Misiones en la Nueva España: jesuitas, franciscanos y dominicos
Durante
la contrarreforma se crearon los clerigos regulares o congregaciones,
instituciones diferentes a las órdenes religiosas. Las congregaciones no tienen
regla, sólo constituciones y buscan estar en más contacto con la gente. Las
principales congregaciones que se crearon en esa época fueron los teatinos
(1524), los barnabitas (1533), los jesuitas (1540) y los oratorianos (1575).
Con la intención de impulsar las misiones se
creó en 1622 la Congregación de Propaganda Fide y
se crearían varios colegios. La idea era retomar el ejemplo de san Pablo
apóstol, quien dio a conocer el Evangelio entre los pueblos paganos, también se
tomaron en cuenta las experiencias de los padres de la Iglesia. Se tenía la
creencia, que la segunda venida de Cristo, es decir, la parusía, no se podría dar hasta que se hubiera
llevado el Evangelio a todos los pueblos. También se planteaba que la única vía
de la salvación del alma era por medio de la Iglesia y la religión Católica.
En el siglo XVIII se dio un nuevo impulso a
las misiones, en especial en las regiones de refugio como la
Sierra Gorda, Baja California, Noroeste Novohispano, Nuevo Reino de
Toledo, San Agustín de Florida y el Seno Mexicano llamado después Nuevo
Santander.
Estas regiones se caracterizaban por su
compleja accesibilidad geográfica, no habían tenido la atracción por la
existencia de minerales preciosos como oro y plata; además sus habitantes no
tenían una estructura política centralizada, lo que había complicado la
conquista militar.
Esta aventura misional en los siglos XVII y XVIII, la llevaron a cabo los
jesuitas, los franciscanos, dieguinos y dominicos.
En el norte se generó un sistema formado
por: misiones, presidios, reales, villas y camino
real que permitieron implementar un proyecto que realizó
transformaciones estructurales e ideológicas relacionadas con las
utopías, la aculturación, la occidentalización, la evangelización, la educación
de los indígenas, la enseñanza de oficios, la ampliación del territorio y la
expansión de la ciencia y el arte europeo.
Desde un punto de vista geográfico, las
misiones era una especie de islas, que buscaban que los indígenas que vivían en
ellas no se mezclaran con los indígenas paganos o con los españoles disolutos.
Las misiones eran espacios estratégicos para la convivencia y conocimiento del
otro.
Misiones jesuitas
La Compañía de Jesús fue fundada por san
Ignacio de Loyola, se convirtió en la principal congregación de la
contrarreforma, hacían voto de fidelidad al papa, se caracterizó por fundar
colegios y misiones. Los jesuitas se vincularon con los proyectos de
portugueses y españoles para misionar. En Goa se crearon
misiones en 1542 y en Japón en 1549 por san Francisco Xavier. Mientras que en América los jesuitas
empezaron su labor en Brasil en 1549. En el oriente
desarrollaron el método de acomodación que consistía en
aprender las lenguas autóctonas, respetar y ciertas normas y costumbres de
lugar, adoptar la vestimenta regional, etc., con la intención de acercarse a
los grupos sujetos a evangelizar. Era una aculturación en dos sentidos. El
principal representante de la acomodación fue Mateo Ricci, SJ.
Las principales plataformas de evangelización
del oriente fueron: Goa, Macao y Filipinas, desde donde se adentraron los
misioneros a Asia.
Los jesuitas habían llegado a
México en 1572, con el bueno visto de su general, Francisco
de Borja. La Compañía de Jesús en México fue presidida por el padre
y doctor Pedro Sánchez. La provincia mexicana de los jesuitas era muy
extensa, además de tener presencia en lo que hoy es México, se extendía a
Centroamérica, Cuba, Florida, Arizona e incluso Nueva Granada y
Filipinas.
Los jesuitas habían destacado por sus colegios en ciudades novohispanas,
teniendo presencia por los cuatros puntos cardinales. Tres colegios despuntaban
desde el punto de vista de formación de misionero, los de México donde
se enseñaba el náhuatl; el de Tepotzotlán se
capacitaba a los sacerdotes en lengua otomí y en Pátzcuaro
el purépecha. A los sacerdotes que dominaban las lenguas indígenas, les
llamaban: padres de lenguas.
El área principal de las misiones jesuitas fue el noroeste,
estableciéndose en: Sinaloa, Sonora, Baja California.
Guadiana (Durango), Parras, La Tarahumara y el Gran Nayar. Su presencia impulsó
el desarrollo en relación al Océano Pacífico y se abrieron puertos como San
Blas y Manzanillo.
Los misioneros jesuitas fueron hombres
muy preparados tenían conocimientos de teología, pero también relacionados con
la administración y producción del campo. Su estrategia se basaba en tres
etapas, en la primera hacían recorridos de reconocimiento para empezar a
alcanzar la confianza de los indígenas y empezaban a aprender sus lenguas. En
seguida congregaban a los indígenas en el lugar donde se había
construido la misión y en tercer lugar se les enseñaba lo referente a la
religión y a los oficios.
Por medio de la iconografía de
las misiones se observa que los jesuitas centraron su evangelización el Triduo
Pascual: pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, es decir
se enfocaron en el cristocentrismo. También se observa un importante culto
mariano, se fomentaron especial las advocaciones de Loreto, Refugio y
Guadalupe.
El primer misionero jesuita que despuntó
fue Gonzalo de Tapia, que estuvo en la región de Sinaloa,
en 1591, llegó junto con Martín Pérez a San Felipe y Santiago,
establecieron misiones en torno al Camino Real. Gonzalo de Tapia había nacido
en León, Castilla, llegó a la Nueva España en 1548. Estudio en el colegio de
San Pedro y San Pablo, estuvo en San Luis de la Paz, Zacatecas y Durango. En
Sinaloa estuvo tres años, donde aprendió las lenguas indígenas de la
región. Fue martirizado en 1594 en Teboropa.
La capital de las misiones jesuitas de Sinaloa se ubicó en
la Villa de San Felipe. Las primeras misiones fueron muy sencillas
construidas con adobe y en la época de esplendor, cuando ya las misiones
pudieron comerciar sus excedentes a las regiones mineras, se pudo construir
misiones con cantera, generalmente esto sucedió en el siglo XVIII cuando
dominaba el barroco.
En Sonora, la Compañía de Jesús encabezada por Eusebio
Kino (1645 -1711) evangelizó entre los pimas, mayos y yaquis. El padre
Kino murió en Magdalena en 1711, había demostrado junto con Salvatierra que
Baja California era una península. Los primeros en convertirse fueron los mayos
y luego los yaquis que pidieron que los evangelizaran los jesuitas. La Compañía
de Jesús 1hizo libros en lengua cahita.
Las misiones de Arizona era la de San Xabier del Bac y Tucson.
En Baja California, inició la misión Juan María de
Salvatierra en 1697. La península de Baja California era habitada por
los cochimíes, pericúes y guaycuras en La Paz y Loreto. Se establecieron 18
misiones, que se redujeron a 14, con capital en Loreto. Salvatierra murió
en Guadalajara a los 71 años de edad.
La misión de Guadiana era habitada por indígenas acaxes,
xiximes y tepehuanes. Se fundaron las misiones de Santiago Papasquiaro y
Santa Catarina Tepehuanes.
En la misión de Parras había indígenas zacatecas e
irritillas. Se le llamaba de así por la existencia de parras silvestres.
La misión Tarahumara se inició con Joan de Font y
luego con Julio Pascal en 1626. Los raramuris se rebelaron en varias
ocasiones, por ejemplo en 1652 y 1694 a 1698. En Chihuahua se crearon
alrededor de 158 misiones en 160 años de presencia, es decir, casi una misión
por año. Se han registrado misiones en 26 municipios de la región. La Tarahumara
estaba dividida en tres regiones: Baja o Antigua, Alta o Nueva y Chínipa. En
1639 la Tarahumara se convirtió en rectorado jesuita y para 1684 se crearon
dos: San Juan y Nuestra Señora de Guadalupe.
La última misión fue la del Gran Nayar o Nuevo Reino de Toledo,
iniciada en 1721, donde abrirían seis misiones y cinco visitas, en 45 años. El
cronista, gran misionero y experto en Cora fue José de Ortega, que
había nacido en 1700, a los 18 años entró con los jesuitas y estudió el
noviciado en Tepotzotlán. Fue profesor en los colegios de San Ildefonso,
Puebla y en el Máximo de la ciudad de México. Estuvo en el Gran Nayar
desde 1727 hasta 1754 que fue retirado por la enfermedad de la ciática. Murió
en el convento de San Juan de Dios de Puebla el 2 de julio de 1768
En todas las regiones evangelizadas por los jesuitas, hubo en algún
momento rebeliones indígenas, dirigidas por antiguos sacerdotes
indígenas. Rebeliones de tepehuanes, yaquis, guaycuras, coras y huicholes,
dejaron varios mártires jesuitas.
Los jesuitas fueron expulsados por Carlos III en 1767, debido a su
poder religioso, económico, eran grandes teólogos y eran importantes
hacendados, con conocimientos administrativos, agronómicos y económicos
avanzados. Los jesuitas de la ciudad de México fueron expulsado el 31 de marzo
y los de zonas aledañas el 25 de junio. En el norte estuvieron un poco más, por
ejemplo, en el Gran Nayar se convocó a los siete jesuitas que estaban en
las misiones el 23 de octubre y zarparon de Veracruz el 29 de noviembre de 1767.
El 21 de julio de 1773, el papa Clemente XIV dio la supresión total
de la congregación. Lo confirmó por real cédula Carlos III el 12 de octubre del
mismo año. En 1814 fueron restaurados.
Misiones Franciscanas
Los franciscanos, desde su fundador san
Francisco de Asís tuvieron interés por evangelizar entre los
mahometanos. Luego en el siglo XIII fueron grandes viajeros como son los casos
de Plancarpin y Rubruck.
En México, los franciscanos fueron los
primeros en llegar en 1523 encabezados por fray Pedro de Gante y al año siguiente llegó una misión de
doce frailes menores liderados por fray Martín de Valencia. Al
ser los primeros se establecieron en los cuatro puntos cardinales de la Nueva
España.
Fray Andrés de Olmos fundó la
misión de Tamaholipas para evangelizar a los indígenas olives
en 1554. Fue uno de los puntos de avanzada en el noreste novohispano. En
el siglo XVII la custodia de Salvador Tampico estaba formada por:
1. Villa de los Valles.
2. Tampico.
3. Ozuloama.
4. Tamaulipas.
5. Tamuín.
6. Tanquatalib.
7. Tampazquuin.
8. Talnacu.
9. Guatabos.
10. Tamitas.
11. Tamapuchi.
12. Huhuetlan.
Los franciscanos tuvieron por cien años el dominio de Nuevo México de
1581 a 1680 y fundaron la custodia de San Pablo en donde se realizó una
teocracia.
Fundaciones de misiones franciscanas en Coahuila:
1. Saltillo: San Francisco (1579) y San Esteban (1591).
2. Monclova: San Francisco (1690) y San Miguel de Luna (1675).
3. Nadadores: Santa Rosa de Nadadores (1675).
4. Cuatrociénegas: San Buenaventura (1675).
5. Candela, San Bernardino de la Candela (1690).
6. Lampazos: Nuestra Señora de Dolores de la Punta (1688).
7. San Buenaventura: San Buenaventura de la Consolación (1692).
8. Nava: San Andrés (1698).
9. Villa Unión: Dulce Nombre de Jesús de Peyotes (1698).
10. Guerrero: San Juan Bautista (1699), San Bernardo (1703).
11. San Antonio: San Francisco de la Espada (1714), La Purísima Concepción (1716),
San Juan Capistrano (1716), San Antonio Valero (1717).
Partiendo de Xichú, fray Juan Bautista Mollinedo llego
a Río Verde, donde fundó la misión que le sirvió de punta de lanza para
luego abrir misiones en Valle del Maíz, Tula y Jaumave, en el siglo XVII.
Los franciscanos y dieguinos abrieron a finales del siglo XVII y durante el
siglo XVIII, varios Colegios de Propaganda Fide, el primero fue el
de Santa Cruz de Querétaro en 1683 para evangelizar a los
otomíes de la Sierra Gorda. Le siguieron los colegios de Guatemala (1700);
Guadalupe Zacatecas (1707); Pachuca (1732); San Fernando (1734), San José de
Gracia, Orizaba (1798) y Zapopan (1812).
El fundador del Colegio de Santa Cruz de Querétaro fue fray Antonio de
Linaz, quien en 1679 en el capítulo general de Toledo había pedido
misioneros para la Sierra Gorda. El superior le comentó que sería mejor fundar
un colegio, el cual se abrió el 15 de agosto de 1683, de él surgirían los demás
colegios de propaganda fide de la Nueva España.
Desde 1640 se intentó conquistar y evangelizar Texas, Alonso de León con 110
soldados llegó el 25 de mayo en la fiesta de Corpus Christi. Tres franciscanos
del colegio de Querétaro empezaron esta labor.
El fundador del Colegio de Guadalupe Zacatecas fue fray Antonio Margil
de Jesús, que se destacó como uno de los misioneros más prolíficos, ya que
estuvo en Centroamérica y luego evangelizó Texas. En 1716 fundó cuatro misiones
en Texas (Nueva Filipinas): San Francisco, Virgen de Guadalupe (cabecera), san
Joseph y Purísima Concepción. Evangelizó entre las naciones: nasha, naeitdacho,
nacachas, asinays y nacodochis.
El Colegio de San Fernando de la ciudad de México, fue muy
famoso y entre sus misioneros despuntó: san Junipero Serra que fundó las misiones de Sierra Gorda; la de San Fernando
de Velicatá en Baja California y nueve misiones en Alta California.
Las misiones de Sierra Gorda deben encuadrarse en el marco de
la colonización de José de Escandón y de otros frailes
franciscanos que llegaron antes de Junípero. La misiones de la Sierra Gorda presentan un
estilo arquitectónico regional característico, con el empleo de una serie de
colores que representa a los diferentes grupos humanos de la región.
Las misiones franciscanas de la Sierra Gorda son:
1. Santiago Jalpan, 1744, antes de la llegada
de Junípero Serra.
2. San Miguel Concá, construida entre 1754 a 1758. En su fachada
destacan en el primer cuerpo las imágenes de san Francisco de Asís y santo
Domingo de Guzmán; en el segundo cuerpo están san Fernando, san Roque y el
escudo de la orden de frailes menores. El autor fue fray Antonio de Murguía.
3. San Francisco Tilaco construida por fray Juan Crispi entre
1754 a 7162.
4. Nuestro Señora de la Luz Tancoyol construida entre 1761 a
1767 por fray Juan Ramos Lara.
5. Inmaculada Concepción Landa por fray Miguel de la Campa
entre 1760 a 1768.
Las misiones de Junípero en Alta California fueron:
1.San Diego de Alcalá, 1769. Hoy San Diego.
2. San Carlos, Monterrey, 1770. Fue la capital de las misiones de la región.
3. San Antonio, 1771.
4. San Gabriel, 1771.
5. San Luis obispo, 1772.
6. Dolores, 1776.
7. San Juan Capistrano, 1766.
8. Santa Clara de Asís, 1777.
9. San Buenaventura, 1782.
José de Escandón después de
colonizar la Sierra Gorda tuvo la oportunidad de hacerlo en la costa del Seno
Mexicano fundando Nuevo Santander en 1748. En ese año
empezó Fray Jacobo de Castro, custodio de la custodia del
Salvador Tampico fundó las misiones de San Luis obispo de la Villa de Tampico,
San Francisco Tamcuayalab, Santa Ana Tamiaras, San Diego de Muehuetlán, San
Miguel Tamaquichman, Santiago Tamul, San Miguel Tamapach, Nuestra Señora de la
Concepción, San Pedro y San Pablo Tamlecan, San Andrés de los Huayabaos y San
Francisco de la Palma. En esta región se hablaban las lenguas: pames, huasteca
y mexicana.
Los misioneros franciscanos del Colegio de Guadalupe, Zacatecas fueron los
primeros encargados en fundar misiones en la región entre las que destacaron:
Santander, Presas, Camargo y Nueces. Sin embargo, sus diferencias con Escandón
provocaron que dejaran el Nuevo Santander en 1766.
El Colegio de San Francisco de Pachuca era de dieguinos,
rama observante, conocida también como descalzos. Se habían establecido en
primera instancia para evangelizar Filipinas, pero después se decidió que se
creara una provincia en México, que se caracterizaría por abrir conventos en
sitios mineros como Pachuca. El colegio de Pachuca tuvo tres etapas: primero
como convento de 1596 a 1732; luego como colegio apostólico perteneciente a la
provincia de San Diego de 1732 a 1771 y por último ya como colegio
independiente desde el 9 de julio de 1771 con autorización de Clemente XIV.
Los misioneros de Pachuca fueron a evangelizar parte de la Sierra Gorda, de
lugares que actualmente pertenecen al estado de Hidalgo y luego a fines del
siglo XVIII apoyaron a evangelizar Nuevo Santander y Coahuila.
En la región de Sierra Gorda, los dieguinos fundaron misiones e Toliman,
Jiliapan, Pacula y La Misión. En Nuevo Santander: San Vicente
Presa del Rey, Palmas, Guadalupe Boca de los Ángeles y Palmitos. Administraron
las misiones de Coahuila en: San Miguel Arcángel, Nadadores, Vizarrón,
Paxtes, San Bernardo y San Juan Bautista del Río Grande.
Misiones dominicas
Los dominicos originalmente les tocó evangelizar el centro y sur
de la Nueva España, por lo que generaron una ruta que inicia en Tepetlaoxtoc
hasta llegar a Centroamérica. Tuvieron la intención de fundar una serie
de conventos en torno al Golfo de México desde Coatzacoalcos hasta Florida,
pero fracasó.
Con la creación de la Provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala en 1551 y
la de San Hipólito de Oaxaca en 1592, los dominicos de la Provincia de Santiago
tuvieron que ver hacia el norte de la Nueva España.
Los dominicos fueron enviados a misionar entre los jonaces de
la Sierra Gorda en el siglo XVII dirigidos por fray
Felipe Galindo y fray Luis de Guzmán. En 1705 fray
Luis de Guzmán apaciguó a los indígenas jonaces.
Después de la expulsión de los jesuitas se encargaron de las misiones de Baja
California; además fundarían nueve misiones más arriba del paralelo 28.
Las misiones agustinas
Los ermitaños de san Agustín fueron los
terceros en llegar a la Nueva España en 1533 y se encargaron de
evangelizar las poblaciones situadas en el Meridiano 98 y en Michoacán,
creándose así dos provincias: la del Santo Nombre de Jesús y la de San Nicolás
Tolentino.
Fray Juan de Sevilla y fray Antonio Roa emprendieron
la evangelización de la Sierra Alta. El primero se concentró en Meztitlán. El
segundo en Molango y además evangelizó en la Huasteca. Precisamente de la
Huasteca bajaron los agustinos hacia la Sierra Gorda para evangelizar entre los pames y
estuvieron en Jalpan antes que el franciscano Junípero Serra. Las
misiones agustinas en la Sierra Gorda fueron: San Agustín Xilitla (SLP); en
Hidalgo: Monserrate Tzitzicaxtlan, Pisa Flores, San Pedro Chapulhuacán,
La Misión, Pácula, San José Xilipan (1608) y en Querétaro: Arroyo Seco,
Santiago Jalpan (1608), Lanza y Pinal de Amoles. Fray Lucas Cabeza de
Vaca fue el último ermitaño de san Agustín en Jalpa y quien le entregó
la misión al franciscano Junípero Serra.
Reflexiones finales
La labor misionera en México fue muy extensa e intensa, fue
emprendida por varias órdenes religiosas y congregaciones. Quedan infinidad de
vestigios de estos trabajos, que hoy causan asombro por la complejidad para
llevar a cabo esta tarea en situaciones adversas.
Es importante aclarar que si bien algunos sacerdotes figuraron, no se debe
olvidar los trabajos de los sacerdotes menos conocidos. Por ejemplo: la
evangelización de la Sierra Gorda, no fue una labor única de san Junípero de
Serra, ya que antes de él, otros franciscanos, agustinos, dieguinos y dominicos
habían trabajado intensamente por evangelizar la región.
Los procesos de aculturación, occidentalización y de evangelización fueron
complejos y tuvo que contar con la participación de las órdenes mendicantes y
de los jesuitas. La fundación de colegios especializados como los de propaganda
fide le dieron un nuevo impulso a las misiones novohispanas.
A partir de las misiones se crearon varios pueblos, se conformó un importante
patrimonio cultural en sus iglesias y se da cohesión social por las fiestas
religiosas.
En el siglo XIX, España entró en crisis y fragmentación. Se dieron las
independencias nacionales, lo que significó la terminación de la misiones.
Actualmente existe un profundo interés por la población, asociaciones
civiles y el INAH por catalogar las misiones, hacer inventarios, trabajos
arqueológicos y de restauración.
http://histormex.blogspot.com/2020/01/por-jose-omar-tinajero-morales.html
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