con la iglesia de Santa María de las
Escaleras, y descender desde allí las interminables y empinadas
escaleras, llenas de improvisados miradores, que conectan las dos partes de la
ciudad.
El punto de partida para descender desde
Ragusa Alta a Ragusa Ibla
El recorrido a la
inversa puede ser motivo de un desmayo o una insolación de campeonato.
No ir
para arriba. Siempre para abajo…
Menos mal que hay un autobús urbano, muy recomendable,
que conecta ambas partes de la ciudad por 1,30€.
La
clásica estampa, la más fotografiada, de Ragusa Ibla
En Ragusa Ibla hay
que destacar el entramado de calles estrechas, miradores, iglesias barrocas y
bellos palazzos que siembran de nobleza esta hermosa
parte de la ciudad vieja.
Bello
palacio en el centro de la piazza del Duomo
La catedral de Ragusa, el duomo di San Giorgio,
también tiene sitio en esta parte de la ciudad, asentada sobre una peculiar y
empinada plaza rectangular.
Fue reconstruida tras el terremoto de
1693
Impresionante órgano del Duomo di San
Giorgio
Como curiosidad en
la parte baja de Ragusa Ibla, cabe destacar una pequeña capilla –que
pasa inadvertida- y la puerta de San Jorge, de estilo gótico, los
dos únicos rincones de la antigua Ragusa que aguantaron los embates de aquel
terremoto cuya fecha ningún ragusiano olvida.
La única puerta de la ciudad antigua que
sobrevivió al terremoto
Contemplar desde
el fondo del cañón, a los pies del alegre río que circula por él, el remolino
de casas de Ragusa Ibla que se aferran a la forma y geología de la montaña,
buscando protección en altura, es un espectáculo solo comparable al desnivel
existente con la parte nueva de la ciudad. Sin duda, Ragusa obtiene el
premio a la localización más excéntrica y atrevida entre las ciudades de Sicilia.
Aparentemente pequeño e inofensivo río.
Por si acaso, está bien encauzado.
Trapani:
salinas y aires vintage en una ciudad de confluencias
Probablemente una
de las ciudades ‘sorpresa’ de nuestra ruta en coche por Sicilia.
El encanto de Trapani comienza a las afueras de la ciudad, en sus conocidas
salinas situadas frente al mar, otrora gran fuente de riqueza para la zona.
Montañas de sal y los característicos
molinos de viento
Con parcelas inundadas coronadas por
pequeños molinos de viento, hoy en día las salinas se pueden visitar, por libre
o de forma guiada.
Desde esta zona es posible contemplar
uno de los atardeceres más bonitos de Sicilia. El lugar tiene magia. Romántico
a más no poder.
Hace una cena romántica?
Sin embargo, la
gracia y el salero de Trapani no reside solo en las salinas, sino que el
aire vintage y ciertamente decadente de esta ciudad
también tiene su gancho.
Posee un centro
histórico muy coqueto, con la calle Vittorio Emanuele como máxima exponente de
una arquitectura donde se apelotona la catedral de San Lorenzo y
numerosas iglesias y palacios que vivieron épocas mejores.
Catedral
de San Lorenzo el Mártir en el centro de Trapani
Trapani es una
ciudad que mira de frente al viajero, que no sabe dar la espalda al mar. Prueba
de ello es el paseo perimetral por su muralla defensiva, llamado ‘Muro de la Tramontana‘,
en la parte norte de la ciudad.
La “postal” más conocida de Trapani:
casas de colores, muralla y playa
Desde la antigua
lonja de pescado hasta la torre-bastión de Ligny, con alguna que otra
incursión perfecta para el street photography, las casas y fachadas de colores nos
traen recuerdos y aires de un viejo y romántico Mediterráneo.
Ronda de la muralla marítima en Trapani
Entre calles con paredes desconchadas
donde los aparatos de aire acondicionado pelean por hacerse un hueco con la
ropa tendida y los indomables cables de luz, la vida discurre con parsimonia en
las calles de Trapani.
El alboroto y
griterío de tinte teatral se reserva para la nueva lonja de pescado, junto al
bullicioso y sucio puerto pesquero de la ciudad. La zona nueva del puerto se
reserva para el transporte de mercancías y los ferries, que cruzan mayormente a
las islas Egadas, con la isla de Favignana como
destino principal.
Género fresco, griterío y buen humor
reinan en este mercado
Una de las cosas que te sacará la
sonrisa en Trapani es ver a señoras mayores que tiran desde su ventana o balcón
de una cuerda, que a modo de polea artesana y coronada por una pequeña cesta,
les ayuda a subir el pan y la compra del día, también el correo, hasta casa. En
muchas viviendas antiguas, incluso en palacios de varios pisos, al no haber
posibilidad de instalar ascensores, las escaleras son un impedimento para la
gente mayor. Este curioso mecanismo y salvoconducto no lo vimos en ninguna otra
de las ciudades de Sicilia que visitamos.
Tradiciones locales auténticas
Trapani is different. Esta
ciudad del oeste de Sicilia tiene un punto de confluencia canalla muy
interesante, que mezcla lo más típico del sur de Italia con su cercanía con África.
Esto se nota
especialmente en la gastronomía local, donde no te puedes ir sin
probar el típico cuscus de pescado. Personalmente, te recomendamos
probarlo, junto con otras especialidades de pasta como los busiate con pesto alla
trapanese, en el pequeño, discreto y coqueto restaurante Trattoria
del Corso.
Un plato local delicoso
Sin olvidar los
famosos granizados artesanos de Colicchia, un acertado
chivatazo de nuestros amigos de SaltaConmigo. Grazie mile!
Famosos y deliciosos granizados artesanos a 3€
Noto:
el jardín de piedra más bello de Sicilia
De entrada, es
significativo que Noto sea conocida y reconocida como ‘el jardín de piedra’.
En este próspero y fértil ‘jardín’ del sureste de Italia, florecen nada más y
nada menos que 15 palacios y 50 iglesias y templos
religiosos.
La
Iglesia y Noto. Noto y las iglesias.
Pocas veces verás una calle principal
de una ciudad con tanta concentración de iglesias, basílicas, edificios y
monumentos de tanta relevancia.
Palacio Ducal de Noto.
Barroco-barroquísimo.
Noto vive rodeada de un aire barroco y
narcisista que ninguna otra ciudad de la isla conseguirá tener nunca. Parece
mentira que una localidad relativamente pequeña (poco más de 10000 habitantes)
tenga un patrimonio tan reseñable y tan concentrado.
Noto
tiene más de 50 iglesias y monumentos religiosos
Tal es así que la
UNESCO no ha dudado en utilizar el nombre de Noto como cabecera para declarar
como Patrimonio de la Humanidad el conjunto de “Ciudades del barroco tardío de Val di Noto”. Entre las ciudades más conocidas que
se encuentran en este conjunto UNESCO están la propia Noto, Catania, Módica,
Ragusa y Scicli, entre otras.
El Duomo di Noto, uno de los símbolos de
la ciudad
Noto es una ciudad
que cobra especial vida a la tarde-noche, cuando la luz del atardecer empieza a
iluminar los adoquines de la calle Corso Vittorio Emanuele y viste de un color dorado muy
especial las fachadas barrocas de sus bellas iglesias y monumentos.
En Noto,
todo gira en torno a la arteria adoquinada de Corso Vittorio Emanuele
La magia en Noto
surge al atardecer: las terrazas se llenan y los turistas comienzan a desfilar
bajo el Arco del Triunfo (también conocido como Porta Reale).
Porta
Reale, también llamada ‘Arco del Triunfo’
Los más curiosos
suben a la cúpula de la iglesia de San Carlos y los foodies se
agolpan en enotecas donde sirven vino y embutidos de la zona.
Calles
adoquinadas, terrazas y turisteo
La belleza de Noto
abruma. Llegará un momento en el que no sabrás qué iglesia de todas tiene
condición de duomo; a qué santa o santo venera el templo
que acabas de visitar; de qué siglo eran los frescos que la iglesia de Santa
Chiara en su interior.
Luminoso
interior de la Iglesia de Santa Chiara en Noto
Noto es una ciudad que vive a lomos de
un turismo que busca la belleza barroca sin renunciar a las comodidades
modernas. Para gustos, los colores de Noto.
Tiendas de souvenirs y terrazas ubicadas en palacios
con unas entradas y unos soportales de alucinar. Hay severos contrastes que
solo tienen sentido en Noto, y por extensión, en Sicilia.
Tienda.palacio
con una fachada imponente. Así es Noto.
Abruma y confunde,
pero te aseguramos que nunca olvidarás el paseo al atardecer por la ‘Milla de Oro de Noto’.
¿Te hace un viaggio?
Scicli:
el elegante lugar de aventuras del comisario Montalbano
Si eres seguidor
de la serie ‘El Comisario Montalbano’, probablemente te suene el nombre de
‘Scicli’.
¿Te
suena?
Uno visita esta
localidad (de nombre difícil de pronunciar) con la idea de que es un pueblo
relativamente pequeño, pero basta con elevarse hasta el mirador e iglesia de San Mateo para
comprobar que las dimensiones de Scicli engañan bastante.
Desde
arriba, Scicli no parece tan pequeño
Enclavada en una pequeña llanura que
parece estar hecha a medida para la ciudad, diferentes cañones y carreteras
parecen confluir con inusual acierto en esta localidad de aire campechano donde
se sitúa la famosa comisaría de Montalbano.
Los
barrios altos de Scicli
Imprescindible
pasear por el coqueto y agradable centro de la ciudad, admirar el Palazzo Beneventano y subir por la
tortuosa cuesta (de piedra muy desgastada) que conduce al mencionado mirador.
Las vistas recompensan.
Impresionantemente
abrumadora la fachada de este bello ‘palazzo’Calzado adecuado y mucho ojito,
que resbala mucho
Para los amantes
de la buona vita, siempre será una buena idea tomar algo en
una de las múltiples terrazas que dotan de especial vida a la ciudad.
Terrazas
y buena vida en el centro de Scicli
O cenar una pizza
junto al río en Osteria del Ponte, un buen
restaurante que nos recomendó una pareja de locales.
La pizzeria tiene unas terrazas junto al
río
El Comisario Montalbano es un tipo
listo. Viejo zorro, eligió una localidad tranquila, donde se respira calidad de
vida, como base de operaciones.
En lo
alto, la iglesia y mirador de San Mateo
Seguro que tras visitar Scicli, no te
importará ayudarle a resolver sus casos durante algún tiempo.
Nosotros mataríamos por un contrato en
prácticas para seguir descubriendo junto a él los rincones secretos y las
historias de la amable gente que vive en este bello municipio de la provincia
de Ragusa.
La subida es dura, pero las vistas
merecen mucho la pena
Taormina:
historia y luminosidad frente al mar Jónico
‘Luminosidad’ es
la palabra que mejor define a Taormina. El aire barroco y serio de muchos
monumentos que veremos en otras zonas y pueblos bonitos de Sicilia,
muta aquí a colores blancos y luminosos que armonizan con los colores del mar
Jónico, y que salvando las distancias, recuerdan a algunas ciudades de la Toscana.
Taormina
es una población luminosa donde las haya
Taormina es una ciudad relativamente
pequeña, turística como pocas, afanada en digerir -como puede- las hordas de
turistas que recibe cada día, prácticamente durante todo el año.
La afluencia de visitantes
a esta urbe de origen griego encaramada a un cerro imposible está más que
justificada. Taormina es uno de los pueblos más bonitos de Sicilia.
Buenas
vistas, ¿no?
Tiene tantas cosas
a las que prestar atención concentradas en un reducido espacio, que
probablemente pases por alto el Teatro Odeón, un teatro romano que permanece
escondido tras la iglesia de Santa Caterina. Triste pero cierto,
porque el principal foco de atracción turística lo constituye el teatro greco-romano de Taormina,
icono inequívoco de la ciudad, y uno de los monumentos más reconocidos de
Sicilia.
No hay
duda. Una obra monumental en un escenario natural grandioso.
Personalmente, quizás por las altas
expectativas que nos habíamos generado en nuestra mente, la visita a este importante
yacimiento arqueológico nos decepcionó parcialmente, quedando más impresionados
con los teatros de Catania y de Segesta.
Los
antiguos teatros reconvertidos… ¿pierden o ganan?
Probablemente tenga mucho que ver en
esta opinión subjetiva la cantidad de gente con la que nos topamos, y el hecho
de visitarlo por nuestra cuenta, sin audioguía.
Hay que resaltar que el teatro de
Taormina se utiliza en verano como escenario de espectáculos y actuaciones
artísticas, con toda la parafernalia que ello conlleva, por lo que si puedes ir
fuera de temporada, mucho mejor.
Menos mal que al
bajar del teatro nos sacudimos parcialmente la decepción a golpe de un
riquísimo arancino di melanzane comprado en uno de los
millones de ‘chiringuitos’ (léase foodtrucks, puestos de helados, bares,
cafeterías, restaurantes, etc.), ávidos de incautos turistas -como nosotros-.
Arancino di Melanzane en Taormina
Volviendo a las
sensaciones positivas y a la luz de Taormina, quizás parte de esa luz natural
que recibe y proyecta Taormina en sus calles y edificios tenga que ver con la
proximidad al volcán Etna. Si Catania mira al Etna de frente,
Taormina también vigila de reojo las constantes fumarolas de este cono volcánico
de dimensiones colosales.
Un gran
coloso con un enorme cráter perfectamente apreciable
Cruzar Taormina de
extremo a extremo es una tarea sencilla, rápida y visualmente muy agradable.
Solo hay que seguir el discurrir de la bella calle peatonal corso Umberto, desde Porta Catania a Porta Messina.
Una de
las dos puertas principales de acceso a la ciudad
La dirección en la
que efectúes este recorrido es totalmente secundario. La cantidad de tiendas de
souvenirs y el fashion shopping oportunista desvirtúa algo el
paseo, pero las callejas, escaleras, casas de aire nobiliario y patios que
salpican los laterales de la calle principal nos recuerdan a una antigua y
esplendorosa Taormina.
Un duomo
muy sencillo y humilde. ¿No te recuerda mucho a la zona de Croacia?
Existen dos
grandes puntos de referencia en la trama urbana de la ciudad: la plaza donde se
erige el sencillo Duomo di Taormina, junto a una coqueta fuente de
cuatro caños, ambas de un color blanco resplandeciente; y la piazza IX Aprile (plaza
9 de Abril), a la que se entra por un magnífico tercer arco o puerta, y donde
la belleza y luminosidad de Taormina suben de nivel; al igual que el poder
adquisitivo de los turistas más pudientes que deciden sentarse en las caras
terrazas de la plaza. Tengas el bolsillo que tengas, siempre podrás asomarte a
esa enorme balconada hacia la bahía Giardini-Naxos y el Etna, un auténtico
regalo para los sentidos.
Balconada
a la bahía Giardini-Naxos desde Taormina
Por cierto,
Taormina es una ciudad muy complicada de interpretar cuando llegas a ella en
coche por primera vez; el caótico scalextric sembrado de rampas, garajes, viaductos
y túneles puede resultar desconcertante. El centro de Taormina es peatonal, no
estando permitida la entrada del vehículos, excepto residentes y vehículos
autorizados.
Caótico
acceso a Taormina
Por ello, nuestro
consejo es que no te vuelvas loco ni pierdas tiempo buscando aparcamiento
gratuito en Taormina; no lo hay, y si lo hay, vas a dejar el coche mal aparcado
en un arcén con alto riesgo de que te multen. Por ello, aparca en uno de los
múltiples aparcamientos privados, de pago por supuesto, que se sitúan en la
parte suroeste de la ciudad, en la parte que mira a Catania. Te olvidas de
problemas y en due minuti estás en Porta Catania, principal
punto de acceso a la ciudad de Taormina.
El color del mar Jónico de la zona de
playas de Taormina es espectacular
Módica: la séptima maravilla
del mundo barroco
De no ser por el pique histórico que tienen con la
capitalidad de la provincia de Ragusa, Módica y Ragusa bien podrían ser
ciudades hermanas. Les unen más cosas de las que les separan: la localización y
corta distancia entre ellas, la estructura urbana y la desgracia del terremoto
de 1693. Módica también se ubica en la zona de los Montes Ibleos, intentando
cabalgar sobre las paredes de un profundo cañón.
Uno se da cuenta
del complejo conglomerado de casas y de la diferencia de altura existente entre
Módica Alta y Módica Baja cuando circula en coche por el famoso puente Guerrieri,
que salvando el cañón de lado a lado, es uno de los puentes más altos de
Europa. Este puente conecta ahora estas dos zonas de la ciudad
con otra zona nueva que se ha ido poblando durante el último siglo, llamada
coloquialmente ‘Módica Moderna’. Circular por este puente impone. Vaya obra de
ingeniería.
Es probable que
Módica Baja nunca llegue a ser tan bonita y conocida como su vecina Ragusa
Ibla, pero no será por falta de obras de arte. De hecho, las obras del barroco
siciliano que atesora Módica, con la catedral de San Giorgio (San
Jorge), patrón de la ciudad -como en Ragusa- como máximo exponente, son más que
reseñables.
Reconstruída tras el correoso terremoto de 1693,
los expertos aseguran que este monumento debería formar parte de las ‘Siete
maravillas del mundo barroco’. Al menos, Módica está incluida como Patrimonio
de la Humanidad de la UNESCO dentro del conjunto “Ciudades del barroco tardío
de Val di Noto”. ¿Tienen cosas en común Módica y Ragusa?
Cefalú:
la joya de la costa Tirrena
Da igual todo lo
que te hayan contado, todo lo que hayas leído y las fotos de Cefalú que
hayas podido ver en la red. Cefalú tiene gancho.
Este
mirador se esconde cerca del templo de Diana, en la subida a La Rocca
Este municipio
asomado al mar Tirreno se ha ganado a pulso ser una de las localidades más turísticas de
Sicilia, un reconocido destino de sol y playa en la parte norte de la isla.
Turismo de sol y playa
Por supuesto, y la
suerte o desgracia de vivir bajo una mole caliza de 268 metros de altitud a la
que se le conoce como ‘La Rocca’.
Es otra de
las postales típicas de Sicilia junto al volcán
Etna y el teatro griego de Taormina.
Esta pintoresca localidad lo tiene todo para triunfar,
desde una altiva iglesia con un claustro maravilloso hasta unas vistas de las
islas Eolias que ya quisieran muchos.
La iglesia de Cefalú es uno de los iconos
de la localidad
Interior
de la iglesia de Cefalú
Su fama como
destino estival ha propiciado que se haya urbanizado la zona de playas de la
bahía sobre la que se asienta la localidad; la parte positiva es que se ha
protegido el acceso al casco histórico de Cefalú, de exclusivo acceso
peatonal.
Buenas
vistas según se va ganando altura
Se hace difícil capturar a día de hoy la esencia de aquel
humilde pueblo de pescadores de antaño, con unas pintorescas calles donde
se percibe que la hostelería y el comercio han caído rendidos ya a las
tentadoras garras del turismo de masas.
Mirando
al Mar Tirreno
Nos queda el
consuelo de darnos de bruces con un curioso y sombrío lavadero medieval por
donde discurre un frío riachuelo que luego desemboca en la playa.
Lavadero
medieval de Cefalú. El riachuelo desemboca en la playa.
De cruzar la
famosa Porta della Pescara, que fue puerta
de entrada de pescado y que ahora es puerta de acceso a la playa.
Antes por aquí descargaban la pesca.
Ahora se baja a la playa.
De coronar un
bastion defensivo (bastione di Capo Marchiafava) que aguanta los
embates del mar Tirreno.
El
bastión di Capo Marchiafava es un excelente mirador
El
centro histórico está lleno de restaurantes y terrazas con encanto
Además, siempre tendrás la posibilidad de
huir del centro histórico y ponerte a prueba, previo pago de 4€, con la exigente ruta de subida a La Rocca.
Un mar de contrastes. Al
fondo, dos conos volcánicos: son las islas Eolias.
No te olvides llevar agua y calzado adecuado. Nada de
chancletas y sandalias; nada de subir en las horas centrales del día en verano.
Es una
subida dura, pero muy gratificante
La recompensa son unas vistas de campeonato. Eso sí,
sobre el estado de conservación y puesta en valor de los yacimientos que allí
se encuentran, se puede escribir un libro; o mejor, una novela negra.
Ruinas
de un templo megalítico que dejan mucho que desear
Las ruinas de la
estructura megalítica que se conoce como el templo de Diana,
así como el yacimiento y las ruinas del antiguo castillo que un día
defendió La Rocca, dejan mucho que desear.
Ruínas sin atisbo de interpretación
Erice:
un inexpugnable bastión defensivo sobre Trapani
El promontorio sobre el que se asienta la ciudad de Erice
bien podría compararse con ‘La Rocca’ que protege y desafía la belleza de
Cefalú.
Una
fortaleza defensiva en diferentes alturas
En el caso de
Erice, llamada Monte San Giuliano hasta 1934, la urbe que
está a sus pies es Trapani, flanqueada por sus famosas salinas y el
archipiélago de las islas Egadas.
Una
panorámica de postal
Erice es una localidad de marcado carácter defensivo
construida sobre una montaña que se alza a más de 600 metros de altitud,
muy cerca del mar.
Castillo
di Venere, el castillo de Erice
La Porta Trapani nos abre las puertas de una
ciudad de aire medieval y ancestral que con sus calles de adoquines y rudas
casas de piedra, como si de un pueblo de alta montaña se tratase.
El
acceso a la bella ciudad amurallada de Erice se realiza por aquí
Esta fortaleza tuvo como objetivo proteger a sus
habitantes (actualmente 28.000, incluyendo pedanías) y desanimar a cualquier potencial
atacante. No nos queda ninguna duda de que cumplió su función con creces.
En lo alto de
Erice se erige el castillo de Venere, con su singular Torretta Pepoli.
Torre
Pepoli es la torre más alta del castillo de Erice
Desde esta fortificación que domina el altivo
emplazamiento, se controla, en una perfecta visión de 360 grados, todo el
litoral desde Trapani a Marsala, con un inmenso mar de salinas de por medio, y
la zona costera que se extiende a los pies del Monte Cofano, camino de
Capo San Vito y Palermo.
Salinas
de Trapani desde Erice
Por mucho calor que haga a pie de mar, la altura hace que
en Erice corra siempre algo de brisa, e incluso refresque algo por la tarde.
El
castillo de Erice siendo tomado por la niebla
También es habitual que con el calor, las brumas que se
forman en el mar asciendan rápidamente y choquen contra el monte San Giuliano,
envolviendo la ciudad en una fría y espesa neblina que dota a Erice de un
aspecto misterioso y fantasmagórico, a la vez que fotogénico.
Esta torre sobre el acantilado es la más peculiar de todas
La subida en coche a Erice es muy cañera. Si te gusta
conducir, te divertirás conduciendo por la carretera que asciende desde Trapani
y desde Valderice.
Como si de un
exigente final de etapa del Giro di Italia se tratara, prepárate para
afrontar una carretera con mucha pendiente y con curvas de herradura para dar,
tomar y regalar.
Toda la gente sube hasta el castillo
Conduce con
precaución, disfruta de las vistas mientras vas ganando altura, y piérdete por
las preciosas calles, pasadizos y escaleras de Erice, una de las ciudades más bonitas de Sicilia,
y probablemente, la ciudad con mejores vistas de la isla.
Erice es
un lugar perfecto perfecto para contemplar atardeceres de ensueño
Y hasta aquí
llega nuestra guía de viaje de las ciudades más
importantes de Sicilia para visitar. Seguro que nos hemos
dejado alguna ciudad con encanto en el tintero, pero hemos querido incluir
las principales ciudades de la isla, las más
reseñables turísticamente hablando, las ‘imperdibles’.
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