domingo, 3 de abril de 2022

 

Tertuliano

apologista  y padre de la teología

cristiana latina

Es conocido como el padre de la teología cristiana latina.

Sus escritos son los primeros testimonios cristianos que han llegado hasta nosotros del cristianismo cuya lengua principal era el latín.

Bienvenidos a este resumen de la vida de Tertuliano (c. 155-160-240 d. C.).


Grabado más popular de Tertuliano.

El conocimiento de la vida de Tertuliano se basa casi por completo en documentos escritos por hombres que vivieron más de un siglo después de él, y de referencias oscuras en sus propias obras que han sido preservadas hasta hoy. Sobre esta base, se ha construido un resumen general de su vida, pero la mayoría de los detalles han sido continuamente discutidos por los estudiosos modernos.

Lo que se sabe de Tertuliano es que nació en Cartago aproximadamente en el año 160 d. C. Para aquel momento Cartago solo era superada por Roma como centro cultural y educativo en Occidente.

Tertuliano recibió una educación excepcional en gramática, retórica, literatura, filosofía y derecho. Poco se sabe de sus primeros años de vida. Sus padres eran paganos, y su padre pudo haber sido un centurión de una legión africana asignada al gobernador de la provincia.

Periodo en Roma y conversión

Después de completar su educación en Cartago, Tertuliano fue a Roma, probablemente a finales de su adolescencia o después de cumplir los 20 años, para estudiar más y tal vez comenzar a trabajar como abogado.

Parte de la certeza que tenemos sobre el conocimiento en derecho que tenía, viene de Eusebio de Cesarea (265-339), quien dijo que Tertuliano era un «exacto conocedor de las leyes romanas y varón insigne por otros conceptos e ilustrísimo en Roma».

Mientras estuvo en Roma, Tertuliano se interesó por el cristianismo, pero no fue hasta que regresó a Cartago a finales del siglo II que se convirtió a la fe cristiana; posiblemente su conversión se dio hacia sus 40 o 50 años de edad. No se cuenta con ningún registro sobre su experiencia de conversión, pero en sus primeros trabajos indicó que estaba impresionado por ciertas actitudes y creencias cristianas, tales como el coraje y la determinación de los mártires, el rigor moral y una creencia intransigente en un solo Dios.


El triunfo de la fe (s. XIX) por Eugene Thirion, que representa a mártires cristianos de la iglesia primitiva.

Ministerio en Cartago

A finales del siglo II, la iglesia de Cartago se había hecho grande: estaba firmemente establecida, estaba bien organizada y se estaba convirtiendo rápidamente en una fuerza religiosa poderosa en el norte de África. Para el 225 había unos 70 obispos en Numidia y Proconsularis, las dos provincias de la África romana.

Tertuliano surgió como un miembro destacado de la iglesia africana, utilizando sus talentos como maestro para instruir a los no bautizados y a los fieles, y como un defensor literario de las creencias y prácticas cristianas. Según Jerónimo (347-420), Tertuliano fue ordenado como ministro de la iglesia, muy probablemente desempeñando el papel de presbítero. Lo más posible es que Tertuliano ostentara algún título dentro de la iglesia, ya que es muy poco probable que pudiera escribir el tipo de tratados que escribió sin ostentar algún rol de autoridad. En el contexto norafricano, las iglesias tenían una estructura basada en «ancianos laicos», los cuales gobernaban la iglesia. Probablemente, Tertuliano pudo haber sido un anciano laico de su iglesia, sin llegar a ser obispo.


Ruinas de una antigua basílica en Cartago.

Sus actividades literarias

Durante los siguientes 20 a 25 años, es decir, más o menos desde los 40 hasta los 60 años, Tertuliano se dedicó casi por completo a las actividades literarias.

Desarrollando un estilo latino original, el ardiente y tempestuoso Tertuliano se convirtió en un propagandista vivo y mordaz, anticipando muchas ideas teológicas futuras, como las que formularía el Concilio de Calcedonia. Sus comentarios sobre la Escritura eran muy perspicaces. Sus obras abundan con frases llamativas y memorables, aforismos ingeniosos, juegos de palabras atrevidos e irónicos, ingenio, sarcasmo, innumerables términos de su propia cosecha y un flujo constante de inventiva contra sus oponentes.

Sin embargo, podía ser gentil y sensible, como en un tratado para su esposa, y podía ser autocrítico y reflexivo, como en su tratado sobre la paciencia, una virtud que admitió que estaba notablemente ausente en su vida.

La importancia de su obra

Como personaje histórico, Tertuliano es menos conocido por lo que hizo que por lo que escribió. Sin embargo, el alcance de sus intereses y el vigor con el que los buscó, alentaron a otros cristianos a explorar áreas de la vida y del pensamiento no investigadas anteriormente.

Al igual que sus contemporáneos, Tertuliano escribió obras en defensa de la fe y tratados sobre problemas teológicos contra oponentes específicos, como Contra Marción, un líder una secta gnóstica que creía que el Dios del Antiguo Testamento no era el mismo Dios del Nuevo Testamento; o como Contra Hermógenes, un pintor cartaginés que afirmaba que Dios creó el mundo a partir de materia preexistente; o como Contra Valentino, un gnóstico alejandrino y dualista. También escribió el primer libro cristiano sobre el bautismo, un libro sobre la doctrina cristiana del hombre y un tratado dirigido contra la herejía. En fin, su obra es muy prolífica.

La evidencia sugiere que Tertuliano fue el primer teólogo en usar el término «Trinidad», del latín trinitas, para referirse a Dios. Tertuliano utilizó el término en Contra Práxeas, un escrito del 213 en el que buscaba explicar y defender la naturaleza trina de Dios en contra de la enseñanza de su contemporáneo Práxeas, quien sostenía una doctrina conocida como «monarquismo». El tema de la Trinidad se seguiría tratando en la Iglesia, por lo menos hasta el Concilio de Nicea del 325, cuando fue finalmente confirmada como doctrina esencial de la fe cristiana.

Además de los trabajos apologéticos y polémicos, abordó una amplia gama de problemas morales y prácticos sobre los retos que enfrentaban los cristianos de su época, tales como la vestimenta apropiada, el uso de cosméticos, el servicio en el ejército y la decoración militar. También sobre si uno debe huir bajo la persecución, sobre la idolatría, sobre el arrepentimiento después del bautismo, sobre el matrimonio y el recasamiento, sobre la castidad y sobre la monogamia. Igualmente trató de las artes, del teatro y de los festivales cívicos.


Tertulliani Opera. Una edición latina de las obras de Tertuliano de 1598.

¿Hizo parte del montanismo?

Algunas tradiciones han afirmado que en algún momento, antes del año 210, Tertuliano dejó la Iglesia para unirse a un nuevo movimiento profético y sectario conocido como «montanismo», fundado por un pseudoprofeta frigio del siglo II llamado Montano (¿?-175), que se había extendido desde el Asia Menor hasta el África.

La insatisfacción de muchos con la laxitud de los cristianos de su tiempo era conveniente para el mensaje montanista del inminente fin del mundo, combinado con un moralismo estricto y exigente. El montanismo juzgaba cualquier compromiso con las «formas del mundo», y muchos se unieron de forma entusiasta al nuevo movimiento.

Los académicos de hoy en día han cuestionado la afirmación de que Tertuliano se unió a los montanistas, ya que se tiene muy poca evidencia al respecto. El consenso de hoy es que él nunca se apartó de la Iglesia y que él mismo percibió el montanismo como un movimiento dentro del cristianismo, lo cual trajo como consecuencia que fuera descalificado por la iglesia oficial.

Según la tradición, Tertuliano vivió hasta una edad avanzada. Sus últimos escritos son más o menos del 220 d. C, pero se desconoce la fecha de su muerte.

El legado de Tertuliano

Los escritores cristianos posteriores a Tertuliano lo mencionan con poca frecuencia, y luego de manera desfavorable. Sin embargo, muchos reconocieron sus dotes literarias y su aguda inteligencia. Cipriano (200-258), Agustín de Hipona (354-430) e incluso Tomás de Aquino (1225-1274) deben mucho a este importante pensador. Como ya se señaló, su obra fue clave para el desarrollo inicial de la doctrina de la Trinidad.

En los siglos XIX y XX hubo un renacimiento de su persona y obra. En tiempos modernos Tertuliano ha sido ampliamente leído y estudiado, y es considerado una de las figuras formativas en el desarrollo de la vida y el pensamiento cristiano de Occidente.

Tertuliano también se considera un exponente sobresaliente de la perspectiva de que el cristianismo debe oponerse sin concesiones a su cultura circundante. Fruto de eso su famosa frase: «¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén?».


Otro grabado de Quintus Septimius Florens Tertullianus.

La mentalidad práctica y legal de Tertuliano expresó lo que luego se consideraría el genio único del cristianismo latino. Como la mayoría de los cristianos educados de su época, reconoció y apreció los valores de la cultura grecorromana, discriminando entre los que podía aceptar y los que tenía que rechazar.

Finalmente, es importante reconocer y enfatizar que Tertuliano es una de las figuras más importantes en la transición del cristianismo: que pasó de ser una minoría perseguida a tener una influencia clave y central en la sociedad romana. Esto lo logró al defender a la Iglesia, a través de sus escritos, de los ataques y persecuciones del Estado por medio de la defensa del principio de la libertad religiosa como un derecho fundamental de todo hombre; principio que la Iglesia está llamada a defender en cada época.

¿Y tú? ¿Qué piensas? ¿De qué forma estás llevando el evangelio a una sociedad secularizada en busca de significado? ¿Cómo podemos los cristianos ser espiritualmente sensibles y al mismo tiempo intelectualmente agudos? ¿Crees que en nuestra práctica de fe debemos evitar la filosofía y la ciencia?

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