Hay en el
presente texto de Antonio Avitia Hernández, una clara vocación vindicatoria de
la obra literaria de Antonio Estrada Muñoz autor de "Rescoldo, los últimos
cristeros", de la que Juan Rulfo opinara que "es el único libro, obra
novelesca u obra histórica, escrito sobre los cristeros".
De
particular interés para mi gobierno, resulta la publicación y difusión de
textos sobre la vida y la obra de los mejores hombres de Durango, que lo han
sido, ya por su aporte a la cultura y al desarrollo del Estado, ya por su
entrega a la tarea histórica que su sino les hubo designado.
Recibamos
con beneplácito este texto de Antonio Avitia Hernández, que da cuenta de los
aspectos relevantes de la obra literaria de Antonio Estrada Muñoz, donde se
recogen los hitos más trascendentes de la Rebelión Cristera en tierra
durangueña.
Lic. Maximiliano Silerio Esparza.
Gobernador Constitucional del Estado de Durango.
En opinión de Juan
Rulfo: "Antonio Estrada, hijo del jefe cristero de Durango, Florencio
Estrada, muerto en combate en 1936, cuenta sencillamente, escuetamente, la
reanudación de la guerra en 1934 y la búsqueda de la muerte. Un lenguaje
perfectamente dominado, al servicio de un pensamiento tan claro como simple,
hace de este libro (Rescoldo, los últimos cristeros) el único libro, obra
novelesca u obra histórica, escrito sobre los cristeros". (1)
En junio de 1986,
estimulado por la opinión de Rulfo, se encontraba en México Guy Thieband,
investigador francés, quien buscaba material para realizar su tesis de
doctorado en literatura en La Sorbona. El tema de su tesis era: La Novela
Cristera Mexicana.
En su trabajo de
investigación, Thieband había localizado y leído alrededor de 26 novelas
cristeras de diferentes autores: Guadalupe Anda, David G. Ramírez (Jorge Gram),
Heriberto Navarrete, Rómulo Gallegos, Elena Garro, Luis Rivero Va¡, Fernando
Robles, Aurelio Robles Castillo, Vereo Guzmán y José Valdovinos, entre otros.
Para Guy Thieband la gran mayoría de las novelas cristeras son malas novelas de
charros, excepto Rescoldo de Antonio Estrada, que es la única novela cristera
escrita desde el punto de vista de los cristeros; las demás, están escritas
desde los diferentes puntos de vista de: la Iglesia, la Liga Nacional Defensora
de la Libertad Religiosa (LNDLR), el gobierno o los militares. Para Thieband,
Rescoldo es la única novela cristera que tiene una excelente idea de la
narrativa.
Con orgullo, el
historiador de la Guerra Cristera externa: "Me dijo Rulfo que, para
entender a la Cristiada, habría de leer UNA DE LAS MEJORES NOVELAS MEXICANAS
COMO ES RESCOLDO". (3)
Para localizar Rescoldo,
Thieband tuvo que espulgar las bibliotecas y librerías de viejo de la ciudad de
México.
Por nuestra parte, luego
de espulgar lo ya espulgado por Thieband, y tras una ardua investigación, se
logró conseguir los hilos de una historia que necesitaba ser tejida.
En la Cristiada, de Jean
Meyer, aparecen varias citas de Rescoldo y en el tomo I Meyer comenta que
"Rescoldo es una novela a todo punto notable en cuanto al fondo y al
contenido" (2)
Antonio Estrada Muñoz
nació en Huazamota, municipio de Mezquital, en el estado de Durango el 23 de
octubre de 1927 y fue hijo del coronel cristero Florencio Estrada y de Doña
Dolores Muñoz, quien todavía, al momento de escribir esto, vive en Monterrey,
N.L. A la edad de 7 años el niño Antonio' Estrada y su familia se encontraban
en la Sierra del Mezquital. Y mientras Florencio Estrada luchaba en la Segunda
Rebelión Cristera contra las fuerzas federales y sus cuñados los Muñoz
(caciques de Huazamota), doña Dolores huía constantemente con sus hijos,
escondiéndose en las cuevas de la sierra y sufriendo hambres y frío, para
sobrellevar la lucha de la Segunda Rebelión, que en el Estado de Durango se
prolongó hasta 1941, mucho más tiempo que en los demás estados de la República
donde hubo levantamientos.
Al morir el coronel
Florencio Estrada, doña Dolores se trasladó con sus hijos a la ciudad de
México. Los hijos fueron internados en una escuela para huérfanos de cristeros
y doña Dolores se puso a trabajar como sirvienta.
Al egresar de la Escuela
para huérfanos de cristeros (Asilo de la Divina Infantita), donde hizo los
estudios de primaria, secundaria y latín. Al egresar de La Divina Infantita, el
joven estrada se matriculó en el Seminario Conciliar de León, Guanajuato; cursó
Filosofía, Letras y Teología y se inicia como escritor combativo disidente de
la doctrina Sinarquista consiguiéndose como enemigo a quien después sería su
editor; Salvador Abascal, dirigente de la U.N.S. Unión Nacional Sinarquista:
Después Hernán Leal Zetina y otro tal Antonio Estrada, desviaron nuestra
doctrina dé la ruta señalada. (4)
En desavenencia con los
sinarquistas leoneses y recién casado con la yucateca Dora Maldonado, Antonio
Estrada se dedicó a trabajar, de lo que saliera, e incluso fue velador en una
fábrica de colchas de Zumpango, Estado de México.
En 1953, Antonio
Estrada, ingresó a la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Durante dos años
Estrada estuvo inscrito en las listas del Carlos Septién, en ese periodo
estableció amistad con su condiscípulo Vicente Leñero y por esa misma época se
relacionó con Juan Rulfo.
En 1955 Estrada comenzó
a escribir Rescoldo. Mientras tanto, como ejercicio del oficio, cubría gratis
la fuente policiaca del Universal Gráfico. "Se tenía que levantar a las
cinco de la mañana, para cubrir la fuente en las delegaciones, llegar al
periódico a redactar, porque el periódico entraba en la imprenta a las 11
". (5)
Para 1959, Estrada tiene
terminada su novela Rescoldo. Mientras escribía sus novelas y cuentos lograba
sobrevivir trabajando de lo que fuera: haciendo artículos, reseñas de libros,
correcciones de estilo, entre otros trabajos, para varias revistas y
periódicos, como: Mundo Mejor, Señal, Gente, El Universal y la revista Siempre,
e incluso trabajó en Elektra (las tiendas del catálogo).
Todos los escritores
mexicanos saben que, de entrada, es difícil publicar una novela en el país y
posiblemente a finales de los años '50 lo haya sido más; el campo se estrecha
todavía más cuando el contenido de lo que se pretende publicar no corresponde a
los intereses de los patrocinadores de la inversión editorial.
Estrada, como miembro
del Ejército Libertador Cristero, no podía publicar su obra en la editorial
oficial. La iglesia, por su parte, tampoco se podía comprometer en la
publicación de Rescoldo, para evitar la ruptura de los arreglos de 1929, en los
que se especifica que los combatientes cristeros no pueden ser tratados como
héroes; las posibilidades de publicación se limitan aún más al saber que, en el
Ejército Libertador Cristero, su dirigente, Aurelio Robles Acevedo, sólo era
capaz de publicar el periódico David. Todo esto sin tomar en consideración que,
en los años '60 lo que más se leía en México eran las historietas de Kalimán,
Memín Pingüín y Lágrimas y risas. La única editorial que, en ese entonces,
podía interesarse por Rescoldo era Jus, cuyo gerente, en ese momento, era
Salvador Abascal (ex dirigente nacional de la Unión Nacional Sinarquista, INS).
La dirigencia de Abascal en la editorial Jus, daba a ésta la tendencia
sinarquista de la derecha mexicana en sus textos. Los sinarquistas guardaban
serias diferencias ideológicas con la tendencia cristera. El catolicismo social
de los cristeros, no es muy compatible con el socialcristianismo de los
sinarquistas. Además, "publicar en Jus, en los años '60, era condenarse en
silencio, y no ser considerado por la "alta cultura" mexicana, porque
un libro de Jus era un libro de derecha y era malo, aunque no se hubiese
leído". (6)
Así el panorama. La
disyuntiva de Antonio Estrada estaba entre: sufrir el silencio de la "alta
cultura" nacional y la corrección de sus textos por Salvador Abascal, o
que su obra nunca conociera los escaparates de las librerías ni las fichas de
las bibliotecas. "Abascal le corrigió varios libros hasta a José
Vasconcelos, en Ediciones Botas, y así se quedaron, era muy puritano". (7)
Rescoldo pasó por la censura de Salvador Abascal, pero afortunadamente, el
retoque se limitó a las "malas razones" y los "cabrones"
aparecen como "carbones", y ante el enojo de Estrada, los "hijos
de la chingada" se convirtieron en "hijos de la tiznada", pero
no había alternativa de publicación.
Como novela histórica,
Rescoldo, adolece de algunas inexactitudes; Estrada refiere que Florencio
Estrada vivía en Estados Unidos y que, en 1927, al enterarse de la persecución
religiosa en el país, decidió regresar a su pueblo, Huazamota, para pelear al
lado de los cristeros, luego refiere un viaje de Huazamota a la ciudad de
Durango, en donde, en el Templo del Sagrario y ante el arzobispo, los cristeros
hacen su juramento de lucha y fidelidad a la causa cristera: "Juro por
mi vida, ser siempre el primero en defender mi religión, cuando sea y contra
quien se atreva a perseguirla". (8)
El juramento antes
transcrito, nunca tuvo lugar, al menos en la ciudad de Durango y menos ante el
arzobispo José María González y Valencia, porque en 1927 éste se encontraba a
unos 10 mil kilómetros de Huazamota, en la ciudad de Roma, tratando de
legitimar la rebelión cristera ante el papa Pío XI y gestionando la ayuda
extranjera para los cristeros mexicanos, con la organización VITA, mientras que
los sacerdotes de la ciudad de Durango habían sido expulsados o aprehendidos y
los templos se encontraban en custodia de las archicofradías locales.
Todo parece indicar que
el juramento cristero se llevó a cabo en Huejuquilla el Alto, Jalisco y ante la
imagen del Divino Preso. A pesar de las inexactitudes históricas, la calidad
literaria y precisamente las ficciones de Rescoldo, dan mayor brillo a la
narrativa, aunque también hay que reconocer que Rescoldo supera con mucho las
inexactitudes históricas y que es el único texto que explica el porqué de la
intervención de la etnia tepehuán en el conflicto cristero, siendo que los
tepehuanes, al tener su propia religión, no comulgan con los católicos y no
sufrieron de la suspensión de cultos, porque ni sacerdotes tenían "Mire,
pagrecito -le explica Chano-, tipihuán entra cristiada por mucho sentido con
gubierno. Tamién coraje vecinos ese Huazamota y Mezquital, y hermanos Tipihuán
Ocotán y Xoconoxtle. Este Ocotán y Xoconoxtle, siempre mete cucharacontra
Candelaria (...), Huazamota y Mezquital, roba ganado y mujer, tumba pinos,
siempre harto, pino.
Ese Chon y Flores con
gubierno, todo dice ta'bueno, no respinga asina Chano Gurrola, por carajadas
vecinos y gubierno, hermanos Chon y Flores, ya no ricuerda cosa sagrada sierra,
que dejó nosotros antepasados". "Cuando hermano Florencio decir si
tipihuán contra gubierno toda nosotra responde: ta'bueno -apoyó el abuelo
Doroteo tata de Chano-. Ese Estrada siempre amigo tipihuán, siempre quiere
harto, si gubierno dice mata Florencio, peleya nosotros por Diosito, tamién por
Gualupita, a ver si gubierno porta mijor tipihuén (...) "Día prontito
nosotra no tiene onde viva, vecino Mezquital recula siempre más adentro sierra.
Toda sierra viene pelando palos. Tipihuán no puede vivir sin pinos". (9)
Las virtudes literarias
de Rescoldo, su gran riqueza en la recreación del lenguaje, evitan que la obra
pueda ser juzgada a la luz de la exactitud histórica; a pesar de ser un fiel
ejemplo de la literatura testimonial, completamente original y que nada tuvo
que ver con los escritores de su tierra y de su tiempo, ganado por un tema
vivido y recurrente en una memoria infantil por demás lucida; con una compleja
estructura narrativa.
El gran embrollo de la
Segunda Rebelión Cristera en el Estado de Durango con sus múltiples
parcialidades de: caciques Muñoz, ejército federal, las compañías madereras,
los tepehuanes y coras gobiernistas y las defensas sociales de agraristas,
versus los cristeros tepehuanes y mestizos, las Bi-Bi Brigada Invensible-
Brigada Invencible o Brigadas Femeninas Santa Juana de Arco, los miembros de la
ACJM Acción Católica de la Juventud Mexicana, así como los miembros de la JCFM,
Juventud Católica Femenina Mexicana, y la, cada vez menos, LNDLR, Liga Nacional
Defensora de la Libertad Religiosa, se mantuvo vigente, a pesar de que se había
resuelto el problema religioso y la cuestión de la educación socialista y se
convirtió en una lucha por la posesión y explotación del bosque y los minerales
del Mezquital y por la sobrevivencia de la etnia tepehuán o, como mejor nos lo dice
el ex combatiente cristero don Casimiro Ruiz: "La bronca de Florencio
Estrada era más con los muñoces y la de los poblanos (nombre que los mestizos
dan a todos indígenas de la región: coras, huicholes, y tepehuanes. Los
tepehuanes, a su vez, usan la palabra "vecino" para denominar a los
mestizos, y "hermanos" para nombrar a los miembros de otras etnias y
a los de la propia), era entre ellos mismos". (10)
En Rescoldo no hay
objetividad histórica; como cristero, Florencio Estrada es antigobiernista, en
el periodo presidencial del general Lázaro Cárdenas del Río, una de las épocas
de mayor legitimidad del Estado Mexicano; pero Florencio Estrada tampoco toma
el partido de la Iglesia y los conservadores: " -Perdone otra vuelta mi
mala cabeza, padrecito... pero aunque seamos rancheros de los más cerrados,
sabemos dos cosas. Si el Papa nos quitó el compromiso, nuestros adentros ya
nunca lo podrán hacer. No le hace que los demás hayan corrido... Mire, señor
cura: en esta sierra acostumbramos a cumplir con la palabra empeñada a
cualquier hombre. Cuando menos nos vamos a rajar con Dios. (11)
De esta manera Florencio
Estrada toma el tercer partido, es decir, el bando cristero. Los cristeros de
Antonio Estrada aparecen en Rescoldo como casi anarco-cristianos y con un pensamiento
que podría ser una primitiva relación con la teología de la liberación, fuera
de la jerarquía de la Iglesia y del Estado y sujetos sólo a las jerarquías
militares del Ejército Libertador. Este ejército tuvo, en el Estado de Durango,
como jefe de Trinidad Mora desde 1926 hasta 1936 y a la muerte de Trinidad
Mora, el Ejército Libertador en la Segunda Rebelión Cristera trataba de recrear
el Estado Cristero que habían logrado Pedro Quintanar y Aurelio Acevedo en la
Primera Rebelión, y que fue desbaratado por los arreglos entre la Iglesia y el
Estado en 1929. Un ejército rescoldo de la primera cristiada que esperaba
agarrar aire para volver a prender el fuego de Cristo Rey, pero la leña del
catolicismo social ya se había quemado y estaba muy desparramada como para
volver a encenderse.
El Ejército Libertador
siguió existiendo, hasta los años '60, sin pelear y sin armas desde los '40,
hasta que el rescoldo se apagó definitivamente.
A pesar de su gran
calidad literaria, Rescoldo no llegó a ser un best-seller cristero, como lo
son: Pensativa, de Jesús Goytortúa, o Héctor, de Jorge Gram (David G. Ramírez),
y no recibió reconocimientos literarios en el país; sin embargo, "Antonio
Estrada posee una valiosa virtud: ha sabido oír el lenguaje y ha sabido ver el
modo de ser de los hombres del campo de su tierra natal, Durango, donde nació,
en Huazamota, en 1927. De aquello nutre sus cuentos que adquirirán una mayor
dimensión cuando recree lo que ahora es valiosa fidelidad. Es autor de
Rescoldo, los últimos cristeros, seleccionada por la Universidad de Oklahoma
como muestra de la literatura mexicana, durante un ciclo especial en 1962. Ese
mismo año obtuvo el premio en un concurso de El Universal con su relato Vente,
pasmao. El Cuento le publicó "Los benditos". (12)
Según Antonio Magaña
Esquivel: "Rescoldo, de Antonio Estrada M. -Colección Voces Nuevas, núm.
17, Editorial Jus, 1961 - no añade nada ni al tema cristero ni a la novelística
mexicana: Estrada parece que vivió no pocos de los sucesos que relata, y que Florencio
Estrada, y Jesús Estrada y otros personajes de Rescoldo, fueron parientes
suyos. Se supone que su relato es un documento humano acerca de aquellos grupos
de cristeros de la Sierra de Durango, que emprendieron hacia 1934 otra campaña
de Cristo Rey. Allá por Mixcoac no sé si exista y funcione todavía el Asilo de
la Divina Infantita, donde por esa época la monjita Tránsito acogía a los
huérfanos cristeros". "Eran 33 de la bola callista -cuenta Estrada en
Rescoldo-; de la segunda sólo estaban los tres de Ángel Castillo. AH ingresó
él, llevado por la coronela Josefina Pérez". (13) Al leer la crítica de
Magaña Esquivel, se deduce que Magaña supone lo que no leyó de Rescoldo.
En el tesoro de la
Sierra Madre, Bruno Traven dedica cierta parte de su novela a los cristeros de
la Segunda Rebelión Cristera en el Mezquital, pero los menciona como bandidos
que gritan "-Viva Cristo Rey-" y sólo son un elemento de ambientación
para que su historia de gambusinos estadounidenses tenga mayor emoción.
Entre 1961 y 1962
Antonio Estrada radicó en San Luis Potosí, ahí participó en el movimiento
navista, que dirigió el doctor Salvador Nava, contra Gonzalo N. Santos, y
Estrada en su reportaje político La Grieta en el Yugo, recogió la secuencia del
movimiento; compiló corridos y testimonios de la lucha contra quien él llama
"el señor del Cargaleote" y señal" la participación de la UNS,
Unión Nacional Sinarquista, de San Luis Potosí, en la lucha contra Santos.
Como consecuencia de la
publicación de la primera edición de La grieta en el yugo, Antonio Estrada se
vio obligado a huir junto con su esposa y sus entonces tres hijos, hasta
Mérida, Yucatán, de donde es originaria su mujer, para salvarse de la
persecución de los esbirros de Gonzalo N. Santos: "nomás agarramos las
cajas y la máquina de escribir y nos fuimos, porque le avisaron: dos veces lo
pasaron a matar, pero le avisaron y entonces fue cuando quemaron la primera
edición de La grieta en el Yugo". (14)
Como narrativa
literaria, La grieta en el yugo tiene poco valor; en algunos momentos el texto
es tan combativo que raya en el panfleto, es más bien, como su nombre lo dice,
un reportaje político.
En lucha política
potosina de principios de los noventas, La grieta en el yugo fue uno de los
textos que inspiró el nuevo brío del movimiento democrático del doctor Salvador
Nava.
En agosto de 1963, El
Universal publicó el cuento Vente, pasmao con el que Estrada, ganó el concurso
mensual de la sección dominical, Revista de la Semana, del citado periódico.
Vente, pasmao también aparece en el libro de cuentos Narrativa típica, y trata
del reencuentro amistoso de dos alejados ex enemigos en la Sierra de Durango.
Para agosto de 1965 el
número 4 de la revista El Cuento publicó Los benditos, como parte de la
colaboración de los lectores a la revista. En Los benditos se narran algunas
costumbres de la etnia tepehuán y su relación con los vecinos (mestizos).
La misma revista en su
número 13 ofreció a sus lectores el cuento El Sombrero. En este relato hay una
gran similitud de situación con la muerte de Florencio Estrada, en Huejuquilla
el Alto, Jalisco, visto por su hijo, pero el autor decidió cambiar el tiempo
del relato y en lugar de ubicarlo en medio de la rebelión cristera lo establece
en medio de la Revolución; asimismo el espacio lo sitúa en Sombrerete,
Zacatecas, y al personaje le trueca el nombre por el fícticio Emeterio Sosa,
cuyo sombrero es llevado por los federales, como trofeo de guerra, ante la
mirada impotente del hijo. Es posible que para ese momento, Estrada ya no
quisiera publicar sobre los cristeros.
Estrada siguió
escribiendo en condiciones por demás difíciles: "Cuando íbamos a tener a
ese hijo (el sexto), él había invertido todo en La sed junto al río y no
teníamos dinero para salir del hospital" (15), bajo estas circunstancias,
a principios de 1967, sale a la circulación La sed junto al río, siendo tal vez
la novela menos estudiada de Estrada, de la que pocos han gozado su complicada,
pero bien lograda, estructura literaria.
En las fojas de La sed
junto al río, editorial Jus enumera las obras de Estrada y se compromete a
publicar sus textos inéditos: Rescoldo, con un tiraje de 4 mil ejemplares,
publicada en 1961. La sed junto al río, con un tiraje de 3 mil ejemplares y
publicada en 1967.
Los Indomables, que la
editorial anunciaba como "En prensa". Las tres novelas anteriores
conforman el Tríptico Duranguense, de novela costumbrista de Antonio Estrada.
También se menciona en
las fojas de La sed junto al río: La grieta en el yugo (reportaje político
-caso San Luis Potosí-) con dos ediciones: la primera en enero de 1963 y la
segunda en junio de 1963, de 5 y 10 mil ejemplares respectivamente. De la misma
manera se anunciaba la próxima aparición de la novela moderna La buena cizaña y
en ensayo: Narrativa típica - Fábula popular.
Lo cierto es que sólo
Rescoldo, La sed junto al río y La grieta en el yugo y cuatro cuentos, son las
únicas obras de Antonio Estrada que han conocido los tipos de la imprenta.
El cuento El pañito
también fue publicado, pero nos fue imposible localizarlo, si bien aparece
incluido en la colección de Narrativa típica, y su asunto versa sobre una
declaración de amor.
En 1967 Jean Meyer se
comunicó con Estrada y éste le aclaró algunos puntos sobre la Segunda Rebelión
Cristera y le señaló la verdadera historia de Valentín de la Sierra, que
también se incluye en la Narrativa típica.
Para ese entonces la
situación del novelista había mejorado parcialmente; trabajaba como director de
la revista I.C.A. Ingenieros Civiles Asociados, mientras que la Secretaría de
Educación Pública, en México, lo tenía registrado como el número uno para ser
presentado, en junio de 1968, en el ciclo: Los Narradores ante su Público.
Todo iba bien, pero
desde diciembre de 1967, el escritor comenzó a sentirse mal y el 7 de abril de
1968 un infarto al miocardio terminó con su creativa existencia.
La historia de los
inéditos de Estrada es por demás lamentable: la suerte de Los Indomables fue
que unos dos meses después de la muerte de Antonio Estrada, su viuda recibió
del Fondo de Cultura Económica, el legajo mecanoscrito de Los indomables y una
carta, en donde, además de darle el pésame, le argumentaban que, como su marido
ya estaba muerto, no tenía sentido la publicación de su texto.
La impresión de Los
Indomables hubiera completado el Tríptico Duranguense, ambientada en el seno de
la etnia tepehuán, que a pesar de no ser de lo más sobresaliente de Estrada,
supera con mucho a otros autores que han escrito sobre la zona y que han gozado
de una mejor suerte editorial, como Ramón Rubín cuyos textos están distanciados
del ambiente étnico huichol y con la visión occidentalizada del asunto.
Del libro de cuentos
Narrativos típica, sólo se han publicado dos, y de manera aislada. Esta serie
de cuentos se desarrollan en la zona que comprenden los límites entre los estados
de Durango, Jalisco, Zacatecas y Nayarit; pedazos de estados llenos de sierra
caliente e inaccesible, donde prendió con mayor fuerza la Rebelión Cristera.
El estilo literario
natural de Antonio Estrada fue el costumbrismo: "Estrada no representó a
la parte ortodoxa de la literatura cristera, sino más bien la parte disidente y
la fuerza literaria y el tema de Rescoldo superan su estilo costumbrista (16)
sin importar lo anterior, en La buena cizaña. Estrada incursionó en un estilo
más moderno, al narrar el conflicto moral de un sacerdote católico que rompe el
celibato y las presiones a las que se ve sometido por parte de la curia y por
la cizaña de las feligreses asiduas (léase beatas).
Antonio Estrada fue bien
querido por sus amigos escritores; al momento de su muerte, algunos de ellos
abrieron una cuenta bancaria a nombre de su viuda Dora. Y Juan Rulfo oh
entrañable amigo de Estrada, nunca olvidó depositar dinero a la cuenta de doña
Dora: "Juan Rulfo nos mandaba dinero al banco cada mes, ese señor nos ayudó
mucho, aunque yo nunca lo conocí". (17)
Luego de una campaña
periodística, en 1990, editorial Jus volvió a imprimir Rescoldo y La Sed Junto
al Río, sin embargo nadie se ha ocupado de los inéditos del escritor. En el
mismo año, Christopher Domínguez Michael, en su Antología de la Narrativa
Mexicana del Siglo XX, primer tomo, (aunque involuntariamente cambia el nombre
del lugar de nacimiento de Antonio Estrada; de Huazamota al inexistente
Tenzuitlén), reproduce dos capítulos de Rescoldo y cita algunos reconocimientos
al valor literaria del mismo.
Haciendo una
desinteresada apología del escritor, Jean Meyer escribió sobre Estrada en los
siguientes términos: "Valiente, publicó reportajes atrevidos sobre el
caciquismo en Baja California y San Luis Potosí; a la hora del movimiento
cívico potosino encabezado por el doctor Nava se la jugó publicando la Grieta
en el Yugo, libro que le valió la persecución, los sustos, el acoso constante
que le llevaron a una muerte prematura. Juan Rulfo admiró su talento y lo defendió
en La Casa del Escritor Mexicano (...) Rescoldo debería figurar en la colección
Lecturas Mexicanas". (18)
Vale la pena la
publicación de las obras completas de Antonio Estrada, por la simple razón de
su talento narrativo y precisamente en el estilo costumbrista.
En el ambiente citadino,
el lenguaje arcaico de las zonas aisladas del país se torna como algo extraño,
por su gran riqueza de vocablos; si volteamos a la provincia, veremos que
Estrada narra con ese lenguaje casi olvidado, una realidad que para algunos es
del siglo pasado, pero que en los años 30 y 40 era vigente en el Mezquital.
Estrada dejó inéditos
varios textos; las novelas: Los indomables y La Buena Cizaña y el libro de
cuentos Narrativa Típica, al que, al parecer, quería cambiar el título por el
de "Sembrar un Manantial".
Inéditos e inconclusos
quedaron; el ensayo Los Cristeros y la Literatura y las novelas: La Tierra era
Blanca, el Enemigo y Cinco Mujeres.
CITAS
1.- Jean Meyer, La Cristiada, Tomo I, p.- 404.
2.-
Jean Meyer, op. cit., p. 404.
3.-
José Gil Olmos. "Rescoldo,
Los Ultimos Cristeros,
vuelve a prensas luego de 28 años".
4.- "Corrido: Cuidado con la disidencia.
La Revolución Mexicana a Través de los
Corridos Populares, Tomo ti, p. 445.
5.- VICENTE LEÑERO / Antonio Avitia, 1988.
6.- Ibid.
7.- JUAN MENDOZA LOPEZ / Antonio Avitia, 1988.
8.- Antonio Estrada, Rescoldo, p. 32.
9.- Antonio Estrada, Rescoldo, p. 122.
10.- CASIMIRO RUIZ / Antonio Avitia,
en Santiago Bayacora, 1987
11.- Antonio Estrada, Rescoldo, p. 55.
12.- "Ellos escribieron los cuentos"
(Antonio Estrada),
revista El Cuento No. 13, p. 450.
13.- Antonio Magaña Esquivel, La novela de la
Revolución,
tomo (i, pp. 181 y 182.
14.- DORA MALDONADO VDA. DE ESTRADA /
Antonio Avitia, 1988.
15.- Ibid.
16.- GUY THIEBAND / Antonio Avitia, México,
1988.
17.- DORA MALDONADO VDA. DE ESTRADA /
Antonio Avitia, México, 1988.
18.- Jean Meyer. "Valentin de la Sierra
Historia de un Mito". periódico Uno Más Uno, suplemento Sábado, México, 11
de febrero de 1989, p. 4.
BIBLIOGRAFIA Y
HEMEROGRAFIA
CAMPOS AGAPITO.
"Memorias de Santiago Bayacora" El coraje cristero, México, Ed. UAM
(Colección Testimonios No. 4), 1981, pp. 9 a 85.
DOMINGUEZ MICHAEL, CHRISTOPHER.
Antología de la Narrativa Mexicana del Siglo XX, Tomo I, Fondo de Cultura
Económica, México, 1990.
ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO.
La Grieta en el Yugo, México, s/p. 193.
Rescoldo, Los últimos cristeros, México, Editorial Jus, (colección Voces Nuevas
No. 17), 1961.
La Sed Junto al Río, México, Editorial Jus (Colección Voces Nuevas No. 26),
1967.
Los indomables, Inédito.
La buena cizaña, inédito.
Narrativa, típica, inédito.
"Vente, pasmao", El Universal, suplemento dominical, Revista de la
Semana, cuarta sección, México, año XLVI, domingo 12 de agosto de 1963, p. 3.
"El sombrero", El Cuento, revista de imaginación, tomo 1, No. 13
México, junio de 1965, pp. 471 a 474
"Los benditos", El cuento, revista de imaginación, tomo 1, No. 4
México, agosto de 1964, pp. 94 a 97.
"Ellos escribieron cuentos" (Antonio Estrada) El cuento, revista de
imaginación, Tomo 1 No. 13, México, junio de 1965, p. 450.
GIL OLMOS, JOSE.
"Rescoldo, Los Ultimos Cristeros, vuelve a prensas luego de 28 años".
El Nacional, sección Cultura, México, domingo 12 de marzo de 1989, p. 2.
MAGAÑA ESQUIVEL, ANTONIO.
La novela de la Revolución, Tomo II, México, Biblioteca del Instituto Mexicano
de Estudios Históricos de la Revolución, 1965.
MARIA Y CAMPOS, ARMANDO DE.
La Revolución Mexicana a Través de los Corridos Populares, Tomo II, Biblioteca
del I.N.E.H.R.M., México, 1962.
MEYER, JEAN.
La Cristiada, Tomo I (La guerra de los cristeros) México, Siglo XXI Editores,
1977. "Valentín de la Sierra, Historia de un Mito", Uno Más Uno,
suplemento sábado, México, 11 de febrero de 1989, p. 4.
TRAVEN, BRUNO.
tesoro de la Sierra Madre, México, Compañía General de Ediciones 1970. Fondo
Aurelio Robles Acevedo, Centro de Estudios sobre la Universidad, CESU, Archivo
Histórico de la UNAM.
ENTREVISTAS A:
VICENTE LEÑERO, en
México, 1988.
DORA MALDONADO VIUDA DE
ESTRADA, en México, 1987 y 1988.
JUAN MENDOZA LOPEZ, en
México, 1987 y 1988.
CASIMIRO RUIZ, en
Santiago Bayacora, Dgo., 1987.
GUY THIEBAND, en México,
1986.
Fuente:
Avitia Hernández, Antonio. Antonio
Estrada, una literatura
en el ostracismo. Gobierno del Estado de Durango /
SECyD Durango. Durango, Dgo., 1994, 23 pp.
https://www.bibliotecas.tv/avitia/indices/antonio_estrada01.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario