domingo, 22 de mayo de 2022

 

La Aljafería: el palacio que lo ha sido todo en la historia de Aragón


La Aljafería testigo fiel de la historia de Aragón / TA

Si hay un edificio en Zaragoza que ha sido de todo, ese es el Palacio de la Aljafería. Porque ha sido palacio de los reyes musulmanes de la Saraqusta musulmana, palacio real de los reyes de Aragón, cárcel de la Inquisición, cuartel militar, sede de las Cortes de Aragón… Hasta Verdi se inspiró en su torre del homenaje para crear una de sus óperas de mayor éxito, Il Trovatore.

Con esta historia a sus espaldas, no es de extrañar que La Aljafería sea una de las grandes sorpresas para los visitantes que llegan hasta Zaragoza. El patio de Santa Isabel, con sus espectaculares arcadas islámicas, su pequeña mezquita, o el Salón del Trono de los Reyes Católicos siguen sorprendiendo a los turistas que llegan hasta la capital aragonesa.

UN ORIGEN MUSULMÁN


La Aljafería es el palacio musulmán situado más al norte de Europa / TA

Allá por el siglo XI, cuando Zaragoza se llamaba Saraqusta y era conocida como la ciudad blanca por la blancura de sus murallas, el actual palacio de la Aljafería fue construido por Al-Muqtadir como residencia de recreo de los reyes hudíes que entonces gobernaban la taifa de Saraqusta. Un edificio construido extramuros, conocido como palacio de la Alegría, y que fue fiel reflejo del esplendor cultural, político y cultural de la Zaragoza islámica.

Con su muralla y sus torreones semicirculares, la Aljafería es el palacio islámico situado más al norte de Europa, además de considerarse una de las obras del arte hispanomusulmán más importantes junto a la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba. De hecho, es el único gran edificio que se conserva en la península de la época de los reinos de Taifas.

El palacio original se articulaba en torno a un patio con aljibes, rodado por los pórticos norte y sur, con grandes arquerías polilobuladas, que acogían los salones reales. En esta zona se encontraba la sala del trono, conocida como Salón Dorado, en el que el rey recibía a las embajadas, y en el que se celebraban las recepciones. También destaca la pequeña mezquita, que todavía conserva el característico mihrab.

Y aunque hoy vemos esta zona sin color, lo cierto es que cuando se construyó el palacio, los relieves geométricos, vegetales y epigráficos estaban policromados en tonos como el rojo, el azul y el dorado en el caso de los relieves. El patio ajardinado que articula la zona islámica se llama Patio de Santa Isabel, en recuerdo de la infanta aragonesa y reina de Portugal.

La Torre del Trovador, conocida así por inspirar a Verdi al componer su famosa ópera, es la parte más antigua de la Aljafería. En los siglos IX y X era una torre vigía, rodeada por un foso. Y fue integrada en la construcción de la Aljafería por los Bana Hud. Tras la reconquista aragonesa, la torre se utilizó como torre del homenaje, se transformaron distintas estancias, y a finales del siglo XV fue transformada en cárcel de la Inquisición. Su uso carcelario se extendió hasta el siglo XIX.

RESIDENCIA DE LOS REYES DE ARAGÓN

Tras la conquista de la ciudad en 1.118 por el rey Alfonso I El Batallador, la Aljafería se convirtió en la residencia de los Reyes de Aragón. Como residencia real, el palacio apenas tuvo cambios hasta que en el siglo XIV fue reformado por Pedro IV el Ceremonioso. Este monarca, famoso también por promulgar el ceremonial de coronación de los reyes y reinas de Aragón, amplió las dependencias palaciegas de origen islámico que todavía estaban en uso. Con esta ampliación, bastante respetuosa con el palacio islámico,  Pedro IV quiso crear salas más amplias, además de dormitorios y comedores. De esta época destacan las ricas techumbres mudéjares. De esta época es también la iglesia de San Martín, construida en estilo gótico-mudéjar en la zona de acceso al palacio.

EL PALACIO DE LOS REYES CATÓLICOS


Los artesonados mudéjares sorprenden a los visitantes / TA



La gran transformación de la Aljafería la realizan los Reyes Católicos a finales del siglo XV, construyéndose un palacio sobre el ala norte del palacio islámico. Esta construcción rompió las partes altas de las estancias taifales, cambiando el aspecto de las mismas. El palacio fue construido para mostrar la grandeza de Fernando e Isabel, y para intimidar a los visitantes ante la riqueza que mostraban. Para acceder al Palacio de los Reyes Católicos, se construyó una escalera monumental que parte desde el patio de Santa Isabel. El techo de la escalera, está cubierto con pinturas al temple que representan motivos iconográficos que hacen relación a los Reyes Católicos, como el yugo y las flechas.

Tras la escalera, un corredor con una galería de columnas que se abre al patio de Santa Isabel lleva a las dependencias palaciegas, entre las que se encontraba el imponente Salón del Trono. Pero antes de llegar al Salón del Trono, visitantes y delegaciones debían recorrer las ‘Salas de los pasos perdidos’, tres pequeñas pero suntuosas salas de planta cuadrada con ricas techumbres mudéjares que servían de sala de espera para aquellos que iban a ser recibidos en audiencia por los reyes. Estas salas tenían un efecto intimidatorio: si las salas era tan ricas, cómo debía ser el salón en el que esperaban los monarcas.

Tras recorrer estas salas, los visitantes llegaban hasta el Salón del Trono. Un salón suntuoso cubierto por ricos artesonados que se reflejan en el suelo. Las paredes son recorridos por una galería de arcos transitables para que la corte pudiera contemplar las ceremonias reales. Destacable también es el friso que rodea todo el salón, con la leyenda en caligrafía gótica que loan a Fernando e Isabel.

CÁRCEL DE LA INQUISICIÓN

En 1486, se toma una decisión que cambiará el destino del palacio para siempre: una parte de la Aljafería será sede del Tribunal de la Inquisición. Además de acoger a los jueces, la torre del Trovador se convertirá en cárcel del tribunal.  De esta manera, el palacio pasó a ser un elemento represor para los aragoneses de la época. Un elemento represor que culminó con los hechos protagonizados por Antonio Pérez y Felipe II en 1591, y que desembocaron en las Alteraciones de Zaragoza, tras acogerse Antonio Pérez al privilegio de la Manifestación para intentar escapar de la persecución de Felipe II.

Pero el Tribunal de la Inquisición estaba por encima de las leyes y fueros aragoneses, y por ese motivo, recluyó a Antonio Pérez en sus calabozos. Un encierro que provocó el levantamiento del pueblo zaragozano al creer que no se estaban respetando las leyes aragonesas y la liberación de Antonio Pérez, que huyó a Francia. Tras sofocar la revuelta aragonesa con tropas castellanas, Felipe II ejecutó al Justicia de Aragón, Juan de Lanuza, y convirtió la Aljafería en una fortaleza militar para prevenir futuras revueltas con unas obras dirigidas por Tiburzio Spannocchi. En las obras, destacaba la construcción de un muro almenado, cuatro torres pentagonales en las esquinas o un foso de veinte metros de altura.

La siguiente gran reforma se produjo en 1772, cuando Carlos III transformó buena parte de los espacios del interior del palacio para alojar a soldados y oficiales, construyendo un patio de armas. El uso militar, que se prolongó hasta bien entrado provocó grandes daños en las partes históricas del palacio.

EL RENACIMIENTO DEL PALACIO

 


La Aljafería es en la actualidad sede de las Cortes de Aragón / TA

Aunque desde mediados del siglo XIX ya hay preocupación en determinados sectores por el deterioro y la pérdida de patrimonio en el palacio. No sería hasta los años 80 cuando el palacio comenzó a recuperar su esplendor. La comisión parlamentaria encargada de buscar una sede definitiva para las Cortes apostó por recuperar la Aljafería para convertirla en el Parlamento aragonés.

El Ayuntamiento de Zaragoza, propietario del edificio, cedió su uso y el palacio comenzó una nueva y esplendorosa etapa. Las obras se prolongaron hasta 1998, año en que la Aljafería fue inaugurada nuevamente, para uso y disfrute de todos los aragoneses, y de los miles de visitantes que recibe cada año. En 2001, la Aljafería pasó a ser Patrimonio de la Humanidad gracias al arte mudéjar que hay entre sus murallas.

https://www.hoyaragon.es/historia-de-aragon/la-aljaferia-historia/


El Compromiso de Caspe: la historia del triunfo de la razón sobre las armas


Aragón es tierra de pactos y de acuerdos. Y el mejor ejemplo es el Compromiso de Caspe. Un hecho histórico clave en la historia de la Corona de Aragón que mostró al mundo cómo en lugar de resolver un problema político  por la vía de las armas, se apostó por el diálogo y la concordia para solucionar el vacío monárquico y evitar una guerra civil para elegir al nuevo rey de Aragón.

A principios del siglo XV corrían tiempos oscuros en la Corona de Aragón. Tras la muerte de Martín El Humano, se produjo un vacío de poder al quedar vacante el trono, ya que el heredero de la corona, Martín el Joven, había muerto en 1409. Una situación que nunca se había producido en la Corona de Aragón, pero sí en el Reino de Aragón, tras el fallecimiento de Alfonso I.

EL TRONO DE ARAGÓN, VACANTE


Retrato de Fernando I, obra Felipe Ariosto / Museo del Prado

Tras el fallecimiento del rey, se planteaba el problema de quién le sucedería. En el único testamento del monarca, dejaba heredero universal a su hijo, Martín de Sicilia, fallecido un año antes. Y en su defecto, a sus descendientes. El problema era que el rey de Sicilia solo tenía un hijo bastardo, lo que le alejaba de poder ascender al trono aragonés. Al morir el rey, florecieron las tensiones de los distintos territorios de la Corona, personalizados en los distintos aspirantes a ocupar el trono aragonés.

Los que tenían mayor apoyo eran Fernando de Trastámara, regente en Castilla y Jaime, conde de Urgel. Pero además tenían pretensiones el duque de Calabria, Luis de Anjou, o , Alfonso de Gandía, Federico de Luna. En ese momento, se abre un periodo inestable, con saqueos en Aragón por parte del conde de Urgel, o con el asesinato del arzobispo de Zaragoza. Fernando de Antequera, quien pone tropas castellanas pacificadoras al servicio del gobernador de Aragón para presionar, tiene dos grandes valedores, el Papa Luna, el aragonés Benedicto XIII, o el dominico valenciano Vicente Ferrer.


LA SOLUCIÓN AL CONFLICTO SUCESORIO: EL COMPROMISO DE CASPE


El Compromiso de Caspe, pintado por Dióscoro Puebla / Congreso de los Diputados


En junio de 1411, se reúnen en Calatayud los diputados aragoneses a instancias del Justicia de Aragón y del Gobernador del Reino, para aprobar el proyecto presentado por el jurista aragonés Berenguer de Bardaxí. En esta propuesta, tras la que está la figura del Papa Luna, se propone que representantes de los tres reinos que conforman la Corona de Aragón se reúnan en sus respectivos territorios, aunque en lugares próximos entre sí. El Papa Luna estaba muy interesado en que subiera al trono el Trastámara, ya que con su elección, se garantizaba el apoyo de Aragón y Castilla al pontificado aviñonés, que corrían peligro en ese momento.

De esta manera, los aragoneses se reúnen en Alcañiz en septiembre, mientras que los catalanes lo hacen en Tortosa. De acuerdo con esta concordia, se decide nombre a un total de nueve compromisarios de reconocido prestigio, tres por cada Estado de la Corona, para revisar los derechos sucesorios de cada aspirante al trono, y tomar la decisión irrevocable de elegir al nuevo monarca.

Según se decidió en la Concordia de Alcañiz, la reunión de los 9 compromisarios sería en la villa de Caspe, un lugar que debería ser considera zona segura y protegida de cualquier amenaza o presión armada, bajo la guarda de soldados de Aragón, Cataluña y Valencia. También se intentó garantizar la proporcionalidad entre los 3 territorios de la Corona, por lo que se acordó que la decisión para elegir al nuevo rey debía tomarse con el acuerdo de al menos 6 de los 9 compromisarios, imponiendo la obligación de que entre los votos positivos hubiera al menos uno proveniente de cada reino.



Acta notarial original de la elección de Fernando de Antequera como rey de Aragón / HA

Además, la respuesta definitiva con la elección del nuevo monarca debía realizarse en el plazo de dos meses a contar desde el 29 de marzo, aunque podía haber una única prórroga que podía estirarse hasta el 29 de junio de ese mismo año.

Desde Aragón, y ante la división de los valencianos y la ambigüedad de los catalanes, el gobernador del Reino, el Justicia y Berenguer de Bardaxí nombran a los compromisarios de los tres territorios. Así, por Aragón eligen al  obispo de Huesca, Domingo Ram, el antiguo consejero real y enviado de Benedicto XIII, Francisco de Aranda, y el jurista, letrado de las Cortes de Aragón, Berenguer de Bardají.

Por Valencia, eligen al prior de de la Cartuja de Portaceli, Bonifacio Ferrer, al dominico Vicente Ferrer y a Pedro Beltrán, experto en derecho. Por Cataluña, son nombrados Bernardo de Gualbes, síndico y Conseller de Barcelona, Guillem de Vallseca, letrado general de las Cortes catalanas, y Pedro de Sagarriga, arzobispo de Tarragona. Tras la decisión arag0nesa, los compromisarios son aceptados tanto por el parlamento catalán como el valenciano.

El 17 de abril se encierran los compromisarios en Caspe para deliberar sobre los distintos candidatos al trono de la Corona. A punto de expirar la prórroga acordada, el 24 de junio de 1412, y tras una votación, se elige a Fernando de Trastámara nuevo rey de Aragón. En la votación, Fernando obtiene el respaldo unánime de los tres compromisarios aragoneses, además de dos de los valencianos, y uno de los catalanes.

La decisión, anunciada en la iglesia mayor de Caspe por Vicente Ferrer tras un oficio religioso, dio inició a la entrada en Aragón de una dinastía castellana, la Trastámara. Y también sirvió de ejemplo para demostrar que los conflictos pueden solucionarse desde la razón y el diálogo y sin necesidad de recurrir a las armas.


https://www.hoyaragon.es/cultura-ocio-escapadas/el-compromiso-de-caspe-la-historia-del-triunfo-de-la-razon-sobre-las-armas/

 

La plaza del Pilar y su entorno: epicentro político y social de Zaragoza desde hace 2.000 años

La plaza del Pilar es el epicentro de la capital aragonesa. La Basílica del Pilar, La Seo, el Ayuntamiento, La Lonja  y la Delegación del Gobierno son algunos de los edificios que se concentran en esta plaza, escenario de las principales festividades y acontecimientos festivos y culturales que suceden en la ciudad.

Desde las fiestas del Pilar, a carreras populares, pasando por las celebraciones de Navidad o Semana Santa… Y aunque han pasado por la ciudad culturas y civilizaciones muy diferentes, lo cierto es que el centro del poder y la vida social siempre ha estado en esta zona desde que hace 2.000 años fuera fundada la colonia de Caesar Augusta.

EN ÉPOCA ROMANA


El Foro era el centro de la vida de la Zaragoza romana / Vértice – Ayto. Zaragoza

Desde que Octavio César Augusto fundó Caesar Augusta en el 14 A.C. siguiendo los ritos romanos a orillas del Ebro, en esta zona se situaba el Foro Romano, el centro político, social, económico y religioso de la ciudad. En el entorno de la Plaza de la Seo, muy cerca del puerto que comunicaba la colonia con el Mediterráneo a través del Ebro, el Foro aglutinaba la Curia (o senado local), la basílica (donde se realizaban las transacciones comerciales), el templo dedicado a Pietas Augusta y que estaba situado bajo lo que es actual Seo, la ceca o fábrica de monedas, y numerosos comercios.

Además, justo enfrente del actual Ayuntamiento, existía otro importante templo que según historiadores como Guillermo Fatás podría determinar la existencia de un segundo Foro. Lamentablemente, los restos de este templo descubiertos en 1990 durante las obras de construcción del aparcamiento de la plaza del Pilar fueron destruidos por parte del Ayuntamiento en medio de un gran secretismo.

LA SARAQUSTA MUSULMANA


El poder político y religioso de la Zaragoza musulmana se mantuvo en el entorno de la actual plaza del Pilar / Ayuntamiento de Zaragoza


Tras la conquista de la ciudad a los visigodos, la vieja Caesar Augusta, transformada en Saraqusta, se convirtió en una de las más importantes ciudades de la Península. En época islámica, y en el solar sobre el que se levantaba el templo romano, se construyó la gran mezquita de Zaragoza. Una mezquita de gran tamaño que marcaba la vida religiosa de la ciudad, y que tenía la puerta principal con la misma orientación que la actual catedral de Zaragoza. En el entorno de la mezquita también se encontraba el zoco, uno de los dos grandes espacios comerciales con los que contaba la Zaragoza musulmana (el otro zoco estaba en los alrededores de Puerta Cinegia).

Al otro lado de la actual plaza del Pilar se encontraba la Zuda, un edificio que fue construido aprovechando uno de los torreones de la muralla romana. El actual torreón, muy transformado, era la torre del homenaje del alcázar que sirvió de residencia de los gobernadores de Zaragoza, y que fue utilizado posteriormente como residencia de invierno de los reyes de la Taifa de Saraqusta.

Y para completar la escena de la medina islámica, entre la mezquita, y la Zuda, encontramos el templo cristiano dedicado a Santa María, en el mismo lugar que ahora se levanta la basílica del Pilar. De este original templo mozárabe, hay documentos fechados en el siglo XI. Tras la iglesia mozárabe vendría otra románica, seguida de otra mudéjar, hasta que finalmente se construyó el templo barroco que podemos ver en la actualidad.

LA ZARAGOZA CAPITAL DEL REINO DE ARAGÓN


El poder político y religioso del reino de Aragón se situaba junto al Puente de Piedra / Juan Bautista del Mazo



Tras la conquista de la ciudad gracias al rey Alfonso I El Batallador en 1118, la ciudad se convierte en capital del reino de Aragón. Y dos de las primeras medidas que se tomarán a nivel urbanístico será la conversión de la mezquita mayor en catedral cristiana, y la conversión del alcázar musulmán de la Zuda en palacio de los reyes aragoneses, siendo palacio real hasta el menos el siglo XIII. Alfonso I El Batallador también regaló al primer obispo de la ciudad un torreón de la muralla pegado al Ebro y próximo a la Seo. De esta manera, en el entorno de la catedral y del cada vez más influyente templo de Santa María, y con el paso de los siglos se concentraría el poder político y religioso no solo de la ciudad, sino también del reino.

Así, en esta zona, junto al Puente de Piedra, se levantaron edificios como el Palacio de la Diputación, o las Casas del Reino, (un edificio gótico construido en 1436 para ser sede de la Diputación General del Reino, de las Cortes y del Justicia de Aragón). Al lado, se situaban desde al menos el siglo XIII las Casas del Puente, sede del ayuntamiento de la ciudad desde la Edad Media hasta principios del siglo XX. Junto a las Casas del Puente, entre 1541 y 1551 se construyó el Palacio de La Lonja, destinado a acoger los intercambios mercantiles.

En el entorno de la actual plaza del Pilar también se levantaron numerosos palacios renacentistas, entre los que destaca el palacio de Torrellas. En las mazmorras de este palacio, situado en el solar sobre el que se levanta el actual Pasaje del Ciclón, fue encarcelado el Justicia Mayor de Aragón, Juan de Lanuza, antes de ser ejecutado por las tropas castellanas de Felipe II en la cercana Plaza del Mercado.

LA ACTUAL PLAZA DEL PILAR


Para construir la actual plaza del Pilar hubo que derribar una veintena de calles y plazas / HA


Durante siglos, lo que es la actual plaza del Pilar fue un entramado de plazas y callejuelas que correspondía al trazado de una ciudad medieval. Sí que existían una plaza frente al templo de Santa María al menos desde el siglo XVI. También existía la plaza de La Seo, heredera del Foro Romano, y de otra plaza situada frente a la fachada principal de la mezquita de Zaragoza.

La actual configuración de esta zona de la ciudad se debe a los planes desarrollados por el arquitecto Regino Borobio a finales de los años 30. Tras acabar la Guerra Civil, y para reforzar el papel del régimen y de la religión, se decidió crear un gran espacio abierto para dignificar el Pilar y acoger al nuevo poder. Así, tras demoler más de 2o calles y plazas, y decenas de edificios, se construyó la explanada que daría lugar a la actual plaza, y el inicio de lo que debería haber sido la prolongación del Paseo de la Independencia.

En este contexto, se levantaron el nuevo Ayuntamiento, el edificio del Gobierno Civil, o los juzgados de la ciudad, además de terminar las torres del Pilar, y construir distintos edificios de uso religioso, potenciando así definitivamente la centralidad política y espiritual de esta zona de la capital aragonesa.

Una centralidad que se ha mantenido hasta nuestros días, en los que la plaza del Pilar es escenario de eventos multitudinarios, como la ofrenda de Flores a la Virgen, el pregón de las Fiestas del Pilar, procesiones de Semana Santa, el belén gigante y el mercadillo navideño, o infinidad de eventos culturales, deportivos y solidarios que se celebran a lo largo de todo el año.

https://www.hoyaragon.es/cultura-ocio-escapadas/curiosidades-zaragoza/plaza-del-pilar-epicentro-politico-zaragoza/






 



















 





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