Coín en época andalusí,
centro administrativo y militar de la Algarbía malagueña
Antiguo
Palacio Episcopal
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Nuestra contribución plantea
la evolución de un ḥiṣn andalusí que eventualmente se transforma en madīna a
medida que se estrecha el cerco a Granada. Se acopia y traduce de los textos
andalusíes las diversas noticias que existen dispersas sobre esta población (Ḏakwān en los textos), la cual centraliza administrativamente el
distrito occidental malagueño y preserva su integridad territorial en época
nazarí. Recorreremos su historia desde el siglo X al XV, desde que quedó bajo
control de Ibn Ḥafsūn hasta que fue refortificada como plaza fronteriza por ‘Abd al-Raḥmān III y, sin caer en
generalidades, seremos testigos excepcionales de cómo la frontera retrocede
ante el avance cristiano y la población andalusí se repliega y concentra en el
reino de Granada.
1. Bajo dominio de Ibn Ḥafsūn
7. Reinados del sultán nazarí Muḥammad V de Granada
8. Amenazas y divisiones en tiempos del sultán Muḥammad
IX el Zurdo
9. El poeta y jurista Aḥmad al-Daqqūn
Desde hace años se viene
insistiendo en la necesidad de entrar con más detenimiento en el poblamiento
rural alejado de los grandes centros de poder1, donde la
escasez de monografías impide visionar aspectos fundamentales en la formación,
consolidación y decadencia de al-Andalus. Las noticias que nos hacen llegar las
fuentes ponderan el grado de integración en el proceso de islamización y
castellanización, especialmente en zonas que quedan fuera del control del poder
central. Nos dejan una visión inmediata de la organización del territorio y de
los factores que inciden en la estructura socioeconómica de estas comunidades.
En nuestro ánimo procuramos un acercamiento serio y pormenorizado al mundo
rural que supere el alcance de las explicaciones aisladas y superficiales que
se vienen dando. En esta línea, el estudio del poblamiento y territorio en
nuestro ámbito geográfico presenta un panorama muy sombrío, sin que hasta la
fecha haya merecido atención y consideración por parte de la historiografía
medieval y moderna2.
2En las
estribaciones más meridionales de la gran cordillera Penibética, junto a las
sierras litorales del sur peninsular, se alzaba la fortaleza de Coín
controlando los pasos de Málaga a Ronda y de Antequera a Marbella, tal se
comprueba en el viaje de Ibn Baṭṭūṭa o en el trayecto que hizo el sultán Muḥammad V cuando tuvo que huir al exilio.
3Coín se
integró en la circunscripción de Rayya desde época emiral, por entonces con
capital en Archidona y posteriormente en Málaga. Las fuentes andalusíes lo
dejan claro, no sólo Ibn Ḥayyān, sino
también el Ḏikr Bilād al-Andalus cuando
enumera los nueve castillos y ciudades (posiblemente de mayor importancia) de
la cora de Rayya : Marbella, Suhayl, Cártama, Comares, Vélez-Málaga, Ḏakwān (Coín), Alhama,
Antequera y Estepa3. Nada dicen
los textos andalusíes de manera expresa, pero de dicha enumeración se deduce
que Coín debió ser uno de los muchos aqālīm en que
estaba divida la circunscripción de Rayya en época altomedieval. Su distrito
castral bien pudo extenderse desde río Grande4 hasta las
sierras litorales limítrofes con Marbella, Mijas y Fuengirola5, sobre lo cual
tendremos ocasión de ocuparnos. Dentro de su término sólo se detecta la
presencia de otra fortaleza de gran entidad, la del cerro de Aljibe o Focairit,
con continuidad ocupacional desde época ibérica hasta taifa ; sin esquivar
el pequeño fortín de Ardite, vigía del paso natural de Río Grande, y las
grandes fortalezas de Chilla y de las Cañas, integradas en el dispositivo de
control y defensa de la frontera marítima6.
4Su
proximidad a Bobastro favorece que pronto quede bajo control de Ibn Ḥafsūn,
permaneciendo así hasta finales del emirato, cuando en el año 907 los
‘rebeldes’ pierden la plaza y en 920 se refuerzan sus defensas a iniciativa de
‘Abd al-Raḥmān. Dicho esto, se viene insistiendo
erróneamente que su castillo es fundación del poder Omeya ; cuando la
realidad parece bien distinta, pues la batalla que tuvo lugar en el año 907 y
sus consecuencias ponen en evidencia la existencia de un ḥiṣn fortificado anterior al año
920, probablemente obra impulsada por las estructuras locales o acaso por Ibn
Ḥafsūn. Otro dato que no vamos a dejar en
el aire es que Ḏakwān figura
acompañado del término Qaštruh en algunos textos7, lo que
fundamenta su génesis anterior a la arabización lingüística, sin que podamos
tampoco caracterizarlo entre los ḥuṣūn-refugio de alta época medieval.
5Tras la
descomposición del califato cordobés, ḥiṣn Ḏakwān continuará bajo dominio de los
califas ḥammūdíes, posiblemente hasta que en 1056 los Banū Zīrí se hicieron
con Málaga. Va configurándose como alquería andalusí, ganando espacios de representación tanto del
poder militar como religioso, convirtiéndose en el
principal conjunto urbano y territorial de la Garbía malagueña. Si bien, los
contados datos históricos de los que disponemos inducen a pensar que su
fortaleza deja de ser un enclave vital en el panorama político-geográfico de
al-Andalus, donde tampoco se ve inmersa en los grandes acontecimientos
históricos del momento. Desde el punto de vista arqueológico, los primitivos ḥuṣūn-refugio quedaron definitivamente
abandonados en el siglo XI, alterándose los distritos castrales en favor de las
grandes alquerías fortificadas en cotas inferiores. Esta nueva circunstancia
será clave para explicar el posterior desarrollo urbano en el medio rural.
6La vida
cultural e intelectual alcanza su plenitud en época almohade y representa una
de las páginas más bellas de nuestra historia. La actividad científica y
literaria como medio de vida no permanece ajena a esta población, en cierta medida
vinculada a las producciones de autores como Ibn Kisrà, Šākir, Abū Bakr Ibn
Manzūr y posteriormente Aḥmad al-Daqqūn, entre
otros sabios ilustres de los que iremos dando cuenta.
7En la
segunda mitad del siglo XIII su alfoz queda bajo control meriní y pasa a ocupar
geográficamente la primera línea de frontera con el reino nazarí de Muḥammad
II. La producción científica y literaria de Ibn al-Jaṭīb nos proporciona datos de inestimable valor para el siguiente
siglo, ofreciéndonos una visión muy exacta de la entidad geográfica y militar
de los distritos occidentales de Ronda y Ḏakwān en la salvaguardia del reino granadino8. No de otra
suerte, al momento de su conquista, se pudo constatar el papel fundamental que
jugaba en la defensa de la ciudad de Málaga.
8Es posible
fundamentar, pese a estar privados de una lectura arqueológica, que el circuito
amurallado debió crearse en momentos tempranos de la baja Edad Media, a la par
que su desarrollo urbano ; posteriormente se debió acometer el
reforzamiento de sus defensas ante el avance cristiano. No obstante, su débil
posición geográfica lleva a Ibn al-Jaṭīb a corroborar que “sus murallas
son insuficientes para defenderla”9, lo que
también se puede interpretar en el sentido de que el núcleo poblacional, por
entonces, ya se encontraba saturado y había desbordado el perímetro amurallado.
9Documentalmente
se constata la existencia de una mezquita aljama (antigua iglesia de Santa
María) y una mezquita de barrio, situada en la calle Real y cercana a los baños10. Igualmente
hemos podido detectar la existencia de varias rábitas o zāwiya-s,
seguramente de tendencias sufíes y ascéticas en la última etapa andalusí. Una
de ellas situada en el ámbito periurbano, conocida como la ‘mezquita chiquita’11, con buena
parte de sus bienes hábices en la vecina población de Monda, que creemos ubicar
bajo los cimientos del antiguo convento Trinitario. Y otra de ellas en la
periferia rural, situada en el partido de las Mezquitillas (Carranque)12, próxima al
despoblado bajomedieval de los Villares de Algane13, que quizá
nos esté marcando el límite del término de Coín en pleno curso fluvial de Río
Grande, habida cuenta de que las tierras de la Jara, ya en la margen opuesta,
acabaron anexionadas a esta población con los repartimientos castellanos14. Sin entrar
en más detalles descriptivos, los límites administrativos del Coín nazarí
lindaban al Norte con el castillo de Benamaquís y la alquería de Hurique, al
Este con el castillo de Fahala y Casapalma, al Oeste con las alquerías de
Padules y Pereila y al Norte con el término de la Jara.
10De lo que no
cabe duda es que los datos históricos y arqueológicos elevan esta población a
la categoría de “casi madīna”, tal se desprende del Mi‘yār de Ibn al-Jaṭīb15 y de la
documentación real castellana de los siglo XV y XVI, aunque las fuentes
disponibles silencian si dispuso o no de zoco. Esta afirmación, en particular,
alcanza todo su significado ante la inexistencia de otros centros urbanos en
sus inmediaciones, tal vez como reflejo de su capacidad de aglutinar a la
población campesina de su alfoz, atraída sin duda por su gran riqueza agrícola.
En esta línea, de ningún modo puede pasar desapercibido cómo Ibn al-Jaṭīb exalta el carácter residencial de sus (nuevos) edificios, en comparación y semejanza con al-Sadir y al-Jawarnaq, nada menos que las
ciudades áulicas más importantes y bellas de oriente.
11Habrá que
convenir que las transformaciones más notables se dieron en época nazarí ;
es por entonces cuando desempeña un papel más activo en consonancia con el
protagonismo histórico que va adquiriendo en las fuentes andalusíes. No
obstante, la expansión demográfica se ha podido constatar en su área de
influencia siglos atrás, en época almorávide y almohade, más concretamente en
el despoblado de la Torrecilla (siglos XI-XV) y en los Villares del Algane (siglos
XII-XV), así como en otras unidades de población de la cuenca de Río Grande, en
los términos de Tolox, Alozaina y Guaro. En líneas generales, no queda claro si
estos altos niveles demográficos se deben a un proceso de concentración de la
población residual dispersa o más bien fue el resultado de un aporte ingente de
grupos humanos procedentes del norte de África16. De partida,
el patrón de asentamiento en los despoblados de su alfoz y en sus alquerías
limítrofes se asemeja al descrito para la vega de Granada por A. Malpica Cuello
y colaboradores17, obligándonos
aquí a extrapolar conclusiones por falta de actuaciones arqueológicas.
12La trama
andalusí refleja claramente actividades vinculadas con la vida económica y
comercial ; con rasgos urbanos y elementos definitorios de lo que debe ser
una madīna, con representación de autoridades políticas, religiosas y
militares, provista de aparato defensivo (alcazaba y murallas), edificios
públicos (mezquitas y baños) y sectores industriales y artesanales (molinos,
batanes, tenerías, caleras, hornos, ollerías, herrerías, tejares, tiendas y
alhóndiga, entre otras muchas instalaciones en sus arrabales). La toponimia
menor de los siglos XV-XVI, aplicada a su periferia inmediata, es testimonio
más que suficiente del desarrollo económico y urbano que se dio en periodo
granadino, más allá de las actividades agrícolas que ponderan Ibn Baṭṭūṭa, Ibn al-Jaṭīb y el autor del Ḏikr Bilād al-Andalus.
Figura 1. Espacio urbano y rural de Coín. Toponimia de los siglos XV-XVI
en la vega de Río Grande.
13Las claves
de su desarrollo como ciudad las da Ibn al-Jaṭīb : “sus edificios son de nueva planta y quienes los habitan y lo que
hay dentro de ellas (de sus murallas), carecen de solera”18. De
testimonios como éste se deduce las consecuencias inmediatas del avance
cristiano y la acogida de la población de frontera, en especial la procedente
de las alquerías de la cuenca media del Turón. El profesor M. A. Ladero ha
realizado cálculos aproximados para la población nazarí del siglo XV: Vélez
Málaga (más de 10.000 habitantes), Ronda (entre 5.000 y 10.000) y Marbella
(sobre 3.000 habitantes). Que sepamos el cronista Valera cifra la población de
Coín en 3.000 habitantes al momento de su conquista. Por su parte, Alonso de
Palencia contabiliza menor número en la batalla; aproximadamente habla “de
1.500 moros” peleando por su castillo, aunque después matiza que “pudieron
entrar 400 montañeses muy conocedores de las veredas”. Es preciso valorar el
crecimiento demográfico de época nazarí en su justa medida, pues obviamente las
circunstancias de la conquista justifican las cifras que venimos mostramos. De
hecho, al-Maqqarī advierte que había un contingente de los de la Garbía y de
Ronda combatiendo en el interior de sus murallas”19.
14La
documentación castellana no suele tratar a Coín como ciudad en sentido
estricto, pese a disponer de caracteres propiamente urbanos; así en los
protocolos notariales de los siglos XV y XVI siempre figura como villa y en la
erección parroquial de 1505 aparece como un mero locus, aunque se
configura como sede vicarial junto al resto de civitates malagueñas.
Sólo conocemos una ocasión en la que se le otorga el calificativo de ciudad (ciutat de
Cohín) : cuando el rey Fernando el Católico comunica a la ciudad
de Mallorca la gran victoria conseguida por estas tierras20.
1. Bajo dominio de Ibn Ḥafsūn
15Disponemos
de datos suficientes para afirmar, sin temor a equivocarnos, que Ḏakwān estuvo bajo control de ‘Umar ibn Ḥafsūn desde los
primeros momentos de la fitna, pese a que
sus orígenes permanecen aún inciertos y los testimonios más tempranos se
remontan al siglo X. El Muqtabis III de Ibn
Ḥayyān recoge la primera noticia histórica que se tiene sobre Ḏakwān21 con
motivo de una campaña contra Bobastro emprendida por el emir ‘Abd Allāh en el
año 294/907. Sobre esta expedición decía el profesor Francisco Simonet que, al
fin, marchó contra ‘Umar ibn Ḥafsūn una hueste
cordobesa capitaneada por Abān y Aḥmad.
Salieron de Córdoba el primero de mayo, pasando
por Tarifa, Algeciras, y otros puntos de aquella costa; después entraron en la
circunscripción de Rayya, pasando por Turruš Jušayn,
Fuengirola, Coín y Casarabonela, desde donde, atravesando el río llamado Wādī Banī
‘Abd al-Raḥmān, llegaron
sobre Bobastro.
16Habrá que
convenir que esta campaña se emprendió en el año 294/907, aunque son muchos los
arabistas y medievalistas que afirman que tuvo lugar en 284/897. Según Joaquín
Vallvé la discordancia en las fechas tiene su explicación si se analiza la
cronología, que claramente indica que fue el año 294/22 de octubre de 906–11 de
octubre de 907, lo que ocurre es que Ibn Ḥayyān erróneamente la sitúa diez años antes. Más concretamente, la confusión se debe a que en estas dos fechas se llevaron a cabo dos
expediciones dirigidas por el infante Abān y que recibieron ambas el mismo nombre:
aceifa de Algeciras22.
17Lo cierto es
que la expedición se detuvo en Ḏakwān para librar batalla, y ésta acabó con derrota de Ibn Ḥafsūn y
consecuencias nefastas para la defensa de Bobastro. Cuenta Ibn Ḥayyān que “el temporal parecía movido por un ejército de
demonios. Arrancaba árboles, volaban techos y arrasaba las tiendas clavadas en
el campamento. Entonces se tocó a retirada, yéndose el ejército hacia la costa,
infiltrándose en las guaridas de los insurrectos, pasando por el alcázar
de Marsà al-Šaŷara, por el baluarte de al-Ŷanna, Turruš
Jušayn, hasta Ḏakwān, que se
hallaba al margen del río. Se acampó en este lugar el día lunes primero de
junio –mes cristiano– y se produjo un combate que fue funesto para el ejército
del maldito Ibn Ḥafsūn”.
18Murieron de
los suyos doce oficiales, entre los cuales figuraban dos grandes jefes: Aḥmad
Ibn Jayrūn e Ibn al-Aysar y se capturó una tropilla de doce caballos.
Desertaron de sus filas doce soldados mercenarios de Tánger, que se pasaron a
filas del gobierno. Igual derrota sufrió en el castillo de Bunayra
(Casarabonela), donde murió un oficial tangerino, huyendo los otros. La
deserción en las filas de Ibn Ḥafsūn iba en
aumento, pues de los soldados de Tánger, en
esta última refriega, pasaron trece
jinetes a las filas del gobierno.
19Las tropas
omeyas siguen avanzando hasta llegar a Archidona el mismo día de la fiesta de
San Juan, el miércoles 24 de junio de 907. La capital de la circunscripción
malagueña estaba entonces en poder de ‘Umar Ibn Ḥafsūn y, en nombre de éste, su
gobernador entabló negociaciones con el príncipe Abān ; tras la
entrega de rehenes consiguió la retirada
de la fuerzas reales, que llegarán a la capital de Elvira el 1 de julio. El
ejército omeya emprende finalmente el regreso a Córdoba el sábado 2 de dū l-qa‘da (15 de
agosto de 907).
20Pedro
Chalmeta matiza que, durante esta campaña contra Ibn Ḥafsūn, tras el encuentro de Coín, “doce ṭangīyūn del rebelde se pasaron al
ejército cordobés; luego en Casarabonela cayó un tangerino de los leales, otro
morirá después en Archidona, pero desertaron trece”23. Será ésta la
primera vez que aparezcan reseñados los temidos ṭangīyūn (tangerinos), uno de los más
distinguidos cuerpos de soldados integrados en la estructura militar andalusí.
21Indica
Chalmeta que a los aḥšām se les encargará la tenencia y
guarnición de las plazas recobradas por el Estado, entre ellas la de Coín. Los
denominados aḥšām eran sin embargo los mejores soldados del ejército andalusí,
ellos conformaron las tropas profesionales, siempre a disposición permanente, y
ventilaron la mayoría de los encuentros contra los rebeldes.
22De estos
tiempos se conserva hoy en la ciudad de Coín uno de los cenobios rupestres de
ámbito periurbano más grandes de la provincia de Málaga24 ; pese a
que, en nuestros días, no pasa de ser una serrería para la fabricación de palés
de madera, que no logra culminar su declaración como Bien de Interés Cultural.
2. Fortificación
23Volvemos a
encontrar nueva referencia a Ḏakwān en el año 308/920, dejando entrever su
condición de pueblo fortificado y
fronterizo. Es el pasaje que más se repite
en los textos árabes y tiene su origen en el Mujtasar
ta’rīj al-Tabarī escrito por ‘Arīb ibn Sa‘īd (siglo X). Lo que se ha venido
en llamar la Crónica de ‘Arīb dice textualmente:
Este año fue conquistada
al-Mundat, situada frente a Cártama, en la cora de Rayya. Fue también construida
la fortaleza de Castro Ḏakwān, a la que
(al-Nasir) dotó de hombres y provisiones25.
24Esta noticia
además de figurar en la Crónica de ‘Arīb también
es reseñada en el Muqtabis V de Ibn Ḥayyān y consta también en la Crónica Anónima de ‘Abd al-Raḥmān III al-Nasir, pero con
un laconismo que la deforma, así como en el Bayān
al-mugrib de Ibn ‘Iḍhārī, aunque algo corrupta26.
25El pasaje
escrito por Ibn Ḥayyān (siglo XI) copia y reproduce íntegramente el texto de
‘Arīb, añadiendo cierta referencia a un personaje muy conocido, Ibn Antuluh,
acaso obtenida de otro texto de la época. Reseña en su Muqtabis V:
En este año se conquistó
al-Maydāt, en el alfoz de Cártama de la Cora de Riyya, construyendo allí el
sultán la fortaleza de Ḏakwān, donde
emplazó con mercenarios y pertrechos a Yahyà b. Zakariyyā b. Antuluh27.
26La Crónica
Anónima de ‘Abd al-Rahman III al-Nāsir viene a ser un extracto del
pasaje que Ibn Ḥayyān toma de ‘Arīb. Resulta confusa y divergente de
la versión primaria, acaso por una mala
interpretación del pasaje que copia del Muqtabis. Dice así:
“en este año fortificó Ḏakwān el
castillo de Castro, y metió en él hombres y pertrechos”28.
27La
interpolación que existe en esta Crónica Anónima ha
llevado a pensar durante años a muchos medievalistas que el topónimo Ḏakwān tiene su génesis en los Banū Ḏakwān y que algún miembro de este linaje debió fortificar
esta población. Sin negar este posible origen y
sin caer en generalidades, la aparición posterior
del Muqtabis V ha desvanecido un tanto esta hipótesis,
junto a otros trabajos específicos que han tratado y estudiado con rigor la
presencia en la península del conocido linaje beréber de los Banū Ḏakwān29. Por lo que
sabemos, existe contrariedad en las fuentes árabes sobre sus orígenes: Ibn
al-Faradī afirma que procedían de la zona de Jaén ; Ibn Ḥayyān dice que eran de los beréberes de Faḥs al-Ballūṭ. En cualquier caso, ninguno de los dos autores
ofrece datos concretos sobre la tribu a la que pertenecían. Tampoco existe
información sobre el momento en que se produce su paso a al-Andalus desde el
Norte de África. Su más antiguo representante documentado es Abū Bakr ‘Abd
Allāh b. Harṭama b. Ḏakwān, residente en Córdoba durante el
siglo X, tuvo tres hijos y falleció en 98130.
28La fuente
más tardía que se hace eco del pasaje de ‘Arīb es el conocido Bayān
al-mugrib escrito por Ibn ‘Iḍhārī (siglos XIII-XIV) que no vamos a
reproducir aquí por razones obvias31.
3. Época de cambios
29Los textos
andalusíes dejan constancia de la actividad intelectual y literaria que irradió
desde la pequeña alquería de Coín, en especial desde época almohade. La
publicación de la obra histórica de Ibn ‘Askar ha permitido conocer unos versos
compuestos aquí en el siglo XII por los afamados poetas Ibn Kisrà y Šākir32. La escena
trascurre a las afueras de Coín, en un río de exiguo caudal con grandes peces,
en el que se retrata naturaleza y paisaje ; sin que podamos extraer ningún
dato de interés al objeto de nuestro estudio ; con la salvedad de que se
le otorga el calificativo de alquería, lejos todavía del rango urbano que
predicamos para época nazarí.
30Que sepamos
el poeta Šākir ibn Muḥammad ibn al-Ḥasan ibn Muḥammad ibn Kāmil al-Ḥadramī, también llamado Abū l-Ḥusayn y conocido por Ibn
al-Fajjar, era tío materno del maestro Abū Bakr Ibn Daḥmān. Se
exaltan sus virtudes y cualidades personales y se deja constancia de su
estrecha amistad con Abū ‘Alῑ Ibn Kisrà.
31Šākir fue
acusado de estar implicado en el levantamiento que, en 1190, inició Alī
al-Ŷazīri contra los almohades en Marrakech y se extendió luego por al-Andalus
encontrando adeptos. Sus biógrafos cuentan que fue llevado esposado con otros
desde Málaga a Sevilla tras producirse lo que llaman “la desgracia de
al-Ŷazīri”, y que murió a consecuencia del miedo que aquello le produjo. Šākir
falleció en Sevilla en 586/1190-01 y, aunque fue liberado, nunca consiguió reponerse
de ello. Los autores árabes, entre ellos Ibn ‘Iḍhārī, ponen de manifiesto que los
seguidores de al-Ŷazīri pertenecían a la más baja ralea; no obstante las fuentes silencian por qué se adhirió a este movimiento un personaje de
estas características33. Que sepamos
Šākir cultivó en vida tanto la prosa como la poesía, llegó a ser nombrado visir
en tiempos de al-Mansūr y fue hijo del eminente escribano y poeta malagueño Abū
‘Abd Allāh Ibn al-Fajjār34.
32Abundante
información se conoce sobre la vida y obra de su notable padre, fallecido en el
año 539, también conocido como Ibn al-Fajjār (el hijo del alfarero). Sobre su
hermana tan sólo se conoce que se casó con Abū ‘Āmir Daḥmān y que de ese
enlace tuvieron a un hijo, llamado Abū Bakr Ibn Daḥmān, quien también cultivó la poesía como su tío35.
33En lo
tocante al poeta malagueño y katib Abū
‘Alῑ Ibn Kisrà, fallecido en 1207, se conservan interesantes noticias en
la Iḥāṭa de Ibn
al-Jatῑb, que lo
califica de poeta excelso y prolijo en las formas poéticas postclásicas. No
pasa por alto a sus maestros y discípulos, y resalta su condición de niño
precoz, bien relacionado en ambientes cortesanos36.
34De manera
testimonial cabría añadir para época almohade que, en el catálogo de
manuscritos árabes de la biblioteca de El Escorial, confeccionado en el siglo
XVIII por el arabista Miguel Casiri, con la trascripción propia de la época, se
recoge a un personaje malagueño llamado “Mohamad b. ‘Ali b. Joseph b. Monthreph
Alamvi” que fallece en Dacuan en el
año 636/1239 y seguidamente recoge a otro literato malagueño llamado Mohamad b.
‘Ali al-Gassani, más conocido como Ibn ‘Askar, que falleció en ese mismo año de
1239. Se concreta de ello que existen dos literatos malagueños llamados
Muḥammad b. ‘Alῑ y que ambos fallecen en 636/1239. Lo sorprendente es que, en esta
reseña, aparece por vez primera publicado
el topónimo Ḏakwān, aunque aún no se sabe identificar con nuestra
población, y además lo hace reproduciendo su grafía árabe y ubicándola
correctamente al occidente de Málaga37. En todo
caso, nosotros no vamos a profundizar en esta duplicidad, aunque difícil sería
justificar el posible error en una mala lectura.
35Siglos
antes, bajo el reino zirí de Granada, es muy posible que, en la cercana
alquería de Ardite, naciera el afamado gramático Ibn al-Tarawa. Señalaba tiempo
atrás el historiador don Manuel Gómez Moreno que “Arῑt, en Yācūt, es Ardite, alquería en término de Guaro, en la hoya de Málaga, despoblada desde
antes de la conquista”38. Dice
literalmente la traducción del Mu‘ŷām al-buldān escrito
por Yāqūt (ca. 1179-1229) :
Arḍῑt. Así lo he encontrado escrito en los
textos andalusíes, pero yo dudo en la letra ya que
este carácter sólo existe en
lengua árabe. Con este nombre se conoce una
alquería de Málaga. En
ella nació el gramático (al-naḥwῑ) Abū l-Ḥasan Sulaymān b. Muḥ.
Ibn al-Tarāwa al-Sabā’ῑ al-Mālaqῑ al-Ardῑṭῑ, maestro destacado de los andalusíes de su época39.
36En el estado
actual de la investigación no queda claro su lugar de nacimiento. Indican los
autores que nació en la cercanías de Málaga, o acaso en Salé. Si bien, la nisba geográfica
que porta este personaje (al-Ardῑtῑ), en
consonancia con la reseña de Yācūt, no deja lugar a dudas sobre su relación con esta pequeña unidad
poblacional situada en la Garbía malagueña.
37Hoy
sabríamos precisar su secuencia onomástica : Abū l-Ḥusayn (Abū l-Ḥasan, según algunos)
Sulaymān b. Muḥammad b. ‘Abd Allāh al-Sabā’ῑ al-Mālaqῑ al-Ardῑṭῑ, más conocido
como Ibn al-Tarawa, nacido en Ardite hacia 1044-45 y fallecido a edad muy
avanzada en Málaga, el 16 julio-14 agosto-12
septiembre de 1132 ó 25 junio-24 julio-22 agosto de 1134. Destacó como eminente
gramático, experto en léxico y hombre de letras dotado para la poesía y la
prosa artística, se dedicó a la enseñanza y se le conoce como autor de cinco
obras40.
4. Injerencia Meriní
38Las primeras
noticias que conocemos sobre Ḏakwān en periodo nazarí las trae
Ibn Abī Zar‘ y son
completadas por Ibn Jaldūn, a raíz de diversos acontecimientos ocurridos durante las campañas militares del sultán benimerín Abū Yūsuf,
socorrido por Alfonso X, por entonces enfrentado contra el sultán nazarí
Muḥammad II, aliado éste con el infante de Castilla don
Sancho.
39El sultán de
Fez, Abū Yūsuf, controló la tierra de Málaga y parte de la Garbiyya más o
menos durante el año que va de febrero de 1278 a febrero de 1279. Quedaba aún
pendiente la plaza de Málaga y ello provocó una nueva campaña contra el reino
de Granada. Era ésta la segunda campaña militar de la cuarta expedición a la
península y el sultán benimerín consiguió de nuevo una ayuda militar del rey
Alfonso X, ayuda que la Crónica del rey Sabio cifra en 600 caballeros. Con ella
salió de Algeciras el 1 de abril de 1283 y se dirigió contra Málaga y sus
alrededores, atacando entre otras las fortalezas de Cártama, Coín y Fuengirola.
Y el primero de muḥarram de
682 (1 de abril de 1283) fue contra Málaga y expugnó en sus alrededores muchos
castillos, entre otros a Cártama, Ḏakwān y Suhail. Este año se alió el hijo de Alfonso con Ibn al-Ahmar, por causa de la alianza de
su padre con el emir de los musulmanes Abū Yūsuf –Allāh tenga de él
misericordia–41.
40Sorprendentemente
la ofensiva contra Málaga, al poco tiempo, quedará interrumpida por la
reconciliación entre ambos sultanes. No obstante, un par de años después, al
final de la quinta expedición, se decidió enviar destacamentos militares que
vigilaran ciertos puntos claves en la frontera entre el reino granadino y la
posesiones benimerines en la península. Siendo así cómo, en los últimos diez
días del mes de ramaḍān (sobre
la última semana de noviembre de 1285), Abū Zayyān Mindīl, hijo del sultán benimerín,
llegó a establecerse cerca de Coín, con orden expresa de no provocar conflictos
con el sultán nazarí42.
41Nos dice
el Rawd al-Qirṭās de Ibn
Abī Zar‘que “en la última decena de ramaḍān de 684/20 a 29 de noviembre de
1285 envió el emir de los musulmanes a su hijo Abū Zayyān con un poderoso
ejército a apostarse en la frontera entre su territorio y el de Ibn al-Ahmar, y
le mandó que no se metiese en tierras de Ibn al-Ahmar ni le hiciese daño. Abū
Zayyān se fue al castillo de Ḏakwān, al oeste de Málaga, y
acampó en sus afueras”43. El
prestigioso historiador Ibn Jaldūn por su parte corrobora esta movilización de
tropas bajo bandera meriní44.
42Justo al año
siguiente, el nuevo sultán Abū Ya´qub, sucesor de Abū Yūsuf, concertó la paz
con Muḥammad II y acordó la restitución por parte meriní de la mayoría de los territorios que dominaba en la península, salvo Algeciras, Tarifa, Ronda y Guadix. No obstante,
apunta el profesor Miguel Ángel Manzano que, si bien se mandaron efectivos
militares a Coín y Estepona, no resulta clara la gestión directa de estas
poblaciones por parte del sultán de Fez porque, en caso contrario, cabría
esperar información explícita sobre ellas en las crónicas dinásticas.
5. Un cadí de los Banū Manzūr
43Avanzando en
el tiempo conocemos otra interesante noticia bien entrado el siglo XIV. Se
trata de la presencia en Ḏakwān de un cadí perteneciente al célebre linaje
de los Banū Manzūr, con ocasión de formularse una consulta jurídica desde el
castillo de Teba, según se recoge en una fatwà, fechada en
20 dū l-hiŷŷa de 735 (agosto de 1335), compilada por
al-Wanšarīsī en su colección de dictámenes jurídicos Mi‘yār al-mu‘rib45.
44Del simple
dato se desprende que Ḏakwān bien pudo
ser sede del cadiazgo de la Garbía malagueña, aunque no se puede afirmar con
certeza, pues si bien conocemos los nombres de algunos de estos cadíes, los
textos árabes nunca llegan a especificar dónde radicaba la sede46. En esta línea
también se plantea si resulta verosímil extender la jurisdicción de este cadí
hasta la lejana población de Teba, que por entonces había caído en manos
castellanas47.
45De cualquier
modo, sería legítimo pensar que fuera cadí de la Algarbía o tal vez de
cualquier otra ciudad cercana a la frontera con Castilla, pues como nos dicen
unos vecinos de Benaoján “la jurisdicción era su persona donde estuviera”48, así que nada impide
afirmar que el cadí Abū Bakr ostentaba y ejercía competencia territorial sobre
Coín y su alfoz.
46Respecto a
esta consulta en Derecho, serán los cadíes residentes en Coín y Málaga los
encargados de resolver la controversia jurídica, ambos integrantes de una
conocida y prestigiosa familia de juristas establecidos en la capital
malagueña, los Banū Manzūr. El consultante es el cadí Abū Bakr Muḥammad b.
Manzūr, que se encuentra instalado en Coín, desde donde formula la pregunta. Y la contestación definitiva
la da el cadí de Málaga ‘Uṭmān b. Manzūr, que, debido a una enfermedad que
le aquejaba, no pudo escribir la respuesta de su puño y letra, falleciendo ese mismo año al poco
tiempo.
47Que sepamos
Abū Bakr Ibn Manzūr fue cadí de Málaga y jaṭīb de su alcazaba, así como un
prestigioso tradicionista y literato. Escribió varias obras sobre Derecho y
emitió numerosos dictámenes jurídicos recogidos por al-Wanšarīsī. Como
decíamos, pertenecía a una ilustre y prestigiosa dinastía de cadíes, de cuya
nobleza dan testimonio numerosos textos medievales. Originarios de Sevilla, los
Banū Manzūr fue una de las familias andalusíes célebres por su nobleza y
sabiduría, que se vieron obligados a emigrar a Málaga ante el avance cristiano.
Se cree que llegaron hacia el año 646/1248 cuando Fernando III toma Sevilla
dando a sus habitantes un plazo de un mes para abandonar la ciudad.
48En Málaga
nació Abū Bakr Muḥammad Ibn Manzūr en fecha
desconocida y en Málaga ejerció el cadiazgo, cargo que, después de él, desempeñarían tres de sus descendientes. Igualmente se sabe que
fue cadí en otros varios lugares, entre ellos probablemente la Garbiyya malagueña,
pues, como vimos, residía en Coín y ejercía desde aquí hacia el año 1330.
49Entre sus
discípulos se cuentan sus propios biógrafos Ibn al-Jaṭīb y al-Bunnāhī, que no escatiman elogios a su
persona. Según afirman estos, Abū Bakr Ibn Manzūr era un
juez experimentado y competente, versado en la redacción de contratos, de método y
conducta loables, y firmes en sus decisiones. A pesar de su cargo, prestigio y
sabiduría, se distinguió por su gran humildad y falta de soberbia, su bondad
extrema y su generosidad con los más vulnerables. Falleció en Málaga a
principios de mayo de 1349, víctima de la peste que asoló la península ese año.
Dice Ibn al-Jaṭīb que Abū Bakr Ibn Manzūr compuso
prosa y poesía. Las fuentes escritas mencionan
varios títulos de este autor, mayormente de
tema religioso, jurídico y sufí. En nuestros días, de sus
obras se conservan manuscritos en las Bibliotecas de Rabat, Tetuán y El
Escorial, aunque la verdad es que se conocen unas seis obras de su puño y
letra, además de ciertas poesías hoy desaparecidas49.
50La
definitiva respuesta a la consulta jurídica planteada desde el castillo de Teba
y formulada por Abū Bakr la dará el anciano cadí de Málaga Abū ‘Amr ‘Uṭmān b. Manzūr, que había sido cadí de Vélez, Bentomiz, Comares y Málaga sucesivamente. Murió en la ciudad de Málaga el martes 25
de dū l-hiŷŷa de 735 (15 de agosto de 1335). Según la
mayoría de sus biógrafos siendo cadí, si bien al-Bunnāhī precisa que había sido
sustituido a principios de ese mismo año (hacia septiembre de 1334). Las
fuentes biográficas destacan que tras su muerte no hubo en Málaga nadie como él
en amplitud de conocimientos e inteligencia50. Digno de mención es
que ese mismo año de 1335 ordenó escribir la respuesta jurídica a la consulta
planteada, siendo ésta resolución de las últimas que emitió, acaso la última,
cercana ya la fecha de su muerte e impedidas ya sus manos para poderla
redactar.
6. Descripciones literarias
51Muy
conocidos para la historiografía son los elogios, bastante expresivos, que le
dedican a esta población autores como Ibn Baṭṭūṭa e Ibn al-Jaṭīb. Son éstas las primeras descripciones históricas que se
tienen sobre el Coín andalusí y todas ellas datan de mediados del siglo XIV. Sin duda alguna,
uno de los testimonios que se conservan de mejor provecho para nuestra historia
es la breve reseña realizada por el viajero Ibn Baṭṭūṭa. Su relato
se detiene en esta población,
celebrando sus riquezas y ubicándola en el
mundo conocido. Debió ser entre los años 1349-1350 cuando visitó Ḏakwān dejando de su pluma el siguiente pasaje: “Desde Granada me trasladé a Alhama, luego a Vélez, a Málaga y a la fortaleza de Ḏakwān, que es buen castillo, abundante en aguas, árboles y frutas”51. La visita la
realiza en el camino de vuelta desde Granada a Gibraltar, pasando por aquí en
el trayecto de Málaga a Ronda. Y sus impresiones se reflejan fielmente en el
tomo IV de su obra Tufhat al-nuzzār, más
conocida como la Riḥla de Ibn Baṭṭūṭa.
52Si bien,
nada comparado con las atentas palabras que dedica a Ḏakwān el sabio polígrafo Ibn al-Jaṭīb (1313-1374) en su conocida obra Mi‘yār
al-ijtiyār, donde nos habla de la cualidad de sus habitantes, de las
infraestructuras urbanas (murallas y edificios) y de los medios de producción
(molinos, frutas y manjares).
Dije :
– ¿Y Coín ?
Contestó :
Jardines y estanques. La
excelencia de sus frutas está por cima de toda ponderación. Sus edificios son
como Jawarnaq y Sadir. Es como una amplísima mesa llena de exquisitos manjares.
Las piedras de sus molinos ruedan constantemente y los árboles son tan espesos
que sus ramas se enlazan en estrecho abrazo. Sopla allí una suave brisa. En
fin. La fama de esta ciudad se pregona por el mundo, como ondea a todo viento
un estandarte.
Sin embargo, su posición
constituye una esperanza para el enemigo: es el grano que está sobre la tierra
esperando el pájaro que se lo engulla, porque sus murallas son insuficientes
para defenderla. Sus edificios son de nueva planta y quienes los habitan y lo
que hay dentro de ellas, carecen de solera52.
53No sabemos
cuántas veces visitó Ibn al-Jaṭīb esta población, aunque
con toda seguridad detectamos su presencia aquí en 1359 con
unos 46 años, tras el golpe de estado que
destronó al sultán Muḥammad V. Que sepamos, el sabio llegó a reunirse con el depuesto sultán en Guadix
con la esperanza de exiliarse en el Magreb e hicieron juntos el camino de
Antequera a Marbella pasando por Coín.
54Existe
también cierta reseña genérica a Ḏakwān en la obra titulada Ḏikr Bilād
al-Andalus (Una descripción anónima de al-Andalus), escrita en árabe en
el siglo XIV usando textos del siglo XI, a cuya época debemos remontarnos.
Según los últimos estudios de F. N. Velázquez Basanta es probable que esta obra
anónima e inconclusa fuera escrita por el literato y poeta granadino Ibn Ŷuzayy
entre 1353-1356. Dice así el texto original:
Entre sus castillos y
ciudades (las de Rayya), se cuentan Marbella, Suhayl, Cártama, Comares,
Vélez-Málaga, Ḏakwān, Alhama,
Antequera y Estepa, todos ellos son castillos inaccesibles que producen grandes
cantidades de higos, aceitunas, almendras, uvas y granadas53.
55En
consonancia con las fuentes andalusíes que ponderan la vida agrícola, artesanal
y comercial del Coín nazarí, se percibe también en la trama urbana de los
siglos XV y XVI esa vitalidad mercantil que le dio fama “por el mundo, como
ondea a todo viento un estandarte”. La ciudad castellana que se superpone a la
nazarí, si bien altera el espacio urbano y sus ejes principales, preserva gran
parte de esas primitivas instalaciones comerciales y artesanales, muchas
apartadas del núcleo habitado, ocupando los espacios productivos inmediatos a
la ciudad, a la vez que incorpora y redistribuye nuevas infraestructuras por su
entramado, arrabales y periferia, contando con hospital, mancebía, escuela,
cárcel, carnicerías, herrerías, jabonerías, ventas y mesones.
7. Reinados del sultán nazarí Muḥammad V de Granada
56La fortaleza
de Coín será referente para el sultán Muḥammad V, por aquí estuvo de paso en su huida cuando fue destronado y aquí regresará años después para tomar su castillo, entre algunos otros, con la esperanza de
recuperar su reinado en al-Andalus. Tras el golpe de estado de Ismā‘il II, el
depuesto sultán Muḥammad V logró huir al
Magreb acompañado por un numeroso séquito, a pie y a caballo, junto a su gran visir Ibn al-Jaṭīb. Salieron desde Guadix el 4 de
noviembre de 1359/12 de dū l-hiŷŷa de
760, pasando por Loja, Antequera, Coín y Marbella, de donde embarcaron con
destino a Ceuta el 16 de noviembre de 1359/24 de dū l-hiŷŷa de
760, para llegar a Fez el 28 de noviembre del mismo año (6 de muḥarram de
761).
57Cuando tuvo
lugar el golpe de estado a finales de agosto de 1359, Ibn al-Jaṭīb fue encarcelado y sus bienes confiscado;
el sultán en cambio logró escapar del peligro y huyó con nocturnidad a Guadix,
con la única compañía de unos jóvenes esclavos de su servicio. Allí fue cercado
y sitiado por contingentes militares; aunque sus adeptos lograron contener los
ataques, no sin sacrificios. Ibn Marzūq, secretario del sultán meriní Abū
Salim, intercedió por Ibn al-Jaṭīb, que fue liberado y consiguió reunirse
con el sultán en Guadix. El viaje empezó el segundo día de la fiesta
de al-Naḥr del año mencionado, haciendo una parada
en Fahs al-Funt, después se trasladaron a Loja, a Antequera,
luego a Ḏakwān, a
Marbella, y en cada uno de estos pueblos reinaba un ambiente de nostalgia y
pesadumbre por este distanciamiento. Se embarcaron en la mañana del día 24 del mismo mes y llegaron a
Ceuta agradecidos por haber sobrevivido54.
58Con la
esperanza de recuperar su reinado, el destronado sultán pronto puso fin al
exilio y regreso a al-Andalus para enfrentarse a Muḥammad VI, que había
sustituido a Ismā‘il II en el trono de La Alhambra. Decidió para ello
establecerse en Ronda seguido de una imponente tropa con cientos de mercenarios
bien pertrechados y emprendió una serie de ataques contra el reino granadino
hacia el año 1362, con el fin de sumar adeptos y distritos a su causa.
Reseña el polígrafo Ibn al-Jaṭīb en el tomo III de su Nufāḍat cómo Muḥammad V tomó la fortaleza de El Burgo, que se encuentra entre Málaga y Ronda, para luego marchar sobre Casarabonela. Durante diez
días atacaría de manera incesante todo enclave que no estuviera sometido a su
autoridad.
59Y el sultán
se puso en marcha seguido de una muchedumbre, y la gente acudía [a ver pasar el
cortejo], y se sometieron las célebres fortalezas [de la Algarbía de Málaga]
como Ḏakwān, Cártama, Tolox, Mijas (y) al-M.nšāt. Tras la resistencia
de dos o tres días de asedio [por parte de quienes estaban] en las alcazabas,
apretó el cerco para conseguir que se rindieran55.
60Debieron ser
estas plazas de interés estratégico para recobrar su reinado tras el exilio.
Finalmente regresó a Granada el 16 de marzo de ese mismo año, fue reconocido
nuevamente sultán y reanudó sus relaciones diplomáticas consolidándose en el
trono.
61Será apenas
unos años después, hacia 1364, cuando el sultán granadino reciba a Idrīs b.‘Uṭmān b. Abī l-‘Ulá en su corte y le
nombre šayj al guzāt de Málaga, confiándole la defensa “de los
distritos occidentales, Ronda y Ḏakwān y sus términos de un modo exclusivo e
independiente, con amplio e ilimitado poder para conducir a todos ellos hacia
la guerra santa”.
62Ibn al-Jaṭīb en su Rayḥānat recoge
el decreto (zahīr) por el cual Idrīs b.‘Uṭmān b.
Abī l-‘Ulá es nombrado comandante de los voluntarios de la fe en Málaga y se le
confía la defensa de los distritos occidentales de Ronda y Coín.
le nombra comandante de los voluntarios
de la fe, combatientes de la guerra santa, y primer jefe para la defensa de la
religión en la ciudad de Málaga, hermana de la capital de su reino, segunda
perla preciosa de su collar […], confiándole el cuidado de los distritos
occidentales, Ronda y Ḏakwān y sus términos de un modo exclusivo e independiente, con amplio e
ilimitado poder para conducir a todos ellos hacia la guerra santa, obrando
según su gloria en toda situación […]56.
63Más
concretamente esta noticia, que fue traducida por M. Gaspar Remiro, alcanza
todo su significado al mencionar explícitamente a Coín como cabeza militar del
distrito occidental de Málaga, lo que venimos llamando al-Garbiyya. Pese a que
no conocemos la fecha exacta de su nombramiento, habrá que convenir que Idrīs
estuvo muy poco tiempo en el cargo, pues en 1364 fue liberado de las atarazanas
de Sevilla donde estuvo encarcelado, siendo por aquel entonces acogido por el
sultán Muḥammad V, quien le nombra šayj al guzāt de
Málaga y le confía la defensa de los distritos de Ronda y Coín. Sin embargo,
justo al año siguiente, Alī b. Badr al-Dīn accedió a la šiyāja de Málaga y
Granada y ésta es razón más que suficiente para pensar que Idrīs ya había
abandonado el cargo, marchando entonces a Ceuta y luego a Fez, donde murió
estrangulado a los pocos años57.
64Ese año de
767/1365-66 tuvieron lugar diversas campañas contra tierra de infieles
(cristianos) contando con la participación activa de Ḏakwān y los pueblos de su entorno. La
frontera de El Burgo, que cayó en manos
del enemigo por aquellos años, auguraba
el aislamiento de la ciudad de Ronda y fueron llamados al combate las gentes de
la Garbiyya malagueña y de Ronda, “y lo que está entre
ellas; y Dios facilitó su victoria después de un combate encarnizado, una
terrible batalla, una guerra santa memorable”58.
8. Amenazas y divisiones en tiempos del sultán Muḥammad IX el
Zurdo
65La frontera
retrocede ante el avance cristiano y la población andalusí se repliega y
concentra en las vegas de Río Grande y Guadalhorce. Sucesivas algaradas
tuvieron lugar por el Val de Cártama y el de Santa María aprovechando las
debilidades de la frontera y las disputas internas por el trono de La Alhambra.
Relata con pormenores la Crónica de don Juan II de Castilla que, entre los
meses de primavera a verano del año de 1433, reinando por tercera vez el sultán
Muḥammad IX el Zurdo, la guarnición de Ḏakwān, formada entonces por más de 500
caballeros de la milicia real, sale de su fortaleza matando a más de 200
cristianos ante los muros de la misma población.
66Todo se
inicia cuando el adelantado Gómez de Ribera decidió partir con sus huestes
desde Écija para talar nuevamente la vega malagueña. Sin encontrar resistencia
alguna asentó el real en un lugar que decían el Cerro de los Pendones, entre
Alhaurín y Cártama59. Acto seguido, los
herberos o segadores fueron a cortar hierba para el real, probablemente para
alimentar a los caballos, y a talar panes allá donde se encontraran. Se envió
para su protección a 200 caballeros capitaneados por el hidalgo zamorano Juan
de Portocarrero, junto a 300 peones, de los que iban al herbaje y a talar,
capitaneados estos por un caballero del adelantado llamado Gonzalo Tello.
67Y por cuanto
iban a Coín y Alhaurín, donde sabían que se había concentrado mucha gente a
caballo de Málaga y de otras partes, el adelantado ordenó que no se acercasen a
estos lugares, ni comenzasen escaramuzas y, si notaban la presencia de muchos
enemigos, que rápidamente dieran aviso y que él iría luego a socorrerlos con
todas las fuerzas del real. Sin embargo el caballero Juan de Portocarrero no
acató las órdenes del adelantado y se plantó con sus jinetes ante los muros de Ḏakwān, desde donde salieron más de 500 caballeros del sultán
embistiendo contra la caballería cristiana,
así hasta que volvieron la espalda y
huyeron a la fuga en desbandada con dirección al real. Los peones castellanos
se encontraban preparados detrás de los caballeros, en formación para la
batalla, pero fueron arrollados durante la estampida por su propia caballería60.
68La
guarnición de Ḏakwān continuó cabalgando para dar alcance a los cristianos. Nadie hubiera
quedado vivo de no ser porque, ya próximo al
real, el adelantado lo supo y salió a socorrer
a los suyos. No fue hasta entonces cuando la caballería nazarí tocó a retirada
y emprendió el regreso a Coín tras una gran victoria. Según relataba el
contador del Rey fallecieron más de 200 castellanos, entre ellos el capitán de
los peones Gonzalo Tello. Quedaron sobre el campo de batalla muchos cadáveres
de caballeros y “peones que iban a la guarda, e de los que talaban, e de los
herberos, e de los pajes asaz” y otros muchos quedaron cautivos.
69El
adelantado decidió levantar el real para regresar a Écija, pero, apenas unos
días después, entró nuevamente en tierra de Málaga para vengar la derrota y
taló panizos, viñas y huertas, sin que hubiera pelea o escaramuza alguna. Justo
al año siguiente, en 1434, el adelantado lo intentará de nuevo, pero encontró
la muerte junto a Álora.
70Según recoge
Ibn ‘Āsim en su Ŷunnat al-riḍā, pocos años
más tarde, Ḏakwān se
sublevará contra el sultán Muḥammad IX el Zurdo y apoyará a su sobrino el príncipe Yūsuf
como aspirante a ocupar el trono de La Alhambra61. Las diferencias
surgidas entre el sultán nazarí con su sobrino provocaran el distanciamiento
entre ambos y la marcha de Yūsuf a Almería. Desde allí, el príncipe continuará
cuestionando y desafiando al sultán granadino, atribuyéndose prerrogativas
ajenas de manera insolente. El Zurdo, al frente de su ejército, asediará la
capital almeriense, pero la fuerte resistencia del príncipe Yūsuf provoca que
el sultán levante el cerco y emprenda el regreso a la capital del reino. En el
trayecto de vuelta se encontró con la sublevación de Granada y Guadix; ante lo
cual se encaminó a Málaga, allí encontró refugió y supo de la traición de
algunos de sus partidarios, encajando la derrota de su ejército en la campiña
de B.l.g.š (Peligros) con gran pérdida de vidas humanas.
71Tan pronto
se prodigó esta noticia, la rebelión contra el sultán estalló en Vélez Málaga,
donde sus habitantes desplazaron de la alcazaba a su alcaide Aḥmad b. Quṭba y “proclamaron al que estaba en la
capital”, osea a Yūsuf b. Aḥmad62. Las sublevaciones
se extendieron a Ḏakwān y
alrededores, incluso a Ronda y, “sin ninguna
causa clara”, a la propia ciudad de Málaga.
72Lejos de
quedar sofocadas estas revueltas, el Zurdo decidió huir hacia Álora, siendo
recibido de muy buen grado, y desde allí al castillo de Casarabonela, donde
buscó cobijo y finalmente abdicó a favor de su sobrino Yūsuf b. Aḥmad, que fue
proclamado en Granada como Yūsuf V63. La determinación
cronológica de estos acontecimientos es complicada, aunque se estima que se
desarrollaron hacia el año 849/1445-1446.
73El Zurdo
retornaría al poder a los pocos años, por cuarta y última vez, dispuesto a
mantenerse en el trono con mayor astucia que destreza y buen conocimiento de
sus dominios. Siendo así que, tiempo después, cuando Málaga fue tomada por el
proclamado Ismā‘il III, sabemos que el sultán nazarí no toleró tal desafío y quiso
recuperarla, tomando sus huestes los puertos y caminos del flanco occidental,
los pasos por Coín y Álora, antes de dirigirse contra Málaga, cortando así la
ayuda exterior del adelantado de Castilla entre los meses de mayo y junio de
145064.
9. El poeta y jurista Aḥmad al-Daqqūn
74Del siglo XV
conocemos un célebre intelectual y literato granadino, cuya familia fijó su
residencia en la población de Coín. Su nombre completo era Abū-l-‘Abbàs Aḥmad
ibn Muḥammad ibn Mūsà ibn Yūsuf al-Sinhāŷī al-Daqqūn. Nació en Granada después de la primera mitad del silgo XV y pertenecía a una familia
beréber que llegó a la península y se estableció en Ḏakwān. No obstante pasó su juventud en la capital del reino y se distinguió como uno de los discípulos
predilectos de al-Mawwāq, por cuyo método aprendió a recitar el Corán65.
75El miedo y
la inseguridad ante la inminente caída del reino granadino le obligó a huir de
la península. Desde Málaga, en donde a la sazón habitaba con su familia, se
trasladó al Magreb y estableció su residencia en Fez. En esta ciudad completó
sus estudios concurriendo a la cátedra de al-Sagīr, el cual le enseñó las siete
lecturas del libro sagrado. Más tarde, muerto al-Sagīr, continuó su formación
científica bajo la dirección de al-Gāzī.
76Las fuentes
históricas lo tratan como hombre jovial, de alegre carácter y amable trato66. Muy aficionado a la
chanza, fueron sus chistes y bromas celebradísimos en Granada. Sus
contemporáneos lo consideraron un eminente jurista y ‘un delicado poeta’67, y en su patria
adoptiva lo colmaron de honores y distinciones. Orador elocuente y sabio
teólogo, consiguió encumbrarse fácilmente en la capital mariní y pronto logró
fama y fortuna, llegando a ser una de las personalidades más conspicuas de
dicha ciudad, en la que alcanzó el cargo de predicador de la mezquita
al-Qarawiyyīn. Falleció Aḥmad al-Daqqūn en la
ciudad de Fez el 1 de ša‘bān de 921
(10 de septiembre de 1515).
10. En la frontera de Granada
77Decisiva
derrota tuvo lugar en la renombrada Batalla de Lopera, en la que fueron
apresados los alcaides de Málaga, Álora, Coín y El Burgo y muerto el de Vélez,
además de “un caballero que se llamaba el Gebiz, e otros cabeceras e moros de
los principales”68. El enemigo castellano
ganó en esta incursión hasta 15 banderas, dejando desprotegida y atemorizada a
toda la población fronteriza. Cuenta la crónica que el enfrentamiento tuvo
lugar el miércoles 17 de septiembre de 1483, en la fuente de la Higuera, cerca
de Lopera, allí murieron “600 moros en trecho de una legua”69.
78Los ataques
contra la frontera granadina prosiguieron al año siguiente; en abril de 1484 el
ejército castellano protagonizará la última correría por tierras de Ḏakwān. Se iniciará con la tala del circuito de Álora, aunque “la hueste pasó
adelante, e talaron todos los panes e olivares e viñas e huertas e higuerales,
e todos los otros árboles que hallaron en los valles e tierras de Cohin, e del
Sabinal, e de Casarabonela, e de Almexia (Almogía), e de Cártama, en lo cual
estuvieron diez días”. Siguiendo en detalle el relato de estos hechos, la
crónica añade que pusieron real sobre la villa de Coín y talaron “todo lo que
fallaron en circuito della, hasta que llegaron al término de Altazayna
(Alozaina), e de Gutero (Guaro), e talaron ansimesmo a Alhaurín, e destruyeron
toda aquella tierra e sus comarcas”70. Este episodio en
cuestión se ha venido en llamar la ‘Gran Tala’, y fue emprendida por mandato
del Rey con la intervención directa de unos quince mil peones cristianos, que
penetraron por Álora y el val de Cártama “hasta la mar”. Se prolongó durante
más de quince días con muchas escaramuzas, especialmente “una que ovo Bernal
Francés, capitán del Rey, en que murieron ochenta moros, los más de ellos de la
de Coín, e ellos no mataron más de veinte caballos de los escuderos del dicho
capitán”71.
79Después de
la rendición de Álora en junio de 1484, los moradores de Coín y Casarabonela
fingieron negociar con el Rey con la esperanza de permanecer en sus viviendas y
poseer libremente sus bienes como vasallos ; no obstante, aprovecharon el
tiempo de estas negociaciones para reforzar ambas guarniciones72.
11. Caída final
80Bien sabían
que, antes de tomar Málaga, era necesario atacar primero los castillos de
Casarabonela, Cártama y Coín; porque de lo contrario “los moros harían daño en
la gente que fuese a los herbajes y en los que trajesen mantenimientos”. Se
infiere de la crónica de Valera que la conquista de Ḏakwān tuvo lugar el miércoles 27 de abril de 1485 y entre los muros de la villa se cifra
había unas 3.000 personas, “que hicieron muchos heridos y dieron muerte a unos 30 hidalgos de
la casa del Rey”73. En honor a la
verdad, ningún cronista pronuncia el día exacto de la rendición de Coín, ni tan
siquiera Valera deja constancia expresa74. Únicamente aparece
reflejado fielmente en la ‘Consolatoria de Castilla’ escrita por Juan Barba
(1429-1489)75.
81Sobre la
toma de esta población se ha hablado mucho y mal, a veces tanto que se ha desvirtuado
el relato histórico, usando fuentes muy tardías y lamentablemente tan sólo las
crónicas de los vencedores. A ello deberíamos añadir la penosa visión del ‘moro
infiel y miserable’ legada por los arabistas del XIX y muy perfeccionada
durante la pasada dictadura. Dejamos bien claro que preferimos dedicar nuestra
atención a los textos árabes y al testimonio de los vencidos, en la medida que
son desconocidos, sin extendernos en remedar las agotadas crónicas de la
conquista. Acudiremos por vez primera al texto anónimo de la Nubḍat al-‘asr y lo completaremos con la
valiosa narración que aparece en la obra Nafh al-tīb de
al-Maqqarī, además de realizar una breve alusión al romance anónimo que relata
el asalto a Coín, su resistencia y la previa victoria que hubo sobre el enemigo
cristiano, sorprendentemente ocultada en versiones posteriores del mismo
romance.
82Se nos dice
en la Nubḍat al-‘asr que,
en rabī‘ II del año 890/1485, “salieron los cristianos con sus huestes en
dirección a la parte occidental de al-Andalus ; y habiendo tomado como
objetivo los castillos de Cártama y Ḏakwān, diéronles gran embestida hasta que
lograron apoderarse de ambos. En el año antes
mencionado cayeron también en poder de los cristianos los
castillos de Haznalmara y de Xitinin”76.
83Al-Maqqarī
en su Nafh al-tīb usa el texto de la Nubḍat al-‘asr y añade datos de
extraordinario interés sobre la toma de Ḏakwān, relatando cómo entraron
y murieron 1.000 cristianos enlorigados antes de que cayera esta población en manos castellanas. Las murallas de Ḏakwān fueron demolidas, pero en su
interior se había refugiado gente de Ronda y de la Algarbía, la suficiente como
para vencer al enemigo cristiano antes de capitular. Se nos dice que “en el mes
de rabī‘ II del año 890 (abril-mayo de 1485) salió el enemigo con refuerzos
hacia la región de Málaga, después de que en el año anterior se hubiera
apoderado de algunos castillos, al igual que en esta ocasión sojuzgaría otros tantos,
y habiéndose encaminado a Coín demolió sus murallas. No obstante haber allí un
contingente de los de la Garbía y de Ronda, entraron en Coín al asalto mil
hombre enlorigados, pero Dios Altísimo concedió la victoria sobre ellos a los
coineños que los mataron a todos. Pese a ello, pidieron el amán tanto los de
Coín, como lo que allí les cogió de Ronda y de la Garbía, y se marcharon”77.
84Esta batalla
es precisamente la misma que las crónicas castellanas, de manera efímera e
imperceptible, relatan la muerte de 30 hidalgos de la casa del Rey, entre los
que se hallaron don Tello de Aguilar y don Pedro Ruiz de Alarcón. Un romance
anónimo, inserto en el ‘Libro de los Cuarenta Cantos’, incide en esta insólita
victoria de los granadinos, hasta el extremo que, debido a ella, “se detuviese
Coín gran tiempo sin ser tomado”. Lo que tampoco es cierto.
85Meses más
tarde, tomada la población, los reyes fueron informados que ciertos vecinos de
la ciudad de Sevilla y su tierra, que se encontraban ahora en dicha ciudad,
“fueron en robar y robaron a ciertos moros de la villa de Coín al tiempo que
yo, el Rey, tomé la dicha villa y los dichos moros se iban, estando como
estaban por mí asegurados, les tomaron ciertos niños e niñas e mucho dinero e
(oro) e plata e joyas e cosas”78. No quedaría en
entredicho la palabra del monarca, siendo así que, a 19 días de noviembre de
1485, los reyes ordenaron al comendador Gamarra y Cristóbal de Vitoria que
fueran a Sevilla y su tierra e hicieren pesquisas e inquisición “para entregar
todo a los dichos moros a quien lo tomaron”.
86Durante el
sitio de Málaga, Alí Dordux solicitó el estatuto de mudéjar para la población
malagueña y su establecimiento en Coín, pero sólo le fue concedida a él y a su
clientela la primera de las condiciones, siendo la villa finalmente repoblada
por cristianos viejos. Resulta significativo que la carta real para poblar Coín
tenga fecha de finales de marzo de 1488, coincidiendo con el final del plazo
que los malagueños tuvieron para pagar su rescate y librarse de la cautividad.
Si lo hubieran conseguido, casi con toda seguridad, esta villa hubiera sido
repoblada por mudéjares, según indica el profesor Ladero Quesada.
87Culminado el
asalto, los Reyes Católicos concedieron a esta villa el fuero de Sevilla,
siendo éste observado y respetado por el primer corregidor de Málaga Garci
Fernández Manrique. Los habitantes fueron despojados de sus tierras y
heredades, y éstas repartidas entre cristianos viejos. El último alcaide,
llamado en los textos cristianos “Ali Jali”, salió de su fortaleza y encontró
refugio en el lugar de Guaro79, junto a otros
muchos vecinos de Coín, allí continuaron cultivando la vega de Río Grande como
mudéjares súbditos de Castilla. Otros muchos coineños corrieron peor suerte,
cuando no la muerte será el cautiverio, tal es el caso de “Malfat de Deus”,
presa y cautiva durante la guerra, luego esclava de la mujer de Diego Hurtado
de Mendoza y finalmente rescatada en 1498 por seis moros de la morería de
Zaragoza80.
88Aunque quien
mejor ilustra las desgracias de la conquista es el cronista Alonso de Palencia
(1423-1492), cuando reseña que “en la villa no quedó nada que no se repartieran
las tropas, y, arrasadas la mayor parte de las casas, perdió Coín aquel aspecto
de belleza que le distinguía entre las otras poblaciones del territorio de
Málaga”81.
Conclusiones
89La finalidad
última de este trabajo debería explicar el desarrollo urbano vivido en Coín en
los últimos siglos de al-Andalus. En otras palabras, cómo una comunidad rural de
base agraria pudo evolucionar hasta configurarse en centro urbano durante el
periodo nazarí. La respuesta a este fenómeno histórico, generalizado en nuestro
contexto geográfico y temporal, creemos, se inserta en el marco teórico que
vienen elaborando destacados autores como Pierre Guichard, Pedro Chalmeta,
Miquel Barceló y Manuel Acién82, entre otros
investigadores de reconocido prestigio como Felipe Maíllo, Eduardo Manzano y
Antonio Malpica83. Son ellos quienes
han ido perfilando los rasgos distintivos de la sociedad andalusí, bastante
diferentes sin duda de los que presentan las sociedades feudales coetáneas del
norte peninsular y el occidente europeo.
90Especial
relevancia adquiere el esquema de sociedad tributaria propuesto por Samir Amin,
el cual ha proporcionado un marco interpretativo adecuado y aceptado
prácticamente por la generalidad de autores para describir y entender la
formación andalusí84, aunque algunos
mantengan reservas en cuanto a su validez. En esta línea de argumentación, como
respuesta inmediata a la cuestión planteada, todo hace indicar que el sistema
tributario-mercantil impulsó la creación de ciudades y su expansión85.
91En nuestro
ámbito geográfico el poblamiento rural es sin duda de origen andalusí en su
gran mayoría, muy diferente al que se constata en las comarcas del Guadalteba y
Antequera. Los antiguos centros romanos, situados en los grandes ejes fluviales,
fueron poco significativos y no pervivieron mucho más allá, sin que tengamos
constancia de reocupación o continuidad poblacional, con la salvedad dicha de
Álora, Cártama, Manguarra y cerro del Aljibe. El complejo ḥiṣn-qarya se
generalizó en al-Andalus86, tal vez con
salvedades en ciertas regiones, como Mallorca, donde Helena Kirchner distingue
redes de alquerías sin ḥuṣūn87. En términos
generales parece que cada ḥiṣn contaba aproximadamente entre
siete y diez alquerías dependientes en su distrito88, no obstante esta
afirmación está todavía por constatar en la zona por falta de actuaciones
arqueológicas. La forma que adopta Coín en su génesis parece responder a la de
un ḥiṣn fortificado
provisto de albacar, al que se le adosa un núcleo poblacional de escasa
entidad. En su evolución incorpora recinto amurallado, comprendiendo un
perímetro de 4.300 m² aproximadamente, que pronto quedará desbordado en época
bajomedieval por falta de espacio edificable intramuros89. El incremento
demográfico de esta etapa tendrá reflejo en todas las alquerías de su alfoz,
muchas vinculadas a Río Grande, así como también en la ampliación del espacio
urbano extramuros y la necesidad de nuevas tierras cultivables adyacentes al
núcleo poblacional, lo cual se distingue nítidamente en el pago de Huertas
Nuevas y en el arrabal residencial de San Sebastián90.
92El
crecimiento demográfico es incuestionable en el sur andalusí desde el siglo XII
hasta prácticamente su conquista, pero evidentemente debieron incidir otros
factores en la formación y evolución de los centros urbanos. Bien conocido es
que el Estado suele impulsar la creación de ciudades de nueva planta o el
desarrollo de las mismas, a veces para legitimarse ; otras por necesidades
militares, administrativas o socioeconómicas. En palabras de Felipe Maíllo,
“con los conocimientos que hoy poseemos, al-Andalus podría describirse como una
formación social tributaria en la que las ciudades primarían sobre el campo”.
No sin razón, los centros urbanos son imprescindibles para fiscalizar la
recaudación tributaria ; se convierten además “en centros receptores de
renta y desarrollan también la función de mercados”91.
93Sin embargo
nadie pone en duda hoy que los ingresos del fisco andalusí provenían
fundamentalmente de la agricultura, sin despreciar por ello los procedentes del
comercio exterior. En este punto, destacaba Pedro Chalmeta que “al-Andalus (en
época califal) era una sociedad precapitalista definible como formación social
tributaria centralizada, predominantemente agrícola”, donde el Estado
“perceptor de los impuestos es la entidad superior que organiza, controla y
reparte la distribución interior del surplus de la
producción”92.
94La necesidad
de hacer frente al pago de los impuestos obligaba a los campesinos a entrar en
el circuito mercantil y, de ese modo, crear excedente que vender a cambio de
moneda, tal pone de relieve Antonio Malpica en diversos trabajos93. Siguiendo a este
investigador, se hace evidente que esta exigencia contribuyó a desarrollar
mercados urbanos y que “la formación de los mercados campesinos son una
condición previa a la formación de las ciudades, de donde se deduce que el
mundo rural estaba convenientemente jerarquizado y existía un excedente
apropiable, aunque no de manera directa”94. Desde esta
perspectiva es posible explicar cómo muchas “poblaciones pasan de núcleos
campesinos a estructuras casi urbanas”95.
95En
al-Andalus la alquería constituyó la unidad básica de los ingresos fiscales del
Estado96 ; y la ciudad
“sólo fue posible contando con una estabilización de los órdenes campesinos
locales, mercados rurales incluidos”97. En el caso de Coín
tenemos claro que el policultivo de frutales fundamentaba su riqueza, al menos
en época nazarí, pues según Ibn al-Jaṭīb “la excelencia de sus frutas está por cima de toda ponderación (…). Es como una amplísima mesa
llena de exquisitos manjares”98. Destaca, además de
la calidad de sus frutas, el rendimiento de sus molinos y la espesura de sus
árboles, para seguidamente concluir que “la fama de esta ciudad se pregona por
el mundo, como ondea a todo viento un estandarte”99. Se infiere de ello
que sus productos hortofrutícolas pudieron destinarse a satisfacer la demanda
exterior, como bienes de exportación, incluyéndose aquí con toda seguridad
aquellas frutas que se desecaban para consumo posterior. Importante fuente de
ingresos debió ser la actividad industrial y artesanal basada principalmente en
sus muchos molinos de aceite y pan, de los que también habla Ibn al-Jaṭīb en el siglo XIV y los
repartimientos castellanos del siglo XV, en gran medida vinculados a los
excedentes de cereal de La Jara, y de aceitunas en el curso medio de Río Grande.
96El tamaño
que alcanzaron sus espacios irrigados y la capacidad de acaparar los productos
de su alfoz, ante la inexistencia de otras ciudades próximas, abre la
posibilidad de desarrollar mercados de carácter urbano, que, además de colmar
la escasez de aquellas comarcas deficitarias de su entorno, pudieron tener
buena acogida en otros mercados de largo alcance, aquellos que precisamente le
dieron “fama a esta ciudad”.
97De las
fuentes disponibles, como corolario, se deduce que Coín y Casarabonela fueron
los dos grandes centros de abastecimiento y comercio de productos alimenticios
en nuestro ámbito geográfico ; donde se transforman materias primas y se
ponen en circulación manufacturas, donde el fisco nazarí debió obtener sus
mayores beneficios y donde se pudieron desarrollar mercados semiurbanos ;
aunque por otras razones se haya insistido, en más de una ocasión, que
“la madina Alura (Álora) pasó a ser
cabecera del valle del Guadalhorce, junto a Cártama, a fines del siglo XIV”100.
Notas
1 En esta línea
consúltese MALPICA CUELLO, Antonio – “Arqueología de los paisajes medievales
granadinos : medio físico y territorio en la costa de Granada”. in Arqueología
y Territorio Medieval 2 (1995), pp. 25-62. BARCELÓ, Miquel
– “La arqueología extensiva y el estudio de la creación del espacio rural”. in
BARCELÓ, Miquel et alii (eds.) – Arqueología medieval. En las
afueras del “medievalismo”. Barcelona, 1988,
pp. 195-274.
2 Únicamente ha
visto la luz el trabajo previo de MARTÍNEZ ENAMORADO, Virgilio – “La Algarabía
como realidad geohistórica en el periodo de formación de al-Ándalus. Una
aproximación al estudio de su poblamiento rural”. in MARTÍN RUIZ, Juan António
(ed.) - Arqueología y Patrimonio en la Algarabía malagueña. Málaga,
2003, pp. 57-94 ; MARMOLEJO CANTOS, Francisco – Históricas
y arqueológicas del Medievo en Coín. Málaga, 2009 ; idem
– La Edad Media en Coín y su alfoz. Málaga,
2014.
3 ANÓNIMO – Ḏikr Bilād al-Andalus (Una
descripción anónima de al Andalus). Edic. y trad. de Luis MOLINA. Madrid, 1983,
p. 68 y pp. trad. 73 y 74.
4 Sobre la
identificación de Río Grande con el Guadalquivir malagueño véase GOZALBES
CRAVIOTO, Carlos – La fuente y el puente del Rey, Málaga,
1995.
5 Desde hace años
venimos insistiendo en esta hipótesis, pese a que todos los autores modernos,
con pocas salvedades, contradicen nuestra propuesta al situar erróneamente el
castillo de Mawrūr en el cortijo de Morón de
Coín. No obstante, desde la primera mitad del siglo XX, figura don Juan Morón
Agüera como titular de dicho cortijo, con algo más de 15 Ha. Véase MARMOLEJO
CANTOS, Francisco – Históricas y arqueológicas del Medievo en Coín. Málaga,
2009 ; Archivo Histórico Provincial de Málaga (AHPM), Instituto Geográfico
y Catastral, catastro histórico de Coín, 1941, polígono 3.
6 Ibidem.
7 ARĪB IBN SA‘ĪD
– Mujtasar ta’rīj al-Tabarī. in La crónica
de Arib sobre al-andalus. Ed. y trad. Juan CASTILLA BRAZALES.
Granada, 1992, p. 165. IBN ‘IḎHĀRĪ AL-MARRĀKUŠĪ – al-bayān al-mugrib
fī ajbār al-Andalus wa-l-Magrib. Ed. .G. S. COLIN y Évariste
LÉVI-PROVENÇAL. vol. II. Paris, 1930, p. 180 y trad. de Fagnan,
p. 299.
8 IBN AL-JAṬĪB – Rayḥānat
al-kuttāb wa-naŷ‘at al-muntāb. Trad. en GASPAR REMIRO, Mariano –
“Correspondencia diplomática entre Granada y Fez (siglo XIV). Extractos de la
‘Reihanat alcuttab’ de Lisaneddin Albenajatib El-Andalosi”. in Revista del
Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino (1916),
p. 411.
9 IBN AL-JAṬĪB – Mi‘yār
al-ijtiyār fī dirk al-ma‘āhid wa-l-diyār, en Mušāhadāt Lisān al-Dīn b. al- Jaṭīb fī bilād al-Magrid wa-l-Andalus (Maymū‘a min rasā’ila-hu). Ed.
Aḥmad Mujtār al-‘Abbādī, Alejandría, 1983, p. 67, trad. Mohammed Kamal
Chabana, Marruecos, 1977, p. 138.
10 Archivo
Municipal de Málaga (AMM), Libro de Repartimiento (LR), nº IV, fols. 114v y
165.
11 AMM, LR nº IV,
fol. 39v. Véase también del mismo archivo LR nº V, fol. 372v.
12 Archivo
Histórico Provincial de Granada (AHPG), Libro de Poblaciones (LP), nº 6716.
13 GONZÁLEZ
MARTÍN, Juan – “Aproximación a la investigación arqueológica de los yacimientos
medievales del término municipal de Coín”. in Guadalhórcete,
al Sur de al-Andalus. Málaga, 2007, pp. 179-191. Otras
rábitas rurales cercanas, de las cuales daremos cuenta, hemos localizado en
Tolox y Yunquera, además de un ribāṭ en altura en TM de Ojén, controlando la
frontera marítima.
14 Archivo General
de Simancas (AGS), Registro General del Sello, Leg.149105, 113. Dicho esto,
hemos constatado que todas las alquerías nazaríes situadas en la margen derecha
de Río Grande cruzan la orilla opuesta del río, tal es el caso de Guaro,
Padules, Casapalma e incluso Coín en algunos sectores.
15 IBN AL-JAṬĪB – Mi‘yār
al-ijtiyār… op. cit., p. 67, trad. p. 138.
16 MALPICA CUELLO,
Antonio – “La expansión de la ciudad de Granada en época almohade. Ensayo de
reconstrucción de su configuración”. in Miscelánea
Medieval Murciana. vol. XXV-XXVI (2001-2002), pp. 67-116.
17 MALPICA CUELLO,
Antonio – Poblamientos y castillos en Granada. Madrid,
1996 ; idem – Análisis de los paisajes históricos : de
al-Andalus a la sociedad castellana. Salobreña, 2009.
18 IBN AL-JAṬĪB – Mi‘yār
al-ijtiyār… op. cit., p. 67, trad. p. 138.
19 AL-MAQQARĪ
– Nafh al-tīb min gusn al-Andalus al-ratīb. Ed. I.
‘Abbās. Beirut, 1968, vol. IV, p. 515. Véase traducción in VELÁZQUEZ
BASANTA, Fernando – “La relación histórica sobre las postrimerías del Reino de
Granada, según Aḥmad al-Maqqarī (siglo
XVII)”. in DEL MORAL, Celia (ed.) - En el epílogo del Islam andalusí. La Granada del
siglo XV. Granada, 2002, pp. 514 y 515.
20 BARCELÓ CRESPÍ,
María – “Noticias sobre Málaga del notario mallorquín Pere Llitra”. in Actas del
VI Coloquio Internacional de Historia Medieval de Andalucía. Málaga,
1991, p. 654.
21 IBN ḤAYYĀN – Al-Muqtabis
fī ta’rīj riŷāl al-Andalus. vol. III, París 1937,
p. 121, trad. en GURAIEB, José. E. – “‘Al-Muqtabis’ de Ibn Ḥayyān”. in Cuadernos
de Historia de España. 27-28 (1958), p. 171.
22 VALLVÉ BERMEJO,
Joaquín – “Omar Ben Hafsún, rey de Marmuyas (Comares)”. in Boletín de
la Real Academia de la Historia. T. 201, cuaderno 2 (2004),
pp. 244-246.
23 CHALMETA
GENDRÓN, Pedro – “España Musulmana”. in ÁLVAREZ PALENZUELA, Vicente Ángel
(coord.) – Historia General de España y América. vol. III.
Madrid, 1988, p. 531.
24 RÍU I RÍU,
Manuel – “Cuevas-eremitorios y centros cenobíticos rupestres en Andalucía
Oriental”. in Actas del VIII Congreso Internacional de Arqueología Cristiana. Barcelona,
1972, pp. 439 y ss.
25 ARĪB IBN SA‘ĪD
– Mujtasar ta’rīj al-Tabarī. in La crónica
de Arib sobre al-andalus. Ed. y trad. Juan CASTILLA BRAZALES.
Granada, 1992, p. 165.
26 Añade el
profesor Vallvé que el emir ‘Abd al-Raḥmān III envió a Yaḥyà ibn Isḥāq, señor de Qaštro Ḏakwān, en el año 308 (23 de mayo de 920 – 11 de mayo
de 921) y a Yaḥyà b. Zakariyyā b. Anatuluh, señor de Casarabonela, en el año
310, para sondear la lealtad de uno de los hijos de Ibn Ḥafsūn. Una Crónica
Anónima. pp. 62/132 ; al-Muqtabas V,
pp. 154-155 y nota 3 de esta última página, pp. trad.
124-125 ; al-Bayān. II, pp. 174-175. Véase VALLVÉ
BERMEJO, Joaquín – “Omar Ben Hafsún, rey de Marmuyas (Comares)”. in Boletín de
la Real Academia de la Historia. T. 201, cuaderno 2 (2004),
pp. 250, 254 y 255.
27 IBN ḤAYYĀN – Al-Muqtabas
V. Ed. P. CHALMETA, F. CORRIENTE y M. SUBH. Madrid, 1979,
p. 111, trad. VIGUERA, Mª J. y CORRIENTE, F. – Crónica del
califa ‘Abdarrahman III An-Nasir entre los años 912 y 942. Zaragoza,
1981, p. trad. 134.
28 ANÓNIMO – Crónica
Anónima de ‘Abd al-Raḥmān III al-Nāsir. Ed. y trad. de E.
LÉVI-PROVENÇAL y E. GARCÍA GÓMEZ. Madrid-Granada, 1950, § 38, p. 65 y p.
trad. 135.
29 No quisiera
dejar en el aire la evolución del topónimo hasta acabar convertido
definitivamente en Coín. La mayor transformación se explica por la inflexión
del sonido /ā/ hacia /i/, así Ḏakwān sería pronunciado Ḏakwīn, evolucionando finalmente a kwīn para
acabar en la forma actual Coín.
30 FELIPE, Helena
de – Identidad y onomástica de los beréberes de al-Andalus. Madrid,
1997, pp. 108-114.
31 IBN ‘IḎHĀRĪ AL-MARRĀKUŠĪ – al-bayān
al-mugrib fī ajbār al-Andalus wa-l-Magrib. vol. II, ed. COLIN
y LÉVI-PROVENÇAL, p. 180 y trad. de FAGNAN, p. 299. Dice así :
“El-Mondát, qui est [...] de Córdove (sic. por Cártama) et appatient au canton
de Málaga, fut conquise. Il construisit le chàteau-fort de Castro Dhakwàn et y
installa une garnison et les approvisionnements nécessaires”.
32 IBN ‘ASKAR-IBN
JAMĪS – al-Ikmāl wa-l-i‘lām fī silat al-i‘lām bī-maḥāsin al-a‘lām min ahl Mālaqa al-Kirām. Manuscrito de la Biblioteca
General de Rabat, nº 26 ; ed. SALĀH YARRĀR, Kitāb
Udabā’ Mālaqa matla‘al-anwār wa-nuzhat al-basā’in wa-l-absār fī-mā iḥtawt‘ alay-hi Mālaqa min
al-ā‘ lām al-rū’sā’ wa-l-ajyār wa-taqiyyid mālaham min al-munāqib wa-l-ātār. Ammán, 1998, p. 353, nº
165.
33 CALERO SECALL, María
Isabel – “Málaga almohade : Políticos y ulemas”. in ÁVILA, Mª Luisa y
FIERRO, Maribel (eds.) – Biografías Almohades II,
Estudios Onomásticos de al-Andalus. Madrid, 2000, pp. 285-314.
34 IBN ´ABD
AL-MALIK – Dayl. IV, op. cit.,
p. 238.
35 LIROLA DELGADO,
Jorge – “Ibn al-Fajjār al-Mālaqī”. in Biblioteca
de al-Andalus, de Ibn al-Dabbāg a Ibn Kurz. Almería, 2004,
pp. 91-93.
36 VELAZQUEZ
BASANTA, Fernando Nicolás – “Abū ‘Alῑ al-Ḥasan Ibn Kisrà. Vate popular malagueño de época almohade”.
in Al-Qantara. vol. 20 (1999), pp. 201-214.
37 CASIRI, Miguel
– Biblioteca Arábico-Hispánica escurialensis. vol. II,
Madrid, 1760-1770, p. 126.
38 GÓMEZ MORENO,
Manuel – “La desinencia “it” a propósito de Madrid”. in Revista de
la biblioteca, archivo y museo [de Madrid]. vol. 15 (1946),
pp. 7 y 8.
39 YĀQŪT AL-ḤAMAWĪ – Mu‘ŷām
al-buldān. vol. I. Leipzig, 1866-1873, p. 208, trad. en Gamal
‘Abd al-Karīm – “La España musulmana en la obra de Yāqūt (s. XII-XIII).
Repertorio enciclopédico de ciudades, castillos y lugares de al-Andalus
extraído del Mu‘ŷām al-buldān (Diccionario de los países)”. in Cuadernos
de Historia del Islam. vol. 6 (1974), 65, nº 11.
40 PEÑA MARTÍN,
Salvador – “Ibn al-Tarawa, Abū l-Ḥusayn”. in Biblioteca de al-Andalus. Vol 5.
Almería, 2004, nº 1.253, pp. 485-488. Véase algunos versos de Ibn
al-Tarawa traducidos al inglés en IBN KHALLIKAN – Ibn
khallikan’s biographical dictionary. vol. II. Paris,
1843, p. 566.
41 IBN ABĪ ZAR‘
– Rawd al-qirtās. Rabat, 1973, p. 338,
trad. de HUICI MIRANDA, Ambrosio –Textos medievales. 13,
vol. 2, Valencia, 1964, p. trad. 637.
42 MANZANO
RODRÍGUEZ, Miguel Ángel – La intervención de los
benimerines en la Península Ibérica. Madrid, 1992, pp. 73, 102
y 358-361.
43 IBN ABĪ ZAR‘
– Rawd al-qirtās. Rabat 1973, p. 373, trad.
de HUICI MIRANDA, Ambrosio –Textos medievales. 13,
vol. 2. Valencia, 1964, p. trad. 683.
44 IBN JALDŪN
– ‘Ibar VII : Kitāb al-‘Ibar, Bulāq. vol. VII,
ed. 1867, p. 278, trad. parcial francesa en McGUCKIN de SLANE – Histoire
des Berbères et des dynasties musulmanes de l'Afrique septentrionale. vol. IV.
Alger, 1856, p. 119. Dice así la traducción francesa : “Aprés les
cérémonies du ramaḍān, Abū Yūsuf pourvut a la sureté de ses places frontieres en y etablissant des garnisons. Toutes
ces tropees étaient plaçées sous les ordres de l´émir Abū Zayyān Mindīl qui,
d´aprés la recommandation de son père, le sultan, fixa son séjour dans Zekouan,
près de Málaga, mais avec la défense formelle de toucher en aucune façon aux
possessions d´Ibn-el-Ahmer”.
45 AL-WANŠARĪSĪ
– Al-Mi‘yār al-mu‘rib wa-l-ŷāmi‘ al-Mugrib ‘an fatāwà ahl Ifrīqiya
wa-l-Andalus wa-l-Magrib. vol. III. ed. M. Ḥaŷŷī. Rabat, 1981, p. 176.
46 CALERO SECALL,
Mª Isabel – “Sedes judiciales malagueñas en época nazarí”. in Baética. 7
(1984), pp. 355-365.
47 MARTÍNEZ
ENAMORADO, Virgilio – “El Medievo. Entre dos sistemas : islamización y
castellanización”. in GARCÍA ALFONSO, E. et alii (eds)
- El bajo Guadalteba (Málaga) : espacio y poblamiento. Una
aproximación arqueológica a Teba y su entorno. Málaga,
1995, pp. 285-287 y 290-292.
48 ACIÉN ALMANSA,
Manuel – Ronda y su serranía en tiempos de los Reyes Católicos. Tomo
I. Málaga, 1979, p. 127.
49 ÁVILA, María
Luisa – “Los Banū Manzūr al-Qaysī”. in MARÍN, Manuela y ZANÓN, Jesús (Eds.) –Estudios
Onomásticos-biográficos de al-Andalus (familias andalusíes), nº V.
Madrid : 1992, pp. 23-37 ; PENELAS, Mayte – “Ibn Manzūr,
Abū Bakr”. in LIROLA DELGADO, Jorge (dir) – Biblioteca
de al-Ándalus. vol. 4 - de Ibn al-Labbāna a Ibn
al-Ruyūlī”. Almería, 2006, pp. 107-110 ; CALERO SECALL, Mª Isabel
– “Dinastías’ de cadíes en la Málaga Nazarí”. in JÁBEGA. nº 55
(1987), pp. 3-14.
50 Ibidem.
51 IBN BAṬṬŪṬA – Tufhat al-nuzzār fī garā’ib al-amsār wa-‘ayā’ib al-asfār. tomo
IV, París, 1854, pp. 373-374, trad. en FANJUL, S. y ARBÓS, F. – A través
del Islam. Madrid, 1981, p. 765.
52 IBN AL-JAṬĪB – Mi‘yār
al-ijtiyār fī dirk al-ma‘āhid wa-l-diyār, en Mušāhadāt Lisān al-Dīn b. al- Jaṭīb fī bilād al-Magrid wa-l-Andalus (Maymū‘a min
rasā’ila-hu). Ed. Aḥmad Mujtār al-‘Abbādī. Alejandría, 1983, p. 67, trad. Mohammed Kamal
Chabana, Marruecos, 1977, p. 138. MARMOLEJO CANTOS, Francisco – Históricas
y arqueológicas del Medievo en Coín. Málaga, 2009.
53 ANÓNIMO – Ḏikr Bilād al-Andalus. (Una descripción
anónima de al Andalus). Edic. y trad. de Luis MOLINA. Madrid : CSIC, 1983,
p. 68 y pp. trad. 73 y 74.
54 IBN AL-JAṬĪB – Al-Iḥāṭa fī ajbār garnāṭa. vol. II. El Cairo, 1974,
p. 28. Véase MARMOLEJO CANTOS, Francisco – Históricas
y arqueológicas del Medievo en Coín. Málaga, 2009,
p. 46 ; idem – La Edad Media en Coín y su
alfoz. Málaga, 2014.
55 IBN AL-JAṬĪB – Nufāḍat al-ŷirāb fi ‘ulātat al-igtirāb. vol. III.
Casablanca, 1989, p. 118. Véase MARTÍNEZ ENAMORADO, Virgilio – “La
Algarabía como realidad geohistórica…”, pp. 57-94 ; ídem – “Dos
fortalezas andalusíes de la algarabía malagueña en la Nufāḍat al-ŷirāb de Ibn
al-Jatīb : Tolox y Yunquera”. in VELÁZQUEZ BASABTA, Fernando N, y LÓPEZ Y
LÓPEZ, Ángel C. (eds.) – Aynadamar. Colección de
Estudios e Textos Árabes. I. Cádiz, 2002, p. 325.
56 IBN AL-JAṬĪB – Rayḥānat
al-kuttāb wa-naŷ‘at al-muntāb. Trad. en GASPAR REMIRO,
Mariano – “Correspondencia diplomática entre Granada y Fez (siglo XIV).
Extractos de la ‘Reihanat alcuttab’”. in Revista del
Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino. (1916),
p. 411. ‘ABBĀDĪ, Aḥmad Mujtār al- – “El Reino de Granada en la época de Muhammad V", p. 61, 32 y
237. TORRES DELGADO, Cristóbal – “El ejército y las
fortificaciones del reino Nazarí de Granada”. in Gladius,
vol. Especial (1988), p. 209.
57 MANZANO
RODRÍGUEZ, Miguel Ángel – La intervención de los
benimerines en la Península Ibérica. Madrid, 1992,
pp. 358-361.
58 IBN AL-JAṬĪB – Al-Iḥāṭa fī ajbār garnāṭa. vol. II. El Cairo, 1974,
p. 78. GASPARIÑO GARCÍA, Sebastián y BENITO DE LOS MOZOS, Federico – “Nota
sobre una nueva ceca para las monedas nazaríes : Ronda. Ensayo de su
atribución”. in Omni, 3 (2011), pp. 63-69.
59 En los libros
de Repartimiento se cita el cerro en cuestión en término de Casarabonela,
aunque quizá el topónimo este representado por diversos lugares.
60 GARCÍA DE SANTA
MARÍA, Álvar – Crónica de Juan II de Castilla. parte
II. in CODOIN, vol. C (1891), pp. 382-383, 369 y 399.
61 IBN ‘ĀSIM
– Ŷunnat al-riḍā fī
l-taslīm li-ma qaddara Allāh wa-qaḍà.
vol. I. Ammán, 1989, p. 309, línea 12. Véase CHAROUITI HASNAOUI,
Milouda – Edición y estudio del Kitāb
Ŷunnat al-riḍā de Ibn ‘Āsim
de Granada. Madrid, 1988. De esta misma autora – “La intervención de la
mujer en la vida política granadina durante la primera mitad del siglo XV”.
in I Jornadas Estudios de Frontera. Alcalá la Real y el Arcipreste de
Hita. Jaén, 1997, pág. 329.
62 Milouda
Charouiti indica que el alcaide de Vélez Málaga no es desplazado de su alcazaba
sino todo lo contrario, encabeza la revuelta contra el sultán.
63 VIDAL CASTRO,
Francisco – “Una década turbulenta de la Dinastía Nazarí de Granada”. in DEL
MORAL, Celia (ed.) - En el epílogo del Islam andalusí. La Granada del
siglo XV. Granada, 2002, pp. 86-91.
64 PELÁEZ ROVIRA,
Antonio – Dinamismo social en el reino Nazarí
(1454-1501) : de la Granada islámica a la Granada mudéjar. Granada,
2006, p. 355.
65 SECO DE LUCENA
PAREDES, Luis – “La escuela de juristas granadinos
del siglo XV”. in Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos.
vol. VIII (1959), pp. 27-28.
66 El personaje
aparece biografiado en la obra Idjaza de
Qādir al-Fāsy. Véase BEN CHENEB, Mohamed – Etude
sur les personnages mentionnés dans l´Idjaza du Cheikh ‘Abd
al-Qādir al-Fāsy. in Actes du XIV Congres
International des Orientalistes. Algiers, 1905, nº 75. Son fuentes
imprescindibles para completar su biografía : AL-MAQQARĪ – Azhār
al-riyāḍ fī ajbār
‘Iyā. vol. 1. El Cairo,
1942, p. 104 ; AḤMAD BĀBĀ – Nayl al-ibtihāŷ bi-taṭrīz al-Dībāŷ. (ed. en los
márgenes de Ibn Farḥūn, al-Dībāŷ al-muhab),
p. 88 ; IBN AL-QĀDĪ – Durrat al-ḥiŷāl fi gurrat
asmā’ al-riŷāl. vol. I. Ed. ALLOUCHE. Rabat, 1934, p. 43 ;
IBN AL-QĀDĪ – Jadwat al Iqtibas. p. 66 ;
MUḤAMMAD AL-QĀDIRI – Nashr
al-Mathāny I. 127 ; AL-KATTĀNY – Salwat III,
248.
67 Muy conocidos
para la historiografía medieval son los dos poemas que al-Daqqūn dedica a la
conquista de su tierra y que al-Maqqarī recoge en sus Azhār. Véase
ABBOUD HAGGAR, Soha – “En Granada sólo quedó el llanto”. in La Aventura
de la historia. 39 (2002), pp. 63-66.
68 PULGAR,
Fernando del – Crónica de los Señores Reyes Católicos Don Fernando
y Doña Isabel de Castilla y de Aragón. Valencia, 1780,
pp. 217-218.
69 BERNÁLDEZ,
Andrés – Historia de los Reyes Católicos D. Fernando y Dª Isabel. Tomo
I. Granada 1856, pp. 142-145.
70 PULGAR,
Fernando del –Crónica de los Señores Reyes Católicos…, pp. 225-226.
71 BERNÁLDEZ,
Andrés – Historia de los Reyes Católicos…,
pp. 147 y 148.
72 PALENCIA,
Alonso de – Guerra de Granada. Libro
IV. Madrid, 1909.
73 VALERA, Mosén
Diego de – Crónica de los Reyes Católicos. Ed. J.
de M. CARRIAZO. Madrid, 1927, cap. LX, p. 188.
74 GARCÍA AGÜERA,
José Manuel – Crónicas de Coín. Coín (Málaga), 2000.
75 Dice el
texto : “en un día martes daqueste nombrado abril se pusieron los cercos
escritos y estaba gran gente daquellos malditos, qu´en este Coyn se avýan
juntado. Y el miércoles luego que los cercaron salieron ellos a escaramuzar y
nuestros peones por bien pelear envueltos con ellos allá se lanzaron”.
76 ANÓNIMO – Nubḍat al-‘asr, p. 14, trad. in Fragmento
de la época sobre noticias de los Reyes Nazaritas o Capitulación de Granada y
Emigración de los andaluces a Marruecos. Ed. BUSTANI, Alfredo y
trad. QUIRÓS, Carlos. Larache, 1940, p. trad. 16.
77 AL-MAQQARĪ
– Nafh al-tīb min gusn al-Andalus al-ratīb. Ed. I.
‘Abbās, Beirut, 1968, vol. IV, p. 515. Véase traducción in VELÁZQUEZ
BASANTA, Fernando – “La relación histórica sobre las postrimerías del Reino de
Granada, según Aḥmad al-Maqqarī (siglo
XVII)”. in DEL MORAL, Celia (ed.) - En el epílogo del Islam andalusí. La Granada del
siglo XV. Granada, 2002, pp. 514 y 515.
78 AGS, RGS.
148511,24. (Documento sin digitalizar).
79 AMM, LR
vol. I, fol. 174.
80 GÓMEZ DE
VALENZUELA, Manuel – Esclavos en Aragón. Zaragoza,
2014, p. 170.
81 PALENCIA,
Alonso de – Guerra de Granada… op. cit.
82 GUICHARD,
Pierre – Al-Andalus : estructura antropológica de una sociedad
islámica en Occidente. Barcelona, 1976. CHALMETA Pedro – “Le
problème de la féodalité hors de l´Europe chrétienne : le cas de l´Espagne
musulmane”. in II Coloquio Hispano-Tunecino, Madrid,
1973, pp. 91-115. BARCELÓ, Miquel – “¿Qué arqueología para
al-Andalus ?”. in MALPICA, A. y QUESADA, T. (eds.) – Los
orígenes del feudalismo en el mundo mediterráneo. Granada,
1994, pp. 69-99. ACIÉN ALMANSA, Manuel – Entre el
feudalismo y el Islam.‘Umar ibn Hafsun en los historiadores, en las fuentes y
en la historia. Jaén, 1994.
83 MAÍLLO SALGADO,
Felipe – “De la formación social tributaria ¿y mercantil ? andalusí”.
in Anales de Historia Antigua, Medieval y Moderna. 35-36
(2013), pp. 175-184. MANZANO MORENO, Eduardo – Con/quistadores,
emires y califas : los Omeyas y la formación de Al-Andalus. Barcelona,
2006. MALPICA CUELLO, Antonio – “La vida urbana en al-Andalus y su papel en la
estructura del poblamiento y en la organización social”. in Imago
Temporis. Medium aevum. IV (2010), pp. 401-420.
84 AMIN, Samir
– Sobre el desarrollo desigual de las formaciones sociales. Barcelona,
1974.
85 MALPICA CUELLO,
Antonio – “La vida urbana en al-Andalus…“, pp. 401-420.
86 GUICHARD,
Pierre – Al-Andalus frente a la conquista cristiana. Los musulmanes de
Valencia (siglos XI-XIII). Valencia, 2001. ACIÉN ALMANSA, Manuel –
“Poblamiento y fortificación en el sur de al-Andalus. La formación de un país
de ḥūṣūn”. in III
Congreso de Arqueología Medieval Española : Oviedo, 27
marzo-1 abril 1989. Oviedo, 1992, pp. 137-150. CRESSIER, Patrice – “Agua,
fortificaciones y poblamiento : El aporte de la arqueología a los estudios
sobre el Sureste peninsular”. in Aragón en la Edad Media. 9 (1991),
pp. 403-428.
87 KIRCHNER,
Helena – “Redes de alquerías sin ḥuṣūn : una reconsideración a partir
de los asentamientos campesinos andalusíes de las islas orientales”. in
MALPICA, A. (dir) – Castillos y territorio en al-Andalus. Granada,
1998, pp. 450-469.
88 GLICK, Thomas F.
– Paisajes de conquista. Cambio cultural y geográfico en la España
medieval. Valência, 2007, p. 41.
89 Modelos
similares en contextos cercanos se documentan en MALPICA CUELLO, Antonio
– Poblamientos y castillos… op. cit, y del
mismo autor “Las villas de la frontera granadina y los asentamientos
fortificados de época medieval”. in Acta historica et
archaeologica mediaevalia. 20-21 (1999-2000), pp. 279-320.
90 De cara a
comprender la evolución y transformación del tejido urbano andalusí remitimos a
los trabajos de PAVÓN MALDONADO, Basilio – Tratado de
arquitectura hispanomusulmana II. Ciudades y fortalezas. Madrid,
1999. ACIEN ALMANSA, Manuel – “La formación del tejido urbano en al-Andalus”.
in PASSINI, Jean (ed.) – La ciudad medieval : de la casa al tejido
urbano. Cuenca, 2001, pp. 11-32. NAVARRO PALAZÓN, Julio y
JIMÉNEZ CASTILLO, Pedro – "Evolución del paisaje urbano andalusí. De la
medina dispersa a la saturada". in ROLDÁN CASTRO, F. (coord.) - Paisaje y
Naturaleza en al-Andalus. Granada, 2004, pp. 232-267. ALBA
CALZADO, Miguel – “Apuntes sobre el urbanismo y la vivienda de la ciudad
islámica de Mérida”. in Excavaciones arqueológicas en
Mérida 2001. Memoria. 7 (2001), pp. 417-438. GUTIÉRREZ LLORET, Sonia – “Madínat
Iyyuh y la destrucción de espacio urbano en la Alta Edad Media”. in Castrum 8. Le château
et la ville. Espaces et réseaux (VIe-XIIIe siècle). Madrid,
2008, pp. 199-222.
91 MANZANO MORENO,
Eduardo – “Relaciones sociales en sociedades precapitalistas : una crítica
al concepto de modo de producción tributario”. in Hispania. 58 (1998),
pp. 881-914.
92 CHALMETA, Pedro
– “Al-Andalus”. in Historia de España.
vol. 3, Al-Andalus : musulmanes y cristianos (siglos VIII-XIII), Barcelona,
1996, pp. 8-113. De este mismo autor – “Le problème de la féodalité...”,
pp. 91-115.
93 MALPICA CUELLO,
Antonio – “La vida urbana en al-Andalus...”, pp. 401-420 ; idem -
“Castillos, alquerías y ciudades en al-Andalus. Un debate partiendo del
análisis arqueológico”. in MOLINA MOLINA, A. L. y EIROA RODRÍGUEZ, J. A.
(coord.) – El castillo medieval en tiempos de Alfonso X el
Sabio. Murcia, 2009, pp. 99-120.
94 Ibidem.
95 Ibidem.
96 BARCELÓ, Miquel
– “La primerenca organització fiscal d´Al-Andalus segons la `Cronica del 714”
(95/713-138/755)”. in Faventia. 1 (1979),
pp. 231-261 ; idem – El sol que salió por
Occidente. Valencia, 2010.
97 BARCELÓ, Miquel
– Los Banū Ru‘ayn en al-Andalus. Una memoria singular y
persistente. Granada, 2004, p. 143.
98 IBN AL-JAṬĪB – Mi‘yār
al-ijtiyār… op. cit., p. 67, trad. p. 138.
99 Ibidem.
100 Entre los
muchos estudios que dan mayor importancia y entidad a Álora y Cártama en
periodo nazarí destacamos el trabajo de MARTÍNEZ ENAMORADO, Virgilio – “Una Dar
al-Da‘wà de los omeyas en las inmediaciones de Bobastro : El castillo de
Álora”. in Actas del I Congreso de Castellología Ibérica. Palencia,
1998, p. 470.
Referência eletrónica
Francisco Marmolejo Cantos, «Coín en época andalusí, centro administrativo y militar
de la Algarbía malagueña», Medievalista [Online],
19 | 2016, posto online no dia 01 junho 2016, consultado
o 23 março 2022. URL:
http://journals.openedition.org/medievalista/984; DOI:
https://doi.org/10.4000/medievalista.984
http://turismocoin.com/descubre-coin#1563393777684-cbf7a0f8-ec61
https://journals.openedition.org/medievalista/984
https://journals.openedition.org/
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