QUE VER CERCA
DE MADRID
A MENOS DE
2 HORAS
A
pesar de que Madrid es una ciudad llena de atractivos turísticos, actividades
que hacer y lugares que visitar, hay veces que apetece salir de ella para
desconectar de la vida de la gran ciudad, conocer lugares nuevos, descansar
rodeados de naturaleza o respirar aire limpio. Pero, por desgracia, hay veces
que no disponemos de todo el tiempo que nos gustaría, por lo que es necesario
buscar lugares que ver cerca de Madrid. Por suerte, en nuestro país contamos
con multitud de lugares que merece la pena visitar y que harán que disfrutes al
máximo en cada una de las escapadas.
Estos son algunos de los lugares que ver cerca de Madrid. Concretamente, lugares
situados a menos de dos horas en coche de la capital:
Cuenca
Qué
ver cerca de Madrid - Cuenca | Foto: Dreamstime
Comenzamos la lista con una de las
15 ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad en España, Cuenca. Una preciosa ciudad
situada entre dos hoces en la podrás disfrutar de una magnífica mezcla de naturaleza, arte e historia.
Uno de sus monumentos más destacados es su catedral, que fue la primera catedral gótica de Castilla
y es uno de los imprescindibles que ver en Cuenca.
Toledo
La “Ciudad
Imperial” es otra de las ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad en España.
Sin duda, Toledo es una de las ciudades más monumentales del país. En ella
pueden visitarse un gran número de monumentos y rincones que dejan claro que
estamos ante una ciudad cargada de historia. Su catedral, el alcázar, el monasterio de San Juan de los
Reyes o la Plaza de Zocodover, con algunos de los lugares que
no debes perderte en esta preciosa ciudad.
Segovia
La
ciudad del Acueducto, el
Alcázar infranqueable y la
dama de las catedrales es, sin ninguna duda, uno de los mejores
lugares que ver cerca de Madrid. Como las dos anteriores, está declarada Patrimonio de la Humanidad y
además disfrutar de su belleza, en ella podrás saborear una exquisita
gastronomía que hará que tu visita sea aún más completa.
La Granja de San Ildefonso (Segovia)
El rey Felipe
V compró los terrenos con la intención de edificar un palacio, en el año
1721.
La primera
intención del rey fue construir una residencia sin lujos, para descansar y
cazar.
Más tarde,
Felipe V y su segunda esposa Isabel de Farnesio embellecieron y ampliaron el
palacio. Felipe V se retiró a este lugar en 1724 y durante los veinte años
siguientes engrandeció los jardines y el palacio, que fue usado como residencia
de verano por todos sus sucesores hasta Alfonso XIII.
Presenta
influencia francesa, del barroco español e italiana.
El Palacio Real de la Granja de San Ildefonso es
una de las residencias de la familia Real Española y se halla situado en la
localidad segoviana de Real Sitio de San Ildefonso. Está gestionado por
Patrimonio Nacional y se encuentra abierto al público.
El Real Sitio de La Granja está situado en la
vertiente norte de la sierra de Guadarrama, a 13 kilómetros de Segovia, y a
unos 80 kilómetros de Madrid. Su nombre proviene de una antigua granja que los
monjes jerónimos del monasterio de El Parral tenían en las inmediaciones.
EDIFICIOS Y DEPENDENCIAS
El conjunto lo conforman el palacio propiamente
dicho y una serie de edificios anejos, que dan a aquel una forma de U, con los
Jardines del Medio Punto, donde se alzan diferentes árboles de especies de
enormes coníferas exóticas como secuoyas o abetos de más de 300 años que le eran
regalados al Rey. El palacio, en la parte frontal del complejo, consta de dos
patios, el de los Coches, a la izquierda, y el de la Herradura, a la derecha.
Anexada al palacio, se halla la antigua capilla del monarca, la Real Colegiata
de la Santísima Trinidad, que a su vez contiene un espacio conocido como
Capilla de las Reliquias y Cenotafio Real. Sin embargo, aquí no están
enterrados el rey Felipe V y su segunda esposa, Isabel de Farnesio, sino que
sus restos descansan en una cripta situada detrás del altar mayor.
El panteón real de San Ildefonso fue la primera
manifestación en España del arte funerario romano del siglo XVII, en
combinación con el arte francés. Sirvió como modelo referencial para los
sepulcros de Fernando VI y Barbara de Braganza en el Convento de las Salesas
Reales (Madrid).
En perpendicular al palacio, por la parte
izquierda, se sitúa una dependencia conocida como Antigua Casa de las Damas.
Hoy acoge el Museo de Tapices, donde se exhibe una colección de tapices
flamencos, de enorme tamaño y abigarrada iconografía, confeccionados en honor
del rey Carlos I de España. En el lado izquierdo de la plaza se encuentra otra
dependencia conectada al edificio principal, conocida como Casa de los Oficios.
Otro de los edificios del complejo palaciego es la
llamada Casa de las Flores, con una superficie total de 655 m².
El interior del Palacio es profundamente barroco
con hermosos frescos en los techos y molduras de madera policromada en oro.
También desatacan las impresionantes lámparas de vidrio fabricadas en la Real
Fábrica de Cristales de La Granja.
LOS REALES JARDINES
Con una extensión de ciento cuarenta y seis
hectáreas, los jardines rodean el palacio y son uno de los mejores ejemplos del
diseño de jardines de la Europa del siglo XVIII.
Fueron diseñados por el jardinero francés René
Carlier, que usó las pendientes naturales de las colinas que circundan el
palacio como ayuda para la perspectiva visual y como fuente de energía para
hacer brotar el agua de cada una de las veintiuna fuentes monumentales que
decoran el parque. Carlier falleció en 1722, y su trabajo fue continuado por su
compatriota Esteban Boutelou I (en francés Étienne Boutelou). Al contrario que en Versalles, donde tenían muchos problemas para conseguir la
presión
del agua para las fuentes, en el Palacio de la Granja se utilizó la propia pendiente natural del
terreno para conseguir una presión no vista hasta entonces en la época lo que
permite que algunas fuentes superen los 40 metros de altura.
Es, sin lugar a dudas, la parte más conocida del
Palacio segoviano. El abastecimiento de agua de todo el sistema procede de los
arroyos Morete, Carneros y Cacera de Peñalara o Chorranca que mediante cañerías
y caceras llenan el estanque conocido como El Mar, que se encuentra situado en
la cota más alta del jardín y cuya capacidad es de 216.000 m³, abasteciéndose
de él la mayor parte del sistema. Para suministrar el agua a las diversas
fuentes existen otros ocho estanques y depósitos más, El Chato, El Cuadrado,
Las Ranas, El Medio Celemín, Las Llagas, Las Ocho Calles, depósito El Nuevo y
depósito de Uso Común, que se encuentran situados a diferentes cotas, con lo
que se consiguen las diferentes presiones adecuadas para las fuentes, así éstas
pueden conseguir chorros de diferentes alturas y se evita que la presión de
unas se vea afectada al encender el resto.
Diseminadas por los jardines se encuentran 21
fuentes, estando dotada cada una de ellas de una cámara de válvulas o arqueta
donde se ubican las llaves de apertura. Las tuberías que forman el sistema
hidráulico de 300 años son, en su mayoría, de hierro fundido, alcanzando un
diámetro de hasta 50 cm. Las principales, de mayor longitud y diámetro, están
dotadas de sus correspondientes ventosas para permitir la salida del aire del
interior. Las tuberías tienen una longitud total aproximada de 13 kilómetros.
Las fuentes están inspiradas en la mitología
clásica, incluyendo deidades, alegorías y escenas mitológicas. Se construyeron
en plomo para prevenir la corrosión, aunque pintadas a imitación de bronce para
ennoblecerlas, al igual que en Versalles.
En total hay 21 fuentes con más de 300 surtidores
de agua. Todas las fuentes consumen una media de 9000 metros cúbicos por hora
si funcionan a la vez, la misma cantidad de agua que se consume en la ciudad de
Segovia. El depósito principal se consumiría en 13 horas; por eso las fuentes
nunca han funcionado a la vez y están pensadas para ser encendidas solamente
cuando se acercara el rey. Por este motivo, además del deterioro que supondría
su funcionamiento continuo, funcionan en temporada estival algunas, pero solo
funcionan todas 3 veces el mismo día al año: el 30 de mayo; Día de San
Fernando, el 25 de julio; Día de Santiago y el 25 de agosto; Día de San Luis.
Ávila
No debes perderte la
vista de panorámica de la ciudad desde el mirador de los Cuatro Postes.
Convento
de Santa Teresa, edificado sobre la casa natal de Santa Teresa de Jesús,
fachada estilo barroco, y el interior, de planta de cruz latina, cuyas naves
laterales albergan esculturas del maestro Gregorio Fernández, siglo XVII
Medina del Campo El Convento de San José fue la segunda de las
fundaciones de Santa Teresa de Jesús (1567)
Sala de Santa Teresa. Convento de la Anunciación. Alba de Tormes, Salamanca
Retrato De Santa
Teresa, Convento de San José, Sevilla
Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial
Sin salir de la Comunidad de Madrid
encontramos el Monasterio de El Escorial, uno de los
48 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad en España. Este enorme edificio, construido
en el siglo XVI y de estilo herreriano, acoge en su interior, además de la
parte de monasterio, una
basílica, un palacio real, un colegio, un seminario, una biblioteca y el
panteón real. Sin duda, el Monasterio de El Escorial es uno de
los lugares imprescindibles que ver cerca de Madrid, ideal para una excursión
de un día.
Plaza de Cervantes
A solo 20
minutos de Madrid, los viajeros pueden adentrarse en el Siglo de Oro desde
la ciudad natal de Miguel de
Cervantes, Alcalá de Henares, declarada Ciudad Patrimonio de la
Humanidad en 1998 que propone una jornada de aire literario entre sus calles,
museos, y sabores locales. ¿Qué podemos hacer en Alcalá?
En Alcalá de Henares podemos recorrer rincones emblemáticos como
la Casa Natal de Cervantes, en plena
calle Mayor –de origen medieval-, que
recrea el ambiente en el que se crió el autor de “El Quijote” y
permite contemplar una importante colección de muebles, cerámicas, grabados y
cuadros de la época, así como un fondo bibliográfico de los siglos XVI y XVII.
También es imprescindible una visita a la Universidad
de Alcalá, fundada por el Cardenal
Cisneros en 1499 y claro ejemplo del Renacimiento español, que plantea un recorrido por su Patio
Trilingüe, el Palacio Laredo, o la Capilla de San Ildefonso que
es, junto con el Colegio
Mayor, uno de los espacios más antiguos del complejo.
La ciudad también nos invita a descubrir el Corral de Comedias,
en la plaza de Cervantes,
“el más antiguo de España” según Turismo de Alcalá; y
el Museo Arqueológico Regional, inaugurado en 1999 en el antiguo Convento de Dominicos
de la Madre de Dios, que muestra la historia del territorio
madrileño desde la prehistoria hasta la actualidad.
En este patrimonio cultural se integra también la Catedral Magistral,
de estilo gótico, construida en 1497 por decisión del cardenal Cisneros sobre edificaciones anteriores. El Hospital de Antezana,
la Casa Hippolytus o
las ruinas del Parque Arqueológico Complutum cierran un itinerario turístico donde los atractivos
arquitectónicos se funden con el legado histórico.
Al patrimonio se adhiere en esta ciudad su sabrosa gastronomía,
en donde no faltan en la carta las sopas
de ajo, el cocido, las migas manchegas, asados de cordero y cabrito,
así como propuestas de repostería como rosquillas, almendras garrapiñadas, o la
famosa costrada alcalaína, un pastel de merengue, crema y hojaldre.
Sigüenza (Guadalajara)
Los de Sigüenza dicen que tienen dos estaciones: la del tren
y la del invierno. La del tren está destartalada, con las puertas rotas y sin
que nadie ni nada avise de las llegadas y salidas de los trenes, así que no me
quiero imaginar cómo será allí el invierno. Sigüenza fue una ciudad de gran
importancia con universidad, obispos influyentes y los Mendoza liderando una
sucesión de mecenas y benefactores que dejaron un casco urbano precioso para la
posteridad.
Pero su mayor
atractivo es el Doncel, una escultura bellísima y singular convertida en
eslogan turístico de Sigüenza, que se promociona en Fitur y sitios así desde
hace años como La Ciudad del Doncel. Este doncel no es otra cosa que un
monumento funerario custodiado tras una verja gruesa y segura en una capilla de
la Catedral. Para verlo, hay que pagar siete euros. De paso, te enseñan el Museo
Diocesano, el claustro de la catedral y varias salas con tapices, pero lo que
de verdad merece la pena es el bello doncel.
El Doncel de
Sigüenza tiene la particularidad de que, siendo una tumba, el muerto al que se
honra no aparece tendido, sino sentado y leyendo un libro. Los seguntinos, que
son muy suyos, dicen que gran lector no debía de ser el doncel porque lleva 500
años sentado frente al mismo libro y no ha pasado ni una página.
El famoso doncel
se llamaba Martín Vázquez de Arce y nació y se crio en Sigüenza. Estudió en
Guadalajara, fue mayordomo, una especie de secretario, del duque del Infantado
y murió en la guerra de Granada contra el moro de una manera, se sospecha, un
tanto chusca: ahogado en la Acequia Gorda, un paraje que mandaron inundar los
musulmanes para acabar con una parte de la tropa cristiana. Y acabaron con el
Doncel.
Aquello sucedió en
1486, Martín tenía 25 años y ya era comendador de la orden de Santiago, que
como todo el mundo debiera saber, se funda en Cáceres. Aunque la relación del
Doncel con Extremadura es más curiosa que todo eso. Resulta que su padre,
Fernando de Arce, fue comendador de Montijo de la Orden de Santiago, un cargo o
prebenda otorgado por su mentor Juan Pacheco, marqués de Villena y valido de
reyes, con quien trabajó de secretario.
El comendador de
Montijo fue también secretario de reyes y miembro de una embajada diplomática
que fue a ver al Papa a Roma. En medio de tanto trajín, la muerte de su hijo
fue una tragedia que lo empujó a erigir en su honor un monumento funerario que
rompió moldes y se ha convertido en una obra de arte fundamental en la historia
de la escultura.
El escultor parece
ya claro que fue Sebastián de Toledo, conocido por sus trabajos en la capilla
de los Luna toledanos. Sebastián trabajó el alabastro magistralmente para que,
con gran calidad de detalle, se pudiera distinguir cada página del libro que
lee el Doncel, cada vena del joven soldado. Es, sin duda, una obra maestra y
rompedora que abrió nuevos caminos.
Si el padre del
Doncel fue lo más parecido para la época a un alcalde de Montijo, uno de los
grandes mecenas de la Catedral de Sigüenza fue el obispo Fadrique de Portugal,
nacido a media hora de Badajoz, en Vila Viçosa, hermanada con Sigüenza.
Fadrique mandó hacer el gran retablo plateresco de Santa Librada. Otro obispo
mecenas tenía un nombre curioso, don Cerebruno, y levantó la iglesia románica
de San Vicente.
En 2019, se
celebra el 850 aniversario de la fundación de la Catedral de Sigüenza. Miles de
visitantes se enterarán de que el famosísimo Doncel de Sigüenza era hijo del
'alcalde' de Montijo y, parece ser, van a arreglar la estación de tren. Lo del
invierno no tiene remedio.
Chinchón
En muchas ocasiones nos
encontramos con destinos espectaculares más cerca de lo que creemos. Pensamos
en grandes viajes al otro lado del mundo en busca de lugares insólitos o fuera
de lo común y finalmente nos damos cuenta de que, a la vuelta de la esquina, se
hallan muchos de ellos aguardando a que los descubramos o a que volvamos a
disfrutarlos una vez más.
Tal es el caso de Chinchón, declarado Conjunto
Histórico – Artístico que, situado al sureste de la
Comunidad de Madrid, es una auténtica joya.
Y es que pasear por este bello pueblo y
recorrer con calma sus calles y admirar su arquitectura popular supone un
placer cercano y accesible del cual deberíamos disfrutar más a menudo; algo que
debieron pensar las múltiples personalidades del celuloide que
han tenido la suerte de rodar en este escenario de película que
es la localidad de Chinchón.
Un pueblo de película en todos los sentidos
Efectivamente, Chinchón es un pueblo de
película no sólo por su encanto sino en sentido literal. Son muchos y muy
variados los largometrajes que han sido rodados tomando como escenario las
calles y edificios de este municipio madrileño, algunos de ellos de fama
internacional.
Su Plaza Mayor, una de las maravillas de la Comunidad de Madrid
Uno de sus grandes enamorados fue el
magnífico Orson Welles, quien uso Chinchón para sus
películas Campanadas a medianoche y,
sobre todo, Una historia inmortal; otra de las
cintas más famosas grabadas aquí fue El fabuloso mundo del circo,
en la que intervinieron estrellas de la talla de Rita
Hayworth, Claudia Cardinale o John Wayne; o la mítica Rey de Reyes, con Carmen Sevilla en
el reparto o El ruiseñor de las cumbres, con
nuestro inmortal Joselito.
Éstas y muchas otras películas que, sin
duda, han dejado un recuerdo perpetuo de este sensacional pueblo, como lo hizo
– tal vez de una manera más marcada – La vuelta al mundo en 80 días,
con Cantinflas como protagonista, en la que nunca
olvidaremos su divertida forma de torear en la Plaza Mayor de Chinchón,
reconvertida para la ocasión en plaza de toros.
Considerada la
cuarta maravilla de la Comunidad de Madrid, Chinchón debe una
buena parte de su fama como uno de los pueblos más bonitos de España a esta
asombrosa explanada con forma irregular rodeada de casas por todos sus
costados, en lo que representa un conjunto de extrema belleza que deja atónito
a cualquier visitante que la descubre por primera vez.
Construida a partir de finales del
siglo XV y cerrándose en 1683, sus casas de tres plantas, sus 234
balcones y sus soportales forman una estampa única. El
color de las barandillas, llamativo en cualquier instantánea que se tome de la
plaza, se debe a un referéndum celebrado en los años 90 del siglo pasado, en el
que los habitantes del pueblo eligieron el verde como tono predominante.
Otros puntos de
interés que llaman la atención son el castillo que,
a pesar de haber pasado mil vicisitudes a lo largo de su historia, aún nos deja
entrever lo que pudo llegar a ser y nos invita a imaginarnos varios siglos
atrás en el tiempo; también dignas de mención son la Torre
del reloj y la Parroquia de la Asunción, que se han venido complementando
a lo largo de los tiempos, pues la torre está huérfana de iglesia y la iglesia
está huérfana de torre.
La Casa de la Cadena y el
Convento de San Agustín o el Teatro Lope de Vega completan el recorrido por los
típicos puntos que los visitantes de Chinchón suelen llegar a conocer.
No hay que olvidar
tampoco que en esta localidad existe una variada y buena oferta de
restaurantes, en especial en el entorno de la Plaza Mayor, donde a buen seguro
la comida terminará con una degustación del afamado Chinchón, la bebida anisada
producida en el municipio.
Sepúlveda (Segovia)
Iglesia
de Nuestra Señora de la Virgen de la Peña, Sepúlveda
Iglesia
románica del Salvador, Sepúlveda
Galería
románica de la Iglesia del Salvador en Sepúlveda
Este
precioso pueblo se encuentra en la provincia de Segovia, a solo una hora y
media de Madrid. En él podrás contemplar la primera iglesia de estilo románico que
se construyó en la provincia de Segovia. Sus calles invitan a ser recorridas
con calma e irán mostrándote bellos rincones. Su preciosa Plaza Mayor es el centro
neurálgico de la villa. Además, muy cerca se encuentran las Hoces del Río
Duratón, un precioso parque natural que complementa a la perfección la visita a
Sepúlveda.
Pedraza (Segovia)
También en la provincia de Segovia, y muy
cerca de Sepúlveda, se encuentra Pedraza, un precioso pueblo que está
considerado uno de los pueblos más
bonitos de España. Pasean por sus calles empedradas llegarás hasta
su preciosa Plaza Mayor,
uno de sus imprescindibles. Desde ella, y recorriendo la calle Mayor, llegarás hasta su castillo, otro de los lugares
de visita obligada en la villa.
Quizá hayas oído hablar de
Pedraza, en la provincia de
Segovia, debido a su Noche de las velas. Durante los dos primeros
sábados del mes de julio sus vecinos llenan las calles de velas,
apagando el alumbrado público, sumiendo el pueblo en una misteriosa
penumbra entre calles y palacetes medievales. Este singular espectáculo atrae a
cientos de visitantes en estas fechas. Yo no he tenido la oportunidad de
asistir a este evento, pero sí de visitar la villa para fotografiar sus
pintorescas calles y monumentos a plena luz del día por lo que las podrás ver
con todos sus detalles, colores y luces en este post. Pero además, en el
castillo de esta villa el pintor Zuloaga instaló un museo con parte de su obra,
lo cual hace doblemente interesante visitar esta villa medieval.
La puerta de la villa es el único acceso a
Pedraza, y por tanto es utilizada como
entrada y salida única del pueblo, siendo de un solo carril para los
coches, con el que tendrás que entrar, ya que los aparcamientos están
intramuros. Fue construida en el siglo XI y reconstruida en el siglo
XVI, siendo señor de Pedraza Íñigo Fernández de Velasco, y cuyo escudo
preside la entrada. Durante varios siglos fueron cerrados sus portones
por la noche impidiendo la entrada o salida de cualquier persona salvo
urgencia. Sólo el carcelero era el responsable de abrir la puerta.
Al pasar el pequeño túnel, encima de la propia
puerta encuentras un edificio del siglo XIII, que actualmente es la
Oficina de Turismo y el museo de la Cárcel medieval, donde podrás observar
las crueles condiciones de vida a las que tenían que soportar los presos en esa
época, custodiados por el carcelero. Sí, el mismo que abría la puerta.
En el siglo XVI y XVII tiene lugar la época de
mayor esplendor del pueblo, y es de cuando datan
la mayor parte de casas y palacetes. Esta prosperidad fue debida, entre otras cosas, a
la exportación hacia el Norte de Europa de la lana de sus rebaños de ovejas
merinas y a sus excelentes tejidos, capaces de competir con los
mejores que se elaboraban en Flandes.
Los Condestables de Castilla se asentaron en la
Villa, lo que convirtió el lugar en sitio de
paso para grandes personalidades, como artistas, nobles y monarcas.
En la Plaza Mayor, porticada y de estilo castellano, se
encuentra el Ayuntamiento y la Iglesia de San Juan Bautista
No dejes de ver junto al castillo las
ruinas de la iglesia románica de Santa María, de la que aún quedan en
pie apenas su torreón y algunos muros. En la extensión que forma parte de la
extensión de la iglesia, un bonito museo al aire libre de aperos y
máquinas de labranza forman un fotogénico marco
El edificio más
significativo de Pedraza es su castillo que
está unido a la muralla y fue construido en el siglo XIII.
En esta fortaleza
estuvieron prisioneros dos hijos del rey Francisco I de Francia, Francisco, el delfín que murió joven y su hermano menor que reinó como
Enrique II, que habían sido entregados por su padre como rehenes al Emperador
Carlos I de España
Dato que me
pareció muy curioso es que en 1926, el pintor Ignacio Zuloaga
adquirió el castillo y lo restauró, instalando allí un taller. Los
herederos del pintor adaptaron el torreón para la exposición al público de una
parte de la obra del artista, albergando el Museo de Zuloaga de
Pedraza.
Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (Madrid)
Es posible visitar una de las joyas naturales de España
sin salir de la Comunidad de Madrid y a poco más de una hora de la capital.
Este valioso y precioso espacio natural, uno de los
15 Parques Nacionales de España, es el lugar ideal para huir de la vorágine de la ciudad y
disfrutar de un día rodeado de naturaleza, contemplando bellos paisajes y respirando
aire limpio. En él podrás realizar multitud
de rutas y descubrir un gran
número especies animales y vegetales.
Castillo de Belmonte (Cuenca)
En
esta ocasión viajamos a la provincia de Cuenca. A poco más de una hora y media
de Madrid se encuentra el imponente
castillo de Belmonte. Una fortaleza de estilo gótico que fue construida en el
siglo XV y que se encuentra en perfecto estado de conservación. Cuando lo
visites, ¡sentirás que has retrocedido en el tiempo!
Parque Nacional de Cabañeros (Toledo-Ciudad Real)
Qué
ver cerca de Madrid - Parque Nacional de Cabañeros (Toledo-Ciudad Real) | Foto:
Dreamstime.com
Ocupando
parte de las provincias de Toledo y Ciudad Real y algo menos de dos horas de la
Madrid, se encuentra el tercer Parque
Nacional de esta lista, Cabañeros. En este valioso espacio
natural podrás realizar multitud de rutas, contemplando increíbles paisajes y
disfrutando de una de las mejores
representaciones de bosque mediterráneo en España.
El Burgo de Osma (Soria)
La
primitiva obra románica fue construida en tiempos de San Pedro de Osma, primer
Obispo de Osma, en la primera mitad del siglo XII. Foto: Santiago López Pastor
/ Flickr commons
Foto:
José Javier Martín Espartosa / Flickr commons
El sepulcro de San Pedro de Osma se sitúa en el centro de la
sala. Fue construido a mediados del siglo XIII, en estilo gótico, y empleando
piedra caliza policromada. El obispo aparece en actitud yacente vestido de
pontífice. En la parte inferior se narran escenas de la vida del santo y sus
milagros. El sepulcro se apoya en el suelo gracias a cuatro leones.
Los orígenes de esta villa hoy
integrada por los núcleos urbanos de Osma y del Burgo de Osma se remontan a la ciudad
celtíbera y romana de Uxama - Argaela, citada, entre otros
historiadores clásicos, por Plinio el Viejo. En el siglo VIII los árabes
tomaron la ciudad y levantaron varias atalayas de vigilancia, como la de Uxama
o la vecina atalaya del cerro Lomero.
Uxama fue gradualmente abandonada al
tiempo que, en paralelo, se creaba el núcleo urbano de Osma, colindante con la
vieja Uxama. Al mismo tiempo, en el cerro contiguo a Uxama, se construyó el
actual castillo entre los siglos X y XI. En estos
siglos Osma sufrió los avatares de su situación estratégica en el Duero, con
dominio alternativo de musulmanes y cristianos, hasta que en el
año 1088 Alfonso VI ordenó su repoblación.
No existe evidencia documentada de la
presencia del Cid histórico en Osma, aunque no puede descartarse pues fue
alcaide de la vecina Gormaz. Por su parte, el Cantar cita un paraje, el barranco de Alcoceba situado en el término municipal
del Burgo de Osma. Esto, y las importantes referencias a la vecina Alcubilla del Marqués, al Oeste, y Navapalos, al Sur de Osma
(a 6 y 11 km respectivamente) delatan el conocimiento real que el
poeta tenía de esta zona del Duero.
La fundación del Burgo de Osma tiene
lugar en 1101, cuando el obispo
francés Pedro de Bourges, beatificado como San Pedro de Osma, ordena levantar
en los arrabales de Osma, al otro lado del río Ucero, una catedral, alrededor
del cual se creará el actual núcleo urbano.
Burgo de Osma es ciudad
monumental de reconocida gastronomía con sede episcopal
desde el siglo VI. De su importancia da cuenta el hecho de que en el siglo XVI
contara con Universidad (Universidad de
Santa Catalina). Este hecho se manifiesta en el buen número de casas señoriales
y edificios religiosos con los que cuenta. Vale la pena pasear
tranquilamente por sus calles y atravesar sus murallas hasta llegar a la cuidada margen del río
Ucero, aunque antes nos
detendremos en su bonita plaza mayor soportalada.
De entre las muchas construcciones de
la ciudad, sin duda la más llamativa es la imponente torre campanario de
la Catedral
de la Asunción. Aunque el edificio actual es predominantemente gótico, esta
catedral se construyó sobre la primitiva románica, parcialmente derruida en
1232, de la que se conserva la sala capitular y algunos lienzos con bellos
capiteles historiados. La escultura románica del Santo Cristo
del Milagro, el sepulcro gótico de piedra policromada de San Pedro
de Osma o el retablo mayor renacentista obra de Juan de
Juni y Juan Picardo, son otras de las sorpresas que esperan a quien
visite este templo.
La catedral gótica guarda
entre sus muchos tesoros un beato escrito por el clérigo Pedro y miniado
por Martino en 1086, considerado como uno de los códices más
preciados del siglo XI. En el beato existe un mapamundi que refleja muy bien la
geografía espiritual de la época. Al parecer este mapamundi fue pintado en el
año 1086, bajo el reinado de Alfonso VI. El beato original no se expone al
público por motivos de seguridad, pero siempre podrás conocer de primera mano
algunas curiosidades sobre la apasionante historia de este libro.
Plaza Mayor y Hospital
de San Agustín
Pueblos Negros de Guadalajara
Están ubicados a
las faldas del pico Ocejón, al norte de la provincia de Guadalajara. Este
conjunto de pueblos adquiere su nombre precisamente por el color negro de su
arquitectura.
El toque peculiar
y característico de estos pueblos reside en que la mayoría de casas están
construidas a base de pizarra, por lo que se conforma un paisaje arquitectónico
de color negro muy especial.
El porqué de esto,
es precisamente por la abundancia de pizarra en esta zona, lo que ha supuesto
que se utilizara de forma habitual para la construcción. Todo ello ha creado un
paisaje de belleza infigurable y sin duda de los más pintorescos que existen.
Cualquier época del año se considera buena para viajar hasta
estos pueblos, pero sin duda las estaciones más bonitas para hacerlo son otoño
y primavera. A parte de una gran diversidad de vegetación y animales como
jabalíes y zorros, es una muy buena zona para recoger setas, especialmente
níscalos.
La ruta de
los Pueblos Negros de Guadalajara se compone de los siguientes
pueblos: Campillejo El Espinar Campillo de Ranas Roblelacasa Robleluengo
Majaelrayo,Valverde de los Arroyos y Zarzuela de Galve.
Campillejo es la más conocida a nivel turístico, siendo
pedanías de la misma El Espinar, Campillo de Ranas y Robleluengo.
Estos pequeños pueblos, prácticamente aldeas, que ofrecen al visitante una
experiencia única, por la sensación de encontrarte en aldeas prácticamente
deshabitadas, dónde lo único que se escucha es el actuar de la propia
naturaleza.
Pantano de San
Juan, ¿Quién dijo que Madrid no tiene playa?
Entre los términos
municipales de las localidades madrileñas de San Martín de Valdeiglesias y
Pelayos de la Presa se extiende, imponente, el pantano de San Juan, uno de los
pocos de la Comunidad de Madrid en el que está permitido el baño. Aquí es
posible practicar deportes náuticos y las actividades acuáticas a motor y, además,
cuenta en total con unos 14 kilómetros de playa.
El Pantano de San
Juan tiene como finalidad abastecer de agua a la zona suroeste de la Comunidad
de Madrid y también es utilizado para la generación de energía eléctrica. No
obstante, la principal finalidad del embalse es la de atraer a las miles de
personas que se acercan cada año para disfrutar del ocio y de las actividades
que el pantano ofrece.
Enclavado entre
los pinares que se alzan al cielo desde las primeras estribaciones de la sierra
de Gredos, el pantano de San Juan es un lugar muy concurrido no sólo
por turistas, sino también por excursionistas que se desplazan a la
zona en busca de tranquilidad y aire puro, un valor añadido a la vertiente
deportiva y de ocio que posee la zona.
Monasterio de Santa María de El Paular (Madrid)
El Real
Monasterio de Santa María de El Paular fue, desde su fundación en 1390 y
durante 450 años, un monasterio cartujo. Actualmente, desde 1954, es una abadía
benedictina. Está situado en el municipio de Rascafría, en el valle del Lozoya,
en la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama. Esta antigua cartuja,
declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento desde 1876, es de
titularidad estatal y adscrita al Ministerio de Educación Cultura y Deporte.
Desde este Ministerio se ha trabajado en la conservación, restauración y puesta
en valor del conjunto monumental, dentro de las actuaciones establecidas en el
Plan Director promovido por el Instituto del Patrimonio Cultural de España en
el año 1996. En ese marco y durante los últimos veinte años, el Instituto del
Patrimonio Cultural de España ha llevado a cabo diversas actuaciones de
investigación, conservación y restauración sobre gran parte del patrimonio
mueble e inmueble del monasterio, desde el retablo mayor hasta las cubiertas
del conjunto, pasando por la sillería del coro y la portada de piedra del
recinto.
En julio del
año 2011 culminó un largo y costoso proceso de restauración de la serie
pictórica de los cincuenta y cuatro cuadros que Vicente Carducho pintó para el
claustro mayor del monasterio, y que el Museo Nacional del Prado, tras las
obras de restauración y acondicionamiento de dicho claustro, ha vuelto a
depositar en su lugar de origen. Esta apuesta de retorno de la obra, de gran
interés y envergadura cultural indiscutible, constituye uno de los principales
activos de este proyecto cultural que ha conseguido multiplicar por diez el
número de visitantes.
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