O Domine Iesu Christe : Traducción y
pronunciación
El O Domine Iesu Christe es
un himno medieval conocido sobre todo porque fue el tema de famosas
composiciones polifónicas renacentistas, como las de Josquin des Prez (¿1455 -
1521) o del italiano Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525 - 1594), aunque
ellos usaron solo algunas de las oraciones del himno.
El himno pertenece al tipo de
oraciones que en los breviarios solían recibir el nombre genérico de De Passione Domini. Como tantas
otras oraciones medievales, era atribuida al papa Gregorio Magno (540 - 604).
Sin embargo su origen quizás debe buscarse en el entorno franciscano, y es
probable que el autor de las cinco primeras estrofas sea Nicolas IV (1227 -
1292), primer papa franciscano, y el papa Sixto IV (1414 - 1484), que también
fue franciscano, sería el autor de la cuarta y quinta estrofa (que claramente
tienen otro estilo).
Esta oración la
encontramos en los manuscritos desde finales del s. XIV y fue muy popular en
toda Europa, apareciendo frecuentemente en los devocionarios llamados Horae,
porque estaban estructurados según la llamada "Liturgia de las
Horas", que eran las oraciones que se realizaban en las catedrales y en
los monasterios a lo largo del día (el oficio completo incluía: Matutinae, Laudes,
Prima, Tertia, Sexta, Nona, Vesperae y Completae).
Por su contenido el himno O Domine Iesu Christe se prestaba
para ser usado en actos penitenciales públicos y privados durante la Cuaresma o
la Semana Santa. Y aunque esta oración no fue incluida ni en el Breviarium
Romanum ni en la liturgia reformada por el concilio de Trento (s.
XVI), se mantuvo viva como una oración privada, gracias a la difusión de
breviarios que se multiplicaron con la aparición de la imprenta.
Hore beate virginis Marie ad usum Sarum , p. 95-96 (París, hacia 1505, pergamino 19, 4 º, en Det Kongelige
Bibliotek de Copenhague), en la que podemos leer una versión del O
Domine Iesu Criste. |
El texto
definitivo del himno contiene siete oraciones, pero como es habitual, existen
variaciones del texto según qué manuscrito consultemos. Aquí sigo el texto
usado por Palestrina (él usó solo la segunda estrofa) y por Josquin (él uso
todas excepto la 4ª y 5ª estrofas).
Las variantes más
comunes se hallan en la 3ª estrofa (sit vita animae meae) y al final de
la 7ª estrofa (quando anima tua nobilissima de benedicto corpore tuo est
egressa).
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O Domine
Iesu Christe, adoro te in cruce pendentem et coronam spineam in capite
portantem. Deprecor te, ut ipsa crux liberet
me ab angelo percutiente. |
Oh señor Jesucristo, te adoro colgado en la cruz y llevando una corona espinosa en la
cabeza. Te ruego que tu cruz me libere del ángel castigador. |
O Domine Iesu Christe, adoro te in cruce vulneratum, felle et aceto potatum. Deprecor te, ut tua vulnera sint remedium animae
meae. |
Oh Señor Jesucristo, te adoro herido en la cruz, abrevado con hiel y vinagre. Te ruego que tus heridas sean remedio de mi alma. |
O Domine
Iesu Christe, adoro
te in sepulchro positum, myrra
et aromatibus conditum. Deprecor
te ut mors tua sit
vita meae. |
Oh
Señor Jesucristo, te
adoro puesto en el sepulcro, embalsamado
con mirra y perfumes. Te
ruego que tu muerte sea
mi vida. |
O Domine
Iesu Christe, adoro
te descendentem ad inferos liberantemque
captivos. Deprecor
te ne permittas me
illuc introire. |
Oh
Señor Jesucristo, te
adoro pues bajaste al infierno y
liberaste a los cautivos. Te
ruego que no permitas que
yo entre allí. |
O Domine
Iesu Christe, adoro
te resurgentem a mortuis, ascendentem
in coelis et
sedentem a dextris Dei Patris. Deprecor
te miserere mei. |
Oh
Señor Jesucristo, te
adoro resucitando de entre los muertos, ascendiendo
al cielo y
sentado a la diestra de Dios Padre. Te
ruego tengas piedad de mí. |
O Domine
Iesu Christe, pastor
bone, iustos conserva, peccatores
iustifica, omnibus fidelibus miserere, et propitius
esto mihi peccatori. |
Oh
Señor Jesucristo, oh
buen pastor, salva a los justos, justifica
a los pecadores, apiádate
de todos los fieles y
sé benigno conmigo, pecador. |
O Domine
Iesu Christe, propter
illam amaritudinem, quam
pro me sustinuisti in cruce, maxime in illa hora, quando
sanctissima anima tua egressa
est de corpore tuo: miserere animae
meae in egressu suo. Amen. |
Oh
Señor Jesucristo, por
aquella amargura que
por mí soportaste en la cruz, sobre
todo en aquella hora, cuando
tu santísima alma salió
de tu cuerpo: apiádate
de mi alma en su final. Amén. |
Las cinco primeras estrofas tienen una estructura bien definida que se divide en tres partes: se abre con una invocación a Cristo, luego se contempla una escena de su pasión, y finalmente concluye con una súplica.
En la 2ª estrofa
el verso felle et aceto potatum hace referencia al detalle
relatado por los Evangelios, en que un soldado le acerca una esponja empapada
con vinagre (Mt. 27, 48; Mc. 15, 36; Lc. 23, 36; Jn. 19, 29). La referencia a
la hiel no aparece en los Evangelios, pero es frecuente incluirla por el salmo
69, 22: et dederunt in escam meam fel et in siti mea potaverunt me
aceto (en mi comida pusieron hiel y abrevaron mi sed con vinagre), que
es interpretado como un anuncio de la pasión de Cristo.
Por último hay que
notar que, aunque en los textos del s. XVI-XIX suele escribirse Jesus (con
J, según una deformación muy arraigada en aquella época), es una inútil
fidelidad mantener esa escritura errónea en las nuevas ediciones. También en
los textos litúrgicos oficiales de la Iglesia católica se ha desterrado el uso
de la J. En cualquier caso la pronunciación es la misma.
https://aprendelatinonline.blogspot.com/2012/03/o-domine-iesu-christe-traduccion-y.html
Cómo se dice en latín: Feliz
Navidad
A los que estudiamos latín nos preguntan de
vez en cuando: “y en latín cómo se dice....” Por ejemplo, ahora que se acercan
las fiestas de Navidad y Año Nuevo, algunos preguntan cómo sonaría el popular
saludo en latín.
Ya que creo que “mejor que dar un pescado, es
dar una caña de pescar”; por lo tanto en lugar de simplemente poner un par de
fórmulas para este caso, quisiera subrayar algunos puntos que el estudiante
tiene que tener en cuenta para traducir cualquier frase del castellano al
latín.
Imagen de la Koninklijke Bibliotheek (National
Library of the Netherlands) |
1.- Recordad las declinaciones (en especial
el vocativo): aunque las declinaciones están entre las primeras cosas que
aprende el estudiante, sin embargo fácilmente se olvidan a la hora de traducir,
y usamos los sustantivos latinos como los castellanos que la única mutación que
conocen es entre singular y plural: el rey - los reyes; y en los adjetivos se
añade además la posibilidad de masculino y femenino: blanco, blanca; blancos -
blancas.
Felizmente el nominativo y el vocativo en
latín coinciden en la 1º, 3ª, 4ª y 5ª declinación, pero debemos estar atentos
cuando pisamos el terreno de la 2ª declinación. Por ejemplo la invocación.
“¡Señor, sálvame!” se debe traducir con un “Domine!”, y no con un
“Dominus!", ya que en esta declinación debemos distinguir ese matiz.
El vocativo no es una simple aposición, (pues
sino se disolvería en el nominativo) sino que aporta un matiz que se debe
conservar. Y pensemos que en los saludos, felicitaciones, etc, está presente la
apelación al destinatario, unida por lo general a un matiz de admiración, de
exclamación, que en castellano solo puede expresarse con los signos ¡!
El vocativo, al apelar directamente al
interlocutor, transmite un matiz, una fuerza y un color especial: “Care fili!” = “¡Querido hijo!”
2.- Distinguir entre un nominativo y un
vocativo no es otra cosa que aplicar el análisis gramatical, el cual debe
tenerse en todo momento. Por ejemplo, si quiero decir: “Te deseo una larga
vida”, debemos analizar: yo deseo una larga vida a ti (S + V + OD + OI).
Por lo tanto, traducimos: “(ego) exopto tibi longam
vitam”. (Nom + V + dat + acus). Y si añadimos
un vocativo.
"Care amice, exopto tibi longam
vitam" = "Querido
amigo, te deseo una larga vida".
Recuerda que en latín el orden puede variar
con mucha libertad: “Longam
vitam, care amice, tibi exopto”.
3.- En castellano usamos con frecuencia
diversos tipos de oraciones subordinadas que requieren un nivel avanzado de
latín. ¿Solución? Simplificarlas:
“Anhelo que llegues pronto” = “exopto proximum
adventum tuum”.
“Espero que logres lo mejor” = “exopto tibi omnia optima”.
4.- Mirad a fondo en el diccionario el
significado de las palabras que vais a usar. No hay que dejarnos llevar
fácilmente por la similitud de escritura. Por ejemplo, nosotros solemos usar la
palabra “feliz” en el sentido de plenitud o satisfacción física y sicológica.
Esta idea en latín más encaja con “beatus” que con “felix”, pues aplicado a las
personas, “felix” tiene más la idea de afortunado, persona con buena suerte,
que le va bien, destacado en su materia.
Por lo tanto para expresar ese bienestar
diremos:
“Quiero que seas feliz” = “Volo te beatum esse”; o si es a una mujer: “Volo te beatam esse”.
Si quiero augurar buena fortuna:
“Deseo que seas afortunado/ tengas buena suerte/ que te vaya
bien” = “Opto te felicem fore”.
Muchas veces “feliz” en castellano lleva la
idea de alegría, en ese caso tenemos en latín los adjetivos “laetus, -a, -um” y
“gaudens, -tis”. Por ejemplo:
“Te deseo un feliz cumpleaños” = “Exopto tibi laetum natalem
diem”.
“¡Feliz cumpleaños! = “[Exopto tibi] Gaudentem natalem
diem!” = “[Exopto tibi] Laetum natalem diem!”
5. En el caso de los verbos la atención debe
ser máxima, no solo por el significado, sino también por la construcción: no
todos admiten objeto directo (acusativo) sino que exigen “ut” + subjuntivo, u
oraciones infinitivas. Veamos algunos verbos que nos pueden ser útiles para
construir saludos:
“Spero amorem nostrum omnia victurum esse” = “Creo
que nuestro amor vencerá todo”.
“Spero amicitiam nostram sempiternam fore” =
“Tengo la esperanza que nuestra amistad será eterna”.
“Cupio vinum bibere” = “Deseo beber vino”. El verbo
“cupio” indica la inclinación natural, la involuntaria, una pasión o un deseo
vicioso.
“Volo te ducere uxorem” = “Quiero casarme
contigo”. El verbo “volo”
indica la firme expresión de la voluntad racional. En subjuntivo presente
(velim) indica un deseo realizable. Con el subjuntivo imperfecto (vellem) se
indica un deseo irrealizable.
“Opto vivere tecum” = “Quiero vivir contigo”. El verbo “opto” expresa una libre
elección o un deseo deliberado. El verbo “exopto” subraya la fuerza de ese
deseo.
Si sientes que no dominas a fondo las
diversas reglas de estas construcciones, es mejor buscar una forma simplificada
de expresar lo mismo.
6. ¿Y nuestro saludo de Navidad y Año Nuevo?
Podemos usar algunas de estas fórmulas:
“Laeta Christi nativitas!” = “¡Oh feliz Navidad!”
"Laeta Christi nativitas,
quae corda fidelium suavi pace imples, ignem fidei accende" = "Oh
feliz Navidad, que llenas de dulce paz los corazones de los fieles, enciende el
fuego de la fe".
“Exopto tibi (vobis) gaudentem Domini nativitatem”
= “Te (os) deseo una feliz Navidad”.
“Fauste Anne Nove!” = “¡Oh feliz Año Nuevo!”
“Antonio et Pilar, exoptamus vobis faustum annum novum
MMXVI” = “Antonio y Pilar, os deseamos un próspero año nuevo 2016”. Los nombres puedes dejarlos en
castellano.
“Exopto proximum annum tibi faustum fore” =
“Anhelo que el próximo año te vaya todo bien”.
“Oro Dominum ut valeas proximo anno
MMXVI” = “Rezo al Señor para que goces de buena salud durante el nuevo año
2016”.
“Haec Christi nativitatis salutatio pacis et laetitiae
nuntius sit” = “Que este saludo de Navidad sea mensajero de paz y alegría”.
Ahora crea tus propias combinaciones.
Recuerda que “nativitas” no significa “Navidad”, sino simplemente “nacimiento”,
por lo cual es conveniente especificar “Domini” o “Christi”. Año 2016 es
"annus bis millesimus sextus decimus" que se debe declinar según su
posición en la oración.
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GAUDENTEM CHRISTI NATIVITATIS DIEM
ET
FAUSTUM ANNUM NOVUM MMXV
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Miserere mei,
Deus
El salmo 51 (en la biblia hebrea, en la
"nova vulgata", las traducciones modernas y la actual liturgia
católica; pero 50 en la biblia griega, la anteriores ediciones de
la vulgata y la liturgia católica hasta fines del s. XX) sin duda
se debe contar entre las más hermosas composiciones poéticas del Antiguo
Testamento. Su dramática descripción del arrepentimiento y el perdón, con una
sucesión de eficaces imágenes, gradualmente lleva al lector del sombrío y
amargo dolor del pecador hasta un luminoso himno de alabanza y gratitud del
hombre perdonado.
Debemos tener en cuenta que los estudiosos
están de acuerdo en que al menos los dos últimos versículos son un añadido
posterior, indudablemente posterior a la destrucción de Jerusalén a manos de
los babilonios (586 a. C.), quizás en tiempos de Nehemías, quien emprendió la
reconstrucción de las murallas de Jerusalén un siglo más tarde. Respecto al
resto, el mismo salmo en los dos primeros versículos (aunque los estudiosos no
dan siempre credibilidad a estos encabezados o es oscuro el significado del
texto hebreo) nos indica el autor y las circunstancias que supuestamente
originan el salmo (uso la versión de la Neovulgata):
[1] Magistro
choro. Psalmus David, [2] cum venit ad
eum Nathan propheta, postquam cum Bethsabee peccavit. |
[1] Al maestro del coro. Salmo de David, [2] tras haberle visitado el profeta Natán,
después que él pecó con Betsabé. |
La Biblia en 2 Sam 11-12 nos relata el crimen
del rey David (s. XI - X a.C.), su adulterio con Betsabé y el complot para
quitar la vida a su marido para poder desposarla, y su
posterior arrepentimiento tras los reproches del profeta Natán. Este salmo
sería entonces la oración de arrepentimiento del rey David, o por lo menos
compuesta por alguien inspirado en esos sucesos. Naturalmente es mucho más
eficaz para el lector si la oración se pone en boca del mismo David, siendo que
el lector conoce la magnitud de su crimen.
Rey
David en el Psalterium Egberti (a. 981), p. 20v, conservado en el Museo
Archeologico Nazionale di Cividali del Friuli, Italia. |
Este salmo siempre ha ocupado un lugar
importante en la meditación, devoción y en la liturgia cristiana. y ha tenido
diferentes adaptaciones, tanto con melodías cantables como con antífonas para
su rezo comunitario. Su uso en las liturgias penitenciales y en Semana Santa lo
hizo tan popular que la palabra miserere ha sido incluida
prácticamente en todos los idiomas occidentales. De la época del Renacimiento
es bastante conocida la composición de Gregorio Allegri (1582 - 1652). Mucho
menos conocido y más antiguo es el motete de Josquin, que a continuación
presento, tal como aparece en la edición de Ottaviano Petrucci, en sus Motetti
de la Corona III (Fossombrone, 1519).
El texto sigue el llamado Salterio Galicano.
Pongo en cursiva la frase miserere mei, Deus, cuando es un añadido
de Josquin, no incluido en el texto original del salmo:
[3] Miserere mei,
Deus, secundum magnam
misericordiam tuam |
[3] ¡Oh Dios, apiádate de mí! |
Miserere mei, Deus. [4] Amplius lava me ab iniquitate mea et a peccato meo munda me. Miserere mei, Deus. [5] Quoniam
iniquitatem meam ego cognosco, et peccatum meum contra me est semper. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! |
Miserere mei, Deus. [6] Tibi soli peccavi et malum coram te feci, ut justificeris in sermonibus tuis et vincas cum judicaris. Miserere mei, Deus. [7] Ecce enim in iniquitatibus conceptus sum et in peccatis concepit me mater mea. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! |
Miserere mei, Deus. [8] Ecce enim veritatem dilexisti incerta et occulta sapientiae tuae manifestasti mihi. Miserere mei, Deus. [9] Asperges me, Domine, hyssopo, et mundabor; lavabis me, et super nivem dealbabor. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! |
Miserere mei, Deus. [10] Auditui meo
dabis gaudium et laetitiam et exultabunt ossa humiliata. Miserere mei, Deus. [11] Averte faciem tuam a peccatis meis et omnes iniquitates meas dele. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! |
Miserere mei, Deus. [12] Cor mundum crea in me, Deus, et spiritum rectum
innova in visceribus meis. Miserere mei, Deus. [13] Ne proicias me a facie tua et spiritum sanctum
tuum ne auferas a me. Miserere mei, Deus. [14] Redde mihi laetitiam salutaris tui et spiritu principali confirma me. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! |
Miserere mei, Deus. [15] Docebo iniquos vias tuas et impii ad te convertentur. Miserere mei, Deus. [16] Libera me de sanguinibus, Deus, Deus salutis meae, et exultabit lingua mea justitiam tuam. Miserere mei, Deus. [17] Domine labia mea aperies et os meum annunciabit laudem tuam. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! |
Miserere mei, Deus. [18] Quoniam si voluisses sacrificium dedissem utique
holocaustis non delectaberis. Miserere mei, Deus. [19] Sacrificium Deo spiritus contribulatus: cor contritum et humiliatum, Deus, non despicies. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! |
Miserere mei, Deus. [20] Benigne fac,
Domine, in bona voluntate
tua Sion, ut aedificentur
muri Ierusalem. Miserere mei, Deus. [21] Tunc
acceptabis sacrificium iustitiae, oblationes et holocausta; tunc imponent super
altare tuum vitulos. Miserere mei, Deus. |
¡Oh Dios, apiádate de mí! |
El
rey David implorando misericordia. Ilustración de las "Horae ad usum
Parisiensem", f. 102r, del s. XV. Ms latin 1158, Bibliothèque Nationale
de France. |
Notemos que en los versículos iniciales (v.
3-7) predomina la idea del pecado repitiéndose varias veces la palabras iniquitas,
que indica una grave injusticia, en este caso, un crimen gravísimo.
A partir del v. 8-9 comienza a cambiar el
tono del salmo y comienzan a predominar los conceptos de purificación,
conocimiento de Dios y alabanza., colocándose en el centro los v. 12-14 en los
cuales se repite la palabra spiritus indicando la
transformación que produce la fuerza divina en el hombre. Concluye el texto
original con la promesa de vivir para alabar a Dios (v. 15-17).
La reflexión sobre la superioridad del
sacrificio interior (v. 18-19) es consonante con la predicación de los profetas
(Is 1, 10-17; Os 6, 6; Am 5, 21-25) pero parece en contraste con los v. 20-21
que expresan la piedad formalista del judaísmo posexílico (imbuido de
nacionalismo y obsesionado por el cumplimiento riguroso de la Ley) y que
posteriormente dará origen a la secta de los fariseos.
Pero la interpretación cristiana vio en esta
alusión a Jerusalén una referencia a la ciudad celestial, el destino final del
creyente, que es sacado de las tinieblas para ser llevado a la comunión
perfecta con su creador y salvador.
https://aprendelatinonline.blogspot.com/2012/05/miserere-mei-deus.html
Oraciones en latín: Pronunciación
Cuando surgieron las primeras comunidades cristianas no existía un
"idioma oficial" para la liturgia y devociones. Siendo el latín y el
griego las lenguas predominantes en el territorio donde se extendió, estas
lenguas también predominaron en la Iglesia, con un cierto predominio del
griego, pues en esa lengua se escribió el Nuevo Testamento y la gran mayoría de
escritos de los primeros Padres de la Iglesia y Concilios. Sin embargo en estos
primeros siglos también existió liturgia en sirio, copto, y otros lenguas
regionales.
A partir del s. VII, en parte por la expansión del Islam en Asia y el
norte de África, en parte por los conflictos de autoridad entre Roma y
Constantinopla, que culminarán en el cisma de Oriente (1054), poco a poco el
latín fue quedando como la única lengua dominante en la liturgia, en la
teología y documentos oficiales de la Iglesia católica.
El conflicto con las Iglesias protestantes en el s. XVI provocó que la
Iglesia asumiese algunas posturas rígidas como que la Vulgata era la única
traducción de la Biblia que podían leer los católicos, y que el misal romano
(según la reforma de Pío V) debía ser el único que debía usarse en la liturgia
católica (con pequeñas excepciones).
Aunque esto favoreció en cierto modo el uso del latín, por otro lado,
con el paso de los siglos y el auge de las lenguas nacionales, fue creándose
entre muchos la sensación de algo artificial, anticuado e incomprensible, y fue
detestado como todas las cosas que se cumplen por mera imposición. Por eso
cuando en la segunda mitad del s. XX se realizó la reforma litúrgica del
Vaticano II, el latín fue una de las infortunadas víctimas. Actualmente se
busca una visión más ecuánime, teniendo en cuenta que, ante todo, el latín es
la llave de siglos de cultura: filosofía, derecho, historia, y también teología
y liturgia. De hecho hace poco el actual Papa ha recordado su importancia y su
deseo de impulsar su estudio (Motu proprio "Latina Lingua", 10 nov.
2012).
Grabado xilográfico de un
"blockbuch" del Canticum Canticorum (hacia 1465), en la Hofbibliothek
en Aschaffenburg (Alemania), Inc. 160. El cristianismo solía aplicar este
libro del A.T. a la Virgen María. |
Aunque pensando en los cultores de la música coral ya he escrito varios
artículos sobre la pronunciación de varios himnos religiosos, ahora, atendiendo
al interés de muchos lectores de este blog sobre la pronunciación de oraciones
en latín, quiero suplir ese vacío.
Siendo esta materia casi infinita, he seleccionado solo aquellas
oraciones más populares. Pero, la versión larga la adjunto en el siguiente
archivo PDF (actualizado y ampliado el 12/03/2022): pdf-oraciones
Ahí el lector interesado encontrará: Signum crucis, Pater
noster, Ave Maria, Gloria Patri, Angele Dei, Actus contritionis, Salve Regina,
Memorare, Sub tuum praesidium, Angelus, Regina caeli, Anima Christi, Sancte
Michael archangele, Confiteor Deo, Symbolum apostolorum, Gloria in
excelsis, el Credo niceno-constantinopolitano, el Rosarium
Virginis Mariae y las letanías lauretanas.
Y para ilustrar este artículo a continuación podemos ver dos hermosos
himnos latinos en honor de la Virgen María: Salve Regina y la
antiquísima Sub tuum praesidium.
En la primera columna va el texto latino, en la segunda la pronunciación
y en el tercero una traducción, que a veces se aparta de la versión
"oficial": con ella simplemente pretendo que el lector comprenda
cabalmente el texto latino. También por ese motivo trato de mantener la
correlación línea por línea entre ambos textos.
Salve
Regina |
||
Salve, Regina, et spes nostra, salve. gementes et flentes |
Sal-ve, Re-yi-na, et spes nos-tra, sal-ve. ye-men-tes et flen-tes |
¡Salve, oh Reina! Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra ¡salve! A ti clamamos, los exiliados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. |
Eia ergo, advocáta nostra, benedictum fructum
ventris tui, ostende. |
E-ia er-go, ad-vo-ca-ta
nos-tra, be-ne-dic-tum
fruc-tum ven-tris tu-i, os-ten-de. |
Ea, pues, abogada nuestra, esos tus ojos misericordiosos vuélvelos hacia nosotros. Y a Jesús, fruto bendito de tu vientre, después de este exilio muéstranoslo. |
O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria! |
O cle-mens, o pi-a, o dul-chis Vir-go Ma-ri-a! |
¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! |
Sub
tuum praesidium |
||
Sub tuum praesidium confugimus, sancta Dei Genetrix. |
Sub tu-um pre-si-dium con-fu-yi-mus, sanc-ta Dei Ye-ne-triks. |
Bajo tu protección nos refugiamos santa Madre de Dios. |
Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus nostris, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta. |
Nos-tras de-pre-cad-sio-nes ne des-pi-chias in ne-ches-si-ta-ti-bus nos-tris, sed a pe-ri-cu-lis cunc-tis li-be-ra nos sem-per, Vir-go glo-rio-sa et be-ne-dic-ta. |
Nuestras súplicas no desprecies en nuestras necesidades, sino que de todos los peligros líbranos siempre, Virgen gloriosa y bendita. |
https://aprendelatinonline.blogspot.com/2012/11/oraciones-en-latin.html
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