TEXTO:
SUMA TEOLÓGICA, primera parte, cuestión 2ª.
Este
texto es la cuestión segunda de la primera parte de la Suma Teológica de Tomás
de Aquino. Esta versión del texto es la edición castellana publicada por la
Biblioteca de Autores Cristianos en Madrid 1994, volumen I, p. 107-113.
Cuestión 2ª. Sobre la
existencia de Dios.
I.- [Se formula el objetivo
de la doctrina sagrada.] Así, pues, como quiera que el objetivo principal de
esa doctrina sagrada es llegar al conocimiento de Dios, y no sólo como ser,
sino también como principio y fin de las cosas, especialmente de las criaturas
racionales según ha quedado demostrado (q. 1 a.7), en nuestro intento de
exponer dicha doctrina trataremos lo siguiente: primero, de Dios; segundo, de
la marcha del hombre hacia Dios; tercero, de Cristo, el cual, como hombre, es
el camino en nuestra marcha hacia Dios.
II. [Se formula el orden de
exposición de la obra] La reflexión sobre Dios abarcara tres partes. En la
primera trataremos lo que es propio de la esencia divina; en la segunda, lo que
pertenece a la distinción de personas; en la tercera, lo que se refiere a las
criaturas en cuanto que proceden de Él. Con respecto a la esencia divina, sin
duda habrá que tratar lo siguiente: primero, la existencia de Dios; segundo,
cómo es, o mejor, cómo no es; tercero, de su obrar, o sea, su ciencia, su
voluntad, su poder. Lo primero plantea y exige respuesta a tres problemas: 1.
¿Es o no es evidente Dios por sí mismo?. 2. ¿Es o no es demostrable?. 3.
¿Existe o no existe Dios?
Articulo 1. Dios, ¿es o
no es evidente por sí mismo?
III.- [Argumentos que
parecen probar la evidencia de la existencia de Dios.]
Objeciones por las que
parece que Dios es evidente por sí mismo:
1. Se dice que son evidentes
por sí mismas aquellas cosas cuyo conocimiento nos es connatural, por ejemplo,
los primeros principios. Pero, como dice el Damasceno[*] al inicio de su libro,
el conocimiento de que Dios existe está impreso en todos por naturaleza. Por lo
tanto, Dios es evidente por si mismo.
2. Más aún. Se dice que son
evidentes por sí mismas aquellas cosas que, al decir su nombre, inmediatamente
son identificadas. Esto, el Filósofo[**] en I Posteriora lo atribuye a los
primeros principios de demostración. Por ejemplo, una vez sabido lo que es todo
y lo que es parte, inmediatamente se sabe que el todo es mayor que su parte.
Por eso, una vez comprendido lo que significa este nombre, Dios, inmediatamente
se concluye que Dios existe. Si con este nombre se da a entender lo más inmenso
que se puede comprender, más inmenso es lo que se da en la realidad y en el
entendimiento que lo que se da sólo en el entendimiento. Como quiera que comprendido
lo que significa este nombre, Dios, inmediatamente está en el entendimiento,
habrá que concluir que también está en la realidad. Por lo tanto, Dios es
evidente por sí mismo.
3. Todavía más. Que existe
la verdad es evidente por si mismo, puesto que quien niega que la verdad existe
está diciendo que la verdad existe; pues si la verdad no existe, es verdadero
que la verdad no existe. Pero para que algo sea verdadero, es necesario que
exista la verdad. Dios es la misma verdad. Jn 14,6: Yo soy el camino, la verdad
y la vida. Por lo tanto, que Dios existe es evidente por sí mismo.
IV.- [Argumentos que
parecen demostrar que la existencia de Dios no es evidente.]
En cambio, nadie puede
pensar lo contrario de lo que es evidente por si mismo, tal como consta en el Filósofo,
IV Methaphysicos y I Posteriora,
cuando trata los primeros principios de la demostración. Sin embargo, pensar lo
contrario de que Dios existe, sí puede hacerse, según aquello del Sal 52,1:
Dice el necio en su interior: ‘Dios no existe’. Por lo tanto, que Dios existe
no es evidente por sí mismo.
V.- [Santo Tomás explica
que la existencia de Dios es evidente por sí, pero no para nosotros.]
Solución. Hay que decir: La
evidencia de algo puede ser de dos modos. Uno, en sí misma y no para nosotros;
otro, en sí misma y para nosotros. Así, una proposición es evidente por sí mis
cuando el predicado está incluido en el concepto del sujeto, como el hombre es
animal, ya que el predicado animal está incluido en el concepto de hombre. De
este modo, si todos conocieran en qué consiste el predicado y en qué el sujeto,
la proposición seria evidente para todos. Esto es lo que sucede con los
primeros principios de la demostración, pues sus términos como ser-no ser,
todo-parten, y otros parecidos, son tan comunes que nadie los ignora. Por el
contrario, si algunos no conocen en qué consiste el predicado y en qué el
sujeto, la proposición será evidente en sí misma, pero no lo será para los que
desconocen en qué consiste el predicado y en qué el sujeto de la proposición. Así
ocurre, como dice Boecio, que hay conceptos del espíritu comunes para todos y
evidentes por sí mismos que sólo comprenden los sabios, por ejemplo, lo
incorpóreo no ocupa lugar. Por consiguiente, digo: La proposición Dios existe,
en cuanto tal, es evidente por sí misma, ya que en Dios sujeto y predicado son
lo mismo, pues Dios es su mismo ser, como veremos (q. 3 a. 4). Pero, puesto que
no sabemos en qué consiste Dios, para nosotros no es evidente, sino que
necesitamos demostrarlo a través de aquello que es más evidente para nosotros y
menos por su naturaleza, eso es, por los efectos.
VI.- [Santo Tomás
responde a los argumentos que parecen demostrar la evidencia de la existencia
de Dios.]
Respuesta a las
objeciones:
1. A la primera hay que
decir: Conocer de un modo general y no sin confusión que Dios existe, está
impreso en nuestra naturaleza en el sentido de que Dios es la felicidad del
hombre; puesto que el hombre por naturaleza quiere ser feliz, por naturaleza
conoce lo que por naturaleza desea. Pero a esto no se le puede llamar
exactamente conocer que Dios existe; como, por ejemplo, saber que alguien viene
no es saber que Pedro viene aunque sea Pedro el que viene. De hecho, muchos
piensan que el bien perfecto del hombre, que es la bienaventuranza, consiste en
la riqueza; otros, lo colocan en el placer; otros, en cualquier otra cosa.
2. A la segunda hay que
decir: Es probable que quien oiga la palabra Dios no entienda que con ella se
expresa lo más inmenso que se pueda pensar, pues de hecho algunos creyeron que
Dios era cuerpo. No obstante, aun suponiendo que alguien entienda el
significado de lo que con la palabra Dios se dice, sin embargo no se sigue que
entienda que lo que significa este nombre se dé en la realidad, sino tan solo
en la comprensión del entendimiento. Tampoco se puede deducir que exista en la
realidad, a no ser que se presuponga que en la realidad hay algo mayor que lo
que puede pensarse. Y esto no es aceptado por los que sostienen que Dios no
existe.
3. A la tercera hay que
decir: Que la verdad en general existe, es evidente por sí mismo; pero que
exista la verdad absoluta, esto no es evidente para nosotros.
Articulo 2. La
existencia de Dios, ¿es o no es demostrable?
VII.- [Argumentos en
contra de que la existencia de Dios sea demostrable.]
Objeciones por
las que parece que Dios no es demostrable:
1. La existencia de Dios es artículo de fe. Pero los contenidos de
fe no son demostrables, puesto que la demostración convierte algo en evidente,
en cambio la fe trata lo no evidente, como dice el Apóstol en Heb 2,1. Por lo
tanto, la existencia de Dios no es demostrable.
2. Más aún. La base de la
demostración está en lo que es. Pero de Dios no podemos saber qué es, sino sólo
qué no es, como dice el Damasceno. Por lo tanto, no podemos demostrar la
existencia de Dios.
3. Todavía más. Si se
demostrase la existencia de Dios, no sería más que a partir de sus efectos.
Pero sus efectos no son proporcionales a Él, en cuanto que los efectos son
finitos y Él es infinito; y lo finito no es proporcional a lo infinito. Como
quiera, pues, que la causa no puede demostrarse a partir de los efectos que no
le son proporcionales, parece que la existencia de Dios no puede ser
demostrada.
VIII.- [Testimonio de
las Sagradas Escrituras a favor de que la existencia de Dios es demostrable.]
En cambio está lo que dice
el Apóstol en Prom.1, 20: Lo invisible de Dios se hace comprensible y visible
por lo creado. Pero esto no sería posible a no ser que por lo creado pudiera
ser demostrada la existencia de Dios, ya que lo primero que hay que saber de
una cosa es si existe.
IX.- [Santo Tomás
explica que es posible demostrar la existencia de Dios desde la creación.]
Solución. Hay que decir:
Toda demostración es doble. Una, por la causa, que es absolutamente previa a
cualquier cosa. Se llama: a causa de. Otra, por el efecto, que es lo primero
con lo que nos encontramos; pues el efecto se nos presenta como más evidente
que la causa, y por el efecto llegamos a conocer la causa. Se llama: porque.
Por cualquier efecto puede ser demostrada su causa (siempre que los efectos de
la causa se nos presenten como más evidentes): porque, como quiera que los
efectos dependen de la cusa, dado el efecto, necesariamente antes se ha dado la
causa. De donde se deduce que la existencia de Dios, aun cuando en sí misma no
se nos presenta como evidente, en cambio sí es demostrable por los efectos con
que nos encontramos.
X.- [Santo Tomás
responde los argumentos en contra de la demostrabilidad de la existencia de
Dios.]
Respuesta a las
objeciones:
1. A la primera hay que
decir: La existencia de Dios y otras verdades que de Él pueden ser conocidas
por la sola razón natural, tal como
dice el Apóstol en Rom. 1,19, no son artículos
de fe, sino preámbulos a tales
artículos. Pues la fe presupone el conocimiento natural, como la gracia
presupone la naturaleza y la perfección lo perfectible. Sin embargo, nada
impide que lo que en sí mismo es demostrable y comprensible, sea tenido como
creíble por quien no llega a comprender la demostración.
2. A la segunda hay que decir:
Cuando se demuestra la causa por el
efecto, es necesario usar el efecto como definición
de la causa para probar la existencia de la causa. Esto es así sobre todo por
lo que respecta a Dios. Porque para probar que algo existe, es necesario tomar
como base lo que significa el nombre, no lo que es; ya que la pregunta qué es
presupone otra: si existe. Los nombres dados a Dios se fundamentan en los
efectos, como probaremos más adelante (q. 13 a. 1). De ahí que, demostrada por
el efecto la existencia de Dios, podamos tomar como base lo que significa este
nombre Dios.
3. A la tercera hay que
decir: Por efectos no proporcionales a la causa no se puede tener un
conocimiento exacto de la causa. Sin embargo, por cualquier efecto puede ser
demostrado claramente que la causa existe como se dijo (Sol.). Así, por efectos
divinos puede ser demostrada la existencia de Dios, aun cuando por los efectos
no podamos llegar a tener un conocimiento exacto de cómo es Él en sí mismo.
Artículo
3. ¿Existe o no existe Dios?
XI.- [Argumentos que
parecen refutar la existencia de Dios.]
Objeciones por las que parece que Dios no
existe:
1. Si uno de los contrarios
es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el
nombre Dios al darle el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios no
existiría ningún mal. Pero el mal se da en el mundo. Por lo tanto, Dios no
existe.
2. Más aún. Lo que encuentra
su razón de ser en pocos principios, no se busca en muchos. Parece que todo lo
que existe en el mundo, y supuesto que Dios no existe, encuentra su raz6n de
ser en otros principios; pues lo que es natural encuentra su principio en la
naturaleza; lo que es intencionado lo encuentra en la razón y voluntad humanas.
Así, pues, no hay necesidad alguna de acudir a la existencia de Dios.
XII.- [Testimonio de las
Sagradas Escrituras a favor de la existencia de Dios.]
En cambio esta lo que se
dice en Éxodo 3,14 de la persona de Dios: Yo existo.
XIII.- [Santo Tomás
explica cinco métodos racionales para demostrar la existencia de Dios.]
Solución Hay que decir.: La existencia de Dios
puede ser probada de cinco maneras distintas.
1 ) La primera y más clara
es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos,
que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De
hecho nada se mueve a no ser que, en cuanto potencia, esté orientado a aquello
por lo que se mueve. Por su parte, quien mueve esta en acto. Pues mover no es
más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que
por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la
madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y
cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en
potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que
es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí
puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea
movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve
necesita ser movido por otro, y este por otro. Pero si lo que es movido por
otro se mueve, necesita ser movido por otro, y este por otro. Este proceder no
se puede llevar indefinidamente (proceso al infinito), porque no se llegaría al
primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no
mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve
nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel
primer motor al que nadie mueve. En este, todos reconocen a Dios.
2) La segunda es la que se
deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay
un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que
algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa
imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente
porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la
intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se
quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes
no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si
en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no
existiría la primera causa eficiente; en consecuencia, no habría efecto último
ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario
admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.
3) La tercera es la que se deduce
a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que las cosas
pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y
consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las
cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí
mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas
las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en
que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto
que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si,
pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia,
nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos lo seres son sólo
posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario
encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible
que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este
proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes
(núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente
necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de
la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios.
4) La cuarta se deduce de la
jerarquía de valores que encontramos en las cosas. Pues nos encontramos que la
bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas
más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto
que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que
se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy
bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son
sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como
quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que
pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos
los calores, como se explica en el mismo libro-, del mismo modo hay algo que en
todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra
perfección. Le llamamos Dios.
5) La quinta se deduce a
partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen
conocimiento, como son los cuerpos naturales y que obran por un fin. Esto se
puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir
lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar,
sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin
sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha
por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las
cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios.
XIV.- [Santo Tomás
responde a los argumentos en contra de la existencia de Dios.]
Respuesta a las
objeciones:
1. A la primera hay que
decir: Escribe Agustín en el Enchiridio: Dios, por ser el bien sumo, de ninguna
manera permitiría que hubiera algún tipo de mal en sus obras, a no ser que, por
ser omnipotente y bueno, del mal sacara un bien. Esto pertenece a la infinita
bondad de Dios, que puede permitir el mal para sacar de él un bien.
2. A la segunda hay que
decir: Como la naturaleza obra por un determinado fin a partir de la direcci6n
de alguien superior, es necesario que las obras de la naturaleza también se
reduzcan a Dios como a su primera causa. De la misma manera también, lo hecho a
propósito es necesario reducirlo a alguna causa superior que no sea la razón y
voluntad humanas; puesto que éstas son mudables y perfectibles. Es preciso que
todo lo sometido a cambio y posibilidad sea reducido a algún primer principio
inmutable y absolutamente necesario, tal como ha sido demostrado (Sol.).
GLOSARIO
ACTO (actus): es la realización de lo que está en
potencia; aquello que hace ser a lo que es. El ser realizado que ya ha
adquirido una forma. Se opone a potencia y sirve, junto con el concepto de
potencia, para explicar el movimiento como el paso de la potencia al acto. Este
par de conceptos se utiliza en la primera vía. La noción de acto tiene una
pluralidad de sentidos, siendo los fundamentales los siguientes: EI cambio o
movimiento, la acción, la forma y el ser.
ARTÍCULO: Las Sumas fueron el género filosófico
por excelencia del S. XIII. La Sumas son como enciclopedias cuyo propósito era
totalizar y sistematizar un determinado saber. En ellas se desarrollaba una
disciplina, ya fuera filosofía, teología o derecho. Summa significaba el punto
culminante de una cosa, lo esencial de ella (summa rerum son los puntos
principales de un asunto), y también el conjunto o generalidades (summa belli
es la dirección de las operaciones militares en una guerra). Una Suma
Teológica, como fórmula Pedro de Poitiers, es el compendio inequívocamente
formulado de cuanto hay que creer y cuanto hay que hacer para la aserción de la
fe y la conformación de las costumbres.
Las
Sumas estaban estructuradas en cuestiones y estas se dividían en artículos.
Estos últimos tienen su origen en el método de Sic et non (podría traducirse
por: No, pero...) de Abelardo, que recogía enfrentadas una seria de opiniones
de apariencia contradictoria, precedidos de una introducción en la que indica
los medios para resolver las divergencias. La estructura de un artículo es la
siguiente:
- El título del artículo, que se
formula de forma interrogativa presentando dos posturas contrapuestas.
- Las objeciones o dificultades que
exponen un conjunto de argumentos en contra de una de las alternativas
contrapuestas, generalmente la de nuestro autor.
- En cambio o conjunto de argumentos a
favor, basados en el recurso a la autoridad de las sagradas escrituras o la
revelación divina.
- La solución que incluye un conjunto
de resoluciones que combinan argumentos de fe y de razón, y expresan la postura
o pensamiento del autor.
- La respuesta que consiste en la
solución de las objeciones iniciales, contrarias a la opinión de nuestro autor.
ARTÍCULOS DE FE
(articula fidei):
Conjunto de proposiciones teológicas cuya verdad no puede ser demostrada por la
razón, ésta tan solo pude defenderlas o hacerlas razonables. Son proposiciones
cuya verdad es evidente en si, pero no para el conocimiento humano. Estas
verdades son reveladas por Dios y contenidas en la Doctrina Sagrada o Teología Sagrada.
Son los dogmas de la trinidad de Dios, la resurrección del cuerpo, encarnación
y creación. A estas verdades solo podemos acceder mediante la gracia o la
revelación divina.
CAUSA-EFECTO
(causa-efectus): se
denomina causa al principio del cual algo procede o se sigue necesariamente, es
decir, el efecto. Siguiendo a Aristóteles la causa puede ser de cuatro tipos:
material, formal, eficiente y final. La utilización del principio de causalidad
y la interpretación de Dios como causa trascendente hace posible un
conocimiento analógico del primer principio. El principio de causalidad en el
ámbito ontológico formula una relación de semejanza entre la causa y el efecto,
que posibilita el conocimiento de la causa a través del efecto. Ver causa.
DEFINICIÓN (definitio): según Arist6teles, la definición
esencial expresa la esencia permanente de una cosa, mediante el género y la
diferencia específica. Para que una definición sea científica la conexión entre
los términos o conceptos que la constituyen debe realizarse por vía
demostrativa. En nuestro texto encontramos dos tipos de definición. La
definición real mediante la cual se indica la esencia o naturaleza de una cosa,
y la definición nominal mediante la cual se indica lo que significa un nombre.
DEMOSTRACIÓN (demostratio): procedimiento discursivo que tiene
como fin derivar la verdad de una proposición. Aristóteles fue el primero en
analizar y definir la noción de demostración como la forma de silogismo que
deduce una conclusión verdadera a partir de unas premisas verdaderas.
Posteriormente Averroes, siguiendo a Aristóteles, realiza la distinción entre
razonamiento deductivo (propter quid) o inductivo (quia), en los que partiendo
de un antecedente verdadero se obtiene un consecuente verdadero.
DIOS (Deus): en la teología es definida la esencia
de Dios con los siguientes atributos: simplicidad (no tiene composición
alguna), perfección, bondad, infinitud, inmensidad, inmutabilidad, eternidad y
unidad. Dios es el ser cuya esencia consiste en existir, como el ser donde
esencia y existencia se identifican, como el ser que tiene la existencia por si
mismo, en suma, como el ser necesario. Por Dios entendemos un ser personal
supremo, que es distinto del mundo y creador del mundo.
EVIDENCIA (evidentia): es la verdad patente para un
entendimiento. Esta verdad se manifiesta en e1 juicio, cuya expresi6n es la
proposición. Una proposición es evidente cuando se conocen los términos (sujeto
y predicado) que la integran. Una proposición es evidente en sí misma y para
nosotros, si nosotros conocemos el contenido del sujeto y del predicado, y éste
está incluido en la definición del sujeto. Una proposición es evidente en si
misma, pero no para nosotros, cuando desconocemos el contenido de uno de los
términos.
FE (fides): esta facultad humana es definida por
santo Tomás como el acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por
el influjo de la voluntad, que, a su vez es movida por la gracia divina. El
acto de razón es realizado por la acción eficiente del objeto sobre el entendimiento
y la actividad de este sobre aquél. Ver creencia.
NECESARIO (necesarius): aquello que no necesita de una causa
exterior para existir y que tiene la capacidad de existir por si mismo. En el
contexto de la tercera vía se refiere a Dios que tiene en si la razón de su
necesidad. Ver necesario.
POSIBLE (possibilis): aquello que puede existir o no
existir. En el contexto de las vías se refiere a los seres contingentes o
criaturas, generables y corruptibles que necesitan de una causa exterior para
existir y dar razón de su existencia.
POTENCIA (potentia): modo de ser intermedio entre el no
ser y el ser en acto. Generalmente indica carencia o privación de una forma. La
potencia esta ordenada al acto y requiere la intervenci6n de un ser en acto. La
potencia a la que se refiere S. Tomás en la primera vía es la potencia pasiva o
capacidad de ser cambiado y no la capacidad de cambiar o potencia activa. Se
opone al acto. Ver potencia.
PREÁMBULOS DE LA FE
(praembula fidei):
Conjunto de verdades reveladas por Dios que pueden ser conocidas y demostradas
por la razón humana y que son necesarias para la salvación humana. No confundir
con los artículos de fe, que son verdades que el hombre no puede demostrar ni
conocer.
PRINCIPIO (principius): se denomina así a todo aquello de lo
que algo procede. Existen dos tipos de principios: lógicos y ontológicos. Los
principios lógicos son los antecedentes con relación a los consecuentes. Son un
conjunto de verdades que no necesitan demostración, pero toda demostración se
basa en ellos. Son evidentes e indemostrables. Los principios ontológicos son
aquello desde donde algo y por lo que algo es, son las causas que dan raz6n de
los efectos. Ver principio.
PROCESO AL INFINITO
(regressus ad infinitum):
es la formulación de la sucesión sin fin en la serie de motores, causas
eficientes, causas necesarias, causas de perfecciones e inteligencias rectoras
de las cuales una es causa de otra en la medida en que esta otra es causa. Se
debe tener en cuenta que santo Tomás no plantea el proceso al infinito en el
campo de las matemáticas o de la física, sino en el campo de la metafísica. La
negación de la serie infinita supone la imposibilidad de formular un recorrido
sin fin en la serie de causas que den razón del efecto de que partimos y por tanto
la formulación de una causa primera.
PROPOSICIÓN
(propositio): es la
unidad mínima de significado y está compuesta por dos términos: el sujeto y el
predicado o atributo, más la cópula. Puede ser verdadera o falsa y adoptar las
siguientes formas: universal, particular, afirmativa y negativa. En el texto
aparecen dos tipos de proposiciones que modernamente se denominan analíticas y
sintéticas. Ver proposición.
RAZÓN (ratio): el conocimiento racional es el
conocimiento natural del hombre y se explica mediante la teoría de la
abstracción. Este acto de conocimiento se origina por la acción del objeto
sobre las capacidades cognitivas del sujeto, es decir, arranca de lo manifiesto
a los sentidos pero es complementado por el dinamismo de las facultades del sujeto
y su criterio de verdad es la evidencia. Ver razón.
VERDAD (veritas): para Santo Tomás la verdad es la
adecuación o correspondencia entre el entendimiento y la cosa, en este sentido,
la verdad se da en el juicio al afirmar o negar el enunciado o proposición.
Este tipo de verdad se denomina semántica o lógica, frente a la verdad
ontológica o verdad del ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario