EL IMPERIO INCA
Introducción
Los Incas fueron los dirigentes del imperio
americano más grande. Cerca del fin del siglo XIV, el imperio comenzó a
extenderse de su región inicial en la región de Cuzco hasta la región sur de
las montañas Andinas de América del Sur. Esta terminó brutalmente con
la invasión española dirigida por Francisco Pizarro, en 1532.
En el
momento de su rendición, el imperio controlaba una población estimada en 12 millones de habitantes,
lo cual representaría hoy Perú, Ecuador y también una gran parte de
Chile, Bolivia y Argentina.
Los Incas
llamaban a su territorio Tawantinsuyu, lo que, en quechua, el idioma inca,
significa Las Cuatro Partes. Un territorio de diversos terrenos y climas muy
marcados, que comprendía una larga banda desértica en la costa, entrecortada
por ricos valles irrigados; las altas cumbres y los profundos valles fértiles
de los Andes; y las cumbres montañosas de la selva tropical al Este. La palabra
Inca designa al propio dirigente, así como al pueblo del valle de Cuzco,
la capital del imperio. A veces es usado para
designar a todos los pueblos incluidos en el Tawantinsuyu, pero esto no es correcto.
La mayoría de las decenas de reinos pequeños mantenían su identidad, aun cuando estaban ligados política y económicamente a los Incas. El quechua fue el
idioma oficial y hablado en la mayoría de las comunidades hasta la llegada de
los españoles, pero al menos 20 dialectos locales subsistieron en varias partes
del imperio.
En memoria de ellos, los que fueron,
probablemente, los primeros socialistas en el mundo hemos hecho este trabajo de investigación: para recopilar gran parte de la cultura inca, que ha venido cayendo en el
olvido a lo largo de los años por diversas razones, ajenas al patriotismo
y conocimiento que se debería de tener.
CAPÍTULO 1:
·
Historia e inicios del Imperio Incaico
·
1. ANTECEDENTES
Fue el más
grande y antiguo imperio desarrollado en el continente americano. Tuvo como
sede imperial la ciudad del Cusco. Data del año 1.200 dc. La palabra
Tahuantinsuyo proviene de un nombre compuesto por dos vocablos quechuas: Tawa,
que significa cuatro, y Suyo, que quiere decir Estado.
El área
territorial del imperio fue vastísima. Ocupó más de 3.000.000 de km, teniendo
más de 5.000 km (3.107 millas) de costa sobre el océano Pacífico, lo que
representa, hoy, el doble del territorio peruano.
Los cuatro
suyos o naciones tenían como centro geográfico y político al Cusco, y estaban
repartidos al noroeste por el Chinchaysuyo, que va hasta el río Ancashmayo en
Pasto (Colombia); al noreste se ubicaba el Antisuyo, en los
valles subtropicales, ocupando parte de la selva baja amazónica; al sudoeste el
Contisuyo ocupaba parte de la costa peruana hasta el río Maule (Chile); y al
sudeste el Collasuyo, que hoy ocupa gran parte de territorio boliviano hasta
Tucumán (Argentina).
Todas las
tierras pertenecían al Sol, al Inca y al Estado. Estas eran distribuidas de tal
forma que cada habitante tenía una parcela de tierra fecunda que trabajar. Los varones
recibían al nacer un topo o tupu (2.700 m; 0,27 Ha, 0,67 acres), mientras que
las mujeres medio topo. No podían venderlas ni heredarlas, ya que no eran
otorgadas en propiedad, sino que pertenecían al Estado; por ello,
cuando una persona moría sus tierras eran destinadas a un
nuevo habitante.
·
2. ORÍGENES
Una
sensación sobrecogedora invade siempre al visitante cuando llega al Cusco. Ello
se debe no solo a su paisaje maravilloso, que conjuga un cielo increíblemente
azul con nubes blanquísimas y cerros imponentes, sino sobre todo a su historia. A través de sus intrincadas callejuelas o en su
imponente plaza de armas es imposible no escuchar todo lo que
esta ciudad nos quiere decir. Pocos lugares en el Perú han tenido una vida más
intensa. Esta fue la capital sagrada de los Incas y El Dorado de los
conquistadores, centro del barroco sudamericano y escenario de la Gran
Rebelión en contra del conquistador. No en vano es el tesoro más preciado del
Perú.
·
El período preincaico
Prácticamente
todos los asentamientos incas y preíncas del Cusco están situados entre los
3.000 y 3.200 msnm. A diferencia de la mayoría de los sitios arqueológicos que
pertenecieron al Formativo (1500 a.C. - 0), el valle del Cusco no registra
influencias de la cultura norteña Chavín. Entre los sitios más antiguos del
Cusco se encuentra Marcavalle (1000 a.C. a 700 a.C.). A esta le sucedió
Chanapata, cultura que se remonta al 700 a.C. La cultura Chanapata se extendió
por todo el valle del Cusco y sus pobladores alcanzaron un mayor grado de
civilización, pues desarrollaron la agricultura y crianza de animales domésticos.
·
Los Huari
Hacia el año
750 d.C. aparecieron en el valle los Huari, y con ellos llegó una cultura más
desarrollada. En el complejo diseño de sus centros urbanos se advierte la
existencia de una sociedad con jerarquías, una religión establecida, planificación, redes de intercambio y el control de una gran población que puede ser
movilizada para ejecutar obras de envergadura. Los huari poseen la fama de ser
los grandes urbanistas del antiguo Perú. Uno de los mejores ejemplos de la
influencia huari en el valle del Cusco es Piquillacta, que en quechua significa
"ciudad pulguienta". Como sostienen muchos arqueólogos, la
importancia de Piquillacta, además de la perfección del trazo y del sistema de organización que presupone, radica sobre todo en que
fue tomada como patrón urbano por los incas.
·
Creación del Imperio Inca o Tahuantinsuyo
Pocos
lugares en el Perú tienen un aura mágica semejante a la del Cusco incaico. Aun
hoy, al recorrer sus calles y divisar esas piedras misteriosamente unidas,
sentimos la necesidad de guardar una actitud reverente. Es imposible no percibir
el carácter sagrado que tuvo esta ciudad en tiempos
de los incas.
Según las leyendas y las crónicas, los incas fueron trece:
Manco Cápac, Sinchi Roca, Lloque Yupanqui, Mayta Cápac, Cápac Yupanqui, Inca
Roca, Yáhuar Huaca, Huiracocha, Pachacútec, Túpac Yupanqui, Huayna Cápac,
Huáscar y Atahualpa. Aparecieron dominando el valle hacia el año 1200 dc y
constituyeron el Imperio Inca o Tahuantinsuyo en menos de un siglo. Los
españoles describieron a los incas como "Hijos del Sol". Para los
habitantes del Imperio Inca o Tahuantinsuyo se trataba de seres divinos que
tenían la capacidad de sacralizar todo aquello que los rodeaba.
Cuesta imaginar que los incas hayan logrado organizar el Imperio Inca o
Tahuantinsuyo en menos de un siglo. Según cuentan las crónicas, el gran
organizador del estado imperial incaico fue el inca Pachacútec, quien decidió
expandir sus territorios venciendo a los Chancas. Algunos dudan de que aquel
pueblo haya existido y sostienen que el nombre Chanca podría simbolizar más bien
a grupos étnicos fronterizos. Lo cierto es que
las conquistas comenzaron a partir del año 1430 dc y el Imperio Inca o
Tahuantinsuyo se extendió hasta los límites más arriba mencionados.
·
La sociedad inca
La sociedad
Inca se caracterizaba por marcadas jerarquías, que colocaban en la cabeza
el poder absoluto del Inca; seguido por la
nobleza, también llamada orejones, título que les fue adjudicado por los
españoles, dada la deformación de sus lóbulos, originada por llevar pesados
ornamentos que los diferenciaban de los demás.
Siguiendo la escala social del imperio, estaban los runas o
mitimaes, considerados como gente vulgar, es decir, eran el común de los
habitantes del imperio, quienes también tenían tareas obligatorias en las
mitas. Finalmente, estaban los yanaconas o yanakunas, que eran los sirvientes
de la casa.
Sabemos que
el pueblo inca fue estrictamente conquistador. Sus conquistados resultaron
unificados no solo bajo una autoridad, sino en una cultura, que dio un cuerpo
religioso y conceptual cuya expresión fue la introducción de ritos y costumbres propias del
imperio Inca. Para ello, utilizaron diversos mecanismos para conciliar la
disparidad cultural. El primero fue la implantación del Runa Simi o quechua
como el idioma oficial a lo largo del territorio.
Como segundo
paso, establecieron una organización social basada en principios morales de obediencia y modelación de
la convivencia. Estos tres principios, que resumían cómo debía vivir un
habitante del imperio, fueron las leyes básicas del Imperio Inca o
Tahuantinsuyo Ama Súa (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso) y Ama
Kella (no seas perezoso).
Nadie puede
discutir la espectacular organización inca, no solo por el manejo del inmenso
territorio, sino además por el éxito de la conducta paternalista de la nobleza inca. Pese a
que la autoridad en el imperio era unipersonal, es decir, comparable a
una monarquía europea de aquellas épocas, la
población del imperio nunca pasó hambrunas ni privaciones.
Este equilibrio social actualmente es conceptuado por
los estudiosos extranjeros básicamente desde dos enfoques: a partir de un
entendimiento de clases o castas sociales a la usanza del medioevo europeo, se
lo entiende como un sistema esclavizador o como social-imperialista estudiado a
partir de los runas, es decir, desde el entendimiento de las estructuras sociales que impusieron.
Por lo mencionado, el Imperio Inca o Tahuantinsuyo merece un título especial
entre las sociedades de mayor desarrollo, considerando tanto sus actividades
productivas y artísticas, como su planificación social y política, además de su
concepción religiosa que propugnaba un equilibrio pleno entre las actividades
del ser humano y la naturaleza o el medio ambiente. Y, finalmente, por su sapiencia en
incorporar a su cultura y conocimientos todo aquello que era sobresaliente en
sus conquistados.
CAPÍTULO
2:
·
Geografía y territorio
·
1. UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Fue la
región andina, debido a la presencia de la cordillera de los Andes, se
caracteriza por la diversidad de su ecología: costas desérticas, parajes tropicales, altiplanos secos
y fríos que a simple vista parecen uno de los ambientes menos propicios para la
vida del hombre. Sin embargo, los hombres que la habitaron
han demostrado a lo largo de muchos siglos, ser capaces no sólo de sobrevivir
en tales circunstancias, sino también de dominar el medio geográfico y de crear
una serie de civilizaciones florecientes. La más famosa de ellas fue el imperio
incaico, que ocupó un vasto territorio de América del Sur, que comprende los
actuales o partes de los territorios de las Repúblicas de Perú, Ecuador,
occidente de Bolivia, norte de Argentina, norte de Chile y el extremo
suroccidental de Colombia en la frontera.
·
2. DISTRIBUCIÓN DEL IMPERIO
INCAICO DENTRO DE LOS PRINCIPALES PAÍSES DE SUDAMÉRICA
·
Los incas en Argentina
Según
las fuentes históricas en el territorio de
Argentina, entre 1479 y 1535, el imperio incaico conquistó las partes
occidentales de las actuales provincias de Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy, La
Rioja, San Juan, y el extremo noroeste de Mendoza incorporándolas al Collasuyo.
Algunas investigaciones sugieren la
influencia incaica en parte de la Provincia de Santiago del Estero (zona
interfluvial en donde está la ciudad de Santiago del Estero), pero la
incorporación de esa zona al imperio no ha sido probada. Tradicionalmente se
atribuye la conquista al inca Túpac Yupanqui. Los pueblos que
entonces habitaban esa región, los omaguacas, los diaguitas (incluidos los
calchaquíes), los huarpes y otros, intentaron resistir pero los incas lograron
dominarlos, trasladando a sus territorios a los mitimaes o colonos deportados
de las tribus de los chichas, que habitaban en lo que es el suroeste del actual
territorio boliviano.
Los incas
construyeron caminos (el Camino del Inca), centros agrícolas y de producción de tejidos, asentamientos (collcas y tambos),
fortalezas (pucarás) y numerosos santuarios en lo alto de las montañas en donde
realizaban sacrificios humanos especialmente de jovencitas y de niños tal como lo demuestran las momias de
Llullaillaco, utilizando también construcciones preexistentes.
Entre los
establecimientos incaicos más importantes en Argentina, se encuentran el
Potrero de Payogasta en Salta, la Tambería del Inca en La Rioja, el pucará de
Aconquija y el Shincal de Londres, ambos en Catamarca, el pucará de Tilcara en
Jujuy y las ruinas de Quilmes en Tucumán, la mayoría de las cuales eran
preincaicos y fueron organizados en una red urbana dentro de su imperio, estableciendo en ellos
puestos de control militar.
Las
provincias (wamanis) incaicas en el actual territorio argentino fueron cinco:
·
Humahuaca', con probable cabecera en Tilcara,
llegando por el norte hasta Talina, actualmente en el Sur de Bolivia. Habitada
por mitimáes chichas.
·
Chicoana o Sikuani, habitada por los pulares,
se extendía por el piso de puna de Atacama y la parte septentrional de los
valles Calchaquíes hasta cerca de Seclantás y abarcaba probablemente desde las
Salinas Grandes de Jujuy hasta el sur de La Paya en Salta, donde estaba su
capital la antigua Chicoana.
·
Quire-Quire o Kiri-Kiri, que comprendía el
resto de los valles Calchaquíes comenzando en Pompona (hoy La Angostura), todo
el valle de Santa María y los valles de Andalgalá, Hualfín y Abaucán. Habitada
calchaquíes y yocaviles y por un gran número de mitimáes, tenía dos asientos
principales en Shincal y en Tolombón.
·
Tucumán o de Tucmua, comprendía los valles
orientales y las sierras subandinas.
·
La provincia más meridional, probablemente se
extendía desde La Rioja hasta las montañas del Cordón de Plata, alcanzando el
cerro Tupungato en Mendoza y quizás formaba parte, con el nombre de Cuyo o
Kuyun de la provincia de Chile o Chili.
·
Los incas en Bolivia
En el
territorio de Bolivia, luego de que en torno al 1100 a.C. Tiwanaku desapareció,
se produjo una lucha entre los diferentes grupos que habitaban la región:
aimaras, collas, lupacas y pacajes. Los aimaras establecen un dominio que abarca Arequipa y Puno en el Perú,
La Paz y Oruro, que perduró hasta que, en 1438, el Inca Pachacútec derrotó al
último soberano colla, Chunqui Cápac, incorporando el altiplano boliviano al
imperio incaico, como parte de la provincia del Collasuyo, e imponiendo el
quechua como lengua oficial, aunque el aimara se continuó
hablando regularmente. Además, el imperio incaico adoptó los estilos
arquitectónicos tiwanakotas y otros conocimientos. Posteriormente el Inca
Huayna Cápac mandó levantar fortalezas en la frontera oriental para detener el
avance de los chiriguanos.
Según una leyenda,
los fundadores del imperio incaico, Manco Cápac y Mama Ocllo nacieron de la
espuma del lago Titicaca en la Isla del Sol), entre Perú y Bolivia.
·
Los incas en Brasil
En el
territorio del Brasil, existen dos caminos que los incas habrían
construido, en el noreste desde Quito llegando al actual estado de Roraima en
el límite de las Guayanas, que según el investigador chileno Roland Stevenson
surge de un mal pronunciamiento del nombre quechua ''Guayna'' Capac, padre de
Huáscar y Atahualpa, y el llamado camino de Peabiru (pea-camino; Biru-Perú) que
conecta las costas del Océano Atlántico, en el actual estado de São Paulo, con
la ciudad del Cuzco en los Andes por el cual el portugués Aleixo García habría
incursionado llevándose metales preciosos del actual Bolivia, antes de
la invasión española.
·
Los incas en Chile
En el
territorio de Chile, durante el reinado de Túpac Yupanqui, se produjo la
conquista de los diaguitas de los valles transversales del Norte Chico de Chile
y de parte de las poblaciones ubicadas en el norte del Pikun Mapu o territorio
picunche (subgrupo mapuche septentrional), quienes habitaban el «valle de
Chile» (actual valle de Aconcagua), y algunas comarcas ubicadas al sur de él,
fijándose así los límites del Imperio inca en una zona que los historiadores y
la arqueología reciente extienden convencionalmente en
algún lugar entre los ríos Maule y Maipo. De ese modo, ese territorio quedó
dividido en dos wamanis o provincias: el de «Coquimbo» en el norte, presidido
por Anien, y el de «Chile» en el sur, encabezado por Quilacanta.
·
Los incas en Colombia
En el
territorio de Colombia, hacia 1492 el imperio incaico dominó transitoriamente
la región habitada por los pueblos aborígenes denominados los pastos y
levantaron una fortaleza aún en dos caminos visible, en Males (hoy municipio de
Córdoba). Sin embargo, los pastos se refugiaron en la Cordillera Occidental y
lograron expulsar a los ocupantes. Los Incas prefirieron entonces avanzar por
el piedemonte amazónico, a través del territorio de los cofán, pero finalmente
fueron los españoles los que controlaron la región y fueron los Awá quienes
lograron preservarse de la dominación en las selvas de la vertiente del Océano
Pacífico.
·
Los incas en Ecuador
En el
territorio de Ecuador, en el siglo XV, los Incas Túpac Yupanqui y Huayna Cápac
conquistaron el territorio y lo incorporaron a su imperio.
A mediados
del siglo XV la zona fue invadida por las fuerzas del Inca Túpac Yupanqui,
quien al mando de un poderoso ejército se encaminó desde el sur para ampliar
sus dominios. Al principio la campaña le resultó relativamente fácil pero luego
debió enfrentar a los Bracamoros, siendo éste el único pueblo que pudo obligar
al Inca a abandonar sus tierras sin poder incorporarlo al imperio.
Cuando el
Inca empezó a avanzar sobre los cañaris, fue aún más difícil para ejércitos
incaicos, pues éstos los rechazaron luchando con bravura, obligándolos a
replegarse hacia tierras de lo que hoy es Saraguro, donde debieron esperar la
llegada de refuerzos para poder iniciar la campaña. Esta vez considerando la
inmensa superioridad de los Incas, los Cañaris prefirieron pactar y someterse a
las condiciones impuestas por estos. Después de esto Túpac Yupanqui fundó la
ciudad de Tomebamba, actual ciudad de Cuenca, ciudad donde se discute que pudo
haber nacido Huayna Cápac.
·
Los incas en el Perú
El Imperio
incaico se originó en el territorio del Perú ocupando la costa, sierra y selva
alta del territorio peruano (abarcando aproximadamente la mitad de su actual
superficie).
A comienzos
del siglo XIII inicia la historia inca desde el Cuzco como capital teniendo a
Manco Cápac como fundador. Los Incas tuvieron desde entonces tres expansiones
siendo la tercera la mayor pues se desarrolló primero hacia el norte empezando
con el centro-oeste de Perú hasta el sur de Colombia, y después hacia el sur
empezando con el sur de Perú hasta el centro de Chile. En el siglo XV el Sapa
Inca Pachacútec dividió Tawantinsuyo tomando la capital como punto de
referencia en cuatro suyos: Chinchaysuyo, Contisuyo, Antisuyo y Collasuyo.
En 1525 se
inicia una guerra civil entre Huáscar y Atahualpa por la
sucesión al trono, ganando esta disputa Atahualpa, pero quedando el imperio
enfrentado e inestable. En estas circunstancias llegan los españoles quienes en
Cajamarca capturan sorpresivamente a Atahualpa en una entrevista en 1532.
·
3. TERRITORIO DEL
IMPERIO INCAICO
·
División política: Suyos o regiones
Los
cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro distritos
conocidos como suyos (del quechua suyu): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y
Contisuyo. El centro de esta división era el propio Cuzco. Se ha atribuido al
inca Pachacútec la creación de este sistema de organización del territorio; sin
embargo, sabemos que se trataba de una práctica que antecedió al gobierno de este gran reformador. Antes de
consolidarse el dominio incaico en el Cuzco, el espacio en torno de esta ciudad
estuvo también dividido en cuatro partes. Las divisiones entonces correspondían
a los territorios de los señoríos del área. Cuando Manco Cápac y sus clanes se
establecieron en la zona, crearon los cuatro suyus incaicos a partir de esta
división.
Un tema que
aún es motivo de discusión entre los investigadores es aquel de la extensión y
los límites de cada suyu. Como hemos visto, la expansión incaica se inició con
Pachacútec, quién conquistó los curacazgos del área cercana al Cuzco: los
soras, lucanas y tambos. Otros líderes militares como su hermano Cápac Yupanqui,
y posteriormente Túpac Yupanqui y Amaru Túpac, continuaron las conquistas,
mientras Pachacútec permanecía en el Cuzco. Por ejemplo, Cápac Yupanqui habría
reconocido y visitado en la costa los valles de Chincha y Pisco, mientras que
en la sierra central llegaría hasta Jauja. Túpac Inca continuó la conquista del
Chinchaysuyu hasta la región de los cañaris (Tumibamba); mientras que Amaru
Túpac y otros líderes militares conquistaron el Collasuyu hasta Chincha y el
Contisuyo hasta Arequipa. Sin embargo, aún no sabemos si la franja costera
entre Ica y Tarapacá fue conquistada en esta época o después, luego de que
Túpac Yupanqui asumiera el mando supremo del Estado incaico. Por otro lado
durante los tiempos de Túpac Yupanqui la frontera norte se estableció cerca de
Quito; mientras que la frontera sur se fijó en el río Maule, 260 km al sur
de Santiago de Chile. Durante el gobierno de Huayna Cápac se conquistaron
nuevas regiones en el Ecuador y el sur de Colombia (Pasto). Estos son en
general los límites conocidos del imperio. El punto menos preciso es el
relativo a la región amazónica, donde es difícil precisar los alcances que
tuvieron las incursiones incas.
·
Organización territorial
Cada
provincia (wamani) estaba dividida en sayas o partes en las cuales habitaba un
número variable de
ayllus. El
número de sayas de cada provincia solía basarse en la dualidad, si bien es
cierto que algunas provincias llegaron a tener tres sayas, como la de los
Huancas.
CAPÍTULO
3:
·
Organización política
1. ANTECEDENTES
El imperio
de los Incas fue desde el punto de vista político, una monarquía absolutista y
teocrática. El poder estaba centralizado en el Inca a quien se le consideraba
de origen divino. El derecho de gobernar se tenía por herencia. De esta manera el esquema de la organización política fue así.
El gran elemento de unificación fue la lengua, todos los pueblos conquistados
tenían que aprender y practicar el quechua o Runa Simi porque era la lengua
oficial del Tahuantinsuyo, Para ello los incas enviaban a profesores que
enseñaban y vigilaban la práctica del quechua.
Otro
elemento de unificación fue la religión. Obligatoriamente todos los pueblos
rendían culto al dios Sol, sin que por ello dejaran de adorar a sus propios
dioses.
-El inca
-El auqui (príncipe heredero)
-El consejo imperial
-El apunchic (gobernador
regional)
-El Tucuy ricuy o Ticui ricoj
-El curaca
2. EL INCA
Era el
soberano del Tahuantinsuyo que reunía en su persona tanto el poder político
como el religioso era llamado Sapainca. Su poder no tenía restricciones, sus
órdenes se cumplían con la mayor celeridad sin que nadie las objetara, pese a
este absolutismo la mayoría de los Incas gobernaron en
beneficio popular aplicando los principios de reciprocidad y redistribución
características de la sociedad incaica. El inca residía en Cusco en una palacio
construido especialmente para ser habitado por él, ya que el cusco era la cuna
de los incas se convirtió en capital incaica y desde allí gobernó ayudado por
los muchos funcionarios incaicos que viajaban de norte a sur del imperio
enviándole información al inca para una buena administración ,esta administración fue eficiente gracias a los mensajeros
andinos "Los chasquis" era unos verdaderos maratonistas eran educados
desde niños para ser los mejores atletas del imperio y así ayudar a su administración
Aunque según
estudios recientes de María Rostworowski existía una dualidad en el mundo
andino. Ya que el imperio incaico se encontraba en un mundo nuevo, y no podía
ser regido por normas Europas como quisieron hacerlo los
cronistas españoles.
La dualidad
andina se entiende como la imagen de alguien reflejada en un espejo, la
oposición, la parte contraria, pero a la vez complementaria del individuo (que en principio es varón o
masculino). A partir de ella es que surgen la tripartición y cuatripartición en
el aspecto político, religioso y geográfico.
En el
aspecto político, la dualidad se percibe en el concepto de diarquía. Ello se distingue por
ejemplo en el mito fundacional de los hermanos hallar
(mitad varones y mitad mujeres) y son dos los hermanos que llegan al Cusco –
Ayar Auca y Ayar Manco- con las dos esposas que lleva Manco – Mama Huaco como
arquetipo de mujer libre y guerrera y Mama Ocllo, la mujer hogareña. Se manifiesta también en la
división del Cusco en Hanan y Hurin (según los cronistas el Cusco estaba
dividido por ceques o líneas rituales en cuatro grandes parcialidades. Respecto
al gobierno, se sabe que eran dos los incas que dirigían el Cusco: el Sapa Inca
o jefe hanan y El Willac Umu Inca o jefe del hurin.
Guerrero
inca
https://www.artelista.com/obra/3923222125508489-guerreroinca.html
3. EL AUQUI
Es el título
que poseía el príncipe heredero en el Imperio Incaico o
Tahuantinsuyo. De manera genérica, se denominaban auquis a todos los hijos
varones del Inca; sin embargo, el título específico recaía en uno solo de
ellos, cuya elección se basaba en criterios distintos a los del mundo oriental
(se tomaba más en cuenta su capacidad, antes que su calidad de primogénito o de hijo legítimo). Por
extensión, se denominan auquis a los espíritus que rodean al Apu o supremo
protector de una comunidad, todos los cuales habitan en las montañas,
de acuerdo a la mitología inca.
·
Atribuciones
Era hijo del
Inca y de la Coya (esposa principal), aunque no siempre el hijo mayor, sino el
que demostraba más capacidad, tanto en las funciones de gobierno como en el arte de la guerra. La elección podía
recaer también en uno de los hijos del Inca tenido en alguna de sus esposas
secundarias, para lo cual se realizaba una ceremonia de legitimación, durante la cual la Coya sentaba en su
regazo al príncipe y le acomodaba los cabellos, convirtiéndolo así en su hijo
adoptivo.
Como
príncipe heredero, ocupaba el primer lugar de una Panaca y en algunos casos
participó en el co-reinado del Tahuantinsuyo junto a su padre. Como símbolo de
recibir esta función de corregente, se le ceñía una borla
amarilla. Ello servía no solo para entrenarlo en las cuestiones de Estado, sino
también para consolidar sus derechos de ser reconocido como Inca a la muerte de su padre, ya que se ponía en
evidencia sus virtudes y defectos. Es el caso del inca Viracocha y de su hijo
Urco, y el del inca Pachacútec con sus hijos Amaru y Túpac Yupanqui. Urco, por
ejemplo, demostró cobardía al huir de la invasión chanca y fue desplazado por
su hermano Pachacútec; Amaru no llegó a reinar por su debilidad de carácter,
dejando la posta a su hermano menor Túpac Yupanqui.
Túpac
Yupanqui fue precisamente el primer Auqui que ejerció de corregente y asumió
como Inca tras la muerte de su padre (época imperial)
Los hermanos
del Auqui que no llegaban a ser incas, se les llamaba Pihui Churi.
Solo tras
concluir las exequias del difunto Inca, el Auqui recién podía ceñir la
mascapaicha roja, insignia del poder imperial, convirtiéndose así en el nuevo
Inca.
En las imágenes
apreciamos una representación fílmica y una ilustración de la
coronación Inca.
http://tawantinsuyano.blogspot.com/2018/02/tawantinsuyu-la-mascapaicha-o-la-corona.html
·
4. EL CONSEJO
IMPERIAL
El
Tahuantinsuyo Camachic o Consejo Imperial, era el máximo organismo político del
Imperio incaico, cuya función era asesorar al Inca o soberano. Estaba integrado
por los cuatro suyuyuc o gobernadores de las cuatro provincias (suyos), así
como por otros funcionarios de alto rango. Algunos autores lo denominan el
Consejo de los Apokuna o de los Suyuyuc Apu. Su sede era el [Cuzco], la capital
del imperio. Modernos historiadores consideran que la idea de un "consejo
imperial" incaico fue esbozada por los cronistas de la colonia, siguiendo
las pautas de las monarquías del Viejo Mundo.
·
Miembros
Los cuatro
gobernadores incaicos de las provincias del imperio o suyos (Suyuyuc o Suyuyuc
Apu). Estos solían ser dos nobles de los Hanan Cuzco y dos de los Hurín Cuzco.
Si bien eran siempre parientes cercanos del Inca, se los seleccionaba de entre
los más capacitados para ejercer tal alta función.
Doce
consejeros, más directamente vinculados a los suyos del Imperio. Esta cifra se
repartía de acuerdo a la importancia de cada uno de los suyos. Así, el
Chinchaysuyo y el Collasuyo, por ser las más extensos, tenían cada uno cuatro
representantes; y el resto de los suyos, el Contisuyo y el Antisuyo, por ser
menores, solo dos cada uno.
Algunos
autores mencionan también al Huíllac Umu o sumo sacerdote y al Apukispay o
general del ejército imperial.
·
Funciones
Asesoraba al
Inca en los asuntos importantes.
Contribuía
poderosamente en la concepción de las leyes y en la formulación del plan de gobierno.
·
5. EL APUNCHIC
Era el
nombre con que se designaba al gobernador de una gran provincia (huamani) en el
imperio incaico. Algunos cronistas lo equiparan con el cargo hispano de virrey.
·
Atribuciones
Llamados
virreyes o gobernadores por diversos cronistas, estaban al frente de los
huamanis o provincias en que se subdividían cada uno de los llamados cuatro
suyos. Guaman Poma de Ayala lo denomina Cápac Apo ("Gran jefe").
Bernabé Cobo lo confunde con el tucuirícuc (funcionario especial que ejercía de
inspector imperial de una determinada circunscripción); pero acierta al
mencionar a las sedes gubernamentales del Chinchaysuyo: Quito, Latacunga,
Tumibamba, Cajamarca, Jauja, Pachacámac, Chincha y Vilcashuamán.
El Apunchic
tenía atribuciones políticas, pero mayormente militares. Residía en un
palacete de piedra, coincidiendo por lo general con alguna fortaleza, ya que
tenía mando de tropas y poder para acrecentarlas. Su tarea principal era
precisamente mantener el orden y por ello son mencionados generalmente como
guerreros. También asumían funciones judiciales y de recojo de impuestos. Al parecer, tenía como subordinados al
Yacucamayoc o superintendente de canales; el Hatun Ñan Camayoc o
superintendente de caminos; y el Chaca Camayoc o superintendente de puentes.
Tenía el
privilegio de viajar en litera una vez al año al Cuzco, para asistir a la
fiesta del Inti Raymi, ocasión que aprovechaba para presentar al Inca y su
Consejo Imperial (Tahuantinsuyo Camachic) un informe general de su actuación.
·
6. EL TUCUY RICUY
El
tucuirícuc, tucuiricuy o tocricoc (el que todo lo ve), era un funcionario
especial de alto rango, bajo el imperio incaico. Era enviado por el Inca a las
provincias para observar el cumplimiento de los mandatos imperiales. Tenía la
facultad de imponer castigos a los funcionarios que se hubieran portado con
negligencia o abuso; incluso, en casos extremos, podía tomar el gobierno de la
provincia. Era una especie de "gobernador volante".
·
Nombramiento
El
tucuirícuc era elegido por el Inca de entre los hombres más sabios y
justicieros de la nobleza. No era un cargo perpetuo ni hereditario. Entre sus
privilegios, se contaba el poder viajar en hamaca.
Su radio de acción era inmenso, llegando incluso hasta 50
leguas. Se sabe, por ejemplo, que el tucuíricuc de Vilcashuamán (actual
departamento de Ayacucho) ejercía desde Uramarca hasta Acos, junto al valle de
Jauja (actual departamento de Junín). A los sitios donde no podía llegar,
enviaba a sus delegados (michos).
Cada año
viajaba secretamente por su territorio y se presentaba en forma sorpresiva por
cualquier lugar. Para observar todo tranquilamente, no se daban a conocer hasta
que lo consideraban necesario. Entonces mostraban el hilo de la mascapaicha
(borla imperial) que el Inca les había entregado como señal de la gran
autoridad que les daba.
·
Funciones
Supervisaba
la labor de los funcionarios que tenían a su cargo las divisiones
administrativas, es decir a los huno-camayocs, huaranga-camayocs,
pachaca-camayocs y chunca-camayocs, en lo concerniente al cumplimiento de las
ordenanzas religiosas, el movimiento de los mitimaes, la distribución de
tierras entre los hatunrunas (plebeyos), la producción y las necesidades generales, el
aprovisionamiento de los tambos, el reclutamiento de hombres para la guerra, la selección de mujeres para los acllahuasis.
Recogía los tributos para remitirlos al Cuzco, la capital
imperial. Asumía el papel de juez (taripa-camayoc), atendiendo quejas y
demandas, e imponiendo penas a los que se habían portado con negligencia o
abuso, aunque fueran altos funcionarios. Podía incluso aplicar la pena de muerte en casos especiales. Adoptaba el papel
de autoridad casamentera o "repartidor de mujeres" (huarmicoco), es
decir, celebraba los matrimonios. Visitaba las obras públicas y recomendaba las
medidas pertinentes para determinados trabajos. En situaciones graves,
como guerras y rebeliones, podía destituir al curaca
y asumir el mando. Al regresar al Cuzco presentaba al Inca un minucioso
informe.
·
7. EL CURACA
El curaca
era el jefe político y administrativo del ayllu. Después de la invasión del
Perú por parte de Francisco Pizarro y sus compañeros, los hispanohablantes le
empezaron a conocerle con la voz taína de cacique, que denota autoridad.
«Curaca» deriva de la voz quechua kuraq (el de mayor edad/ hijo primogénito)
que significa el primero o el mayor entre todos los de su colectividad
natalicia.
Originariamente
debió ser el más anciano, sabio y gobernaba de manera paternalista; pero como
su autoridad la podía heredar a un hijo que denotaba especial capacidad, es
obvio que el criterio de la edad no fue siempre seguido. Los incas, a su vez,
nombraron curacas para reemplazar a los que hubiesen demostrado resistencia tenaz contra su dominación. Entre sus
funciones se hallaban:
·
Reparto de topos o lotes de tierras
agrícolas.
·
Protección de los pobres o huacchas.
·
Labores de mantenimiento de la red hidráulica (limpieza y reparación de canales de
riego).
·
Resguardo de los linderos de la comunidad.
·
Organización de la minka o trabajo comunal.
·
Redistribución de los excedentes almacenados
en pirguas o collcas.
Debido a su
autoridad, tenían derecho a poseer tierras y ganado de carácter privado, y
acceso a pastos de la comunidad. Disponía del trabajo de mitayos, cuyo servicio lo canalizaba en su propio beneficio.
El curaca, por lo tanto, podía exigir prestaciones personales, pero no se apropiaba
de bienes en especie, salvo de los mercaderes.
Asimismo, vivía en una casa amplia con servidumbre de ambos sexos. Tenía varias
esposas, provenientes de su mismo ayllu o de pueblos vecinos, y a veces
incluso, cedidas como favor especial, por el propio Sapa Inca.
El curaca,
sin embargo, no actuaba solo, compartía su poder con un yanapaque o segunda
persona, como lo conocieron los españoles. Éste generalmente era un pariente
cercano, o usualmente su hermano, quien lo reemplazaba cuando se enfermaba,
envejecía, estaba incapacitado físicamente o se ausentaba. El símbolo supremo
de su autoridad era la tiana (quechua: tiyana, 'asiento') o dúho, un asiento
de madera, piedra o metal, de apenas 20 cm de altura
aproximadamente, objeto del cual tomaban posesión el día de su asunción al
mando.
CAPÍTULO
4:
·
Organización social
1. ANTECEDENTES
La sociedad Inca, fue y rígida. Existieron
grandes diferencias entre las clases sociales, siendo estas
diferencias respetadas por todos los habitantes del Imperio. Las clases
jerarquizadas formaban una pirámide donde el Inca, con todo el poder, se
encontraba en la cúspide, mientras que el pueblo, que era la gran mayoría,
constituía su base social. La organización social incaica estaba constituida
dela siguiente manera:
·
LA REALEZA
·
El Inca
·
La coya
·
El auqui
·
LA NOBLEZA
·
Nobleza de sangre
·
Nobleza de privilegio
·
EL AYLLU
·
El curaca
·
Hatun Runa
·
Mitimaes
·
Yanaconas
·
Esclavo
2. EL INCA
El Inca o
Sapa Inca era el supremo emperador del Tahuantinsuyo; los cronistas cuentan que
también era llamado Intipchurin, es decir "hijo del Sol". La capac
cuna o lista oficial de gobernantes incas está conformada por 13 soberanos,
desde la fundación del Cusco (1250) hasta la captura de Atahualpa (1532).
A decir del
etnohistoriador Waldemar Espinoza, la palabra Inca proviene del puquina
"Enca" que significa principio generador de vida o modelo original de todas las cosas.
"Sapan" es palabra quechua que significa grande. Entonces el Sapa
Inca se traduce como "el gran principio vital" de todo lo existente
en el mundo. El cronista Huamán Poma de Ayala señala que también se le llamaba
Capac Apu Inca, que significa "poderoso señor que origina las cosas".
En efecto,
el Sapa Inca era objeto de culto, pues oficiaba de intermediario entre el Hanan
Pacha -el mundo de los dioses- y el Kay Pacha –el mundo de los hombres. Los
cronistas coinciden en mencionar que conversaba y negociaba favores con los
huacas o dioses del cosmos andino. De igual forma, se sabe que participaba en
las principales fiestas y ritos religiosas del Cusco como el Inti Raymi en
junio y el Cápac Raymi, en diciembre.
Los primeros
cinco gobernantes vivieron en el Inticancha o templo del Sol, pero desde Inca
Roca en adelante cada Sapa Inca se mandó construir hermosos palacios de piedras
finamente talladas. Gozaba del boato, banquetes e incomparable poder. Usaba
ropas muy finas bordadas de tokapus por expertas acllas, conocidas como
"las doncellas del Sol". Sus principales símbolos de autoridad eran la mascaypacha o
borla imperial y el sunturpaucar o cetro emplumado. Se sentaba en un ushno o
trono de oro, llevaba el cabello muy corto, usaba las
tulumpis que eran discos de oro colgados en cada oreja.
Solo hablaba
con nobles o personas de alto rango político y social. Y los que accedían a él
debían acercarse descalzos y con una carga en la espalda, sin mirarlo de frente
jamás.
Al
trasladarse era llevado en andas de oro cargado solo por expertos de las etnias
soras, lucanas y parinacochas del actual departamento de Ayacucho.
El Sapa Inca
podía tener varias esposas. Pero solo una ostentaba el rango de coya, la mujer
principal. Podía elegir de coya a una de sus hermanas, pero algunos como Sinchi
Roca y Pachacútec contrajeron matrimonio con hijas de reinos cercanos del Cusco
por motivos de alianza política permanente. También se casaban con mujeres de
las panacas o ayllus reales y con princesas de otras etnias, estableciendo
relaciones de parentesco y reciprocidad con todos los reinos y señoríos
anexados al Imperio.
Especialmente
en la etapa imperial, el Sapa Inca ejercía un gobierno muy centralista y, según
muchos cronistas, de carácter absoluto. Los suyuyuc, tocricuts y tucuy ricocs
dependían directamente de sus designios. Además era el centro ordenador de las
reciprocidades y director supremo de la redistribución en el mundo andino.
Sobretodo controlaba la repartición de los bienes de más alto valor y prestigio: acllas o doncellas,
yanaconas o siervos, ropa de lana de vicuña, maíz, coca y adornos de mullu (conchas del
Ecuador).
3. EL AUQUI
El auqui era
el hijo del Sapa Inca elegido como sucesor en el gobierno imperial.
Generalmente era un hijo del Sapa Inca con la coya, su esposa principal. Al ser
designado recibía como distintivo una mascaipacha amarilla, la cual cambiaba
por una de color rojo cuando era proclamado Sapa Inca.
El hatun
auqui aprendía de su padre todo lo referente al gobierno y gradualmente asumía
mayores responsabilidades. Esta especie de co-reinado fue implantada por
Pachacútec para adiestrar a su hijo Túpac Yupanqui.
4. PANACAS REALES
Las Panacas
eran linajes de los descendientes directos de un inca reinante, excluyendo el
sucesor y conservaban la momia del inca fallecido, al igual que sus memorias, quipus,
cantares y pinturas en recuerdo del finado de generación en generación.
http://history-peru.blogspot.com/2017/10/las-panacas.html
Estas
Panacas reales formaban la élite cuzqueña. Tuvieron un rol en la política del incanato y sus alianzas y enemistades fueron
cruciales para la historia de la capital inca.
Se dice que hubo otras Panacas, que tuvieron un papel importante en épocas
anteriores. Una nota curiosa acerca de las Panacas, es que si se le añaden las
Panacas tradicionales, se obtiene un total de 8 Panacas por cada dinastía, el
cual es un número frecuente en la organización andina
de los ayllus por ser un múltiplo de la dualidad y de la cuadruplicación.
HURIN CUZCO |
|
PANACA |
INCA |
Chima
panaca |
Manco
Cápac |
Raura
panaca |
Sinchi
Roca |
Awayni
panaca |
Lloque
Yupanqui |
Usca
panaca |
Mayta
Cápac |
Apu panaca |
Cápac
Yupanqui |
HANAN CUZCO |
|
PANACA |
INCA |
Wikak'iraw
panaca |
Inca Roca |
Awkaylli
panaca |
Yáhuar
Huácac |
Suqsu
panaca |
Viracocha
Inca |
Hatun
ayllu |
Pachacútec |
Cápac
ayllu |
Túpac
Yupanqui |
Tumipampa
panaca |
Huayna
Cápac |
5. LA NOBLEZA
Todos los
familiares del Inca eran parte de este grupo social. Usaban
unos aretes enormes como símbolo de poder, por eso se les llamaba
orejones. Todos ellos ayudaban de alguna manera en la administración y organización del Estado cusqueño.
Esta clase se dividía en dos:
de sangre y de
privilegio.
·
La nobleza de sangre
Constituida
por la coya, hijos legítimos, hermanos y descendientes por una sola línea
imperial y solar. Constituían la panaca, que era la familia de
cada inca, formaba un ayllu real. El único hijo del inca que no formaba parte
de la panaca, era su heredero, que era el próximo monarca, porque cuando
llegara a serlo formaría su propia panaca. La nobleza imperial constituía toda
una verdadera aristocracia y tenía en sus manos todas las funciones estatales
y todos los privilegios.
·
La nobleza de privilegio
También había nobles de privilegio, quienes
alcanzaban esta posición porque habían hecho favores al Inca y por eso,
ocupaban cargos importantes en el Tahuantinsuyo.
Por ejemplo:
·
Encargados del mantenimiento de
la red de caminos (capac
ñan tocricuc)
·
Encargados de gobernar una región (tocricuc)
·
Encargados de inspeccionar el territorio del
Tahuantinsuyo (tucuyricuy)
·
Ayudante del gobernador (michic)
·
Experto en manejo de los quipus y de cuentas (quipucamayoc).
Nobleza de
privilegio junto al Auqui. Ilustración.
6. EL PUEBLO
·
El Ayllu
El ayllu fue
la base y el núcleo de la organización social del imperio Incaico. Era una
agrupación de familias que se consideraba descendiente de un lejano antepasado
común o totem.
El imperio
inca se organizaba en ayllus que tenían a su cargo una extensión de tierra que
les servía para alimentarse. Los miembros del ayllu trabajaban su tierra, pero
también tenían la obligación de trabajar la tierra del
estado para que se pudieran alimentar los gobernantes, los nobles, el ejército,
los artistas (entre ellos los artesanos que trabajaban la piedra y las mujeres
que tejían para el imperio), los ancianos y los enfermos que no podían
alimentarse ellos mismos por sus cargos o su indisponibilidad.
El estado
también guardaba comida en caso de que un ayllu tuviera una emergencia que no
les permitiera trabajar su tierra (por inundaciones, terremotos o
enfermedad de gran parte del ayllu).
Los miembros
de cada ayllu también debían utilizar parte de su tiempo para
trabajar la tierra que se apartaba para los dioses y los líderes religiosos.
Aparte
del trabajo ya
mencionado, cada ayllu debía proveer hombres para hacer obras públicas como
construir caminos, puentes y edificios públicos. A este trabajo se le
denominaba la mita.
·
El curaca era el jefe del ayllu y quien se
encargaba de distribuir las tierras, organizar los trabajos colectivos y actuar
como juez de la comunidad.
El ayllu
estaba conformado por:
·
Hatun Runa: (hombres grandes) estaban
dedicados principalmente a la agricultura. Otras de
sus actividades eran la ganadería, la pesca, la alfarería, la
textilería y la construcción (campesino).
·
Mitimaes: Grupos trasladados
para colonizar nuevas regiones enseñando a los pueblos nuevas costumbres.
·
Yanaconas: Servidores del
Inca y del Imperio.
·
Esclavos: Prisioneros de guerra dependientes
del Inca que no eran escogidos como Yanaconas.
Vínculos del Ayllu
Los miembros
del ayllu se consideraban unidos por los siguientes vínculos:
·
De sangre. Era un vínculo de parentesco. Los miembros del ayllu
creían tener un origen común; es decir, se creían descendientes de un mismo
antepasado, de un mismo tronco familiar que se había convertido en su dios
protector.
·
Económico. Constituido por el territorio o lugar donde vivían,
trabajaban y usufructuaban en común, llamado marka.
·
Religioso. Era el culto que todos los miembros del ayllu rendían a
la divinidad protectora de la que se creía descender, llamado tótem " ser
que engendra" , que podía ser un cerro, un relámpago, un halcón, etc.
·
Político. Este vínculo también los unificaba porque todos los
miembros del ayllu tenían un mismo jefe: el curaca, tiempo de paz y el sinchi
en tiempo de guerra.
· La mujer inca
Mama Huaco Coya y sus
sirvientas, por Guamán Poma de Ayala. La diferencia de tamaño entre las
personas señala que Mama Huaco tenía gran poder. Es ella quien marca el
comienzo de las reinas coyas esposas de los Incas.
·
El Estado se
encargaba de adjudicarle un rol social y económico a la mujer inca.
Al cumplir diez años se las clasificaba para quedarse en la aldea o para servir
en los actos ceremoniales, al Inca y la nobleza. Las primeras aprendían tareas
domésticas, como hilar y cocinar, además de trabajar en los campos de cultivo.
Las seleccionadas, recluidas en casas especiales, eran instruidas en los
rituales religiosos y en tareas domésticas más refinadas, teniendo en cuenta a
quiénes servirían.
Las mujeres del pueblo desarrollaban su vida en el ayllu, aunque algunas de
ellas, portadoras de alguna habilidad especial o de una belleza destacada,
podían ser trasladadas a la capital regional para convertirse en la mujer de un
funcionario e, incluso, en la concubina del Inca. A estas mujeres se las
llamaba “acllas”, y eran reclutadas entre los ocho y doce años,
para ser educadas de una manera más esmerada. En general eran consideradas como
objetos de lujo y servían como preciados obsequios a curacas, guerreros y
nobles. Algunas de ellas asistían al Inca e incluso servían de amantes durante
sus viajes por el imperio.
Las acllas constituían un grupo sumamente estratificado
según sus funciones, como las cantantes o las servidoras de las demás acllas (yanas acllas).
Un pequeño grupo era a su vez seleccionado para rendir culto al Sol (yurac
acllas), debiendo permanecer vírgenes. También tenían la misión
de instruir a las futuras sacerdotisas del culto.
Elvestuario que utilizaban las acllas era como el de los demás
habitantes, aunque con algunas singularidades: al ser seleccionadas su cabello
era rapado, pero luego se lo dejaba largo, adornado con una vincha.
·
Su valor era tan
alto que estaba seriamente penado cometer adulterio con una de ellas, siendo
colgados los amantes de los pies hasta que muriesen en una ceremonia pública.
En ocasiones se les colgaba también de los cabellos. Incluso se consideraba
razón suficiente para esta condena el que un hombre hablase con ellas o les
enviase mensajes con la intención de seducirlas. A veces se incluía en este
castigo también a los porteros y guardianes por su negligencia.
El parto
Las embarazadas
solían tener a sus hijos sin otra asistencia médica que la de otras mujeres
experimentadas, salvo cuando existía riesgo de pérdida o aborto. Entonces se
convocaba al hechicero, quien practicaba una compleja ceremonia sobre el cuerpo
de la mujer. El ritual consistía en colocar encima de su vientre una pasta previamente
masticada por jóvenes vírgenes que no hubieran ingerido durante la preparación
ni sal ni pimienta.
Medicina inca
Los incas creían
que algunas enfermedades eran causadas por malestares divinos, conductas
transgresoras, o por el ataque de un hechicero malintencionado, razón por la
cual los médicos dominaban las artes de la adivinación y la magia. En
ocasiones, durante la curación, intervenían personas que habían pasado por la
misma dolencia, ya que se suponía habían adquirido las armas necesarias para
combatirla. También era común el uso de hierbas y pociones naturales. La
cirugía les fue conocida, y utilizaron el tumi (cuchillo
de sacrificio, hecho en plata, utilizado en las ceremonias) para realizar las
incisiones.
·
La trepanación es
una práctica médica que consiste en agujerear el cráneo, los paracas, cultura
preincaica fueron expertos en este arte heredado a los incas.
Donde mejor queda reflejada la relación entre creencias y
vida cotidiana es en el ámbito de la medicina incaica. La misma estuvo estrechamente
ligada a la magia y la religión, ya que creían que las enfermedades se
generaban a partir del desprendimiento del espíritu del cuerpo por la acción de
un maleficio o una contravención de las leyes y códigos morales de la
comunidad. No obstante, su creencia mítica acerca del origen de la enfermedad,
los médicos incas alcanzaron un desarrollo científico que les permitió realizar
intervenciones quirúrgicas. Se sabe que la coca o abundantes cantidades de
chicha fueron utilizadas a manera de anestesia. También atendieron numerosos
tipos de dolencias con una variedad importante de hierbas o brebajes naturales.
El pecado entre los incas
Una cultura tan
estructurada alrededor del culto a sus dioses no podía dejar de tener una
marcada conciencia del pecado. En la cumbre de los pecados se hallaba el
crimen, seguido por el robo y la desobediencia al emperador. Otras acciones,
como el estupro (relación sexual entre un anciano y una adolescente), por
ejemplo, también constituían un delito duramente censurado y castigado
moralmente, al grado de prohibirle al que lo cometiera participar de ceremonias
y festivales si acaso aún no se hubiera purificado y confesado ante un
sacerdote a cargo de una huaca, quien finalmente le imponía un castigo según la
gravedad de la falta. Si la falta era mayor, podía corresponderle la muerte o la
inmediata expulsión del ayllu; si en cambio la falta juzgada era menor, algunos
días de ayuno y rezos podían bastar para que el castigado se reintegrase a la
comunidad, purificado tras bañarse en agua corriente y libre de pecados. La
norma moral de los incas era: no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas
ocioso.
·
Ilustraciones sobre el castigo entre los incas.
La vivienda
Las casas de los campesinos incas guardaban una misma
forma, con una única planta rectangular para toda la familia. Los muros eran de
piedra bruta y barro o adobe, y los pisos, de tierra apisonada. Tenían una
falta casi completa de ajuar doméstico, limitándose a los utensilios necesarios
para preparar la comida. En la ciudad, donde había menos espacio, algunas casas
tenían dos plantas, siendo el acceso al piso superior una escalera de soga y, a
veces, de madera.
El manejo y trabajo de la piedra no fue una incógnita
para los incas, aun en las de gran tamaño, y pulían sus lados para lograr un
encastre perfecto. Las casas de los nobles tenían terminaciones más cuidadas,
sobre todo en el pulimiento de la roca.
La monogamia generalizada en el imperio inca redundaba
directamente en el plano y disposición de su recinto conyugal. Tanto en la
costa como en la zona andina, ya sea de quincha, pirca o adobe, tenían un
espacio limitado, lo suficiente para albergar a una familia nuclear simple o
una familia nuclear compuesta, siempre cortas. Las casas cuadrangulares de la
costa y redondas en la zona andina, habitualmente tenía una dimensión de cinco
o seis metros de diámetro, con techos formados de varas de madera que se
juntaban en el vértice, cubierto con paja. No eran raras las viviendas
cuadrangulares con cobertizos de dos aguas.
·
Vivienda inca
común
Mientras tanto, en las moradas en los hogares poligámicos
(curacas y otros privilegiados), tenían que responder a las necesidades creadas
para dar alojamiento a varias esposas y numerosos hijos. Por esa razón la
residencia de los capacs (señores poderosos)
ostentaban mayor tamaño, disponiendo de cuatro y más habitaciones. La
edificación de cualquier vivienda demandaba ritos propiciatorios.
Vestimenta inca
La vestimenta cumplía un rol funcional,
pero también de jerarquización social. Los mejores hilados se utilizaban para
el vestido de la élite cuzqueña, al igual que mantos y tocados. A pesar de las
enormes cantidades de oro, los incas no valoraban los metales preciosos o
piedras preciosas con fines monetarios. Ellos valoran la tela por encima del
oro y las joyas debido a la cantidad de trabajo necesario para la producción de
textiles verdaderamente finos. La tela valía tanto que nunca se cortaba, las
prendas usadas encontradas en las tumbas fueron tejidos intactos. Cuanto más
fino y más intrincadas de la tela, mayor era su valor.
·
El tejedor utiliza un servicio de
transporte para ejecutar los hilos de trama por encima y debajo de los hilos de
la urdimbre, trabajando desde el cuerpo hacia adelante.
Las mujeres hilaban y tejían todos los días, incluso como
uso de su tiempo libre. Se tejía en telar de cintura unida al cuerpo. Un telar
tiene una urdimbre (los hilos verticales) y una trama (los hilos horizontales).
Con un telar de cintura, la urdimbre se mantiene tensa entre un anclaje (una
puerta o un árbol, por ejemplo, o incluso de otra persona), y el cuerpo de la
tejedora. El anclaje del cuerpo se llama cintura. Algunos hombres y
mujeres se convirtieron en expertos tejedores, empleados por el gobierno para
producir telas que podrían ser utilizadas como regalos o al negociar la
rendición del enemigo. La tela se convirtió en una parte integral de los
rituales religiosos realizados a los dioses.
El gobernante
Inca vestía una túnica ricamente tejida de cumbi, una tela
de lana de vicuña usado sólo por nobles. En la cabeza llevaba una "llautu" corona
trenzada con flecos y plumas. Así vestido y sentado en un taburete de oro, el
Sapa Inca celebrará audiencias para su pueblo.
·
El Inca y la coya vestían las mejores
prendas.
Grandes
Civilizaciones de la Historia. Editorial Sol 90, Barcelona, 2008.
Existieron
algunos sectores o grupos que gozaron de una situación de excepción en la sociedad incaica,
como el sacerdocio y las accllas.
El
Sacerdocio: En el Tahuantinsuyo, el sacerdote era
un hombre que
tenía que estar dotado de cierta investidura y espíritu, que sólo poseían
determinados seres y tenía que pertenecer a la nobleza cusqueña. Al inicio del
imperio, el jefe de la Iglesia fue el
mismo inca, quien reunía en sí el poder político, militar y religioso; así pasó
a ser jefe de la Iglesia un hermano o tío de él, que era el sumo sacerdote o
willac huma "cabeza que habla", que era muchas veces tan poderoso o
aún más poderoso que el Inca, porque cuando éste moría, las insignias pasaban
al supremo sacerdote, quien las imponía al nuevo Inca.
·
Normas de conducta
En el
Tahuantinsuyo todo era regido por normas y leyes; no estaban compilados
en forma escrita en un código, eran más
bien un derecho impuesto por la
costumbre; por lo que eran claras, precisas y poco numerosas. Cada uno sabía lo
que debía y lo que no debía hacer.
Algunas de
las normas de conducta en el
Imperio de los Incas, constituyeron máximas
cardinales de la moral incaica
y se convirtieron en una forma de salud común.
AMA SUA No
seas ladrón.
AMA LLULLA
No seas mentiroso
AMA KELLA No
seas perezoso
La
conducta moral reposaba en estos
tres principios, es decir,
la honradez, la veracidad y el trabajo;
constituían la base y el patrón de toda la legislación en el orden jurídico y
moral de los incas.
La no
observancia de estos principios no solamente constituía una falta, sino
un delito.
Los Incas,
como era su política con los pueblos conquistados, toleraron que siguieran
vigentes algunas normas de conducta y costumbres jurídicos de dichos pueblos,
al mismo tiempo impusieron el derecho imperial cusqueño.
7. CONTROL DE LA
POBLACIÓN
El incario
extendió su dominio bajo
distintas etnias. El mestizaje era casi nulo. Se calcula que la población total
del imperio fue de entre 16 a 18 millones, dependiendo las fuentes.
SISTEMA DECIMAL |
NÚMERO DE FAMILIAS |
Pisca |
5 familias |
Chunca |
10
familias |
Pisca Chunca |
50
familias |
Pachaca |
100
familias |
Pisca
Pachaca |
500
familias |
Guaranca |
1000
familias |
Pisca
Guaranca |
5000
familias |
Huni |
10000
familias |
CAPÍTULO
5:
·
Actividades económicas
1. SISTEMA DE
TRABAJO DEL IMPERIO INCAICO
El trabajo
representó la principal actividad del Imperio incaico y presentó las siguientes
formas: mita, chunga, minca y ayni.
·
La mita
Era un
sistema de trabajo a favor del Estado, donde se movilizaban multitudes de indígenas
a trabajar por turno de tres meses en labores de construcción de caminos,
puentes, fortalezas, centros administrativos, templos, acueductos, explotación
de minas, etc. Existía una mita para servicios especiales
como las labores de cargueros del Sapa Inca, músicos, chasquis y danzantes, los
obligados a cumplir esta labor eran los adultos hombres casados, pero no las
mujeres, comprendían entre los 18 y 50 años.
·
La chunga
Era el
trabajo realizado en beneficio del pueblo inca por las mujeres en caso de desastres naturales.
Este es similar a la denominada Defensa Civil actual
y consistía en curar, ayudar, mantener a los heridos de los desastres naturales
tanto como intentar salvar a los que se ven en peligro durante el mismo
desastre.
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·
La minka, minca o minga
Es el
trabajo que se realizaba en obras a favor del ayllu y del Sol (Inti), una
especie de trabajo comunal en forma gratuita y por turno, era una forma de
beneficio para el Estado, donde
concurrían muchas familias portando sus propias herramientas, comidas y
bebidas. Las familias participaban en la construcción de locales, canales de
riego, así como la ayuda en la chacra de las personas incapacitadas huérfanos y
ancianos. Cuando el ayllu convocaba al trabajo de la minca, nadie se negaba,
pero las personas que no asistían al trabajo eran expulsadas del ayllu y
perdían su derecho a la tierra.
·
El Ayni
Era un
sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu,
destinado a trabajos agrícolas y a las construcciones de casas. El ayni
consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de
una familia, con la condición que esta correspondiera de igual forma cuando
ellos la necesitaran, como dicen: "hoy por ti, mañana por mí" y en
retribución se servían comidas y bebidas durante los días que se realicen el
trabajo. Esta tradición continúa en muchas comunidades campesinas del Perú,
ayudándose en las labores de cocina, pastoreo y construcción de viviendas.
2.
AGRICULTURA EN EL IMPERIO INCAICO
Al ser los
Andes una sociedad predominantemente agrícola, los incas supieron aprovechar al
máximo el suelo, venciendo las
adversidades que les ofrecía el accidentado terreno andino y las inclemencias
del clima. La adaptación de técnicas agrícolas
que ya se empleaban con anterioridad en distintas partes, permitió a los incas
organizar la producción de
diversos productos, tanto de
la costa, sierra y selva, para poder redistribuirlos a pueblos que no tenían
acceso a otras regiones. Los logros tecnológicos, alcanzados a nivel agrícola,
no hubieran sido posibles sin la fuerza de
trabajo que se encontraba a disposición del Inca, así como la red vial que
permitía almacenar adecuadamente los recursos ya
cosechados y repartirlos por todo su territorio.
·
Herramientas agrícolas
Los antiguos
peruanos del Cuzco para realizar sus labores agrícolas utilizaron, como no
tenían yunta por la falta de animales, el arado de tracción humana que
denominaban la tajlla o chaquitajlla, que es un palo puntiagudo, con una
punta un tanto encorvada, que a veces era de piedra o de metal. Antes de su
terminal tenía esta herramienta otro palo transversal, el agricultor apoyaba su
pie para hundirlo en la tierra y luego hacer el surco. Las herramientas manuales incas
empleadas en la agricultura no han podido ser superadas, sobre todo cuando se
trata de trabajar en las laderas andinas o en ámbitos limitados como los
andenes.
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·
Fertilizantes
La
importancia de la agricultura llevó a los indígenas a buscar fertilizantes para
sus cultivos. La información que
poseemos sobre abonos procede de la costa y manifiesta el aprovechamiento
de recursos naturales renovables.
Los principales abonos empleados son nombrados por los cronistas y fueron
usados sobre todo para la producción de maíz lo cual
confirmaría la sugerencia de murra acerca de la prioridad de este cultivo. Un
primer abono consistía en enterrar junto con los granos, pequeños peces como sardinas o
anchovetas. Una representación de este sistema estaba pintada en los muros de
uno de los santuarios de Pachacámac donde figuraba una planta de maíz
germinando de unos pececitos. El segundo abono usado era el estiércol de
las aves marinas que por
millares anidan en las islas del litoral. El recurso llamado guano se formaba
por las deyecciones de las aves y los costeños tenían por costumbre extraer el
guano de las islas. El tercer recurso renovable provenía del mantillo de hojas
caídas de los algarrobos y guarangos utilizadas para mejorar los suelos.
·
Los andenes
Los incas
tuvieron una especial preocupación por encontrar formas para mejorar las
condiciones del suelo para la agricultura. La variedad del clima y del
territorio difícil, los llevaron a buscar soluciones diversas,
y fueron muchas las formas que encontraron para hacer frente al problema. Entre
las medidas más conocidas se encuentran la construcción de andenes, que durante
el gobierno incaico
se le dio una gran importancia. Aunque demandaban movilizar grandes cantidades
de mano de obra, que el estado inca podía realizar con relativa facilidad. Los
andenes son terrazas agrícolas artificiales que sirven para obtener tierra útil
para la siembra en las escarpadas laderas andinas. Permitían aprovechar
mejor el agua, tanto en
lluvia como en regadío, haciéndola circular a través de los canales que
comunicaban sus diversos niveles, con esta medida evitaban al mismo tiempo
la erosión hidráulica
del suelo. Los andenes no sólo servían para el cultivo del maíz, sino para el
cultivo de diferentes productos agrícolas, y aún para diferentes usos: para
sembríos, para evitar la erosión, para el lavado de la sal mineral, etc.
·
Sistema de riego
Los
conocimientos hidráulicos -canales y bocatomas-, permitieron la irrigación y el
cultivo, especialmente del maíz. El litoral peruano se caracteriza por sus
dilatados desiertos cortados por ríos que bajan por las serranías y cuyos
caudales permiten el surgimiento de la agricultura. Los costeños fueron los
mayores ingenieros hidráulicos pues se perfeccionaron y lograron métodos bastante
sofisticados de irrigación, sobre todo los mochicas y más tarde los chimú. En
el Cuzco se canalizaron los dos riachuelos que atraviesan la ciudad, empedrando
sus cauces y estableciendo puentes peatonales. Un ejemplo de la tecnología serrana
es Cumbemayo, en Cajamarca, canal tallado en la piedra. La
importancia de las obras hidráulicas se manifiesta en los numerosos mitos que cuentan los
orígenes de dichas obras.
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·
Productos agrícolas
Junto con la ganadería, la agricultura representó la base de la economía inca. Las poblaciones que habitaron el área andina lograron domesticar y aclimatar una gran variedad de productos a diversas condiciones, sacando provecho de terrenos considerados difíciles para la producción agrícola. El principal producto que cultivaron era la papa, con la cual preparaban diferentes tipos de chuño; también otros tubérculos como la mashua, el olluco y la oca. El maíz era considerado un recurso de tipo suntuario que otorgaba prestigio y era cultivado con fines burocráticos, militares y ceremoniales. En la costa cultivaron el camote, frijol, etc.
·
Distribución de la tierra
La distribución de las
tierras se dio de la siguiente forma:
a) Las
tierras del Sol: Eran las tierras que servían para el culto, eran administradas
por los sumos sacerdotes, proporcionando insumos para las bebidas, comidas que
se preparaban en las festividades religiosas.
b) Las
tierras del inca: Eran las tierras que eran destinadas al inca, la nobleza
imperial, el ejército y los funcionarios del imperio.
c) Tierras
del pueblo: Eran las tierras eran trabajadas por los ayllus, toda la población
recibía su parcela de tierra de acuerdo a los integrantes de la familia, con lo
cual se alimentaban, era su sustento de vida.
Los Tambos:
Eran grandes reservorios de alimentos provenientes
de la tierra del sol y del inca, eran las despensas del imperio, en época
de escasez.
CAPÍTULO
6:
ADMINISTRACIÓN
INCAICA
1. LA RECIPROCIDAD EN EL IMPERIO INCA
En el
Imperio Incaico la reciprocidad era un sistema organizativo socio-económico que
regulaba la prestación de servicios de diferentes índoles, se utilizaba y
servía como engranaje de la producción y distribución de bienes. Se basaba
en un ordenamiento de relaciones entre los miembros de la comunidad, en la cual
no existía el uso de dinero.
La
reciprocidad actuó como eslabón entre los diversos modelos de organizaciones económicas
presentes en el amplio territorio andino. Mediante este funcionó una
economía sin el uso de la moneda.
De la mano
de este sistema se estableció el parentesco como una de las bases de
las relaciones económicas: las personas tenían la obligación de ayudar a sus
parientes, es decir, todos aquellos que pertenecían a su Ayllu, y también el
derecho a exigir de ellos ayuda en caso de que sea necesario. Con esto se
generaba un compromiso de solidaridad en tareas agrícolas, de
construcción, etc. Mientras durase la ayuda o trabajo el beneficiado debía
alimentar a sus ayudantes, debido a esto se habla de redistribución. Fue además
mediante la reciprocidad que la población se aseguraba la ayuda y protección de
las autoridades o Curacas, e incluso del Inca en momentos de necesidad.
Cabe
destacar además que, si el Inca deseaba agradar y congraciarse con sus vecinos
debía mostrarse generoso con ellos, es decir, darle mujeres, ropa, objetos
preciosos, coca, entre otros. De cierta manera los Incas estaban obligados a
poseer una gran cantidad de suministros para realizar regalos, era
esencial para él contar con reservar para dar a cambio de los
cuales recibiría la fuerza de trabajo indispensable.
El arraigo
de este concepto durante
el Tahuantinsuyo fue tan grande que no lo veían como un intercambio de favores
sino como una responsabilidad con
los miembros de su Ayllu y en contadas ocasiones con Ayllus vecinas. Al ser el
Ayllu la estructura básica
económica el Inca forzaba lazos con los Curacas, dándoles en matrimonio a sus
hijas o en algunos casos incluso casándose con las hijas de los Curacas más
importantes. En cierta medida el Sapa Inca estaba emparentado con todo su
imperio, por lo cual se le consideraba como un Curaca máximo, esto último es
señalado para entender la reciprocidad simétrica y la asimétrica: la primera
se daba entre miembros de la misma Ayllu con base en el concepto "hoy por
ti, mañana por mí", es decir, una ayuda mutua en construcción de vivencias
y el trabajo agrícola, mientras que la reciprocidad asimétrica se daba de los
miembros de la Ayllu con el Sapa Inca a cambio de la recaudación de excedentes,
es decir, el Inca brindaba al Curaca la seguridad externa
y la asistencia en caso de desgracias y el Curaca le entregaba la ayuda de su
Ayllu para las labores de construcción de obras comunales, tales como: puentes,
caminos, etc.
Debido a las
enormes proporciones del estado Inca, hacía falta lugares donde pudiesen
congregarse los jefes étnicos vecinos a renovar sus alianzas de reciprocidad
con el Sapa Inca por lo que se construyeron grandes plazas en las ciudades para
estos rituales.
Sin duda la
reciprocidad fue una de las bases fundamentales del desarrollo del
Imperio Incaico, valor y responsabilidad
que marco una forma de relaciones muy pocas veces vista.
2. LA REDISTRIBUCIÓN DEL IMPERIO INCA
La
redistribución suponía el reconocimiento, por parte de los campesinos, de los
diferentes niveles de autoridad que
existían en la sociedad. Los ayllus entregaban los tributos a los
curacas, y los bienes tributados se acumulaban en depósitos reales que estaban
en aldeas, caminos y ciudades.
Cuando
algunos pueblos del Imperio no podían satisfacer sus necesidades básicas porque
las regiones en las que vivían habían sido afectadas por malas cosechas u otras
catástrofes, el Estado incaico redistribuía una parte de los alimentos,
materias primas y productos manufacturados almacenados.
También
utilizaba los bienes acumulados para costear los gastos de las
constantes expediciones militares, y para premiar los servicios realizados por
algunos funcionarios, generalmente nobles.
3. CAMINOS DEL INCA (QAPAQ ÑAN)
Los incas se
destacaron por sus obras de ingeniería y
sobre todo por la red caminera. Había dos caminos principales de norte a sur,
uno a lo largo de la costa y otro que atraviesa las tierras altas. Estaban
cruzados por caminos transversales y caminos secundarios que unían todas las
aldeas y pueblos. La carretera principal partía de Tumbes, pasaba a Arequipa y
a Chile. La vía de comunicación más
larga partía desde Colombia, seguía
hasta Cuzco, proseguía hasta Ayavire donde se bifurcaba en dos ramales que
rodeaba el lago Titicaca, seguía hacia el sureste hasta Tucumán, Argentina. De
allí partía un ramal que llegaba hasta Coquimbo, Chile, siguiendo de allí hasta
la actual Santiago. Otro ramal desembocaba en el actual valle mendocino de
Uspallata. A este lugar los incas trasladaron poblaciones de cantidad de
mitimaes. Se tiene como cierto que la construcción de las actuales acequias se
debe a la influencia incaica. Estas carreteras estaban pavimentadas con losa de
piedra y medían entre 4,5 y 6 metros, son una altura de 1 y 2 metros. En la
zona costera, las carreteras eran rectas y donde era imposible hacerlas.
Un
territorio tan extenso como lo fue el Tahuantinsuyo, necesitaba unir, en todo
momento, sus diversas áreas y ello lo entendieron muy bien los gobernantes
incas que dispusieron la construcción de caminos tomando como base los caminos
ya construidos por culturas andinas anteriores a los incas por ejemplo los
Moche, los Wari, los Tiahuanaco y los Chimú que abarcaron grandes extensiones y
por eso debieron tener redes camineras eficientes.
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·
Caminos principales
Los
principales caminos de los incas fueron dos: los caminos de la Sierra y los de
la Costa que iban en forma paralela, estos eran los pilares viales de las comunicaciones incas
y eran unidos de manera transversal para comunicar a las regiones andina.
1. Camino a
la sierra partiendo del Cuzco, pasaba por Huancavelica, Ayacucho, Huánuco,
Cajamarca y llegaba a Quito, prolongándose hasta
Pasto Colombia este camino tenía entre 6 a 8 metros de ancho, era totalmente
empedrado y había sido delineado de lo más recto posible. Es debido a esto que
las cuestas eran salvadas mediante graderías y los ríos eran atravesados por
puentes. De trecho en trecho, había tambos para abastecer a todos los
funcionarios del estado que se encontraban en viaje
2. El camino
de la costa, también partía desde le Cuzco y bajaba hacia la costa a la altura
de Nazca, y de allí se prolongaba por el antiguo territorio de la cultura Paracas,
Chincha, Pachacámac, Rímac, hasta Tumbes llegando también a la ciudad de Quito.
Recorría candentes arenales y al llegar a los valles era rodeado de tapias
y árboles que
daban sombra al viajero. Acequias de agua fresca. Los
caminos costeños eran marcados por palos de guarango. En estos caminos incas
existía mucha información para el viajero, por ejemplo, indicaciones distancia
y direcciones, ubicaciones de posadas en los caminos, etc.
Estos
caminos fueron conservados por la población adyacente a la red vial inca, el
curaca o jefe de ayllu organizaba las labores de mantenimiento, después de
la conquista se
dejó al libre albedrio de las poblaciones o ayllus el mantenimiento vial inca.
·
Los puentes
Diversos
tipos de puentes permitían cruzar los ríos. En la sierra los había de troncos
de árboles cuando las distancias no eran grandes y los que se hicieron famosos
por su ingenio fueron los que los españoles llamaron "de criznejas".
Estos puentes se apoyaban sobre dos grandes estribos de piedras con fuertes y
sólidos cimientos y entre cada estribo atravesaban cuatro o seis gruesas vigas
que amarraban el puente colgante. Las maromas se tejían de ramas delgadas como
mimbre, trenzando de tres en tres a otras más gruesas e iban aumentando las
ramas hasta alcanzar un diámetro de unos cincuenta centímetros. Una referencia
de 1534 describe uno de dichos puentes como sigue "Hay muy grandes y
poderosos ríos sobre los cuales hay puentes hechos de gruesas cuerdas y entre
una y otra hay cuerdas delgadas y menudas; y de estos puentes hay dos por donde
pasaban los señores y dos por donde pasaba el común popular."
Existen varios
tipos de puentes en el Tahuantinsuyo:
Puentes
colgantes: utilizados cuando el rio era ancho, consistía en gruesos cables de
agave o maguey, que se extendían de un lado a otro y que se encontraban atados
a gruesas rocas y como lechos
utilizaron troncos unidos fuertemente.
Puentes de
piedra: Eran construidos cuando el rio era angosto, y solo bastaba con colocar
una piedra gigantesca de una orilla a otra de tal manera que permitiera
el tráfico de personas en
su parte superior.
Oroyas: Eran
usados cuando los ríos eran anchos, donde era dificultoso el uso de puentes
colgantes, en este caso con gruesos cables de maguey extendidos de una orilla a
la otra, a través de la cual se deslizaba un recipiente a manera de canasta,
donde se encontraba el viajante que era halado de una orilla por un Hatun runa
dedicado a esa labor de transportador.
También
existían otro tipo de comunicación el náutico en el sur. En el desaguadero
cerca del lago Titicaca, había un famoso puente que consistía en una hilera de
balsas de totora acomodadas lado a lado con una gruesa capa de eneas añadidas y
arregladas sobre las embarcaciones.
Los
españoles hicieron famosos sus relatos sobre los tambos o mesones situados cada
cierto trecho a lo largo de las rutas. Es posible que los tambos existieran en
tiempos anteriores en las rutas que conducían a los lugares de peregrinación
para albergar a los romeros. Posiblemente también se usaron en época de Wari y
Chimú. Los había de diversas categorías y dimensiones según su importancia.
4. EL CHASQUI
Era el
mensajero personal del
Inca, que utilizaba un sistema de postas para entregar mensajes u
objetos.
Los chasquis
eran jóvenes diestros y preparados físicamente desde temprana edad, y recorrían
a través de un sistema de postas (tambos), los extensos
caminos construidos por el estado Inca, pues de ellos pudiera depender una
orden de suspensión de una acción bélica
a tiempo o llegaran los refuerzos a una batalla. Eran hijos de curacas, gente
de confianza.
Llevaba
siempre un pututu, trompeta de caracol, para anunciar su llegada y alertar a su
relevo; por armas portaba una porra
y una huaraca, un quipu, donde traía la información, un atado a la espalda,
donde conducía objetos y encomiendas, una vara, y en la cabeza, un penacho de
plumas blancas a modo de identificador visual. Dicen que un caracol de Colombia
llegaba vivo al inca, en el Cuzco.
Además, el
chasqui se convirtió en el receptor del saber ancestral, recibido de parte de
los hamawt'a (sabios ancianos), para ser entregado a un nuevo relevo,
y así transmitir los conocimientos en forma hermética, a fin de preservar los
principios esenciales de la cultura andina ante el avasallamiento de la
civilización occidental.
Los
españoles que invadieron el ya fraccionado territorio de los incas, desde 1532,
quedaron tan impresionados con la eficiencia del
sistema de chasquis que los corredores se mantuvieron en el Virreinato del
Perú. Pedro Cieza De León, cronista español, habría
escrito: también servían de espías al imperio a la nobleza para tener estrategias bélicas
de batalla contra los otros pueblos y culturas de la América latina en los
tiempos precolombinos.
Era tal la
importancia que se le daba al servicio de
correos que quienes iban a ser destinados para ser chasquis eran entrenados
desde niños para que pudieran
realizar su oficio a la perfección. Debían conocer perfectamente cada uno de
los caminos y sus atajos y eran diestros nadadores; También eran capaces de
realizar sus labores durante las noches si esto fuese necesario.
5. LOS TAMBOS
Eran los
albergues y también funcionaban centros de acopio de alimentos, lana, leña u
otros materiales básicos
para la supervivencia. De este modo, en épocas de penurias climáticas o
desastres naturales, los tambos alimentaban y proveían de algunos materiales
para la supervivencia a las aldeas más cercanas a la redonda. Era una especie
de seguro catastrófico
que la administración inca
había creado para su gente. Los tambos se repartían en los caminos, cada 20 o
30 kilómetros (una jornada de camino a pie). Podía servir para albergar a
emisarios (chasqui), gobernadores o incluso al Inca, cuando éste recorría de
punta a punta su territorio. No se tienen noticias de que
hayan albergado también a hombres comunes y corrientes.
En el
Imperio Inca, la agricultura era el objetivo principal
a fin de asegurar el bienestar general de la población que nunca sufrió de
penurias alimenticias.
A distancias correspondientes a un día de viaje había otros albergues, estos
eran más sencillos, y en las ciudades, sobre el camino, se encontraban otros,
grandes y elegantes: eran los Tambos Reales, dotados de lujoso mobiliario en
previsión de posibles visitas del emperador. Cada Tambo estaba provisto de
un almacén con
alimentos y equipo necesario y era administrado por funcionarios de la
localidad.
·
Ubicación
El Imperio
inca estuvo comunicado por muchos caminos principales y secundarios, que
unieron de manera eficaz los pueblos del antiguo Perú. El diseño de
estos caminos (de más de 30 000 km) fue de gran calidad y
profesionalismo, a pesar de las grandes dificultades geográficas (Cordillera de
los andes).
El Cusco fue
el centro de esta red vial y en él confluyeron la mayor parte de los caminos,
pues la capital de los incas era el ombligo del mundo y todo debía partir y
culminar en ella.
Es aquí
donde encontramos las posadas han sido utilizadas universalmente como lugares
donde se ofrecía servicio temporal a los viajeros en las rutas comerciales o en
los caminos de peregrinaje. En los Andes peruanos estos lugares se llamaban
"Tambos" y fueron las sociedades andinas
las que los planificaron y edificaron de la manera más compleja y ordenada a
diferencia de las sociedades de aquella época.
6. EL EJÉRCITO INCAICO
El Ejército
inca era el cuerpo militar que aseguró la expansión y consolidación
del Imperio Incaico.
Dicho
ejército era multiétnico y estaba encargado de defender
la soberanía de sus tierras, extenderlas y sofocar rebeliones. A
menudo era también usado para intereses políticos como las ejecuciones
o golpes de Estado.
A medida que
la soberanía inca
crecía en tamaño y población, el ejército lo hacía de la misma forma.
Las mayores concentraciones de guerreros incas en las épocas de esplendor del
imperio llegaron a componer unos 200 000 soldados en un solo ejército
(época de Huayna Cácap).
El militarismo que
tenía la monarquía inca
hacía de la pertenencia a éste, un importante cargo. A los soldados se les
brindaba alimentación, vestimenta
y una ayuda estatal en reemplazos para su familia en lo que respectaba a la
actividad agraria que el levado debería estar cumpliendo, de tal
manera que ser guerrero permanente no era un mal cargo y hasta inclusive
ocupaba su propio espacio en la pirámide político-social.
Cuando
volvían de una campaña exitosa a Cusco, niños y mujeres los recibían como
héroes y se hacía una ceremonia en honor a ellos. La ceremonia que se daba en
la Plaza de armas del Cusco consistía en exhibir el botín y pisotear
a los prisioneros como un símbolo de la victoria.
Organización
El ejército inca tenía dos tipos de
soldados: los profesionales y los de reemplazo.
Desde el gobierno de Túpac Yupanqui
existió una élite de soldados especializados en el cuidado del Sapa Inca
durante los paseos, viajes o conquistas. Estos eran principalmente tropas de
origen cuzqueño aunque con el tiempo también se incluyó a soldados destacados
de otras etnias como los kollaguas que procedían de los
actuales territorios de Arequipa. Esta guardia imperial llegó a tener unos
10.000 miembros que acompañaban siempre al Emperador, todos ellos de origen
noble. Gozaban de grandes privilegios, el estado les alimentaba, les daba casa,
ropa y muchos regalos de coca, joyas y esposas.
El ejército de reemplazo lo conformaban
todos los incas físicamente aptos entre 25 (edad en que los incas cumplían
mayoría de edad) y 50 años. Todos los súbditos del imperio, o runas, hacían el
servicio militar o trabajos para el Estado. Estaban exceptuados sólo los que
por defectos físicos no podían portar armas ni desplazarse con rapidez, y los runas de
la costa, a diferencia de los de la sierra, estaban libres de servir,
posiblemente por que no podían soportar las condiciones climáticas de los Andes
donde solían librase las batallas. Normalmente se elegía a uno de cada 50
hombres para el servicio militar (de preferencia hombres jóvenes) de 25 a 30
años, pero en caso de necesidad se reclutaban más llegando en caso necesario al
reclutamiento total.
En el caso de los nobles, éste era un
honor y un deber; en caso de los plebeyos era un medio para ascender
socialmente. Los incas podían movilizar un ejército de 200.000 efectivos de una
población de 10 a 15 millones.
Unidades
Las unidades se organizaban según la etnia
de los soldados (auca runas), se armaban y adornaban según su tribu, con
cueros, telas escudos, plumas, joyas o con pinturas corporales.
Los soldados se especializaban en armas
arrojadizas, lanzas y cuerpo a cuerpo. Tambien había otros como exploradores
o runancha, los que tocaban la trompa o quipaycamayoc,
los que sonaban una caracola o chorucamayoc, y tamborileros o huancarcamayoc.
Empleaban unidades múltiplos de 5:
- La
escuadra se componía de 5 soldados y estaba mandada por un unan chayanuk o
cabo.
- El
pelotón se componía de 10 soldados y estaba mandado por un chunga-camayuk o
sargento.
- La
sección se componía de 50 soldados y estaba mandado por un piccka-chuncamayuk o
teniente.
- La
compañía se componía de 100 soldados al mando de un pachaca-camayuk capitán.
- El
batallón se componía de 500 soldados al mando de un pisca-camayuk
o teniente coronel.
- El
regimiento se componía de 1.000 soldados al mando de un guaranga-camayuk
o coronel.
- La
brigada se componía de unos 5.000 soldados al mando de un hatun
apu o general de brigada.
- La
división se componía de 10.000 soldados al mando de un apusqui
randin o general de división.
- El
ejército se componía de varias divisiones y estaba al mando de un apusquipay o
mariscal.
Hasta nivel regimiento estaba
conformado por una sola etnia, y dirigida por el curaca de dicha etnia, una vez
muerto este era reemplazado por otro curaca de la misma etnia. Para evitar las
rebeliones cada etnia estaba dividida en dos batallones cada uno con su general
que competía con su compatriota para lucirse y alcanzar un mayor rango. Este
concepto de “dualidad” existía en todo el mundo andino para representar sus dos
dinastías: Hanan y Hurin.
Guerreros incas: 1
general; 2 general chinchaysuyo (región del norte); 3 guerrero inca; 4 guerrero
cinchaysuyo; 5 hondero quechua; 6 guerrero chimor (costa de Perú). Autor Angus
Mcbride.
Armamento
Armas arrojadizas
- Honda
o huaraca. Era una de las armas más antiguas y
frecuentes, estaban compuestas por una cuerda de longitud mediana donde se
colocaba el proyectil (normalmente piedras esféricas) en el medio y
lanzarlas mediante un movimiento circular. También arrojaban proyectiles
incendiarios.
- Boleadora
o liwi. Era una cuerda que terminaba en tres
ramales, en cada uno de los cuales se ataba una piedra siendo lanzadas
juntamente con la cuerda.
- Estólicas
o cumanas. Era una especie de bastón, de 30 cm a 90 cm
de largo, para lanzar venablos, como el átlatl mexicano. Lo usaban los
soldados de etnias selváticas.
- Arcos
y flechas: De uso mayormente selvático, usaban arcos de
dos metros de largo capaces, con unas flechas de 1,2 a 1,5 metros capaces
de atravesar a varios enemigos a la vez con el fin de asustar al enemigo,
para que este huyera o rompiera filas.
- Jabalina
o antañaui. Tenía la punta de cobre o de bronce en forma
cónica. Penetraba profundamente en la carnes o en los escudos ligeros
Armas
arrojadizas incas
Armas de acometida
- Lanzas
o suchuc chuqui. Tenían dos metros de longitud, eran las
favoritas de los soldados que pertenecían íntegramente a la etnia inca cuzqueña.
Todos los generales lo usaban como símbolo de poder.
- Hachas
o cunca chucuna. Eran de bronce o de silex, tenían un mango
de 50 cm a 1 m de largo. Con un golpe fuerte podían destrozar del cuerpo
del adversario pasando a través de la protección.
- Mazas o
macanas o chambis. Se componía de un mango con un objeto
contundente atado en el extremo, que tenía distintas formas, como
esféricas, ovaladas, siendo la de estrella o chaska
chuqui la favorita.
- Porra o huactano. Era
de una sola pieza de madera, de 60 a 80 cm de largo, con el extremo mas
ancho, estaba hecho de madera de chonta, guaycán, moque o mutuy.
Armas
de acometida inca
Protecciones
- Cascos si
estaban hechos de madera se llamaban umachina y
si estaban hechos de metal ñauhichina. Ambos llevaban adornos
de plumas en lo alto a modo de insignias. los cascos de cobre eran usados
por generales y soldados de alto rango, mientras que los de madera lo
usaban la milicia que a veces no llevaban ninguno.
- Corazas
o purapuras eran para proteger el pecho, estaban hechos
de oro, plata y bronce. Sólo era usada por los nobles y llevaban adornos.
- Acolchados
o esacupiles eran chalecos rellenos de lana o algodón
para proteger el torax prinicipalmente de flechas enemigas.
- Escudos
o hualcanas eran trapezoidales de madera y forrados
con una tela gruesa o cuero de venado también los hubo pequeños y ligeros
de forma redonda o cuadrada hechos de vara de palma y algodón con adornos
con adornos de lana y pluma.
Tácticas
Los ejércitos incas se caracterizaban
por ser disciplinados y bien organizados, sus tropas solían estar en silencio y
sólo al momento de atacar gritaban o cantaban, acompañados de instrumentos de
música con el fin de asustar al enemigo.
La acción militar se iniciaba con un
desfile para impresionar al adversario. Los soldados marchaban con sus
distintivos. El general en jefe iba en su litera y llevaba en su mano el
emblema de su mando. A la vista del ejército enemigo, se hacía el alarde. El
general o el Inca, pasaba revista a sus tropas mientras se hacían sonar instrumentos
musicales.
Luego venía la arenga y, finalmente, se
efectuaba el ataque.
Las unidades del ejército inca solían
desplegar con los lanzadores de armas arrojadizas al frente como los honderos,
arqueros y estólicos; tras ellos, los soldados con hachas,
macanas y porras (para el choque cuerpo a cuerpo); más atrás soldados con
lanzas cortas (a veces arrojadizas), y al final, las tropas con lanzas largas
de hasta 6 metros para acoger a las fuerzas de delante que se replegaban.
Ejército
inca desplegado. El general sobre una litera en el centro de la formación.
Autor Pierre Joubert
La disciplina inca representaba una
enorme ventaja frente a sus enemigos, que solían hacer ataques frontales con
masas desorganizadas de guerreros, que atacaban gritando y que entrados en
combate perdían todo el orden. De hecho, el ejército incaico era tan
disciplinado que rara vez rompía filas y casi siempre mantenía la formación
siendo capaz de rechazar incluso una emboscada en terrenos selváticos,
montañosos, desérticos o pantanosos. En este punto, las batallas de los
ejército incaicos se asemejaban a las batallas entre romanos y celtas o
germanos, en las cuales la superior organización y disciplina terminaba por
derrotar al número.
En una batalla en campo abierto el
ejército inca solía dividirse en tres unidades, la principal atacaba al enemigo
de frente mientras las otras dos envolvían por los flancos hacia la retaguardia
del enemigo donde se unían y lo atacaban con el propósito de rodearlo.
Los ejércitos incas por motivos rituales
no luchaban de noche.
Logística
La máquina de guerra Inca se benefició
enormemente de las redes de caminos y sendas eficaces llamado Qhapaq Ñan,
con una longitud de 5.200 kilómetros, que se iniciaba
en Quito (Ecuador), pasaba por Cuzco y terminaba en lo que
hoy es Tucumán, Argentina, se componía del camino de la costa y el camino
de la sierra con ramales de unión entre ambos. Para cruzar los obstáculos se
empleaban puentes de piedra cuando el río era estrecho, puentes colgantes
cuando el obstáculo era ancho, consistía en gruesos cables de agave o
maguey, de los que colgaba el puente; los oroyas o
teleféricos cuando no se podían tender de puentes colgantes,
en este caso con un grueso cables de maguey extendidos de una orilla a
la otra, a través del cual se deslizaba una canasta, donde se situaba el
viajero. Los caminos y puentes eran mantenidos por las autoridades locales.
Los tambos eran como albergues y
también funcionaban centros de acopio de alimentos, lana, leña u otros
materiales básicos para la supervivencia. De este modo, en épocas de penurias
climáticas o desastres naturales, los tambos alimentaban y proveían de algunos
materiales para la supervivencia a las aldeas más cercanas a la redonda.
Estaban situados en los caminos, cada 20 o 30 kilómetros (una jornada de camino
a pie). En las ciudades importantes estaban los tambos reales, que eran
almacenes más importantes y disponían de un lujoso mobiliario en previsión de
posibles visitas del Emperador.
Para llevar los mensajes se utilizaban
los chasquis,
estos eran jóvenes corredores entre los 18 y 20 años que iban de de tambo en
tambo llevando los mensajes. Se les llamabas chasquis porque
cunado marchaban por los caminos chasqueaban la lengua para que los demás se
apartasen y los dejasen pasar. Este sistema era tan veloz, que los chasquis a
veces llevaban pescado fresco desde la costa hasta Cuzco, para el deleite del
Inca.
Un ejército inca marchando desde Cuzco
podría engrosar sus filas en movimiento haciendo recogiendo a las milicias de
los asentamientos de la periferia. Los tambos, por su parte, permitían al
comandante mantener sus tropas alimentadas y en buena forma combates incluso
durante las marchas más largas, con sus hombres, finalmente, teniendo al campo
en condiciones relativamente frescos y listos para la batalla.
CAPÍTULO
7:
·
Religión
1. ANTECEDENTES
La religión estuvo constantemente presente en todos los ámbitos
de las labores incaicas. En las leyendas de
formación del imperio incaico, se percibe una marcada diferencia sexual entre
hombre y mujer. Eran politeístas (es
decir creían en varios dioses), destacando el culto al "Dios del Sol
(Inti)".
2. COSMOVISIÓN
Según
la mitología incaica,
existían tres mundos diferentes, los cuales habían sido creados por el dios
incaico Viracocha (también conocido como Wiracocha o Huiracocha). La división
se hacía de la siguiente manera:
1. Hanan Pacha (mundo de arriba, celestial
o supraterrenal): era mundo celestial y sólo las personas justas podían entrar
en ella, cruzando un puente hecho de pelo. En la tradición andina se definió al
Hanan Pacha como el mundo superior donde habitaban los dioses como Viracocha,
Inti, Mama Quilla, Pachacamac, Mama Cocha, etc. Era representado por el cóndor,
ave ancestral de los Andes.
2. Kay Pacha (mundo del presente y de
aquí): en la cosmovisión andina, Kay Pacha es el nombre del mundo terrenal,
donde habitan los seres humanos y pasan sus vidas. Representado por el puma,
animal de a pie, del mundo terrestre.
3. Uku Pacha (mundo de abajo o mundo de
los muertos): en la mitología andina, Uku Pacha era el mundo de abajo o mundo
de los muertos, de los niños no nacidos y todo lo que estaba debajo de la
superficie de la tierra o del mar. Las fuentes, cuevas u otras de las aberturas
de la superficie terrestre eran considerados líneas de comunicación entre el
Uku Pacha y el Kay Pacha. Representado por la serpiente, animal rastrero y de
las profundidades.
3. TEMPLOS
Pascaumati Templo del Sol (Coricancha), en
Cuzco.
Templo de la Luna.
Templo de Pachacamac (destruido).
Templo de Urpi Huachac.
Plaza de los peregrinos.
Templo de Zuma. (Siendo ésta una de las
inspiraciones para crear un juego con su mismo
nombre)
4. FESTIVIDADES
5. DIOSES INCAICOS
·
Dioses mayores
Viracocha: Su nombre completo a fin de recalcar su calidad de ser
supremo, es: Apu Qun Tiqsi Wiraqucha (Apu Kon Titi Viracocha). Era considerado
como el esplendor originario o El Señor, Maestro del Mundo. En realidad fue la
primera divinidad de los antiguos peruanos, tanto los habitantes de Caral,
Chavin, Huari y especialmente los Tiahuanacos, que provenían del Lago Titicaca.
Surgió de las aguas, creó el cielo y la tierra. El culto al dios supuso un
concepto de lo abstracto y de lo intelectual, y estaba destinado solo a la
nobleza. Huiracocha, al igual que otros dioses, fue un dios nómada y tenía un
compañero alado, el Pájaro Inti, una especie de pájaro mago, sabedor de la
actualidad y del futuro. Este pájaro mago, no es otro que el Corikente de las
tradiciones orales, el picaflor de oro, mensajero de los dioses,
cuyas plumas servían para la mascaipacha o corona imperial del Inca. Huiracocha
es representado con dos varas, que al parecer eran realmente estólicas
(propulsalanzas) o warakas (hondas gigantes andinas)
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Viracocha.jpg
Inti: Era el dios sol y dios supremo, el cual ejercía la
soberanía de la actualidad en el plano divino (Hanan Pacha). Igualmente era
hijo del dios sol del mundo antiguo (Ñaupapacha) y reinaba sobre el ser humano
en el mundo actual (Kaypacha). Inti era la divinidad popular más importante del
imperio incaico siendo adorado en varios santuarios. Se le entregaban ofrendas de
oro, plata y ganado, así como las llamadas Vírgenes del Sol. También se le
hacían ofrendas humanas en el mes de los Capac hucha, la cual muchas veces
consistía en reos de muerte, como dios
más importante.
Mama Quilla: Era
la madre luna y esposa de Inti. Madre del firmamento, de ella se tenía una
estatua en el Templo del Sol, en el que una Orden de Sacerdotisas le rendía
culto. Los antiguos moche a diferencia de los incas, consideraban a la Luna la
deidad principal.
Pacha Mama:
Llamada también Madre Tierra ya que era la encargada de propiciar la fertilidad
en los campos. Se le tributaban ofrendas o pagos.
Pachacámac: Era una reedición de Viracocha, el cual era venerado en
la Costa Central del imperio incaico. Era conocido como el dios de los
temblores, y su culto hizo un aparente sincretismo con el actual Señor de los
Milagros, el cual tiene rasgos de este antiguo dios pagano según la
historiadora María Rostworowski.
https://www.ancient-origins.net/news-history-archaeology/pachacamac-0013154
Mama Sara: Era la Madre Maíz o del alimento, la más importante de
las conopas (representaciones religiosas) de los alimentos junto con la coca y
papa.
http://abulelita.blogspot.com/2019/01/mama-sara-la-diosa-del-maiz-incaica.html
Mama Cocha: Madre del Mar, a quien se le rendía culto para calmar
las aguas bravas y para la buena pesca. Era la madre que representaba todo lo
que era femenino.
https://diosesincas.com/mama-cocha/
·
Dioses menores
Aparte del
gran Huiracocha y su corte terrenal de Amauta, o sabios y primeros sacerdotes y
administradores, el segundo cordón de clérigos, la nobleza militar y los Ayllus
o gremios, regidos hasta en su más mínimo movimiento por
la ley del Inca, el
pueblo llano tenía su panteón con otros dioses menores, a los que -tal vez- le
resultaba más sencillo y cercano dirigirse en busca de favores y soluciones.
La estrella
rizada o de la mañana acompañaba al Sol, al igual que Illapa, dios del trueno y
la batalla, como la imagen de la
estrella de oro, la de la tarde, Venus o Chasca, hacía su guardia junto a la
Luna, y Chuychú, el bello arco iris estaba por debajo de ambos grandes dioses.
El arco iris fue luego elevado a dios de los nobles debido a que representaba
la belleza que estaba reservada para los nobles
Las
constelaciones de la copa de la coca (Kukaa Manka) era una constelación que
cuidaba de las hierbas mágicas, como la constelación de la copa de maíz (Sara
Manca) lo hacía con los alimentos vegetales, y la del jaguar (Chinchay) se
encargaba de los felinos. El Wasikamayuq era el dios tutelar del hogar,
mientras que el Qhaxra-kamayuq se esforzaba por evitar que los ladrones
entraran en esa misma casa, y los Auquis asumían la vigilancia de cada poblado.
Había también un dios de las tormentas y otro dios del granizo; tras Pacha
Mama, la diosa de la Tierra, estaban Apu katikil y Pikiru, como dioses
tutelares de los gemelos; la serpiente Hurkaway era la divinidad de lo que
estaba bajo tierra, mientras que el ávidoSupay reinaba en el mundo de los
muertos y no cesaba de reclamar más y más víctimas para su causa, lo que hizo
que los españoles le dieran el nombre de diablo, aunque tenía cualidades
benignas y malignas.
También
estaba el dios Wakon o Kon, un hermano de Pachacamac expulsado por éste y que
se llevó con él, al ser forzado a irse, la lluvia y dejó a la franja costera
del Perú seca para siempre, un dios maligno y devorador de niños, de risa cruel
y habilidad para rodar por las montañas; otros hermanos, Temenduare y Arikuté,
dieron origen al diluvio con sus querellas conjurando a un temible monstruo de
cientos de patas de agua.
En total y
según algunas tradiciones orales El primer sol del mundo o tierra antigua
(Ñaupa pacha) fue Viracocha, que creó su corte y tuvo 4 hijos: Kon o Wakon dios
de las sequías, Mallko (Temenduare?) dios de la ley, Vichama (Arikute?) dios de
la guerra y la venganza y Pachacamac, quienes regentaron sucesivamente el mundo
actual destruyéndolo sucesivamente. Estos guardan relación con los 4 hermanos
del mito de los hermanos
Ayar, uno de los mitos de la creación del imperio incaico. Pachakamac a su vez
tuvo de hijos al sol y la luna del mundo actual o Kay Pacha. Pachakamac se
autoexilió al mar desde donde domina los terremotos, dejando el mundo en mando
a su hijo Inti o sol del mundo actual.
Existen
otras "huacas" o dioses, como Catequil, poderoso dios oráculo. Huallallo
Carhuincho, dios de fuego con rasgos malignos; Wari, dios gigante de la guerra
referido a la cultura del mismo nombre; Amaru, la serpiente mitológica divina,
entre muchos otros nombrados en sin número de tradiciones orales recopiladas
recientemente por aficionados como Toro Montalvo y los miembros de la
asociación Dragones de sur.
CAPÍTULO
8:
·
Cultura material e inmaterial
1. ARQUITECTURA
La arquitectura incaica
se caracteriza por la sencillez de sus formas, su solidez, su simetría y por
buscar que sus construcciones armonicen el paisaje. A diferencia de sociedades
costeñas como la chimú, los incas utilizaron una decoración bastante sobria. El
principal material utilizado fue la piedra. En las construcciones más simples
era colocada sin tallar, no así en las más complejas e importantes. Los
constructores incaicos desarrollaron técnicas para levantar muros enormes,
verdaderos mosaicos formados por bloques de piedra tallada que encajaban
perfectamente, sin que entre ellos pudiera pasar ni un alfiler. Muchas veces
esos bloques eran tan grandes que resulta difícil imaginar su colocación, las
mejores muestras de esta habilidad se encuentran en la zona del Cuzco. Se sabe
que los mejores talladores de piedra eran collas, provenientes del Altiplano y
que muchos de ellos fueron llevados al Cuzco para servir al estado.
·
Formas arquitectónicas incaicas
Kanchas
Kallankas
Ushnu
Tambos
El Acllahuasi
·
Centros administrativos provinciales
Conforme se iba expandiendo el imperio, se
fueron construyendo centros provinciales desde los cuales se administraban las
diferentes regiones conquistadas. La planificación estatal
implicaba el uso de maquetas de barro en las que se representaba desde valles
enteros hasta un edificio, antes de empezar a construirlo. En la costa, la
piedra usualmente era sustituida por el tapial o el adobe.
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Tambo Colorado
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Huánuco Pampa
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Tomebamba
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Cajamarca
·
Quito
·
Construcciones de carácter religioso
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Vilcashuamán
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Coricancha
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Construcciones militares y conmemorativas
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Inca Huasi
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Sacsayhuaman
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Arquitectura de élite
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Ollantaytambo u Ollantaytampu
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Písaq
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Machu Picchu
2. CERÁMICA
La cerámica
incaica es distinta de los estilos que predominaron en la zona centroandina en
la época pre-Tahuantinsuyo. El estilo inca se caracteriza por su producción en
masa, habiéndose encontrado evidencias del empleo de una
gran cantidad de moldes que permitieron difundir una producción sumamente
estandarizada. Sus colores se
caracterizan por el uso intensivo de diferentes tonos de marrón y sepia, además
del rojo, negro, blanco, anaranjado y morado, que producían una gama
relativamente variada de combinaciones. Se aprecia en la alfarería incaica la
predilección por los diseños geométricos, predominando los rombos, barras,
círculos, bandas y triángulos. Las formas
típicas son el aríbalo y los queros, aunque estos últimos existieron desde el
Horizonte Medio y fueron confeccionados también en madera y
metal. El Estado incaico estableció distintos tipos de relaciones con los
ceramistas locales y aprovechó de diferentes maneras sus técnicas y estilos
alfareros. Se movilizaron vasijas de estilo local y se las hizo circular por
todo el territorio, fusionándose de esta manera las diferentes técnicas
existentes.
3. TEXTILERÍA
El arte textil incaico se
caracteriza por sus tejidos con
diseños geométricos o tocapus y por la fineza de su técnica. Los incas
destacaron por sus tapices y sus estupendos mantos de plumas, también de
diseños geométricos. Tuvieron un extraordinario sentido de la simetría,
reflejado mediante la repetición de figuras estilizadas dispuestas de una
manera sumamente ordenada. Para los incas la importancia de los textiles fue
religiosa, social y política. Ellos expresaban su cosmovisión, su sentido del
espacio y de sus divisiones. Eran símbolos de
nivel social. Los famosos ponchos dameros, blancos con negro y rojos al centro
se destinaban sólo a los orejones o generales allegados al Inca. Se dice que
los diseños geométricos, que aparecen en algunos tejidos, servían también para
identificar a los incas y sus familias. Desde la visión política los textiles
representaban tesoros intercambiables, así como productos tributables que
cohesionaban al imperio.
4. ESCULTURA
Los trabajos
realizados en piedra constituyen el otro gran conjunto de realizaciones
incaicas que merece la pena destacar. Suele limitarse a representaciones
zoomorfas de auquénidos, llamas, vicuñas y alpacas, y fitomorfas, mazorcas de
maíz, que son conocidas como conopas y a numerosos cuencos y recipientes
llamados popularmente morteros. Entroncados en las tradiciones artísticas
andinas, los incas supieron imprimir un carácter propio y original a sus obras
que se basó en una simplificación de las formas por medio de volúmenes
geométricos sencillos y una esquematización de los motivos decorativos muy
próxima a una concepción estética geometrizante
y cubista. El arte incaico se caracterizó por la sobriedad, la geometría y
la síntesis, tendiendo
más a lo práctico y funcional que a lo formal.
5. PINTURA
La pintura como
expresión estética se manifestó en murales y mantos. Bonavía señala la
diferencia entre paredes pintadas de uno o varios colores y los murales con
diseños o motivos representando escenas diversas.
Los murales
pintados se aplicaban sobre paredes enlucidas con barro empleando pintura al
templo, técnica diferente a utilizada para las pinturas rupestres. Hacia el
Horizonte Temprano, la pintura era aplicada directamente sobre la pared
enlucida, mientras que durante el Período Intermedio Temprano' se cubría el
muro enlucido con pintura blanca para luego aplicarle el dibujo deseado.
Otro medio usado en la misma época consistía en trazar motivos incisos sobre el
barro húmedo para luego rellenarlo con pintura.
En la época
moche se usó pinturas murales y de alto relieve de
barro como los descubiertos en la Huaca de la Luna y en la Huaca del Brujo, en
departamento de La Libertad, a unos 5
km al sur de Trujillo.
La técnica y
el uso de mantos pintados sobre telas de algodón llano
era costumbre de toda la costa, con mayor énfasis en el norte. Todavía por los
años de 1570 a 1577 existían artistas especializados en el arte de pintar
mantos que ejercían su oficio trasladándose de un lugar u otro. En aquel tiempo
estos artesanos pedían licencia ante el oidor para usar de su arte e ir
libremente por los valles sin ser estorbados.
En los
museos y colecciones privadas se pueden apreciar estos mantos, empleados quizá
para cubrir paredes desnudas o servir de vestimenta a los señores importantes.
Otro renglón
dentro del arte pictórico fue la realización de una suerte de mapas pintados que
representaban un lugar o una región. El cronista Betanzos cuenta que después de
la derrota de los chancas infligida por el príncipe Cusi
Yupanqui, los dignatarios cuzqueños se presentaron ante él para ofrecerle la
borla y lo encontraron pintando los cambios que pensaba introducir en el Cuzco.
Esta noticia
no sería suficiente para confirmar tal práctica si no fuese apoyada por otra
referencia la afirmación en el juicio sostenido por las etnias de Canta y de
Chaclla en 1558 - 1570. Uno de los litigantes presentó allí ante la Real
Audiencia de los Reyes los dibujos de su
valle indicando sus reclamos territoriales, mientras los segundos exhibieron
una maqueta de barro de todo el valle. Sarmiento de Gamboa decía que al
conquistar un valle se hacía una maqueta y se le presentaba al Inca, quién
delante de los encargados de ejecutar los cambios se informaba de sus deseos.
6. ARTE PLUMARIO
Las prendas
de plumería manifiestan un gusto estético por el color y se usaron en
mantas camisas, abanicos y sombrillas para preservar del sol a los personajes
conducidos en andas. Los brillantes tonos de las plumas empleadas señalan un
origen selvático con lo cual concluimos que debió existir un trueque a lo largo
y ancho del país entre la selva, la sierra y la costa.
El cronista
Santa Cruz Pachacuti cuenta que para los grandes acontecimientos, como el
matrimonio de Huayna Cápac con su hermana el día que recibió la borla o
mascaipacha insignia del poder, se recubrieron los techos de paja de los
palacios y los templos del Cuzco con las más vistosas mantas confeccionadas con
plumas multicolores. El espectáculo debió ser magnífico y sobrecogedor pues los
brillantes colores de las techumbres contrarrestaban con la sobriedad de las
piedras y las cenefas de oro de los muros palaciegos.
7. ORFEBRERÍA Y METALURGIA
El área
andina de Perú, Bolivia y Ecuador fue la
cuna de la metalurgia a
nivel sudamericano y surgió sin ninguna influencia proveniente del Viejo Mundo.
Existieron
dos centros metalúrgicos uno en la zona del altiplano peruano - boliviano y
otro en la costa norte en la región Mochica-Lambayeque. De estos
dos lugares se difundieron los conocimientos al sur, hacia Chile y Argentina, y
al norte, a Colombia y Panamá para
llegar posteriormente a las costas occidentales de México.
La
metalurgia en los Andes tiene una gran antigüedad y sus artífices lograron las
más variadas técnicas y aleaciones.
En toda la
costa existieron expertos plateros y durante al apogeo incaico sus gobernantes
establecieron mitimaes en el Cuzco para la producción de objetos suntuarios.
Diversos documentos nombran
a estos grupos provenientes del Chimú, Pachacámac, Ica y Chincha. Es probable
que sus obras siguiesen los gustos estéticos incaicos. Sabemos del
establecimiento en Zurite, cerca del Cuzco de unos yanas plateros de Huayna
Cápac, provenientes de Huancavilca (actual Ecuador) que residían en tierras del
soberano y cuya obligación era fabricar objetos para el Inca.
La numerosa
presencia en el Cuzco de plateros indígenas fue aprovechada posteriormente por
los oidores, corregidores y encomenderos para la confección de vajillas
personales de oro y plata, burlando la obligación del quinto del rey. Por ese
motivo, son escasas las piezas de plata del siglo XVI en el Perú que tengan
punzones.
Para la
creación de armamento se utilizaba cobre y aleaciones de
esta; como el bronce, sobre todo para la elaboración de cuchillos ceremoniales
y hachas para la nobleza, también se cree que utilizaron platino y hierro aunque
sólo para la elaboración de pequeños ornamentos.
·
8. MÚSICA
Los incas
contaron con varios instrumentos musicales de
viento y percusión entre los que se encuentran: la quena, la tinya o Wankar, el
calabacín, la zampoña y la baqueta. La música desempeñaba
un papel importante en distintas ocasiones. Se sabe que había música amorosa,
guerrera, fúnebre y agrícola. La música incaica se componía de cinco notas
musicales.
Una
característica fue la ejecución de música durante las labores agrícolas en
tierras del Estado, con lo cual convertían las duras faenas del campo en amenas
reuniones.
Los
instrumentos musicales empleados en las manifestaciones corporales eran
diversos según las danzas a interpretar, los integrantes, las regiones o los
motivos de las celebraciones.
Las flautas
eran uno de los instrumentos más populares. Las quenas por lo general, eran
confeccionadas con huesos humanos
mientras que otras flautas eran de arcilla, plata o, las más comunes, de
carrizos.
Entre ellas
destacan los sikus de caña y de cada instrumento está dividido en dos mitades
con tonos complementarios y tocados por un par de instrumentos. Para formar una
melodía es necesario que ambos instrumentos toquen alternadamente cuando les
corresponde y además en forma simultánea con los demás registros.
Las antaras
o flautas de Pan eran hechas de cerámica de nueve tubos acodados, las de
carrizos se mantenían unidas por finas soguillas.
En cuanto a
las trompetas halladas en las tumbas de la costa, pertenecían a uno de los
tributos de los señores yungas. Con frecuencia se encuentran quebradas ya que
su destrucción forma parte del ritual funerario.
El caracol
marino o Strombus se representó desde la época de Chavín de Huantar y en
quechua se le dice huayllaquepa. La voz pututu con el cual se le llama
actualmente proviene del Caribe y fue traída por los españoles a la par que las
palabras maíz, chicha y ají, entre otras. Es una adaptación de fututo por no
existir en el quechua la letra "f".
Un
instrumento musical básico fue el tambor. Éste podía ser de diversos tamaños y
sonidos, y se utilizaba para marcar el ritmo en las danzas y bailes colectivos.
Los había pequeños, ilustrados por Guaman Poma, que eran tocados por mujeres;
grandes, que eran confeccionados con piel de puma u otorongo
y llamados poma tinya y finalmente, los runa tinya, confeccionados con piel
humana.
El compás se
marcaba también con cascabeles de plata o racimos de semillas que se ataban a
las piernas de los danzantes. En la cultura moche, los grandes señores o los
dioses usaban atados a sus cinturas grandes sonajas de oro, como las del Señor
de Sipán.
Entre los
grupos campesinos y en ciertas festividades o celebraciones soplaban en las
cabezas secas de venados como si fuesen flautas y marcaban con ellas los pasos
de los danzantes.
https://mallkudelperu.wordpress.com/2019/08/30/la-musica-en-la-epoca-incaica/
·
9. LITERATURA Y
LENGUA
El Imperio
incaico era un estado multicultural y plurilingüístico, que englobaba algunas
de las regiones de altísima diversidad cultural y lingüística como
son el norte de Perú, Ecuador y en menor medida el este de Bolivia.
Algunas lenguas fueron
ampliamente usadas junto con las lenguas quechuas. Entre las lenguas más
importantes destacan algunas que estuvieron asociadas a reinos preincaicos
de importancia. Una lista no extensiva de lenguas regionalmente importantes es:
·
Idioma puquina, alrededor del lago Titicaca.
·
Idioma aimara, alrededor del lago Titicaca y
en regiones circundantes.
·
Idioma mochica, en el noroeste de Perú y la
costa norte.
·
Idioma quingnam, en la costa central de Perú.
·
Idioma chacha, en el territorio dominado por
los chachapoyas.
·
Idioma cacán, en el sur del imperio.
·
Conclusión
En la región
de los Andes Centrales florecieron, a lo largo de 2000 años, numerosas
sociedades indígenas unificadas en el siglo XV por los incas. El imperio
incaico era inmenso. Se extendía desde el sur de Colombia hasta la región de
las actuales ciudades de Santiago de Chile y Mendoza y, en sentido este -
oeste, desde la selva amazónica hasta la costa del Pacifico. A pesar de su
enorme superficie, se encontraba muy bien comunicado por 10 000 Km de caminos.
El imperio incaico reunía bajo una administración y
una lengua común,
el quechua, a varios millones de personas que pertenecían a diferentes pueblos.
La capital del imperio se estableció en la ciudad de Cuzco, donde residían el
rey y los funcionarios. Desde allí, los funcionarios planificaban la
construcción de puentes y caminos para facilitar las comunicaciones, controlaban
el trabajo de los pueblos sometidos en las tierras y las minas, decidían la
realización de obras de riego para aumentar el área cultivable y dirigían la
guerra.
Los incas se
hallaban establecidos en la región del valle de Cuzco, en el actual Perú. Alrededor
del año 1200 iniciaron los primeros intentos de expansión sobre otros pueblos.
Este proceso se
aceleró durante el siglo XV. Algunos pueblos fueron derrotados; otros, en
cambio, se aliaron con los agresores. Ellos eran poderosos, sabios, y
valientes; conquistaron gran parte de sud-américa,
extendiendo sus cultura y enseñanzas que perduran hasta hoy en día; sus
conocimientos agrícolas sobre los cultivos, la fecha de la siembra y la
utilización del agua, se siguen usando por nuestros paisanos. Nadie puede negar
su habilidad en la construcción de fortalezas, ciudadelas, recintos sagrados;
el arte, la pintura, la orfebrería, el dominio del oro y la plata para la
creación de joyas y representaciones hermosas.
Quien podría
olvidarse que fueron ellos los que realizaron las trepanaciones craneanas; que
emplearon la hoja de coca como analgésico natural; que realizaron textiles con
colores naturales; que domesticaron al cuy, vicuña, llama, para que hoy en día
nos sirva de medio de carga y transporte.
Agradezcamos
y sintámonos orgulloso de pertenecer a la raza INCA, ya que gracias a ella el
mundo puede comer la papa, el chuño, la quinua, la quiwicha, y el maíz.
·
Bibliografía
·
Conocimientos Generales de mis papás.
·
Enciclopedia Microsoft Encarta
2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation
·
Enciclopedia Temática Escolar, La Nueva
Provincia, Buenos Aires, 1998.
·
Machu Picchu, Valcárcel L., Editorial
Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1967.
·
Manual Kapeluz Bonaerense 7, Equipo Didáctico
de Kapeluz Editora, Kapeluz, Buenos Aires, 1993.
·
Pensar la Historia, Argentina desde una Historia
de América Latina, Moglia, P. et al. , Plus Ultra, Brasil, 1998.
·
Sociedad, espacio y cultura, La Argentina y
América Latina, Prislei, L. et al. , Kapeluz, Buenos Aires, 1998.
LINKOGRAFÍA
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http://pe.kalipedia.com/kalipediamedia/historia/media
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http://www.tierra-inca.com/album/photos/
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http://images.google.com.pe/images
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http://es.wikipedia.org/wiki/
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http://html.rincondelvago.com/arquitectura-y-sociedad-inca-en-el-periodo-clasico.html
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http://www.oni.escuelas.edu.ar/2003/rio_negro/187/Incas/ini_inca.htm
·
http://www.antropos.galeon.com/html/INCAS.htmi
·
http://www.monografias.com/trabajos/incas/incas.shtml
·
http://es.wikipedia.org/wiki/Amauta
https://www.monografias.com/docs112/imperio-incaico/imperio-incaico2.shtml
https://www.socialhizo.com/historia/edad-antigua/incas-sociedad-y-vida-cotidiana
http://orgmilitar.blogspot.com/2010/05/organizacion-militar-y-caminera-del.html
https://arrecaballo.es/edad-moderna/conquistadores-espanoles/francisco-pizarro-y-diego-almagro/
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