¿Qué es el claroscuro?
El claroscuro es un juego, una transición
suave entre luces y sombras que podemos observar cuando un objeto recibe luz,
gracias a este efecto el volumen de las cosas puede ser visible. Cuando un
cuerpo es iluminado, ya sea por luz natural o artificial se producen una serie
de zonas propias del claroscuro, en el siguiente esquema se explica esto mejor.
Zonas de claroscuro
En primer lugar tenemos a la zona de
luz propia, es el reflejo de la luz directa al objeto iluminado.
Después nos encontramos con la zona de penumbra, que es la
parte en donde vamos a encontrar una gran variedad de tonos medios, que van
desde la parte más clara hasta la más oscura. La zona
oscura o sombra propia, es el lado del objeto que no recibe ningún
rayo de luz, y cerca de aquí está la luz
reflejada, la cual es una zona que recibe la luz que reflejan
otros objetos que están cercanos. Los tonos de esta zona son más luminosos,
pero nunca tan luminosos como la luz propia. Y por último está la sombra
proyectada, que es la sombra que el objeto genera sobre otros
objetos o sobre la superficie en donde está. Gracias a todos estos componentes
es posible visualizar el volumen de los objetos.
El claroscuro en la pintura
Desde un punto de vista pictórico, José
Parramón define el claroscuro como “el arte de pintar luz en la
sombra”, es decir, aquellas partes o zonas del cuadro que aún
quedando en la sombra, por intensa que ésta sea, permiten apreciar el modelo.[1] Esta
técnica comenzó a utilizarse desde el Renacimiento, pero alcanzó su apogeo en
el Barroco, en especial con Caravaggio, con quien surge el tenebrismo, el cual
es un estilo que representa el efecto más radical y contrastante del
claroscuro.
El blanco y el negro son los colores más
fuertes de expresión para el claro y el oscuro [2],
y la intensidad del contraste se irá suavizando mientras haya más tonalidades
de grises entre estos dos polos.
El nivel es más complicado cuando el color
entra en esta gama, pues la infinidad de valores que se pueden producir para
llegar al claroscuro es mayor. Entre los extremos del blanco y del negro
podemos ver toda una gama de valores de grises coloreados.[3]
Esta modulación de tonalidades de claroscuro
permite el modelado de las formas. Asimismo, la técnica sirve para destacar
algunos elementos de la obra. A veces no es tan fácil ver los tonos que en la
sombra también existen y que hacen visible a los objetos, pero con una observación
continua y detallada de la naturaleza y de lo que nos rodea, estos tonos se
pueden apreciar mejor, desarrollando así una mejor educación visual.
Una vez que ya quedó más claro qué es el claroscuro, a continuación revisaremos 15 ejemplos de obras de artistas que utilizaron esta técnica con maestría.
Caravaggio
La vocación de San Mateo, 1601
Iglesia de San Luis de los Franceses, Italia
La vocación de San
Mateo es una obra
de Caravaggio (1571-1610) que representa un ejemplo claro del tenebrismo, un
alto contraste de luz y sombra, en el que las figuras centrales destacan
iluminadas de un fondo oscuro.
Caravaggio
Judith y Holofernes, 1599
Galería Nacional de Arte Antiguo, Roma, Italia
En esta pieza de
Caravaggio de gran realismo, titulada Judith y Holofernes, la luz
directa incide sobre Judith y los demás personajes quedan en la penumbra. Una
luz reflejada ilumina a Holofernes, quien es decap*tado por Judith, y a la
mujer que la acompaña.
Gerard van Honthorst
La alcahueta, 1625
Centraal Museum, Utrecht, Países Bajos
La alcahueta es una obra del pintor holandés Gerard van
Honthorst (1590-1656). Una vela central ilumina, de manera intensa, a los tres
personajes, el ángulo de la imagen permite apreciar el punto de luz que incide
sobre la joven, la alcahueta, quien lleva de tocado unas plumas, como símbolo
de libertinaje.
Francisco de Zurbarán
Cristo en la Cruz, 1627
Art Institute, Chicago
Cristo en la cruz es una obra maestra de Zurbarán (1598-1664),
el más destacado de los tenebristas españoles. El claroscuro empleado por el
pintor hace hablar a la obra; la luz celestial llega desde un punto cenital
derecho e ilumina el cuerpo de Cristo y a su manto blanco que le ciñe la
cintura. La luz directa y reflejada ilumina con altos contrastes sus músculos
fuertes y torturados. En la penumbra aparece la Cruz.
Jacopo Tintoretto
La última cena, 1592-1594
Basílica de San Giorgio Maggiore, Venecia
La última cena, del pintor italiano Tintoretto (1518-1594), es
una obra muy tenebrista, en la que el claroscuro tiene un alto contraste, entre
la luz y la sombra. La escena se desarrolla en una taberna sombría en la que la
luz celestial ilumina de manera directa a Jesús y a los discípulos que se
encuentran a su alrededor. La aureola de Jesús es una luz puntual, la cual se
origina en un punto reducido, respecto a la obra.
Adam de Coster
Un hombre cantando a la luz de las velas, ca. 1625
-1635
Galería Nacional de Irlanda
Adam de Coster
(1586-1643) fue un pintor caravaggista flamenco. Su obra se caracteriza por la
iluminación a la luz de una vela, en la que la luz directa se reduce solo a
ciertos rasgos del personaje. Es un pintor que estudió y trabajó mucho a la
sombra como efecto expresivo.
Rembrandt
Autorretrato, 1629
Museo Nacional Germánico, Nuremberg
Uno de los
artistas que lograron un dominio absoluto del claroscuro fue Rembrandt
Harmenszoon van Rijn (1606-1669), quien llegó a realizar un total de 60
autorretratos, como este que data en 1629, en el cual la luz viene del lado
izquierdo, como en varias de sus obras. El fondo oscuro de la composición es
neutro, permitiendo así una iluminación perfecta del rostro, que conlleva
mayores texturas acentuadas con blanco.
Rembrandt
La ronda de noche o La milicia del capitán Frans Banning Cocq,
1642
Rijksmuseum de Ámsterdam
La Ronda de la noche es uno de las obras más celebres de la
pintura holandesa. Rembrandt tuvo influencia del tenebrismo de Caravaggio, lo
cual podemos constatar a través de los efectos especiales de luz y sombra que
él perseguía. En esta obra, una vez más, el objeto principal está iluminado por
una luz dirigida que viene del lado izquierdo. Es muy interesante observar cómo
los personajes que quedan en la sombra son aún visibles por la luz que el
pintor logra otorgar a través de diversos tonos de colores claros y oscuros.
Rembrandt
Las tres cruces, 1653
Museum of Fine Arts, Boston
EL grabado también es una
técnica muy representativa del claroscuro, pues permite lograr todos los tonos
posibles de claro y de oscuro. Las tres cruces es un grabado
en aguafuerte y punta seca de Rembrandt. La escena representa la crucifixión de
Jesucristo. Es una obra maestra en la que la luz celestial atraviesa la
oscuridad para alumbrar la figura de Cristo, quien está flanqueado por los dos
ladrones que fueron crucificados con él, y la Virgen María, llorando en medio
de soldados romanos a caballo, junto con ciudadanos afligidos, que rodean las
cruces.
Taller de Rembrandt
La sagrada familia en la noche, ca. 1642-1648
Rijksmuseum
La sagrada familia en la noche es una escena de interior, es una pieza
perfecta para analizar la técnica del claroscuro; la composición está iluminada
por la luz de las velas. María y Anna cuidan del niño Jesús, quien duerme
plácidamente en su cuna. Mientras María lee un libro, Ana mece la cuna del
niño. Uno puede apreciar a simple vista, a través del ventanal, la cantidad
infinita de tonos, que el artista ha utilizado para desvanecer la luz en la
sombra.
Rembrandt
La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, 1632
Mauritshuis de La Haya
La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp es otra de las obras más importantes de
Rembrandt, se aprecia como el cadáver recibe la luz más intensa, mientras que
el grupo de cirujanos aparece en la zona de penumbra.
Georges de La Tour
El recién nacido, ca. 1645-1648
Museo de Bellas Artes de Rennes
Georges de La Tour
(1593-1652), fue uno de los pintores más famosos del tenebrismo francés. La luz
en sus composiciones, como se puede apreciar en esta pieza de El recién nacido, proviene de un
punto concreto: una vela, que alumbra a dos mujeres, una de frente, quien lleva
en brazos a un recién nacido, y la otra de perfil. El pintor ha utilizado una
extrema gama de colores tierra y rojizos para representar el área de luz, en
donde la gama más clara recae, de manera puntual, en la cabeza del niño y el
pecho de la mujer de perfil.
Johannes Vermeer,
La joven de la perla o Muchacha con turbante, ca.
1665-1667
Mauritshuis, La Haya
La joven de la perla, del
pintor holandés Johannes Vermeer (1632-1675), es otra pieza que nos permite
apreciar los detalles de un claroscuro con color, suave y tenebrista a la vez,
pues el rostro de la mujer y el pendiente de perla como punto focal,
resplandecen por completo sobre el fondo oscuro, mientras que los detalles de
las sombras aparecen, de manera deslumbrante, con los diversos valores de
color.
Joseph Wright
Experimento con un pájaro en una bomba de aire, 1768
National Gallery, Londres
La escena de esta
pieza del pintor inglés Joseph Wright (1734-1797), representa el momento en el
que un científico realiza uno de los experimentos con bomba de aire de Robert
Boyle, en la que un pájaro será privado de oxígeno. La luz, con gran maestría,
ilumina a los rostros de los espectadores, quienes muestran diversas
reacciones, tanto curiosidad como de temor por el acontecimiento.
Jacques-Louis David
La muerte de Marat, 1793
Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, Bruselas
La muerte de Marat es una obra del pintor francés Jacques-Louis
David (1748-1825), en la que el claroscuro es tratado de una manera suave y
transitoria. La luz directa recae sobre el cuerpo del líder revolucionario
francés Jean-Paul Marat, quien fue apuñalado en 1793, mientras trabajaba en su
bañera, por Carlota Corday. El fondo oscuro, neutro y libre de texturas,
acentúan la escena dramática, junto con el blanco del turbante y de los lienzos
que envuelven a Marat.
Francisco José de Goya y
Lucientes
Interior de prisión o Crimen del castillo II, 1798-1800
Colección Marqués de la Romana
Un claroscuro
pictórico más moderno apareció en la visión idealista y expresionista del
pintor español Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828), cuya obra
vislumbró parte de las vanguardias pictóricas del siglo XX. En la obra, Interior
de prisión o Crimen del castillo II, María Vicenta permanece sentada en
prisión esperando ser ejecutada por asesinar a su esposo. Una luz directa
ilumina su ropaje y su desesperanzado rostro.
1.- Parramón, J.M. El gran
libro del dibujo artístico. Parramon Ediciones. 2008. p.188.
2.- Idem p. 23
3.- Itten, Johannes. Arte del Color. Aproximación
subjetiva y descripción objetiva del arte. Editorial Bouret. 2002
https://www.savinarte.com/2019/08/23/16-obras-maestras-que-explican-el-claroscuro/#_ftnref1
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