EXPLORANDO EL PORTUGAL
RURAL
Hay parajes hechos para explorar con corbata.
Parajes en los que desentonan el sudor, el pantalón corto y el bidón de agua,
en los que esperas encontrar una institutriz en cada recodo. Enclaves como los
del Parque Natural Sintra-Cascais, que parece diseñado para que lo transiten
personajes con cinco apellidos. Tú solo tienes uno o dos, pero en esta
maravilla natural portuguesa encajarás a la perfección. Quién te ha dicho a ti
que no eres un aristócrata.
Cierto que ni utilizas el cubierto de plata
con el rodaballo ni te preocupa el vaivén de la bolsa de Nueva York ni haces
que te sirvan el té en la Sala Azul. Pero, a la hora de vivir una experiencia
de ecoturismo, buscas la excelencia y la comodidad. Por eso
tienes que venir a Sintra-Cascais, un espacio donde la naturaleza parece
haberse doctorado en protocolo: todo te lo pone fácil.
El enclave, repleto de lagunas, arboledas,
acantilados y dunas, se extiende desde la Sierra de Sintra, situada a 30 kilómetros
de Lisboa, hasta los acantilados del cabo da Roca, el punto más
occidental de la Europa continental. Una vez aquí descubres el motivo por el
que la realeza, la nobleza, la burguesía y el pueblo optan por este enclave
declarado Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad.
Sierra
de Sintra
El clima es otro de sus atractivos. La temperatura
elegante es aquella que te permite llevar la camisa arremangada, pero sin el
cuello desabrochado. La de Sintra-Cascais, una de las zonas más húmedas de
Portugal, es el paradigma de la elegancia ambiental. Es suave, ambigua,
ligeramente fresca, tímidamente cálida. Idónea para disfrutar de seis rutas:
Villa de Sintra
Esta ciudad se encuentra situada en el
extremo noreste del Parque Natural. El trayecto es sencillo desde Lisboa.
Puedes hacerlo en la excursión opcional del maravilloso Tour España & Lisboa de 12
días que sale desde Lisboa.
La ciudad y su entorno, de
forma justa declarada
Paisaje Patrimonio de la Humanidad, sigue en pie a pesar
del terrible terremoto de Lisboa de 1.755, que llegó a destruirla casi por
completo. Ya antes, en el siglo I a.C., aún cuando se han descubierto
asentamientos que se corresponden con el paleolítico, los romanos la tomaron como una
instalación avanzada de su Imperio. Posteriormente, tanto
vándalos como alanos; godos, suevos y visigodos la conquistan para sí hasta
que, en el
siglo VIII, se apoderan de ella los musulmanes que pasan a denominarla Xintara. Bajo
esta dominación árabe, entre
los siglos IX y X, se inicia la construcción del Castelo dos Mouros. La
ciudad florece convirtiéndose en un importante foco de transacción y negocio.
La decadencia del Califato
de Córdoba provoca que Don Alfonso VI, rey de León, conquiste Sintra y su
castillo. Ya
en 1.147, de forma voluntaria y definitiva, la fortaleza es entregada a Don
Alfonso Henriques, primer Rey de Portugal. Tan solo siete
años después, en 1.154, se le concede su propia Carta Foral.
Comienzan a florecer conventos, monasterios y palacios de variadas órdenes militares y religiosas. Ni siquiera la importante epidemia de peste, que asoló la ciudad en el siglo XIV, evita que se convierta en un lugar de residencia, descanso y veraneo para la monarquía. En 1.838, la época romanticista propiciada por el Rey Don Fernando II, hace que la villa sea la predilecta de nobles y burgueses. En su pasado más reciente, aristócratas, artistas, intelectuales y escritores como Lord Byron, han expandido al mundo la belleza de esta ciudad en la que ahora nos centraremos en dos de sus atractivos principales.
Comienzan a florecer conventos, monasterios y palacios de variadas órdenes militares y religiosas. Ni siquiera la importante epidemia de peste, que asoló la ciudad en el siglo XIV, evita que se convierta en un lugar de residencia, descanso y veraneo para la monarquía. En 1.838, la época romanticista propiciada por el Rey Don Fernando II, hace que la villa sea la predilecta de nobles y burgueses. En su pasado más reciente, aristócratas, artistas, intelectuales y escritores como Lord Byron, han expandido al mundo la belleza de esta ciudad en la que ahora nos centraremos en dos de sus atractivos principales.
Sintra sería un buen paraíso
si Dios hiciese otra tentativa"
--José Samarago. (Memorial do Convento. 1.982)
--José Samarago. (Memorial do Convento. 1.982)
Como llegar a Sintra desde
Lisboa y desde allí a nuestros destinos
Llegar a Sintra desde Lisboa es fácil, y además económico, por medio del transporte público. Un trayecto muy agradable, de aproximadamente 40 minutos, es con el tren de cercanías. Desde la Estación de Rossio, en pleno centro de Lisboa, y que a su vez está conectada con la línea verde del metro, puedes adquirir los billetes por tan solo 2,15€. Por cierto, si tienes la tarjeta Lisboa Card, el trayecto en tren está incluido. Otras estaciones de origen pueden ser la de Oriente y la de Entrecampos
Subir al Castelo dos Mouros y al Palacio da Pena
La estación de tren se encuentra a 1,5 km. del centro histórico de la ciudad. Si no quieres caminar este recorrido, desde la misma estación de tren puedes tomar el autobús 434, para llegar hasta el Castelo y el Palacio. También, desde el mismo centro (enfrente de la oficina de turismo) y en plena época turística salen unos miniautobuses (de color verde y parecidos a vagones de tren) que te llevan hasta arriba.
El coche es totalmente desaconsejaba (el parking es muy reducido) así como la caminata a pie.
Castillo de los Moros y Palacio de la Pena al fondo
El Castelo dos Mouros (el
Castillo de los Moros)
Nuestra primera parada, en este maravilloso entorno de la sierra y parques de Sintra, lo es en el Castelo dos Mouros. Esta fortificación militar se remonta al siglo IX, cuando los árabes ocuparon este territorio. Hacía funciones de atalaya, para vigilar la línea de costa visible desde aquí.
Nada más traspasar la puerta de entrada al recinto del castillo, en un itinerario todo a pie, nos encontraremos con un segundo cinturón de murallas que incrementaba el área fortificada. De camino al Osario, construido en el siglo XIX para recibir los cuerpos exhumados de la antigua iglesia, habremos dejado atrás unos curiosos silos, excavados en la roca y utilizados por los moros para guardar el cereal. Posteriormente, en el siglo XII, los cristianos los usaron como basureros.
Nuestra primera parada, en este maravilloso entorno de la sierra y parques de Sintra, lo es en el Castelo dos Mouros. Esta fortificación militar se remonta al siglo IX, cuando los árabes ocuparon este territorio. Hacía funciones de atalaya, para vigilar la línea de costa visible desde aquí.
Nada más traspasar la puerta de entrada al recinto del castillo, en un itinerario todo a pie, nos encontraremos con un segundo cinturón de murallas que incrementaba el área fortificada. De camino al Osario, construido en el siglo XIX para recibir los cuerpos exhumados de la antigua iglesia, habremos dejado atrás unos curiosos silos, excavados en la roca y utilizados por los moros para guardar el cereal. Posteriormente, en el siglo XII, los cristianos los usaron como basureros.
Tras las ruinas de la Iglesia de San Pedro de
Canaferrim, primera iglesia parroquial de Sintra del siglo
XII, nos dan acceso a la verdadera entrada al Castelo. A la derecha destaca
sobremanera, ondeando una gran bandera de Portugal, la Alcazaba. En
la época musulmana esta era la residencia del Alcaide y, por ser la zona noble
del castillo, estaba en lo más alto y preparada para ser el último reducto ante
cualquier ataque, bien fuese del exterior o del interior de la fortaleza.
En el centro del complejo destacan las grandes cisternas. Servían estas para el almacenamiento de las reservas de aguas pluviales, caso de ser cercado el castillo. Los grandes y visibles conos de ventilación permitían que el agua fuese potable.
En el centro del complejo destacan las grandes cisternas. Servían estas para el almacenamiento de las reservas de aguas pluviales, caso de ser cercado el castillo. Los grandes y visibles conos de ventilación permitían que el agua fuese potable.
El Palacio de la Pena: la máxima
expresión del Romanticismo
Aún cuando Sintra posee palacios y
jardines de enorme belleza, sin duda el marco más impresionante de todo este
paisaje -a su vez Patrimonio Mundial de la Humanidad- es el Parque y el Palacio de la Pena.
Sobre la colina más alta de la ciudad, y rodeado de bosques, el colorido y la arquitectura del Palacio se hace destacar de forma inconfundible. Es el máximo exponente de la arquitectura romántica de Portugal y, a la vez, una mezcla (en ocasiones incomprensible e histriónica) de distintos estilos: morisco, gótico, manuelino y renacentista.
Sobre la colina más alta de la ciudad, y rodeado de bosques, el colorido y la arquitectura del Palacio se hace destacar de forma inconfundible. Es el máximo exponente de la arquitectura romántica de Portugal y, a la vez, una mezcla (en ocasiones incomprensible e histriónica) de distintos estilos: morisco, gótico, manuelino y renacentista.
Como casi siempre toda obra grandiosa comienza con lo más
minúsculo. Lo que en
la época medieval (siglo XII) era una pequeña capilla dedicada a Nuestra Señora
de la Pena se convierte, en 1.503, en un monasterio donado
a la orden de San Jerónimo por Don Manuel I. El terrible terremoto de Lisboa de
1.755 le ocasiona grandes daños y no será hasta 1.838, cuando lo adquiere D.
Fernando II, y dan comienzo no solo los trabajos de restauración sino también
la construcción del nuevo Palacio.
Ya en la entrada del Palacio, atravesando la Puerta de la Rosa (inspirada en la Puerta de la Justicia de la Alhambra de Granada) el edificio de enfrente, de estilo neoindio, eran las antiguas cocheras. El patio, a la derecha, nos encamina a la Puerta Monumental que en la parte superior de su torre muestra el escudo de armas del Rey Fernando II de Portugal. Atravesada esta, con su puente levadizo, aparecemos en la Terraza del Tritón donde su pórtico representa una alegoría de la creación del mundo por medio de la figura de medio hombre y medio pez. Los azulejos de toda la fachada principal de este ala son de modelo geométrico morisco. Desde esta terraza tenemos una vista inmejorable de la Cruz Alta, el punto más alto de la sierra. Esculpida en piedra, como troncos entrelazados, fue mandada erguir en el siglo XVI por D. Joao III. Ya en el interior del edificio, en la planta superior, se encuentra el Salón Noble, o de los Embajadores o del Billar. Es el mayor del palacio y se utilizaba para recepciones.
Cuando el rey vio la magnificencia de este
lugar, decidió fundar allí un santuario y ordenó la construcción de un monasterio, que fue donado
a la Orden
de San Jerónimo. Hasta el siglo XVIII era solo una pequeña
estructura que albergaba a unos 18 monjes y era visto como uno de los lugares
más misteriosos de Portugal. Aquí era donde la gente iba a pedir ayuda a
la Virgen María, pero también un área aislada para los monjes, cuya vida y
muerte se centraba en un solo lugar.
A principios de 1700, el monasterio fue
dañado por un rayo. Sin embargo, se cree que el mayor daño que recibió fue
por el
terremoto que sacudió Lisboa en 1755. Sorprendentemente, cuando
la gente revisó el estado del antiguo monasterio,
descubrieron que la capilla estaba casi intacta. Esto aumentó el culto y
la fe.
Construyendo el castillo
Unas décadas más tarde, la información sobre
un milagro acaecido en la montaña llegó al joven príncipe Fernando, el futuro
rey de Portugal. Decidió no solo reconstruir el antiguo monasterio, sino
también hacer un gran castillo, que podría servir a la familia real
portuguesa. Contrató a un arquitecto aficionado alemán, el barón Wilhelm Ludwig von Eschwege, para hacer el
Palacio da Pena.
La construcción se extendió desde 1842 hasta
1854, y Eschwege utilizó todo el conocimiento que obtuvo sobre arquitectura
durante sus muchos viajes. Como resultado, el rey Fernando II y su esposa
María pudieron disfrutar del magnífico castillo que se convirtió en el corazón de
las reuniones con los políticos y la alta sociedad y lugar
para muchas celebraciones.
El palacio fue reconstruido muchas
veces. Con los cambios, los arquitectos crearon un complejo de cuatro
secciones: la estructura restaurada del monasterio más antiguo con la torre del
reloj, un patio en la parte delantera de la antigua capilla, la zona del puente
levadizo y una zona con un bastión en forma cilíndrica con interiores decorados
al estilo de una catedral.
Un recorrido por los elementos del castillo
El estilo actual del Palacio da Pena proviene
del siglo XIX. Como hemos mencionado, es una mezcla de estilos medieval, renacentista,
neogótico, neoislámico, neorrenacentista y neomanuelino. Cada
parte del Palacio de Pena lleva a un visitante a diferentes y misteriosos
lugares que bien parecen sacados de un cuento de hadas.
Los interiores fueron adaptados como residencia de verano
para la familia real portuguesa, pero uno de los elementos más impresionantes
de la construcción es en realidad una torre de reloj. Se completó en 1843,
y es un elemento de la terraza de la reina, que cuenta con un reloj de sol y un
cañón, que se enciende todos los días al mediodía.
Una de las partes más famosas del Castillo da
Pena es el parque, que se extiende más de 200 hectáreas. Fue creado en el
siglo XIX por el rey Fernando II de Portugal, que hizo traer muchas plantas
excepcionales. Fue asesorado en el jardín por el Barón von Kessler y el Barón
von Eschwege, que tenían más experiencia en esta área.
Decidieron
pedir árboles de todo el mundo. Hasta ahora, el jardín incluye magnolias, cryptomerias
japónicas, ginko chino, sequoia americana, cipreses, cedro rojo y
muchos otros. También hay helechos de Nueva Zelanda y Australia. La
colección de helechos se llama “El Jardín del Helecho de la Reina”.
Todo el parque fue creado como un laberinto,
lleno de caminos estrechos, lugares secretos y pequeños detalles
sorprendentes. Es una obra maestra de la jardinería y una especie de país
de las maravillas para Portugal. En 1910, después de la Revolución
republicana, fue comprado por el estado portugués y se convirtió en monumento
nacional.
Salón árabe en el Palacio de la Pena
Terraza de la Reina en palacio da Pena
Luego
llegas a la Terraza
de la Reina, desde donde tienes las mejores vistas panorámicas
desde el palacio da Pena, incluidas las de Lisboa.
Finalmente, desde la citada terraza ya
accedes a la zona del palacio nuevo, un edificio que se añadió al del antiguo
monasterio para terminar de configurar la residencia veraniega.
Aquí,
sobre todo, te llamará la atención el denominado Salón Indiano, con
sus llamativos muebles de madera.
Salón
Indiano
Ventana
El Tritón en palacio da Pena
En
la fachada exterior de este añadido se encuentra el rincón icono del palacio da Pena,
el Pórtico
del Tritón.
Se
trata de un gran ventanal con una frondosa decoración, en la que destaca la
figura de una especie de monstruo denominado Tritón.
El
también conocido como el Ventanal
del Tritón es una alegoría de la creación del mundo.
Con
una estructura básica de estilo neogótico, característico del manuelino portugués,
toda ella presenta una profusa decoración de vegetación y formas de corales.
Ventana
del Tritón
Se dice que es una interpretación marítima de
estilo manuelino.
Sin duda el elemento que destaca en este conjunto
de pórtico y ventanal es la figura del Tritón, que es medio hombre
y medio pez, y además adopta la posición del tronco de un árbol.
Cuando veas el Pórtico del Tritón, te
dará la sensación de que la figura monstruosa está soportando sobre sus
espaldas todo el ventanal, el cual además está rodeado por las ramas y la
frondosa vegetación de citado árbol.
Para la realización de El Tritón el
arquitecto se inspiró en la ventana también de estilo manuelino de la sacristía
del Convento de Cristo, en Tomar (el cual aún no
conozco), que data de 1513.
Fue visitado por Hans Christian Andersen en
1866. Quedó maravillado con el lugar y escribió: “Sintra, donde la
naturaleza y el arte se combinan mutuamente, maravillosamente”.
El compositor Richard Strausss dijo: “Hoy es el día más feliz de mi vida. Sintra
es la cosa más hermosa que he visto jamás. Este es un verdadero jardín de
reyes y allí, arriba, está el castillo del Santo Grial”.
Es un monumento que merece la pena visitar y
máxime estando en el país vecino, a poca distancia. Nos recuerda la grandeza de
este lugar del siglo XIX. El palacio es visto como un símbolo de Portugal,
por lo que al presidente de la República Portuguesa y otros funcionarios
también les gusta usarlo con fines representativos.
Reloj
solar sobre la Terraza de la Reina. Palacio da Pena
Capilla
de Nuestra Señora de la Pena.
Palacio y Quinta
da Regaleira
Museos y palacios
Muy cerca del centro histórico, Quinta Regaleira es
uno de los lugares más enigmáticos de Sintra.
El Palacio Quinta da Regaleira fue construido a principios del siglo XIX. XX del millonario António Augusto Carvalho Monteiro (1848-1920) que logró lograr uno de sus sueños aquí, con la ayuda del arquitecto escenógrafo Luigi Manini (1848-1936). Rodeado de exuberante vegetación, el palacio regaleira es un descubrimiento fascinante.
El Palacio Quinta da Regaleira fue construido a principios del siglo XIX. XX del millonario António Augusto Carvalho Monteiro (1848-1920) que logró lograr uno de sus sueños aquí, con la ayuda del arquitecto escenógrafo Luigi Manini (1848-1936). Rodeado de exuberante vegetación, el palacio regaleira es un descubrimiento fascinante.
El palacio fue construido en un estilo de renacimiento romántico, recuperando formas arquitectónicas y decorativas góticas, manuelinas y renacentistas, mezcladas con simbolismo mítico y esotérico.
Un punto culminante especial es la Capilla de la Santísima Trinidad que le permite descender a la cripta y descender por una escalera de caracol al pozo monumental iniciático que, en el fondo, conduce al visitante a través de una cueva hasta un lago increíble en medio de los jardines.
Palacio y Quinta de Regaleira
Chalet de la
Condesa d´Edla
Museos y palacios
Después de una importante intervención de
restauración, luego de un incendio que lo destruyó parcialmente, abrió al
público este edificio que guarda la memoria de una de las grandes historias de
amor en la historia portuguesa y es parte del programa de visitas del complejo
monumental del Parque da Pena, en Serra de Sintra, el primer Paisaje Cultural del
Patrimonio Mundial clasificado por la Unesco.
Fue construido, siguiendo el modelo de chalets alpinos en boga en Europa en la segunda mitad del siglo XIX, por el rey consorte D. Fernando II para la condesa d'Edla, un cantante lírico del que se enamoró y se casó en segundas nupcias en 1869 , 16 años después de la muerte de la reina D. María II.
El edificio, con una fuerte carga escénica según el espíritu romántico de la época, está completamente cubierto con pintura mural, subrayado en el exterior por el uso del corcho como elemento decorativo en los marcos de puertas, ventanas y vidrios. Del conjunto se destaca un balcón típico que rodea todo el piso superior. Los interiores son ricos y bien elaborados, con estuco, corcho y cobre frescos e incrustados.
En los jardines que rodean el chalet, D. Fernando y la condesa d'Edla, influenciados por el espíritu coleccionista de la época, reunieron especies botánicas de los cuatro rincones del mundo. En particular, debe mencionarse la Feteira de la condesa, uno de los lugares más exóticos en el jardín, donde los helechos arbóreos de Australia y Nueva Zelanda se introdujeron cuidadosamente para crear una escena romántica llena de drama.
Fue construido, siguiendo el modelo de chalets alpinos en boga en Europa en la segunda mitad del siglo XIX, por el rey consorte D. Fernando II para la condesa d'Edla, un cantante lírico del que se enamoró y se casó en segundas nupcias en 1869 , 16 años después de la muerte de la reina D. María II.
El edificio, con una fuerte carga escénica según el espíritu romántico de la época, está completamente cubierto con pintura mural, subrayado en el exterior por el uso del corcho como elemento decorativo en los marcos de puertas, ventanas y vidrios. Del conjunto se destaca un balcón típico que rodea todo el piso superior. Los interiores son ricos y bien elaborados, con estuco, corcho y cobre frescos e incrustados.
En los jardines que rodean el chalet, D. Fernando y la condesa d'Edla, influenciados por el espíritu coleccionista de la época, reunieron especies botánicas de los cuatro rincones del mundo. En particular, debe mencionarse la Feteira de la condesa, uno de los lugares más exóticos en el jardín, donde los helechos arbóreos de Australia y Nueva Zelanda se introdujeron cuidadosamente para crear una escena romántica llena de drama.
La recuperación, iniciada en 2007 con fondos del fondo EEA-Grants, complementada con el apoyo de Turismo de Portugal y el Programa Operativo para el Medio Ambiente, restauró el Chalet a su estado original y, con el jardín circundante, constituyó un nuevo polo de atracción sin precedentes. del parque de Pena.
Palacio y parque
de Monserrate
Museos y palacios
Un fantástico parque romántico creado por William
Beckford, un amante de la Serra de Sintra.
El Parque y Palacio de Monserrate, una antigua granja de huertos y culturas, fue imaginado por Gerard DeVisme que en el siglo. XVIII alquiló la granja a la familia Melo e Castro. Fue sucedido por William Beckford, quien también vivió aquí, y por Francis Cook.
El Parque y Palacio de Monserrate, una antigua granja de huertos y culturas, fue imaginado por Gerard DeVisme que en el siglo. XVIII alquiló la granja a la familia Melo e Castro. Fue sucedido por William Beckford, quien también vivió aquí, y por Francis Cook.
Sin embargo, fue Francis Cook, el primer vizconde de Monserrate, quien junto con el pintor paisajista William Stockdale, el botánico William Nevill y el jardinero maestro James Burt, crearon los escenarios contrastantes que se encuentran en el parque, donde siguen caminos sinuosos. ruinas, rincones, cascadas y lagos, lo que sugiere, en aparente desorden.
Especies espontáneas de Portugal (arbutus, acebo, alcornoque, entre otros) y de los cinco continentes se combinaron en el jardín, proponiendo un recorrido por la flora de todo el mundo desde Australia, México y Japón. En total, hay más de 2500 especies.
En el palacio, la sala de música y las lujosas salas de recepción, como la sala de estar india, el comedor y la biblioteca, se encuentran en la planta baja. La visita también incluye la subida al primer piso, donde estaban las habitaciones privadas.
Parque
y Palacio de Monserrate
Santuario de
Peninha
Monumentos
La capilla actual data del siglo XVII, una época en
que un ermitaño se reunió aquí y reunió varios apoyos y realizó trabajos en el
sitio de la antigua capilla donde, según la leyenda, en el siglo XVI apareció
Nuestra Señora. El púlpito tiene varias inscripciones de peregrinos.
El presbiterio tiene un retablo barroco con columnas retorcidas y las paredes completamente cubiertas con mosaico florentino. La capilla, de finales del siglo XVII, está cubierta con azulejos históricos azules y blancos del siglo XVIII.
Junto a la capilla se encuentra un romántico palacio renacentista de 1918, que imita un castillo.
Convento de los
Capuchos - Sintra
Monumentos
El Convento de los Capuchos, Santa Cruz o Cortiça,
fue construido en 1560 por D. Álvaro de Castro, en cumplimiento de un voto de
su padre, el virrey de la India D. João de Castro.
Sus pequeñas celdas, Capelinha, Refeitório y otras habitaciones, colocadas en roca y forradas de corcho, son un ejemplo sorprendente de la humilde y austera vida cotidiana de los frailes de la Orden de San Francisco.
Se encuentra en la Serra de Sintra, a 9 km del centro histórico.
Sus pequeñas celdas, Capelinha, Refeitório y otras habitaciones, colocadas en roca y forradas de corcho, son un ejemplo sorprendente de la humilde y austera vida cotidiana de los frailes de la Orden de San Francisco.
Se encuentra en la Serra de Sintra, a 9 km del centro histórico.
Palacio Nacional
de Queluz
Museos y palacios
El Palacio de Queluz y sus jardines son uno de los
mejores ejemplos de arquitectura portuguesa de finales de siglo. XVIII
Construido por Pedro III, esposo de la reina D. María I (1734-1816), y utilizado como residencia real, este palacio es uno de los mejores ejemplos de arquitectura portuguesa a fines del siglo XVIII.
Se enriqueció con un importante museo de artes decorativas, cuyas colecciones pertenecían, en su mayor parte, a la familia real y se muestran en su propio contexto. Muchas de sus habitaciones tienen una decoración de rocaille, como la magnífica Sala del Trono, con paredes espejadas y magníficos tallados dorados.
Los jardines circundantes están adornados por fuentes y estanques ornamentales donde el agua brota de figuras mitológicas, entre los que se destaca el grupo escultórico alrededor del lago de Jardín de Neptuno.
Cabo
de la Roca
Otros
Si va a Sintra, no puede perderse una visita al
punto más occidental de Europa continental, el Cabo da Roca.
Ubicado en la latitud 38º 47´ Norte y longitud 9º 30´ Oeste, Cabo da Roca es una importante coordenada para quienes navegan a lo largo de la costa, siendo el punto más occidental del continente europeo continental, un hecho confirmado por el certificado que los visitantes toman como recordar.
A unos 150 metros del mar, aquí puede tener una vista completa de la Serra de Sintra y la costa, lo que hace que valga la pena la visita.
Los registros históricos apuntan a la existencia de un fuerte en Cabo da Roca en el siglo XIX. XVII que tuvo un papel importante en la guardia de la entrada de Lisboa, formando una línea defensiva a lo largo de la costa, principalmente durante las Guerras Peninsulares. Actualmente solo hay rastros, además del faro, que sigue siendo un punto importante para la navegación.
Está integrado en el Parque Natural Sintra-Cascais y es una de las razones del interés de las rutas de senderismo que se pueden hacer aquí a lo largo de la costa.
Ubicado en la latitud 38º 47´ Norte y longitud 9º 30´ Oeste, Cabo da Roca es una importante coordenada para quienes navegan a lo largo de la costa, siendo el punto más occidental del continente europeo continental, un hecho confirmado por el certificado que los visitantes toman como recordar.
A unos 150 metros del mar, aquí puede tener una vista completa de la Serra de Sintra y la costa, lo que hace que valga la pena la visita.
Los registros históricos apuntan a la existencia de un fuerte en Cabo da Roca en el siglo XIX. XVII que tuvo un papel importante en la guardia de la entrada de Lisboa, formando una línea defensiva a lo largo de la costa, principalmente durante las Guerras Peninsulares. Actualmente solo hay rastros, además del faro, que sigue siendo un punto importante para la navegación.
Está integrado en el Parque Natural Sintra-Cascais y es una de las razones del interés de las rutas de senderismo que se pueden hacer aquí a lo largo de la costa.
Azenhas
do Mar
Restaurantes y Cafeterías
Lugar muy acogedor y moderno con un menú a base de
pescados y mariscos de nuestra costa. Aquí, en el restaurante Azenhas do
Mar, junto a la piscina, un molino de agua y el mar, pierdes de vista la
playa. Con la marea alta, el agua debe alcanzar los pilares de la
explanada que está aquí arriba. Arriba, se encuentra el hermoso pueblo de
Azenhas do Mar, todo muy blanco construido sobre la roca. Puedes ver todo
esto desde aquí. En el interior puedes escuchar música ambiental, que
combina con el entorno. Los colores predominantemente claros reflejan la
luz. La mitad del revestimiento de la pared está a cargo de la madera en
bruto y las delicadas persianas de paja se levantan para ver las
vistas. Una selección de vinos bien elaborada. La comida es tan apreciada
como la vista desde aquí.
Praia
das Maçãs
Playas
Playa
Maritima
Según la tradición, el nombre de esta playa se
originó a partir de las manzanas que llegaron a la arena, transportadas por la
Ribeira de Colares que viene a vaciarse.
Muy ocupada durante el verano, tiene una playa espaciosa que es escenario de diversas animaciones deportivas y un mar de olas fuertes, con buenas condiciones para el surf.
Frecuentada por personas y familias locales que tienen sus casas de vacaciones aquí, Praia das Maçãs tiene, durante los meses de verano, un acceso directo y pintoresco desde el pueblo de Sintra, proporcionado por el tranvía tradicional cuya ruta se recuperó recientemente.
Muy ocupada durante el verano, tiene una playa espaciosa que es escenario de diversas animaciones deportivas y un mar de olas fuertes, con buenas condiciones para el surf.
Frecuentada por personas y familias locales que tienen sus casas de vacaciones aquí, Praia das Maçãs tiene, durante los meses de verano, un acceso directo y pintoresco desde el pueblo de Sintra, proporcionado por el tranvía tradicional cuya ruta se recuperó recientemente.
Praia
Grande - Sintra
Playas
Playa Maritima
Como su nombre lo
indica, es una playa amplia, muy frecuentada por surfistas y bodyboarders, que
constituye una escala obligatoria en los campeonatos de estas modalidades.
En el extremo norte de Praia Grande, hay una de las piscinas de agua salada más grandes de Europa, de unos 100 metros de largo, que pertenece al Hotel das Arribas.
Como curiosidad, asegúrese de observar los rastros de la presencia de dinosaurios que están grabados en el acantilado sur de la playa, en el que un depósito de once huellas es perfectamente identificable.
En el extremo norte de Praia Grande, hay una de las piscinas de agua salada más grandes de Europa, de unos 100 metros de largo, que pertenece al Hotel das Arribas.
Como curiosidad, asegúrese de observar los rastros de la presencia de dinosaurios que están grabados en el acantilado sur de la playa, en el que un depósito de once huellas es perfectamente identificable.
Fotos de interés
Catedral
de Santa María de Coimbra
Iglesia
de la Reina Isabel
Catedral
de oporto
Monumentos
Los muchos títulos del culto a María.
La Catedral de Oporto, como el primer cinturón de murallas de la ciudad, nació en el siglo XII por iniciativa de su primer obispo, D. Hugo. El templo también es conocido como la iglesia de Santa Maria do Porto, Nossa Senhora do Porto da Eterna Salvação o Nossa Senhora da Vandoma, lo que demuestra claramente la importancia del culto mariano.
El edificio alcanzó su volumen actual en el siglo XIII y, en el siglo siguiente, se agregó el claustro, construido en estilo gótico, como la tumba del caballero João Gordo en la capilla de São João Evangelista.
Todavía en el siglo XIV, el 14 de febrero de 1387, los reyes D. João I y D. Filipa de Lencastre se casaron en la Catedral de Oporto, la gente de Oporto se vistió con las mejores ropas y la ciudad estaba cubierta de flores y Buenas hierbas aromáticas para la fiesta de celebración.
Más tarde, en los siglos XVII y XVIII, el aspecto barroco cambió el aspecto exterior e interior de la catedral. La transformación del portal (que aún conserva el rosetón medieval), la fachada norte y varios otros lugares, como el presbiterio y la capilla del Santíssimo Sacramento, que desde entonces albergaba un gran retablo de plata, ejecutado por orfebres, data de este período.
Varios retablos y capillas encarnan el culto mariano bajo diferentes títulos, como Nuestra Señora de la Cuna, Nuestra Señora de Silva, Nuestra Señora de la Piedad, Nuestra Señora de la Esperanza, Nuestra Señora de la Expectativa, Nuestra Señora de la Concepción y Nuestra Señora de Vandoma. el último más importante, mientras que el patrón de la ciudad e inscrito en el escudo de armas municipal desde el siglo 16.
Parte de este conjunto arquitectónico es el gran edificio del Palacio Episcopal, cuya construcción también data del siglo XII.
La Catedral de Oporto, como el primer cinturón de murallas de la ciudad, nació en el siglo XII por iniciativa de su primer obispo, D. Hugo. El templo también es conocido como la iglesia de Santa Maria do Porto, Nossa Senhora do Porto da Eterna Salvação o Nossa Senhora da Vandoma, lo que demuestra claramente la importancia del culto mariano.
El edificio alcanzó su volumen actual en el siglo XIII y, en el siglo siguiente, se agregó el claustro, construido en estilo gótico, como la tumba del caballero João Gordo en la capilla de São João Evangelista.
Todavía en el siglo XIV, el 14 de febrero de 1387, los reyes D. João I y D. Filipa de Lencastre se casaron en la Catedral de Oporto, la gente de Oporto se vistió con las mejores ropas y la ciudad estaba cubierta de flores y Buenas hierbas aromáticas para la fiesta de celebración.
Más tarde, en los siglos XVII y XVIII, el aspecto barroco cambió el aspecto exterior e interior de la catedral. La transformación del portal (que aún conserva el rosetón medieval), la fachada norte y varios otros lugares, como el presbiterio y la capilla del Santíssimo Sacramento, que desde entonces albergaba un gran retablo de plata, ejecutado por orfebres, data de este período.
Varios retablos y capillas encarnan el culto mariano bajo diferentes títulos, como Nuestra Señora de la Cuna, Nuestra Señora de Silva, Nuestra Señora de la Piedad, Nuestra Señora de la Esperanza, Nuestra Señora de la Expectativa, Nuestra Señora de la Concepción y Nuestra Señora de Vandoma. el último más importante, mientras que el patrón de la ciudad e inscrito en el escudo de armas municipal desde el siglo 16.
Parte de este conjunto arquitectónico es el gran edificio del Palacio Episcopal, cuya construcción también data del siglo XII.
Iglesia
de San Francisco - Oporto
Monumentos
La Iglesia de San Francisco fue construida en el
siglo XIV, durante el reinado de D. Fernando, en lugar de un modesto templo
perteneciente a la orden de los franciscanos que se había establecido en la
ciudad de Oporto en 1223.
El plan de la Iglesia obedece las reglas del Estilo gótico mendicante, es decir, una iglesia con tres naves, un crucero prominente y una cabecera tripartita, con el presbiterio en un plano más profundo. Sin embargo, se introdujeron algunos elementos innovadores, como la decoración de bolas en las grietas del presbiterio.
En el siglo XVI, João de Castilho diseñó la Capilla de San Juan Bautista, pero fue durante el siglo XVIII que se llevó a cabo la campaña de obras más importante y que le daría a este templo el esplendor barroco conservado hasta hoy, como una iglesia cubierta de oro. , debido a la abundancia de talla dorada.
Entre las obras talladas que se encuentran en el interior, el notable retablo del presbiterio dedicado al Árbol de Jessé, reformulado entre 1718 y 1721 por Filipe da Silva y António Gomes.
El plan de la Iglesia obedece las reglas del Estilo gótico mendicante, es decir, una iglesia con tres naves, un crucero prominente y una cabecera tripartita, con el presbiterio en un plano más profundo. Sin embargo, se introdujeron algunos elementos innovadores, como la decoración de bolas en las grietas del presbiterio.
En el siglo XVI, João de Castilho diseñó la Capilla de San Juan Bautista, pero fue durante el siglo XVIII que se llevó a cabo la campaña de obras más importante y que le daría a este templo el esplendor barroco conservado hasta hoy, como una iglesia cubierta de oro. , debido a la abundancia de talla dorada.
Entre las obras talladas que se encuentran en el interior, el notable retablo del presbiterio dedicado al Árbol de Jessé, reformulado entre 1718 y 1721 por Filipe da Silva y António Gomes.
Parque
Fundación Serralves
Jardines, Parques y Bosques
Ubicado en el corazón de Oporto, el Parque
Serralves se extiende, desde la Casa de Serralves, a más de 18 hectáreas que
incluyen jardines, bosques, un jardín de rosas y un lago romántico que son un
verdadero refugio para aquellos que desean escapar del ajetreo y el bullicio de
la ciudad. .
A partir de la Casa de Serralves, sede de la Fundación del mismo nombre, el "jardín formal", uno de los ejemplos más notables de arquitectura paisajística del siglo. XX, se extiende a lo largo de un eje con 500 m, en dirección al río Duero, teniendo al final una escalera que conduce a un lago romántico ubicado en un nivel inferior. Fue concebido entre 1932 y 1940 por Jacques Gréber (1882-1962), arquitecto y urbanista francés que desarrolló una intensa actividad profesional en los Estados Unidos y Canadá, en la creación de jardines al gusto francés para los millonarios. Hay varias áreas de interés en el parque, incluyendo un jardín de rosas (actualmente en restauración), el Jardim do Relógio de Sol, el Jardim das Camélias (donde puede comprar hierbas aromáticas y otras plantas, además de áreas muy boscosas). )
El Museo de Arte Contemporáneo de Serralves, un proyecto diseñado por el arquitecto Álvaro Siza Vieira, está involucrado en este proyecto de paisaje donde se combina armoniosamente con el paisaje circundante.
A partir de la Casa de Serralves, sede de la Fundación del mismo nombre, el "jardín formal", uno de los ejemplos más notables de arquitectura paisajística del siglo. XX, se extiende a lo largo de un eje con 500 m, en dirección al río Duero, teniendo al final una escalera que conduce a un lago romántico ubicado en un nivel inferior. Fue concebido entre 1932 y 1940 por Jacques Gréber (1882-1962), arquitecto y urbanista francés que desarrolló una intensa actividad profesional en los Estados Unidos y Canadá, en la creación de jardines al gusto francés para los millonarios. Hay varias áreas de interés en el parque, incluyendo un jardín de rosas (actualmente en restauración), el Jardim do Relógio de Sol, el Jardim das Camélias (donde puede comprar hierbas aromáticas y otras plantas, además de áreas muy boscosas). )
El Museo de Arte Contemporáneo de Serralves, un proyecto diseñado por el arquitecto Álvaro Siza Vieira, está involucrado en este proyecto de paisaje donde se combina armoniosamente con el paisaje circundante.
Casa
de musica
Otros
Un espacio cultural privilegiado en la ciudad de
Oporto, por el arquitecto Rem Koolhaas.
En la Rotonda da Boavista, a medio camino entre el centro histórico y Foz, encontramos un edificio con un volumen y originalidad que es poco probable que pase desapercibido: Casa da Música. La autoría es del prestigioso arquitecto y urbanista holandés Rem Koolhaas y fue diseñada para servir a un innovador proyecto cultural de Oporto 2001-Capital Europea de la Cultura.
Un edificio de arquitectura audaz diseñado para ser el escenario de toda la música, desde clásica hasta electrónica, desde jazz hasta fado, desde grandes producciones internacionales hasta pequeños proyectos experimentales, apostando por la gran calidad de la infraestructura y un programa dinámico, innovador y prestigioso.
En la Rotonda da Boavista, a medio camino entre el centro histórico y Foz, encontramos un edificio con un volumen y originalidad que es poco probable que pase desapercibido: Casa da Música. La autoría es del prestigioso arquitecto y urbanista holandés Rem Koolhaas y fue diseñada para servir a un innovador proyecto cultural de Oporto 2001-Capital Europea de la Cultura.
Un edificio de arquitectura audaz diseñado para ser el escenario de toda la música, desde clásica hasta electrónica, desde jazz hasta fado, desde grandes producciones internacionales hasta pequeños proyectos experimentales, apostando por la gran calidad de la infraestructura y un programa dinámico, innovador y prestigioso.
Torre
de los Clérigos
Monumentos
La Igreja dos Clérigos es una auténtica obra
barroca de mediados de siglo. XVIII, diseñado por Nicolau Nasoni, un
arquitecto de origen italiano que dejó su huella en muchos monumentos en Oporto
y la región norte de Portugal. Nasoni está enterrado, a petición suya, en
una pequeña capilla.
Todo el frente del templo muestra una decoración barroca muy interesante, que vale la pena apreciar en detalle. El interior en granito y mármol y cubierto con talla barroca también revela el dominio de su arquitecto. En el presbiterio, hay un retablo policromado de Manuel Porto.
Pero el elemento más llamativo de este conjunto es la torre construida en piedra de granito que se eleva desde la parte superior occidental del cuerpo de la iglesia. La inconfundible ex libris de la ciudad y extremadamente delgada en sus 75 m de altura, la Torre se desarrolla en movimientos rítmicos que terminan en una corona de decoración barroca.
En 1917, la Torre dos Clérigos fue escalada con éxito por dos acróbatas españoles, Puertullanos, padre e hijo, frente a la gran multitud que lo rodeaba. Una hazaña que, al mirar la Torre, parece increíble.
Una escalera interior (240 escalones) permite acceder a la parte superior, donde se puede admirar una de las vistas panorámicas más hermosas de Oporto.
Todo el frente del templo muestra una decoración barroca muy interesante, que vale la pena apreciar en detalle. El interior en granito y mármol y cubierto con talla barroca también revela el dominio de su arquitecto. En el presbiterio, hay un retablo policromado de Manuel Porto.
Pero el elemento más llamativo de este conjunto es la torre construida en piedra de granito que se eleva desde la parte superior occidental del cuerpo de la iglesia. La inconfundible ex libris de la ciudad y extremadamente delgada en sus 75 m de altura, la Torre se desarrolla en movimientos rítmicos que terminan en una corona de decoración barroca.
En 1917, la Torre dos Clérigos fue escalada con éxito por dos acróbatas españoles, Puertullanos, padre e hijo, frente a la gran multitud que lo rodeaba. Una hazaña que, al mirar la Torre, parece increíble.
Una escalera interior (240 escalones) permite acceder a la parte superior, donde se puede admirar una de las vistas panorámicas más hermosas de Oporto.
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