martes, 22 de abril de 2025

 

Los idiomas de Jesús – Hebreo & Arameo

https://atravesdelasescrituras.com/2018/12/25/el-nombre-del-mesias/

Quien viaja usualmente a la tierra de Israel se deja llevar por una triste ilusión: pensar que Jesús hablaba la misma lengua que las gentes que hoy ocupan los lugares. Hoy en día, el hebreo es la lengua oficial del moderno estado de Israel. Con una sabia determinación, se ha impuesto esta lengua como una forma de unificar a los habitantes del territorio y formar la unidad nacional. Sin embargo, este espectáculo se diferencia mucho del que ofrecía a la vista del peregrino de hace dos mil años.

Hay que advertir, ante todo, que Palestina ha sido desde antiguo tierra de paso, y por esto mismo, tierra políglota, un lugar donde siempre se ha hablado más de una lengua. En la época de Jesús, por ejemplo, se hablaban al menos dos lenguas locales: el arameo y el hebreo, lenguas habladas o comprendidas por la mayoría de la población. Se usaban también otras dos lenguas “internacionales”: el griego y el latín, en las que se expresaban aquellas personas vinculadas a ambientes de la administración del imperio romano o de la cultura griega.

Diremos, para comenzar, que el hebreo actual es una lengua moderna (no confundir con el hebreo bíblico), nacida de los esfuerzos del publicista Ben Yehuda durante el siglo pasado, pensando en la creación del «Hogar» sionista que posteriormente se constituyó sobre una porción de Palestina.

Ahora bien, esto NO significa que porque el hebreo no fuera usado por el Pueblo Elegido no sea una lengua antigua, considerada por los lingüistas dentro de las lenguas semíticas. Todas estas lenguas son parientes entre sí, como el francés lo es de las románicas, del italiano, español o rumano.

Quienes acompañaban a Abraham hablaban un dialecto semítico análogo al babilónico de la baja Mesopotamia. Los cananeos, en cambio, hablaban uno más preciso, mejor construido.

Al regresar de Egipto, los hebreos «fijaron» su idioma adoptando construcciones del cananeo. Y así como en la Francia medieval existían los de ’oil’ y de ’oc’, los de Judea pronunciaban ’ch’ la ’s’ de los efraimitas. Por esto el cántico de la profetiza Débora está basado en un vocabulario tan particular. Y como el Libro Sagrado fue redactado casi exclusivamente en Judea, el hebreo judaico prevaleció sobre el resto.

El Rey-Profeta David y Salomón hablaban este hebreo. Y así fue hasta la deportación a Babilonia. Al regreso se produjo un lento declinar de esta lengua y fue suplantada por un dialecto local. Sin embargo los sabios y escritores de las Sagradas Escrituras utilizaban este hebreo como «lengua santa» al modo que los escolásticos y la Iglesia católica utiliza el latín como lengua sagrada. El hebreo se convirtió, por tanto, en «lengua de santidad», leshon da kodesh, o «la lengua de los sabios«. Los doctores de la Ley enseñaban en hebreo como nuestros teólogos enseñaban en latín. Las plegarias y rogatorios se pronunciaban en hebreo.

Sobre este tema, el profesor David Flusser, un erudito judío ortodoxo en Jerusalén, escribe:

“Los idiomas hablados entre los judíos de ese período eran el hebreo, el arameo y hasta cierto punto el griego. Hasta hace poco, numerosos eruditos creían que el idioma que hablaban los discípulos de Jesús era el arameo. Es posible que Jesús, de vez en cuando, hiciera uso del lenguaje arameo. Pero durante ese período, el hebreo era tanto el lenguaje cotidiano como el idioma de estudio. El Evangelio de Marcos contiene algunas palabras arameas, y esto fue lo que engañó a los eruditos. Hoy, después del descubrimiento del hebreo Ben Sira (Ecclesiasticus) [un libro de los Apócrifos], de los Rollos del Mar Muerto y de las Cartas de Bar Kokhba, ya la luz de estudios más profundos del lenguaje de los Sabios judíos, se acepta que la mayoría de las personas hablaban hebreo con fluidez. El Pentateuco se tradujo al arameo en beneficio de los estratos más bajos de la población. Las parábolas en la literatura rabínica, por otro lado, fueron entregadas en hebreo en todos los períodos. Por lo tanto, no hay razón para suponer que Jesús no hablaba hebreo; y cuando se nos dice (Hechos 21:40) que Pablo hablaba hebreo, debemos tomar esta información a su valor nominal «. (Fuentes judías en el cristianismo primitivo, POB 7103, Tel Aviv 61070: MOD Books, 1989)

(Véase también Shmuel Safrai, “Las lenguas habladas en el tiempo de Jesús”, en Jerusalén Perspectiva 4: 1 (enero / febrero de 1991), págs. 3–8, 13; y William Chomsky, Hebreo: El lenguaje eterno (Filadelfia: The Jewish Publication Society of America, 1957; cuarta impresión, 1969),Capítulo 11, titulado «¿Murió el hebreo alguna vez?» (su respuesta es: No).


·         El arameo, lengua popular:

La lengua hebrea, lengua en la que fue escrito el Antiguo Testamento, se usaba de ordinario en la liturgia sinagogal del shabat, aunque no todos los participantes la comprendiesen plenamente. En cambio, la lengua aramea era la lengua familiar del pueblo hebreo de Palestina desde hacía varios siglos. Era la lengua común en toda Palestina y más particularmente en el norte del país, por ejemplo, en Nazaret y Cafarnaún, lugares donde Jesús creció y transcurrió la mayor parte de su vida. También se hablaba o era comprendida fuera de Palestina.

Respecto a las lenguas griegas y latina, las hablaban las personas de una cierta cultura o los administradores del Estado, según lo prueban las numerosas inscripciones de la época.

Es notable ver que poco antes de la venida del Salvador, el hebreo conoció un resurgimiento. Se cree que en la comunidad de los esenios, amigos del Señor, se hablaba en hebreo. Nuestro Señor, según nos cuenta Lucas, enseñaba en el Templo, «desenrollando el libro del profeta Isaías y leyendo«. Por tanto para Sus prédicas a los doctores, utilizaba la lengua sacra. Pero en la vida corriente, se utilizaba otro idioma: el arameo. Para Sus prédicas populares, es creíble que el Jesús no utilizase el hebreo sino el arameo para expresarse.

Ahora bien, el arameo no era una lengua corrompida como muchos progresistas «expertos» propagan sin empacho, incluso en libros o documentales de televisión. Ellos dicen que el arameo es una degradación de la lengua, un dialecto degenerado que habrían traído del exilio en Babilonia.

Pero el arameo es una lengua tan original como lo es el hebreo. Era la lengua que hablaban las tribus nómadas que fundaban reinos efímeros a lo largo y ancho de la Fértil Medialuna, si lograr jamás unificarse. A causa de esto los israelitas les llamaban «allegados«. Por razones poco comprendidas, esta lengua no se perdió cuando el esplendor político de los arameos decayó, sino que, por el contrario, ingresó a una prodigiosa expansión. En toda el Asia anterior, del mar de Irán, de las fuentes del Éufrates al golfo Pérsico, el arameo sustituyó todas las lenguas nativas.

Aprecie el lector la magnitud del cambio: en el siglo VIII A.C. solamente los grandes hablaban arameo y el pueblo hablaba hebreo; en tiempos del Señor, el pueblo hablaba masivamente el arameo y sólo los grandes hablaban hebreo.

El arameo era una lengua más civilizada que el hebreo, mucho más flexible, más apta para expresar los matices y circunstancias de un relato o las evoluciones del pensamiento. Además contaba con muchísimas sutilezas: los galileos no pronunciaban como la gente del Jerusalén. Pedro es reconocido como galileo por una criada.

Los evangelios están poblados de numerosos vocablos arameos, utilizados incluso por el propio señor: Abba, haceldama, Gabbata, Gólgota, Mamonas, Mestriah, Pascha y hasta frases enteras como el mandamiento «thalita qumi», que Cristo da a la hija muerta de Jairo. O el célebre «Eloi, Eloi, lamma sabachtani» de Jesús en el madero que se interpreta como una oración de Jesús pues son las palabras que abren el salmo 22. Fueron dichas en arameo y transcriptas fielmente por los evangelistas en griego. Los evangelistas quisieron conservar y transmitir por escrito esta frase de Jesús, frase que los primeros cristianos, que hablaban el arameo, la conservaban en la memoria.

Estas palabras son algunas de las dichas con toda seguridad por Jesús en arameo. Lo confirman el análisis lingüístico y la comparación con los dialectos arameos que se usaban en la época de Jesús.

También es el caso de los nombres propios, de personas o de lugares, por ejemplo, Bar Yona, o Barrabás, nombres de personas de clara matriz aramea, compuesto por término bar = hijo, con la adición del nombre del padre.

Entre los nombres de lugar hallamos Cafarnaún, que proviene de la forma Kefar Nahum, es decir pueblo de Nahum; o Hacéldama, nombre mencionado en los Hechos de los Apóstoles (1,19), formado de la unión de dos palabras: Haqel demá, campo de sangre. Asimismo, los nombres de mujer: Marta (Lc10, 38) y Tabita (Hechos 9,36), que significan respectivamente Señora y Gacela, son formas arameas bien conocidas y nombres usados en la época del Señor. El sobrenombre de Pedro: Cefas, corresponde a la forma aramea Kefa, es decir Piedra. Los nombres de Gólgota (Mt 27,33) y Gábata (Jn 19,13), mencionados en el relato de la Pasión, provienen igualmente de dos palabras que significan “(lugar del) Cráneo” y “lugar realzado” respectivamente.

Por muestra tenemos que en ciertas partes del libro de Esdras y de Jeremías, los de Daniel y Mateo se empleó el arameo en la primera redacción, antes de su traducción al griego.

Targum Arameo

También el arameo es el idioma principal del Talmud, el Bahir y el Zohar. La literatura talmúdica se sirve de las Targum (targumin), que son «traducciones» al arameo del original hebreo. En la época de Nuestro Señor en cada sinagoga habían un «targoman» o traductor al arameo de las enseñanzas y preceptos divinos, que explicaba y traducía al arameo los textos para quienes no sabían o no dominaban el hebreo.

Aunque hay pruebas de que se hablara en la Judea del siglo I, es todavía hoy la principal lengua de algunas pequeñas comunidades no arabófonas de Oriente Medio.

El grupo arameo pertenece a la familia de las lenguas semíticas, como el árabe y el hebreo, que a su vez forman parte de la macrofamilia afroasiática, y al grupo de lenguas semíticas noroccidentales que incluye a las lenguas cananeas.


·         Los dialectos del arameo:

Los especialistas del arameo quieren ahondar más en el tema y distinguen varios dialectos arameos en la Palestina de los tiempos evangélicos. Estos dialectos están atestiguados por los hallazgos epigráficos. Basándose en dichos datos podemos distinguir siete dialectos hablados en otras tantas zonas de Palestina y regiones limítrofes:

1.     Arameo de Judea

2.     de Judea sudoriental

3.     de Samaría

4.     de Galilea

5.     de Transjordania

6.     de la zona de Damasco

7.     del valle del Orontes.

Aunque esta división aparezca un poco artificial, sin embargo, hay que admitir que existían variantes que no obstaculizaban la comprensión de la lengua, vista la escasa extensión de la región.

Hoy en día subsiste el arameo oriental, o más bien «arameos» en la zona de Mesopotamia. Al sur de Damasco, en Maamula (Mamula) se habla el arameo occidental y gracias a esta preservación se ha podido transcribir la oración del «Padre nuestro» en arameo.

PADRE NUESTRO ARAMEO

Jesús hablaba ciertamente el arameo de Galilea, pero sus palabras arameas recordadas por los evangelistas han sido “jerosolimizadas” por la naciente Iglesia y transmitidas, por tanto, según el dialecto hablado en Jerusalén, donde nació la Iglesia. Conviene aclarar que las diferencias entre los dos dialectos eran mínimas.

Estas breves consideraciones nos muestran cómo Jesús, hijo de su tiempo y de su tierra, no se desdeñó de hablar la lengua materna, adaptándose a la cultura de su época.

Pero… ¿esto quiere decir que el hebreo y el arameo eran las dos únicas lenguas que se hablaban en la época del Redentor?

Los relatos evangélicos nos cuentan que Pilatos ordenó clavar un letrero sobre la Cruz que estaba escrito en tres idiomas: hebreo, griego y latín.

El latín era la lengua de los invasores y tenía muy poco uso, pero era el idioma oficial del Imperio y se utilizaba para todas las comunicaciones oficiales. Flavio Josefo concuerda con esto y añade que todas las comunicaciones y decretos se acompañaban de una traducción en griego.

El griego estaba muy difundido en el Cercano Oriente y en todo el Imperio. Los rabinos levantaban una lucha cultural contra el invasor que imponía costumbres paganas:

«Quien enseña griego a su hijo – decían – es maldito al igual que el que come puerco».

Pero esto no impedía que sus grandes sabios, como Gamaliel, lo conocieran perfectamente. El Libro de Hechos narra cómo, por darle el gusto a la población de Jerusalén tras su detención, Pablo habla en arameo y no en griego, ya que el griego era la lengua de la gente culta, distinguida, de los ricos, la lengua de herodes y la lengua internacional de los negocios.

Los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, casi todas las Epístolas y el Apocalipsis, fueron escritos en lengua griega, o los menos traducidos inmediatamente a ésta.

¿Hablaba griego el Mesías Esperado?

En ninguno de los discursos que registran los Evangelios le escuchamos pronunciar una sola cita griega, ni siquiera una alusión, como sí lo hace Pablo. Pero cuando es interrogado por Poncio Pilato no se sirve de ningún traductor. Y Pilatos no se tomaba la molestia de estudiar la lengua de los sometidos y esclavos.

¿Que tipo de griego se hablaba en Palestina?

El que a partir de Alejandría se había impuesto a los idiomas locales: ático, jonio, dorio, eolio y se difundió en el mundo helenístico no sin sufrir deformaciones.

El griego de la Koiné se había simplificado, suprimiéndole palabras difíciles y se dejaron de lado las particularidades de las declinaciones y conjugaciones: utilizaba las construcciones analíticas con preposiciones de preferencia a las formas del griego clásico, pero ante todo había adoptado muchas palabras latinas y formas sonoras orientales.

Definitivamente no era el griego de Platón, pero era cómodo y muy bien adaptado para el papel internacional que habría de desempeñar.

https://atravesdelasescrituras.com/2019/11/01/los-idiomas-de-jesus-hebreo-y-arameo/

El nombre del Mesías

Muchas especulaciones, conjeturas o en el mejor de los casos, información muy dispersa se puede encontrar a la hora de responder a la pregunta,

¿Cuál era el verdadero nombre del Mesías de Yisra’el?

A decir verdad, hoy existe suficiente material lingüístico y arqueológico que permite responder clara, concisa y objetivamente a tal pregunta. Sin embargo no se puede dejar de lado, el mal uso que algunos pudieran llegar a darle a esta información, como es el hecho registrado de quienes consideran inadecuado todo nombre diferente al encontrado o “revelado”  -asunto que es totalmente inaceptable- y los sectarios y místicos que llegan a conclusiones casi que esotéricas sobre nombres y letras etc., actos igualmente  repudiables.

Por otra parte, se registra el inconveniente inusitado de la edición en español de libros escritos originalmente ya sea en alemán o en inglés, cuya versión en realidad queda insuficiente en términos de precisión en lo referente a nombres Bíblicos. Esto ha producido el uso de grafías incorrectas, transliteraciones imprecisas o transcripciones inapropiadas. Si bien no existe de manera oficial un sistema estándar para la transliteración o transcripción fonética del hebreo al español, recientemente la RAE ha consolidado algunas convenciones generales las cuales aunque básicas -y en cierto grado, suficientes-, siguen siendo ignoradas por los editores contemporáneos. Así que este material pretende ser o bien la confirmación de las buenas fuentes que usted apreciado lector  ha podido disfrutar, o bien la estandarización y normalización de los muchos datos que pudieran estar dispersos entre sus libros o materiales. Para comenzar partamos de los siguientes hechos:

1)    Una cosa es la transliteración de grafías y otra diferente es la transcripción fonética. La primera consiste en ofrecer un signo gráfico en una lengua de llegada, a un carácter de otro alfabeto perteneciente a la lengua en transliteración. A veces, se recurre a signos especiales para suplir la carencia de signos oficialmente utilizados en una lengua y lograr así un mejor resultado. Sin embargo este ejercicio, a veces no orienta en nada la pronunciación de dicho carácter en su lengua original y para ello se requiere de la transcripción fonética, que es técnicamente, la guía o precisión acerca de la pronunciación. Por ejemplo, al transliterar la letra rusa ж como ž, ignoramos cómo suena realmente en Ruso, y por eso, su transcripción fonética es ʤ, que indica que es una fricativa palatal sonora, o sea como la G de Gina en italiano, sonido cercano a la “Y” con un zumbido a bordo. De todas maneras, en la antigüedad se registran los primeros intentos de trasliteración, sólo que obviamente, primitivos e inacabados.


2)    La lengua históricamente oficial del pueblo de Jesús, el pueblo judío, es el hebreo.


3)    La lengua hebrea experimentó un cambio de alfabeto o sistema de escritura alrededor del siglo cuarto A.P.V.M. y ciertas estandarizaciones fonéticas en el siglo séptimo D.P.V.M. Dentro de estos cambios, resultaron dos formas de ortografía: La denominada כתיב מלא (Ktiv Malé’, ortografía plena) y כתיב חסר (Ktiv Jaser, ortografía defectiva). El asunto consiste en que antiguamente el hebreo no poseía vocales escritas, y para brindar alguna orientación acerca de la presencia de las mismas, se recurría a ciertas consonantes que por su implicación fonética, podían servir de alguna manera como vocales. Sin embargo, era posible no usar o usar muy poco tales consonantes y de ahí que resultara a veces un poco más complicado leer las palabras; por ejemplo: Si español escribiésemos al modo que lo hacían antiguamente los hebreos, la palabra ventilador, sería VYNTYLDWR en escritura plena y VNTLDR en escritura defectiva. Por eso es posible encontrar al menos dos ortografías para un mismo nombre aunque la pronunciación sea la misma. Una broma judía, suele ser: “En hebreo puedes escribir Noé de siete formas diferentes”.


4)    El arameo, aunque fue la lengua adoptada por muchos judíos desde el retorno de la cautividad en Babilonia, y que de hecho fue la lengua popular sobre todo en el siglo primero D.P.V.M., respetó los nombres propios judíos y en lo posible, los extranjeros dentro de las limitaciones de su alfabeto.


5)    El griego, siendo el idioma internacional (lingua franca) desde el siglo tercero A.P.V.M. hasta el siglo segundo D.P.V.M, también procuró en lo posible conservar la versión original de los nombres judíos dentro de las limitaciones de su alfabeto cuando intentaba reproducirlos. Raras veces se atestigua una real Helenización.


6)    El griego carece de los siguientes fonemas típicos de las lenguas semíticas (Se ha acudido para su descripción, al Alfabeto Fonético Internacional, AFI): H semi-aspirada (AFI: ɦ), H aspirada (AFI: h), Y Fricativa (AFI: ʎ), Pausa gutural suave (AFI: ), Pausa gutural fuerte (AFI: ), S africada dental sorda (AFI: ts), S silbante dental sorda (AFI: ʇ), S silbante africada  sorda (AFI: ʃ).

Con los hechos mencionados anteriormente, se procede a analizar lo que sucedió con el nombre del Mesías para que hoy en español exista bajo la forma de “Jesús”.


El texto griego del Nuevo testamento, desde el primer verso del primer evangelio, Mateo, registra el nombre del Mesías con la grafía griega Ίησους. La transliteración de estos caracteres al español resulta en: ’Iësûs (Transcripción Fonética: Iesús). 


Como las primeras versiones de la Biblia en español se desarrollaron en un ambiente de investigación arqueológica y lingüística muy pobre, con poca tecnología y recursos, agregando el hecho de que el español era un idioma joven todavía (nacido en el siglo noveno), el griego Ίησους, fue vertido fonéticamente como “Jesús”, pero hay que tener en cuenta que cuando Casiodoro De Reina tradujo (año 1569), la J era una vocal en español, esto es, una i; así que al menos hasta entonces, el nombre del Mesías en español, sonaba: iesús.  Luego el español realiza una reforma fonética y el signo J pasó a ser una consonante aspirada tal como suena hoy día.


Ahora bien, al revisar la excelente concordancia de Hatch-Redpath[2], encontramos que en la septuaginta o versión de los setenta (LXX), los traductores usaron la grafía griega Ίησους (’iësûs) para varias grafías hebreas a saber

Grafía:

Hebreo:

Transliteración:

Transcripción Fonética*:

Cita Bíblica:

Plena:

יְהושׁוּעַ

Yěḫōšūaʻ

Yehoshúaʻ

Dt. 3:21

Plena moderada:

יְהוֹשֻׁעַ

Yěḫōšuaʻ

Yehoshúaʻ

Ex. 17:9

Plena con síncopa**

יֵשׁוּעַ

Yēšūaʻ

Yeshúaʻ

2Cr. 31:15

Por consiguiente cualquiera de las grafías hebreas para el nombre del Mesías arriba presentadas, es correcta lo mismo que su trasliteración o su transcripción fonética. Si usted ha echado un vistazo a las citas bíblicas aportadas, se dará cuenta que Iesús, Yehoshúaʻ o Yeshúaʻ son entonces Jesús, Josué y Jesúa en español. ¡De manera increíble tenemos tres nombres diferentes a partir de uno solo en hebreo!

Como se señaló en la primera página de este artículo, la traducción de obras anglosajonas o germanas en español, resulta a veces errónea en lo tocante a transcripción fonética de nombres (para el caso hebreos o griegos), ya que los editores no adaptan al español la transcripción fonética de los mismos y dejan la que los autores utilizaron en sus lenguas originales siendo que esa sólo es válida para esos idiomas; lamentablemente, en la mayoría de los casos, tampoco añaden una guía o concordancia fonética y el lector procederá a leer como mejor le parezca; por ejemplo: La palabra hebrea נֶפֶשׁ es transcrita fonéticamente en alemán como Näphäsch; en Inglés como Nephesh, pero en español lo correcto es: Néfesh. Luego cualquiera lector hispano, al ignorar este hecho, o al no contar con la guía fonética pertinente, se ve involucrado de alguna manera en un error, digamos en su propio idioma.

En razón de lo dicho, hoy vemos a quienes quizá por ignorancia osan afirmar categóricamente que el verdadero nombre del Mesías, es Yahshua o Yahoshua; pues bien,  en el mejor de los casos, se trata de la transcripción fonética del inglés para Yehoshúaʻ Yeshúaʻ ya que la “a” inglesa en ese lugar, suena “ei*”. Así el lector inglés podrá pronunciar: “Yéishua” o “Yéijoshúa” respectivamente. Entonces el latino que encuentra esto en una obra en inglés o una mala edición en español, como se señaló arriba, sin guía fonética etc., leerá de manera tosca “Yashúa” o “Yaoshua” y lo peor, es que quede convencido de que es así. Esto es, en el mejor de los casos. El peor de los casos es que alguno se atreva a afirmar que tal pronunciación es la original en hebreo y pretenda argumentarlo o sostenerlo, siendo que el nombre יְהוֹשֻׁעַ por ejemplo, está compuesto del prefijo יְהוֹ (Yeho-) que representa el nombre de Dios יהוה  YHWH, y la palabra יְשׁוּעָה yeshu’áh “salvación”; al fusionarse ambas, se produce una aféresis de la sílaba Ye y un apócope de la h en la palabra yeshu‘áh para resultar en: yeho+shu‘a convertido luego en Yehoshúa‘ esto es: “YHWH (es) Salvación”.


En conclusión, ahora que conoce las opciones correctas, usted tiene la versatilidad de usar desde Jesús, hasta Yehoshúa’ sobre todo con la certeza inmutable de que sea cual sea, Dios lo ha de escuchar. ¡Bendiciones!

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 A TRAVÉS DE LAS ESCRITURAS

La lingüística es el estudio del idioma humano, que nos ayuda a entender el contexto, composición y sintaxis del idioma. Como el texto bíblico fue escrito en un idioma humano, el objetivo de esta disciplina es revelar cómo el escritor quiso comunicar sus ideas y cómo el receptor debería interpretarlas.

Esta disciplina en los últimos años ha incrementado la metodología de estudio. También debemos entender el trasfondo cultural, que nos ayudará en el análisis del estudio bíblico.

Los grandes investigadores bíblicos como Dr. Robert Lindsey, Dr. David Flusser, David Vivid, etc. han encontrado en los evangelios expresiones en hebreo que no tienen un equivalente en el idioma griego, para poder entender el pensamiento es necesario reordenar las palabras o entender el contexto hebreo para poder traducirlo.


Como sabemos hay traducciones que no se pueden hacer literalmente entre idiomas, hay que conocer la palabra en el contexto o la tradición cuando el escritor la utilizó. Por ejemplo Pablo utiliza la palabra circuncisión para referirse a los judíos y no al acto como tal.

El Dr. Roy Blizzard comenta que muchas de las palabras de Jesús tienen un sentido oculto o misterioso al ser traducidas a otro idioma, pero la óptica del idioma original lo hace más claro. Indiscutiblemente, conocer el idioma hebreo, la literatura rabínica y la cultura hebrea son las herramientas más útiles para entender los evangelios y las epístolas paulinas.

Los hebraísmos son conceptos hebreos particulares de su cultura que no tiene una traducción literal, conceptual o alegórica a otro idioma.

Antes de comenzar tenemos que tener en cuenta que el idioma se modifica con el tiempo, evoluciona y sufren cambios de sintaxis. Las expresiones regionales no son las mismas en otras regiones dentro del mismo país. Por ejemplo cuando a Pedro lo reconocieron luego de entregar a Jesús, pudo ser identificado por ser de Galilea y por su manera particular de pronunciar el hebreo, a diferencia de los judíos de Jerusalem, Mat. 26:69. “Pedro estaba sentado fuera del patio; y se le acercó, una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el Galileo” El verso 73: “Verdaderamente también tú eres de ellos; porque aun tu manera de hablar te descubre

En este breve estudio dedicaremos gran parte al Nuevo Testamento por ser el que mayores problemas de traducción de conceptos hebreos al griego contiene. El 90% de los problemas de interpretación bíblica corresponde al desconocimiento del idioma original, la cultura y a la traducción bíblica.

Es importante que la comunidad cristiana afine esfuerzos para concienciar a los líderes educativos a reconstruir una teología reparatoria en los conceptos fundamentales de la fe hebrea que ha sido víctima del prejuicio y de la tradición antijudía. 

La comunidad académica en los diferentes centros de estudios religiosos en todo el mundo está consciente de esta problemática.

·         Texto Hebreo:

1. Génesis 6:8 – “Pero Noé halló gracia antes los ojos de YHVH.

En este verso se usa una expresión para humanizar al Creador: ojos, y un hebraísmo, gracia (ajen – חֵן – h2580), que significa alcanzar la misericordia, el favor de Dios.

2. Génesis 4:1 – “Adán conoció a sus esposa Eva…,” (Lucas 1:34)

La expresión conoció (yadá – יָדַע – h3045) en este caso significa realizar un acto sexual entre el hombre y la mujer.

3. Génesis 30:22 – “Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos

Este verso también humaniza a Dios y la expresión se acordó (zakar – זָכַר – h2142) significa que se va a interceder a favor de alguien.

Al igual que José pidió se acordaran (interceder a su favor) ante el faraón. Génesis 40:23 “Pero el copero jefe no se acordó de José, sino que lo olvidó” – (Vea Lucas 23:42).

4. Exodo 15:6 – “Tu diestra, oh YHVH, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh YHVH, ha quebrantado al enemigo

La palabra diestra (yamín – יָמִין  h3225) significa también poder o autoridad, poder supremo y no tan solo dirección. “Entonces yo mismo reconoceré que tu diestra me podrá salvar” Job 40:14. La versión King James lo traduce como mano derecha de Dios, traducción completamente errada.

5. Exodo 33:23 – “Después apartaré mi mano, verás mi espalda, pero no mi rostro

Esta es una expresión sumamente humanizada de la divinidad, espalda es un símbolo o alegoría para entender que Dios se compadecía de la esclavitud de Israel en Egipto.

6. Salmos 16:10 – “Porque no dejarás mi alma en el sepulcro, ni permitirás que tu Santo vea corrupción

La palabra alma (néfesh – נֶפֶשׁ  h5315) tiene múltiples usos por ejemplo: aliento de vida, el viento, las emociones, uno mismo, la gente, persona total, etc.

Contrario a la palabra griega alma (psujé – ψυχή – g5590) que significa espíritu, alma inmortal. Así que en el contexto hebreo conoceremos cual será el significado que se aplica, por ejemplo el Salmista espera la promesa de resurrección en todo su ser como humano (néfesh), no como espíritu.

En 1 Corintios 15:45 “El primer Adán fue hecho un alma viviente” Aquí se usa la palabra psuje con relación al concepto hebreo del ser (néfesh).

5. Deuteronomio 6:4 – “Oye, Israel: YHVH nuestro Dios, YHVH uno es

La expresión “oye” se interpreta como orden, dirección, atención o acción (shemá – שָׁמַע – h8085).

6. Deuteronomio 22:13 – “Cuando alguno se casa con una mujer, y después de haberse llegado a ella le cobra aversión

Significa completado la relación sexual.

·         El Nuevo Testamento:

1. Mateo 14:19 – “Entonces manda a la gente (ojlos – ὄχλος – g3795recostarse sobre la hierba..

En la traducción griega se utiliza el singular, mientras que el hebreo usaría la palabra plural hamoním (multitudes, gente de la localidad) la cual se debería usar para aclarar mejor la descripción del verso. Este es un ejemplo de los cientos de hebraísmos detrás de los evangelios.

2. Mateo 6:33 – “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas serán añadidas

La palabra  justicia (dikaiosúne – δικαιοσύνη – g1343) significa para el hebreo buscar la salvación.

Jeremías 23:6 “En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado. Y lo llamarán: YHVH justicia nuestra” (tsedeq – צֶדֶק – h6664).

3. Mateo 12:18 – “…Pondré mi Espíritu sobre él, y a los gentiles anuciara juicio

La palabra juicio (mishpat – מִשְׁפָּט – h4941) en el contexto hebreo significa también salvación.

Vea Salmo 89:14 “Justicia y Juicio (salvación) son el fundamento de tu trono, el amor y la fidelidad van delante de ti”. Este verso ha sido muy mal interpretado por la comunidad cristiana cuando dice: “Y os sentéis sobre tronos a juzgar (salvar) las doces tribus de Israel

Se hace referencia al salmo 122 cuando a Jerusalem suban las naciones adorar al Eterno. “Porque allí están las sillas del juicio (salvación), las sillas de la casa de David

4. Lucas 10:9 – “El reino de Dios se ha acercado a vosotros

La palabra acercado (egiken – ἐνγίζω – g1448) en el griego difiere de la palabra en el hebreo (karav – קָרַב).

Ésta significa algo que ya aconteció, se cumplió, ya llegó y no algo futurista como se interpreta en la cristianad. El reino (basileia – βασιλεία – g932 = reglas) para los hebreos significa aquellos que son gobernados por las reglas (leyes) de Dios.

Entre los seguidores de Jesús se conocía como el reino de los cielos.

Cielos era una palabra que se usaba para evitar la pronunciación de YHVH – Ej. «jurar por el cielo«.

5. Lucas 11:20 – “Si por el dedo de Dios , yo echo los demonios, entonces el reino de Dios a llegado a vosotros

Esta expresión en la mente del hebreo se usa para definir la autoridad y la voluntad de Dios. Jesús tenía la voluntad de realizar milagros para demostrar su procedencia.

6. Mateo 5:3 – “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos

Este hebraísmo explica que todos aquellos que se han sometido a hacer la voluntad de Dios y son marginados por la sociedad como que pobres de espíritu. La traducción griega no cumple con la explicación cabal del término.

7. Lucas 23:31 – “Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿qué no harán  en el seco?

Para poder entender el verso hay que conocer la metodología rabínica que está usando Jesús, él hace un remez «una relación a Ez. 20:45, 21:7. En la alegoría de Ezequiel los árboles verdes son los justos y los secos son los malvados.

8. Mateo 11:12 – “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan

Este verso alude a una interpretación rabínica del que abre camino (parta – פָּרַץ – h6555), Miqueas 2:12-13 dice: “Ante ellos subirá el que abre camino, pasarán la puerta y saldrá por ella... Su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos irá YHVH

Aquí el reino de los cielos se compara con el rebaño de ovejas que en las noches, el pastor tiene que hacer una muralla de rocas alrededor para protegerlas como costumbre en Israel.

Por la mañana, como tienen hambre empiezan a golpear las paredes (sufre violencia) entonces el pastor hace un agujero entre las rocas y las libera. El reino es el rebaño que ya encontró libertad, hace violencia para salir y Juan el Bautista es el que abre el camino del reino y la cabeza será Dios mismo.

9. Lucas 12:49-50 – “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?. De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!

Este verso es una alegoría, al igual que los profetas en el Antiguo Testamento usaban para sus mensajes alegorías (Ez. 20:45), aquí Jesús usa el mismo recurso.

Además es una pieza poética de la literatura hebrea que utiliza paralelismos, dos expresiones iguales en dos oraciones. Esta técnica se usa mucho en la literatura hebrea.

En Oseas 13:4 se utiliza seol por muerte. Aquí el paralelismo es fuego con bautismo.

El Dr. Roy Blizzard hace una excelente interpretación de estos versos difíciles de explicar en su libro – “Entendiendo las palabras difíciles de Jesús

10. Mateo 6:22 – “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz

En el primer siglo la expresión en el folklor hebreo “ojo bueno” significaba una persona generosa, honesta y noble, mientras que la expresión “ojo malo” significa una persona miserable y maliciosa con el prójimo.

Este verso hace referencia a este concepto cultural del tiempo de Jesús. Es una expresión idiomática (ojo bueno) que quiere decir, si tú eres generoso. Tiene quizás una traducción literal pero no conceptual.

11. Mateo 5:20 – “Porque os digo, que si vuestra justicia (tsedaka) no es mayor que la de los escribas y los fariseos, no entrareis al reino de los cielos

En los tiempos de Jesús las palabras hebreas tenían su significado en la tradición de los Padres. Justicia comprende obras de caridad, limosnas, amparo a los necesitados. Se hace una crítica debido a que algunos religiosos enfatizaban el ritual y no los actos de caridad, que son ante Dios la demostración de la fe (la acción).

Aquellos seguidores que no pudieran superar a los religiosos, no podrían pertenecer a su movimiento religioso llamado reino de los cielos (discípulos, cuerpo de seguidores).

12. Lucas 9:44 – “Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras..

Esta expresión hebrea quiere decir anunciar, comunicar una noticia con urgencia (Ex 17:14)

13. Lucas 9:51 – “Afirmó su rostro para ir a Jerusalén

El hebreo utiliza partes del cuerpo como: pies, cara, manos en las expresiones idiomáticas.

Aquí cara indica una acción o incorporar, comenzar a caminar hacia o moverse (Exodo 33:15).

En Isaías 63:9 se utiliza la expresión  “el ángel de su rostro” como el ángel de YHVH o ángel de su presencia – (Vea Génesis 16:6, Exodo 3:6, Génesis 50:1).

Este verso muestra claramente que la traducción debe ir más allá del idioma griego, para rescatar el verdadero significado de esta expresión idiomática. Este verso es muestra de una traducción literal (prósopon – cara) y no idiomática.

14. Lucas 10:6 – “Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz (shalom) reposará sobre él

La palabra hijo tiene muchos significados, “hijos de la casa”, amistades, “hijos de muerte”, alguien que desea mal.

En este verso significa aquella persona que desea ser tú amigo, generoso, hospitalario.

15. Juan 6:53 – “Si no coméis la carne del hijo del hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros

Los judíos se escandalizaron al oír algo tan mostruoso, la Ley prohibía comer sangre y más aún comer carne humana. El Mesías estaba hablando en idioma figurado y no literal, sobre su muerte y la cena de Pesaj. [Otros entienden que la expresión se refiere a digerir sus enseñanzas]

16. Mateo 5:22 – “Y cualquiera que de diga: Fatuo, quedará expuesto al fuego del infierno

Al sur de Jerusalén había un crematorio, un basurero donde constantemente ardía el fuego quemando la basura, llamado el Guehéna.

En algún tiempo en este lugar se rindió culto a Moloc. En tiempo de Jesús se mencionaba este lugar como símbolo de destrucción, juicio, castigo y paganismo.

La expresión infierno responde a este lugar físico y no al lugar mitológico de los griegos (infernos), de castigo eterno.

https://atravesdelasescrituras.com/2016/08/23/hebraismos-en-las-escrituras/

 

Raíces Hebreas del Cristianismo y de la Fe Bíblica

“…sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti….” – Romanos 11:18

Hablar de orígenes, es hablar de raíces y hablar de raíces es hablar -como lo dijera el Dr. Dan Ben Avraham – de lo que no se ve del árbol, pero que lo sostiene y alimenta….


El hecho de que la raíz no se vea, no implica que no exista… En muchas formas, tal vez nuestra perspectiva teológica está totalmente separada de la cultura hebrea, sin nada que ver ni con Israel, ni con los pactos de la promesa, ni con Abraham.

Como resultado, Israel, los hebreos y el judaísmo son vistos en el mejor de los casos, como algo separado, superado y sustituido por el Cristianismo. Sin embargo, un estudio honesto y profundo de las Escrituras, revelara que hay una relación mucho más estrecha de lo que nos podamos imaginar.

·         Opinión de académicos y teólogos:

“Los escritores de la Biblia son hebreos, la cultura es hebrea, la religión es hebrea, la tradición es hebrea y los conceptos son hebreos”

David Bivin / Roy Blizzard

 El cristianismo histórico y la Fe Bíblica no derivan del paganismo, fuentes helenistas o de puntos de vista especulativos del mundo…Tampoco, es una religión sincretista enraizada en cultos místicos, sectas gnósticas, filosofías naturalistas o pensamientos politeístas…sino que el cristianismo está anclado en la Biblia hebrea, en la Ley, los Escritos y los Profetas.

Dios inspiro Su palabra en la mente de los autores bíblicos dentro de un entorno cultural hebreo

“La Biblia surgió en un contexto histórico hebreo y la mayoría de las cosas que en ella semencionan, tienen sentido si las estudiamos teniendo en cuenta su entorno hebraico…cuando dicho entorno falta o es ignorado, se pierde mucho de su riqueza y sustancia espiritual…”

Dr. Dan Ben Avraham

“Los cristianos primitivos no se consideraron a ellos mismos seguidores de una nueva religión. Toda su vida habían sido judíos y continuaban siéndolo….los cristianos primitivos no rechazaron el judaísmo, sino que llegaron a la convicción de que su fe era elcumplimiento de un largo tiempo de expectación por su Mesías…”

 Dr. Justo González

“La evidencia del Nuevo Testamento es irrefutable acerca del comienzo de la Iglesia: en sus orígenes, el Cristianismo fue esencialmente judío. La ausencia de esencialidad judía actualmente en la Iglesia es un asunto de historia, no de orígenes…”

 Dr. Marvin Wilson.

«Académicos quienes examinan los cientos de antiguos documentos Judíos ahora disponibles, se dan cuenta cuan difícil es separar el judaísmo de los escritos cristianos…»

 James H. Charleswoth

“…los cristianos primitivos fueron un grupo establecido dentro del judaísmo intentando establecer sus enseñanzas como normativas para todos los judíos. La primera generación cristiana fue parte del Judaísmo Bíblico, pero la segunda que lo reemplazo, se separo de aquel…»

 Erudito presbiteriano Dr. Harry E. Gaylord

Muchos cristianos ignoramos que la Fe Bíblica y el Cristianismo tiene raíces y estas raíces están en las profundidades del suelo Hebreo.

La base completa de las enseñanzas en académicos cristianos debería estar basada en no solo un conocimiento del AT, sino en un amplio entendimiento de la cultura, literatura rabínica, escritos judíos y cristianos, arqueología y lenguajes de la época.

La civilización cristiana tiene su origen en el judaísmo; su literatura sagrada, la Biblia, es un libro procedente del pueblo del libro, es decir, los judíos.


·         Romanos Cap 3:

¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios

De allí que se habla en el occidente de la cultura judeo-cristiana, indicando no solamente la procedencia, sino la relación y dependencia del cristianismo de sus orígenes Hebreos.

Con toda confianza podemos decir, que el Cristianismo y la Fe Bíblica tienen raíces y estas raíces están en las profundidades del suelo hebreo y muchas veces ignoramos esto.

Desde el punto de vista académico, hablar de las Raíces Hebreas de la Fe Bíblica y del Cristianismo, es hablar de una herramienta de interpretación Bíblica que nos permitirá una comprensión apropiada de las Escrituras.

Es penetrar y explorar el mundo interno del pensamiento Bíblico

¿Cual es el trasfondo cultural y religioso de los autores de la Escritura? ¿Entenderemos la Escritura principalmente a través de los ojos del Helenismo (pensamiento y cultura griega)? ¿O de la cultura china o de la occidental?

También nos referimos a interpretar las enseñanzas del llamado Nuevo Testamento, tal y como lo entendieron los creyentes de Jesús (Yeshua en hebreo) en el primer siglo.

A la hora de leer las Escrituras y el llamado Nuevo Testamento y sobre todo antes de explicarlas, debemos tener presente que es un libro hebreo.

Por lo tanto, para trazar bien las Escrituras y el llamado Nuevo Testamento, es imperativo conocer el trasfondo hebreo, no el griego o romano, porque de hacerlo así corremos el peligro de torcer el mensaje sagrado.

Por último, hablar de las raíces hebreas de la Fe Bíblica y del Cristianismo, es hablar de la herencia o fundamentos y para conocer esta herencia, es necesario emprender la búsqueda:

Que creyó Jesús (Yeshua)? – Que estilo de vida llevo? – Los apóstoles, siguieron a Jesús o empezaron una nueva religión?

Recordemos que tener Fe en Jesús es diferente de tener la Fe de Jesús y ambos aspectos son importantes.

A través del estudio de las raíces hebreas de la Fe Bíblica y del Cristianismo, se proveerá del contexto cultural-religioso que por razones históricas y consideraciones teológicas nunca se ha suplido.

De faltar este contexto, se corre el peligro a la especulación textual o exegética para intententar y comprender el texto. Por otro lado, cuando dicho entorno o contexto falta o es ignorado, se pierde mucho de su riqueza y sustancia espiritual.

“Si los Cristianos tienen la Biblia de los Hebreos, los escritos neo testamentarios salidos, humanamente hablando, de la pluma de los hebreos y si creen y siguen las enseñanzas del Mesías prometido a los hebreos, sería entonces los más natural que conocieran tanto como sea posible de su raíz hebraica… para una comprensión apropiada de las escrituras…” Dan Ben Avraham

El llamado Antiguo Testamento representa el 78 % del texto bíblico, el 22 % lo compone el llamado Nuevo Testamento.

Si tomamos en cuenta que del Nuevo Testamento el 50% fue escrito por judíos y para judíos, elevaría a un 90% el trasfondo hebraico de las Escrituras.

Ahora si de ese 10 % restante tomamos en cuenta que no menos de 167 citas de Moisés, los Salmos y los profetas se encuentran en las cartas de Pablo, esto elevaría a un 95% el trasfondo hebraico de las Escrituras.

Pero si recordamos que ese 5% tiene como intención mostrar la verdad hebrea de la redención y de la salvación a una audiencia no hebrea, entonces el mensaje mismo aunque vestido de griego, tiene un trasfondo hebraico que no debemos ignorar si queremos ser fieles al mensaje de las Escrituras.

 * Ventajas de estudiar la Escritura desde una perspectiva Hebrea:

·         A través del estudio de las Raíces Hebreas de la Fe Bíblica y del cristianismo, las palabras de Jesús (Yeshua en hebreo) y de los autores del NT, se vuelven mas relevantes y normativas para nuestras vidas.

·         Provee una visión más rica y profunda de la Palabra.

·         Una mayor claridad acerca de las enseñanzas de Jesús (Yeshua) y los Apóstoles.

·         Proveer la realidad y contexto histórico, político y religioso que por razones

·         Históricas y consideraciones teológicas se perdieron y nunca fueron suplidos

·         Evitar la especulación textual para intentar interpretar el texto

·         Te ayuda a comprender mejor la herencia que procede de Abraham, Isaac y Jacob.

·         Detectar y eliminar las doctrinas greco-romanas y filosóficas que se infiltraron en la Fe verdadera en los primeros siglos.

·         Elevar nuestro nivel de vida espiritual, de tal manera que nos permita profundizar en nuestro caminar y compromiso con Dios y que nos permita cumplir lo mejor posible, la misión en la vida que Dios nos ha asignado.

·         Ser más efectivos en nuestro ministerio.

·         Todo lo anterior a fin de traer honor y gloria al Dios de Israel.

La inmensa mayoría de los cristianos educados en una teología católica o reformada, tenemos el derecho a conocer las Escrituras desde una perspectiva Hebrea y estar en condiciones de revisar críticamente lo que nos ha sido enseñado.

La Biblia es un libro Hebreo, escrito por Hebreos, con una mentalidad Hebrea, con una perspectiva del Dios de Israel y de la Fe Hebrea. Así pues, no podemos acercarnos a las Escrituras ignorando su trasfondo Hebreo porque estaríamos forzando entonces sus escritos y estableciendo principios de interpretación extraños a la Fe de los profetas, del Mesías y de los Apóstoles.

Uno de los más grandes teólogos cristianos del siglo XX, Karl Barth en su famosa obra Dogmática, dijo:

“La Biblia es un libro hebreo y no hace sentido a nadie que no sea al menos espiritualmente un semita”

G.Corpus

“…me he convertido en su enemigo, por deciros la verdad?” – Gálatas 4.16

https://atravesdelasescrituras.com/2016/04/20/raices-hebreas-del-cristianismo-y-de-la-fe-biblica/

 













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