viernes, 22 de mayo de 2020


COMARCAS  ESPAÑOLAS (4)


     EL  ALJARAFE  (Sevilla)


 Y


 EL  ALJARAFE  ISLÁMICO



Rica en tradiciones, cultura, historia y arte. Así es la gran azotea de Sevilla. La comarca andaluza del Aljarafe rezuma un pasado de quilates por todos los poros. De su antiquísimo pasado dan fe, por ejemplo, los túmulos megalíticos de la Pastora, Matarubilla y Ontiveras, que se remontan a la Edad del Cobre. Una de las culturas más antiguas que se estableció en el lugar fue la de Tartessos, cuyo legado más conocido es el tesoro del Carambolo, encontrado en el lugar del mismo nombre cercano a Castilleja de la Cuesta y perteneciente al municipio de Camas.
Más tarde fueron los romanos quienes ocuparon la zona. Llamaron Vergetum (vergel) a la actual Aljarafe, debido a su fértil producción y exportación de vino y aceite a Roma y otras ciudades del Imperio. De aquella época se conserva el puente romano de Aznalcázar y algunos mosaicos en Castilleja del Campo.

Anfiteatro de Itálica./ Pufacz

Sin embargo, como poderoso enclave durante la dominación musulmana de Al-Ándalus, Tierras Altas, como así llamaron a esta comarca del oeste sevillano, fue durante este periodo cuando alcanzó su mayor esplendor. Sus fértiles suelos en los que predominan el olivar, los frutales y las vides han dejado huella arquitectónica en pórticos y ventanas, alquerías, ermitas, azulejos o iglesias de estilo mudéjar.
Los árabes controlaron estas tierras, pero se toparon con un duro enemigo que les dio batalla: los vikingos, que, procedentes de las costas gallega y portuguesa trataron de remontar el río Guadalquivir tras saquear poblaciones enteras como Medina Sidonia o Cádiz. Fue entonces cuando el califa de Córdoba Abd al-Rahmán II organizó un ejército para defender sus posesiones. Más le valía.
La batalla de Tablada enfrentó al emirato andaluz con las huestes de piratas vikingos a finales del año 844 en la comarca del Aljarafe. Según las crónicas musulmanas, la victoria árabe fue aplastante. Se dice que 30 naves normandas fueron quemadas y cerca de 20.000 invasores perecieron, una cifra que parece exagerada. Después de la contienda, los supervivientes nórdicos saquearon la localidad onubense de exagerada.  Después de la contienda, los supervivientes nórdicos saquearon la localidad onubense de Niebla y prosiguieron rumbo hacia la costa noroccidental de África.

Plaza de Santiago de Castilleja de la Cuesta./ Gerz

Dos joyas del rico patrimonio del Aljarafe son el Palacio de Hernán Cortés, en Castilleja de la Cuesta, y la residencia del Conde Duque de Olivares, en el municipio de mismo nombre. Junto a estas dos localidades componen la comarca del Aljarafe otros municipios como Bollullos de la Mitación, San Juan de Aznalfarache, Santiponce, Tomares, Villanueva del Ariscal, Bormujos, Camas, Espartinas, La Puebla de Cazalla y muchos más. En total son 24.

Los amantes del pasado tienen en Santiponce otra excursión de obligadísima visita: el conjunto arqueológico de Itálica, las ruinas de la antigua ciudad romana fundada por Escipión y cuna de dos emperadores hispanos que tuvo Roma: Trajano y Adriano. Bajo su mandato, el Imperio alcanzó y mantuvo su máxima extensión territorial en el siglo II.
Castilleja de Guzmán tiene de interés el Jardín Histórico de J. Nicolá Forestier para los amantes de la botánica, y los devotos de la cerámica tienen que ir a Salteras para contemplar la mejor colección de cerámica de la famosa fábrica Pickman-La Cartuja. Ya del siglo XIX merece la pena también visitar la Hacienda Pata de Hierro que, sita en Villanueva del Ariscal, alberga una de las bodegas más conocidas de la zona, la de Góngora.

Mausoleo de Pedro Segura y Sáez/cuadernosderutas.files.wordpress.com


En el año 1942, el arzobispo de Sevilla por aquel entonces, cardenal don Pedro Segura y Sáez, emprendió la magna empresa de construirse sobre la cornisa del Aljarafe un magnífico mausoleo de indefinible estilo, entre mudéjar y barroco, que perpetuara su memoria. La parte principal, sobre la capilla que contiene los restos del cardenal y su idolatrada hermana Elena, adopta la forma de la Giralda y sirve de pedestal a una gigantesca imagen del Sagrado Corazón de Jesús. El conjunto, que alcanza los 42 metros de altura, es visitable desde la ciudad y sus alrededores.
El interesante complejo funerario-religioso, también conocido como ‘el Vaticano del cardenal’, comprende, entre otros edificios religiosos, tres iglesias, un vía crucis que zigzaguea cornisa arriba, con sus cruces estacionales, un parque aterrazado que se jalona con altares pasionistas y puntos de reposo y meditación adornados de imágenes pintadas o esculpidas. Poca cosa. Con la Iglesia ha topado el viajero.


EL ALJARAFE ISLÁMICO


A lo largo de la Historia, los municipios que componen nuestra provincia han vivido grandes momentos de esplendor.
Estos episodios han propiciado la existencia en nuestro territorio de magníficas ciudades y villas, cuyos vestigios romanos, árabes, mudéjares o barrocos conforman un capital ingente para el segmento cultural de nuestro Turismo.
Y es ahí donde la puesta en valor de este capital histórico y cultural ha hecho que nuestros municipios sean conscientes de que sus monumentos, sus obras de arte, sus edificios y su patrimonio inmaterial constituyen un enorme atractivo para el turismo.
Porque ‘Hay otra Sevilla’ más allá de la Giralda.
De hecho, si hablamos del patrimonio monumental de nuestros pueblos, estamos ante el más rico de Andalucía, con cerca de 300 monumentos declarados como bienes de Interés Cultural.
Conscientes del potencial de este producto, el del Turismo Cultural, la Mancomunidad de Desarrollo y Fomento del Aljarafe ha editado una serie de guías que recorren la herencia histórica de la comarca.
Estamos convencidos de que, con esta iniciativa, se contribuirá sin duda a un mayor conocimiento y difusión de nuestro ingente legado
Murallas Hisn Al-Faray
Iglesia de Nuestra Sra. de Consolación
El origen del nombre Aljarafe viene del vocablo árabe “al Xaraf”, que significa mirador, elevación, otero.
El poeta árabe Ibn Saifar elogia dicha zona cuando dice que “ofrece las delicias del Paraíso”. Poetas árabes cantaron en sus versos que “Sevilla es la novia y el Aljarafe su diadema”.
Existen muchos vestigios y elementos del Islam a su paso por nuestra comarca, viéndose plasmado en la toponimia de los cascos históricos de muchos municipios, en sus elementos constructivos (alquerías, cortijos, fuentes, murallas,…) o en las propias denominaciones de los municipios.
Hacer un recorrido por la cultura y la huella monumental del Islam en nuestra comarca es una apasionante aventura para el visitante.
En esta guía hacemos una propuesta para acompañar vuestra visita, con ella, no será difícil sentir, dejarse llevar e impregnarse de la magia del Islam, arropado por las recomendaciones y consejos de “El Aljarafe Islámico”.

A lo largo de la Historia, los municipios que componen nuestra provincia han vivido grandes momentos de esplendor.
Estos episodios han propiciado la existencia en nuestro territorio de magníficas ciudades y villas, cuyos vestigios romanos, árabes, mudéjares o barrocos conforman un capital ingente para el segmento cultural de nuestro Turismo.
Y es ahí donde la puesta en valor de este capital histórico y cultural ha hecho que nuestros municipios sean conscientes de que sus monumentos, sus obras de arte, sus edificios y su patrimonio inmaterial constituyen un enorme atractivo para el turismo.
Porque ‘Hay otra Sevilla’ más allá de la Giralda.
De hecho, si hablamos del patrimonio monumental de nuestros pueblos, estamos ante el más rico de Andalucía, con cerca de 300 monumentos declarados como bienes de Interés Cultural.
Conscientes del potencial de este producto, el del Turismo Cultural, la Mancomunidad de Desarrollo y Fomento del Aljarafe ha editado una serie de guías que recorren la herencia histórica de la comarca.
Estamos convencidos de que, con esta iniciativa, se contribuirá sin duda a un mayor conocimiento y difusión de nuestro ingente legado.
Fernando Rodríguez Villalobos

Presidente de la Diputación de Sevilla

La conquista de Hispania

La conquista musulmana de la Hispania visigoda fue un proceso militar y político, en el que, en poco tiempo (711-720), los musulmanes se hicieron con el control de la práctica totalidad del territorio peninsular e incluso parte del sur de Francia. Tras diez años Hispania estaba bajo el califato Omeya solo a falta de la región entre Asturias y Cantabria. Los musulmanes que entraron en Hispania en el año 711 no fueron solo árabes, una gran parte de ellos eran bereberes del norte de África, al mando del bereber, Táriq ibn Ziyad, aunque bajo la soberanía del califa árabe Abd al-Malik y su virrey del norte de África, Musa ibn Nusair. La conquista de Hispania Al-Andalus y el Aljarafe Islámico 9 Tariq desembarcó a principios del año 711 en Tarifa con un ejército de 7.000 hombres, formado por árabes y sobre todo bereberes, e incluso cristianos del norte de África. Tariq se asentó en el Peñón de Gibraltar, lugar protegido por su altura y fue recibiendo a todo su ejército en sucesivos desembarcos. Desde allí pasó a Cádiz y Algeciras y comenzó a saquear zonas y ciudades de la baja Andalucía.

Abu Abd ar-Rahman Musa ibn Nusayr ibn Abd ar-Rahman Zayd al-Bakri al-Lajmi o Musa ibn Nusair (en árabeأبوعبد الرحمن موسى بن نصير بن عبد الرحمن زيد اللخمي), llamado Muza o Musa en la tradición española, fue un caudillo militar musulmán yemení (era de los Lájmidas, conocida como tribu del sur o del Yemen123), gobernador y general del califato Damasquino Omeya (640716/718) en el norte de África (Ifriquiya, actual Tunicia). A la edad de 71 años participó en la invasión musulmana de la península ibérica, según la historiografía tradicionalmente admitida, basada en crónicas árabes de los siglos X y XI, y fue el primer valí de al-Ándalus, gobernando entre los años 712 y 714.

El general y emir Muza golpea con el látigo a Tariq, humillándolo públicamente. Año 713.


TáriqTáreqTáric o āriq ibn Ziyād al-Layti (en árabeطارق بن زيادTarik en la transcripción tradicional española) (muerto en 722) fue un general, perteneciente a los bereberes Nafza, que dirigió la conquista musulmana de la península ibérica (Hispania visigoda), según la historiografía tradicionalmente admitida, basada en crónicas árabes de los siglos X y XI. El nombre "Gibraltar" es el derivado en español del nombre en árabe Jabal Tāriq o Jab al-Tarik (جبل طارق), que significa "montaña de Táriq", nombrada así tras su desembarco en este lugar.
Fueron diversos los elementos que facilitaron la acción de los conquistadores:
• La centralización política del reino,
 • La inseguridad causada por las bandas de esclavos fugitivos,
• El empobrecimiento de la Hacienda Real,
• La grave crisis demográfica del reino,

Al ver que Tariq se hacía fuerte y no encontraba resistencia, Rodrigo (que estaba en esos momentos sitiando la ciudad de Pamplona) acudió contra él. Cuando las tropas de Rodrigo se enfrentaron con Tariq, con un ejército bastante menguado y dependiendo en gran medida de los efectivos disponibles aportados por los nobles, sufrió la derrota del río Guadalete, que tuvo lugar a finales de Julio del 711, muriendo el rey en ella.


Foto del califato de damasco

Tariq se hizo con un gran botín, y tras haber establecido esta cabeza de puente en el sur, Musa llegó a Hispania en ese mismo año. Desembarcó con 18.000 hombres en Cádiz (ya bajo control musulmán).
Musa fue llamado a Damasco por el califa en el 712, dejando al frente del ejército en Hispania a su hijo Abdel-Aziz ibn Musa (Abdelaziz) que instaló la sede del gobierno Omeya en Sevilla, la convirtió en la primera capital de Al-Andalus, actuando desde ella como wali. Acusado de haberse convertido al cristianismo, Abdelaziz fue asesinado en la mezquita de Sevilla mientras estaba rezando y su cabeza fue enviada al califa.
Al-Andalus dependiente del califato Omeya estaba dividido en demarcaciones territoriales denominadas Coras, entre las cuales aparece la de Sevilla IsbilIa, dentro de la cual figura de manera destacada la circunscripción o distrito de Al-Xaraf.


                La revuelta de los Abbasies provocó la caída de la familia Omeya al frente del poder califal en Damasco. El príncipe Abderramán I huyó hacia la frontera occidental, refugiándose en Al-Andalus, donde estableció un emirato (poder político) independiente del califato de Bagdad, desde el 756 hasta el 929, constituyendo el Califato de Córdoba. Así, Córdoba fue capital del Emirato Independiente y del califato Omeya de occidente, época en la que alcanzó su mayor apogeo artístico, literario, cultural y científico.

LOS REINOS TAIFAS

 Los reinos taifas se repartían en tres grupos: Los taifas Árabes (Sevilla, Córdoba, Toledo, Zaragoza), los taifas bereberes (Málaga, Granada) y los taifas eslavos (Valencia, Murcia).


La conquista de Toledo por Alfonso VI, obligó a los musulmanes a pedir ayuda a los almorávides, quienes unificaron Al-Andalus. Entre 1.090 y 1.110 los almorávides habían conquistado gran parte de la península pero fueron frenados por el Cid en Valencia. Sin embargo, la corrupción entre sus gobernantes y el avance cristiano, provocaron la segunda división del territorio en reinos taifas (bandos o facciones en árabe) llegaron a ser casi cuarenta tras la desmembración del califato de Córdoba. Hacia 1.147 tuvo lugar la invasión almohade, que volvieron a unificar Al-Andalus e hicieron frente a los cristianos. La antigua Taifa de Granada se configuró entre los siglos XIII y XV constituida por familias Nazaríes, y alcanzó gran esplendor político, cultural y administrativo, hasta la caída en 1.492 frente a los reyes católicos de su último sultán Boabdil.

La Taifa de Sevilla o reino Abadí de Sevilla

(Taifa Ishbiliya) fue un reino independiente musulmán que surgió en Al-Andalus en 1.023, a raíz de la desintegración del califato de Córdoba. Se constituyó simbólica y oficialmente cuando Abu-Al-Qasim negó la entrada en la ciudad al expulsado califa de Córdoba y desapareció con la llegada de los almorávides en 1.091.
La de Sevilla fue una de las últimas en constituirse, debido a que la cora de Sevilla gozaba de cierta autonomía respecto al califato cordobés.
Durante el siglo XI el reino de Sevilla fue uno de los centros culturales más importantes de Al-Andalus con numerosos escritores. El emir Al-Mutadid y su hijo AlMutamid cultivaron la poesía, iniciados en este arte por el poeta Ibn Ammar.
En 1.042, Al-Mutamid, de la familia de los abadíes, acapara totalmente el poder casándose con la hija del rey eslavo de la Taifa de Denia.

Salón de Embajadores

Uno de los principales atractivos del Alcázar es pasear por sus jardines, donde se aúnan caracteres árabes, renacentistas y modernos. Están dispuestos en terrazas, de vegetación verdeante, multitud de naranjos y palmeras, con fuentes y pabellones, donde se respira frescor y quietud. Supone un lugar para el sosiego y el descanso en la calurosa ciudad. Se destacan los Jardines del Príncipe con la fuente de Neptuno, y los Jardines del Naranjal con la fuente del León. También el Pabellón de Carlos V, donde murió el rey Fernando III. El resto de jardines son más modernos, podemos encontrarnos con el escudo y nombre del rey Alfonso XIII.

Cenador de Carlos V

Pabellón de Carlos V

Alberca del Jardín de los Poetas desde el mirador sobre la muralla almohade.



En 1.085, tras la toma de la taifa de Toledo, Al-Mutamid junto con otros reyes taifas, solicita ayuda a los almorávides, intentando evitar las consecuencias del pacto de su padre con Alfonso VI y con ello, sitiar Sevilla.
Sin embargo tras frenar y derrotar a las tropas cristianas en la batalla de Zalaca, los almorávides acabaron por conquistar los reinos taifas, cayendo el sevillano en 1.090, tras lo cual Al-Mutamid fue exiliado al Magreb donde fallecería. El adalid conquistador de Sevilla gobernaría hasta 1.114.
            Al-Mutamid, que ejercía como gobernador de la conquistada taifa de Silves (1.063), destacó como poeta y estableció en Sevilla una corte culturalmente muy refinada y, como su padre, continuó con la expansión territorial de Sevilla, anexionándose Córdoba (1.070) y Murcia (1.071).

La Agricultura de Al-Andalus

Cuando los musulmanes llegaron a la Hispania romano-goda, se encontraron con un panorama alimentario muy limitado. La tierra no producía, se basaba en el consumo de cereales y en la vid, una agricultura de tradición romana, conservada prácticamente sin variación por los visigodos.
Los musulmanes introdujeron diversas técnicas de regadío, entre otras, las canalizaciones de agua o acequias, el uso de desniveles del suelo, los pozos, las galerías perforadas y los drenajes.
Para el aprovechamiento del agua de los ríos y pozos se utilizaban ruedas y norias elevadoras que permitían llevar el agua hasta una alberca, de donde salían las acequias y canales. Podíamos encontrar la que se movían por la corriente del agua, las que funcionaban con la fuerza de un animal o las de balancín.

Noria árabe

La prosperidad de la comunidad musulmana y la elevada densidad de población llevó a la necesidad de optimizar los recursos alimenticios, la diversificación de cultivos y la producción de cultivos alternativos para uso comercial (para tejidos, seda, o en fabricación del papel) y medicinal.
Las labores del campo se desarrollaban de acuerdo con un calendario agrícola, dependiente de las condiciones climatológicas, que hacía productivos los cultivos de caña de azúcar, algodón, las palmeras, las sandías, el trigo, la cebada y demás cereales, las aceitunas, los albaricoques, ciruelas y manzanas,…
Por otro lado las frutas también dieron origen a la industria conservera, con la elaboración de almíbares, arropes o jarabes, mientras las plantas aromáticas desarrollaban la industria de perfumes.
La producción agraria llegó a ser tan elevada, que surgieron excedentes alimentarios, que al ser vendidos, favorecieron el que otras personas de la comunidad se especializaran en determinados oficios, lo que dio lugar a una economía y una cultura urbana muy desarrollada.
La sociedad musulmana desarrolló el concepto de jardín-huerto, conocido como al-munya, o almunia.

Jardín-Huerto
Los musulmanes introdujeron nuevos productos muy populares hoy, como es la berenjena, originaria de la India y difundida por el mediterráneo a través de Irán; El higo, procedente de Constantinopla y que llegó a exportarse a Oriente; Los cítricos, como el limón, el toronjo y la naranja amarga que fueron importados de Asia Oriental y utilizados para conservar los alimentos.

Gastronomía y Repostería de Origen Árabe

El mundo musulmán y árabe ha dejado multitud de huellas en la gastronomía de Andalucía. El uso especiado de sus guisos, el manejo de sabores alternando la almendra y la aceituna cocinada, así como el uso de utensilios de barro, para la cocina tradicional, se ha mantenido hoy en nuestros fogones.
Algunas de las preparaciones que más denotan la influencia en nuestra cocina actual son: los platos a base de sémola, los fideos (al fidaws), los macarrones, los guisos de arroz, tanto dulces como acompañados de carne o pescado; los guisos de volatería, los enmielados, los escabeches (al sikbay), los hojaldres y empanadas, y las frituras: buñuelos, tejeringos, pestiños; los guisos a base de pescado y carne picada, y, lo más espectacular de todo: la repostería.

El Aljarafe Corona de Sevilla

El nombre de la comarca conocida como el Aljarafe, situada al noroeste de la Sevilla capital, (llamada Isbilia durante la dominación musulmana), proviene de al-Saraf, que se define en el árabe clásico como especie de lugar alto, a partir del cual se dominan las vistas desde poniente. Por eso, resulta usual en las fuentes andalusíes calificar este territorio por su eminencia topográfica como monte del Aljarafe (yabal al-saraf) y también como corona de Sevilla. 

El proceso de conquista no solo tuvo consecuencias políticas y económicas, también culturales y lingüísticas sobre todas las lenguas romances de la península tomaron numerosos préstamos léxicos del árabe andalusí.

Mezquita Ishbila de Sevilla 

            En el Aljarafe esta toponimia está presente prácticamente en casi todas las denominaciones actuales de sus localidades.
Muy escuetos son los datos referidos a los primeros asentamientos que se erigieron en el Aljarafe tras la incorporación de Al-Andalus en la Dar Al-Islam (mundo islámico o casa del Islam). Desde aquel momento, una serie de alquerías y fortalezas no pararon de condicionar el panorama arquitectónico del distrito con la aparición creciente de localidades de actividad rural desde la época emiral (s. IX).
El Aljarafe se ordenaba dentro de la entonces entidad territorial llamada CORA de Sevilla. Se trata de una circunscripción rural designada por las fuentes textuales y geográficas andalusíes como distrito del Aljarafe (Iqlim al-Saraf). La cora de Sevilla contaba durante la época de presencia musulmana (ss. VIII-XIII) con doce distritos rurales más.

Fuente del Chorro de los Siete Caños (Istán)

Este pueblo de la comarca de la Sierra de las Nieves puede presumir de contar con el murmullo del agua durante todo el año. Además de ser un excelente mirador del Valle del río Verde, la localidad destaca por tener un entramado de calles de origen morisco que llevan al visitante hasta hermosos rincones, vinculados casi siempre con el agua. El más importante es El Chorro, donde se encuentra la Fuente de los Siete Caños, de la que brotan aguas cristalinas que pasan por un antiguo lavadero. Este enclave es uno de los emblemas de la riqueza acuífera de esta zona de la provincia.

Debido a que el material constructivo de los musulmanes fue fundamentalmente el ladrillo, de escasa perdurabilidad, quedan pocos vestigios representativos de su importante presencia e implantación cultural que han dejado una fuerte seña de identidad en la comarca.
En el municipio de Albaida del Aljarafe hay restos de una ladrillera que ha estado en funcionamiento durante siglos hasta hace muy poco, y es posible que -entre otras- produjera material para construcciones de la provincia. De hecho es notorio que los ladrillos de la Ermita de Cuatrovitas en Bollullos de la Mitación tienen el mismo peso y dimensiones que los de los Caños de Carmona en Sevilla capital.

Foto de antiguo horno para la fabricación de ladrillos el Albaida del Aljarafe.

La delimitación del Aljarafe según fuentes árabes de la época señala que probablemente tuviera su frontera oeste en el curso del Guadiamar, llamado por las fuentes de la época (wadi al-Talb). Fue precisamente en este curso fluvial donde se demarcaban los límites del Aljarafe con el distrito colindante de Huevar (Iqlim Webar) llamado también como distrito del trigo (Iqlim alBurr). Hacia el noroeste, el curso del mismo río dibujaba los límites del Aljarafe con el distrito de Tejada (Iqlim Talyata) llamado también como distrito de la cebolla (Iqlim-Al-Basal).
Por ser dotada de imponentes instalaciones defensivas, las crónicas aluden en contextos relacionados con la época Abbadí (s. XI) a la barriada de Aznalcázar (bawmat bisn al-Qasr). Este asentamiento semi urbano que conserva hasta el momento su antiguo nombre árabe, no tardó en transformarse durante el siglo XII en imponente baluarte defensivo bajo la soberanía imperial almohade, Asimismo, se cita con frecuencia el prestigioso palacete de Aznalfarache (Hisn-Al-Fary).
No obstante la edificación más representativa de la presencia musulmana en el municipio de Albaida del Aljarafe es sin duda, la Torre Mocha. Es el monumento más importante con el que cuenta esta localidad, conocido también como la Torre de Don Fadrique.
Las crónicas fijan la extensión del Aljarafe islámico en cuarenta millas de longitud desde el norte hacia el sur. Alguna referencia al respecto ubica su límite norte en la alquería de Qura, conocida desde el siglo XI como Aznalcóllar (Hisn Qura). Esta alquería fue considerada por el decano de los historiadores andalusíes, Ibn Hayyan, como límite septentrional del Aljarafe.
Por el flanco este que da al rio, el aljarafe limita con el distrito Iqlim al-Madina, dependiente de la capital, y hacia el noroeste con el distrito de Itálica (iqlim Taliqa).
Hacia el sur, los alfoces (arrabales) meridionales del Aljarafe alcanzan el coto de las marismas (al-Sibaj) según las aclaraciones del geógrafo ceutí Al-Idrisi.
Las estimaciones relacionadas con la extensión máxima del poblamiento rural en el Aljarafe se cifraron en doscientas veinte alquerías. Según los dictámenes jurídicos de la época, el número de hogares que componían una alquería andalusí oscilaban entre una media aproximada de treinta viviendas.
            Esta torre contiene una lápida sobre la que se puede leer una placa que dice; “El infante Don Federic mandó facer esta torre”. Por lo que se hace mención a que fue construida por Don Fadrique; en ella se puede ver también que su origen es anterior, perteneciente al siglo XI en el periodo almohade. Fue ahí cuando adquirió mayor importancia debido a que fue el sistema defensivo junto a las murallas árabes de Sanlúcar la Mayor y se caracterizó por ser uno de los mayores sistemas defensivos de la Taifa de Sevilla frente a la Taifa de Niebla.

Foto de la torre mocha de albaida

Sin embargo, la densidad demográfica y el incremento de población alcanzaron su máximo grado durante la época califal (s. X).
Cabe señalar que la localidad de Mairena del Aljarafe (Muryana al-gafiqiyyin) figura también como una antigua alquería.

MAIRENA DEL ALJARAFE


Mairena del Aljarafe nace como tal en época de dominio musulmán y recibe el nombre de ‘Maharana’, lo que viene a significar ‘Hato de Pastores’, pues los árabes hicieron de estas tierras una alquería.

El Aljarafe es una comarca que ha ejercido un complemento aceitero a las huertas de la Vega de Sevilla, sabiéndose que existe un poblamiento desde antiguo, al menos en forma de villas "de las que hay restos en el término" en época de la Bética Romana, cerca de Itálica e Hispalis. Pero las primeras noticias de este núcleo datan de la época andalusí "cuando desde el Aljarafe se exporta por Isbilia una gran cantidad de aceite". Entonces, la comarca está llena de alquerías, una de ellas, Maharana (¿hato de pastores?") al Xaraf, que pertenece a la cora o provincia califal de Sevilla, luego a la taifa de la capital y, en el siglo XIII, al reino almohade de la misma.
Es conquistada por Fernando III de Castilla en 1247 y adjudicada a la jurisdicción de Palomaresa la que pertenece hasta 1639, en que se separa y también cuando la villa se vende a Gaspar de Guzmán, conde duque de Olivares. Esto constituye una práctica habitual tras la conquista castellana en Andalucía, de la que Mairena no se libra, aunque entonces es un pequeño pueblo. Pronto, los Álvarez de Toledo construyen su casa palacio junto a la iglesia mudéjar en el centro o cruce de los dos caminos principales: San Juan de Aznalfarache-Almensilla y Palomares-Bormujos. Después, pasa a los Astillanos y, finalmente, a la casa de Alba. La economía continúa basada en el olivar, afianzándose dos haciendas, que luego serán referencias del crecimiento urbano.
A finales del siglo XVIII se levanta la nueva iglesia parroquial y con las casas Grande, Asián y la Prusiana forman un núcleo, más las viviendas en torno a varias haciendas, contando en 1877 con 659 h., cuya principal ocupación es el cultivo del olivar. En 1842 baja a 640 y se recoge en la obra de Madoz la denominación vulgar de Mairenilla de los Tacones "para diferenciarlo de Mairena del Alcor" "que entonces es mucho más importante (3.623 h), mientras Palomares, por otra parte, sólo cuenta con 566". Entonces, el olivar cubre casi toda su jurisdicción y el pueblo está  "entre un frondoso arbolado de olivos" con 206 casas, más  las haciendas de Teatinas, Porzuna, Los Valles y los Gallardos, registrándose cinco molinos de aceite en el pueblo y cuatro fuera. Ya se denota en su precaria economía la proximidad de Sevilla ""la generalidad de los vecinos no tiene otra ocupación que conducir leña de olivo a la capital""; si bien, el camino carretero "los otros se dicen locales" es el que se "dirige por el oeste al Condado de Niebla".
Mairena pasa de 1.094 h. en 1900 a 1.896 cincuenta años después, suponiendo un crecimiento medio anual en torno al 11 por mil, que es un incremento natural (diferencia natalidad-mortalidad) más bien bajo para la época. En cambio, entre 1950 y 1970 el incremento es por inmigración, 66 por mil, y hasta 1981 (12.672) se acerca al 100 por mil. Es decir, que desde mediados del siglo XX Mairena empieza a cambiar considerablemente.
Primero, es el impulso desde San Juan de Aznalfarache (ciudad dormitorio de la primera línea aljarafeña con fuertes relaciones tradicionales con Sevilla ) por el Suroeste, alcanzando el lindero con Mairena (calle Ávila y cementerio). Así, surgen la barriada de Lepanto (entre las avenidas de Mairena y la Campana y la carretera de Palomaresy el primitivo Simón Verde, en la cornisa, con grandes parcelas y chalets de lujo. Después, crecen las barriadas y urbanizaciones, en torno a dos ejes principales, que son las carreteras ya citadas a San Juan y Palomares, en una variada tipología (bloques de viviendas, casas adosadas, unifamiliares aisladas), tomando como base antiguas haciendas. Se va llenando el término con Ciudad Aljarafe, Cavaleri, barriada de las Mercedes, Ciudad Expo, Estacada del Marqués, los Rosales, Almendral, Valle Blanco, Porzuna y la expansión de Simón Verde, haciendo un rápido recorrido en sentido contrario a las agujas del reloj, sin contar el extenso polígono industrial P.I.S.A. al Norte.
Entre 1981 y 1991 se duplica la población, que llega a los 25.000 h., y en 2005 la cifra oficial es de 38.770 h., aunque debe pasar de los 40.000, porque en estos núcleos de rápido crecimiento, proveniente en gran parte de la capital, el empadronamiento no suele realizarse en el momento del desplazamiento. Aun así, el crecimiento medio anual es de casi el 50 por mil, cuando el incremento natural está en torno al tres. Pero no acaba ahí; las perspectivas de la línea de metro a la capital ha acelerado las promociones inmobiliarias en los últimos años y existen proyectos de obras, como el complejo terciario, que comenzará a primeros de 2007. Se trata de una gran plaza, dos torres de 15 plantas con oficinas y hotel, centro de negocios, estación de autobuses y parada de taxis, como punto de intercambio con el metro.

El centro, un pueblo andaluz y aljarafeño, está alargado y constreñido por las edificaciones recientes y, aunque durante mucho tiempo Mairena ha sido un pequeño núcleo, cuenta con algunos lugares visitables. Entre ellos destaca la iglesia de San Idelfonso, de la segunda mitad del siglo XVIII (pero sobre un templo mudéjar), con exterior blanco y finos marcos de color, a especies de molduras, sobre arcos y dinteles; en el interior, de tres naves, hay retablos y tallas de cierto valor. También tiene interés las haciendas, como la de Porzuna, de origen árabe, que alberga la Fundación Forja XXI, Cristo de la Mata, Casa de la Virreina o Grande. Las fiestas no difieren del resto de Andalucía: Corpus, velás en algunos barrios, celebraciones patronales y, sobre todo, la feria de junio, versión a pequeña escala de la de Sevilla, y que cada vez tiene más importancia, a pesar de su juventud "su primera edición tiene lugar en 2002".

Economía, población y área de influencia.  Mairena del Aljarafe ha pasado en el último cuarto del siglo XX de ser un ámbito rural puro a integrarse claramente dentro del Área Metropolitana de la Capital provincial, de la que dista tan sólo siete km. En este hecho ha influido también la disposición del municipio de Sevilla, donde el efecto barrera del antiguo trazado del ferrocarril y del río Guadalquivir en su nuevo cauce artificial a pie de la Cornisa del Aljarafe, favorece el crecimiento extramuros de la ciudad hacia el Este. Y así nos encontramos con la zona histórica y comercial de Sevilla sensiblemente próxima a los municipios del Aljarafe, formando un sistema urbano en el que el centro funcional tiende a ser centro geométrico. Estas circunstancias son advertidas por buena parte de la población sevillana en la década de los ochenta, que acaba fijando su lugar de residencia en MairenaY hoy esta ciudad pertenece a la Mancomunidad de Desarrollo y Fomento del Aljarafe, que incluye a 31 municipios, ocupando el primer lugar en volumen de población, renta per cápita y número de recibos de contribución urbana.
Las tierras de este municipio son fértiles, con predominio del olivar, representado en el escudo del ayuntamiento, pero hoy son vistas desde una perspectiva de calidad ambiental y localización óptima para el uso residencial. El municipio de Mairena ofrece una gran extensión de terrenos a los núcleos limítrofes de la Cornisa: Camas, San Juan de Aznalfarache, TomaresGelves y Castilleja de la Cuesta, habiendo éste último ofrecido un patrón de crecimiento similar en la década de los setenta del siglo XX. De este modo, la reserva de suelo pasa de ser un recurso agrícola a  urbanístico, que ha aumentado dramáticamente su peso específico en términos económicos, por lo que no es de extrañar que el sector de la construcción sea el más importante del municipio, rasgo que se extiende lógicamente al resto del Aljarafe sevillano.

Real Hermandad Sacramental y Cofradía de Nuestra Señora de las Mercedes


También, se menciona otra alquería (Qura), que identificamos con el actual municipio de Coria del Río.

Foto de la ermita de Cuatrovitas/Bollullos. Mezquita cristiniazida

Otros indicios subrayan la importancia de la alquería de Talmit del Aljarafe cuya apelación alude en idioma bereber a una especie de planta silvestre. Se menciona también la alquería de Qarrata “situada al pié del monte” donde arrancan las estribaciones del Aljarafe.
El erudito jurisconsulto onubense Ibn Hazm (s. XI) señala en su obra genealógica “la alquería de Qarsana del Aljarafe”. Se menciona también la alquería de Almensilla (al-Mansiya) que conservó su antiguo nombre árabe hasta la actualidad.
Imponente fue la alquería de Sanlúcar la Mayor “Salluca” que permaneció como aglomeración semi-urbana hasta finales del periodo andalusí. Sus impresionantes murallas de tapial, cuyos restos aún se conservan, indican la creciente importancia que tuvo esta localidad en el dominio almohade (ss. XII y XIII).

Foto de los restos de la muralla árabe en Sanlucar la Mayor

Tampoco faltan datos acerca de otro tipo de viviendas rurales conocidas como “Maysar” frecuentes en el Aljarafe, se trata de una especie de cortijos o casas de campo. Aparecen datos de los cortijos de Maysar Sayyed, Maysar Talmil, Maysar al-Qurasi, Maysar al-Zubri, Maysar Ibn al-Yadd y Maysar al-dimasqi.

LA ERMITA DE TORRIJOS

La Hacienda de Torrijos fue una antigua fortaleza militar árabe que perteneció a Torija Tabaraid.
Actualmente pertenece a los marqueses de Casameandro que cede al pueblo para su famosa romería, que se celebra anualmente con la patrona de la villa, cada segundo domingo de Octubre.
La Hacienda tiene la calificación de BIC (Bien de Interés Cultural) y se puede visitar el patio y la capilla.

Foto de la hacienda de Torrijos y de su hacienda.
La hacienda de Torrijos originalmente no fue concebida como edificio religioso, pero la historia la condujo en esa dirección. Su pasado como antigua fortaleza militar árabe queda patente por la presencia de murallas y torres. Es muy recomendable visitar la capilla para admirar su retablo del siglo XVIII.


Foto de la antigua fortaleza militar árabe/Valencina de la Cocepción

LOS BAÑOS ARABES DE PALOMARES DEL RIO

Están situados en la intersección de la calle Iglesia y el camino a Gelves, sobre una elevación del terreno en la zona oriental del municipio y cercano a la vega del Guadalquivir.
Se consideran fundamentales en la tradición cultural árabe y en el Corán ya que tiene una acción purificadora que habilita al musulmán para la oración. Estos baños no son de inmersión como los romanos, sino que funcionan por vapor de agua. Después de dejar sus pertenencias en el vestuario, se accedía al baño a través de la sala fría, posteriormente se pasaba a la sala templada y finalmente a la sala caliente.

Foto de los baños árabes de Palomares del Río

Del baño público o hamman, fechado entre los siglos XII y XIII, se conserva una estancia de ocho metros de largo por cuatro de ancho, de planta rectangular y con bóveda esquifada. Lo reducido de sus dimensiones concuerda con las descripciones del cronista de la época Idrisi, que recoge la existencia de pequeñas instalaciones balnearias en las aldeas del Aljarafe sevillano.
Fue excavado y restaurado en 2.001, después de ser declarado Bien de Interés Cultural (B.I.C.) por la Junta de Andalucía. En el 2.005 se produjo el hallazgo casual de unas estructuras, junto a los baños, pudiendo estar relacionadas con estos, destacando un pozo donde funcionaba una noria para sacar el agua.
Además de la restauración de los baños, se ha intentado recrear lo que sería un jardín en época musulmana, intentando aproximarse a la flora de la época.
Los baños de Palomares del Río tienen la particularidad de ser los únicos de estas características en el ámbito rural de la provincia de Sevilla.


LA ERMITA DE LA VIRGEN DE GUIA

Situada a la entrada de Castilleja, se sitúa un “morabito” o “rábitha”, construido en el período almohade (1.100-1.200). A raíz del siglo XVI se le denominaría como Ermita de Nuestra Señora de Guía, al haber aparecido junto a sus muros en el mes de mayo de 1.525, una Imagen Mariana titulada de Guía.
Hasta el año 1.634 el terreno donde se levanta la citada ermita perteneció a la localidad de Camas, fecha en la que fue adquirida, por el señor don Pedro de Guzmán, Conde Duque de Olivares.

Virgen de la Guía en Castilleja de la Cuesta

TORRE DE SAN ANTONIO EN OLIVARES

La Torre de San Antonio de Olivares es una torre árabe del siglo XI, que servía para controlar el camino entre Olivares y Gerena, así como torre que enlazaba visualmente con la Torre de D. Fadrique de Albaida.

Torre de San Antonio, Olivares

Desde allí se controla visualmente la vega donde se asienta Gerena, por lo que dicha torre debería servir para prevenir los ataques procedentes del norte y también, por su situación, ubicada en una vaguada poco profunda, por donde corre un río poco profundo y de escaso caudal, pudiera haber sido utilizada para controlar un curso de agua o un vado.

MURALLAS CASTILLO SAN JUAN DE AZNALFARACHE

Esta fortaleza, que dio nombre al lugar, se construyó entre 1.196 y 1.197 por mandato del almohade Yacub Yufuf Almanzor, utilizándose luego como residencia del rey-poeta Al-Mutamid.


La Muralla es Almohade, de unos años antes de la conquista de Sevilla, por parte de Fernando III. De la huella y la presencia musulmana en estas tierras, quedaron para la posteridad obras como la Giralda, la Torre del Oro y la Muralla de San Juan de Aznalfarache.
Es posible que el rey poeta Al-Mutamid, pasara temporadas en San Juan de Aznalfarache, huyendo del estío de Sevilla, pero sin alejarse demasiado para poder controlar su reinado. Así, pese a no gustarle la guerra, ordenó restaurar las fortalezas romanas de la ribera del Guadalquivir, muriendo cien años antes de que se construyera la muralla de San Juan.
Yusuf Almansur (Almanzor), Hijo de Abu Yucud Yusuf y nieto del Yusuf, que desterró a Almutamid (y que no tiene nada que ver con el auténtico Almanzor, del que le pusieron su nombre) fue el constructor de esta fortaleza.
Cuando Fernando III el Santo emprendió la conquista de Sevilla, hizo acampar sus huestes en los campos de Tablada y mandó que el gran Maestre de Santiago, don Pelayo Pérez Correa, estableciese su cuartel general entre Coria del Río y San Juan de Aznalfarache.
Los árabes de este castillo se defendieron con gran bravura. “Los moros del castillo de Triana y los de Aznalfarache dieron mucho que hacer a los cristianos”. Después de grandes esfuerzos, don Pelayo Correa logró reducirlos a la obediencia, pasando a cuchillo a los principales. Muy importante debió ser este castillo cuando en las capitulaciones, los moros pidieron a San Fernando que les dejase las fortalezas de Aznalfarache, Niebla y Sanlúcar, como así les fue concedido.
La prosperidad de Aznalfarache llegó a su mayor apogeo durante la invasión musulmana. Eran los árabes excelentes agricultores y entonces cambió su nombre romano de Julia Constancia por el Hans-alharaf, que significa “El Castillo del Huerto”, de donde se derivó Aznalfarache. El sobrenombre de San Juan lo tomó porque después de la conquista de Sevilla perteneció a los caballeros de la Orden militar de San Juan de Jerusalén.
No sólo era Aznalfarache una Atalaya desde donde se podía vigilar gran extensión de terreno, sino un maravilloso jardín o lugar de recreo.
Los alrededores de Sevilla debían ostentar una gran belleza pues cuenta un historiador árabe, que cuando AlMotamid abandonó la ciudad para ir al destierro en unión de su familia:
            “volviose a mirarla con gran pena y le pareció una rosa abierta en medio de una florida llanura”

Para Comer

Al existir varias rutas que engloban un gran número de localidades del Aljarafe y Doñana sevillanos los remitimos a la Guía Gastronómica del Aljarafe y a la web (www.aljarafe.com), donde podrá encontrar restaurantes en cada municipio con sus datos de contacto y especialidades.



























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