https://es.wikipedia.org/wiki/Convento_de_Santa_Mar%C3%ADa_Magdalena_(Madrid)
Breve
relato del antiguo Monasterio de la Magdalena [hoy de San Alonso de Orozco]
de las Agustinas Calzadas, en Madrid
Rafael RODRÍGUEZ-MOÑINO
SORIANO
Miembro Correspondiente
de las
RR.AA. de la Historia y
de Córdoba
En
nuestro trabajo «Presencia del P. Enrique Flórez en dos historiadores del siglo
XIX, D. Vicente de la Fuente y D. José de Godoy y Alcántara», incluido en
Revista Agustiniana 1 , al hablar de la presencia del P. Flórez en el convento
madrileño de San Felipe el Real, de su celda y de sus gabinete y biblioteca,
decimos al respecto: «Vivió en este cenobio el Santo de San Felipe, o sea, San Alonso de Orozco, canonizado en el
presente año 2002, en la segunda mitad del siglo XVI; varón ascético, venerado
por el pueblo de Madrid en vida y después de muerto, como aún se contempla en
la capilla del convento homónimo de Madrid, de religiosas agustinas calzadas,
en los altos de la zona urbana del Metropolitano, cuyo primer monasterio en
Madrid fue fundación del Santo en la calle de Atocha, bajo la advocación de
Santa María Magdalena.» Era entonces este lugar privilegiado de Madrid, como
indicamos en una obra nuestra aún sin ver la luz 2 .
Al
narrar el obispo P. Cámara en su gran obra sobre la vida de San Alonso de
Orozco [beato todavía en aquel momento], basada, entre otros, especialmente en
las Confesiones del Padre, en Informes, Libro de Profesiones y en el
estudio del P. Márquez al respecto, y que en este presente trabajo escasamente
interesan, según se desprende de la obra del P. Cámara, se nos habla de las
fundaciones del P. Orozco, que fueron tres; mas antes de continuar en esta
línea se ha de decir, siguiendo el libro del P. Cámara y de su recopilador el
P. Burón, que el «Santo de Madrid» vivió, como antes se ha dicho, en San Felipe
el Real, en el monasterio de religiosas de la Magdalena y en el que fue colegio
agustino de la Encarnación, también llamado de Dña. María de Aragón, por haber
contado el P. Orozco con la emperatriz Dña. María para la fundación del mismo
durante el reinado de D. Felipe II, y en el cual fallecería; hoy día parte
primitiva de este edificio constituyen las casas del Senadao, en la actual
plaza madrileña de la Marina Española, frente a la estatua del que fuera gran
tribuno el político-historiador D. Antonio Cánovas del Castillo. Los restos
mortales del Santo han permanecido a lo largo del tiempo en diferentes lugares:
en el dicho colegio de Dña. María de Aragón, los monasterios de la Encarnación
[de monjas agustinas recoletas] y el de la Magdalena [de agustinas calzadas],
hasta que en 1825 regresaron a la Encarnación para tornar muy luego a la
Magdalena, y al llamado «colegio de filipinos», en Valladolid. En 1978 la urna
de zinc con el cuerpo incorrupto de Orozco fue definitivamente trasladada, al
menos hasta ahora, a la iglesia del nuevo Convento de la Magdalena en Madrid,
hoy llamado de San Alonso de Orozco, que se encuentra en la colonia de
Metropolitano, entre la Ciudad Universitaria y la barriada o distrito de los
Cuatro Caminos, en la calle de La Granja, núm. 9, cuya entrada principal da a
la calle Vicente Aleixandre, sólo a unos metros de la casa donde vivió el gran
poeta, Premio Nobel de Literatura.
Pues
bien: Tornemos a una de las fundaciones directas del P. Orozco, a saber, el
Convento de Agustinas de la Magdalena; transcribiendo a continuación, en
principio, puntualmente, las indicaciones del libro del P. Cámara en todo
aquello que creamos imprescindible posea este breve trabajo. Así: «Hacía
tiempo, dice Cámara, que el bienaventurado Alonso de Orozco venía pensando en
la fundación de un monasterio de monjas agustinas contemplativas. Lo había
tratado mucho con Dios y consultado detenidamente su divina voluntad hasta
llegar al convencimiento de que así lo quería el Señor.
«Por otra parte, D. Luis Manrique de
Lara, limosnero mayor de Su Majestad Felipe II [y, suponemos, añadimos
nosotros, directo descendiente de una de las familias reconquistadoras de
Málaga, los Manrique de Lara, allí instalados desde 1487, como señalamos en una
obra nuestra 3 ], que tenía una gran veneración por el P. Alonso, meditaba
también hacer una obra duradera dedicada al servicio del Señor.
Puestos
los dos de acuerdo, decidieron trabajar juntos, con la misma finalidad y en el
mismo objeto, que sabían ya que contaba con fuerte oposición por parte de otras
comunidades, del Consejo de Castilla, y hasta de la misma villa de Madrid.
Decididos
los dos devotos varones a vencer tanta resistencia y oposición, juntos se
dirigieron a Su Majestad el Rey y le expusieron sus planes [...] Ante tal
afirmación de su Santo predicador (“tengo de ver terminado el Concento pues es
la voluntad de Nuestro Señor que se funde”), el Rey dio su regio
consentimiento. Era eso por el año de 1569.
Con
las diligencias que ambos emplearon se recogieron gruesas limosnas, prestando
además dinero en abundancia Baltasar Gómez; y el dicho Baltasar, no obstante
los muchos pretendientes al Patronazgo, quedó de Patrón de Fábrica por la
influencia del P. Orozco. y ésta desahogada y libre bajo su buen amparo.
El
Monasterio se fundó bajo la advocación de Santa
María Magdalena, de la que el beato fue muy devoto por su espíritu
contemplativo. Estaba situado en la calle de Atocha, frente a la Iglesia
Parroquial de San Sebastián, teniendo a sus espaldas la calle de la Magdalena,
a la que dio nombre el convento. Fue fabricado de nueva planta desde sus
cimientos, de material noble, elegante dentro del estilo renacentista,
suficientemente amplio para los fines concebidos, pues llegó a albergar más de
cincuenta religiosas. Para esta fundación el Santo Padre Orozco buscó
religiosas de los antiguos conventos de la Orden más acreditados por su
observancia. Fue la primera priora Dña. María de Toledo, del Convento de Santa
Úrsula de la Imperial Ciudad, y formaron parte de la primitiva comunidad sor Francisca
de Salazar [sic; debe de ser Salazar, añadimos nosotros] y sor Isabel de
Escobar, venidas del Convento de Ntra. Sra. de Gracia de Ávila.
La
entrada en el nuevo monasterio de las primeras moradoras debió de tener lugar
en el año 1571, pues el Libro de Profesiones lleva en su encabezamiento lo
siguiente: «Año de mil y quinientos setenta y uno».
Pronto
se organizó la casa y se reunió un buen número de novicias. La primera profesa
fue Dña. María de San Agustín, que profesó el 6 de febrero de 1574, y dentro
del mismo mes, si bien en distintas fechas, profesaron otras catorce en manos
de la priora Dña. María de Toledo. Hubo nuevas profesiones en septiembre del
mismo año en cuyas [sic, unidas ambas palabras en nuestro libro] actas firma
como priora Dña. Francisca Salazar y como supriora Isabel de Escobar, ambas
hijas del convento de Ávila.
No
le faltaron al P. Orozco en esta fundación dificultades y contratiempos; por
eso la llamaba el «eremitorio de mis angustias [...]
Entre
las primeras profesas del Convento de la Magdalena debemos contar a sor
Catalina Meléndez, que fue penitenta y dirigida espiritual del beato, la cual
conocía muy bien los pasos de la fundación, y nos cuenta en las Informaciones
[que esta clara y santa religiosa hizo, añadimos nosotros] el siguiente
episodio: «Dña. Violante Correa, mujer de D. Diego de Guzmán, de la Casa del
Emperador, a poco de enviudar, distribuyó toda su hacienda para los pobres,
hospitales y monasterios, y se encerró entre cuatro paredes en la ciudad de Valladolid,
donde vivía en absoluto retiro, dada a ásperas penitencias.
Mas
tuvo revelación de que Nuestro Señor sería servido saliese de dicho
emparedamiento y pasase el puerto (de Guadarrama) y entrase en un convento que
se iba a fundar en Madrid, de la Orden de San Agustín, en el cual había de
salvar muchas almas; y con efecto, la citada señora salió de Valladolid y tomó
el hábito en el dicho Convento de la Magdalena, donde hizo extraordinaria
penitencia; y esta testigo la vio hacer grandes penitencias y disciplinas, y
dormir en una tabla con un canto por cabecera» 4 .
Hasta
aquí lo contenido en el libro del P. Cámara y que interesa a este presente
trabajo. Detengámonos ahora en aquello que hemos hallado en los legajos y
expedientes de los Fondos del Archivo Histórico Nacional, y que
cronológicamente es lo siguiente:
= LEGAJO 3.712: Censo de Diego y Alonso López
Barbero, vecinos de Madrid, sobre una casa en la calle del Lobo. La fecha de
inicio del censo se aproxima con anterioridad a la de la fundación del
monasterio: 1556./ Censos en abundancia en ese primer momento de la vida de la
Magdalena, en el siglo XVI.
En
el siglo XVIII, en 1732, era capellán mayor del cenobio D. Manuel Pérez de
Segura.
Profesiones
de diversas religiosas en el siglo XVII. Censos en los siglos XVII y XVIII; en
uno de ellos se habla directamente de que el Convento de Santa María Magdalena
se hallaba frente al dicho instituto sobre una casa del mismo, en la calle de
Atocha.
=
LEGAJO 3.713: Asimismo se hace mención en los expedientes de censos sobre
numerosas casas. Igualmente pagos por parte de particulares a favor del
cenobio.
=
LEGAJO 3.714: Expedientes sin valor alguno histórico que puedan servir para
este trabajo.
=
LEGAJO 3.715: Poderes, embargos... que se suceden para la vida del convento
durante los siglos XVII y XVIII. Y juros que le pertenecían. Privilegios del
año 1645. Ventas, juros y censos en 1657 a favor de Alfonso de Salas.
Cesión
al monasterio de diferentes sisas en los siglos XVII y XVIII.
=
LEGAJO 3.716: Capellanías de Dña. Luisa Martínez de Bárcena, en 1724; era éste
favor de notable importancia, pues la señora adquirió efectos de Sisas para
dotar las capellanías. Dña. Luisa era religiosa profesa en la Magdalena.
Asimismo, desde 1723, existe la fundación de otras capellanías, como la de la
religiosa profesa Dña. Melchora de la Peña Álvarez de Peralta, y sorprende en
todas estas capellanías la abundante documentación que aparece al respecto.
=
LEGAJO 3.717: Hay un extenso expediente relativo a la ya mencionada capellanía
de la religiosa Martínez de Bárcena.
Diversas
memorias de varias religiosas profesas durante el siglo XVII: Rentas para
conmemorar la festividad de la Asunción, como las concedidas por Dña. Eugenia
Mellado, en 1644; o la de la ya citada Dña. Melchora de la Peña para la
festividad de los Reyes Magos.
=
LEGAJO 3.718: Censos y misas provenientes de varias religiosas.
Cláusulas
testamentarias a favor de numerosas profesas o directamente por parte de ellas,
que dejan éstas su patrimonio íntedro al cenobio, «lisa y llanamente, sin
carga», como ocurre con Dña. Agustina de Peñalosa en 1669.
Como
dato curioso y de interés notable diremos que en 1653 entablóse un pleito entre
la Magadalena y la Congregación del Santísimo Sacramento, esclavos del
Santísimo del ORATORIO de aquéllos, existente en la calle del Olivar, aledaña
al convento de agustinas. Pues bien, en el Codicilo al respecto se informa que
en 1783 el visitador eclesiástico dio una providencia «sobre que se quitasen
las vestiduras y adornos a una IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA, que con el título de
los Esclavos está colocada sobre el cascarón del Sagrario en el altar mayor de
la Iglesia del Oratorio» del Olivar [hoy del Cristo del Olivar, por el que
preside el altar mayor, excelente crucifijo de Pereira del siglo XVI].
=
LEGAJO 3.719: Diversas cartas de pago, recibidas algunas por el sacristán
mayor, desde el inicio del siglo XVII y a lo largo de ese siglo y del XVIII
(misas cantadas en especial).
Arreglos
en las puertas y ventanas de la casa de capellanes.
Otras
obras en 1642, con pago de las mismas al maestro de obras Marcos de la Parra.
Obras
en balcones y rejas en una casa nueva frente al convento [sería en la calle de
Atocha].
Salarios
a varios abogados del convento.
=
LEGAJO 3.720: Obras amplias en el monasterio en 1776, llevadas a cabo por el
maestro de obras Manuel Burgueño, que costaron 712 reales, y completaban las
realizadas dos años antes por el también Maestro de obras Francisco Gutiérrez.
Cuentas
del convento en el siglo XVIII hasta principios del XIX.
Capellanías,
censos, cierras en la villa de Vallecas, juros, sisas, casas en la calle de
Atocha [quizás frente al cenobio o aledañas a él], alquileres de tiendas para
zapaterías, vidrierías, cristalerías; fielatos, carpinteros, barrenderos, jardineros
[en 1803], alumbrado de la calle, arreglo de tejados, salario al criado de la
comunidad; reparaciones de casas que dan a las calles de Cañizares y Atocha, ya
aludidas; pagos al sangrador.
Las
fiestas que celebraba la comunidad, al menos hasta 1805, eran las siguientes:
Santos Reyes, Purificación de Ntra. Stra., Sermón en Cuaresma y en Semana
Santa, Monumento en estas últimas Fiestas; Santa Mónica, San Agustín, Santa
María Magdalena, Natividad de la Virgen, Ánimas Benditas del Purgatorio, Natividad
del Señor. Había «Iluminación de la lonja del convento el día que fueran los
Reyes a Ntra. Sra. de Atocha», lo cual quiere decir que la portada sería la
entrada al mismo en la fachada de la calle de Atocha.
Dotes
de monjas, que constituían, aproximadamente, las mismas cantidades que en
varias ocasiones mencionamos en otros cenobios, en otros trabajos nuestros al
respecto.
NOTAS
1.
Separata de Revista Agustiniana: «Homenaje al P. Enrique Flórez, OSA
(1702-1773), en el Tercer centenario de su Nacimiento», vol. XLIII,
septiembre-diciembre 2002, núm. 132. ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL: Sección
Consejos, Supremo Consejo de Castilla, leg. 15.946. Se hace referencia al P.
Flórez en este extenso legajo en uno de sus expedientes, y por supuesto a San
Felipe el Real, en donde éste vivía. 2.
Los monasterios de religiosas Contemplativas en Madrid y el entorno
urbanístico de los mismos, en vías de publicación. Para conocer las
fundaciones monásticas del P. Orozco (San Alonso de Orozco) y la vida y
actividades de los mismos, preciso es, en cierto modo, examinar los legajos
cuya signatura muy luego expondremos y que se encuentran con sus expedientes
y documentos en el mentado Archivo Histórico Nacional. Ver, asimismo, Vida
del beato Alonso de Orozco, «El Santo de San Felipe», extractada de la
escrita por el Excmo. P. Tomás Cámara, OSA, obispo de Salamanca, por el R. P.
Claudio Burón Álvarez, OSA, Gráficas Atalaya, Madrid 1981. 3.
RODRÍGUEZ-MOÑINO SORIANO, R., Historia de la ciudad de Málaga en el tránsito
entre los siglos XVIII y XIX, con un amplio estudio introductorio con
bio-bibliografía, debido a Adela Tarifa Fernández, Ed. Aljaima, Málaga 2004. 4.
Confesiones, Expedientes, Informaciones, etc. que se hallan en el libro del
obispo P. Cámara. |
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