LAS CRÓNICAS MUSULMANAS SOBRE
DON PELAYO Y COVADONGA
¿Cuántas veces alguien le ha dicho que Don Pelayo
no existió?. ¿Cuántas veces ha leído en internet que lo de Covadonga fue un
mito?. ¿Cada cuanto tiempo algún periódico de tirada nacional publica un
artículo en el cual se asegura que Covadonga es una leyenda?. ¿A que alguna vez
algún pedante le ha dicho que tiene que aprender a superar el mito de Don
Pelayo…? Sí incluso usted ha llegado a creer que ninguna fuente musulmana habla
de Don Pelayo ni de los sucesos en Covadonga, sepa usted que ha sido víctima de
una de las más grandes mentiras que en los últimos años se ha vertido sobre la
historia de España.
Es habitual que el internauta
amante de la historia de España se encuentre en webs y redes sociales,
comentarios trasnochados como; “El mito de Don Pelayo fue
creado por Alfonso VII” (otros aseguran que se inventó en el
siglo XIX) y por supuesto nunca falta el pedante de turno que pretendiendo dar
una lección de intelectualidad, historia y coherencia, nos invita a “superar estos mitos y aceptar la realidad” . Pero
el comentario más “gracioso” y a la vez más ignorante es el de aquellos quienes
afirman convencidos que “no hay ninguna fuente
musulmana que confirmen la existencia de Pelayo ni la batalla de Covadonga”,
la mayor patada que se le puede dar a la Historia.
Pues bien, en este tiempo de
ignorancia digital, el equipo de La Vieja España quiere
aportar su granito de arena en favor de la verdad y a continuación
transcribimos un par de párrafos del Ajbar Machmúa, una
crónica árabe anónima manuscrita datada de mediados del siglo XI, la cual
compila las crónicas de historiadores musulmanes anteriores, como Ibn Hayyan,
Al-Razi, y Ibn al-Qutiyya, entre otros, que narraron la conquista de Hispania.
El manuscrito original se conserva en la Biblioteca Nacional de París.
Versión moderna del
Ajbar Machmúa
Respecto a la conquista, nos conformamos solo con
este párrafo:
Infundió Dios el terror en los
corazones de los cristianos cuando vieron que Táriq se internaba en el país,
habiendo creído que haría lo mismo que Tarif, y huyendo hacia Toledo, se
encerraron en las ciudades de Hispania.
En lo referente a Don Pelayo y la batalla de
Covadonga, dice:
“El emir conquistó todo el territorio
hasta llegar a Narbona y se hizo dueño de Galicia, Asturias, Álava y Pamplona
sin que quedase en Asturias por conquistar sí se exceptúa la sierra, en la cual
se había refugiado un caudillo llamado Pelayo, a quien los soldados del emir no
dejaron de combatir y acosar, hasta el extremo que muchos de ellos (los
cristianos) murieron de hambre, otros acabaron por prestar obediencia y fueron
así disminuyendo hasta quedar reducidos a treinta hombres que no tenían más de
diez mujeres, según se cuenta. Allí permanecieron encastillados, alimentándose
de miel, pues tenían colmenas de abejas en las hendiduras de las rocas. Era
difícil al ejercito del emir llegar hasta ellos y les dejaron diciendo;
“Treinta hombres, ¿qué puede importar?”
Para no alargar el tema, otro día hablaremos de como
Munuza (el gobernador musulmán de entonces en Gijón), pidió ayuda a Córdoba
para acabar con la rebelión y desde allí enviaron un ejército, al mando del
cual estaba el general Alqama, quien perdería la vida precisamente en
Covadonga.
Un último consejo; cuando se encuentren en internet
a algún necio que niega aquello que los propios historiadores y cronistas
musulmanes escribieron acerca Don Pelayo y Covadonga, copien y peguen estos
párrafos. En caso que su ignorante de turno siga empeñado en negarlo todo,
hagan como nosotros; bloquéenlo, no pagamos el internet más caro de Europa para
perder el tiempo con lerdos.
Un cordial saludo.
https://xn--laviejaespaa-khb.es/abenamar-abenamar
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