Presencia Afrodescendiente en América
En el recorrido Presencia
afrodesdenciente buscamos reconocer y explicar la enorme
contribución de las sociedades africanas (que llegaron a América a través del
comercio de esclavos) al desarrollo cultural del continente americano.
1. Introducción
Este
recorrido busca reconocer, explicar y visibilizar la presencia de un grupo que
ha sido olvidado por la historia: el afrodescendiente, aquellos que descienden
de los esclavos africanos que llegaron al continente americano durante los casi
400 años que duró la dominación europea.
Millones
de africanos fueron capturados, separados de sus familias y trasladados a la
fuerza en condiciones infrahumanas. Quienes sobrevivían, eran vendidos en
América para que se ocuparan de tareas que requerían una gran exigencia física.
La
América de hoy en día no puede entenderse sin la contribución africana, no solo
en la composición genética de las poblaciones, sino en la cultura, la
gastronomía, la música, las tradiciones que forman parte de la esencia y la
identidad de distintas regiones americanas.
2. La
situación de los esclavos en la sociedad virreinal
Comenzaremos hablando de la
organización de la sociedad virreinal a través de lo que se conoce como pintura
de castas. Este tipo de pinturas sólo se hicieron en América, especialmente en
la Nueva España (actual México) en el siglo XVIII. En este caso, estos cuadros
son del pintor Andrés de Islas.
El término castas se
utilizó para designar al producto de la unión entre blancos (europeos), negros
(africanos) e indígenas (nativos americanos). Las pinturas de castas suelen
presentar una pareja de dos etnias distintas con su descendiente.
Estos cuadros se enviaban a España con
la intención de mostrar en la metrópolis la diversidad del mundo americano,
como una muestra de curiosidades humanas existentes dentro del imperio español.
Pero ¿qué
información acerca de la sociedad de la época nos transmiten estas pinturas?
Los negros eran en general considerados como el escalafón más bajo de la
sociedad por su condición de esclavitud, y se les presuponía un comportamiento
más primitivo. Muchas veces buscaban la unión con mujeres indígenas para poder
tener hijos libres, ya que la esclavitud se transmitía por línea materna.
El grupo
indígena, en cambio, solía dedicarse a la agricultura y a tareas domésticas y
constituía la masa de tributarios. Estamos ante un mundo con un sentido
paternalista muy marcado. La población blanca eran los “adultos” y los negros y
los indígenas los “niños” que debían ser tutelados.
Una de las
formas para escapar de la casta y ascender en las sociedad era a través del
aprendizaje de oficios concretos. En esos cuadros de castas además de aguadores
o vendedores de frutas, se representa a afrodescendientes ejerciendo como
zapateros o como sastres, como en el caso de esta escena, “de lobo y negra,
chino”.
Esto
permitía al esclavo comprar su libertad mediante el pago de sumas periódicas al
propietario hasta saldar el valor en el que había sido tasado. Otros esclavos
consiguieron la libertad por decisión del amo, que lo dejó así testado,
frecuentemente como resultado de vínculos afectivos y de la gratitud a la
lealtad tras largos años de servicios.
3. El
comercio de esclavos
Tras la llegada de los europeos, la
población indígena en América se redujo drásticamente, por las guerras, las
enfermedades y los trabajos forzados, por lo que a partir del siglo XVI las
coronas europeas fomentaron el desarrollo de un mercado de esclavos en todo el
continente. A través de él, doce millones y medio de personas fueron convertidos
en esclavas y trasladados a América.
Nuestra siguiente parada es en el
cuadro titulado "Vista de Sevilla", atribuido a Sánchez Coello a
finales del siglo XVI. Sevilla era el único puerto habilitado para el comercio
con América desde 1503, momento en que se funda la Casa de Contratación (que se
puede ver al fondo). Fue un gran centro receptor de esclavos desde Canarias o
desde África occidental que eran vendidos en las escalinatas de la catedral de
Sevilla.
Vista
de Sevilla
Los navíos de la trata atlántica no
fueron simplemente barcos comerciales, también fueron prisiones flotantes, en
los que se transportaba a los cautivos en condiciones infrahumanas.
La duración de los viajes atlánticos
osciló entre 30 y 70 días. Cada barco negrero podía llevar entre 100 y 500
africanos. Los cautivos iban amontonados en la zona de la bodega, separados
normalmente los hombres de las mujeres y niños, encadenados, desnudos y mal
alimentados.
Por esto, muchos enfermaban y morían
durante el trayecto, otros enfermaban y fallecían al desembarcar, mientras
otros se suicidaban.
4. Los
esclavos como acompañantes
Nuestra siguiente parada es frente a un
cuadro muy llamativo, del quiteño Vicente Albán, que realizó en 1783 varias
obras dedicadas a la representación de modelos de la sociedad local.
A diferencia de las pinturas de castas,
los personajes representados por Vicente Albán se sitúan en paisajes abiertos
en que incluyen diferentes elementos de la naturaleza autóctona, como estos
árboles frutales con los frutos abiertos y claramente visibles.
La señora se muestra ricamente
ataviada. Su acompañante, la esclava negra, viste de forma similar a la de su
señora y también luce algunas joyas, como el collar y los pendientes. Sin
embargo, si nos fijamos en sus pies, va descalza. ¿Por qué pensáis que va tan
bien vestida pero no lleva zapatos?
Señora
principal y su negra esclava
En otros cuadros de Vicente Albán
podemos ver que tanto negras como indígenas iban descalzas, posiblemente por
sus costumbres. Sin embargo, es posible que el uso de joyas por parte de
esclavos responda a la intención de la señora de mostrar su poder y prestigio.
Las esclavas negras eran acompañantes
de viaje de mujeres blancas en travesías que podían durar de dos a tres meses,
dependiendo de los lugares de destino. Los españoles que emigraban a América
intentaban convencer a sus esposas o hermanas de realizar dicha compra, pues
para la sociedad del momento era fundamental tener al servicio una negra que
acompañase a las mujeres españolas en la vida cotidiana.
5. Los
oficios
Continuaremos hablando de los oficios
realizados habitualmente por la población negra de la mano de pequeña escultura
en cera realizada por el mexicano Andrés García.
Durante la primera mitad del siglo XIX,
el artista recogió en estas figuras un gran muestrario de los habitantes de su
país. Andrés García buscó siempre plasmar con realismo las características
étnicas de los personajes, especialmente a través de sus vestimentas.
Figura
de mantequero
Uno de estos personajes es "el
mantequero", del que García Cubas dice: "[vestido] de mandil y blusa
de manta, caminaba por las calles, sosteniendo en la cabeza la aljofaina de
hoja de lata, con dos o tres arrobas de manteca apilada."
Es así como se representa en esta
figura de cera, en la que el escultor muestra su habilidad al modelar un torso
robusto. Además del rosario que le cruza el pecho, lleva tatuado un felino en
el abdomen. Los tatuajes también rememoran el pasado cultural africano, pues
muchas culturas africanas utilizaban y siguen utilizando la pintura corporal
para diferenciarse entre ellas.
5. La
entrada del virrey Morcillo
Si nos giramos, podemos contemplar este
enorme cuadro titulado "La entrada del virrey arzobispo Morcillo en la
Villa Imperial del Potosí", se trata de una de las obras más importantes
de la colección de América Virreinal, que nos permite además seguir conociendo
esta sociedad y algunas de sus celebraciones.
La pintura muestra la entrada del nuevo
Virrey del Perú en la ciudad de Potosí. Está acompañado por una procesión encabezada
por el ejército a caballo que es contemplada desde las ventanas y los balcones
por los pobladores de la ciudad.
Estamos ante un reflejo de la sociedad
americana, como podíamos ver en los cuadros de castas, se trata de una sociedad
mestiza, a la que también pertenecía el propio pintor Melchor Pérez Holguín,
que se autorretrata en la parte inferior de la pintura. ¿Lo podéis encontrar?
Si observamos con detenimiento la obra,
comenzamos a ver numerosas personas afrodescendientes. También es curiosa la
distribución de géneros, el hombre como actor principal, la mujer en segundo
plano, como espectadora. Entre ellas, algunas mujeres parecen esclavas
africanas.
Entrada
del virrey arzobispo Morcillo en Potosí
Potosí era una
ciudad importante por sus minas de plata, famosa por su abundancia. En la
pintura vemos representado el Cerro Rico, de donde se extraía este mineral.
Cuando llegó
el Virrey Morcillo en 1718, la ciudad estaba en un momento de decadencia, de
ahí el interés de los mineros y de las autoridades por hacer este espectáculo.
Y es que para extraer la plata se utilizaba un sistema llamado
"mita", por el que los indígenas eran prácticamente esclavizados para
trabajar en las minas.
Esto produjo
una escasez de mano de obra, pues la esperanza de vida de los trabajadores era
muy baja y los indígenas huían para evitarla. Esta falta de mano de obra
aumentó la demanda de esclavos africanos, pero la altitud (Potosí está a cuatro
mil metros sobre el nivel del mar) afectaba mucho el rendimiento de los mismos.
También hubo negros libres y otros que
ganaban su libertad, como los que vemos representados en algunos detalles del
cuadro (bien vestidos y montando en mulos). Sin embargo, la afrodescendencia y
la esclavitud estuvieron ligados hasta después de la independencia de Perú y
Bolivia.
6.
Rompiendo estereotipos
Aunque suele considerarse que los
afrodescendientes ocuparon solamente los estratos más bajos de la sociedad y se
emplearon en los oficios más humildes, aguador, mantequero, palafrenero, etc.,
no siempre fue así. Dentro del rígido sistema virreinal, hubo grietas por las
que los afrodescendientes podían ascender: A través del matrimonio, de la
maternidad, o de la incorporación a ciertos oficios, etc.
Biombo del palacio de los virreyes
La siguiente
obra que veremos representada es la Alameda de México y el Palacio del Virrey.
Es un biombo con influencia del estilo japonés nambán, por lo que
muestra también el intercambio cultural que hubo entre esta región y Asia
gracias a los contactos comerciales.
¿Podéis reconocer algún afrodescendiente
aquí?
Junto a la
fuente observamos varios aguadores, que eran muy importantes, pues
transportaban el agua potable por la ciudad y que era un oficio principalmente
ocupado por afrodescendientes. En la ciudad de México, los aguadores tenían
derecho a usar tanto las fuentes públicas como privadas y portaban dos tipos de
cántaros, uno más pequeño para recoger el agua de la fuente y otro más grande
para transportarla. Aquí podemos observar como, después de coger el agua, la
cargan en burros para distribuirla por la ciudad.
En el biombo
encontramos también una niña de origen afroamericano asomada a una fuente en la
Alameda de México, vigilada por su aya indígena. Esta niña probablemente
pertenecía a una familia acomodada, por la calidad de su vestido. Además hay
otra mujer afrodescendiente, seguramente una esclava dedicada a tareas
domésticas, acompañando a su dueña en el parque y otro personaje más vendiendo
productos en el suelo.
Como podéis
ver, la presencia afrodescendiente podía encontrarse en muchos y variados contextos
sociales dentro de la sociedad virreinal.
7.
Protagonistas de la historia
La siguiente obra que veremos es una de
las más relevantes de toda la colección virreinal. Se trata de "Los
mulatos de esmeraldas", una pintura en la que los afrodescendiente retratados
dejan de ser personajes secundarios y se convierten en los protagonistas.
Podemos verlo en la forma en que van vestidos, las joyas que portan y el hecho
de que fueran ellos los retratados.
¿Quiénes pueden ser los personajes
representados en este cuadro? Dan fe de su importancia el hecho de que hayan
dejado de ser personajes secundarios para convertirse en los protagonistas de
la obra, así como la forma en que van vestidos y las joyas que portan.
El autor es Andrés Sánchez Gallque, un
pintor indígena al que se encargó este cuadro como regalo para el rey Felipe
III en 1599. Es el retrato firmado más antiguo que se conserva de todo el
virreinato del Perú.
Los
mulatos de esmeraldas
La pintura representa a don Francisco
de Arobe, de 56 años de edad con dos de sus hijos, de 22 y 18 años llamados don
Pedro y don Domingo.
En la región de Esmeraldas, al norte
del Ecuador, se asentaron dos comunidades de esclavos fugados Estas comunidades
se formaban de varias aldeas con una organización jerárquica. El retratado
aquí, don Francisco de Arobe era líder de una de estas comunidades.
Estas comunidades eran importantes por
situarse en la frontera del virreinato, pues los ex-esclavos podían pactar con
los ingleses o los holandeses que secuestraban a los barcos que navegaban cerca
de la costa.
Por este motivo, el virreinato del Perú
reconoció a estos descendientes de esclavos alzados, como gobernadores de una
extensa región, siempre que se sometieran a la Corona española. Este cuadro,
financiado por un oidor de la Real Audiencia de Quito, es una demostración
evidente de este logro.
La intención del retrato es presentar a
estos nuevos súbditos ante el rey, lo que se muestra en que llevan los
sombreros en la mano y no sobre la cabeza, mostrando sumisión y respeto por el
Rey de España.
Sin embargo, en sus joyas y su
indumentaria podemos observar que son personajes importantes: combinan el uncu (camisa)
indígena con un jubón y cuello. Por otro lado, las joyas de oro también son
elementos de prestigio, de origen indígena. Finalmente, portan las lanzas
propias del guerrero africano.
8.
¿Afrodescendientes en el ejército?
Otro de los caminos de ascenso social
de la población negra en la sociedad virreinal era sirviendo en el ejército,
como podemos observar en nuestra siguiente parada, con la obra "Entrada en
Quito de las tropas españolas", pintada por Francisco Javier Cortés en el
contexto del inicio de la lucha de independencia de Perú.
La pintura retrata una apacible ciudad
de Quito con su característica geografía, con los volcanes al fondo y una
población observando tranquilamente el desfile militar que desfila bajo los
arcos triunfales. La intención de don José Fernando de Abascal, el entonces
Virrey del Perú, era transmitir a las autoridades españolas el mensaje de que las
revueltas estaban controladas y la ciudad pacificada.
En este cuadro también encontramos un
reflejo de la sociedad de la época, hay un interés por representar los diversos
estamentos de la sociedad quiteña, que hace de esta pintura un extraordinario
retrato social y cultural de la ciudad en un momento clave de su historia.
Entrada de las tropas imperiales en la Ciudad de Quito
Los afrodescendientes podían entrar al
ejército en los llamados “batallones de morenos” (o de pardos y de negros). En
estos batallones, aunque el oficial fuese blanco, los soldados podían ser de
otra casta. Algunos negros o indígenas podían alcanzar un grado militar, como
capitán, teniente e incluso coronel.
Durante las luchas de independencia,
para contar con el apoyo de los esclavos negros, ambos bandos ofrecían la
libertad. Simón Bolívar, por ejemplo, decretó en 1816 la libertad para todos
los esclavos que se alistaran en el ejército rebelde.
A pesar de estas promesas de uno y otro
lado, muchas veces los decretos no eran cumplidos por la autoridad por falta de
políticas o disposiciones de compensación militar o bien por presiones de los
antiguos amos de estos esclavos. Muchos de los afrodescendientes que lucharon
en la guerra tuvieron que volver a la esclavitud o tuvieron que ser desplazados
a otras tierras. Sin embargo, a lo largo del siglo XIX la mayoría de las nuevas
naciones americanas prohibieron la esclavitud, como ocurrió en 1851 en Ecuador.
9.
Pervivencias culturales
En América los africanos reprodujeron
parte de su cultura. Su presencia dejó un legado rico y diverso, que forma
parte de las culturas actuales de las sociedades americanas y europeas.
África contribuyó
con saberes tradicionales, alimentos, semillas, etc. Los barcos
trasladaron desde África hasta América tubérculos, frutas y vegetales
cultivados por los esclavos. Desde allí se extendieron al resto del mundo el
melón, la sandía, un tipo de berenjena o el ñame, entre otros.
Por otro lado, la religión se convirtió
en custodia de sus costumbres de origen africano, mantenidas gracias a los
ritos religiosos.
Penca de Balangandan
Nuestra siguiente parada se trata de un
cinturón-amuleto femenino conocido como Balangandan, es un objeto relacionado
con la religiosidad popular creado por los esclavos africanos llevados a
Brasil, principalmente al estado de Bahía.
Cada
Balangandan es una pieza única, ya que constituye un conjunto de amuletos
elegidos por la dueña de la pieza, basando su elección en la suma de los
acontecimientos de su vida y sus creencias para que le acompañe la buena suerte
y le sirva de protección.
De esta
pieza, por ejemplo, cuelgan los siguientes elementos: una mano cerrada con el
dedo pulgar entre el índice y el corazón o figa realizada en madera con
casquete de plata, dos granadas; dos piñas; un racimo de uvas; un coco; un pez
articulado; una calabaza, con roseta de plata en la base; una pandereta y una
jarra.
Era
utilizado por las mujeres negras o mestizas llevándolos sobre los trajes
festivos. En algunos casos, estos cinturones eran utilizados como moneda de
cambio para comprar la libertad o en momentos de necesidad.
9.1. Música
Si hablamos
de música, seguro que se os viene a la cabeza algún estilo o instrumento de
raíces africanas. Encontramos desde instrumentos como la marimba o el cajón
flamenco hasta estilos como el jazz, el soul, el góspel.
Como ejemplo
de instrumento de raíces africanas nos detendremos en esta marimba. La marimba
es utilizada en muchos países de América y en 2015 fue declarada
"Patrimonio Cultural de las Américas". Sin embargo, se cree que el
origen de los xilófonos es africano.
Marimba
La música de marimba y los cantos y
bailes tradicionales son expresiones culturales que forman parte integrante del
tejido social –familiar y comunitario– de la población descendiente de
africanos asentada en América.
La música de
marimba se toca con un xilófono de madera de palma, equipado con tubos
resonadores de bambú, y se acompaña con sones de tambores y maracas. Este
elemento del patrimonio cultural inmaterial está profundamente arraigado en las
familias, así como en las actividades de la vida diaria.
También
fomentan la integración a nivel colectivo, gracias a prácticas ancestrales que
fortalecen el sentimiento de pertenencia a un grupo humano específico vinculado
a un territorio y un pasado histórico comunes.
9.1. Danzas
Si hablamos
de pervivencias culturales, es necesario que mencionemos las danzas africanas
que perviven en América. Una de ellas son las famosas "comparsas de
morenos" de Bolivia y Perú. Para hablar de ellas, busca la vitrina 5.13.
Las
comparsas de Morenos bailan por devoción a la Virgen y a los santos en las
fiestas que los conmemoran. El origen de los movimientos que se practican en
esta danza puede encontrarse en la pisada de la uva con la que los esclavos que
elaboraban el aguardiente.
Además, los
trajes y máscaras también hablan de esta herencia: las máscaras suelen ser de
color oscuro y muestran claros rasgos negroides como nariz chata, labios
abultados y pelo ensortijado.
Máscara
El conjunto
que observamos es uno de los trajes usados durante el Carnaval de Oruro
(Bolivia), donde se ejecuta La Morenada. Los danzantes
"cargan" sobre su cuerpo unos 30 kilos de traje y su máscara negra,
recuerdo de la esclavitud. De manera simbólica, cargan sus penas y sus
tristezas y ofrecen este sacrificio a la Virgen para pedirle que alivie su dolor.
La máscara
muestra rasgos exagerados (cejas prominentes, ojos abultados hechos con bolas
de plástico pintadas, nariz de cuatro pares de aletas y labios gruesos). El
pelo y la barba han sido realizados con fibra vegetal y la cabeza está rematada
por una corona con estrellas.
Traje
La chaqueta tiene un armazón de cartón
cubierto de tela bordada con hilo plateada y decorada con motivos como soles,
rostros masculinos y flores. Los bordes de la abertura delantera y las mangas
de terciopelo rojo están rematados por una tira de plástico plisado que imita
el metal dorado y la parte inferior de la chaqueta por una tira de fleco de
cuentas de plástico. Tiene además una capelina de tela blanca que cubre los
hombros.
En cuanto a la falda o pollerín, el
armazón le da una forma cilíndrica con una franja de tela blanca con una cinta
en la parte superior para sujetarla al la cintura. La decoración, similar a la
de la chaqueta, se divide en dos bandas horizontales separadas por una fila de
flecos y cuentas de plástico.
Algunos de los motivos decorativos,
como el sol y las flores de datura (en forma de trompeta, de colores blanco,
naranja, rojo o púrpura), son motivos tradicionales incaicos.
10.
Conclusión
Terminamos el recorrido delante de otro
ejemplo de serie de castas, en este caso realizada por Luis Berrueco. En un
mismo lienzo vemos las diferentes escenas que nos muestran las uniones entre
población blanca, negra e indígena.
Es interesante observar aquí cómo era
posible “blanquear la sangre” a la tercera generación, si se trataba de
población indígena, siempre que se produjeran uniones con blancos y que, sin
embargo. No se daba esa posibilidad para los
descendientes de la población africana.
La
esclavitud y su memoria han provocado a lo largo de los siglos una
estigmatización de quienes fueron esclavos y en ocasiones también de sus
descendientes.
Las
diferencias físicas externas, como el color de la piel de las poblaciones
procedentes de África contribuyeron a fortalecer las ideas sobre las distancias
construidas entre las poblaciones. Esto ayudó a justificar la esclavitud y
posteriormente la exclusión social y el racismo.
Aunque la
ciencia moderna demuestra que no existen distintas razas humanas y
que todos los grupos humanos estamos emparentados y procedemos de un tronco
común, en la actualidad todavía se mantienen muchos de los estereotipos que dan
pie al racismo y la discriminación.
En la
actualidad se siguen dando algunos movimientos de reivindicación sobre el
pasado esclavo africano. Para entenderlos es fundamental revisar el pasado y
hacerlo con ojo crítico.
No solo se
reclaman derechos básicos que hoy en día se siguen negando en algunos países y
situaciones, incluso el de la propia vida, sino que, durante siglos a ciertas
personas, por la etnia a la que pertenecían se les ha negado posibilidad de
estudio, de aprendizaje, de progreso y de mejora de sus condiciones de vida, es
decir, se ha imposibilitado que puedan cambiar su situación, perpetuando en sus
descendientes una y otra vez esa situación de marginalidad. Así, podemos
comprender el surgimiento de movimientos como Black Lives Matter,
por ejemplo.
Para poder
avanzar es crucial el conocimiento del pasado, pero también romper estereotipos
que nos han condicionado a mirarlo de una forma determinada y sesgada. El
patrimonio conservado en los museos es una herramienta indispensable para ello,
que nos invita a reflexionar y a hacer relecturas que quizá antes no se habían
planteado
https://www.cultura.gob.es/museodeamerica/exposiciones/2021-itinerarios/rastro-afrodescendiente.html
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