El Renacimiento
Es la
transformación que, con respecto a la Edad Media, experimenta la
cultura europea durante los siglos XV y XVI.
El nombre
de Renacimiento alude a la nueva vida que cobra por esa época
la cultura grecolatina.
A este
renacer se unen la aparición de la imprenta (que facilita la difusión de los
libros), los descubrimientos geográficos (que amplían el mundo conocido y abren
nuevas rutas al comercio), el desarrollo económico y el crecimiento de las
ciudades.
Con todo
ello comienza el mundo moderno.
Los antecedentes
de esta nueva época fueron la depresión económica, los disturbios sociales y el
malestar en la religión.
Durante el
siglo XV, tuvo lugar un renacimiento de la estabilidad política y social.
Las
monarquías de Inglaterra y España comenzaron nuevamente el proceso de
centralización de sus reinos.
En cambio,
el término Renacimiento no es aplicable a la música como a
otras artes, ya que la música de los siglos XV y XVI ni supuso
una ruptura con la tradición musical anterior, ni significó un intento de hacer
renacer formas procedentes de la antigüedad clásica.
En ese
tiempo se produjeron novedades importantes, descubrimientos en todos los órdenes
y el espíritu culto e interesado por las artes del Humanismo fomentó el
desarrollo de la música, pero no puede hablarse de un Renacimiento musical
propiamente dicho.
En términos
generales puede decirse que los siglos XV y XVI supusieron el triunfo
definitivo de la polifonía frente a la música monódica de la época medieval.
En esta
época desaparecieron algunos de los instrumentos del periodo gótico y
pervivieron, sobre todo, aquellos que mejor se adaptaban a la polifonía.
Predominaron
los instrumentos de teclado y de cuerda, como el órgano, el clavecín, el laúd y
la vihuela (de origen español) lo que facilito la consagración de la música
como acompañamiento de sus composiciones (los trovadores se acompañaban de
instrumentos de cuerda).
Durante
estos dos siglos, el auge alcanzado por la música profana fue otra de las
innovaciones de la época.
La música
paso a ser un arte no solo cultivado por clérigos, como en la Edad Media, y las
canciones de corte popular y sobre todo el madrigal (poema cantado de tema
lírico-galante) fueron piezas por las que se sintieron atraídos casi todos los
compositores.
Durante el siglo XV se impuso la polifonía a la flamenca, que logro una perfecta adecuación entre texto y música.
Los
maestros flamencos viajaron por toda Europa, llegando a imponerse en la propia
Italia, a pesar de su fuerte tradición musical.
En esta
época las formas musicales más difundidas fueron el motete, la misa, la canción
polifónica y el villancico (como aportación española).
Entre los
compositores, la figura más destacada fue Josquín des Pres (1440-1521),
que cultivo tanto la música religiosa como la profana.
En el siglo
XVI Italia recupero la primacía musical, imponiendo composiciones como el
madrigal de corte italiano y, sobre todo, gracias a un buen número de músicos
de gran talla.
No
obstante, la división religiosa que el cisma protestante había marcado, dejo
también su huella en la música.
Entre los
reformadores alemanes y centroeuropeos se entendió que la música tenía una gran
importancia para los actos religiosos de la nueva Iglesia; así y con la
intención de crear un sentimiento comunitario entre los fieles, los
protestantes tendieron hacia una música coral, no polifónica y de texto en
lengua vulgar que podía ser cantada por el pueblo.
Tendieron
hacia formas dominadas por la sencillez, en las que lo importante es el texto y
la falta de dificultades para que pueda ser asequible a las masas.
La
respuesta católica a estos planteamientos musicales, se dio en el Concilio
de Trento, que pretendió regular la música religiosa de los católicos con
formas en las que predominaban la austeridad y la gravedad, renunciando, al
menos en principio, a la polifonía.
La música
polifónica no pudo ser finalmente rechazada y las decisiones trentinas no
fueron seguidas al pie de la letra.
No
obstante, algunas de las recomendaciones de los obispos católicos si dejaron su
huella en la música religiosa como, por ejemplo, las que insistían en la
necesidad de que los textos cantados debían resultar reconocibles para los
fieles.
El siglo
XVI fue, por otro lado, el momento en el que la música instrumental despertó un
verdadero interés entre los compositores.
La música
de instrumentos sin acompañamiento de voz se empleo, de manera especial, para
el baile y su aparición estuvo muy unida al interés por la música de las
refinadas y cultas minorías de las cortes y de las familias más ricas de
Europa.
La escuela
franco-flamenca y la escuela veneciana concentraron los compositores más
relevantes de la época como por ejemplo: Guillaume Dufay, Johannes
Ockeghem, Palestrina, Orlando di Lasso, Janequin, entre otros.
En resumen,
el Renacimiento abarca los siglos XV y XVI y dentro de este periodo podemos
distinguir tres etapas:
–
Primer
Renacimiento: comprende la
primera mitad del siglo XV.
Conocido
también como el periodo franco-flamenco, ya que los duques de Borgoña (que
poseían territorios en los Países Bajos, Bélgica, parte de Francia y
Luxemburgo) actuaron como mecenas de un grupo de artistas que se
convertirán en los más importantes de esta época.
Entre los
compositores más destacados de esta etapa podemos nombrar a Dufay,
Ockeghem y Desprès.
La mayor
parte de la música de estos autores será religiosa (misas y motetes).
Durante
este Primer Renacimiento será muy frecuente la técnica compositiva denominada
contrapunto imitativo, que se basa en proyectar un tema ó motivo repetidamente
entre las distintas voces.
–
Alto Renacimiento:
comprende la segunda mitad del siglo XV y primera del XVI.
Los músicos
franco-flamencos se extienden por Europa, cada territorio acoge las novedades
musicales y las adapta a su estilo compositivo.
Se crean,
por lo tanto, los denominados estilos nacionales.
En Italia
el género que más se cultivará será el madrigal; en Alemania se desarrollará el
lied (canción) y en Francia destaca la chanson.
–
Bajo Renacimiento: se desarrolla durante la segunda mitad del siglo XVI.
Italia se
convierte en el país más importante musicalmente hablando, las innovaciones más
interesantes vendrán dentro de la música profana; sin embargo, las dos figuras
más destacadas en este periodo se dedicarán a la música religiosa, y son
Giovanni Pierluigi Palestrina y el español Tomás Luis de Victoria.
Los géneros
más importantes siguen siendo el motete y la misa.
En esta
época también tenemos que destacar al italiano Claudio Monteverdi,
maestro indiscutible del madrigal (del cual escribió ocho tratados) y figura
decisiva en el nacimiento de la ópera, con su Orfeo de 1607.
Formas de la música durante el Renacimiento
Es avanzado
el Renacimiento cuando aparece una separación clara entre lo que es la música
vocal y la instrumental.
Ello es un
síntoma de evolución importantísimo que va a repercutir en el futuro musical,
separándose de una manera definitiva ambas formas.
La música instrumental
El factor
principal que facilita la aparición de la música instrumental es, sin duda
alguna, el resurgimiento de la danza que para su desarrollo necesita de piezas
instrumentales.
El
beneficiado de este proceso es el instrumento musical; especialmente adquieren
un alto grado de evolución los instrumentos de cuerda y el órgano, que aunque
en el futuro adquiere una función básicamente religiosa, en este momento sirve
también para interpretar música profana.
La música vocal
Durante el Renacimiento se desarrollan dos modalidades básicas:
Religiosa: Dentro de la modalidad religiosa caben destacarse varias formas
fundamentales:
– La Misa: Esta forma musical toma el nombre del acto litúrgico durante el cual
se interpreta.
Durante la Edad Media constaba de tres partes: Kirie, Sanctus y Agnus
Dei.
Más tarde se le añaden nuevos pasajes como: Gloria, Credo y Benedictus.
Pero en cualquier caso, a la misa es susceptible de añadírsele nuevas
partes en función del objetivo de la ceremonia: Requiem, etc.
Otra característica de la misa es que puede contener partes exentas de
texto y, por tanto, pueden ser exclusivamente interpretadas instrumentalmente.
– El Motete: Se trata de una pieza musical cantada que se fundamenta en citas
bíblicas, tales como los salmos, evangelios y epístolas.
Se trata de una forma muy arcaica de lo que nos da muestra el hecho de
que la parte instrumental se acomode al texto, como sucede con el canto
gregoriano.
Es de proporciones muy reducidas, y mientras las partes de la misa son
siempre iguales, en el motete éstas varían en función del momento en que se
interprete:
Navidad o Semana Santa.
El motete adquiere su verdadero desarrollo en el mundo religioso
luterano, siendo menos usado en el ámbito católico.
Profana: Al igual que la música religiosa, la profana tiene dos qrandes tipos:
– El Canon: Tiene su origen en la Inglatera del siglo XIII y consiste en una pieza
musical para varias voces que se persiguen circularmente en su entrada.
En su origen se le denomina rota o rondellus, lo que significa rueda.
Consta de una sola melodía que se repite constantemente siguiendo esa rueda a
que se hacía alusión, y a lo sumo con pequeñas variaciones.
– El Madrigal: Es la forma más importante de la música del Renacimiento en su
vertiente profana.
Está ligada al gran movimiento literario del momento y más concretamente
a su aspecto más lírico.
No se puede entender dicha forma profana sin tener en cuenta la
corriente poética de Petrarca y las novelas pastoriles que, en principio en
Italia y posteriormente en otros lugares, producen un gran número de obras.
Ya se ha señalado que el hombre es, durante el Renacimiento, el centro
del universo.
El madrigal es la forma óptima para contarlo, al igual que en literatura lo
harán el soneto o la novela.
En este sentido, la novela pastoril, junto con la poesía de Petrarca,
serán el lazo de unión con la filosofía que quiere transmitir el madrigal.
Además esta expresión musical, como todas las del Renacimiento, emplea
las lenguas vulgares.
El madrigal conecta plenamente con el Barroco, movimiento que sigue al
Renacimiento, tanto en su filosofía como formalmente, hasta el punto de que
Monterverdi, autor italiano, realiza ocho libros sobre madrigales,
considerándose los tres últimos como barrocos.
Una de las ciudades
más importantes
en la
Historia de la
Música
Audio del
programa de radio de RTVE, música antigua a la carta, presentado y dirigido por
Sergio Pagán:
“Hoy vamos
a viajar hasta la ciudad del Sena, hasta París, para visitar esta luminosa
ciudad que durante tantos siglos fue uno de los centros más importantes de las
artes – aún lo sigue siendo- y que desde la Edad Media hasta el Barroco tuvo
una enorme relevancia, especialmente en el mundo de la música.
Escucharemos
obras de Perotin, de Lescurel, de Gervaise, Janequin y Charpentier.
Perotín, llamado en francés Pérotin le Grand (“el
grande”) o en latín Magister Perotinus Magnus (también
Perotinus Magnus y Magister Perotinus) fue un compositor medieval francés, que
nació en París entre 1155 y 1160 y murió hacia 1230.
Considerado
el compositor más importante de la Escuela de Notre Dame de
París, en la cual comenzó a gestarse el estilo polifónico.
Revisó el Grand
livre d’órganum (en latín Magnus líber organi o Magnus Liber, atribuido
a Leonín) entre 1180 y 1190.
En el
período gótico de la música es objeto de atención desde el punto de vista
técnico y teórico.
Se
desarrolla el contrapunto.
Entre los
tratadistas más notables de ésta época se encuentra Perotín, que
fue conocido en Francia entre los años 1180 y 1207.
Sus libros
fueron utilizados en la iglesia parisina de la Virgen Bendita incluso después
de su muerte.
Se
considera que perteneció a la Escuela de Notre Dame de París, centro del Ars
antiqua (anterior al Ars nova), aunque no existen pruebas fehacientes de esto.
Compuso
obras a tres y cuatro voces a principios del siglo XIII.
El triplum
y el quadruplum de Perotín constituyen lo más logrado de la polifonía
eclesiástica en los comienzos del siglo XIII.
Su obra más
importante es Viderunt omnes, que fue un encargo de las autoridades
eclesiásticas para celebrar el día de Navidad del año 1198.
Una de sus
obras más admirables es el organum quadruplum Sederunt.
Jehan de Lescurel (también
conocido como Jehannot de l’Escurel) (murió el 23 de mayo de 1304) fue un poeta
y compositor de la Edad media.
Poco se
sabe de su vida salvo que fue hijo de un mercader de París, que probablemente
recibió educación musical en la Catedral de Notre Dame y que fue colgado el 23
de mayo de 1304 junto con otros tres clérigos de Notre Dame, incluyendo Oudinet
Pisdoé, por corrupción y por crímenes contra las mujeres (Hoppin, p. 383).
Fue una
figura de transición desde el periodo de los troveros hasta el ars nova. Su
estilo lírico se aproxima más a los compositores del último periodo.
Su música
se conserva en el mismo manuscrito que uno de los que contiene el Roman de
Fauvel (París, Bibliothèque Nationale, fonds français 146).
La mayoría
de sus composiciones son canciones monofónicas en el estilo de los troveros.
Sólo una de
sus 34 piezas es polifónica, aunque escribió otras piezas que se han perdido.
El
manuscrito incluye 5 virelayes, 15 ballades, 11 rondeaux y 2 diz entés.
Uno de los
rondeaux aparece en versión polifónica y monofónica.
Los diz
entés son extensos poemas, con un estribillo diferente al final de cada
estrofa.
El estilo
de las canciones es más cercano a los compositores del siglo XIV que a los del
siglo XIII.
Claude Gervaise (París, 1525(?) –
1560(?)) fue un compositor, editor y arreglista de música renacentista ,
principalmente recordado por su asociación con el renombrado impresor Pierre
Ataingnant, cómo así también por su música instrumental.
Aún es poco
lo que se ha investigado sobre su vida, y únicamente se conocen detalles de la
época en que trabajó en París como asistente de Attaingnant.
Aparece
mencionado por primera vez en 1540, como editor de varios libros de danzas
instrumentales impresos por Attaingnant.
Luego de la
muerte de Attaingnant, a finales de 1551 o 1552, Gervaise continúa asistiendo a
su viuda en su negocio de publicaciones musicales.
No se sabe
a ciencia cierta qué fue de la vida de Gervaise después de su última mención
como editor de los trabajos de imprenta en 1558.
La
producción musical de Gervaise consiste en chansons y danseryes, la mayoría
para tres o cuatro voces.
No parece
haber escrito música sacra, algo inusual para compositores de la época.
Además de componer
música, introdujo innovaciones en la notación de la música instrumental; en un
manual para viola, (1548) se sabe que realizó la primera tablatura para ese
instrumento en Francia.
Sus
canciones son de composición libre y la mayoría provienen de largos poemas.
Publicó una
colección de veinte canciones para cuatro voces en 1541.
Las
restantes canciones -para tres voces- son arreglos de las piezas anteriores
para cuatro; ésta colección se publicó en 1550.
Estilísticamente
son típicas de las canciones francesas de la época: polifónicas pero concisas.
Su música
instrumental es lo más conocido de su producción.
La mayoría
está escrita para cuatro partes, y dirigida a la danza. Las principales formas
empleadas son: pavana, gallarda y branle, incluyendo de éste último las
variantes courante, gay, y simple’.
Una de sus
pavanas (Pavane Passemaize) incorpora la famosa, verdaderamente ubícua, línea
de bajo del “Passamezzo antico”.
Las
melodías son simples, y la textura es siempre homofónica, haciéndola ideal para
la danza.
Clémet Janequin (c. 1485 –
1558) fue un músico francés del Renacimiento.
Se le
considera uno de los más famosos compositores de las chansons populares de su
época, junto con Claudin de Sermisy, y tuvo mucha importancia en el desarrollo
de la chanson parisina, especialmente de tipo programático.
Su fama,
debida a la gran divulgación que tuvo su obra, fue posible gracias al
desarrollo de la impresión musical.
Nació en
Châtellerault, cerca de Poitiers, departamento de Vienne.
Su carrera
fue bastante inusual para su época ya que nunca tuvo un puesto estable en una
catedral o en una corte aristocrática.
Por el
contrario, desempeñó una serie de cargos menores, a menudo con el auspicio de
importantes mecenazgos.
No se
conservan documentos que puedan dar detalles sobre su etapa de formación.
En 1505 se
encontraba en Burdeos empleado al servicio de Lancelot du Fau, el cual llegaría
a ser obispo de Luçon; se mantuvo en ese puesto hasta la muerte de du Fau en
1523, siendo contratando entonces por el Obispo de Burdeos.
Durante ese
período se ordenó sacerdote, aunque no debió ejercer grandes funciones ya que
parece que siempre se quejaba de la falta de dinero.
Marc-Antoine Charpentier (París,1643
– ibídem, 24 de febrero de 1704) fue un compositor del Barroco francés.
Fue el
conocimiento de la música de Giacomo Carissimi en Roma, donde se encontraba
estudiando pintura, lo que inclinó la vocación de Charpentier hacia el arte de
los sonidos.
Discípulo
de este maestro italiano, a su vuelta a París en 1672 Molière lo tomó como
compositor de su compañía de teatro, lo que le granjeó la enemistad del
influyente Lully, que hasta entonces había sido el más directo colaborador del
dramaturgo.
Charpentier
escribió para Molière la música de espectáculos como El enfermo imaginario y El
misántropo.
En 1679 fue
nombrado maestro de capilla del delfín, puesto que perdió a consecuencia de la
oposición de Lully.
Desde 1698
hasta su muerte fue maestro de capilla de la Sainte-Chapelle.
Charpentier
realizó en su obra la síntesis de las tradiciones italiana y francesa, sobre
todo en el ámbito de la música vocal sacra, a la que pertenece su célebre Te
Deum.
Sobresalió
también en la ópera, faceta en la dejó títulos como Les arts florissants
(1673), Actéon (1690) y Medée (1693).
https://www.musicaantigua.com/una-de-las-ciudades-mas-importantes-en-la-historia-de-la-musica/
LA FOLÍA
Una de las bases musicales del
Renacimiento
Al realizar un
estudio minucioso de infinidad de composiciones a partir de finales del siglo
XV, encontraremos cierta particularidad en ellas, una característica que
independiente de su esquema musical, de su tiempo y demás características
definidas podemos observar con gran nitidez, es un esquema armónico-melódico
conocido como “La Folia“.
La Folia es uno
de los fenómenos más notables de la historia de la música.
Esta melodía
simple pero intrigante fue publicada por primera vez en 1672.
Sus raíces se
remontan al siglo XV y aun seguiría siendo un gran desafío para numerosos
compositores hasta el día de hoy.
También conocida
como Follia, Folías de España o Folía de
España, es uno de los temas musicales europeos más antiguos y
recurrentes.
Dicho tema indica
también dos temas musicales parecidos, pero con características muy definidas
(la “folía
temprana” y la “folía tardía“).
La primera
mención al término “folia” es la hecha por el dramaturgo portugués Gil Vicente
en su obra de teatro “Auto de Sibilla Cassandra” (1503), en la que se la
menciona como una danza interpretada por pastores, de igual manera Sebastian de
Covarrubias en su Diccionario Tesoro de la lengua castellana, publicado en
1611, habla de la folía señalando que:
“Es una çierta
dança portuguesa, de mucho ruido porque ultra de ir muchas figuras a pie con
sonajas y otros instrumentos”
Fue, sin duda,
uno de los bailes más populares de la Castilla del Siglo de Oro. Se
caracterizaba básicamente por su compás ternario, fácil acompañamiento
instrumental y una desenfrenada puesta en escena. Por su forma musical, estilo
y etimología del nombre, se ha sugerido que la melodía surgió como una danza a
mediados o finales del siglo XV, bien en Portugal o en la zona del viejo reino
de León (zona de influencia galaica), o bien en el levante valenciano.
El esquema
armónico de folía, (i)-V-i-VII-III-VII-i-V-(i), apareció en las fuentes
musicales por lo menos un siglo antes de las primeras piezas fechadas llamadas
“Folía”, que son de finales del siglo XVI. Lo encontramos por primera vez a
finales del siglo XV en fuentes de música vocal tanto de origen italiano
(Cancionero Musical de Montecassino, Cancionero Musical de Perugia, repertorio
de las frottole) como español (principalmente en el Cancionero Musical de
Palacio y, más tarde, en las ensaladas).
Aunque aparezca
en diferentes países bajo numerosas variantes que comparten las mismas
características estructurales, no es posible establecer en base a las fuentes
musicales cuál fue el país de procedencia del esquema de folía.
Tal como sugieren
investigaciones recientes, el esquema de folía fue en origen el resultado de la
aplicación de un proceso de improvisación y composición específico a simples
melodías en modo menor.
Lo que se
difundió por Europa a partir de finales del siglo XV, no fue un tema específico
formado por una secuencia de acordes, sino una técnica de
composición-improvisación que podía generar estas secuencias de acordes. Por
esta razón encontramos el esquema de folía en tantas obras que tienen títulos y
orígenes diferentes.
En la música
renacentista y barroca occidental se distinguen con claridad dos temas que son
llamados “Folía” en las fuentes musicales: un tema de folía temprana y un tema
de folía tardía. La temprana, que aparece por primera vez en el manuscrito Ramillete de flores, del autor español
Antonio Martín y Coll a finales del siglo XVI, se basa prevalentemente en el
esquema armónico i-V-i-VII-i-V / i-V-i-VII-i-V, aunque existan numerosas
variantes significativas.
Fue un tema muy
popular sobre todo en España, Italia y Francia tal como demuestra su presencia
en numerosas fuentes manuscritas e impresas, prevalentemente para guitarra.
Las versiones de
la folía y sus variaciones han sido muchas, y van desde las tres variaciones para arpa de Alessandro
Scarlatti hasta las 26 variaciones para
orquesta sinfónica compuestas por Antonio Salieri. Además, muchos autores
clásicos incluyeron el tema de la folía tardías en sus obras, tal y como lo
hicieron Arcangelo Corelli en sus Concerti Grossi, Domenico Scarlatti, Antonio
Vivaldi, George Frideric Handel, y Johann Sebastian Bach en algunas cantatas.
De la tradición
que alcanza la folía en el panorama musical de los siglos XVI-XVIII tenemos un
ejemplo representativo en el amplio listado de compositores de primera fila que
se interesaron por elaborar diferencias sobre la Folía para los instrumentos de
los que eran maestros.
A partir de la
segunda mitad del siglo XVII, la folía adquiere una naturaleza distinta. Más
refinada en cuanto a la forma, adopta nuevas progresiones armónicas que la
convierten en un tema musical recurrente y conocido en la práctica totalidad de
Europa y de corte similar a las formas que presentan chaconas, pasacalles y
zarabandas.
En el siglo XIX
la popularidad de la Folía disminuyó, pero en el siglo XX algunos compositores
retomaron el interés por la misma. Es el caso de Sergei Rachmaninov en sus Variaciones sobre un tema de Corelli
(1931) y Manuel María Ponce con sus Variaciones
y fuga sobre la Folía de España para guitarra.
La folía ha
sobrevivido como danza popular en algunas regiones, como en las Islas Canarias,
donde existen las llamadas Folías Canarias, de tempo lento, o en Brasil, donde
la cultura afro-brasileña mantiene las llamadas Folia de Reis (Folía de Reyes).
Sin embargo, éstas últimas no parecen mantener una clara relación con la folía
clásica.
Os dejo para
deleite vuestro las “variaciones sobre la folias de Espana ” del Compositor
Antonio martin y coll interpretadas por el imprescindible Maestro Jordi Savall
en el Festival de Lanvellec en el año 2002.
Fuente:
APUNTES SOBRE “LAS FOLIAS DE ESPAÑA” en Filomúsica
La
Folia – A Musical Cathedral
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