lunes, 29 de enero de 2018

(3) CRÓNICAS DEL UNIVERSAL
GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

No sólo Guernica; también Durango fue destruido

El general Mola ocupo ya la plaza.

          Exclusivo de "The New York Times" para
                       EL UNIVERSAL
     BILBAO, 28 de abril.- El hecho de que las autoridades de Salamanca pretendan desconocer la destrucción de Guernica por aviones rebeldes, no ha sorprendido a nadie aquí, porque los partidarios del general Franco también han negado la destrucción de Durango, no obstante que varios ingleses presenciaron la catástrofe.
     Por otra parte,  el corresponsal ha entrevistado a más de 100 damnificados que describen detalles de las horripilantes escenas que se sucedieron anteanoche, cuando los aeroplanos rebeldes arrojaban enormes bombas incendiarias que fueron fabricadas en Alemania. Y agregan que en Arbaicegui él y otras personas que estaban ocultas en unos agujeros fueron ametrallados por seis aviones alemanes que regresaban del bombardeo de Guernica.
     Además, según declararon recientemente unos pilotos alemanes capturados por los vascos cerca de Ondandiano, sólo los aviadores germanos manejan los aparatos alemanes: sus mecánicos son también germanos, estos aparatos salieron de Alemania en el mes de febrero.
     Según los peritos militares vascos, los rebeldes han concentrado en estos ataques toda la Fuerza Aérea que han recibido de Alemania, así como diez aviones que obtuvieron de Italia recién.
     Después de arrasar a Durango completamente (desde el aire, las fuerzas del general Mola ocuparon hoy la población a las cinco de la tarde).
     Desde que los milicianos vascos se vieron precisados a abandonar la primera línea de defensa entre Eimar y Elgueta, se había resuelto así mismo evacuar Durango, porque no podía defenderse.
     El corresponsal estuvo anoche en los alrededores de Durango; todo se hallaba a oscuras, un pequeño destacamento vasco mantenía alejados a los moros, quienes disparaban de cuando en cuando, desde las colinas vecinas. Hoy por la mañana los rebeldes ayudados por tanques y carros blindados, atacaron Durango por el norte y por el este, mientras se retiraba la Infantería vasca en perfecto orden, protegida por la artillería ligera, los carros blindados y los pequeños tanques.
     Desde entonces la columna mecanizada vasca empezó a proteger la retirada hasta las cinco de la tarde, a pesar de que los aviones rebeldes ametrallaron a la columna durante todo el día.
     Al retirarse, los vascos pudieron sacar los víveres, pertrechos, medicamentos y cuanto pudieron acarrerar.

Lo que dice el gobernador

United Press
     BILBAO, 28 de abril.- En unas declaraciones que hizo hoy el presidente del gobierno vasco, señor Aguirre, contestando los cargos lanzados ayer oficialmente por el gobierno de Burgos, de que habían sido los mismos vascos los que incendiaron Guernica, manifestó textualmente lo que sigue:

     "Ante Dios afirmo que varios aviones alemanes bombardearon Guernica, durante tres horas y media, reduciéndola a cenizas y haciendo huir a mujeres y niños, con el fuego de sus ametralladoras, resultando muertos muchos de los fugitivos".

Cien aviones alemanes en acción

United Press
     PARIS, 28 de abril.- La delegación del gobierno vasco en esta capital manifestó en unas declaraciones a la United Press:
Ahora todo depende del gobierno de Valencia. Mas de un centenar de aviones alemanes bombardean diariamente extensa zona de Vizcaya y en especial los poblados inermes, aterrorizando a los vascos con la mira de lograr la rendición de Bilbao.
     Los rebeldes han tenido especial cuidado de no bombardear la ciudad misma de Bilbao en las zonas fabriles, porque necesitarán de las fábricas allí establecidas cuando ocupen la ciudad, si es que llegan a ocuparla.
     Tenemos pruebas de que cuando se hubieron terminado en San Juan de Luz los arreglos que estuvieron gestionándose para el canje de prisioneros  y rehenes en grande escala, el gobierno de Alemania insistió en que se desarrollara intensa ofensiva, porque ese sería el único medio, si daba buenos resultados, para asegurar la victoria de los rebeldes, de colocar a Alemania en posición firme que le permita discutir diversos problemas pendientes con Gran Bretaña.
     Los vascos deben inmediatamente contar con aviones en número suficiente para rechazar a los alemanes".
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Álvarez del Vayo habló en la Liga de las Naciones

 Se refirió a los bombardeos de ciudades llevados a cabo
durante la actual sangrienta contienda.-
La intervención italiana en España.

          Por REYNOLDS PACKARD
             Corresponsal de la Inted Press
     GINEBRA, 18 de enero.- El Ministro de Estado del Gobierno Republicano de España, don Julio Álvarez del Vayo, manifestó durante una reunión pública del Consejo de la Liga de las Naciones respecto de los bombardeos aéreos llevados a cabo sobre objetivos no militares en España por los nacionalistas, durante la actual contienda, lo que sigue:
"La prensa italiana no sólo hace un recuento de esos bombardeos, sino que en realidad se jacta de ellos, haciendo notar que esos ataques han sido ciertamente premeditados, pero sé perfectamente que no son obra de españoles y no pueden ser sino de alemanes y de italianos".
     Mencionó los diversos periódicos italianos que han publicado informes sobre el particular, entre los cuales se encuentra "Il Corriere della Sera" y  la "Stampa della Sera", en que se ha publicado la prueba de esos ataques en la forma de aviones italianos que han estado bombardeando poblaciones y plazas de la España Republicana.
     Ha citado también, como prueba de esos ataques, un libro que acaba de publicarse en Roma con el título de "La Aviación de los legionarios en España". Hizo notar que la cuestión relacionada con la intervención extranjera en España es de importancia vital como nunca, debido a dos recientes acontecimientos que reclaman nuevamente que se proceda a remediar la situación, siendo los que siguen: 
"Primero. El informe de la Comisión Militar Internacional que para lo que de adelante permitirá asegurar terminantemente que el Ejército republicano es íntegramente español.
"Segundo. La declaración del Gobierno de Italia con motivo de las recientes conferencias con Chamberlain en Roma, conforme la cual la intervención italiana en España habrá de mantenerse  hasta que Franco obtenga la victoria".
     Refiriéndose a la promesa de Mussolini, de que los italianos habrán de retirarse después de la victoria de los franquistas, Álvarez del Vayo, agregó lo que sigue: "Me abstengo de comentar la alegría con que estas declaraciones fueron recibidas en ciertos círculos; después de lo que nos ha ocurrido en los últimos tres años, nada podrá causar admiración o indignación en el pueblo de España". Refiriéndose enconadamente a la participación de los italianos en la actual ofensiva de Cataluña de los franquistas, agregó:
 "Esto explica la resistencia tan dura como el acero que está ofreciendo el pueblo de España a los ataques militares contra civiles y contra los barcos que transportan abastecimientos, aun cuando éstos con frecuencia hagan ondear la bandera británica, que no les garantiza ninguna seguridad.
"Esto también explica, prosiguió, la resistencia del pueblo a lo que considera más desmoralizador y mucho más cruel que los terribles bombarderos aéreos, es decir, la indiferencia de aquellos sobre quienes recae la obligación moral de acabar con el actual estado de cosas.
"Esa resistencia sería imposible si los españoles no estuvieran convencidos de que están combatiendo por defender la libertad y la independencia de su  país. La guerra de España es una guerra en pro de la independencia nacional, pues ninguna lucha política podría dar a los españoles el valor y el heroísmo que han puesto en su tenaz resistencia".
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La rendición de Madrid
marca el fin de la guerra en España.

Balance trágico de la lucha civil: un millón de muertos.
          Por   RALPH HEINZEN
               Corresponsal de la United Press

     PARÍS, 28 de marzo.- España ha comenzado a hacer un balance de los treinta y tres meses de la Guerra Civil, que culminaron hoy con la rendición incondicional de Madrid.
     Para España y para el pueblo español, las pérdidas ocasionadas por la guerra han sido tremendas, habiendo llegado posiblemente a millón y medio el número de bajas, de las que un millón fueron de muertos; las pérdidas en los ingresos nacionales y las causadas por la destrucción de bienes y propiedades llegaron cuando menos a 20,000 millones de dólares; las granadas abrieron enormes hoyancos en las tierras de labor de las granjas y en las huertas; numerosos barcos quedaron hundidos y muchas fábricas también quedaron destruidas, lo mismo que muchas ciudades famosas por su antigüedad y por sus tesoros de arte que han visto sus riquezas averiadas o perdidas para siempre.
     Para el mundo ha sido evidente que la lucha entre las tendencias derechistas por un lado, y las demócratas e izquierdistas, por el otro, que determinaron en España la organización de una zona de prueba para ensayar la futura guerra mundial, habrá de continuar cuando menos en el campo diplomático.
     Inglaterra y Francia, cuya neutralidad las caracterizó como elementos de oposición a la ayuda abierta que Alemania e Italia dieron al generalísimo Franco, se han apresurado a restablecer sus relaciones con España, sosteniéndolas ahora con las autoridades nacionalistas. Más aún: han hecho ofrecimiento de ayuda financiera para facilitar la labor de recuperación y para evitar la amenaza de que vayan a adherirse al eje Roma-Berlín los franquistas, constituyendo un enemigo que tendría Francia por uno de sus flancos en caso de conflicto.

La recompensa por la ayuda

     No han llegado a saberse lo que el generalísimo Franco pagó o tendrá que pagar por la que le proporcionaron Italia y Alemania; pero se cree que esos países esperan obtener utilidades en alguna forma, aun cuando sólo sea con el abastecimiento de grandes cantidades de materias primas, de las que mucho necesitan los totalitarios. Posiblemente esperen que España les dé todo su apoyo en caso de guerra.
     La política exterior del gobierno franquista se irá desarrollando de seguro con gran lentitud, en vista de que tiene primero que hacer frente a la enorme y urgente tarea de organizar sus grupos heterogéneos de partidarios, para formar un gobierno de tiempos de paz, a la vez que tratará de resolver los problemas económicos inmediatos y de restablecer sus existencias en metálico para garantizar sus actividades financieras y monetarias en forma que permitan la reconstrucción de las industrias devastadas.
     Las arcas de España están vacías. La tercera parte de sus provincias ha estado sometida a la tortura de la guerra; la industria, el comercio y la navegación han quedado reducidas a mínima expresión tendiendo únicamente a llenar las necesidades de la guerra. Más aún, la reconstrucción será todavía más difícil dadas las circunstancias que prevalecen en Europa, de marcada intranquilidad, y tomando también en cuenta la crisis económica mundial.

La desmovilización

     El primer paso que debe dar ahora el Gobierno nacionalista está en la desmilitarización de las diez provincias en que se fueron concentrando los republicanos en los últimos días de la guerra, y en seguida Franco deberá proceder a la desmovilización de sus ejércitos que, incluyendo las reservas, cuentan en total unos 800 mil hombres.
     El balance señalará los siguientes hechos:
  1. De cinco a ocho millones de trabajadores quedarán sin ocupación. Será necesario repatriar 400,000 refugiados de Francia y otro medio millón que se ha establecido temporalmente fuera de sus lugares habituales de residencia.
  2. El comercio de menudeo ha quedado arruinado en más de la mitad de España, pues los dos gobiernos se habían encargado de la distribución de los artículos de primera necesidad.
  3. Las minas y las industrias están trabajando solamente a la mitad de su capacidad normal, y toda su producción ha estado destinada al Ejército o a ser enviada a Alemania e Italia, a cambio de materiales de guerra. Se cuentan por millares las fábricas que fueron dinamitadas, incendiadas o destruidas por los ataques aéreos o de la artillería. No podrán reconstruirse sino hasta que se importe maquinaria. Las minas y las industrias relacionadas con la minería han constituido hasta ahora la base de la industria de España. Tan sólo en las minas se empleaban 130,000 hombres.
  4. La agricultura ha tenido en su contra la falta de brazos; en tiempos normales España tenía un cultivo de veinte y veintidós millones de hectáreas; durante la guerra, apenas si las tierras cultivadas pasaron de seis millones de hectáreas. La mitad de la superficie destinada a viñedos que se calculaba en cerca de millón y medio de hectáreas se encuentra en pésimas condiciones por la falta de atención durante la guerra. La guerra ha causado grandes estragos también en la ganadería, pues en tiempos normales se contaban trescientos cincuenta millones de cabezas de ganado vacuno, veinte millones de ganado lanar, y cinco millones y medio de ganado porcino. Estos contingentes han quedado reducidos a la mitad.
  5. Es indispensable reparar más de 80,000 kilómetros de carretera y más de 16,000 de líneas ferrocarrileras. En Cataluña, donde la destrucción fue mayor, quedaron inutilizados más de 100,000 puentes y alcantarillas. Las bombas aéreas y la dinamita han causado daños en la quinta parte de las plantas de energía hidroeléctrica con que cuenta España. Las reparaciones de ferrocarriles y esas plantas deben efectuarse en forma paralela con respecto de la reparación de las fábricas.
  6. El comercio marítimo prácticamente no existe, pues el tráfico está controlado por los movimientos de carga relacionados con las actividades de guerra.
     Con respecto a la escasez de brazos el problema es difícil: las industrias de Cataluña y de las provincias vascongadas se han encontrado con el obstáculo de la falta de trabajadores expertos, pues se calcula en 100,000 cuando menos el número de los obreros especializados que tuvo que emigrar.
     Los trabajadores vascos en su mayoría se enrolaron en el Ejército republicano y pelearon en Cataluña; gran número son elementos de tendencias izquierdistas y sindicalistas, y han huido con el Ejército republicano a Francia temiendo represalias de los franquistas y por ello se rehúsan a regresar a España.
     Los primeros esfuerzos del generalísimo Franco se encaminarán a reorganizar la agricultura y la industria; para ello serán necesarios créditos de importancia, siendo muy posible que Franco se vuelva hacia París, Londres, Zurich, Amsterdam y posiblemente hacia América, en demanda de ayuda financiera.
      El futuro financiero de España no ofrece perspectivas difíciles como pudiera creerse, muy a pesar de la pérdida de las reservas de oro; Franco escrupulosamente evitó la inflación y cuenta con importantes reservas de moneda extranjera que podrán ir aumentando con rapidez al irse restableciendo el movimiento de exportaciones.
     Estas incluyen cobre, minerales de hierro, piritas, mercurio, frutas, verduras, vinos, aceite de oliva y corcho, productos todos que tienen fácil mercado. Con la exportación de cobre, minerales de hierro y piritas a Alemania e Italia, lo mismo que los excedentes de carne y grasas, Franco ha podido pagar los materiales de guerra que le fueron proporcionados y se sabe que la España nacionalista no tien prácticamente deudas con el exterior.
     Franco se ha negado a reconocer las deudas extranjeras del Gobierno republicano y tampoco reconoce valor alguno en el papel moneda que fue emitido por cantidades fabulosas por el Gobierno republicano.

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El gran desfile de la victoria

La multitud aclamó al generalísimo, a quien le fe impuesta la
Cruz Laureada de San Fernando, por el triunfo del nacionalismo.

          Por REYNOLDS PACKARD
              Corresponsal de la United Press

     MADRID, 19 de mayo.- El general Francisco Franco celebró hoy la victoria nacionalista, mediante el mayor desfile militar que se ha visto en Madrid desde la Guerra Mundial y la firma del armisticio.
     Esta celebración trajo a Madrid 200,000 soldados y más de dos millones de personas que invadieron la ciudad y presenciaron el desfile desde las tribunas construidas especialmente para el caso, muchas de ellas a la altura de las azoteas de las casas.
     Millares de personas se parapetaron en las tribunas de tal manera, que pusieron en peligro su vida, pues tal era su entusiasmo por presenciar el desfile.
     Todas las calles estaban adornadas con banderas rojo y gualda, así como las casas y los balcones de las mismas, donde además se veían las insignias falangista y monárquica.
     La tribuna principal estaba adornada con flores y banderas, habiéndose construido especialmente un arco de triunfo a la entrada del Paseo de la Castellana, que ha sido bautizado con el nombre de avenida del Generalísimo.
     Se espera que en breve sean embarcados los voluntarios italianos y alemanes, dejando en España la mayoría del material de guerra que poseen, incluyendo aviones, piezas de artillería y tanques, cosas que servirán para convertir al Ejército español en uno de los mejor equipados de Europa.
     En el primer discurso que pronunció hoy el general Franco por radio, desde la caída de Madrid, manifestó que la capital española no había sido tomada por medio de un asalto militar, sino que había ido disminuyendo gradualmente la oposición del enemigo.
     Agregó que aunque había terminado la guerra, el pueblo debe continuar comprendiendo la importancia de la tarea de trabajar unido, indicando que los soldados olvidaron sus diferencias cuando peleaban, y que deberían de hacerlo, ahora también, mientras reconstruyen España.
"El imperio español -agregó el general Franco- no es una palabra al viento, sino una determinación que será realizada.
"La Nueva España cooperará en la obra pacifista de Europa, pero las naciones que ejercieron presión  económica o política contra la España nacionalista deben comprender que ese desdichado estado de cosas debe terminar".
     El discurso que pronunció el general Franco duró diez minutos y fue transmitido por radio desde la oficina privada que tiene en Madrid, habiendo sido dirigido a los madrileños y a los españoles. 
     El general Franco sirvió una cena en el Palacio Real en honor de los generales que tomaron parte en el desfile de la victoria, mientras la multitud desde afuera lanzaba gritos de "¡Franco!, ¡Franco!!, obligando al generalísimo a salir al balcón de Palacio, ovacionándosele calurosamente.
     Entre los invitados del general Franco se encontraban algunos miembros de su gabinete, así como los generales Dávila, Saliquet, Orgaz y Queipo de Llano, así como el general italiano Gambara y el jefe de las fuerzas alemanas en España, Richthoven.

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La Segunda Guerra Mundial, 1933-1939, México, EL UNIVERSAL, 1989.

 
 
 

 





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