domingo, 24 de mayo de 2020


COMARCAS   ESPAÑOLAS (6)

RUTAS DE LOS MONASTERIOS

DE

VALENCIA

MONASTERIO DE SAN JERÓNIMO DE COTALBA

Monasterio de San Jerónimo de Cotalba, en Alfahuir: Fundado en 1388 por Alfonso de Aragón el Viejo, se encuentra a solo 8 km de Gandía. Es una de las construcciones monásticas más notables de la Comunidad Valenciana, hecho que se ve acentuado por la gran diversidad estilística del conjunto, en donde destaca por su especial singularidad su claustro gótico-mudéjar, uno de los pocos ejemplos de arte mudéjar de la Comunidad Valenciana. El Monasterio fue centro espiritual y cultural de la corte del Ducado de Gandía y de la comarca de La Safor. Posteriormente, en el siglo XVI, el monasterio tendrá la protección de la familia Borja.


El Real Monasterio de San Jerónimo de Cotalba (en valenciano Sant Jeroni de Cotalba) es un edificio conventual fundado en el año 1388 y construido entre los siglos XIV y XVIII que está localizado en el término municipal de Alfahuir (Valencia), a 8 km de Gandía.






HISTORIA
El monasterio se levanta sobre el Tossalet de Cotalba en el término de Alfahuir. Se trata de una de las construcciones monásticas más notables de la Comunidad Valenciana, hecho que se ve acentuado por la gran diversidad estilística de su conjunto que, arrancando de una primitiva estructura gótica medieval se desarrolla fundamentalmente desde el siglo XIV al XVIII y abarca cinco estilos diferenciados: mudéjargótico valencianorenacimientobarroco y neoclásico.
En 1388 el Alfonso de Aragón el Viejo, nieto de Jaime II y primo de Pedro IV el Ceremonioso, impulsa la construcción del Monasterio, comprando el lugar de Cotalba a los musulmanes y donando este terreno a la comunidad jerónima de Jávea para que se trasladen allí, evitando con ello las reiteradas incursiones de los piratas berberiscos en la costa valenciana ya supone un lugar mucho más seguro. A partir de entonces se inicia la consolidación y expansión de la famosa Orden de los Jerónimos convirtiéndose este monasterio en la Casa Madre, al ser la primera comunidad jerónima establecida en la antigua Corona de Aragón.
Respecto a la edificación del Monasterio, según las crónicas, fue Pere March, padre del conocido poeta valenciano Ausiàs March, como mayordomo del Duque de Gandía, el encargado de organizar e idear la edificación del monasterio. La íntima relación de la familia March con este monasterio queda reflejada en la edificación de una capilla en la iglesia y el enterramiento de varios de sus miembros en ella. En este monasterio descansan también los restos de las dos esposas de Ausiàs March.
Otro importante personaje literario que también frecuentó el Monasterio fue el escritor valenciano Joanot Martorell, ya que la primera mujer de Ausias March, Isabel Martorell, era hermana suya.
El monasterio se convertirá entonces en el centro espiritual y cultural de la corte del Ducado de Gandía y de la comarca de La Safor. La predilección que su fundador, el Duque Alfonso de Aragón y Foix, siente por el monasterio se verá reflejada tanto por las continuas donaciones que realiza al monasterio como por el enterramiento de su esposa, Violante de Aragón (en 1411) y la de dos de sus hijos, los Infantes Juan y Blanca, en el propio monasterio.
Más tarde, será su hijo Alfonso de Aragón el Joven el que continuará la construcción del monasterio, por ejemplo, con el levantamiento del campanario en el año 1412.
La leyenda popular cuenta que en el claustro gótico-mudéjar del monasterio que se encuentra junto a la iglesia, predicó San Vicente Ferrer.
En estudios recientes sobre la arquitectura del monasterio, se estima que el autor de la escalera de estilo gótico flamígero del claustro inferior, así como de las esculturas góticas del claustro superior, muy probablemente fue el propio taller de Pere Compte, arquitecto de la Lonja de Valencia.
Posteriormente, en el siglo XVI, el monasterio tendrá la protección de la familia Borja, siendo la Duquesa de Gandía, María Enríquez de Luna, viuda del duque Juan de Borja y Cattanei y nuera del papa Alejandro VI, la que realizara obras de ampliación en el monasterio, como el claustro superior de estilo gótico tardío o el aljibe medieval del Patio de los Naranjos. Más tarde, también San Francisco de Borja frecuentó el monasterio y su esposa, Leonor de Castro, dama y amiga íntima de la Emperatriz Isabel de Portugal, pasó sus últimos días en él, recuperándose de sus dolencias, en donde fallecería el 27 de marzo de 1546.
En 1586, el rey Felipe II realiza una visita al monasterio junto a su heredero y su hija, la Infanta Isabel Clara Eugenia, quedándose hospedados en él varios días. De nuevo, una visita real se produce con motivo de la boda real de Felipe III con la reina Margarita. Estas visitas dan testimonio de la predilección de la Casa de Austria por la orden jerónima. Con anterioridad también la Casa de Aragón favoreció a San Jerónimo de Cotalba, pues Martín el Humano y Fernando el Católico realizaron cuantiosas donaciones y exenciones al monasterio.
Mención especial merece la figura de Fray Nicolás Borráspintor renacentista valenciano, que ingresó como monje en este monasterio. Es considerado como uno de los más prestigiosos pintores valencianos de su época, siendo discípulo y continuador de Juan de Juanes. Trabajando en el monasterio, se sintió atraído por la vida monástica e ingresó en él a los 45 años, donde un año después, en 1576, hizo testamento y profesó como monje. Pintó el retablo mayor del monasterio, concluido en 1579 y varios retablos menores junto con otras pinturas para distintas dependencias. Hoy en día todas las pinturas que Fray Nicolás Borrás realizó para el monasterio se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Valencia donde se conservan en parte almacenadas debido a su tamaño. La única obra de Nicolás Borrás que aún hoy se conserva en el monasterio es "La Santa Cena", una grisalla realizada al temple, que se encuentra en el antiguo refectorio del monasterio. Debido a las numerosas concesiones que el pintor realizó al monasterio, la comunidad acordó celebrar cincuenta misas todos los años por el alma de Fray Nicolás Borrás y lo incluyó en la lista de benefactores del monasterio.
El escritor y eclesiástico Gaspar Juan Escolano en sus «Décadas de la historia de la insigne y coronada ciudad y reyno de Valencia» publicadas en 1610, investiga en la historia del monasterio que le genera una gran impresión: «de las delicadas y célebres pinturas que por todos sus claustros y paredes de los lugares más vistosos, ha dejado de su mano y pincel un hijo desta casa y reino, llamado Fray Nicolás Borrás, que murió en este año»...«su espíritu y excelencia en el arte de pintar vivirá para siempre en las lenguas de la fama».
La custodia del monasterio, realizada por Fray Antonio Sancho de Benevento en el año 1548 corrió peor suerte. Fue considerada una de las mejores de España por los expertos y tardó siete años en acabarla, alcanzando un metro de altura. Su calidad y su técnica resultó comparable a la de las custodias de la Catedral de Toledo o la Catedral de Santiago de Compostela, siendo uno de los mejores ejemplos de orfebrería del Renacimiento español. Después de la Desamortización española la custodia pasó a la Colegiata de Santa María de Gandía. Fue expuesta en la Exposición Internacional de Barcelona en 1929. Desapareció durante el trascurso de la guerra civil española.
Más tarde, en 1757, el Padre Francisco del Castillo, monje del monasterio, escribe la "Historia general de nuestro Real Monasterio de San Jerónimo de Gandía", de la cual existe una copia en el Archivo de la Catedral de Valencia. Gracias a esta amplia y pormenorizada crónica conocemos buena parte de su historia hasta dicha fecha.
Debido a la desamortización de Mendizábal los monjes jerónimos se verán obligados a abandonar el monasterio, hecho que se produce el 6 de agosto de 1835. Sus obras de arte serán repartidas por diversos lugares y el monasterio será saqueado. La familia Trénor lo adquiere en 1843, a la cual se le debe la buena conservación del mismo hasta nuestros días y la mejor aportación de la cual han sido los jardines de estilo romántico de la parte norte, que datan de principios del siglo XX. Están inspirados en el estilo de los jardines que el arquitecto paisajista francés Nicolás Forestier realizó en España.
Durante la Guerra Civil Española el monasterio fue convertido y utilizado como hospital militar. Debido a su uso sufrió importantes daños que durante la posguerra fueron restaurados por la familia propietaria.
Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 24 de mayo de 1994 mediante el decreto 93/1994 de la Generalidad Valenciana.Desde el 26 de mayo de 2005 el Monasterio está abierto al público.
El 21 de mayo de 2015, con motivo del 10º aniversario de la apertura del monasterio al público, fue inaugurado oficialmente por las autoridades y abierto a las visitas el claustro superior de factura gótica y el salón de armas. Actualmente es posible visitar la práctica totalidad del monasterio.
Por otra parte, el monasterio programa diversas actividades culturales y lúdicas, cuyo principal exponente es el ciclo de conciertos Música en Sant Jeroni que se inició en el año 2007 y que tiene lugar entre los meses de julio y agosto. Está dedicado principalmente a la música clásica y el jazz.


Retablo Mayor del Monasterio
ARQUITECTURA
Se pueden destacar dentro del edificio cuatro grupos constructivos con características homogéneas: la torre del homenaje o de las campanas, la Iglesia, el claustro en sus dos plantas y las dependencias del monasterio propiamente dichas.
·         La torre del homenaje o de las campanas es el centro de atención del edificio que sobresale por su volumen y altura.
·         La iglesia es un espacio único de planta basilical sin crucero con la tipología tradicional y característica del gótico valenciano. Se ordena en cuatro tramos de bóveda cubiertos por arcos de crucería. Cuenta con un presbiterio rectangular con añadidos barrocos y un coro elevado con bóveda estrellada. Las capillas laterales se sitúan entre los contrafuertes interiores encontrándose sepulturas en algunas de ellas. La portada, muy deteriorada, es muy sencilla y sigue el esquema típico de estructura ojival moldurada. La actual capilla de la Virgen de la Salud fue la antigua Sala Capitular del monasterio. Adosado a sus muros se encuentra el sarcófago medieval en piedra tallada de los hijos de Alfonso de Aragón el Viejo: los Infantes Juan y Blanca de Aragón. Constituye un bello ejemplo de escultura funeraria gótica valenciana, que fue elaborado en Játiva en el año 1380, unos años antes de la fundación del monasterio, por el maestro de la piedra Pere Andreu.
·         El claustro inferior. Está considerado como uno de los más claros y singulares ejemplos del gótico-mudéjar en la Comunidad Valenciana y se trata de un espacio policromo abierto con nervaduras. En el ángulo más cercano a la iglesia se sitúa una singular escalera helicoidal de estilo gótico valenciano de influencia flamígera, de especial valor.
·         El Patio de los Naranjos. Las galerías forman un patio central llamado "Patio de los Naranjos", en el que se encuentra un aljibe medieval, ordenado construir por la Duquesa de GandíaMaría Enríquez de Luna, en el siglo XVI, que almacenaba el agua para el abastecimiento del cenobio, y un pozo que data de los orígenes del monasterio. Las 24 fuentes que rodean el aljibe fue una decoración añadida en el siglo XIX por la familia Trenor.
·         El claustro superior. Consta de cuatro alas, la más antigua fue construida en el siglo XV y es de estilo gótico, el ala este fue realizada en el siglo XVI por encargo de la Duquesa de GandíaMaría Enríquez de Luna y las galerías norte y oeste se realizaron entre los siglos XVII y XVIII. Entre el claustro norte y el este encontramos la “Puerta de los Leones”, que destaca por sus esculturas y decoración gótica. En el claustro superior destacan sus esculturas góticas policromadas que se encuentran en muy buen estado de conservación.
·         El refectorio. De estilo majestuoso, se corresponde con la primera época del edificio y guardaba similitud con el claustro mudéjar del propio monasterio. A lo largo del siglo XVIII los monjes llevan a cabo distintas mejoras en el refectorio, cambiando su aspecto inicial y de las cuales se conserva una pila de agua de piedra. La familia Trénor también realizará diferentes mejoras para convertirlo en un salón de ceremonias. Construirán una gran chimenea al fondo y una escalera imperial, inspirada en la escalera áurea de la Catedral de Burgos, para unir el refectorio con el Salón de Armas de la planta superior.
·         Salón de Armas. En él destaca su techo medieval realizado en madera con escudos tallados del fundador del Monasterio, junto a una colección de armas y diversa decoración medieval.
·         Las dependencias monacales. El interior del monasterio presenta en ocasiones unos recorridos intrincados y tortuosos y presenta variadas dependencias. El monasterio tiene numerosas salas y salones con solución constructiva similar, consistentes en bóveda de cañón con arcos fajones que reparten el peso de la cubierta.
·         Los Jardines Románticos. Los jardines de estilo romántico datan de principios del siglo XX y están inspirados en el estilo de los jardines que el arquitecto paisajista francés Nicolás Forestier realizó en España. En ellos se encuentra una interesante variedad de árboles y plantas no autóctonos junto a un lago o estanque artificial que recibe agua por medio de una cascada adosada al acueducto gótico medieval. Los jardines románticos así como el resto de parajes adyacentes al monasterio, constituyen espacios ambientales de interés paisajístico.
·         Acueducto gótico. Es de destacar el interesante acueducto medieval de estilo gótico del Monasterio, que conducía el agua desde la fuente de Batlamala o de la Finestra, a casi 6 kilómetros, en el término de Almiserà para el abastecimiento del propio monasterio. El acueducto se divide en dos alturas, la inferior del siglo XIV y la superior de los siglos XV y XVI. Su estado de conservación es bueno y puede contemplarse desde los alrededores de la parte posterior del monasterio o desde los jardines románticos del mismo.
·         El monasterio también cuenta con numerosas dependencias anexas para la explotación agrícola, algunas de las cuales se han habilitado como un embrión de un museo etnológico.

Claustro

Escalera del Monasterio en estilo gótico valenciano, obra de Pere Compte, s. XV


MONASTERIO CONVENTO DEL CORPUS CHRISTI


Establecido en el lugar donde se produjo el milagro de los Corporales, fue construido en el siglo XV, en 1422, gracias a una donación de la familia Prócida a la orden de los predicadores, que instalaron aquí la primera Universidad Valenciana, con el Estudio General en Arte y Teología.
El recinto está estructurado en torno a un claustro de estilo neoclásico, del siglo XVI, de dos alturas, con un pozo de época anterior en el centro.
El refectorio, de estilo gótico, es la parte más antigua del edificio. En la planta superior se ha restaurado la sala capitular con su artesonado original.
El convento y la iglesia estuvieron comunicados hasta el siglo, XVII, época en la que se cegó el acceso.
Milagro de los Corporales.
Nos tenemos que remontar hasta la edad media, en plena época de luchas entre moros y cristianos. Los historiadores no terminan de ponerse de acuerdo si ocurrió en 1239 durante la reconquista de Jaume I o en los años setenta del siglo XIII, durante las revueltas de Al-Azraq y Abén Bazel. 
Cuenta la leyenda, que encontrándose las tropas cristianas en las proximidades del Castillo del Xio y ante la inmediatez de la batalla se dispusieron a realizar una misa de campaña pero en el momento en el que el sacerdote se preparaba a dar la comunión a los cinco capitanes de la compañía fueron sorprendidos por el enemigo, tendiendo que abandonar la misa de inmediato y marchar a la lucha. Para que el cuerpo de Cristo no fuese profanado el sacerdote decidió esconder las formas en el corporal y esconderlo entre unas rocas próximas. Con el fin de la batalla y al ir a buscar el corporal observaron que un hecho milagroso había sucedido: las formas habían sangrado y la sangre (de Cristo) había quedado impresa en el corporal.  Tomando el corporal como bandera las tropas cristianas volvieron a la batalla, inculcando al enemigo la derrota definitiva. Después de la batalla, y puesto que la compañía cristiana estaba formada por soldados de Daroca, Calatayud y Teruel empezó una discusión sobre cuál debería ser el destino del milagroso paño, ya que todos se lo querían llevar con ellos. Finalmente se decidió que su destino lo elegiría una vieja mula. Colocaron el corporal en una arqueta que cargó una mula durante días. En el lugar que se detuviese se quedaría por siempre el corporal, y así sucedió, pues a Daroca llegó y allí calló muerto el pobre animal. Se dice que al paso de la comitiva se sucedieron varios milagros, como el de un hombre que volvió a caminar.
Unos cien años después de ocurrir el milagro (si aceptamos como fecha el año 1239), en 1335, Maria de Vidaure, esposa del III Señor de Llutxent, quería conocer el lugar exacto en el que ocurrió el milagro ya que hasta ese momento se desconocía. Durante un tiempo interpeló a Dios para que le mostrase donde había sucedido el milagro, y este, mediante señales luminosas en forma de cruz señalo dos lugares: la piedra sobre la que el cura había oficiado la misa y el lugar donde se habían escondido las formas y el paño corporal. María de Viadure mandó construir una ermita en el primer lugar y una cruz en el segunda. Con el paso de los años el primer lugar acabaría siendo ocupado por el Convento del Corpus Christi y en el siglo XVIII se construiría la ermita de la Virgen de la Consolación cerca de la cruz de piedra, pasando a conocerse ese lugar como el “Mont Sant”, un lugar sin duda milagroso y sobretodo digno de visitar.

El Milagro de los Corporales




Historia
La actual población de Llutxent tiene su origen en una villa romana (Villa Luciana) de la que no se ha conservado resto alguno. El topónimo LLutxent (en castellano Luchente) es una derivación de Luxen, Luchent, Llutchen y Llutxent. Este a su vez procede del patronímico romano Lucius con la terminación "en".

Los musulmanes ocuparían la zona y en tiempos almohades levantarían un castillo llamado Xio (siglo XII). Más que una fortaleza se trataba de un castillo-refugio, que servía además de atalaya sobre el Valle de Albaida.

Reconquistada la zona por los cristianos de 
Jaime I, su hijo el rey Pedro III el Grande (1276-1285) elevaría en 1278 el lugar a la categoría de baronía a favor de la familia Próxita que levantaran su casa-palacio en la población y se convertirán en los señores del lugar. La familia Próxita era oriunda de Sicilia y toma su nombre de la isla italiana de Procida. Juan de Próxita (I señor de Luchente) pasaría a la Corona de Aragón al servicio del rey Pedro III.


La historia del monasterio del Corpus Christi está inseparablemente ligada al conocido como Milagro de los Corporales. La primera referencia escrita que se tiene del milagro es de 1341 en una carta del obispo de Valencia 
Raimundo Gastón.


Según cuenta la tradición, la leyenda o las crónicas, las tropas cristianas de Jaime I al mando del noble Berenguer de Entenza se encontraban en este lugar cerca del 
castillo musulmán de Xio. Próxima la batalla, los cristianos escuchaban misa, el sacerdote había consagrado seis formas y en el momento de ir a dar la comunión a los cinco capitanes de las tropas cristianas, los musulmanes atacaron de improviso. Prestos a la batalla corrieron los soldados, el sacerdote que oficiaba la misma temeroso que las sagradas formas cayeran en poder musulmán, las envolvió en el paño corporal y las escondió bajo unas piedras y unas palmas silvestres. Terminada la batalla con la victoria cristiana, fue el sacerdote a buscar las formas y al descubrir la tela se percató que el paño corporal estaba teñido de sangre, pues de las formas consagradas había manado sangre, sangre de Cristo Nuestro Señor. La fecha del milagro no se sabe con certeza pero se sitúa entre 1239 ó 1240. Este milagro es el que se conoce como Milagro de los Corporales.

E lo preure desplegant los corporals, noy troba nenguna de les cinch hosties consagrades sots specie de pa. Mes sols troba en los dits corporals cinch senyals, quasi emprenptats en lo drap dels dits corporals de la quantitat de les hosties. Empero eren los senyals no de color de pa, anseren de color de carns sangonosa, de la cual cosa admirat e territ lo preure, estaua que no sabia que fes ni que digues.


Las tropas de Berenguer de Entenza estaban formadas por peones de las ciudades y villas de Calatayud, Daroca y Teruel. Los tres grupos querían quedarse con el paño corporal milagroso, a lo cual el noble Berenguer de Entenza decidió que el paño sería puesto en una mula (según versiones además la mula era ciega) y dejada a su libre albedrío y como guía la Divina Providencia, allí donde se detuviera la mula se quedaría el milagroso paño. Después de un largo periplo la mula se detuvo ante las puertas de Daroca, continuó hasta la Iglesia y Hospital de Sant March (San Marcos) y llegando al Altar Mayor se detuvo y murió, y allí se quedaron los santos corporales. Posteriormente los santos corporales por decisión municipal, serían trasladados a la Basílica Menor conocida como de Santa María de los Corporales y allí permanecen en la actualidad.


En 1335, cien años después de ocurrir el milagro, María de Vidaure señora del lugar y viuda de Francisco de Próxita (III señor de Luchente), construye una ermita en el lugar donde ocurrió el milagro de los Santos Corporales y la puso bajo la advocación del Corpus Christi. Llama la atención el hecho de que tuvieran que pasar 100 años antes de que se levantara un templo en recuerdo del milagro y que en la memoria colectiva de los habitantes del lugar se olvidara el sitio exacto de los hechos. Esta ermita por ciertas referencias que se tienen debió ser muy sencilla, de planta rectangular, arcos de diafragma y techumbre de madera, templos de los conocidos como de reconquista. En 1338 la ermita ya estaba terminada.

Según las crónicas, Maria de Vidaure, mujer muy devota, interpelaba constantemente a Dios sobre el lugar donde ocurrió el conocido milagro, pues como hemos comentado se desconocía el lugar exacto. Este por medio de señales luminosas en el cielo que pudo contemplar todo el pueblo de Lucente, le señaló primero el "Codol" o piedra sobre la que el cura había oficiado la misa milagrosa y seguidamente el lugar donde este había escondido el paño corporal. Maria de Vidaure levantaría sobre el "codol" la ermita y sobre el lugar del escondite una cruz de piedra. Sobre este último lugar se levantaría en el siglo XVIII la actual Ermita de la Virgen de la Consolación.


En 1423 Olfo de Próxita y Cervellón, VII señor de Luchente, entrega los terrenos circundantes y la ermita del Corpus Christi fundada por su antepasada a la Orden de los Dominicos para que en el lugar construyan un convento de la citada orden. En la decisión de entregar a los dominicos los terrenos para construir un convento no sería ajeno el hecho, que el confesor de Olfo de Próxita fuera Miguel Just de la orden dominica. También conviene citar que tanta voluntad en entregar bienes a la iglesia, viene marcada por el hecho que Olfo de Próxita se encontraba muy enfermo y se había retirado a esta su baronía para ser cuidado, a pesar de haber sido nombrado, Virrey del Reino de Mallorca. Encomendándose a la voluntad divina y al Corpus Christi sanó de su enfermedad y pudo incorporarse a su puesto en Mallorca e incluso seguir prestando servicios a su rey Alfonso el Magnánimo (1416-1458). Como agradecimiento entregó la ermita y sus terrenos a la iglesia y más concretamente a la Orden de los Predicadores (O.P.).


Las obras de construcción del convento fueron comenzadas por Olfo de Próxita, estas serían continuadas por su hijo Joan y por su nieto Nicolás, con el cual llegaría el momento cumbre del monasterio al ser elegido el convento en 1474 como sede de un "Estudi General" por bula del Papa Sixto IV (1471-1484), además Nicolás de Próxita dotaría espléndidamente al monasterio. El hecho de establecerse un "Estudi General" implica que el monasterio podía extender los grados de doctor en Artes y Teología. También conviene anotar que el "Estudi General" de Valencia, germen de la futura Universidad Valentina no se crearía oficialmente hasta finales del siglo XV, por lo que este "Estudi General" es anterior al valentino.

Nicolás de Próxita sería nombrado en 1450 además I conde de Almenara, lo que da prueba del prestigio que tenía el señor de Llutxent. Las obras del convento continuarían hasta finales del siglo XV, pues consta que en 1492 se estaba terminando de construir la iglesia.


Con su hijo Juan Francisco de Próxita, termina la unión de la familia Próxita con el monasterio, pues este vende la baronía a Pedro Maza de Lizana. La fecha exacta se desconoce pero siempre antes de 1486.

En 1811 durante la Guerra de la Independencia el monasterio fue tomado por las tropas francesas y expoliado, pues era manifiesto el apoyo de los dominicos a las guerrillas que luchaban en la zona. En 1835 con la desamortización de Mendizábal el monasterio fue vendido en pública subasta y sus bienes dispersados. El convento se convirtió en una casa de campo hasta 1990 en que lo compró la Diputación de Valencia y comenzó un proceso de restauración un tanto desordenado que aún continúa en la actualidad. Hay que indicar que el monasterio disponía de una gran biblioteca de la que obviamente no queda nada.

Según tradición no avalada documentalmente se dice que 
San Vicente Ferrer predicó en 8 de noviembre de 1410 en Llutxent. Desde las escaleras del palacio de los Próxita profetizó que en Llutxent se crearía un monasterio de la orden dominicana, cosa que como hemos visto ocurrió.



La iglesia es de planta rectangular, uninave de cuatro tramos cuadrados, cabecera de testero recto y coro alto a los pies. Dispone de dos capillas abiertas en el lado del evangelio de construcción más tardía. El tramo de la cabecera donde se sitúa el Altar Mayor se cubre con una bóveda estrellada formada por cinco claves decoradas con escudos de la familia Pròxita. En la clave central podemos observar la representación de un monje que lleva el paño corporal con las seis formas, acompañado de dos ángeles. Los tres tramos restantes se cubren con bóveda de crucería cuatripartita con plementería de ladrillo y con claves policromadas con el escudo de los Próxita y de los Próxita-Perellós. Los nervios de la bóveda se apoyan en ménsulas góticas adosadas al muro con decoración vegetal.
El solado original de la iglesia se mantiene solo en la Capilla de la Comunión. Es un suelo de azulejos de Manises realizados en el siglo XVIII.

REAL MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE VALLDIGNA

Monasterio fundado por el rey de Aragón, Jaume II, el Just (Jaime II el Justo) (1291-1327). Según la tradición, este rey, despues de guerrear contra los musulmanes por tierras de Alicante y Murcia, al pasar por este valle, llamado Alfàndec (el barranco), e impresionado por su fertilidad y belleza, dijo dirigiendose a su capellán Fray Boronat de Vila-Seca abad del monasterio cisterciense de Santes Creus: "Vall digna per a un monestir de la vostra religió". Y el abad contestó: "Vall digna". Traducción literal: Valle digno para un monasterio de vuestra religión.

A pesar de lo dicho, la fundación del monasterio no obedeció a un capricho real, la construcción de monasterios era una necesidad y una obligación que tenían los reyes para, por una parte repoblar con cristianos zonas que hasta entonces estaban habitados por mudéjares y por otra parte como una forma de control del territorio, concediendo a los abades jurisdicción civil y criminal sobre los habitantes del lugar.


Jaume II promulgó el 15 de marzo de 1297 la orden concediendo las tierras del entonces llamado Valle de Alfàndec, al abad de Santes Creus (Tarragona) para la nueva fundación cisterciense que sería el Real Monasterio de Santa Maria de la Valldigna, nombre que desde entonces recibe este valle. Fue otorgado todo el valle, el castillo de "Marinyén", sus caserios y alquerias, junto con los habitantes de la zona. Por tanto el abad, se convertía en señor del valle con poderes ilimitados tanto juridicos, económicos y religiosos. El mismo rey concedió jurisdicción sobre el mar cinco millas adentro, cosa inusual para la época. Tal hecho se manifiesta en el escudo del monasterio con la inclusión de una torre edificada sobre las olas del mar, lo que indica posesión sobre las aguas.


Se dice que el monasterio se construyó sobre el lugar donde había existido una aldea llamada Benizael, a la cual solían acudir los musulmanes con sus mercancías para comprar y vender.


Este Real Monasterio, ejerció el señorio del lugar, reforzado tras la expulsión de los moriscos del Reino de Valencia en 1609, hasta 1811, en que por orden de las Cortes de Cádiz, fueron suprimidos todos los privilegios eclesiasticos. En 1835 la desamortización de Mendizabal puso punto y final a la vida del monasterio.
Trece monjes de Santes Creus llegaron para formar la nueva comunidad. Mientras se realizaban las obras en el nuevo monasterio, se alojaron en la lonja o almodí y en ella construyeron un oratorio como capilla.


Desde su inicio este monasterio fue un centro de poder e irradiación de cultura en el Reino de Valencia, y entre sus abades destaca Roderic de Borja, que se convertiría en Papa con el nombre de Alejandro VI (1492-1503).

El nuevo monasterio abarcaría un extenso territorio formado por las poblaciones que tenia el valle: Simat, Benifairó, Tavernes, La Xara, Alfulell, L'Ombria, Massalalí y Ràfol d'Almunia. En aquellos momentos todas ellas eran alquerias pobladas por moriscos.


El monasterio de la Valldigna estaría gobernado por abades perpétuos hasta 1460, que desempeñaban el cargo hasta su muerte o renuncia. De 1460 hasta 1530 son gobernados por abades comendatarios (abades in commendam), que eran poderosos e influyentes personajes que en ocasiones ni se acercaban a la Valldigna. Con posterioridad, fueron sustituidos por abades trienales, y a partir de 1617 por abades cuadrienales.


Sus abades formaban parte del estamento eclesiastico y como tales, tenian voz y voto en las Cortes Valencianas.

Se pueden observar tres etapas significativas en su construcción: la implantación gótica del siglo XIV, conformando la estructura completa del conjunto en torno al claustro, de acuerdo a los cánones del Cister; una renovación ocurrida en el año 1396 después de sufrir un terremoto; y una segunda renovacion definitiva después de su destrucción por otro terremoto en el año 1644, con sustituciones completas y nuevas dependencias ya en época barroca (siglos XVII y XVIII), a la que pertenecen el actual templo y la capilla de la "Mare de deu de Gràcia" (Nuestra Señora de Gracia).


Poco a poco, se van ampliando las dependencias monacales siguiendo las directrices del Cister. Sin embargo fue durante el gobierno del abad Arnau de Saranyó (1357-1387) cuando se construyeron nuevas dependencias importantes, entre las cuales estaba la armeria (hoy desaparecida), los aposentos abaciales (popularmente llamado "Palau de l'Abat"), y la Puerta Nueva (Portal Nou) o Puerta Real, sobre la cual aún permanecen los escudos en piedra con las armas reales de Aragón y del Abad Saranyó.


Desde el 1519 al 1528 el monasterio es fortificado debido a las guerras de las Germanias, las continuas revueltas moriscas y el ataque de los piratas argelinos. Durante la guerra de las Germanias, en 1521, el monasterio fue saqueado con furia. Se construye una muralla alrededor del cenobio con un torreón en cada uno de sus angulos.


Puerta Real o "Portal Nou" Siglo XIV. El acceso al recinto amurallado se realiza por la Puerta Real o "Portal Nou". Está elaborada con piedra trabajada en sillería de buena calidad en su portada y en las base de las torres, mientras que el resto es obra de mampostería. Sobre 
el arco apuntado están esculpidos tres escudos: el del centro la Corona de Aragón, y a ambos lados el escudo del abad Arnau de Saranyó durante cuyo gobierno se construyó dicha puerta. Sus armas una rama de endrino y un báculo.


Flanquean esta puerta dos torres salientes de planta cuadrangular, antiguamente con almenas y actualmente con una especie de festones ya que fueron restauradas por el abad Félix Garix (1720-1724), en el siglo XVIII. La 
torre de la derecha tiene una puerta de arco apuntado con un escudo en la parte superior actualmente borrado. Por encima de la puerta un largo vano aspillerado.


Traspasada la puerta nos encontramos en el atrio, con cubierta de 
bóveda de cruceria, elemento original que se conserva perfectamente. Tanto las ménsulas que sujetan los nervios de la bóveda como su clave central no disponen de decoración.


Entrando y a la izquierda de las torres, encontramos una gran sala rectangular que fue la almazara (almàssera). Es de fábrica de mampostería y ladrillo. Su construcción data del siglo XVIII. En este lugar se alojaba el molino de aceite, el granero y las caballerizas. En la actualidad muy rehabilitada se utiliza como sala multiusos (exposiciones, congresos, sala de recepción etc.).
Capilla de la Virgen de Gracia "Capella de la Mare de Dèu de Gràcia". Fue construida en el 1720 (siglo XVIII) siendo abad Felix Garix y está situada a la derecha del Portal Nou. En el frontispicio de esta capilla podemos observar restos de pintura mural que simula unos cortinajes recogidos a ambos lados. Esta ornamentación es muy extraña, teniendo en cuenta el sentido de fortificación y vida dura que mantenia el resto del conjunto monacal. Sobre la puerta de la capilla (de mármol de Buixcarró, cantera situada en las cercanias) se encuentra el escudo de la Valldigna.


Se trata de una iglesia de planta de cruz griega con 
cúpula sobre pechinas y tambor. La fachada barroca es tambien de dos cuerpos, realizada en mármol, con el escudo de La Valldigna sobre el dintel, como ya hemos dicho. En el segundo cuerpo encontramos una hornacina con la figura de la Virgen y el Niño bajo una concha avenerada. Remata la fachada una espadaña de un solo vano. Esta capilla se erigió para el culto externo a dicha virgen, ya que según parece había una ermita del siglo XVI en ese lugar. 


Fuente de los tritones En el espacio existente entre la Puerta Real y las primeras estancias monacales encontramos una gran explanada hoy ajardinada. En ella destaca la fuente que hasta hace poco tiempo se encontraba en los Jardines de los Viveros de Valencia. Recibe el nombre de Fuente de los tritones y es obra de 1740. Ha sido desmontada y vuelta a traer a su lugar de origen. Está realizada en marmol rosa y gris, constituida por una taza de perfiles redondeados, plato con caños con forma de mascarones y un pináculo-surtidor decorado en su base con cabezas de peces. Sobre este remate figura la fecha de 1835 y la inscripción "Valldigna".


La historia de esta fuente es bastante curiosa, con la desamortización de Mendizabal de 1835, la fuente fue adquirida en 1852 por el Ayuntamiento de Valencia y en 1854 se instaló en la Plaza de San Lorenzo frente al 
Palacio de Benicarló (actual sede de las Cortes Valencianas). En 1911 fue desmontada de este lugar y en 1930 se instaló en los Viveros, en el año 2005 ha sido vuelta a traer a su lugar de nacimiento en este monasterio, aunque la misma no ocupa su emplazamiento original.


Iglesia Monacal o Iglesia de Santa María de la Valldigna. La primera iglesia fue construida en el siglo XIV y destruida el 16 de diciembre de 1396 por un terremoto. Se construyó una segunda iglesia en el siglo XV y volvió a ser destruida el 26 de junio 1644 por otro seismo, siendo abad Francisco Talavera (1640-1644). La iglesia actual que hoy vemos es iniciativa del abad Rafael Trobado en 1648 y dilatada en el tiempo hasta 1697 con el abad Josep Castillo (1697-1700).




Epilogo La historia del monasterio de la Valldigna está marcado por su riqueza y engradecimiento, en el año 1300 Jaume II les cede el lugar de Barx, en 1301 les concede casas en Valencia, Xátiva y Gandia. Ese mismo año adquieren la alquería de Burriana, y en el 1302 expanden la comunidad cinco millas mar adentro (como se puede observar en el escudo de la Valldigna, representado por una torre sobre las aguas). En 1306 les es otorgada la alquería de Massalí y la de Benivaire (Alzira). En el año 1313 el rey les concede casas en Carcaixent (Carcagente), compran las alquerías de Fortaleny, Aitona y Liber, situadas en el término de Cobera. Y así muchas otras poblaciones y alquerías que no hace mas que aumentar el patrimonio y la riqueza del monasterio.


La disposición típica del monasterio de la Valldigna es la de cualquier monasterio cisterciense, lugar situado en el campo y estructurado como una comunidad agrícola autosuficiente, con claustro, iglesia, refectorio y cocina, granero y bodegas, baños y letrinas, dormitorio abacial y dormitorio para los monjes, y todo rodeado por una muralla defensiva.

En el año 1811, las Cortes de Cádiz derogaron todos los derechos jurisdiccionales, y así el monasterio quedó privado de todos sus privilegios.


Durante la guerra de la Independencia el monasterio se convirtió en hospital, y en el 1812 es ocupado por los franceses, hasta 1814 en que se reestablece la comunidad religiosa.


En 1835 con la desamortización de Mendizabal, el monasterio queda abandonado y muchas partes y elementos del mismo son vendidos a particulares, comenzando una de las devastaciones más terribles que sobre el patrimonio histórico se han realizado.


El interior del monasterio llegó a ser utilizado como campo de naranjas, establo, almacén, han llegado a entrar maquinaria pesada e incluso se han usado explosivos en el interior, lo que da idea del estado de abandono que tuvo lugar después de la desamortización.


En 1991 La Generalitat Valenciana adquirió el monasterio por 231 millones de pesetas, y se iniciaron las actuaciones para su recuperación. En 1998 se celebró el 700 aniversario de su fundación, siendo este hecho un relanzamiento definitivo para su restauración. El plan director de la obra de recueperación del monasterio ha corrido a cargo del arquitecto don Salvador Vila.


El 3 de junio de 1998 en sesión solemne de las Cortes Valencianas celebradas en la iglesia se aprueba la Ley del Patrimonio Cultural Valenciano. En la actualidad la encuentra se encuentra desacralizada y por lo tanto no tiene culto religioso.


En el año 2006 se incluyó en el Estatuto de Autonomía valenciano un nuevo artículo (el 57) en el cual se destaca la importancia del Monasterio de la Valldigna como referente cultural e histórico del Reino de Valencia.

Artículo 57 de Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana. El Real Monasterio de Santa María de la Valldigna

El Real Monasterio de Santa María de la Valldigna es templo espiritual, histórico y cultural del antiguo Reino de Valencia, y es, igualmente, símbolo de la grandeza del Pueblo Valenciano reconocido como Nacionalidad Histórica.

La Generalitat recuperará, restaurará y conservará el monasterio, y protegerá su entorno paisajístico. Una Ley de Les Corts determinará el destino y utilización del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna como punto de encuentro de todos los valencianos, y como centro de investigación y estudio para recuperar la historia de la Comunitat Valenciana.


MONASTERIO DE AGUAS VIVAS


El valle de Aguas Vivas tiene una longitud de 8 kilómetros desde Alzira en el Estret, para concluir, pasada la población de la Barraca de Aguas Vivas, a la entrada de la Valldigna, en lo alto del Portichol. En la ladera recayente a Carcaixent, se alza el que fue Convento de Agustinos.
La ocupación de Alzira se hizo en 1243 por Jaime I y la concesión a esta villa de un amplio territorio que enmarcaba 42 poblados desde Cullera hasta Sumacarcel y desde Montroi hasta el Portichol, cuando se data la primera noticia escrita referente a una primitiva comunidad eremita. A ésta Jaime I el año 1268 le concede todo el valle comprendido entre el convento y el portillo que conduce al valle de Alfandech (Valldigna). Un nuevo legado, el de Gonzalo García de la Maza y su hijo Gonzalo (consejeros de Alfonso IV), plantea el interrogante de si se reedifica la fábrica anterior o se alza un inmueble de nueva planta.
A lo largo de los siglos XVI y XVII se configura la estructura monumental actual del convento. Francisco Colóm artífice valenciano dirigió en 1597 una ampliación del cenobio, particularmente del claustro. Nuevas obras se datan en 1633, siendo en 1695, cuando se traza y alza la nueva iglesia con trasagrario, sacristía, retablo mayor y torre campanario, dorándose algunos altares. Durante la guerra de Sucesión a la Corona de España, el Monasterio fue saqueado en 1707. En 1713, se remodeló, construyéndose en 1767 la imponente fachada (noreste) y en 1777 la nueva sacristía.
La ruina y depredación del monasterio se inició en 1811, a raíz del saqueo ocasionado por las tropas francesas. En 1812, las Cortes de Cádiz legislaron, dentro del contexto desamortizador, la incautación de los bienes del convento, arrendándose el valle y el monasterio a particulares, por un valor de 2,600 libras. Reinstaurado Fernando VII, anula los decretos desamortizadores, regresando el 2 de junio de 1814 los agustinos. Triunfantes los liberales, el 30 de mayo de 1821 se consuma la segunda desamortización. Repuesto Fernando VII, se determina la vuelta de los agustinos, que acontece el 13 de julio de 1823. Finalmente en 1835 se consuma la tercera y definitiva desamortización, pasando los bienes a la caja de amortización de la deuda. En 1853 fueron subastas las fincas del extinguido convento, 28 obras de arte pasaron al museo provisional encargado de la incautación.
Adquirido el convento por los Barones de Casanova, el inmueble fue destinado a vivienda rural utilizando sus dependencias como granja, manteniendo el cultivo de sus tierras lindantes.
En 1977 D. Antonio Vidal adquirió el monasterio y la finca rústica al último heredero de los Barones de Casanova, remodelando el conjunto para su nueva función de hotel residencia, iniciando al tiempo la parcelación del amplio entorno para la construcción de residencias familiares.
Desde el punto de vista espacial, en el edificio se distingue el núcleo original como un sólido rectangular vaciado centralmente (el claustro), que ha crecido por la adición de nuevos cuerpos de mayor importancia volumétrica, la iglesia a sur, el conjunto de la granja al Norte y el gran cuerpo rectangular de cinco plantas que domina el conjunto, recayente a la carretera de Alzira a Tabernes al Este.
La fachada Oeste recae a la vertiente de la montaña carcagentina con zona ajardinada con interesantes especies arbóreas residuales y con los restos de un acueducto. A ella recaen la torre campanario, la iglesia, el portalón de acceso al claustro y las edificaciones de la granja.

La torre campanario muestra un largo cuerpo vertical, con el único aditamento de un reloj solar. Una doble y escueta moldura da paso al cuerpo de campanas con ventanas verticales con arco de medio punto. La cubierta a cuatro aguas de teja árabe se remata con veleta de hierro.
La fachada de la iglesia acusa el tejado a dos aguas de la misma así como las vertientes de las cubiertas de los contrafuertes. La puerta de acceso es adintelada con un paño de cerámica representando a Nuestra Señora de Aguas Vivas.

La fachada del claustro enmarca un portalón de arco rebajado con escudo nobiliario, flanqueado por sendas ventanas rectangulares.

En la planta superior sobresalen un balcón y dos ventanales. Adosados a estos cuerpos se encuentra un cuerpo de varias dependencias destinadas a la granja con estructuras de distintas épocas.
La fachada Este correspondiente al gran cuerpo que domina espacialmente el conjunto, presenta una amplia verticalidad. Una prolongada escalinata de acceso, remonta al alto terraplén. En éste pétreo podium hace de contrafuerte y cimenta y refuerza la estructura de la obra. Sobre el podium se abren seis ventanales, con simulación pictórica de sillares en dinteles y machones. Una policroma cenefa a modo de cornisa da paso a la segunda altura con alternancia de ventanales de diferentes tamaños. En el centro campea un escudo configurado por yelmo cimero con penacho sobre campo de barras. Otra cenefa da paso a la siguiente planta donde se abren diferentes vanos, de los cuales uno de ellos es puramente pictórico. El último cuerpo, rematado por una cornisa cobija varias pinturas, entre ellas flanqueada por la inscripción año 1767, la Virgen de Aguas Vivas. Entre ventanales se muestran elementos pictóricos ornamentales. La cubierta es a una vertiente y de teja árabe.
A la fachada Sur recae la torre campanario, la nave lateral del templo y una edificación adosada, la primitiva sacristía y el flanco del cuerpo recayente a la fachada este.

La fachada norte corresponde a las distintas edificaciones de la casa de labor.
El claustro de reducidas proporciones es rico en talla y decorados con pinturas al fresco. En el centro hay una cisterna. A la izquierda del claustro está el refectorio, y paralelamente al mismo, la cocina. De está parte una escalerilla que comunica con el patio de la servidumbre. A la derecha del claustro hay una puerta que pone en comunicación con la iglesia. En su obra se cita una doble cronología 1597 y 1767. Probablemente esta última fecha supuso la remodelación y ornato con lenguaje barroco. Posee un solado de grandes piedras y se encuentra cubierta por bóvedas de arista entre arcos de medio punto que parten de ménsulas adosadas al muro. La cubierta a cuatro aguas es de teja moruna. Varios relieves policromos ornamentan las fachadas claustrales.

En el lado del acceso hay una greca y un corazón atravesado por un dardo del que brota una flor. Al oeste además de la greca un escudo coronado con carcaj (alegórico a Carcagente) y un libro encuadernado con recio lomo. Al Norte, las grecas y un corazón similar al opuesto. Al Este, las grecas y un tintero en el que una mano humedece una pluma.

La iglesia es de una nave y en ella hay además del altar seis capillas laterales. El presbiterio tiene dos puertas, una que da acceso al claustro y otra que comunicaba a la antigua sacristía convertida en lagar. Sobre las paredes hay unos lienzos: Jesús y los discípulos de Emaus; Visitación de la Virgen; Nuestra Señora de los Dolores; Hallazgo de la Virgen de Aguas Vivas y dos óvalos alegóricos a la Visitación y Asunción. El altar mayor es de orden churrigueresco, ornado con esculturas del titular y lienzos alegóricos de santos de la orden e imagen de la Virgen titular. El trasagrario está habilitado como sacristía. En otros altares se venera: La Virgen y San José (barroco); Santo Tomás de Villanueva (plateresco); Nuestra Señora de la Correa; Santa Rita y San Onofre (platerescos); San Nicolás de Tolentino (gótico); Cristo (barroco) y Nuestra Señora de los Dolores.

La iglesia tiene coro alto con barandilla semicircular y sillería de dos épocas: siglo XV (gótica) y otra plateresca. La bóveda del templo es de cañón. El campanario es cuadrangular rematado en tejadillo a cuatro aguas.

Interior del monasterio






MONASTERIO DE LA MURTA


Historia
Según una piadosa y no confirmada leyenda, San Donato fundó en el siglo VI en este valle un pequeño convento que fue arrasado durante la invasión musulmana. San Donato estaría enterrado en este valle y de ahí que el lugar fuera considerado como terreno santo. Después de la conquista cristiana por parte de Jaime I, el valle se fue poblando de ermitaños que vivían en soledad, construyeron pequeñas capillas u oratorios que a la larga serían el germen fundacional del monasterio. Los nombres de las ermitas se conocen y eran: Nuestra Señora, San Miguel, San Jerónimo, San Benito, San Onofre, Monte Calvario, Santa Sofía, San Juan, San Pedro, San Salvador y Santa María. En aquel entonces el valle era conocido como Valle "dels Miracles" (de los milagros).


En 1357 el noble alcireño Arnau de Serra, señor del lugar, hizo entrega del Valle de Miralles a un grupo de ermitaños que se encontraban dispersos por el valle a condición que se agruparan y formaran un monasterio. Estos debieron hacerle caso ya que consta que en 1369 había algún tipo de fundación monástica muy primitiva no sujeta a ninguna orden ni regla particular. Más que una fundación monástica se trataría de un centro de reunión esporádico de los ermitaños que harían vida en soledad y ocasionalmente se reunirían para compartir sustento material o vida espiritual.


Los ermitaños que habitaban este Valle conocido como de Miralles, seguramente una deformación de "Vall dels Miracles" como era conocido con anterioridad, se desplazaron al monasterio de San Jerónimo de la Plana en Xàbia (Jávea) para profesar como monjes de la Orden de San Jerónimo y luego poder volver a su valle para fundar su monasterio. El monasterio de San Jerónimo de la Plana fundado en 1374 sería el primer monasterio de esta orden fundado en el Reino de Valencia. Recordar que la Orden de San Jerónimo fue aprobada por el papa Gregorio XI en 1373.


Mientras tanto el papa Gregorio XI concedió la bula para la fundación del monasterio de la Orden de San Jerónimo en 28 de marzo de 1376 bajo la regla de San Agustín a los ermitaños del Valle de Miralles ("frares o eremites de Sant Jeroni").


Un ataque de los piratas norteafricanos ocurrido en 1386 sobre el monasterio de la Plana de Xàbia hizo que los monjes fueran llevados cautivos a Argelia. Años después fueron rescatados por Alfonso El Vell, duque de Gandia que los volvió a alojar en 1389 en el convento jerónimo de Sant Jeroni de Cotalba fundado por él mismo en 1388 y que sería la segunda fundación jerónima del Reino de valencia. De este monasterio partirán los primeros seis monjes que ocupen el monasterio de La Murta en Alzira en 1401.

Desde el 4 de julio de 1376 en que toman posesión del lugar hasta el 11 de febrero de 1401 en que ocupan físicamente el monasterio transcurre un periodo aproximado de 25 años de vacío espiritual del valle, solo mantenido por unos pocos ermitaños que se habían quedado al cuidado de las obras.

Las obras comenzadas en 1376 son retomadas el 11 de febrero de 1401 bajo la dirección de fray Domingo LLoret del Monasterio de San Jerónimo de Cotalba de quien dependió el monasterio en un primer momento por ser de este lugar sus primeros pobladores. Los nombres de los primeros monjes se conocen y son: Arnau Cortal, Guillem Berenguer, Pere Pintor, Pere de Campos, Eusebi Pavia y Domènec Lloret.

El monasterio adoptó la típica configuración de iglesia y claustro, siendo alrededor de este último donde giraban las distintas dependencias del monasterio. Las obras iniciales fueron llevadas a cabo por el maestro de obras de la ciudad de Valencia, Jaime Gallent. En una primera etapa constructiva se levantó la iglesia, claustro, celdas, biblioteca etc, el monasterio se levantó sobre el lugar que ocupaban tres de las once ermitas que se contabilizaban en el valle, las conocidas como de Santa María que serviría seguramente como iglesia provisional y las ermitas del Arcángel San Miguel y de San Jerónimo de las que no se tienen constancia de su ubicación exacta.


Según la leyenda durante las obras de construcción del monasterio fue encontrada una imagen de la Virgen oculta entre unos arbustos de murta (mirto en castellano) de donde tomaría nombre el monasterio, la advocación mariana (Santa María de la Murta) y posteriormente todo el Valle.


En esta etapa constructiva (siglos XV y XVI) grandes familias valencianas ayudan al sostenimiento y construcción del monasterio a condición claro está como era habitual en la época de poder ser enterrados en su interior, garantía cierta de llegar antes al cielo. Entre los personajes destacados que entregaron dinero para las obras figuran el cardenal Cisneros que ayudó a sufragar parte del armazón del claustro y cuyo escudo estuvo durante muchos años adornando los pilares del mismo. Otra familia importante valenciana en este periodo constructivo sería la familia de los Vilaragut.


Una segunda etapa constructiva se desarrolla durante el siglo XVII con el patronazgo muy especial de la familia de los Vich. El 
linaje de los Vich y su relación con el monasterio se inicia en 1477 cuando el I señor de Llaurí, don Luis Vich Corbera "mestre racional" de la ciudad de Valencia es enterrado en el claustro del monasterio donde había dispuesto su panteón familiar. Será no obstante a partir de 1530 cuando Luis Vich Ferrer, III señor de Llaurí y su esposa Mencía de Mendoza establezcan su residencia en este lugar huyendo de la peste que asolaba la ciudad de Valencia. Al poco tiempo nacería en la Hospedería del convento su hijo Juan que a larga sería Arzobispo de Tarragona.


Uno de los hijos del I señor de Llaurí, el cardenal Guillem Ramón Vich Vallterra (h.1470-1525) decide construir una nueva iglesia, pero será su hermano Jerónimo Vich Vallterra (1459-1535) conocido en Valencia como el Embajador Vich quien financie la construcción del templo. Esta apropiación del patronazgo de la familia de los Vich sobre el monasterio hizo que los anteriores donantes fueran eclipsados e incluso que otros posibles donantes renunciaran a su patronazgo ya que se consideraba que el monasterio era feudo de la familia Vich. Dos grandes personajes de este linaje quedan unidos a la historia del monasterio que lo llevaran a su momento de máximo esplendor, el primero de ellos es Juan Vich Manrique de Lara (1530-1612) nieto del embajador Vich, obispo de Mallorca y Arzobispo de Tarragona, quien había nacido en el Monasterio y sería enterrado en él, y el segundo personaje y verdadero mecenas del convento don Diego Vich Mascó (1584-1657) sobrino de Juan Vich arzobispo de Tarragona, quien dispuso su enterramiento en la iglesia del convento y a donde se retiró en los últimos años de su vida, siendo enterrado lógicamente en el mismo.


Las obras de la nueva iglesia fueron comenzadas como hemos comentado por el Embajador Vich, pero serían sus sucesores quienes llevaran a la práctica la construcción del templo y su engrandecimiento. Las obras fueron realizadas por Juan de Alicante y supervisadas por Agustín Muñoz.

Juan Vich Manrique de Lara, arzobispo de Tarragona donaría una gran colección de objetos litúrgicos al monasterio y en 1611 haría donación de su biblioteca. Fue enterrado en el Monasterio donde había nacido.

Diego Vich Mascó (nacido Diego Vich de Castellví) a su fallecimiento dejaría su importante legado de obras de arte, su biblioteca y su fortuna al Monasterio de la Murta. Dedicó la Capilla Mayor a panteón familiar y mandó construir el trasagrario donde en un primer momento quería ser enterrado, pero luego decidiría que no era digno de estar enterrado en ese lugar y escogería otro lugar del templo más discreto. Diego Vich Mascó tuvo que ser un incordio para la vida de los monjes pues retirado en sus últimos años al monasterio, hacía y deshacía a su antojo, cambiando de parecer en múltiples ocasiones sobre su lugar de enterramiento, su epitafio y sobre otros aspectos constructivos de la iglesia.


Diego Vich hace donación en 1641 de su biblioteca al monasterio y una treintena de cuadros que poseía, pintados muchos de ellos por Francisco Ribalta, algunos desaparecidos durante la Guerra de la Independencia, otros vendidos por el propio monasterio y una serie se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Valencia. En 1653 el monasterio concede el patronazgo de la Capilla Mayor y del convento a Diego Vich.

A la muerte de Diego Vich dejó heredero universal de su fortuna y bienes al monasterio, con expresa especificación en que había que gastarse el dinero que donaba, las obras de mejoras continuaron durante el siglo XVIII aunque sin excesiva magnificencia, ya que don Diego sería el último miembro varón del linaje de los Vich y las donaciones al convento fueron menguando al considerarse como ya hemos comentado que el Monasterio era un feudo de los Vich. En 1650 el picapedrero Vicente Mir levanta la portada de la iglesia y coloca el escudo de los Vich en su portada.


En 1835 el monasterio que contaba con once monjes fue desamortizado y el mismo abandonado. En 1838 pasó a manos privadas y entró en estado de ruina hasta solo quedar lo que hoy día vemos. La imagen de la Virgen de la Murta fue llevada a la Iglesia de Santa Catalina de Alzira donde sería destruida en 1936.

En 1410 el monasterio recibió la visita de San Vicente Ferrer, y en 1586 del rey Felipe II en compañía del príncipe Felipe y la infanta Isabel Clara Eugenia, inaugurando un puente de acceso al recinto monacal. Será en 1589 cuando el Patriarca 
San Juan de Ribera visite el monasterio. En 1899 recibe la vista de Vicente Blasco Ibañez aunque para entonces el monasterio ya estaba en proceso de ruinas.
CARACTERISTICAS
Después de la desamortización de 1835 el monasterio fue abandonado y comenzó un periodo de destrucción generalizada que ha continuado hasta pocos años. Lo que queda en este momento son ruinas que poco a poco se han ido consolidando por parte de las autoridades y poco más. De todo el conjunto queda en pie como más representativo y lo que más llama la atención, la Torre de las Palomas, algunos muros y arcos de la iglesia, la planta de lo que fue el claustro, la sacristía y las balsas del monasterio. De todo lo demás no queda nada, por lo que los conocimientos que se tienen proceden de descripciones pasadas.

El monasterio dada su situación un poco abrupta no era muy grande en cuanto a extensión horizontal, por lo que su engrandecimiento fue suplido en altura, con lo que siendo un monasterio pequeño tenía todos los equipamientos necesarios para su habitabilidad.


Para acceder al monasterio había que cruzar un puente sobre el barranco de la Murta y que recibía el nombre de Puente de Felipe II ya que fue inaugurado por él mismo en su visita al monasterio el 19 de febrero de 1586. Aquí se podría recordar la especial relación que mantenía la familia Real de los Austria con la Orden de San Jerónimo.


Se pueden establecer dos grandes etapas constructivas, la primera entre los siglos XIV y XV en la cual se construye la iglesia y el claustro, y donde el monasterio adopta la configuración básica. Una segunda etapa constructiva se dará durante el siglo XVI y XVII auspiciada por Juan Vich Manrique de Lara, arzobispo de Tarragona y sobre todo por su sobrino Diego Vich, alma mater del convento y responsable de su configuración actual. En este periodo se construye la nueva iglesia, se renueva el claustro, se construye la Torre de las Palomas, la de la portería, el sagrario y otras estancias menores.


La distribución monacal jerónima se basaba en una planta baja dedicada a zonas de uso común y las plantas altas dedicadas a celdas, dormitorios, librería, ropería y habitaciones auxiliares.


Traspasado el puente de Felipe II se llegaba a una plaza conocida como de la iglesia, porque desde este lugar se tenía acceso al interior del templo sin necesidad de entrar en el convento. La entrada al convento propiamente dicho se realizaba a través de la Torre conocida como de la portería y que no se conserva en pie.

Iglesia monacal La primera iglesia monacal se realizó a mediados del siglo XV, atribuyéndosele su autoría a Jaime Gallent. El coro fue realizado en 1481 y se atribuye su construcción a Francisco Martínez alias "Viulaigua". Probablemente anteriormente existiera otra iglesia que sería en realidad una de las antiguas ermitas cenobíticas de las tres sobre las que se construyó el monasterio, concretamente la conocida como de Santa María y de la que se desconoce su emplazamiento.


Una nueva iglesia comenzó su construcción en 1516 en que se pone la primer piedra, con el patrocinio del cardenal Guillem Ramón Vich Vallterra, aunque sería su hermano Jerónimo Vich Vallterra quien sufrague su construcción a condición de que la misma fuera convertida en panteón familiar y se pusiera su 
escudo de armas en la puerta principal. No obstante a pesar de todo las obras avanzaron muy lentamente y estaban inacabadas. Las obras fueron llevadas a cabo por Juan de Alicante y supervisadas por Agustín Muñoz.


En 1597 se compra un órgano para el templo y en 1599 se construye una nueva celda prioral sobre el refectorio.

En 1610 son retomadas las obras de la iglesia que habíamos dejado inacabadas, concediéndole a Juan Vich Manrique de Lara (arzobispo de Tarragona) la fundación de la iglesia. Sería no obstante su sobrino Diego Vich quien lleve a termino el montante grueso de las obras. El arzobispo ordena levantar una nueva Capilla Mayor y reedifica nuevamente el templo. Encomienda las obras al arquitecto Francisco Figuerola que las llevará adelante hasta 1619 en que por discrepancias con los monjes abandona el convento, continua las obras Joan Saragoça pero en 1921 también abandona las obras y estas serán terminadas por el arquitecto Miquel Conchillos que las daría por concluidas en 1623 chapando de azulejos todo el templo, siendo bendecida el 17 de septiembre 1623. El edificio de la antigua iglesia quedaría como sacristía.
En 1631 el monasterio concede licencia para el traslado de los cuerpos de los Vich enterrados en su capilla del claustro a la cripta existente bajo la Capilla Mayor. En 1632 Diego Vich colocará en el arco o embocadura de la Capilla Mayor su escudo familiar. De lo poco que se sabe de la cripta es que estaba recubierta de azulejos.

Diego Vich Mascó contrata en 1631 el Retablo Mayor al aragonés Juan Miguel Orliens en su parte escultórica, autor del desaparecido retablo de la 
Iglesia de los Santos Juanes de Valencia. El retablo pintado y dorado por Pedro de Orrente fue colocado en su lugar en noviembre de 1634. Las imágenes representadas eran de la Virgen, San Miguel y San Jerónimo titulares de las tres ermitas sobre las que se había levantado el monasterio en el momento de su fundación.


En 1635 Diego Vich ordena construir un trassagrario detrás del Altar Mayor con intención de ser enterrado en el mismo. Diego Vich fallecería el 25 de abril de 1657 pero no sería enterrado en el trassagrario ya que lo sería a los pies del templo, pues en los últimos años de su vida cambió de opinión varias veces hasta que al final decidió ser enterrado a los pies del templo en señal de humildad.


En 1772 los pintores italianos Carlos y Lorenzo Soronetti y Pedro Bazzi decoraron la totalidad del interior del templo, pero en la actualidad no queda rastro de dicha decoración.


De las acuarelas realizadas en 1846 cuando todavía la iglesia no había empezado a ser pasto de la ruina, podemos deducir que la iglesia era de una sola nave y cinco tramos, con capillas laterales entre los contrafuertes, coro alto a los pies y presbiterio elevado. Capilla Mayor de testero recto. Los arcos de las capillas laterales eran de medio punto, la cubierta se cerraba por una bóveda de medio cañón reforzada con arcos fajones. Los arcos eran de sillería, mientras que los muros eran de mampostería y la plementería de la bóveda de ladrillo. Una tribuna abierta a la nave central recorría las capillas laterales. Del centro de cada tramo destacaban florones realizados en yeso y policromados realizados hacia 1656.

La iglesia por propias necesidades de ubicación está orientada al norte. En la actualidad de la iglesia quedan en pie, el muro imafronte de la iglesia (lado norte), el muro de cierre por su lado sur (apuntalado para evitar su derrumbe), parte del muro lateral occidental, la portada de entrada a la iglesia desde la plaza y un par de arcos situados en el presbiterio y en los pies.


La portada de acceso al templo desde la plaza de la iglesia se conserva en aceptable estado de conservación. Se compone de una puerta adintelada de tradición neoclásica abierta en la conocida como Torre de las Campanas hoy desaparecida. Destaca en la puerta el escudo de la familia Vich. El escudo de la familia Vich está compuesto básicamente por dos fajas horizontales de oro (color amarillo) sobre fondo de gules (rojo). En el centro del frontón partido se podía leer la siguiente inscripción: "Quae utilitas in sanguine meo um descendo incorruptionem" que puede traducirse como " De que sirve mi sangre si desciendo a la corrupción".
Torre de las Palomas Entre 1547 y 1601 se levantó la Torre de las Palomas, lo que dota al monasterio de una perspectiva de fortaleza, con sus almenas y sus matacanes. La construcción de la torre obedece a una época convulsa en que las costas mediterráneas eran frecuentes los ataques de piratas, así como de bandoleros y moriscos habitantes de la zona siempre descontentos con los abusos a los que eran sometidos. En dos de sus lados podemos apreciar perfectamente los matacanes con sus buhaderas de defensa y en otro de los lados sólo quedan las ménsulas donde se apoyaba el matacán. Tal vez sea la Torre de las Palomas el elemento más característico del monasterio en la actualidad. En la parte alta de la torre podemos ver una pequeña espadaña de un solo vano, donde parece ser se alojaba un reloj. La torre construida en mampostería se encontraba reforzada en sus esquinas por sillares. La puerta de acceso a la torre se encontraba en alto y para llegar a ella había que hacerlo mediante una escalera que en caso de necesidad era retirada hasta pasado el peligro.


Junto con la Torre de las Palomas, el monasterio disponía de dos torres más, una de ellas era conocida como las de las campanas y se situaba a los pies de la iglesia y en su base quedaba la puerta de entrada el templo. En la actualidad sólo queda un mínimo resto de su estructura.


La otra torre conocida como de la Portería, tenía en su base la puerta habitual de entrada al monasterio de donde tomaba su nombre. En la actualidad nada se conserva de ella.


Para reforzar aún más la seguridad del monasterio, este se encontraba rodedado por un muro almenado.


Las balsas fueron construidas en 1771 para recoger el agua de lluvia y principalmente para albergar el agua que procedente de la conocida como Fuente de la Murta llegaba a través de un acueducto que todavía se conserva.


Del resto de construcciones menores destacamos el nevero construido en el siglo XVII, el puente de Felipe II sobre el barranco de la Murta del siglo XVII, la almacera con la prensa del aceite de finales del siglo XIX y la casa señorial o antigua hospedería de finales del siglo XIX.







































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