Los idiomas de Jesús – Hebreo & Arameo
https://atravesdelasescrituras.com/2018/12/25/el-nombre-del-mesias/
Quien viaja usualmente a la tierra de Israel se deja llevar por una
triste ilusión: pensar que Jesús hablaba la misma lengua que las gentes que hoy
ocupan los lugares. Hoy en día, el hebreo es la lengua oficial del moderno
estado de Israel. Con una sabia determinación, se ha impuesto esta lengua como
una forma de unificar a los habitantes del territorio y formar la unidad
nacional. Sin embargo, este espectáculo se diferencia mucho del que ofrecía a
la vista del peregrino de hace dos mil años.
Hay que advertir,
ante todo, que Palestina ha sido desde antiguo tierra de paso, y por esto
mismo, tierra políglota, un lugar donde siempre se ha hablado más de una
lengua. En la época de Jesús, por ejemplo, se hablaban al menos dos lenguas
locales: el arameo y el hebreo, lenguas habladas o comprendidas por la mayoría
de la población. Se usaban también otras dos lenguas “internacionales”: el griego y el
latín, en las que se expresaban aquellas personas vinculadas a ambientes de la
administración del imperio romano o de la cultura griega.
Diremos, para
comenzar, que el hebreo actual es una lengua moderna (no confundir con el hebreo
bíblico), nacida de los esfuerzos del publicista Ben Yehuda durante el siglo
pasado, pensando en la creación del «Hogar» sionista que posteriormente se constituyó sobre
una porción de Palestina.
Ahora bien, esto NO
significa que porque el hebreo no fuera usado por el Pueblo Elegido no sea una
lengua antigua, considerada por los lingüistas dentro de las lenguas semíticas.
Todas estas lenguas son parientes entre sí, como el francés lo es de las
románicas, del italiano, español o rumano.
Quienes acompañaban a
Abraham hablaban un dialecto semítico análogo al babilónico de la baja
Mesopotamia. Los cananeos, en cambio, hablaban uno más preciso, mejor
construido.
Al regresar de
Egipto, los hebreos «fijaron» su idioma adoptando construcciones del cananeo. Y así como en la
Francia medieval existían los de ’oil’ y de ’oc’, los de Judea pronunciaban
’ch’ la ’s’ de los efraimitas. Por esto el cántico de la profetiza Débora está
basado en un vocabulario tan particular. Y como el Libro Sagrado fue redactado
casi exclusivamente en Judea, el hebreo judaico prevaleció sobre el resto.
El Rey-Profeta David
y Salomón hablaban este hebreo. Y así fue hasta la deportación a Babilonia. Al
regreso se produjo un lento declinar de esta lengua y fue suplantada por un
dialecto local. Sin embargo los sabios y escritores de las Sagradas Escrituras
utilizaban este hebreo como «lengua santa» al modo que los
escolásticos y la Iglesia católica utiliza el latín como lengua sagrada. El
hebreo se convirtió, por tanto, en «lengua de santidad», leshon da kodesh, o «la lengua de los sabios«. Los doctores de la
Ley enseñaban en hebreo como nuestros teólogos enseñaban en latín. Las
plegarias y rogatorios se pronunciaban en hebreo.
Sobre este tema, el
profesor David Flusser, un erudito judío ortodoxo en Jerusalén, escribe:
“Los idiomas hablados entre los judíos de ese
período eran el hebreo, el arameo y hasta cierto punto el griego. Hasta hace
poco, numerosos eruditos creían que el idioma que hablaban los discípulos de
Jesús era el arameo. Es posible que Jesús, de vez en cuando, hiciera uso del
lenguaje arameo. Pero durante ese período, el hebreo era tanto el lenguaje
cotidiano como el idioma de estudio. El Evangelio de Marcos contiene algunas
palabras arameas, y esto fue lo que engañó a los eruditos. Hoy, después del
descubrimiento del hebreo Ben Sira (Ecclesiasticus) [un libro de los
Apócrifos], de los Rollos del Mar Muerto y de las Cartas de Bar Kokhba, ya la
luz de estudios más profundos del lenguaje de los Sabios judíos, se acepta que
la mayoría de las personas hablaban hebreo con fluidez. El Pentateuco se
tradujo al arameo en beneficio de los estratos más bajos de la población. Las
parábolas en la literatura rabínica, por otro lado, fueron entregadas en hebreo
en todos los períodos. Por lo tanto, no hay razón para suponer que Jesús no
hablaba hebreo; y cuando se nos dice (Hechos 21:40) que Pablo hablaba hebreo,
debemos tomar esta información a su valor nominal «. (Fuentes judías en el
cristianismo primitivo, POB 7103, Tel Aviv 61070: MOD Books, 1989)
(Véase
también Shmuel Safrai, “Las lenguas habladas en el tiempo de Jesús”, en
Jerusalén Perspectiva 4: 1 (enero / febrero de 1991), págs. 3–8, 13; y William
Chomsky, Hebreo: El lenguaje eterno (Filadelfia: The Jewish Publication Society
of America, 1957; cuarta impresión, 1969),Capítulo 11, titulado «¿Murió el
hebreo alguna vez?» (su respuesta es: No).
·
El arameo, lengua popular:
La lengua hebrea,
lengua en la que fue escrito el Antiguo Testamento, se usaba de ordinario en la
liturgia sinagogal del shabat, aunque no todos los participantes la
comprendiesen plenamente. En cambio, la lengua aramea era la lengua familiar
del pueblo hebreo de Palestina desde hacía varios siglos. Era la lengua común
en toda Palestina y más particularmente en el norte del país, por ejemplo, en
Nazaret y Cafarnaún, lugares donde Jesús creció y transcurrió la mayor parte de
su vida. También se hablaba o era comprendida fuera de Palestina.
Respecto a las
lenguas griegas y latina, las hablaban las personas de una cierta cultura o los
administradores del Estado, según lo prueban las numerosas inscripciones de la
época.
Es notable ver que
poco antes de la venida del Salvador, el hebreo conoció un resurgimiento. Se
cree que en la comunidad de los esenios, amigos del Señor, se hablaba en
hebreo. Nuestro Señor, según nos cuenta Lucas, enseñaba en el Templo, «desenrollando el libro del
profeta Isaías y leyendo«. Por tanto para Sus prédicas a los doctores, utilizaba
la lengua sacra. Pero en la vida corriente, se utilizaba otro idioma: el
arameo. Para Sus prédicas populares, es creíble que el Jesús no utilizase el
hebreo sino el arameo para expresarse.
Ahora bien, el arameo
no era una lengua corrompida como muchos progresistas «expertos» propagan sin
empacho, incluso en libros o documentales de televisión. Ellos dicen que el
arameo es una degradación de la lengua, un dialecto degenerado que habrían
traído del exilio en Babilonia.
Pero el arameo es una
lengua tan original como lo es el hebreo. Era la lengua que hablaban las tribus
nómadas que fundaban reinos efímeros a lo largo y ancho de la Fértil Medialuna,
si lograr jamás unificarse. A causa de esto los israelitas les llamaban «allegados«. Por razones poco comprendidas,
esta lengua no se perdió cuando el esplendor político de los arameos decayó,
sino que, por el contrario, ingresó a una prodigiosa expansión. En toda el Asia
anterior, del mar de Irán, de las fuentes del Éufrates al golfo Pérsico, el
arameo sustituyó todas las lenguas nativas.
Aprecie el lector la
magnitud del cambio: en el siglo VIII A.C. solamente los grandes hablaban
arameo y el pueblo hablaba hebreo; en tiempos del Señor, el pueblo hablaba
masivamente el arameo y sólo los grandes hablaban hebreo.
El arameo era una
lengua más civilizada que el hebreo, mucho más flexible, más apta para expresar
los matices y circunstancias de un relato o las evoluciones del pensamiento.
Además contaba con muchísimas sutilezas: los galileos no pronunciaban como la
gente del Jerusalén. Pedro es reconocido como galileo por una criada.
Los evangelios están
poblados de numerosos vocablos arameos, utilizados incluso por el propio señor:
Abba, haceldama, Gabbata, Gólgota, Mamonas, Mestriah, Pascha y hasta frases
enteras como el mandamiento «thalita qumi», que Cristo da a la hija muerta de Jairo. O
el célebre «Eloi, Eloi, lamma sabachtani» de Jesús en el madero que se interpreta
como una oración de Jesús pues son las palabras que abren el salmo 22. Fueron
dichas en arameo y transcriptas fielmente por los evangelistas en griego. Los
evangelistas quisieron conservar y transmitir por escrito esta frase de Jesús,
frase que los primeros cristianos, que hablaban el arameo, la conservaban en la
memoria.
Estas palabras son
algunas de las dichas con toda seguridad por Jesús en arameo. Lo confirman el
análisis lingüístico y la comparación con los dialectos arameos que se usaban
en la época de Jesús.
También es el caso de
los nombres propios, de personas o de lugares, por ejemplo, Bar Yona, o
Barrabás, nombres de personas de clara matriz aramea, compuesto por término bar
= hijo, con la adición del nombre del padre.
Entre los nombres de
lugar hallamos Cafarnaún, que proviene de la forma Kefar Nahum, es decir pueblo
de Nahum; o Hacéldama, nombre mencionado en los Hechos de los Apóstoles (1,19),
formado de la unión de dos palabras: Haqel demá, campo de sangre. Asimismo, los
nombres de mujer: Marta (Lc10, 38) y Tabita (Hechos 9,36), que significan
respectivamente Señora y Gacela, son formas arameas bien conocidas y nombres
usados en la época del Señor. El sobrenombre de Pedro: Cefas, corresponde a la
forma aramea Kefa, es decir Piedra. Los nombres de Gólgota (Mt 27,33) y Gábata
(Jn 19,13), mencionados en el relato de la Pasión, provienen igualmente de dos
palabras que significan “(lugar del) Cráneo” y “lugar realzado” respectivamente.
Por muestra tenemos
que en ciertas partes del libro de Esdras y de Jeremías, los de Daniel y Mateo
se empleó el arameo en la primera redacción, antes de su traducción al griego.
Targum Arameo
También el arameo es
el idioma principal del Talmud, el Bahir y el Zohar. La
literatura talmúdica se sirve de las Targum (targumin), que son «traducciones» al arameo del
original hebreo. En la época de Nuestro Señor en cada sinagoga habían un «targoman» o traductor al
arameo de las enseñanzas y preceptos divinos, que explicaba y traducía al
arameo los textos para quienes no sabían o no dominaban el hebreo.
Aunque hay pruebas de
que se hablara en la Judea del siglo I, es todavía hoy la principal lengua
de algunas pequeñas comunidades no arabófonas de Oriente Medio.
El grupo arameo
pertenece a la familia de las lenguas semíticas, como el árabe y
el hebreo, que a su vez forman parte de la macrofamilia afroasiática,
y al grupo de lenguas semíticas noroccidentales que incluye a
las lenguas cananeas.
·
Los dialectos del arameo:
Los especialistas del
arameo quieren ahondar más en el tema y distinguen varios dialectos arameos en
la Palestina de los tiempos evangélicos. Estos dialectos están atestiguados por
los hallazgos epigráficos. Basándose en dichos datos podemos distinguir siete
dialectos hablados en otras tantas zonas de Palestina y regiones limítrofes:
1. Arameo de Judea
2. de Judea sudoriental
3. de Samaría
4. de Galilea
5. de Transjordania
6. de la zona de Damasco
7. del valle del Orontes.
Aunque esta división
aparezca un poco artificial, sin embargo, hay que admitir que existían
variantes que no obstaculizaban la comprensión de la lengua, vista la escasa
extensión de la región.
Hoy en día subsiste
el arameo oriental, o más bien «arameos» en la zona de Mesopotamia. Al sur de
Damasco, en Maamula (Mamula) se habla el arameo occidental y gracias a esta preservación se ha
podido transcribir la oración del «Padre nuestro» en arameo.
PADRE NUESTRO ARAMEO
Jesús hablaba
ciertamente el arameo de Galilea, pero sus palabras arameas recordadas por los
evangelistas han sido “jerosolimizadas” por la naciente Iglesia y transmitidas, por tanto,
según el dialecto hablado en Jerusalén, donde nació la Iglesia. Conviene
aclarar que las diferencias entre los dos dialectos eran mínimas.
Estas breves
consideraciones nos muestran cómo Jesús, hijo de su tiempo y de su tierra, no
se desdeñó de hablar la lengua materna, adaptándose a la cultura de su época.
Pero… ¿esto quiere decir que el hebreo y el arameo eran las dos únicas
lenguas que se hablaban en la época del Redentor?
Los relatos
evangélicos nos cuentan que Pilatos ordenó clavar un letrero sobre la Cruz que
estaba escrito en tres idiomas: hebreo, griego y latín.
El latín era la
lengua de los invasores y tenía muy poco uso, pero era el idioma oficial del
Imperio y se utilizaba para todas las comunicaciones oficiales. Flavio Josefo
concuerda con esto y añade que todas las comunicaciones y decretos se
acompañaban de una traducción en griego.
El griego estaba muy
difundido en el Cercano Oriente y en todo el Imperio. Los rabinos levantaban
una lucha cultural contra el invasor que imponía costumbres paganas:
«Quien enseña griego a su hijo – decían – es maldito al igual que el que
come puerco».
Pero esto no impedía
que sus grandes sabios, como Gamaliel, lo conocieran perfectamente. El Libro de
Hechos narra cómo, por darle el gusto a la población de Jerusalén tras su
detención, Pablo habla en arameo y no en griego, ya que el griego era la lengua
de la gente culta, distinguida, de los ricos, la lengua de herodes y la lengua
internacional de los negocios.
Los Evangelios, los
Hechos de los Apóstoles, casi todas las Epístolas y el Apocalipsis, fueron
escritos en lengua griega, o los menos traducidos inmediatamente a ésta.
¿Hablaba griego el Mesías Esperado?
En ninguno de los
discursos que registran los Evangelios le escuchamos pronunciar una sola cita
griega, ni siquiera una alusión, como sí lo hace Pablo. Pero cuando es
interrogado por Poncio Pilato no se sirve de ningún traductor. Y Pilatos no se
tomaba la molestia de estudiar la lengua de los sometidos y esclavos.
¿Que tipo de griego se hablaba en Palestina?
El que a partir de
Alejandría se había impuesto a los idiomas locales: ático, jonio, dorio, eolio
y se difundió en el mundo helenístico no sin sufrir deformaciones.
El griego de la Koiné
se había simplificado, suprimiéndole palabras difíciles y se dejaron de lado
las particularidades de las declinaciones y conjugaciones: utilizaba las
construcciones analíticas con preposiciones de preferencia a las formas del
griego clásico, pero ante todo había adoptado muchas palabras latinas y formas
sonoras orientales.
Definitivamente no
era el griego de Platón, pero era cómodo y muy bien adaptado para el papel
internacional que habría de desempeñar.
https://atravesdelasescrituras.com/2019/11/01/los-idiomas-de-jesus-hebreo-y-arameo/
El nombre del Mesías
Muchas especulaciones, conjeturas o en el mejor de los casos,
información muy dispersa se puede encontrar a la hora de responder a la
pregunta,
¿Cuál era el verdadero nombre del Mesías de Yisra’el?
A decir
verdad, hoy existe suficiente material lingüístico y arqueológico que permite
responder clara, concisa y objetivamente a tal pregunta. Sin embargo no se
puede dejar de lado, el mal uso que algunos pudieran llegar a darle a esta
información, como es el hecho registrado de quienes consideran inadecuado todo
nombre diferente al encontrado o “revelado” -asunto que es totalmente
inaceptable- y los sectarios y místicos que llegan a conclusiones casi que
esotéricas sobre nombres y letras etc., actos igualmente repudiables.
Por otra parte, se registra el inconveniente inusitado de la edición en español
de libros escritos originalmente ya sea en alemán o en inglés, cuya versión en
realidad queda insuficiente en términos de precisión en lo referente a nombres
Bíblicos. Esto ha producido el uso de grafías incorrectas, transliteraciones
imprecisas o transcripciones inapropiadas. Si bien no existe de manera oficial
un sistema estándar para la transliteración o transcripción fonética del hebreo
al español, recientemente la RAE ha consolidado algunas convenciones generales
las cuales aunque básicas -y en cierto grado, suficientes-, siguen siendo
ignoradas por los editores contemporáneos. Así que este material pretende ser o
bien la confirmación de las buenas fuentes que usted apreciado lector ha
podido disfrutar, o bien la estandarización y normalización de los muchos datos
que pudieran estar dispersos entre sus libros o materiales. Para comenzar
partamos de los siguientes hechos:
1) Una cosa es la transliteración de
grafías y otra diferente es la transcripción fonética. La primera
consiste en ofrecer un signo gráfico en una lengua de llegada, a un carácter de
otro alfabeto perteneciente a la lengua en transliteración. A veces, se recurre
a signos especiales para suplir la carencia de signos oficialmente utilizados
en una lengua y lograr así un mejor resultado. Sin embargo este ejercicio, a
veces no orienta en nada la pronunciación de dicho carácter en su lengua
original y para ello se requiere de la transcripción fonética, que es
técnicamente, la guía o precisión acerca de la pronunciación. Por ejemplo, al
transliterar la letra rusa ж como ž, ignoramos cómo suena realmente en
Ruso, y por eso, su transcripción fonética es ʤ, que indica que es una fricativa palatal sonora, o sea como la G de Gina en
italiano, sonido cercano a la “Y”
con un zumbido a bordo. De todas maneras, en la antigüedad se registran los
primeros intentos de trasliteración, sólo que obviamente, primitivos e
inacabados.
2)
La lengua históricamente oficial del pueblo de Jesús, el pueblo judío, es el
hebreo.
3) La lengua hebrea experimentó un cambio de alfabeto o
sistema de escritura alrededor del siglo cuarto A.P.V.M. y ciertas
estandarizaciones fonéticas en el siglo séptimo D.P.V.M. Dentro de estos
cambios, resultaron dos formas de ortografía: La denominada כתיב מלא (Ktiv
Malé’, ortografía
plena) y כתיב חסר (Ktiv Jaser, ortografía defectiva). El asunto
consiste en que antiguamente el hebreo no poseía vocales escritas, y para
brindar alguna orientación acerca de la presencia de las mismas, se recurría a
ciertas consonantes que por su implicación fonética, podían servir de alguna
manera como vocales. Sin embargo, era posible no usar o usar muy poco tales
consonantes y de ahí que resultara a veces un poco más complicado leer las
palabras; por ejemplo: Si español escribiésemos al modo que lo hacían
antiguamente los hebreos, la palabra ventilador, sería VYNTYLDWR en escritura plena y VNTLDR en escritura defectiva. Por eso
es posible encontrar al menos dos
ortografías para un mismo nombre aunque la pronunciación sea la misma. Una
broma judía, suele ser: “En hebreo puedes
escribir Noé de siete formas diferentes”.
4) El arameo, aunque fue la lengua adoptada por muchos judíos
desde el retorno de la cautividad en Babilonia, y que de hecho fue la lengua
popular sobre todo en el siglo primero D.P.V.M., respetó los nombres propios
judíos y en lo posible, los extranjeros dentro de las limitaciones de su
alfabeto.
5) El griego, siendo el idioma internacional (lingua franca) desde el siglo tercero A.P.V.M.
hasta el siglo segundo D.P.V.M, también procuró en lo posible conservar la
versión original de los nombres judíos dentro de las limitaciones de su
alfabeto cuando intentaba reproducirlos. Raras veces se atestigua una real
Helenización.
6) El griego carece de los siguientes fonemas típicos de las
lenguas semíticas (Se ha acudido para su descripción, al Alfabeto Fonético
Internacional, AFI): H semi-aspirada
(AFI: ɦ), H aspirada (AFI: h), Y Fricativa (AFI: ʎ), Pausa gutural suave
(AFI: ’), Pausa gutural fuerte (AFI: ‘),
S africada dental sorda (AFI: ts), S silbante dental sorda (AFI: ʇ),
S silbante africada sorda
(AFI: ʃ).
Con los hechos
mencionados anteriormente, se procede a analizar lo que sucedió con el nombre
del Mesías para que hoy en español exista bajo la forma de “Jesús”.
El texto griego del Nuevo testamento, desde el primer verso del primer
evangelio, Mateo, registra el nombre del Mesías con la grafía griega Ίησους. La transliteración de
estos caracteres al español resulta en: ’Iësûs (Transcripción Fonética: Iesús).
Como las primeras versiones de la Biblia en español se desarrollaron en un
ambiente de investigación arqueológica y lingüística muy pobre, con poca
tecnología y recursos, agregando el hecho de que el español era un idioma joven
todavía (nacido en el siglo noveno), el griego Ίησους, fue
vertido fonéticamente como “Jesús”, pero
hay que tener en cuenta que cuando Casiodoro
De Reina tradujo (año 1569), la J era
una vocal en español, esto es, una i;
así que al menos hasta entonces, el nombre del Mesías en español, sonaba: iesús.
Luego el español realiza una reforma fonética y el signo J pasó a ser una consonante aspirada
tal como suena hoy día.
Ahora bien, al revisar la excelente concordancia de Hatch-Redpath[2], encontramos que en la
septuaginta o versión de los setenta (LXX), los traductores usaron la grafía
griega Ίησους (’iësûs) para
varias grafías hebreas a saber
Grafía: |
Hebreo: |
Transliteración: |
Transcripción
Fonética*: |
Cita
Bíblica: |
Plena: |
יְהושׁוּעַ |
Yěḫōšūaʻ |
Yehoshúaʻ |
Dt. 3:21 |
Plena
moderada: |
יְהוֹשֻׁעַ |
Yěḫōšuaʻ |
Yehoshúaʻ |
Ex. 17:9 |
Plena
con síncopa** |
יֵשׁוּעַ |
Yēšūaʻ |
Yeshúaʻ |
2Cr. 31:15 |
Por
consiguiente cualquiera de las grafías hebreas para el nombre del Mesías arriba
presentadas, es correcta lo mismo que su trasliteración o
su transcripción fonética. Si
usted ha echado un vistazo a las citas bíblicas aportadas, se dará cuenta que Iesús, Yehoshúaʻ o Yeshúaʻ son entonces
Jesús, Josué y Jesúa en español. ¡De
manera increíble tenemos tres nombres diferentes a partir de uno solo en hebreo!
Como se señaló en la
primera página de este artículo, la traducción de obras anglosajonas o germanas
en español, resulta a veces errónea en lo tocante a transcripción fonética de
nombres (para el caso hebreos o griegos), ya que los editores no adaptan al
español la transcripción fonética de los mismos y dejan la que los autores
utilizaron en sus lenguas originales siendo que esa sólo es válida para esos
idiomas; lamentablemente, en la mayoría de los casos, tampoco añaden una guía o
concordancia fonética y el lector procederá a leer como mejor le parezca; por
ejemplo: La palabra hebrea נֶפֶשׁ es transcrita fonéticamente en alemán como Näphäsch; en Inglés como Nephesh, pero en español lo
correcto es: Néfesh. Luego
cualquiera lector hispano, al ignorar este hecho, o al no contar con la guía
fonética pertinente, se ve involucrado de alguna manera en un error, digamos en
su propio idioma.
En razón de lo dicho, hoy vemos a quienes quizá por ignorancia osan afirmar
categóricamente que el verdadero nombre del Mesías, es Yahshua o Yahoshua; pues
bien, en el mejor de los casos, se trata de la transcripción fonética del
inglés para Yehoshúaʻ Yeshúaʻ ya que la “a” inglesa en ese lugar, suena “ei*”. Así el lector inglés
podrá pronunciar: “Yéishua” o “Yéijoshúa” respectivamente. Entonces el latino
que encuentra esto en una obra en inglés o una mala edición en español, como se
señaló arriba, sin guía fonética etc., leerá de manera tosca “Yashúa” o “Yaoshua”
y lo peor, es que quede convencido de que es así. Esto es, en el mejor de los
casos. El peor de los casos es que alguno se atreva a afirmar que tal
pronunciación es la original en hebreo y pretenda argumentarlo o sostenerlo,
siendo que el nombre יְהוֹשֻׁעַ por
ejemplo, está compuesto del prefijo יְהוֹ
(Yeho-) que representa el nombre de
Dios יהוה YHWH, y la palabra יְשׁוּעָה yeshu’áh “salvación”; al fusionarse ambas, se produce una
aféresis de la sílaba Ye y
un apócope de la h en la
palabra yeshu‘áh para resultar en: yeho+shu‘a convertido luego en
Yehoshúa‘ esto es: “YHWH (es) Salvación”.
En conclusión, ahora que conoce las opciones correctas, usted tiene la
versatilidad de usar desde Jesús, hasta Yehoshúa’ sobre todo con la certeza
inmutable de que sea cual sea, Dios lo ha de escuchar. ¡Bendiciones!
A TRAVÉS DE LAS ESCRITURAS
La lingüística es el estudio del idioma humano, que nos
ayuda a entender el contexto, composición y sintaxis del idioma. Como el texto
bíblico fue escrito en un idioma humano, el objetivo de esta disciplina es
revelar cómo el escritor quiso comunicar sus ideas y cómo el receptor debería
interpretarlas.
Esta disciplina en
los últimos años ha incrementado la metodología de estudio. También debemos
entender el trasfondo cultural, que nos ayudará en el análisis del estudio
bíblico.
Los grandes investigadores
bíblicos como Dr. Robert Lindsey, Dr. David Flusser, David Vivid, etc. han
encontrado en los evangelios expresiones en hebreo que no tienen un equivalente
en el idioma griego, para poder entender el pensamiento es necesario reordenar las palabras o entender el contexto hebreo para poder traducirlo.
Como sabemos hay
traducciones que no se pueden hacer literalmente entre idiomas, hay que conocer
la palabra en el contexto o la tradición cuando el escritor la utilizó. Por
ejemplo Pablo utiliza la palabra circuncisión para referirse a
los judíos y no al acto como tal.
El Dr. Roy Blizzard
comenta que muchas de las palabras de Jesús tienen un sentido oculto o
misterioso al ser traducidas a otro idioma, pero la óptica del idioma original
lo hace más claro. Indiscutiblemente, conocer el idioma hebreo, la
literatura rabínica y la cultura hebrea son las herramientas más útiles para
entender los evangelios y las epístolas paulinas.
Los hebraísmos son
conceptos hebreos particulares de su cultura que no tiene una traducción
literal, conceptual o alegórica a otro idioma.
Antes de comenzar
tenemos que tener en cuenta que el idioma se modifica con el tiempo, evoluciona
y sufren cambios de sintaxis. Las expresiones regionales no son las mismas en
otras regiones dentro del mismo país. Por ejemplo cuando a Pedro lo
reconocieron luego de entregar a Jesús, pudo ser identificado por ser de
Galilea y por su manera particular de pronunciar el hebreo, a diferencia de los
judíos de Jerusalem, Mat. 26:69. “Pedro estaba sentado fuera del patio; y se le
acercó, una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el Galileo” El verso 73: “Verdaderamente también tú eres
de ellos; porque aun tu manera de hablar te descubre”
En este breve estudio
dedicaremos gran parte al Nuevo Testamento por ser el que mayores problemas de
traducción de conceptos hebreos al griego contiene. El 90% de los problemas de
interpretación bíblica corresponde al desconocimiento del idioma original, la
cultura y a la traducción bíblica.
Es importante que la comunidad
cristiana afine esfuerzos para concienciar a los líderes educativos a
reconstruir una teología reparatoria en los conceptos fundamentales de la fe
hebrea que ha sido víctima del prejuicio y de la tradición antijudía.
La comunidad
académica en los diferentes centros de estudios religiosos en todo el mundo
está consciente de esta problemática.
·
Texto Hebreo:
1. Génesis 6:8 – “Pero Noé halló gracia
antes los ojos de YHVH.”
En este verso se usa una expresión para humanizar al Creador: ojos, y un
hebraísmo, gracia (ajen – חֵן – h2580), que significa alcanzar la misericordia, el favor de Dios.
2. Génesis 4:1 – “Adán conoció a
sus esposa Eva…,” (Lucas 1:34)
La expresión conoció (yadá
– יָדַע – h3045) en este caso significa realizar un acto sexual entre el hombre y la
mujer.
3. Génesis 30:22 – “Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó
Dios, y le concedió hijos”
Este verso también humaniza a Dios y la expresión se acordó (zakar – זָכַר – h2142) significa que se va a interceder a favor de alguien.
Al igual que José pidió se acordaran (interceder
a su favor) ante el faraón. Génesis 40:23 “Pero el copero jefe no se acordó de José, sino que lo
olvidó” – (Vea
Lucas 23:42).
4. Exodo 15:6 – “Tu diestra, oh YHVH, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh YHVH, ha quebrantado al enemigo”
La palabra diestra (yamín – יָמִין – h3225) significa también poder o autoridad, poder supremo y no tan solo
dirección. “Entonces yo mismo reconoceré que tu diestra me
podrá salvar” Job 40:14. La versión King James lo traduce
como mano derecha de Dios, traducción completamente errada.
5. Exodo 33:23 – “Después apartaré mi mano,
verás mi espalda, pero no mi rostro”
Esta es una expresión sumamente humanizada de la divinidad, espalda es
un símbolo o alegoría para entender que Dios se compadecía de la
esclavitud de Israel en Egipto.
6. Salmos 16:10 – “Porque no dejarás mi
alma en el sepulcro, ni permitirás que tu Santo vea corrupción”
La palabra alma (néfesh – נֶפֶשׁ – h5315) tiene múltiples usos por ejemplo: aliento de vida, el viento, las
emociones, uno mismo, la gente, persona total, etc.
Contrario a la palabra griega alma (psujé – ψυχή – g5590) que significa espíritu, alma inmortal. Así que en el contexto hebreo
conoceremos cual será el significado que se aplica, por ejemplo el Salmista
espera la promesa de resurrección en todo su ser como humano (néfesh), no como espíritu.
En 1 Corintios 15:45 “El
primer Adán fue hecho un alma viviente” Aquí se usa la palabra psuje con relación al concepto hebreo del ser (néfesh).
5. Deuteronomio 6:4 – “Oye, Israel: YHVH nuestro Dios, YHVH uno es”
La expresión “oye” se interpreta
como orden, dirección, atención o acción (shemá
– שָׁמַע – h8085).
6. Deuteronomio 22:13 – “Cuando
alguno se casa con una mujer, y después de haberse llegado a
ella le cobra aversión”
Significa completado la relación sexual.
·
El Nuevo
Testamento:
1. Mateo 14:19 – “Entonces manda a la
gente (ojlos – ὄχλος – g3795) recostarse sobre la hierba..”
En la traducción
griega se utiliza el singular, mientras que el hebreo usaría la palabra plural
hamoním (multitudes,
gente de la localidad) la cual se debería usar para aclarar mejor la
descripción del verso. Este es un ejemplo de los cientos de hebraísmos detrás
de los evangelios.
2. Mateo 6:33 – “Buscad primero el reino de
Dios y su justicia, y todas las cosas serán añadidas”
La
palabra justicia (dikaiosúne – δικαιοσύνη – g1343) significa para el
hebreo buscar la salvación.
Jeremías 23:6 “En sus días será salvo Judá, e
Israel habitará confiado. Y lo llamarán: YHVH justicia nuestra” (tsedeq – צֶדֶק – h6664).
3. Mateo 12:18 – “…Pondré mi Espíritu sobre él, y
a los gentiles anuciara juicio”
La palabra juicio (mishpat – מִשְׁפָּט – h4941) en el contexto
hebreo significa también salvación.
Vea Salmo 89:14 “Justicia y Juicio
(salvación) son el fundamento de tu trono, el amor y la fidelidad van
delante de ti”. Este verso ha sido muy mal interpretado por la comunidad cristiana
cuando dice: “Y os sentéis sobre tronos a juzgar (salvar) las doces tribus de Israel”
Se hace referencia al
salmo 122 cuando a Jerusalem suban las naciones adorar al Eterno. “Porque allí están las sillas
del juicio (salvación), las sillas de la casa de David”
4. Lucas 10:9 – “El reino de Dios se
ha acercado a vosotros”
La palabra acercado (egiken – ἐνγίζω – g1448) en el griego
difiere de la palabra en el hebreo (karav – קָרַב).
Ésta significa algo
que ya aconteció, se cumplió, ya llegó y no algo futurista como se interpreta
en la cristianad. El reino (basileia – βασιλεία – g932 = reglas) para los hebreos
significa aquellos que son gobernados por las reglas (leyes) de Dios.
Entre los seguidores
de Jesús se conocía como el reino de los cielos.
Cielos era una
palabra que se usaba para evitar la pronunciación de YHVH – Ej. «jurar por el cielo«.
5. Lucas 11:20 – “Si por el dedo de Dios ,
yo echo los demonios, entonces el reino de Dios a llegado a vosotros”
Esta expresión en la
mente del hebreo se usa para definir la autoridad y la voluntad de Dios.
Jesús tenía la voluntad de realizar milagros para demostrar su
procedencia.
6. Mateo 5:3 – “Bienaventurados los
pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”
Este hebraísmo
explica que todos aquellos que se han sometido a hacer la voluntad de
Dios y son marginados por la sociedad como que pobres de espíritu. La
traducción griega no cumple con la explicación cabal del término.
7. Lucas 23:31 – “Porque si en el árbol
verde hacen estas cosas, ¿qué no harán en el seco?”
Para poder entender
el verso hay que conocer la metodología rabínica que está usando Jesús, él hace
un remez «una relación a Ez. 20:45, 21:7. En la alegoría de Ezequiel los
árboles verdes son los justos y los secos son los malvados.
8. Mateo 11:12 – “Desde los días de Juan el
Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”
Este verso alude a
una interpretación rabínica del que abre camino (parta – פָּרַץ – h6555), Miqueas 2:12-13
dice: “Ante ellos subirá el que abre camino, pasarán la puerta y
saldrá por ella... Su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos irá
YHVH”
Aquí el reino de los
cielos se compara con el rebaño de ovejas que en las noches, el pastor tiene
que hacer una muralla de rocas alrededor para protegerlas como costumbre en
Israel.
Por la mañana, como
tienen hambre empiezan a golpear las paredes (sufre violencia) entonces el pastor
hace un agujero entre las rocas y las libera. El reino es el rebaño que ya
encontró libertad, hace violencia para salir y Juan el Bautista es el que abre
el camino del reino y la cabeza será Dios mismo.
9. Lucas 12:49-50 – “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?. De
un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!”
Este verso es una
alegoría, al igual que los profetas en el Antiguo Testamento usaban para sus
mensajes alegorías (Ez. 20:45), aquí Jesús usa el mismo recurso.
Además es una pieza
poética de la literatura hebrea que utiliza paralelismos, dos expresiones
iguales en dos oraciones. Esta técnica se usa mucho en la literatura hebrea.
En Oseas 13:4 se
utiliza seol por muerte. Aquí el paralelismo es fuego con bautismo.
El Dr. Roy Blizzard
hace una excelente interpretación de estos versos difíciles de explicar en su
libro – “Entendiendo
las palabras difíciles de Jesús”
10. Mateo 6:22 – “La lámpara del cuerpo es el
ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno
de luz”
En el primer siglo la
expresión en el folklor hebreo “ojo bueno” significaba una persona generosa,
honesta y noble, mientras que la expresión “ojo malo” significa una persona miserable y
maliciosa con el prójimo.
Este verso hace
referencia a este concepto cultural del tiempo de Jesús. Es una expresión
idiomática (ojo bueno) que quiere decir, si tú eres generoso. Tiene quizás una
traducción literal pero no conceptual.
11. Mateo 5:20 – “Porque os digo, que si vuestra justicia (tsedaka)
no es mayor que la de los escribas y los fariseos, no entrareis al reino
de los cielos”
En los tiempos de
Jesús las palabras hebreas tenían su significado en la tradición de los
Padres. Justicia comprende obras de caridad, limosnas, amparo a los
necesitados. Se hace una crítica debido a que algunos religiosos enfatizaban el
ritual y no los actos de caridad, que son ante Dios la demostración de la fe (la acción).
Aquellos seguidores
que no pudieran superar a los religiosos, no podrían pertenecer a su movimiento
religioso llamado reino de los cielos (discípulos, cuerpo de seguidores).
12. Lucas 9:44 – “Haced que os penetren
bien en los oídos estas palabras..”
Esta expresión hebrea
quiere decir anunciar, comunicar una noticia con urgencia (Ex 17:14)
13. Lucas 9:51 – “Afirmó su rostro para ir a Jerusalén”
El hebreo utiliza
partes del cuerpo como: pies, cara, manos en las expresiones idiomáticas.
Aquí cara indica una
acción o incorporar, comenzar a caminar hacia o moverse (Exodo 33:15).
En Isaías 63:9 se
utiliza la expresión “el ángel de su rostro” como el ángel de
YHVH o ángel de su presencia – (Vea Génesis 16:6, Exodo 3:6, Génesis 50:1).
Este verso muestra
claramente que la traducción debe ir más allá del idioma griego, para rescatar
el verdadero significado de esta expresión idiomática. Este verso es muestra de
una traducción literal (prósopon – cara) y no idiomática.
14. Lucas 10:6 – “Y si hubiere allí algún hijo
de paz, vuestra paz (shalom) reposará sobre él”
La palabra hijo tiene
muchos significados, “hijos de la casa”, amistades, “hijos de muerte”, alguien que desea
mal.
En este verso
significa aquella persona que desea ser tú amigo, generoso, hospitalario.
15. Juan 6:53 – “Si no coméis la carne del
hijo del hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”
Los judíos se
escandalizaron al oír algo tan mostruoso, la Ley prohibía comer sangre y más
aún comer carne humana. El Mesías estaba hablando en idioma figurado y no
literal, sobre su muerte y la cena de Pesaj. [Otros entienden que la
expresión se refiere a digerir sus enseñanzas]
16. Mateo 5:22 – “Y cualquiera que de diga:
Fatuo, quedará expuesto al fuego del infierno”
Al sur de Jerusalén
había un crematorio, un basurero donde constantemente ardía el fuego quemando
la basura, llamado el Guehéna.
En algún tiempo en este
lugar se rindió culto a Moloc. En tiempo de Jesús se mencionaba este lugar
como símbolo de destrucción, juicio, castigo y paganismo.
La expresión infierno
responde a este lugar físico y no al lugar mitológico de los griegos (infernos), de castigo eterno.
https://atravesdelasescrituras.com/2016/08/23/hebraismos-en-las-escrituras/
Raíces Hebreas del
Cristianismo y de la Fe Bíblica
“…sabe que no
sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti….” – Romanos 11:18
Hablar de
orígenes, es hablar de raíces y hablar de raíces es hablar -como lo dijera el
Dr. Dan Ben Avraham – de lo que no se ve del árbol, pero que lo sostiene y
alimenta….
El hecho de que la
raíz no se vea, no implica que no exista… En muchas formas, tal vez nuestra
perspectiva teológica está totalmente separada de la cultura hebrea, sin nada
que ver ni con Israel, ni con los pactos de la promesa, ni con Abraham.
Como resultado,
Israel, los hebreos y el judaísmo son vistos en el mejor de los casos, como
algo separado, superado y sustituido por el Cristianismo. Sin embargo, un
estudio honesto y profundo de las Escrituras, revelara que hay una relación
mucho más estrecha de lo que nos podamos imaginar.
·
Opinión de académicos y
teólogos:
“Los
escritores de la Biblia son hebreos, la cultura es hebrea, la religión es
hebrea, la tradición es hebrea y los conceptos son hebreos”
David
Bivin / Roy Blizzard
El cristianismo
histórico y la Fe Bíblica no derivan del paganismo, fuentes helenistas o de
puntos de vista especulativos del mundo…Tampoco, es una religión sincretista
enraizada en cultos místicos, sectas gnósticas, filosofías naturalistas o
pensamientos politeístas…sino que el cristianismo está anclado en la Biblia hebrea,
en la Ley, los Escritos y los Profetas.
Dios inspiro Su
palabra en la mente de los autores bíblicos dentro de un entorno cultural
hebreo
“La Biblia
surgió en un contexto histórico hebreo y la mayoría de las cosas que en ella
semencionan, tienen sentido si las estudiamos teniendo en cuenta su entorno
hebraico…cuando dicho entorno falta o es ignorado, se pierde mucho de su
riqueza y sustancia espiritual…” Dr. Dan Ben
Avraham |
“Los cristianos
primitivos no se consideraron a ellos mismos seguidores de una nueva
religión. Toda su vida habían sido judíos y continuaban siéndolo….los
cristianos primitivos no rechazaron el judaísmo, sino que llegaron a la
convicción de que su fe era elcumplimiento de un largo tiempo de expectación
por su Mesías…” Dr. Justo
González |
“La evidencia
del Nuevo Testamento es irrefutable acerca del comienzo de la Iglesia: en sus
orígenes, el Cristianismo fue esencialmente judío. La ausencia de
esencialidad judía actualmente en la Iglesia es un asunto de historia, no de
orígenes…” Dr. Marvin
Wilson. |
«Académicos
quienes examinan los cientos de antiguos documentos Judíos ahora disponibles,
se dan cuenta cuan difícil es separar el judaísmo de los escritos
cristianos…» James H.
Charleswoth |
“…los cristianos
primitivos fueron un grupo establecido dentro del judaísmo intentando
establecer sus enseñanzas como normativas para todos los judíos. La primera
generación cristiana fue parte del Judaísmo Bíblico, pero la segunda que lo
reemplazo, se separo de aquel…» Erudito
presbiteriano Dr. Harry E. Gaylord |
Muchos cristianos
ignoramos que la Fe Bíblica y el Cristianismo tiene raíces y estas raíces están
en las profundidades del suelo Hebreo.
La base completa
de las enseñanzas en académicos cristianos debería estar basada en no solo un
conocimiento del AT, sino en un amplio entendimiento de la cultura, literatura
rabínica, escritos judíos y cristianos, arqueología y lenguajes de la época.
La civilización
cristiana tiene su origen en el judaísmo; su literatura sagrada, la Biblia, es
un libro procedente del pueblo del libro, es decir, los judíos.
·
Romanos Cap 3:
¿Qué
ventaja tiene, pues, el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en
todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de
Dios
De allí que se
habla en el occidente de la cultura judeo-cristiana, indicando no solamente la
procedencia, sino la relación y dependencia del cristianismo de sus orígenes
Hebreos.
Con toda confianza
podemos decir, que el Cristianismo y la Fe Bíblica tienen raíces y estas raíces
están en las profundidades del suelo hebreo y muchas veces ignoramos esto.
Desde el punto de
vista académico, hablar de las Raíces Hebreas de la Fe Bíblica y del
Cristianismo, es hablar de una herramienta de interpretación Bíblica que nos
permitirá una comprensión apropiada de las Escrituras.
Es penetrar y
explorar el mundo interno del pensamiento Bíblico
¿Cual es el
trasfondo cultural y religioso de los autores de la Escritura? ¿Entenderemos la
Escritura principalmente a través de los ojos del Helenismo (pensamiento y
cultura griega)? ¿O de la cultura china o de la occidental?
También nos
referimos a interpretar las enseñanzas del llamado Nuevo Testamento, tal y como
lo entendieron los creyentes de Jesús (Yeshua en hebreo) en el primer
siglo.
A la hora de leer
las Escrituras y el llamado Nuevo Testamento y sobre todo antes de explicarlas,
debemos tener presente que es un libro hebreo.
Por lo tanto, para
trazar bien las Escrituras y el llamado Nuevo Testamento, es imperativo conocer
el trasfondo hebreo, no el griego o romano, porque de hacerlo así corremos el
peligro de torcer el mensaje sagrado.
Por último, hablar
de las raíces hebreas de la Fe Bíblica y del Cristianismo, es hablar de la
herencia o fundamentos y para conocer esta herencia, es necesario emprender la
búsqueda:
Que creyó Jesús (Yeshua)?
– Que estilo de vida llevo? – Los apóstoles, siguieron a Jesús o empezaron una
nueva religión?
Recordemos que
tener Fe en Jesús es diferente de tener la Fe de Jesús y ambos aspectos son
importantes.
A través del estudio
de las raíces hebreas de la Fe Bíblica y del Cristianismo, se proveerá del
contexto cultural-religioso que por razones históricas y consideraciones
teológicas nunca se ha suplido.
De faltar este
contexto, se corre el peligro a la especulación textual o exegética para
intententar y comprender el texto. Por otro lado, cuando dicho entorno o
contexto falta o es ignorado, se pierde mucho de su riqueza y sustancia
espiritual.
“Si
los Cristianos tienen la Biblia de los Hebreos, los escritos neo testamentarios
salidos, humanamente hablando, de la pluma de los hebreos y si creen y siguen
las enseñanzas del Mesías prometido a los hebreos, sería entonces los más
natural que conocieran tanto como sea posible de su raíz hebraica… para una
comprensión apropiada de las escrituras…” Dan
Ben Avraham
El llamado Antiguo
Testamento representa el 78 % del texto bíblico, el 22 % lo compone el llamado
Nuevo Testamento.
Si tomamos en
cuenta que del Nuevo Testamento el 50% fue escrito por judíos y para judíos,
elevaría a un 90% el trasfondo hebraico de las Escrituras.
Ahora si de ese 10
% restante tomamos en cuenta que no menos de 167 citas de Moisés, los Salmos y
los profetas se encuentran en las cartas de Pablo, esto elevaría a un 95% el
trasfondo hebraico de las Escrituras.
Pero si recordamos
que ese 5% tiene como intención mostrar la verdad hebrea de la redención y de
la salvación a una audiencia no hebrea, entonces el mensaje mismo aunque
vestido de griego, tiene un trasfondo hebraico que no debemos ignorar si
queremos ser fieles al mensaje de las Escrituras.
*
Ventajas de estudiar la Escritura desde una perspectiva Hebrea:
·
A través del estudio de las Raíces Hebreas de la Fe
Bíblica y del cristianismo, las palabras de Jesús (Yeshua en hebreo) y
de los autores del NT, se vuelven mas relevantes y normativas para nuestras
vidas.
·
Provee una visión más rica y profunda de la
Palabra.
·
Una mayor claridad acerca de las enseñanzas de
Jesús (Yeshua) y los Apóstoles.
·
Proveer la realidad y contexto histórico, político
y religioso que por razones
·
Históricas y consideraciones teológicas se
perdieron y nunca fueron suplidos
·
Evitar la especulación textual para intentar
interpretar el texto
·
Te ayuda a comprender mejor la herencia que procede
de Abraham, Isaac y Jacob.
·
Detectar y eliminar las doctrinas greco-romanas y
filosóficas que se infiltraron en la Fe verdadera en los primeros siglos.
·
Elevar nuestro nivel de vida espiritual, de tal
manera que nos permita profundizar en nuestro caminar y compromiso con Dios y
que nos permita cumplir lo mejor posible, la misión en la vida que Dios nos ha
asignado.
·
Ser más efectivos en nuestro ministerio.
·
Todo lo anterior a fin de traer honor y gloria al
Dios de Israel.
La inmensa mayoría
de los cristianos educados en una teología católica o reformada, tenemos el
derecho a conocer las Escrituras desde una perspectiva Hebrea y estar en
condiciones de revisar críticamente lo que nos ha sido enseñado.
La Biblia es un
libro Hebreo, escrito por Hebreos, con una mentalidad Hebrea, con una
perspectiva del Dios de Israel y de la Fe Hebrea. Así pues, no podemos
acercarnos a las Escrituras ignorando su trasfondo Hebreo porque estaríamos
forzando entonces sus escritos y estableciendo principios de interpretación
extraños a la Fe de los profetas, del Mesías y de los Apóstoles.
Uno de los más
grandes teólogos cristianos del siglo XX, Karl Barth en su famosa obra
Dogmática, dijo:
“La
Biblia es un libro hebreo y no hace sentido a nadie que no sea al menos
espiritualmente un semita”
G.Corpus
“…me he convertido
en su enemigo, por deciros la verdad?” – Gálatas 4.16
https://atravesdelasescrituras.com/2016/04/20/raices-hebreas-del-cristianismo-y-de-la-fe-biblica/
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