lunes, 11 de abril de 2022

 

De la Prehistoria española

A los romanos


Paleolítico (+1 400 000-10 000 BP)

El largo período cultural del Paleolítico se divide en tres etapas y cada una de ellas contiene una o más culturas protagonizadas por distintas especies humanas. En la siguiente imagen (Fig. 0-1) se pueden ver las culturas pertenecientes al Paleolítico Inferior y Medio así como los yacimientos más importantes que se han descubierto en tierras de Cantabria, Castilla, Álava y La Rioja.

El primer asentamiento humano que se conoce —hasta el momento— en el ámbito geográfico que estudiamos, se encuentra en la sierra burgalesa de Atapuerca, donde se han hallado restos humanos de una antigüedad de más de 1 400 000 años. Hasta el momento, son los restos de homínidos más antiguos de la Península Ibérica y pertenecen a una especie llamada Homo antecessor. La cultura desarrollada se encuentra dentro de la Cultura de Cantos Tallados o Pebble Culture, instrumentos de piedra poco elaborados.

Aún dentro del Paleolítico Inferior, hace aparición otra especie humana, Homo ergaster, del cual han aparecido más de 2500 restos óseos en Atapuerca con una antigüedad de más de 300.000 años. Esta especie desarrolló la cultura Achelense, caracterizada por la aparición de bifaces y picos triedros. Restos achelenses se han documentado, aparte de en Atapuerca, en los yacimientos de Torralba y Ambrona (Soria), cueva del El Castillo (Cantabria), en las terrazas de los ríos burgaleses Arlanzón (Villafría) y Ubierna (Villarmero) y en el curso del río Pisuerga (Los Llanos de San Quirce, Canterac, Mucientes, etc.)

Paleolítico Inferior y Medio

Figura 0-1. El Paleolítico Inferior y Medio

El Paleolítico Medio se caracteriza por la aparición del Homo sapiens neanderthalensis y su cultura Musteriense. Restos humanos se han encontrado en el abrigo de Axlor (Vizcaya), cueva de Arrillor (Álava) y Quintanilla de Valdeporres (Burgos). Los yacimientos con útiles musterienses son algo más numerosos. En la cornisa cantábrica encontramos: las cuevas de El Castillo, La Fecha, El Esquilleu, Pendo, Morín, Hornos de la Peña, Cobalejos y Cudón, en Cantabria; el abrigo de Axlor en Vizcaya; y hallazgos al aire libre como en Kurtzia (Vizcaya).

Ya en la meseta existen depósitos musterienses, con un foco burgalés, en las cuevas de San Millán y de La Ermita, alrededores de Oña y alrededores de la ciudad de Burgos; y otro en el bajo Pisuerga (Funsaldaña, Mucientes)

El Paleolítico Superior se caracteriza por la aparición del Homo sapiens sapiens y la desaparición progresiva del hombre de Neanderthal. Hay una gran diversificación de culturas así como de los instrumentos realizados. Se han hallado restos humanos en las cuevas de Peña del Mazo, Pendo, Cobalejos, Santián, La Pasiega, La Chora, Morín y Rascaño en Cantabria y Ojo Guareña en Burgos.

En cuanto a los hallazgos de útiles se puede diferenciar dos zonas: una de gran densidad de hallazgos en la cornisa cantábrica en las cuencas de los ríos Nansa (Chufín, La Meaza), Saja ( Altamira), Besaya (Hornos de la Peña), Pas (El Castillo, La Pasiega, Camargo, El Pendo, El Juyo, Morín), Miera (Rascaño, Salitre, La Garma) y Asón (Valle, La Chora, El Otero, El Mirón) en Cantabria; y en el valle de Carranza (Venta Laperra), Duranguesado (Bolinkoba, Balzola, Silibranka), litoral de Sopelana (Kurtzia), ría de Guernica (Santimamiñe, Atxeta, Antoliña) y cuencas del Lea y Artibai (Lumentxa, Atxurra, Goikolau, Abittaga, Lamiñak y Santa Catalina) en Vizcaya.

En el interior la densidad es menor: cuevas de La Blanca, del Níspero y del Caballón y abrigo de la Aceña en Burgos; al aire libre en Palomar de Mucientes, Valladolid y cueva de Estebanvela en Segovia.


Figura 0-2. El Paleolítico Superior

Además, en el Paleolítico Superior aparecen las primeras manifestaciones artísticas humanas tanto Arte Parietal (pinturas sobre paredes de piedra) como Arte Mobiliar (realizado sobre asta, marfil, hueso o piedra). Destaca el arte paleolítico de la zona cántabro-asturiana con yacimientos tan importantes como el de Altamira, El Pendo, El Castillo, etc. También existen restos de arte paleolítico en Atapuerca, Ojo de Guareña y Palomera (Burgos) y La Griega y Domingo García (Segovia).

Epipaleolítico (8 000-7 000 a.C.)

Tras el fin del Pleistoceno y el de las glaciaciones, el hielo se funde produciéndose una elevación de las aguas marinas. El clima se vuelve más templado y se expanden los bosques, remitiendo la fauna y la flora que dominó durante las glaciaciones.

Este periodo está representado en la zona cantábrica por la cultura Aziliense (8000-7000 a.C), caracterizado por una herencia del Magdaleniense paleolítico. Yacimientos de la época son La Meaza, La Pila, Morín, La Chora, El Valle, El Perro, El Castillo, Camargo, El Otero, El Pendo, Salitre, Piélago y Rascaño en Cantabria; y Arenaza, Silibranka, Bolinkoba, Atxeta, Santimamiñe, Lumentxa, Santa Catalina, Lamiñak II y Abittaga en Vizcaya.

Mesolítico (7 000 – 5 500 a.C.)

Al cambiar las condiciones climáticas los grupos de población se especializan y, a la vez, se rompen la unidad cultural paleolítica, surgiendo diversas culturas adaptadas al medio en que viven. A grandes rasgos, se pueden diferenciar grupos mesolíticos geométricos con yacimientos en Los Canes (Cantabria), Pareko Landa y Kobeaga II (Vizcaya), Kanpanoste Goikoa, Atxoste y Fuente Hoz (Álava), Mendandia (Burgos). Alejados de nuestro ámbito de estudio están las culturas asturiense, de concheros portugueses y macrolítica del noroeste.

Neolítico (5 500-3 000 a.C)

Comienza la domesticación de animales y la agricultura, hay una mayor diversificación en los instrumentos y aparece la cerámica. En definitiva, comienza la sedentarización de la población humana. El origen del Neolítico en la península Ibérica parece debido a influencias orientales que alcanzaron, a comienzos del sexto milenio a.C., las costas mediterráneas. El proceso de neolitización es progresivo y convive, durante mucho tiempo, con grupos humanos mesolíticos. En nuestro ámbito de estudio, parece que las primeras influencias proceden tanto de la costa levantina, remontando el río Ebro, como del núcleo andaluz.

En la Meseta Norte hay constancia de asentamientos neolíticos desde la segunda mitad del sexto milenio a.C. Destacan los yacimientos de La Velilla (Osorno, Palencia), La Lámpara (Ambrona, Soria), Torrecilla de Cameros (La Rioja), Cueva de la Vaquera (Torreiglesias) y de la Nogaleda (Villaseca) en Segovia, Altotero de Modúbar y cueva Mayor de Atapuerca en Burgos. La neolitización completa no se alcanzará hasta la segunda mitad del quinto milenio a.C. Lo mismo ocurre en Álava (abrigo de Peña Larga, Atxuste, covacha de Fuente Hoz, Kanpanoste Goikoa, Los Husos) y Vizcaya (Arenaza, Kobaederra, Santimamiñe). Algo más tardía es la neolitización de Cantabria.

Calcolítico y Bronce Inicial (3 000 – 2 000 a.C)

La metalurgia del Bronce llegó a la península Ibérica por las costas almerienses (Cultura de Los Millares) y desde allí se fue extendiendo por el resto de la Península. Durante el Bronce Antiguo (3 000-2 200 a.C.) se producen dos fenómenos: el Vaso Campaniforme y el Megalitismo.

El Megalitismo (3 000 – 1 500 a.C) puede haber surgido en el norte de Portugal. Está caracterizado por la construcción de dólmenes y sepulcros de cúpula. En lo que respecta a nuestro territorio, se expandió por el valle del Duero subiendo hacia Álava y Navarra. Yacimientos: Sedano, Atapuerca y Cubillejo en Burgos; Turiso, Laguardia y Rioja alavesa en Álava.

El Vaso Campaniforme (2 300 – 1 400 a.C) basado en la cerámica. Existen diversos poblados de esta época en la zona de estudio: La Atayuela (Burgos). En la Meseta predomina el tipo de Ciempozuelos.

En cuanto a la producción artística, existe una gran cantidad de grabados rupestres con yacimientos en: Ojo de Guareña, Atapuerca y Cueva de San García (Burgos); Sta. Mª la Real de Nieva, Cueva de Fuente Dura, La Griega, Ayllón, Hoces del Duratón y Prádena (Segovia); Cueva de los Burros (Palencia). También existe algún resto de arte esquemático en Valonsandero (Soria) y La Griega y Ayllón (Segovia).

Bronce Medio y Final (2 000 – 900 a.C)

El Bronce Medio (2 200 – 1 500 a.C.) se caracteriza por la continuidad del fenómeno campaniforme con algunas influencias procedentes de la Cultura de El Argar (Almería). Poblados de la época son: Villamanzo, Sta. Olalla de Bureba, Villaviudas, Caracena,…

El Bronce Final (1 500 – 900 a.C) viene caracterizado por la influencia de la cultura de los Campos de Urnas, procedente de Centroeuropa, sobre todo en la zona cantábrica y Álava. Mientras en la Meseta se desarrolla la Cultura de Cogotas (desde el 1 400 a.C.), con yacimientos en Huerta de Arriba, Villalmanzo, Covaleda, Villaviudas, Renedo y Caracena. Se produce ahora la primera invasión celta (hacia el 900 a.C), importando elementos de la Cultura de los Túmulos y que se extienden principalmente por Vasconia y la Meseta.

Edad del Hierro (900-s.III a.C)

Las migraciones celtas traen consigo la metalurgia del hierro. De la mezcla entre el sustrato de la Edad del Bronce y los celtas surge en la Meseta la cultura de Campos de Urnas de la Meseta con yacimientos en Villalmanzo, Castilfrío de la Sierra, Numancia, Roa de Duero… Mientras en la zona cantábrica permanecen culturas de la Edad del Bronce. Esta es la 1ª Edad del Hierro (900-s.VI a.C).

La 2ª Edad del Hierro (s.VI-s.III a.C.) comienza con la llegada de una nueva oleada celta trayendo la Cultura de La Tène. De esta época procede la Cultura Celtibérica con yacimientos en Castilfrío de la Sierra y Numancia; la Cultura de los Verracos, con yacimientos en Las Cogotas. Otros yacimientos son Roa, Miraveche y Monte Bernorio. Esta segunda celtización parece haber influido menos que la primera en los pueblos de la costa cantábrica: cántabros, várdulos, caristios, vascones, astures y autrigones. Es al fin de esta época cuando se originan los diferentes pueblos prerromanos que los fenicios, griegos, cartagineses y romanos encontrarán a su llegada a la Península Ibérica.

https://www.condadodecastilla.es/historia/antecedentes/prehistoria/

 

Pueblos prerromanos

 

Son varios los pueblos prerromanos citados por los historiadores griegos y romanos que pueblan el antiguo solar de Castilla. Se considera que se desarrollan a partir del 500 a.C, en la fase denominada Edad del Hierro II.

Sobre su origen y su base étnica se ha escrito mucho y existen diversas hipótesis. Aquellas que priorizan los estudios lingüísticos suelen otorgarle un origen celta por sus idiomas indoeuropeos. Sin embargo, otras tesis apuestan por un origen basado en las poblaciones de la Edad de Bronce indígenas que reciben posteriormente poblaciones o influencias de pueblos fundamentalmente celtas.

Arévacos

Son citados por primera vez por Estrabón. Según este geógrafo e historiador griego del siglo I, los arévacos eran parte de los pueblos celtíberos. Su territorio abarcaba las actuales provincias de Soria, Guadalajara, hasta el alto Tajo, el oriente de la provincia de Segovia y el sureste de la provincia de Burgos.

Según Plinio, sus ciudades más importantes eran: 

Secontia (Sigüenza), Uxama (Osma), SegoviaNova Augusta (Muro de Ágreda), Termes (Tiermes) y Clunia (Peñalba de Castro).

Ptolomeo indica que también les pertenecen: 

Segontia Lanka (Langa de Duero), Veluka o

Voluce (Calatañazor), TucrisNumantia (Numancia), Segeda y Pallantia (Palenzuela).

Parece que en su discurrir histórico se fueron apropiando de territorios de los pelendones a partir del siglo V a.C., especialmente en el entorno de Numancia.

Su forma de vida depende fundamentalmente de la agricultura, excavan minas y producen cerámica a torno y objetos de hierro. Los hallazgos arqueológicos parecen apuntar a que existían aristocracias militares. Muchas de sus ciudades estaban amuralladas, como es el caso de Numancia y Tiermes.

Autrigones

Pueblo de posible etnia celta. Desde su núcleo principal en La Bureba burgalesa, llegaban al norte hasta la costa cantábrica; por el Este hasta Treviño y la Sierra de la Demanda; por el sur, los Montes de Oca y por el Oeste el puerto de la Brújula.

Sus principales ciudades eran:

 Salionca (Poza de la Sal), Virovesca (Briviesca), Vindeleia (Cubo de Bureba o Villanueva de Teba), Uxama Barca (Caranca u Osma de Valdegobia), Deobriga (Arce Mirapérez), Segisamunculum (Cerezo de Río Tirón), Tritium Autrigorum (Monasterio de Rodilla), Flaviobriga (Castro Urdiales) y Antecuia (¿Pancorbo?).

Los restos más típicos son los enterramientos de guerreros con ricos ajuares encontrados en Miraveche y Villanueva de Teba. También nos han dejado constancia de uno de sus dioses: Vurovius.

Berones

Este pueblo era parte de los pueblos celtíberos. Ptolomeo cita como ciudades suyas Libia (en los términos municipales de Herramélluri y Leiva), Bilibium (Bilibio, junto a las Conchas de Haro), Tritium Magallum (Tricio) y Vareia (alrededores de Logroño). Su área de expansión tiene como centro la Sierra de Cantabria, penetra hacia Álava por el norte, llegando hasta el actual Condado de Treviño; por el este confinaban en las cercanías de Calahorra con los vascones; al sur, en la Tierra de Cameros, lindaban con los pelendones; por último, al oeste, por el río Tirón y la Sierra de la Demanda, con los autrigones.

Cántabros

Su territorio lindaba al norte con el mar Cantábrico; al oeste desde la desembocadura del río Sella bajando hacia el sur hasta las cercanías de Cistiella; por el sur continuaba hasta Guardo, incluyendo las Fuentes Tamáricas (Velilla del Río Carrión), Cervera de Pisuerga, Herrera de Pisuerga, Treviño, Villadiego hasta el puerto de la Brújula. La frontera con los autrigones no es muy conocida: podrá pasar cerca de Villarcayo incluyendo las actuales merindades de Valdeporres, Sotoscueva y Montija.

Los historiadores clásicos les atribuyen las ciudades de AmayaVellica o Villegia o Attica, Aracillum (Araceli), Iulobriga (Retortillo, Reinosa) y Moroica. Las excavaciones arqueológicas han encontrado restos de poblaciones cántabras en Amaya, Los Ordejones, Humada; en el río Ebro y sus afluentes de la margen izquierda (Cidad, Arnedo, Orbaneja del Castillo y Barrio de Bricia); en la cuenca del río Nela se localizan castros como los de Mazuela, Momediano, Quintanalacuesta y Quintanilla Valdeporres; en el río Rudrón, Gredilla de Sedano y Valdelateja; en el río Losa, San Pantaleón de Losa y Villaluenga de Losa; y en el Omecillo, San Zadornil. También se han localizado necrópolis tumulares en Quintanilla Sobresierra y el Castro de Icedo.

Dice sobre los cántabros Estrabón:

«… vivían durante las dos terceras partes del año de bellotas que secaban y machacaban y después molían para hacer tortas, que conservaban durante largo tiempo...” Puede indicar que la agricultura no era de excesiva importancia, siendo la cebada el cultivo principal. La ganadería si era una actividad importante: cabras, cerdos, ovejas y bóvidos. Todo ello se complementaba con la caza (jabalís, ciervos, conejos) y la recolección (avellanas, castañas y nueces).»

Caristios

Llamados carietes por Plinio, se discute su parentesco con cántabros, celtas o vascones. Ptolomeo los sitúa entre los ríos Deva y Nervión, lindaban al este con los várdulos y al oeste con los autrigones. Por el sur llegarían hasta las proximidades de la actual Vitoria. Sus ciudades eran Tullica (¿Tuyo?), Suessatio (¿Arcaya?) y Veleia (Iruña-Veleia).

Pelendones

Otro de los componentes de los pueblos celtíberos. Tenían su centro en la zona montañosa donde nace el río Duero. Al norte limitaban con los berones, ocupando prácticamente el sur de la actual La Rioja. Hacia el oeste, por la Sierra de la Demanda hasta Sala de los Infantes. Al sur, limitaban con los arévacos, con los que parece que perdieron territorio, en concreto

Numancia y alrededores. Ciudades en Numantia (posteriormente arévaca), Visontium (Vinuesa), Savia y Augustobriga.

 

Parece los impulsores de la cultura de los castros sorianos. Economía de base ganadera.

Turmódigos o Turmogos o Murbogos

Escasamente mencionados por los historiadores clásicos. Pueblo celtizado que habita preferentemente valles de los ríos y zonas llanas. Sus límites geográficos son los siguientes: al norte limitaban con los cántabros en el Páramo de la Lora; hacia el este y noreste, por la Sierra de la Demanda, Montes de Oca y Salas de los Infantes, con los autrigones; al oeste, lindaban con los vacceos, siguiendo los cursos de los ríos Odra, Pisuerga y Arlanza. Al sur, con vacceos y arévacos, siguiendo una línea entre Solarana y Hortezuelos.

Se detectan dos tipos de poblamiento: en las zonas altas, núcleos de economía ganadera; en los páramos que dominan los valles, hay núcleos, algunos amurallados, que combinan la ganadería y la agricultura de cereal. Se han encontrado silos de grano, restos de telares y fabricaban cerámica e instrumentos de metal.

Según Ptolomeo, les pertenecían las ciudades de Ambisma (¿entre Herrera de Pisuerga y Carrión de los Condes?), Brauum o Brauon (¿Huérmeces, Ubierna, La Nuez de Abajo?), Deobrigula (la zona de El Castro en Tardajos), Segisamo (Sasamón), su núcleo más importante. También les atribuye Pisoraca (Herrera de Pisuerga) aunque parece que es más probable que perteneciera al ámbito cántabro. El Anónimo de Rávena menciona Mancellus (¿Lerma?).

Plinio añade que Autraca (Castrojeriz) es turmódiga, aunque Ptolomeo dice que es vaccea.

Vacceos

Pueblo con origen en torno al siglo VIII a.C. y con influencias celtas. Sus límites eran los siguientes: al norte, con los cántabros, desde Cistierna a Herrera de Pisuerga y Treviño. Por el este, desde Treviño a la confluencia de los ríos Arlanza y Arlanzón, continuando por el río Esgueva hasta las Peñas de Cervera y bajando hasta Coca. Por el sur, desde la desembocadura del río Esla en el Duero pasando por el norte de la Sierra de Ávila, lindando con los vetones en la zona de Salamanca. Al oeste, entre los ríos Esla y Cea.

Ciudades en Autraca (Castrojeriz) – aunque para Plinio es turmódiga-, Rauda (Roa de Duero), Cauca (Coca), Septimancas (Simancas), Pintia (Padilla de Duero), 

Intercatia  (Paredes de Nava), 

Amallobriga (Tiedra), 

Pallantia (Palencia), 

Dessobriga (Osorno) y 

Albocela (Villalazán).

Diodoro de Sicilia habla de una especie de colectivismo agrario que consistía en dividir cada año sus campos por suerte, se trabajaban las tierras y la cosecha pertenecía a la comunidad, la cual hacía el reparto según las necesidades de cada familia. De todas formas, existía estratificación social como demuestran los distintos ajuares de las necrópolis descubiertas. Su principal actividad económica era la agricultura de trigo y cebada, que incluso daba excedentes utilizados para comerciar. Se almacenaban en silos y estructuras parecidas a los hórreos. También realizaban actividades ganaderas, producían cerámica y utensilios de metal.

Várdulos

Estrabón los llamó Bardyétai. Ptolomeo los situó entre vascones y caristios, en el área del actual Guipúzcoa. Sin embargo, para Plinio, una de sus ciudades eran Portus Amanum (luego Flaviobriga, Castro Urdiales). Poco celtizados, se discute su parecido a cántabros o a vascones. Otras ciudades eran MorogiMenosca Vesperies. Al este limitaban con los vascones, no llegando hasta San Sebastián. Al sur limitaban con autrigones y berones.

En el siguiente mapa se trata de situar los diferentes pueblos prerromanos y sus principales ciudades a la llegada de los romanos a la zona (Fig. 1-1). Los números indican las ciudades.


Pueblos prerromanos – Mapa de Javier Iglesia Aparicio

Los pueblos prerromanos del norte de Hispania en los geógrafos antiguos

Los diferentes geógrafos e historiadores griegos y romanos nos proporcionan datos sobre los pobladores prerromanos de las tierras norteñas. Se puede apreciar que el territorio que cada pueblo ocupó con el transcurrir de los años no siempre fue el mismo, sino que varió bastante. También cambia con el transcurso del tiempo el nombre con que se designaba a cada zona, así la Bardulia de Estrabón nada tiene que ver con la Bardulia del siglo VIII.

Estrabón (63 a. C. – 19): “habitaban gallegos, astures y cántabros, hasta los vascones en los Pirineos, todos los cuales tienen el mismo modo de vivir”. Los caristios y autrigones no son citados. Bardyétai = Bardoúloi=Várdulos (¿tribu cántabra en proceso de autonomía?).


Figura 1-2 Mapa de Iberia según Estrabón. (1)

Pomponio Mela (44): En su De situs orbis diferencia a cántabros de várdulos (que formaban una sola nación) y autrigones (con ciudades como Tritium y Virovesca). Los várdulos entre cántabros y los Pirineos.

Plinio: autrigones y caristios (= carietes) en el interior; cántabros y várdulos en la costa. Oiarso (Oyarzun) ciudad várdula, como MorogiMenoscaVesperies y Portus Ammanus. Várdulos casi toda Guipúzcoa, caristios el oriente de Vizcaya (el occidente era cántabro) y autrigones hacia Álava.

Es probable que en las guerras cántabras, los autrigones llegaran a la costa siguiendo el curso del río Cadagua (y hacia La Bureba) y los várdulos siguiendo el curso del río Deva. Más tarde los caristios arrebataron a la tribu cántabra de los origevones la zona costera. Las guerras cántabras fueron provocadas por el ataque de los cántabros contra las tierras de Autrigones, Vacceos y Turmódigos.

Ptolomeo (100-170): en su Geographia habla de cántabros, várdulos, autrigones y caristios. Ciudades de los várdulos: Tullica (Tuyo a orillas del Zadorra), Suessatio (Zuazo) y Veleia (Iruña)) en la costa. Frontera entre várdulos y vascones: río Manlasco (Oyarzun, Bidasoa u Orume). Frontera entre várdulos y caristios: río Deva.


Mapa de Hispania según Ptolomeo (1)

 

(1). Mapas tomados de López-Davalillo Larrea, Julio: Atlas histórico de España y Portugal, Editorial Síntesis, Madrid, 1999.

https://www.condadodecastilla.es/historia/antecedentes/pueblos-prerromanos/


Dominio de Roma

 

Los romanos habían llegado a la península Ibérica en el 218 a.C. con el objetivo de combatir a los cartaginenses, quienes habían ganado el sur y este de Iberia como parte de su imperio. Tras la victoria romana, comenzó la conquista de Hispania, siendo la primera etapa la incorporación de los territorios íberos (actual Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía).

Las guerras celtíberas (154-133 a.C)

En el 154 a.C, los celtíberos más orientales inician una rebelión en Segeda (cerca de Calatayud), al mando de Caro, en contra de los tributos exigidos por el cónsul de la Hispania Citerior, Q. Fulvio Nobilior. Los rebeldes se fortalecieron en Numancia, derrotando al cónsul en varias ocasiones. En el 152 a.C., Claudio Marcelo sustituye a Fulvio Nobilior y utilizando la diplomacia toma Occilis (Medinaceli) y firma una paz con los celtíberos. La paz se mantuvo, aunque sin el acuerdo del Senado romano, hasta el 143 a.C.

L. Licinio Lúculo asume el cargo de cónsul en la Hispania Citerior en el 151 a.C. Fue un fiel ejecutor de la política belicista propugnada por el Senado y usando pretextos poco justificables causó una gran matanza en Cauca (Coca, Segovia). Poco después logró la capitulación de Intercatia (Paredes de Nava, Palencia) pero fracasó en su intento de conquistar Pallantia (Palencia).

Los continuos abusos por parte de los cónsules romanos provocan una nueva rebelión celtíbera en el 143 a.C. Roma envía al cónsul Q. Cecilio Metelo a combatirla. Mientras Nertobriga y Centobriga aceptan la paz, otras ciudades celtíberas como Contrebia son tomadas a la fuerza. En el 142 a.C, Metelo pasa al valle del Duero y saquea las tierras vacceas aprovechando las labores de cosecha del cereal en verano.

En el 141 a.C. Q. Pompeyo sucede a Metelo en el consulado e intenta tomar Numancia. Ante el fracaso se encamina hacia Termantia (Tiermes, Soria) obteniendo una dudosa victoria. Al siguiente año, volvió a asediar Numancia, pero ante las dificultades se vio obligado a firmar un acuerdo con los numantinos. Posteriormente negó la validez del acuerdo, lo cual le valió un proceso ante el Senado romano.

En el 139 a.C. el nuevo cónsul M. Popilio Laenas vuelve a fracasar en la toma de Numancia. Como desquite realizó diversas incursiones en el territorio vacceo. Un nuevo fracaso ante Numancia fue lo que obtuvo su sucesor en el cargo en el 138 a.C, Hostilio Mancino, que además se vio rodeado por los numantinos y tuvo que firmar una paz que el Senado romano calificó de humillante. El período 137-135 a.C fue de paz para Numancia pero no así los territorios vacceos que sufrieron varias razzias.

En octubre de 134 a.C, el nuevo cónsul P. Escipión Emiliano (vencedor de Cartago en el 146 a.C) inicia el asedio definitivo de Numancia. Le acompañan numerosos hombres de letras como Polibio y Lucilio e importantes políticos como C. Mario y T. Graco. La falta de colaboración de los vecinos y el largo asedio (10 meses) propició la rendición de Numancia en el 133 a.C. La ciudad fue saqueada y destruida.

Tras la caída de Numancia, la zona vivió una relativa tranquilidad sólo rota por las incursiones de lusitanos sobre las ciudades del valle del Duero que fueron contestadas repetidamente por los cónsules romanos (114,113 112 y 109 a.C).

En el 104 a.C. la tribu germana de los cimbrios llega a Hispania a través de los Pirineos orientales, saqueando el valle del Ebro sin que el pretor Fulvio pudiera contenerlos. Únicamente cuando pasaron a la Meseta fueron derrotados por los celtíberos. Probablemente esta demostración de fuerza animó a iniciar una rebelión celtíbera entre el 99 y el 93 a.C. Lograron vencer al pretor C. Celio Caldo, pero fueron derrotados por el cónsul Tito Didio (98 a.C) y por C. Valerio Flaco (93 a.C.).


Fig 2-1 Roma tras las Guerras Celtíberas (154 – 133 a.C.) (1)

Las guerras sertorianas (82-72 a.C)

Se inician en el 82 a.C. en Hispania las guerras sertorianas, consecuencia del enfrentamiento entre optimates y populares. Q. Sertorio, tras establecerse en Suesa, se atrae la amistad de los celtíberos así como de muchos hispanorromanos.

En el 81 a.C, L. Livinio Salinator, al frente de una legión sertoriana es derrotado por el procónsul C. Annio Lusco en los Pirineos. Sertorio no puede hacerle frente y huye a Mauritania para volver poco después y derrotar al enviado de Sila, Fulfidio. El año siguiente Sertorio prepara su ejército mientras su prestigio crece también entre íberos y lusitanos.

En el 79 a.C. el lugarteniente de Sertorio, Hirtuleyo derrota al procónsul de la Citerior M. Domicio Calvino. Sertorio también consigue victorias. En el 77 a.C. Hirtuleyo pasa a la Lusitania y derrota al cónsul Q. Cecilio Metelo. Mientras Sertorio consigue aliarse con la mayor parte de las ciudades celtíberas. Perpenna se una a la causa sertoriana.

En el 76 a.C. Roma envía a Cneo Pompeyo a luchar contra Sertorio. Tras una victoria inicial de Sertorio, las fuerzas de Metelo derrotan a Hirtuleyo, y luego Metelo y Pompeyo derrotan en varias ocasiones a Sertorio. En el 74 a.C. se apoderan de varias ciudades de la Celtiberia. En el 73 a.C. Sertorio ya no tiene apoyo en la Celtiberia y el año siguiente es asesinado por su compañero Perpenna tras haber sido derrotado en Clunia por Pompeyo. Algunas ciudades celtíberas continúan la resistencia durante algún tiempo (Uxama, Termantia, Clunia…) pero son sometidas.

El fin de la República de Roma (56 a.C -19 a.C)

En el 56 a.C. una rebelión de las tribus vacceas (apoyadas por sus vecinos) es sometida por el gobernador de la Citerior, Metelo Nepote. Ese mismo año, Hispania, por los acuerdos de Lucca, pasa a manos de Pompeyo. Poco después, en el 49 a.C., se inicia la guerra civil y Julio César desembarca en Hispania para combatir a los partidarios de Pompeyo. Julio César derrota a los Pompeyanos cerca de Ilerda (Lérida) y consigue el apoyo de la práctica totalidad de Hispania. Parte en el 48 a.C. dejando como gobernador de la Citerior a M. Emilio Lépido.

Pero en la Hispania Ulterior creció el descontento con el gobernador puesto por César, Q. Cassio Longino, y por eso Pompeyo y sus hijos pueden reclutar un año después un ejército de seguidores. Para evitar que Pompeyo se hiciera con el control de la Hispania Ulterior, César vuelve a Hispania, venciendo a los pompeyanos en el 45 a.C.

En el triunvirato del 43 a.C., Hispania pasó a Lépido y poco después a Octaviano (luego conocido como Augusto).


Figura 2-2 La dominación romana hacia el 50 a.C. (1)

Las guerras cántabras (29-19 a.C.)

El 29 a.C. Estatilio Tauro lleva a cabo una campaña contra los vacceos, cántabros y astures. Es esta la primera de tres campañas (28 a.C. con C. Calvisio y 27 a.C. con Sexto Apuleyo) antes del comienzo de la guerra en el 26 a.C.

El 26 a.C. traslada su campamento desde Tarraco a Segisamo (Sasamón, Burgos), donde planifica su ataque contra cántabros, astures y galaicos del norte. La expedición contaba con tres cuerpos y un total de siete legiones. El primer cuerpo pertenecía a la Hispania Citerior y era dirigido por el propio Augusto y su legado Antistio Veto; los otros dos procedían de Asturica (Astorga) y Braccara (Braga) mandados por el legado Carisio. Este año los cántabros son el objetivo principal de los romanos: tras el asedio y toma de Aracillum, logran controlar los reductos de los cántabros orientales. Los cuerpos de Asturica y Braccara conquistan Bergidum y Mons Vindium. Por último, son atacados los cántabros más occidentales.

En el 25 a.C. el ejército de la Citerior, mandado por Antistio, y el de Lusitania, dirigido por Carisio actúan coordinadamente con la flota de Aquitania para atacar a los astures. La resistencia final astur fue en Mons Medullius, donde muchos se suicidaron. Con estas victorias, Augusto vuelve a Roma el 24 a.C. Lucio Emilio recibió el mando de las tropas de Cantabria. No obstante, cántabros y astures aprovecharon su ausencia para volver a sublevarse, aunque pronto fueron sofocados. Los cántabros vuelven a rebelarse en el 22 a.C. y son derrotados por Cayo Furnio. Una última intervención conjunta de M. Vipsaniano Agripa y P. Silio Nerva acaban con las rebeliones de los pueblos norteños.


Fig. 2-3 Las guerras cántabras. (1)

Todos los territorios conquistados pertenecen a la división administrativa de la Hispania Citerior, y posteriormente tras la reorganización de Augusto, a la provincia Tarraconense.

El Alto Imperio Romano (19 a.C-238)

Pocas son las noticias que se tienen de esta zona durante el Alto Imperio. Tras la pacificación comenzó la romanización que afectó menos a las tribus más norteñas (cántabros, autrigones, várdulos y caristios). Son de reseñar los siguientes hechos:

·         25. El legado imperial de la Citerior, L. Calpurnio Pison, es asesinado por un campesino en Tiermes ante los continuos abusos de aquél en su cargo.

·         39. La legio III Macedónica, acantonada en Pisoraca (Herrera de Pisuerga, Palencia) desde las guerras cántabras es desplazada hacia el limes germano. Permanecen en el norte las legiones VI Victrix y X Gemina.

·         63. La legio X Gemina se desplaza al frente germano.

·         68. La legio VI Victrix proclama emperador a Galba en la ciudad de Clunia. La ciudad es rebautizada como Clunia Sulpicia y adquiere el rango de colonia civium Romanorum. Galba recluta una nueva legión en la Citerior, la legio VII Galbiana o Hispana así como algunas unidades auxiliares como dos cohortes de vascones y un ala Sulpicia civium Romanorum. La nueva legión se traslada a Roma. Como contrapartida, vuelve la legio X Gemina.

·         70. La legio X Gemina marcha a combatir a los galos. La Citerior recibe a la legio I Adiutrix.

·         73. Se promulga el Edicto de Latinidad de Vespasiano otorga el ius Latii a toda Hispania.

·         74. Regresa a Hispania la legio VII Hispana, que se asentará en un campamento dando origen al actual León. Desde esta fecha dicha legión será la única que quede en Hispania, ayudada por un ala (II Flavia Hispanorum) y cuatro cohortes (I Gallica, II Gallica, I Celtiberorum y III Lucensium).

·         89. Trajano, emperador de origen hispano, al frente de la legio VII se desplaza a Germania para combatir a Saturnino.

·         145. El legado de la Citerior Cornelio Prisciano se subleva al frente de las unidades hispanas, quizá en protesta por reclutamientos masivos.

·         187. Una vexillatio de la legio VII marcha hacia Ampurias para combatir las correrías de Materno y su banda de esclavos y soldados desertores.

·         197. Durante las guerras civiles de ese año, el legado de la Citerior, Novio Rulfo, apoya en Hispania a Clodio Albino. Es derrotado por el legado enviado por Septimio Severo, T. Claudio Candido.

·         212. Promulgación de la Constitutio Antoniniana del emperador Caracalla, por la que se concede la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del imperio. El Edicto tuvo en Hispania poca repercusión porque desde el Edicto de Vespasiano (73) eran muchos los que habían accedido a esa categoría.

·         214. Nueva reorganización territorial de Hispania. Se constituye la Hispania Nova Citerior Antoniniana (Gallaecia), que incluye Gallaecia, Asturica Augusta, el territorio militar de la legio VII y el Conventus Cluniensis (con capital en Clunia). Durará hasta el 238.

El Bajo Imperio Romano (238-406)

·         252. La peste asola la Península Ibérica.

·         258-268. Hispania apoya a Póstumo, quien además de su labor de contención de los germanos, organiza un verdadero estado en la Galia y es proclamado emperador por sus legiones.

·         262. Primera invasión franca, saqueando la costa mediterránea hispana.

·         276. Segunda invasión franca. Penetran por Navarra y alcanzan el valle del Duero. Son destruidas las ciudades de Pamplona, Zaragoza y Clunia.

·         296. Maximiano llega a Hispania para contener a los francos y enfrentarse a las tribus norteafricanas.

·         297-298. Creación de la Diócesis Hispaniarum y del cargo de vicarius por Diocleciano La Tarraconense se divide en Tarraconensis, Carthaginensis y Gallaecia. Estas tres provincias junto con Bética, Lusitania y Mauritania Tingitana (actual Marruecos) componen la Diócesis de Hispania, con capital en Emérita Augusta (Mérida).

·         313. Desde esta fecha, siendo emperador Constantino, actuará un comes Hispaniarum junto al vicarius. Ambos estarán bajo la autoridad del praefectus de las Galias. Promulgación del Edicto de Milán: cristianismo como religión oficial.

·         346. Nace el futuro emperador Teodosio en Cauca (actual Coca, Segovia).

·         379. Teodosio es nombrado emperador.

·         395. Honorio, hijo de Teodosio, es emperador en Occidente mientras que Arcadio es nombrado emperador en oriente.

·         406. El 31 de diciembre del año 406 un ejército de alanossuevos y vándalos atravesó la frontera, aprovechando que los ríos estaban congelados, e invadió la Galia.


Los usurpadores Constantino III y Máximo contra Honorio (407- 411)

El hecho fundamental que explica la invasión de Hispania por los pueblos bárbaros es la debilidad del Imperio y una serie de nombramientos de emperadores que se opusieron al emperador Honorio en el Imperio Occidental.

A principios del 407 el ejército romano de Britania proclama emperador a Constantino III, un soldado raso que parece que, además de ser capaz, tenía como único mérito llamarse Constantino.

Sin embargo Constantino III actuó inteligentemente y cruzó el canal de La Mancha con el grueso de las tropas con la intención de hacerse con el control de las diócesis de Galia e Hispania. Un primer ejército rebelde, al mando de los generales Justiniano y Nebiogastes, es derrotado en las cercanías de Valence por Sarus, lugarteniente de Estilicón, el hombre fuerte de Honorio. Pero otro ejército rebelde, comandado por Edobico (franco) y Geroncio (britano), logró hacer retroceder al ejército imperial hacia Italia.

Constantino III gobierna en Hispania

En mayo del 408 Constantino III ubica la capital de su imperio en Arlés y tiene asegurados los pasos del Rin y entre Italia y Galia. El siguiente paso es asegurarse el control de Hispania. En Hispania existía una dificultad: Teodosio era un emperador de origen hispano y gran parte de su familia residía allí. Luego, en un primer momento, estos terratenientes tenían suficiente poder y apoyo como para oponerse a Constantino III.

Pero sí hubo resistencia por parte de la aristocracia terrateniente encabezada por Dídimo y Veriniano por un lado y por Lagodio y Teodosiolo por otro lado. Eran parientes, probablemente primos, del emperador Honorio y gracias a su riqueza organizaron un ejército para oponerse al usurpador y en apoyo del legítimo emperador de Occidente. Para Constantino III es fundamental asegurarse Hispania para obtener recursos y para no estar entre dos frentes si además es atacado desde Italia.

En el mismo 408 Constantino III decide actuar en Hispania. Saca a su hijo Constante II del monasterio en el que vivía y lo nombra César. Junto al general Geroncio y a Apolinar (como prefecto del pretorio) es enviado a Hispania y se establecen en la ciudad de Caesaraugusta (Zaragoza). Asimismo Constantino envió nuevos gobernadores y administradores a las provincias hispanas y parece que no hubo oposición a ellos por parte de la administración pública.

Parece que la resistencia teodosiana se concentra en la provincia de Lusitania y en la Meseta. Según Zósimo: “En primer lugar (Dídimo y Veriniano) presentaron batalla a Constante sirviéndose del ejército de Lusitania, y cuando se percataron de su inferioridad, hicieron leva de un gran número de sus esclavos y de sus colonos y en poco tiempo pusieron en peligro al ejército de Constante”.

Los usurpadores pidieron refuerzos a la Galia. Es entonces cuando las tropas teodosianas, para impedir la entrada de refuerzos, se dirigen hacia los Pirineos.

Constantino reclutó en la Galia un ejército compuesto por honoriani, es decir, de bárbaros plenamente integrados en el ejército romano. Este ejército va a derrotar al de Dídimo y Veriniano, quienes fueron apresados junto a sus esposas. Mientras, Lagodio y Teodosiolo, que debían de estar en la retaguardia, huyeron, uno a Constantinopla y el otro a Rávena.

Tras la victoria, el césar Constante se dirigió a Arles con el botín y los prisioneros. Allí fueron decapitados Dídimo y Veriniano.

En el 409 envió una embajada a Honorio para que lo reconociera como co-emperador. Y, ante su extrema debilidad, así lo hizo. Constantino III era el emperador de Britania, Galia e Hispania y era el iniciador de una nueva dinastía gracias a sus hijos Constante y Juliano.

Mientras tanto en Zaragoza se habían quedado la esposa de Constante y el general Geroncio. Geroncio, como medio de premiar a las tropas bárbaras que habían derrotado a los teodosianos, les permitió saquear los campos palentinos (Palentinis campis); también les encomendó la protección de los pasos pirenáicos.

Rebelión de Geroncio (409) y proclamación del emperador Máximo (410-411)

Por razones poco claras, Geroncio se rebela contra Constantino III, aprovechando la ausencia de Constante y expulsa a Apolinar. Constantino III reacciona enviando a Constante junto a un nuevo general llamado Iustus.

Ante esta situación Geroncio negoció con los contingentes de suevos, alanos y vándalos que se encontraban en Aquitania y les permitió el paso a Hispania en octubre del 409. Éstos junto con los honoriani que protegían supuestamente la frontera, formaron el ejército que se opuso a las tropas de Constantino III.

La rebelión de Geroncio fu un éxito y no solo triunfo en Hispania sino que se ganó la adhesión de Britania y gran parte de la Galia. Como colofón decidió nombrar a su propio emperador: Máximo, seguramente ya en el 410.

Geroncio determinó que Máximo residiera en Tarraco. De su gobierno se sabe poco. Acuñó moneda en Barcino y Tarraco y dominaba en toda la diócesis de Hispania y parte de la Galia. Britania había decidido desligarse del Imperio para siempre.

Geroncio se enfrentó a las tropas de Constante y, vencedor, le persiguió hasta Vienne, donde le dio caza y le asesinó. La situación de Constantino III en Arlés era angustiosa. Tras un ataque frustrado contra Honorio en Italia, volvió a Arlés y se encontró con el asedio de Geroncio.

Esta era la ocasión de Honorio para deshacerse de los dos usurpadores. Un potente ejército se dirige a Arlés. Ante la situación las tropas de Geroncio desertan y se unen a las de Honorio. Honorio continúa el asedio de Arlés y consigue apresar a Constantino III y a su hijo Juliano quienes, llevados a Rávena, fueron decapitados.

Mientras tanto Geroncio vuelve a Hispania pero se encuentra con que ya no tiene apoyos en su ejército y acaba suicidándose a mediados del 411. Máximo pierde a su garante y decide refugiarse entre los contingentes bárbaros que habían pasado a Hispania en el 409.

El corto imperio de Máximo fue trascendental para la historia de Hispania. El acuerdo de Geroncio y/o Máximo con los suevos, vándalos y alanos hizo posible el comienzo de la época de las invasiones germánicas.

https://www.condadodecastilla.es/historia/dominio-de-roma/


















No hay comentarios:

Publicar un comentario

  LA CUARTA CRUZADA: la conquista latina de Constantinopla y el escándalo de la cristiandad Enrico Dandolo. Domenico Tintoretto (Public ...