Redes aristocráticas mexicanas a principios del siglo XX
Resumen: El porfiriato fue un período en el que se vivió un gran
crecimiento económico en México. Socialmente, esta prosperidad se vio
reflejada, entre otras cosas, en las grandes fiestas y eventos realizados por y
para las familias de las clases altas privilegiadas. Por otra parte, hubo un
auge en la producción de medios impresos, particularmente proliferaron las
revistas dirigidas a las damas del hogar y de la aristocracia mexicana. Una de
ellas fue Álbum de Damas, publicación que se mantuvo entre enero de 1907 y
julio de 1908, en la que se incluía una sección donde se describían los
principales eventos sociales de las clases altas. El objetivo de este artículo
es analizar las redes aristocráticas reflejadas en dicha sección, Ecos sociales
de la quincena, de la revista Álbum de Damas, en los 24 números publicados en
1907. Analizar la revista en general es revelador en cuanto a su intención,
similar a la de otras revistas de la época dedicadas a las mujeres, de educar o
instruir a la mujer mexicana de acuerdo con un modelo que cumpliera con los
roles convenientes para la nación y para el desarrollo de los futuros
ciudadanos que servirían a la patria. Pero centrar el análisis en la sección
social de la revista nos presenta toda una nueva perspectiva, pues a través del
análisis de redes se pudieron visibilizar conexiones muy reveladoras en cuanto
a vida social, política, estatus, influencias de poder y economía. Entender
estas conexiones nos da un enfoque alternativo para comprender las dinámicas
económicas y políticas de esa clase encargada, tal vez de manera indirecta, de
dirigir el rumbo del país.
Introducción
La época del porfiriato (1876-1911) ha sido analizada
desde diferentes perspectivas, desde la que sólo juzga una dictadura hasta la
que idealiza un paraíso perdido, pero uno de los enfoques que ha predominado ha
sido el económico, y es innegable que México tuvo un gran crecimiento económico
durante ese período. Dentro de ese auge fueron pocas las familias que se
repartieron las riquezas del país, una clase social que tenía un estilo de vida
muy particular, en el que las reuniones sociales, los grandes bailes, los
encuentros en clubes deportivos y culturales, fueron muy importantes para la
conservación de su estatus.[1]
En este
período también hubo un auge en la producción de la prensa, gran parte de ella
dirigida a las clases altas, y cuyas publicaciones son registros tangibles del
estilo de vida de las familias aristocráticas. De manera particular proliferaron
aquellas dedicadas al público femenino. Durante la segunda mitad del siglo XIX
hubo un auge de revistas, semanarios o secciones especiales en medios
periodísticos, dedicados a las mujeres,[2] entre ellos: La
Mujer (1880-1883), La Familia (1883-1892), El Correo de las Señoras
(1883-1893), El Álbum de la Mujer (1884-1888), Las Hijas del Anáhuac
(1887-1888), Violetas del Anáhuac (1888), El Mundo (1894-1899), El Periódico de
las Señoras (1896), El Mundo Ilustrado (1900-1914) y La Mujer Mexicana
(1904-1906).
Iniciando ya el siglo XX surge Álbum de Damas. Revista
quincenal ilustrada (1907-1908), que desde el primer número se declara como una
revista dirigida a las damas del hogar, con consejos relacionados al cuidado de
la belleza, de la casa, de los hijos, con poesías, cuentos y relatos, con
información sobre la moda proveniente de Europa, y con una sección en
particular, Ecos sociales de la quincena, en la cual se describen todos los
detalles de los principales eventos sociales en los que coinciden las familias
de la aristocracia mexicana, incluyendo en varias ocasiones a la familia del
mismo presidente y de su esposa.
En la búsqueda de investigaciones previas acerca de Álbum
de Damas, se encontró mencionada como ejemplo de las revistas que había en la
época porfiriana,[3] o
como ejemplo de las primeras revistas dedicadas a la mujer en México.[4] Tales
textos presentan enfoques centrados en diferentes campos, como el de la
historia de la publicidad, de la prensa o su análisis ideológico, la historia
de la educación o el análisis del género en la historia de las publicaciones
impresas. El propósito del presente artículo está enfocado en presentar
resultados de un enfoque desde el análisis de redes, orientado a la historia de
las élites a través del análisis de las redes aristocráticas reflejadas en la
revista Álbum de Damas.
El primer artículo que describe un poco más su contenido
fue el de Gustavo Romero en 2014, titulado Lectura y prácticas ideales. Álbum
de Damas.[5] Es
un artículo descriptivo, donde menciona de manera muy breve algunas de las
secciones de la revista y la inclinación conservadora de sus contenidos,
apegados a los ideales porfiristas. Después se enfoca en una descripción más
profunda de la sección La cocina y la mesa, en la que Romero imprime también
sus opiniones sobre la internacionalización de las recetas presentadas.
Pero quien más ha indagado en las raíces de Álbum de
Damas ha sido la historiadora Paola Ugalde. En 2013 publicó el libro Arte y
letras o la construcción del imaginario social de la élite porfiriana,
1904-1912,[6] en el que hace un análisis alrededor de la revista
Arte y Letras, explorando en la vida del director, Ernesto Chavero, y en el
proceso de la editorial Arte y Letras, de la que también nació Álbum de Damas
en 1907; después, Ugalde se centra en analizar el contenido de la revista Arte
y Letras, sus secciones, años de circulación, las características que la
definieron, así como el discurso de la revista relacionado con la vida
cotidiana de la mujer.
Del mismo
trabajo de investigación se desprende un artículo titulado Ernesto Chavero: de
funcionario público a empresario editorial, 1874-1921, publicado en 2016 en la
Revista de historia de América;[7] en este artículo, Ugalde se centra más en la vida de
Chavero, en sus raíces, sus contactos con la política, en cómo su formación y
actitud emprendedora lo llevaron al mundo editorial, creando no sólo una
revista, sino una editorial. Aunque el interés de Ugalde no se centra en Álbum
de Damas, sino en Arte y Letras, su investigación sirve mucho para comprender
el proceso por el que nació la revista, y su segunda publicación al respecto,
enfocada en Chavero, ayuda para adentrarnos un poco más en las redes que pudo
haber detrás de la publicación.
Algo interesante de la época en la que surgió Álbum de
Damas es que la prensa ya no era del todo libre, para los últimos años de la
dictadura porfirista tenía básicamente dos opciones: “doblegarse a la fuerza de
la subvención estatal o resignarse a la persecución constante”.[8] Al
analizar el discurso de Álbum de Damas es de suponer que pertenecía al grupo de
la primera opción, pues el contenido de la redacción coincide con el discurso
oficial de progreso, del seguimiento de las modas extranjeras; la primera
sección de cada número, titulada Ecos sociales de la quincena, está enfocada a
dar nota de los eventos sociales y del estilo de vida de la aristocracia.
Es por estas características que la hipótesis que se
plantea es que en la sección Ecos sociales de la quincena de la revista Álbum
de Damas podemos encontrar redes que reflejan la vida social de la aristocracia
mexicana de principios del siglo XX, las cuales visibilizan las conexiones
entre el estatus social, la política, las influencias de poder y la economía
del país.
Un primer objetivo en este artículo es conocer las redes
aristocráticas reflejadas en la sección Ecos sociales de la quincena de la
revista Álbum de Damas en sus números del 1 al 24, mismos que pertenecen a los
meses de enero a diciembre de 1907. Después, como segundo objetivo, se podrán
analizar las conexiones entre la vida social de la élite aristocrática y los
grupos políticos y de poder que manejaban la economía del país.
Para cumplir con los objetivos se utilizó el análisis de
redes como metodología desde las ciencias sociales, que consiste en el estudio
de las conexiones o enlaces dentro de una estructura social, interesándose por
las relaciones entre diferentes entidades sociales: individuos, organizaciones,
grupos, etcétera.[9] Aunque
en el campo de la historia, en un primer momento, se ha enfrentado al problema
de la capacidad demostrativa, por el encuentro entre la cuantificación de los
datos con la narración histórica y el análisis crítico de las fuentes, el
análisis de redes ha demostrado ser un método útil e innovador en diversos
trabajos historiográficos, como los relacionados con la historia colonial o la
intelectual;[10] en el
nivel macro histórico, esta metodología ha reactivado el uso de la
prosopografía o la biografía colectiva como método de la historia tradicional,
mientras que en el nivel micro histórico “ha facilitado el estudio de las
relaciones personales de un individuo (familiares, de amistad, laborales, e
incluso de clase), fundamentalmente de aquéllos que pertenecieron en algún
período determinado a una élite económica, política, social o cultural”.[11] Es
precisamente el interés por las relaciones de los individuos que la metodología
de redes fue la más conveniente para esta investigación, pues se busca conocer
y analizar las conexiones entre los miembros de la élite porfirista.
En el siguiente apartado se realizará un recorrido por la
historia del surgimiento de la revista, dirigida por el Licenciado Ernesto
Chavero, así como una descripción de la misma, incluyendo sus características
físicas y el contenido de sus secciones. En la segunda parte se realiza un
análisis de las redes que representa la revista y que corresponden a las clases
altas de la sociedad porfirista del siglo XX. Se hablará del proceso
metodológico que se llevó al utilizar el análisis de redes y se hará una
comparación entre los resultados encontrados y los estudios relacionados a las
clases sociales de la época. Por último, se presentan las reflexiones finales
de este análisis.
Hablar de Álbum de Damas implica hablar de Ernesto
Chavero, el fundador y director de la revista, quien fue un emprendedor de su
época, pues además de introducirse en la vida política desde muy joven, también
incursionó en distintos proyectos industriales, culminando con la creación de
una casa editora. Su éxito puede deberse a diversos factores, entre ellos el
haber nacido en una familia que ya estaba integrada a la política y haber
pertenecido a la élite porfirista, pero además porque “tuvo la habilidad de
hacerse de redes sociales, políticas y económicas que le permitieron formar su
empresa”.[12]
Educado en un ambiente intelectual de escritores,
historiadores y políticos, Ernesto Manuel Luis Chavero Rosas siguió los pasos
de su padre al estudiar Derecho e integrarse en la política mexicana el mismo
año que finalizó sus estudios, en 1896, iniciando como diputado suplente del
Tercer Distrito del Distrito Federal. Aunque algunos de sus detractores
opinaran que su ingreso en la política era debido a la influencia de su
progenitor, Chavero continuó con ese camino, consiguiendo ser diputado local en
la Legislatura XVII un año después, en 1897; en 1900 fue nombrado miembro del
Congreso de la Unión, donde ejerció como diputado federal propietario por el
3er. Distrito del Estado de México, cargo en el que permaneció 12 años.[13]
Mientras se desempeñaba en la vida política, también
realizó varios proyectos emprendedores, aprovechando el programa Nuevas
Industrias impulsado por las políticas de promoción empresarial del gobierno
del país. Particularmente en 1989 -año en el que además contrajo matrimonio con
Beatriz Hijar y Haro Millán- presentó diversas propuestas de empresas, algunas
de ellas con su socio Gregorio E. González. Entre los proyectos que intentó
desarrollar estuvieron: una fábrica fundidora de fierro, fábrica de alambre, de
máquinas de coser, de leche condensada, de máquinas de escribir, entre otros.[14]
En el campo editorial incursionó en 1904, lanzando al mercado la
revista Arte y Letras. Aventurarse
en este tipo de empresa requería una gran inversión, considerando la
maquinaria, las nuevas técnicas de impresión de la época y el costo de
mantenerse en circulación. Por ello buscó el patrocinio del presidente Porfirio
Díaz, suponiendo que estaría interesado en subvencionar una publicación que
informaba sobre las novedades de la sociedad política y de la élite capitalina.
Aunque no se han encontrado documentos que comprueben el apoyo económico del
gobierno a su empresa editorial, se sabe que había subvenciones no oficiales,
por ejemplo, la de El Imparcial, publicación subsidiada mediante una partida de
la Secretaría de Gobernación que no requería justificación, por lo que se
podría pensar que eso mismo pudo haber sucedido con Arte y Letras.[15]
Esta primera publicación logró cumplir ocho años en el
mercado, de manera ininterrumpida, además de que abrió las puertas al mundo
editorial para Ernesto Chavero. En este contexto se inserta Álbum de Damas.
Revista quincenal ilustrada, una revista dirigida a las mujeres de la élite
mexicana, que lanza su primer número el 1 de enero de 1907. El siguiente año,
los Talleres de Arte y Letras se convierten en la “Compañía editorial Arte y
Letras, S. A.”, fundada por Chavero junto a José I. Bandera, Alfredo Hijar y
Haro y Roberto N. Portilla. En esta compañía se editó, además de Arte y Letras
y Álbum de Damas, el libro El Señor Root en México, que consistía en una
crónica de la visita a México del Secretario de Estado y titular del
Departamento de Defensa de Norteamérica.[16]
Álbum de Damas se produjo durante 1907 y 1908; el primer
año se imprimía quincenalmente, mientras que el segundo año comenzó a
reproducirse cada semana, aunque a partir de entonces la cantidad de páginas
disminuyó casi a la mitad que el año anterior. Finalmente, en su edición número
54, la revista anuncia que se unirá a Arte y Letras para formar entre ambas una
“Revista de Hogar”,[17] concluyendo
así el 30 de julio de 1908 con la publicación de Álbum de Damas.
Características de Álbum de Damas
Desde el primer número mantuvo un estilo de contenido
estable, con características relacionadas con una idea de progreso y
refinamiento dentro de los hogares mexicanos, en los que la mujer cumpliría un
papel clave. Como lo dejó claro en sus primeras páginas, el objetivo de la
revista era entretener e instruir a las damas mexicanas:
Al sugerirnos la idea de hacer la presente revista, tuvimos en cuenta
como primer factor, el progreso alcanzado por el hogar en México (…) Las damas
que carecen de lectura a propósito, que esté en relación con su sexo, que las
instruya de ese conjunto de conocimientos finos y necesarios, indispensables
para su vida (…) Unir lo ameno a lo útil, hacer que la dama encuentre algo que
la deleite y mucho que la sirva, es nuestro ideal.[18]
En esa misma edición, después de la bienvenida que da La
Redacción, se publicó una fotografía de Carmen Romero Rubio de Díaz, la primera
dama y esposa de Porfirio Díaz. La imagen estaba editada con un ramo de flores
detrás de la fotografía, con su nombre y un pequeño texto en donde se le
elogia. La intención, además de alabar a la primera dama “por quien simboliza
lo dulce, lo delicado, esas joyas riquísimas de alma femenina”,[19] probablemente
fue la de posicionar la revista entre las damas de las familias de clase social
alta, mediante argumentos que resaltan las dotes femeninas a emular en la élite
para ser parte de lo más distinguido de la sociedad en su tiempo, objetivo que
se reafirma en la sección Ecos sociales de la quincena, donde se describían los
detalles lujosos de las grandes fiestas celebradas en la capital, mencionando
los apellidos de las familias anfitrionas y de los principales invitados.
Imagen
1.
Portada.
Álbum
de Damas, enero de 1907. Hemeroteca Nacional Digital de México.
El precio de suscripción era de 1.25 al mes en la
capital, y de 1.50 en los estados, pero se pedía realizar el pago
bimestralmente. Su valor hace alusión al tipo de público al que se dirigía la
publicación, que era un precio similar al de otras revistas de ese mismo
estilo, actuando de alguna manera como diferenciación social de las clases alta
y media; esta diferencia se remarca al compararlo con los 25 centavos que
costaba El Álbum de la Mujer (1883-1901)[20] o
incluso con los 50 centavos que llegó a costar La Mujer Mexicana (1904-1906),[21] ambas
revistas dirigidas a las mujeres de la élite.
Durante los primeros meses de publicación, la revista
tenía un tamaño tipo cuaderno y contenía alrededor de 40 páginas. La portada de
su primera edición era simple, un fondo claro con el título de la revista en
una tipografía cursiva (imagen 1). En la primera página se presentaba una
versión mucho más ornamentada del nombre de la revista, que incluía flores, el
dibujo del rostro de una mujer y líneas curvas que enmarcaban la página (imagen
2).
Tales características de ornamentación correspondían a
las propias del movimiento cultural conocido como Art Nouveau, nacido en París
entre finales del siglo XIX y principios del XX.[22] Entre
sus elementos visuales destacan los trazos curvilíneos y asimétricos, como los
que aparecen en la primera página de Álbum de Damas, en la que el título de la
revista parece estar sobre una banda que se ondea; la primera letra está
también representada con
Imagen
2.
Primera página. Fuente: Álbum de Damas, enero
de 1907.
Hemeroteca
Nacional Digital de México.
líneas que asemejan listones o látigos que se atraviesan
formando la A. Ese coup-de-fouet, o latigazo en francés, era precisamente una
de las expresiones que popularmente ya se relacionaban con el aspecto del Art
Nouveau.[23] Otra
imagen característica de esta corriente era la inspirada por figuras femeninas
místicas o provenientes de la fábula, similar al rostro de mujer que formaba
parte de la decoración de la revista, el cual se muestra a medio perfil rodeado
por sus propios cabellos oscuros y largos, con la mirada seria dirigida hacia
los lectores.
El Art Nouveau influyó también en la joyería,[24] que
compartía las características de la representada en esta primera página, con
broches, anillos, colgantes y pendientes, como el que se dibuja en la frente de
la mujer, parecido a una piedra en forma de gota, o los aros colocados a la
altura de las orejas. La naturaleza fue otro elemento de este estilo
decorativo, como las guías de flores y hojas ubicadas entre la mujer y la banda
que se ondea, que pasan por detrás, hacia arriba y hacia abajo, hasta terminar
en el extremo derecho con unas flores. De las flores se desprenden un par de
líneas que forman el nombre del autor de la ornamentación: Johnson. Por debajo
de la A cuelgan también esas guías, formando tres adornos, que son como flores
que miran hacia abajo. En el interior de la revista también solía haber
ornamentación en algunos de los artículos, aunque más sencilla que la
presentada en la imagen 2, generalmente eran guías de flores o grecas
enmarcando el título o como marco de página.
La presencia de elementos del Art Nouveau en la revista
es un ejemplo de la influencia de las modas europeas en el México porfirista,
que se ve reflejado no sólo en el diseño gráfico sino también en el contenido
de las secciones, entre las que se incluían una amplia gama de temas
considerados femeninos, desde recetas de cocina, instrucciones de corte y
confección, jardinería, consejos para las madres relacionados con la crianza de
los hijos, moda, consejos de belleza, entre otros; así mismo, se incluían
secciones sobre arquitectura, poemas, partituras musicales, reseñas de las
fiestas de la alta sociedad; con relación a la interacción con las lectoras, la
revista hacía sorteos mensuales para las damas y para los niños del hogar,
además de tener una sección donde respondía cartas enviadas por las
consumidoras de la publicación.
Para la vestimenta estaba la sección Modas, que era a la
que se le dedicaban más páginas y más imágenes, en ella se exhibían los
vestidos más elegantes de Europa y se escribía acerca de los accesorios
adecuados, como guantes, abanicos, sombreros, tipos de encaje, flores o plumas.
El gusto por lo extranjero era una característica no solamente de las damas,
sino de la sociedad mexicana en general. Por ello, en la sección La cocina y la
mesa se observa una tendencia a utilizar y apropiarse de ingredientes, formas y
modos extranjeros; encontrándose una clara diferenciación entre la pequeña y la
“gran cocina”,[25] en la
que casi todos los platillos incluidos tenían un estilo a la francesa, a la
alemana, a la inglesa, etcétera. Así mismo, en diferentes secciones se
encuentra el uso de extranjerismos como: office, hall, chalet, sport, entre
otros.
Es probable que el éxito de la revista haya sido mayor
del que esperaba su director, por lo que, en tan sólo cuatro meses, el 1 de
mayo de 1907, Álbum de Damas ya anunciaba su primer cambio con modificaciones
que fueron principalmente de imagen, dimensión y el agregado de algunas
secciones. El tamaño aumentó al doble, “y su forma antes apaisada se ha
sustituido por la forma usual de las revistas extranjeras del mismo género”.[26] También se anunciaron más contenidos ilustrados con
fotograbados, secciones que incluían artículos literarios, cuentos, novelas,
poesías, comedias de salón, crónicas teatrales y las fotografías de las
principales artistas del teatro.
Ciertamente hubo cambios desde las primeras páginas, en
las que se incluyó un sumario que no existía en ediciones anteriores. El precio
continuó igual, a pesar de contener mayor número de fotografías y grabados.
Entre otras modificaciones físicas de la revista, se observó un encabezado más
sobrio en la primera página, con una tipografía sin ornamentación. La
redacción, que antes era a una o dos columnas, ahora era a cuatro, el número de
página se hizo más pequeño y se ubicó en la esquina superior externa de la
hoja, cuando antes se situaba en la parte inferior central.
Estos cambios, principalmente el relacionado con el
aumento de tamaño de la edición y mayores contenidos, probablemente haya sido
consecuencia de la mayor inclusión de publicidad dentro de la revista. En los
primeros números no había anuncios; en la octava edición sí se observaron
algunos, pero solamente en las últimas páginas. Y a partir de la novena edición
nos encontramos con un anuncio de página completa ya desde la contraportada,
publicidad de ropa para mujeres de la tienda Al puerto de Veracruz. A partir de
esa edición, cada número de la revista incluía un anuncio de dicho almacén en
su contraportada.
La publicidad, además de evidenciar el tipo de público al
que se dirige, es también un reflejo de la época, del contexto social y
temporal en que se inserta la revista. La publicidad nos habla no solamente del
objeto que se oferta, sino de la “imagen del objeto”,[27] de los
beneficios que aporta al consumidor, tales como salud, prestigio, pertenencia a
una clase o posesión, es decir, le aporta un boleto de ingreso a un estilo de
vida determinado.
En Álbum de Damas, los anuncios encontrados son
principalmente de almacenes de novedades como Al puerto de Veracruz, El centro
mercantil, The dry goods store in Mexico, El palacio de Hierro o El paje, que
ofrecían objetos como sombreros, flores para adornar las prendas femeninas o
que anunciaban el crecimiento de sus departamentos de confecciones; productos
para la apariencia como Sedería y Corsetería Francesa, sombreros de Señoritas
Aguilar, crema rosada Adelina Patti, para conservar el cutis; productos
higiénicos Benzo Boranina; productos de salud para las señoras y sus familias
como Píldoras nacionales, Ozomulsión, o Fosfo alimento Banck dirigido a niños y
personas débiles; o anuncios de doctores como el Dr. Ricardo Suárez Gamboa, que
se promovía como especialista en enfermedades de señoras, o el Dr. Pedro P.
Peredo, ofreciendo sus servicios de especialista en enfermedades de señoras y
niños; también se repetía un anuncio del colegio superior Sara L. Keen, Escuela
Americana para señoritas, niñas y párvulos, y la propaganda de palmistas o
tarotistas, como la Sra. A. G. Miller, Dra. Annie Douglas o Mme. Rachel.
Como puede observarse, la mayoría de la publicidad va
dedicada a las mujeres, el público para el que está pensado la revista, y el
tipo de objetos ofertados por la revista nos hablan de la importancia de
conservar buena salud y sobre todo buena apariencia, desde la figura modificada
por el corsé hasta las prendas de moda extranjera que se deben vestir para
acceder a ese mundo de sueños anhelado.[28] Estas
características, encontradas en la publicidad, en el contenido de las
secciones, en el estilo místico del Art Nouveau y en las fotografías de figuras
femeninas admiradas, como la de la primera dama, reforzaban la construcción
idealizada de la dama aristocrática al que se aspiraba llegar.
Los ecos sociales de la aristocracia
Clases sociales durante el porfiriato
El tema de las diferenciaciones de clases se vuelve
complejo al analizar el período del porfiriato, o al menos si lo comparamos con
el presente. Según Tenorio y Gómez,[29] la
vida obrera porfiriana tenía formas culturales que chocan con todas nuestras
distinciones de clase, se podía ser indio y poderoso, o se podía estar en el
poder, pero no ser aceptado por la aristocracia.
Esto no niega el problema de raza, al contrario, durante
el porfiriato la desigualdad fue sustentada por un discurso científico de
teorías raciales. De acuerdo con Molina Enríquez, las castas son definidas como
estratos o capas, cada una de ellas formada por grupos sociales, y sus
subgrupos, con elementos particulares relacionados con su origen; se refiere,
por ejemplo, a las tribus indígenas, que aunque físicamente estaban desligadas
y separadas por el extenso territorio del que provenían, formaban un solo grupo
unido por las características que se consideraban parte de la raza, como “sus
condiciones de formación, de carácter y de desarrollo evolutivo”.[30] De
esta manera, cada estrato social era una casta, divididas en: extranjeros,
criollos, mestizos e indígenas.
Molina Enríquez fue un abogado e historiador mexicano que
vivió durante todo el período del porfiriato y conoció de primera mano muchas
de sus características. En su libro Los grandes problemas nacionales,[31] además
de ser crítico con la política en curso, hace una descripción de las
características y sucesos que fueron ocurriendo en el país y que, para él, no
habían permitido el desarrollo adecuado de México, desde un extenso recuento de
las tribus indígenas precoloniales hasta el análisis de las leyes de reforma
sobre la propiedad, y cómo éstas últimas afectaban a las diferentes castas. A partir
de las castas, Molina Enríquez hace una distinción entre clases altas, medias y
bajas, de acuerdo a si son privilegiadas, medias o trabajadoras (imagen 3).
Imagen
3.
Clases en el porfiriato.
Molina
Enríquez (1985).
Al analizar Álbum de Damas, específicamente la sección
Ecos sociales de la quincena, es posible distinguir a las castas que formaban
las clases altas de México, así como las relaciones entre ellas. Para esto fue
necesario aplicar una metodología de análisis de redes, cuyo proceso se presenta
a continuación junto con las gráficas resultantes de los datos extraídos de la
sección Ecos sociales de la quincena, de la revista Álbum de Damas, tomándose
en cuenta la clasificación expuesta por Molina Enríquez, así como información
acerca de los apellidos aristocráticos de la época.
Análisis de redes
En el proceso de análisis se utilizó FileMaker para la
captura de datos de los números del 1 al 24 de Álbum de Damas. FileMaker es un
programa que permite sistematizar la información de manera práctica y personalizada,
con este software se pueden crear bases de datos integrando la cantidad y el
tipo de campos que sean necesarios. Para el interés de esta investigación, se
recopiló la información de cada uno de los eventos mencionados en la sección
Ecos sociales; se registraron los nombres de todos los asistentes a cada
evento, diferenciándolos entre anfitrión (que podía ser quien organizaba el
evento o la persona homenajeada) e invitados (el resto de la concurrencia). Se
obtuvieron 118 menciones de eventos y 1052 menciones de asistentes, entre
invitados y anfitriones. Una vez que se capturaron y sistematizaron todos los
datos, se pasó al programa Gephi para proceder a la creación de las gráficas.
Gephi es un software de fácil acceso que permite visualizar la información en
forma de redes, por lo que se pueden analizar grandes cantidades de datos de
manera práctica.
A grandes rasgos, las redes están creadas por nodos, que
pueden representar a personas, grupos, organizaciones, lugares, eventos,
etcétera, y por vínculos o enlaces entre éstos. Las características de las
relaciones entre nodos y de la estructura de la red en general es lo que
constituye el objeto de análisis de las redes, aunque pueden distinguirse
aproximaciones distintas para su estudio desde las ciencias sociales, como la
sociocéntrica, que explica las propiedades de un grupo de nodos previamente
definidos y sus conexiones, y la egocéntrica, que analiza las conexiones que se
pueden delinear a partir de un ego dado.[32] La
centralidad es uno de los principios fundamentales del análisis de redes
sociales por su capacidad para describir y examinar las propiedades de la
estructura de la red, puede ser entendida como centralidad global, en función
de las características de la red en general, o centralidad nodal, que analiza
la relación que mantiene un nodo con el resto de ellos.[33]
Para los fines de este artículo nos inclinamos a la
aproximación egocéntrica de los análisis de redes sociales y nos enfocamos en
los conceptos de centralidad a nivel nodal. Uno de ellos es el de grado, que
indica la actividad de relaciones de un nodo con sus nodos contiguos directos,
es decir que, a mayor número de nodos vinculados directamente, mayor grado.[34] En el caso de este análisis, por ejemplo, los nodos de
anfitriones tendrán mayor grado entre mayor número de invitados hayan asistido
a su evento.
Otro concepto es el de cercanía, que se refiere a la
distancia más corta de un nodo con respecto a otro, ya sea de manera directa o
a través de la mediación de otros nodos; este elemento tiene que ver con la
capacidad de alcanzar el mayor número de relaciones con el menor número de
pasos.[35] En
nuestro análisis, el interés de analizar este recurso radica, entre otras
cosas, en conocer el nivel de cercanía entre los personajes relacionados
directamente con la vida política del país y el resto de las familias de la
élite aristocrática.
El tercer elemento de la centralidad nodal es el de
intermediación, que sirve para identificar la capacidad que tiene un nodo para
conectar pares de nodos en la red, es “la suma de la combinación de todos los
pares de nodos de la red que para comunicarse entre sí por el camino más corto
(el de menos pasos) han de pasar necesariamente por el nodo en cuestión”.[36] La
importancia de la intermediación radica en el potencial como puente de
información y comunicación entre dos nodos que no se comunican, y por eso mismo
es un agente que ayuda en la consistencia de la red, haciéndola menos
vulnerable a la anulación y desaparición de algunos de sus nodos.[37]
Retomando la clasificación de castas de Molina Enríquez,
dentro de las clases altas y privilegiadas coexistían los extranjeros -grupo en
el que se incluía a los norteamericanos y los europeos-, los criollos, la mayor
parte de los mestizos y el grupo indígena que formaba parte del clero (imagen
3). Esta división estaba basada en su carácter de castas privilegiadas o
trabajadoras; Molina Enríquez consideró que además de los extranjeros y los
criollos, los mestizos (con excepción de los mestizos rancheros) eran parte de
la clase privilegiada debido a que vivían de las clases trabajadoras que
estaban más abajo, siendo el mismo caso el de los indígenas clero.[38]
Los extranjeros eran la élite más privilegiada, notándose
el esfuerzo mexicano en hacerle grata su estancia, pues se pretendía afianzar
el poder económico, político y social mediante vínculos sólidos, como en el
caso de matrimonios, sociedades mercantiles o compadrazgos políticos. En el
primer nivel estaban los norteamericanos, por encima de los europeos, debido en
gran medida a que se trataba de un vecino fuerte y poderoso, con el que México
había querido evitar roces y dificultades.[39]
Estos esfuerzos descritos por Molina Enríquez se ven
reflejados en los principales eventos referidos en Álbum de Damas. Algunas
familias aristocráticas lograron emparentar con extranjeros gracias al
matrimonio de algunos de sus miembros, como el caso de la unión entre Silvia
García Granados, hija del diplomático Ricardo García Granados, con Paul
Stockder, originario del entonces reino prusiano; en la descripción de la boda
no se menciona al resto de los invitados, probablemente porque Ricardo García
ya se había autoexiliado después de haber escrito en los periódicos de
oposición El Demócrata y La República,[40] por lo tanto, la
boda de su hija, aunque aún era parte de la clase alta, tal vez no merecía más
renglones en la redacción.
Un ejemplo del gran esfuerzo por complacer al extranjero
son las fiestas en honor a la visita de Elihu Root, Secretario de Estado y
titular del Departamento de Defensa de Norteamérica, realizada en octubre de
1907. Dicha visita tuvo como objetivo fortalecer las relaciones de amistad
entre su país y el gobierno mexicano, y para ello se realizaron diversos
eventos,[41] los
que se describen en Ecos sociales acompañados de amplios halagos al señor Root
y, como era de esperarse, nombrando a la gran cantidad de invitados para
legitimar la calidad del festejo. Incluso, en la gráfica 1 se puede observar
que el nodo correspondiente a Elihu Root es el más grande, el que tiene mayor
grado de salida, es decir, que los eventos en su honor tuvieron el mayor número
de asistentes de todos los eventos registrados (gráfica 1).
La centralidad de grado a nivel nodal puede interpretarse
como signo de influencia, prestigio o prominencia, con mayor visibilidad social
por tener una elevada cantidad de
Gráfica
1.
Eventos de colonias extranjeras.
Elaboración
propia.
relaciones directas,[42] en el
caso del nodo de Elihu Root, y considerando lo expresado por Molina Enríquez
respecto al interés mexicano en afianzar alianzas con la clase más alta, la de
extranjeros norteamericanos, estamos hablando de un personaje con demasiada
influencia ya que, además de su país de origen, ostentaba un cargo de prestigio
en la vida política y era el representante directo de las relaciones con el
país vecino del norte.
En la gráfica, los puntos negros corresponden a los
eventos y el resto de los nodos son las personas, ya sean anfitriones o
invitados. Respecto a festejos en honor a extranjeros europeos, se describen,
entre otros, una bienvenida a marinos franceses, un concurso de bandas
organizado por la colonia española, una fiesta francesa y una fiesta vasca. Lo
reflejado en Ecos sociales de la quincena coincide con las características
expresadas por Molina Enríquez respecto a este grupo: las unidades extranjeras
que llegaban al país, antes de mezclarse y transformarse en criollos nuevos,
lograban conservar su unión y colocación como un conjunto diferenciado de los
otros.[43]
A través de los datos encontrados, se infiere que existía
una relación entre la vida social con la vida política y económica, pues, entre
otras características, se puede observar la confluencia de las principales
familias pertenecientes a la élite política asistiendo a los mismos eventos
sociales, los que aparentemente no estaban relacionados con asuntos políticos;
coincidían en bodas, bautizos, carreras de caballos, etcétera.
Un caso particular es el de la familia Braniff.
Proveniente de Estados Unidos, con ascendencia irlandesa, Thomas Braniff era un
joven ambicioso y emprendedor, unido a Lorenza Ricard, de origen francés; ambos
llegaron a México en 1865, donde nacieron sus hijos Jorge, Oscar, Tomás,
Arturo, Lorenza, Alberto y Rafael. El señor Braniff llegó al país contratado
por la empresa Smith Knight para trabajar en la construcción del ferrocarril.
Pero más adelante, aprovechando su estatus de extranjero, realizó inversiones
que lo llevaron a ser ya reconocido en 1900 como un banquero prominente.
Invirtió en mineras, fundidoras, en fábricas de papel y de telas, entre otras
cosas. Thomas Braniff falleció en 1905, pero su descendencia continuó generando
riquezas consolidando el poder económico familiar, ya fuera uniéndose en
matrimonios con la aristocracia mexicana, convirtiéndose en comerciantes,
industriales, entrando en la vida política o aventurándose en materia agraria.[44]
Gráfica
2.
Red de la familia Braniff.
Elaboración
propia.
En el análisis de redes de Álbum de Damas, la más notoria
es Lorenza Braniff (gráfica 2). Tal vez el nodo de Lorenza o de los otros
Braniff no son tan sobresalientes como, por ejemplo, el de Elihu Root, sin
embargo, en conjunto la familia Braniff fue anfitriona de diferentes eventos,
entre ellos una Copa de patinaje, Fiesta artística en la mansión Braniff, el
cumpleaños de doña Lorenza Ricard de Braniff, una tamalada organizada por
Arturo y Alberto Braniff junto con Enrique Fernández Castelló, y el bautizo del
hijo de Arturo Braniff; si uniéramos todos los eventos en los que se relacionan
los Braniff en un solo nodo, probablemente sobresaldría más que el resto de los
nodos. Es decir, como grupo, el apellido Braniff también representa un nivel de
grado sobresaliente, lo que se traduce en un nivel elevado de influencia social
entre las familias aristocráticas.
Gráfica
3.
Red egocéntrica de Guillermo Landa y
Escandón.
Elaboración
propia.
Por otra parte, los eventos en los que se
mencionan como invitados, son reuniones tanto familiares como sociales
organizadas por instituciones: almuerzo al aire libre organizado por la
Sociedad de polo, el santo de Luz González Cosío de López (cuñada del
presidente Porfirio Díaz), la bendición del órgano de la iglesia San Juan de
Dios, el Desfile de flores organizado por el Ayuntamiento de la Ciudad de
México, entre otros. Como podemos ver, la familia Braniff estaba muy presente
no sólo en la vida social, sino también en la vida política de México, como lo
menciona Collado[45] y como
lo refleja este breve vistazo a los Ecos Sociales de 1907 en Álbum de Damas,
por lo que, gracias a su posición de prestigio, su nivel de influencia pudo
llegar también al ámbito de las decisiones políticas.
Otro nodo, y apellido, sobresaliente es el de Landa y
Escandón. Entre 1903 y 1911 Guillermo Landa y Escandón fue el gobernador de la
Ciudad de México. A través de sus ocho hijos emparentó con familias
económicamente importantes, como los Mier, Limantour, Cañas, Beistegui e Iturbe.[46] Al
filtrar la red egocéntrica de Guillermo Landa y Escandón, con un nivel 1 de
profundidad[47] (gráfica
3), lo vemos directamente relacionado con Porfirio Díaz, con los eventos en
honor a Elihu Root, con José Yves Limantour (ministro de Hacienda), con Enrique
Fernández Castelló, entre otros. Al subir al nivel 2 de profundidad[48] en su
red egocéntrica (gráfica 4), encontramos relación con el Ayuntamiento de la
Ciudad de México, con la familia Braniff, y con Peretti de la Roca, principal
organizador de los eventos de la legación francesa.
Gráfica
4.
Red egocéntrica de Guillermo Landa y
Escandón, nivel 2.
Elaboración
propia.
Se puede observar que el nodo de Landa y Escandón, además
de tener un nivel de grado nodal elevado (es decir, renombre e influencia),
también tiene mucha cercanía con la vida política, con la élite extranjera, y
con las familias pertenecientes a la aristocracia en general. La interpretación
de la cercanía nodal se vincula con la posibilidad de informar e informarse, de
apoyar y comunicarse con otros nodos, se considera un recurso valioso de
capital social porque se tiene el poder de acceder a gran cantidad de nodos con
el menor gasto de recursos.[49] En el
caso de Landa y Escandón, tenía conexión directa con las clases más altas y
privilegiadas de la élite porfirista.
Dos apellidos más entre los nodos con mayor centralidad
de grado, es decir, con mayor influencia y prestigio por el tipo de conexiones
con otros nodos, son el de María Sanz y el de Dante Cusi (gráfica 5). Respecto
a los Sanz Calderón, nacieron siendo parte de la aristocracia mexicana, ambos
padres fallecieron pronto, por lo que se criaron entre la opulencia de sus
abuelos, los Sanz-Jové, quienes habían logrado su fortuna en haciendas
pulqueras en Tlaxcala. Fueron cinco hermanos: Clemente, Dolores, Patricio, María
y Manuel; y todos ellos heredaron las fincas de Tlaxcala y numerosas pulquerías
en la capital del país.[50]
El nodo de María Sanz es el más grande de los Sanz
Calderón, pues en uno de los números de la revista se describe su boda con sus
invitados y, en otro, se le presenta como organizadora de una exposición de
flores y frutas. Su nodo está conectado directamente con el de su hermana
Dolores Sanz de Iturbide, que también es anfitriona de una comida en la mansión
de los Sanz, está conectada con la familia Braniff, con los García Pimentel a
través de la posada de Dolores Cervantes de Riba, con Luis Fernández Castelló,
quien a su vez es invitado de Dante Cusi, entre otros.
Por su parte, Dante Cusi fue un italiano que llegó a
México en busca de fortuna a principios del siglo XX. En 1903 compró en
Michoacán la hacienda La Zanja, un lugar en el que parecía no crecer nada; él
la nombró Lombardía y la convirtió en una de las más productivas y modernas de
su época. Lo mismo hizo con otro conjunto de haciendas que, después de
comprarlas, las nombró La Nueva Italia, aunque eso fue ya en 1909. Cusi
sobresale, entre otras cosas, por su visión modernista en cuestión agraria:
realizó los primeros experimentos genéticos en plantas como el limón para
adaptarlas al clima de Michoacán, introdujo la primera máquina de vapor para
producir aceite de limón y logró producir arroz a gran escala.[51]
Gráfica
5.
Relaciones de Sanz y Cusi.
Elaboración
propia.
Como se puede apreciar, los nodos más grandes de la red
coinciden con apellidos sobresalientes de la clase alta. Pero también hay
algunos que, aunque son pequeños en comparación con la red, están relacionados
con muchos de los nodos grandes, tienen mayor centralidad de intermediación
nodal, y su importancia radica en su papel de intermediarios entre distintos
grupos que formaban parte de la misma élite privilegiada, tal es el caso de los
García Pimentel y los Fernández Castelló (gráfica 6). Quizás no fungieron como
anfitriones, pero sí como invitados en diferentes círculos sociales. El
ingeniero Enrique Fernández Castelló era parte del círculo de amigos de
Porfirio Díaz, fue incluso a quien le envió una carta desde el exilio ya en
1911.[52] Luis
García Pimentel era un hacendado propietario de Santa Ana Tenango y Santa Clara
Monterfalco en Morelos.[53]
El nodo de Luis García Pimentel aparece poco conectado,
sin embargo, fue anfitrión
Gráfica
6.
Fernando Castelló y García Pimentel.
Elaboración
propia.
de tres eventos: Garden party, una fiesta en su casa de
Tlalpan, y el día de su santo. Lo que sucede es que en la revista no se
redactaron los nombres de sus invitados. Por otra parte, los nodos de sus
familiares, incluyendo a su esposa Susana Elguero de García Pimentel, están muy
relacionados, sobre todo con los eventos Braniff y con la clase política.
Enrique Fernández Castelló sí aparece rodeado de muchos
nodos, entre los Braniff y los García Pimentel, aunque Luis y Manuel Fernández
Castelló parezcan más apartados. En la redacción de la fiesta de bienvenida a
los marinos franceses incluyeron a uno de los Fernández Castelló, pero no
pusieron su nombre, por lo que hay un nodo con el apellido solamente entre ese
grupo de nodos. No obstante, sin tener el nombre sabemos que la familia
Fernández Castelló, los García Pimentel, así como otros apellidos cuyos nodos
no sobresalen en este análisis, pero que sí están presentes (Limantour, Riba, Cervantes,
Iturbide, Romero Dusmet, etc.), fueron familias importantes en la época del
porfiriato, adineradas, propietarias de haciendas, de negocios, de empresas
familiares, y que coincidían en los principales eventos sociales.
Reflexiones
finales
Siendo los inicios del siglo XX en México, con una visión
política de progreso relacionada a la internacionalización europeizante,
resulta interesante realizar un acercamiento a las formas en las que los medios
impresos intentan configurar -a través de publicaciones dirigidas a la mujer-
el modelo de la dama de familia adecuado a los objetivos sociales del país,
saber cómo debía ser este modelo, y conocer además a quienes llevaban a cabo
esta tarea y sus conexiones con las esferas públicas y políticas; aunque este proceso
de configuración del rol femenino es un punto que no se desarrolla a
profundidad en este artículo, podría ser un tema para examinar a partir de este
acercamiento.
Analizar algunas de las secciones de Álbum de Damas ha
sido revelador en cuanto a su intención, similar a la de otras revistas de la
época dedicadas a las mujeres, de educar a la mujer mexicana de acuerdo con un
modelo que cumpliera con los roles convenientes para la nación y para el
desarrollo de los futuros ciudadanos que servirían a la patria. Pero centrar el
análisis en la sección social de la revista nos presenta toda una nueva
perspectiva, a través del análisis de redes se pueden visibilizar conexiones
muy reveladoras en cuanto a vida social, política, estatus, influencias de
poder, economía.
El análisis de las redes aristocráticas de cualquier
época es un proceso complejo. Se requieren muchos pasos, revisiones a fondo de
diferente tipo de documentos, un pensamiento crítico que vea más allá de lo
obvio que pueda resultar en una gráfica. Específicamente el período conocido
como porfiriato es también un momento complejo de la historia de México, uno
muy interesante y que ha dado para analizar desde muy variadas perspectivas.
En este trabajo se intentó echar una mirada a las redes
aristocráticas de México del año 1907, a finales del porfiriato y principios
del siglo XX. En este caso, la fuente principal fue la sección Ecos sociales de
la quincena, de la revista Álbum de Damas, y el foco de atención fueron los
eventos sociales en los que estas familias coincidían y convivían, en los que
se puede inferir que intercambiaban ideas, opiniones, críticas, pensamientos
que podían o no influir en la toma de decisiones económicas y políticas.
Algo que resalta a simple vista en la gráfica de redes es
la división entre los eventos extranjeros y los nacionales, y que a su vez, los
extranjeros también estén divididos entre los norteamericanos y los europeos,
aunque haya ciertos apellidos de mexicanos que se relacionan con aquellos
festejos. El prestigio e influencia, tanto de los extranjeros como de las
familias mexicanas aristocráticas, quedó representado visualmente en el tamaño
de los nodos y en la cercanía de sus conexiones dentro de la red. La admiración
hacia lo que viene de fuera, esa aspiración que se nota incluso en la redacción
general de la revista, se mantiene en parte por esa división, se desea ser y
alcanzar eso que no se es, pero que está tan cerca, conviviendo, pero no
mezclándose. Ambas partes obtienen ganancias, los extranjeros tienen tratos y
privilegios exclusivos, facilidades para hacer negocios que se transforman en
capital económico, mientras que los mexicanos adquieren estatus y poder al ser
amigos de los admirados.
Entre lo no obvio hay nodos de apellidos que se repiten,
que están aquí y allá, entre los extranjeros, los políticos, los comerciantes,
en diferentes eventos sociales. Se trata de los nodos que fungen como
intermediarios en la red, de personajes que cumplían la función de mantener
conexiones entre los miembros de la misma clase alta. Al hacer la búsqueda de
información y comparación de datos, se confirma que están ahí por razones
importantes, por ser de familias adineradas o cercanas a los círculos
políticos. Algunos de ellos son propietarios de haciendas en otros estados, lo
que podría explicar por qué sus nodos no son más grandes, pues la revista,
aunque se anuncia para distribuirse en los estados, es de producción
capitalina, y casi todos los eventos que describe son realizados en la capital.
Respecto a la división de clases de acuerdo con la casta,
hay muchos criollos entre la aristocracia, como ejemplo los hijos del
matrimonio Braniff o Eduardo Iturbide, de quien no se hizo un análisis más
profundo porque en esta revista no tuvo mucha relevancia, pero quien sería
gobernador del Distrito Federal durante la dictadura de Victoriano Huerta.
En general, se comprueba que el análisis de la sección
social de una revista dirigida a las clases altas puede servir como una ventana
a través de la cual podemos asomarnos para observar la vida social de la
aristocracia y sus relaciones, y que a través del análisis de redes sociales es
posible comprender los procesos de influencia otorgados por una posición
privilegiada dentro de la red, mediante las cuales las dinámicas sociales se
mezclan con las dinámicas económicas y políticas de esa clase encargada, tal
vez de manera indirecta, de dirigir el rumbo del país.
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Notas
[1] Ugalde, Arte
y letras o la construcción del imaginario social de la élite porfiriana,
1904-1912, pp. 202.
[2] Torres
y Atilano, “La educación de la mujer mexicana en la prensa femenina durante el
Porfiriato”, pp. 217-242. Torres y Atilano vinculan este auge con el objetivo
de los gobiernos del México independiente para impulsar la educación de sus
lectoras.
[3] Ortiz,
Imágenes del deseo: arte y publicidad en la prensa ilustrada mexicana,
1894-1939, pp. 440;
Frías, “La
prensa en tiempos de don Porfirio”,
https://algarabia.com/a-curiosidades/la-prensa-en-tiempos-de-don-porfirio,
[consultado el 9 de octubre de 2018].
[4] Derreza,
“Guía de revistas femeninas olvidadas”,
https://www.letraslibres.com/mexico-espana/guia-revistas-femeninas-olvidadas,
[consultado en octubre de 2018]; Terán, “Instruir a los ángeles del hogar. La
educación de las mujeres desde la perspectiva de dos periódicos locales: El
Instructor y El Republicano, en la etapa porfiriana”, pp. 77-84.
[5] Romero,
“Lectura y prácticas ideales. Álbum de Damas”,
https://www.correodelmaestro.com/publico/html5102014/capitulo2/album_de_damas.html,
[consultado en octubre de 2018].
[6] Ugalde, Arte
y letras o la construcción del imaginario social de la élite porfiriana,
1904-1912, pp. 202.
[7] Ugalde,
“Instantánea de un porfiriano. Ernesto Chavero: de funcionario público a
empresario editorial, 1874-1921”, pp. 165-88.
[8] Serna,
“Prensa y sociedad en las décadas revolucionarias (1910-1940)”, p. 122.
[9] Garrido,
“El análisis de redes en el desarrollo local”, pp. 67-89.
[10] Iglesias,
“El aporte del análisis de las redes sociales a la historia intelectual”, pp.
17-37.
[11] Pita, “Las
revistas culturales como fuente para el estudio de redes intelectuales”, pp.
77-85.
[12] Ugalde,
“Instantánea de un porfiriano”, p. 166.
[13] Ugalde,
“Instantánea de un porfiriano”, p. 167.
[14] Ibíd., p.
170.
[15] Ibíd., p.
172.
[16] Ugalde,
“Instantánea de un porfiriano”, p. 173.
[17] Comp.
Editorial Arte y Letras, S. A., “A nuestras suscritoras”, Álbum de Damas.
Semanario ilustrado, Ciudad de México, 30 de julio de 1908.
[18] La Redacción,
“A nuestras lectoras”, Álbum de Damas. Revista quincenal ilustrada, Ciudad de
México, 1 de enero de 1907.
[19] La Redacción,
“A nuestras lectoras”, Álbum de Damas. Revista quincenal ilustrada, Ciudad de
México, 1 de enero de 1907.
[20] Derreza,
“Guía de revistas femeninas olvidadas” https://www.letraslibres.com/mexico-espana/guia-revistas-femeninas-olvidadas,
[consultado en octubre de 2018]
[21] Martín, “La
Mujer Mexicana (1904 a 1906), una revista de época”, pp. 68-87.
[22] Fontbona,
“Las raíces simbolistas del Art Nouveau”, pp. 213-222.
[23] Fontbona,
“Las raíces simbolistas del Art Nouveau”, p. 214.
[24] Ibíd., p.
217.
[25] Romero,
“Lectura y prácticas ideales. Álbum de Damas”,
https://www.correodelmaestro.com/publico/html5102014/capitulo2/album_de_damas.html,
[consultado en octubre de 2018].
[26] “Grandes
mejoras en esta revista”, Álbum de Damas. Revista quincenal ilustrada, Ciudad
de México, 1 de mayo de 1907.
[27] Ortiz,
Imágenes del deseo: arte y publicidad en la prensa ilustrada mexicana
(1894-1939), pp. 440.
[28] Ibíd.
[29] Tenorio y
Gómez, El Porfiriato, pp. 166.
[30] Molina
Enríquez, Los grandes problemas nacionales, p. 340.
[31] Ibíd., pp.
552.
[32] Molina, “El
estudio de las redes personales: contribuciones, métodos y perspectivas”, pp.
71-105
[33] Lozares,
López-Roldán, Bolíbar, Muntanyola, “La centralidad en las redes sociales:
medición, correlación y aplicación”, 77-97.
[34] Ibíd., p. 81.
[35] Lozares et
al., “La centralidad en las redes sociales”, p. 81.
[36] Ibíd.
[37] Ibíd., p. 85.
[38] Molina
Enríquez, “Las clases sociales mexicanas durante el Porfiriato”, p. 67
[39] Ibíd., p. 61.
[40] Luna, “Verdad
y verosimilitud en la historia: retórica, literatura e historia”, pp.
3773-3807.
[41] Ugalde,
“Instantánea de un porfiriano”, p. 173.
[42] Lozares et
al., “La centralidad en las redes sociales”, p. 84.
[43] Molina
Enríquez, “Las clases sociales mexicanas durante el Porfiriato”, p.61.
[44] Collado, La
burguesía mexicana. El emporio Braniff y su participación política 1865-1920,
pp. 174.
[45] Collado, La
burguesía mexicana. El emporio Braniff y su participación política 1865-1920
pp. 174.
[46] Fierro, “La
casa de don Guillermo de Landa y Escandón”,
https://grandescasasdemexico.blogspot.com/2012/11/la-casa-de-don-guillermo-de-landa-y.html,
[consultado en marzo de 2019].
[47] A través del
programa Gephi es posible filtrar los nodos que se relacionan con un nodo
particular. Al hablar de nivel 1 de profundidad nos referimos a que el programa
nos permite ver solamente aquellos que tienen una conexión directa, sin
intermediarios, con el nodo en cuestión.
[48] En el nivel 2
de profundidad podemos ver los nodos que se relacionan directamente con el nodo
que nos interesa y también aquellos que se conectan a través de un
intermediario.
[49] Lozares et
al., “La centralidad en las redes sociales”, p. 85.
[50] Saucedo, “La
victoria de María Conesa”,
https://relatosehistorias.mx/nuestras-historias/la-victoria-de-maria-conesa,
[consultado en marzo de 2019].
[51] Pureco,
Empresarios lombardos en Michoacán. La familia Cusi entre el porfiriato y la
posrevolución (1884-1938), pp. 432.
[52] Ávila,
Castellanos, Hernández, Porfirio Díaz y el Derecho. Balance crítico, pp. 499.
[53] Barreto, “La
familia García Pimentel y los hacendados frente al reparto agrario”, pp. 13-19.
https://revistasipgh.org/index.php/rehiam/article/view/648/1159
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