lunes, 19 de octubre de 2020

 

Demonología (Jerarquías demoníacas)

http://benditasalmas.org/2012/11/30/summa-daemonica-libro-del-padre-fortea/

La Demonología (del griego δαίμων, Daimon) es la rama de la teología y de la mitología que se encarga del estudio sistemático de los demonios y sus relaciones, haciendo alusión a sus orígenes y naturaleza. Los demonios, cuando se le considera como espíritus, pueden pertenecer a cualquiera de las clases de espíritus reconocidos por el primitivo animismo, es decir, pueden ser humanos o no humanos, almas o espíritus separables desencarnados que nunca han vivido en un cuerpo. A este respecto podríamos distinguir varios tipos de demonios:

 

1.     Ángeles caídos en desgracia según la tradición judeocristiana.

2.     Almas humanas consideradas como genios o familiares.

3.     Aquellos que reciben un culto o adoración-respeto (culto a los antepasados).

4.     Fantasmas y otros aparecidos de carácter maligno.

 

Los íncubos y súcubos de la Edad Media son a veces considerados como seres espirituales demoníacos que además pueden dar prueba de su existencia corporal, como sería la supuesta descendencia (aunque a menudo deformada) entre estas entidades y el ser humano. Cabe destacar que el carácter maligno de los demonios no es ni mucho menos universal, ya que en algunas culturas y religiones, se les considera como entes inocuos e inofensivos para el hombre, tal es el caso de las creencias de los Mpongwe de Gabón y los Dayak de Borneo.

La creencia en los demonios se remonta muchos milenios. Ya desde el Zoroastrismo, se enseña que hay 3.333 demonios, algunas de ellos con responsabilidades específicas en asuntos oscuros como la guerra, el hambre, las enfermedades, etc. La mayoría de las grandes religiones de la humanidad hacen referencia en mayor o menor medida de la existencia de los demonios.

 

·         Oriente Medio: En la mitología de Caldea estaba extendida la creencia de los siete dioses del mal conocidos como Shedu, espíritus demoníacos de las tormentas que eran representados como híbridos de toro con alas y hombre, derivados de los Lammasu utilizados como entes protectores de los palacios reales en la antigua Babilonia. En la mitología de Sumeria, también se hablaba del demonio Asag, un ser tan terrible que hacía hervir a los peces de los ríos tan sólo con su presencia. En Asiria y gran parte del resto de Mesopotamia existía la creencia en Pazuzu, el rey de los demonios del viento y las tormentas, aquel que podía traer plagas y peste. Este demonio es muy conocido por ser mencionado durante la famosa película de El Exorcista.



Lammasu.


Pazuzu.

·         Judaísmo: En el Talmud se menciona la existencia de 7.405.926 demonios, divididos en 72 compañías. Mientras que muchas personas creen hoy que Lucifer y Satán son nombres diferentes para el mismo ser, no todos los estudiosos aceptan este punto de vista. El uso del nombre “Lucifer” como identificador del diablo, se deriva de una interpretación particular de Isaías 14:3-20, un pasaje que no se habla de un ángel caído, sino de la derrota de un determinado rey babilonio, a quien se le da un título que hace referencia a lo que se denomina la “estrella de día” o “estrella de la mañana” (en latín, Lucifer, que significa “portador de luz”). En 2 Pedro 1:19 y en otras referencias similares, la misma palabra latina “Lucifer” se utiliza para referirse a la estrella de la mañana, sin ninguna relación con el diablo. Es sólo en tiempos posteriores al Nuevo Testamento, en donde la palabra latina “lucifer” empezó a utilizarse como un nombre para el diablo, tanto en los escritos religiosos como en la ficción, especialmente cuando se refiere a él antes de su caída del cielo. Los GrigoriLilith y los Dybbuk, son también considerados entidades demoníacas en la tradición judía.



La Reina de la Noche – Lilith.

·         Cristianismo: En el Libro de Enoc ya se menciona a los Nephilim como ángeles caídos que tuvieron relaciones sexuales con mujeres en la Tierra (Epístola de Judas). En la tradición cristiana, los demonios son como ángeles: Espirituales, inmutables e inmortales. Los demonios no son omniscientes, pero cada uno tiene un conocimiento específico (a veces en más de una asignatura) y su poder se limita a lo que Dios permite, así que no son omnipotentes, ni se ha comprobado su habilidad de omnipresencia. También se cree que los demonios atormentan a las personas durante su vida mediante la posesión (Mateo 17:15-16), o simplemente por mostrarse ante personas que esto les asusta, o por visiones provocadoras que pudieran inducir a la gente a pecar o tener miedo. También se cree que los demonios tratan de tentar a las personas para que abandonen la fe y caigan en la herejía o apostasía. Según la tradición cristiana, los demonios poseen varios poderes sobrenaturales, entre los que se incluyen: Psicoquinesis, levitación, adivinación, posesión, telepatía, brujería, xenoglosia y capacidad para lanzar maldiciones, así como fuerza sobrehumana, el control de los cuatro elementos, control de animales y provocación. Los demonios utilizan varias combinaciones de estos poderes para hostigar, desmoralizar, confundir y desorientar a la víctima. Todos estos ataques, así como su efecto o alcance, puede ser anulada por Dios ya que los demonios se cree que tienen el poder de herir a las personas tanto física como mentalmente, pero sólo dentro de los límites de lo que Dios va a permitir. Según diversos grimorios medievales (Malleus maleficarum, 1486), cada uno de los demonios tiene una firma o sello con el que firman pactos diabólicos. En cuanto a la simbología, la estrella de cinco puntas (pentagrama invertido), que ha sido utilizado con varios significados en muchas culturas, puede representar a los demonios si tiene dos de sus puntas hacia arriba y una hacia abajo. La figura de Satán o el diablo ha sido asociada a diversos animales como la serpiente, la cabra y el dragón. No todos los cristianos creen en la existencia de los demonios en un sentido literal, existe la opinión de que el lenguaje del Nuevo Testamento en cuanto a los exorcismos es un ejemplo del lenguaje de la época que se empleaba para describir las curaciones de lo que hoy se clasifica como epilepsia o enfermedades mentales.

 

“Es una llamada decidida a recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con él, una lucha contra los dominadores de este mundo tenebroso, en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor”.

Benedicto XVI (22-02 -2011).


Martin Schongauer – La Tentación de San Antonio (1470 – 1475).


En el cristianismo se denomina ángel caído a aquellos que han sido expulsados del cielo por desobedecer o rebelarse contra los mandatos de Dios. El más conocido de todos ellos es Lucifer al que describiremos más adelante pero no menos importantes dentro de este mito son los Grigori (observadores o vigilantes en griego, egrḗgoroi), también conocidos como Hijos de Elohim (בני האלהים). Los Grigori serían un grupo de ángeles caídos mencionados en el Génesis (6:1-4) y en otros textos apócrifos bíblicos (Libro de los Jubileos) y que se habrían apareado con “las hijas del hombre”, dando como resultado de dicha unión a los Nefilim o Nephilim (נְּפִלִים), una raza de gigantes. Los Grigori más conocidos según el Libro de Enoc serían: Samyaza, que era su líder, Urakabarameel, Akibeel, Tamiel, Ramuel, Dan’el, Azkeel, Saraknyal, Asael, Armers, Batraal, Anane, Zavebe, Samsaveel, Ertael, Turel, Yomyael y Azazyel (también conocido como Azazel). Estos serían los más importantes de un grupo de doscientos ángeles.

Algunos grupos de teólogos postulan que todos estos textos se refieren en general a estos seres como un grupo de ángeles castigados por Yahvé (ángeles caídos) por haberse enamorado y copulado con las mujeres de la Tierra, y por haber enseñado a los hombres la creación de armas y el arte de la guerra principalmente, entre otros conocimientos, trayendo un desequilibrio entre los hombres. Cabe destacar que en la religión católica desde la interpretación de San Agustín de Hipona se dejó de lado esta antigua definición como ángeles, indicándose desde entonces que la expresión hijos de Dios se refiere a los descendientes de Set; y serían llamados así por su amor de Dios.


En cuanto a los Nefilim (פִלִים), “valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre” (Génesis 6:4), fueron una de las razones principales para el gran diluvio en tiempos de Noé: “Y el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal. Y le pesó al Señor haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón. Y el Señor dijo: Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo, porque me pesa haberlos hecho” (Génesis 6:5-7). Textos haciendo referencia a los Nefilim después del Diluvio también podemos encontrar: “Cuando Moisés envió a los espías a la tierra de Canaán, regresaron con la noticia de que allí habitaban gigantes” (Números 13:33), “Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas. Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre” (Deuteronomio 2:10, 1:11, 3:11), “¿Acaso, siendo joven (David), no mató a un gigante y extirpó el oprobio del pueblo, cuando lanzó una piedra con la honda y abatió la arrogancia de Goliat?” (Eclesiástico. 47:4), “Allí nacieron los famosos gigantes de los primeros tiempos, de gran estatura y expertos en la guerra. Pero no fue a ellos a quienes Dios eligió y les dio el camino de la ciencia; ellos perecieron por su falta de discernimiento, perecieron por su insensatez” (Baruc 3:26, 3:27, 3:28), “Así también, al comienzo, cuando murieron los orgullosos gigantes, la esperanza del mundo se refugió en una balsa (Arca de Noé) que, conducida por tu mano (Yahwéh), dejó al mundo la semilla de una nueva humanidad” (Sabiduría 14:6).

El descubrimiento en Grecia de unos huesos aparentemente gigantes con forma humana resultó ser un fraude total, aunque circularon diversas fotografías e informaciones por Internet acerca de que eran realmente huesos de gigantes Nefilim, sin embargo no fue más que una broma que a pesar de lo extraordinario caló en bastantes personas que creyeron en su autenticidad. 

 

·         Islam: En el Islam, la figura del Iblís (إبليس) o Shaitán (شيطان) equivale a Satán de la tradición cristiana. Iblís era un genio o yinn (جن) creado por Alá, el cual se consideraba superior a Adán, que fue creado del barro, mientras que él fue creado del “fuego sin humo”. Por este acto de desobediencia, Alá lo condenó al infierno por toda la eternidad, pero le dio tiempo hasta el día del Juicio Final. Durante ese tiempo, trataría de corromper a los seres humanos como una forma de venganza. Por rehusar obedecer a Alá, fue expulsado del Paraíso y a partir de entonces fue llamado Shaitán.

 

“Hemos creado al hombre de barro, de arcilla moldeable
Antes, del fuego ardiente habíamos creado a los genios”.

Corán, 15, 26-27.


Yinn.

·         Hinduismo: En el hinduismo hay una serie de espíritus que pueden ser clasificados como demonios como son los Vetala (वेताल)Ráksasa (राक्षस) y los Asura (असुर), entre otros. Estos espíritus de quiénes han cometido ciertos pecados específicos, como castigo a sus faltas, están condenados a vagar sin su forma física durante un período de tiempo hasta que consigan purgar sus faltas y poder renacer de nuevo.


Raksása Rávana.

·         Budismo: Algunas ramas del budismo postulan la existencia de infiernos habitados por demonios que atormentan a los pecadores y tientan a los mortales, o actúan para perturbar su iluminación. Dentro del budismo, la figura más importante relacionada con seres espirituales maléficos es Mara (Príncipe de la oscuridad – Maligno), la presencia oscura que intentó que Buda no llegase a alcanzar la iluminación.

 

·         Zoroastrismo: En la tradición zoroástrica, la entidad suprema Ahura Mazda, saldrá victoriosa de una batalla cósmica contra la fuerza del mal conocida como Angra Mainyu o Ahrimán.


·         Ocultismo: Los practicantes de la magia ceremonial o alta magia, normalmente intentan ponerse en contacto con demonios para restringir sus acciones o bien utilizarlos para cumplir sus órdenes, utilizando para ello diversos métodos como la Goetia (brujería, invocación de ángeles, evocación de demonios) o mediante el Libro de Abramelin. Este libro nos enseña cómo controlar a un demonio mediante un ángel que a su vez domine a aquel, gracias a ello, podríamos obtener riquezas y habilidades extraordinarias. Aleister Crowley , que con todo fue el más insigne ocultista, místico y mago ceremonial del Siglo XX, lo califica como “el mejor y más peligroso de los libros que se han escrito”. Más información sobre Crowley y su sistema filosófico en: Aleister Crowley y Boleskine House. La figura del Baphomet es importante en la historia del ocultismo y ha sido asociada (muchas veces erróneamente) con frecuencia al demonio.


Círculo Mágico – Goetia.

·         Satanismo: El Satanismo es un nombre que aglutina un grupo diverso de religiones que consideran a los demonios en general y Satanás, en particular, como entidades positivas, ya sea como entidades reales de ser adoradas (satanismo tradicional o teísta), o usando a Satanás y los demonios como elementos más simbólicos (satanismo laveyano o simbólico). Este último bebe en muchos aspectos filosóficos de la filosofía Thelema creada por Aleister Crowley. En el satanismo se suelen tomar prestados conceptos de la naturaleza de los demonios en religiones establecidas, como el cristianismo, el judaísmo o el Islam, aunque en ocasiones también se elaboran conceptos originales de los propios demonios sobre su carácter y diversas habilidades.

 

Pentagrama invertido: El Pentagrama ha sido asociado desde hace mucho tiempo con el misterio y la magia. Este símbolo sin duda es el más reconocido por todos los seguidores de la tradición pagana y es tan antiguo que su origen preciso se desconoce. Ha sido utilizado desde épocas remotas como talismán de protección, pero su utilización masiva y de hecho, su imagen más popular, provienen del satanismo. El pentagrama invertido forma una cabeza de macho cabrío, que no es otro que el dios mítico Pan (dios) de la mitología griega; este dios representa los deseos carnales masculinos y es un dios de la promiscuidad. En la Edad Medía el dios macho cabrío de Pan se haría uno con el demonio cristiano. Cuando Anton LaVey funda su Iglesia de Satán retoma este símbolo puro en su sentido inverso, el que ha sido usado por siglos para la alta magia negra: El pentagrama invertido, con el vértice hacia abajo y representándolo sobre una cabeza de macho cabrío. En el pentagrama invertido, según la interpretación satánica, las tres puntas inferiores representan la negación de la “sagrada trinidad” de los teólogos cristianos y las dos puntas superiores representan la afirmación de las paridades o contrastes que realmente equilibran y dirigen el universo y la vida, como por ejemplo: Creación/destrucción, positivo/negativo, masculino/femenino, acción/reacción, vida/muerte, activo/pasivo, etc. En resumidas cuentas, no representa más que la supremacía del deseo carnal y netamente físico por encima de la espiritualidad.

Hay multitud de clasificaciones demoníacas, aparecidas en demonología cristiana, ocultismo e incluso en magia renacentista. Los sistemas de clasificación se basan en la naturaleza del demonio, el pecado con el que tentar a la gente, el mes en el que su poder era más fuerte, los santos que eran sus adversarios, u otras diversas características. Cabe señalar que de acuerdo a cada autor que ha realizado este tipo de clasificaciones, el dominio de cada demonio es muy diferente, también se puede ver que los distintos autores eligen y clasifican los demonios de manera bastante diferente.

El jesuita Peter Binsfeld elaboró en 1589 una clasificación demoníaca atendiendo a los siete pecados capitales, estableciendo lo que se denomina como los Siete Príncipes del Infierno:

 

·         Lucifer: Soberbia. Del hebreo (הֵילֵל), “estrella de la mañana”, “el portador de luz”; Lucifer representa al ángel caído por excelencia según la tradición cristiana. Es ejemplo de belleza y sabiduría a quien la soberbia condujo a los infiernos. Hay cierta confusión al respecto de si Lucifer y Satanás son la misma identidad o dos diferenciadas según otros textos distintos al de Peter Binsfeld, ya que se cuenta también que Lucifer pasó a llamarse Satanás una vez que se puso en contra de Dios. Según los textos del renombrado exorcista P. Gabriele Amorth, Lucifer sería el nombre propio del segundo demonio en importancia en la jerarquía demoníaca.

 ¡Cómo has caído del cielo, lucero, hijo de la aurora!, ¡Cómo yaces ahora por tierra, tú, sometedor de naciones! Tú, que solías decirte: “Voy a escalar el cielo; por encima de los astros divinos pienso establecer mi trono. Me sentaré en el monte de los dioses, >allá por los confines del Norte; cabalgaré en las crestas de las nubes y seré lo mismo que el Altísimo”.


Isaías 14:12 – 15


·         Mammón: Avaricia. Mammón es una palabra aramea que significa “riqueza”, aunque su etimología es algo confusa. Su transcripción en griego es (μαμωνάς). En la Biblia, Mammón se personifica como símbolo de las riquezas en Lucas, y Mateo. Mammón es algo similar al dios griego Hades, y al dios romano Dis Pater, en su descripción, y es probable que esté hasta cierto punto basado en ellos, especialmente puesto que Plutón-Hades, era el custodio de las abundancias de la tierra y los lobos que son asociados a avaricia en las edades medias. 

·         Asmodeo: Lujuria. Asmodeo, del hebreo (אשמדאי), es un demonio, conocido comúnmente por aparecer en el Libro de Tobit o Libro de Tobías, que no forma parte del Antiguo Testamento protestante ni del judío, pero sí del católico. También es mencionado en el Talmud y en los tratados de demonología. Su origen se halla en la religión mazdeísta (Zoroastrismo) de los persas.


·         Satanás: Ira. Del hebreo (הַשָּׂטָן), el adversario. Es el líder de los ángeles caídos y los adversarios a Dios, sobre todo en las religiones abrahámicas y confundido a menudo con Lucifer. En el satanismo teísta, Satanás es considerado como una fuerza positiva y la deidad que es venerada. En el satanismo laveyano, Satanás es considerado como la celebración de las características virtuosas. En el Apocalipsis, se describe una guerra en el cielo entre ángeles dirigidos respectivamente por el Arcángel Miguel y por “el dragón”, identificado con el diablo y Satanás, quien es derrotado y arrojado a la tierra junto a sus legiones.


·         Belcebú (Baal): Gula. El señor de las moscas, del hebreo (בעל זבוב). En la literatura cristiana se empleó para designar al Príncipe de los demonios, de acuerdo a la antigua costumbre hebrea de representar deidades ajenas en forma maligna. Hay tradiciones que indican que Lucifer, Satanás y Belcebú conforman el triunvirato que gobierna al infierno y sus legiones. Tiene su origen en la deidad filistea Baal Seabaoth, adorada en la ciudad de Ecrón.



·         Leviatán: Envidia. Leviatán (enrollado), del hebreo (לִוְיָתָן). La interpretación cristiana del Leviatán le considera a menudo como un demonio asociado con Satán o el Diablo. En la demonología medieval, Leviatán es un demonio acuático que intenta poseer a las personas, siendo éstas difíciles de exorcizar.



·         Belfegor: Pereza. Belfegor (el señor de la apertura) procede del hebreo (בַּעַל-פְּעוֹר), es un demonio que ayuda a la gente a realizar descubrimientos, seduce a las personas a través de inventos ingeniosos que supuestamente les proporcionarán riquezas. Ha sido representado de varias maneras, como una joven y hermosa mujer o como un demonio de cuerpo atlético, con barba y afilados cuernos y uñas. Belfegor tiene su origen en Asiria con la deidad Baal-peor, dios moabita.



Durante el Siglo XVI se elaboró una clasificación demoníaca por mes del año, ya que se creía que cada demonio tenía más fuerzas para cumplir su misión durante un mes especial del año. De esta manera, sus poderes y el de sus asistentes iban a funcionar mejor durante ese mes:

·         Belial: Enero.

·         Leviatán: Febrero.

·         Satanás: Marzo.

·         Belfegor: Abril.

·         Lucifer: Mayo.

·         Balberith: Junio.

·         Belcebú: Julio.

·         Astaroth: Agosto.

·         Tammuz: Septiembre.

·         Bael: Octubre.

·         Asmodeo: Noviembre.

·         Moloch: Diciembre.



En 1613, el inquisidor francés Sebastien Michaelis elaboró una clasificación de los demonios (aparecida en su libro Historia Admirable) basada en la jerarquía angélica de Pseudo Dionisio Areopagita (Siglos V – VI d.C.). Michaelis aseguró haber recibido esta clasificación de parte del demonio Balberith cuando exorcizaba a una monja. Muchos de los nombres están exclusivamente en francés y no aparecen en otras clasificaciones demoníacas o tratados.

 

Primera Jerarquía: En ella se incluyen ángeles que fueron o son Serafines, Querubines o Tronos.

·         Belcebú: Fue un príncipe de los Serafines, justo por debajo de Lucifer y uno de los tres primeros ángeles en caer (Lucifer, Belcebú y Leviatán.). Tienta a los hombres con el orgullo y es opuesto a San Francisco de Asís.

·         Leviatán: Fue un príncipe de los Serafines que tienta al hombre a la herejía. Es opuesto a San Pedro.

·         Asmodeo: Fue y en algunos cultos se asegura que sigue siendo un Serafín que tienta a los hombres a practicar el libertinaje. Es opuesto a San Juan el Bautista.

·         Balberith: Fue un príncipe de los Querubines. Tienta a los hombres para que comentan homicidio y sean blasfemos. Es opuesto a San Bernabé.

·         Astaroth: Fue un príncipe de los Tronos. Tienta a los hombres con la pereza y es opuesto a San Bartolomé.

·         Verrine: Fue el segundo príncipe de los Tronos. Tienta a los hombres con la impaciencia y es opuesto a Santo Domingo.

·         Gressil: Fue el tercer príncipe de los Tronos. Tienta a los hombres con la impureza y es opuesto a San Bernardo.

·         Sonneillor: Fue el cuarto príncipe de los Tronos. Tienta al hombre con odio y es opuesto a San Esteban.

Segunda Jerarquía: En ella se incluyen ángeles que fueron o son Dominaciones, Virtudes o Potestades.

·         Carreau: Fue un príncipe de las Potestades. Tienta a los hombres con la dureza de corazón, en oposición de San Vicente y San Vicente Ferrer.

·         Carnivean: Fue un príncipe de las Potestades. Tienta a los hombres a la obscenidad y la desvergüenza. Se opone a San Juan el Evangelista.

·         Oeillet: Era un príncipe de Dominios. Tienta a los hombres a romper el voto de pobreza, oponiéndose a San Martín

·         Rosier: Era el segundo en el orden de Dominios. Tienta a los hombres contra la pureza sexual, en oposición de San Basilio.

·         Belias – Belial: Príncipe de las Virtudes, el cual tienta a los hombres con la arrogancia. Es opuesto a San Francisco de Paula.

Tercera Jerarquía: En ella se incluyen ángeles que fueron o son Principados, Arcángeles o Ángeles.

·         Olivier: Fue un príncipe de los Arcángeles. Tienta a los hombres con crueldad y ensañamiento con los pobres, en oposición a San Lorenzo.



Cabe destacar también el Diccionario Infernal (Dictionnaire Infernal) de Collin de Plancy, publicado en 1818 y editado por Louis Breton en 1863, el cual creó una serie de 69 ilustraciones de los demonios descritos originalmente en la obra. Entre dichos demonios podemos destacar:

·         Abraxas: En la Antigüedad se creía que Abraxas era un dios que representaba el Bien y el Mal, un dios y deidad adorada representante del fuego. La secta gnóstica del Siglo II d.C. de los Basilideanos, consideraba a Abraxas su deidad suprema. En la Edad Media, el personaje de Abraxas cambia su perfil para convertirse en un ser grotesco con cabeza de dragón coronada y cuerpo deforme, manteniendo tan solo las serpientes como piernas y el látigo de la figura gnóstica. Es probable que la mística palabra abracadabra fuera derivada de su nombre.



·         Adramelec: Dios de la mitología fenicia, fue convertido en demonio por la tradición Judeo-Cristiana. Siendo el Presidente del Senado de los Demonios según el libro de Collin de Plancy y Canciller del Infierno. Es generalmente representado con un torso humano y cabeza, y el resto del cuerpo de una mula (o a veces como un pavo real).



·         Astaroth: Considerado en la Demonología como el Gran Duque del Infierno de la Primera Jerarquía Demoníaca, dibujado como un hombre desnudo con alas, manos y pies de dragón y un segundo par de alas con plumas bajo el principal, llevando una corona, sosteniendo una serpiente con una mano y cabalgando sobre un lobo o un perro. Se cree que seduce por medio de la pereza, la vanidad y filosofías racionalistas en el modo de ver el mundo. También inspira a los matemáticos, artesanos, pintores y otros artistas liberales, puede volver invisibles a los hombres, puede conducir a los hombres a tesoros escondidos que han sido enterrados por hechizos de magos y contesta a cualquier pregunta que se le formule en forma de letras y números en multitud de lenguas.



·         Bael: Considerado el primer Rey del Infierno. Se le representa con tres cabezas, con la de sapo, con la de hombre y con la de gato, y a los que le evocaban concedía el artificio y medio de hacerse invisibles. Algunos se le considera como una reminiscencia de Baal (divinidad de varios pueblos situados en Asia Menor como Fenicia, Cartago, Caldea, Imperio Babilónico, Sidón y entre los filisteos).



·         Behemot: Del hebreo (בהמות), bestia mencionada en el Libro de Job 40:15-24 y asociado al hipopótamo aunque también se le representa con forma de elefante. Durante la Edad Media Behemot llegó a convertirse en el nombre de un demonio. En la actualidad es sinónimo de algo extremadamente grande y poderoso.



·         Moloch: Del hebreo (מלך), fue un dios de los fenicios, cartagineses y sirios, el cual representaba el fuego purificante y el alma y al que se le ofrecían diversos sacrificios. Como muchos de los dioses antiguos, fue asimilado por la Demonología a partir de la Edad Media apareciendo como un demonio que encontraba placer en provocar el llanto de las madres a las que robaba sus hijos. Según las tradiciones demonológicas, su fuerza era especialmente poderosa en el mes de Diciembre.



Según la Biblia Satánica o Biblia Negra, (libro publicado en 1969 y escrito por Anton Szandor LaVey con el título original de The Satanic Bible), cuatro grandes demonios se corresponden con los cuatro elementos principales de la naturaleza: Satán (fuego), Lucifer (aire), Belial (tierra), Leviatán (agua).

Grimorios que establecen distintas clasificaciones demoníacas y de jerarquías infernales:

·         De praestigiis daemonum (Johann Weyer, 1563).

·         Pseudomonarchia daemonum (Johann Weyer, 1577).

·         La Llave Menor de Salomón (Anónimo, Siglo XVII). También conocido como Lemegeton Clavicula Salomonis, este libro incluye como primera sección el denominado Ars Goetia, con la descripción de 72 demonios que se decía que Salomón había evocado y posteriormente confinado en un recipiente sellado de bronce por magia y diversos símbolos. Esos demonios se veían obligados a trabajar para Salomón. Otras cuatro secciones componen este libro (Ars Theurgia Goetia, Ars Paulina, Ars Almadel, Ars Notoria).

·         El Gran Grimorio (Anónimo, posiblemente Siglo XVIII).

·         Diccionario Infernal (Collin de Plancy, 1818 – Ilustraciones posteriores realizadas por Louis Breton en 1863). *Mencionado anteriormente.


El Gran Pentáculo.

Anexo (Posesión Demoníaca & Exorcismo).

·         Posesión Demoníaca: Según determinadas religiones, una persona es víctima de una posesión demoníaca, está endemoniada, o simplemente está poseída, cuando un espíritu impuro o inmundo entra en su cuerpo y le hace hablar y comportarse, no como ella quisiera, sino como el tal espíritu quiere. “Los signos exteriores de la posesión son casi siempre los mismos: La individualidad se desvanece y surge una distinta, demoníaca, que dura más o menos tiempo, “a modo de un ataque”, afirma Julio Caro Baroja. Este trastorno del comportamiento que se atribuye al apoderamiento del espíritu por uno o más demonios, desde el punto médico se considera un trastorno disociativo de la histeria y se le denomina “demoniopatía” o “demoniomanía”. El hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas (xenoglosia) o entenderlas, hacer presentes (materializar aportes) objetos distantes o escondidos, dermografías, aparición repentina de heridas en la piel, demostrar más fuerzas de lo normal (sansonismo), etc. serían pruebas desde el punto de vista paranormal de una posesión demoníaca. Sin embargo, la ciencia intenta explicar de forma racional estos casos desde el punto de vista de trastornos disociativos de la mente como puede ser la esquizofrenia o trastornos delirantes, e incluso el poseer mentalidades extraordinariamente sugestionables. Desde el punto de vista escéptico, el nivel cultural y el entorno también pueden favorecer la aparición de casos de “posesión”, pero con explicaciones perfectamente racionales. Cabe destacar que las referencias más antiguas de posesiones demoníacas datan de los sumerios, quienes creían que todas las enfermedades del cuerpo y de la mente eran causadas por “demonios de la enfermedad” llamados gid-dim. El primer cristiano que inició el estudio de las posesiones demoníacas fue San Hipólito, llamado el Punzador por su costumbre de utilizar agujas para encontrar las “marcas del demonio”: Zonas de la piel anestesiadas que en aquel tiempo se atribuían a firmas del Satanás. En la Edad Media y en los inicios de la Edad Moderna, están documentados casos de supuestos endemoniados que fueron objeto de exorcismos. El famoso libro sobre la brujería publicado a finales del Siglo XV, Malleus Maleficarum, detalla los exorcismos que pueden efectuarse en diferentes casos. Incluso se creía que los animales eran objeto de posesión. Cientos de gatos, cabras, y otros animales fueron sacrificados debido a la creencia de que encarnaban o estaban poseídos por un demonio. El libro de El Exorcista (1972) de William Peter Blatty y del que posteriormente se realizó una película homónima que alcanzó un enorme éxito (éxito que prosigue en la actualidad), estaría basado en hechos reales. También es muy conocido el caso de la alemana Anneliese Michel, la cual falleció con 23 años en 1976 tras ser sometida a varias sesiones de exorcismo durante un periodo de un año tras negarse a continuar con el tratamiento médico y psiquiátrico que recibía (había sido diagnosticada de epilepsia con 17 años). Michel estaba convencida de estar poseída de varios demonios y aseguraba ver “caras malignas” mientras rezaba. Este hecho inspiró la película El exorcismo de Emily Rose (2005).







·         Exorcismo: Del griego (ξορκισμός), es la acción sobrenatural de expulsión, realizada contra una fuerza maligna, utilizando un método religioso para expulsar, sacar o apartar a dicho ente de la persona u objeto que se encuentra poseído por la entidad maligna (ver, como ejemplo, posesión demoníaca). Estos entes, dependiendo de las creencias de los implicados, pueden ser demonios, espíritus, brujos, etc. El objeto de la posesión puede ser una persona o animal, objetos e incluso lugares como pueblos o casas (poltergeist). La posesión puede ser total (el ente toma control de las funciones del poseído, puede moverse, hablar, etc., a través de la víctima) o parcial (en la que el ente utiliza al poseído para alguna actividad concreta, como los íncubos o súcubos, que mantienen relaciones sexuales con la víctima mientras esta duerme). El ritual de exorcismo incluye la repetición continua de oraciones y órdenes de expulsión, y el uso de objetos que pueden repeler al ente, en este caso un demonio, como crucifijos, agua bendita, reliquias, entre otros. El exorcismo en la teología católica halla su base en los textos evangélicos donde se narran las liberaciones y expulsiones de demonios que realizó Jesús como con los endemoniados de Gadara (Mateo 8:28-34) a un joven (Marcos 9:14-29) mencionando por ejemplo que para vencer a algunos demonios se requería la práctica de ayuno y oración (Mateo 17:18-19) un poder que incluso tenían sus discípulos (Lucas 10:17-20), y que inclusive los primeros cristianos usaban objetos personales de los apóstoles a manera de reliquias para expulsar demonios (Hechos 19:11-12). Siete casos específicos de posesión se relatan en los evangelios. En los primeros siglos no existían fórmulas precisas para exorcizar, aunque sí el carisma de expulsar demonios, el cual era usado por los apologistas cristianos para mostrar la divinidad del cristianismo, por ejemplo Tertuliano (Apología 23) o Minucio Félix (Octavio 27).  El libro o texto más utilizado en exorcismos es el Ritual Romano (Rituale Romanum) que como su nombre indica, contiene varios rituales religiosos utilizados en la fe católica que no se encuentran ni en el misal ni en el breviario, aunque algunos están duplicados. Aunque el texto es famoso por su ritual para el exorcismo (que a su vez se dio a conocer al gran público a través de la película El Exorcista de 1973), en él se hallan asimismo una gran variedad de oraciones y bendiciones. Aunque cada vez es más raro de hallar, cada diócesis católica del mundo dispone de un sacerdote para tratar el exorcismo, que utiliza el Ritual Romano como único texto válido para su práctica.



Portada del Rituale Romanum.


Francisco de Goya – San Francisco de Borja y el moribundo impenitente (1788).

El Nuevo Ritual de los exorcismos promulgado en 1998 incluye un resumen de la doctrina sobre Satanás de la Iglesia católica que explica que entre las criaturas angélicas al servicio del plan divino aparecen “algunas caídas, llamadas también diabólicas, las cuales, opuestas a Dios y a su obra y voluntad salvíficas cumplidas en Cristo, intentan asociar al hombre a su propia rebeldía contra Dios”. El objetivo del Diablo es seducir con mentiras a todo el mundo y «hacer la guerra a aquellos que guardan los mandamientos de Dios. Su fuerza se manifiesta como “poder de las tinieblas, puesto que odia la Luz, que es Cristo, y arrastra a los hombres hacia sus propias tinieblas”. El intento del Maligno es impedir que “vivamos para Dios” (Romanos 14:8).

 

https://laexuberanciadehades.wordpress.com/2013/01/11/demonologia-jerarquias-demoniacas/




















































 












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