jueves, 21 de julio de 2022

 

Flor de virtudes
(¿Zaragoza, Pablo Hurus, 1491?)

Ed. de Ana Mateo Palacios (Universidad de Zaragoza)


INTRODUCCIÓN

Flor de virtudes es una obrita de carácter didáctico y moral, escrito en Italia en la primera mitad del siglo XIV, probablemente entre los años 1313 y 1323, de la que se desconoce su autor, aunque diversos testimonios parecen apuntar hacia la figura de un fray Tommaso Gozzadini, predicador benedictino de Bolonia. Consta de cuarenta capítulos estructurados del siguiente modo: 1. Definición de una cualidad o de un vicio que se presentan enfrentados; 2. Ejemplificación mediante el caso de algún animal que simbolice o se asemeje en su comportamiento al de la virtud o vicio descritos; 3. Citas de filósofos, de las Escrituras de la Iglesia o de tratados legales que sirven de apoyo erudito para avalar la enseñanza propuesta; y, 4. Ejemplo tomado del comportamiento humano, que junto al extraído de la vida animal, destaca el carácter didáctico de la obra. Esta organización se sigue desde el capítulo VII hasta el XXXIX, pero también podría aplicarse a los seis anteriores, si se les considera como un único capítulo dedicado al amor, con el ejemplo del animal en el capítulo primero y el ejemplo humano referido al amor, cerrando el capítulo sexto. La obra alcanzó una enorme popularidad en España en los siglos XV y XVI, ya que servía de pequeño bestiario y elenco de citas de autores clásicos donde el lector encontraba todo un repertorio de consejos y de avisos sobre la vida, presentados de forma amena mediante una sabia y organizada estructura, y con un propósito didáctico y moralizador muy en consonancia con el contexto religioso que atravesaba Europa en los años de su transmisión.

La difusión manuscrita de la obra en castellano fue reducida; tan sólo se conoce una copia de 1470 insertada en el Cancionero de Juan Fernández de Íxar (BNM ms. 2882), editado en 1956 por Azáceta, y otra custodiada en la Biblioteca Universitaria de Valencia, el ms. 92.4.24, en muy mal estado de conservación e incompleta. Nos han llegado, sin embargo, numerosos testimonios impresos.

El incunable más antiguo del Flor de virtudes, objeto de esta edición, carece de indicaciones tipográficas de lugar, año e impresor. Ha sido atribuido a Pablo Hurus, Zaragoza, 1491, [Fernández CD, 1901, pp. 535-536; Haebler, 1903-1917, n.º 266; Sánchez 1908, n.º 31]; pero también se ha asignado la impresión a Juan Hurus, de quien se piensa que lo habría impreso alrededor de 1488-1491 [Vindel 1949, IV, n.º 36; GW 1978, VIII, n.º 9975]. Se conservan dos ejemplares, uno en El Escorial (85.VII.20), dado a conocer por Benigno Fernández, y otro en la biblioteca Henry E. Huntington de San Marino.

Los otros incunables conservados del Flor de virtudes en lengua castellana son el editado en Sevilla por los "Tres compañeros alemanes", de 1498 [Renier, 1894]; el impreso en Burgos por Fadrique de Basilea, hacia 1499 [GW 1978, n.º 9978; CGI 1989-1990, n.º 2443, rectificando a Benito Fernández; Sánchez, n.º 70; Haebler, nº 268, que lo atribuían a Pablo Hurus]; y una edición salmantina que se fecha hacia 1498-1500 [GW 1978, n.º 9976]. A estos siguieron diversas impresiones del siglo XVI: Toledo, 1502 [Norton 1979, n.º 1026]; Toledo, Juan Varela, 1510 [Norton 1979, n.º 1078]; Burgos, Fadrique de Basilea, 1517 [Norton 1979, n.º 292]; Alcalá, Miguel de Eguía, 1526; Zaragoza, Pedro Hardouyn, 1534; Sevilla, Robertis, 1534; Medina del Campo, Pedro Tovans, 1534 [Brunet 1862; Graesse 1922]; Toledo, Juan Ferrer, 1558 [Brunet 1862; Graesse 1922]; Valencia, Juan Navarro, 1565.

No obstante se piensa que la primera impresión de la obra en España fue la del alemán Enrique Botel, en lengua catalana, impresa en Lérida en 1489 [Haebler 1903-1917: núm. 274]. Siguen en dicha lengua la de 1490, por el mismo Botel, también en Lérida; la de 1495, en Barcelona, a cargo de Diego de Gumiel [Haebler 1903-1917: n.º. 275]; la de 1497, en Gerona, por Joan de Valdés [Haebler 1903-1917: n.º. 276]; y la de 1502, en Valencia, por el impresor Jorge Costilla [GW 1978: núms. 9971-9974; Casella 1966; Cornagliotti 1975].

La primera edición crítica del texto italiano fue realizada por Bottari en el año 1740. Sus intentos se dirigieron a organizar y aclarar las diferentes versiones que existían sobre la obra y acercarlas lo más posible a la forma del original. Una segunda edición fue realizada en 1890 por Giacomo Ulrich siguiendo el Laurenziano-Gaddiano 115. En España Anna Cornagliotti y Julián Acebrón han preparado en los últimos años varias ediciones sobre la obra en lengua catalana, pero los estudios hispánicos sobre la misma son escasos y hasta el momento no existía ninguna edición crítica de la obra en lengua castellana.

La búsqueda de las fuentes utilizadas por el anónimo autor de Flor de virtudes fue iniciada por Frati en 1893, quien no logró, sin embargo, sintetizar todo el material que realmente debió de manejar. Actualmente las principales aportaciones para su estudio se deben a Maria Corti [1959], quien concluye que la gran cantidad de autoridades que llegan a mencionarse en la obra fueron obtenidas a través de compendios, enciclopedias y tratados de moral, tales como la Summa theologiae de Santo Tomás, las obras de Albertano de Brescia, a través de su Liber consolationis et consiliiTractatus de arte loquendi et tacendi, y el De amore et dilezione, el Speculum doctrinale y el Speculum morale de Vincent de Beauvais, la Summa virtutum ac vitiorum de Guillaume Perrault, y también el Liber philosophorum moralium. Hermann Varnhagen [1901], por su parte, señaló además la huella del De proprietatibus rerum de Bartolomeu Anglico en los ejemplos y descripciones de animales.

Una de las peculiaridades del incunable que se estudia y transcribe en este trabajo es la enorme cantidad de vacilaciones y arcaísmos, muchos de ellos coincidiendo con rasgos dialectales del aragonés y del catalán; por ejemplo el empleo predominante de la forma ny frente a ñ o mnestranyascompanyatinyaponçonyacompanyonesplanyendoerminyobrenyaenganyar, frente a desdeñarseseñoreaseñoríaacompañan. Otros rasgos arcaizantes y dialectales son la conservación de la f- inicial latina, fechofermosasfazerfallareaffogadaafalagandoafalagafechosfojafechizcoferirfincafablesformigarefazefallarfoyafuyedesfazefiel, y la no palatalización de la l- inicial en levava (VI, 5), del latín levar. Muy interesante resulta el estudio del vocabulario empleado en el texto, con inclusión de gran cantidad de términos aragoneses y catalanes tales como empenta (XIX, 5), merdoso (XXXII, 9), imposan (XXXII, 9), permesa (XI, 20), cado (XL, 6), buscaja (XL, 60), recordarse (XXXIV, 24 y XXXV, 17), sobrar (XXII, 2, 'vencer' en catalán), jusmeterse (XXXIV, 2), tempesta (XVI, 11), puncha (XVII, 11), quizás también ninito (VI, 13), que podría guardar relación con la palabra catalana ninot, con el significado de 'fantoche', y botiga (XII, 13).

Algunas expresiones dialectales requieren un breve comentario. El caso más importante, por el número de veces que se repite, es la aparición de algunas concordancias anómalas, tales como buen señal (XL, 18), o las que se producen con la palabra costumbre, cuya explicación se puede encontrar en que senyal y costum en catalán son sustantivos de género masculino: por el luengo e envejecido costumbre del vicio de la avaricia (XV, 17), por mal costumbre (XXXII, 1), tener buenos costumbres (XL, 4), buenos costumbres e virtuosos (XL, 5), corrompen e estragan los buenos costumbres (XL, 57). Sin embargo hay veces que la concordancia es correcta, así por ejemplo en la costumbre de la avaricia (XV, 17) y en las condiciones e costumbres de las personas (XL, 28); también expresiones como no lo cale (XL, 23), que recuerda al aragonés calcalen, con el significado de ‘importa’, ‘interesa’, o a la forma catalana cal, del verbo caldre, que significa ‘ser preciso’, ‘ser necesario’; la utilización del verbo haver en vez del verbo tenerhaver firme sperança (II, 1), haver de lo tal algún bien, (IV, 3), interesse que espere haver d'él (V, 6), aunque también se emplea alternando con el verbo tenersi no tiene sperança (IV, 3); el uso del partitivo de en aquestas pobres de mujeres (VI, 14) y el empleo con diferente valor de la preposición aponte la mano a la boca (XL, 35), con el significado de ponte la mano en la boca (ha de recordarse que en catalán la preposición a se emplea en ocasiones con el significado en).

Estos testimonios lingüísticos catalanes y aragoneses pueden guardar relación con el vínculo empresarial que unía a Enrique Botel y Pablo Hurus. A modo de hipótesis, cabe aventurar que quizá Botel diese a imprimir a Pablo Hurus el Flor de virtudes o incluso que el incunable de Hurus procediera de una versión catalana o realizada por un traductor catalán o aragonés.

 

El texto y nuestra edición

En el presente trabajo se ofrece una transcripción del incunable conservado en El Escorial (85.VII.20), cuyas deficiencias, escasas, se completan o corrigen con otras ediciones del siglo XVI. A tal efecto se han tenido en cuenta las impresiones de Hardouyn (1534) y Joan Navarro (1565), con las que se han completado palabras que en el incunable de El Escorial aparecían rotas y resultaban incomprensibles, o se han modificado algunos enunciados que igualmente eran ilegibles. Todas las modificaciones del texto original son convenientemente advertidas tipográficamente en el cuerpo del texto, así como explicadas en nota.

Asimismo, con el fin de facilitar la lectura del texto, se han aplicado los siguientes criterios de edición:

-Puntúo y acentúo siguiendo criterios actuales.

-Regularizo el empleo de y con valor vocálico y la transcribo siempre como ioídosdeleitecuidadosen lugar de oydosdeleytecuydados.

-Transcribo la j con valor vocálico como iira en vez de jra, si bien ha de notarse que en el texto aparecen de forma arbitraria las formas jra e irada.

-Transcribo la j con valor consonántico como yyugo en vez de jugo.

-Transcribo la i con valor consonántico como jjamáslisonjainjuria, y no iamáslisoniainiuria (aunque en el impreso aparecen ambas formas).

-Escribo los diptongos aioi situados en final de palabra siguiendo las normas actuales de ortografía: hayhoy, en lugar de haihoi.

-Transcribo la u con valor consonántico como vpruevamovimientosaviohoviere, en vez de prueuamouimientosauiohouiere. No obstante debo señalar casos como havrádevríabevría y otros: Al que havrá de otro compassión […] (XII, 9), […] el hombre savio no devría jamás dezir […] (XVIII, 6), no bevría jamás agua (XXXVI, 2), que podrían guardar relación con las formas catalanas hauriadeuria y beuria, tal como se emplean en la versión catalana de 1489, Qui haurà misericòrdia de altri […] (pág. 95), […] l'ome savi no deuria may dir […] (pág. 115), […] no beuria may aygua […] (pág. 166).

-Transcribo la v con valor vocálico como uuno en lugar de vno.

- Sustituyo rr tras nasal por rhonra en lugar de honrra.

-Resuelvo el signo tironiano como e y desarrollo las abreviaturas sin indicación.

-Ante b o p el signo de la abreviatura lo transcribo como m, pero los grupos que aparecen escritos en el texto con np y nb, se mantienen.

-Cambio las palabras quadaquadalquasicinquonunqua y quatorze por cadacadalcasicinconunca y catorze.

-Normalizo la separación de palabras siguiendo los criterios actuales: por endede lospare mientescada uno, en lugar de: porendedelosparemientesquadauno. Del mismo modo se unen palabras que en el texto aparecen separadas: ahorcarencubrirsepropiamentedetrásquítangelasahunque, en vez de a horcaren cubrir sepropia mentede trasquítan ge lasahun que.

-Marco la ausencia de vocales mediante apóstrofo: d'eld'estospara'ld'armas, y no deldestosparaldarmas.

-Acentúo ál e ý cuando tienen el significado de otra cosa y allí, respectivamente.

-Mantengo consonantes dobles como ffllccnn, en palabras como afflictióneffectoofficiointellectualsuccedepeccadoinnocente.

-Conservo vacilaciones como sepulchro y sepulcroparahízoparahísopenitentiapenitenciaentonceentoncesanteantespecadopeccadocompanyacompañíaacompañandanyodañodamnóqualquier y qualquiere.

-Indico entre corchetes, citando la lectura del original en nota, las letras o palabras que se añaden para corregir ausencias o erratas del texto y suprimo directamente en el texto las letras o palabras que aparecen duplicadas, anotando la lectura del original.

-Numero correlativamente los capítulos y normalizo sus denominaciones.

-Para facilitar el estudio y manejo de la obra, he procedido a subdividir los capítulos en párrafos, atendiendo a la unidad de contenido del texto. De esta manera, las citas textuales se realizan indicando, en primer lugar, el número del capítulo en números romanos y a continuación, el número del párrafo en números arábigos.

-Dado que el impreso carece de indicaciones de foliación o paginación, y tan sólo aparecen marcas de cuadernillos, separo las páginas mediante barra / y conservo las marcas de cuadernillos al final de aquellas páginas en que aparecen indicadas.

 

BIBLIOGRAFÍA

Manuscritos castellanos de la Flor de virtudes:

Dos son los manuscritos en lengua castellana que se han conservado con el texto de la Flor de virtudes. El principal de ellos es el denominado Cancionero de Juan Fernández de Íxar, fechado en 1470 que incluye completo el texto de la obra que nos ocupa, en los folios 271r-329v (BNM, ms. 2882); fue editado por J. Mª AZÁCETA, “Estos son los capítulos que hay en aqueste libro de Flor de Virtudes”, en Cancionero de Juan Fernández de Íxar, Madrid, CSIC (Clásicos Hispánicos), 1956, 685-752. El otro manuscrito, es el de la Biblioteca universitaria de Valencia (ms. 92.4.24), que presenta incompleto el texto del Flor de virtudes.

 

Manuscritos italianos de la Flor de virtudes:

El principal manuscrito italiano de la Flor de virtudes es el Laurenziano-Gaddiano 115, conservado en la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia. Este manuscrito fue el empleado por Ulrich para la edición que realizó en 1890 de la Flor de virtudes.

 

Impresos castellanos de la Flor de virtudes:

Flor de virtudes, atribuido a Pablo o Juan Hurus, Zaragoza, hacia 1488-1491. Para la preparación de la presente edición se ha empleado fotocopia del ejemplar de la Biblioteca del Escorial (85-VII-20).

Flor de virtudes nuevamente corregido, Zaragoza, Pedro Hardouyn, 1534. Se ha utilizado fotocopia del ejemplar de la Biblioteca Menéndez Pelayo, sign. 1626.

Libro llamado Flor de virtudes, el qual fue compuesto en lengua italiana y reformado por los padres religiosos de Sant Francisco de Venecia. Y agora impresso conforme a la verdad de aquel original y mejorado, Valencia, Joan Navarro, 1565. Se ha usado fotocopia del ejemplar de la Biblioteca Menéndez Pelayo, sign. 30.042.

 

Ediciones en catalán de la Flor de virtudes:

—ACEBRÓN RUIZ, Julián, Flors de virtut (ed. facsímil), Lleida, Institut d'Estudis Ilerdencs, 2001.

—CORNAGLIOTTI, A., ed. Flors de virtut. Versió catalana de F. de Santcliment, Barcelona, Barcino, 1975.

 

Ediciones en italiano de la Flor de virtudes:

Fior di virtu historiato, Florencia, Compagnia del Drago, 1498 [facs. Florencia, Electa, 1949]. Las viñetas reproducidas en este trabajo proceden de la reproducción facsímil de este impreso.

Fiore di virtù alla sua vera lezione, ed. G. G. Bottari, Roma, 1740.

—ULRICH, G., “Fiore di virtù secondo la lezione del Rediano 149”, ZRPh, XIX (1895), pp. 235-253 y 431-452.

—ULRICH, G., Fiore di virtù. Saggi della versione tosco-veneta, Leipzig, Libreria Renger, 1895.

 

Estudios sobre Flor de virtudes:

—ACEBRÓN RUIZ, Julián, “Sobre la versión catalana del Fiore di virtù, su autor y sus avatares (Francesc de Santcliment, la oficina tipográfica de Botel y unos incunables leridanos”, Diálogos hispánicos, 24 (2004), 39-53 (homenaje al prof. Manuel Ferrer Chivite, ed. F. Sierra Martínez, Amsterdam - Nueva York, Rodopi).

—BRUNET, J.-Ch., Manuel du libraire, París, Firmin Didot, 1862.

—CASELLA, M., “La versione catalana del Fiore di virtù”, Revista delle Biblioteche e degli Archivi, 31 (1920), 1-10 (reprod. en Sansone, G. E. (ed.), Saggi di letteratura provenzale e catalana, Bari, 1966, pp. 292-306).

CGI: Catálogo general de incunables en bibliotecas españolas, Madrid, Dirección General del Libro y Bibliotecas, 1989-1990, 2 vols.

—CORTI, M., “Le Fonti del Fiore di virtù e la teoria della 'nobiltà' nel Duecento”, Giornale Storico della Letteratura Italiana, CXXXVI, 1 (1959), pp. 1-82.

—CORTI, M., “Emiliano e veneto nella tradizione manoscritta del Fiore di virtù”, Studi di filologia italiana, 18 (1960), pp. 29-68.

—CORTI, M., “Il mito di un codice. Laur. Gadd. 115 (Fiore di virtù)”, Studi in onore di Angelo Monteverdi, I (1959), pp. 185-197.

—FERNÁNDEZ, B., “Crónica de la Real Biblioteca Escurialense”, La Ciudad de Dios, LV (1901), pp. 535-536.

—FRATI, C., “Ricerche sul Fiore di virtù”, Studi di Filologia Romanza publicati da Ernesto Monci, VI (1893), pp. 247-447.

—FRATI, C., “Dicerie volgari del sec. XIV aggiunte in fine del Fior di virtù”, Studi letterari e linguistici dedicati a Pio Rajna, Firenze (1911), pp. 313-337.

—GENOCCHIO, Stefania, Una traduzione castigliana del “Fiore di virtù” (trabajo de licenciatura inédito)

—GRAESSE, J. G., Trésor de livres rares et précieux, Berlín, Joseph Altmann, 1922.

—GUDAYOL, A., “Un recull miscel·lani de tractats morals: Biblioteca de Catalunya, ms. 2012”, Estudis romànics, XXVIII (2006), pp. 329-344.

GW: Gesamtkatalog der Wiegendrucke, Leipzig, Karl W. Hiersemann, 1925-38, 10 vols. Vol. VIII: Nueva York, Kraus, 1978.

—HAEBLER, K., Bibliografía ibérica del siglo XV, La Haya, Martinus Nijhoff, 1903-1917, 2 vols.

—LACARRA, M.ª J., “La Flor de virtudes y la tradición ejemplar”, Studia in honorem Germán Orduna, Leonardo Funes y José Luis Moure (editores), Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá, 2001 (Ensayos y documentos, 39), pp. 347-361.

—NORTON, F. J., A Descriptive Catalogue of Printing in Spain and Portugal: 1501-1521, Cambridge University Press, 1979.

—RENIER, R., “Di una ignota traduzione spagnola del Fiore di virtù”, ZRPh, XVIII (1894), pp. 305-318.

—SÁNCHEZ, J. M., Bibliografía zaragozana del siglo XV, Madrid, Imprenta Alemana, 1908.

—VARNHAGEN, H., “Die Quellen der Bestiär-Abschnitte im Fiore di virtù”, Raccolta di studii critici dedicata ad A. D. Ancona, Firenze, Barbera, 1901, pp. 515-538.

—VINDEL, F., El Arte tipográfico en España durante el siglo XV, Madrid, Dirección General de Relaciones Culturales, 1945-1954, 10 vols. vol. IV, 1949, 109-110.



Grabado de la edición de la Compañía del Drago, Florencia, 1498


Portadas de las ediciones de Hardouyn, Zaragoza, 1534, y Navarro, Valencia, 1565

0. Assí he fecho yo, como el que está en un gran prado de flores e rosas, que coge las más fermosas para fazer una guirlanda. Assí yo he puesto nombre a esta mi obra: Flor de virtudes. En la qual, si se fallare quiçá algún yerro o vicio, supplico humilmente a los que la leerán, quieran aquél emendar e perdonarme. E si fallaren cosa que les parezca bien, agradézcanlo a la Sancta Scriptura e a los auctores de aquélla.


[Capítulo I]: de amor

1. Amor, buena voluntad e deleite, son casi una misma cosa según prueva Sancto Thomás de Aquino en su Suma de Theología.

2. Por ende nota que, generalmente, según dize Augustino, el primer movimiento de qualquier amor es el conocimiento de la cosa, ca ninguno no puede amar cosa alguna si primero no hoviere conocimiento d'ella.

3. Este conocimiento o vía de conoscer procede de los cinco sentidos corporales, como del ver, que es de los ojos; e del oír, que es de los oídos; e del oler, que es de las narizes; e del gustar, que es de la boca; e del palpar, que es de las manos. E ahún este conocimiento es en otra [a ij] parte del cuerpo, conviene saber, en el seso intellectual, que es la imaginatión. E el tal conocimiento es el primer principio de amor.

4. El qual por la mayor parte desciende e procede de los ojos, según el philósopho, ca primeramente se inclina e mueve la voluntad de los hombres por este conocimiento, e después la memoria; e imaginando se convierte en plazer, por el qual plazer e deleite se mueve un desseo de coraçón a amar la cosa que le plugo; e este desseo después se confirma por una sperança que viene de poder alcançar lo que le plugo. E dende nasce la sobirana virtud de amor, la qual es raíz e fundamiento, siquier cimiento de todas las virtudes según dize el philósopho. E Sancto Thomás de Aquino lo prueva diziendo que no puede cosa alguna ser virtuosa sin amor e todas las cosas se forman en el conocimiento por él. Por ende, qualquier que quiere conoscer la virtud del vicio, pare mientes lo que quiere fazer, si procede de la virtud de amor o no; e en esta manera podrá conoscer la virtud e la verdad. Esto puede ver cada uno manifiestamente mirando la propiedad de los vicios e de las virtudes.

5. E assí la virtud de amor se puede comparar a una ave llamada caladrius, que tiene tal propiedad que, si la trahen delante a un doliente, si ha de morir, jamás aquella ave le buelve la cabeça ni lo quiere mirar, ante está muy triste; e por la contra, / si ha de escapar, ella lo mira de fito e le quita el mal. Assí faze la virtud de amor, la qual no mira jamás a vicio alguno, ante esquiva toda vileza e mora siempre en cosas honestas e virtuosas. Ca todo coraçón gentil en el qual se conservan las virtudes faze assí como las aves, que naturalmente andan en las verduras, e assí como faze la lumbre, que es puesta en lugar escuro, que alumbra más que en el claro, assí el virtuoso muestra más su virtud en las adversidades que en la prosperidad, assí la virtud del amor perfecto se conosce mejor por su contrario.

6. Empero, según dize Santo Thomás, orden hay en el amor, ca primeramente deve el hombre amar a Dios sobre todas las cosas creadas, después deve el hombre amar a sí mismo, e luego después a su padre e madre, e después la patria, e después a qualquier hombre según su grado e condición. Ca primero deve el hombre amar a los buenos que a los malos, e puesto que el hombre ame los malos, no deve amar sus vitios, según dize Sant Agustín. Por ende, primero quiero tractar del amor de Dios, porque es sobre todos, e después diré del amor de los parientes, después fablaré del amor de los amigos e postreramente del amor de las mujeres.

Capítulo II: del amor de Dios [aiij]

1. Amor de Dios, es dicho caridad, la qual se forma de dos virtudes, que son fe e sperança, ca ninguno puede amar a Dios si no hay en él verdadera fe, creyendo firmemente que Él sea verdadero Dios vivo e haver firme sperança en Jesuchristo de venir a la vida eterna. De estas dos virtudes se engendra en el alma una disposición por la qual quiere entrar en el amor de Dios por gratia e virtud del Spíritu Sancto.

2. Por esso dixo Salamón en el Ecclesiástico fablando del amor de Dios: “Yo, Salamón, Rey de Hierusalén, deliberé en mí mismo de fallar saviamente la verdad e la perfectión de quantas cosas hay en el mundo, e por esso edifiqué p[a]lacios e casas, e planté viñas, e enxerí toda manera de árboles, e por semejante, yo tuve muchos ganados de diversas specias, e tuve gran abundancia de oro e de plata, e tuve otrosí muchos servidores, e tuve muchos chantres e músicos, e tuve en mi corte de toda manera de gentes, e tuve mando e señoría sobre todas las generaciones del mundo, e hove la mayor honra que hombre jamás hovo ante de mí, e donde la quise, e hove scientia sobre todos los hombres, e no hovo cosa que delectasse mi pensamiento que no lo fartasse d'ella según mi appetito. E a la postre, quando me bolví a pensar e mirar lo que havía fecho, e las fatigas e sudores que havía ga / stado en vano con grandíssima afflictión de spíritu, no vi ál en todo, sino vanidad, fumo, viento e miseria; e vi que no havía cosa alguna so el sol que fuesse estable e sin mundança, salvo el amor de Dios. E assí yo le rogué que presto me enviasse su amor”.

3. Por esso dize Sant Paulo en sus Epístolas que el seso e saber de este mundo es locura delante de Dios, assí que el que piensa más saber, sabe menos.

4. E dize Job: “Desnudo vine a este mundo e como loco he vivido en él, e agora a la fin conosco que soy nada”.

5. Dize Sant Agustín: “¡O, tú, que vas buscando e pidiendo paz! ¿Quieres que te muestre cómo la fallarás? Pon tu coraçón firme en el amor de Dios e no en la miseria e vituperio d'este mundo, porque cada uno puede bien ver, que no puede ser uno honrado, que otro no sea vituperado; ninguno puede ser grande, que otro no sea pequeño; ninguno puede ser rico, que otro no sea pobre.” E por esso dixo el poeta que qualquiere cosa se conosce por su contrario.

6. E puede compararse el vivir d'este mundo a una gran mesa con unos pequeños manteles, que cada uno tira para sí e descubre la parte del otro. Por ende, el que pone su amor en este mundo, a menudo se entristece e se duele, porque es lleno este mundo de vanidad. E el que ama a Dios, siempre está alegre e contento, porque siempre vive e mora con Dios, que es gozo sobirano, paz sobirana. E d'este [a iiij] amor dezía el Apóstol: “Dios es caridad, e el que está en caridad, mora en Dios e Dios en él”.

7. El segundo amor es el amor de los parientes, el qual nasce e viene de un movimiento natural e ayuntamiento de ánimo que induze e inclina las personas a amar a sus parientes más que a otros, según que la naturaleza misma nos adiestra. Del qual amor dize un propheta, e ahun Salomón: “No fíes en el que no ama sus parientes, ca el que abhorrece sus cosas, ¿cómo amará las ajenas e estranyas?”

8. Salomón dize que todas las aguas salen de la mar e tornan a ella, e todos los hombres son de tierra e tornan a ser tierra. E assí, conosciendo las tribulaciones del mundo, yo alavé más los muertos que los vivos; e más bienaventurado es el que no es nascido en el mundo, que el que es nacido, porque no ha provado ni visto los males que están sobre la tierra. Dos cosas hay de continuo la una contra la otra, conviene saber, el mal contra el bien, e la muerte contra la vida. E las riquezas e las virtudes alegran el coraçón, mas, sobre todo, es el amor de Dios.

Capí[tulo] III: del amistad

1. El tercero amor, que se dize amistad, es querer uno de otro cosas lícitas e honestas, según dize Tulio en el libro De amicitia. E fúndase la tal amistad sobre un ayunta / miento bueno e caritativo de vida, que delecta e plaze a las personas de conversar e praticar el uno con el otro.

2. E el effecto de aqueste amor desciende e procede de tres causas. La primera es solamente por el bien que el un amigo espera del otro, e la tal amistad es amor mintroso e falso, e no se puede verdaderamente llamar amistad, mas mercaduría de proprio interesse, según dize Tulio. La segunda es que el hombre quiera el bien e el provecho de su amigo, no curando del suyo, e éste es perfecto amor. La tercera es quando el uno quiere participar el provecho con el otro, e ésta es buena amistad.

3. E la experiencia de aqueste verdadero e buen amor consiste en tres cosas principales: la primera es amar su amigo con buena voluntad e fazer lo que él crea que le plaze; la segunda es guardarse de fazer cosa que le desplega o que le torne en danyo, ca el amigo se gana e se conserva en tres maneras: la primera es honrándolo en presencia, la segunda loándolo en absencia, la tercera sirviéndolo en sus necessidades.

4. E a este propósito dixo Salomón: “Ninguna cosa se puede comparar con el amigo fiel”.

5. E dize Ovidio: “En el tiempo de la prosperidad tú fallarás muchos amigos, empero en las adversidades te fallarás a solas. Quatro cosas hay que son mejores viejas que nuevas: la primera es el vino, la segunda es el pescado, / la tercera es el azeite, la quarta es el amigo”.

6. Dize Aristóteles que quanto mayor es el árbol, tanto ha menester mayor puntal para le sostener; e assí, quanto la persona es mayor, tanto ha más menester los amigos, porque no puede ser bien alguno a solas.

7. Empero, la bienaventurança de los hombres no es ál salvo el amor e buena voluntad de las personas, según la opinión de algunos philósophos morales. E esto es verdad fablando de las bienaventuranças morales de aquesta vida, e no entendiendo de la bienaventurança eterna, que es sólo Dios. E esto quería dezir Tulio en su libro De amicicia, rezando la sentencia e opinión de aquel gran maestro Archita que dezía: “Si uno subiesse al cielo e viesse la fermosura del sol, e de la luna, e de las strellas, e todas las bellezas del cielo e de la tierra, e de todo el mundo, e después bolviesse a la tierra e no lo osasse dezir a algún amigo con quien pudiesse communicar todas sus cosas a la llana, no le aprovecharía ni se contentaría cosa del mundo de esta alegría, ante le sería un amargo dolor”.

8. Platón e Séneca dizen: “Ante que tú ames a otro, pruévalo, e quando lo huvieres provado, ámalo de buen coraçón”.

9. Nota ahún que el bueno se gasta e se pierde por la prática de la vil companya, e el malo viene a ser bueno por la prática e conversación del bueno, e apártase de infa / mias por acompanyarse con mejor e con más honesto hombre que él.

Capí[tulo] IV: del amor carnal

1. El quarto amor que mueve la voluntad humana se llama amores, e éste es en tres maneras.

2. La primera es amor de carnal appetito, conviene saber, quando el hombre ama a las mujeres sólo por el deleite que el hombre quiere d'ellas e no por otro, assí como faze la mayor parte de los hombres. E el deleite de este amor es todo e consiste en el cuerpo.

3. E según prueva Sancto Thomás, ninguno puede amar cosa alguna si no tiene sperança alguna de haver de lo tal algún bien. E ahunque a las vezes se tome aquel amor por algún mal respecto, empero, a lo menos según el plazer e deleite del que ama, es dicho bien.

4. E assí conviene que en qualquier amor haya siempre algún deleite, o corporal o del entendimiento. El corporal viene de los cinco sentidos principales del cuerpo, de los quales he fablado de suso. Empero, el deleite del entendimiento procede sin duda de la imaginatión.

5. E vale más la delectatión intellectiva que la sensitiva e corporal, ahunque la gente grossera e sensual busca e dessea más continuamente el deleite del cuerpo que del entendimiento, e dexa el mayor bien por el menor, assí como una cosa que no / tiene cuidado alguno salvo de su proprio deleite, sin mirar honra alguna, vergüen[ç]a o danyo, ni provecho, ni plazer o enojo de la mujer que le ama. Solamente se puede fartar, e esto lo causa porque de continuo vive en los deleites sensuales, como las bestias, e, por ende, no se puede nombrar amor.

6. E a este propósito dize Aristóteles que amor no es otra cosa sino querer que la persona que el hombre ama, haya bien; e el que ama a otro solamente por interesse que espera d'él, e no por ál, no lo ama.

7. E de este tal amor de concupisentia se puede dezir que han salido las Reglas del amar verdadero, porque el que es puesto en tal amor, no puede fartar el entendimiento de pensar, ni los ojos de mirar, ni las orejas de oír, ni la lengua de fablar de la persona que el hombre ama. E siempre fabla, siempre piensa, siempre studia e dessea fazer cosa que sea grata e en plazer de aquél a quien ama; e qualquier gran peligro e qualquier gran cosa le parece pequeña. E no duerme, ni come, ni teme vergüença ni honra por la cosa amada.

8. E esto quería dezir San Gregorio sobre el Evangelio de Penthecostés. “El verdadero amor, mucho obra, e faze grandes cosas, e si no faze grandes cosas, no es amor”.

9. E dize San Paulo en sus Epístolas que ninguno puede sobrar el coraçón del que ama, tanto que ni fambre, ni set, ni sueño, ni frío, ni calura, ni miedo, ni menazas, ni señoría, ni ha / un la muerte, ahunque fuesse crudelíssima, lo puede sobrar.

10. E por esso dixo Salomón en sus Cánticos: “El amor es fuerte como la muerte, empero, más obra el amor spiritual, el qual es amor perfecto e verdadero”.

11. E del amor carnal dize Sócrates: “No hay mayor cativerio que ser sometido a amor”.

12. E dize Platón que el amor no tiene ojos, empero, los tales enamorados de amor sensual, más propriamente se devrían dezir locos según la regla moral, ca son cativos ciegos e locos, e de continuo están en pensamiento e miedo, e la razón es porque este amor de concupiscencia no es virtud, mas vicio de luxuria.

13. E por esso dize Santo Thomás que el alma de qualquier siempre se mueve por fuerça de razón a amar todas las cosas que son fermosas e buenas. E assí no hay persona en el mundo a quien no plegan las cosas buenas e bellas quando las vee, e que no tome plazer en pensarlas, haunque no hoviesse de aquéllas otro deleite alguno e provecho corporal, sino que fuesse alguno loco público.

14. Sant Agustí, e San Bernardo e Hugo, en el Libro de las respuestas, dize que amor no es ál salvo transformarse en la cosa amada por semejança e conformidad de vivir, e de modos de virtud, e de voluntad e de costumbres, quanto possible sea a su condición.

 

Capí[tulo] V: del amor natural /

1. El quinto es el amor natural, el qual no está en la mano del hombre, e éste inclina el ánimo de cada uno a naturalmente amar su semejante. E Santo Thomás e otros philósophos pruevan que qualquier hombre del mundo se mueve a amar su semblante o por forma corporal, o por natura, o por uso, o por costumbre, ahunque no dessee ni quiera algún deleite carnal, e se contenta sólo del deleite del entender e natural.

2. La experiencia de aquesto se vee en las aves e en las otras bestias que no tienen entendimiento, e por fuer[ç]a, e por virtud de aqueste amor natural, todos se acompañan, e viven, e pratican el uno con el otro, e se delectan de estar con su semblante sin pensamiento de algún appetito carnal, porque no hay cosa en el mundo que no tome plazer de estar con su semblante.

3. E por esso dize Salomón que qualquier cosa dessea su semblante. El poeta dize que el semblante con el semblante fácilmente concuerdan.

4. Dize Aristótiles que todas las personas son nacidas so cierta costellación, e los que son engendrados so una costellación, naturalmente son de una conplexión e de una voluntad, e siempre se aman, e toman plazer más con sus semejantes que con los que son de diversas costellaciones.

5. E por ende, parece bien a cada uno guardar e amar todas las cosas semejantes, salvo si la tal semejança le procurasse algún daño, ca puesto que na / turalmente los que son de una misma arte se amen por la semejança del officio, empero, comúnmente el uno tiene invidia al otro, e por esta razón un sobervioso abhorrece a otro sobervioso; e assí es generalmente en todas las otras cosas quando la semejança puede procurar danyo. E la razón natural de aquesto es porque todos los hombres del mundo naturalmente aman primero su provecho que el ajeno, assí que los que dizen que ningún hombre ama las mujeres sino por el deleite carnal, ciertamente se engañan, según se puede entender por las razones susodichas.

6. Tulio dize que el amor perfecto no es ál, salvo amar a otro, no por fuerça, ni por miedo, ni por interesse que espere haver d'él, ca sufficiente provecho es que se contente del deleite intellectual de amar.

7. Dize Platón: “¿Quieres conoscer quál es semejante a ti? Mira quién te ama o a quién tú amas sin interesse”.

Capí[tulo] VI: de las mugeres

1. Porque de las mujeres procede mucho la infamia de aquesta noble virtud de amor, he deliberado ser defendedor contra qualquier que quiera dezir mal d'ellas.

2. E seguiré por orden de aquesta manera. Conviene saber que primeramente quiero rezar las auctoridades de los que han dicho mal d'ellas e después algunas / auctoridades de savios que han dicho bien d'ellas. E en fin quiero concordar estas scripturas, e dar verdadera solución e declaración, cortando las malas lenguas según merecen.

3. Las auctoridades que dizen ma[l] de las mujeres son las siguientes. Dize Salomón: “Assí como no hay aspereza sobre la cabeça de la sierpe, assí no hay saña ni ira mayor que la de la mujer, e mejor es morar con los leones e con los dragones, que vivir con la mujer irada”. Ahún dixo que, por la primera mujer, vino el pecado e por ella morimos todos. E otrosí dixo: “De cient hombres, he fallado uno bueno, mas de mil mujeres, no he fallado alguna buena”. Ahún dize: “No pratiques con la mujer, porque assí como de la vestidura nasce la tinya, assí de la mujer nasce la iniquidad”. E dixo que mejor es la iniquidad del hombre, que la bondad de la mujer. Ahún dixo: “Si la mujer tuviesse señoría e mando sobre el marido, faría qualquier mal”.

4. Un savio philósopho dixo que tres cosas echavan el hombre de casa: el fumo, la casa mal cubierta e la mala mujer.

5. Hipocras dixo a una mujer que levava fuego en la mano: “Un fuego lieva otro, empero, más ardiente es el que lo lieva”.

6. Homero dixo de una otra mujer que estava encima de una cama con una doliente: “El mal está con el mal”.

7. Salustio dixo de una otra que aprendía de leer: “La ponçonya de la sirpiente se ayunta con [b j] la ponçonya del scorpión”.

8. Platón dize de ciertas mujeres que lloravan una otra mujer que era fallecida: “El mal se entristece del mal que ha perdido”.

9. Avicenna dixo a una otra que apprendía de scrivir: “No acrescientes el mal con el mal”.

10. Las auctoridades que dizen bien de las mujeres son éstas. Salomón dize: “El que falló buena mujer, falló bien e alegría, e el que echa la buena mujer, echa todo el bien de su casa”. También dixo: “La mujer que es buena, es corona de su marido e honra de la casa, e Dios envía las riquezas por mano de las buenas mujeres. E la mujer discreta refaze su casa, e la loca la destruye”.

11. Porque assí como el hombre no puede vivir sin los quatro elementos en este mundo, assí no podría durar sin mujer. Por consiguiente, la mujer se puede dezir el quinto elemento del hombre. E si no fuessen las mujeres, todos los hombres envejecerían e perecería el mundo. E si las mujeres se exercita[r]an en las sciencias e en las artes del mundo como los hombres, farían grandes cosas por la fuerça de su entendimiento natural.

12. La verdadera e cierta declaración de las auctoridades susodichas que dizen mal de las mujeres, conviene saber la causa e el principio de tanta infamia, fue Eva, que damnó; e el principio e la causa de las auctoridades que dizen bien, fue la Virgen Nuestra Señora, que salvó. Por esso dize Sant Agustín: / “Ninguna cosa havrá en el mundo peor ni mejor que la mujer”.

13. E assí, las auctoridades que dizen mal de las mujeres, se entienden de las malas. E esto puede ver e entender claramente qualquier que contempla las auctoridades susodichas, si ya passión no los mueve. E a la auctorida de Salomón, que dize que él no falló jamás alguna buena mujer, respóndese que si él no la falló, ha havido muchos que la han fallado, e no solamente una, mas muchas, lo qual no se puede negar, que antes d'él e después, no haya havido algunas buenas, lo qual no es necessario contar, assí de las de la ley de natura, como de las de la ley de scriptura, ni tantos millares como ha hovido en las de la ley de gracia. E assí es cosa manifiesta, e haun salva, su reverencia. Él mismo dixo que se fallavan algunas buenas. E esto podrá bien dezir e leer qualquier que querrá ver sus auctoridades. Empero, yo creo que quando él dixo esto, ira, saña e desdén le fizo fablar de aquella manera, ca léese en el Testamento Viejo, que quando Salomón fue anciano e viejo, estoviendo delante del templo, él enloqueció por amores de una mujer pagana, e aquélla le fizo renegar de Dios e adorar ídolos, e trúxolo a fazerlo vestir como mujer, e después lo fizo filar, e levávalo como quería, e fazía d'él como de un ninito; por donde creo que, entonces, reconosciendo su bestialidad, vino a / dezir, con saña e desdén, que no havía fallado mujer alguna buena.

14. Por otra parte, el que quiere bien mirar, los males que fazen las mujeres, verdaderamente, son pocos en respecto de los que fazen los hombres; e ahun en el carnal appetito, mucho mayor freno se falla e se vee en las mujeres que en los hombres, assí como se vee cadal día. E se pueden ver infinitas experiencias en el resistir que fazen a los engaños de los hombres e no por el contrario. E assí, los que tanto mal dizen de aquestas pobres de mujeres indefensas, [f]arían mejor de callar, pues no tienen fundamiento alguno de verdad.

15. Enxemplo de la amistad e del amor.

Léese en las Historias romanas e en Valerio Máximo, que Dionís de Çaragoça, Rey de Cecilia, queriendo cortar la cabeça a uno que llamavan Fisia, por cierto maleficio que havía cometido, pidió al rey plazo de ocho días para ir a su casa e ordenar sus fechos. E el rey le respuso, burlando, que si él le dava un hombre en rahenas, que se le obligasse a que le fuesse cortado la cabeça si él no bolvía, que él sería contento de ot[or]garle la gracia e plazo que le pidía. Entonces Fisia envió por uno que havía nombre Amón, al qual amava sobre todas las cosas del mundo, e por sem [b ij] blante era amado d'él, e díxole todo el negocio. E luego, en esse punto, Amón fue al rey e se obligó por Fisia de perder la cabeça si él no bolvía, e assí Fisia fue a su casa a ordenar sus negocios. E acercándose el plazo que Fisia havía demandado, todo hombre se fazía burla de Amón, por la loca obligación que havía fecho por Fisia; empero, él no temía cosa del mundo, tanta e tal era la fe que tenía en su amigo. E assí, a la fin del término, Fisia bolvió según havía prometido; e viendo el rey el tan perfecto amor que estos dos se tenían, perdonó la muerte a Fisia, porque un amor tan entrañal no se pertiesse.

Capítulo VII: de la embidia

1. Invidia es un vicio contrario a la virtud de amor e es en dos maneras: la primera es dolerse del bien de otro; la segunda es alegrarse del mal ajeno.

2. Empero, qualquier d'estas dos maneras puede estar alguna vez sin vicio, porque es bien alegrarse de los males de otro, porque se castigue, e haver dolor del bien de otro e de su prosperidad, porque no se ensobervezca. E para haver de aquesto buena e verdadera noticia, primeramente es necessario conoscer qué cosa es virtud.

3. Aristóteles dize que virtud es buena qualidad de entendimiento, de la qual se sigue vivir bien e guardarse de mal. E, por semejante, virtud es una disposición del entendimiento bien ordenado e bien formado, no disposición de natural o artificial belleza de / cuerpo, mas de ánimo, e de razón, e de vida, e de costumbres de amor de Dios e de honra del mundo.

4. Enxemplo. Puédese comparar el vicio de la invidia al milano, que es un ave tan invidiosa, que si él vee engordar a sus fijos en el nido, él los fiere e los ensangrienta con el pico en las spaldas porque se podrezca la carne e assí se enflaquezcan.

5. Séneca dize que la envidia paga del bien, mal, e del mal, bien. Otrosí dize que más rafez cosa es fuir al desplazer de la pobreza que a la invidia de las riquezas.

6. E del vicio de la invidia se lee en la Suma de los vicios que, assí como el gusano consume e rohe la madera, e la tinya los vestidos, assí la envidia gasta al hombre.

7. Salomón dize: “Quando tu enemigo cahe en confusión o empobrece, e viene a menos, no te alegres de su daño, ca mucho desplaze a Dios, e el que se alegra del mal ajeno, es cosa muy cierta que no quedará sin punición”.

8. San Gregorio dize que no hay mayor tormento en el mundo que la envidia, e donde hay envidia, no puede haver amor. La mayor vengança que el hombre puede haver del invidioso es fazer bien e usar de virtud.

9. Séneca dize: “No fagas injurias e no ganarás enemigos, mas la invidia faze muchos enemigos”.

10. Ovidio dize que la invidia faze que te parezca siempre el campo ajeno más abundoso que el tuyo.

11. Platón dize que el invidioso no está jamás sin dolor, ni el ipócrita sin miedo.

12. Sant [b iij] Agustín dize: “El que tiene invidia, no puede amar a otro, por consiguiente no puede tener hombre del mundo mayor vicio que la invidia”.

13. Séneca dize que más se deve el hombre guardar de la invidia de los parientes e amigos, que de la de los enemigos.

14. Tholomeo dize que el invidioso se aconverta de perder por fazer mal a otro.

15. E léese de aqueste vicio de la invidia en el Testamento Viejo un exemplo: que viendo Caím que todas las cosas de su ermano Abel ivan prósperas e continuamente cadal día se le acrecentavan de bien en mejor, porque temía e reconoscía a Dios, su ermano Caím lo mató por envidia con un palo, siendo ellos los primeros ermanos que jamás fueron en el mundo. E ésta fue la primera sangre que se derramó en el mundo.

 

Capí[tulo] VIII: de la alegría

1. Alegría, que es effecto de amor, según Priciano, es reposo e sosiego de coraçón, e contentamiento en alegrarse de algún deleite.

2. Jesús, fijo de Sidrach, dize que la vida del hombre es alegría del cuerpo. Empero, alegrarse en las cosas más que nos conviene, no es virtud, mas vicio.

3. Sant Agustín dize que a la grande alegría succede luego súbita tristeza.

4. Enxemplo de aquesto se puede tomar del gallo, el qual se alegra e canta según las horas / por movimiento de alegría natural de su coraçón, de día e de noche, ordenando su alegre vida con manera e orden de razón.

5. Salomón dize: “No hay riqueza ni alegría sobre la salud del cuerpo, e no hay deleite sobre la alegría del coraçón”. Otrosí dize: “El coraçón alegre faze florecer la vida del hombre, e el spíritu triste desseca los huessos. No te alegres jamás del mal ajeno, porque no se puede saber cómo va el tiempo contrario”.

6. Séneca dize: “No te enxalces mucho por las cosas prósperas ni te entristezcas en las adversidades”.

7. Un enxemplo de alegría se lee en la Vida de los sanctos padres, de uno que llamavan Largoto, el qual era muy devoto de Jesuchristo, e por su devoción deliberó de ir en pelegrinaje allende el mar, e visitar el Sancto Sepulchro; e como llegó, besando e abraçando el Sancto Sepulcro con infinitas lágrimas e sospiros de alegría e devoción, cayó muerto en el suelo. E los que se fallaron ende presentes, creyeron que se hoviesse amortecido e enviaron por los físicos; e quando lo vieron, dixieron luego que era muerto. E queriendo saber sus companyeros de qué era muerto, fiziéronlo abrir por medio del cuerpo e fallaron scripto en su coraçón: “Dulce amor mío, Jesuchristo”. E assí, los phísicos, entendiendo la devota condición e alegre complexión de aquéste, judgaron ser muerto de alegría que havía recebido de ver el Sancto Sepulcro, [b iiij] ca ante muere el hombre de alegría, que de tristeza.

[Capítulo IX:] de tristeza

1. La tristeza es vicio contrario a la alegría, e según dize Macrobio, es en tres maneras: la primera es quando el hombre se entristece e se duele de una cosa más que no[s] conviene, e ésta se llama propiamente tristeza; la segunda es quando el hombre no faze, ni dize, ni piensa firmemente cosa alguna provechosa, sino que está como un cuerpo muerto, e ésta se llama ociosidad, la qual es grandíssimo vicio; la tercera es quando, por alguna imaginación, el hombre faze grandes pensamientos, e ésta se llama malenconía, e es de mil maneras según dize Hipocras, e es ramo de locura. E de aqueste vicio desciende e procede el ramo de la desesperación, el qual es el mayor pecado del mundo, según Aristóteles.

2. E puédese comparar este vicio de tristeza al cuervo, el qual, viendo nascer a sus fijos blancos, luego que salen de la cáxcara del huevo, él se entristece tanto, que se va e déxalos estar, no creyendo que sean sus fijos, porque no son negros como él. E fasta que ponen las plumas negras, no les lieva a comer, e viven, entre tanto, del aire e del roscío que cahe del cielo. E / si por caso le quita alguno sus fijos, más se entristece que otra ave alguna.

3. E a este propósito dixo Jesús, fijo de Sidrach: “Mejor es la muerte que la triste e amarga vida”. Por ende, no des tristeza a tu alma, mas échala de ti luego, ca muchos han muerto por tristeza, mayormente que no trahe provecho, e por ella se ganan e conquistan muchos daños, malicias e muertes.

4. Dize Boecio: “Ninguna tristeza puede ser mayor en el mundo que haver sido próspero e rico”.

5. Platón dize: “No conviene al hombre savio entristecerse jamás”.

6. Sócrates dize: “El que no se entristece de lo que ha perdido, assosiega su coraçón e alumbra su entendimiento”.

7. Pitágoras dize: “Desventurado es el que no tiene e más [el que] solía tener e agora no tiene”. E nota que, de la malenconía e de la tristeza viene pobreza, afflictión e desesperación.

8. Sant Bernardo dixo: “Antes me privaría de la vida, que me dexasse vencer a la malenconía. ¡O, tú, que yazes en la sepultura de la ociosidad, dime qué faze! Ca ella faze vellaco el cuerpo, e danya el alma, e apoquece la memoria, engendra luxuria, nudre e cría la gula, e por la muchidumbre de los malos pensamientos que faze, introduze qüestiones e siembra discordias”.

9. Séneca dize: “La malenconía es muerte e sepultura del hombre”.

10. Salomón dize: “No ames el dormir, porque no te / comprehenda pobreza”.

11. La Ley dize: “Ninguna cosa hay más cierta que la muerte, ni menos cierta que la hora de aquélla”.

12. Bienaventurado es el que no es acostumbrado de haver prosperidad, ca todo el dolor viene de haver estado en prosperidad, ca toda cosa se conosce por su contrario, según dize Aristóteles. E assí, el bien faze conoscer el mal, e lo dulce faze conoscer lo amargo. Por ende, el que se entristece de su dolor, dobla su mal, mas el que tempra su enemigo con discreción e plazer, es dicho savio, porque tras la tristeza viene muchas vezes gran alegría.

13. Séneca dize: “No te dexes jamás tomar a la tristeza, e si no te puedes defender d'ella, no la muestres a ninguno, ca el hombre savio no muestra a otro su voluntad e propósito”.

14. Hugucio dize que de la ociosidad desciende e procede la confusión del entendimiento, e siempre trahe tristeza.

15. Cassiodoro dize: “Assí como la natura humana por continua fatiga se muestra por prática, assí por ociosidad viene a ser loca”.

16. San Bernardo dize que no hay hombre que conozca a Dios, que no reciba misericordia si toviere sperança en Dios.

17. Cassiodoro dize: “El que se pone a la ventura, reniega de Dios e cae en desesperación”.

18. [Enxemplo de la tristeza de quando murió Alexandre]. /

De la tristeza se lee de Alexandre que, quando murió, sus barones e cavalleros lo pusieron en una caxa de oro, e levándolo a sepultar, muchos philósophos le ivan detrás, planyendo e doliéndose. E el primero, llamado Gulicio, gran philósopho, dezía: “El que señoreava la tierra de levante a poniente, agora en dos passos de tierra está soterrado”. Bartholico dixo: “Quando Alexandre vivía, ninguno osava fablar d'él, mas agora que es muerto, todos fablan d'él como quieren, pues él no puede fablar ni oír cosa del mundo”. Delphián dixo: “Los que no vehían a Alexandre, havían miedo d'él, e agora tráctanlo como quieren”. Priciano dixo: “Ninguna cosa podía durar contra Alexandre, e él no ha podido resistir a la muerte”. Archito dixo: “¡O, potentíssimo! ¡Cómo has cahído!” Drusiano dixo: “¡O, muerte escura!, ¡o, muerte dolorida!, ¡o, muerte presumptuosa! ¿Cómo has podido haver tanto ánimo de contrastar a aquél a quien el mundo no ha podido contrastar?” Bernardo dixo: “¡O, signo escurecido!, ¡o, justicia abaxada!, ¡o, lealtad perdida!, ¡o, cortesía descasada!, ¡o, franqueza destruida!, ¡o, gentileza perdida!, ¡o, prudencia affogada!, ¿qué fará de hoy adelante la miserable provincia de Macedonia e todo el mundo, pues es muerto el rey Alexandre? Agora, el que algún tiempo lloró, llore agora con nos / otros reziamente”. E entonces fizieron tan gran llanto, como fuesse fecho jamás en el mundo.

 

Capítulo X: de la paz

1. Paz, según San Bernardo, es puridad de entendimiento, simplicidad de coraçón, reposo de vida, atamiento de amor, compañía de caridad.

2. E puédese comparar la paz al castor, que es un animal que sabe por natura la causa por que los caçadores lo van persiguiendo, conviene saber, por sus companyones, ca son medicinales para ciertas dolencias. E assí, quando lo persiguen e vee que no puede escapar, él mismo se corta los botones con los dientes e échalos en el monte, porque los tome el caçador, e pueda escapar de la muerte e viva en paz.

3. Sant Isidoro dize: “El hombre que vive en paz, vive seguro e no puede jamás tener poco”.

4. Bartholico dixo: “Sobre todas las riquezas es la paz e sobre todas las grandezas d'este mundo”.

5. Platón dize: “Have paz con la virtud e guerra con los vicios solamente”.

6. Julio César dixo: “Quando dos enemigos son eguales en poderío, entonce es hora de razonar de paz, porque no puede el uno sobrar al otro e jamás se concordarían sin paz”.

7. Aristóteles dixo: “El que no dessea la paz, no se acuerde de guerra”.

8. De la paz se lee en las Historias romanas, que fue un gran / varón que havía nombre Ipólito, cuyo padre era muerto, e cadal día peleava con un otro varón llamado Listico. E assí, guerr[e]ando el uno contra el otro, viendo Ipóli[t]o la guerra, levantose una noche a solas e fuese al castillo de su enemigo; e estoviendo a la puerta, dixo: “Abri la puerta, que yo soy Ipólito”. Entonces las guardas se maravillaron mucho e fueron a más de andar a dezirlo a su señor Listico. E él, viendo que Ipólito venía solo e sin armas, fízole abrir la puerta, e como fue dentro, corrió por abraçar a su enemigo Listico e díxole: “Ermano dulce, yo te demando perdón de quanto yo te he jamás offendido, e yo te perdono de quanto me has fecho, e más quiero a ti por servidor que a mis vassallos”. Entonce, Listico, viendo esto, púsose una cinta al cuello e fincó las rodillas delante de sus pies, llorando. E assí, ambos llorando, dezía el uno al otro: “Perdóname, caro ermano, por amor de Dios, e en esta manera faremos paz juntos”. E después, nunca huvo ermanos que tanto se amassen como ellos.

Capí[tulo] XI: de la ira

1. La ira, según dize Aristóteles, es un turbamiento del spíritu por discorrimiento de sangre, que va al coraçón por voluntad e gana de vengarse. / E nota que de la ira nasce la indignación, porque quando la sangre se ha turbado, el coraçón queda sañoso, e la tal saña después se convierte en odio si tura mucho en el coraçón.

2. E de estos tres vicios, ira, indignación e odio, nascen muchos males, porque de la ira envejecida nasce discordia, guerra e baraja, que son vicios contrarios a la virtud de la paz. E hay differencia entre discordia, guerra e baraja, según prueva Sancto Thomás diziendo que discordia es entre aquéllos que el uno no quiere lo que el otro, como fazen muchas vezes los parientes, amigos e compañeros; guerra es quando se conbaten el uno con el otro; baraja es quando alguno ha malas palabras e injuriosas con otro.

3. Enxemplo. El vicio de la ira se puede comparar al osso, que come de buena gana la miel, e queriéndola sacar del vaso, las abejas le fiçan en los ojos, e entonce él dexa la miel e va en pos de las abejas por matarlas; después viene una e pícale en la nariz, e él dexa estar la primera e corre tras la otra. E es tanta su ira, que si ellas fuessen mil, de todas se querría vengar, ahunque de ninguna pueda tomar vengança, dexando la una por la otra.

4. Por ende, de la ira, e de la saña, e del odio, dize el savio: “El que es liviano a desdeñarse, luego mostrará su ira, e el que la cobra e recibe en sí, es savio”. Por esso dize: “Ligera cosa es la sal en respecto de / la arena, mas sobre todas las cosas es grande e inconportable la saña del loco”.

5. Jesús, fijo de Sidrach, dize que el ser celoso e tomar saña, acortan los días de la vida e los pensamientos envejecen ante de tiempo, porque el hombre irado es como fuego.

6. Cassiodoro dize: “La ira es mal de todos los males, e lo que se faze e dize con el ánimo sañoso, no podría ser justo ni honesto”.

7. Séneca dize: “La ira no tiene ojos e el irado no puede fablar sino mal, e cree siempre fazer más que no puede”.

8. Sócrates dize: “La razón vee al irado, mas el irado no puede ver la razón”.

9. Catón dize: “La ira empeece el entendimiento para que no pueda ver e discernir la verdad, por ende, no te ensañes desordenadamente”.

10. Sant Isidoro dize: “Humana cosa es pecar, e angélica emendarse, e cosa diabólica es ser obstinado e pertinaz”.

11. En la Vida de los sanctos padres del desierto se lee que el que es vencido de la ira, es vencido de todos los otros pecados.

12. Ovidio dize: “La ira es corrupción de todas las virtudes”.

13. Séneca dize: “La ira de los locos siempre está en palabras, mas la de los savios, en fechos”. Otrosí dize: “El que aprieta la saña e refrena la lengua, en este mundo tiene ya la alma perfecta”. Por semblante dize: “La ira muere, presente el hombre savio”.

14. Santiago dize: “Sea todo hombre presto a oír, e tardío e perezoso a fablar, e muy más perezoso a / la saña, ca la ira del hombre es contra la justicia de Dios”.

15. Sant Agustín dize: “¿Quieres tú fazer bien tu vengança? Déxala a Dios”.

16. Sócrates dize: “No te dexes vencer a la saña, mas faz que vença la mansidumbre”.

17. Sant Gregorio dize: “Tres remedios hay contra el irado, conviene saber, dulces respuestas, callar e apartarse d'él”.

18. E de la discordia, baraja e guerra, dize Salomón: “De dos cosas se entristece mi coraçón, e la tercera me ha procurado saña e guerra: del hombre furioso que no se está de fazer guerra sino por pobreza, e el savio desechado, e el que se aparta de fazer bien por fazer mal”. Otrosí dize: “No creas jamás a tu enemigo viejo, e ahunque se homille, no fíes en él, porque él te quiere fazer, afalagando, lo que no te puede fazer persiguiendo. E en tus tribulaciones él llorará, mas quando verá el tiempo e la sazón, no se podrá fartar de tu sangre”.

19. Var[r]ón dize: “No hay riqueza que pueda abastar a la guerra”.

20. Sant Agustín dize: “Por cinco razones suele ser la guerra permesa e lícita: por la fe, por la justicia, por haver paz, por estar en libertad e por fuir a la fuerça”.

21. Tulio dize: “El mal se quita con el mal, assí como el fierro con el fierro”.

22. Enxemplo. Del vicio de la ira se lee en el Viejo Testamento que el rey David, siendo enamorado de Bersabé, mujer de Urías, él durmió con ella e la empreñó. E luego, después, / embió por el marido, que stava en el cerco de una ciudad, para que viniesse a dormir con la mujer, porque él quería que pensassen que lo que nasciesse fuesse del marido. E como fue venido Urías a la ciudad, oyendo lo que havía fecho su mujer, no se le quiso allegar. E viendo esto el rey David, tomó saña contra Urías e scrivió una carta a su caudillo del campo, con el qual havía estado Urías, la qual carta levó el mismo Urías; e en aquélla envió a dezir el rey David a su caudillo que ordenasse una cruda batalla contra la ciudad, e que pusiesse a Urías en el lugar más peligroso, e quando Urías con su companya fuessen estrechamente a las manos con los enemigos, que lo dexassen todos, por forma que él, quedando a solas, muriesse. E assí lo mataron.

 

Capí[tulo] XII: de la misericordia

1. Misericordia, según Sant Agustín, es haver compassión en su coraçón de la miseria e tribulación de otro. E esta virtud es de dos maneras: una se llama misericordia spiritual, e la otra corporal.

2. Las obras de la misericordia spiritual, según los sagrados e sanctos doctores, son éstas: perdonar las offensas, castigar a quien faze o dize mal, [c j] consejar al que duda, mostrar al que no sabe, consolar al affligido, suffrir las injurias de buena voluntad, por amor de Dios, e rogar a Dios por los amigos e por los enemigos, e por los vivos e por los muertos.

3. La[s] obras de la misericordia corporal son éstas: dar de comer al fambriento, vestir al desnudo, dar a bever al que ha set, visitar e servir al pobre doliente, visitar e delibrar al encarcelado e preso, sepultar los muertos.

4. E que todo esto se faga por amor de Dios, e no del mundo. E por esto dezía Nuestro Señor Jesuchristo en el Evangelio: “Bienaventurados los que havrán misericordia al próximo, porque ellos la fallarán e ahun la recibirán de Dios”.

5. Sant Pablo dize: “La piedad e la misericordia es útil a recabar de Dios todos los bienes de este mundo e del otro”.

6. Ovidio dize: “Si las personas no pecassen, no sería necessaria la misericordia de Dios”.

7. Enxemplo. Puédese comparar la virtud de la misericordia a los fijos de una ave que llaman pola, que quando veen mucho envejecer su padre e su madre, tanto que ya son ciegos e no pueden volar, fázeles un nido, e páscelos, e críalos, e dales de comer, e quítales con el pico todas las plumas, mayormente las que tienen enderredor de los ojos, e quítan / gelas tan de rahíz, fasta que les tornen a salir de nuevo, e assí, por natura, se les renuevan e se les torna la vista.

8. E de aquesta virtud dize Platón que ninguna virtud en el mundo puede ser mayor que dar de comer al fambriento, e dar a bever al que ha set, e visitar los dolientes, e rescatar los presos, e vestir los desnudos, e aposentar los peregrinos e sepultar los muertos.

9. Longino dize: “Al que havrá de otro compassión, otro la havrá d'él”.

10. Alexandre dize: “La riqueza de las personas se multiplica en tres maneras: por ganar amigos, por haver compassión de otro e por perdonar a los enemigos, porque la vengança no puede estar sin daño”.

11. Salomón dize: “El que da al pobre no será mendigo e el que desecha los ruegos del pobre, verná en pobreza”. Otrosí dize: “El que se atapa los oídos al pedir del pobre, gritará e pedirá e no será oído”.

12. Cassiodoro dize: “No seas avaro de la misericordia, si la desseas”.

13. Juvenal dixo: “Faz que seas misericor[di]oso, empero que la misericordia sea escondida e sea botiga de la virtud”.

14. Pithágoras dize: “Si la mano offende al ojo, e el diente la lengua, no se faze ende vengança, quanto más quando hombre offende a sí mismo”. Por ende, perdona a otro si quieres que te perdonen.

15. Platón dize: “Gran ven [c ij] gança el que perdona a su enemigo podiéndose vengar”.

16. Ovidio dize: “Si cada vez que los hombres pecan, fiziesse Dios la vengança, en breve se desfaría el mundo”.

17. Séneca dize: “Piensa haver fecho vengança, si podiéndote vengar, perdonas la injuria”.

18. De la misericordia se lee en las Historias romanas que, siendo preso e levado un cossario delante del rey Alexandre, el rey le preguntó por qué robava assí en la mar, e el cossario le respuso: “Y tú, ¿por qué robas todo el mundo? Porque yo voy solo, me llaman ladrón, e a ti, porque vas con gran hueste e gente d'armas, te llaman señor. Empero, si tú fuesses tan solo como yo, assí te llamarían ladrón como a mí, e ahún peor. Tú me persigues e me desechas porque yo he havido menos que tú, empero yo, por la angustia e miserable necessidad mía e pobreza, me soy fecho ladrón; mas tú, que robas solamente por codicia, eres mucho peor que no yo, e quanto más la fortuna te va enxalçando, te tornas peor. E si a mí un poquito me favoreciesse la fortuna, yo me tornaría mejor e jamás robaría”. Oído esto el rey Alexandre, e viendo que aquél tenía tan gran coraçón e tanta gentileza, hovo compassión d'él viendo que no era ladrón sino por necessidad, e por la compas / sión que hovo d'él e de su miseria, le perdonó la muerte e fízolo gran señor, después d'él.

 

[Capítulo XIII: de la crueza]

1. La crueza, que es vicio contrario a la misericordia según dize Aristóteles e Andrónico, es de cinco maneras: la primera es en no haver compassión de otro; la segunda es en no soccorrer, según su poder, a la necessidad de otro; la tercera es no querer perdonar las injurias; la quarta es punir a alguno más de lo que merece; la quinta es offender a otro sin culpa.

2. Enxemplo. Puédese comparar este vicio al basilisco, que es una sierpe que mata de vista, e jamás se falla en él misericordia alguna; e si no puede fallar cosa que emponçonye, faze, quando más no puede, secar las yerbas e los árboles que le están enderredor sólo con el aliento.

3. E de la crueza dize Jesús, fijo de Sidrach: “No seas como el león en tu casa, el qual no ha misericordia de sus súbditos”.

4. Claudio dize: “No hay cosa en el mundo más cruel ni más áspera, que una persona vil e baxa quando tiene mando e señoría”.

5. Hermes dize: “No des afflictión al affligido, porque no dé en alguna desesperación”.

6. Cassiodoro dize: “Sobre todas las cruezas del mundo es quererse enriquecer con los trabajos e suores del pobre e miserable”.

7. Enxemplo. De la crueza se lee en el Ovidio que, siendo Medea enamorada de [c iij] Jasón, ella se fuyó con él e levose consigo un ermano suyo pequeño, e fízolo muchos pedaços, e lançolos por el camino. E fizo esto porque si su padre la siguiesse, fallando por el camino la tan grande crueza de su fijo, fuesse forçado de pararse un poco, e tuviesse ella, entre tanto, más tiempo de fuir con Jasón. Después, hoviendo ella estado mucho tiempo con su Jassón, huvo dos fijos, e Jassón, dexándola por una otra mujer, mató ella sus fijos e bevió de su sangre por despecho de su padre. E después perdió el seso e fuese por el mundo, e no se sabe el fin que fizo.

Capí[tulo] XIV: de la liberalidad

1. Liberalidad, según dize Aristóteles, es dar de lo suyo, medidamente, a personas que lo hayan menester, ca lo que se da en los que no son necessitados, todo se pierde, e dar a los que no lo han menester, es echar agua en la mar. E el que da más de lo que puede, apártase de la virtud de la liberalidad.

2. E del ser muy franco procede el vicio de la prodigalidad, el qual, según se lee en la Suma de los vicios, es gastar lo que no se deve sin tener modo, ni regla, ni orden ni discreción en su gasto. Por ende, el pródigo es llamado por la Ley loco.

3. Empero, mayor vicio es la avaricia que la prodigalidad, según prueva Sancto Thomás, por tres / razones: la primera es que el vicio de la prodigalidad es más conforme a la virtud de liberalidad, que consiste en el dar, e por esta razón, casi todos los vicios que proceden de otro vicio son menores que aquél de donde proceden, porque todas las virtudes del mundo están en medio de sus dos extremos viciosos; la segunda razón es que el pródigo es más útil e aprovecha más a los otros que el avariento e escasso; la tercera, porque el pródigo comúnmente se emienda antes que el avaro.

4. E deves notar que de la prodigalidad desciende la pobreza, según scrive Aristóteles diziendo: “El que gasta su hazienda sin medida, luego será pobre”.

5. Enxemplo. Puédese comparar la virtud de la liberalidad al águila, que es la más liberal ave del mundo, porque no podría haver jamás tanta fambre, que de continuo ella no dexasse la meatad de lo que come a las otras aves que le están de cerca e se fallan cabe ella quando come. E por ende pocas vezes la veen volar sola, porque muchas aves no bastan a governarse e mantenerse por sí mismas, e por ende, quando la veen volar, le van detrás, por mantenerse de lo que a ella sobra.

6. E de aquesta liberalidad dize Salomón: “Si tú fazes el bien, para mientes a quién lo fazes, e en aquella manera, en tus bienes se te multiplicarán e acrescentarán muchas gracias”. Otrosí dize: “Pon la limosna en el seno del po [c iiij] bre, e aquél rogará por ti e te librará de mal”. Esso mismo dize: “Assí como el agua mata el fuego, assí la limosna el peccado”. También dize: “No digas a tu amigo ve e buélvete, que yo te daré lo que quieres, si de presente ge lo puedes dar”. Otrosí dize: “Déxate perder los dineros por tu amigo e por tu ermano quando los hoviere menester, e no los escondas debaxo de las piedras”.

7. Alexandre dize: “Da a otro si quieres que otro te dé”.

8. Dize Ovidio: “Si quieres bien dar, da presto, porque el que dilata la dádiva, no sabe bien dar”.

9. Faceto dize: “Gasta largamente quando es menester e sin murmuración”.

10. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “Qualquier don que fizieres, fazlo con rostro ledo e no muestres tristeza ni mala palabra, ca más vale una palabra dulce, que una dádiva”.

11. Catón dize: “Da de lo tuyo a otri, mas para mientes primero a quién lo das”. Por semejante, dize: “Si pides, pide lo justo, ca locura es demandar cosa que puede ser justamente denegada”.

12. Tulio dize que no hay cosa más dulce ni más digna ni de mayor honra, que la liberalidad.

13. Séneca dize que más deve hombre parar mientes al rostro e al coraçón del que da, que al don. Otrosí dize: “Ninguna cosa se merca más cara, que la que se merca e compra con ruegos”. Esso mismo dixo: “El que da, deve callar, ca lo que da, fabla por / él”. Otrosí dize: “El que pide con medrosía, ensenya que no ge lo otorguen”.

14. Sócrates dize: “El que no sirve a los amigos quando puede, será desechado d'ellos quando los havrá menester”.

15. Terencio dize: “Ninguna cosa peor puede fazer el hombre que retraher los servicios e plazeres quando los ha fecho, porque aquel retraher faze perder el merecimiento de los servicios”.

16. Dize Sant Pedro que mayor bienaventurança es dar que tomar.

17. Dize el Decreto: “Quando el señor es franco, no sea el siervo escasso, ca el moço deve fazer la voluntad de su amo”.

18. Séneca dize: “Quando quisieres dar, mira primero en tu coraçón a cinco cosas: la primera es que pienses en ti mismo; la segunda, a quién das; la tercera, lo que das; la quarta, con qué voluntad das; la quinta, con qué rostro e con qué fabla lo das”.

19. Dize Catón: “Ama de tal manera a los otros, que tú seas amigo de ti mismo, e sey de tal guisa bueno hazia los otros, que no dañes a ti mismo”. Otrosí dize: “Reparte tus cosas tempradamente, ca acrescentando los gastos, en breve se consumen las riquezas con gran trabajo e fatiga acquiridas e ganadas. Por ende, sábelo compartir discretamente”.

20. Celso dize: “El que gasta lo suyo, havrá carestía de lo ajeno”.

21. Séneca dize: “Más vale vergüença en el rostro, que dolor en coraçón de haver dado a otro más de lo que conviene”.

22. Platón dize que no hay mayor dolor en el mundo / que vivir de lo ajeno o estar con otro por necessidad.

23. Catón dize que más vale la libertad, que todo el mundo. Otrosí dize: “Aprende alguna arte buena e serás siempre seguro, e donde quiere que vayas, jamás se pierde el arte”.

24. Platón dize: “La tierra destruye e consume los hombres, e el hombre pródigo consume la tierra”.

25. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “Recuérdate de la pobreza en el tiempo de la abundancia, e de la abundanci[a] en el tiempo de la pobreza, e piensa que muchas vezes se muda el tiempo en un día”.

26. Platón dize: “Mala cosa es la pobreza, e fazer mal por ella es mucho peor”.

27. Cassiodoro dize: “Si la madre del peccado, conviene saber, la pobreza, se quita, el peccado se quita, ca cierto es que quitada la causa, se quita el effecto”.

28. El papa Innocencio, en el Libro de la misericordia de la humana vida, dize: “Mira en quánta miseria e crueza está la condición del pobre, que si pide, él se corre de vergüença, e si no pide, él se consume de pobreza; empero la pobreza lo fuerça que coma”.

29. Salomón dize: “Al pobre, sus ermanos mismos lo aborrecen, e sus amigos fuyen d'él e se apartan lexos”. Otrosí dize: “Si el pobre fuere engañado, todo hombre lo reprehende, e si fabla, ninguno lo entiende, e ahunque sus palabras sean discretas, todo hombre las desecha. E por la contra en el rico”. E por esso rogó a Dios que no le diesse pobreza ni se ensoberveciesse por las / riquezas. Otrosí dixo: “Si las riquezas fueren ganadas en poco tiempo, prestamente se gastan”.

30. Varrón dixo que las riquezas no se ganan sin trabajo, ni se posseen sin temor, ni se dexan sin dolor.

31. Tulio dize que el coraçón de las personas se puede llamar riqueza, e no el arca del dinero.

32. Celso dize: “Quando el patrón de la nave tiene buen viento e próspero, entonce duda e teme el siniestro e se apareja para la fortuna; e assí los hombres se aparejan en la prosperidad e trabajan en la adversidad”.

33. Platón dize: “Mejor cosa es en la hora de la muerte haver de dexar su hazienda a los enemigos, que en vida demandar mantenimiento a sus amigos”. Esso mismo dixo: “No deve hombre menospreciar las cosas pequeñas e baxas, ca muchas vezes veemos una piedra pequeña mover a un gran carro”.

34. Enxemplo. De la liberalidad se lee en el Alexandre que un pobre le pidió un dinero, e el rey le dio una ciudad. E el pobre le dixo que no le pertenecía tan gran dádiva. E Alexandre respuso: “Y a mí no convenía dar tan pequeña dádiva como tú pidías; por ende no tengo yo de mirar a lo que pertenece a ti demandar, mas a lo que conviene a mí de dar”.

35. Lo contrario de aquesto fizo el rey Antígonor, que por fallar excusación de no fazer plazer de lo que le pidían, respondía, quando le demandavan alguna cosa poca, que a él, por ser rey, no le convenía fazer / dádiva de cosa civil e poca; e quando le pidían alguna gran cosa, respondía al que ge la pidía que no convenía ni pertenecía al que ge la demandava pedir tan gran cosa.

 

Capí[tulo] XV: de la avaricia

1. Escasseza, que es vicio contrario de la liberalidad, según dize Tulio, no es ál sino demasiada voluntad e codicia de ganar e retener justamente o injusta, e de dexar ante perder las cosas que fazer plazer a otro, e algunas vezes a sí mismo.

2. En la Suma de los vicios se lee que aquéllos son propriamente avaros que retienen lo que deven gastar, e gastan e despienden lo que devrían guardar.

3. San Gregorio dize: “En todas las cosas del mundo se falla algún si e alguna condición, salvo en la avaricia, que no se farta jamás”.

4. Enxemplo. Este vicio se puede comparar al topo, que es un animal que vive solamente de tierra, e porque no le fallezca, no se osa fartar d'ella.

5. E de la avaricia se lee en la Suma de los vicios que no hay vicio en el mundo que tanto se pratique como la avaricia.

6. E por ende, dize Sant Hierónimo que todos los vicios se envejecen en los hombres salvo la avaricia, que remoça.

7. Sant Pablo dize: “La avaricia es rahíz de todos los males del mundo”.

8. Salomón dize: “El que sigue la avaricia, tur / ba su casa”. Otrosí dize: “El avaricioso no se enchira jamás de moneda, e el que ama las riquezas, no havrá jamás fruto d'ellas”. Otrosí dize que el avariento jamás envejece su voluntad, ni el envidioso jamás sossiega.

9. Pitágoras dize que assí como el albarda del asno redunda en daño suyo e en provecho del amo, assí el vicio de la avaricia es provechoso a los estraños e dañoso al avaro.

10. Séneca dize: “Qualquier hombre deve mandar al dinero e no obedecerle”. Otrosí dize: “Después que fueron los dineros en reputación, el amor de las personas se perdió”. Por semejante dize: “Assí como la dolencia faze poner al hombre en la cama, assí el vicio de la avaricia faze vivir el hombre con trabajo e afán”. Por semblante dize: “Dos maneras de gentes hay de las quales no se puede haver bien, sino mal, conviene saber, de los locos e de los escassos”. Por esso dixo que era más de estimar el hombre sin dineros, que los dineros sin hombre.

11. Precián dize que assí como quanto más llueve sobre el xabón, más se endurece, assí el escasso, quando viene a ser más rico, tanto le crece más la codicia.

12. Cassiodoro dize: “Assí como la sponja no echa fuera el agua si hombre no la esprime, assí del avaro ninguno puede haver cosa alguna sino por fuerça”.

13. Priciano dize que el avaro no teme de echar la simiente en tierra por doblarla, / mas duda de dar a las personas por piedad, porque no entiende el fruto.

14. Juvenal dize: “Los dineros no son del avaro, mas el avariento es d'ellos”.

15. San Cibrián dize que los avarientos se podrían nombrar paganos, porque adoran sus dineros e no creen que haya otro Dios.

16. Séneca dize: “¡O, avariento mísero!, ¿qué provecho has de tus riquezas si despender no las puedes? Los dineros no fueron fallados para sepultarlos, ca si Dios hoviesse querido que fuessen estados so la tierra, no los hoviera dexado fallar”.

17. De la avaricia se lee que fue uno que havía nombre Gemino, el qual toda su vida jamás havía fecho sino multiplicar e ganar dineros, e jamás se pudo fartar, siendo muy rico, más que hombre de su tierra. E pensando un día en sus fechos e en su gran riqueza, llamó a tres fijos que tenía e díxoles: “Fijos muy amados, yo os ruego que esto que yo he ganado, vosotros lo gastéis liberalmente en donde fuere menester de hoy adelante, porque yo no podría jamás suffrir que se despendiesse por el luengo e envejecido costumbre del vicio de la avaricia, ahunque yo conosca que es uno de los mayores vicios del mundo”. Por forma que el ánimo suyo no se podía apartar de la costumbre de la avaricia, ahunque conoscía la grave dolencia de su vicio, de lo qual Dios mostró este milagro en la muer[t]e de aquél que fallaron su coraçón, todo sangrien / to, en el arca de sus dineros.

 

Capí[tulo] XVI: de la correctión

1. Correctión, según Priciano, es un effecto de amor en castigar e corregir a otro temperadamente de fechos e de palabras, según conviene, porque el que no tiene temperança ni discreción en castigar, ligeramente se aparta de la virtud de correctión e cahe en vicio de crueza.

2. Salomón dize que la materia e la locura está atada en el coraçón de los mancebos; empero, la verga e disciplina desecha la locura del coraçón de los mancebos, ca si los fieres, ellos no mueren, mas castíganse.

3. Enxemplo. Esta virtud se puede comparar al lobo, que quando passa cerca de alguna habitación, si por caso pone el pie en algún lugar que faga ruhido, él se toma el pie con los dientes e lo muerde, por castigarlo e porque otra vez se guarde.

4. Salomón dize: “El que corregirá a otro, después fallará en él mayor gracia”.

5. Séneca dize: “El hombre savio corrige su vicio escarmentándose en cabeça ajena”.

6. Salomón dize: “Castiga tu amigo secretamente”. Otrosí dize: “No reprendas al loco, ca él después te querrá mal por ello; empero, reprehende al savio e amarte ha”.

7. Hermes dize: “La correctión pública es verdadera correctión”.

8. Diógenes dize: “El que quiere ser amado de su / amigo, castíguele secretamente, porque la dulce correctión en escondido, procura amor, e la áspera, en público, procura enemiga”.

9. Cassiodoro dize: “Ahunque aquél que castigares de continuo sea vicioso e no quiera tu correctión, si te es amigo, no dexes de castigarle cada rato”.

10. Platón dize: “Guarda, no castigues tu amigo en presencia de otro, ni quando está sañoso”.

11. De esta virtud de correctión se lee en la Biblia que, siendo el rey Pharaón amonestado muchas vazes por Moisés de parte de nuestro Señor, que dexasse el pueblo de Dios, el qual retenía para su servicio, e que se convirtiesse a él, endureciósele a Pharaón el coraçón tanto, que no se quiso mover por cosa del mundo a dexarlo. E queriéndolo Dios castigar por traherlo a él, Dios le envió llagas de diversas pestilencias en este mundo: la primera fue lluvia de agua que se convirtió todo en sangre; la segunda fue muchidumbre de ranas que llovió; la tercera fue mosquitos que cubrían toda la tierra; la quarta fue tempesta, que consumió todos los árboles e todas las yerbas; la quinta fue dolencia sobre todos los animales; la sexta fueron langostas; la setena fue mortaldad de todos los primogénitos de Egipto; la ochena fue tal escuridad, que el día se convirtió en noche. Después de esto, Pharaón se sumió e ahogó en la mar Roya con todo su hueste. /

Capí[tulo] XVII: de la lisonja

1. Lisonja, que es vicio contrario de la virtud de correctión, según Andrónico es una dulçura de palabras con algún color de alabar, por traher la voluntad de otro a su provecho propio. Mas usar palabras dulces solamente por plazer e no por otro provecho propio, no es vicio, mas virtud llamada buena criança.

2. E puédese comparar este vicio a la sirena, que es una sirpiente de mar que de medio abaxo está a manera de pescado, con dos colas bueltas para riba, e de medio arriba es como una donzella. E siempre está en los piélagos e lugares más peligrosos de la mar; e quando las naves navegan por aquellos lugares e ellas cantan tan dulcemente que fazen dormir la gente e los marineros; e quando duermen, suben ellas sobre las naves e matan quantos fallan.

3. Por ende, Tulio dixo de aqueste vicio: “Sey benigno con cada uno e no seas lisonjero, e ten familiaridad con pocos”.

4. Ovidio dize: “So la dulce miel se encubre la cruel e mortal ponçoña del hombre lisonjero”.

5. Isopo dize: “Las dulces palabras trahen los hombres a ruines obras”.

6. Séneca dize: “Qualquiere lisonja trahe debaxo de sí su verino”.

7. Virgilio dize: “Mejor es conversar con los enemigos que con los lisongeros”.

8. Séneca dize que más se deven temer las [d j] lisonjas que las menazas.

9. Por esso dize Catón: “Quando alguno te alabare, acuérdete de ser juez de ti mismo e no creer de ti más a otro que a ti mismo”.

10. Séneca dize: “El mal amigo lisonja a su amigo e liévalo por mal camino”.

11. Platón dize: “No fíes del hombre que te alaba mucho de lo que no es, porque assí te reprehenderá detrás e murmurará de ti de lo que no es verdad. E éstos son como el scorpión, que afalaga con los aguijones delante e puncha con la cola detrás”.

12. Hermes dize: “Las abejas aman la flor mientra es fermosa”.

13. Varrón dize: “Las abejas lievan la flor en la boca e con el aguijón que tiene[n] detrás, punchan”.

14. Esopo dize: “El loco muchas vezes, pensando plazer a alguno, lo enoja”.

15. Sócrates dize: “La yerba del prado cubre la tierra e las lisonjerías encubren muchos vicios de las personas”.

16. Enxemplo. Del vicio de la lisonja se lee en Isopo que fue un cuervo que levava volando un queso en el pico, e viéndolo la raposa, pensó de haverlo, e començó de alabar e lisonjar al cuervo, diziéndole de cómo era fermosa ave, e cómo estava muy desseosa de oírlo cantar, e que si su canto era tan plaziente e delectable como la fermosura de su persona, no havía en este mundo cosa más digna ni más fermosa que él. Entonces el cuervo, oyéndose loar, començó de cantar e ca / yósele el queso del pico, e la raposa rebatolo presto, e dixo al cuervo: “Tú havrás la vanagloria e el canto, e yo el queso”. E fuese con el despojo e con la presa.

 

Capí[tulo] XVIII: de la prudencia

1. Prudencia, si quier providencia, según Tulio tiene tres virtudes: la primera es haver recuerdo e memoria de las cosas passadas; la segunda es intelligencia de discernir las cosas que ha de fazer, conviene saber, el bien del mal e la verdad de la falsía, e ordenar sus cosas por forma de razón; la tercera es providencia, conviene saber, proveer ante del tiempo a los negocios.

2. E estas tres virtudes se informan por dos otras maneras, que son consejo e diligencia.

3. Aristóteles dize que consejo es una cierta inquisición que procede de una cosa en otra. E diligencia es ser el hombre cuidadoso de lo que ha de fazer.

4. Enxemplo. Puédese comparar la virtud de la prudencia a la formiga, que es diligente en el estío para buscar de comer para el invierno, recordándose del tiempo passado e conosciendo el presente, conviene saber, el estío, porque entonces falla lo que ha menester, proviéndose para'l tiempo venidero. E el trigo que esconde, todo lo muerde, por [d ij] que no se faga yerba en el invierno. E esto faze como con una prudencia, siquier providencia, de consejo natural.

5. Por esso dixo Salomón: “¡O, perezoso e negligente!, ve e aprende de la formiga, que se provee en el estío de lo que ha de comer en el invierno”.

6. Tulio dize que el hombre savio no devría jamás dezir: “¡Quién pudiera pensar que esto se pudiesse seguir ni acahecer!”, ca el hombre savio no duda, mas espera, ni sospira, mas piensa.

7. Salomón dize: “Mejor es la sabiduría que todas las riquezas del mundo, e qualquiere cosa que dessear se pudiesse, no se podría comparar a la sabiduría”.

8. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “El vino e el trigo alegran el coraçón del hombre, empero, sobre todo, la savieza”. Otrosí dize: “El siervo savio sirve liberalmente”. Por semejante dixo: “Aprende sciencia en tu mocedad e no te fallecerá jamás cosa alguna en tu vejez”. Otrosí dize: “Toda la sabiduría viene de Dios”. Item dize: “El comienço de la sabiduría, es el temor de Dios”.

9. Séneca dize: “Si yo tuviesse el un pie en la sepultura, ahún querría aprender”.

10. Tholomeo dize: “El que es savio no puede morir jamás, e el que es savio no siente jamás dolor, e bien es savio el que se conosce”. Por esso dixo: “El coraçón del savio e del gran hombre es como la nave, que quando se sume, muchos perecen con ella”.

11. Sócrates dize: “La / sciencia se scrive en el coraçón e no en los libros”.

12. Aristóteles dize: “El savio lieva las armas contra todo hombre en el buen pensamiento”. Otrosí dixo: “Aquél es [nescio, que] cree que la ventura da bien o mal”.

13. [Bran]cho dize: “La llave de la segura sabiduría es el grande pensamiento, por ende, el poco pensar faze muchas vezes errar”.

14. Alexandre dixo: “La noche se fizo para pensar lo que se ha de fazer de día”.

15. Aristóteles dize: “Los fechos bien pensados dan cierta noticia de pensado entender”.

16. Séneca dize: “Más ligera cosa es contrastar al principio de las cosas que al fin”.

17. El Decreto dize: “El que tiene ruin comienço, no puede tener buen fin”.

18. Marcial dize: “Quando la yerba es tierna, rafezmente se ranca, mas si pone rahízes, no se arranca sin fatiga e trabajo”.

19. Catón dize: “Piensa de continuo primero lo que se puede seguir, ca ligera cosa es proveer al mal ante visto”.

20. Salomón dize: “Faz tus cosas con buen consejo e no te repentirás”.

21. Pitágoras dize: “No hay algún consejo mejor que el que se da en las naves quando están en peligro”.

22. Sócrates dize: “Bien puede sperar la cahída el que se rige por consejo de mancebos”. Otrosí dize: “Tres cosas hay contrarias al verdadero consejo, conviene saber: temor, ira e codicia”. Otrosí dize que la tardança es cosa odiosa, empero faze al hombre más savio. [d iij]

23. Juvenal dize: “No muestres tu voluntad al que quieres pedir consejo, ca generalmente cada uno dize a otro lo que él cree que le agrada. Por ende no pueden [mucho dur]ar los tiranos en Italia, porque no [les] conseja ni[ngun]o sino lo que sabe que [les] plaze”.

24. Sedechia dize: “Quando irás a pedir consejo a otro, para mientes primero cómo se rige aquél a quien vas a pedir el consejo”.

25. Aristóteles dize: “El studio e la diligencia me han fecho ingenioso, e la abstinencia me ha fecho casto”. Haún dize más: “En las aconsejadas deve el hombre ser diligente e en haver consejo deve el hombre ser tardío”.

26. Dubrasto dize: “Ninguna cosa puede durar con la carestía”.

27. Sant Sixto dize: “El agua que corre no lieva dinero e puédese comparar al hombre diligente, que el tal jamás será pobre”.

28. Platón dize: “La sabiduría sin curiosidad o la diligencia sin experiencia, nada vale”.

29. Enxemplo. De la virtud de prudencia, siquier providencia, se lee en las Historias romanas que, cavalgando el emperador por un bosque, falló un philósopho que stava a solas, e el emperador fízolo llamar, e el philósopho no respuso; e el mismo emperador llamolo, e él no respuso. E viendo esto el emperador, fue él mismo a él, e preguntole qué fazía en aquella brenya; e el philósopho respuso: “Yo aprendo sciencia”. E el emperador le dixo: “Pues muéstrame alguna co / sa”. E entonces el philósopho scrivió sobre una foja en esta manera: “Qualquier cosa que quieres fazer, piensa primero lo que se puede seguir d'ella”. Entonces el emperador tomó aquella foja scripta e, bolviendo a Roma, fízola poner sobre la puerta de su palacio. E hoviendo concertado algunos de sus barones cómo lo farían matar a traición, prometieron al barbero del emperador susodicho gran suma de dinero por degollarle quando le fiziesse la barba. E el barbero les offreció de fazerlo assí e ponerlo por obra si le prometían de escaparlo; e los barones prometiérongelo muy affirmadamente. E yendo este barbero un día a fazer la barba al emperador con deliberación e propósito de le degollar, según que havía prometido a los barones susodichos, entrando por la puerta del palacio e alçando los ojos, vio aquella scriptura del philósopho que dezía: “Mira bien lo que hovieres de fazer e piensa primero qué te podrá seguir”. E pensando el barbero sobre esto, espantose a deshora e creyó que el emperador havía fecho poner ende aquella scriptura, e que hoviesse entendido, e sabido e barruntado la traición ordenada. E assí él se fue sin más al emperador e tendiose por suelo a sus pies, pidiéndole perdón, e descubriole toda la traición, de la qual ninguna cosa sabía el emperador. E sabido esto, [d iiij] el emperador envió por todos los barones que havían ordenado su muerte, e matolos, e perdonó al barbero. Después envió por el philósopho que le havía dado la scriptura e siempre la tuvo consigo.

 

Capí[tulo] XIX: [de la locura]

1. La locura es vicio contrario a la prudencia, del qual vicio de locura dize Platón que es de muchas maneras. E primeramente hay algunos que son continuos locos, assí como son aquéllos que manifiestamente son locos. E hay algunos otros que son locos a temporadas, e en el tiempo que lo son, tan locos son como los continuos. Hay algunos otros locos que parece tienen buen seso, los quales se llaman lunáticos. Hay otros locos malencónicos, quales son aquéllos que les fallece el seso, e de aquéstos hay de mil maneras. E hay otros que tienen poco seso, e de aquéstos hay en quatro maneras: la primera es que no piensan en sus fechos, mas fázenlos assí como les viene a la voluntad, sin alguna razón; la segunda es en no proveerse de lo que fazen, ni piensan lo que se puede seguir d'ello; la tercera es en ser muy arrebatado e no querer consejo en sus fechos; la / quarta es dexarse de fazer el dever por descuido e pereza de no començar e de no seguir e acabar sus fechos.

2. Enxemplo. Puédese comparar el vicio de la locura al buey salvaje, que abhorrece naturalmente qualquiere cosa vermeja, e assí, quando los caçadores le quieren prender, vístense de vermejo e van a donde está el buey salvaje. E assí, luego que el buey los vee, con el odio grande que tiene, corriendo sobre ellos no se guarda, e los monteros fuyen e escóndense detrás de un árbol que tienen fechizco, e creyendo el buey perseguirlos, va a ferir con gran fuerça en el árbol, de manera que finca los cuernos en él tan fuerte, que no los puede sacar después. E entonces los monteros salen, e mátanlo.

3. Por ende Salomón dize: “No fables jamás con algún loco, ca no le plazerán tus palabras si no le dizes algo según su voluntad”. Otrosí dize: “Tanto vale fablar con un loco de sciencia o sabiduría, como con un hombre quando duerme”. Más dize: “El loco, en la carrera de sus locuras, cree que todo hombre sea loco assí como él”. Por semejante dixo que el loco se conosce por el reír, conviene saber, quando alça la voz riendo e abre la boca tanto quanto puede; mas el savio ríe temperadamente. Otrosí dize que mayor peligro es la furia del loco, que la del osso quando le quitan los fijos. También dize: / “Reprende al savio e amarte ha; castiga el loco e abhorrecerte ha”.

4. Por esso dize el proverbio vulgar e común refrán: “Castiga el savio, e tornará bueno; castiga el loco, e tornarse ha peor”.

5. Del vicio de la locura se lee en las Historias romanas que, cavalgando una vez Aristóteles con Alexandre por Macedonia, los hombres de pie ivan delante diziendo altas voces: “¡Fazed lugar e apartadvos, que el rey Alexandre passa!”. E un loco adobose e assentose en medio de la calle sobre una piedra, e no se quería mover. E assí, un hombre de pie quísole dar una empenta e lançarlo en el suelo. Entonce díxole Aristóteles: “No quites la piedra de encima de la piedra”. E esto dixo Aristóteles porque en la verdad el loco no es hombre.

Capí[tulo] XX: de la justicia

1. Justicia, según Macrobio, es dar a cada uno lo suyo.

2. E de aquésta dize Sancto Thomás que tres cosas requiere el hombre para fazer justicia: la primera es que él tenga jurisdictión para fazerla; e la segunda es que él entienda bien lo que quiere judgar; la tercera, que judgue según razón.

3. Enxemplo. Puédese comparar la virtud de la justicia al rey de las abejas, que ordena e dispone todas las cosas con razón. Ca algunas abejas hay / ordenadas para la flor, para fazer la miel; otras son ordenadas para labrar e fabricar sus moradas de cera e de miel; otras son ordenadas para alimpiar la miel; otra[s] son ordenadas para acompañar el rey; algunas son ordenadas por semejante para pelear, porque ellas, naturalmente, tienen consigo pelea, porque las unas quieren quitar la miel a las otras. E jamás ninguna saldrá fuera del vaso ante que el rey; e cada una le faze gran reverencia. E si el rey fuesse viejo e perdiesse las alas de vejez que no podiesse volar, gran muchidumbre de abejas lo lievan, que jamás lo dexan. E todas las otras abejas tienen el agujón en la cola, salvo el rey solo; e algunos de aquesto[s] reyes son negros e algunos d'ellos hay ruvios, e son mayores que las otras abejas.

4. Salomón dize: “No busques de ser juez si no te basta el ánimo para castigar los malos”. Otrosí dize: “Amad la justicia vosotros que judgáis los otros”.

5. Hermes dize: “No des pena a alguno fasta que le des primero plazo para defenderse e dezir su razón, e no tardes mucho, porque no acahezca algo que fiziesse pelig[r]ar tu justicia”.

6. Sedechias dize: “El que no sabe regir a sí mismo ni a su compaña, ¿cómo regirá a otro, sino peor? Ca si un ciego guía a otro, ambos caerán el uno tras el otro”.

7. Aristóteles dize [que mucha amistad o familiaridad engendra menosprecio.

8. Séneca dize:] “El que no puede mandar a sí mismo, no deve mandar a otro”.

9. Tu / lio dize: “La justicia es madre de todas las virtudes, e sin aquélla ninguna cosa puede turar”.

10. El Decreto e Boecio dizen que cinco cosas fazen corrumper la justicia, conviene saber, amor, odio, ruegos, temor e precio.

11. Sócrates dize: “Los regidores de las ciudades deven guardarse que no tengan cabe sí tacaños e malos, porque todos los males que se fazen son contados e atribuidos a los regidores”.

12. Egidio Romano dize: “La justicia perece en los tiranos e las personas reales reinan por cinco razones, e los tiranos no: la primera es que los tiranos aman su bien proprio e los reyes aman el bien común; la segunda, porque los tiranos aman los estranyos e los reyes aman los ciudadanos; la tercera, porque los tiranos echan los savios e los buenos, e mantienen los malos, e los reyes, por el contrario; la quarta, porque los tiranos aman la pobreza e la discordia de sus ciudadanos, e los reyes aman la abundancia e la paz; la quinta, porque los tiranos aman su deleite e su plazer e solaz, e los reyes aman su honra.

13. Platón dize: “No dessees dar consejo a hombre que tenga señoría sobre ti, porque si quiçá le viniesse algún danyo, él te lo faría pagar, mal tu grado”.

14. Aristóteles dize: “No estés en la tierra donde hay muchos señores, porque en tal tierra más favor e cabida tienen los viles que los buenos, e más los locos / que los savios”.

15. Tholomeo dize: “Reprehende al savio sin miedo quando yerra, e havrás d'ello mayor gracia e remuneración”. Otrosí dize: “Quanto más se enxalça el hombre, tanto más pierde el amor del señor”.

16. De la virtud de la justicia se lee en la Vida de los sanctos padres, que fue un hermitaño que havía fecho penitencia gran tiempo, e toviendo una grave dolencia, començose mucho de quexar de Dios. E vínole un ángel en forma humana e díxole: “Ven comigo, que Dios quiere que yo te muestre sus ocultas justicias”. E levolo primeramente el ángel a una casa en donde havía una grandíssima suma de moneda en una arca e aquel ángel levósela toda; e después levolo a una otra casa, e dexó todo aquel dinero delante de la puerta. E después levolo a otra casa e mató un niño pequeño que estava en una cuna. E viendo el hermitaño estas cosas, quísose ir e apartar d'él, creyendo que fuesse algún demonio del infierno. E dixo entonces el ángel: “No temas, ca yo te quiero dar razón de todo lo que he fecho. E primeramente, la causa por que robé los dineros, es porque aquél de quien eran havía vendido quanto en el mundo tenía por darlos a un mal hombre que le fiziesse vengança de la muerte de su padre; e si esto se hoviesse executado, todos los de aquella tierra se hovieran alborotado; / e assí, por quitar esto e por tornarlo a fazer penitencia de su mal propósito, porque fiziesse bien, yo le quité todos aquellos dineros, e él, viéndose assí pobre, púsose en un monesterio a servir a Dios e salvó su alma. La segunda razón por que yo dexé los dineros delante de aquella puerta, fue porque el que estava en aquella casa havía perdido quanto tenía en la mar [e] por desesperación queríase ahorcar; e fallando estos dineros delante de su casa, fue apartado de aquel peligro de perder el alma e el cuerpo. La razón por que maté el niño es porque ante que su padre lo huviesse, fazía todos los bienes del mundo, e después que lo huvo, no fazía sino usar de mentiras, malos contractos e fazía quantos males podía por acrescentar su hazienda; e assí yo le he muerto su fijo porque torne el padre a fazer bien como de primero. Por ende, no te maravilles ni hayas malenconía del mal que tienes, ca si no lo tuviesses, no serías bueno para'l servicio de Dios. E sey cierto que Dios no faze ni promete jamás cosa alguna, ni bien ni mal, sin gran razón; empero las personas del mundo no lo pueden conoscer que la justicia divina quiere e permete tal cosa; mas Él a todos faze siempre gracia, que del mal escoge el menos, e algunas vezes lo muda en bien”. E, súbitamente, el ángel, dichas estas palabras, despareció, e el hermitaño, haviendo visto e oído / esto, por querer provar si era verdad, tornó atrás e falló todo lo que le havía dicho el ángel ser verdad. E luego se bolvió a su hermita e fizo mayor penitencia que primero e con mayor fervor.

 

Capí[tulo] XXI: de injusticia

1. Injusticia, que es vicio contrario de la justicia. Según Macrobio es judgar injustamente, e esto es propiamente injusticia, la qual se llama injuria. E es en seis maneras: la primera es matar alguna persona injustamente, e esto se llama homicidio; la segunda es fazer alguna vellaquería, e ésta se llama injuria; la tercera, fazer fazer a otro algo por fuerça, e ésta se llama violencia; la quarta es dañar a otro en sus cosas, e ésta se llama daño; la quinta es furtar escondidamente lo que no es suyo; la sexta es apañar lo de otro por fuerça, e ésta se llama rapina.

2. E puédese comparar el vicio de la injusticia al demonio, en el qual jamás se falló razón alguna, ante, todo su entendimiento e deleite es en fazer mal de continuo; ahun fasta a los que le sirven da mayor pena e tormento, e siempre riende mal por bien.

3. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “Con la medida que midiéredes, os medirán”.

4. Salomón dize: “No judgues a otro a sin razón, e no serás judgado”. Otrosí dize: “Quatro cosas son / las que quitan el estamiento de la tierra: la primera es quando el siervo señorea; la segunda es quando el loco es tovido por savio; la tercera, el odio e discordia del matrimonio; la quarta es quando la sirvienta es heredera de su senyora”.

5. Séneca dize: “Guay de la tierra quando el rey es mucho moço, ca persigue los buenos e favorece los malos”. Otrosí dize: “El que no punece el mal, plázele que se faga”. Otrosí dize que quatro pecados hay que piden vengança delante de Dios: el primero es el mal que se faze en este mundo al innocente; el segundo es el pecado de sodomía; el tercero es el engaño de la suor del hombre que se alquila a jornal, mayormente quando no le quieren pagar; el quarto es el que pone mal entre la gente para que se maten.

6. Isopo dize: “No te dexes inclinar a matar a otro”.

7. Aristóteles dixo a Alexandre: “Guardadvos de gastar e derramar la sangre humana contra razón, ca sabed que quando uno matare a otro a sin razón, lo semejante le será fecho, porque en el cielo grita el que suffre, diziendo: “¡Miserable rey, tu siervo se quiere egualar contigo!”.

8. Salomón dize: “Derramar la sangre humana e tenerse el suor e trabajo del jornalero, egual cosa es”. Otrosí dize: “El que cava la foya, cae dentro, e al que regirá la piedra, ella le da encima, e al que toma la sierpe por la cola, ella lo muerde, e el que offien / de con la lengua, será offendido. E los tales no se pueden quexar de otros, sino de sí mismos.

9. De la violencia, furto e rapina dize el propheta Sedechias: “El rey que trabaja en allegar gran thesoro contra razón, trabaja en desfazer su reino, el qual no puede dar”.

10. Sant Agustín dize que aquél solo es don que da por voluntad libre, ca el que se da por fuerça, no es dádiva, mas violencia.

11. El Decreto dize: “No llega jamás al bien lo que por fuerça se gana”.

12. Longino dize: “El que fará mal a otro, a sí mismo lo fará, e no sabrá de dónde le viene”.

13. Enxemplo. Del vicio de la injusticia se lee en la Vida de los sanctos padres que el demonio pensó de tomar mujer por haver fijas, e collocarlas por levar los yernos al infierno. E casándose, tomó por mujer a doña injusticia, e hovo siete fijas: la primera fue Sobervia, e ésta casó con grandes hombres; la segunda fue Avaricia, e ésta casó con los populares e baxos; la tercera fue Mentira, e ésta casó con los labradores; la quarta fue Invidia, e ésta casó con los menestrales; la quinta fue doña Ipocresía, e ésta casó con los religiosos; la seisena fue Vanagloria, e aquélla se retuvo para sí la mujer del diablo, e no la dexó casar; la setena fue Luxuria, e ésta no se quiso casar, sino que quiso ir bagasseando por el mundo, porque la podiesse haver [e j] cada uno a su plazer.

Capí[tulo] XXIII: del engaño [e ij]

1. Enganyo, que es contrario de la lealtad, es, según dize la Ley, dezir una cosa e fazer otra, e mostrar una cosa por otra con voluntad de engañar a otro. Empero, para mientes qué differencia hay entre mentira, traición e malicia. La traición es propiamente quando una persona vende a otra que se fía d'ella; malicia es pensar en su ánimo algunos malos pensamientos del próximo, sin tener causa d'ello, e de esta malicia procede el vicio de la sospecha.

2. Sancto Thomás dize: “Sospecha es pensar mal de otro por algún juhizio ligero”.

3. E esta sospecha nasce de quatro cosas convenientes: la primera es que el ruin hombre cree que todos parecen a él; la segunda es que el que tiene sospecha, es acostumbrado de fazer mal; la tercera es porque el hombre quiere mal a aquél, e por esso ligeramente cree mal d'él; la quarta es por haver experimentado muchas cosas, e por esso dize Aristóteles que todos los viejos son naturalmente sospechosos, porque han provado muchas cosas.

4. E nota que la differencia que hay entre sospecha e celos es ésta: que la sospecha es creer mal de otro por algún indicio liviano, e es vicio; los celos son un temor que la persona que hombre ama no faga o diga cosa que le pudiesse venir danyo al que ama. E / descienden los celos propiamente de la virtud de amor, porque no vienen sino por dos occasiones: la primera es por miedo que la persona que hombre ama, no faga cosas que no son de fazer; la otra es que la persona no reciba algún danyo. Assí que los celos naturalmente proceden de amor, según prueva Sancto Thomás.

5. Enxemplo. Puédese comparar el vicio de la falsía a la raposa, que quando no falla qué comer, se echa en el suelo en algún campo, assí como si fuesse muerta, con la lengua fuera de la boca. E assí, las aves, creyendo que sea muerta, vanle enderredor e súbenle encima, e quando vee que son bien asseguradas, alça la cabeza e abre la boca e arrebata lo que puede. Muchos otros engaños dexo por abreviar.

6. Salomón dize: “El engañador, a la postre, no fallará ganancia”. Otrosí dize: “No uses ni pratiques con los engañadores, porque ellos no pueden amar sino lo que les plaze”.

7. El propheta dize: “Dios destruya los engañadores e sus engaños e las malas lenguas”.

8. Séneca dize: “El falso fuye de no conoscer ni curar de las injurias por mejor poderse vengar d'ellas”.

9. Esopo dize: “El que es lleno de engaño, no perdona jamás, e el que es usado de engañar, no se puede estar que no engañe”.

10. Varrón dize: “So la piel del cordero se esconde el lobo”.

11. Platón dize: “De dos cosas me soy [e iij] entristecido más que de otras: la primera es quando el rico es menospreciado; la segunda, quando el savio es engañado del loco”.

12. Cassiodoro dize. “Ninguna cosa puede ser en el mundo peor que la trahición”.

13. Salomón dize: “No lieves a cada uno a tu casa, ca muchas son las trahiciones de las personas”.

14. Longino dize: “Al traidor, la muerte le sería vida, porque si usa de lealtad, no le creen, e si no usa d'ella, cada qual lo echa de sí”.

15. Salomón dize: “Los malos pensamientos fazen apartar al hombre de Dios”.

16. Platón dize que el primer movimiento de los pensamientos no está en mano del hombre, mas la perseverancia, con la qual deve hombre mucho resistir si el pensamiento no es bueno.

17. El Decreto dize: “No se corrompe la carne, sino que primero el pensamiento se corrompa”.

18. Sant Isidoro dize: “No puede ser peor cosa en las personas que la sospecha e la sobervia”.

19. Séneca dize: “No uses jamás con el invidioso, ca de continuo piensa mal de ti”.

20. Beda dize: “El que es amigo de dos enemigos, siempre estará en sospecha de ambos e jamás fallará fin ni remedio”.

21. Sedechias, propheta, dize: “La sospecha es corrompimiento e corruptión de todas las virtudes”.

22. Alexandre dize: “No tengas sospecha en el que te fías o no te fíes en él, porque la sospecha da occasión de fazer muchos males”.

23. Juvenal dize: “Los celos de la mujer son tantos, / que siempre quiere mal e abhorrece al que ama el marido”.

24. Platón dize: “El perfecto amor es en tres cosas, conviene saber, en amar, temer e honrar”.

25. Sócrates dize: “El que ama, teme; empero muchos temen que no aman”.

26. Damaceno dize: “El que perfectamente ama, siempre está con miedo de la cosa que ama”.

27. Enxemplo. Del vicio de la falsía se lee en el Testamento Viejo que dos ángeles fueron enviados por Dios a una ciudad que havía nombre Sodoma, por el peccado de sodomía, e uno que havía nombre Lot recibiolos en su casa, porque Lot era amigo de Dios, al qual dixieron los ángeles que se fuesse de la tierra, porque querían quemar la ciudad con los moradores. E Lot se fue con dos fijas que tenía, e súbitamente la ciudad fue quemada e puesta en abismo. E esto viendo Lot con sus fijas sobre una montaña que estava sobre la ciudad, las fijas pensaron de engañar a su padre e de dormir con él, e emborracháronlo; e assí començó de ir la mayor a su padre, e él, no conosciéndola por la embriaguez, hovo que fazer con ella, e después con la otra, de manera que pecaron ambas con su padre e se enpreñaron d'él engañándolo de la forma susodicha.

 

Capí[tulo] XXIV: de la verdad [e iiij]

1. Verdad, según Augustino, es usar de lo verdadero sin mezcla de falsedad alguna.

2. E puédese comparar esta virtud a los fijos de la perdiz, que una los pone, e otra los furta e cóvalos; e quando nascen las perdiganitas, la natura les muestra a conoscer en la voz la verdadera madre, a fin que, súbitamente, en oyéndola cantar, dexan la madre postiza e corren tras la verdadera. Assí es de la verdad, que a la postre, siempre viene a ser conocida.

3. E de esta virtud dize Jesús, fijo de Sidrach: “No contrastes a la verdad en alguna manera, ca no podrías fazer cosa peor”.

4. Aristóteles dize: “Al que amare la verdad, Nuestro Señor Dios, que es verdad, lo amará”. Otrosí dize: “El que dize la verdad, no se fatiga, mas el que quiere colorar o esconder una mentira, tiene gran cuidado e ansia”.

5. Catón dize: “Lo que has prometido a uno, no lo offrezcas a otro”.

6. Sant Agustín dize: “Muchas vezes la voz del pueblo es voz de Dios”.

7. De la virtud de verdad se lee en la Vida de los sanctos padres que fue un gentilhombre, gran cavallero, que havía dexado el mundo con muchas riquezas por servir a Dios en un monesterio de monges. E hoviendo perseverado algún tiempo en el monesterio, el abad deliberó vender ciertos asnos que tenía viejos para el servicio del monesterio, e mercar otros jóvenes. E porque este / gentilhombre que se havía fecho monge havía estado gran parte de su vida en el mundo, creyó el abad que fuesse bueno para vender e mercar, e por esso el abad envió al dicho gentilhombre a una ciudad en donde havía una feria, para vender los asnos viejos e mercar otros jóvenes que fuessen mejores para el servicio e necessidades del monesterio. E diole por companya un donado. E luego que fue partido este monge nuevo, estoviendo en el mercado, preguntáronle muchos si eran buenos aquellos asnos. E él respondía: “¿Creéis vosotros que nuestro monesterio haya venido a tanta pobreza, que si fuessen buenos los vendiéssemos?”. E aquéllos preguntáronle más, diziendo: “¿Por qué tiene assí pelado la cola e la esquina?” E el monge respondía: “Porque son viejos e no pueden levar la carga, e muchas vezes caen con ella e por fuerça les havemos de pelar la cola para levantarlos; e por los muchos palos tienen peladas las cuestas”. E tornando el monge al monesterio sin haver vendido los asnos, el donado que havía ido con él dixo al abad todo lo que havía oído dezir al monge en la feria, porque le diesse penitencia. E el abad envió por él, e reprehendiolo mucho. E respuso el monge: “¿Creéis vos, padre, que yo haya entrado en esta religión para enganyar a alguno e dañar mi alma diziendo / mentiras por vender asnos? ¿No sabéis vos que yo he dexado en el mundo muchos asnos e cavallos, casas e possessiones, e muchas otras riquezas por venir a servir a aquél que es sobirana verdad, e por salir de las mentiras d'este falso mundo, las quales, viviendo en él, siempre abhorrecí? Pues mucho más las devo abhorrecer estoviendo aquí”. E oyendo el abad tales palabras, no le pudo responder cosa alguna.

Capí[tulo] XXV: de la mentira

1. Mentira, que es vicio contrario a la virtud de la verdad, según dize Aristóteles, es encubrir la verdad con algún color de palabras, con propósito de engañar a otro.

2. E nota que hay muchas specias de mentira. Primeramente hay algunas mentiras que se dizen por plazer, como son las consejuelas; hay otras que se dizen por apartarse hombre de daño sin daño de otro, e éstas no son peccado mortal, mas son vicio a quien d'ello se puede guardar e no lo faze; por semblante hay mentiras que no se dizen por engañar a otro ni por dezir mentira, sino que se piensa hombre dezir verdad, como es fablar por relación; e hay otras mentiras vanagloriosas que no dañan a hombre del mundo e dízense en algunos tiempos en camino e solazes.

3. Hay otras mentiras que son tam / bién vanagloriosas e diffamables, e éstas son en demasía maliciosas e de gran peccado; hay otras mentiras quando no guarda el hombre lo que promete; hay otras que se dizen por mal vezo e costumbre, como son algunos que jamás dizen verdad sin mezcla de mentira. E estas tres specias postreras son defendidas por el Decreto, porque son peligrosas para el alma.

4. Hay otras mentiras que se cometen perjurando e faziendo juramento falso, las quales no son ál salvo renegar de Dios. E éstas matan el cuerpo e el alma.

5. E puédese comparar el vicio de la mentira al topo, el qual no tiene ojos e va siempre debaxo de tierra, e si viene a la claridad, luego muere. Assí faze la mentira, que siempre le cumple encubrirse con algún color de verdad para que sea crehída, e quando viene a la lumbre de la experiencia, súbitamente muere por ser conocida e descubierta.

6. Salomón dize de la mentira: “De tres cosas ha miedo mi coraçón e de la quarta tengo esmagado el rostro: de alborote de ciudad, de razonamiento de pueblo, de la falsa accusación e sobre todo, de las diffamaciones de la lengua homiziera, ca la boca que miente, mata el alma”. Otrosí dize: “Más deve hombre amar al ladrón, que al mintroso continuo”.

7. Sant Gregorio dize: “Por las falsedades de los mintrosos viene a no ser conocida la verdad quando algu / no la dize”.

8. Sócrates dize: “Al mintroso continuo no le creen quando dize la verdad”.

9. Enxemplo. Del vicio de la mentira se lee en las Historias romanas de una donzella que se llamava Gloriana, fija de Anastasio emperador, la qual se enamoró de un gentilhombre suyo que llamavan Amón. E el gentilhombre no quería dar su persona a la donzella ni consentir a su mal propósito por miedo que tenía del emperador, e assí ella, por desdén, pensó en procurarle la muerte. E passando un día delante de la cámara de la donzella, començó ella de dar vozes, diziendo: “¡Ayuda, ayuda!” E dezía que Amón la quería forçar e deshonrar. E Amón, súbitamente, fue preso, e con gran furia fue levado delante del emperador. E como le fue preguntado si era verdad lo que dezían d'él, respuso que no. Entonces el emperador envió por su fija e preguntole cómo havía passado aquéllo, e ella calló; e preguntógelo muchas vezes, e ella no le respuso cosa del mundo. E viendo un barón que ella no satisfazía ni respondía a cosa de las que le preguntavan, dixo burlando: “Quiçá esta señora ha perdido la lengua”. E el emperador quiso ver si era assí, pues no respondía, e falló que no tenía lengua. E visto este milagro, el emperador mandó soltar el gentilhombre, e luego la donzella cobró la lengua e manifestó públicamente su desordenada voluntad / con toda la verdad. E por este milagro ella se puso en una religión e acabó e feneció sus días en servicio de Dios muy sanctamente.

 

Capí[tulo] XXVI: de la fortaleza

1. Fortaleza, según Macrobio, es en tres maneras: la primera es fortaleza en la persona por natura, e ésta se llama propiamente fuerça, e no es virtud; la segunda es proeza e osadía en el coraçón en no temer cosa alguna grave; la tercera es paciencia, que es suffrir pacientemente qualquiere adversidad. E estas dos postreras son virtud.

2. Enxemplo. Esta virtud se puede comparar al león, que duerme siempre con los ojos abiertos, e si el caçador lo va caçando, luego, como lo siente, se levanta e cubre con la cola sus pisadas, porque no lo barrunte e sigua de rastro; e si vee que no puede fuir, vase para los caçadores sin miedo e pónese a pelear con ellos.

3. De esta virtud dize Tulio que el hombre deve ser constante en las adversidades.

4. Séneca dize: “El que es constante, es libre”.

5. Lucio dize: “Por dos cosas son los hombres más amados que por otras. La primera por la fortaleza e osadía; la segunda por la lealtad”.

6. Sócrates dize: “Mayor fortaleza es fuir quando es / necessario, que morir”.

7. Fray Gil romano dize que la fortaleza es de muchas maneras: la una es ser animoso e sin miedo en los peligros de la muerte, quando no se puede fazer otro, e ésta es una fortaleza forçada; la otra es ser animoso e esforçado por uso de pelear; la tercera es ser animoso en ayudar a la companya; la quarta es ser animoso quando falla uno su contrario; la quinta es ser tan osado que no tema cosa alguna, e ésta no es fortaleza, mas furia bestial. E estas cinco maneras de fortaleza no son perfectas; la seisena es fortaleza virtuosa e perfecta, quando las personas quieren ser constantes por no recibir deshonra de covardía en el coraçón, e en la persona, e en sus cosas, por la fe o por la república.

8. Salomón dize: “La savieza de las personas se conosce en la paciencia”.

9. Sócrates dize: “La paciencia es puerta de misericordia”.

10. Tholomeo dize: “El que quiere pelear con la adversidad, ha menester las armas e la companya de la paciencia”.

11. Homero dize: “El que fuere paciente e suffrido, será estimado e acatado por todos”.

12. De la virtud de fortaleza se lee en el Testamento Viejo que fue uno llamado Samsón, el qual era el más fuerte hombre que hoviesse en el mundo, e fizo muchas fortalezas, e valentías, e fazañas, las quales se cuentan en la Biblia, e tenía su fuerça en los cabellos. E los philisteos, con quien él tenía guer / ra, fiziéronlo engañar a una su amiga que llamavan Dalida, la qual le cortó los cabellos. E los philisteos lo prendieron e le sacaron los ojos. E un día que fazían una fiesta suya, fiziéronlo venir a un templo, e cada uno se burlava d'él. E entonces Samsón se fizo levar a un niño a una columna que sostenía casi todo el templo e estava cargado sobre ella, e quando él fue a la coluna, siquier pilar, e dixo al niño: “Sale fuera e vete, e quando serás fuera del templo, suena el cuerno porque entienda como eres fuera”; e el niño fízolo assí como Samsón le dixo. E como Samsón oyó sonar el cuerno, abraçose con la coluna e tirola para sí reziamente, e tanto, que todo el templo cayó en el suelo. E dixo entonces con muy grandes vozes: “Muera Samsón con todos sus enemigos”. E assí murió él con todos quantos estavan dentro.

 

Capí[tulo] XXVII: del miedo

1. Miedo es vicio contrario a la constancia e fortaleza, según scrive Aristóteles, e es en tres maneras: la primera es ser medroso en el coraçón, sin alguna causa, e sólo por imaginación; e éste es llamado temor. La segunda es temer alguna cosa más que no convine; e ésta se llama covardía. La tercera es no poder suffrir alguna adversidad / por flaqueza de coraçón; e ésta se llama tibieza.

2. Enxemplo. Puédese comparar este vicio de temor a la liebre, que es el más medroso animal del mundo, tanto que, stoviendo en el monte, si oye o siente mecer las fojas de los árboles quando el viento las mueve, luego, en esse punto, fuye e se va.

3. E de aqueste vicio dize Salomón que ninguna cosa faze a los hombres más temerosos que sus malas obras.

4. Tulio dize: “Más cruda cosa es temer de continuo la muerte, que el morir”.

5. Terencio dize: “¿Quieres siempre estar sin miedo? Faz siempre bien e fabla poco”.

6. Del vicio del temor se lee en las Historias romanas, que el rey Dionís era el más medroso hombre del mundo, e de miedo no podía haver jamás reposo consigo. E un amigo suyo cadal día le alabava su stado e vida, e dezíale que él devía dar gracias a Dios e contentarse de tanto bien como le havía dado. E el Rey Dionís llamó un día a este su amigo e fízolo assentar en su silla real, e fizo poner debaxo un gran fuego, e fízole poner sobre la cabeça una spada desnuda atada con una cerda de cavallo, con la punta para baxo, e fízole poner delante una mesa muy arreada e rica, en donde fizo poner todas sus joyas. E viendo su caro amigo el peligro en que stava, que si cahía la spada lo havía de matar, e el fuego lo quemava debaxo, / levantose en pies e començó de supplicar al rey con palabras devotas que lo dexasse salir de aquel peligro. Entonce el rey Dionís le respuso e dixo: “Tú alabas tanto mi vida, la qual está de continuo en mayor pena que tú, que non la has podido suffrir una hora. Pues, ¿cómo puedo yo suffrir la mía, que está de continuo en mayor pena e temor? Por ende, no la alabes dende adelante, ca debaxo siento el dolor del infierno, e enderredor infinitos demonios e el mundo con tanto engaño, e sobre mí siento el juhizio de la spada de Dios, de la qual no puedo fuir en manera alguna”

Capí[tulo] XXVIII: de la magnanimidad

1. Magnanimidad, siquier grandeza de coraçón, según dize Tulio consiste en ponerse a pensar, e obrar, e fablar cosas altas e grandes.

2. Exemplo. Puédese comparar esta virtud al falcón, que él se dexara antes morir de fambre, que comiesse de carne fedionda e corrupta, e no toma jamás sino aves gruessas.

3. Sant Agustín dize que el león no pelea con la formiga e el águila non toma moscas.

4. Tulio dize que el alma de la persona valiente se conosce por las obras grandes e [f j] de gran coraçón.

5. Hipocras dize: “No hay cosa tan fuerte ni tan áspera en este mundo, que no la vença el coraçón”.

6. Alexandre dize: “Mejor es la muerte que la vil señoría”.

7. Enxemplo. De esta virtud se lee en las Historias romanas que un físico de Pirro, que era enemigo de los romanos, envió a dezir a los senadores de Roma que si le querían dar una grande suma de dineros, que él empoçoñaría a Pirro. E ellos le enviaron a dezir que no se delectavan en tan vil cosa e que ellos se querían vengar de sus enemigos con fuerça de armas e no con traición; e luego enviaron embaxadores a Pirro por avisarlo que se guardasse de su físico.

Capí[tulo] XXIX: de la vanagloria

1. Vanagloria es vicio contrario de la magnanimidad, e es tres maneras. La primera se dize propia vanagloria, e es quando las personas quieren mostrar todas sus grandezas por ser loadas más de lo que merecen, ca ser el hombre loado quanto le conviene, no es peccado ni vicio, según prueva Sancto Thomás. E de aquesta vanagloria dize Salomón que mejor es el buen nombre e la buena memoria que las grandes riquezas. La segunda es alabarse de alguna cosa con arrogancia. La tercera es querer mostrar lo que hombre no es e querer mostrar sus cosas ser mayores que las / de los otros; e ésta se llama ipocresía.

2. Enxemplo. Este vicio se puede comparar al pavón, que es todo lleno de vanagloria, e todo su deleite no es ál sino mirar sus plumas e fazer la rueda con la cola porque le alaben.

3. E léese de la vanagloria en la Suma de los vicios, que quando el hombre ha vencido todos los vicios, el postrero que le queda es la vanagloria.

4. Salomón dize: “Los que aman la vanagloria son siervos de tamborinos e juglares”. Otrosí dize: “Alábete la lengua de otro, mas no la tuya”.

5. Catón dize: “No seas vanaglorioso si quieres parecer bueno”.

6. [Platón dize: “Fruto de adelantarse es división”.]

7. Sant Isidoro dize: “La gallina, por un huevo, faze gran ruido e dase a sentir a la raposa”.

8. Séneca dize fablando del vicio de la ipocrisía: “Ninguno puede mostrar luengo tiempo lo que no es”.

9. Tulio dize: “Poco tiempo dura la fama que es falsa”.

10. Sant Agustín dize: “No judgues a otro por la fabla, mas por las obras, ca la mayor parte de las personas son vanas e llenas de palabras, mas por los fechos no podrás ser engañado”.

11. Del vicio de la vanagloria se lee en la Vida de los sanctos padres que un día se acompañó un ángel en forma humana con un hermitano, e yendo por el camino fallaron un cavallo muerto que fedía mucho; e entonces el hermitano atapose las narizes e el ángel no mostrava curarse de aquel fedor. E yendo más adelante, ellos [f ij] fallaron un garrido mancebo e muy arreado de muy ricos vestidos, e entonces el ángel començó de ataparse la nariz. E el hermitano maravillose mucho, e dixo: “¿Por qué te atapas las narizes por un tan hermoso mancebo e no te las atapaste por una bestia tan fediente que fallamos aquí poco antes?” E respuso el ángel: “Porque a Dios fiede más la vanagloria que todos los fedores nin corrupciones del mundo”. E dicho esto, súbitamente, le despareció el ángel; e entonces conoció el hermitano que aquél era ángel de Dios.

Capí[tulo] XXX: de la costancia

1. Costancia, que es firmeza o stabilidad, según dize Sant Isidoro, es una firmeza en su propósito, mas no deve ser el hombre tan firme que viniesse a ser tierco e tener tesón, ca según dize Sant Andrónico: “Dureza e pofía es no querer mudar su propósito por cosa del mundo”.

2. Enxemplo. Esta virtud se puede comparar a una ave llamada fénix, que vive trezientos e quinze años, e quando se vee envejecer por forma que la natura le fallece, él toma cierta leña odorífera bien seca e faze un nido, e entra dentro, e buelve el rostro hazia la spera del sol, e tanto bate las alas, que el / fuego se enciende en aquel nido por el calor del sol. E esta ave es tan constante, que por aquel fuego no se mueve, antes se dexa quemar, porque lo faze naturalmente, ca él se deve renovar. E dende a nueve días, sale de la ceniza de su cuerpo un gusanillo que vive e cresce poco a poco; e después, dende a trenta días, se torna ave como era de primero, de manera que no hay en el mundo sino uno.

3. E de esta constancia dize Tulio que ninguna cosa hay de tanta estima ni tan digna en los hombres, como la constancia.

4. Catón dize: “Sei costante según el caso requiere”.

5. Sant Isidoro dize que no es de alabar el que comiença, mas el que acaba.

6. Gregorio dize: “Muchos corren al palio, mas la sola perseverancia lo toma”.

7. Enxemplo. De aquesta virtud se lee en las Historias romanas que el rey Constantino havía ordenado ciertas leyes al pueblo, las quales le parecían muy duras de observar. E porque eran muy justas, dixo: “Yo quiero que juréis de guardar estas leyes fasta que buelva, e en este medio yo iré a fablar a nuestros dioses e rogarles he que nos atorguen licencia de mudarlas a nuestra voluntad”. E oído esto, el pueblo juró de observarlas; e entonces el rey se fue e no bolvió jamás porque non se quebrantassen las leyes, antes se observassen pera siempre. E quando vino a morir, mandó que su cuerpo fuesse quemado e fecho polvo, que lo echassen [f iij] al viento en la mar, porque el pueblo no creyesse jamás ser absuelto de aquel juramento que havían fecho; e fízose assí como él havía mandado.

Capí[tulo] XXXI: de la incostancia

1. Incostancia, que es vicio contrario a la virtud de constancia, según dize Priciano es no tener consigo firmeza alguna.

2. Salomón dize de la incostancia: “El hombre poco discreto cree qualquiere cosa, mas el hombre prudente guarda su alma”.

3. Salustio dize: “La incostancia es señal de locura”.

4. Aristótiles dize: “El que es incostante, todas sus cosas pone a la ventura”.

5. Bernico dize: “El que rige, a menudo recibe consejo”.

6. Enxemplo. Este vicio se puede comparar a las golondrinas, que siempre volan e jamás están firmes.

7. De aqueste vicio se lee en la Vida de los sanctos padres, que fue un ladrón que havía fecho todos los males del mundo, e fuese a confessar a un hermitano. E quando el hermitano vino a darle penitencia, el ladrón, a cada cosa, le dezía que no podía cumplir la penitentia, e que no podía ayunar, ni sabía f[a]zer oración, ni fazer otra penitencia. Entonces dixo el hermitano: “Faz a lo menos esto, que a qualquiere cruz que fallares, te arrodilles por amor de Nuestro Señor e le fagas reverencia”. E el ladrón le prometió de lo assí fazer / de buen grado e el hermitano entonce absolviolo de todos sus peccados. E partido el ladrón de la hermita, topáronlo unos enemigos suyos, e començó de fuir por escapar, e fuyendo, falló una cruz, e recordándose de la penitencia que el hermitano le havía dado, arrodillose por obedecer a su confessor; e estoviendo assí fincadas las rodillas, vinieron sus enemigos e matáronlo súbitamente. E estoviendo assí muerto, el hermitano vio un ángel que le recibió el alma e la levó a parahízo. Entonces el hermitano se començó a desdeñar e indignar gravemente, e enojarse, viendo que aquél que havía cometido tantos males, era levado assí a parahíso por un tan pequenyo bien como havía fecho; e assí començó de pensar de no fazer más penitencia dende adelante, mas darse plazer e solaz en este mundo, pues vehía que el parahíso se ganava tan ligeramente, e fuese de la hermita por bolver al mundo. Entonces el demonio tomó señoría sobre él e púsole un tropieço en medio del camino con que le embaraçó los pies de tal guisa, que lo fizo caher por una montaña abaxo, de manera que murió. E el demonio llevó su alma al infierno por su incostancia, porque no perseveró en el bien que havía començado.

Capí[tulo] XXXII: de la temperancia [f iiij]

1. Temperancia, según Tulio, es firme e segura señoría en refrenar la cobdicia del ánimo. E ésta puede ser en dos maneras: la primera es refrenar la codicia que nace e viene propiamente del ánimo; e ésta es propia temprança. La segunda es forçar la voluntad natural que viene por algún movimiento sensual, como aquéllos que naturalmente son inclinados a luxuria, o gula, o sobervia, o ira, o otros vicios, a los quales se mueven por inclinación natural o por mal costumbre; e ésta se llama suffrimiento. E ésta es mayor virtud que la temperancia, según dize Sancto Thomás.

2. Enxemplo. Puédese comparar esta virtud de temperancia a una bestia llamada camello, que naturalmente es el más luxurioso animal que sea en el mundo, tanto que irá tras una camella más de xxx leguas por haverla o por verla; e después, tiene tanto suffrimiento e temperancia, que si es su madre o su hermana, no la tocaría por cosa del mundo.

3. Tulio dize: “Si amas la temperancia, lança fuera de ti todos los deleites e refrena los vicios”.

4. Séneca dize: “No se puede haver mayor señoría ni menor, que la de hombre mismo”.

5. Ovidio dize: “Las cosas defendidas nos inclinan e ponen mayor gana de haverlas e de verlas que las que están en nuestra libertad”.

6. Tholomeo dize: “Contrasta a tus voluntades en mocedad, porque en / la vejez no te podrás apartar d'ellas”.

7. Sócrates dize: “Mayor cosa es vencer sus appetitos que a su enemigo”.

8. Platón dize: “El que non puede vencer a sí mismo, mucho menos vencerá a otro”. Esso mismo dize, que cinco temperancias plazen más que las otras: casto en mocedad, alegre en vejez, humilde en estado, paciente en las adversidades e soffrido en refrenar los appetitos.

9. De aquesta virtud se lee en las Historias romanas, que el rey Príamo, oyendo dezir a un philóso[f]o llamado Corrado: “El que no refrena su voluntad, no es hombre, mas con las bestias se puede acompañar”, el rey Príamo quiso provar si lo podría fazer turbar de alguna cosa, e envió por los que crehía que tenían peor lengua que hombres algunos de su reino e concertó que ellos le dixiessen lo peor que pudiessen a este philósofo. E el primero le dixo e preguntó: “¿De qué ciudad eres tú, Corrado?” E él respuso: “Mi ciudad tiene comienço e principio de mí, mas la tuya fenece en ti, de guisa que la mía se acrecienta por mí e la tuya diminuye por ti”. El segundo le dixo: “¡O, cómo tienes luzidos vestidos encima!” E él respuso: “Los hombres no se conoscen por los vestidos, mas por las obras”. El tercero le dixo: “Mira cómo fabla este traidor.” E él respuso: “Tú non tienes lengua e engáñaste mucho”. El quarto le dixo: “En hora buena sté este merdoso”. E él le respuso: “Grande tiempo ha / que tú aprendiste de dezir mal, e yo aprendí a no responder a tus locas palabras”. El quinto dixo: “Dexa star a esse loco. ¿Para qué fablas con él?” E entonces él calló. Dixo el rey Príamo: “¿Cómo no respondes tú, Conrado?” E él respuso al rey: “El callar es bella cosa e bella respuesta a tal pregunta, porque con el que dize e usa palabras descorteses, más deve obrar la virtud de las orejas que la de la lengua. Ni yo podría con mi lengua más denostar lo que ha fecho él mismo con la suya. E por cierto, assí como él es señor de su lengua, assí yo soy señor de mis orejas”. El seiseno dixo: “Di cómo tienes redondo el cabello”. E él respuso: “La virtud no está en los cabellos, mas en el coraçón”. El otro dixo: “Señor rey, guardadvos de Corrado, que es espía e adalid, e viene por escucha, ca yo lo vi estos días en la hueste de los griegos”. E él respuso: “Si fuesse verdad, tú no lo dirías”. El otro dixo: “Mira el ladrón cómo ralla e no ha vergüença”. E él respuso: “Si tú la temiesses, no fablarías assí”. Entonces, el rey Príamo, viendo su grande temprança, llamolo e fízolo assentar cabe sí, e preguntole cómo havía podido suffrir de oír tanta villanía e no turbarse. E respuso Corrado: “Porque yo soy señor de sus señores, e ellos son siervos de mis siervos, conviene saber, de los vicios, porque a qualquier que di / zen alguna villanía, deve pensar si es verdad o no; e si es verdad, non se deve enojar, porque el que faze el mal, deve suffrir con paciencia que le sea recitado e no turbarse de oírlo, pues no se turbó de fazerlo; e si es mentira lo que le imposan, non se deve curar d'ello, ca mayor ira ni perdón no se puede dar ni fazer a uno que diga alguna villanía, que mostrar de no curarse de sus palabras, porque el que la recibe, si se enoja, da ocasión que ge la digan otra vez”.

 

Capí[tulo] XXXIII: de la intemperança

1. [I]ntemperança, según dize Damasceno, es seguir todos sus appetitos según le proceden del pensamiento.

2. Enxemplo. Este vicio se puede comparar al olicornio, que es un animal que toma tanto plazer de estar con las donzellas virgines, que quando él vee alguna, luego se va a ella e se le duerme en los braços; e assí, vienen los monteros e tómanlo. E de otra manera no lo podrían tomar.

3. Platón dize: “No hay en el mundo peor vicio que la intemperancia, porque d'ella proceden todos los males”.

4. Varrón dize: “El que es voluntario e dado a los appetitos, no puede estar sin muchos vicios”.

5. Séneca dize: “A los que siguen los deleites e sus appetitos, ninguna riqueza les puede durar”.

6. Sócrates dize: “El / que sigue todos sus appetitos, conviene a la postre que sea pobre e luego vituperado”.

7. De aqueste vicio se reza en la Vida de los sanctos padres, que fue una mujer llamada Lacemina, la qual havía estado siempre la más honesta de aquella tierra. E haviendo oído muchas vezes entre las otras mugeres contar e razonar del deleite e plazer de la luxuria, pensó de provarlo, por ver si era tan grande deleite como ella hoía dezir. E envió por uno que la amava e durmió con ella muchas vezes. E fecha esta experiencia, ella començó a pensar la abominación e fedor de la luxuria, e su grande vergüença; e pensando que havía perdido su virginidad e que no podía en manera del mundo cobrarla, ella se entristeció tanto, que se ahorcó.

Capí[tulo] XXXIV: de la homildad

1. Humildad, según Orígenes, es refrenar la alteza del coraçón e de la voluntad vana. Empero, no se deve hombre tanto abaxar ni aviltar, que caya en vicio de delectación, porque Sant Andrónico dize que abaxarse más que no conviene, no es bien, ca es vicio.

2. E nota que esta virtud de humildad es en muchas maneras: la primera es en mostrarse de continuo menor que los otros; la segunda es jusmeterse con benignidad a qualquier que lo merece; la tercera es creer siempre fazer menos de / lo que puede; la quarta es creer no ser sufficiente en todas las cosas; la quinta es temer todas las cosas que son de temer.

3. E de la humildad descienden e proceden estas virtudes: la primera es fazer honra a todo hombre; la segunda es reverencia, conviene saber, catar honra al mayor de sí; la tercera es obediencia, conviene saber, obedecer a quien tiene poder de mandar; la quarta es agradecimiento, conviene saber, reconoscer e agradecer el servicio o plazer que se recibe e fazerles d'ello agradecimiento.

4. Puédese comparar la virtud de la humildad al cordero, que es el más humilde animal que sea en el mundo e suffre qualquiere cosa que le acahece sometiéndose a cada uno. E por esso es comparado en la Sagrada Scriptura al fijo de Dios, diziendo: “Agnus dei qui tollis”, etcétera.

5. Salomón dize de esta virtud, que si alguno te faze regidor de sus cosas, no te enxalces mucho, mas muéstrate tal hazia él que parezca señor de tus cosas.

6. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “No pidas las cosas más altas de ti ni busques las cosas más baxas de ti”. Otrosí dize: “Quanto serás mayor, tanto más te homilla a qualquiere cosa, e assí, en esta vida e en la otra delante de Dios, te fallarás más gracioso”.

7. Jesuchristo dize: “El que se homilla será enxalçado e el que se enxalça será homillado”.

8. Sant Pedro dize: / “Dios contrasta a los soberviosos e a los humildes da su gracia”.

9. Sant Jherónimo dize: “A la cumbre de la virtud llega hombre con la homildad”.

10. Aristótiles dize: “¿Quieres conoscer la gente? Dales señoría, ca el ruhin tornará sobervioso e el bueno se tornará más humilde que no era”.

11. Longino dize: “Assí como las aves angostan las alas quando quieren volar, assí conviene que se homille el que quiere venir a grande estado”.

12. Aristó[te]les dize: “Faz honra a qualquier, ca la honra es de quien la faze e no del que la recibe”.

13. Séneca dize: “No alabes a ninguno en su presencia”.

14. Sócrates dize: “Ninguna honra se pierde jamás, ca si aquél a quien la fazes, no te la faze, otro la fará a ti por él”.

15. Salomón dize fablando de la virtud de reverencia: “Homilla tu alma a Dios e la cabeça a grandes señores, e quando el pobre diere vozes, abaxa tu oído”.

16. Catón dize: “Da lugar al mayor de ti”.

17. Jesús, fijo de Sidrac[h], dize: “Fijo, con la homildad ganarás a Dios e buena gracia del mundo”.

18. Sant Isidoro dize: “No te eguales con tus mayores, ni desdenyes al pequenyo ni al grande”.

19. Salomón dize de la virtud de la obediencia: “La muger obediente señorea a su marido”.

20. Sant Isidoro dize que la virtud de la obediencia es escalera a toda virtud.

21. Sócrates dize: “El que quiere complazer a todo hombre, to / me el manto de la obediencia”.

22. Catón dize de la virtud del agradecimiento: “Quando un amigo pobre te da una pequeña dádiva, tómalo e recíbelo con plazer, e con ledo rostro, e alábalo mucho”. Otrosí dize que te deves recordar de loar en público el beneficio recebido.

23. Galieno dize: “El que fielmente sierve, es digno de grande galardón”.

24. Alexandre dize: “De noble coraçón procede el recordarse de los beneficios e servicios, e de olvidar las injurias”.

25. Enxemplo. Léese de la virtud de homildad en las Historias romanas, que quando los romanos enviavan algún caudillo a conquistar algún reino, e bolvía con victoria, los romanos le fazían tres honras e tres deshonras: el primero, que todo el pueblo romano lo salía a recebir con grande alegría quando tornava; lo segundo, que lo ponían sobre un carro triumphante, el qual levavan quatro cavallos blancos, e todo el pueblo le iva delante, e detrás, e enderredor, e levávanlo assí fasta la plaça de Campidolio; lo tercero era que a todos los presoneros levava atados detrás del carro. La primera deshonra que le fazían era que ponían sobre el carro un hombre de la más vil condición e más baxa que se podía fallar, e esto era por dar enxemplo e por dar a entender a todo hombre que / podía venir a aquella honra faziendo bien; la segunda deshonra que le fazían los romanos, era que aquel vil hombre le dava de bofetadas, diziéndole: “No te ensobervezcas, ca esta honra tan grande que te fazen, es porque tú eres assí hombre como yo, e yo como tú, e quiçá verné en semejante grado”; la postrera deshonra que le fazían, era que cada uno le podía dezir aquel día qualquiere deshonra, sin temor de alguna pena.

 

Capítulo XXXV: [de la sobervia]

1. Sobervia, que es vicio contrario de la homildad, según Aristótiles, es mostrarse sobre los otros. E esta sobervia es de muchas maneras, ca primeramente hay sobervia de altiveza, con[v]iene saber, quererse poner delante de qualquiere en cada lugar; e hay sobervia de señoría, conviene saber, querer señorear a todo hombre a solas; e hay sobervia de locura, conviene saber, de presumir de saber, de poder e de querer más que no es su virtud; e hay sobervia de desconoscerse, la qual consiste en querer más reputación que el hombre no merece, creyendo que le convenga; e hay otra sobervia de ingratitud, conviene saber, / de no fazer honra a otro, desechando a todos.

2. E de la sobervia nascen estos tres vicios: el primero es que no quieren catar honra a mayor de sí; el segundo es desobediencia en no querer obedecer a los que tienen la vara de la justicia sobre ellos; la tercera es desagradecimiento, que consiste en menospreciar qualquier servicio.

3. Enxemplo. Este vicio se puede comparar al falcón, que siempre quiere señorear las otras aves. E hase fallado falcón que ha presumido de matar águila, que es reina de las aves. E donde el falcón faze nido, discorre todos los passos de enderredor e no ý dexa praticar ave que viva de rapina, por ser a solas señor.

4. Salomón dize: “A tres species de gentes abhorrece Dios: al pobre sobervioso, al rico avariento e al viejo luxurioso”. Otrosí dize: “Entre los soberviosos siempre hay contienda”.

5. Sant Bernardo dize: “Mirad grande maravilla de los soberviosos, que no pueden vivir entre las personas en el mundo ni pueden volar al cielo con los ángeles, pues es necessario que stén baxo en las llamas del fuego con los demonios”.

6. Platón dize que el vicio de la sobervia corrompe las personas, e quanto es mayor la sobervia, menos la conoscen.

7. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “La sobervia es comienço de todo peccado”. Otrosí dize: “Las locuras e las guerras apoqueçen los bienes temporales [g j] e la sobervia desfaze las casas muy ricas”.

8. E es grandíssimo peccado por tres razones: la primera, porque fue el mayor peccado; la segunda, porque no hay cosa que tanto desplega a Dios como la sobervia; la tercera, que es rahíz e d'ella nascen todos los peccados. E nota que hay gran differencia entre sobervia e vanagloria, porque sobervia es creer en su coraçón que vale hombre más que todos los otros, e vanagloria es mostrar el valer de fuera.

9. Job dize: “Si la sobervia anduviesse sobre las nubes e llegasse al cielo, a la postre tornaría nublo”.

10. Sant Isidoro dize: “Assí como la sobervia es rahíz e simiente de todos los vicios, assí la homildad es reina de todas las virtudes; el vicio de la intemperancia es señal de sobervia.”

11. Juvenal dize: “No se deve acompañar con los amigos el que no tiene reverencia ni amor consigo”.

12. Sant Agostín dize que más es de temer la desobediencia que la muerte.

13. Sant Bernardo dize: “Todas las creaturas del mundo han sido criadas para obedecer a Dios, conviene a saber, el hombre e la mujer e el demonio”.

14. Salomón dize: “El que no obedece al padre e a la madre, será diffamado e maldito de Dios”.

15. Séneca dize: “Quitar el servicio a los otros es vender su libertad”. Otrosí dize: “No hay entre los vicios mayor, que ser desagradecido”.

16. Sócrates dize: “No multiplicarán jamás los bienes del que no conosce el beneficio recebido”.

17. Salomón dize: / “No hay cosa que más conserve el amor entre las personas, que tornar e remunerar los beneficios e recordarse d'ellos”. Otrosí dize: “Al que torna e riende mal por bien, no se partirá jamás el mal de su casa”.

18. Platón dize: “El que faze el beneficio, merece perderlo faziéndose rogar, mayormente quando se faze con el rostro triste o murmurando e usando crueles palabras, e quando lo ha fecho, repentirse o retraher el plazer”.

19. Del vicio de la sobervia se lee en el Testamento Viejo que, haviendo fecho Dios el más bello e el más fermoso ángel del cielo, él se ensoberveció tanto, que pensó de egualarse con Dios. E viendo esto Nuestro Señor Dios, envió a Sant Miguel Archángel e fízolo echar del cielo con todos sus sequaces, la qual sobervia fue principio de todo mal.

 

Capí[tulo] XXXVI: de [la] abstinencia

1. Abstinencia es una virtud por la qual se costriñe la gula.

2. Enxemplo. Esta virtud se puede comparar al asno salvaje, el qual no bevría jamás agua sino que fuesse clara. E si va al río o a la fuente, e vee que el agua está turbia, él estará dos o tres días sin bever, sperando que se aclarezca.

3. E en la Suma de los vicios se lee que, porque las personas fuessen abstinentes de la gula, Dios nos fizo más pequeña la boca que a animal del mundo.

4. Salomón dize: “Al que es abstinente, la vida le será acrescentada e vivirá [g ij] luengo tiempo”.

5. El tal Sant Basilio dize: “Assí como al cavallo le ponen el freno, assí conviene al hombre refrenar la voluntad de la gula con la abstinencia”.

6. Varrón dize: “La abstinencia es guía e guarda de todas las virtudes”.

7. De la virtud de abstinencia se lee en las Historias romanas que, cavalgando Alexandre emperador por el desierto de Babilonia, falleciole la provisión, e no fallando cosa que pudiesse comer e hoviéndose muerto muchos de fambre, un cavallero suyo falló dos colmenas de miel con las abejas dentro; e este cavallero las tomó e presentolas al emperador ante que comiesse. E quando el emperador las tuvo delante, echolas en un río que le estava cerca, e dixo: “No quiera Dios que yo viva ni muera sin los que están comigo”. E muchos de los que stavan con él se echaron en el río por tomar alguna parte de aquel panar de miel para comer, e muchos se affogaron por no poderse sostener por la flaqueza de la fambre. E después, passando un poco más adelante, fallaron una habitación en la qual él e toda su compaña, fallaron todo lo que havían menester para comer e bever.

Capí[tulo] XXXVII: de la gula

1. Gula es vicio contrario de la abstinencia, según dize Tulio, e es una voluntad desordenada en comer e bever.

2. Enxemplo. E puédese comparar el vicio / de la gula al buitre, que es una ave tan gulosa, que iría veinte leguas por comer de una bestia podrida. E por esso se dize en las huestes de la gente de armas, que quando estas aves se muestran, es señal de guerra.

3. Del vicio de la gula se lee en la Suma de los vicios que todos los males proceden de la gula, porque quita la memoria, e destruye el seso, e consume el entendimiento, e corrompe la sangre, ciega los ojos, aflaquece el spíritu, emborracha la lengua, trahe luxuria, gasta e faze adolecer el cuerpo, apoquece la vida; e todas las dolencias del cuerpo e del alma proceden d'ella.

4. Salomón dize: “El que ama los manjares es dicho glotón e goliardo, e siempre stará en pobreza e miseria; e el que ama el vino, jamás será rico”. Otrosí dize: “El vino e las mujeres fazen errar a los savios”.

5. Otrosí dize el refrán: “No mires con dulces ojos al jarro del vino, ca sábete que muerde más que sierpe”.

6. Sant Isidoro dize: “En vano trabaja contra los otros vicios el que primero no refrena la gula, porque donde está el vicio de la gula, ella señorea la luxuria e muchos otros vicios”.

7. Aristóteles dize: “Bestias son los que siguen la voluntad de la gula”.

8. Del vicio de la gula se lee en el Testamento Viejo que, quando Dios hovo formado a Adam e Eva, Él los puso en el parahíso terrenal de los deleites e dioles libre alvedrío que comiessen de qualquiere [g iij] cosa que quisiessen, salvo del fruto de aquel árbol que estava en medio del parahíso. E luego que se apartó d'ellos Nuestro Señor, vino súbitamente el demonio a Eva, e tentola tanto, que le fizo comer de la fruta de aquel árbol defendido. E considerando ella que havía fecho mal en traspassar el mandamiento de Dios, pensó de tener algún compañero en su pecado, e fizo tanto, que inclinó e traxo a Adam a que comiesse d'él, por el qual peccado todos nosotros morimos. De donde es de creer que el primer mandamiento que Dios fizo es el de la abstinencia, contra el qual es el vicio de la gula, que es uno de los mayores vicios del mundo por los males que d'él se siguen.

Capí[tulo] XXXVIII: de la castidad

1. Castidad, según Aristóteles, es una virtud por la qual razonablemente se refrena el aguijón de la carne.

2. Enxemplo. Esta virtud se puede comparar a la tórtola, que no faze jamás maldad ni traición a su compañía, e si muere el uno d'ellos, el masclo o la fembra, el que queda guarda siempre castidad, e jamás después se acompanya con las otras aves, e siempre faze dende adelante su vida solitaria e no se assienta jamás en árbol verde.

3. Sant Hierónimo dize que la castidad ligeramente se pierde a los que no refrenan la lengua, / el coraçón, los ojos.

4. En la Suma de los vicios se lee que el que quiere haver perfectamente la virtud de castidad se deve guardar de seis cosas. La primera es guardarse de comer e bever demasiado, ca en la Vida de los sanctos padres se lee que assí como es impossible tener la llama del fuego quando está en la paja, assí es imposible refrenar el ardiente voluntad de la luxuria quando el cuerpo está bien lleno; la segunda es guardarse de la ociosidad, e por esso dize Ovidio: “Esquiva la oci[o]sidad e remediarás a la luxuria”; la tercera es guardarse de conversar con mujer. Sant Bernardo dize que conversar el hombre e la mujer, e no peccar, es mayor cosa que resuscitar muertos; la quarta es guardarse de los rufianes e personas que vivan de luxuria, e por esso dixo Sant Greogorio: “No hay vicio que tan vilmente corrompa la carne, como la luxuria”. Esto prueva Jesuchristo en su Evangelio en aquella figura de los tres convidados, que el uno fue a mercar una alquería, e el otro fue a provar un yugo de bueyes, e el otro casose, e todos los otros se excusaron, salvo el postrero, por lo qual dio a entender que más lo detenía e corrompía la luxuria, que los otros vicios, e esto porque es vicio natural, e por esso es menester haver d'él mayor cuidado que de los otros; la quinta es no conversar ni estar en donde se fable de lu [g iiij] xuria o se obre, e por esso dize Sant Silvestro que el vicio de la luxuria es de natura de simia, que quiere fazer lo que vee fazer a otros; la sexta es guardarse del oír, cantar, sonar e bailar. Pitágoras dize: “Las yerbas verdes salen e nascen cabe las aguas”.

5. De la virtud de castidad se lee en la Vida de los sanctos padres, que fue un cavallero, señor de muchas villas, el qual se enamoró de una monja de su tierra a la qual él havía fecho requerir de amores muchas vezes. E ella defendíase d'él continuamente. E el dicho señor púsose un día con gran furia, monstrando gana de bolver al monesterio, e fue allá e sacó por fuerça la monja del monesterio. E levándola a su casa e viendo la pobre señora que el llorar le valía poco, pidiole de gracia que le dixiesse por qué fazía su señoría más a ella que a las otras aquel ultraje e fuerça. El cavallero le respuso: “Por causa de vuestros ojos, que son tan graciosos”. La monja, considerando que sus ojos le davan ocasión de perder esta noble virtud de castidad, deliberó de contentarlo, e púsose de rodillas e rogole diziendo: “Señor, por el amor de Dios e mío vos supplico, pues soy cierta de vuestro desseo e tengo muy gran desseo por vuestro m[e]recer de contentar vuestra voluntad, sea merecedora que recabe de vuestra nobleza que me dexe ir primero fasta mi celda, en presencia vuestra, por algunas cosas que he menester para'l servicio de vuestra señoría, e luego de buel / ta, estaré aparejada para serviros e iré adonde vuestra merced mandare”. E el señor la dexó ir. E luego, la magnífica monja tomó un cuchillo e sacose los ojos, e fizo llamar al señor, e díxole: “Pues vos estáis tan enamorado de mis ojos, védeslos ahí, tomadlos e levádoslos e fartadvos d'ellos a vuestro plazer”. E el senyor, viendo esto, fuese muy espantado e triste. E la monja salvó su virginidad, queriendo ante perder los ojos que su alma. Como dize Nuestro Señor en su Evangelio: “Si tu ojo te scandalizare, sácatele”.

Capí[tulo] XXXIX: de la luxuria

1. Luxuria es vicio contrario a la castidad, según se lee en la Suma de los vicios, e es en quatro maneras: la primera es en vestirse e bañarse e tocarse; la segunda es en fornicio, conviene saber, quando el varón suelto con la suelta se ayunta carnalmente; la tercera es adulterio, conviene saber, quando el uno o ambos son casados; la quarta es incesto, que es quando son parientes, o sacrilegio, que es con religiosos o por el contrario o en el iglesia. Hay otra specie, que no es de nombrar, que se dize contra natura.

2. E de aquestos vicios Sant Hierónimo dize que pocas vezes en los ricos se guarda castidad.

3. Sant Gregorio dize: “La luxuria consuma el cuerpo, ensuzia el alma, / quita la virginidad, roba la fama, offende las personas e turba a Dios”.

4. Del vicio de luxuria procede la mísera servidumbre.

5. Tulio dize: “El que es siervo de luxuria, no puede señorear a otro, porque el que la usa, es más esclavo que el comprado”.

6. Enxemplo. Este vicio se puede comparar a un animal que se llama talarita, que es uno de los más luxuriosos animales que haya en el mundo, tanto que por su desordenada voluntad que tiene de aqueste vicio, no usa modo alguno que sea natural como fazen los otros animales, porque macho con macho e fembra con fembra se ayuntan assí como se fallan.

7. E de aqueste vicio dize Sant Isidoro. “Si los luxuriosos fuessen piedras como eran en el tiempo antiguo, las piedras fallecerían”.

8. Oracio dize: “Las cosas prósperas acarrean luxuria e las adversas la consumen”.

9. Ovidio dize: “No te muevas por lágrimas o llanto de mujer, porque todo quanto faze es por engañar los hombres, e muestran de llorar a sus ojos quando quieren”.

10. Séneca dize: “Al que piensa el fin de la luxuria, le desplaze el principio”.

11. Salomón dize: “Ninguno puede esconder el fuego sino que quemasse los vestidos, ni andar sobre el fuego sin quemarse los pies; assí no puede estar el hombre con las mujeres sin pecar con ellas”. Otrosí dize: “La luxuria de las personas se conosce en el mirar e acatar de los ojos, e en la risa”. / Otrosí dize: “Pon guarda a la mujer luxuriosa e valdrale poco”. Item dize que quatro cosas hay que no se fartan jamás: la primera es el infierno; la segunda, la tierra, que jamás se farta de agua; la tercera, el fuego, que nunca dize arto hay; la quarta es el vaso natural de las mujeres, que nunca dize abasta”. Más dize: “Tres cosas son trabajosas de conoscer, e la quarta, en ninguna manera la entiendo: la carrera del águila en el aire, el camino de la culebra sobre la piedra aguija, e la carrera de la nave en el agua, e la carrera del mancebo en su mocedad, e assimismo es muy dudosa e incierta la carrera de la fembra luxuriosa”.

12. Sant Pablo dize: “Todos los deleites del mundo puso Dios en la luxuria”.

13. Aristóteles dize: “Ten por cierto que la luxuria es destructión del cuerpo, e apoquecimiento de la vida, e corruptión de la virtud, e torna al hombre como si fuesse mujer”.

14. Ovidio dize: “El mancebo luxurioso peca, mas el viejo torna loco”.

15. Salomón dize e fabla de la servidumbre e subjectión: “¿Quieres tú ser grande e haver señoría sobre la gente? No des señoría a fijo, ni a mujer, ni a ermano, ni a amigo sobre tus bienes e cosas, ca mejor es que todos vengan a tu merced, que si tú viniesses a las suyas”. Otrosí dize: “El que manlieva e toma dineros prestados de otro, es siervo del que ge los presta”.

16. La Ley dize que la servidumbre es / semejante a la muerte.

17. Isopo dize: “El que tiene lo que le cumple, contentarse deve. E el que puede ser suyo, no sea de otro”. Otrosí dize que la libertad no sería bien vendida por todo el oro del mundo.

18. Sócrates dize: “El que es de otro, conviene que sigua la voluntad e querer de aquél”.

19. Del vicio de la luxuria se lee en las Historias romanas, que el emperador Theodosio tenía un fijo masclo, del qual dezían los phísicos que si él vehía el aire fasta catorze años, él perdería la vista. E oyendo esto el emperador, fízole súbitamente cerrar una cámara que estava en una torre, e estuvo allí fasta aquel tiempo, que no vehía jamás sino los que lo servían. E sacado fuera, el emperador fízole mostrar la sancta fe cathólica de Nuestro Señor Jesuchristo, diziéndole qué cosa era el parahíso e el infierno, allá donde los diablos levavan las almas que fazían mal en este mundo; e después fízole mostrar, por orden, los hombres, e las mujeres, e los cavallos, e los canes, e las aves, e todas las otras cosas, porque él hoviesse conocimiento de toda cosa. E viendo el mancebo estas cosas, començó a demandar los nombres, e propiedades e condiciones de las cosas susodichas; e quando vino a preguntar de las mujeres, uno le respuso que havían nombre diablos, que lievan las almas al infierno. E fecho esto, el emperador preguntó a su fijo qué es lo que le havía más plazido de todas quantas cosas havía visto, e el / niño le respuso que los demonios que levavan las almas al infierno le contentavan más que todas las otras cosas del mundo, no ignorando qué gloria fuesse parahíso e qué pena infierno, por quanto él era bien adoctrinado e instruido para que dixiesse esto. E el emperador quiso saber de su fijo qué tales eran los demonios, e el niño mostró con el dedo una donzella de la corte del emperador, e dixo: “Aquéllos me han mostrado que son los diablos que lievan las almas al infierno”.

 

Capí[tulo] XL: de la temperancia

1. Temperancia, según dize Andrónico, es querer haver medida e comedimiento en todas las cosas, levando las cosas grandes e pequeñas honestamente.

2. E esta temperancia se alcança por medio de dos virtudes, conviene saber, vergüença e honestidad. Vergüença es temer e haver miedo e empacho de fazer cosa alguna fea; honestad, según dize Macrobio, es fazer cosas honrosas e buenas.

3. E tal es la virtud de la temperancia como el naucher que rige la nave, ca assí faze la temperança, que guía e adiestra todas las otras vi[rt]udes, como el naucher e patrón que está en la popa de la nave para mandar e ordenar el exercicio de la nave; e la vergüença es como el timón, que guarda la nave e la aparta que no toque en alguna roca o penya o en alguna otra parte peligrosa; assí la vergüença g[o]vierna la virtud / de la temperancia e modestia, e no la dexa ir a cosa deshonesta e suzia. La honestidad es como los pilotos, que guían la nave por la vía recta; assí la honestidad guía e rige e lieva la modestia e temperancia en todas las cosas honestas e honorables.

4. E de la virtud de la modestia nasce e procede la cortesía, la qual, según Prisciano, consiste en solas tres cosas: la primera es en ser del todo leal e liberal; la segunda es en tener buenos costumbres; la tercera es en ser cortés en fablar.

5. De la cortesía desciende e procede la gentileza, que es, según Alexandre, buenos costumbres e virtuosos, e antigua riqueza.

6. Enxemplo. Esta virtud se puede comparar al erminyo, que es un animal tan cortés, tan comedido e gentil como sea en el mundo, de manera que por la su grande temperancia e natural gentileza, no come jamás sino una vez al día, e no comería ratones o cosa alguna que fuesse suzia; e mientre llueve, no saldría de su casa e cueva por no se ensuziar de lodo, e esto faze por su gentileza; e jamás habita ni mora en lugares humidos. E quando los caçadores lo quieren tomar, ellos cercan de lodo toda su cueva, e quando el ermiño sale de fuera, los caçadores atapan la boca del cado, porque no se pueda tornar allá. E quando vee los caçadores, él fuye, e quando llega al lodo, él se dexa antes tomar que se quería ensuziar. Tanto / es gentil.

7. Andrónico dize: “En todas las cosas hay menester mesura e sin ella no tura cosa alguna”.

8. Varrón dize: “Assí como todas las cosas mesuradas turan, assí todas las cosas sin temperancia pierden la virtud. E assí como el cavallo se retiene con el freno, assí todos los vicios se refrenan con la temperancia”.

9. El Decreto dize que el que mucho se rasca, saca sangre.

10. Juvenal dize: “De todas las cosas, el medio es lo mejor”.

11. Galieno dize: “Todas las cosas se gastan por lo mucho e por lo poco”.

12. Séneca dize: “El que mucho corre, las más vezes entropieça e cahe”. Otrosí dize que las cosas mesuradas turan mucho.

13. Aristóteles dize: “Qualquiere cosa demasiada, torna en vastío, e qualquiere cosa superflua, rompe el cuerpo”.

14. Galfredo dize: “Poca fiel faze amargar mucha miel”. Assí, un poco de vicio gasta muchas virtudes.

15. Platón dize: “No hay cosa mala a quien usa d'ella con medida.”

16. Avicenna dize: “El que quiere que todas las cosas le sepan e parezcan buenas, úselas a tarde”.

17. Séneca dize de la vergüença que ninguna cosa puede ser buena ni bella ni honesta ni derecha, sin vergüença.

18. Salomón dize: “En donde está la vergüença, es la fe, e por el contrario”. Otrosí dize: “Buen señal es tener vergüença en mocedad e por el contrario”.

19. Sant Isidoro dize: “Lieva siempre la vergüença delante del rostro”.

20. Cassiodoro dize: “El que no tiene vergüença, será sepultado vivo”.

21. Platón di / ze: “Mejor es la muerte, que ser desvergonçado, ca no puede tener el hombre peor vicio”.

22. Salomón dize que el que tiene vergüença, no puede ser vituperado, ni el homilde abhorrecido, ni el libre puede vivir mal.

23. Platón dize de la virtud de honestad que, al que no es honesto, no lo cale entremeter de otra virtud alguna.

24. Sócrates dize: “La honestidad encubre el adulterio”.

25. Andrónico dize: “La honestidad da regla que se deve guardar en las otras cosas”.

26. Alberto dize que qualquier que dessea ser honesto en fablar, deve tomar enxemplo del gallo, que siempre, ante que cante, bate las alas tres vezes. Por ende, qualquier deve guardar en su fabla tres cosas principales.

27. Primeramente, que si está sañoso, no deve fablar, porque la ira empacha e turba el pensamiento, que no puede discernir la verdad. Por esso dize Sant Agustín: “Assí como el vino emborracha las personas, assí la superflua voluntad el entendimiento”. Otrosí deve pensar si es bien lo que quiere dezir. Por esso dize Tulio, que ante que el hombre fable, deve pensar muchas vezes lo que quiere dezir, e assí pocas vezes errará.

28. La segunda es pensar e guardar con quién quiere fablar. Tholomeo dize: “Ante que fables, faz que conoscas las condiciones e costumbres de las personas con quien quieres fablar, porque con varones e nobles cavalleros e señores, deve el hombre fablar de cosas altas, con / viene saber, de señorías, de honras, de lealtad, e de seso, e de prudencia e fazañas, de cavallos, de falcones, de canes e de qualquiere otra cosa de plazer; e con mujeres deve hombre fablar de cortesías, de mancebos, de vestidos e de arreos; e con las donzellas deve el hombre fablar de amores, e de alegría, e de caça, e de armas, e de honestidad e castidad, de temperancia e de sanctidad; e con los populares deve el hombre fablar de aquellas cosas que según sus artes han menester; e con los labradores deve hombre fablar de lavrar e sembrar, e de ganado, e de semejantes cosas necessarias para aquella arte; e con los locos deve el hombre fablar locuras, empero, que no diga hombre otras cosas sino las que son al propósito de su locura; e con las personas affligidas e atribuladas deve hombre fablar de paciencia, de misericordia e de temperancia. E assí deve el hombre, según la condición de la gente, fablar de cosas que les sean plazer”.

29. La tercera es mirar lo que el hombre quiere dezir, si le conviene o no, porque gran locura es dezir lo que no le conviene; e si le conviene, entonces la puede dezir, guardándose de quinze cosas principales.

30. La primera es de fablar demasiado. Salomón dize: “El hombre que no guarda su lengua, es como el cavallo desenfrenado, e como la casa que no tiene techo, e como la nave sin naucher e la viña sin cepas”. Otrosí dize: “Por el peccado de la lengua todos los ma [h j] les se acuestan”. Ahún dixo: “El ánimo del loco consiste solamente en la lengua, e la lengua del savio está en el coraçón”.

31. Dize David: “El hombre escarnecedor no será amado en el mundo”.

32. Sócrates dize: “Al que por sí mismo no calla, otro lo fará callar, e mucho menos ne será estimado”.

33. Aristóteles dize: “El que calla, conosce las palabras de los otros, e el que mucho fabla, faze conoscer las suyas”.

34. Salomón dize: “Adonde hay muchos savios, hay muchas vanidades e palabras maravillosas”. Otrosí dize: “No sea tu coraçón muy aquexado a dezir la palabra, ca los locos siguen muchos pensamientos e fállanse en su materia”. Otrosí dize: “Sean tus palabras pocas e no des tu coraçón a todas las palabras que oyes, mas fazte sordo e no pares mientes a todas”. Otrosí dize: “Fabla pocas palabras si quieres complazer a muchos”. Ahún dize: “El que no sabe bien callar, dize que no sabrá jamás bien fablar”. Otrosí dize: “Muchos pecan fablando, mas ninguno callando”. Otrosí dize: “Sey más prompto a oír que a fablar”.

35. Catón dize: “Jamás dañó a ninguno el callar, empero sí muchas vezes el mucho fablar”. Otrosí dize: “Si quieres ser comedido e cortés, no gargantees mucho; e si tienes entendimiento, responde al interrogado con brevedad. En otra manera, ponte la mano a la boca porque no seas reprehendido en la prolixidad”.

36. Sant Grego / rio dize que muchas palabras abundan en la boca de los locos, mas el savio usa de pocas.

37. Platón dize que savio es el que fabla quando deve, e sapientíssimo el que sirve e complaze a cada uno en su fablar”.

38. Santiago dize que la natura del hombre amansa e doma la natura de las bestias, e de las aves, e sirpientes, e de todos los otros animales. Pues, por consiguiente, mejor puede refrenar su lengua.

39. El segundo vicio es guardarse de contender con otro. Salomón e Catón dizen que el fablar es dado a muchos, mas el fablar con seso, a pocos. Otrosí dize: “Déxate vencer en las palabras a tu amigo, ahunque tú puedas vencerle”. Otrosí dize: “El que descubre el secreto de su coraçón, pierde la fe e jamás fallará amigo a su voluntad”.

40. Séneca dize: “Lo que quieres, sea secreto e no lo manifiestes a otro, ca assí como a ti mismo no lo has podido celar, ¿cómo puedes creer que otro lo tenga secreto?”

41. Tulio dize: “Encierra tu secreto en la presión de tu coraçón, porque no te tenga otro atado en su presión”.

42. Salomón dize: “El que tiene encubierto el vicio de su amigo, confirma el amistad, e el que lo descubre, la pierde”.

43. Longino dize: “El que por alguna amistad descubre la voluntad de otro, no fallará hombre que en él se fíe”. Por ende se dize: “Ten sepultado en tu coraçón lo que te dize otro confiando de ti, ca no puede ser mayor trahición que descubrir el secreto que [h ij] otro te ha encomendado”.

44. El tercero vicio es dezir palabras contrarias unas de otras. Varrón dize: “El que será contrario a sí mismo, fallará muchos contrastadores”.

45. Platón dize que es señal de cabeça vana el que se contradize fablando.

46. El quarto vicio es guardarse de dezir palabras vanas desaprovechadas, ociosas e locas. San Sixto dize: “No sea tu palabra vana, mas sea siempre en aconsejar o en adoctrinar e castigar”.

47. El quinto vicio es ser de dos lenguas, conviene saber, dezir una buena palabra delante e otra contraria detrás, o dezir una cosa a uno e el contrario a otro. Sócrates dize: “No hay animal que tenga dos lenguas salvo el hombre”.

48. Terencio dize: “La malicia del que tiene dos lenguas no se puede esconder mucho tiempo”.

49. El sexto vicio es ser sembrador de mal. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “Atapad vuestras orejas con spinas, si otro no podéis haver, ante que oyáis la lengua mintrosa e que siembra discordias, e assí, los tales sembradores de scándalos, serán confusos”. De los quales dize Tulio: “Todos los males vienen por los reportes de las malas gentes”.

50. El seteno vicio es jurar sin gran occasión. Sant Isidoro dize: “El que usara dobles palabras no podrá engañar a Nuestro Señor, ca él todo lo sabe”.

51. Salomón dize: “El que jura, será enchido de iniquidad”. E todos los sanctos concuerdan que de la casa de aquél no saldrá jamás la llaga.

52. El ocheno vicio es menazar a otro. Valerio dize: “El que menaza se faze tener por más / loco de lo que es”.

53. Isopo dize: “Muchas vezes los que menazan fazen menos que otros”.

54. El noveno vicio es maldezir a otro. El savio dize: “Ante que se encienda el fuego, sale el fumo, e ante que la sangre se derrame, se oyen las maldiciones e las menazas”.

55. El dezeno vicio es usar ásperas e crudas palabras. Salomón dize: “Las palabras bien compuestas parecen miel”. Otrosí dize: “La palabra dulce rasga la saña, mas la dura e áspera accrescienta la furia”.

56. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “El dulce fablar multiplica los amigos e amansa los enemigos”. Otrosí dize: “La cíthola e el psalterio fazen el son asaz suave, mas sobre todo es suavíssimo el son de la boca”.

57. El onzeno vicio es dezir alguna fea palabra. San Paulo dize: “Las palabras viles corrompen e estragan los buenos costumbres”.

58. Homero dize: “La lengua muestra lo que está escondido en el coraçón”.

59. El dozeno vicio es dezir villanías a otro. Salomón dize: “El que locamente descubre los vicios ajenos, oirá los suyos más presto de lo que querrá”.

60. Aristótiles dize que hay muchos que tienen una biga en su ojo e dizen a otros que se quiten la buscaja del suyo.

61. El trezeno vicio es sacar burla de los otros. Salomón dize: “A los burladores, Dios los burla e a los mansos da Nuestro Señor Dios su gracia”.

62. Catón dize: “No fagas burla de palabra o de obra a [h iij] otro, porque no te reprendan de cosa semejante, ca suzia cosa es quando al castigador su misma culpa le reprende”. Otrosí dize: “No te saques burla de otro, ca no hay hombre en el mundo que no tenga algún vicio”. Otrosí dize: “No te saques burla de tu amigo, ca él se ensañará e se enojará antes e más que el estraño”.

63. Salustio dize que los escarnecedores son como la simia, que se burla de todos e todos d'ella.

64. El quatorzeno es fablar muy escuro, como fazen los motejadores. Sant Isidoro dize: “Mejor es estar como mudo que dezir cosas que no se entiendan”.

65. Sidrach dize: “El que fabla escuro quiere mostrar ser más savio de lo que es, e por ende, el hombre deve guardarse de ocasión de mal fablar e escuramente, guardando siempre el tiempo e el lugar e la manera”.

66. Platón dize: “Lo que tú dizes sin ocasión, poco vale e es reputado a locura”.

67. El quinzeno e postrero vicio es no saberse disponer por orden a lo que hombre quiere dezir. Por ende, primero deve el hombre ordenar e disponer bien su persona, conviene saber, que su rostro esté siempre derecho, e que sus beços no se toquen, e que no tenga siempre firmes los ojos contra aquél a quien fabla, ni muy inclinados e puestos en tierra, mas con alguna manera que tenga mesura según conviene e que sea la más conforme que pueda ser a las palabras que dize, e que no mueva la cabeça, ni las spal / das, ni las manos, ni los pies, ni otra parte alguna de su persona, e guardarse de scupir e de sonarse las narizes quanto pueda. Otrosí deve el hombre bien disponer e ordenar su lengua, que no se enborrache e sea libre, e no fazer en la fabla grandes pausas de una palabra a otra, e no fablar muy aprissa, e no redublar las palabras. Después deve el hombre disponer su voz, porque las cosas de grande importancia dévense fablar con voz alta, empero, no a gritos, e las cosas pequeñas dévense fablar con la voz más baxa; la gracia e la misericordia con voz humilde se deve demandar, mas el castigar a otro se deve fazer con alguna manera alçando la voz; las nuevas e cosas de plazer se deven contar con llena cara e alegre rostro, e siempre, según la qualidad de las personas, se deven dezir con la voz baxa o alçada si fablamos con sordos.

68. Después, a la fin, el hombre deve por orden disponer lo que quiere dezir, porque qualquier razonam[ie]nto se deve partir en seis partes: la primera parte, que es guía de todas las virtudes, consiste en el mirar. Sant Agustín dize: “La honestidad de las personas consiste en el acatar de los ojos”.

69. Platón dize de la virtud de la cortesía: “Assí como el agua amata el fuego, assí la cortesía amata los defectos de las personas”.

70. Homero dize: “El que quiere escapar de los defectos d'este mundo, acompáñe / se con la cortesía”.

71. Sócrates dize: “No hay cosa en las personas tan amada como la cortesía”.

72. Salustio dize: “La yerba encubre la suzidad de la tierra e la cortesía encubre los vicios de las personas”.

73. Platón dize de la gentileza lo semejante, que no es ál salvo virtud e buena qualidad e condición.

74. Séneca dize: “La virtud sola faze las personas gentiles”.

75. Sócrates dize: “La nobleza de las personas consiste en el ánimo valiente”. Otrosí dize que la gentileza forçada es como el spejo, que muestra de fuera lo que no está dentro.

76. Aristóteles dize: “La verdadera gentileza es como el sol, que está sobre el lodo e no se ensuzia”.

77. De la gentileza no sende ha salvo el nombre. Señal de gentileza es ser liberal, e reconoscer e remunerar los servicios, e ser valiente contra los vicios, e tener vergüença e honra, haver misericordia de otro, ser manso e tener el coraçon valiente e neto de vic[i]os.

78. Enxemplo. Léese de la virtud de la temperança en la Biblia, que en el principio Dios fizo el cielo e la tierra, e después ordenó todas las otras cosas, e dividió el día de la noche; e esto fizo de la mañana a la noche en un día. El segundo día dividió e apartó el cielo de las aguas, e partiolas por la tierra. El tercero ordenó la mar, en donde se ayuntan todas las aguas, e que la tierra produziesse los árboles e toda natura de simiente. El quarto fizo el sol, para que alumbras / se el día, e la luna e las strellas para que alumbrassen la noche. El quinto fizo todos los animales e las aves del mundo. El sexto formó a Adam de tierra a su semejança; después formó a Eva de una costilla de Adam, la qual le sacó durmiendo del costado, e después le dixo: “Cresced, e multiplicad, e enchid la tierra, e señoread las aves del aire e los pescados de la mar e todos los animales que están sobre la tierra”. El seteno día reposó e cessó de las obras que havía fecho.

 

[Capítulo XLI: Si tú vas por embaxador]

1. Si tú vas por embaxador a alguna parte, tu embaxada se deve partir en seis partes: la primera es declarar a aquél a quien es enviada la embaxada de parte del que la envía; la segunda es encomendar la persona que es enviada por embaxador; la tercera es explicar la embaxada; la quarta es rogar e inclinar al que es enviada la embaxada con alguna gentil manera de fablar, por haver lo que se contiene en la embaxada; la quinta es traher algún enxemplo que satisfaga al propósito de la embaxada; la sexta es concluir sus razones, allegando razones sufficientes por las quales se deve fazer lo que se demanda.

2. Si quieres enviar cartas a alguna parte, la carta se deve partir en quatro partes: la primera es la salutación; la segunda es el exordio e prohemio; la tercera es traher algún enxemplo en la / narración de lo que scrives; la quarta es concluir la salutación e nuevas e otras razones que se acostumbran en las letras. E no seas muy prolixo de palabras, ca todas las cosas breves plazen a los modernos, según dize Tulio, e en pocas palabras se contiene mucho bien. Juvenal dize: “La breve palabra traspassa el cielo”. Deo gracias.

NOTAS

Las notas siguen la ordenación en capítulos y párrafos empleada en el texto. Los números romanos hacen referencia al capítulo y los arábigos al párrafo. Se anotan en primer lugar todas las aclaraciones de tipo lingüístico y de estilo: vocabulario, rasgos dialectales, sinonimias, comentarios del autor. En segundo lugar se mencionan las variantes o correcciones observadas tras el cotejo con otras ediciones. Y, por último, se citan las fuentes utilizadas por el autor, identificadas en gran medida gracias a los trabajos de Frati y Corti, y en algunos casos, cuando ha sido posible, se ha recurrido a la verificación personal.

0. guirlanda: ‘guirnalda’; humilmente: ‘humildemente’; emendar: ‘enmendar’.

[Capítulo I]: de amor: en el original El primer tractado: de Amor.
I, 1. Summa, I, II, qu. XXVI, y II, II, qu. XXVII, 2.
I, 2. por ende: ‘por esto’; ca: ‘pues’; hoviere: ‘tuviere’. De Trinitate, X, I, II, citado a través de Summa, I, II, qu. XXVII, 2.
I, 3. conoscer: ‘conocer’; imaginatión: ‘imaginación’. Summa, I, II, qu. XXVII, 1-3.
I, 4. plugo: ‘agradó’; dende: ‘allí’, ‘de allí’; pare mientes: ‘considere’, ‘medite’. Summa, I, II, qu. XXVII, 2; Summa, I, II, qu. XXVII, 4; Summa, I, II, qu. XXIII, 7.
I, 5. caladrius: ‘calandria’; si la trahen delante a un doliente: caso de laísmo; ante: ‘antes’; mira de fito: ‘mira fijamente’; escuro: ‘oscuro’; conosce: ‘reconoce’, ‘diferencia’. De propriet. rerum XII, n 2 r - v.
I, 6. vitios: ‘vicios’; tractar: ‘tratar’, ‘hablar’. Summa, II, II, qu. XXVI, 2-7; cita de San Agustín tomada de Summa, II, II, qu. XXV, 6.

Capítulo II: del amor de Dios: en el original Capítulo segundo del amor de Dios.
II, 1. gratia: ‘gracia’. Summa, I, II, qu. LXV, 5.
II, 2. fallar: ‘hallar’; perfectión: ‘perfección’; enxerí: ‘injerté’; toda manera de: ‘toda clase de’; p[a]lacios. En el original placios; specias: ‘clases’; en Covarrubias igual habla de especias que de especies para referirse a los condimentos; otrosí: ‘además’; delectasse: ‘deleitase’; afflictión: ‘aflición’; ál: ‘otra cosa’; mundança: ‘mudanza’. La referencia al Eclesiático es errónea, corresponde al EclesiastésEcl. I, 12-13; II, 4-11, 17.
II, 3. seso: ‘conocimiento’; pareja de sinónimos: el seso e saber1Cor, III, 19.
II, 4. Job, I, 21. Cf. Frati, Ricerche, 346.
II, 6. se duele: ‘se lamenta’. 1Jn, IV, 16. Cf. Frati, Ricerche, 323.
II, 7. fíes: ‘confíes’; abhorrece: ‘aborrece’; procede del verbo latino abhorreo. En el texto aparecen vacilaciones entre esta forma más cercana al verbo latino y la forma actual aborrece.
II, 8. Eclo, XL, 11; Ecl, IV, 2-3.

Capí[tulo] III: del amistad: en el original Capi. iij. del amistad.
III, 1. praticar: ‘platicar’, ‘conversar’. En Hardouyn, 1534, platicar. Para la definición de amistad Corti propone en FontiSumma, II, II, qu. XXVI, y qu. CXIV, 2; De amicitia, XIII.
III, 2. mintroso: ‘mentiroso’; pareja de sinónimos: mintroso e falsoproprio: ‘propio’; de la voz latina, propriumcurando: ‘preocupándose’, ‘ocupándose’. De natura deorum, I, XLIV, a través de Speculum doctr., V, 451.
III, 3. desplega: ‘desagrade’; absencia: ‘ausencia’.
III, 4. Eclo, VI, 15. Atribución inexacta procedente de Liber consolationis, XVI, 42, 19.
III, 5. La primera parte de la cita procede de Speculum doctr., V, 455; cf. Corti, Fonti, 50.
III, 6. tanto ha menester mayor puntal para le sostener: caso de leísmo.
III, 7. a la llana: ‘con claridad’. De amicitia, XXIII.
III, 8. Liber consolationis, XVII, 44, 4.
III, 9. ahún: ‘también’; pratica: puede significar o ‘trato frecuente’, o ‘plática’. En Hardouyn, 1534, plática. Puede haber una pareja de sinónimos en por la prática e conversación del bueno, recurso muy empleado a lo largo de todo el texto; companya: ‘compañía’.

Capí[tulo] IV: del amor carnal: en el original Capi. iiij. del amor carnal.
IV, 4. de suso: ‘arriba’, referencia a lo ya mencionado con anterioridad. Covarrubias dice que sus es “palabra antigua, vale supra, y de allí suso”.
IV, 5. delectatión: ‘deleite’; vergüen[ç]a: en el original vergüencafartar: ‘saciar’; nombrar: ‘denominar’.
IV, 6. ál: ‘otra cosa’.
IV, 7. Andreas Capellanus, De amore, II, VIII, 356, 358, vid. Corti, Fonti, 58-59.
IV, 9. que ninguno puede sobrar el coraçón del que ama, tanto que ni fambre [...] lo puede sobrarSobrar con los significados de ‘forzar’ e ‘vencer’, respectivamente. En Hardouyn, 1534, que ninguno puede forçarcalura: ‘bochorno’.
IV, 10. Cant., VIII, 6.
IV, 13. plegan: ‘agradan’.

Capí[tulo] V: del amor natural: en el original Capi. v. del amor natural.
V, 2. fuer[ç]a: en el original fuercatodos se acompañan, e viven, e pratican el uno con el otro: en Hardouyn, 1534, todos se acompañan el uno con el otro.
V, 3. Eclo., XIII, 20.
V, 7. interesse: ‘interés’.

Capí[tulo] VI: de las mugeres: en el original Capi. sexto de las mugeres.
VI. 1. Liber consolationis, III y IV; cf. Corti, Fonti, 45.
VI, 3. tinya: ‘polilla’. Procede del latín tinea, ‘polilla’; ma[l]: en el original mas, pero en Hardouyn, 1534, mal; comienza una exposición de algunos personajes que han hablado mal de las mujeres y de aquéllos que las defienden. Este fragmento recuerda de algún modo al Sendebar, libro en el que mediante cuentos, unas veces se defiende a las mujeres y en otras ocasiones se dan pruebas de su maldad y de su poca credibilidad. La primera cita procede de Eclo, XXV, 22-23; cf. De amore et dil., 42 v. y Liber consolationis, IV, 15, 23; Eclo, xxv, 33; Ecl. VII, 28; cf. Liber consolationis, III, 12, 10; Eclo, XLIII, 13-14; Eclo, XXV, 30; cf. Liber consolationis, III, 12, 17.
VI, 4. Liber consolationis, IV, 21; cf. Corti, Fonti, 45.
VI, 5. mujer que levava fuego en la mano: debe de referirse o bien a la fiebre o bien a los calores propios de la menopausia; levava: ‘llevaba’. Liber philosophorum, 455, donde la cita es atribuida a Sócrates, al igual que las tres siguientes.
VI, 7. de una otra que aprendía de leer: ‘de otra que aprendía a leer’; sirpiente: ‘serpiente’. Liber philosophorum, 455; cf. Corti, Fonti, 32.
VI, 8. En los funerales había grupos de mujeres que iban tras el féretro golpeándose, tirándose de los pelos y realizando muestras de dolor. Liber philosophorum, 455; cf. Corti, Fonti, 42.
VI, 9. Liber philosophorum, 455-56.
VI, 10. refaze: ‘arregla’. Prov, XVIII, 22, XII, 4; Eclo, XXXVI, 26; Prov, XIV, 1.
VI, 11. se exercita[r]an: en el original, se exercitavan, y en Hardouyn, 1534, se excercitassen.
VI, 12. damnó: ‘condenó’; Esta referencia a la virgen María ha de ponerse en relación con la corriente de fervor y devoción mariana que tan de moda estuvo en Europa durante la Edad Media.
VI, 13. ninito: en catalán nin significa ‘niño’ y ninot, ‘fantoche’, ‘monigote’, ‘pelele’. Este último significado cuadraría bien en nuestro texto; fundamiento: ‘fundamento’. Liber consolationis, IV, 14, 24; 1Re, 11.
VI, 14. aquestas pobres de mujeres: ‘aquestas pobres mujeres’; [f]arían: en el original carácter roto.
VI, 15. en rahenas: ‘como rehén, como garantía de su regreso’; le fuesse cortado la cabeça: caso de concordancia anómala. Probablemente sea una confusión debida a que cabeza, en catalán cap, es un sustantivo de género masculino; ot[or]gar: en el original otrogarpertiesse: ‘perdiese’. Valerio Máximo, Factorum et dictorum, IV, VII, ext. 1; Gesta romanorum, 440-42, cap. 108; Speculum doctr., V, 451; Libro de los exemplos, 38, n. 17; Recull de eximplis, II, 45-46, n. XXXXVI.

Capítulo VII: de la embidia: en el original Capítulo. viij. dela Embidia.
VII, 1. Summa, II, II, qu. XXXVI, 4; cf. Corti, Fonti, 9.
VII, 3. Summa virt. y Summa, I, II, qu. LV, 4, y II, II, qu. XXXIV, 5; cf. Corti, Mito, 194.
VII, 4. De propriet. rerum, XII, n 2 v.; cf. Varnhagen, Quellen, 518-19.
VII, 5. rafez: ‘fácil’; en el Diccionario de Autoridades rafez o rahez significa ‘bajo’, ‘humilde’ y ‘abatido’. Con el significado de ‘fácil’ aparece la palabra raez. Esta palabra aparece en los Vocabularios de Nebrija y el P. Alcalá; desplazer: ‘pena’.
VII, 6. Summa vit., VII, r, iij. V. k2 V.y De amore et dil. III 59 r.
VII, 7. punición: ‘castigo’. Prov, XVII, 5; cf. Summa vit., VII, R, iiij. v.
VII, 10. abundoso: ‘abundante’, ‘rico’, ‘productivo’. Speculum doctr., IV, 375; cf. Corti, Fonti, 50.
VII, 14. se aconverta: ‘se alegra’. Liber philosophorum, 534; cf. Corti, Fonti, 39.
VII, 15. Gén. IV, 4-8.

Capí[tulo] VIII: de la alegría: en el original Capi. viij. dela alegría.
VIII, 2. más que nos conviene: ‘más de lo que nos conviene’. Eclo., XXX, 23.
VIII, 4. Liber de natura rerum, a través de Speculum natur., XVI, 1202; cf. Corti, Fonti, 20 y Varnhagen, Quellen, 519.
VIII, 5. Eclo., XXX, 16.
VIII, 7. pelegrinaje: ‘peregrinaje’; allende: ‘más allá’; ende: ‘allí’.

[Capítulo IX:] de tristeza: en el original De tristeza.
IX, 1. más que no[s] conviene: en el original mas que no conviene. Corregimos según el texto de VIII, 2 más que nos conviene, con el significado de ‘más de lo que nos conviene’, y según Hardouyn, 1534, mas de lo que convienemalenconía: ‘melancolía’.
IX, 2. cáxcara: ‘cáscara’. Del latín quassicarelieva a comer: ‘lleva de comer’; roscío: ‘rocío’. De propriet. rerum, XII, m10 r. y v.; cf. Varnhagen, Quellen, 519.
IX, 3. Eclo., XXX, 17; Eclo., XXX, 25.
IX, 4. Consolatio philos., II, IV, 188; cf. Corti, Mito, 188.
IX, 6. Liber philosophorum, 459; cf. Corti, Fonti, 39.
IX, 7. el que solía tener: en el original que el solía tener. En Hardouyn, 1534, el que solía tener.
IX, 8. danya: ‘daña’; apoquece: ‘disminuye’, ‘apoca’; nudre: ‘nutre’, ‘alimenta’. Pareja de sinónimos: nudre e críamuchidumbre: ‘multitud’.
IX, 9. Speculum doctr., IV, 381; cf. Corti, Fonti, 50.
IX, 10. comprehenda: ‘alcance’, ‘conozca’. Prov, XX, 13.
IX, 12. tempra: ‘sosiega’.
IX, 15. prática: ‘práctica’.
IX, 18. [Enxemplo de la tristeza de quando murió Alexandre]: en el original, repitiendo titular, Capi. dela tristeza; Alexandre: Alejandro Magno, rey de Macedonia; planyendo e doliéndose: pareja de sinónimos; escura: ‘oscura’; cómo has podido haver tanto ánimo de contrastar a aquél a quien el mundo no ha podido contrastarcontrastar con los significados de ‘hacer frente’ y ‘combatir’; affogada: ‘ahogada’; reziamente: ‘fuertemente’; destruida: en el original destruidadaLiber philosophorum, 524; cf. Bühler, Fleurs, 42 y Corti, Fonti, 34, 44. También en Gesta romanorum, 329-30, cap. 31 y en Recull de eximplis, II, 74-75, n. CCCCXLVII.

Capítulo X: de la paz: en el original Capítulo. x. dela paz.
X, 1. puridad: ‘pureza’.
X, 2. companyones: ‘testículos’. Según cita el Diccionario de Autoridades “[...] Sus compañoncillos los estiman las damas por eficaz remedio para el mal de madre [...]”; botones: ‘testículos’. No aparece en Covarrubias con este significado ni en Autoridades. Cf. Varnhagen, Quellen, 520.
X, 5. Speculum doctr., IV; 326.
X, 6. Speculum doctr., IV, 326; cf. Corti, Fonti, 51.
X, 8. guerr[e]ando: en el original guerrandoIpóli[t]o: en el original Ipolicoguardas: ‘centinelas’; a más de andar: ‘a paso ligero’, ‘más rápido que el simple caminar’; púsose una cinta al cuello [...]: el colocarse la cinta al cuello parece una forma simbólica de entregarse a su enemigo; caro: ‘querido’. Cf. Gesta romanorum, 338-39, cap. 39.

Capí[tulo] XI: de la ira: en el original Capi. xi. dela Jra.
XI. Los tratados de Albertano da Brescia son la fuente principal de este capítulo.
XI, 1. tura: ‘dura’.
XI, 2. baraja: ‘contienda’. Covarrubias opina que puede venir del verbo hebreo Barab, ‘huir’. López de Velasco dice que sale de Tarafa, voz árabe, que significa ‘confusión y turbación’. Golio de Baraban, argüir. Summa, II, II, qu. XXXVII y CLVIII; cf. Corti, Fonti, 9.
XI, 3. fiçan: ‘pican’; entonce: en el texto se emplea indistintamente entonce y entoncesDe propriet. rerum, XVIII, D 7 r. y v.; cf. Varnhagen, Quellen, 521.
XI, 4. desdeñarse: ‘enfadarse’; cobra e recibe: pareja de sinónimos; inconportable: ‘insoportable’. Prov, XXIX, 22; Prov, XXVII, 3.
XI, 5. Eclo, XXX, 26.
XI, 7. De arte loquendi, I, 481; cf. Corti, Fonti, 38 y 40.
XI, 8. De arte loquendi, I, 481; cf. Corti, Fonti, 40 y Mito, 195.
XI, 9. empeece: ‘entorpece’. De arte loquendi, I, 481; cf. Corti, Fonti, 40. Según A. Cornagliotti se encuentra también esta cita en otras obras de Albertano da Brescia (cf. Frati, Richerche, 389) y también en Speculum doctr., IV, 376.
XI, 10. Liber consolationis, XXX, 66, 11, donde la cita es atribuida a Crisóstomo; cf. Corti, Fonti, 54.
XI, 13. Liber philosophorum, 410, donde la sentencia es atribuida a Hermes; cf. Corti, Fonti, 37; Liber philosophorum, 408, atribuida a Hermes; cf. Corti, Fonti, 36; cf. De amore et dil., I, 34 v.
XI, 14. tardío e perezoso: pareja de sinónimos. Sant, I, 19-20; cf. De amore et dil., I, 34 r., De arte loquendi, V, 501; y Summa vit., VIII, R6 r.
XI, 18. afalagando: ‘halagando’. Eclo., XXVI, 25-27; Eclo., XII, 10, 11, 16-17; cf. De amore et dil., I, 31 r.
XI, 19. Var[r]ón: en el original Varonabastar: ‘abastecer’, ‘ser suficiente’. Liber consolationis, XLVI, 102, 11.
XI, 20. permesa: ‘permitida’; palabra empleada en Cataluña y Aragón. permesa e lícita: pareja de sinónimos. En Liber consolationis, XLIX, 108, 8, son ocho razones, como en De amore et dil., II, 51 v.
XI, 21. Guarda relación con el refrán que dice: “Con un clavo sacar otro clavo”. Liber philosophorum, 533, donde se atribuye a Tolomeo; cf. Corti, Fonti, 39.
XI, 22. empreñó: ‘preñó’, ‘embarazó’; allegar: ‘acercar’; fuessen estrechamente a las manos con los enemigos: batalla cuerpo a cuerpo. 2Sam 11.

Capí[tulo] XII: de la misericordia: en el original Capi. xij. dela Misericordia.
XII, 1. Speculum mor., I, 270 y 669.
XII, 3. La[s] otras: en el original La otrasset: ‘sed’; delibrar: ‘amparar’, ‘defender’; encarcelado e preso: pareja de sinónimos.
XII, 4. Mt, V, 7.
XII, 5. es útil a recabar: ‘es útil para alcanzar, conseguir’. 1Tim, IV, 8, a través de Liber consolationis, LI, 123, 18.
XII, 6. Speculum doctr., IV; 339; cf. Corti, Fonti, 50.
XII, 7. pola: ‘corneja’; enderredor: ‘alrededor’. Phisiologus y De animalibus de Alberto Magno, a través de Speculum natur., XVI, 1236; cf. Corti, Fonti, 20-21, y Varnhagen, Quellen, 521-23.
XII, 9. Liber philosophorum, 543; cf. Corti, Fonti, 37.
XII, 10. Liber philosophorum, 529; cf. Corti, Fonti, 43.
XII, 11. verná: ‘vendrá’; atapa: ‘tapa’. Prov, XXVIII, 27; XXI, 13; cf. De amore et dil., I, 28 r.
XII, 13. misericor[di]oso: en el original misericorosobotiga: ‘caja’. En castellano existe la palabra botija con el significado de caja de madera utilizada en los barcos para transportar licores. Este significado parece mucho más apropiado que el de la palabra aragonesa y catalana botiga, que significa ‘tienda’.
XII, 14. Por ende, perdona a otro si quieres que te perdonen: en la impresión catalana de 1489, Jesucrist diu: “Perdona altri, si vols que' t sia predonat a tu”.
XII, 15. Liber consolationis, LI, 124, 22; cf. Corti, Fonti, 43.
XII, 16. desfaría: ‘destruiría’.
XII, 18. cossario: ‘corsario’, ‘pirata’. De regimine rect., VIII, 8-9, en San Agustín, De civitate Dei, IV, 4, en Gesta romanorum, 504-05, cap. 146, en Libro de los exemplos, 55-56, n. 42, y en Recull de eximplis, I, 264-265, n. CCLXXXVII.

[Capítulo XIII: de la crueza]: en el original no aparece título, se juntan el final del capítulo XII con el capítulo XIII.
XIII, 1. crueza: ‘crueldad’; punir: ‘castigar’. Summa, II, II, qu. CLIX; cf. Corti, Fonti, 9.
XIII, 2. De propriet. rerum, XVIII, B 4 v.- B 5 r; cf. Varnhagen, Quellen, 523-24.
XIII, 3. Eclo., IV, 35. Cf. De amore et dil., I, 40 v.
XIII, 5. Liber philosophorum, 407.
XIII, 6. suores: ‘sudores’. Aparecen las dos formas. De arte loquendi, IV, 497; cf. Frati, Ricerche, 388.
XIII, 7. Cf. Metamorphoses, VII, 1-452.

Capí[tulo] XIV: de la liberalidad: en el original Capi. xiiij. dela liberalidad.
XIV. 1. Liber philosophorum, 495; cf. Corti, Fonti, 43. La fuente principal de este capítulo es Albertano da Brescia.
XIV, 2. Summa vit, IV, H 6 v.
XIV, 3. Summa, II, II, qu. CXIX, 3.
XIV, 4. Y deves notar que de la prodigalidad desciende la pobreza. Comentario del autor al lector.
XIV, 5. meatad: ‘mitad’. De propriet. rerum, XII, m6 v.- m7 r.; cf. Varnhagen, Quellen, 524.
XIV, 6. Eclo., XXIX, 15; III, 33; Prov, III, 28; Eclo., XXIX, 13. Vid. De amore et dil., I, 29 r.; cf. Frati, Ricerche, 327-28.
XIV, 7. Liber philosophorum, 531; cf. Corti, Fonti, 35.
XIV, 9. Cf. Frati, Ricerche, 396.
XIV, 10. ledo: ‘alegre’. Eclo., XVIII, 15.
XIV, 11. Disticha Cat., I, 31; cf. Frati, Ricerche, 389-90 y Speculum doctr., IV, 328.
XIV, 12. Speculum doctr., IV; 327; cf. Corti, Fonti, 5.
XIV, 13. Para la segunda, tercera y cuarta citas Speculum doctr., IV, 330 y Speculum histor., VIII, 310 b; cf. Corti, Fonti, 5; Speculum doctr., IV; 329, 331 y Speculum histor., VIII, 311 a; cf. Corti, Fonti, 5; Speculum doctr., IV; 330; cf. Corti, Fonti, 5.
XIV, 14. Liber philosophorum, 464, donde la cita se atribuye a Platón; cf. Corti, Fonti, 32.
XIV, 15. Speculum doctr., IV; 331; cf. Corti, Fonti, 5.
XIV, 16. Act, XX; 35.
XIV, 19. sey: ‘sé’. Disticha Cat., I, 11; cf. Frati, Ricerche, 390, y Corti, Mito, 195; Disticha Cat., II, 17; cf. Frati, Ricerche, 390, y Corti, Mito, 189.
XIV, 23. Disticha Cat., IV, 19.
XIV, 24. Liber philosophorum, 464; cf. Corti, Fonti, 41.
XIV, 25. abundanci[a]: en el original abundancioEclo., XVIII, 25-26.
XIV, 26. Liber philosophorum, 552; cf. Corti, Fonti, 42.
XIV, 27. Liber consolationis, XLIV, 99, 5; cf. Corti, Fonti, 4.
XIV, 28. De miseria hum. conditionis, I, XV, 17-19; a través de Liber consolationis, XLIV-XLV, 100, 9; cf. Frati, Ricerche, 400, y Corti, Fonti, 4.
XIV, 29. Pro., XIX, 7; citada en De amore et dil., I, 33 v.; cf. Frati, Ricerche, 328; Eclo., XIII, 27; conocida a través de Albertano da Brescia, De amore et dil., I, 33 v.; cf. Frati, Ricerche, 328; Prov, XIII, 11; a través de Albertano da Brescia; cf. Frati, Ricerche, 329.
XIV, 30. Cf. Corti, Fonti, 62-63.
XIV, 31. Speculum doctr., IV; 327; cf. Corti, Fonti, 51.
XIV, 33. Liber philosophorum, 485; cf. Corti, Fonti, 33 y Mito, 188-189; Liber philosophorum, 552; cf. Corti, Fonti, 42.
XIV, 34. Speculum doctr., IV, 330. También en Libro de los exemplos, 92, n. 97 (26), y 250, n. 321 (255).
XIV, 35. excusación: ‘excusa’. Speculum doctr., IV, 330. También en Recull de eximplis, II, 18, n CCCLXXXIX.

Capí[tulo] XV: de la avaricia: en el original Capi. xv. dela Avaricia.
XV, 1. escasseza: ‘avaricia’. Summa, II, II, qu. CXVIII, 3; cf. Corti, Fonti, 9.
XV, 2. propriamente: ‘propiamente’; despienden: ‘gastan’, ‘malbaratan’.
XV, 4. Vid. Varnhagen, Quellen, 524-25, y Corti, Fonti, 27.
XV, 5. pratique: ‘practique’.
XV, 6. envejecen: ‘debilitan’, ‘disminuyen’; remoça: ‘rejuvenece’, ‘aumenta’. Summa vit, IV, C5 v.
XV, 7. 1Tim, VI, 10. Vid. Summa vit., IV, C5 r. y v.; Liber consolationis, LXIX, 120, 3 y De amore et dil., I, 32 v.; Frati, Ricerche, 320-21.
XV, 8. enchira: ‘sacia’, ‘llena’; envejece: ‘ceja en’, ‘desiste en’. Prov, XV, 27; Ecl, V, 9. Cf. Frati, Ricerche, 329-30; Liber philosophorum, 566.
XV, 10. escassos: ‘avarientos’.
XV, 15. Cf. Summa vit, IV, C iiij. v.
XV, 17. por el luengo e envejecido costumbre del vicio de la avaricia: caso de concordancia anómala. En catalán costum es sustantivo masculino. Luengo e envejecido es una pareja de sinónimos que equivale a antigua; muer[t]e: en el original muere.

Capí[tulo] XVI: de la correctión: en el original Capi. xvi. dela correctión.
XVI, 2. Prov, XXII, 15; XXIII, 13-14. Cf. Corti, Mito, 190.
XVI, 3. ruhido: ‘ruido’; se guarde: ‘se cuide, se preocupe de no hacerlo otra vez’. De propriet. rerum, XVIII, L 5 r. y v.; cf. Varnhagen, Quellen, 525.
XVI, 4. Prov, XXVIII, 23. Vid. Liber consolationis, XLIX, 112, 28 y XXIX, 64, 1; cf. Frati, Ricerche, 330.
XVI, 6. La segunda sentencia procede de Prov, IX, 8. a través de De amore et dil., I, 32 r.; cf. Corti, Mito, 193.
XVI, 9. De amore et dil., I, 39 r.; Corti, Fonti, 47.
XVI, 11. vazes: ‘veces’; llagas: ‘plagas’. El término llaga procede de la palabra latina plagatempesta: ‘tempestad’. Se conserva actualmente en catalán; escuridad: ‘oscuridad’; con todo su hueste: concordancia anómala. Ex, V-XII.

Capí[tulo] XVII: de la lisonja: en el original Capi. xvij. dela Lisonia.
XVII, 2. de medio abaxo: ‘de mitad para abajo’; para riba: ‘para arriba’. Covarrubias dice en la entrada de arriba: “Parece viene de Ripa, mudada la p en b y añadida la partícula A: y se infiere de que la ribera es más alta que el río o el mar”; de medio arriba: ‘de mitad para arriba’. Vid. Varnhagen, Quellen, 525-27, y Corti, Fonti, 18-19.
XVII, 3. sey: ‘sé’. En la fuente la sentencia se atribuye a Séneca, Speculum hist., VIII, 310a, y Speculum doctr., IV; 33; cf. Corti, Mito, 193, y Fonti, 51.
XVII, 4. Speculum doctr., IV; 388; cf. Corti, Fonti, 51.
XVII, 5. Cf. Gualt. Fabulae, VIII, 385; cf. Frati, Ricerche, 403.
XVII, 6. verino: ‘veneno’; en catalán veríSpeculum doctr., IV; 397; cf. Corti, Fonti, 50.
XVII, 8. menazas: ‘amenazas’; del latín minaciaeCf. Liber consolationis, XIX, 47, 21.
XVII, 9. acuérdete: en la impresión catalana de 1489, recorde'tVid. Disticha Cat., I, 14; Liber consolationis, XIX, 47, 7 y De amore et dil., I, 36 v.; cf. Frati, Ricerche, 391.
XVII, 10. Cf. Frati, Ricerche, 363-64.
XVII, 11. afalaga: ‘halaga’; puncha: ‘pincha’; en catalán punxa.
XVII, 12. mientra: ‘mientras’.
XVII, 13. tiene[n]: en el original tiene.
XVII, 14. Vid. Gualt. Fabulae, XV, 399; cf. Frati, Ricerche, 403.
XVII, 16. rebatólo: ‘arrebatólo’. Cf. Hervieux, Fabulistes, II (art. Le Renard et le Corbeau).

Capí[tulo] XVIII: de la prudencia: en el original Capi. xviij. dela Prudencia.
XVIII, 1. falsía: ‘falsedad’. Summa, II, II, qu. XLVIII, 1. Cita tomada y ampliada de Cicerón (De inventione, II, 53); cf. Corti, Fonti, 15-16.
XVIII, 3. Summa, II, II, qu. XLIX, 5 y 4; cf. Corti, Fonti, 16.
XVIII, 4. De propriet. rerum, XVIII, L 2 v. - L 3 r.; cf. Varnhagen, Quellen, 527.
XVIII, 5. Prov, VI, 6.
XVIII, 6. La cita procede de Liber consolationis, XIV, 39, 17 pero es de Martí Dumiense.
XVIII, 7. Prov, VIII, 11.
XVIII, 8. sciencia: ‘ciencia’. Eclo., XL, 20; Eclo., x, 28; Eclo., VI, 18; Eclo., I, 1; Sal, 111, 10, Prov, I, 7, Eclo, I, 16.
XVIII, 9. el un pie: ‘un pie’. Según Corti, Fonti, 80-81, la cita fue tomada primeramente de De amore et dil., I, 25 r., donde es anónima, y después de Convivio, IV, XII, 142-43.
XVIII, 10. Liber philosophorum, 532, 408, de Tolomeo y Hermes; cf. Corti, Fonti, 39; Cf. Liber philosophorum, 415 donde la sentencia es atribuida a Hermes.
XVIII, 11. Liber philosophorum, 439; cf. Corti, Fonti, 39.
XVIII, 12. [nescio que]: texto ilegible en el original, restituido según el texto de Hardouyn, 1534. Liber consolationis, XVII, 43, 8. Cf. De amore et dil., II, 56 v.
XVIII, 13. [Bran]cho: texto ilegible en el original, restituido según el texto de Joan Navarro, 1565. Liber philosophorum, 534.
XVIII, 14. Liber philosophorum, 528; cf. Corti, Fonti, 43.
XVIII, 15. De regimine princ., I, II, cap. 8; cf. Corti, Fonti, 56.
XVIII, 16. ligera: ‘sencilla’; contrastar: ‘resistir’, ‘estar con firmeza’. Cf. De amore et dil., III, 59 r.
XVIII, 17. De amore et dil., III, 59 r.; también en Liber consolationis, XXVI, 54, 21; cf. Corti, Fonti, 48.
XVIII, 18. rafezmente: ‘fácilmente’; ranca: ‘arranca’. Voz antigua que todavía se emplea en la actualidad en Aragón. En el texto aparecen los términos ranca y arrancaDe amore et dil., III, 59 r.
XVIII, 19. Cf. Disticha Cat., II, 24 y De amore et dil., III, 58 v.
XVIII, 20. repentirás: ‘arrepentirás’. Eclo., XXXII, 24. Cf. Liber consolationis, II, 6, 11 y De amore et dil., I, 36 r.; cf. Frati, Ricerche, 331.
XVIII, 22. Liber consolationis, XXV, 53, 8; cf. Corti, Fonti, 41; De arte loquendi, V, 501. También en Liber consolationis, XI, 33, 9; cf. Corti, Fonti, 48; Liber consolationis, XIV, 39, 25.
XVIII, 23. no pueden [mucho dur]ar los tiranos en Italia, porque no [les] conseja ni[ngun]o sino lo que sabe que [les] plaze: caracteres rotos en el original, restituido según el texto de Hardouyn, 1534. Liber consolationis, XVI, 41, 9.
XVIII, 25. en las aconsejadas: ‘en dar consejos’; ser tardío: ‘demorarse todo lo posible’. De regimine princ., III, II, cap. 17; cf. Corti, Fonti, 56.
XVIII, 26. De regimine rect., LXXIV, r. 17; cf. Corti, Fonti, 57.
XVIII, 28. Liber philosophorum, 424.
XVIII, 29. brenya: ‘lugar áspero’; respuso: ‘respondió’; foja: ‘hoja’. Vid. Gesta romanorum, 431-34, cap. 103; se encuentra también en Recull de eximplis, I, 121-22, n. CXXIX y en Libro de los exemplos, 73-74, n. 49.

Capí[tulo] XIX: [de la locura]: en el original Capi. xix.
XIX, 1. malencónicos: ‘melancólicos’; arrebatado: ‘lanzado’. Summa, II, II, qu. LIII, 2-5.
XIX, 2. fechizco: ‘disimulado’, ‘camuflado’, ‘con engaño’; ferir: ‘herir’; finca: ‘hinca’, ‘clava’. De propriet. rerum, XVIII, B 2 r.; cf. Varnhagen, Quellen, 527-28.
XIX, 3. amarte ha [...] e abhorrecerte ha: ‘te amará [...] te aborrecerá’. Prov, XVIII, 2, a través de De arte loquendi, III, 494; también en De amore et dil., I, 32 r; Eclo, XXII, 9, a través de De arte loquendi, III, 494; también en De amore et dil., I, 32 r. Cf. Corti, Mito, 192; Prov, XII, 15; cf. De amore et dil., I, 32 r., y Liber consolationis, XVIII, 46, 2; Eclo, XXI, 23, a través de De amore et dil., I, 34 v.; cf. Corti, Mito, 192; Prov, XVII, 12; Prov, IX, 8.
XIX, 5. empenta: ‘empujón’, ‘golpe’. Es voz aragonesa. También se emplea en Cataluña. Cf. Liber philosophorum, 435. Cf. Segre-Marti, Prosa, 891, n. 3.

Capí[tulo] XX: de la justicia: en el original Capi. xx. dela Justicia.
XX, 1. Summa, II, II, qu. LX, 2. Cf. De amore et dil., II, 52 r.
XX, 3. otra[s] son destinadas: en el original otra son destinadasordenadas: ‘destinadas’; agujón: ‘aguijón’; aquesto[s] reyes: en el original aquesto reyesVid. Varnhagen, Quellen, 528-29.
XX, 4. Eclo, VII, 6, y Sab, I, 1. Cf. Frati, Ricerche, 333.
XX, 5. pelig[r]ar: en el original peligarLiber philosophorum, 415.
XX, 6. Liber philosophorum, 492; cf. Corti, Fonti, 36.
XX, 7 - XX, 8. Aristóteles dize [que mucha amistad o familiaridad engendra menosprecio. Séneca dize:] “El que no puede mandar a sí mismo, no deve mandar a otro”: en el original Aristóteles dize: “El que no puede mandar a sí mismo, no deve mandar a otro”. Se restituye el texto a partir de la versión catalana de 1489 y de la edición italiana de la Compagnia del Drago, Florencia, 1498.
XX, 7. De regimine princ., I, II, cap. 28; cf. Corti, Fonti, 56.
XX, 9. Cf. De amore et dil., II, 54 r.
XX, 10. corrumper: ‘corromper’. Del verbo latino corrumpoprecio: ‘soborno’.
XX, 11. Liber philosophorum, 447; cf. Corti, Fonti, 39.
XX, 12. De regimine princ., III, II, cap. 6.
XX, 13. Liber philosophorum, 482.
XX, 14. Liber philosophorum, 482; cf. Corti, Fonti, 43.
XX, 15. Liber philosophorum, 533.
XX, 16. [e] por desesperación: en el original a por desesperacionde su casa: en el original de su a casasey cierto: ‘estate seguro’. El ejemplo procede de Jacques de Vitry (Exempla, 50-51, n. CIX, y Sermones vulg., 451, n. XLIII. Se lee también en Odo de Chériton, 376-377, n. XXII, en Gesta romanorum, 396-99, cap. 80, en Recull de eximplis, I, 327-29, n. CCCLVIII.

Capí[tulo] XXI: de injusticia: en el original Capi. xxi. de Iniusticia.
XXI, 1. rapina: ‘rapiña’; del latín rapinaSumma, II, II, qu. LXIV y LXVI.
XXI, 2. riende: ‘devuelve’.
XXI, 3. Cf. Mt, VII, 2 y Lc, VI, 37, y también en Rom, II, 1.
XXI, 4. No juzgues a otro a sin razón: la expresión a sin razón aparece documentada en CORDE con 26 ejemplos; estamiento: ‘estado’. Mt, VII, 2; Prov, XXX, 21-23.
XXI, 5. guay: ‘ay’; mucho moço: ‘muy mozo’. Ecl, X, 16, a través del Liber consolationis, XXV, 53, 6. También en De amore et dil., I, 36 r; Eclo, XXXIV, 27.
XXI, 7. quando uno matare a otro a sin razón: ver nota XXI, 4.
XXI, 8. foya: ‘hoya’; regirá la piedra: ‘lanzará la piedra’. Eclo, XXXIV, 27.
XXI, 9. allegar: ‘acumular’. Liber philosophorum, 399; cf. Corti, Fonti, 35.
XXI, 12. Eclo, XXVII, 30, a través de Liber consolatinis, XI, 32, 9; cf. Corti, Fonti, 37-38.
XXI, 13. bagasseando: juego de palabras. Doble significado puesto que parece que quiere decir ‘vagabundeando’ y al mismo tiempo bagasa significa ‘prostituta’. Bagassa es definido en Covarrubias como “uno de los nombres que se dan a las malas mugeres y perdidas; y díxose assí, según algunos, quasi vagasa, porque anda vagando por el mundo sin tener propio dueño”. Vid. Exempla, 101-102, n. CCXLIV.

Capí[tulo] XXII: de la lealtad: en el original Capi. xxij. dela Lealtad.
XXII, 2. grúas: ‘grullas’; el un pie: ‘un pie’; sobrasse: ‘venciera’. En catalán sobrar significa ‘vencer’. De propriet. rerum, XII, n. 1 r.; cf. Varnhagen, Quellen, 529-30. Vid. también Libro de los ejemplos, 65, n. 60.
XXII, 4. Prov, XX, 6.
XXII, 6. Liber philosophorum, 458; cf. Corti, Fonti, 40.
XXII, 8. Liber philosophorum, 539; cf. Corti, Fonti, 37.
XXII, 9. se levantó en pies: ‘se puso de pie’; este cambio e troque: pareja de términos sinónimos; convienía: ‘convenía. Vid. Frati, Ricerche, 416. Valerio Máximo, Factorum et dictorum, I, I, 14. El episodio se lee también en Libro de los ejemplos, 290, n. 377 (321).

Capí[tulo] XXIII: del engaño: en el original Capi. xxiij. del engaño.
XXIII, 2. Summa, II, II, qu. LX, 3.
XXIII, 3. De regimine princ., I, IV, cap. 3; cf. Corti, Fonti, 56.
XXIII, 4. Summa, II, II, qu. XXVIII, 4.
XXIII, 5. muchos otros engaños dexo por abreviar: anotación del autor en primera persona dirigiéndose al lector. De propriet. rerum, XVIII, D 2 v.- D 4 r.; cf. Corti, Fonti, 18 y Varnhagen, Quellen, 530-31. También en Sermones vulg., 445, n. XI.
XXIII, 6. uses: ‘frecuentes’; pratiques: igual puede significar ‘tengas tratos’, que ‘platiques’, ‘converses’. Prov, X, 4; Vid. De amore et dil. I, 33 v. 34 r.
XXIII, 13. Eclo, XI, 31.
XXIII, 15. Sab, I, 3.
XXIII, 19. Prov, XXIII, 6 - 7.
XXIII, 24. es: ‘está’, ‘reside’.
XXIII, 27. se enpreñaron: ‘se quedaron embarazadas’. Gén, XIX.

Capí[tulo] XXIV: de la verdad: en el original Capi. xxiiij. dela Verdad.
XXIV, 1. Summa, II, II, qu. CIX.
XXIV, 2. cóvalos: ‘incúbalos’; perdiganitas: ‘crías de la perdiz’. Voz usada en Aragón. De propriet. rerum, XII, n. 3 r.; cf. Varnhagen, Quellen, 531.
XXIV, 3. contrastes: ‘combatas’. Eclo, IV, 30.
XXIV, 4. colorar: ‘disimular’.
XXIV, 5. Disticha Cat., I, 13; cf. Frati, Ricerche, 392.
XXIV, 7. monesterio: ‘monasterio’; donado: ‘El hombre o mujer seglar que se retira a los monasterios y casas de religión para servir a Dios y a los religiosos’; pelado la cola e la esquina: caso de concordancia anómala; esquina: ‘espinilla’. Dice Covarrubias bajo la entrada espinilla: “La parte anterior de la canilla de la pierna [...] y parece hazer esquina a uno y otro lado; y assí pienso estar corrompido de esquinilla, porque el mesmo hueso está esquinado [...]”; cuestas: ‘costillas’. Cf. Exempla, 21, n. LIII, y Sermones vulg., 447, n. XXIV.

Capí[tulo] XXV: de la mentira: en el original Capi. xxv. dela Mentira.
XXV, 1. Cf. Summa, II, II, qu. CX, 1-2, y qu. XCVIII, 1.
XXV, 2. especias: ‘clases’; consejuelas: ‘marañas o cuentos fingidos con el fin de sacar de ellas un buen consejo’; solazes: ‘lugares agradables’.
XXV, 3. que se dizen por mal vezo e costumbre: pareja de sinónimos. Covarrubias piensa que vezo viene de abezar, que es enseñar los primeros principios del A.B.C., y mal abezado es mal enseñado, mal acostumbrado en el deletrear y pronunciar.
XXV, 5. De propriet. rerum, XVIII, D 1 r.- D 2 r.; cf. Varnhagen, Quellen, 531.
XXV, 6. ha: ‘tiene’; esmagado el rostro: ‘escondido’, ‘oculto’, ‘preocupado’ Probablemente se trata de un aragonesismo pues el término sólo aparece documentado en la Gran crónica de España y en la Traducción de las Vidas paralelas de Plutarco, realizadas ambas por el aragonés Juan Fernández de Heredia, y también en las Gestas del rey don Jaime de Aragón, de autor anónimo; homiziera: ‘homicida’; mintroso: ‘mentiroso’. Eclo, XXVI, 5-7, Sab, I, 11, y Eclo, XX, 27, la última a través de Liber consolationis, XXVI, 56, 3; cf. Corti, Fonti, 46.
XXV, 7. Summa vit.
XXV, 8. Liber philosophorum, 494.

Capí[tulo] XXVI: de la fortaleza: en el original Capi. xxvi. dela Fortaleza.
XXVI, 1. Summa, II, II, qu. CXXVIII; Corti, Fonti, 10.
XXVI, 2. como lo siente: ‘cuando lo siente’; sigua de rastro: ‘siga el rastro’. Phisiologus, a través de Speculum natur., XIX, 1421; cf. Corti, Fonti, 21-22.
XXVI, 3. Speculum doctr., IV, 340; cf. Corti, Fonti, 51.
XXVI, 7. otro: ‘otra cosa’. De regimine princ., I, IV, cap. 14. De regimine rect., X, 16.
XXVI, 8. Prov, XIX, 11, a través de Liber consolationis, XLII, 94, 16.
XXVI, 9. Liber consolationis, XLII, 94, 13.
XXVI, 11. Liber philosophorum, 419; cf. Corti, Fonti, 38.
XXVI, 12. porque entienda como eres fuera: ‘para que entienda que estás afuera’; coluna: ‘columna’. Jue, XVI, 4 ss.

Capí[tulo] XXVII: del miedo: en el original Capi. xxvij. del Miedo.
XXVII, 1. más que no convine: ‘más de lo que conviene’. Summa, II, II, qu. CXXV, 2; cf. Corti, Fonti, 10.
XXVII, 2. Vid. Varnhagen, Quellen, 532 - 33.
XXVII, 3. Vid. De amore et dil., II, 45 v.; cf. Frati, Ricerche, 335-36.
XXVII, 4. Cf. Speculum histor., VIII, 312.
XXVII, 5. Cf. Rom, XIII, 3.
XXVII, 6. assentar: ‘sentar’; para baxo: ‘para abajo’; enderredor: ‘alrededor’. Frati, Ricerche, 417; también en Gesta romanorum, 498-501, cap. 143, y en Jacques de Vitry, Exempla, 3, n. VIII.

Capí[tulo] XXVIII: de la magnanimidad: en el original Capi. xxviij. dela magnanimidad
XXVIII, 1. Summa, II, II, qu. CXXVIII; cf. Corti, Fonti, 10-11.
XXVIII, 2. Speculum natur., XVI, 1197, 1212, y Ruralia comm., X, XIV, 134; cf. Corti, Fonti, 25-27, y Varnhagen, Quellen, 533, 535-36.
XXVIII, 6. Liber philosophorum, 548; cf. Corti, Fonti, 44.
XXVIII, 7. Vid. Valerio Máximo, Factorum et dictorum, VI, V.

Capí[tulo] XXIX: de la vanagloria: en el original Capi. xxix. dela vanagloria.
XXIX, 1. Summa, II, II, qu. CXXXII, 2; cf. Corti, Fonti, 11, 54. Cf. Prov, XXII, 1; Vid. De amore et dil., II, 45 v.
XXIX, 2. fazer la rueda: ‘desplegar las alas de la cola en círculo y pavonearse’.
XXIX, 2. De propriet. rerum, XII, n 3 r. y v.; cf. Varnhagen, Quellen, 533.
XXIX, 3. Summa vit., VI, Q7 v. – Q8 r.; cf. Corti, Fonti, 54.
XXIX, 4. tamborinos: ‘tamborileros’.
XXIX, 4. Para la segunda sentencia cf. Prov, XXVII, 2.
XXIX, 5. Disticha Cat., I, 25.
XXIX, 6. [Platón dize: “Fruto de adelantarse es división.”]: no aparece en el original. Se restituye el texto a partir de la versión catalana de 1489 y de la edición italiana de la Compagnia del Drago, Florencia, 1498.
XXIX, 7. Summa vit.cf. Corti, Fonti, 54 - 55.
XXIX, 11. fedía: ‘olía mal’; atapose: ‘tapose’; curarse: ‘apercibirse’, ‘darse cuenta’; despareció: ‘desapareció’. Verba seniorum, P. L., 73, VI, III, col. 1014; también en Odo de Chériton, 275 n. XXVI y en Jacques de Vitry (Exempla, 48, n. CIV). El ejemplo se lee en Libro de los exemplos, 271, n. 352 (291) y en Recull de eximplis, I, 65-66, n. LIX.

Capí[tulo] XXX: de la costancia: en el original Capi. xxx. dela costancia.
XXX, 1. tierco: ‘terco’. Summa, II, II, qu. CXXXVIII, 2; cf. Corti, Fonti, 11. Vid. De amore et dil., III, 58 r.
XXX, 2. dende a nueve días: ‘pasados nueve días’, ‘de allí a nueve días’. De propiet. rerum, XII, n 1 r., y Speculum natur., XVI, 1200-1201; cf. Varnhagen, Quellen, 533-34, y Corti, Fonti, 22.
XXX, 4. sei: ‘sé’. Disticha Cat., I, 7. También en Liber consolationis, XXVIII, 61, 8; cf. Frati, Ricerche, 392.
XXX, 5. Cf. Corti, Fonti, 54 da como fuente el Summa vit.
XXX, 7. atorguen: ‘otorguen’. Gesta romanorum, 557-59, cap. 169; probablemente la fuente es De regimine rect., LXXIX, 9-21

Capí[tulo] XXXI: de la incostancia: en el original Capi. xxxi. dela incostancia.
XXXI, 1. Summa, II, II, qu. CXXXVIII, 1; cf. Corti, Fonti, 11.
XXXI, 2. Prov, XIV, 15.
XXXI, 4. Liber philosophorum, 482; cf. Corti, Fonti, 42.
XXXI, 6. De propriet. rerum, XII, n 2 r.; Varnhagen, Quellen, 534.
XXXI, 7. Con ligeras variaciones es el mismo tema de El condenado por desconfiado de Tirso de Molina; f[a]zer: caracteres rotos; parahízo: ‘paraíso’. Se emplea también la forma parahísodende adelante: ‘desde ese momento en adelante’; plazer e solaz: pareja de sinónimos; embaraçó los pies: ‘entorpeció los pies’. Cf. Jacques de Vitry, Sermones vulg., 398, n. XXXIII, y Exempla, 32-33, n. LXXII.

Capí[tulo] XXXII: de la temperancia: en el original Capi. xxxii. dela temperancia.
XXXII, 1. por mal costumbre: concordancia anómala. Ha de recordarse que costum en catalán es un sustantivo de género masculino. Summa, II, II, qu. CXLI, 2; cf. Corti, Fonti, 11.
XXXII, 2. La fuente puede ser Speculum natur., XVIII, 1339; cf. Varnhagen, Quellen, 534-35, y Corti, Fonti, 23.
XXXII, 4. Cf. De amore et dil., II, 49 r.
XXXII, 5. cosas defendidas: ‘cosas prohibidas’; en nuestra libertad: ‘a nuestro alcance’. Speculum doctr., IV, 368; cf. Corti, Fonti, 51.
XXXII, 6. contrasta: ‘resiste’. Liber consolationis, X, 28, 8, y De amore et dil., I, 39 v.
XXXII, 7. Liber consolationis, XIII, 37, 18; cf. Corti, Fonti, 51.
XXXII, 8. Liber philosophorum, 469; cf. Corti, Fonti, 42.
XXXII, 9. philóso[f]o: en el original filososodiminuye: ‘disminuye’; merdoso: en catalán merdós quiere decir ‘asqueroso’; escucha: ‘información’. El escucha es el centinela o el que sale a explorar el terreno en una expedición; mira el ladrón cómo ralla: ‘mira el ladrón cómo engaña’. Acerca de la raya dice Covarrubias: “[...] 1. I2, c.3, De Piscibus. [...] Vive en lugares cenagosos no lexos de la ribera, y en teniendo necessidad de alimento, se esconde debaxo de la arena o cieno y, meneando unas hebrillas que tiene junto a la boca, atrae a sí a los pezecillos pequeños, y estando cerca los asse con facilidad y los come. Y por esta causa fué este pescado, como dize Plinio, lib. 30, entre los griegos símbolo de aduladores que, con el engaño de sus lenguas, roban a los que se acercan a ellos [...].”; e ellos: en el original e e ellosrecitado: ‘expuesto’; imposan: ‘imputan’. En catalán imposarcurar: ‘preocupar’. Un ejemplo parecido se encuentra en Libro de los exemplos, 264-65, n. 346 (281), y 315-16, n. 408 (355).

Capí[tulo] XXXIII: de la intemperança: en el original Capi. xxxiii. dela intemperança.
XXXIII, 1. [I]ntemperança: en el original falta la letra capital.
XXXIII, 2. De propriet. rerum, XVIII, c9 v.; Varnhagen, Quellen, 535.
XXXIII, 6. Liber philosophorum, 444; cf. Corti, Fonti, 40.
XXXIII, 7. Summa vit., III, A6 r.; cf. Frati, Ricerche, 426.

Capí[tulo] XXXIV: de la homildad: en el original Capi. xxxiiij. dela homildad.
XXXIV, 1. no se debe el hombre tanto abaxar ni aviltar: pareja de sinónimos con el significado de ‘rebajar’, ‘envilecer’. Summa, II, II, qu. CLXI; cf. Corti, Fonti, 11.
XXXIV, 2. jusmeterse: ‘someterse’. Palabra aragonesa.
XXXIV, 4. Vid. Corti, Fonti, 25 y Varnhagen, Quellen, 537.
XXXIV, 5. Eclo, XXXII, 1.
XXXIV, 6. gracioso: ‘lleno de gracias’. Eclo, III, 22; Eclo, III, 20.
XXXIV, 7. Mt, xxIII, 12.
XXXIV, 8. sobervioso: ‘soberbio’. 1Pe, V, 5.
XXXIV, 12. Aristó[te]les: en el original Aristoles.
XXXIV, 13. Cf. De amore et dil., I, 43 v., y De arte loquendi, V, 501.
XXXIV, 15. abaxa tu oído: ‘rebájate y escúchalo’. Eclo, IV, 7-8.
XXXIV, 16. Disticha Cat., IV, 39; cf. Ricerche, 392.
XXXIV, 17. Sidrac[h]: en el original SidracEclo, XXXII, 14.
XXXIV, 19. señorea: ‘domina’. Eclo, XXVI, 2. Cf. Liber consolationis, V, 19, 10.
XXXIV, 22. ledo: ‘alegre’. Disticha Cat., I, 20; cf. Frati, Ricerche, 393.
XXXIV, 23. Liber philosophorum, 555; cf. Corti, Fonti, 38.
XXXIV, 25. Referencia a la celebración de las Saturnales y el regreso de los generales romanos victoriosos. El caudillo entraba triunfante en la ciudad con el botín, los prisioneros y su ejército, y se dirigían hasta el Capitolio. Sobre el carro, detrás del caudillo, iba un esclavo recordándole que sólo era un hombre, y los soldados le cantaban canciones burlescas para salvaguardar al caudillo de las envidias de los poderes infernales. K. Bringmann, “El triunfo del emperador y las Saturnales de los esclavos en Roma”, en La fiesta. De las Saturnales a Woodstocck, Madrid, 1994. Gesta romanorum, 328-29, cap. 30.

Capítulo XXXV: [de la sobervia]: en el original Capítulo. xxxv.
XXXV, 1. con[v]iene. En el original conniene, con la letra vuelta. Cf. Summa, II, II, qu. CLXII, 1; cf. Corti, Fonti, 11.
XXXV, 3. discorre: ‘transita’; enderredor: ‘alrededor’; ý: ‘allí’; praticar: ‘frecuentar’.
XXXV, 4. species: ‘clases’. Eclo, XXV, 3 - 4; Prov, XIII, 10; cf. De amore et dil., I, 33 r.
XXXV, 5. baxo: ‘abajo’. Speculum mor., III, 996; cf. Corti, Fonti, 53.
XXXV, 7. apoquecen: ‘merman’; desfaze: ‘destruye’. Eclo, X, 15; cf. Liber consolationis, XXXIV, 73, 1; vid. De amore et dil., III, 55 v., y Summa vit., VI, k6 v. – k7 r; Eclo, XXI, 5; cf. De arte loquendi, II, 490.
XXXV, 9. Job, XX, 6; cf. Liber consolationis, XXXIV, 73, 21; vid. De arte loquendi, II, 490, y De amore et dil., III, 55 v.
XXXV, 12. Summa vit., VI, Q7 r.
XXXV, 14. Eclo, III, 1-18; Dt, XXVII, 16.
XXXV, 15. Speculum doctr., IV, 332; cf. Corti, Fonti, 49.
XXXV, 16. Liber philosophorum, 459; cf. Corti, Fonti, 40.
XXXV, 17. recordarse: ‘acordarse’, como en catalán. Prov, XVII, 13.
XXXV, 18. repentirse: ‘arrepentirse’.
XXXV, 19. Is, XIV, 12.

Capí[tulo] XXXVI: de [la] abstinencia: en el original Capi. xxxvi. de Abstinencia.
XXXVI, 1. Summa, II, II, qu. CXLVI; cf. Corti, Fonti, 11.
XXXVI, 2. Vid. De propriet. rerum, XVIII, c7 v., y Speculum natur., XIX, 1434. Cf. Varnhagen, Quellen, 536, y Corti, Fonti, 23.
XXXVI, 3. Summa vit., I, A 2 r.; cf. Corti, Fonti, 52-53.
XXXVI, 4. Eclo, XXXVII, 34.
XXXVI, 7. panar: ‘panal’.

Capí[tulo] XXXVII: de la gula: en el original Capi. xxxvij. dela Gula.
XXXVII, 1. Summa, II, II, qu. CXLVIII, 1; cf. Corti, Fonti, 11.
XXXVII, 2. gulosa: ‘golosa’, ‘tragona’. De propriet. rerum, XII, n 3 v. – n 4 r.; cf. Varnhagen, Quellen, 536.
XXXVII, 3. aflaquece: ‘enflaquece’, ‘merma’. Summa vit., I, A 4 v.
XXXVII, 4. goliardo: ‘dado a la gula y a la vida desordenada’. Prov, XXI, 17, a través de Summa vit., II, A 3 v; Eclo, XIX, 2, a través de Summa vit., II, A 4 v.
XXXVII, 5. Prov, XXIII, 31.
XXXVII, 6. Cf. Corti, Fonti, 54.
XXXVII, 8. Gén, II. G, V “Viejo Testamento”.

Capí[tulo] XXXVIII: de la castidad: en el original Capi. xxxviij. dela Castidad.
XXXVIII, 1. Vid. Summa, II, II, qu. CLI, 1; cf. Corti, Fonti, 11.
XXXVIII, 2. compañía: ‘pareja, cónyuge’; masclo: ‘macho’. Vid. Corti, Fonti, 23-25, y Varnhagen, Quellen, 537.
XXXVIII, 4. tener: ‘detener’; oci[o]sidad: en el original ocisidad; En el capítulo LXXII de la regla que Bernardo de Claraval elaboró para los caballeros templarios dice: “Peligroso es atender con cuidado el rostro de las mujeres; y así ninguno se atreva a dar ósculo a viuda ni doncella, ni a mujer alguna, aunque sea cercana en parentesco, madre, hermana, ni tía. Huya la caballería de Cristo de los halagos de la mujer, que ponen al hombre en el último riesgo, para que con pura vida y segura conciencia, llegue a gozar de Dios para siempre. Amén”; cabe: ‘cerca de’. Summa vit., I, B5 v.; cf. Corti, Mito, 189; Las Vitae patrum son citadas a través de Summa vit.; Para la cita de Ovidio Speculum doctr., IV, 381; cf. Corti, Fonti, 51.
XXXVIII, 5. m[e]recer: en el original m recer, con espacio en blanco entre m y r. Probablemente la fuente es Jacques de Vitry (Exempla, 22, n. LVII, y Sermones vulg., 447, n. XXVI). También en Recull de eximplis, I, 109-10, n. CXIV, y Libro de los exemplos, 251, n. 332 (256).

Capí[tulo] XXXIX: de la luxuria: en el original Capi. xxxviiij. dela Luxuria.
XXXIX, 1. el varón suelto con la suelta: ‘el varón soltero con la soltera’. Vid. Summa, II, II, qu. CLIII; cf. Corti, Fonti, 11; Summa vit., III, A8 r.; cf. Corti, Fonti, 53, y Frati, Ricerche, 386.
XXXIX, 3. Cf. De amore et dil., I, 34 v.
XXXIX, 5. comprado: ‘esclavo’. Speculum histor., VI, 180; cf. Corti, Mito, 193.
XXXIX, 6. talarita: ‘murciélago’. De propriet. rerum, XII, n 4.; cf. Varnhagen, Quellen, 537-38.
XXXIX, 8. La máxima de Horacio procede de Speculum doctr., V, 474; cf. Corti, Fonti, 51.
XXXIX, 11. arto: ‘harto’, ‘suficiente’; vaso natural de las mujeres: ‘vagina’; abasta: ‘basta’; trabajosas: ‘difíciles’; piedra aguija: ‘piedra afilada’; la carrera del mancebo en su mocedad: en la versión catalana de 1489 se lee la carrera del puto en la sua adolescènciaProv, VI, 27-29; Eclo, XXVI, 12; Eclo, XLII, 9ss; Prov, XXX, 15-16; Prov, XXX, 18-19.
XXXIX, 12. Rom, I, 24 ss.
XXXIX, 13. apoquecimiento: ‘acortamiento’. De amore et dil., II, 47 v.; cf. Corti, Mito, 192.
XXXIX, 14. Speculum doctr., IV, 392, donde es atribuido a Séneca; cf. Corti, Mito, 192, y Fonti, 50.
XXXIX, 15. manlieva: ‘contrae deudas’. Pareja de sinónimos: el que manlieva e toma dineros prestados de otroEclo, XXXIII, 19-20, 22 a través de Liber consolationis, III, 12, 18; cf. Corti, Fonti, 46; Prov, XXII, 7.
XXXIX, 17. Gualt. Fabulae, XIX, 389, y Gualt. Anglici, LIV, 344.
XXXIX, 18. sigua: ‘siga’. Liber philosophorum, 450.
XXXIX, 19. Jacques de Vitry (Exempla, 37-38, n. LXXXII, y Sermones vulg., 449, n. XXXVI), quizás a través de Speculum histor., XV, 595.

Capí[tulo] XL: de la temperancia: en el original Capi. xxxx. dela Temperancia.
XL, 1. Summa, II, II, qu. CXLIII; Vid. Corti, Mito, 194, y Fonti, 11.
XL, 2. Summa, II, II, qu. CXLIV 1 -2; Summa, II, II, qu. CXLIII y CXLV.
XL, 3. naucher: ‘piloto de la nave’. La palabra naucher (del prov. naucher y éste del latín nauclerus, piloto); vi[rt]udes: en el original vitrudespara mandar e ordenar: pareja de sinónimos; g[o]vierna: en el original gavierna.
XL, 4. tener buenos costumbres: concordancia anómala. En la versión catalana de 1489 se lee tenir bells costums, concordando también en másculino puesto que costums en catalán es un sustantivo de género masculino.
XL, 5. buenos costumbres e virtuosos. Nuevo caso de concordancia anómala con la palabra costumbres. En la versión catalana de 1489 se lee bells costums e virtuososSumma vit., VI, O5 v. Cf. Convivio, IV, III, 6-7; cf. Corti, Fonti, 69.
XL, 6. erminyo: ‘armiño’; mientre: ‘mientras’; no saldría de su casa e cueva: pareja de sinónimos; sale de fuera: ‘sale afuera’; atapan: ‘tapan’; cado: palabra aragonesa que significa ‘huronera’ o ‘madriguera’. Vid. Corti, Fonti, 27-29, y Varnhagen, Quellen, 538.
XL, 12. entropieça: ‘tropieza’. Liber philosophorum, 448; cf. Corti, Fonti, 41.
XL, 13. demasiada: ‘abundante’, ‘excesiva’; en vastío: ‘en destrucción’.
XL, 14. fiel: ‘hiel’. Se refiere a Geoffroi de Vinsauf. La máxima está tomada de Speculum doctr., IV, 375; cf. Corti, Fonti, 52.
XL, 16. a tarde: ‘poco’, ‘de vez en cuando’.
XL, 18. buen señal es tener vergüença en mocedad: concordancia anómala. En la versión catalana de 1489 se lee Qui té vergonya en joventut és bon senyal. En catalán senyal es sustantivo masculino.
XL, 22. Liber philosophorum, 535; cf. Corti, Fonti, 38.
XL, 23. honestad: ‘honestidad’; no lo cale: en aragonés calcalen, con el significado de ‘importa’, ‘interesa’. En catalán cal es una forma del verbo caldre que significa ‘ser preciso’, ‘ser necesario’.
XL, 26. Se refiere a Albertano da Brescia, De arte loquendi, prólogo, 479.
XL, 27. De arte loquendi, II, 481. Cf. cap. XI, rs. 42-43.
XL, 28. las condiciones e costumbres de las personas: concordancia correcta con la palabra costumbre. En la versión catalana de 1489 se lee les condicions e costums de les personespopulares: ‘gente del pueblo llano’.
XL, 29. Probablemente fragmento inspirado en De arte loquendi de Albertano da Brescia.
XL, 30. se acuestan: ‘se acercan’. Prov, XII, 13; Eclo, XXI, 29; cf. Frati, Ricerche, 385.
XL, 31. Sal, 140, 12.
XL, 32. ne: adverbio de negación empleado con el verbo como en francés. Liber philosophorum, 452.
XL, 34. sey: ‘sé’; prompto: ‘presto’. Ecl, V, 6; Cf. De arte loquendi, V, 501. Cf. Cap. XI, rs. 55-56.
XL, 35. gargantees: ‘hables’; a la boca: ‘en la boca’. Disticha Cat., I, 12, también en De arte loquendi, I, 484; Eclo, V, 14, a través de Disticha Cat., III, 19; también en De arte loquendi, I, 483.
XL, 38. amansa e doma: pareja de sinónimos. Cf. Sant, III, 7, a través de De arte loquendi, III, prólogo 479. También en De amore et dil., I, 25 v.
XL, 39. déxate vencer en las palabras a tu amigo: déxate vencer en las palabras por tu amigo’. Disticha Cat., I, 10; también en De arte loquendi, III, 495 y en De amore et dil., I, 34 v. Cf. Frati, Ricerche, 394; Eclo, XXVII, 17; cf. Summa vit., IX, U iiij. V.
XL, 40. celar: ‘ocultar’. De arte loquendi, III, 492-93. Cf. también Liber philosophorum, 453.
XL, 41. De arte loquendi, III, 493; cf. Frati, Ricerche, 379.
XL, 42. Prov, XVII, 9.
XL, 43. confiando de ti: ‘confiando en ti’.
XL, 44. contrastadores: ‘opositores’, ‘enemigos’.
XL, 46. De arte loquendi, II, 486, y De amore et dil., I, 26 r.
XL, 49. reportes: ‘chismes’, ‘cuentos’. Eclo, XXVIII, 28.
XL, 51. enchido: ‘lleno’; llaga: ‘plaga’; menazar: ‘amenazar’. Eclo, XXIII, 12.
XL, 53. Gualt. Anglici, XXV, 328; cf. Frati, Ricerche, 404.
XL, 54. Eclo, XXII, 30.
XL, 55. ásperas e crudas palabras: pareja de sinónimos. Prov, XVI, 24. Vid. Liber consolationis, V, 19, 17; De arte loquendi, V, 502; De amore et dil., I, 26 r.; cf. Frat, Ricerche, 342; Prov, XV, 1, a través de De arte loquendi, II, 487; también en De amore et dil., I, 26 r.
XL, 56. asaz: ‘muy’. Del latín satisEclo, VI, 5, a través de De arte loquendi, II, 487; cf. también De amore et dil., I, 26 r; Eclo, XL, 21, a través de De arte loquendi, II, 487; también en De amore et dil., I, 26 r.
XL, 57. corrompen e estragan los buenos costumbres: concordancia anómala. En la versión catalana de 1489 se lee Les vills paraules corrompen los bons costums1Cor, XV, 33, a través de De arte loquendi, II, 487; Vid. De amore et dil., I, 26 r., Summa vit., IX, U5 v.; cf. Frati, Ricerche, 321.
XL, 59. De arte loquendi, II, 490.
XL, 60. buscaja: ‘astilla’; en catalán buscall con el significado de ‘astilla’ y en aragonés busca con el significado de ‘mota’, ‘partícula pequeña’; Cf. el refrán “La paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro”. Mt, VII, 3, y Lc, VI, 41. Atribución falsa.
XL, 61. Prov, III, 34.
XL, 62. no te saques burla de otro: ‘no hagas burla de otro’; utilizado el verbo sacar como reflexivo. Disticha Cat., III, 7 y I, 5; cf. Frati, Ricerche, 395; Cf. De arte loquendi, II, 489.
XL, 64. fablar muy escuro: ‘hablar de forma incomprensible’; motejadores: ‘los que motejan, censuran las acciones de alguno con apodos o motes’. Cf. De arte loquendi, II, 488.
XL, 65. Eclo, XXXVII, 23-24, a través de De arte loquendi, II, 488.
XL, 67. beços: ‘labios’. En Covarrubias aparece la voz bezo: “Es el labio quando es gruesso como el de los negros; de buca se dixo buza, y de buzabezo. Puede traer origen del verbo hebreo escarnecer, porque los que mofan y escarnecen usan de cierto desgayre con la boca alargando los labios, y haziendo mofa con ellos y con la nariz; y los que escriben de fisonomía dizen que los que tienen los tales labios gruessos, que llamamos bezos, son escarnecedores y maldizientes [...]” Esta observación de Covarrubias referente a la posición de los labios de los que se mofan puede explicar por qué en nuestro texto se recomienda que los labios no se toquen; firmes: ‘fijos’; redublar: ‘redoblar’; llena cara: ‘cara satisfecha’.
XL, 68. razonam[ie]nto: en el original razonameintoVid. De arte loquendi, v, 499-500.
XL, 69. amata: ‘mata’, ‘apaga’.
XL, 73. Convivio, IV, can. III, 101 y IV, XIX, 2 ss. Cf. Corti, Fonti, 70.
XL, 74. Vid. Summa vit., VI, O5 v.; Convivio, IV, XX, 5. Cf. Corti, Fonti, 70.
XL, 75. Vid. Summa vit., VI, O5 r.; Convivio, IV, can. III, 12 - 13 y IV, II, 11. Cf. Corti, Fonti, 70.
XL, 77. De la gentileza no sende ha salvo el nombre: frase incomprensible en el original y en la edición italiana de 1498. En la edición de Hardouyn, 1534, se lee: De la gentileza no se entiende al salvo en hombre. En la edición de Joan Navarro (1565) no aparece esta frase; vic[i]os: En el original vicosVid. Summa vit., VI, O6 r. y v.
XL, 78. enchid: ‘llenad’; con este ejemplo bíblico concluye la edición italiana de Florencia, Compagnia del Drago, 1498. Le sigue una tabla con los capítulos que componen la obra. Gén, I; II, 1-3.

[Capítulo XLI: Si tú vas por embaxador]: en el original no aparece título.
XLI, 1. Vid. De arte loquendi, VI, 504.
XLI, 2. Vid. De arte loquendi, VI, 504.

 

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