martes, 5 de diciembre de 2017

SOCIEDADES SECRETAS Y SECTAS

LA CAMORRA

La Camorra fue también una Sociedad secreta constituida para defender a cierta clase social contra los excesos del Poder Público. Pero esta clase social que empezó a defenderse "desde la sombra" no era ciertamente digna de tal defensa, pues se trataba, ni más ni menos, de una asociación integrada por presidiarios y expresidiarios. Naturalmente, sólo cuando hubo un número considerable de ex cristalizó la organización.

     Cierto que por aquellos tiempos -últimos años del siglo XVIII y primeros del XIX- los abusos y las arbitrariedades cometidas contra los presos por sayones, sicarios y carceleros sin escrúpulos y sin piedad eran constantes; más, así y todo, parece raro que haya de admitirse como fin social respetable la defensa de unos delincuentes.. Defensa que, por otra parte, será violenta siempre, traidora, impulsada por los deseos más innobles de venganza, muy superior en daño a la ofensa que la motiva.

     Se desconoce a ciencia cierta el origen de la palabra camorra. Hay quienes afirman que es un vocablo español; camorra: esto es, riña, pendencia, tumulto, de los que se derivan contusiones, heridas y hasta muertes. Para otros historiadores deriva de la voz napolitana camurra. Quienes así opinan olvidan que camurra es una corrupción de zamurra o zamarra, prenda masculina española que parecía ser el uniforme de los pícaros, delincuentes profesionales durante los siglos XV, XVI y XVII. Y no han faltado quienes estiman que deriva de la palabra árabe kumar, juego de azar prohibido ya en el Corán porqu se prestaba a las trampas y a los abusos.

     Debe advertirse que aún cuando La Camorra que se hizo famosa fue la italiana, en todos los países han existido siempre sociedades secretas similares, pues La Camorra es el robo organizado, la explotación por la violencia de los vicios y delitos ajenos, el impuesto del maleante sobre el infeliz que trabaja. Sin embargo, la voz camorra sólo adquirió significado genérico al referirse a la famosa Sociedad secreta napolitana.

     Se ignora cuando empezó a actuar, pero en 1820 ya lo hacia de modo regular y aparatoso. Pertenecían a ella personas de uno y otro sexo y de todas las clases sociales; las cuales como en una organización militar, podían estar en situación activa o pasiva, y alcanzar dentro de la primera muy diversas graduaciones. Existía, pues, una auténtica jerarquía dentro de La Camorra. Quienes ingresaban en ella tomaban el grado de garzone di mala vita; y cuando, pasado un tiempo de seis años, habían demostrado su temple, valor y audacia, ascendían a picciotto di sgaro. Los cuales luego de pruebas secretas que consistían en soportas heridas, quemaduras, envenenamientos en sus cuerpos, ganaban el nombre de tamurros.

     El ingreso se celebraba durante una reunión solemne de la
  •   Paranza, algo así como célula comunista de hoy.
  • Los Hermanos Mayores y el postulante se reunían  en torno a una mesa, cubierta por un tapete negro, sobre la que había una cruz, un puñal, una pistola y un vaso de veneno.
  • La fórmula del juramento era ésta: "Juro por esta Cruz hacer una tirata -duelo a cuchillo- con un compañero; ser fiel a mis asociados y enemigo de las autoridades públicas; no tener ninguna relación con la policía; no denunciar a ninguno de mis compañeros ladrones, amarles más que a los otros porque ponen en peligro sus vidas. Y si falto a este juramento aceptaré recibir la muerte".
     La Camorra quedó dividida en Paranzas o centros comarcales, cada uno de los cuales tenía plena autonomía, aún cuando todos dependían de un supremo jefe que solía residir en Nápoles. Sólo en casos excepcionales y de extremo peligro o interés para la colectividad, se unían varias o todas las paranzas.


     Cada paranza estaba mandada por un Masto -maestro-, generalmente uno de los miembros más bravos y con la hoja de servicios más impresionante, nombrado por cuantos integraban el grupo, y que recibía de éstos juramento de fidelidad y obediencia absoluta. Era él quien podía convocar a los asociados, y él quien planeaba las fechorías y designaba a quienes hubieran de cometerlas; y él repartía el botín.
     El camorrista pasivo -honorario-, no participaba de los beneficios, pero tampoco tomaba parte de los delitos; era la suya una situación más bien de simpatizante, y se prestaba a encubrir a los compañeros activos, a esconder los objetos robados, a "soplar" al Masto los lugares y el tiempo más propio para realizar las empresas.

     El Masto era auxiliado, administrativamente, por el contaruolo o tenedor de libros y por el capo carusiello o cajero. Los camorristas se llamaban entre sí compagni. Si uno de estos moría en riña o durante el acto de servicio, la Sociedad no sólo indemnizaba a su familia, sino que también vengaba al asociado implacablemente, aunque esta venganza exigiera mucho tiempo y gastos considerables.

     Entre las industrias explotadas por La Camorra estaban:
  1. La mendicidad organizada a la perfección;
  2. Las malas artes organizadas en los juegos de naipes y dados; 
  3. El contrabando tanto terrestre como marítimo,
  4. La protección impuesta a los industriales y comerciantes, 
  5. La usura, la estafa, el chantaje, el atraco, los robos, el asalto a fincas urbanas y rústicas cuyos propietarios se hallasen  ausentes y los agios de Bolsa.
     La Camorra estaba en relación constante con los camorristas encarcelados y aun con aquellos delincuentes presos que sin ser miembros de la Sociedad ésta intentaba atraérselos, por considerarles con cualidades excepcionales para la mala vita. Para tal relación se valían de las mujeres camorristas -esposas, madres,amantes, novias, hermanas, hijas-, quienes acudían a las prisiones con mensajes "en clave" que eran transmitidos por medio de gestos, ademanes y palabras sólo traducibles por los interesados en recibirlos. La Camorra, como es lógico, lo primero que hizo, cuando contó con recursos económicos cuantiosos, fue organizar el soborno de jueces, esbirros, testigos de cargo, alguaciles y carceleros.

     Hubo época -la de oro en la existencia de La Camorra-, durante el reinado de los últimos Borbones, en que príncipes, duques, ministros, magistrados, banqueros, regidores, jefes de policía trabajaban codo a codo con los camorristas de acción, participando de los enormes beneficios del contrabando, de los grandes préstamos con usura, de las jugadas de Bolsa amañadas, de los garitos y de los prostíbulos. Hubo elegantes -hijos de nobles o políticos- que presumían de pertenecer a La Camorra.

     Esta Sociedad tuvo su código -no escrito- que comprendía veinticuatro artículos, cuyo conocimiento era exigido a penas, el garzone de mala vita se convertía en picchione d´honore o en picchione di sgaro. Y tuvo también su lenguaje secreto de germanía con términos altamente expresivos:
  • Freddare, equivalía a matar;
  • Palo, era el polizonte;
  • Asparago, el guardián;
  • Agnello, el asaltado, la víctima;
  • Dormiente, el cadáver; y
  • Bobotta y Tictac, el arma de fuego.
     Tal fuerza llegó a tener La Camorra como sociedad perfectamente organizada y disciplinada, que llegó a contar en 1840, con más de 30 mil afiliados activos y cerca de 100 mil afiliados pasivos, que los Poderes Públicos, sólo preocupados por las revoluciones de tipo político, procuraron no perseguirla mientras no se mezclase en la política subversiva. Por el contrario, todos los revolucionarios pactaban con ella y de ella se sirvieron para sus fines: la unidad de Italia y la implantación de las ideas liberales y socialistas.

     Es famoso el hecho de que cuando entraron en Nápoles en 1860 las tropas reales y éstas iniciaron el saqueo de la ciudad, el prefecto de policía, un garibaldino de pro, se dirigió a La Camorra, y ésta, actuando como milicia ciudadana...¡tomó bajo su protección las vidas y las propiedades de los napolitanos, hasta que llegó Garibaldi con sus tropas!

     Sin embargo, cuando ya habían triunfado, los propios jefes revolucionarios -Silvio Spaventa en 1848 y Garibaldi en 1877- fueron quienes con más saña persiguieron a los camorristas.

     No obstante, la actuación de La Camorra, aún duró muchos años; y algunos de sus grupos se trasladaron a los Estados Unidos, y colaboraron allí con miembros de La Mafia y de la Mano Negra.

FIN DEL CAPÍTULO TRES... CONTINUARÁ


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