viernes, 15 de enero de 2021

 

El Renacimiento

Es la transformación que, con respecto a la Edad Media, experimenta la cultura europea durante los siglos XV y XVI.

El nombre de Renacimiento alude a la nueva vida que cobra por esa época la cultura grecolatina.

A este renacer se unen la aparición de la imprenta (que facilita la difusión de los libros), los descubrimientos geográficos (que amplían el mundo conocido y abren nuevas rutas al comercio), el desarrollo económico y el crecimiento de las ciudades.

Con todo ello comienza el mundo moderno.

Los antecedentes de esta nueva época fueron la depresión económica, los disturbios sociales y el malestar en la religión.

Durante el siglo XV, tuvo lugar un renacimiento de la estabilidad política y social.

Las monarquías de Inglaterra y España comenzaron nuevamente el proceso de centralización de sus reinos.

En cambio, el término Renacimiento no es aplicable a la música como a otras artes, ya que la música de los siglos XV y XVI ni supuso una ruptura con la tradición musical anterior, ni significó un intento de hacer renacer formas procedentes de la antigüedad clásica.

En ese tiempo se produjeron novedades importantes, descubrimientos en todos los órdenes y el espíritu culto e interesado por las artes del Humanismo fomentó el desarrollo de la música, pero no puede hablarse de un Renacimiento musical propiamente dicho.

En términos generales puede decirse que los siglos XV y XVI supusieron el triunfo definitivo de la polifonía frente a la música monódica de la época medieval.

En esta época desaparecieron algunos de los instrumentos del periodo gótico y pervivieron, sobre todo, aquellos que mejor se adaptaban a la polifonía.

Predominaron los instrumentos de teclado y de cuerda, como el órgano, el clavecín, el laúd y la vihuela (de origen español) lo que facilito la consagración de la música como acompañamiento de sus composiciones (los trovadores se acompañaban de instrumentos de cuerda).

Durante estos dos siglos, el auge alcanzado por la música profana fue otra de las innovaciones de la época.

La música paso a ser un arte no solo cultivado por clérigos, como en la Edad Media, y las canciones de corte popular y sobre todo el madrigal (poema cantado de tema lírico-galante) fueron piezas por las que se sintieron atraídos casi todos los compositores.

Durante el siglo XV se impuso la polifonía a la flamenca, que logro una perfecta adecuación entre texto y música.

Los maestros flamencos viajaron por toda Europa, llegando a imponerse en la propia Italia, a pesar de su fuerte tradición musical.

En esta época las formas musicales más difundidas fueron el motete, la misa, la canción polifónica y el villancico (como aportación española).

Entre los compositores, la figura más destacada fue Josquín des Pres (1440-1521), que cultivo tanto la música religiosa como la profana.

En el siglo XVI Italia recupero la primacía musical, imponiendo composiciones como el madrigal de corte italiano y, sobre todo, gracias a un buen número de músicos de gran talla.

No obstante, la división religiosa que el cisma protestante había marcado, dejo también su huella en la música.

Entre los reformadores alemanes y centroeuropeos se entendió que la música tenía una gran importancia para los actos religiosos de la nueva Iglesia; así y con la intención de crear un sentimiento comunitario entre los fieles, los protestantes tendieron hacia una música coral, no polifónica y de texto en lengua vulgar que podía ser cantada por el pueblo.

Tendieron hacia formas dominadas por la sencillez, en las que lo importante es el texto y la falta de dificultades para que pueda ser asequible a las masas.

La respuesta católica a estos planteamientos musicales, se dio en el Concilio de Trento, que pretendió regular la música religiosa de los católicos con formas en las que predominaban la austeridad y la gravedad, renunciando, al menos en principio, a la polifonía.

La música polifónica no pudo ser finalmente rechazada y las decisiones trentinas no fueron seguidas al pie de la letra.

No obstante, algunas de las recomendaciones de los obispos católicos si dejaron su huella en la música religiosa como, por ejemplo, las que insistían en la necesidad de que los textos cantados debían resultar reconocibles para los fieles.

El siglo XVI fue, por otro lado, el momento en el que la música instrumental despertó un verdadero interés entre los compositores.

La música de instrumentos sin acompañamiento de voz se empleo, de manera especial, para el baile y su aparición estuvo muy unida al interés por la música de las refinadas y cultas minorías de las cortes y de las familias más ricas de Europa.

La escuela franco-flamenca y la escuela veneciana concentraron los compositores más relevantes de la época como por ejemplo: Guillaume Dufay, Johannes Ockeghem, Palestrina, Orlando di Lasso, Janequin, entre otros.

En resumen, el Renacimiento abarca los siglos XV y XVI y dentro de este periodo podemos distinguir tres etapas:

Primer Renacimiento: comprende la primera mitad del siglo XV.

Conocido también como el periodo franco-flamenco, ya que los duques de Borgoña (que poseían territorios en los Países Bajos, Bélgica, parte de Francia y Luxemburgo) actuaron como mecenas de un grupo de artistas que se convertirán en los más importantes de esta época.

Entre los compositores más destacados de esta etapa podemos nombrar a Dufay, Ockeghem y Desprès.

La mayor parte de la música de estos autores será religiosa (misas y motetes).

Durante este Primer Renacimiento será muy frecuente la técnica compositiva denominada contrapunto imitativo, que se basa en proyectar un tema ó motivo repetidamente entre las distintas voces.

Alto Renacimiento: comprende la segunda mitad del siglo XV y primera del XVI.

Los músicos franco-flamencos se extienden por Europa, cada territorio acoge las novedades musicales y las adapta a su estilo compositivo.

Se crean, por lo tanto, los denominados estilos nacionales.

En Italia el género que más se cultivará será el madrigal; en Alemania se desarrollará el lied (canción) y en Francia destaca la chanson.

Bajo Renacimiento: se desarrolla durante la segunda mitad del siglo XVI.

Italia se convierte en el país más importante musicalmente hablando, las innovaciones más interesantes vendrán dentro de la música profana; sin embargo, las dos figuras más destacadas en este periodo se dedicarán a la música religiosa, y son Giovanni Pierluigi Palestrina y el español Tomás Luis de Victoria.

Los géneros más importantes siguen siendo el motete y la misa.

En esta época también tenemos que destacar al italiano Claudio Monteverdi, maestro indiscutible del madrigal (del cual escribió ocho tratados) y figura decisiva en el nacimiento de la ópera, con su Orfeo de 1607.

Formas de la música durante el Renacimiento

Es avanzado el Renacimiento cuando aparece una separación clara entre lo que es la música vocal y la instrumental.

Ello es un síntoma de evolución importantísimo que va a repercutir en el futuro musical, separándose de una manera definitiva ambas formas.

La música instrumental

El factor principal que facilita la aparición de la música instrumental es, sin duda alguna, el resurgimiento de la danza que para su desarrollo necesita de piezas instrumentales.

El beneficiado de este proceso es el instrumento musical; especialmente adquieren un alto grado de evolución los instrumentos de cuerda y el órgano, que aunque en el futuro adquiere una función básicamente religiosa, en este momento sirve también para interpretar música profana.

La música vocal

Durante el Renacimiento se desarrollan dos modalidades básicas:

Religiosa: Dentro de la modalidad religiosa caben destacarse varias formas fundamentales:

– La Misa: Esta forma musical toma el nombre del acto litúrgico durante el cual se interpreta.

Durante la Edad Media constaba de tres partes: Kirie, Sanctus y Agnus Dei.

Más tarde se le añaden nuevos pasajes como: Gloria, Credo y Benedictus.

Pero en cualquier caso, a la misa es susceptible de añadírsele nuevas partes en función del objetivo de la ceremonia: Requiem, etc.

Otra característica de la misa es que puede contener partes exentas de texto y, por tanto, pueden ser exclusivamente interpretadas instrumentalmente.

– El Motete: Se trata de una pieza musical cantada que se fundamenta en citas bíblicas, tales como los salmos, evangelios y epístolas.

Se trata de una forma muy arcaica de lo que nos da muestra el hecho de que la parte instrumental se acomode al texto, como sucede con el canto gregoriano.

Es de proporciones muy reducidas, y mientras las partes de la misa son siempre iguales, en el motete éstas varían en función del momento en que se interprete:
Navidad o Semana Santa.

El motete adquiere su verdadero desarrollo en el mundo religioso luterano, siendo menos usado en el ámbito católico.

Profana: Al igual que la música religiosa, la profana tiene dos qrandes tipos:

– El Canon: Tiene su origen en la Inglatera del siglo XIII y consiste en una pieza musical para varias voces que se persiguen circularmente en su entrada.

En su origen se le denomina rota o rondellus, lo que significa rueda. Consta de una sola melodía que se repite constantemente siguiendo esa rueda a que se hacía alusión, y a lo sumo con pequeñas variaciones.

– El Madrigal: Es la forma más importante de la música del Renacimiento en su vertiente profana.

Está ligada al gran movimiento literario del momento y más concretamente a su aspecto más lírico.

No se puede entender dicha forma profana sin tener en cuenta la corriente poética de Petrarca y las novelas pastoriles que, en principio en Italia y posteriormente en otros lugares, producen un gran número de obras.

Ya se ha señalado que el hombre es, durante el Renacimiento, el centro del universo.

El madrigal es la forma óptima para contarlo, al igual que en literatura lo harán el soneto o la novela.

En este sentido, la novela pastoril, junto con la poesía de Petrarca, serán el lazo de unión con la filosofía que quiere transmitir el madrigal.

Además esta expresión musical, como todas las del Renacimiento, emplea las lenguas vulgares.

El madrigal conecta plenamente con el Barroco, movimiento que sigue al Renacimiento, tanto en su filosofía como formalmente, hasta el punto de que Monterverdi, autor italiano, realiza ocho libros sobre madrigales, considerándose los tres últimos como barrocos.

https://www.musicaantigua.com/el-renacimiento-una-etapa-corta-pero-de-las-mas-importantes-dentro-de-la-historia-de-la-musica/

 

Una de las ciudades más importantes

en la

Historia de la Música

 

Audio del programa de radio de RTVE, música antigua a la carta, presentado y dirigido por Sergio Pagán:

“Hoy vamos a viajar hasta la ciudad del Sena, hasta París, para visitar esta luminosa ciudad que durante tantos siglos fue uno de los centros más importantes de las artes – aún lo sigue siendo- y que desde la Edad Media hasta el Barroco tuvo una enorme relevancia, especialmente en el mundo de la música.

Escucharemos obras de Perotin, de Lescurel, de Gervaise, Janequin y Charpentier.

Perotín, llamado en francés Pérotin le Grand (“el grande”) o en latín Magister Perotinus Magnus (también Perotinus Magnus y Magister Perotinus) fue un compositor medieval francés, que nació en París entre 1155 y 1160 y murió hacia 1230.


Considerado el compositor más importante de la Escuela de Notre Dame de París, en la cual comenzó a gestarse el estilo polifónico.

Revisó el Grand livre d’órganum (en latín Magnus líber organi o Magnus Liber, atribuido a Leonín) entre 1180 y 1190.

En el período gótico de la música es objeto de atención desde el punto de vista técnico y teórico.

Se desarrolla el contrapunto.

Entre los tratadistas más notables de ésta época se encuentra Perotín, que fue conocido en Francia entre los años 1180 y 1207.

Sus libros fueron utilizados en la iglesia parisina de la Virgen Bendita incluso después de su muerte.

Se considera que perteneció a la Escuela de Notre Dame de París, centro del Ars antiqua (anterior al Ars nova), aunque no existen pruebas fehacientes de esto.

Compuso obras a tres y cuatro voces a principios del siglo XIII.

El triplum y el quadruplum de Perotín constituyen lo más logrado de la polifonía eclesiástica en los comienzos del siglo XIII.

Su obra más importante es Viderunt omnes, que fue un encargo de las autoridades eclesiásticas para celebrar el día de Navidad del año 1198.

Una de sus obras más admirables es el organum quadruplum Sederunt.

Jehan de Lescurel (también conocido como Jehannot de l’Escurel) (murió el 23 de mayo de 1304) fue un poeta y compositor de la Edad media.

Poco se sabe de su vida salvo que fue hijo de un mercader de París, que probablemente recibió educación musical en la Catedral de Notre Dame y que fue colgado el 23 de mayo de 1304 junto con otros tres clérigos de Notre Dame, incluyendo Oudinet Pisdoé, por corrupción y por crímenes contra las mujeres (Hoppin, p. 383).

Fue una figura de transición desde el periodo de los troveros hasta el ars nova. Su estilo lírico se aproxima más a los compositores del último periodo.

Su música se conserva en el mismo manuscrito que uno de los que contiene el Roman de Fauvel (París, Bibliothèque Nationale, fonds français 146).

La mayoría de sus composiciones son canciones monofónicas en el estilo de los troveros.

Sólo una de sus 34 piezas es polifónica, aunque escribió otras piezas que se han perdido.

El manuscrito incluye 5 virelayes, 15 ballades, 11 rondeaux y 2 diz entés.

Uno de los rondeaux aparece en versión polifónica y monofónica.

Los diz entés son extensos poemas, con un estribillo diferente al final de cada estrofa.

El estilo de las canciones es más cercano a los compositores del siglo XIV que a los del siglo XIII.

Claude Gervaise (París, 1525(?) – 1560(?)) fue un compositor, editor y arreglista de música renacentista , principalmente recordado por su asociación con el renombrado impresor Pierre Ataingnant, cómo así también por su música instrumental.

Aún es poco lo que se ha investigado sobre su vida, y únicamente se conocen detalles de la época en que trabajó en París como asistente de Attaingnant.

Aparece mencionado por primera vez en 1540, como editor de varios libros de danzas instrumentales impresos por Attaingnant.

 


Luego de la muerte de Attaingnant, a finales de 1551 o 1552, Gervaise continúa asistiendo a su viuda en su negocio de publicaciones musicales.

No se sabe a ciencia cierta qué fue de la vida de Gervaise después de su última mención como editor de los trabajos de imprenta en 1558.

La producción musical de Gervaise consiste en chansons y danseryes, la mayoría para tres o cuatro voces.

No parece haber escrito música sacra, algo inusual para compositores de la época.

Además de componer música, introdujo innovaciones en la notación de la música instrumental; en un manual para viola, (1548) se sabe que realizó la primera tablatura para ese instrumento en Francia.

Sus canciones son de composición libre y la mayoría provienen de largos poemas.

Publicó una colección de veinte canciones para cuatro voces en 1541.

Las restantes canciones -para tres voces- son arreglos de las piezas anteriores para cuatro; ésta colección se publicó en 1550.

Estilísticamente son típicas de las canciones francesas de la época: polifónicas pero concisas.

Su música instrumental es lo más conocido de su producción.

La mayoría está escrita para cuatro partes, y dirigida a la danza. Las principales formas empleadas son: pavana, gallarda y branle, incluyendo de éste último las variantes courante, gay, y simple’.

Una de sus pavanas (Pavane Passemaize) incorpora la famosa, verdaderamente ubícua, línea de bajo del “Passamezzo antico”.

Las melodías son simples, y la textura es siempre homofónica, haciéndola ideal para la danza.

Clémet Janequin (c. 1485 – 1558) fue un músico francés del Renacimiento.

Se le considera uno de los más famosos compositores de las chansons populares de su época, junto con Claudin de Sermisy, y tuvo mucha importancia en el desarrollo de la chanson parisina, especialmente de tipo programático.

Su fama, debida a la gran divulgación que tuvo su obra, fue posible gracias al desarrollo de la impresión musical.



Nació en Châtellerault, cerca de Poitiers, departamento de Vienne.

Su carrera fue bastante inusual para su época ya que nunca tuvo un puesto estable en una catedral o en una corte aristocrática.

Por el contrario, desempeñó una serie de cargos menores, a menudo con el auspicio de importantes mecenazgos.

No se conservan documentos que puedan dar detalles sobre su etapa de formación.

En 1505 se encontraba en Burdeos empleado al servicio de Lancelot du Fau, el cual llegaría a ser obispo de Luçon; se mantuvo en ese puesto hasta la muerte de du Fau en 1523, siendo contratando entonces por el Obispo de Burdeos.

Durante ese período se ordenó sacerdote, aunque no debió ejercer grandes funciones ya que parece que siempre se quejaba de la falta de dinero.

Marc-Antoine Charpentier (París,1643 – ibídem, 24 de febrero de 1704) fue un compositor del Barroco francés.

Fue el conocimiento de la música de Giacomo Carissimi en Roma, donde se encontraba estudiando pintura, lo que inclinó la vocación de Charpentier hacia el arte de los sonidos.



Discípulo de este maestro italiano, a su vuelta a París en 1672 Molière lo tomó como compositor de su compañía de teatro, lo que le granjeó la enemistad del influyente Lully, que hasta entonces había sido el más directo colaborador del dramaturgo.

Charpentier escribió para Molière la música de espectáculos como El enfermo imaginario y El misántropo.

En 1679 fue nombrado maestro de capilla del delfín, puesto que perdió a consecuencia de la oposición de Lully.

Desde 1698 hasta su muerte fue maestro de capilla de la Sainte-Chapelle.

Charpentier realizó en su obra la síntesis de las tradiciones italiana y francesa, sobre todo en el ámbito de la música vocal sacra, a la que pertenece su célebre Te Deum.

Sobresalió también en la ópera, faceta en la dejó títulos como Les arts florissants (1673), Actéon (1690) y Medée (1693).

https://www.musicaantigua.com/una-de-las-ciudades-mas-importantes-en-la-historia-de-la-musica/

 

LA FOLÍA

Una de las bases musicales del Renacimiento



Al realizar un estudio minucioso de infinidad de composiciones a partir de finales del siglo XV, encontraremos cierta particularidad en ellas, una característica que independiente de su esquema musical, de su tiempo y demás características definidas podemos observar con gran nitidez, es un esquema armónico-melódico conocido como “La Folia“.

La Folia es uno de los fenómenos más notables de la historia de la música.

Esta melodía simple pero intrigante fue publicada por primera vez en 1672.

Sus raíces se remontan al siglo XV y aun seguiría siendo un gran desafío para numerosos compositores hasta el día de hoy.

También conocida como Follia, Folías de España o Folía de España, es uno de los temas musicales europeos más antiguos y recurrentes.

Dicho tema indica también dos temas musicales parecidos, pero con características muy definidas (la “folía temprana” y la “folía tardía“).

La primera mención al término “folia” es la hecha por el dramaturgo portugués Gil Vicente en su obra de teatro “Auto de Sibilla Cassandra” (1503), en la que se la menciona como una danza interpretada por pastores, de igual manera Sebastian de Covarrubias en su Diccionario Tesoro de la lengua castellana, publicado en 1611, habla de la folía señalando que:



Es una çierta dança portuguesa, de mucho ruido porque ultra de ir muchas figuras a pie con sonajas y otros instrumentos

Fue, sin duda, uno de los bailes más populares de la Castilla del Siglo de Oro. Se caracterizaba básicamente por su compás ternario, fácil acompañamiento instrumental y una desenfrenada puesta en escena. Por su forma musical, estilo y etimología del nombre, se ha sugerido que la melodía surgió como una danza a mediados o finales del siglo XV, bien en Portugal o en la zona del viejo reino de León (zona de influencia galaica), o bien en el levante valenciano.

El esquema armónico de folía, (i)-V-i-VII-III-VII-i-V-(i), apareció en las fuentes musicales por lo menos un siglo antes de las primeras piezas fechadas llamadas “Folía”, que son de finales del siglo XVI. Lo encontramos por primera vez a finales del siglo XV en fuentes de música vocal tanto de origen italiano (Cancionero Musical de Montecassino, Cancionero Musical de Perugia, repertorio de las frottole) como español (principalmente en el Cancionero Musical de Palacio y, más tarde, en las ensaladas).

Aunque aparezca en diferentes países bajo numerosas variantes que comparten las mismas características estructurales, no es posible establecer en base a las fuentes musicales cuál fue el país de procedencia del esquema de folía.

Tal como sugieren investigaciones recientes, el esquema de folía fue en origen el resultado de la aplicación de un proceso de improvisación y composición específico a simples melodías en modo menor.

Lo que se difundió por Europa a partir de finales del siglo XV, no fue un tema específico formado por una secuencia de acordes, sino una técnica de composición-improvisación que podía generar estas secuencias de acordes. Por esta razón encontramos el esquema de folía en tantas obras que tienen títulos y orígenes diferentes.



En la música renacentista y barroca occidental se distinguen con claridad dos temas que son llamados “Folía” en las fuentes musicales: un tema de folía temprana y un tema de folía tardía. La temprana, que aparece por primera vez en el manuscrito Ramillete de flores, del autor español Antonio Martín y Coll a finales del siglo XVI, se basa prevalentemente en el esquema armónico i-V-i-VII-i-V / i-V-i-VII-i-V, aunque existan numerosas variantes significativas.

Fue un tema muy popular sobre todo en España, Italia y Francia tal como demuestra su presencia en numerosas fuentes manuscritas e impresas, prevalentemente para guitarra.

Las versiones de la folía y sus variaciones han sido muchas, y van desde las tres variaciones para arpa de Alessandro Scarlatti hasta las 26 variaciones para orquesta sinfónica compuestas por Antonio Salieri. Además, muchos autores clásicos incluyeron el tema de la folía tardías en sus obras, tal y como lo hicieron Arcangelo Corelli en sus Concerti Grossi, Domenico Scarlatti, Antonio Vivaldi, George Frideric Handel, y Johann Sebastian Bach en algunas cantatas.



De la tradición que alcanza la folía en el panorama musical de los siglos XVI-XVIII tenemos un ejemplo representativo en el amplio listado de compositores de primera fila que se interesaron por elaborar diferencias sobre la Folía para los instrumentos de los que eran maestros.

A partir de la segunda mitad del siglo XVII, la folía adquiere una naturaleza distinta. Más refinada en cuanto a la forma, adopta nuevas progresiones armónicas que la convierten en un tema musical recurrente y conocido en la práctica totalidad de Europa y de corte similar a las formas que presentan chaconas, pasacalles y zarabandas.

En el siglo XIX la popularidad de la Folía disminuyó, pero en el siglo XX algunos compositores retomaron el interés por la misma. Es el caso de Sergei Rachmaninov en sus Variaciones sobre un tema de Corelli (1931) y Manuel María Ponce con sus Variaciones y fuga sobre la Folía de España para guitarra.

La folía ha sobrevivido como danza popular en algunas regiones, como en las Islas Canarias, donde existen las llamadas Folías Canarias, de tempo lento, o en Brasil, donde la cultura afro-brasileña mantiene las llamadas Folia de Reis (Folía de Reyes). Sin embargo, éstas últimas no parecen mantener una clara relación con la folía clásica.

Os dejo para deleite vuestro las “variaciones sobre la folias de Espana ” del Compositor Antonio martin y coll interpretadas por el imprescindible Maestro Jordi Savall en el Festival de Lanvellec en el año 2002.

Folias de España

Fuente:

 APUNTES SOBRE “LAS FOLIAS DE ESPAÑA” en Filomúsica

La Folia – A Musical Cathedral

 

https://www.musicaantigua.com/la-foliaun-fenomeno-sin-precedentes-en-la-historia-de-la-musica-una-de-las-bases-musicales-del-renacimiento/

















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