COMARCAS ESPAÑOLAS (4)
EL ALJARAFE (Sevilla)
Y
EL ALJARAFE ISLÁMICO
Rica en tradiciones, cultura, historia
y arte. Así es la
gran azotea de Sevilla. La comarca andaluza del Aljarafe rezuma
un pasado de quilates por todos los poros. De su antiquísimo pasado dan fe, por
ejemplo, los túmulos megalíticos de la
Pastora, Matarubilla y Ontiveras, que se remontan a la Edad
del Cobre. Una de las culturas más antiguas que se
estableció en el lugar fue la de Tartessos, cuyo legado más conocido
es el tesoro del Carambolo, encontrado en el lugar
del mismo nombre cercano a Castilleja de la Cuesta y perteneciente al municipio de Camas.
Más tarde fueron los romanos quienes
ocuparon la zona. Llamaron Vergetum (vergel) a la actual
Aljarafe, debido a su fértil producción y exportación de vino y aceite a Roma y
otras ciudades del Imperio. De aquella época se conserva el puente
romano de Aznalcázar y algunos mosaicos en Castilleja del Campo.
Anfiteatro de Itálica./
Pufacz
Sin embargo, como poderoso enclave
durante la dominación musulmana de Al-Ándalus, Tierras
Altas, como así llamaron a esta comarca del oeste sevillano, fue durante este
periodo cuando alcanzó su mayor esplendor. Sus fértiles suelos en los que
predominan el olivar, los frutales y las vides han dejado huella arquitectónica
en pórticos y ventanas, alquerías,
ermitas, azulejos o iglesias de estilo mudéjar.
Los árabes controlaron estas tierras,
pero se toparon con un duro enemigo que les dio batalla: los vikingos,
que, procedentes de las costas gallega y portuguesa trataron de remontar el río
Guadalquivir tras saquear poblaciones enteras como Medina
Sidonia o Cádiz. Fue
entonces cuando el califa de Córdoba Abd al-Rahmán II organizó un ejército para
defender sus posesiones. Más le valía.
La batalla de Tablada enfrentó al
emirato andaluz con las huestes de piratas vikingos a finales del año 844 en la
comarca del Aljarafe. Según las crónicas musulmanas, la victoria árabe fue aplastante.
Se dice que 30 naves normandas fueron quemadas y cerca de 20.000 invasores
perecieron, una cifra que parece exagerada. Después de la contienda, los
supervivientes nórdicos saquearon la localidad onubense de exagerada. Después de la
contienda, los supervivientes nórdicos saquearon la localidad onubense
de Niebla y prosiguieron rumbo
hacia la costa noroccidental de África.
Plaza de Santiago
de Castilleja de la Cuesta./ Gerz
Dos joyas del rico
patrimonio del Aljarafe son el Palacio de Hernán Cortés, en
Castilleja de la Cuesta, y la residencia del Conde Duque de Olivares, en
el municipio de mismo nombre. Junto a estas dos localidades componen la comarca
del Aljarafe otros municipios como Bollullos de la Mitación, San Juan de
Aznalfarache, Santiponce, Tomares, Villanueva del Ariscal, Bormujos, Camas,
Espartinas, La Puebla de Cazalla y muchos más. En total son 24.
Los amantes del
pasado tienen en Santiponce otra excursión de obligadísima visita: el conjunto
arqueológico de Itálica, las ruinas
de la antigua ciudad romana fundada por Escipión y cuna de dos
emperadores hispanos que tuvo Roma: Trajano y Adriano. Bajo su
mandato, el Imperio alcanzó y mantuvo su máxima extensión territorial en el
siglo II.
Castilleja de Guzmán
tiene de interés el Jardín Histórico de J. Nicolá Forestier para los amantes de la botánica, y los devotos de la cerámica
tienen que ir a Salteras para contemplar la mejor colección de
cerámica de la famosa fábrica Pickman-La Cartuja. Ya del siglo XIX merece la
pena también visitar la Hacienda Pata de Hierro que, sita en
Villanueva del Ariscal, alberga una de las bodegas más conocidas de la zona, la
de Góngora.
Mausoleo de Pedro
Segura y Sáez/cuadernosderutas.files.wordpress.com
En el año 1942, el
arzobispo de Sevilla por aquel entonces, cardenal don Pedro Segura y Sáez,
emprendió la magna empresa de construirse sobre la cornisa del Aljarafe un
magnífico mausoleo de
indefinible estilo, entre mudéjar y barroco, que perpetuara su memoria. La parte
principal, sobre la capilla que contiene los restos del cardenal y su
idolatrada hermana Elena, adopta la forma de la Giralda y sirve de pedestal a
una gigantesca imagen del Sagrado Corazón de Jesús. El conjunto, que alcanza
los 42 metros de altura, es visitable desde la ciudad y sus alrededores.
El interesante
complejo funerario-religioso, también conocido como ‘el Vaticano del
cardenal’, comprende, entre otros edificios religiosos, tres iglesias,
un vía crucis que zigzaguea cornisa arriba, con sus cruces estacionales, un
parque aterrazado que se jalona con altares pasionistas y puntos de reposo y
meditación adornados de imágenes pintadas o esculpidas. Poca cosa. Con la
Iglesia ha topado el viajero.
EL ALJARAFE ISLÁMICO
A lo largo
de la Historia, los municipios que componen nuestra provincia han vivido
grandes momentos de esplendor.
Estos
episodios han propiciado la existencia en nuestro territorio de magníficas
ciudades y villas, cuyos vestigios romanos, árabes, mudéjares o barrocos
conforman un capital ingente para el segmento cultural de nuestro Turismo.
Y es ahí
donde la puesta en valor de este capital histórico y cultural ha hecho que
nuestros municipios sean conscientes de que sus monumentos, sus obras de arte,
sus edificios y su patrimonio inmaterial constituyen un enorme atractivo para
el turismo.
Porque
‘Hay otra Sevilla’ más allá de la Giralda.
De hecho,
si hablamos del patrimonio monumental de nuestros pueblos, estamos ante el más
rico de Andalucía, con cerca de 300 monumentos declarados como bienes de
Interés Cultural.
Conscientes
del potencial de este producto, el del Turismo Cultural, la Mancomunidad de
Desarrollo y Fomento del Aljarafe ha editado una serie de guías que recorren la
herencia histórica de la comarca.
Estamos
convencidos de que, con esta iniciativa, se contribuirá sin duda a un mayor
conocimiento y difusión de nuestro ingente legado
Murallas
Hisn Al-Faray
Iglesia de Nuestra Sra. de
Consolación
El origen
del nombre Aljarafe viene del vocablo árabe “al Xaraf”, que significa mirador,
elevación, otero.
El poeta
árabe Ibn Saifar elogia dicha zona cuando dice que “ofrece las delicias del
Paraíso”. Poetas árabes cantaron en sus versos que “Sevilla es la novia y el
Aljarafe su diadema”.
Existen
muchos vestigios y elementos del Islam a su paso por nuestra comarca, viéndose
plasmado en la toponimia de los cascos históricos de muchos municipios, en sus
elementos constructivos (alquerías, cortijos, fuentes, murallas,…) o en las
propias denominaciones de los municipios.
Hacer un
recorrido por la cultura y la huella monumental del Islam en nuestra comarca es
una apasionante aventura para el visitante.
En esta
guía hacemos una propuesta para acompañar vuestra visita, con ella, no será
difícil sentir, dejarse llevar e impregnarse de la magia del Islam, arropado
por las recomendaciones y consejos de “El Aljarafe Islámico”.
A lo largo de la Historia, los municipios que
componen nuestra provincia han vivido grandes momentos de esplendor.
Estos episodios han propiciado la existencia
en nuestro territorio de magníficas ciudades y villas, cuyos vestigios romanos,
árabes, mudéjares o barrocos conforman un capital ingente para el segmento
cultural de nuestro Turismo.
Y es ahí donde la puesta en valor de este
capital histórico y cultural ha hecho que nuestros municipios sean conscientes
de que sus monumentos, sus obras de arte, sus edificios y su patrimonio
inmaterial constituyen un enorme atractivo para el turismo.
Porque ‘Hay otra Sevilla’ más allá de la
Giralda.
De hecho, si hablamos del patrimonio
monumental de nuestros pueblos, estamos ante el más rico de Andalucía, con
cerca de 300 monumentos declarados como bienes de Interés Cultural.
Conscientes del potencial de este producto,
el del Turismo Cultural, la Mancomunidad de Desarrollo y Fomento del Aljarafe
ha editado una serie de guías que recorren la herencia histórica de la comarca.
Estamos convencidos de que, con esta iniciativa,
se contribuirá sin duda a un mayor conocimiento y difusión de nuestro ingente
legado.
Fernando Rodríguez
Villalobos
Presidente de la
Diputación de Sevilla
La conquista de Hispania
La conquista musulmana de la Hispania
visigoda fue un proceso militar y político, en el que, en poco tiempo
(711-720), los musulmanes se hicieron con el control de la práctica totalidad
del territorio peninsular e incluso parte del sur de Francia. Tras diez años
Hispania estaba bajo el califato Omeya solo a falta de la región entre Asturias
y Cantabria. Los musulmanes que entraron en Hispania en el año 711 no fueron
solo árabes, una gran parte de ellos eran bereberes del norte de África, al
mando del bereber, Táriq ibn Ziyad, aunque bajo la soberanía del califa árabe
Abd al-Malik y su virrey del norte de África, Musa ibn Nusair. La conquista de
Hispania Al-Andalus y el Aljarafe Islámico 9 Tariq desembarcó a principios del
año 711 en Tarifa con un ejército de 7.000 hombres, formado por árabes y sobre
todo bereberes, e incluso cristianos del norte de África. Tariq se asentó en el
Peñón de Gibraltar, lugar protegido por su altura y fue recibiendo a todo su
ejército en sucesivos desembarcos. Desde allí pasó a Cádiz y Algeciras y
comenzó a saquear zonas y ciudades de la baja Andalucía.
Abu Abd ar-Rahman Musa ibn
Nusayr ibn Abd ar-Rahman Zayd al-Bakri al-Lajmi o Musa ibn Nusair (en árabe, أبوعبد الرحمن موسى بن نصير بن عبد الرحمن زيد اللخمي), llamado Muza o Musa en la tradición española, fue un caudillo militar musulmán yemení (era de los Lájmidas, conocida como tribu del sur o del Yemen123),
gobernador y general del califato Damasquino Omeya (640–716/718) en el norte de África (Ifriquiya, actual Tunicia). A la edad de 71 años participó en la invasión
musulmana de la península ibérica, según la historiografía tradicionalmente admitida, basada
en crónicas árabes de los siglos
X y XI, y fue el primer valí
de al-Ándalus, gobernando entre
los años 712 y 714.
El general y emir Muza golpea con el
látigo a Tariq, humillándolo públicamente. Año 713.
Táriq, Táreq, Táric o Ṭāriq ibn Ziyād al-Layti (en árabe, طارق بن زياد, Tarik en la transcripción tradicional española) (muerto en 722) fue un general, perteneciente a los bereberes Nafza, que dirigió la conquista
musulmana de la península ibérica (Hispania visigoda), según la historiografía tradicionalmente admitida, basada
en crónicas árabes de los siglos X y XI. El nombre "Gibraltar" es el derivado en español del nombre en árabe Jabal Tāriq o Jab al-Tarik (جبل طارق), que significa "montaña de Táriq", nombrada así
tras su desembarco en este lugar.
Fueron
diversos los elementos que facilitaron la acción de los conquistadores:
•
La centralización política del reino,
• La inseguridad causada por las bandas de
esclavos fugitivos,
•
El empobrecimiento de la Hacienda Real,
•
La grave crisis demográfica del reino,
Al
ver que Tariq se hacía fuerte y no encontraba resistencia, Rodrigo (que estaba
en esos momentos sitiando la ciudad de Pamplona) acudió contra él. Cuando las
tropas de Rodrigo se enfrentaron con Tariq, con un ejército bastante menguado y
dependiendo en gran medida de los efectivos disponibles aportados por los
nobles, sufrió la derrota del río Guadalete, que tuvo lugar a finales de Julio
del 711, muriendo el rey en ella.
No musulmanes
|
Foto del califato de
damasco
Tariq
se hizo con un gran botín, y tras haber establecido esta cabeza de puente en el
sur, Musa llegó a Hispania en ese mismo año. Desembarcó con 18.000 hombres en
Cádiz (ya bajo control musulmán).
Musa
fue llamado a Damasco por el califa en el 712, dejando al frente del ejército
en Hispania a su hijo Abdel-Aziz ibn Musa (Abdelaziz) que instaló la sede del
gobierno Omeya en Sevilla, la convirtió en la primera capital de Al-Andalus,
actuando desde ella como wali. Acusado de haberse convertido al cristianismo,
Abdelaziz fue asesinado en la mezquita de Sevilla mientras estaba rezando y su
cabeza fue enviada al califa.
Al-Andalus dependiente del califato
Omeya estaba dividido en demarcaciones territoriales denominadas Coras, entre
las cuales aparece la de Sevilla IsbilIa, dentro de la cual figura de manera
destacada la circunscripción o distrito de Al-Xaraf.
La revuelta de los Abbasies provocó
la caída de la familia Omeya al frente del poder califal en Damasco. El
príncipe Abderramán I huyó hacia la frontera occidental, refugiándose en
Al-Andalus, donde estableció un emirato (poder político) independiente del
califato de Bagdad, desde el 756 hasta el 929, constituyendo el Califato de
Córdoba. Así, Córdoba fue capital del Emirato Independiente y del califato
Omeya de occidente, época en la que alcanzó su mayor apogeo artístico,
literario, cultural y científico.
LOS
REINOS TAIFAS
Los reinos taifas se repartían en tres grupos:
Los taifas Árabes (Sevilla, Córdoba, Toledo, Zaragoza), los taifas bereberes
(Málaga, Granada) y los taifas eslavos (Valencia, Murcia).
La
conquista de Toledo por Alfonso VI, obligó a los musulmanes a pedir ayuda a los
almorávides, quienes unificaron Al-Andalus. Entre 1.090 y 1.110 los almorávides
habían conquistado gran parte de la península pero fueron frenados por el Cid
en Valencia. Sin embargo, la corrupción entre sus gobernantes y el avance
cristiano, provocaron la segunda división del territorio en reinos taifas
(bandos o facciones en árabe) llegaron a ser casi cuarenta tras la
desmembración del califato de Córdoba. Hacia 1.147 tuvo lugar la invasión
almohade, que volvieron a unificar Al-Andalus e hicieron frente a los
cristianos. La antigua Taifa de Granada se configuró entre los siglos XIII y XV
constituida por familias Nazaríes, y alcanzó gran esplendor político, cultural
y administrativo, hasta la caída en 1.492 frente a los reyes católicos de su
último sultán Boabdil.
La
Taifa de Sevilla o reino Abadí de Sevilla
(Taifa
Ishbiliya) fue un reino independiente musulmán que surgió en Al-Andalus en
1.023, a raíz de la desintegración del califato de Córdoba. Se constituyó
simbólica y oficialmente cuando Abu-Al-Qasim negó la entrada en la ciudad al
expulsado califa de Córdoba y desapareció con la llegada de los almorávides en
1.091.
La
de Sevilla fue una de las últimas en constituirse, debido a que la cora de Sevilla
gozaba de cierta autonomía respecto al califato cordobés.
Durante
el siglo XI el reino de Sevilla fue uno de los centros culturales más
importantes de Al-Andalus con numerosos escritores. El emir Al-Mutadid y su
hijo AlMutamid cultivaron la poesía, iniciados en este arte por el poeta Ibn
Ammar.
En
1.042, Al-Mutamid, de la familia de los abadíes, acapara totalmente el poder
casándose con la hija del rey eslavo de la Taifa de Denia.
Salón de Embajadores
Uno de los principales atractivos
del Alcázar es pasear por sus jardines, donde se aúnan caracteres árabes,
renacentistas y modernos. Están dispuestos en terrazas, de vegetación
verdeante, multitud de naranjos y palmeras, con fuentes y pabellones, donde se
respira frescor y quietud. Supone un lugar para el sosiego y el descanso en la
calurosa ciudad. Se destacan los Jardines del Príncipe con la fuente de Neptuno,
y los Jardines del Naranjal con la fuente del León. También el Pabellón de
Carlos V, donde murió el rey Fernando III. El resto de jardines son más
modernos, podemos encontrarnos con el escudo y nombre del rey Alfonso XIII.
Cenador de Carlos V
Pabellón de Carlos V
Alberca del Jardín de los Poetas
desde el mirador sobre la muralla almohade.
En
1.085, tras la toma de la taifa de Toledo, Al-Mutamid junto con otros reyes
taifas, solicita ayuda a los almorávides, intentando evitar las consecuencias
del pacto de su padre con Alfonso VI y con ello, sitiar Sevilla.
Sin
embargo tras frenar y derrotar a las tropas cristianas en la batalla de Zalaca,
los almorávides acabaron por conquistar los reinos taifas, cayendo el sevillano
en 1.090, tras lo cual Al-Mutamid fue exiliado al Magreb donde fallecería. El
adalid conquistador de Sevilla gobernaría hasta 1.114.
Al-Mutamid, que ejercía como
gobernador de la conquistada taifa de Silves (1.063), destacó como poeta y
estableció en Sevilla una corte culturalmente muy refinada y, como su padre,
continuó con la expansión territorial de Sevilla, anexionándose Córdoba (1.070)
y Murcia (1.071).
La
Agricultura de Al-Andalus
Cuando
los musulmanes llegaron a la Hispania romano-goda, se encontraron con un
panorama alimentario muy limitado. La tierra no producía, se basaba en el
consumo de cereales y en la vid, una agricultura de tradición romana,
conservada prácticamente sin variación por los visigodos.
Los
musulmanes introdujeron diversas técnicas de regadío, entre otras, las
canalizaciones de agua o acequias, el uso de desniveles del suelo, los pozos,
las galerías perforadas y los drenajes.
Para
el aprovechamiento del agua de los ríos y pozos se utilizaban ruedas y norias
elevadoras que permitían llevar el agua hasta una alberca, de donde salían las
acequias y canales. Podíamos encontrar la que se movían por la corriente del
agua, las que funcionaban con la fuerza de un animal o las de balancín.
Noria árabe
La
prosperidad de la comunidad musulmana y la elevada densidad de población llevó
a la necesidad de optimizar los recursos alimenticios, la diversificación de
cultivos y la producción de cultivos alternativos para uso comercial (para
tejidos, seda, o en fabricación del papel) y medicinal.
Las
labores del campo se desarrollaban de acuerdo con un calendario agrícola,
dependiente de las condiciones climatológicas, que hacía productivos los
cultivos de caña de azúcar, algodón, las palmeras, las sandías, el trigo, la
cebada y demás cereales, las aceitunas, los albaricoques, ciruelas y manzanas,…
Por
otro lado las frutas también dieron origen a la industria conservera, con la
elaboración de almíbares, arropes o jarabes, mientras las plantas aromáticas
desarrollaban la industria de perfumes.
La
producción agraria llegó a ser tan elevada, que surgieron excedentes
alimentarios, que al ser vendidos, favorecieron el que otras personas de la comunidad
se especializaran en determinados oficios, lo que dio lugar a una economía y
una cultura urbana muy desarrollada.
La
sociedad musulmana desarrolló el concepto de jardín-huerto, conocido como
al-munya, o almunia.
Jardín-Huerto
Los
musulmanes introdujeron nuevos productos muy populares hoy, como es la
berenjena, originaria de la India y difundida por el mediterráneo a través de
Irán; El higo, procedente de Constantinopla y que llegó a exportarse a Oriente;
Los cítricos, como el limón, el toronjo y la naranja amarga que fueron
importados de Asia Oriental y utilizados para conservar los alimentos.
Gastronomía
y Repostería de Origen Árabe
El
mundo musulmán y árabe ha dejado multitud de huellas en la gastronomía de
Andalucía. El uso especiado de sus guisos, el manejo de sabores alternando la
almendra y la aceituna cocinada, así como el uso de utensilios de barro, para
la cocina tradicional, se ha mantenido hoy en nuestros fogones.
Algunas
de las preparaciones que más denotan la influencia en nuestra cocina actual
son: los platos a base de sémola, los fideos (al fidaws), los macarrones, los
guisos de arroz, tanto dulces como acompañados de carne o pescado; los guisos
de volatería, los enmielados, los escabeches (al sikbay), los hojaldres y
empanadas, y las frituras: buñuelos, tejeringos, pestiños; los guisos a base de
pescado y carne picada, y, lo más espectacular de todo: la repostería.
El
Aljarafe Corona de Sevilla
El
nombre de la comarca conocida como el Aljarafe, situada al noroeste de la
Sevilla capital, (llamada Isbilia durante la dominación musulmana), proviene de
al-Saraf, que se define en el árabe clásico como especie de lugar alto, a
partir del cual se dominan las vistas desde poniente. Por eso, resulta usual en
las fuentes andalusíes calificar este territorio por su eminencia topográfica
como monte del Aljarafe (yabal al-saraf) y también como corona de Sevilla.
El
proceso de conquista no solo tuvo consecuencias políticas y económicas, también
culturales y lingüísticas sobre todas las lenguas romances de la península
tomaron numerosos préstamos léxicos del árabe andalusí.
Mezquita Ishbila de Sevilla
En el Aljarafe esta toponimia está
presente prácticamente en casi todas las denominaciones actuales de sus
localidades.
Muy
escuetos son los datos referidos a los primeros asentamientos que se erigieron
en el Aljarafe tras la incorporación de Al-Andalus en la Dar Al-Islam (mundo
islámico o casa del Islam). Desde aquel momento, una serie de alquerías y
fortalezas no pararon de condicionar el panorama arquitectónico del distrito
con la aparición creciente de localidades de actividad rural desde la época
emiral (s. IX).
El
Aljarafe se ordenaba dentro de la entonces entidad territorial llamada CORA de
Sevilla. Se trata de una circunscripción rural designada por las fuentes
textuales y geográficas andalusíes como distrito del Aljarafe (Iqlim al-Saraf).
La cora de Sevilla contaba durante la época de presencia musulmana (ss.
VIII-XIII) con doce distritos rurales más.
Fuente del Chorro de los Siete Caños
(Istán)
Este
pueblo de la comarca de la Sierra de las Nieves puede presumir de contar con el
murmullo del agua durante todo el año. Además de ser un excelente mirador del
Valle del río Verde, la localidad destaca por tener un entramado de calles de
origen morisco que llevan al visitante hasta hermosos rincones, vinculados casi
siempre con el agua. El más importante es El Chorro, donde se encuentra la
Fuente de los Siete Caños, de la que brotan aguas cristalinas que pasan por un
antiguo lavadero. Este enclave es uno de los emblemas de la riqueza acuífera de
esta zona de la provincia.
Debido
a que el material constructivo de los musulmanes fue fundamentalmente el
ladrillo, de escasa perdurabilidad, quedan pocos vestigios representativos de
su importante presencia e implantación cultural que han dejado una fuerte seña
de identidad en la comarca.
En
el municipio de Albaida del Aljarafe hay restos de una ladrillera que ha estado
en funcionamiento durante siglos hasta hace muy poco, y es posible que -entre
otras- produjera material para construcciones de la provincia. De hecho es
notorio que los ladrillos de la Ermita de Cuatrovitas en Bollullos de la
Mitación tienen el mismo peso y dimensiones que los de los Caños de Carmona en
Sevilla capital.
Foto de antiguo horno para la
fabricación de ladrillos el Albaida del Aljarafe.
La
delimitación del Aljarafe según fuentes árabes de la época señala que
probablemente tuviera su frontera oeste en el curso del Guadiamar, llamado por
las fuentes de la época (wadi al-Talb). Fue precisamente en este curso fluvial
donde se demarcaban los límites del Aljarafe con el distrito colindante de
Huevar (Iqlim Webar) llamado también como distrito del trigo (Iqlim alBurr).
Hacia el noroeste, el curso del mismo río dibujaba los límites del Aljarafe con
el distrito de Tejada (Iqlim Talyata) llamado también como distrito de la cebolla
(Iqlim-Al-Basal).
Por
ser dotada de imponentes instalaciones defensivas, las crónicas aluden en
contextos relacionados con la época Abbadí (s. XI) a la barriada de Aznalcázar
(bawmat bisn al-Qasr). Este asentamiento semi urbano que conserva hasta el
momento su antiguo nombre árabe, no tardó en transformarse durante el siglo XII
en imponente baluarte defensivo bajo la soberanía imperial almohade, Asimismo,
se cita con frecuencia el prestigioso palacete de Aznalfarache (Hisn-Al-Fary).
No
obstante la edificación más representativa de la presencia musulmana en el
municipio de Albaida del Aljarafe es sin duda, la Torre Mocha. Es el monumento
más importante con el que cuenta esta localidad, conocido también como la Torre
de Don Fadrique.
Las
crónicas fijan la extensión del Aljarafe islámico en cuarenta millas de
longitud desde el norte hacia el sur. Alguna referencia al respecto ubica su
límite norte en la alquería de Qura, conocida desde el siglo XI como
Aznalcóllar (Hisn Qura). Esta alquería fue considerada por el decano de los
historiadores andalusíes, Ibn Hayyan, como límite septentrional del Aljarafe.
Por
el flanco este que da al rio, el aljarafe limita con el distrito Iqlim
al-Madina, dependiente de la capital, y hacia el noroeste con el distrito de Itálica
(iqlim Taliqa).
Hacia el sur, los alfoces (arrabales)
meridionales del Aljarafe alcanzan el coto de las marismas (al-Sibaj) según las
aclaraciones del geógrafo ceutí Al-Idrisi.
Las estimaciones relacionadas con la
extensión máxima del poblamiento rural en el Aljarafe se cifraron en doscientas
veinte alquerías. Según los dictámenes jurídicos de la época, el número de
hogares que componían una alquería andalusí oscilaban entre una media
aproximada de treinta viviendas.
Esta
torre contiene una lápida sobre la que se puede leer una placa que dice; “El
infante Don Federic mandó facer esta torre”. Por lo que se hace mención a que
fue construida por Don Fadrique; en ella se puede ver también que su origen es
anterior, perteneciente al siglo XI en el periodo almohade. Fue ahí cuando
adquirió mayor importancia debido a que fue el sistema defensivo junto a las
murallas árabes de Sanlúcar la Mayor y se caracterizó por ser uno de los
mayores sistemas defensivos de la Taifa de Sevilla frente a la Taifa de Niebla.
Foto de la torre mocha de albaida
Sin
embargo, la densidad demográfica y el incremento de población alcanzaron su
máximo grado durante la época califal (s. X).
Cabe
señalar que la localidad de Mairena del Aljarafe (Muryana al-gafiqiyyin) figura
también como una antigua alquería.
MAIRENA DEL ALJARAFE
Mairena del Aljarafe nace como tal
en época de dominio musulmán y recibe el nombre de ‘Maharana’, lo que viene a
significar ‘Hato de Pastores’, pues los árabes hicieron de estas tierras una
alquería.
El
Aljarafe es una comarca que ha ejercido un complemento aceitero a las huertas de la Vega de Sevilla, sabiéndose que existe un poblamiento desde
antiguo, al menos en forma de villas "de las que hay restos
en el término" en época de la Bética Romana, cerca de Itálica e Hispalis. Pero las primeras noticias de este núcleo
datan de la época andalusí "cuando desde el Aljarafe se exporta por
Isbilia una gran cantidad de aceite". Entonces, la comarca está llena de
alquerías, una de ellas, Maharana (¿hato de pastores?") al Xaraf, que pertenece a la cora o provincia califal de Sevilla, luego a la taifa de la capital y, en el siglo XIII, al reino almohade de la misma.
Es
conquistada por Fernando III de Castilla en 1247 y adjudicada a la jurisdicción de Palomares, a la que pertenece hasta 1639, en que se separa y también cuando la villa se vende a Gaspar de Guzmán, conde duque de Olivares. Esto constituye una práctica habitual tras la conquista castellana en Andalucía, de la que Mairena no se libra, aunque entonces es un pequeño pueblo.
Pronto, los Álvarez de Toledo construyen su casa palacio junto a la iglesia mudéjar en el centro o cruce de los dos caminos principales: San Juan de Aznalfarache-Almensilla y Palomares-Bormujos. Después, pasa a los Astillanos y, finalmente, a la casa de Alba. La economía continúa basada en el olivar,
afianzándose dos haciendas, que luego serán referencias del crecimiento
urbano.
A finales del siglo XVIII se levanta la nueva iglesia
parroquial y con las casas Grande, Asián y la Prusiana forman un núcleo, más las viviendas en
torno a varias haciendas, contando en 1877 con 659 h., cuya principal ocupación es el cultivo del olivar. En
1842 baja a 640 y se recoge en la obra de Madoz la denominación vulgar
de Mairenilla de los Tacones "para diferenciarlo de Mairena del Alcor" "que entonces es mucho más
importante (3.623 h), mientras Palomares, por otra parte, sólo cuenta con 566". Entonces, el
olivar cubre casi toda su jurisdicción y el pueblo está "entre un frondoso arbolado
de olivos" con 206 casas, más las haciendas de Teatinas, Porzuna,
Los Valles y los Gallardos, registrándose cinco molinos de aceite en el pueblo y cuatro fuera. Ya se denota en su precaria economía la
proximidad de Sevilla ""la generalidad de los vecinos no tiene otra
ocupación que conducir leña de olivo a la capital""; si bien, el camino carretero
"los otros se dicen locales" es el que se "dirige por el oeste al Condado de Niebla".
Mairena
pasa de 1.094 h. en 1900 a 1.896 cincuenta años después, suponiendo un crecimiento medio anual en
torno al 11 por mil, que es un incremento natural (diferencia natalidad-mortalidad) más bien bajo para la época. En
cambio, entre 1950 y 1970 el incremento es por inmigración, 66 por
mil, y hasta 1981 (12.672) se acerca al 100 por mil. Es decir, que desde mediados del siglo
XX Mairena empieza a cambiar considerablemente.
Primero,
es el impulso desde San Juan de Aznalfarache (ciudad dormitorio de la primera línea aljarafeña con
fuertes relaciones tradicionales con Sevilla ) por el Suroeste, alcanzando el
lindero con Mairena (calle Ávila y cementerio). Así, surgen la barriada de Lepanto (entre las avenidas
de Mairena y la Campana y la carretera de Palomares) y el primitivo Simón Verde, en la cornisa, con grandes
parcelas y chalets de lujo. Después, crecen las barriadas y urbanizaciones, en torno a dos ejes principales, que son las carreteras ya citadas a San Juan y Palomares, en una variada tipología (bloques de viviendas, casas
adosadas, unifamiliares aisladas), tomando como base antiguas haciendas. Se va
llenando el término con Ciudad Aljarafe, Cavaleri, barriada de las Mercedes,
Ciudad Expo, Estacada del Marqués, los Rosales, Almendral, Valle Blanco, Porzuna y la expansión de Simón Verde, haciendo un rápido
recorrido en sentido contrario a las agujas del reloj, sin contar el extenso polígono industrial P.I.S.A. al Norte.
Entre
1981 y 1991 se duplica la población, que llega a los 25.000 h., y en 2005 la cifra oficial es de 38.770 h., aunque debe pasar de los 40.000, porque en estos núcleos
de rápido crecimiento, proveniente en gran parte de la capital, el empadronamiento no suele realizarse en el momento del
desplazamiento. Aun así, el crecimiento medio anual es de casi el 50 por mil,
cuando el incremento natural está en torno al tres. Pero no acaba ahí; las perspectivas de la línea
de metro a la capital ha acelerado las promociones inmobiliarias en los
últimos años y existen proyectos de obras, como el complejo
terciario, que comenzará a primeros de 2007. Se trata de una gran plaza, dos torres de 15 plantas con oficinas y hotel, centro de negocios, estación de autobuses y parada de taxis, como punto de intercambio con
el metro.
El centro, un
pueblo andaluz y aljarafeño, está alargado y constreñido por las edificaciones recientes y, aunque durante mucho tiempo Mairena ha sido un pequeño núcleo, cuenta con algunos lugares visitables.
Entre ellos destaca la iglesia de San Idelfonso, de la segunda mitad del siglo
XVIII (pero sobre un templo mudéjar), con exterior blanco y finos marcos de color, a especies de molduras, sobre arcos y dinteles; en el interior, de tres naves, hay retablos y tallas de cierto valor. También tiene interés las haciendas, como
la de Porzuna, de origen árabe, que alberga la Fundación Forja XXI, Cristo de la Mata, Casa de la Virreina o Grande. Las fiestas no difieren del resto de Andalucía: Corpus, velás en algunos
barrios, celebraciones patronales y, sobre todo, la feria de junio, versión a pequeña escala de la de Sevilla, y que cada vez tiene más importancia, a pesar de su juventud "su primera edición tiene lugar en
2002".
Economía, población y área de influencia. Mairena del Aljarafe ha pasado en el
último cuarto del siglo XX de ser un ámbito rural puro a integrarse claramente dentro del Área Metropolitana de
la Capital provincial, de la que dista tan sólo siete km. En este
hecho ha influido también la disposición del municipio de Sevilla, donde el efecto barrera del antiguo trazado del ferrocarril y del río Guadalquivir en su nuevo cauce artificial a pie de la Cornisa del Aljarafe, favorece el crecimiento
extramuros de la ciudad hacia el Este. Y así nos encontramos con la zona histórica y comercial de Sevilla sensiblemente próxima a los municipios del Aljarafe, formando un sistema urbano en el que el centro funcional tiende a ser centro geométrico. Estas circunstancias son advertidas
por buena parte de la población sevillana en la década de los ochenta, que
acaba fijando su lugar de residencia en Mairena. Y hoy esta ciudad pertenece a la Mancomunidad de Desarrollo y Fomento del Aljarafe, que incluye a 31 municipios, ocupando el primer lugar en volumen de población, renta per cápita y número de recibos de contribución urbana.
Las
tierras de este municipio son fértiles, con predominio del olivar, representado
en el escudo del ayuntamiento, pero hoy son vistas desde una perspectiva de
calidad ambiental y localización óptima para el uso residencial. El municipio de Mairena ofrece una gran extensión de terrenos a los núcleos limítrofes de la Cornisa: Camas, San Juan de Aznalfarache, Tomares, Gelves y Castilleja de la Cuesta, habiendo éste último ofrecido un patrón de crecimiento
similar en la década de los setenta del siglo XX. De este modo, la reserva de
suelo pasa de ser un recurso agrícola a urbanístico, que ha aumentado dramáticamente
su peso específico en términos económicos, por lo que no es de
extrañar que el sector de la construcción sea el más importante del municipio, rasgo que se extiende lógicamente al resto del Aljarafe sevillano.
Real Hermandad Sacramental y Cofradía de Nuestra Señora de
las Mercedes
También,
se menciona otra alquería (Qura), que identificamos con el actual municipio de
Coria del Río.
Foto de la ermita de
Cuatrovitas/Bollullos. Mezquita cristiniazida
Otros
indicios subrayan la importancia de la alquería de Talmit del Aljarafe cuya apelación
alude en idioma bereber a una especie de planta silvestre. Se menciona también
la alquería de Qarrata “situada al pié del monte” donde arrancan las
estribaciones del Aljarafe.
El
erudito jurisconsulto onubense Ibn Hazm (s. XI) señala en su obra genealógica
“la alquería de Qarsana del Aljarafe”. Se menciona también la alquería de
Almensilla (al-Mansiya) que conservó su antiguo nombre árabe hasta la
actualidad.
Imponente
fue la alquería de Sanlúcar la Mayor “Salluca” que permaneció como aglomeración
semi-urbana hasta finales del periodo andalusí. Sus impresionantes murallas de
tapial, cuyos restos aún se conservan, indican la creciente importancia que
tuvo esta localidad en el dominio almohade (ss. XII y XIII).
Foto de los restos de la muralla
árabe en Sanlucar la Mayor
Tampoco
faltan datos acerca de otro tipo de viviendas rurales conocidas como “Maysar”
frecuentes en el Aljarafe, se trata de una especie de cortijos o casas de
campo. Aparecen datos de los cortijos de Maysar Sayyed, Maysar Talmil, Maysar
al-Qurasi, Maysar al-Zubri, Maysar Ibn al-Yadd y Maysar al-dimasqi.
LA
ERMITA DE TORRIJOS
La
Hacienda de Torrijos fue una antigua fortaleza militar árabe que perteneció a
Torija Tabaraid.
Actualmente
pertenece a los marqueses de Casameandro que cede al pueblo para su famosa
romería, que se celebra anualmente con la patrona de la villa, cada segundo
domingo de Octubre.
La
Hacienda tiene la calificación de BIC (Bien de Interés Cultural) y se puede
visitar el patio y la capilla.
Foto de la hacienda de Torrijos y de
su hacienda.
La hacienda de Torrijos originalmente no fue concebida como
edificio religioso, pero la historia la condujo en esa dirección. Su pasado
como antigua fortaleza militar árabe queda patente por la presencia de murallas
y torres. Es muy recomendable visitar la capilla para admirar su retablo del
siglo XVIII.
Foto de la antigua fortaleza militar
árabe/Valencina de la Cocepción
LOS
BAÑOS ARABES DE PALOMARES DEL RIO
Están
situados en la intersección de la calle Iglesia y el camino a Gelves, sobre una
elevación del terreno en la zona oriental del municipio y cercano a la vega del
Guadalquivir.
Se
consideran fundamentales en la tradición cultural árabe y en el Corán ya que
tiene una acción purificadora que habilita al musulmán para la oración. Estos
baños no son de inmersión como los romanos, sino que funcionan por vapor de
agua. Después de dejar sus pertenencias en el vestuario, se accedía al baño a
través de la sala fría, posteriormente se pasaba a la sala templada y
finalmente a la sala caliente.
Foto de los baños árabes de
Palomares del Río
Del
baño público o hamman, fechado entre los siglos XII y XIII, se conserva una
estancia de ocho metros de largo por cuatro de ancho, de planta rectangular y
con bóveda esquifada. Lo reducido de sus dimensiones concuerda con las
descripciones del cronista de la época Idrisi, que recoge la existencia de
pequeñas instalaciones balnearias en las aldeas del Aljarafe sevillano.
Fue
excavado y restaurado en 2.001, después de ser declarado Bien de Interés
Cultural (B.I.C.) por la Junta de Andalucía. En el 2.005 se produjo el hallazgo
casual de unas estructuras, junto a los baños, pudiendo estar relacionadas con
estos, destacando un pozo donde funcionaba una noria para sacar el agua.
Además
de la restauración de los baños, se ha intentado recrear lo que sería un jardín
en época musulmana, intentando aproximarse a la flora de la época.
Los
baños de Palomares del Río tienen la particularidad de ser los únicos de estas
características en el ámbito rural de la provincia de Sevilla.
LA
ERMITA DE LA VIRGEN DE GUIA
Situada
a la entrada de Castilleja, se sitúa un “morabito” o “rábitha”, construido en
el período almohade (1.100-1.200). A raíz del siglo XVI se le denominaría como
Ermita de Nuestra Señora de Guía, al haber aparecido junto a sus muros en el
mes de mayo de 1.525, una Imagen Mariana titulada de Guía.
Hasta
el año 1.634 el terreno donde se levanta la citada ermita perteneció a la
localidad de Camas, fecha en la que fue adquirida, por el señor don Pedro de
Guzmán, Conde Duque de Olivares.
Virgen de la Guía en Castilleja de
la Cuesta
TORRE DE SAN ANTONIO
EN OLIVARES
La
Torre de San Antonio de Olivares es una torre árabe del siglo XI, que servía
para controlar el camino entre Olivares y Gerena, así como torre que enlazaba
visualmente con la Torre de D. Fadrique de Albaida.
Torre de San Antonio,
Olivares
Desde
allí se controla visualmente la vega donde se asienta Gerena, por lo que dicha
torre debería servir para prevenir los ataques procedentes del norte y también,
por su situación, ubicada en una vaguada poco profunda, por donde corre un río
poco profundo y de escaso caudal, pudiera haber sido utilizada para controlar
un curso de agua o un vado.
MURALLAS
CASTILLO SAN JUAN DE AZNALFARACHE
Esta
fortaleza, que dio nombre al lugar, se construyó entre 1.196 y 1.197 por mandato
del almohade Yacub Yufuf Almanzor, utilizándose luego como residencia del
rey-poeta Al-Mutamid.
La
Muralla es Almohade, de unos años antes de la conquista de Sevilla, por parte
de Fernando III. De la huella y la presencia musulmana en estas tierras,
quedaron para la posteridad obras como la Giralda, la Torre del Oro y la
Muralla de San Juan de Aznalfarache.
Es
posible que el rey poeta Al-Mutamid, pasara temporadas en San Juan de
Aznalfarache, huyendo del estío de Sevilla, pero sin alejarse demasiado para
poder controlar su reinado. Así, pese a no gustarle la guerra, ordenó restaurar
las fortalezas romanas de la ribera del Guadalquivir, muriendo cien años antes
de que se construyera la muralla de San Juan.
Yusuf
Almansur (Almanzor), Hijo de Abu Yucud Yusuf y nieto del Yusuf, que desterró a
Almutamid (y que no tiene nada que ver con el auténtico Almanzor, del que le
pusieron su nombre) fue el constructor de esta fortaleza.
Cuando
Fernando III el Santo emprendió la conquista de Sevilla, hizo acampar sus
huestes en los campos de Tablada y mandó que el gran Maestre de Santiago, don
Pelayo Pérez Correa, estableciese su cuartel general entre Coria del Río y San
Juan de Aznalfarache.
Los
árabes de este castillo se defendieron con gran bravura. “Los moros del
castillo de Triana y los de Aznalfarache dieron mucho que hacer a los
cristianos”. Después de grandes esfuerzos, don Pelayo Correa logró reducirlos a
la obediencia, pasando a cuchillo a los principales. Muy importante debió ser
este castillo cuando en las capitulaciones, los moros pidieron a San Fernando
que les dejase las fortalezas de Aznalfarache, Niebla y Sanlúcar, como así les
fue concedido.
La
prosperidad de Aznalfarache llegó a su mayor apogeo durante la invasión
musulmana. Eran los árabes excelentes agricultores y entonces cambió su nombre
romano de Julia Constancia por el Hans-alharaf, que significa “El Castillo del
Huerto”, de donde se derivó Aznalfarache. El sobrenombre de San Juan lo tomó
porque después de la conquista de Sevilla perteneció a los caballeros de la
Orden militar de San Juan de Jerusalén.
No
sólo era Aznalfarache una Atalaya desde donde se podía vigilar gran extensión
de terreno, sino un maravilloso jardín o lugar de recreo.
Los
alrededores de Sevilla debían ostentar una gran belleza pues cuenta un
historiador árabe, que cuando AlMotamid abandonó la ciudad para ir al destierro
en unión de su familia:
“volviose a mirarla con gran pena y
le pareció una rosa abierta en medio de una florida llanura”
Para
Comer
Al
existir varias rutas que engloban un gran número de localidades del Aljarafe y
Doñana sevillanos los remitimos a la Guía Gastronómica del Aljarafe y a la web
(www.aljarafe.com), donde podrá encontrar restaurantes en cada municipio con
sus datos de contacto y especialidades.
Ver: www.aljarafe.com
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