GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
GUERRA CIVIL ESPAÑOLA 1936 - 1939
El presente ensayo, trata un tema un poco
complicado quizá, pues la guerra civil española debe su origen a circunstancias
específicamente españolas, trataré de poner como fue vista en España. Hay una
pregunta que forzosamente debe constituir una parte principal en los recuerdos
de todos porque era crucial para comprender aquel período. ¿Si el mantenimiento
del orden público fue un problema, entonces esto fue causa de
desestabilización? Desde el triunfo de la República, el país había vivido un
deterioro de la convivencia social entre españoles, los enfrentamientos entre
sectores ideológicos, clases sociales y partidos, se radicalizan con el tiempo.
La moderación deja paso al extremismo y radicalización. Esta radicalidad se
manifiesta tanto en la derecha como en la izquierda, dentro del PSOE el sector
más influyente es el de Largo Caballero que es conocido con el apelativo de “El
Lenin Español” y aboga sin tapujos por una República Socialista; con él estarán
la UGT, las juventudes socialistas y la Federación Socialista Madrileña (FSM).
En la derecha ocurre lo mismo, en la CEDA
triunfan las opciones proclives al fascismo, los sectores de extrema derecha
contrarios a la constitución de 1931 y la República. El papel de Gil Robles
como político moderado se diluye y el protagonismo pasa a José Calvo Sotelo,
diputado monárquico que abiertamente propone la destrucción del sistema
republicano. Falange Española y de las Jons, hasta ahora un partido de poca
importancia, comienza a crecer y experimentar un aumento de afiliados; las
juventudes de la CEDA se afilian y engrosan el partido, así como sus unidades
paramilitares. Las escuadras falangistas que se enfrentan abiertamente con la
JSU convierten la calle en un escenario de lucha, y aunque la Falange es
ilegalizada, sus milicias seguirán actuando.
Los Carlistas o Requetés también organizan
sus propias milicias y cooperan al desorden. Así, la República se ve
desbordada, y el orden público es un problema difícil de resolver y esto
favorece los intereses golpistas de la extrema derecha.
La causa
primaria de esta guerra civil hay que
buscarla en la marcada polarización de la vida y la política españolas que se
había profundizado en las décadas precedentes y muy especialmente en la
negativa de la alta burguesía industrial y terrateniente, las castas militares
y la jerarquía católica a perder parte de sus privilegios en favor de las
clases trabajadoras, pérdida de privilegios producida por la política de
reformas sociales emprendida por los gobiernos republicanos de centro e
izquierda. Desde este punto de vista, la guerra civil fue inevitable dado que
la derecha interpretó la pérdida de privilegios como persecución. Así se inició
una guerra que tenía como objeto principal devolver el poder real y los
privilegios a las clases que los estaban perdiendo, eliminando a todos los
elementos que pudieran siquiera pensar de otra manera, sólo así se explica la
represión discriminada contra los obreros, campesinos e intelectuales que tenía
lugar desde el mismo momento en que las tropas rebeldes entraban en cualquier
pueblo o ciudad.
ALZAMIENTO NACIONAL, SUBLEVACIÓN CONTRA
EL GOBIERNO
El
denominado alzamiento nacional se produce inicialmente en territorio marroquí
el día 17 de julio de 1936 y en concreto en la ciudad de Melilla. Dos días
después de haber conseguido que Canarias quedara controlada por los sublevados, Franco llega a Marruecos
en un avión inglés alquilado por la derecha monárquica para hacerse cargo del
norte de África. En la península en estos días, 16 al 20, se producen
alzamientos de guarniciones militares. El éxito de estos alzamientos va a
depender de numerosos factores como la decisión de los mandos militares, de la
división que haya entre ellos, de la reacción del propio gobierno o de sus fuerzas de orden público,
de la existencia de organizaciones obreras, etc.
De hecho el alzamiento no cumple el
objetivo fundamental que es hacerse con el poder y acabar con el gobierno
republicano, pero tampoco el gobierno es capaz de poner orden, ya que en
numerosos lugares los militares se hacen con el poder. El resultado a finales
de julio es una España dividida, una controlada por los militares (España
Nacional) y otra controlada por la República (España Republicana).
“Por la carretera de Extremadura, se
establecieron dos tabores de artillería y descargaron todo su poder. Una de las
calles emblemáticas que sintieron el silbido y roce del viento causado por los
obuses, fue la calle Segovia, que nace en el Paseo de la Virgen del Puerto,
desde el río Manzanares y sube hasta las cercanías de la Catedral de San
Isidro, lugar de mi casa y de mi familia, el n° 20, mi tío contaba esto; las
aceras fueron tapiadas, la gente andaba, como todos los días por ellas,
mientras escuchaban el silbido de los obuses y su impacto en algunas casas, por
la noche, se establecía el toque de queda, y siempre las casa se quedaban a
oscuras, por los francotiradores, fueron momentos de tensión y miedo” (1)
El 6 de noviembre el Gobierno se trasladó
a Valencia, pero una junta de defensa, que utilizaba lo mejor de la milicia
movilizó a la población y a las milicias. El 7 y 8 de noviembre fracasa el
“Plan Varela que preveía que los defensores en combate estarían al sur de la
ciudad en los Puentes de Toledo y Segovia y que debería atacar con fuerza la Casa de Campo y la ciudad
Universitaria. El día 8 desfilaron por Madrid para incorporarse al frente, las
primeras unidades de las Brigadas Internacionales, estos voluntarios de la
libertad se batieron con tanta fe que el efecto psicológico fue considerable en
un enfrentamiento en que los valores
simbólicos desempeñaron un gran
papel. (2)Como dato, un mexicano de
renombre David Alfaro Siqueiros, llegó a España en marzo de 1937, para
incorporarse a las filas del Ejército Popular. Al contrario de lo que pudiera
pensarse de un revolucionario que entra en un país extranjero para combatir por
la causa, su ingreso en las fuerzas militares del bando republicano fue lo
menos idealista que pueda imaginarse. Según documentos hallados en el archivo
militar de Ávila, Siqueiros formalizó su adhesión al Ejército Popular a través
de un contrato burocrático, firmado el 20 de marzo de 1937 con el Ministerio de
Guerra, que le reconocía el grado de teniente coronel. (3)
La ayuda soviética, muy acogida con
entusiasmo popular, fue en la aparición de un avión caza (Moscas) contra los
bombarderos Heinkel y apoyo a los soldados de infantería, de tanquistas
experimentados, españoles “dinamiteros” y pastores armados con ondas. Una
tentativa de contraataque por el flanco en el Cerro de los Ángeles a cargo de
la XII Brigada Internacional acabó en
desastre. Los marroquíes establecieron una cabeza de puente sobre el Manzanares
y ocuparon una parte de la Ciudad Universitaria. Poco entrenada, la columna
Durruti de la que su jefe había querido hacer el símbolo de la ayuda de los
anarquistas catalanes a Madrid cedió terreno. En el Puente de los Franceses
alrededor del Palacio de la Moncloa, de la casa de Velázquez, del Hospital
Clínico, los combates, a veces son cuerpo a cuerpo.
El 23 de noviembre Franco
renunciaba a tomar Madrid, previó una guerra larga, organizó la movilización en
su zona, la formación de mandos por instructores alemanes, el entrenamiento de
soldados, con mandos italianos. A principios de 1937, disponía de medio millón
de hombres, quizá dos veces más que sus adversarios. Madrid, mientras se
fortificaba, un cuerpo de ingenieros nacía gracias a los sindicatos de la
construcción, había también una retaguardia de 1 millón de civiles con
problemas de provisiones, bajo los horrores de los bombardeos, de las amenazas
de la “quinta columna”, pero sin doblegarse.
Si la liberación del Alcázar de
Toledo fue para los sublevados una victoria psicológica, la resistencia de
Madrid compensó el efecto. Se convirtió en el “símbolo mundial de la lucha
contra el fascismo”.
“No pasarán”. Durante la Guerra Civil,
con las borlas de los soldados franquistas asomando ya por las trincheras de la
Ciudad Universitaria, la propaganda republicana empapeló Madrid con esta
célebre consigna. Los rebeldes pasaron, pero el lema sobrevivió a la toma de la
capital de España. (4)
BRIGADAS INTERNACIONALES - LA BATALLA DE GUADALAJARA
Ambos bandos reclamaron apoyo de partidos
políticos de otras potencias extranjeras. La primera fase de urgencia
(julio-agosto de 1936) llevó, por un lado al gabinete presidido por Giral a
solicitar el auxilio del gobierno del Frente Popular francés (presidido por
León Blum) y, por el otro, a los rebeldes a concretar el inicial apoyo prestado
por Italia (presidida por Benito Mussolini) y Alemania (con Adolfo Hitler).
El Frente Popular español contó con el
apoyo de Francia y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Sin
embargo, el temor del gobierno francés a crear una situación conflictiva en
todo el continente frenó su ayuda y se acogió a la política de no intervención
que, propugnada por el gobierno británico, acabaría aplicando la Sociedad de
Naciones. La URSS, gobernada por Iósiv Stalin, tras comprobar la participación
activa y directa de italianos y alemanes, rechazó la política de no
intervención, su apoyo resultó fundamental en blindados, aviones y equipos de
asesores militares. En tanto, que los rebeldes recibieron aviones, armamento y
combatientes de Italia y Alemania (ejemplo la Legión Cóndor), así como la ayuda
de los voluntarios portugueses, enviados por el gobierno de Antonio de Oliveira
Salazar.
Entre los auxilios recibidos por el
gobierno republicano la III Internacional, creó un comité internacional para
organizar a sus miembros, que contó con la participación de los dirigentes
comunistas Palmiro Togliatti y Joseph Broz (Tito). El centro de reclutamiento
estuvo en París y entre sus gestores cobró relieve el dirigente comunista
francés André Marty. Los primeros brigadistas llegaron al puerto español de
Alicante en octubre de 1936 para continuar hasta Albacete, en donde se formo la
XI Brigada, que pronto participó en la batalla de Madrid y Guadalajara.
En septiembre de 1936 nació en Londres el
Comité de No Intervención, integrado por los embajadores residentes en la
capital británica con el objeto de reducir el conflicto al ámbito nacional. Sin
embargo, a la vista de las numerosas violaciones del compromiso, las medidas
adoptadas por el Comité no resultaron efectivas y, desde luego, no impidieron que las potencias extranjeras
apostaran por uno u otro contendiente, si bien la mayor beneficiada de la
actitud de las democracias occidentales acabó siendo la causa franquista,
auxiliada de forma reiterada por las potencias del Eje.
En marzo, tuvo lugar esta
ofensiva; se conoce con el nombre de “batalla de Guadalajara”, su objetivo era
esta ciudad, a 60 Km. al nordeste de Madrid. Una columna –Gral. Moscardó- debía
llegar de Spria, otra la principal, italiana: cuatro divisiones a las órdenes
del Gral. Roatta. Tomaba como eje la carretera de Francia, por Zaragoza, y
anunciaba una operación Blitzkrieg: carros italianos Fiat L-3/35, así como los alemanes "Krupp
Panzerkamfwagen", modelos todos de entre 1933 y 1935, cazas italianos Fiat CR 32 y los alemanes
Heinkel 46, Heinkel 51 y Junker 52 (adaptados como bombarderos), arrolló
y sobrepasó Trijueque y Brihuega, con cierto desorden, por el mal tiempo. El IV
cuerpo de ejército republicano, formado con brigadas agotadas no parecía estar
preparado para organizar más que una defensa, pero contraatacó, apoyado por
carros de combate Pavlov, aviación “Hidalgo de Cisneros” y la colaboración de
Enrique Líster con brigadas españolas e internacionales “Khale, Ludwig Rem”.
Por lo que se refiere al apoyo soviético,
la financiación de los suministros bélicos entregados al gobierno republicano
se relacionó con las reservas del Banco de España. Dos terceras partes del oro
guardado en el banco nacional salieron hacia Moscú, en concepto de depósito
primero, y como pago por aquellos suministros posteriormente. El famoso “oro de
Moscú” sería un asunto controvertido y utilizado como propaganda por el
gobierno franquista. Mientras éste recibió a crédito suministros alemanes e
italianos, que fueron abonados en parte después de finalizar la guerra, el
gobierno republicano agotó las reservas para pagar la ayuda soviética. (5)
Las ilusiones del Gral. Roatta venían de
su éxito del mes anterior: “La toma de Málaga”, una operación combinada de
estas fuerzas con la columna Roatta barrió y tomó Málaga -3-10 de febrero del
37-, de hecho la resistencia republicana fue muy débil por esta zona, con
milicias desorganizadas y el coronel Villalba que no tenía ni medios, ni la
moral, ni quizá el deseo para ganar. Esta pérdida produjo una desavenencia
entre el Gral. Asensio y los organizadores comunistas del frente de Madrid,
Asensio y Villalba fueron sancionados.
CAÍDA DEL PAÍS VASCO Y ASTURIAS
(BRUNETE-BELCHITE)
Si Franco renunciaba a Madrid, era lógico
que se volvieran hacia el norte, los elementos de resistencia allí situados
tenían un valor simbólico: Asturias como núcleo revolucionario, el País Vasco por su nacionalismo.
Como estos dos elementos no se
confundían ideológicamente y como Santander los separaba, el norte republicano
estaba muy mermado, porque toda Guipúzcoa –hasta Ondárroa- había sido ocupada
después de la toma de Irún. En la parte occidental todo había girado alrededor
de Oviedo, refugio del coronel Aranda, asediado al principio, liberado después
y convertido en amenaza para Gijón. Militarmente se emprendió el ataque al este
y se confió a los Carlistas navarros apoyados por una división italiana y por
la Legión Cóndor alemana. El 3 de marzo, el Gral. Mola dirigió a los vascos un ultimátum
muy duro y lanzó un ataque, la novedad fue la preparación de operaciones por
bombardeos masivos; dos pequeñas ciudades vascas fueron destruidas Durango y
Gernika.
Gernika fue la primera en ser
destruida por aviones alemanes, este hecho tuvo tales implicaciones que los
responsables lo negaron sus
partidarios les creyeron y los tontos
hicieron como que les creían. Mola
murió el 3 de junio en un accidente aéreo. El norte resistió hasta octubre. El
norte pudo haber sido un nuevo Madrid pero las contradicciones de la política
francesa, de los ingleses, en torno a la entrega de armas redujeron a casi nada
el aprovisionamiento de las ciudades en víveres y del frente en armamento, ante
la superioridad de sus adversarios, los vascos se sintieron aislados. (6)
La imagen de un “cinturón de hierro” que
protegía a Bilbao era engañosa, los planos habían sido entregados a los
sublevados por el mismo ingeniero que los diseñó. Preocupado el Gobierno vasco
por el futuro del país rehusó emplear la táctica de –tierra quemada-, se le
acusó de dejar al vencedor el potencial industrial vasco. Bilbao cayó el 19 de
junio; una parte de su ejército se reagrupó en Santoña por la noticia de que el
PNV negociaría con el mando italiano, pero Franco se opuso a las evacuaciones
por mar que se habían previsto.
El fin de Asturias no fue menos dramático,
el Consejo de Asturias tendía a constituirse como en 1808, en fuerza autónoma dirigiéndose a la Sociedad de Naciones,
cosa que hizo reaccionar al poder central. Al frente de la resistencia se
encontraban los jefes de la Comuna asturiana de 1934. A partir del 10 de
octubre, se organizó la evacuación por mar de los mejores combatientes, cosa
muy difícil. Gijón fue ocupado el 21 de octubre. A finales de octubre de 1937
ya no hay frente del norte para Franco era una gran victoria, pero desde el
fracaso de Madrid, había pasado un año. La
ayuda gubernamental al frente del norte había consistido principalmente en operaciones de diversión, (entretener al
enemigo, haciendo creer que atacan otro lado)
Dos no tuvieron demasiada envergadura: una
sobre la Granja, más allá de la sierra de Madrid; la otra a finales de junio contra
Huesca, pereció el Gral. Lukacs de las Brigadas Internacionales.
Hubo dos importantes batallas en julio y
en agosto. La batalla de Brunete
comenzó el 6 de julio, el efecto sorpresa tuvo éxito pero fue mal explotado, 20
días duró la batalla, muy mortífera, con
un sol que ahogaba, y Brunete pequeña localidad fue destruida y abandonada por
los republicanos, conservaron algunos pueblos conquistados. Pobre resultado
para tan grandes perdidas. Durante 20 días, 30 mil hombres, la aviación alemana
y todo un estado mayor incluido Franco tuvieron que desviarse del norte hacia
Brunete.
El norte no fue salvado, no lo fue por la Batalla de Belchite desencadenada cuando
Santander estaba cercado. El objetivo del ataque era Zaragoza cuya toma hubiera
sido una fuerte impresión, el avance llegó a una docena de Km. de la ciudad en
la que reinó la inquietud; los republicanos no se atrevieron a dejar de lado
las resistencias locales. La ofensiva se transformó en guerra de posiciones,
Franco prefirió sacrificar a Belchite, el ataque contra Asturias no fue
detenido.
OFENSIVA REPUBLICANA – LA BATALLA DEL
EBRO
Eliminado el frente norte los estados
mayores diseñaron planes: los franquistas en dirección a Madrid y los
republicanos a Extremadura.
Finales de diciembre de 1937, ofensiva republicana contra Teruel.
El gobierno, que el 31 de octubre dejó
Valencia por Barcelona, eligió una estrategia modesta destinada a contrarrestar
una ofensiva contra Madrid. Teruel se hizo célebre por las condiciones de la batalla:
montañas abruptas, fríos de 5 a 20° bajo cero. La guarnición de Teruel fue
separada de su base y los combates comenzaron el 22 de diciembre; ocupada,
abandonada, conquistada casa por casa, la ciudad fue tomada el 8 de enero de
1938; después del agotamiento de sus fuerzas, el coronel Rey d´Harcourt se
rindió. El efecto psicológico fue grande porque después de la caída del norte,
las capacidades ofensivas republicanas eran nulas.
Por eso, Franco no quiso mantener esa
impresión de fracaso, puso numerosas divisiones contra un dispositivo muy
distendido por los vencedores y reconquistó la ciudad el 22 de febrero. Esto
convenció a Franco de que debía dirigirse, no contra Madrid, sino contra el este.
En marzo de 1938, la ofensiva hacia el este
se extendió a lo largo de 300 Km. desde los Pirineos –Bielsa, Val d´Aran- hasta
las montañas del litoral valenciano. La ofensiva, 9 de marzo hundió el frente
republicano a Belchite, Calanda, dirección a Alcañiz, el frente se llevó hasta
territorio catalán –Lérida en ruinas, cayó el 4 de abril-, pero no se pasó el
bajo Ebro y la ofensiva se fue al sur. El 15 de abril se alcanzó el mar cerca
de Vinaroz; Barcelona quedó separada de Valencia. Hicieron falta dos meses para
alcanzar Castellón y no se pudo atravesar las defensas en Sagunto, se preveía
la toma de Valencia para el día 25 de julio, pero, en la noche del 24 al 25,
divisiones republicanas habían pasado el Ebro y atacado el oeste.
La
Batalla del Ebro –julio y noviembre de 1938- es un episodio militar muy
discutido; llegó a ser una guerra de trincheras como en 1914, que no acabó
hasta noviembre con una retirada en orden del ejército republicano. Fue una
guerra de desgaste de resultado nulo, se considera el origen del fracaso
republicano, pero hay que tener en cuenta el efecto indirecto y el moral; el
“derrotismo” fue superado por los dirigentes y el paso del río fue una victoria
técnica.
El embajador alemán Von Stohrer previó una
derrota franquista sino era ayudado por los alemanes. Hasta los Pactos de Munich el gobierno de Negrín
se preguntó si los acontecimientos pondrían fin a su aislamiento, durante
algunos meses la política francesa sobre entrega de armas cambió varias veces,
Munich significó la toma de posición de Inglaterra en política internacional. (7)
FASE FINAL. CAMPAÑA DE CATALUÑA 1938 -
1939 Y CAPITULACIÓN
Entre la retirada del ejército y la
ofensiva final de Cataluña el problema para los dos campos, fue el armamento. La aportación alemana fue
decisiva, en noviembre Stalin prometió a Hidalgo de Cisneros, un gran envío de
armas y aviones; despachado por Murmansk, retenido en Francia estaba todavía
embalado, cuando los republicanos empezaron la retirada cruzando los Pirineos.
Campaña
de Cataluña -23 diciembre 1938 al 2 de febrero de 1939-. En un mes y medio
llevó a la total desorganización de los poderes republicanos a la retirada de
las unidades militares y a un éxodo civil.
Hay un aspecto que ha sido poco subrayado:
la sorprendente semejanza entre ésta campaña y los acontecimientos militares
ulteriores, en Polonia y en Francia.
En Cataluña las brechas fueron explotadas
sin preocuparse de las resistencias
locales y esto dio incluso a unidades combativas una impotencia y desconfianza
hacia el mando, ya que este se vió obligado a ordenar sin cesar –rupturas de
contacto- que el éxodo civil y los ataques de la aviación, hacían
desmoralizante.
En junio de 1940, el análisis de la
retirada, dio como resultado: 100 mil combatientes fueron desarmados en la
frontera; refugiados civiles de 250 mil a 300 mil fueron internados en campos
improvisados, vigilados por tropas coloniales. (8)
A mediados de febrero de 1939, la zona
centro-sur todavía republicana representaba una tercera parte del territorio
nacional, la mitad de la población, Valencia, Madrid con 700 mil soldados.
Negrín, cinco días después de la caída de Barcelona reunió en Figueres a 67
diputados en Cortes y obtuvo su confianza para alargar la resistencia y poner
como condiciones de paz: exclusión de
presencias extranjeras, referéndum sobre el régimen, renuncia a las represalias.
Resistir no era impensable, pero esperar
negociar era poco realista, por:
1.- Diplomáticamente, ingleses y franceses insistieron en una paz
rápida y no querían abogar ante Franco. El 3 de febrero el Gobierno francés
envió a Burgos a León Berard, conocido franquista. En 20 días se caminó hacia
un reconocimiento formal del Gobierno de Burgos. Inglaterra hizo lo mismo,
poniendo un representante oficial el 23 de febrero.
2.- Políticamente, los republicanos estaban divididos. Unos estaban
preocupados por su destino personal otros partidarios de la resistencia otros
juzgaban seguir una asistencia inútil y esperaban clemencia del vencedor.
Azaña, el Presidente de la
República, era de estos: a partir del reconocimiento diplomático del Gobierno
franquista por Londres y París, dimitió el 24 de febrero. El presidente de las
Cortes, Martínez Barrio se convirtió en la más alta autoridad de la república,
pero no se reunió con Negrín, cosa que tampoco hizo el mando militar
responsable desde 1936, el Gral. Rojo.
3.- Militarmente, desde la campaña de Cataluña algunas altas
autoridades militares encargadas de las ofensivas de diversión, las habían
rechazado o las habían ejecutado a su interés. El Gral. Miaja mítico de la
defensa de Madrid, pensó en el exilio. El coronel Casado jefe del Estado Mayor
central entró en contacto en enero-febrero con agentes ingleses y con los
servicios secretos franquistas. En Cartagena después de incidentes
contradictorios, la flota huyó del Gobierno y abandonó aguas españolas.
El 5 de marzo estalló la disidencia. El coronel Casado constituyó en Madrid un Consejo de
Defensa presidido por Miaja, presentado en la radio por Besteiro intelectual
socialista, por el anarquista MENA y por Casado mismo. El discurso era ambiguo,
violento contra el gobierno de Negrín pero hablaba de resistencia si no se
obtenían condiciones honrosas. Pero Franco a pesar de la impaciencia de sus
agentes de Madrid, sólo pensaba en la rendición sin condiciones al más bajo
nivel y sin ofensiva.
A partir del 6 de marzo, Negrín y sus
ministros abandonaron España, los dirigentes comunistas les siguieron,
empezaron una lucha contra los disidentes. En Cartagena se reconquistó la plaza
y fue hundido un barco franquista. En Madrid, una guerra civil dentro de una guerra civil, ocasionó muertos, unos
2000 mil, obligando a Casado a negociar. El 10 de marzo, los agentes de Franco
en Madrid añadían: las dos facciones ignoran el número y lealtad de sus propias
fuerzas. Fuera de Madrid –Valencia- hubo negociación.
El 22 de marzo el Consejo de Defensa envió
a Burgos oficiales de grado medio a negociar la rendición. Los frentes se
descomponían, el 28 los ejércitos franquistas entraban en Madrid. Casado se
embarcó en Gandía en un barco inglés.
El último acto de la tragedia sucedió en
Alicante, unos 15 mil fugitivos –combatientes, militantes y familiares-
amenazados en su libertad y su vida fueron al puerto esperando barcos ingleses
y franceses, ninguno llegó a tiempo. Por tierra, el cuerpo italiano de Gambara
y por mar barcos franquistas, los cercaron y los enviaron a campos. (9)
CONCLUSIONES
El período que culminó en la 2ª.
República y la guerra civil, fue un esfuerzo para asimilar el pasado de España
y elevar el nivel económico y cultural de la secularmente destruida España.
Cuando advino la República en 1931,
pillando de sorpresa a muchos de sus dirigentes, los españoles quisieron hacer
todo enseguida, separar la Iglesia del Estado, crear escuelas primarias y
secundarias, reformar las universidades, reducir el número y aumentar la
eficacia de la burocracia y el ejército, conceder la igualdad legal a la mujer,
distribuir los grandes latifundios entre los campesinos, mejorar el sistema de
justicia, tanto a los individuos como a las organizaciones políticas y
laborales, construir carreteras, pantanos y centrales eléctricas, dar la
autonomía a los catalanes y vascos y dar a España libertades políticas y
religiosas.
La República trató de hacerlo demasiado y
hacerlo deprisa, para los críticos derechistas la República trató de destruir
la contextura tradicional de la sociedad, todos esos ataques al concepto de
España tal como la entendían y representaba para ellos la “Anti-España”.
Los críticos marxistas reprobaron con
sarcasmo la timidez del nuevo régimen, la República se limitó a platónicas
amenazas que no tocaron el poder de la Iglesia, el Ejército y los
terratenientes, por eso la impaciencia de la clase obrera y de los campesinos
sin tierras, quienes en 1934 se fueron desligando de la República. Hasta el
verano de 1934 todos los conflictos surgidos de la legislación republicana
pedían una solución parlamentaria. En la Iglesia, por ejemplo: las Cortes
Constituyentes subestimaron la fuerza de los sentimientos católicos en defensa
de las órdenes religiosas y las escuelas.
Hubo mucha alarma cuando, Marcelino Domingo
importó trigo y compró para el Gobierno carbón asturiano. De los principales
problemas con que tropezó la República, el único el cual era imposible hallar
una solución era el de la Reforma Agraria. La conclusión de los 3 primeros años
está basada en la atención de la obra Legislativa de las Cortes y la
administración de las Leyes. (10)
Dentro de la mayoría de centro-derecha
elegida en 1933 hubo siempre defensores del programa de escuelas públicas, de
obras hidráulicas y de la legislación social. Los problemas regionales pasaron
a primer plano en el verano de 1934, el gobierno de Companys se negó a aceptar
la decisión del Tribunal de Garantías anulando la Ley de cultivos catalana, y
los municipios vascos desafiaron al Gobierno en cuestiones de impuestos y
elecciones locales. Mientras tanto se descubrieron los desembarcos de armas en
Asturias, y la CEDA anunció de antemano que retiraría su apoyo al jefe de
Gobierno, pues consideraba inaceptables sus concesiones a los catalanes y
vascos. La CEDA era la minoría más numerosa en la Cámara, en circunstancias
normales, Gil Robles se habría unido al Gobierno ya desde antes, pero no sólo
los socialistas y los republicanos liberales, sino el católico y conservador
presidente Alcalá-Zamora desconfiaban de él. Cuando le preguntaron si era fiel
a la República, decía que la forma de régimen era “accidental”, todo el mundo
sabía que dependía del apoyo financiero de la monarquía.
Todos los dirigentes moderados de los
partidos, como Azaña, Martínez Barrio, Felipe Sánchez Román y Miguel Maura
advirtieron al presidente que no permitiera la entrada de la CEDA en el
gobierno.
Un dividido Partido Socialista desencadenó
la huelga general que para los jefes mineros de la UGT significaba una rebelión
armada en Asturias. En la zona de Oviedo los mineros crearon una Comuna basada
en la cooperación de los socialistas de izquierda, los comunistas, anarquistas
y trotskistas. (11)
En Cataluña la sublevación cedió ante la
firmeza del Gral. Domingo Batet, mientras que en Asturias, el Gobierno temeroso
de depender de las tropas españolas, empleó a los moros y al Tercio –Legión-
para “pacificar” la provincia.
Un historiador debe tratar estrictamente
con lo que pasó, más bien que con lo que pudo haber pasado; pero si no menciona
los factores que pudieron haber producido un diferente curso para los
acontecimientos, corre el riesgo de dar una falsa impresión de predestinación.
La victoria de las izquierdas en las
elecciones de febrero de 1936, llevó al poder a Manuel Azaña. Sin embargo
varias circunstancias hicieron imposible para Azaña gobernar como él, y la
mayoría del pueblo esperó. Durante el período de las Cortes Constituyentes
habían apoyado a Azaña; pero los engaños como el de la reforma agraria, la
amargura por la depresión asturiana, el progreso de las técnicas
revolucionarias y la conversación de Largo Caballero a la posición
revolucionaria, alteraron la postura de los socialistas. Largo Caballero fue un
burócrata sindical y un recién converso marxista. Los grupos anarquistas
supieron llegar a los trabajadores e imprimir a la sociedad de su tiempo una
dinámica de lucha contra las injusticias y la opresión del Estado. Durante
décadas los oradores anarquistas estuvieron predicando la dignidad del trabajo
y la absoluta igualdad del hombre con los campesinos, que los terratenientes
trataban como animales domésticos. La corriente caballerista, fue más fuerte desde
el verano de 1934 hasta finales de 1936, estuvo motivada por el irresistible
deseo de lograr la plena camaradería entre la clase media liberal y los
intelectuales por un lado, y el proletariado agrícola e industrial por el otro.
“Asumía sin vacilación alguna que el proletariado era la clase que seguiría los
destinos de la humanidad en un futuro libre de explotación” (12)
El efecto fue que en lugar de apoyar al
Gobierno de Azaña a principios de 1936, la mayoría socialista anticipó la
frustración de los liberales burgueses y esperó alcanzar el poder para el
proletariado en un futuro. Al mismo
tiempo la derecha antidemocrática preparó el derribo de la República. La
Falange se expansionó, el prestigio de Calvo Sotelo aumentó mientras que Gil
Robles decaía. Oficiales activistas conspiraron preparando un alzamiento y los
carlistas se preparaban para una cruzada armada.
Considerando en conjunto la historia de los
5 años de paz de la República, hubo un factor importante que trabó el régimen
desde el principio, fue que el nuevo régimen nunca pudo contar con la ayuda
leal de los cuerpos establecidos de funcionarios civiles.
Pero debe ser recordado que la República
siguió a una dictadura de 7 años y que la precedente monarquía constitucional
había falseado los resultados de las elecciones y la labor de las cortes.
La Democracia sólo puede ser aprendida a
través de la experiencia y la libre agitación política siempre incluye, ciertas
“componendas” en las alturas.
La República sabía que había que mantener
el orden público si quería ganarse a la clase media. Los anarquistas, se dieron
cuenta que el desorden y el caos era su mejor arma para tener concesiones de la
burguesía. Los monárquicos, que algunas veces tenían buenas relaciones con los
anarquistas en las zonas rurales, subvencionaron y provocaron las actividades
anarquistas como medio para desacreditar al nuevo régimen. En proporción a la
amenaza que parecía haber con el orden público, aumentaba el peligro de una
intervención militar.
En la zona del Frente Popular, la derrota
del pronunciamiento animó el fervor revolucionario de las masas, con una
variedad de experimentos colectivos locales, mitad anarquistas y marxistas y
que provocó una purga enorme de sacerdotes, policías y militares, así como
civiles tenidos como cómplices de los sublevados.
La guerra en si constituyó la más amarga de
las educaciones políticas para el pueblo español. Éste aprendió que el dominio
militar, hace al tejido de la vida civil y sufrieron la vana jactancia de la
mentalidad fascista. Fue el primer pueblo europeo en experimentar los
bombardeos aéreos en masa, y el único pueblo de Europa occidental que sufrió
directamente la cínica explotación comunista del ideal del Frente Popular.
El resultado más importante de la guerra
civil fue la derrota total de los liberales y de las izquierdas. La Iglesia y
el Ejército lograron un poder más grande que bajo ningún gobierno conservador
monárquico o dictadura militar de todo el siglo XIX. Los terratenientes
volvieron a ocupar sus fincas y su autoridad, y el abismo entre ellos y los
campesinos siguió siendo como antes de 1931. La censura de prensa, libros,
teatro y cine se hizo mucho más severa.
La guerra civil fue seguida por una
represión política masiva. El general Franco no siguió el ejemplo de un Lincoln
que terminó la guerra de Secesión en los EEUU “sin malicia para nadie”. Decenas
de millares de veteranos republicanos fueron fusilados, con o sin el beneficio
de un consejo de guerra, otros pasaron años en trabajos forzados, construyeron
carreteras, ferrocarriles o construyendo el mausoleo del Caudillo, el Valle de
los Caídos.
Ni el general Franco ni las clases
poderosas tenían nada que ofrecer en el terreno de un programa social que fuera
histórico para el país. El remate fue la absoluta falta de imaginación o
magnanimidad de los vencedores. Si hubieran contado con la cooperación del
pueblo habrían construido miles de escuelas y de una redistribución de la
riqueza y de una reducción radical de la aristocracia terrateniente y
financiera. El temperamento del dictador, y la naturaleza de las fuerzas de su
régimen, se combinaron para reducir todo al mínimo.
Los historiadores franquistas y
liberal-izquierdistas han coincidido en sus críticas. Los primeros explican que
los republicanos eran tímidos y resentidos sino que homosexuales; los segundos
hablan de los intelectuales escrupulosos que, según ellos debieron actuar como
los jacobinos de 1793.
La primera interpretación está dominada por
los mitos fascistas acerca de la virilidad, los segundos por las exageradas
analogías de la Revolución Francesa.
La guerra civil tuvo un significado
positivo que con el tiempo trascendió, con el cual aprendimos a no luchar entre
hermanos, a ser iguales, a tratar de defender nuestros ideales, respetándonos,
para poder convivir y para el fortalecimiento de la patria. La guerra
marcó moralmente a la sociedad española de la posguerra y dificultó
considerablemente la reconciliación entre los vencedores y los vencidos. Desde
el punto de vista bélico la guerra había finalizado el 1 de abril de 1939, pero
la paz no terminaba de llegar, ya que durante un período de cuarenta años, la
paz fue la aplicación de lo que los franquistas estimaban como su victoria. Más
que la paz, la guerra trajo un estricto orden policial. La Guerra Civil española
estuvo presente en la memoria de los españoles a pesar de que el paso del
tiempo diluyó su influencia. Las autoridades del nuevo régimen se encargaron de
recordarla, pues era para ellos fuente de legitimidad. La aprobación de una
Constitución democrática tras la muerte de Francisco Franco no cerró de forma
definitiva el capítulo de la
Guerra Civil. Sólo la asunción de la realidad histórica, la
condena oficial del régimen ilegal de Franco y la anulación de todos los
procesos judiciales y la consiguiente rehabilitación de las víctimas podrá
cerrar de manera definitiva las heridas de la guerra civil.
NOTAS
(1)Testimonio oral de Alberto
Galindo, hermano de mi abuelo Antonio Galindo contado en 1975.
(2) Vilar, Pierre. La guerra
civil española Barcelona, Editorial Crítica, 2000. (Biblioteca de bolsillo,
n° 19) pp. 74-77
(3) Corral, Pedro. Siqueiros, en
la guerra civil española, en Revista “La Aventura de la Historia ”, Año 8 – N° 88
– Febrero-2006, pp.23-24.
(5) Schwartz, Fernando. La
internacionalización de la
Guerra Civil Española: julio de 1936-marzo de 1937.
Barcelona, ED. Ariel, 1972. p. 193.
(6) Vilar, Pierre, op. cit.,
pp. 82
(7) Ibid, pp. 85-86
(8) Ibid, pp. 88
(9) Testimonio oral de un amigo de la
familia, D. Ramón Guillot, Comandante republicano, jefe del puerto de Alicante.
Contado en 1985.
(10) Jackson, Gabriel. La
república española y la guerra civil. Barcelona, Editorial Crítica, 1999.
pp. 413.
(11) Jackson, Gabriel, op. cit.,
pp. 417.
(12) Largo Caballero, Francisco. Mis
recuerdos. México, Alianza, 1954. pp. 218-226.
Apéndice
ORGANIZACIONES Y TÉRMINOS POLÍTICOS
ACCIÓN
ESPAÑOLA
Organización de
intelectuales monárquicos, tanto carlistas como alfonsinos, que publicaban un periódico
de ese nombre.
ACCIÓN
POPULAR
Organización
política que defendía los derechos de la Iglesia contra la legislación laica.
ACCIÓN
REPUBLICANA
Partido de
Manuel Azaña, fusionado en 1934 con otros pequeños partidos y conocido desde
entonces como Izquierda Republicana.
AGRUPACIÓN AL
SERVICIO DE LA REPÚBLICA
Grupo político
creado por José Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala, Marañón y otros.
CEDA
Confederación
Española de Derechas Autónomas; federación de pequeños partidos derechistas
agrupados en las Cortes bajo la dirección de José María Gil Robles, de signo
católico y no comprometido respecto a la forma de régimen.
CHEKAS
Tribunales
irregulares formados por los diversos partidos de extrema izquierda en el
verano de 1936.
CNT
Confederación
Nacional del Trabajo; federación sindical de los anarquistas.
CARLISTAS
Partidarios de
la rama carlista de la familia real, muy fuertes en Navarra y en Levante que
aspiraban a una monarquía tradicionalista y católica contra la monarquía
liberal de 1875-1923. Su nombre oficial era Comunión Tradicionalista.
CASA DEL
PUEBLO
Centro de
trabajadores con biblioteca pública y salas de reunión. Las más numerosas eran
las del partido socialista, así como centros políticos y educativos.
CRI
Cruz Roja
Internacional, toda con personal suizo.
ESQUERRA
Izquierda
Catalana, dirigida por Lluis Companys y que por su carácter político
correspondía a las fuerza Azaña-Prieto en Madrid.
EUZKADI
Nombre medieval
del País Vasco, empleado después por el PNV (Partido Nacionalista Vasco).
FAI
Federación
Anarquista Ibérica; organización de idealistas y hombres de acción de
significación ácrata.
FALANGE
ESPAÑOLA
Partido político
de inspiración fascista, fundado y dirigido por José Antonio Primo de Rivera de
octubre de1933 a julio de 1936.
FALANGE
ESPAÑOLA TRADICIONALISTA Y DE LAS JONS
Fusión de la
Falange y los Carlistas en abril de 1937, para formar la única organización
política autorizada por la España nacionalista, bajo la jefatura del general
Franco.
GENERALITAT
Gobierno
autónomo de Cataluña según el Estatuto otorgado en septiembre de 1932.
IZQUIERDA
REPUBLICANA
Originada en la
fusión de las fuerzas de Azaña, Marcelino Domingo y Casares Quiroga, en 1934;
dirigida por Manuel Azaña.
JAP
Juventud de
Acción Popular; organización juvenil de la CEDA.
JONS
Junta de
Ofensivas Nacional-Sindicalista; partido de militantes fascistas con sede en
Valladolid, fusionado con Falange en 1934.
JSU
Juventud
Socialista Unificada; grupos juveniles socialistas y comunistas fusionados en
1936.
LLIGA
CATALANA
Partido
Conservador Catalán dirigido por Francisco Cambó.
NKDV
Policía Secreta
Soviética (llamada GPU).
PARTIDO
RADICAL
Fundado y
acaudillado por Alejandro Lerroux.
PCE
Partido Comunista
de España.
PISTOLERO
Personas a
sueldo contra huelguistas o en las luchas intersindicales de la UGT, CNT y
comunistas.
POUM
Partido Obrero
de Unificación Marxista; partido comunista antiestalinista en Lérida, dirigido
por Andrés Nin y Joaquín Maurín.
PSOE
Partido
Socialista Obrero Español.
PSUC
Partido
Socialista Unificado de Cataluña, nacido de la fusión de los partidos
socialista y comunista de Cataluña en 1936.
RENOVACIÓN
ESPAÑOLA
Partido
Monárquico Alfonsino dirigido por Antonio Goicoechea y José Calvo Sotelo.
REQUETÉS
Unidades de
milicias carlistas.
UGT
Unión General de
Trabajadores, confederación obrera socialista.
UHP
Unión de
Hermanos Proletarios; slogan de los mineros asturianos en 1934 y símbolo de la
esperanza en la unión de la clase obrera.
UME
Unión Militar
Española; organización de militares opuestos a las reformas de Azaña, que
conspiró en 1936.
UMRA
Unión Militar
Republicana Antifascista; fundada a principios de 1936 para combatir a la UME.
UNIÓN
REPUBLICANA
Partido de
Martínez Barrio tras su ruptura con Lerroux en 1934.
ILUSTRACIONES
PROPAGANDA DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA
Legion Condor
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