Tertuliano
apologista y padre de la teología
cristiana
latina
Es conocido como el padre de la teología
cristiana latina.
Sus escritos son los primeros testimonios
cristianos que han llegado hasta nosotros del cristianismo cuya lengua
principal era el latín.
Bienvenidos a este resumen de la vida de Tertuliano
(c. 155-160-240 d. C.).
Grabado más popular de Tertuliano.
El conocimiento de la vida de Tertuliano se basa
casi por completo en documentos escritos por hombres que vivieron más de un
siglo después de él, y de referencias oscuras en sus propias obras que
han sido preservadas hasta hoy. Sobre esta base, se ha construido un resumen
general de su vida, pero la mayoría de los detalles han sido continuamente
discutidos por los estudiosos modernos.
Lo que se sabe de Tertuliano es que nació en Cartago aproximadamente
en el año 160 d. C. Para aquel momento Cartago solo era superada por Roma
como centro cultural y educativo en Occidente.
Tertuliano recibió una educación
excepcional en gramática, retórica, literatura, filosofía y derecho.
Poco se sabe de sus primeros años de vida. Sus padres eran paganos, y su padre
pudo haber sido un centurión de una legión africana asignada al gobernador de
la provincia.
Periodo en Roma y conversión
Después de completar su educación en Cartago,
Tertuliano fue a Roma, probablemente a finales de su adolescencia o después de
cumplir los 20 años, para estudiar más y tal vez comenzar a trabajar como
abogado.
Parte de la certeza que tenemos sobre el
conocimiento en derecho que tenía, viene de Eusebio de Cesarea (265-339),
quien dijo que Tertuliano era un «exacto conocedor de las leyes romanas y varón
insigne por otros conceptos e ilustrísimo en Roma».
Mientras estuvo en Roma, Tertuliano se interesó por
el cristianismo, pero no fue hasta que regresó a Cartago a finales del siglo II
que se convirtió a la fe cristiana; posiblemente su conversión se dio hacia sus
40 o 50 años de edad. No se cuenta con ningún registro sobre su experiencia de
conversión, pero en sus primeros trabajos indicó que estaba
impresionado por ciertas actitudes y creencias cristianas, tales como el
coraje y la determinación de los mártires, el rigor moral y una creencia
intransigente en un solo Dios.
El triunfo
de la fe (s. XIX) por Eugene Thirion, que representa a
mártires cristianos de la iglesia primitiva.
Ministerio en Cartago
A finales del siglo II, la iglesia de
Cartago se había hecho grande: estaba firmemente establecida, estaba
bien organizada y se estaba convirtiendo rápidamente en una fuerza religiosa
poderosa en el norte de África. Para el 225 había unos 70 obispos en Numidia y
Proconsularis, las dos provincias de la África romana.
Tertuliano surgió como un miembro destacado de la
iglesia africana, utilizando sus talentos como maestro para
instruir a los no bautizados y a los fieles, y como un defensor literario
de las creencias y prácticas cristianas. Según Jerónimo (347-420),
Tertuliano fue ordenado como ministro de la iglesia, muy probablemente desempeñando
el papel de presbítero. Lo más posible es que Tertuliano ostentara
algún título dentro de la iglesia, ya que es muy poco probable que pudiera
escribir el tipo de tratados que escribió sin ostentar algún rol de
autoridad. En el contexto norafricano, las iglesias tenían una estructura
basada en «ancianos laicos», los cuales gobernaban la iglesia.
Probablemente, Tertuliano pudo haber sido un anciano laico de su iglesia, sin
llegar a ser obispo.
Ruinas de una antigua basílica en Cartago.
Sus actividades literarias
Durante los siguientes 20 a 25 años, es decir, más
o menos desde los 40 hasta los 60 años, Tertuliano se dedicó casi por completo
a las actividades literarias.
Desarrollando
un estilo latino original, el ardiente y tempestuoso Tertuliano se convirtió en
un propagandista vivo y mordaz, anticipando muchas ideas teológicas futuras,
como las que formularía el
Concilio de Calcedonia. Sus comentarios sobre la Escritura eran
muy perspicaces. Sus obras abundan con frases llamativas y memorables, aforismos
ingeniosos, juegos de palabras atrevidos e irónicos, ingenio, sarcasmo,
innumerables términos de su propia cosecha y un flujo constante de inventiva
contra sus oponentes.
Sin
embargo, podía ser gentil y sensible, como en un tratado para su esposa, y podía
ser autocrítico y reflexivo, como en su tratado sobre la paciencia, una virtud
que admitió que estaba notablemente ausente en su vida.
La importancia
de su obra
Como
personaje histórico, Tertuliano es menos conocido por lo que hizo que por lo
que escribió. Sin embargo, el alcance de sus intereses y el vigor con el que
los buscó, alentaron a otros cristianos a explorar áreas de la vida y del pensamiento no
investigadas anteriormente.
Al
igual que sus contemporáneos, Tertuliano escribió obras en defensa de la fe y
tratados sobre problemas teológicos contra oponentes específicos, como Contra Marción, un líder una secta gnóstica que creía que el Dios
del Antiguo Testamento no era el mismo Dios del Nuevo Testamento; o como Contra Hermógenes, un pintor
cartaginés que afirmaba que Dios creó el mundo a partir de materia
preexistente; o como Contra
Valentino, un gnóstico alejandrino y dualista. También
escribió el primer libro cristiano sobre el bautismo, un libro sobre la
doctrina cristiana del hombre y un tratado dirigido contra la herejía. En fin,
su obra es muy prolífica.
La
evidencia sugiere que Tertuliano fue el primer teólogo en usar el término
«Trinidad», del latín trinitas,
para referirse a Dios. Tertuliano utilizó el término en Contra Práxeas, un escrito
del 213 en el que buscaba explicar y defender la naturaleza trina de Dios en
contra de la enseñanza de su contemporáneo Práxeas, quien sostenía una doctrina
conocida como «monarquismo». El tema de la Trinidad se seguiría tratando en la
Iglesia, por lo menos hasta el Concilio de Nicea del 325, cuando fue finalmente
confirmada como doctrina esencial de la fe cristiana.
Además
de los trabajos apologéticos y polémicos, abordó una amplia gama de problemas morales y prácticos sobre
los retos que enfrentaban los cristianos de su época, tales como la vestimenta
apropiada, el uso de cosméticos, el servicio en el ejército y la decoración
militar. También sobre si uno debe huir bajo la persecución, sobre la
idolatría, sobre el arrepentimiento después del bautismo, sobre el matrimonio y
el recasamiento, sobre la castidad y sobre la monogamia. Igualmente trató de
las artes, del teatro y de los festivales cívicos.
Tertulliani Opera. Una edición latina de
las obras de Tertuliano de 1598.
¿Hizo parte del
montanismo?
Algunas
tradiciones han afirmado que en algún momento, antes del año 210, Tertuliano
dejó la Iglesia para unirse a un nuevo movimiento profético y sectario conocido
como «montanismo», fundado por un pseudoprofeta frigio del siglo II
llamado Montano (¿?-175),
que se había extendido desde el Asia Menor hasta el África.
La
insatisfacción de muchos con la laxitud de
los cristianos de su tiempo era conveniente para el mensaje montanista del
inminente fin del mundo, combinado con un moralismo estricto y exigente. El montanismo
juzgaba cualquier compromiso con las «formas del mundo», y muchos se unieron de
forma entusiasta al nuevo movimiento.
Los
académicos de hoy en día han cuestionado la afirmación de que Tertuliano se
unió a los montanistas, ya que se tiene muy poca evidencia al respecto. El consenso
de hoy es que él nunca se apartó de la Iglesia y que él mismo percibió el
montanismo como un movimiento dentro del cristianismo,
lo cual trajo como consecuencia que fuera descalificado por la iglesia oficial.
Según
la tradición, Tertuliano vivió
hasta una edad avanzada. Sus últimos escritos son más o menos
del 220 d. C, pero se desconoce la fecha de su muerte.
El legado de
Tertuliano
Los
escritores cristianos posteriores a Tertuliano lo mencionan con poca
frecuencia, y luego de manera desfavorable. Sin embargo, muchos
reconocieron sus dotes
literarias y su aguda inteligencia. Cipriano (200-258), Agustín
de Hipona (354-430) e incluso Tomás de Aquino (1225-1274) deben mucho a este
importante pensador. Como ya se señaló, su obra fue clave para el desarrollo
inicial de la doctrina
de la Trinidad.
En
los siglos XIX y XX hubo un renacimiento de su persona y obra. En tiempos
modernos Tertuliano ha sido ampliamente leído y estudiado, y es considerado una
de las figuras formativas en el desarrollo de la vida y el pensamiento
cristiano de Occidente.
Tertuliano
también se considera un exponente sobresaliente de la perspectiva de que el
cristianismo debe oponerse sin concesiones a su cultura circundante. Fruto de
eso su famosa frase: «¿Qué
tiene que ver Atenas con Jerusalén?».
Otro grabado de Quintus Septimius Florens Tertullianus.
La
mentalidad práctica y legal de Tertuliano expresó lo que luego se
consideraría el genio
único del cristianismo latino. Como la mayoría de los
cristianos educados de su época, reconoció y apreció los valores de la cultura
grecorromana, discriminando entre los que podía aceptar y los que tenía que
rechazar.
Finalmente, es importante reconocer y enfatizar que
Tertuliano es una de las figuras más importantes en la transición del
cristianismo: que pasó de ser una minoría perseguida a tener una influencia
clave y central en la sociedad romana. Esto lo logró al defender a la Iglesia,
a través de sus escritos, de los ataques y persecuciones del Estado por medio
de la defensa del principio de la libertad religiosa como un derecho
fundamental de todo hombre; principio que la Iglesia está llamada a defender en
cada época.
¿Y tú? ¿Qué piensas? ¿De qué forma estás llevando
el evangelio a una sociedad secularizada en busca de significado? ¿Cómo podemos
los cristianos ser espiritualmente sensibles y al mismo tiempo intelectualmente
agudos? ¿Crees que en nuestra práctica de fe debemos evitar la filosofía y la
ciencia?
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