domingo, 11 de octubre de 2020

 

(5) ROMANICO ESPAÑOL

Biografías de reyes de Navarra

Biografía de Sancho el Mayor de Navarra (Sancho Garcés III)

Las interpretaciones anacrónicas de su reinado han provocado agrias polémicas en torno a la figura de este personaje clave en la historia de los reinos cristianos peninsulares, cuyos contemporáneos llegaron a considerar imperator por la extensión de sus dominios.

A él se le atribuye la europeización del territorio hispano, la acuñación de moneda o la potenciación del Camino de Santiago, pero sin embargo, para el análisis de su trayectoria es necesario huir de la mentalidad del siglo XXI y realizar un esfuerzo de contextualización histórica adecuado.

Antecedentes

Sobrepasado el año 1000, se sucede una etapa de prosperidad económica, cultural y social que produce un gran optimismo en los cristianos habitantes del norte peninsular. Superado el temor a las devastadoras razzias de Al-Mansur y abandonados los temores milenaristas, el terreno era propicio para una persona de la habilidad y personalidad de Sancho III, al que la política de alianzas familiares con sus vecinos castellanos y leoneses, emprendida por la familia Jimena, beneficiaría en sus ansias expansivas.

Hijo del rey navarro García Sánchez II, "El Temblón" y de Jimena, mujer perteneciente a un linaje nobiliario leonés. Biznieto de Fernán González y nieto de la infanta castellana Urraca. Marido de Muniadonna, hija del conde de Castilla Sancho García y cuñado de Alfonso V, rey de León; Sancho tenía vínculos familiares con todos los territorios anexos a su reino, que se circunscribía originalmente a Pamplona y la Navarra nuclear; la tierra najerense y el condado de Aragón.

Es muy probable que recibiera en herencia el reinado de Pamplona hacia el año 1000, pero sus primeros pasos estarían supeditados a la regencia de su tío Sancho Ramírez. En 1004 asumiría las riendas personalmente, pero bajo la observación y consejo de su madre Jimena y su abuela Urraca, que junto con los prelados de Pamplona y Nájera dirigirían el devenir de su gobierno hasta su plena madurez, que llega en el año 1011.


La influencia de su madre leonesa y de su abuela castellana dejará una profunda huella en la futura acción del monarca, que enfocará sus miras hacia estos territorios, amparándose en los lazos familiares que les vinculaban a ellos.

La expansión de los territorios de Sancho el Mayor

Sin embargo, es el condado de Ribagorza el que primero llama su atención. Tras la muerte del conde Guillermo en el año 1010, sus dominios pasan a doña Mayor, hija de Ava y viuda del conde castellano Garci Fernández. La heredera había sido repudiada después de haberse casado con el conde Ramón III de Pallars, quien aprovechó la ocasión para hacerse con el condado, provocando la huida de doña Mayor. La coyuntura fue aprovechada por Sancho III para intervenir a favor de su pariente.


En mayo de 1017 había recuperado Buil, en Sobrarbe y, posteriormente, tomó a los musulmanes la parte sur del condado ribagorzano. En 1025, doña Mayor renunció a sus derechos a favor de la esposa de Sancho III y se retiró a Castilla, donde terminó sus días como abadesa del convento de San Miguel de Pedroso.

Mientras, Sancho III se extendía hacia el este. En 1017 muere el conde castellano Sancho García, dejando como heredero al infante García Sánchez, de tan sólo 7 años. Las injerencias leonesas y la división de la nobleza ponen en peligro la integridad del condado, lo que provoca la intervención del monarca pamplonés, como cuñado del infante, que actúa desde ese momento como tutor. En 1029, en la víspera de su boda con doña Sancha, hermana del rey leonés Vermudo III, el infante García es asesinado. Inmediatamente, Sancho III, amparado por la potestad de su esposa, asume la tutela definitiva del condado de Castilla, al frente del que pone a su segundo hijo, Fernando, que pasaría a la historia como "El Magno".

Con la incorporación de Castilla a sus dominios, se termina de consolidar la influencia de Sancho III sobre Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, así como la ampliación de la frontera pamplonesa por el oeste. Paralelamente, Sancho había aprovechado la muerte de Alfonso V de León en el cerco de Viseo para ejercer su derecho de tutoría sobre el heredero de la corona leonesa, Bermudo III, que era menor de edad. De esta forma, sus dominios se extienden desde el condado de Aragón hasta el reino astur-leonés, constituyendo la mayor unidad territorial de los reinos cristianos peninsulares después de la dominación musulmana.

Pese a lo que se ha insinuado, Sancho III no llegó a dominar ni Gascuña, ni los condados catalanes. Es cierto que mantuvo una intensa relación, tanto con Sancho Guillermo, al que prestó protección frente al condado de Tolosa, como con Berenguer Ramón I, que firmó como testigo en algunos documentos oficiales de la corte pamplonesa. Sin embargo, ninguno mantuvo con él ninguna relación de vasallaje.

Su reinado

Pese a que en 1031 se produce la desintegración de Al-Ándalus en Reinos de Taifas, Sancho III no dirigió su poder militar hacia el sur. Únicamente se conformó con tomar algunas posiciones repoblando las orillas del río Gállego y reforzando puestos fronterizos en las sierras y presierras pirenaicas. Su dominio territorial se forjó a base de hábiles gestiones familiares y golpes militares escasos, concretos y certeros en sus fronteras este y oeste, dirigidos hacia sus vecinos cristianos.

Sancho III orientó sus relaciones hacia el exterior de la península. En 1010 viajó a Saint-Jean d'Angely, con motivo del descubrimiento de la cabeza de San Juan el Bautista. Era el primer viaje de un monarca hispano a una corte extranjera.

Mantuvo relación con Odilón de Cluny, para cuya abadía destinó importantes sumas económicas y envío a su hijo García a Roma, lo que demuestra una relación con el Papado.

Sus contactos con el abad Oliba potenciaron la llegada de clérigos catalanes a sus territorios, fomentado la penetración de la regla benedictina. Poncio, abad de San Saturnino de Tavérnoles, pasó a ser obispo de Oviedo y Bernardo, monje de Ripoll, fue el primer obispo de Palencia, diócesis fundada por Sancho III para dominar los territorios del Cea y del Pisuerga, origen de litigios fronterizos sempiternos entre León y Castilla.

Para poder asegurar sus dominios, desvió el Camino de Santiago hacia el sur, de tal manera que por un lado fomentaba el tránsito de comerciantes a través de la ruta xacobea y, por otro, potenciaba una vía de comunicación fluida para el desplazamiento de sus ejércitos a través de todos sus territorios.

Refundó el monasterio de San Juan de la Peña en 1025 y mimó San Salvador de Leire, quizás porque allí pasó su infancia. También potenció la introducción de la regla benedictina en Irache, Albelda y Oña, monasterio burgalés donde fue enterrado tras su muerte en 1035.

Como conclusión, cabe decir que Sancho III no tuvo el afán de unificar todos los reinos peninsulares bajo su mandato ni pensó en la europeización de sus territorios, su propósito fue únicamente el de acumular dominios para incrementar su poder, lo que le granjeó una red de contactos, algunos allende nuestras fronteras, que permitieron la entrada de nuevas ideas en la península.

De lo contrario, no se explicaría la división de su reino entre sus hijos, acaecida tras su muerte. A García le correspondió Navarra, Castilla a Fernando, Aragón a Ramiro y Sobrarbe y Ribagorza a Gonzalo, provocando así que durante muchos siglos, todos los reyes peninsulares descendieran de un tronco común, el del pamplonés.

(Autor del texto del artículo/colaborador de ARTEGUIAS: Mario Agudo)

https://www.arteguias.com/biografia/sanchomayor.htm

Biografía de Carlos III el Noble de Navarra

Carlos III el Noble fue uno de los reyes más notables de la monarquía navarra.


Perteneciente a la Dinastía de Evreux, Carlos III el Noble era hijo de Carlos II el Malo y Juana de Valois. Nació en Mantes-la-Jolie en 1361, subiendo al trono en 1387.


Cuando todavía era infante de Navarra, fue apresado por Carlos V de Francia, lo que obligó a su padre a ceder los territorios ultrapirenaicos de Navarra

Su boda con Leonor de Trastámara, hija de Enrique II el Bastardo de Castilla creó una fuerte alianza de amistad entre el Reino de Navarra y el de Castilla.

Su largo reinado (1387-1425), a diferencia de los anhelos conquistadores de su padre, estuvo caracterizado por dos esfuerzos meritorios:

  • Lograr la paz con los reinos vecinos (Aragón, Castilla, Inglaterra y Francia)
  • Promover la prosperidad en sus territorios.

Para conseguir el cese de hostilidades y guerras con los demás reinos periféricos, estableció una eficaz política de matrimonios.

Además, a Francia le prestó ayuda mediante su apoyo al papa de Aviñón en el proceso del cisma de Occidente. También renunció a sus territorios de Champaña en 1404 mediante el tratado de París.

Con Castilla colaboró en la guerra contra el Reino de Granada.

Para la mejora social y económica de su reino, inicialmente en situación precaria, estableció una serie de importantes reformas legislativas y administrativas, entre las que se cuenta la creación de un tribunal supremo y la convocatoria de varias cortes. También creó el título de Príncipe de Viana para sus sucesores y herederos al trono de Navarra.

Carlos III el Noble muere en Olite en 1425 y le sucede su hija Blanca, casada con Juan II de Aragón.


Panorama artístico del reinado de Carlos III el Noble de Navarra

El periodo de paz y renacimiento económico del reinado de este buen rey navarro repercutió positivamente en la cultura y las artes del reino.


Durante su mandato florecen numerosas obras cumbre del gótico navarro.


Se construyeron los palacios de Tafalla y Olite y se concluye la catedral de Pamplona (pacificada por él mediante su unificación, acabando con su célebre división en tres barrios que propiciaba numerosos enfrentamientos.

https://www.arteguias.com/biografia/carlos-iii-navarra.htm

Biografía de Blanca I de Navarra

Blanca I de Navarra (Pamplona 1385- Santa María la Real de Nieva 1441). Reina de Navarra (1425- 1441), Aragón y Sicilia (como consorte entre 1402 y 1409 y luego como titular entre 1409 y 1415) y condesa de Nemours.


Blanca I de Navarra (Pamplona 1385- Santa María la Real de Nieva 1441). Reina de Navarra (1425- 1441), Aragón y Sicilia (como consorte entre 1402 y 1409 y luego como titular entre 1409 y 1415) y condesa de Nemours, perteneciente a la casa Evreux.

Hija de Carlos III, rey de Navarra y de Leonor de Trastámara, hija de Enrique II de Castilla. Se casó en dos ocasiones, la primera con Martín, rey de Sicilia (para quien no era el primer matrimonio) y después con Juan II de Aragón. Gracias a ambos matrimonios, Blanca fue reina de extensos territorios que gobernó de forma ejemplar.

Biografía

 

Blanca nació en Pamplona en 1385 y pasó su infancia en Castilla donde recibió una buena educación. La época en la que reinó su padre es conocida como una “época dorada”, dejando primero a su hija Juana, y luego a Blanca, un reino pacífico, tranquilo y con las arcas llenas.

En 1402 fue obligada a casarse con el rey de Sicilia, Martín el Joven, ésta se niega tal unión pero su padre, sin aceptar su decisión, la recluyó durante un tiempo en el castillo de Peñaflor con el objetivo de hacerla cambiar de opinión. Finalmente Blanca se casó y dio a luz a Martín, quien murió a los pocos meses de vida.

En 1408, debido a uno de los viajes que realizaba Martín con fines militares, Blanca quedó como regente del reino, pero Martín nunca regresó, ya que murió a causa de unas fiebres en 1409. Entonces se tomó la decisión de que Blanca continuara al frente de la corona, debido a sus buenas dotes políticas.


La reina estuvo al mando del reino italiano hasta 1415, año en el que murió su hermana mayor, Juana, quien estaba destinada a ser la reina de Navarra tras la muerte de su padre (ya que no había sobrevivido ningún hijo varón), éste le pidió que regresara a territorio español, entonces Blanca llegó al reino de Navarra, donde, a su pesar, le esperaba un nuevo compromiso matrimonial con un príncipe mucho menor que ella: Juan II de Aragón.

 

En 1416 es proclamada por las Cortes como heredera al trono, tras esto, el reino vecino de Aragón, ve en la unión del hermano de Alfonso V el Magnánimo-Juan y Blanca, una fuente de poder que beneficiaría a ambos territorios. Por eso, el aragonés (teniendo diez años menos que la protagonista) pide la mano de Blanca. El acuerdo matrimonial se firmó en noviembre de 1419 y de él nacieron cuatro hijos: Blanca, Juana, Carlos-Príncipe de Viana y Leonor, quien heredaría el trono de Navarra.



Imagen del personaje en la iglesia de
Santa María de Olite (Navarra)



En 1420 Blanca se casa con Juan II de Aragón, quien, desde la muerte de Carlos III en 1425, se hace con el poder absoluto del territorio que debía reinar su esposa. Tal fue la ambición del aragonés que, cuando Blanca murió, no permitió que el hijo de ambos, Carlos de Viana, gobierne el territorio que legítimamente le pertenecía. El conflicto entre padre e hijo desembocó en una guerra civil.

Conflicto tras la muerte de Blanca


Como hemos dicho antes, en 1441 Blanca, un día después de la boda de su hija con Enrique IV de Castilla, murió, mientras asistía a una romería en honor de la Virgen de Soterraña. Lo que dio lugar a un gran problema sucesorio entre su marido y su hijo legítimo, ya que ésta registró en su testamento que debía ser su hijo, el Príncipe de Viana, quien heredase el trono pero no sin el consentimiento de su padre, Juan II.

Los problemas entre ambos se agravaron al entrometerse la segunda esposa de Juan II, Juana Enríquez y Fernández de Córdoba, en los asuntos dinásticos. Ésta, que tenía una gran ambición por el poder, convenció a su esposo a luchar por el trono navarro, hecho que provocó el enfrentamiento directo entre padre e hijo. Las crónicas cuentan que fue ésta quien dio muerte a su hijastro después de envenenarlo.

 

Este conflicto dio lugar a dos bandos:

 

-Los agramonteses: partidarios de Juan II de Aragón

-Los beaumonteses: partidarios del Príncipe de Viana

El primer bando aseguraba que la corona debía ser para él, el segundo no se conformó, sobre todo después del nuevo matrimonio de su padre que, según el Príncipe, quebrantaba los acuerdos establecidos con su madre antes de su muerte.

Tras diversos intentos del joven, finalmente su padre ocupó el trono, que más tarde pasaría a Fernando El Católico.

 



Blanca I de Navarra ha demostrado ser una persona valiente, con las ideas claras y muy inteligente, que ha sabido manejar las situaciones que le han ido apareciendo a lo largo de su vida, incluso, tras su muerte. Estamos hablando del conflicto que encauzó un destino marcado por la monarquía de los Reyes Católicos. Por otra parte, la vida sentimental de Blanca I de Navarra la catalogaría como un “desastre”, debido a la escandalosa política que, como hemos podido observar, dio fin a la Edad Media.

Sepulcro de Blanca de Navarra















 




















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