Los
Ejércitos Españoles a lo largo de la Historia (I). Los Iberos, Los Celtas y Los
Celtíberos
LOS IBEROS
El
mundo ibero es el resultado de la evolución de los pueblos del bronce final; de
la zona sur, levante y área catalana, y la absorción por los mismos de las
influencias de las civilizaciones fenicia (1100 a.C., Cádiz, Málaga, Adra y
Almuñécar) y griega (700 a.C., Ampurias, Rosas y Denia). Algunos alcanzaron
gran prosperidad y adelanto para la época (Tartessos, en la Bética).
Guerreros Iberos
Los
cartagineses se establecerán en Ibiza (650 a.C.) como plataforma para el
dominio de la costa mediterránea. Acabarán con Tartessos sobre 500 a.C.,
y lucharán con Roma por el poder en la zona. Fundarán Cartago-Nova (Cartagena).
Se
trata de un pueblo o grupo de pueblos, citados en las fuentes prerromanas.
Cuando aparecen citados mercenarios ibéricos luchando junto a cartaginenses o
griegos no sabemos si se trata de iberos o simplemente de gentes procedentes de
Iberia (la península) que podrían ser celtíberos, celtas u otros pueblos no
ibéricos.
Se
sabe que no tuvieron una estructura monárquica, salvo en la zona meridional
turdetana. Estuvieron regidos por jefes efímeros, hasta cierto punto asimilados
a reyes. Se trataba de personajes que emergían como consecuencia de un empuje
victorioso. Eran capaces, en un momento dado, de ampliar los límites
geográficos de un pueblo o de una tribu. Por ello, no es aventurado pensar que
los límites territoriales de los pueblos o tribus fueron móviles e inestables.
Entre
los pueblos que los componían se puede identificar a los sordones con el
Rosellón, los layetanos con la zona de Barcelona, cosetanos con el llano de
Tarragona, ilergetes con Lérida (Ilerda), iacetanos con Jaca y sedetanos con
Monegros y valle del Ebro (desde el sur de la Sierra de Alcubierre). En la
comarca de las Cinco Villas estaban los suessetanos, lindando al oeste con los
vascones, gentes que no se consideran hoy iberas. Por citar algunos más tenemos
los ilercavones en la costa (desde el Ebro hasta Sagunto), los mastienos en la
zona de Cartagena, los bastetanos en Andalucía oriental y los turdetanos en
Andalucía central.
Pueblos
prerromanos de la Península Ibérica
El
panorama social de los iberos se presenta muy vinculado a dos elementos clave: la tribu o pueblo y la ciudad. El núcleo base de
organización social fue la ciudad. Ciudades con entidad de tal en la zona
costera y poblados o aldeas en los núcleos de montaña del interior. Las
ciudades se encontraban situadas en lugares elevados, de fácil defensa natural.
Los lugares preferidos para asentarlas son la parte alta de los cerros o
mesetas que presentan fácil acceso por uno de los lados.
Los
íberos eran grandes guerreros, tal y como nos cuentan los relatos de los
historiadores clásicos, por la abundancia de armas que encontramos en los
yacimientos arqueológicos y por las representaciones iconográficas.
A
la defensa natural se añaden siempre las murallas rodeando todo el núcleo
habitado o limitadas a las zonas de acceso más fácil. En las puertas, a veces,
aparecen cubos rectangulares y con el tiempo se asimila la costumbre romana de
construir cubos semicirculares. El poblamiento está separado de la muralla.
También se conoce la existencia de torres-atalayas en costas, vías o ciudades
para alertar ataques. Permitían el enlace por la vista y se defendían con un
número limitado de hombres repartidos entre la torre en sí y el recinto amurallado
que la albergaba. Conocedores del hierro constituyen un pueblo bastante
desarrollado.
Por
Tito Livio se sabe que los iberos iban al combate entonando himnos de guerra, y
por Estrabón que eran constantes las luchas entre sus pequeños estados. Atacaban
en pequeñas fracciones, con armamento ligero, en los momentos inesperados para
el enemigo. Su guerra tenía mucho de guerra de guerrillas, de acometidas sin
despliegue. No parece que los íberos dispusieran de un ejército organizado.
Conociendo bien el terreno, la forma usual de lucha sería la de guerrilla, es
decir el ataque por sorpresa y la retirada inmediata. Sabemos por las fuentes
que los íberos eran muy apreciados como mercenarios en las batallas
entre griegos y cartagineses y más tarde en las tropas auxiliares romanas
(auxilia).
Con
todo, cuando lucharon como mercenarios con romanos y cartagineses se amoldaron
a sus formaciones, sin por ello dejar de ser adversarios difíciles y
resistentes. Con frecuencia, una montura acercaba a dos guerreros a la zona de
combate para, en el momento oportuno, descabalgar uno y combatir a pie. La
velocidad en el desplazamiento era fundamental.
Falcata
Ibera, espada y puñal
Su
armamento ofensivo estaba compuesto básicamente por la falcata, espada curva de
punta aguda y de un único filo, tiene su antecedente en la machambra griega, y
lanzas de dos tipos: de asta de madera con punta y contera de hierro, y de
hierro en su totalidad (soliferrum). También emplearon el amentun, anilla de
cuero engarzada en la lanza que permitía propulsarla con mayor fuerza.
Completaba el armamento ofensivo la honda, destacando los honderos baleares.
Entre el
defensivo, dos tipos de escudos, uno circular de tamaño medio similar a la
caetra celtibérica y otro oval o rectangular de mayor tamaño (scutun) y
aparición tardía. El casco iba del simple capacete al completo con cubrenuca y
gran cimera. Empleaban las lorigas y corazas de cuero y lino grueso, en general
poco extendidas, quizás los jefes y un número escaso de guerreros tuvieron la
posibilidad de acceder a su posesión.
La acción guerrera
debía considerarse una de las actividades más nobles y prestigiosas dentro de
la sociedad, puesto que la aristocracia tenía un marcado carácter guerrero.
LOS CELTAS
Guerreros
Lusitanos
Desde el Bronce
Final van llegando a través de los pasos pirenaicos elementos de origen centro
europeo (Bohemia, Alemania Oriental y Hungría, gentes de los Campos de Urnas).
Estas gentes se desparramaron por el interior peninsular en diversas oleadas
que se pueden situar entre el 1.000 y el 800 a.C., son las invasiones
indoeuropeas denominadas célticas.
Los celtas
ocuparon el resto de la península. En la meseta occidental fueron importantes
los vettones primero y los vacceos después y, en la meseta sur, los
carpetanos y los oretanos. Los carpetanos en Alcalá de Henares y Toledo; es
decir desde la Alcarria hasta el Guadiana (comprendían por tanto parte de La
Mancha). Los oretanos iban desde Badajoz hasta el Segura, al norte del sistema
mariánico. Por el oeste, los lusitanos se extendían desde el Duero al Tajo.
Todos estos pueblos, decíamos, tienen en común pertenecer al grupo indoeuropeo;
un término filológico por el cual se distingue un grupo de pueblos que tienen
en común su lengua.
La denominada
cultura castreña del noroeste, se asienta al norte del Duero, comprendiendo
toda Galicia. Como su nombre indica, el elemento característico es el castro o
recinto fortificado, establecido en la parte alta de las lomas. La preocupación
defensiva es evidente; se construyen sólidas murallas que rodean por completo
los recintos, incluso cuando por uno de los frentes existen obstáculos
naturales que podrían haber ahorrado esfuerzo constructivo.
Reconstrucción de un poblado celta. Poblado Cántabro de Argüeso
El sistema de
defensa más simple consiste en fosos reforzados con empalizadas; pero lo típico
son las murallas de piedra. Existen castros con un solo recinto pero lo más
frecuente es que tengan dos o hasta tres, más o menos concéntricos.
Guerrero Astur
El resto de los
celtas tampoco tiene ciudades como las del mundo ibero; vive en núcleos de
población fortificados con murallas, formando a menudo más de un recinto. La
diferencia con el grupo galaico estriba en el tipo de casa, circular u ovalada
en aquel frente al rectangular de este.
Característica
general de todo el grupo es la estructura tribal, con predominio ganadero sobre
el mundo agrícola, la falta de ciudades y la tendencia al nomadismo. Frente a
estas características hasta cierto punto arcaizantes, poseen una técnica
metalúrgica del hierro suficientemente avanzada, que no permite incluir a estos
pueblos en el grupo de gentes de formas de vida muy primitivas.
LOS CELTÍBEROS
Son el resultado
de la fusión de los iberos con los celtas, divididos en cuatro grupos: celtíberos, arevacos, lusones y pelendones. Habitaban el sector
oriental de la meseta y uno de sus centros básicos era la actual provincia de
Soria, pero se extendían mucho más al sur, alcanzando parte de Teruel y casi
toda la provincia de Cuenca. Para los romanos esta tierra tenía un clima duro y
era económicamente pobre. Vinculados a una economía ganadera, explotaron el
hierro del Moncayo y zonas próximas, desarrollando una depurada metalurgia del
hierro.
Guerreros
Celtíberos
Se sabe que los
celtíberos eran buenos fabricantes de espadas; armas que causaron el asombro de
los romanos por su flexibilidad. A base de golpes en frío y de calor en el
centro consiguieron tres cuerpos, dos duros y uno en medio, más blando.
Construyen sus
poblados y ciudades en puntos elevados de fácil defensa envolviendo el contorno
con un único lienzo de muralla adaptado a las irregularidades del terreno. Con
el tiempo aparecen los torreones cuadrados o circulares, con preferencia en las
puertas para posteriormente generalizarse en todo el recinto. Las casas se
pegan a la pared interna de la muralla. A veces realizan fosos delante de la
muralla.
Su armamento es de
gran calidad. Por el año 250 a.C. Filón relata el proceso de fabricación de sus
espadas. Tienen unos 60 cm, doble filo y punta, para fajar y hendir. Con
antelación se empleó una muy corta de antenas atrofiadas, empuñadura metálica y
decorada con rielados. Se llevaba cruzada casi horizontalmente en la cintura
sujeta por anillas. También usaron un cuchillo parecido a la falcata ibérica.
Parece ser que emplearon proyectiles de piedra para sus hondas, a semejanza de
los honderos baleares. No debieron desconocer los "proyectiles
incendiarios de barro".
Armas celtíberas
Emplearon el
soliferrum y la falarica, lanza de abeto y hierro con la parte metálica larga
para poder llegar al cuerpo tras atravesar el escudo. También emplearon la
jabalina y la lanza. Las corazas debieron ser de lino y, en ocasiones muy
raras, de malla o bien loriga escamada. Emplearon dos tipos de escudos: el
pequeño circular, llamado caetra, propio de la infantería ligera de ascendencia
celta y el largo ovalado de procedencia ibera empleado por la infantería pesada
oscutari. El casco debió ser poco frecuente.
La infantería
armada a la ligera era rápida y atacaba corriendo, siendo superior a la romana
y púnica; no así la infantería pesada celtibérica peor pertrechada que ellas.
La caballería no busca el choque, se mueve rápido, y ataca lanzando venablos,
se retira e insiste en el hostigamiento sin empeñarse en acciones en fuerza.
Caetra. Escudo que
utilizaban los pueblos celtas
Diodoro describe a
los celtíberos así: “los celtíberos son crueles en sus costumbres hacia los
malhechores y enemigos, pero honorables y humanos con los extranjeros. A
aquellos que llegan ante ellos los invitan a detenerse en sus casas y disputan
entre sí por la hospitalidad, y aprueban a todo aquel que atiende a los
extranjeros, considerándolo amado por los dioses”….”Llevan sayos negros y
ásperos, de una lana parecida al pelo de las cabras salvajes. Algunos
celtíberos se arman con escudos galos; otros, en cambio, llevan cyrtias redondas,
llevan también en las piernas arrolladas grebas de pelo y en la cabeza, cascos
de bronce adornados con crestas de color escarlata. Usan espadas de dos filos
fabricadas en hierro excelente y puñales de un palmo de longitud de los cuales
se sirven en los combates cuerpo a cuerpo. Tienen un modo peculiar de preparar
las armas que utilizan para su defensa. Entierran láminas de hierro y las dejan
hasta que, con el tiempo, la parte débil del hierro, consumida por la
herrumbre, se separa de la parte más dura, de ésta hacen espadas excelentes y
los demás objetos concernientes a la guerra. Las armas así fabricadas cortan
todo lo que se les pone: ni escudo, ni casco, ni hueso resisten a su golpe, por
la extraordinaria dureza de su hierro...”
http://www.eloraculodeltrisquel.com/2013/09/los-ejercitos-espanoles-lo-largo-de-la.html
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