10
FANTÁSTICOS RESTOS ROMANOS
EN
ESPAÑA
El Imperio dejó su
huella en la Península erigiendo colosales obras arquitectónicas. ¡Descubre la
Hispania de los romanos!
Ruinas de Itálica,
en Santiponce, Sevilla
En sus inicios, esta ciudad romana fue fundada por el general romano
Publio Cornelio Escipión para que sus soldados pudieran descansar tras la
victoria conseguida frente los cartagineses en el siglo III a.C. Experimentó
una larga época de bonanza hasta que el declive del Imperio romano causó su
decadencia. En la imagen, mosaicos romanos que se
colocaban en el suelo de las casas como decoración con motivos animales.
Basílica de Baelo
Claudia, Cádiz.
Cerca de la ciudad de Tarifa y dentro del Parque Natural del Estrecho,
los romanos fundaron
esta ciudad en el siglo II a.C., situada en un precioso enclave a pocos metros
del mar. En la imagen aparecen los restos de la basílica y en primer plano la plaza
sur, pero uno de los lugares más importantes de este yacimiento era la factoría
de salazón y garum. Además también se puede visitar las ruinas del antiguo
teatro –con capacidad para 2.000 personas–, varios templos, tiendas, termas y
murallas.
Acueducto de
Segovia
Una de las construcciones romanas mejor conservadas de toda la Península
ibérica es el acueducto de Segovia. Esta obra de ingeniería
da cuenta de las grandes aportaciones que llevaron a cabo los arquitectos
romanos en cuanto a la funcionalidad de sus edificios. Gracias a este
acueducto todos los habitantes de la ciudad recibían agua en sus casas.
Murallas romanas
de Lugo
Con el romanticismo de las luces nocturnas, las murallas
romanas de Lugo –declaradas Patrimonio
de la Humanidad– muestran una de sus mejores imágenes. Fue
levantada en el siglo I a.C. por orden del emperador
Augusto en la antigua ciudad romana de Lucus Augusti.
Actualmente, la muralla rodea el casco antiguo de la ciudad, perfecto para
recorrer callejeando, posee un adarve de 2 kilómetros de largo que permite
pasearla de principio a fin.
Teatro romano de
Cartagena
El Museo del teatro romano de Cartagena fue diseñado de
manera que el visitante inicia un camino mediante el cual se va sumergiendo
poco a poco en un mundo antiguo cuyo final es la entrada al gran teatro romano.
Los trabajos de restauración llevados a cabo a principios del siglo XXI
permiten apreciar todas las partes que formaban la estructura: la cávea (gradas),
la orchestra (dónde actuaba el coro), el proscenium (donde
se situaban los actores), la scaena frons (el frente escénico)
y el patio porticado detrás de la escena.
Anfiteatro romano
en Tarragona
La ciudad tiene unos orígenes comunes con los de las primeras ciudades
de Itálica, donde los primeros asentamientos fueron los campamentos de las
legiones que descansaban después de las batallas de conquista. Con el paso del
tiempo, Tarraco se convirtió en una ciudad de gran importancia para el Imperio
romano, siendo la capital de la provincia Tarraconensis. El
anfiteatro, construido en la época de Augusto,
junto con las murallas, templos, el foro y un acueducto son los vestigios
que se pueden visitar actualmente.
Ruinas de
Ampurias, Girona
La conquista de este puerto y mercado griego supuso la vía de entrada de
la romanización a la Península
ibérica. Se produjo durante la Segunda
Guerra Púnica con el desembarco del ejército
romano en las costas de la ciudad en el año 218 a.C. Entre las ruinas de
Ampurias todavía se pueden observar los restos de varias domus,
con los mosaicos que se colocaban en el suelo y la ínsula que formaba un
grupo de casas, la basílica, el forum y las tabernae.
Minas de Las
Médulas, León
En plena comarca de El Bierzo, las montañas de la Médulas fueron una de
las fuentes más importantes de oro para el Imperio romano. La explotación de estas minas por parte de los
romanos se inició durante la época del emperador Augusto. El historiador Plinio el Viejo ya
habla de las excavaciones en las minas de oro de esta zona, remarcando la
dureza de las condiciones en las que trabajaban los obreros.
Mosaicos romanos,
Mérida
Uno de los elementos artísticos que más caracterizan el arte romano
fueron los mosaicos con los que decoraban las paredes y el suelo de los lugares
más cotidianos. En Mérida,
antigua Emerita
Augusta, se puede visitar el teatro romano –uno de los mejor
conservados–, el anfiteatro, el circo, el acueducto, el puente y el arco
de Trajano,
además de algunos mosaicos. En la imagen, las pequeñas piezas de forma
cuadrada, las teselas, recrean una escena cotidiana de caza.
Casa de las
columnas, Numancia, Soria
Se trata de una ciudad antigua ya desaparecida que fue fundada por
celtíberos. Los numantinos ofrecieron una fuerte oposición al Imperio, que tuvo
que enviar diferentes cónsules para tratar de negociar con la resistencia.
Finalmente, la ciudad cayó después de un largo sitio del ejército de Escipión
en el año 133 a.C. Hoy en día, entre sus vestigios, se pueden visitar las
murallas y algunos templos romanos.
Los
magníficos vestigios
que hoy se esparcen por el país atestiguan el auge que alcanzó la provincia
romana de Hispania.
Desde el año 218 a.C. y durante siete siglos, el Imperio creó campamentos
inexpugnables –la muralla de Lugo sigue
acorazada con 10 puertas y 71 torreones–, infraestructuras civiles –el
acueducto de Segovia fue erigido con sillares
prodigiosamente armados sin argamasa– o colonias diseñadas para el retiro de sus soldados
veteranos.
En ellas se vivía entre villas, termas y templos, viendo luchar a los gladiadores en anfiteatros como el de
Itálica, uno de los mayores del Imperio con aforo para 25.000
espectadores, y deleitándose en teatros como el de Emerita Augusta, cuyo
escenario resonaba con una acústica que sigue maravillando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario